Manueal de Deontologia ELABORADO POR: LIC. MA. EUGENIA GAMEZ CAVAZOS M.E. MA. GUADALUPE MARTINEZ MARTINEZ MONTERREY, N. L. ENERO DE 2012 INDICE CONTENIDO PAGS. Objetivo General del Semestre 3 Introducción 4 Propósito 5 Datos Generales de la Materia 6 Desarrollo de los temas y subtemas 7 Ficha Técnica de la Materia 9 UNIDAD I.- ETICA Y DERECHOS HUMANOS 12 1.1.- Definición y objeto 12 1.2.- Límites con disciplinas adyacentes 13 UNIDAD II.- RAMAS DE LA ÉTICA 13 2.1 Metaética 13 2.2 Ética Normativa 14 2.3 Ética Aplicada 15 2.4 Ética Militar 16 UNIDAD III.- HISTORIA DE LA ÉTICA 16 3.1 Antigua Grecia 16 3.2 Edad Media 17 3.3 Edad Moderna 17 3.4 Edad Contemporánea 18 UNIDAD IV.- ÉTICA Y MORAL 18 4.1 Deberes Éticos (fortaleza, firmeza y generosidad) 20 4.2 Relativismo Ético 21 4.3 Obligaciones morales 22 4.4 Normas Éticas/Normas morales 23 4.5 Principio fundamental de la moralidad: La justicia 25 4.6 Ética/moral 26 4.7 Ética y Moral son antinómicas 27 UNIDAD V. EL ACTO HUMANO 28 5.1 Los Actos Humanos 28 5.2 División del Acto Humano 29 5.3 Elementos del Acto Humano 29 UNIDAD VI.- LA VIRTUD 34 6.1 Las Virtudes Cardinales 34 6.2 Sistemas o Campos de Acción 39 6.3 Ética y Moral/Derechos Humanos 55 6.4 Fundamento formal y material de los derechos humanos 57 6.5 Derechos generales de los pacientes. 60 6.6 Derechos de los niños 63 1 6.7 Derechos de la tercera edad 72 6.8 Derechos de la mujer 73 6.9 Valores Universales 77 6.10 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: 5 de Febrero 79 de 1917 6.11 Garantías individuales 81 6.12 Actos Humanos y Actos del hombre 81 6.13 La sucesiva evolución del hombre virtuoso 84 6.14 La Ética según Aristóteles 86 6.15 Virtudes cardinales 87 UNIDAD VII.- NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA 92 7.1 Normas de Enfermería 92 7.2 Características de la profesión de Enfermería 92 7.3 Código Deontológico de Enfermería 94 7.4 Ética de Enfermería 95 7.5 Fuentes de la Ética Profesional de Enfermería 96 Conclusión 111 Bibliografía 112 2 OBJETIVO GENERAL DEL SEMESTRE Al término del Semestre el alumno será capaz de comprender la evolución de la Enfermería y aplicar con bases éticas sus principios, podrá identificar la estructura del cuerpo humano como referencia en la realización de técnicas y procedimientos de Enfermería. INTRODUCCIÓN El inicio del tercer milenio se caracteriza por cambios espectaculares en los aspectos científicos, tecnológicos, económicos, políticos y sociales que ofrecen un escenario a los profesionales de Enfermería. Se considera como parte de su misión y política la participación activa a la resolución de problemas de salud en nuestro país, reconoce que el área de Enfermería realiza una función primordial en este ámbito. Una parte de este proyecto es el diseño de esta materia cuyo objetivo principal es brindar al alumno las herramientas de trabajo necesarias con la finalidad de que identifique y aplique los conocimientos adquiridos relacionados con los derechos, obligaciones y deberes del ser humanos en las diferentes etapas de su ciclo vital y a su vez, en los diferentes grupos sociales que atenderán durante el desempeño de su actividad profesional y su formación personal. 3 PROPÓSITO Brindarle al alumno un escenario de posibilidades profesionales sustentado en un amplío marco de referencias que le brinde los conocimientos éticos y humanísticos y promueva modificaciones en los diferentes estilos de vida, así mismo genere una sensibilización y empatía del estudiante en el desempeño de funciones relacionadas a la carrera de enfermería y en su ejercicio profesional y personal. 4 DATOS GENERALES DE LA MATERIA Semestre: Modulo l Objetivo del Semestre: Comprender la evolución de la enfermería y sus principios con bases éticas e identificar la estructura del cuerpo humano como apoyo para la realización de las técnicas y procedimientos ETICA Y DERECHOS HUMANOS Nombre de la Materia: Objetivo de la Materia: Competencias requeridas: Al finalizar el semestre el alumno será capaz de comprender y aplicar la escala del pensamiento, de conocer los derechos de los diversos grupos y etapas del ser humano así como su comportamiento en la sociedad. Lectura Analítica y Reflexiva Duración total de la materia: 36 Horas Número de participantes : 35 Material didáctico a emplear: Manual de Instructor, Monografía de ética, Valores, Código de Ética, Hoja de rotafolio Lugar de instrucción: Aula l y ll Equipo requerido: Proyector de acetatos, pintarron y plumones 5 DESARROLLO DE LOS TEMAS Y SUB-TEMAS ETICA Y DERECHOS HUMANOS UNIDAD I.- ÈTICA Y DERECHOS HUMANOS 1.1.- Definición y objeto 1.2.- Límites con disciplinas adyacentes UNIDAD II.- RAMAS DE LA ÉTICA 2.1 Metaética 2.2 Ética Normativa 2.3 Ética Aplicada 2.4 Ética Militar UNIDAD III.- HISTORIA DE LA ETICA 3.1 Antigua Grecia 3.2 Edad Media 3.3 Edad Moderna 3.4 Edad Contemporánea UNIDAD IV.- ETICA Y MORAL 4.1 Deberes éticos (fortaleza, firmeza y generosidad) 4.2 Relativismo ético 4.3 Obligaciones morales 4.4 Normas éticas/normas morales 4.5 Principio fundamental de la moralidad: La justicia 4.6 Etica/moral 4.7 Etica y Moral son antinómicas UNIDAD V.- EL ACTO HUMANO 5.1 Los actos humanos 5.2 División del acto humano 5.3 Elementos del acto humano UNIDAD VI.- LA VIRTUD 6.1 las virtudes cardinales 6.2 Sistemas o campos de acción 6.3 Ética y moral/Derechos humanos 6.4 Fundamento formal y material de los derechos humanos 6.5 Derechos generales de los pacientes 6.6 Derechos de los niños 6.7 Derechos de la tercera edad 6.8 Derechos de la mujer 6.9 Valores universales 6.10 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: 5 de Febrero de 1917 6.11 Garantías individuales 6.12 Actos humanos y actos del hombre 6.13 La sucesiva evolución del hombre virtuoso 6.14 La Ética según Aristóteles 6.15 Virtudes cardinales 6 UNIDAD VII.- NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA 7.1 Normas de Enfermería 7.2 Características de la profesión de Enfermería 7.3 Código deontológico de Enfermería 7.4 Ética de Enfermería 7.5 Fuentes de la Ética Profesional de Enfermería 7 FICHA TECNICA DE LA MATERIA PROPOSITO CLAVE MODELO 6 (Objetivo General): Al término del Semestre el alumno será capaz de comprender la evolución de la Enfermería y aplicar con bases éticas sus principios, podrá identificar la estructura del cuerpo humano como referencia en la realización de técnicas y procedimientos de Enfermería. ASIGNATURA ETICA Y DERECHOS HUMANOS CLAVE LHEO1 OBJETIVO: Al finalizar el semestre el alumno será capaz de comprender y aplicar la escala del pensamiento, de conocer los derechos de los diversos grupos y etapas del ser humano así como su comportamiento en la sociedad. EJES SESIONES COMPETENCIAS Respeto por la cultura y los derechos humanos en las intervenciones de enfermería en el campo de la salud. TEMATICOS/CONTENIDOS UNIDAD I ETICA Y DERECHOS HUMANOS 1.1 Definición y objeto TEORICAS 4 1.2 Límites con disciplinas adyacentes UNIDAD II RAMAS DE LA ÉTICA 2.1 Metaética 4 2.2 Ética normativa 2.3 Ética aplicada 2.4 Ética militar UNIDAD III.- HISTORIA DE LA ÉTICA 3 3.1 Antigua Grecia 3.2 Edad media 3.3 Edad moderna 3.4 Edad contemporánea UNIDAD IV ETICA Y MORAL 4.1 Deberes éticos (fortaleza, firmeza y 4 generosidad) 4.2 Relativismo ético 4.3 Obligaciones morales 4.4 Normas éticas/normas morales 4.5 Principio fundamental de la moralidad: la justicia 4.6 Ética/moral 4.7 Ética y moral son antinómicas 8 PRAC . UNIDAD V EL ACTO HUMANO 5.1 Los actos humanos 4 5.2 División del acto humano 5.3 Elementos del acto humano UNIDAD VI LA VIRTUD 6.1 Las virtudes cardinales 10 6.2 Sistemas o campos de acción 6.3 Ética y moral/derechos humanos 6.4 Fundamento formal y material de los derechos humanos 6.5 Derechos generales de los pacientes 6.6 Derechos de los niños 6.7 Derechos de la tercera edad 6.8 Derechos de la mujer 6.9 Valores universales 6.10 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: 5 de Febrero de 1917 6.11 Garantías individuales 6.12 Actos humanos y actos del hombre 6.13 La sucesiva evolución del hombre virtuoso 6.14 La Ética según Aristóteles 6.15 Virtudes cardinales UNIDAD VII NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA 7.1 Normas de Enfermería 3 7.2 Características de la profesión de Enfermería 7.3 Código deontológico de Enfermería 7.4 Ética de Enfermería 7.5 Fuentes de la Ética profesional de Enfermería TOTAL 32 9 UNIDAD I ETICA Y DERECHOS HUMANOS 1.1.- ETICA. La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego ἠθικός, o transcrito a nuestro alfabeto, "êthicos". Es preciso diferenciar al "êthos", que significa "carácter" del "ethos", que significa "costumbre", pues "ética" se sigue de aquel sentido, y no es éste2 Desconocer tal diferencia deriva en la confusión de "ética" y "moral", pues esta última nace de la voz latina "mos", que significa costumbre, es decir, lo mismo que "ethos". Si bien algunos sostienen la equivalencia de ambas doctrinas en lo que a su objeto respecta, es crucial saber que se fundamentan en conceptos muy distintos. La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro. Algunos han caracterizado a la ética como el estudio del arte de vivir bien, lo cual no parece exacto, pues que si se reuniesen todas las reglas de buena conducta, sin acompañarlas de examen, formaría un arte, mas no una ciencia La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la reflexión y de la argumentación, este campo es el conjunto de valoraciones generales de los seres humanos que viven en sociedad. El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Una doctrina ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá términos tales como "bueno", "malo", "correcto", "incorrecto", "obligatorio", "permitido", etc, referido a una acción, una decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se emplean sentencias éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o acciones. Se están estableciendo juicios morales cuando, por ejemplo, se dice: "ese político es corrupto", "ese hombre es impresentable", "su presencia es loable", etc. En estas declaraciones aparecen los términos "corrupto", "impresentable" y "loable" que implican valoraciones de tipo moral. 1.1.1 Definición y objeto Según una corriente “clásica”, la ética tiene como objeto los actos que el hombre realiza de modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los que ejerce de algún modo un control racional). No se limita sólo a ver cómo se realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que permite determinar si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo. Ello implica establecer una distinción entre lo que sea bueno y lo que sea malo desde el punto de vista ético, y si el bien y el mal éticos coincidan o no con lo que serían el bien y el mal en sí. 10 1.2 Límites y disciplinas adyacentes La ética se relaciona con la antropología, el derecho, con la ley y con ciencias empíricas que estudian el comportamiento humano, como la sociología y la psicología. UNIDAD II RAMAS DE LA ÉTICA 2.1 METAÉTICA El problema del ser y el deber ser La ética teleológica es generalmente mercancía de ética, que indica ciertos bienes (por ejemplo, la "felicidad" o "deseo"), así como para los seres humanos, y por lo tanto deseable. Es la ética enfocada desde el punto de vista de la supervivencia y satisfacción de necesidades. Hume ha planteado la objeción de que la transición de ser no-debe "para ser legítimo (" Ley de Hume "). Bajo la falacia de la partida "naturalista" de George Edward Moore ha planteado las cuestiones estrechamente relacionadas, pero que no son estrictamente los mismos. Como se destaca más adelante, los positivistas, deben estar epistemológicamente entre las tasas y tarifas de destino, y se diferencian por su relación diferente a los sentidos. La distinción epistemológica entre es y debe se basa en la ciencia empírica moderna. Quien no acepta esta distinción, o bien debe postular a un ser que no es directamente o indirectamente detectables, o se debe considerar lo que debe perceptible. Las normas éticas se derivan de supuestas declaraciones sobre los seres, con frecuencia pasan inadvertidos por el uso de la ambigüedad normativa y empírica de términos como "esencia", "Naturaleza", "determinación", "función", "final", "sentido" u " Objetivo alcanzado". Así, la palabra "objetivo" es incluso lo que en realidad busca una persona (Su meta es graduarse). La palabra objetivo puede referirse también a lo que debe perseguir a un hombre (que se centra sólo en el material, que se perdió el objetivo real de la existencia humana). La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a falacias lógicas tales como: "La esencia de la sexualidad es la procreación. Por lo tanto, la anticoncepción no está permitida, porque no refleja la naturaleza de la sexualidad". Tomando nota de que esto se supone que se han deducido lógicamente de que el ser es una justificación de las normas aún no desesperada. Porque, además de las declaraciones normativas y de los registros, hay voluntades. La expresión de la voluntad de una persona: "No quiero ser molestado en la siguiente hora por cualquier persona" incluye el deseo de que la norma "Nadie me moleste en la hora siguiente" sea capaz de ser acogida y respetada por otros. 11 El punto central será saber si la expresión de la voluntad de esa persona sea o no sea éticamente correcta, o sea simplemente un acto arbitrario que no exige un respeto absoluto por parte de otros. La falacia naturalista George Edward Moore, en su obra Principia Ethica, acusa al naturalismo de cometer un error cuando infiere que algo tiene una propiedad moral a partir de que ese algo tiene tal o cual propiedad natural. 4 Por ejemplo, asumiendo que el placer es una propiedad natural, un naturalista podría sostener que las relaciones sexuales son buenas porque son placenteras.4 Sin embargo, Moore señala que para afirmar esto, primero se necesita mostrar que todo lo placentero es bueno,4 y esto requiere de un argumento que parece difícil de proveer. Pese al nombre de la falacia, la misma parece poder extenderse más allá del naturalismo.4 Así, el desafío propuesto por Moore parece ser mostrar cómo es posible concluir legítimamente que una propiedad no moral puede identificarse o tener la misma extensión que una propiedad moral. 2.2 ÉTICA NORMATIVA El dilema del tranvía es un experimento mental que puede servir para ilustrar y poner a prueba distintas teorías éticas. Las teorías de la filosofía ética o moral se pueden distinguir de acuerdo a los criterios de sus bases para la determinación del bien moral. El bien moral puede ser determinada por: Las consecuencias (ética teleológica) consecuencialismo; Disposiciones de comportamiento, rasgos de carácter y virtudes (ética de la virtud); La intención del actor (ética disposición); Objetivos hacia hechos morales, como objetivo de las evaluaciones morales sobre la propiedad o la acción (ética deontológica); Optimización de los intereses o de las partes interesadas (de preferencia), la ética utilitarista, de la felicidad (eudaimonía), o del bienestar. 2.2.1 Consecuencialismo Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo. El consecuencialismo sostiene que la moralidad de una acción depende sólo de sus consecuencias (el fin justifica los medios).5 6 El consecuencialismo no se aplica sólo a las acciones, pero éstas son el ejemplo más prominente.5 Creer que la moralidad se trata sólo de generar la mayor cantidad de felicidad posible, o de aumentar la libertad lo más posible, o de promover la supervivencia de nuestra especie, es sostener una postura consecuencialista, porque aunque todas estas creencias difieren en cuanto a las consecuencias que importan, están de acuerdo 12 en que lo que importa son las consecuencias.6 Una manera de clasificar a los distintos tipos de consecuencialismos es a partir de los agentes que se deben tener en cuenta cuando se consideran las consecuencias de las acciones.7 Esto da lugar a tres tipos de consecuencialismo:7 El utilitarismo es la teoría según la cual la mejor acción es aquella que produce las mejores consecuencias para la mayor cantidad de personas.7 8 El altruismo moral sostiene que la mejor acción es aquella que produce las mejores consecuencias para todos menos para el agente.7 El egoísmo moral sostiene que la mejor acción es aquella que produce las mejores consecuencias para el agente.7 9 2.2.2 Deontología Immanuel Kant, uno de los principales pensadores de la deontología. La deontología es la teoría normativa según la cual existen ciertas acciones que deben ser realizadas, y otras que no deben ser realizadas, más allá de las consecuencias positivas o negativas que puedan traer.10 Es decir, hay ciertos deberes, u obligaciones, que deben ser cumplidos más allá de sus consecuencias.10 2.2.3 Ética de virtudes La ética de virtudes es una teoría relativamente reciente según la cual una acción es moral si hacerla fuera propio de una persona virtuosa.11 12 Por ejemplo, si para el utilitarismo hay que ayudar a los necesitados porque eso aumenta el bienestar general, y para la deontología hay que hacerlo porque es nuestro deber, para la ética de virtudes, hay que ayudar a los necesitados porque hacerlo sería caritativo y benevolente.11 2.3 ÉTICA APLICADA La ética aplicada es la parte de la ética que se ocupa de estudiar cuestiones morales concretas y controversiales. Por ejemplo, algunos objetos de estudio de la ética aplicada son el aborto inducido, la eutanasia y los derechos de los animales. Algunas de estas cuestiones se agrupan por similitudes y son estudiadas por subdisciplinas:7 La bioética estudia las controversias morales que son producto de los avances en la biología y la medicina.13 La deontología profesional se ocupa tanto de buscar justificación para valores morales que deberían guiar a los profesionales, como de estudiar los valores que de hecho guían a los profesionales.14 En el primer sentido la deontología 13 profesional es una disciplina normativa y filosófica. En el segundo sentido, se trata más bien de una disciplina descriptiva y por lo tanto científica.14 La deontología profesional también cuenta con subdisciplinas como la ética médica, la ética de negocios y la ética de la ingeniería.15 La ética ambiental se ocupa de la relación ética entre los seres humanos y el medio ambiente.16 Quizás las dos preguntas fundamentales de esta disciplina sean: ¿qué deberes tienen los seres humanos hacia el medio ambiente, y por qué? En general, la respuesta a la primera pregunta es una consecuencia de la respuesta a la segunda.16 Distintas respuestas o aproximaciones a respuestas han dado lugar a distintas éticas ambientales. 2.4 ÉTICA MILITAR La ética económica se ocupa de las relaciones éticas que deberían guiar las relaciones económicas entre los seres humanos y el efecto que tales normas tendrían sobre la economía de nuestras sociedades. De hecho gran parte de los economistas que desarrollaron la teoría moderna de la economía partieron de bases éticas. El ejemplo más cercano es el utilitarismo desarrollado primero como doctrina moral y luego usado para la teoría del valor neoclásica. UNIDAD III HISTORIA DE LA ÉTICA 3.1 Antigua Grecia Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la ética. Platón afronta la temática ética en diversos lugares y desde contextos diferentes. Así, por ejemplo, en el Gorgias busca superar el hedonismo y la ley del más fuerte. En el Fedón evidencia la importancia de lo que exista tras la muerte para regular el propio comportamiento. En la República aborda juntamente la ética individual (desde la perspectiva de una justicia dentro del alma) y la ética pública, con una compleja teoría del Estado, que encuentra complementos y puntos de vista diferentes en otras dos obras, el Político y las Leyes. La Ética nicomáquea, seguramente el más importante tratado de ética de Aristóteles, se basa en la premisa de que todo ser humano busca la felicidad (ética eudemónica). Para Aristóteles todos los seres naturales tienden a cumplir la función que les es propia y están orientados a realizar completamente sus potencialidades. El bien, que es lo mismo que la perfección de un ser o la realización de las capacidades es cumplir su función propia, aquello a que solo él puede realizar. También los seres humanos están orientados a la realización plena de la función que les es propia. El problema que se suscita, entonces, es cuál es la función propia del hombre. Y si acaso hay más de un bien propio del hombre, ¿cuál es el bien más alto y más perfecto de los que puede alcanzar el ser humano? Como en otras de sus obras, Aristóteles releva las opiniones de sus contemporáneos al respecto y comprueba que todas parecen estar de acuerdo 14 en que el objetivo supremo del hombre es vivir bien y ser feliz, aunque hay muchos desacuerdos respecto de en qué consiste la felicidad y el buen vivir. Para Aristóteles la vida feliz (plena) es la que permite realizar la actividad superior (contemplación), con una suficiente autonomía (bienes materiales, salud), y en compañía de un número suficiente de amigos (cf. Ética nicomáquea I). Sólo son morales las acciones en las que se puede elegir y decidir qué hacer. En cambio, no son morales ni inmorales las acciones padecidas, compulsivas o forzosas. Lo que es moral es la acción que depende de la voluntad, si se actúa de modo correcto. ¿Cuándo se actúa correctamente? La forma correcta de actuar depende del ámbito de acción (dianoético o intelectual, ético o moral) y en parte está pautada por las costumbres de la comunidad a la que se pertenece (si la comunidad es éticamente sana, algo que supone Aristóteles para el mundo griego quizá de modo acrítico) y se aprende con la educación. Cuando se actúa de acuerdo con estas pautas, se vive bien y se es virtuoso. Por otra parte, los filósofos estoicos y epicúreos propusieron teorías morales basadas en principios opuestos: la virtud y la vida con moderación (estoicismo), y la búsqueda del placer (epicureísmo). 3.2 Edad Media Es un momento en el que la ética asume elementos de las doctrinas clásicas de la felicidad (el fin del actuar humano consiste en obtener el bien que nos hace felices) y los une a la doctrina cristiana (vista como Revelación divina), especialmente según la normativa que recogen los mandamientos. El fin último del actuar humano es la caridad, que se consigue al vivir desde el Evangelio, y que permite al hombre acceder a la visión de Dios (en el cielo), donde el ser humano alcanza su máxima plenitud y el bien supremo. Diversos autores hablan de ética y según perspectivas diferentes. Es oportuno recordar dos grandes nombres, san Agustín de Hipona y santo Tomás de Aquino (especialmente en la segunda parte de la Suma de teología, en la que se recogen numerosos elementos de la ética de Aristóteles). Posteriormente, y tras las huellas de las ideas de Tomás de Aquino, se desarrolla en el ámbito católico lo que luego será conocido como principio de doble efecto. 3.3 Edad Moderna Los filósofos éticos modernos trabajan con la mirada puesta, sobre todo, en el mundo antiguo (estoicos, epicureos, Platón, Aristóteles), si bien con algunos elementos heredados de la Escolática medieval. Descartes tiene algunos elementos de ética en su famoso Discurso del método. Dentro del racionalismo, es Baruch Spinoza quien elaboró de modo más amplio y sistemático una propuesta ética. En el ámbito del empirismo, David Hume trabajó en diversos momentos para comprender los motivos profundos de las acciones humanas. La gran revolución ética moderna se realiza a través de Immanuel Kant, que rechaza una fundamentación de la ética en otra cosa que no sea imperativo moral mismo (deontologismo formal), pues si la moral se orienta a buscar la felicidad no podría dar ninguna norma categórica ni universal. Los filósofos 15 idealistas desarrollaron esta moral del imperativo categórico. Hacen frente así al utilitarismo, al afirmar que el principio de utilidad no es el único criterio de corrección de las acciones. 3.4 Edad Contemporánea La ética del siglo XX ha conocido aportes importantísimos por parte de numerosos autores: los vitalistas y existencialistas desarrollan el sentido de la opción y de la responsabilidad, Max Scheler elabora una fenomenología de los valores. Autores como Alain Badiou han intentado demostrar que esta principal tendencia (en las opiniones y en las instituciones), la cuestión de "la ética" en el siglo XX, es en realidad un "verdadero nihilismo" y "una amenazante denegación de todo pensamiento".21 Recientemente, y desarrollando un análisis en profundidad de los orígenes y fundamentos de la ética, han aparecido diversos estudios sobre el papel de las emociones en el desarrollo de un pensamiento ético antifundacionalista, como ha indicado Richard Rorty. En las últimas dos décadas, el filósofo escocés MacIntyre establece nuevas herramientas de análisis histórico-filosófico de distintas versiones rivales de la ética. UNIDAD IV ÉTICA Y MORAL La diversificación inmediata del principio fundamental ,según las dos formas del deber se coordina puntualmente con la diversificación de los deberes en deberes éticos y deberes morales; al menos así, tenemos la posibilidad de aplicar un criterio de distinción entre ética y moral que no es de todo punto arbitrario. Los términos ética y moral, sólo superficialmente pueden considerarse sinónimos. Algunos pretenden, sin embargo, que estamos ante dos nombres distintos (acaso con connotaciones expresivas o apelativas muy diferentes) para designar la misma idea –algo así como cuando hablamos de oftalmólogo y de oculista–. Otros redefinen gratuitamente el término «ética» para designar con él al tratado de la moralidad. De este modo, entre «ética» y «moral» habría la diferencia que existe entre la «geografía» y el «territorio», o bien entre «gramática» y «lenguaje», o entre «biología» y «vida». Ética sería el estudio de la moral («la investigación filosófica del 16 conjunto de problemas relacionados con la moral», dice Günther Patzig en su libro Ética sin metafísica, 1971). Tenemos que rechazar semejante distinción entre ética y moral a pesar de que ella se haya propagado ampliamente en España a través de muchos representantes de la llamada «filosofía analítica». Los motivos de nuestro rechazo son de dos tipos: (1) El primero tiene que ver con la consideración del carácter meramente estipulativo (gratuito) de la asignación de los términos moral y ética a los significados de referencia («contenidos de las normas o instituciones morales» e «investigación filosófica del conjunto de problemas relacionados con la moral»). Si partiéramos de términos sin historia nada habría que objetar. Pero la etimología y la historia semántica de estos términos nos advierten que ethos alude a aquel comportamiento de los individuos que pueda ser derivado de su propio carácter (esta raíz se conserva en su derivado más reciente, «etología»), mientras que mos, moris alude a las «costumbres» que regulan los comportamientos de los individuos humanos en tanto son miembros de un grupo social. En cualquier caso, el motivo principal de nuestro rechazo sería el siguiente. (2) Al asociar la «investigación filosófica de la moral» a la Ética, en cuanto ocupación de un gremio, cofradía o «comunidad» (la autodenominada en España «comunidad de filósofos morales») se está muy cerca de presuponer que la conducta moral (incluyendo aquí lo que llamamos conducta ética) puede tener lugar al margen de toda reflexión filosófica, de acuerdo con aquella recomendación de Wittgenstein: «No pienses, mira.» Como si dijera: «No pienses, actúa.» (Unamuno había recomendado muchos años antes: «Primero dispara, y luego apunta.») Ahora bien, desde nuestra perspectiva, ni la conducta ética ni la conducta moral pueden tener lugar al margen de una mínima intervención filosófica («mundana») destinada a establecer incesantemente las conexiones entre los comportamientos personales éticos y morales dentro de algún sistema de fines o de valores mejor o peor definidos, a través de los cuales puedan «reabsorberse» los conflictos entre las normas de diversos tipos que se entrechocan invariablemente en la vida real. En el uso ordinario del español el término «moral» supone, de algún modo, la presión de unas normas vigentes en un grupo social dado (mores = costumbres) como lo confirman los sintagmas: «moral burguesa», «moral tradicional» o «moral y buenas costumbres»; mientras que quien declara: «esto lo he hecho por motivos éticos», está aludiendo vagamente a un deber que 17 supone que ha emanado de la «propia intimidad», de su conciencia subjetiva, y no de la inercia y, menos aún, de alguna presión exterior. Ahora bien, si los deberes morales fueran meramente normas sociales, no serían transcendentales; si los deberes éticos fuesen dictados de la conciencia, tampoco serían transcendentales a las más diversas acciones y operaciones de la persona, porque la conciencia, si no va referida a una materia precisa, es una mera referencia confusa, asociada a una metafísica mentalista (que podría elevar a la condición ética la conducta inspirada por la «íntima conciencia» de un demente). 4.1 DEBERES ÉTICOS Fortaleza, Firmeza y Generosidad El fundamento transcendental atribuido a la ética permite dibujar el sistema de los deberes éticos: sistema que se funda en la organización de todo aquello que es conducente a la existencia de los sujetos corpóreos. La fortaleza sería, según esto, la principal virtud ética. Y utilizando la terminología de la Ética; diríamos que esta virtud ética suprema de la fortaleza (o fuerza) del alma, se manifiesta como firmeza cuando la acción (o el deseo) de cada individuo se esfuerza por conservar su ser (la firmeza impide considerar como ética cualquier acción destinada a hacer de mi cuerpo lo que yo quiera, limitando la posibilidad ética del suicidio), y se manifiesta como generosidad en el momento en el cual cada individuo se esfuerza en ayudar a los demás. La fortaleza no es, pues, simplemente egoísmo o altruismo, porque la firmeza sólo es firmeza en tanto que es fortaleza, como sólo en cuanto fortaleza es virtud la generosidad. Una generosidad desligada de la fortaleza deja de ser ética y, aun cuando pueda seguir siendo transcendental en el sentido moral, sin embargo, puede llegar a ser mala (perversa, maligna) desde el punto de vista ético: las virtudes éticas y las morales se relacionan entre sí dialécticamente. La generosidad ha de entenderse como una virtud sólo cuando es eficaz. No ha de entenderse sólo como un impulso psicológico, como una «buena voluntad», sino que busca el perfeccionamiento de un objetivo personal. Si se tuviera la seguridad de que nuestras acciones generosas son inútiles carecería de valor ético realizarlas. En general, podría decirse que las virtudes éticas derivadas de la fortaleza, en tanto atienden a la existencia real de cada individuo corpóreo, no se inspiran tanto en la «igualdad 18 aritmética» entre estos diferentes individuos cuanto en la consideración de las necesidades de cada cual («igualdad geométrica»); para decirlo con palabras consagradas, las virtudes éticas se inspiran antes en la fraternidad que en la igualdad, o, en términos de Aristóteles, se guían por la amistad antes que por la justicia. Las normas éticas tienen un campo virtual de radio mucho más amplio (extensionalmente hablando) que las normas morales: «atraviesan» las barreras de clanes, naciones, Estados, partidos políticos y aun clases sociales; su horizonte es «la Humanidad», puesto que el individuo humano corpóreo es la figura más universal del campo antropológico. Las normas morales, en cambio, tienen una universalidad distinta, pues las esferas en las que ellas actúan son múltiples y muchas veces contrapuestas entre sí. Por ello, las normas éticas son más abstractas. Los llamados «Derechos humanos», podrían verse principalmente (salvo el punto 3 del artículo 16, que se refiere a la familia) como un reconocimiento y una garantía de las normas éticas en la medida en que ellas estén amenazadas precisamente por normas morales (ligadas a los «derechos de los pueblos»). Sin embargo sería excesivo afirmar que las normas éticas son anteriores y, por decirlo así, a priori respecto de las situaciones históricas y sociales que vayan constituyéndose, acaso de modo meramente coyuntural. Y sería excesivo suponer que las normas éticas se derivan de la misma condición específica (en el sentido mendeliano) de la «especie humana», por cuanto sabemos que los límites de esta especie (tanto filogenéticos como ontogenéticos) no están dados de antemano, sino que van estableciéndose, consolidándose y ampliándose dialéctica e históricamente, y precisamente a través, en parte, de las normas morales, en tanto normas conjugadas con las normas éticas. En efecto, las normas éticas sólo pueden abrirse camino en el seno de las normas morales: el individuo sólo se conforma como tal en el seno de la familia, del clan, de la nación. 4.2 RELATIVISMO ÉTICO El sistema de las normas éticas puede ser considerado como un sistema de normas universales, en contra de la tesis del «relativismo ético». Las situaciones que los relativistas éticos suelen aducir en apoyo de sus tesis (algunos pueblos primitivos, «nativos» australianos, hindúes, etc, tienen como norma ética matar a los niños deformes, a los enfermos inválidos o a los ancianos, mientras que otros pueblos consideran a los actos cumplidos según estas normas como crímenes horrendos) piden el principio, suponiendo que los individuos que constituyen esos pueblos primitivos son 19 «ya» personas. Podría pensarse, sin embargo, que acaso en tales pueblos las normas éticas están simplemente «neutralizadas» por sus normas morales, destinadas a salvaguardar la cohesión del grupo cabría decir, por tanto, que en los pueblos primitivos la moral prevalece sobre la ética. De este modo, el relativismo ético podría tener el mismo alcance fenoménico que el que tiene, en general, el relativismo médico, que muchos propugnan. Suele decirse que «la medicina es relativa», porque la necesidad de vitamina D, por ejemplo, que el organismo humano necesita para el buen funcionamiento de su sistema óseo no es la misma, no es universal, sino que es relativa a los lugares geográficos en los cuales ese organismo humano vivió o vive desde sus orígenes. Ahora bien: este «relativismo médico» es la expresión fenoménica de una función universal que toma naturalmente diversos valores según los valores asignados a las variables. Puede decirse, por tanto, que los valores son relativos a las variables (que aquí se toman, principalmente, del área geográfica); sin embargo la función es universal. Esta función tiene que ver aquí con la concatenación, bien establecida por la llamada «antropología molecular», entre la tasa de radiaciones ultravioletas, la tasa de melanina y la síntesis en la piel de vitamina D. Así también, normas éticas aparentemente opuestas (en Esparta se permitía que los niños robasen, violando la norma de la generosidad, con tal de que el robo no fuese descubierto; en Atenas, el robo, aunque no fuera descubierto, era éticamente reprobado: historia del anillo de Giges) podrían interpretarse como determinaciones de valores opuestos según la diferencia de variables concatenadas según una misma función o norma universal (en el ejemplo, podría tomarse como norma universal el reconocimiento de la necesidad de mantener una proporción definida entre la firmeza y la generosidad , una proporción variable según el nivel económico, la coyuntura política o social, &c., del país). 4.3 OBLIGACIONES MORALES Los principios de la ética no pueden ser aplicados a la moral: no tiene sentido hablar de la firmeza, en sentido moral, de un grupo, de una nación o de un pueblo (a lo sumo, hablaremos de la firmeza de los ciudadanos o de los gobernantes) El equivalente de esta firmeza habrá que ponerlo, en el terreno moral, en el grado de cohesión de ese grupo o pueblo (en función de su poder económico, tecnológico, político) en el momento de resolverse a mantenerse como tal. Menos sentido tiene aún el hablar de la generosidad de ese grupo, pueblo o nación, respecto de los demás, dado 20 que los destinatarios de esa «generosidad» son, en principio, competidores o enemigos nuestros, por lo que la generosidad con ellos podría menoscabar nuestra firmeza. La generosidad ética carece de todo análogo en la vida moral, porque los actos que suelen interpretarse ideológica o retóricamente como tales (ayudas a países vecinos, &c.) no son actos de generosidad sino de cálculo político orientados al fortalecimiento de la propia cohesión, ya sea en términos absolutos, ya sea en combinación con terceros. Son, en general, actos de «solidaridad» contra terceros, pongamos por caso, la solidaridad mutua de los Estados europeos frente a la competencia (otros dirán: frente a la amenaza) de Japón o de China. Los sistemas morales que adscribimos a los diversos grupos sociales podrán ser semejantes, pero también pueden ser muy diferentes. Sin embargo, no por ser semejantes puede considerarse garantizada la paz entre ellos, lo que se demuestra teniendo en cuenta la posibilidad de normas morales idénticas, en cuanto a su contenido «funcional», pero opuestas en el momento de la aplicación a sus variables: «mi primo y yo estamos siempre de acuerdo: ambos queremos Milán»; es decir, la norma moral del reino de Francisco I, una norma de política expansiva, es la misma que la norma moral de Carlos I, y, por ello, por guiarse por la misma norma moral (política), los reinos respectivos entran en conflicto. (político), por tanto, su incapacidad para cumplir sus propios objetivos. Pero si, a su vez, las normas morales de E le condujesen a un estado tal en el cual V lograse sus objetivos, entonces el sistema moral de V demostraría ser superior al de E. Hay que considerar, por tanto, que el único fundamento de los sistemas morales, en situación distributiva, reside en su capacidad funcional (en su cooperación a la fuerza de cohesión del grupo) y que el único fundamento de los sistemas morales en situación de confrontación reside en su superior potencia, en su fuerza. Pero esta conclusión no significa que, por tanto «estamos reduciendo la moral a la ley del más fuerte». Puede siempre añadirse que el más fuerte lo es porque, entre otras cosas, tiene un sistema de normas morales que le permite serlo, es decir, porque reducimos la ley del más fuerte al sistema de las normas morales, materialmente entendidas, y no al revés. 4.4 NORMAS ÉTICAS / NORMAS MORALES Las normas éticas y las normas morales no son conmensurables. Esto no quiere decir que tengamos que contar con una contradicción mutua permanente. La misma inconmensurabilidad, que se manifiesta unas veces como complementariedad, toma otras veces la forma del conflicto. Y no de 21 un mero conflicto entre «significaciones» (de un «conflicto semántico») sino de un conflicto entre personas o instituciones. Podemos dar por cierto, por ejemplo, que la obligación del servicio de armas deriva de una norma moral (ya sea de la «moral» propia de un grupo terrorista, ya sea de la moral propia de una sociedad política); una norma no caprichosa, sino ligada internamente a la misma posibilidad de pervivencia de ese grupo o de esa sociedad política. Pero también damos por cierto que esta obligación moral (o política) –puesto que las armas sólo tienen sentido como instrumentos de destrucción de la vida–, entra en conflicto frontal con la norma ética fundamental expresada en nuestra tradición, por medio del quinto mandamiento: «no matarás.» La resistencia al servicio de armas (la llamada «objeción de conciencia» al servicio militar) tiene, desde este punto de vista, un innegable fundamento ético que está envuelto en ideologías teológicas o metafísicas. Hay que tener en cuenta también que para que la resistencia al servicio de armas tenga un significado ético no puede limitarse a la objeción personal (individual) de conciencia (que pretende evitar para uno mismo el servicio militar, apelando a la propia objeción de conciencia como pudiera apelar a tener los pies planos) sino que tiene que extenderse a todo tipo de servicio militar, y no podrá darse por satisfecha hasta que el Estado hubiese derogado la norma del servicio militar obligatorio, a cambio de constituir un «ejército profesional». La «resiste ncia ética al servicio de armas» tendrá que enfrentarse también contra cualquier proyecto de ejército profesional, porque los soldados que se inscriban en sus filas, no por hacerlo «por voluntad propia» dejarán de atentar contra el principio ético fundamental. Pero esto no quiere decir que la conducta de todo aquel que obedece a las normas del servicio militar obligatorio (o la de quien sienta plaza, como voluntario, en un ejército profesional), sea un inmoral. No cabe concluir, por tanto, que el que resiste al servicio militar de armas es «bueno» y el que se llega a él es «malo»; o que quien no formula la objeción de conciencia, carece de «conciencia moral». Se trata de un caso de conflicto frontal entre ética y moral: las justificaciones morales (o políticas) podrán ser impugnadas «desde la ética», tanto como las justificaciones éticas podrán ser impugnadas (como utópicas o místicas) desde la moral. Cada cual tendrá que decidir, en cada caso, según su sindéresis, el partido por el que opta, y el grado de tolerancia que puede soportar respecto del partido contrario. La dialéctica interna a las virtudes éticas habrá que ponerla en la contradicción entre la universalidad del individuo corpóreo y la particularidad de las existencias. En este sentido, las virtudes éticas (aunque formalmente traspasan 22 las fronteras de sexo, raza, religión), de hecho sólo se ejercen normalmente en círculos muy reducidos de individuos, en grupos cuasifamiliares, degenerando su alcance transcendental. Dice el Antiguo Testamento: «a un extraño puedes prestarle con usura, pero no a tu hermano.» Es decir: es más frecuente la conducta ética con el prójimo que la conducta ética con el extraño. Podría decirse que la ética comienza por los grupos familiares, pero que sólo llega a ser transcendental a todos los hombres en la medida en que los individuos de los grupos originarios puedan comenzar a ser tratados (a consecuencia de experiencias sociales e individuales muy precisas) como individuos universales. El mal ético por excelencia es el asesinato (aunque, a veces, la muerte provocada o no impedida de otro pueda considerarse como una virtud ética, en ciertos casos de eutanasia). Pero también son males éticos de primer orden la tortura, la traición, la doblez o simplemente la falta de amistad (o de generosidad). La mentira puede tener un significado ético cuando mediante ella logramos salvar una vida o aliviar una enfermedad. La desatención hacia el propio cuerpo, el descuido relativo a nuestra salud, es también un delito ético, por lo que tiene de falta de firmeza. La medicina es una actividad que marcha paralelamente al curso de las virtudes éticas. Podría decirse que la ética es a la medicina lo que la moral es a la política. 4.5 PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA MORALIDAD: LA JUSTICIA El principio fundamental de la moralidad es la justicia, entendida como la aplicación escrupulosa de las normas que regulan las relaciones de los individuos o grupos de individuos en cuanto partes del todo social: de donde se deduce que la aplicación de la justicia en el sentido moral, puede conducir a situaciones injustas desde el punto de vista de otras morales. Pueden llegar a ser morales actos que aún siendo muy poco éticos están orientados a eliminar a un individuo dado de un puesto social (lesionando sus intereses y aún poniendo en peligro su subsistencia), si sólo de este modo, es decir, «poniéndole en su lugar», se hace justicia a este individuo y la sociedad que lo alberga. 23 4.6 ÉTICA / MORAL El conflicto permanente, actual o virtual, entre ética y moral se resuelve dentro del Estado (en tanto él mantiene integrados a grupos humanos heterogéneos con normas morales propias: familias, clases sociales, profesiones, bandas, iglesias...) a través del ordenamiento jurídico. La fuerza de obligar de las normas legales deriva del poder ejecutivo del Estado que, a su vez, es la esfera de la vida política. Desde el punto de vista de los conceptos de ética, moral y derecho (al que reducimos la política de un «Estado de derecho») que utilizamos, resultará, desde luego, innegable que es imposible la vida política a espaldas de la vida ética de los ciudadanos, y este es el fundamento que puede tener la apelación, una y otra vez, a la necesidad de reforzar la «educación ética» de los ciudadanos a fin de hacer posible su convivencia política. Ahora bien, lo que, desde la política, suele entenderse por «educación ética» es, en realidad, el «moldeamiento moral» de los ciudadanos y, en el límite, la conminación legal a comportarse «éticamente», por ejemplo, pagando los impuestos, bajo la amenaza de penas legales, con lo cual, dicho sea de paso, las normas éticas se transforman en realidad en normas morales o en normas jurídicas. Desde la política, además, se encomienda a determinados funcionarios la misión de «educar éticamente» a la juventud en el marco de esta constante confusión entre deberes éticos y obligaciones morales o conveniencias políticas (se da por supuesto, por ejemplo, que la «conciencia ética pura» es la que nos inclina a pagar un impuesto sobre la 24 renta; o que es la «conciencia ética pura» la que nos inclina a ser tolerantes y respetuosos, incluso con quienes profieren sin cesar necedades u opiniones gratuitas o erróneas). Pero la fuerza de obligar procede casi siempre de la norma legal coactiva, no de la norma ética, ni siquiera de la norma moral; como cuando alguien atiende a un herido para evitar incurrir en delito penal. Las normas éticas son las que se refieren a la «preservación en el ser» del propio cuerpo y de los cuerpos de los demás; por ello es evidente que sin la ética, en su sentido más estricto, tampoco podría hablarse de moral ni de política; pero esto no autoriza a tratar de presentar como normas éticas lo que en realidad son normas morales o políticas. Ahora bien, esto no autoriza a olvidar los conflictos regulares entre la ética y la moral. Puede darse el caso de que un trabajador, un funcionario o un desempleado, forzado por la necesidad, tenga que «robar» a su empresa, al Estado o al puesto de frutas del mercado, en nombre del deber ético de su propia subsistencia o de la de su familia (los moralistas cristianos reconocían esta situación bajo figuras como las de la «oculta compensación»); y, sin embargo, esta conducta ética del «ladrón» estará en contradicción frontal con las normas morales y jurídicas vigentes. En general, habrá que tener en cuenta que la política (el Derecho) coordina no ya sólo la ética con la moral, sino también las diferentes morales de grupos, clases sociales ,constitutivas de una sociedad política. Por consiguiente habrá que tener en cuenta que la convivencia que la acción política busca hacer posible es siempre una convivencia de individuos y de grupos en conflicto. Es puro idealismo dar por supuesta la posibilidad de una convivencia armoniosa que hubiera de producirse automáticamente tan pronto como todos los ciudadanos «se comportasen éticamente», después de recibir una educación adecuada. Ni siquiera cabe decir, con sentido, que este ideal de convivencia armónica es la expresión de un deber ser, porque lo que es utópico, lejos de poder presentarse como un deber ser, siempre incumplido, habría que verlo como un simple producto de la falsa conciencia. 4.7 ÉTICA Y MORAL SON ANTINÓMICAS Los imperativos éticos y los imperativos morales no son mutuamente armónicos. Y no ya por motivos ocasionales sino por principio: las partes de una totalidad desplegada simultáneamente según su estructura distributiva y según su estructura atributiva y aún dadas en la misma escala, no son 25 conmensurables. El desajuste entre la ética y la moral lo entendemos como un componente de la dialéctica interna de la vida social –no, al modo kantiano, como si derivase del supuesto conflicto entre la ley moral (el bien) y la ley natural (la felicidad)–. La dialéctica interna de la que hablamos la entenderemos como un conflicto interno entre las propias «leyes de la moralidad» (el conflicto entre ética y moral, conflicto entre las esferas real e ideal de la legalidad ética y de la legalidad moral, por no hablar de los conflictos entre los diversos sistemas de normas morales entre sí). Estos conflictos dialécticos podrían considerarse como contradicciones, no ya iniciales (salvo que gratuitamente diésemos por supuesto un postulado de conmensurabilidad) pero sí internas, es decir, referidas a los sujetos en tanto se ven a la vez obligados por deberes opuestos. Una dialéctica que no tiene «solución posible»: ningún diálogo podrá conducir al consenso, a la armonía, a la paz moral o ética, salvo que las normas mismas sean modificadas. Cuando las partes no están dispuestas a modificar sus normas, la opción más ética o la más prudente desde el punto de vista «moral», pudiera llegar a ser la de evitar el diálogo, la de mantener la incomunicación, al menos en todo aquello que tenga que ver con las normas en conflicto irreductible. Una situación muy repetida en la última guerra mundial, llevada con frecuencia al teatro o a la novela, es la del soldado que, habiendo caído en una familia de país enemigo, es protegido por algún miembro de esta familia: los deberes morales (políticos, patrióticos) obligan a entregar al soldado; los deberes éticos obligan a protegerle. Se comprende, entonces, que quien mantiene su norma ética sin plegarse a las exigencias de la moral del grupo social o político que le envuelve, se encontrará con grandes dificultades y tendrá muchas probabilidades de recibir las sanciones del grupo. 26 UNIDAD V EL ACTO HUMANO 5.1 LOS ACTOS HUMANOS Los actos humanos son aquellos que proceden de la voluntad deliberada del hombre; es decir, los que realiza con conocimiento y libre voluntad. En ellos interviene primero el entendimiento, porque no se puede querer o desear lo que no se conoce: con el entendimiento el hombre advierte el objeto y delibera si puede y debe tender a él, o no. Una vez conocido el objeto, la voluntad se inclina hacia uno ‚ porque lo desea, o se aparta de él, rechazándolo. Sólo en este caso cuando intervienen entendimiento y voluntad el hombre es dueño de sus actos, y por tanto, plenamente responsable de ellos. Y sólo en los actos humanos puede darse valoración moral. No todos los actos que realiza el hombre son propiamente humanos, ya que como hemos señalado antes, pueden ser también: 1) meramente naturales: los que proceden de las potencias vegetativas y sensitivas, sobre las que el hombre no tiene control voluntario alguno, y son comunes con los animales: p. ej., la nutrición, circulación de la sangre, respiración, la percepción visual o auditiva, el sentir dolor o placer, etc.; 2) actos del hombre: los que proceden del hombre, pero faltando ya la advertencia (locos, niños pequeños, distracción total), ya la voluntariedad (por coacción física, p. ej.), ya ambas (p. ej., en el que duerme). 5.2 DIVISION DEL ACTO HUMANO Por su relación con la moralidad, 1) bueno o lícito, si esta conforme con la 2) malo o ilícito, si le es 3) indiferente, cuando ni le es contrario el acto humano puede ser: ley moral (p. ej., el dar limosna); contrario (p. ej., mentir); ni conforme (p.ej., el caminar). Aunque ésta es la división más importante, interesa señalar también que, en razón de las facultades que lo perfeccionan, el acto puede ser: a) interno: el realizado a través de las facultades internas del hombre, entendimiento, memoria, imaginación, p. ej., el recuerdo de una acción pasada, o el deseo de algo futuro; b) externo: cuando intervienen también los órganos y sentidos del cuerpo (p. ej., comer o leer). 5.3 ELEMENTOS DEL ACTO HUMANO 5.3.1 La advertencia y el consentimiento 27 Ya hemos dicho que el acto humano exige la intervención de las potencias racionales, inteligencia y voluntad, que determinan sus elementos constitutivos: la advertencia en la inteligencia y el consentimiento en la voluntad. La advertencia Por la advertencia el hombre percibe la acción que va a realizar, o que ya est realizando. Esta advertencia puede ser plena o semiplena, según se advierta la acción con toda perfección o sólo imperfectamente (p. ej., estando semidormido). Obviamente, todo acto humano requiere necesariamente de esa advertencia, de tal modo que un hombre que actúa a tal punto distraído que no advierte de ninguna manera lo que hace, no realizaría un acto humano. No basta, sin embargo, que el acto sea advertido para que pueda ser imputado moralmente: en este caso es necesaria, además, la advertencia de la relación que tiene el acto con la moralidad (p. ej., el que advierte que est comiendo carne, pero no se da cuenta que es vigilia, realiza un acto humano que, sin embargo, no es imputable moralmente). La advertencia, pues, ha de ser doble: advertencia del acto en sí y advertencia de la moralidad del acto. El consentimiento Lleva al hombre a querer realizar ese acto previamente conocido, buscando con ello un fin. Como señala Santo Tomás (S. Th, I-II, q. 6, a. 1), acto voluntario o consentido es “el que procede de un principio intrínseco con conocimiento del fin”. Ese acto voluntario –consentido- puede ser perfecto o imperfecto -según se realice con pleno o semipleno consentimiento- y directo o indirecto. Por la importancia que tiene en la práctica, estudiaremos con más detenimiento lo que se entiende por acto voluntario indirecto y directo. El acto voluntario indirecto El acto voluntario indirecto se da cuando al realizar una acción, además del efecto que se persigue de modo directo con ella, se sigue otro efecto adicional, que no se pretende sino sólo se tolera por venir unido al primero (p. ej., el militar que bombardea una ciudad enemiga, a sabiendas de que morirán muchos inocentes: quiere directamente destruir al enemigo -voluntario directo-, y tolera la muerte de inocentes -voluntario indirecto-). Es un acto, por tanto, del que se sigue un efecto bueno y otro malo, y por eso se le llama también voluntario de doble efecto. Es importante percatarse de que no es un acto hecho con doble fin (p. ej., robar al rico para darle al pobre), sino un acto del que se siguen dos efectos: doble efecto, no doble fin. 28 "Robín Hood" o "Chucho el Roto" realizan acciones con doble fin: el fin inmediato es robar al rico: el fin mediato es darle ese dinero a los pobres. No es una acción de doble efecto, sino una acción con un fin propio y un fin ulterior. Hay casos en que es lícito realizar acciones en que, junto a un efecto bueno se seguirá otro malo. Para que sea lícito realizar una acción de la que se siguen dos efectos, bueno uno (voluntario directo) y malo el otro (voluntario indirecto), es necesario que se reúnan determinadas condiciones: 1. Que la acción sea buena en sí misma, o al menos indiferente. Así, nunca es lícito realizar acciones malas (p. ej., mentir, jurar en also, etc.), aunque con ellas se alcanzaran óptimos efectos, ya que el fin nunca justifica los medios, y por tanto no se puede hacer el mal para obtener un bien. Para saber si la acción es buena o indiferente habrá que atender, como se ver más adelante, a su objeto, fin y circunstancias. 2. Que el efecto inmediato o primero que se produce sea el bueno, y el malo sea sólo su consecuencia necesaria. Es un principio que se deriva del anterior: es necesario que el buen efecto derive directamente de la acción, y no del efecto malo (p. ej., no sería lícito que por salvar la fama de una muchacha se procurara el aborto, pues el efecto primero es el aborto; no sería lícito matar a un inocente para después llegar hasta donde está el culpable, porque el efecto primero es la muerte del inocente). 3. Que uno se proponga el fin bueno, es decir, el resultado del efecto bueno, y no el malo, que solamente se tolera. Si se intentara el fin malo, aunque fuera a través del bueno, la acción sería inmoral, por la perversidad de la intención. El fin malo sólo se tolera, por ser imposible separarlo del bueno, con disgusto o desagrado. Ni siquiera es lícito intentar los dos efectos, sino únicamente el bueno, permitiendo el malo solamente por su absoluta inseparabilidad del primero (p. ej., el empleado que amenazado de muerte da el dinero a los asaltantes, ha de tener como fin salvar su vida, y no que le roben al patrón). Aun teniendo los dos fines a la vez, el acto sería inmoral. 4. Que haya un motivo proporcionado para permitir el efecto malo. Porque el efecto malo -aunque vaya junto con el bueno y se le permita sólo de modo indirecto- es siempre materialmente malo, y el pecado material -en el que no existe voluntariedad de pecar- no se puede permitir sin causa proporcionada. No sería lícito, por ejemplo, que para conseguir un pequeño arsenal de municiones del ejército enemigo haya que arrasar a todo un pueblo: el motivo no es proporcionado al efecto malo. 29 Obstáculos al acto humano Se trata ahora de analizar algunos factores que afectan a los actos humanos, ya impidiendo el debido conocimiento de la acción, ya la libre elección de la voluntad; es decir, las causas que de alguna manera pueden modificar el acto humano en cuanto a su voluntariedad o a su advertencia y, por tanto, en relación con su moralidad. Algunas de esas causas afectan al elemento cognoscitivo del acto humano (la advertencia), y otras al elemento volitivo (el consentimiento). Estos obstáculos pueden incluso llegar a hacer que un “acto humano” pase a ser tan sólo “acto del hombre” (ver 2.1). Obstáculos por parte del conocimiento: La ignorancia A. Noción de ignorancia. Por ignorancia se entiende falta de conocimiento de una obligación. En Teología Moral suele definirse como la falta de la debida ciencia moral en un sujeto capaz; es decir, la ausencia de un conocimiento moral que se podría y debería tener. De este modo podemos distinguirla de: la nesciencia, o falta de conocimientos no obligatorios (p. Ej., de la medicina en quienes no son médicos); la inadvertencia, o falta de atención actual a una cosa que se conoce habitualmente; el olvido, o privación –actual o habitual- de un conocimiento que se tuvo anteriormente. El error, o juicio equivocado sobre la verdad de una cosa. B. División de la ignorancia. La ignorancia puede ser vencible o invencible. a) Ignorancia vencible: es aquella que se podría y debería superar, si se pudiera un esfuerzo razonable (p. Ej., consultando, estudiando, pensando,etc.). Se subdivide en: simplemente vencible; si se puso algún esfuerzo para vencerla, pero insuficiente e incompleto. Crasa o supina; si no se hizo nada o casi nada por salir de ella y, por tanto, nace de un grave descuido en aprender las principales verdades de la fe y la moral, o los deberes propios del estado y oficio. Afectada; cuando no se quiere hacer nada para superarla con objeto de pecar con mayor libertad; es, pues, una ignorancia plenamente voluntaria. b) Ignorancia invencible; es aquella que no puede ser superada por el sujeto que la padece, ya sea porque de ninguna manera la advierte(p. Ej., el aborígen que no advierte la ilicitud de la venganza), o bien porque ha intentado en vano de salir de ella (preguntando o estudiando). En ocasiones puede equipararse a la ignorancia invencible el olvido o la 30 inadvertencia (p. Ej., el que come carne en el día de vigilia sin saberlo, de manera que no la comería si supiera). La ignorancia invencible se da sobre todo en gente ruda e incivil. En una persona con preparación humana y escolar, la ignorancia en materia de fe y moral es casi siempre vencible. C. Principios morales sobre la ignorancia. 1. La ignorancia invencible quita toda responsabilidad ante Dios, ya que es involuntaria y por tanto inculpable ante quien conoce el fondo de nuestros corazones (p. Ej., no peca el niño pequeño que sin saber hace una cosa mala). Es fácil entender este principio moral si se considera el adagio escolástico nihil volitum nisi praecognitum (“ nada es deseado si antes no es conocido” 2. La ignorancia vencible es siempre culpable, en mayor o menor grado según la negligencia en averiguar la verdad. Así, es mayor la responsabilidad de una mala acción realizada con ignorancia crasa, que con simplemente vencible. Consecuentemente, puede ser pecado mortal si nace de descuidos graves. 3. La ignorancia afectada, lejos de disminuir la responsabilidad, la aumenta, por la mayor malicia que supone. D. Deber de conocer la Ley Moral. Como ya quedó señalado, la ignorancia puede a veces eximir de culpa y, en consecuencia, de responsabilidad moral. Sin embargo, es conveniente añadir que existe el deber de conocer la ley moral, para ir adecuando a ella nuestras acciones. Ese conocimiento no debe limitarse a una determinada‚ poca de la vida la niñez o la juventud, sino que ha de desarrollarse a lo largo de toda la existencia humana, haciendo una especial referencia al trabajo que cada uno desarrolla en la sociedad. De aquí se deriva el concepto de moral profesional, como una aplicación de los principios morales generales a las circunstancias concretas de un ambiente determinado. Por lo tanto, el deber de salir de la ignorancia adquiere especial obligatoriedad en todo lo que se refiere al campo profesional y a los deberes de estado de cada persona. Obstáculos por parte de la voluntad Los obstáculos que dificultan la libre elección de la voluntad son: el miedo, las pasiones, la violencia y los hábitos. A. El miedo. Es una vacilación del ánimo ante un mal presente o futuro que nos amenaza, y que influye en la voluntad del que actúa. En general, el miedo -aunque sea grande- no destruye el acto voluntario, a menos que su intensidad haga perder el uso de razón. El miedo no es razón suficiente para cometer un acto malo, aunque el motivo sea considerable: salvar la propia vida, o la fama, etc. Sería ilícito, por ejemplo, renegar de la fe por miedo al castigo o a la muerte, o emplear medios 31 anticonceptivos por temor a consecuencias graves en la salud ante un nuevo embarazo, etc. Por el contrario, si a pesar del miedo el sujeto realiza la acción buena, es mayor el valor moral de esa acción. 32 UNIDAD VI LA VIRTUD 6.1 LAS VIRTUDES CARDINALES La virtud Virtud, es aquella fuerza interior que permite al hombre tomar las decisiones correctas en las situaciones más adversas para tornarlas a su favor, el virtuoso es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a sus metas sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a alcanzar un objetivo común que al final es el propio. El virtuoso es el que sabe remar con la corriente. A parte de la definición anterior que sirve para cualquier tipo de situación, la definición que hemos dado en clase es la siguiente: La virtud (areté) es una cualidad positiva. El término areté hace referencia a la eficacia, es relativo a qué o quiénes somos. La virtud para los sofistas Para los sofistas la virtud es un concepto profesional que tiene que ver con la política del pueblo y el diálogo y también tiene que ver con la oratoria. La virtud para Platón Para platón la virtud es la unión del cuerpo (mortal) con el alma (inmortal), y también para él la virtud se basa en la razón y el conocimiento. La virtud para Aristóteles Para Aristóteles la virtud también significa la unión del cuerpo con el alma. Cuerpo Alma La virtud para Homero La virtud para Homero hace referencia al término areté que, como he dicho anteriormente, quiere decir relatividad y eficacia, Homero tiene una serie de héroes que sirven como modelo ético en el valor, en la fortuna, en la guerra, en la riqueza y en el ocio. 33 MORAL Moral proviene del vocablo latín "mos" o "mores" que significa costumbres en el sentido de las normas o reglas adquiridas por hábitos. Conjunto de normas que regulan el comportamiento de los seres humanos en sociedad, que son aceptadas en forma libre y consciente por un individuo. (Balderas, 1.998) Conjunto de todos los deberes del hombre. (León, 1.999) La moral, es parte de las tradiciones y costumbres del grupo humano, unidos por un interés común. El comportamiento moral se sujeta a valores y normas establecidas socialmente, es un comportamiento consciente, libre y responde a una necesidad social. Aspectos que estructuran la moral Aspecto fáctico "El Ser" o "Lo Real" El ser corresponde a los comportamientos en la realidad. Al ser le son propios los hechos que muestran los comportamientos humanos como una respuesta debida a factores multicausales, en un contexto macroambiental, dinámico, evolutivo y cambiante. Aspecto Normativo El Deber Ser" El deber ser corresponde a las ideas o modelos de comportamiento. Al deber ser le pertenecen las ideas, normas, costumbres y tradiciones de lo que es aceptado universalmente como conducta o comportamiento moral. Características Aquellos fenómenos que son estudiados por la ética Incluye el conjunto de los deberes del hombre Se refiere al deber ser El individuo moralmente bueno debe practicar cosas buenas (en forma libre, no por violencia, ni a la fuerza) La Moral en Enfermería La enfermería como profesión, requiere una guía moral para cumplir con el fin primordial de servir al bien común, mejorar la salud de nuestro pueblo y prolongar la vida del hombre. Normas Morales para las Enfermeras(os) Las raíces de la moral de las enfermeras (os) han sido legadas por la sociedad. Dichas normas se relacionan con: 34 La Profesión. Vocación Disciplina La atención al usuario Proteger la individualidad Proteger al usuario de causas externas que puedan producir enfermedad Mantener las funciones fisiológicas del usuario en parámetros normales Colaborar con la rehabilitación del usuario y su incorporación a la comunidad La Profesión VOCACIÓN: la enfermera (o) debe tener capacidad de servicio en la atención de los individuos que necesitan de sus cuidados. DISCIPLINA: la enfermera (o) debe cumplir y hacer cumplir las normas establecidas por la profesión en el ejercicio profesional. La Atención al Usuario PROTEGER LA INDIVIDUALIDAD DEL USUARIO: los diversos modelos teóricos para la enfermería tienen como base fundamental el trato a la persona como un ser humano integral, al cual debe atenderse en sus aspectos biológicos y psicosocial. PROTEGER AL USUARIO DE CAUSAS EXTERNAS QUE PUEDAN PRODUCIR ENFERMEDAD: en la prestación de los cuidados es deber de la enfermera (o) evitar yatrogenias por ignorancia, omisión, descuido o negligencia. Yatrogenia: enfermedad provocada por el personal médico, por técnicas diagnósticas o terapéuticas, o por la exposición al medio ambiente hospitalario. Omisión: consiste en no realizar una conducta para evitar un daño mayor por no ser competencia de la práctica de enfermería. Negligencia: consiste en dejar de hacer lo que es un deber dentro de la práctica de enfermería. Mantener LAS FUNCIONES FISIOLÓGICAS DE LOS USUARIOS EN PARAMETROS NORMALES: las funciones fisiológicas normales son: 35 alimentación, eliminación, termorregulación, higiene, hidratación, movilización, respiración, descanso y circulación, sueño. La enfermedad imposibilita al individuo para satisfacer sus necesidades básicas elementales, es allí donde la enfermera (o) aplica técnicas de enfermería para colaborar en la satisfacción de esas necesidades. COLABORAR EN LA REHABILITACIÓN DEL USUARIO Y SU INCORPORACIÓN A LA COMUNIDAD: es el comportamiento moral enseñar al individuo medidas de autocuidado en salud en el hogar y la comunidad. Es responsabilidad de la enfermera (o) promover la Sentadas en el rincón de un tranquilo bar se encontraban Patricia, Rosalba y Montserrat, tres entrañables amigas. Patricia, en tono angustiado, les anunciaba que abandonaría sus estudios porque estaba embarazada. Tras unos momentos de pasmo, Montserrat exclamó: “Lo siento mucho, amiga. Lamento que estés pasando por esta situación y sé que no tienes opción, puesto que en nuestro país está prohibido el aborto”. Rosalba, que apenas salía de la sorpresa, exclamó en tono de reproche: “¿Y a quién se le ocurre pensar en si el aborto está prohibido o permitido por alguien o por algo, cuando es claro que se trata de un asunto de conciencia, pues lo que está de por medio es el respeto a la vida humana?”. Patricia que, en medio de su preocupación, había escuchado con atención el decir de sus amigas, replicó: “Amigas, creo que no hay razón para seguir está discusión. Por supuesto que tendré a mi hijo o hija, mas no porque sea delito practicar el aborto ni tampoco porque considere esa decisión asunto de conciencia propia. Sinceramente, amigas mías, no tengo contemplado abortar porque sé que de hacerlo padecería por siempre el rechazo de mi familia y de nuestros círculos cercanos, lo que me haría muy ingrata la existencia. reincorporación de los usuarios a una vida útil. Casos éticos Para efectos de lograr una mejor comprensión, iniciaremos con lectura y reflexión de un caso que nos plantea una situación concreta de la vida, lo que nos ayudará a explicar las características distintivas de la acción moral, como la base fundamental para la construcción de la personalidad ética. Téngase en consideración esta hipotética charla. Preguntemos ahora: o ¿Estamos realmente frente a un diálogo moral? 36 o Si la respuesta es afirmativa, ¿cuáles son los juicios morales en discusión? o Si la respuesta es negativa, ¿cuáles serían entonces los temas reconocibles en esa conversación? Repasemos una a una las condiciones y dificultades de respuesta: o La apariencia de que el tema es simplemente el embarazo de Patricia. o Que su charla deja claro que su trato es “entre iguales”, cosa que queda de manifiesto en el hecho de que cada una expresa libremente sus opiniones. o Que existe aparentemente un acuerdo unánime entre ellas: el “no” al aborto. o Se aprecian tres maneras de enfocar la situación problemática de Patricia, puede inferirse que durante la charla fluyen tres construcciones diferentes de la situación: 1. La de Montserrat, que observa la situación de Patricia desde la perspectiva de que existe un mandato jurídico específico y autoridades judiciales que lo prohíben y sancionan. 2. La de Rosalba, que presenta la alternativa de aborto o no aborto como asunto de conciencia y justifica su postura en el respeto a la vida. 3. Y la de Patricia, que plantea su situación como un asunto de aceptación o rechazo de parte de su familia y su círculo de amistades. Precisemos entonces: La postura de Montserrat no se apoya directamente en un criterio moral, sino en la pretensión de que su amiga no incurra en un acto delictivo que ameritaría una sanción penal; y Patricia, por su parte, funda su postura en el propósito de evitar incurrir en una acción reprobable a los ojos de su familia y de su círculo social. La única interlocutora que ofrece una postura y argumento de índole moral es Rosalba, porque resalta la autonomía de la conciencia propia como único juez y, particularmente, se respalda en el principio ético del respeto a la vida. Para aclarar esta confusa charla, veamos la tabla siguiente: 6.2 SISTEMAS O CAMPOS DE ACCIÓN 37 Sistema o campo Sede o espacio donde ocurre la acción Autoridad a la que se refiere Criterio de validez Su fin reconocible Se obedece a: en el que se asienta Se orienta a: Moral Conciencia individual Sí mismo El Estado: las leyes y las Política Conducta autoridades Autonomía individual Cualesquiera que requiera respaldo Congruencia ética o corrección normativa Hay medios legítimos de coacción física político y legal Integración Grupal Conducta El “otro” disciplina Hay medios de sanción no punitiva ni generalizada En esta tabla se observan verticalmente tres sistemas o campos de acción funcionalmente diferenciados: el campo de la moral, el campo de la política y el campo del comportamiento grupal. Y, horizontalmente, se observan cuatro atributos distintivos: la sede o espacio de ocurrencia de la acción, la autoridad a la que se refiere, su fin reconocible y el criterio de validez en que se asienta. La diferenciación entre los campos no es en principio conceptual únicamente sino “ontológica”, es decir, que los campos o sistemas antes descritos existen independientemente de la conciencia que usted tenga de ellos. Resulta evidente para todos que las reglas de la moral, como las de la política, operan con toda su fuerza en la práctica social, pese a que muchas personas carezcan de conceptos precisos acerca de ellas. El campo de la política es aquel donde la probabilidad de imposiciónacatamiento de un mandato descansa en última instancia en la coacción legítima; es decir, es el campo de las leyes, de las normas o de los mandatos que el Estado emite para regular la acción humana. Para el caso que nos ocupa, el hecho es que Patricia está obligada por el Estado mexicano a evitar la conducta del aborto, so pena de verse privada de su libertad, con independencia de lo que ello le signifique éticamente. Y, precisamente, la exaltación del principio político de la acción es lo que expresa el juicio de Montserrat. 38 El campo de la moral se distingue porque en él las máximas o mandatos a la acción provienen de la conciencia propia, es decir, se asientan en la convicción autónoma de estar haciendo lo que se debe, independientemente de la coacción de las leyes o normas que impone el Estado o el grupo social. Este es el caso de la postura enunciada por Rosalba. El campo de lo grupal, que es un espacio intermedio entre la moral y la política, es identificable porque aspira a un fin cercano al de la política: que los miembros ajusten su conducta a las expectativas exigidas por el grupo, con la diferencia de que, careciendo de los medios de coacción legítima propios del Estado, apela a algo parecido a la ética: la congruencia con la moral específica del grupo. He aquí que la opinión de Patricia encuadra en el principio de la acción grupal. El campo de la acción moral es el objeto de estudio de la Ética: el campo de la acción política constituye el objeto de estudio de la Politología o Ciencia Política; y la moral colectiva o grupal es el objeto de estudio de la Deontología. o de acción y cada quien lo justifica como Tema 2. La estructura de la decisión ética 39 ¿Podrás, Sócrates, decirme si la virtud puede enseñarse, se adquiere sólo en la práctica, ni de la enseñanza, se encuentra en la persona naturalmente o de cualquier otra manera? Platón. “Menón o de la virtud” Analicemos el siguiente caso, una adaptación del conocido “dilema de Heinz”. En algún lugar existe una mujer que padece un tipo especial de Cáncer y va a morir pronto. Hay un medicamento que los médicos Piensan que le puede salvar, pero es muy escaso y tiene un precio muy elevado, por lo que el farmacéutico aprovecha la circunstancia para encarecerlo y cobrarlo diez veces más que su precio normal. El esposo de la mujer enferma sólo cuenta con la mitad de lo que cuesta el medicamento, pero va con el farmacéutico y le cuenta que su esposa se está muriendo y le ruega que le venda en ese precio el medicamento. El farmacéutico se niega y, ante eso, el esposo, desesperado, lo ataca y le roba la medicina. Preguntémonos, por ejemplo: o ¿Es correcta la decisión de robar el medicamento? ¿Hizo bien el esposo de la mujer que tiene cáncer? o ¿Actuó correctamente el farmacéutico? o ¿Quién tiene la razón? o ¿Tenía otra opción el esposo? o ¿Usted qué haría si fuera el farmacéutico? o ¿Por qué cree que el esposo hizo lo correcto? 40 o ¿Qué haría si fuese el esposo? Consulte a sus amigos, compañeros de trabajo o familiares; pregúnteles quién tiene la razón y, sobre todo, por qué defienden una u otra opción. Resultará interesante constatar que cada una de las personas consultadas tiene una opinión distinta pero, sobre todo, un argumento diferente para defender su opinión en torno al asunto. ¿Recuerda usted el decir popular de que “cada cabeza es un mundo” o que “de política mejor ni hablar porque nunca llegamos a un acuerdo”? Ahora, coloquémonos en la siguiente situación hipotética: Usted tiene una hija o un hijo, estudiante del segundo año de secundaria. Su hija(o), notoriamente disciplinada(o) y aplicada(o) a sus estudios, obtuvo calificaciones muy superiores al promedio de sus compañeros de la escuela primaria. Más aún, ha obtenido buenas calificaciones durante el año y medio que lleva cursando la educación secundaria, excepto en la asignatura de matemáticas, en cuyo último examen obtuvo seis. Ante esta situación, más allá de que su hija(o) le mostró el examen en cuestión, usted decide solicitar información sobre los criterios con los cuales la maestra diseñó el examen y evalúo el aprovechamiento. La maestra, por su parte, se niega a proporcionarle la información solicitada bajo el argumento de que no existe ley ni reglamento escolar algunos que le obliguen a ello. 41 La vida moral implica para todos conflictos de valor que nunca encuentran soluciones definitivas, y que, por lo mismo, constituyen decisiones difíciles. o ¿Cuál sería su reacción frente a la actitud de la maestra? Pensemos ahora en un curso hipotético de acción: Usted decide acudir ante el director de la escuela, le expone la situación y le solicita su intervención para obtener la información solicitada. La respuesta del director consiste en negarle la información y ratificar la decisión de la maestra utilizando el mismo argumento: no existe ley alguna que obligue a las autoridades de la escuela a proporcionar la información que usted requiere. Aún más, agrega el director, no hay ley que le impida conceder a usted dicha información, pero como tampoco existe castigo por no hacerlo, entonces no lo hará: ¡No le proporcionará la información! o ¿Cuál es su sentimiento? ¿Cuál sería su reacción? Supongamos que es cierto lo que argumentan el director y la maestra. ¿Podemos decir que tienen razón para no proporcionarle a usted la información? ¿Es válida su argumentación-justificación? ¿Es correcta su decisión? Sin embargo, usted necesita esa información para hacer una consulta con algún especialista para que le ayude a encontrar una solución a la problemática de su hija(o)… o ¿Usted les daría la razón? o ¿Si usted fuera el director actuaría de la misma manera? Veamos un par de situaciones hipotéticas. 42 Primera situación: Con objeto de mejorar su posición en el trabajo, incrementar su sueldo y lograr un mayor desarrollo intelectual, usted tiene la oportunidad de inscribirse a un diplomado o a un programa de titulación para concluir su licenciatura, maestría o doctorado, con posibilidades de obtener una beca. Sin embargo, el programa al que usted se inscribe requiere dedicación de tiempo completo. o ¿Ocuparía parte de su tiempo de trabajo para estudiar? o ¿Estudiaría solamente en su casa, aunque tuviera que robarle unas horas a su sueño? Segunda situación: Usted tiene un jefe que sabe de su condición de padre o madre de familia. Cada que el hijo de usted enferma, con objeto de que se quede en casa para cuidar a su hijo, su jefe le da oportunidad de faltar sin solicitarle comprobante médico alguno. En esta ocasión, usted desea faltar al trabajo, simplemente por disfrutar un poco más de su hijo en casa. o ¿Le diría a su jefe que su hijo está enfermo? o ¿Le pediría autorización para faltar al trabajo argumentando simplemente que quiere quedarse en casa a disfrutar de su hijo? Tras una discusión de los hipotéticos pero probables casos hasta aquí presentados, es casi seguro que usted haya arribado a la conclusión certera de que, tratándose de juicios sobre actos morales, difícilmente existen respuestas únicas; más todavía, de que, cualquiera haya sido la postura propia, ésta se fundó en un criterio elegido entre otros igualmente posibles e incluso razonables. El marido que roba al farmacéutico, ciertamente, contraviene el principio moral de no robar, pero es congruente con el principio de velar por la salud de su esposa. En el contexto y la situación descritos, por lo tanto, es obvio que al marido le sería imposible ser congruente con ambos principios a la vez, y que, por lo tanto, su acción sería congruente con uno de ellos e incongruente con el otro. Así, es claro que la formulación de cualquier juicio sobre la acción del marido o del farmacéutico 43 —cuya decisión había sido no vender la medicina a mitad de precio— reclama también del juzgador decidir con base en qué criterio o principio proponer su valoración. He aquí el desafío crucial de la ética o de la eticidad: reflexionar sobre esos hechos tan cotidianos pero tan cruciales en la existencia humana, en los que confluyen encontradamente principios morales diferentes, de tal suerte que imponen a las personas el desafío de elegir uno de ellos rechazando el otro. A diferencia a otros saberes, en la ética no hay decisiones absolutas ni mucho menos irrefutables. Para todos, la vida moral implica conflictos de valor que nunca encuentran soluciones definitivas, y que, por lo mismo, constituyen decisiones difíciles. La diferencia, en principio, estriba en la actitud y en las aptitudes para reconocer dichos conflictos y resolverlos conscientemente, es decir, a sabiendas de que cualquier decisión reclama buenas razones y de que, a diferencia de lo que sucede en otros saberes, en la Ética no hay decisiones absolutas ni mucho menos irrefutables. Reflexionemos ahora sobre la situación expuesta en la fábula de Esopo que transcribimos en la siguiente página. 44 El molinero y su asno El camino de polvo entraba y salía de los bosques, retorciéndose como una larga y enroscada serpiente, formando gibas sobre las colinas, estirándose en recta línea blanca sobre las llanuras y sumergiéndose en los valles, hasta llegar, finalmente, a la carretera que llevaba a la ciudad. Y por el camino, sorteando sus curvas y repentinos recodos, venían el molinero, su joven hijo y su retozón asno. Detrás, a poca distancia, varios niños cantaban con alegría, mientras avanzaban dando cabriolas. Por fin, alcanzaron al molinero, y uno de ellos gritó en son de burla: —¡Miren a esos tontos! ¡Caminan con tanto esfuerzo junto al asno, cuando podrían viajar en su lomo! Y se alejaron corriendo, lanzándose como saltamontes camino abajo. —Tienen razón, hijo mío —dijo el molinero—. En realidad somos unos tontos. Y alzó a su hijo y lo sentó sobre el lomo del asno. Luego, ambos siguieron trabajosamente por la carretera, áspera y calcinada por el sol. Al poco rato, un grupo de labradores dobló el recodo y se topó con los tres. —¡Miren! —dijo uno de ellos, señalando al asno y al niño—. Los jóvenes de hoy no tienen la menor consideración por sus padres. Miren a ese robusto muchacho, cómodamente viajando sobre el asno, mientras su viejo padre va a pie. Cuando los labradores siguieron su camino, el molinero detuvo el asno y dijo: —Apéate, hijo. Tal vez tengan razón. Seré yo quien monte. Subió al asno y así continuaron la marcha. Por el lado opuesto de la colina venía una vieja, que apretaba el chal contra los huesudos hombros. —¿Cómo puedes dejar que tu fatigado niño corra detrás de ti, mientras tú cabalgas cómodamente? —gritó con desdén al molinero, al pasar. Avergonzado, el molinero tomó a su hijo y lo sentó tras él, sobre las ancas del asno. Apenas habían recorrido unos pocos pasos, alcanzaron a un pequeño grupo de hombres. —Se ve que el asno no les pertenece —dijo uno de éstos, en tono acusador—, de lo contrario no le quebrarían así el lomo. ¡Pobre animal! A esta altura, el molinero estaba un poco desconcertado, pero hizo bajar a su hijo, se apeó él mismo del asno y, atándole las patas, cargó al animal en hombros. El pobre asno se retorcía incómodo, golpeando la espalda del molinero a cada paso. Cuando cruzaban el puente, el asno se desprendió de su atadura y cayó al agua. Luego, nadó hasta la ribera y echó a correr por los campos. Tratando de complacer a todos, el molinero no había complacido ni siquiera a su asno. Fábula de Esopo Moraleja: No se puede complacer a todo el mundo, mucho menos al mismo tiempo. o ¿Cuál es la lección que usted puede extraer de esta fábula para su propia vida? o ¿Tiene sentido tomar en cuenta todas las opiniones o los juicios de los demás? ¿Solamente algunos? ¿Cuáles? ¿Cómo y con qué criterio los elige? o ¿Es mejor valerse del juicio propio para tomar decisiones? 45 o ¿Cómo saber que el juicio propio es el mejor juicio? Este ejercicio, al igual que los anteriores, apunta al propósito de construir experiencias colectivas sobre situaciones que, vistas con detenimiento, guardan semejanza con las situaciones que nos plantea nuestra existencia cotidiana, sea en la dimensión familiar, política e incluso laboral. No obstante lo anterior, es pertinente remarcar la existencia de un ingrediente que, probable aunque no necesariamente, haga la diferencia: la exigencia de ofrecer razones sobre las posturas morales personales y de escuchar las exteriorizadas por los otros. Si lo anterior es correcto, existe una buena base que permite inferir y hacer explícitas dos de las premisas fundamentales en que se asienta este Manual: 1. Es posible construir criterios racionales y razonables para guiar nuestros actos morales y actuar en consecuencia. 2. Dicha posibilidad no se realiza “en automático”, sino que supone la generación de aprendizajes especiales para construir con precisión dichos criterios y habilidades especiales para aplicarlos correctamente en las situaciones específicas que se nos presentan. A propósito de la primera premisa, nunca estará de más la insistencia en que la “construcción” de los criterios orientadores de los actos morales es un proceso que constituye una experiencia individual a través de un encuentro de cada uno con su propia conciencia, sin negar que también pudiera existir una mediación social. Es claro que las disyuntivas morales que enfrentamos en lo cotidiano nos cuestionan personalmente y que los “yo opino X, basado en Primera premisa: Es posible construir criterios racionales y razonables para guiar nuestros actos morales y actuar en consecuencias. Mis razones Y” que fluyen en nuestra cotidianidad son una manifestación de la conciencia individual, guiada por criterios o principios morales libremente elegidos, es decir, nunca únicos ni mucho menos necesarios. Valga la reiteración: los juicios morales presuponen un criterio de referencia. Decir, por ejemplo, que se está de acuerdo con que los partidos políticos postulen al menos un 46 30% de mujeres para ocupar cargos de representación popular, como una medida para emparejar a los géneros, implica haber aprendido y hecho propio un criterio de justicia o, más precisamente, de equidad de género. La equitativa postura mencionada pone de manifiesto que el yo —la conciencia— responde a un principio previamente aprendido y asumido. En otras palabras, evidencia por la vía del hecho el ingrediente distintivo del acto y del juicio moral: la autonomía individual, entendida como acto en el que el actor rinde tributo a su propia conciencia y responde a ella. En relación a la segunda premisa, el punto se dice fácil, pese a que entraña gran complejidad: emitir un juicio moral sobre las medidas tendientes a favorecer la posición de las mujeres en la política y desfavorecer la de los hombres, supone para quien emite un juicio disponer, por ejemplo, de un criterio preciso de justicia, al margen de lo cual sería difícil sostener que tal medida es o no moralmente aceptable. Todavía puede decirse más: el hecho de contar con un criterio o principio bien definido de justicia no garantiza que el juicio emitido sobre la aludida medida a favor de las mujeres sea correcto. En el reino de los comportamientos morales siempre es y será posible que algún otro, incluso partiendo del mismo criterio, llegue a juicios diferentes sobre un mismo hecho, situación que es todavía más esperable en el caso de que un mismo hecho sea juzgado desde criterios morales diferentes. Es el caso nada improbable de que para alguien que entienda la justicia como igualdad de oportunidades para todas las personas, cualquier medida que beneficie sólo a un género es, por ello mismo, tan injusta como inaceptable. 47 Segunda premisa: Es necesario generar aprendizajes especiales para construir criterios racionales y habilidades especiales para aplicarlos correctamente. 48 La premisa de la autonomía moral sienta las condiciones que tornan entendible y, además, legítima la diversidad de los actos y los juicios humanos, bajo la condición obvia de que quien actúa o quien emite una valoración sobre un acto ha de disponer de criterios y ha de ofrecer razonamientos. La condición de posibilidad de existencia plena de la autonomía moral, por tanto, pasa por la libertad de expresión y, por supuesto, por la máxima universal de que “se vale” emitir juicios sobre cualquier tema de interés personal. La valoración positiva de dicha libertad, sin embargo, implica los riesgos perennes del libertinaje verbal y la derivación falaz y cínica de que, como “se vale hablar”, todos los actos de habla “valen lo mismo”. Así, frente a la cuestión crucial de si existen juicios morales mejor que otros, la respuesta categórica es sí, por supuesto que hay actos más dignamente humanos que otros. Lo anterior, por ende, conduce necesariamente a un problema crucial e insoslayable: ¿cómo, en medio de la diversidad moral irreductible que caracteriza a nuestra época, pueden las personas decidir sobre la superioridad de actos y juicios morales diferentes e incluso contradictorios? Respuesta: el método por antonomasia es el diálogo. Y el criterio decisivo —de suyo evidente— es la calidad de la argumentación. Nótense dos cuestiones. La primera, que el método para el procesamiento de las diferencias morales es estrictamente formal: si un juicio moral es valioso y digno de ser universalmente aceptado es porque no ha encontrado mejores argumentos que los que le sustentan. Y la segunda, que no hay aquí autoridad divina, ni mucho menos trascendente a las conciencias humanas, que valga para imponer conclusiones últimas e inatacables. O, dicho de otro modo: que la autoridad reside única y exclusivamente en el mejor argumento. De lo anterior puede desprenderse sobre bases firmes que jamás nadie tiene la última palabra sobre las cosas o acciones de los demás, y que casi cualquier juicio, incluso gozando de la mejor argumentación posible, es susceptible de ser refutado argumentativamente. En la perspectiva planteada no se trata solamente de decir que cada quien tiene derecho a expresar su opinión o emitir un juicio sino de tener claridad en torno a cuál es su fundamento; no se trata simplemente de “respetar” el derecho que tiene cada quien de opinar, sino de saber en qué y cómo se fundamenta su opinión. Tratándose de juicios sobre actos morales, difícilmente Es importante mencionar, además, que usualmente quienes defienden a ultranza su derecho aexisten tener orespuestas emitir una únicas. opinión propia, más que una opinión defienden su obsesión caprichosa a mantener inalteradas, e incluso imponer, sus creencias o visiones del mundo, eludiendo el compromiso racional de admitir la objeción fundada racionalmente y de entablar diálogos morales libres de coacciones. 49 El zorro y el cuervo Con sus negros ojos, el cuervo observaba al zorro que se hallaba en el suelo, allá abajo. Lo miró saltar una y otra vez al árbol en que él estaba posado, chillando desaforadamente. Los demás cuervos graznaban alarmados, desde las ramas altas, hasta que aquel clamoreo llenó los aires. Pero el cuervo negro callaba, porque sujetaba con fuerza en su pico un trozo de queso amarillo. Cuando el astuto zorro comprendió, por fin, que no podría alcanzar el queso del cuervo, trató de obtenerlo de algún modo. —¡Mi querido, mi queridísimo cuervo! —le dijo suavemente—. ¡Oh, beldad del bosque! ¡Tu fuerza es mayor que la del águila de anchas alas, tu vuelo tiene más gracia que el de la golondrina, tu reluciente plumaje negro brilla más que el del pavo real! ¡Lástima que, aunque tienes todos esos dones, la naturaleza se haya negado a darte una voz! Los negros ojos del cuervo habían centelleado de alegría ante la adulación del zorro, pero sus últimas palabras lo irritaron. ¿Qué quería decir al afirmar que no tenía una voz? —Quizá esto último sea falso —dijo el zorro en tono amistoso—. Puede ser que el envidioso ruiseñor haya difundido esa mentira para desterrar del bosque la única voz que puede superar a la suya en belleza. Ojalá quisieras cantar, aunque sólo fueran unas pocas notas, hermosísimo cuervo, que me permitieran oír la música de tu canción. E hizo chasquear sus labios, como un anticipo del deleite que iba a sentir. La exhortación del taimado zorro resultó demasiado fuerte para la vanidad del cuervo. Graznó sonoramente, el trozo de queso se le cayó del pico, y el zorro lo atrapó y se fue con él. —Si tu sentido común hubiese sido la mitad de tu vanidad, tendrías aún tu queso —dijo el viejo cuervo negro que encabezaba la bandada. Fabula de Esopo Moraleja: Las alabanzas y adulaciones son peligrosas pues nos hacen perder la cabeza para razonar adecuadamente ¿Cuántas veces, por exceso de valoración propia, hemos cometido errores de consecuencias irreparables, de las cuales no tiene sentido arrepentirse? Un paso necesario en la construcción de la personalidad ética es la autovaloración racionalmente fundada, ejercicio complejo que supone a cada conciencia individual la tarea de colocarse a sí misma como objeto de la propia valoración. Se trata, de este modo, de un genuino ejercicio de autoconocimiento, cuyos desafíos principales son superar las muy humanas distorsiones acarreadas por las emociones, los instintos y el ego personal. En efecto, salvo situaciones límite, no existe ser humano que no atribuya valor a sus acciones o decisiones. La justificación de nuestro actuar, más allá de su 50 grado de elaboración, tiende a ser considerada la mejor y nos hace sentir bien. Y resulta valiosa pues deriva de los valores o principios que hemos atesorado durante mucho tiempo, los cuales, sin darnos cuenta, han pasado a formar parte de nuestra estructura mental. Esta es la razón por la que tomamos decisiones y emitimos “juicios” y “justificaciones” que consideramos válidas sin tener mucha conciencia de cómo lo hacemos y de dónde proviene la certeza o la creencia de que son las mejores. Dice Pablo de Ballester que un día en que Anaxágoras visitaba Atenas, Sócrates, que era muy pequeño, se acercó a platicar con él y le dijo: —Maestro, tengo un problema. — ¿Qué te pasa, hijo? (y pensaba Anaxágoras: “Ahora dirá… que está cojo, que está ciego, que no oye…”). —Fíjese que tengo una voz que no es ésta que usted está oyendo. Es una voz que no sé en qué parte de mí está. Como estoy mal hecho… pero que me habla desde dentro y yo he preguntado a algunos familiares y vecinos, y ellos no la tienen, y yo sí, oigo una voz que tengo dentro y que me habla —le dijo Sócrates. —¿Y qué te dice esa voz? —le preguntó Anaxágoras. —Pues maestro —respondió Sócrates—, es una voz, pues… bien curiosa, porque cuando estoy por hacer algo malo, entonces me grita dentro, y como que se resiste a que yo cometa aquella maldad o aquella torpeza; se rebela dentro de mí y me grita. Sin embargo, he notado que cuando voy a hacer algo bueno, se calla, no me dice nada, no me aplaude. Y a veces incluso hago cosas buenas por si esa vocecita dice: “¡Bravo Sócrates, ya vas bien Sócrates!”… y está callada, como si no se fijara que estoy haciendo bien; mientras que lo más mínimo que voy a hacer malo. ¡Oh!, se pone como loca esa voz y me grita. Entonces Anáxagoras le dijo: —Acabamos de abrir un nuevo capítulo en la historia de la Filosofía. Esta voz que tú tienes se llama CONCIENCIA. Unos la tenemos, otros la teníamos, otros no la hemos tenido nunca, pero tú has sido el primero en ponerla en evidencia, en declararla, y se llamará SIN IDICIS que significa VISIÓN INTERNA. La conciencia es la visión interna. —Maestro, y ¿qué puedo hacer para… pues para que no grite tanto esa voz? ¿Qué puedo hacer para… hacerme amigo de esa voz? Porque yo creo que es un demonio que tengo dentro… Y Anáxagoras le contestó: —Mira, si en algo me quieres, si en algo me has admirado; por el cariño que me vas a tener cuando ya no esté en Atenas, te imploro que jamás trates de pactar con esa voz; nunca entres en negociaciones con ella y serás un hombre noble y libre, mientras puedas oír esa voz dentro de ti, esa disidencia… El día que ya no la oigas, pobre de ti… pobre de ti. Ojalá siempre grite dentro de ti ese demonio. 51 Pongamos otro caso: Un ciudadano se acerca a usted para comentarle que un compañero que lo atendió en la ocasión anterior le solicitó dinero a cambio de proporcionarle información de carácter reservado. Usted tiene las siguientes opciones: a) Usted toma la decisión de denunciar a su compañero porque a cambio obtendrá una recompensa económica. b) Usted decide denunciar a su compañero porque espera mejorar su imagen personal. c) Usted decide denunciar a su compañero porque considera vital para el mejoramiento de las instituciones públicas y en bien del Estado y los ciudadanos ponerle un alto a cualesquier forma de corrupción. No le importa si a usted nadie se lo reconoce o, inclusive, se lo recriminen. d) Usted decide no denunciar a su compañero porque, de todos modos, no sucederá nada y las cosas, a su juicio, así han sido siempre y seguirán siendo así. e) Usted decide mejor no atender al ciudadano por haber denunciado a su compañero. f) Usted decide no denunciar a su compañero porque es su amigo y ha sido solidario en varias ocasiones con usted, y para usted es más importante el valor de la amistad. ¿Cuál es la opción que usted elegiría? ¿Qué otras opciones son posibles? Conforme a lo que hemos venido planteando: ¿Cuál o cuáles opciones se acercan más a la eticidad? ¿Cuál o cuáles opciones tendrían un carácter no ético? Un elemento distintivo de la acción ética es que se produce en circunstancias desfavorables. Cualquiera puede tomar decisiones en cualesquier circunstancia, pero la decisión ética se presenta en situaciones en que no es fácil elegir, pues implica conflictos de valor. En ello estriba su complejidad. El hecho de que involucre valores en conflicto, valiosos ambos, hace de ella una decisión siempre difícil y envuelta de dosis grandes de incertidumbre, en virtud de lo cual conlleva la posibilidad de tener decisiones y consecuencias diferentes. Queda claro el punto: cualquier decisión ética, si bien se juzga, bien pudo haber sido diferente a cómo efectivamente fue; y nada hay que conduzca al consuelo de que se trataba de algo necesario o inevitable. Quien en un dilema decide guiarse por un principio o criterio de valor, lo hace porque dejó de lado otro principio también valioso. La decisión ética —nuevamente apoyándonos en Savater—no está a la espera de las mejores condiciones ni depende de premios o castigos: la decisión ética no espera el consenso de los demás ni es un mero cálculo, la decisión ética se produce en el aquí y en el ahora. La decisión ética se presenta en situaciones en que no es fácil elegir, pues implica conflictos de valores 52 6.3 ÉTICA Y MORAL / DERECHOS HUMANOS Los llamados «derechos humanos» parece que tienen mucho que ver con la Ética y con la Moral. ¿Por qué llamarlos derechos y no deberes, por ejemplo? La pregunta alcanza toda su fuerza desde las coordenadas que, según modos muy diversos, tienden a ver la distinción entre los términos «ética & moral», por un lado, y «derecho», por otro, como una distinción dicotómica. Quienes, por el contrario, no entienden esa distinción dicotómicamente, puesto que presuponen la efectividad de un entretejimiento sui generis entre la ética & moral, y el derecho, estarán lejos de hacerse esta pregunta. Más bien tendrían que hacerse la pregunta contraria: «¿Por qué no llamar derechos a los deberes éticos y morales?» En términos gnoseológicos: «La cuestión de los derechos humanos, ¿no corresponde antes a la Teoría del Derecho (a la Filosofía del Derecho) que a la Teoría de la Ética y de la Moral?» El debate en torno a la cuestión de si los derechos humanos han de considerarse desde una perspectiva estrictamente jurídica, o bien desde una perspectiva previa, o por lo menos no reducible a la esfera estrictamente jurídica –es decir, una perspectiva ética & moral– compromete evidentemente la cuestión general de las relaciones entre el derecho estricto y la moral o la ética; así como la cuestión general de las relaciones entre las normas éticas y las normas morales. Partimos de la hipótesis general según la cual las normas jurídicas (los derechos, en sentido estricto) presuponen las normas éticas y morales, pero casi a la manera como el metalenguaje presupone el lenguaje objeto. Sólo que las normas jurídicas no las entendemos como un mero «nombre» de las normas morales o éticas, algo así como una reexposición reflexiva de normas prejurídicas o praeterjurídicas. Las normas jurídicas no son un pleonasmo de las normas morales o éticas. Si a las normas jurídicas les corresponde una función peculiar y no la de una mera redundancia de las normas morales o éticas, sin que tampoco pueda decirse que se mantienen al margen o más acá de la ética o de la moral, es porque las 53 propias normas morales o éticas, en un momento dado de su desarrollo, necesitan ser formuladas como normas jurídicas. Si esto es así es porque las normas morales, y las normas éticas, no sólo no son idénticas entre sí, sino que ni siquiera son estrictamente conmensurables. Es en este punto en donde pondríamos la función más característica de las normas jurídicas, prácticamente ligadas a la constitución del Estado, como una sistematización de las normas éticas y morales, orientada a resolver las contradicciones, a llenar las lagunas y a coordinar las normas yuxtapuestas (y también, es verdad, a generar un proceso infinito de «normas intercalares» específicamente jurídicas). Es en este proceso de sistematización en donde los deberes éticos o morales, en general, cobrarán la forma de derechos positivos estrictos garantizados por el Estado. Según esta concepción, decir, por ejemplo, que la política (o el derecho) «debe respetar la ética» no tiene el sentido de que la ética o la moral sea algo así como una regla más alta inspiradora de la política (como si el político o el jurista estuviese vigilado por el moralista, lo que es un último residuo de la subordinación del Estado a la Iglesia); pues no se trata de que se inspire por ella, sino, más bien, porque la ética y la moral son la materia sobre la que se basa la política y el derecho. Según esto, la crítica al derecho, desde la perspectiva ética o moral, sólo encuentra su verdadero punto de apoyo cuando puede tomar la forma de «crítica a un derecho» desde «otros derechos». La dialéctica de la sistematización jurídica incluye, desde luego, la aparición de normas jurídicas que violentan determinadas normas éticas y morales, las que han debido ser sacrificadas a la sistematización global. Este esquema general de las relaciones entre el derecho y la moral & ética es el que podemos aplicar, como a un caso particular, para dar cuenta de las relaciones entre los derechos humanos, como normas jurídicas, y los derechos humanos como normas éticas y morales. En términos generales diríamos, refiriéndonos por ejemplo a la Declaración de 1789, que esa Declaración de los derechos humanos habría consistido, sobre todo, en una sistematización muy precaria, sin 54 duda, de los deberes éticos, separándolos de los deberes morales (que aparecen, sobre todo, como derechos del ciudadano). Cuando alguien, sea un albañil, sea un jurista, habla con sentido de «derechos humanos», está reconociendo necesariamente, aunque sea con un diferente grado de precisión y de complejidad, por un lado, las relaciones de los derechos humanos con el derecho (por tanto, por ejemplo, con las leyes, o con sus preámbulos, o con el Estado, o con los organismos internacionales que los declaran o proclaman) y, por otro lado, las relaciones de los derechos humanos con lo humano (por tanto, por ejemplo, con las diferentes situaciones humanas, históricas y sociales, y con las diferentes concepciones sobre el hombre). Consideraremos dos grupos de criterios. 1º. Engloba dos criterios que tienen que ver con las relaciones de los derechos humanos con el «mundo del derecho», en su sentido jurídico más estricto, por amplio que éste sea (desde la constitución de un Estado, a una de sus leyes orgánicas, en el que aparezcan estos derechos, hasta las declaraciones solemnes de derechos humanos de tan diverso alcance jurídico como puedan serlo la de Filadelfia de 1776, la de la Asamblea Francesa de 1789, o la de la Naciones Unidas de 1948). 2º. Engloba otros dos criterios, que tienen que ver con las relaciones de los derechos humanos con el mismo «mundo de lo humano». 6.4 FUNDAMENTO FORMAL Y MATERIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS Conviene distinguir los derechos humanos de sus fundamentos. Cuando hablamos de fundamentos de los derechos humanos (o de los derechos, en general) estamos hablando simultáneamente de dos cosas distintas, aunque también indisociables, porque dos cosas (o momentos, o aspectos) tenemos siempre que distinguir en un derecho dado (positivo), como pueda serlo el derecho de propiedad territorial: el momento del contenido (o materia) de ese derecho y el momento de su fuerza de obligar (o forma). El fundamento del contenido tiene que ver intrínsecamente con el origen o génesis del mismo, si se quiere con su «descubrimiento» (o «invención», en su caso); el fundamento de la fuerza de obligar tiene que ver con la misma validez del derecho como tal (con la normatividad eficaz o vigencia del contenido). Habría que ensayar –y no 55 es ésta la ocasión– las diversas hipótesis posibles para dar cuenta de la conexión entre el fundamento material y el fundamento formal de un derecho positivo dado. Nos limitaremos a manifestar aquí nuestras dudas relativas al establecimiento de cualquier tipo de conexión, entre el fundamento material y el formal, que apele a los esquemas de yuxtaposición o de reducción del deber ser al ser, o del ser al deber ser. Nos inclinaríamos a entender esta conexión como una «conjugación» en virtud de la cual las partes del contenido (de un derecho) se enlazan entre sí precisamente en el momento de erigirse en normas, de suerte que pueda afirmarse que es la normatividad o validez de una norma aquello que delimita el contenido mismo del derecho. De este modo, diríamos que solamente cuando el contenido de un derecho (su ser, o materia) ha alcanzado su forma (su validez normativa, su fuerza de obligar, su condición de deber ser efectivo, acaso su coactividad), sólo entonces puede hablarse de origen o de fundamento material. Por lo demás, supondremos que un mismo contenido puede ir acoplado a diferentes fundamentos de validez, así como un mismo fundamento de validez podría dar lugar a diversos contenidos, cuando va combinado con otros fundamentos. Con las distinciones precedentes se comprende que estemos preparados para reconocer la posibilidad de diferentes fundamentos formales (no sólo jurídicos sino también morales o éticos) de los diversos contenidos de los derechos humanos, así como también la posibilidad de admitir que diferentes fundamentos materiales de un determinado derecho puedan ser convergentes hacia un mismo fundamento formal. Ahora bien, en la medida en que supongamos que los derechos humanos constituyen un sistema universal y coherente, capaz de ser aplicado a todos los hombres, según una validez también universal, cabe postular la necesidad de determinar un fundamento material homogéneo que pueda considerarse presente, aún en abstracto, en los diversos fundamentos materiales «empíricos», circunstanciales, al menos en sentido retrospectivo; así como un fundamento formal común del cual irradie la vigencia o validez del sistema. Sin duda, podríamos ensayar diversas hipótesis de fundamentos, en el sentido dicho. En la imposibilidad de proceder a una discusión de las mismas, nos limitaremos a presentar las que consideramos más adecuadas: Sistemas de fundamentaciones teológicas, naturalistas (etológicas, sociobiológicas) y factualistas. Si desistimos de buscar los fundamentos materiales y formales de los 56 derechos humanos, ya sea en el Cielo, ya sea en la Naturaleza, en general, es evidente que no nos queda otro camino que buscar esos fundamentos en la misma realidad humana, en cuanto tal, en lo humano del hombre. Pero es muy dudoso que lo humano del hombre pueda hacerse consistir en algo que no incluya ya a los mismos derechos. ¿Cómo podríamos hablar de hombres anteriormente a la institución de todo tipo de esos derechos que llamamos humanos? Esto no tiene nada que ver con un proyecto de «autofundamentación» tautológica de los derechos humanos en el hombre, y del hombre en sus derechos. Y no hay autofundamentación sencillamente en la medida en que no hacemos consistir al hombre exclusivamente en sus derechos. Los fundamentos materiales y formales de los derechos humanos son «transcendentales» respecto del propio proceso de constitución del ser humano, es decir, se determinan en este proceso y no antes ni después. Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos en la Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado. Todos estamos obligados a respetar los Derechos Humanos de las demás personas. Sin embargo, según el mandato constitucional, quienes tienen mayor responsabilidad en este sentido son las autoridades gubernamentales, es decir, los hombres y mujeres que ejercen la función de servidores públicos. La tarea de proteger los Derechos Humanos representa para el Estado la exigencia de proveer y mantener las condiciones necesarias para que, dentro de una situación de justicia, paz y libertad, las personas puedan gozar realmente de todos sus derechos. El bienestar común supone que el poder público debe hacer todo lo necesario para que, de manera paulatina, sean superadas la desigualdad, la pobreza y la discriminación. La defensa o la protección de los Derechos Humanos tiene la función de: Contribuir al desarrollo integral de la persona. Delimitar, para todas las personas, una esfera de autonomía dentro de la cual puedan actuar libremente, protegidas contra los abusos de autoridades, servidores públicos y 57 de particulares. Establecer límites a las actuaciones de todos los servidores públicos, sin importar su nivel jerárquico o institución gubernamental, sea Federal, Estatal o Municipal, siempre con el fin de prevenir los abusos de poder, negligencia o simple desconocimiento de la función. Crear canales y mecanismos de participación que faciliten a todas las personas tomar parte activa en el manejo de los asuntos públicos y en la adopción de las decisiones comunitarias. 6.5 DERECHOS GENERALES DE LOS PACIENTES 1.- Recibir atención médica adecuada. El paciente tiene derecho a que la atención médica se le otorgue por personal preparado de acuerdo a las necesidades de su estado de salud y a las circunstancias en que se brinda la atención, así como a ser informado cuando requiera referencia a otro médico. 2.- Recibir trato digno y respetuoso. El paciente tiene derecho a que el médico, la enfermera y el personal que le brinden atención médica, se identifiquen y le otorguen un trato digno, con respeto a sus convicciones personales y morales, principalmente las relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su intimidad, cualquiera que sea el padecimiento que presente, y se haga extensivo a los familiares o acompañantes. 3.-Recibir información suficiente, clara, oportuna y veraz. El paciente, o en su caso el responsable, tienen derecho a que el médico tratante les brinde información completa sobre el diagnóstico, pronóstico y tratamiento; se exprese siempre en forma clara y comprensible; se brinde con oportunidad con el fin de favorecer el conocimiento pleno del estado de salud del paciente y sea siempre veraz, ajustado a la realidad. 58 4.- Decidir libremente sobre su atención. El paciente o en su caso el responsable, tienen derecho a decidir con libertad, de manera personal y sin ninguna forma de presión, aceptar o rechazar cada procedimiento diagnóstico o terapéutico ofrecido, así como el uso de medidas extraordinarias de supervivencia en pacientes terminales. 5.- Otorgar o no su consentimiento válidamente informado. El paciente, o en su caso el responsable, en los supuestos que así lo señale la normativa, tienen derecho a expresar su consentimiento, siempre por escrito, cuando acepte sujetarse con fines de diagnóstico o terapéuticos, a procedimientos que impliquen un riesgo, para lo cual deberá ser informado en forma amplia y completa en qué consisten , de los beneficios que se esperan, así como de las complicaciones o eventos negativos que pudieran presentarse a consecuencia del acto médico, lo anterior incluye las situaciones en las cuales el paciente decida participar en estudios de investigación o en el caso de donación de órganos. 6.- Ser tratado con confidencialidad. El paciente tiene derecho a que toda la información que exprese a su médico se maneje con estricta confidencialidad y no se divulgue más que con la autorización expresa de su parte, incluso la que derive de un estudio de investigación al cual se haya sujetado de manera voluntaria; lo cual no limita la obligación del médico de informar a la autoridad en los casos previstos por la ley. 7.- Contar con facilidades para obtener una segunda opinión. El paciente tiene derecho a recibir por escrito la información necesaria para obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento relacionados con su estado de salud. 8.- Recibir atención médica en caso de urgencia. 59 Cuando está en peligro la vida, un órgano o una función, el paciente tiene derecho a recibir atención de urgencia por un médico, en cualquier establecimiento de salud, sea público o privado, con el propósito de estabilizar sus condiciones. 9.- Contar con un expediente clínico. El paciente tiene derecho a que el conjunto de los datos relacionados con la atención médica que reciba sean asentados en forma veraz, clara, precisa, legible y completa en un expediente que deberá cumplir con la normativa aplicable y cuando lo solicite, obtener por escrito un resumen clínico veraz de acuerdo con el fin requerido. 10.- Ser atendido cuando se inconforme por la atención médica recibida. El paciente tiene derecho a ser escuchado y recibir respuesta por la instancia correspondiente cuando se inconforme por la atención médica recibida de servidores públicos o privados. Así mismo tiene derecho a disponer de vías alternas a las judiciales para tratar de resolver un conflicto con el personal de salud. 60 6.6 DERECHOS DE LOS NIÑOS En 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño. Este tratado sin precedentes, que ya ha sido ratificado por todos los países del mundo con dos excepciones, explica los derechos de todos los niños a la salud, la educación, condiciones de vida adecuadas, el esparcimiento y el juego, la protección de la pobreza, la libre expresión de sus opiniones… y mucho más. Esos son derechos de los que deberían disfrutar todos los niños. ¿Pero cómo se puede garantizar el cumplimiento de esos derechos si no se sabe cuáles son? Estos dibujos brindan esa información, constituyendo la herramienta ideal para informar a los niños de todo el mundo acerca de sus derechos y a todas las sociedades acerca de sus obligaciones. Los niños tienen derecho al juego. Los niños tienen derecho a la libertad de asociación y a compartir sus puntos de vista con otros. Los niños tienen derecho a dar a conocer sus opiniones. 61 Todos los niños tienen derecho a una familia. Los niños tienen derecho a la protección durante los conflictos armados. Todos los niños tienen derecho a la libertad de conciencia. Los niños tienen derecho a la protección contra el descuido o trato negligente . Los derechos deberían aplicarse en el interés superior de los niños. 62 Los Niños Tienen Derecho A La Protección Contra El Trabajo Infantil Los niños tienen derecho a la información adecuada. Los Niños Tienen Derecho A La Libertad De Expresión LOS NIÑOS TIENEN Derecho A La Protección Contra La Trata Y El Secuestro. Los niños tienen derecho a conocer y disfrutar de nuestra cultura. Los niños tienen derecho a la protección contra las minas terrestres. 63 Los niños tienen derecho a la protección contra todas las formas de explotación y abuso sexual. Los niños tienen derecho a un hogar. Los niños tienen derecho a la intimidad Los niños tienen derecho a crecer en una familia que les dé afecto y amor. Los niños tienen derecho a la protección contra el uso ilícito de estupefacientes. Los Niños Tienen Derecho A La Protección Contra Las Armas De Fuego. 64 Los Niños Tienen Derecho A La Protección En Tiempos De Guerra. Los niños tienen derecho a la libertad de pensamiento. Los niños tienen derecho a la información adecuada. Los niños refugiados tienen derecho a la protección. Derecho a un medio ambiente saludable. 65 Todos los niños tienen derecho a la educación. Los niños tienen derecho al acceso a la educación diferencial. Los niños tienen derecho a la libertad, debido proceso y condiciones dignas. Todos los niños tienen derecho a un nombre y una nacionalidad. Todos los niños tienen derecho a la alimentación y la nutrición. Los niños tienen derecho a recibir cuidados de ambos progenitores. 66 Los niños tienen derecho a una atención de la salud adecuada. Los Niños Tienen Derecho Al Cuidado Y A La Asistencia Especial. Hay Que Proteger A Los Niños Contra Cualquier Trabajo Que Entorpezca Su Educación. Los Niños Tienen Derecho A Adquirir Conocimientos Sobre El Medio Ambiente Natural. 67 Los niños tienen derecho a la protección contra toda forma de abuso. Todos Los Niños Tienen Derecho A Una Educación Que Respete Los Valores Propios De Su Cultura Los niños tienen derecho a la supervivencia. Deben protegerse todos los derechos de la niñez Todos los niños tienen derecho a vivir libres de cualquier discriminación. Todos los niños tienen derecho a vivir en armonía 68 6.7 DERECHOS DE LA TERCERA EDAD Las personas de la tercera edad tienen derecho a vivir con dignidad y verse libres de explotación y de malos tratos, físicos o mentales y por ello Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Instituto Nacional de Personas Adultas Mayores, han luchado por promover los derechos humanos de los hombres y mujeres de pelo blanco. Entre los principales derechos de las personas mayores están: El vivir tranquilos, acompañados, felices, sin preocupaciones en el seno de la familia que ellos edificaron. El tener acceso a alimentos preparados especialmente dependiendo de su estado físico o de salud. El mantenerse limpios y arreglados con ayuda de los demás. A poder reunirse con sus hijos, nietos, parientes y amigos para recordar todo lo que hicieron cuando eran más jóvenes y tienen derecho a ser escuchados y a que sus opiniones sean tomadas en cuenta. A ser atendidos en sus problemas de salud con calidad, oportunidad y cariño, procurando en todo momento su bienestar integral. A vivir en un hogar que les brinde amor, ayuda y comprensión y a ser ubicados en casas de reposo o asilos solamente si así ellos lo desean. Tienen derecho a manejar y utilizar sus bienes y dinero libremente, a menos que sus capacidades mentales lo impida, para lo que es necesario que tengan un apoderado legalmente reconocido. Tienen derecho a no ser abandonados. Tienen derecho a platicar, opinar y participar en las decisiones familiares. A divertirse y descansar. A vivir en un ambiente seguro, sin riesgos de accidentes. A no ser tratados con violencia física o psicológica. A no recibir burlas ante sus “discapacidades”, fisiológicas o mentales. A la seguridad social para que puedan ser atendidos en todos los problemas de salud que presenten y a la educación si así lo desean. Tienen derecho a tener un trabajo digno y bien remunerado, si están en condiciones de realizarlo y así lo desean. 69 A recibir una pensión justa por retirarse después de haber cumplido con los requisitos de trabajo que marca la ley. A recibir el mismo trato legal ante cualquier problema que tengan. A que se les ceda el paso y se les den sitios privilegiados en todos los lugares a donde asistan: bancos, tiendas, cines, transportes, etc. 6.8 DERECHOS DE LA MUJER Las mujeres y los hombres somos diferentes, y tenemos capacidades y necesidades distintas. Pero ser diferente no quiere decir ser inferior, ni siquiera cuando, a causa de la diferencia, se es, en algo más débil o vulnerable. Cuando una persona daña a otra aprovechándose de que, debido a diferencia tiene un poder o privilegio determinado, cometa un abuso y puede estar incurriendo en un delito. En nuestra sociedad existe una cultura discriminatoria de lo femenino, y con frecuencia los hombres -esposos, hijos, jefes- abusan del poder que les da su fuerza o su autoridad y causan daños patrimoniales, psicológicos o físicos, a las mujeres y a los niños que conviven con ellos. También con frecuencia las autoridades no entienden debidamente a las mujeres que acuden a denunciar un delito o a demandar un derecho, a pesar de que nuestra Constitución dice expresamente que los hombres y las mujeres somos iguales ante la Ley, la cual a de proteger a la familia. Las mujeres deben defender sus derechos. Conviene que los conozcan y sepan que significan. En la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se ha hecho un esfuerzo de síntesis para explicar aquí, en forma sencilla, aquellos que son esenciales. Las mujeres merecen el respeto de su pareja, de sus hijos y de los demás miembros de la familia y de la sociedad. En la familia las mujeres deben ser respetadas, cuidadas y tomadas en cuenta de la misma manera que los hombres. Eso quiere decir que tienen derecho a: Tomar libremente decisiones que afectan su vida, por ejemplo aquellas que tienen que ver con su trabajo, el número y esparcimiento de los hijos, sus estudios y el uso de su tiempo libre. 70 Tratar en paz los asuntos que interesen a ambos miembros de la pareja para procurar que las decisiones relativas a ellos sean tomadas de común acuerdo. Compartir por igual con su pareja, las responsabilidades familiares, como las que se refieren a la crianza de sus hijos: a los gastos y los cuidados que estos necesiten. Expresar sus opiniones y necesidades físicas, emocionales, intelectuales y sexuales, para que sean consideradas igualmente importantes y satisfechas de la misma forma que las de su pareja. Ser respetadas física, sexual y psicológicamente; no ser humilladas, ridiculizadas o menospreciadas, ni en público ni en la intimidad. Las mujeres deben defenderse de las agresiones y defender de ellas a sus hijos. Han de denunciar esas agresiones ante las autoridades y exigir de ellas protección y justicia. Cuando las mujeres deseen el divorcio, tiene derecho a reclamarlo y a que, si lo obtienen, o bien si se separan o son abandonadas, su pareja cumpla con las responsabilidades que el juez le señale para atender las necesidades de los hijos. Por ello las mujeres pueden: Demandar pensión alimenticia para ella y sus hijos. Esta pensión también puede ser exigida cuando el padre no cumpla con las responsabilidades de darles sustento, aunque viva en el domicilio conyugal. Reclamar ante un juez civil el reconocimiento de la paternidad cuando el padre de un hijo suyo se niegue a reconocerlo. Solicitar la entrega del 50% de los bienes que pertenezcan a la sociedad conyugal y de aquellos que garanticen la pensión alimenticia de los hijos menores de 18 años. Demandar la separación de bienes conyugales y disponer de su parte, aun cuando no demanden el divorcio. Pedir que se declare cual es patrimonio familiar que no podrá enajenarse ni embargarse, aunque el esposo enajene sus bienes o sea embargado. 71 Conservar la custodia de sus hijos menores de edad La expresión de la sexualidad de las mujeres no debe ser objeto de burla, castigo o imposición. Cuando una mujer es obligada, por quien sea y en donde sea, a tener relaciones sexuales, es víctima de un ataque sexual que esta penado por la ley. Las mujeres tienen derecho a: Decidir respecto a su vida sexual, es decir, respecto de cuando desean y cuando no desean tener relaciones sexuales, y negarse a prácticas sexuales que les desagraden o lastimen. Denunciar todo ataque sexual de que sean objeto; ser atendidas inmediata, respetuosa y diligentemente por los funcionarios de las agencias del Ministerio Público, como los agentes, los médicos, los trabajadores sociales, los policías y los peritos. Esperar que se les brinden servicios de justicia gratuitos y completos, que incluyan tratamiento contra enfermedades venéreas y terapia tendiente a curar los traumas físicos y emocionales producidos por alguna agresión. Ser informadas con claridad respecto del proceso; consultadas cuando, a fin de perseguir un delito que denunciaron, se requiera revisar su persona o sus ropas, y tratadas con todo respeto a su dignidad y pudor durante la revisión. Exigir que los funcionarios de la administración de justicia no prejuzguen su dicho. Recibir orientación respecto de como exigir a su victimario la reparación del daño. La maternidad no puede ser motivo de discriminación y debe ser atendida debidamente, lo cual significa que las mujeres tienen derecho a: Ser protegida durante sus embarazos y en el ejercicio de su maternidad. Ser atendidas por el personal de salud, en caso de enfermedad, de embarazo de parto, con respeto y cuidado y de acuerdo con sus necesidades. 72 Ser consultadas sobre si desean que se les aplique un método anticonceptivo y ser respetadas cualquiera que sea su decisión al respecto. Exigir que sus derechos laborales no queden condicionados por la renuncia a la maternidad, es decir que no se les niegue algún trabajo que soliciten, ni se les despida del que ya tengan, por estar embarazadas Tener dos descansos de media hora cada uno durante la jornada de trabajo para alimentar a sus hijos lactantes. Gozar, con la percepción de un salario integro, de seis semanas de descanso anteriores y seis posteriores al parto para reponerse y atender a los recién nacidos. Recibir las prestaciones que otorguen a las madres las normas específicas y los contratos colectivos de trabajo. La condición femenina no debe ser pretexto para negar a la mujer trabajos dignos ni para darle un trato discriminatorio en materia laboral. Las mujeres tienen derecho a: Ser respetadas en su trabajo, no ser objeto de acoso sexual y denunciar a quien les cause un perjuicio laboral por no responder afirmativamente a sus demandas sexuales. Recibir un salario igual que los hombres por igual trabajo. Obtener y conservar un empleo, sin que ello se condicione a que renuncie al matrimonio. Estos derechos están reconocidos por las leyes mexicanas y por los tratados internacionales que México ha ratificado y que deben cumplirse. Por lo tanto, es obligación de las autoridades de nuestro país protegerlas. Cuando alguien no responde a los derechos de una mujer y cuando las autoridades administrativas que deban protegerla no cumplan con ese deber, o cuando sea precisamente una autoridad la que viole esos derechos, la mujer podrá acudir a alguna de las Comisiones de Derechos Humanos a presentar su queja contra la autoridad involucrada. 73 6.9 VALORES UNIVERSALES Todos los seres humanos necesitamos vivir en una sociedad. Para que esa sociedad funcione, necesitamos aprender a convivir; esa convivencia es producto de la educación que recibimos en: la casa, escuela, amigos, medios de comunicación, etc. Es en el lugar donde recibimos la formación más importante; pues son nuestros padres, los encargados de inculcarnos los valores y las normas de convivencia que más tarde van a ser parte de nuestra formación cívica. La Ética ó Moral, es la parte de la Filosofía, que se dedica al estudio de los actos humanos, sus normas sociales y valores, es decir, el obrar consciente y libre de los hombres. El valor supremo de la Ética, es el "Bien, Lo Bueno". Un VALOR: es la cualidad o característica que posee una persona o un objeto y que lo hace estimable. Cada valor tiene un antivalor. Ejemplo: Justicia = Valor. Injusticia = Antivalor. Valores universales: Son el conjunto de normas de convivencia validas en un tiempo y época determinada. Se consideran como valores universales, los siguientes: Libertad: Es obrar con libre albedrío. Es hacer lo que uno desea, pero sin dañar a nadie. La libertad física es limitada. Sólo el pensamiento es infinitamente libre. Justicia: Es dar a cada quien lo que se merece, según sus obras. Respeto: Es una consideración especial hacia las personas en razón de reconocer sus cualidades, superioridad, méritos o valor personal. Tolerancia: Actitud abierta hacia posturas u opiniones diferentes de la propia. Responsabilidad: Es la obligación de responder por los actos que uno ejecuta, sin que nadie te obligue. Amor: Es un principio de unión entre los elementos que forman el Universo. Manifestación de los hombres hacia el bien y la belleza absoluta. 74 Bondad: Es una cualidad considerada por la voluntad como un fin deseable tendiente a lo bueno. Honradez: Es la cualidad que nos hace proceder con rectitud e integridad. Confianza: Actitud de esperanza hacia una persona o cosa. Sentimiento de seguridad en uno mismo. Acto de fe. Solidaridad: Es una responsabilidad mutua contraída por varias personas, que nos permite comprometernos de manera circunstancial a la causa de otros. Verdad: Es la conformidad o acuerdo de lo que se dice con lo que se siente , se piensa y se hace. Valentía: Es la cualidad que nos permite enfrentar con valor todos los actos de nuestra vida. Paz: Es el acto de unión o concordia que permite la convivencia armoniosa entre los miembros de una sociedad o familia. Amistad: Es el afecto o estimación entre las personas que les permite establecer vínculos de convivencia más estrechos. Fraternidad: Es la unión y buena correspondencia entre los hombres. Honor: Es el sentimiento profundo de la propia dignidad moral del hombre. 75 6.10 CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS: 5 DE FEBRERO DE 1917 Art. 1º En México todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución. Art. 2º En México está prohibida la esclavitud. Art. 3º La educación en México será laica, gratuita y obligatoria hasta la secundaria. Art. 4º El varón y la mujer son iguales ante la ley. Toda persona tiene el derecho a la protección de la salud. Toda familia tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa. Es deber de los padres preservar el derecho de los menores a la satisfacción de sus necesidades y a la salud física y mental. La composición de México es pluricultural basada en sus pueblos indígenas Art. 5º Libertad de trabajo siendo lícito. Art. 6º Libertad de pensamiento sin afectar a terceros y el derecho a la información. Art. 7º Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia. Art. 8º Derecho de petición. Art. 9º No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito. Art. 10º Los habitantes de México tienen el derecho de poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legitima defensa. Art. 11º Libertad de transito en el territorio nacional. Art. 12º En México se prohíben títulos de nobleza. Art. 13º Nadie pude ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales. Art. 14º A ninguna ley se dará efecto retroactivo. Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos. Art. 15º No se autoriza la extradición de reos políticos. 76 Art. 16º Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de un mandamiento escrito de la autoridad competente (un juez). Art. 17º Nadie podrá hacerse justicia por sí mismo, ni ejercer violencia para reclamar su derecho Art. 18º Solo por delito que merezca pena corporal habrá prisión preventiva Art. 19º Ninguna detención excederá de 3 días, sin que se justifique el auto de formal prisión. Art. 20º Garantías de los acusados: I)Podrá ser puesto en libertad bajo caución, II)No podrá declarar en su contra III)Se le hará saber en audiencia pública de que se le acusa y quien lo acusa IV)Será careado con los testigos V)Podrá ofrecer pruebas para su defensa VI) Será juzgado en audiencia pública VII)Se le facilitaran los datos para su defensa IX) Se le oirá en defensa por sí o por persona de su confianza. Art. 21º La imposición de penas es propia y exclusiva de la autoridad judicial. Art. 22º Quedan prohibidas las penas de mutilación o de infamia y de muerte. Art. 23º Ningún juicio tendrá más de tres instancias. Nadie podrá ser juzgado por el mismo delito dos veces. Art. 24º Todo hombre es libre de profesar la creencias religiosa que más le agrade. Art. 25º Corresponde al Estado la rectoría del Desarrollo Nacional para garantizar que este sea integral, que fortalezca la soberanía de la Nación. Art. 26º El Estado organizará un sistema de planeación democrática del Desarrollo Nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la Nación. Art. 27º La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponden originalmente a la Nación. Art. 28º En México quedan prohibidos los monopolios, las practicas monopólicas. 77 Art. 29º En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el Presidente, podrá suspender en todo el país o en lugar determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación. 6.11 GARANTÍAS INDIVIDUALES: Son los derechos fundamentales de las personas, cuya finalidad es reducir los efectos de las desigualdades entre los individuos, otorga a todos los mexicanos el derecho de disfrutar la Libertad, Seguridad, Igualdad y Propiedad, al señalar los deberes para su ejercicio. También se les conoce como derechos individuales, fundamentales o humanos. 6.12 Actos Humanos y Actos del Hombre Existen dos tipos de actos, los Actos humanos y los Actos del hombre, ambos son ejecutados por el hombre pero poseen ciertas diferencias: Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del hombre, es decir, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden 78 ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral. Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración, etc. Los actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado, pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre en cuanto a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral (son amorales) por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero desde otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico El Concepto de Libertad La libertad humana se puede definir como la "autodeterminación axiológica". Esto significa que una persona libre se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su conducta, pues él mismo la determina en función de los valores que previamente ha asimilado. Cuando no se da la libertad, o se da en forma disminuida, entonces el sujeto actúa impedido por otros factores, circunstancias y personas, de modo que ya no puede decirse que es el verdadero autor de su propia conducta. De acuerdo con esto se dice que la condición previa de la libertad en un individuo es la captación y asimilación de los valores. En la medida en que un individuo amplía su horizonte axiológico, podrá ampliar paralelamente el campo de su propia libertad. Y en la medida en que una persona permanezca ciega a ciertos valores, se puede decir que posee una limitación en su libertad. 79 La libertad humana tiene que ir paralela con el sentido axiológico y el sentido de responsabilidad, de no ser así se convierte en libertinaje. La postura que niega la libertad humana es el "determinismo", postura propuesta por Skinner que ha cobrado auge, este psicólogo conductista rechaza la libertad en función de un fenómeno también real: los condicionamientos en que vive inmersa la mayoría de la gente. Uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona es su proceso de liberación. La libertad puede aumentar o disminuir a lo largo de la vida. Los primeros factores que limitan la libertad del hombre son: los condicionamientos, el Super Yo, las manipulaciones ajenas, las emociones sofocantes y las ataduras de una filosofía pesimista. El tipo de libertad del que estamos hablando es la libertad interior, ésta se rige por valores captados, también es llamada libertad axiológica una vez que se asimilan los valores. El hombre elige realizar algún valor o rechazarlo. La Libertad no existe cuando una persona es ciega para los valores. Actuar libremente significa inclinarse, adoptar y realizar un valor, o rechazarlo. Cuando no existe uno o varios valores en la mente del individuo, su conducta va a estar orientada, no por valores, sino por instintos, reflejos, condicionamientos, hábitos, inclinaciones surgidas del inconsciente, presiones externas, etc. La percepción de los valores es indispensable para que exista un acto libre. Existen dos modos de percibir lo valores: a) En forma conceptual. Es la que se logra por medio de explicaciones teóricas o descripciones más o menos distantes del objeto valioso. b) En forma intuitiva. Es la que se logra por medio de una vivencia en la cual se capta, se aprecia y se adopta ese valor como tal dentro del mundo personal del sujeto cognoscente. Para que la libertad axiológica se pueda dar debe existir la posibilidad de un conocimiento holístico o intuitivo de uno o varios valores. Sin este tipo de conocimiento, muy diferente al conocimiento conceptual, no es posible que se dé la libertad que nos lleva al valor moral. En otras palabras: para elegir un valor, primero hay que conocerlo y apreciarlo en cuanto a tal. 80 Para un manejo sencillo de las clasificaciones de la libertad, esta se ha dividido en dos muy sencillas: a) Libertad-de: Significa libertad de obstáculos, de vínculos o de restricciones, sean estos de orden físico o de orden moral. b) Libertad-para: Significa libertad para alcanzar un objetivo o para realizar un valor o para llegar a una meta, es de tipo interna y reside en la voluntad. La libertad humana no es absoluta. Existen varios obstáculos que disminuyen y, a veces, nulifican la libertad de la conducta humana. El Estudio de ellos proporciona mayor claridad para la comprensión de los actos humanos en la vida real. En la medida en que falta libertad, el acto humano pierde su calidad de humano y llega a convertirse en un simple acto del hombre. A pesar de esto, la libertad puede conquistarse e incrementarse a partir del nivel de desarrollo y madurez propio de cada uno. Afortunadamente existen procedimientos psicológicos que fomentan este gradual crecimiento de la libertad personal. 6.13 LA SUCESIVA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE VIRTUOSO Hombre guerrero (homero) (Odisea viaje de Ulises de Troya a su casa). El hombre guerrero tiene una serie de cualidades que lo distingue claramente de los demás, su vergüenza no se ha de notar en caso de que la tengan, han de superar a los demás hombres (lo contrario de moral), deben sobresalir ante los demás, vencer por encima de todo, tienen que ser robustos (físicamente hablando). Su cultura consiste en: banquete: vino más agua cítara hecatombe juegos 81 El hombre guerrero, para mi tiene una actitud más bien prepotente u orgullosa, que tienen que ganar y sobresalir por encima de los demás por honor. Hombre sofista Ante todo no son una escuela. Son maestros de sabiduría. Características: maestros itinerantes su forma de pensar en la virtud también hacia referencia a la areté. Itinerantes Tenían diferentes leyes en cada ciudad-estado. Capacidades: oratoria convencimiento persuasión Por convención - conceptos Hombre según Sócrates ¿ Qué debía hacer el hombre? Para Sócrates el hombre, para ser virtuoso debería encontrar la verdad, es decir la realidad y los asuntos morales y también debía cuidar de su alma. El concepto de moral para Sócrates tiene que ver con la virtud y los conocimientos: justicia en sí mismo moral hombre sabio Los objetivos que tiene que tener el hombre sabio en la vida son: conocer saber 82 ser virtuoso ser sabio * Sócrates se hace una pregunta sobre la justicia: “¿cómo podemos clasificar actos como justos o injustos si no sabemos definir qué es la justicia?” El principal objetivo del hombre sabio es por fin llegar a ser bondadoso, es decir bueno, distinguir perfectamente entre lo bueno y lo malo y sobretodo y los más importante conocerse a sí mismo y de esta manera llegar a la felicidad que debe ser un sentimiento que a partir del momento en que se alcance no debe terminar. El hombre sabio es la evolución desde el guerrero hasta el sabio pasando también por el hombre sofista, en mi opinión el sabio es una maduración de los hombres anteriores, que poco a poco van cambiando su forma de pensar y de ser. 6.14 LA ÉTICA SEGÚN ARISTÓTELES Para Aristóteles la ética es una ciencia práctica basada en el sentido común, la utilidad es una forma de ética, Aristóteles también defiende la oposición y la relación como componentes fundamentales de la ética. Esta teoría está relacionada con el conocimiento del mundo. Cuando se habla de práctica en Filosofía se ocupa por una parte de la ética y por otra de la política. Ética Individuo ¿qué soy?¿cómo ser mejor? Política Social Sociedad Relación social Buscar cómo vivir en sociedad Con sentido común se refiere a que es algo que todos pueden comprender, es decir, una conclusión que cualquiera puede alcanzar. 83 Para Aristóteles el sentido común está relacionado con los juicios rectos de hombres considerados buenos y virtuosos que muestran el estilo de vida ideal, necesario para lograr la felicidad. Un juicio recto sería un juicio justo para justificar el bien. Nosotros seremos buenos siguiendo modelos de virtud. Bien solo un camino Mal muchos caminos Aristóteles afirma que hay que buscar un termino medio en la virtud entre el exceso y el defecto, este punto medio se encuentra siguiendo modelos de virtud de otros hombres que nos dan ejemplo. La conclusión es que la virtud es la búsqueda entre el término medio entre el exceso y el defecto. Es lo que afirma Aristóteles. Para Aristóteles todos los seres de la naturaleza buscan o tienen o realizan un fin. El fin particular del ser humano es el encuentro de la felicidad. (la felicidad debería ser un estado permanente). Nosotros buscamos el bien a cambio de otros bienes, para Aristóteles tiene que haber un bien definitivo, sin necesidad de obtener más bienes. 6.15 VIRTUDES CARDINALES Definición de Virtud: “Cualidad personal que se considera buena y correcta. Actuar con amabilidad y consideración por los sentimientos y pensamientos de otros. Hacer del mundo un lugar más agradable en el que estar con la actitud de comenzando por uno. Ayudar sin entorpecer el trabajo o proyectos de otros”. En definitiva Virtud es una propensión y facilidad para conocer y obrar el bien, se llaman cardinales las que son el principio y el fundamento de las demás virtudes. Las Virtudes Cardinales, también llamadas virtudes morales, reciben ese nombre por que en latín cardinales! cardinalis cardo, gozne, el gozne de una puerta, en 84 conclusión todas las virtudes giran en torno a ellas. Las Virtudes cardinales, son hábitos que se adquieren con el ejercicio y la repetición y que la habilitan para la realización de una vida correcta y buena. Mediante estas virtudes nuestras facultades apetitivas se inclinan hacia lo conveniente y conforme al juicio de la razón. La repetición de los actos provoca la aparición de hábitos. Cuando estos hábitos predisponen al hombre adecuadamente para el cumplimiento del bien reciben el nombre de virtudes y en caso contrario de vicios. La moral llama a un trabajo ascético (se dice de la persona que se dedica a la práctica y ejercicio de la perfección espiritual y lleva una vida modesta y sobria) sobre las pasiones, para dominarlas al juicio de la razón, de modo tal que ellas nos ayuden para la mejor consecución de nuestros fines. Estas virtudes son cuatro: Prudencia: Consiste en actuar con reflexión y precaución para evitar posibles daños, dispone la razón practica para discernir el bien y elegir los medios justos para realizarlos. Es el valor que nos ayuda con mayor conciencia frente a las situaciones ordinarias de la vida, nos ayuda a reflexionar y a considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones, teniendo como resultado un actuar correcto en cualquier circunstancia. Este valor se forja por la manera en que se conduce el hombre ordinariamente. Ante una situación problemática se debe antes que nada reflexionar y conservar la calma, en todo momento, pues si nos damos cuenta y reflexionamos, la mayoría de los malos aciertos en la vida, ocurren por una mala decisión. En definitiva la prudencia es un juicio ordenado, la prudencia juzgará si en un determinado caso, nos podemos comportar de un modo que no sea el adecuado. Moralmente será siempre mas prudente aquel que sabrá tomar la mejor decisión sin atropellar la moral y lo ético. Si se actúa con prudencia no existen los riesgos, pues se actúa razonando y usando la lógica, de esta manera se medita y prevé los actos. Es muy seguro que si se usa la prudencia el error sobre las decisiones y actos será mínimo, de ésta forma la prudencia se convierte en la guía segura de los actos, edificará una personalidad recia, segura, perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos, generando confianza y estabilidad en quienes le rodean. 85 Justicia: Consiste en dar a cada uno lo que le corresponde. Para ello precisamente se necesita la guía de la prudencia. La justicia no existe sin la misericordia, la caridad o el amor. La justicia es principio fundamental de la existencia y coexistencia de los hombres, como asimismo de las comunidades humanas, de las sociedades y los pueblos. A lo largo de los siglos, la justicia ha ido teniendo definición según las distintas relaciones y aspectos. De aquí el concepto de justicia conmutativa, distributiva, legal y social. Todo ello es testimonio de cómo la justicia tiene una significación fundamental en el orden moral entre los hombres, en las relaciones sociales e internacionales. Puede decirse que el sentido mismo de la existencia del hombre sobre la tierra está vinculado a la justicia, definir correctamente "cuánto se debe" a cada uno por parte de todos y, al mismo tiempo, a todos por parte de cada uno, "lo que se debe" (debitum) al hombre de parte del hombre en los diferentes sistemas y relaciones, definirlo y, sobre todo, llevarlo a cabo. Para organizar con justicia el conjunto de la vida social en sus aspectos varios, es necesario que el hombre viva en un contexto de justicia y, más aún, que cada uno sea justo y actúe con justicia respecto de los cercanos y de los lejanos, de la comunidad, de la sociedad de que es miembro. La justicia es la base de la posibilidad real de ser bueno; en esto se apoya la elevada categoría de la prudencia. La justicia protege y garantiza los derechos y deberes fundamentales, observa y juzga las condiciones que afectan a los diversos sectores de la sociedad, vigila y guía la disparidad de oportunidades económicas y orienta las circunstancias sociales de modo que favorezcan la convivencia pacífica de los pueblos. Fortaleza: La fortaleza en la filosofía griega se entiende como fuerza de ánimo frente a las adversidades de la vida, como desprecio del peligro. La virtud de la fortaleza consiste en tener el valor y la constancia para perseverar en una obra buena hasta el final, no importando los obstáculos o soportando una mala situación con paciencia e inteligencia hasta el final sin derrumbarse. También incluye el valor en situaciones de peligro y la capacidad de tomar riesgos prudentes. Según la doctrina de Santo Tomás, la virtud de la fortaleza se encuentra en el hombre que 86 está dispuesto a afrontar los peligros y dispuesto a soportar las adversidades por una causa justa, por la verdad, la justicia, etcétera. La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y, sobre todo, del miedo. Porque el hombre, por naturaleza, teme espontáneamente el peligro, los disgustos y sufrimientos. Tenemos necesidad de fortaleza para ser hombres. En efecto, hombre verdaderamente prudente es sólo el que posee la virtud de la fortaleza; del mismo modo que hombre verdaderamente justo es sólo el que tiene la virtud de la fortaleza. Asegura, en las dificultades, la firmeza y la constancia en la práctica del bien. Templanza: La virtud de la templanza es la virtud que nos capacita para controlar y canalizar correctamente nuestras tendencias. A esta virtud se la llama también sobriedad. La virtud de la templanza representa el término medio entre el desenfreno y la insensibilidad. Templanza se refiere más a la ética personal. Para unos, un comportamiento es conformarse a unas reglas, pero no sólo es esto. La ética es un dinamismo interno del sujeto. Es adecuarse a la recta ratio, no a las reglas externas. La templanza no es meramente dominarse y moderarse, sino que es una discreción ordenadora en orden a la armonía y perfección del interior del hombre. Ordenar por la templanza no sólo significa suprimir, sino armonizar. Cabe distinguir dos tipos de "templanza": la natural y la que se califica como virtud cardinal. La primera se refiere al dominio, principalmente, del gusto y del tacto (son los dos sentidos más afines con esta virtud) que impone la razón, de forma que el hombre y la mujer se guíen por la moderación y no sean esclavos de los placeres sensibles. Cabría denominarla "templanza natural", la cual debe estar presente en la vida de todas las personas, pues, de lo contrario, su conducta sería dirigida por el instinto, lo que les acercaría más o menos a la existencia de los animales. El filósofo latino Cicerón definía esta templanza natural como "dominio firme y moderado, impuesto por la razón sobre la concupiscencia y demás ímpetus desordenados". Esta "templanza natural" se puede invocar y practicar por motivos bien diversos y algunos son bastantes fútiles. Es el caso, por ejemplo, de cuantos se privan del placer de comer y de beber para 87 mantener un canon discutible de belleza, o la de quienes rehúsan ciertos placeres sensibles para mantenerse "puros" en una sociedad que califican de desordenada. Otras veces se vive la templanza a causa de algún criterio médico válido: es preciso abstenerse de ciertos placeres por motivos de salud, etc. Por el contrario, la templanza cristiana es la virtud cardinal que orienta y modera la tendencia a los placeres sensibles para que la persona se mantenga dentro de los límites que le señala la fe. UNIDAD VII NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA 7.1 NORMAS DE ENFERMERIA La enfermería tiene la responsabilidad de cuidar la salud de las persona y tiene que poner a las personas en la mejor forma posible para que la naturaleza pueda actuar sobre ella. (Nightingale, 1.859) Balderas (1.998) define la enfermería como el conjunto de conocimientos y acciones necesarias para prestar atención de enfermería a las personas que lo requieran, en actividades de promoción de la salud, diagnósticos de enfermería, tratamiento y rehabilitación. Esto propone atención directa, investigación, docencia y administración como funciones generales. Profesión dinámica, dedicada a mantener el bienestar físico, psicosocial y espiritual de las personas (Ledesma, 1.999) Enfermería como profesión aplica conocimientos, es práctica, académica, cumple procedimientos basados en principios científicos, posee bases éticas, tiene autonomía y es social. 7.2 CARACTERÍSTICAS DE LA PROFESIÓN DE ENFERMERÍA 88 Intelectual Práctica Académica Habilidad técnica Bases éticas Autonomía Social Intelectual Se basa en un conjunto de conocimientos Emplea el método científico en la práctica Utiliza los conocimientos con pensamiento analítico Crítico y creativo Práctica Debe poseer habilidades y destrezas Académica La práctica de le enfermería se caracteriza por la solidez de su formación teórica El personal de enfermería debe especializarse con el fin de mejorar la calidad de atención de los usuarios. Habilidad técnica La práctica de enfermería se apoya en principios o bases científicas que guían la práctica y a su vez proporciona la base para la legitimidad y autonomía de la profesión. Bases teóricas La enfermería se ejerce dentro de un marco ético. Estos valores se señalan en el Código Deontológico de Enfermería. Autonomía La enfermería como profesión controla sus propias funciones, posee independencia y responsabilidad de sus actos. Sociales 89 Su principio consiste en ayudar a que las personas conserven su salud Debe ser sensible a las necesidades humanas y tener consciencia de su responsabilidad al contribuir al bienestar de los demás Existe una fuerte motivación o vocación en la elección de la carrera que sugiere un compromiso de la profesión al servicio de la sociedad El personal de enfermería durante el ejercicio de su profesión, es importante que posea o adquiera la capacidad de: Formar juicios sobre la realidad que la conduzca a actuar con pleno conocimiento Trabajar en equipo inter y multidisciplinario Servir y ayudar a quienes lo requieran Comunicarse cordial y efectivamente con el usuario, colegas y demás miembros del equipo de salud Mostrar seguridad y confianza en sí misma (o) Realizar investigaciones de proyección social Aplicar el sentido y valor de las normas éticas y jurídicas de la profesión Participar con organismos de influencia en el desarrollo de la profesión 7.3 CÓDIGO DEONTOLÓGICO DE ENFERMERÍA EL Código Deontológico de Enfermería, encierra un conjunto de deberes, derechos, normas éticas y morales que debe conocer el profesional de Enfermería para aplicarlos en la práctica diaria. En dicho código se reglamenta la relación: La enfermera (o) y el individuo La enfermera (o) y el ejercicio de la profesión La enfermera (o) y la sociedad La enfermera (o) y sus colegas La enfermera (o) y la institución La enfermera(o) y el individuo La relación enfermera (o) – usuario debe fundamentarse en el respeto a la dignidad humana 90 Debe tratar al usuario de forma holística (biológica, psicológica y socialmente). La enfermera(o) y el ejercicio de la profesión Debe cumplir sus funciones con elevado espíritu de responsabilidad Debe mantener el secreto profesional Asumirá la responsabilidad de sus juicios y actuaciones Debe mantenerse permanentemente actualizado mediante la asistencia a: jornadas, talleres, congresos y cursos Debe actuar equilibradamente conservando los principios éticos y morales en la practica La enfermera(o) y la sociedad Su máxima defensa es el bienestar social, implícito en el fomento y la preservación de la salud a través de acciones tendientes a satisfacer las exigencias sanitarias y sociales de la comunidad. La enfermera(o) y sus colegas Las relaciones humanas con sus compañeros deben ser de respeto Debe trabajar en equipo Cuando los cuidados que recibe un usuario son puestos en peligro por un colega, debe tomar la decisión más adecuada y actuar en consecuencia Actuar como defensor (a) del usuario cuando los cuidados de la salud y la seguridad, se ven afectados por la incompetencia y la falta de ética o ilegalidad de la actuación de un colega La enfermera(o) y la institución Debe preservar los bienes de la institución Debe administrar, controlar y supervisar los insumos y bienes de la institución 7.4 ÉTICA DE ENFERMERIA Ética proviene del vocablo griego "ethos" que significa carácter, modo de ser. 91 Estudio sistemático de los problemas fundamentales de la conducta humana. (León, 1.999) Describe la base sobre la cual las personas, de manera individual o colectiva, deciden que ciertas acciones son correctas o incorrectas, y si es deber de una persona hacer algo, o si tiene el derecho de hacerlo. (Rumbold, 2.000) La ética estudia las acciones humanas, sus efectos y el valor de dichas acciones. De igual manera determina que es lo correcto y lo incorrecto. La ética es una ciencia normativa, ya que se ocupa de un ideal, es decir, no con lo que la conducta humana es, sino con lo que debe ser. Características Implica acción de acuerdo con las normas morales Se ocupa del estudio de los problemas teórico – morales Equivale al conocimiento Se basa en un plan filosófico (qué es el bien, qué es la virtud, qué es la felicidad, etc.) Se ocupa de los valores humanos La ética de enfermería estudia las razones de los comportamientos en la práctica de la profesión, los principios que regulan dichas conductas, las motivaciones, los valores del ejercicio profesional, los cambios y las transformaciones a través del tiempo. 7.5 FUENTES DE LA ÉTICA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA Las fuentes de la ética profesional son las normas destinadas exclusivamente para la prestación de servicio a la sociedad, teniendo como base las más elementales normas sociales. Entre ellas tenemos: Normas Jurídicas Normas Morales Normas de Trato Social 92 Normas Jurídicas. Se basan en el cumplimiento del conjunto de normas o reglas de conducta de carácter obligatorio que regulan las actividades de los individuos en su convivencia social. Normas morales. La enfermera (o) como profesional debe aceptar la responsabilidad de tomar decisiones y realizar acciones en sociedad, su comportamiento profesional afecta o beneficia a otros miembros de la comunidad, por ello debe ajustarse a las normas de la ética profesional Normas de trato social. Las enfermeras (os) deben coordinar sus acciones con otros miembros del equipo de salud en la atención al individuo, cumpliendo las normas establecidas por la sociedad Los Obstáculos de la Libertad Existen cinco obstáculos contra la libertad: 1. La Ignorancia. Consiste en la ausencia de conocimientos, es un obstáculo ya que para elegir algo, es preciso conocerlo. El mejor consejo para obtener la libertad es abrir horizontes, ilustrar acerca de nuevas posibilidades. Muchos fracasos en las carreras profesionales se deben a una elección incorrecta de ella por ignorar otras especialidades que estarían más de acuerdo con las cualidades del sujeto. 2. El Miedo. Consiste en la perturbación emocional producida por la amenaza de un peligro inminente y es un obstáculo ya que en casos extremos (pavor), puede producir una ofuscación completa de las facultades superiores, y todo lo que se ejecuta en esos momentos pierde el carácter de acto humano, pues el sujeto no puede responder de ello. 3. La Cólera y Otras Pasiones. La cólera, también llamada ira, enojo o coraje, al igual que otras emociones y pasiones producen una fuerte limitación en nuestra capacidad de elegir libremente. Las emociones como el odio, la tristeza, la alegría, los celos, la envidia y el enamoramiento, son respuestas orgánicas (de adecuación o de inadecuación, de aceptación o de rechazo) por parte del sujeto cuando percibe un objeto afín o discordante. La emoción llevada a los extremos 93 recibe el nombre de pasión. La palabra "sentimiento" expresa casi siempre lo mismo que la palabra emoción, cuando se trata de un fenómeno persistente. 4. La Violencia. Es una fuerza externa, física o psíquica, ante la cual es difícil o imposible resistirse. Ésta puede debilitar la libertad del sujeto hasta el grado de suprimir toda responsabilidad en lo que se refiere a la conducta realizada en esos momentos. 5. Los Desajustes Psíquicos. Los desajustes psíquicos, entre los cuales sobresale la neurosis, debilitan la libertad debido a que la persona se siente atada a ciertos patrones de conducta, a mecanismos de defensa, a lo que le dicta el autoconcepto o el Super Yo, a las emociones exageradas, como la ansiedad y la angustia, que ya hemos mencionado. Las Pruebas de la Libertad y el Determinismo Una vez que se ha estudiado la libertad en su esencia, en sus diferentes tipos y en su realización limitada, es necesario reflexionar sobre el fenómeno y obtener cuáles son las razones por las que afirmamos que el hombre es libre. Estas razones son las siguientes: a) Cada persona tiene conciencia de su propia libertad. En cualquier momento puede verificar experimentalmente que en realidad posee la capacidad de escoger una dirección u otra, y que de hecho escoge una de ellas por propia determinación. Este hecho es innegable. b) Si se reflexiona sobre los obstáculos de la libertad ¿sería posible que se experimentaran obstáculos y limitaciones de la propia libertad, si ésta en realidad no existiera? Una persona se puede experimentar en sí misma en dos situaciones diferentes: en la primera se capta con el poder de autodeterminarse, pero en la segunda se capta limitada por los obstáculos ya descritos. En el primer caso experimenta un cierto poder de elección, y en el segundo no, pues se siente dominado, determinado, por fuerzas que en ese momento son invencibles. Es por eso, que esa diferencia, ese poder, que es innegable, constatable, limitable, y que no es el producto de ninguna teoría abstracta, es justamente la libertad o poder de autodeterminación. 94 Contradiciendo todo lo relacionado a la existencia de la libertad está el fenómeno del determinismo, el cual niega la existencia de la libertad como tal, ya que aunque los hechos no se pueden negar, el hombre ha sufrido una ilusión desde el momento en que ignora las causas ocultas de su propia conducta. Ingenuamente, aseguran pensadores de ésta corriente, se cree que elegimos libremente cuando no se tiene conciencia de las causas más profundas de nuestra conducta. La tesis central del determinismo es la de que el hombre ya está fijado o "determinado" en cierta dirección por diferentes causas que desconoce en el momento mismo y que, por tanto, su decisión "libre" sólo sigue siendo de nombre. Los principales expositores de esta corriente fueron: Leibniz, Spinoza, Freud y Skinner. Cada uno con su tesis sobre el comportamiento del hombre. Existen otros tipos de determinismo además de los expuestos por los pensadores mencionados anteriormente, éstos son el Determinismo Biológico y el Sociológico, que sostienen la existencia de otras fuerzas rectoras de la conducta humana como pueden ser la programación genética y la coerción social. Según hemos visto la Libertad es una de las principales condiciones para que un acto pueda ser calificado como un acto humano propiamente dicho (ya que solo en los actos humanos interviene la inteligencia y la voluntad). También la Libertad ha quedado definida como una "autodeterminación axiológica", o sea, que los valores morales sólo son alcanzados cuando una persona ejecuta su conducta en pleno uso de sus facultades de conocimiento y de voluntad. El ejercicio de la Libertad, en la medida en que incorpora valores en el momento de la elección, es la raíz de la superioridad de un acto humano y de su valor moral. El Valor Moral En los capítulos anteriores se han analizado los actos humanos desde el punto de vista de su libertad, ahora se verá el aspecto de la bondad o maldad de ellos que es el objeto formal de estudio de la Ética. 1. La Esencia de la Bondad en general. Podemos aproximarnos a la esencia de la bondad por su paralelismo con la verdad Así como la inteligencia está hecha para la verdad, la voluntad está hecha para la 95 bondad. Es por esto qué se dice que el objeto propio de la inteligencia es la verdad y que, similarmente, el objeto propio de la voluntad es la bondad. Se trata de las dos tendencias fundamentales del ser humano (inteligencia y voluntad); cada una de ellas está dirigida a estos dos valores en particular (verdad y bondad). Existen dos tipos de bondad. a. La bondad ontológica, que existe en cualquier objeto en tanto que se presenta como atractivo para la voluntad. b. La bondad moral es un calificativo referido a los actos humanos cuando éstos llenan las condiciones especificadas por la Ética. A esta ciencia le compete el estudio de las cualidades requeridas para que un acto pueda ser considerado poseedor del valor moral, es decir, como bueno o como malo moralmente hablando. 1. La esencia del Valor en general. La esencia del valor está en la preferibilidad de un objeto, es decir, en una cualidad que logra atraer la atención y la inclinación de las personas que lo perciben, es pues, una especie de imán que poseen algunos entes, gracias al cual una persona dice preferir ese objeto. Tenemos pues, Valor es todo ente en cuanto que guarda relaciones de adecuación con otro ente (en este caso el ser humano). El valor reside en las cosas, y consiste en una cualidad por la cual esas cosas son preferibles al hombre, a sus facultades, a su naturaleza. Los valores son tales porque guardan una relación armoniosa con el ser humano. El valor es todo ente en cuanto qué guarda una relación armoniosa con el ser humano. La diferencia principal entre bien y valor está en la mayor extensión de este último. El bien es un valor, al igual que la verdad, la belleza y la virtud. Y el término valor es un género donde entran las especies antes mencionadas. 2. La Esencia del Valor Moral. Una de las respuestas más claras y prácticas es la que propone a la naturaleza humana como el fundamento de la moralidad. Ser moral significa actuar conforme a las exigencias de la naturaleza humana. Quien reflexione sobre la naturaleza humana, descubrirá allí algunas exigencias, que son la base de los derechos y las obligaciones de todo hombre, tales como el derecho a la vida, a la verdad, a sus propiedades, etc. Uno de los criterios fundamentales en lo 96 que a moralidad se refiere es la recta razón. Se entiende por recta razón como la inteligencia humana en tanto que actúa por sí misma, sin desviaciones provocadas por las pasiones, los instintos o algún interés personal. Quien actúa conforme a la recta razón, determina cuáles son sus exigencias propias de la naturaleza humana que en ese momento le conciernen. De acuerdo con lo anterior, una persona con valor moral es aquella que actúa en la misma línea de sus tendencias y exigencias como ser humano. Ser moral es equivalente a ser más hombre (independientemente del sexo), ser más humano, apropiarse de las cualidades que pertenecen por esencia a su propia naturaleza humana. El valor moral lo puede adquirir una persona cuando realiza una norma moral y mejor también, cuando ejerce una norme ética. Lo esencial en la conducta moral está en la libertad guiada por valores superiores. 3. Descripción del Valor Moral. La Esencia del valor moral es la congruencia de la conducta con la naturaleza humana, pero esta esencia resulta muy general y poco aplicable así que es conveniente mencionar algunas características propias de este valor: a) El valor moral perfecciona a las personas en cuanto a tal, en tanto que los demás valores perfeccionan al individuo en aspectos parciales o periféricos, el valor moral se enclava en el núcleo de la identidad personal. b) La persona con valor moral es todo lo contrario al sujeto mezquino, egocéntrico interesado exclusivamente en su propio bienestar. c) La Persona con moral manifiesta y contagia una felicidad que surge de su propia interioridad, del núcleo de su identidad personal. d) La persona con valor moral manifiesta una triple armonía: Su conducta es congruente con lo que piensa y lo que dice. No hay autoengaño ni falsas posturas hacia los demás. Y los tres niveles: pensamiento, palabras y acciones, expresan lo mismo, la naturaleza que se está realizando en forma armoniosa. 97 e) La Persona que actúa con un nivel moral positivo tiene puesta su atención en valor moral intrínseco del acto que ejecuta y no del beneficio personal que le traerá este. f) Un acto honesto es una acción que posee un valor intrínseco y, además, se ejecutan dentro de una actitud de benevolencia, desinterés y generosidad que procede del núcleo de identidad personal del individuo. 1. El Relativismo Moral. Es la postura moral que sostiene la falta de objetividad de los valores y, por lo tanto, la ausencia de un fundamento objetivo y universal de sostener un criterio moral determinado. Según esto cada persona crea sus propios valores y, en consecuencia, es imposible hablar de un criterio moral único que rija por igual a todos los seres humanos. 2. El Amoralismo. El sentido correcto de la palabra amoral es le etimológico; sin moral, independiente de la moral, carente de valor moral. A este plano corresponden los actos del hombre que permanecen en un plano inferior al de los actos humanos. Pero en la actualidad se ha tergiversado, ya que basta que una persona se declare autónoma o indiferente a las leyes morales para que indebidamente se califique a si misma como amoral. El calificativo obviamente es incorrecto, ya que sigue ejecutando actos humanos (utiliza la inteligencia y la voluntad), por lo tanto no son actos amorales, sino morales, ya sean con signo positivo o negativo. En si el término amoral corresponde a los actos del hombre y a las ciencias y técnicas que ha creado. Por ejemplo: la ciencia en cuanto a ciencia es amoral ya que la ciencia es un conjunto de verdades objetivas, frías y racionales acerca de la naturaleza de las cosas y las personas, permanece en un plano que no toca lo moral.¿qué valor se le puede asignar a la ley general del estado gaseoso?. Sin embargo en el caso del científico, él y su conducta, aunque son libres, son susceptibles de los cánones de la Ética. Este científico puede alcanzar un enorme valor moral en sus investigaciones, aun cuando la ciencia en sí misma sea amoral. La Objetividad del Valor El valor se puede referir como todo objeto en cuanto qué guarda relaciones de adecuación con otro objeto. Esto significa que cualquier objeto puede ser 98 valioso, todo depende de su armonización con otras cosas. Dicha armonía o integración no depende de que el sujeto la capte o no; el sujeto no crea esa armonía, sino que se da mucho antes de que el sujeto la descubra y la observe. Esa es la base de la objetividad de los valores. Además, un valor tiende siempre hacia dos polos, dado que la adecuación o armonía entre dos cosas puede tener, incluso grados o gamas entre los dos polos que suelen considerarse, esta es la base de la bipolaridad. Además los valores poseen otra característica, son preferibles, es decir, muestran un cierto atractivo a las facultades humanas. Los valores también son trascendentes, es decir, los objetivos valiosos no agotan el concepto o esencia del valor que entrañan, esta es la diferencia entre valor y bien. Una última característica de los valores es que son jerarquizables, es decir, todos ellos, guardan entre sí un cierto orden en relación con las preferencias y características del ser humano. Decir que los valores son objetivos equivale a decir que éstos existen en la realidad independientemente de que éstos sean conocidos o no. En cambio afirmar la subjetividad de un valor quiere decir que los valores son creados por el sujeto. Esta objetividad y subjetividad son mutuamente excluyentes sino que normalmente se complementa ya que puede ser que mientras existe una relación de adecuación entre dos cosas (la objetividad del valor), en este caso la persona y el objeto, es también posible que esta persona añada por su cuenta (subjetividad) un elemento de preferibilidad al mismo objeto. Normalmente a esa parte subjetiva del valor se le conoce como valorización, que muchas veces es confundida con el valor. El valor es objetivo, ya que se da independiente del conocimiento que se tenga o no de él, en cambio la valorización es subjetiva ya que depende de las personas que juzgan; aún así para que una valorización sea valiosa, debe tener un poco de objetividad, es decir, necesita basarse efectivamente en los hechos reales que se están juzgando y no ser un producto de conductas viciosas o circunstancias desfavorables del que juzga. La bipolaridad de los Valores Cuando hablamos de valores se puede notar una característica peculiar, siempre se consideran en pares, por ejemplo: belleza y fealdad, verdad y 99 falsedad, bondad y maldad. Ahora bien en la mente humana podemos detectar varias escalas que utiliza ésta para referirse al tema de los valores, aun cuando siempre van de un polo superior hasta otro inferior y viceversa, en el fondo se vislumbran diversas estructuras noéticas con las cuales nosotros catalogamos y damos peso a esos dos polos y además ordenamos los valores intermedios entre los dos puntos extremos. Estas escalas, por su parecido con las escalas numéricas, se denominan de la siguiente manera: 1. La Escala Bipolar. Es la más sencilla de todas. Esta escala considera solo dos calificativos, dos extremos opuestos, uno positivo y otro negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida y muerte, aceptado o no aceptado, etc. 2. La Escala de múltiples valores positivos y negativos. Esta escala considera además de los dos polos, la posibilidad de que existan matrices entre los dos extremos. Se puede comparar con la escala algebraica que utiliza el cero y a partir del cual se dan números positivos hacia arriba y números negativos hacia abajo. Esta escala siempre promueve el nivel positivo, más y más cualidades, más riqueza, más belleza. La ventaja enorme de esta escala con respecto a la primera consiste en que en esta si se admiten matrices, lo cual proporciona a la mente una facilidad para emitir sus juicios de valor y se sale del encasillamiento de la bipolaridad pura. 3. La escala de la normalidad central. Esta escala es un poco más sofisticada, ya qu además de considerar los dos polos y las matrices de valores, pone el peso axiológico en el centro de dicha escala, es como la campana de Gauss, esta es como una parábola, por lo tanto en su extremo más alto se expresa el mejor valor y así va decreciendo hacia la izquierda y a la derecha, es ahí donde se manejan los número negativos y positivos. Entonces tenemos que se concibe lo normal como un valor en el centro y lo anormal como valores hacia la derecha y hacia la izquierda. Hay que recordar que en caso de los valores en estas escalas, estos no se tratan de números, esta escala es una simple analogía, pero muestra con claridad de que manera se conciben algunos valores. 100 4. La escala del cero absoluto. Esta es la más difícil de captar y de aceptar, proviene de la Filosofía escolástica, y es comprable a la escala termométrica de Kelvin que considera el cero absoluto en el punto inferior, de tal manera que toda graduación es de números positivos. En esta escala no hay números negativos y ésta es la tésis que sostiene esta Filosofía, tesis que normalmente produce un fuerte rechazo cuando se oye por primera vez. A la gente le cuesta entender que alguien sostenga la no existencia de valores negativos y la inexistencia del mal. Para la Filosofía escolástica el mal es una privación del bien, es decir, el mal como tal no existe, sino lo que existe es una ausencia del bien. La privación es eso, la ausencia de algo que debería existir. La preferibilidad de los Valores Esta propiedad es el mismo corazón del valor. Consiste principalmente en esa particularidad por lo cual los valores atraen la atención hacia sí mismos la atención, las facultades y, en especial, la voluntad del hombre que los capta. Cuando el hombre se encuentra enfrente de varias cosas, este prefiere las que encierran un valor. Esta característica de atracción surge ante la imperfección que muestra el ser humano y la necesidad que tiene éste de eliminarla, complementándose con otros objetos, otros entes que de alguna manera llenan o satisfacen su hambre de desarrollo y de plenitud. A partir de esta polarización: el atractivo de los valores por un lado y l precariedad humana por el otros, el valor se ha convertido en el satisfactor normal de la naturaleza humana imperfecta y necesitada. El valor es el alimento del ser humano como tal, es el ente que se adecua a la naturaleza humana dada su calidad de ente en desarrollo y evolución. Captar los valores es lo mismo que reconocer el alimento adecuado la propia naturaleza, a las propias facultades necesitadas de algún complemento que las satisfaga. Pero existe una situación precaria en la naturaleza humana, la ceguera axiológica, es decir la incapacidad para reconocer por sí mismo cierto tipo de valores. Nos muestra que el hombre requiere un desarrollo especial para poder captar ciertos valores. Cuando se nace se tienen instintos y necesidades, por lo 101 la persona busca instintivamente los bienes que lo satisfacen, pero con el tiempo se va desarrollando y empieza a encontrar y apreciar poco a poco otros valores, que antes le eran indiferentes. Con la educación y la cultura, un individuo aprende a reconocer y apreciar valores cada vez más refinados. Pero sin esa educación y cultura, el horizonte axiológico del individuo se queda limitado, y aunque él quiera no podrá aprecia cierto tipo de valores como por ejemplo la belleza artística, ya sea en la música, en la pintura o en la literatura. Esto tiene mucho que ver con la situación en que se encuentre cada individuo, no todos nos cultivamos por igual. Pero es peor la ceguera axiológica en el plano de lo moral, ya que el adulto que no tiene la capacidad de captar y apreciar el valor de la virtud, que no encuentre la diferencia entre lo malo y lo bueno, sufre de una verdadera privación y no de una simple negación. Es por ello que debe existir una educación axiológica en el que al niño se lean todos los elementos para crearle un ambiente en donde pueda asomarse a los valores que le van a proporcionar la satisfacción de una naturaleza normalmente en crecimiento y en busca de plenitud. Es importante orientar su motivación axiológica hacia los valores que lo motiven sin perjudicar a nadie más. Otros de los aspectos por los cuales los valores son preferibles es por su trascendencia, trascender significa estar mas allá; por lo tanto; este término nos indica que los valores sólo se dan con perfección mas allá de este mundo, no aquí. Y al buscarlos nosotros y aceptarlos como una guía en nuestros actos, nosotros trascendemos con ellos. 102 La Jerarquización de Valores Existe una gran cantidad de valores, pero pueden ser ordenados dentro de una jerarquía que muestra la mayor o menor calidad de dichos valores comparados entre sí. Es claro que no es igual lo material que lo espiritual, lo animal o lo intelectual, lo humano o lo divino, lo estético o lo moral. Por lo tanto para dicha clasificación utilizaremos el criterio de que el valor será más importante y ocupará una categoría más levedad en cuanto perfeccione al hombre en un estrato cada vez más íntimamente humano. Entonces de acuerdo con este criterio tenemos que los valores se pueden clasificar en: 1. Valores Infrahumanos. Son aquellos que perfeccionan al hombre en sus estratos inferiores, en lo que tienen en común todos los seres, aquí se encuentran valores como son el placer, la fuerza la agilidad, la salud, etc. Todos estos pueden ser poseídos por los mismos seres. 2. Valores Humanos Inframorales. Son todos los valores humanos, aquellos que son exclusivos del hombre, que perfeccionan los estratos que sólo posee un ser humano, como lo son: a. Valores económicos. como la riqueza, el éxito, todo lo que expansione la propia personalidad (valores eudemónicos) b. Valores noéticos. Son los valores referentes al conocimiento, como la verdad, la inteligencia, la ciencia. 103 c. Valores Estéticos. Como la belleza, la gracia, el arte, el buen gusto. d. Valores sociales: como la cooperación y cohesión social, la prosperidad, el poder de la nación, el prestigio, la autoridad, etc. Valores Morales. Son las virtudes como la prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Estos valores son superiores a los anteriores debido a que los valores morales dependen exclusivamente del libre albedrío, en cambio los otros dependen además del libre albedrío de otros factores, por ejemplo la riqueza (puede heredarse), así como el grado de inteligencia y buen gusto. Además los valores morales al hombre de tal modo que lo hacen más hombre, en cambio los inframorales solo perfeccionan al hombre en cierto aspecto, por ejemplo, como profesionista, sabio, artista, etc. Valores Religiosos. Son los valores sobrehumanos, sobrenaturales. Son una participación de Dios que está en un nivel superior a las potencias naturales del hombre. Son pues la santidad, la amistad divina (gracia), la caridad y en general las virtudes teologales. Estos valores perfeccionan al hombre de un modo superior, ya no solo de lo que tiene más íntimo como persona, sino en un plano que no está dentro de los moldes naturales de lo humano. Aquí se deja la puerta abierta a todo lo sobrenatural que provenga de Dios. Su estudio corresponde más bien a la teología. 1. La Jerarquía de Max Scheler. Normalmente cuando se estudian las jerarquías d valores de los principales axiólogos, se nota un cierto paralelismo dentro de sus diferentes categorías como es este tipo de jerarquía propuesta por Max Scheler: a) Valores de lo agradable y lo desagradable b) Valores de lo noble y de lo vulgar c) Valores espirituales d) Valores de lo santo La importancia de una correcta jerarquía de valores reside, sobre todo, en la facilidad que puede proporcionar para una eficaz orientación de la vida entera. Quien no tenga clara la jerarquía de valores normalmente se encontrará perplejo frente a una decisión que tenga que tomar. 104 Con respecto al orden de los valores podemos utilizar ciertos criterios propuestos por Max Scheler: a. Duración. Es superior un valor que dure más que otro. Esto se refiere a la duración del bien en donde está encarnado un valor b. Divisibilidad. Es superior un valor cuanto menos pueda dividirse. Una obra de arte no se puede dividir, en cambio los alimentos sí. c. Fundamentación. Es superior el valor fundamentalmente con respecto al valor fundamentado. Por ejemplo: la inteligencia fundamenta el conocimiento científico. d. Satisfacción. Es superior el valor que satisface más. No debe confundirse satisfacción con placer, la satisfacción puede ser intelectual y espiritual. e. Relatividad. Es superior el valor que se relaciona con los niveles superiores del objeto o la persona que está complementado. A partir de dichos criterios cada persona puede organizar su propia jerarquía de valores. El máximo inconveniente consiste en la facilidad de ese orden. Ya que una cosa es lo que un sujeto dice acerca de su jerarquía de valores y otra cosa es lo que de hecho realiza a lo largo de su vida. El Problema del Mal La existencia del mal ha constituido un fuerte problema debido a que no sabemos cuál es su esencia, que actitud se debe de tomar frente al mal. Además partimos del hecho de que existen situaciones nefastas, tales como asesinatos, el secuestro, la violación, la guerra, la infinidad de víctimas de un terremoto o de una inundación, el nacimiento de un niño sin brazos, enfermedades incurables como el cáncer y el SIDA. A continuación veremos cuáles son las diferentes posturas que debemos tomar frente a tales desgracias. 1) La Postura del Maniqueísmo frente al mal. Es una postura (tachada como herética dentro de la Teología católica) que sostiene la existencia de dos principios opuestos, dos dioses, el dios del bien y el dios del mal. El primero se llama Ormuz y el segundo Ahrimán. Estos dos dioses 105 luchan entre sí y tratan de conquistar al mundo para su propio reino. En otras palabras, esta postura consiste en atribuir consistencia positiva al mal, como si el bien y el mal fueran dos enemigos (dos poderosos dioses) que luchan entre sí para apoderarse del mundo. El uso de un lenguaje plagado de términos negativos ha originado una verdadera tragedia en la Filosofía de la vida, pues nos hace creer en la existencia de gigantes peligrosos cuando sólo existen molinos que ejecutan su trabajo cotidiano. 2) La Postura de la Filosofía Aristotélico – Tomista. De acuerdo con esta postura el mal es la privación de un bien. Es decir, que el mal en sí, a secas, no se da. El mal no tiene una consistencia independiente del bien, sólo se entiende en función del bien. Entonces el mal es un término que sirve para referirse a un faltante, a algo que de hecho no se da. Por ejemplo cuando existe un objeto que tiene noventa cualidades y debería tener cien, decimos entonces que el mal está en esas diez cualidades que faltan. Con esto podemos insistir que, en el fondo, no hay valores negativos, sólo hay valores positivos, y cuando hablamos de valores negativos, lo que se da a entender es la privación del correspondiente valor positivo. Así pues la fealdad es una privación de la belleza; la pobreza es la privación del valor riqueza; la falsedad es la privación del valor verdad. 3) La Positividad del Ser. Una de las principales enseñanzas de la metafísica tomista es la positividad, la bondad del ser, y en la medida en que participa de él es positivo, es bueno. Si algo existe algo en el ser, es que no existe. No existe lo negativo, o mejor dicho, el no ser no existe. Por lo tanto, a lo que llamamos "malo" es tan sólo una privación de un bien, es decir, lo que falta a un ente bueno para ser plenamente bueno, conforme a su esencia. 4) Para ilustrar más esta definición se puede citar a la energía térmica. Cuando un objeto tiene mucha energía térmica podemos decir que está caliente, pero cuando no tiene casi o es nula decimos que está frío, sería absurdo afirmar que el frío existe, así es, el frío no existe, lo que si existe es la ausencia de energía térmica. 106 5) Diferentes escalas para referirse al mal. De acuerdo con las cuatro escalas del sistema axiológico se pueden obtener algunas conclusiones acerca del problema del mal. a) La primera escala, la bipolaridad exclusiva, no proporciona una visión del mal sumamente pesimista ya que lo que no es bueno, es malo definitivamente. Y como no hay muchas cosas buenas el hombre con esta escala entra en angustia con mucha facilidad. b) En cambio la escala del cero absoluto logra abstenerse del empleo de dos términos diferentes para señalar los extremos opuestos. Así, por ejemplo, la energía calorífica es una buena expresión para indicar cualquier grado de calor. Cuando se da poca energía calorífica, el sistema bipolar empieza a utilizar el término frío. c) El uso del sistema bipolar de categorías para referirse al mal ha dado origen a una teoría en la historia del pensamiento la cual ha recibido el nombre de maniqueísmo. Aunque esta teoría es propia de la Teología, no deja de abarcar una vertiente filosófica. 1) La Postura de Pierre Teilhard De Chardin. Este autor nos proporciona una pista para comprender la existencia de cosas y personas malas, según él, el universo está en constante evolución y todo tiende hacia un estado de perfección que llama el Punto Omega. A partir de esto se infiere que, mientras estemos en evolución, lo normal es encontrar muchos grados de imperfección, y esto es precisamente a lo que nosotros llamamos mal. En otras palabras el mal es nuestro modo de percibir y catalogar el estado imperfecto de las cosas que aún no llegan a su etapa definitiva de evolución, el mal es lo que nos falta para llegar a la perfección, la cual, obviamente no es lo que abunda. Una consecuencia que se obtiene a partir de esta postura es que no habría que escandalizarse por tantos sucesos negativos que están pasando en nuestra realidad ya que no son sino la expresión de una etapa intermedia en el proceso evolutivo del universo. Pero este modo de ver las cosas no tiene porqué llevarnos a tomar una postura de indiferencia o de apatía ante los males que se constatan. Al contrario, el incremento 107 de la bondad es precisamente la responsabilidad de la persona que toma conciencia de las etapas de evolución del mundo en que vive. 2) El conocimiento holístico frente al mal. Trata de referirse al bien y al mal de otra manera, esta prescinde de estructuras noéticas, aun cuando no sea en forma total. Si prescindimos de las estructuras noéticas del bien y el mal, podemos establecer una tesis que no deja de ser extraña en el mundo occidental: Las cosas simplemente son. El calificativo de bueno o malo es un añadido que hacemos en función de una comparación con un criterio dado. Los orientales sostienen por medio de un famoso aforismo: El bien y el mal son una enfermedad de la mente. 3) La Existencia del mal y la bondad de Dios. Esta postura nos dice que no existe un Dios malo como lo dice el maniqueísmo, sino lo que ocurre es que Dios ha creado un mundo en evolución y, por tanto, un mundo que necesariamente implica etapas de imperfección y de acercamiento al ideal que todos asumen como perfecto. Hace énfasis en que no debemos lamentarnos por lo malo que ocurre ya en sí el mal no existe, solo existe un faltante de perfección en las cosas que para nosotros son malas, y debemos de tratar de sacarle provecho a todo lo que ocurra ya que como dice el dicho "no hay mal que por bien no venga" o no hay nada tan malo que no nos pueda proporcionar algún beneficio. 4) La Responsabilidad del Hombre frente al mal. Lo que nos dice esta postura es que aunque el mal es la imperfección la cual no se ha logrado eliminar del todo debido a que estamos en un proceso de evolución y no tenemos por que alarmarnos, no debemos de tener una actitud de irresponsabilidad ante nuestros actos. Debemos ser responsables con nosotros y no convertirnos en personas apáticas, tratar de ampliar nuestro horizonte axiológico mediante el estudio. Pero existen situaciones en las que no todos los seres humanos podrán desarrollarse correctamente como individuos ya que aunque quieran asumir la responsabilidad de ser individuos mejores pudiera ser que la situación en que se encuentren, económica, emocional, física, etc. No les permita desarrollarse como personas, pero al fin y al cabo es el costo de la evolución. 108 5) La actitud Positiva frente al mal. La humanidad en su evolución llega a captar ciertos valores y realiza la comparación con los hechos que le rodean. El resultado de dicha comparación es deprimente por lo que se llega a una etapa de "conciencia infeliz", y es que en efecto, cuando más claro aparece el horizonte de los valores, más fácil surge el juicio negativo hacia la realidad que nos rodea. El error no está en el juicio de evaluación, sino en la pretensión de que ese juicio es completamente objetivo. En contraste lo que se propone es la de ser que "el ser es lo que es" sin mayor calificación. El calificativo de bueno o malo está en nuestra mente, cualquier situación podría considerarse como buena o mala según el criterio que se utilice para emitir el juicio evaluatorio. Lo que se deriva entonces es una actitud de obtener provecho aun de aquello que se considera negativo y que deprime a la mayoría de la gente. Ahora bien, la actitud positiva frente al mal no está en pugna con la compasión frente a las personas que padecen alguna enfermedad, una injusticia o la muerte de un ser querido. La empatía y la compasión son virtudes propias de aquellas personas que saben desprenderse de sus propias categorías y comparten con los demás sus propias situaciones. Este criterio se puede aplicar también ante lo que se llama "el mal moral, el acto deshonesto, el pecado, el acto humano malo". Por supuesto que existen actos humanos malos, es decir, que no están de acuerdo con los valores morales, con las exigencias de la naturaleza humana. La perspectiva que acabamos de mencionar se puede aplicar de la siguiente manera: la persona que ejecuta un acto humano malo de todas maneras ha elegido un bien, algo que atare su voluntad, a su naturaleza; de no ser por esto el sujeto no elegiría tal conducta. El que roba quiere el dinero del Banco, lo cual es su bien. El que fornica quiere el placer sexual, que también es un bien. El mal moral está en desorden con respecto a las normas morales, o mejor dicho, con respecto a las exigencias de la naturaleza humana. Podemos concluir, pues que aun en el hecho del mal moral existe un bien. Así se explica que de hecho existan personas adictas a esos bienes. Lo cual no impide la reprobación de dichos actos por parte de las normas morales y de una sana actitud Ética. 109 CONCLUSIÓN GENERAL La Ética juega un papel importante, ya que a diferencia de muchas otras ciencias, ésta es mucho más aplicable a nuestras vidas, debido a su contenido práctico técnico, derivado de nuestras propias costumbres y de cómo nos comportamos, siendo que éstas las profesional y nos ayuda a asegurar nuestra realización como personas, teniendo en cuenta que fines vale la pena perseguir y bajo que condiciones vale la pena perseguirlos. Debido a que la ética no nos proporciona una lista o un conjunto de reglas a seguir para cada una de las situaciones que se nos presentan en el transcurrir diario de nuestras vidas, debemos apegarnos única y exclusivamente a las bases del actuar ético, como son la inteligencia y ser consecuentes de cómo nuestras actuaciones pueden perjudicar a los demás, o sea, tomar en cuenta los intereses de terceros. 110 BIBLIOGRAFÍA El centro de tesis, documentos, publicaciones y recursos educativos más amplios de la red. Términos y condiciones / haga publicidad en monografias.com / contáctenos 1997 Monografìas.com S.A El anteproyecto del código figurará en el sitio del CIE de la web y se podrán comentar las revisiones propuestas, si se desea a partir de Julio de 1999, se puede conseguir una copia impresa de proyecto dirigiéndose a Dr. Tesfamicael Ghebrehiwet, del CIE. e-mail: [email protected] Bibliografía Frondizi Risieri. ¿Qué son los valores? (fondo de cultura económica de México) 1992. ISBN 968-16-0140-8. Abel Guillermo López Mendoza 111 e-mail: [email protected] Universidad de Cartagena Facultad de Ciencias Económicas Programa de Contaduría Pública 112