Subido por Lic. Vanessa Herrera

(26) Deontologia

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Manueal de Deontologia
ELABORADO POR:
LIC. MA. EUGENIA GAMEZ CAVAZOS
M.E. MA. GUADALUPE MARTINEZ MARTINEZ
MONTERREY, N. L. ENERO DE 2012
INDICE
CONTENIDO
PAGS.
Objetivo General del Semestre
3
Introducción
4
Propósito
5
Datos Generales de la Materia
6
Desarrollo de los temas y subtemas
7
Ficha Técnica de la Materia
9
UNIDAD I.- ETICA Y DERECHOS HUMANOS
12
1.1.- Definición y objeto
12
1.2.- Límites con disciplinas adyacentes
13
UNIDAD II.- RAMAS DE LA ÉTICA
13
2.1
Metaética
13
2.2 Ética Normativa
14
2.3 Ética Aplicada
15
2.4 Ética Militar
16
UNIDAD III.- HISTORIA DE LA ÉTICA
16
3.1 Antigua Grecia
16
3.2 Edad Media
17
3.3 Edad Moderna
17
3.4 Edad Contemporánea
18
UNIDAD IV.- ÉTICA Y MORAL
18
4.1 Deberes Éticos (fortaleza, firmeza y generosidad)
20
4.2 Relativismo Ético
21
4.3 Obligaciones morales
22
4.4 Normas Éticas/Normas morales
23
4.5 Principio fundamental de la moralidad: La justicia
25
4.6 Ética/moral
26
4.7 Ética y Moral son antinómicas
27
UNIDAD V. EL ACTO HUMANO
28
5.1 Los Actos Humanos
28
5.2 División del Acto Humano
29
5.3 Elementos del Acto Humano
29
UNIDAD VI.- LA VIRTUD
34
6.1 Las Virtudes Cardinales
34
6.2 Sistemas o Campos de Acción
39
6.3 Ética y Moral/Derechos Humanos
55
6.4 Fundamento formal y material de los derechos humanos
57
6.5 Derechos generales de los pacientes.
60
6.6 Derechos de los niños
63
1
6.7 Derechos de la tercera edad
72
6.8 Derechos de la mujer
73
6.9 Valores Universales
77
6.10 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: 5 de Febrero
79
de 1917
6.11 Garantías individuales
81
6.12 Actos Humanos y Actos del hombre
81
6.13 La sucesiva evolución del hombre virtuoso
84
6.14 La Ética según Aristóteles
86
6.15 Virtudes cardinales
87
UNIDAD VII.- NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA
92
7.1 Normas de Enfermería
92
7.2 Características de la profesión de Enfermería
92
7.3 Código Deontológico de Enfermería
94
7.4 Ética de Enfermería
95
7.5 Fuentes de la Ética Profesional de Enfermería
96
Conclusión
111
Bibliografía
112
2
OBJETIVO GENERAL DEL SEMESTRE
Al término del Semestre el alumno será capaz de comprender la evolución de
la Enfermería y aplicar con bases éticas sus principios, podrá identificar la
estructura del cuerpo humano como referencia en la realización de técnicas y
procedimientos de Enfermería.
INTRODUCCIÓN
El inicio del tercer milenio se caracteriza por cambios espectaculares en los
aspectos científicos, tecnológicos, económicos, políticos y sociales que ofrecen
un escenario a los profesionales de Enfermería.
Se considera como parte de su misión y política la participación activa a la
resolución de problemas de salud en nuestro país, reconoce que el área de
Enfermería realiza una función primordial en este ámbito. Una parte de este
proyecto es el diseño de esta materia cuyo objetivo principal es brindar al
alumno las herramientas de trabajo necesarias con la finalidad de que
identifique y aplique los conocimientos adquiridos relacionados con los
derechos, obligaciones y deberes del ser humanos en las diferentes etapas de
su ciclo vital y a su vez, en los diferentes grupos sociales que atenderán
durante el desempeño de su actividad profesional y su formación personal.
3
PROPÓSITO
Brindarle al alumno un escenario de posibilidades profesionales sustentado en
un amplío marco de referencias que le brinde los conocimientos éticos y
humanísticos y promueva modificaciones en los diferentes estilos de vida, así
mismo genere una sensibilización y empatía del estudiante en el desempeño
de funciones relacionadas a la carrera de enfermería y
en su ejercicio
profesional y personal.
4
DATOS GENERALES DE LA MATERIA
Semestre:
Modulo l
Objetivo del Semestre:
Comprender la evolución de la enfermería y sus principios con bases éticas
e identificar la estructura del cuerpo humano como apoyo para la
realización de las técnicas y procedimientos
ETICA Y DERECHOS HUMANOS
Nombre de la Materia:
Objetivo de la Materia:
Competencias
requeridas:
Al finalizar el semestre el alumno será capaz de comprender y aplicar la
escala del pensamiento, de conocer los derechos de los diversos grupos y
etapas del ser humano así como su comportamiento en la sociedad.
Lectura Analítica y Reflexiva
Duración total de la
materia:
36 Horas
Número de
participantes :
35
Material didáctico a
emplear:
Manual de Instructor, Monografía de ética, Valores, Código de Ética, Hoja
de rotafolio
Lugar de instrucción:
Aula l y ll
Equipo requerido:
Proyector de acetatos, pintarron y plumones
5
DESARROLLO DE LOS TEMAS Y SUB-TEMAS
ETICA Y DERECHOS HUMANOS
UNIDAD I.- ÈTICA Y DERECHOS HUMANOS
1.1.- Definición y objeto
1.2.- Límites con disciplinas adyacentes
UNIDAD II.- RAMAS DE LA ÉTICA
2.1 Metaética
2.2 Ética Normativa
2.3 Ética Aplicada
2.4 Ética Militar
UNIDAD III.- HISTORIA DE LA ETICA
3.1 Antigua Grecia
3.2 Edad Media
3.3 Edad Moderna
3.4 Edad Contemporánea
UNIDAD IV.- ETICA Y MORAL
4.1 Deberes éticos (fortaleza, firmeza y generosidad)
4.2 Relativismo ético
4.3 Obligaciones morales
4.4 Normas éticas/normas morales
4.5 Principio fundamental de la moralidad: La justicia
4.6 Etica/moral
4.7 Etica y Moral son antinómicas
UNIDAD V.- EL ACTO HUMANO
5.1 Los actos humanos
5.2 División del acto humano
5.3 Elementos del acto humano
UNIDAD VI.- LA VIRTUD
6.1 las virtudes cardinales
6.2 Sistemas o campos de acción
6.3 Ética y moral/Derechos humanos
6.4 Fundamento formal y material de los derechos humanos
6.5 Derechos generales de los pacientes
6.6 Derechos de los niños
6.7 Derechos de la tercera edad
6.8 Derechos de la mujer
6.9 Valores universales
6.10 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: 5 de Febrero de
1917
6.11 Garantías individuales
6.12 Actos humanos y actos del hombre
6.13 La sucesiva evolución del hombre virtuoso
6.14 La Ética según Aristóteles
6.15 Virtudes cardinales
6
UNIDAD VII.- NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA
7.1 Normas de Enfermería
7.2 Características de la profesión de Enfermería
7.3 Código deontológico de Enfermería
7.4 Ética de Enfermería
7.5 Fuentes de la Ética Profesional de Enfermería
7
FICHA TECNICA DE LA MATERIA
PROPOSITO CLAVE MODELO 6 (Objetivo General):
Al término del Semestre el alumno será capaz de comprender la evolución de la Enfermería y aplicar con
bases éticas sus principios, podrá identificar la estructura del cuerpo humano como referencia en la
realización de técnicas y procedimientos de Enfermería.
ASIGNATURA
ETICA Y DERECHOS HUMANOS
CLAVE
LHEO1
OBJETIVO: Al finalizar el semestre el alumno será capaz de comprender y aplicar la escala del
pensamiento, de conocer los derechos de los diversos grupos y etapas del ser humano así como su
comportamiento en la sociedad.
EJES
SESIONES
COMPETENCIAS
Respeto por la cultura y los
derechos humanos en las
intervenciones de enfermería en el
campo de la salud.
TEMATICOS/CONTENIDOS
UNIDAD I
ETICA Y DERECHOS HUMANOS
1.1 Definición y objeto
TEORICAS
4
1.2 Límites con disciplinas adyacentes
UNIDAD II
RAMAS DE LA ÉTICA
2.1 Metaética
4
2.2 Ética normativa
2.3 Ética aplicada
2.4 Ética militar
UNIDAD III.- HISTORIA DE LA ÉTICA
3
3.1 Antigua Grecia
3.2 Edad media
3.3 Edad moderna
3.4 Edad contemporánea
UNIDAD IV
ETICA Y MORAL
4.1 Deberes éticos (fortaleza, firmeza y
4
generosidad)
4.2 Relativismo ético
4.3 Obligaciones morales
4.4 Normas éticas/normas morales
4.5 Principio fundamental de la moralidad:
la justicia
4.6 Ética/moral
4.7 Ética y moral son antinómicas
8
PRAC .
UNIDAD V
EL ACTO HUMANO
5.1 Los actos humanos
4
5.2 División del acto humano
5.3 Elementos del acto humano
UNIDAD VI
LA VIRTUD
6.1 Las virtudes cardinales
10
6.2 Sistemas o campos de acción
6.3 Ética y moral/derechos humanos
6.4 Fundamento formal y material de los
derechos humanos
6.5 Derechos generales de los pacientes
6.6 Derechos de los niños
6.7 Derechos de la tercera edad
6.8 Derechos de la mujer
6.9 Valores universales
6.10 Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos: 5 de Febrero de 1917
6.11 Garantías individuales
6.12 Actos humanos y actos del hombre
6.13 La sucesiva evolución del hombre
virtuoso
6.14 La Ética según Aristóteles
6.15 Virtudes cardinales
UNIDAD VII
NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA
7.1 Normas de Enfermería
3
7.2 Características de la profesión de
Enfermería
7.3 Código deontológico de Enfermería
7.4 Ética de Enfermería
7.5 Fuentes de la Ética profesional de
Enfermería
TOTAL
32
9
UNIDAD I
ETICA Y DERECHOS HUMANOS
1.1.- ETICA.
La ética es una rama de la filosofía que abarca el estudio de la moral, la virtud,
el deber, la felicidad y el buen vivir.
La palabra ética proviene del latín ethĭcus, y este del griego ἠθικός, o transcrito
a nuestro alfabeto, "êthicos". Es preciso diferenciar al "êthos", que significa
"carácter" del "ethos", que significa "costumbre", pues "ética" se sigue de aquel
sentido, y no es éste2
Desconocer tal diferencia deriva en la confusión de "ética" y "moral", pues esta
última nace de la voz latina "mos", que significa costumbre, es decir, lo mismo
que "ethos". Si bien algunos sostienen la equivalencia de ambas doctrinas en lo
que a su objeto respecta, es crucial saber que se fundamentan en conceptos
muy distintos.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema
moral, y cómo se ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida
personal y social. En la vida cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho
moral, busca las razones que justifican la utilización de un sistema moral u otro.
Algunos han caracterizado a la ética como el estudio del arte de vivir bien, lo
cual no parece exacto, pues que si se reuniesen todas las reglas de buena
conducta, sin acompañarlas de examen, formaría un arte, mas no una ciencia
La ética es una de las principales ramas de la filosofía, en tanto requiere de la
reflexión y de la argumentación, este campo es el conjunto de valoraciones
generales de los seres humanos que viven en sociedad.
El estudio de la ética se remonta a los orígenes mismos de la filosofía en la
Antigua Grecia, y su desarrollo histórico ha sido amplio y variado. Una doctrina
ética elabora y verifica afirmaciones o juicios determinados. Una sentencia
ética, juicio moral o declaración normativa es una afirmación que contendrá
términos tales como "bueno", "malo", "correcto", "incorrecto", "obligatorio",
"permitido", etc, referido a una acción, una decisión o incluso también las
intenciones de quien actúa o decide algo. Cuando se emplean sentencias
éticas se está valorando moralmente a personas, situaciones, cosas o
acciones. Se están estableciendo juicios morales cuando, por ejemplo, se dice:
"ese político es corrupto", "ese hombre es impresentable", "su presencia es
loable", etc. En estas declaraciones aparecen los términos "corrupto",
"impresentable" y "loable" que implican valoraciones de tipo moral.
1.1.1 Definición y objeto
Según una corriente “clásica”, la ética tiene como objeto los actos que el
hombre realiza de modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los
que ejerce de algún modo un control racional). No se limita sólo a ver cómo se
realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que permite
determinar si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo.
Ello implica establecer una distinción entre lo que sea bueno y lo que sea malo
desde el punto de vista ético, y si el bien y el mal éticos coincidan o no con lo
que serían el bien y el mal en sí.
10
1.2 Límites y disciplinas adyacentes
La ética se relaciona con la antropología, el derecho, con la ley y con
ciencias empíricas que estudian el comportamiento humano, como la
sociología y la psicología.
UNIDAD II
RAMAS DE LA ÉTICA
2.1 METAÉTICA
El problema del ser y el deber ser
La ética teleológica es generalmente mercancía de ética, que indica ciertos
bienes (por ejemplo, la "felicidad" o "deseo"), así como para los seres
humanos, y por lo tanto deseable. Es la ética enfocada desde el punto de vista
de la supervivencia y satisfacción de necesidades.
Hume ha planteado la objeción de que la transición de ser no-debe "para ser
legítimo (" Ley de Hume "). Bajo la falacia de la partida "naturalista" de George
Edward Moore ha planteado las cuestiones estrechamente relacionadas, pero
que no son estrictamente los mismos.
Como se destaca más adelante, los positivistas, deben estar
epistemológicamente entre las tasas y tarifas de destino, y se diferencian por
su relación diferente a los sentidos. La distinción epistemológica entre es y
debe se basa en la ciencia empírica moderna. Quien no acepta esta distinción,
o bien debe postular a un ser que no es directamente o indirectamente
detectables, o se debe considerar lo que debe perceptible.
Las normas éticas se derivan de supuestas declaraciones sobre los seres, con
frecuencia pasan inadvertidos por el uso de la ambigüedad normativa y
empírica de términos como "esencia", "Naturaleza", "determinación", "función",
"final", "sentido" u " Objetivo alcanzado".
Así, la palabra "objetivo" es incluso lo que en realidad busca una persona (Su
meta es graduarse). La palabra objetivo puede referirse también a lo que debe
perseguir a un hombre (que se centra sólo en el material, que se perdió el
objetivo real de la existencia humana).
La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a
falacias lógicas tales como: "La esencia de la sexualidad es la procreación. Por
lo tanto, la anticoncepción no está permitida, porque no refleja la naturaleza de
la sexualidad".
Tomando nota de que esto se supone que se han deducido lógicamente de que
el ser es una justificación de las normas aún no desesperada. Porque, además
de las declaraciones normativas y de los registros, hay voluntades. La
expresión de la voluntad de una persona: "No quiero ser molestado en la
siguiente hora por cualquier persona" incluye el deseo de que la norma "Nadie
me moleste en la hora siguiente" sea capaz de ser acogida y respetada por
otros.
11
El punto central será saber si la expresión de la voluntad de esa persona sea o
no sea éticamente correcta, o sea simplemente un acto arbitrario que no exige
un respeto absoluto por parte de otros.
La falacia naturalista
George Edward Moore, en su obra Principia Ethica, acusa al naturalismo de
cometer un error cuando infiere que algo tiene una propiedad moral a partir de
que ese algo tiene tal o cual propiedad natural. 4 Por ejemplo, asumiendo que el
placer es una propiedad natural, un naturalista podría sostener que las
relaciones sexuales son buenas porque son placenteras.4 Sin embargo, Moore
señala que para afirmar esto, primero se necesita mostrar que todo lo
placentero es bueno,4 y esto requiere de un argumento que parece difícil de
proveer. Pese al nombre de la falacia, la misma parece poder extenderse más
allá del naturalismo.4 Así, el desafío propuesto por Moore parece ser mostrar
cómo es posible concluir legítimamente que una propiedad no moral puede
identificarse o tener la misma extensión que una propiedad moral.
2.2 ÉTICA NORMATIVA
El dilema del tranvía es un experimento
mental que puede servir para ilustrar y
poner a prueba distintas teorías éticas.
Las teorías de la filosofía ética o moral se
pueden distinguir de acuerdo a los criterios
de sus bases para la determinación del bien
moral. El bien moral puede ser determinada
por: Las consecuencias (ética teleológica)
consecuencialismo;
Disposiciones
de
comportamiento, rasgos de carácter y virtudes (ética de la virtud); La intención
del actor (ética disposición); Objetivos hacia hechos morales, como objetivo de
las evaluaciones morales sobre la propiedad o la acción (ética deontológica);
Optimización de los intereses o de las partes interesadas (de preferencia), la
ética utilitarista, de la felicidad (eudaimonía), o del bienestar.
2.2.1 Consecuencialismo
Jeremy Bentham, uno de los padres del utilitarismo.
El consecuencialismo sostiene que la moralidad de
una acción depende sólo de sus consecuencias (el
fin justifica los medios).5 6 El consecuencialismo no
se aplica sólo a las acciones, pero éstas son el
ejemplo más prominente.5 Creer que la moralidad se
trata sólo de generar la mayor cantidad de felicidad
posible, o de aumentar la libertad lo más posible, o
de promover la supervivencia de nuestra especie, es
sostener una postura consecuencialista, porque
aunque todas estas creencias difieren en cuanto a
las consecuencias que importan, están de acuerdo
12
en que lo que importa son las consecuencias.6
Una manera de clasificar a los distintos tipos de consecuencialismos es a partir
de los agentes que se deben tener en cuenta cuando se consideran las
consecuencias de las acciones.7 Esto da lugar a tres tipos de
consecuencialismo:7
El utilitarismo es la teoría según la cual la mejor acción es aquella que produce
las mejores consecuencias para la mayor cantidad de personas.7 8
El altruismo moral sostiene que la mejor acción es aquella que produce las
mejores consecuencias para todos menos para el agente.7
El egoísmo moral sostiene que la mejor acción es aquella que produce las
mejores consecuencias para el agente.7 9
2.2.2
Deontología
Immanuel Kant, uno de los principales pensadores de
la deontología.
La deontología es la teoría normativa según la cual
existen ciertas acciones que deben ser realizadas, y
otras que no deben ser realizadas, más allá de las
consecuencias positivas o negativas que puedan
traer.10 Es decir, hay ciertos deberes, u obligaciones,
que deben ser cumplidos más allá de sus
consecuencias.10
2.2.3 Ética de virtudes
La ética de virtudes es una teoría relativamente reciente según la cual una
acción es moral si hacerla fuera propio de una persona virtuosa.11 12 Por
ejemplo, si para el utilitarismo hay que ayudar a los necesitados porque eso
aumenta el bienestar general, y para la deontología hay que hacerlo porque es
nuestro deber, para la ética de virtudes, hay que ayudar a los necesitados
porque hacerlo sería caritativo y benevolente.11
2.3
ÉTICA APLICADA
La ética aplicada es la parte de la ética que se ocupa de estudiar cuestiones
morales concretas y controversiales. Por ejemplo, algunos objetos de estudio
de la ética aplicada son el aborto inducido, la eutanasia y los derechos de los
animales. Algunas de estas cuestiones se agrupan por similitudes y son
estudiadas por subdisciplinas:7
La bioética estudia las controversias morales que son producto de los avances
en la biología y la medicina.13
La deontología profesional se ocupa tanto de buscar justificación para valores
morales que deberían guiar a los profesionales, como de estudiar los valores
que de hecho guían a los profesionales.14 En el primer sentido la deontología
13
profesional es una disciplina normativa y filosófica. En el segundo sentido, se
trata más bien de una disciplina descriptiva y por lo tanto científica.14 La
deontología profesional también cuenta con subdisciplinas como la ética
médica, la ética de negocios y la ética de la ingeniería.15
La ética ambiental se ocupa de la relación ética entre los seres humanos y el
medio ambiente.16 Quizás las dos preguntas fundamentales de esta disciplina
sean: ¿qué deberes tienen los seres humanos hacia el medio ambiente, y por
qué? En general, la respuesta a la primera pregunta es una consecuencia de la
respuesta a la segunda.16 Distintas respuestas o aproximaciones a respuestas
han dado lugar a distintas éticas ambientales.
2.4 ÉTICA MILITAR
La ética económica se ocupa de las relaciones éticas que deberían guiar las
relaciones económicas entre los seres humanos y el efecto que tales normas
tendrían sobre la economía de nuestras sociedades. De hecho gran parte de
los economistas que desarrollaron la teoría moderna de la economía partieron
de bases éticas. El ejemplo más cercano es el utilitarismo desarrollado primero
como doctrina moral y luego usado para la teoría del valor neoclásica.
UNIDAD III
HISTORIA DE LA ÉTICA
3.1 Antigua Grecia
Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración
sobre la ética. Platón afronta la temática ética en diversos lugares y desde
contextos diferentes. Así, por ejemplo, en el Gorgias busca superar el
hedonismo y la ley del más fuerte. En el Fedón evidencia la importancia de lo
que exista tras la muerte para regular el propio comportamiento.
En la República aborda juntamente la ética individual (desde la perspectiva de
una justicia dentro del alma) y la ética pública, con una compleja teoría del
Estado, que encuentra complementos y puntos de vista diferentes en otras dos
obras, el Político y las Leyes.
La Ética nicomáquea, seguramente el más importante tratado de ética de
Aristóteles, se basa en la premisa de que todo ser humano busca la felicidad
(ética eudemónica). Para Aristóteles todos los seres naturales tienden a cumplir
la función que les es propia y están orientados a realizar completamente sus
potencialidades. El bien, que es lo mismo que la perfección de un ser o la
realización de las capacidades es cumplir su función propia, aquello a que solo
él puede realizar. También los seres humanos están orientados a la realización
plena de la función que les es propia. El problema que se suscita, entonces, es
cuál es la función propia del hombre. Y si acaso hay más de un bien propio del
hombre, ¿cuál es el bien más alto y más perfecto de los que puede alcanzar el
ser humano?
Como en otras de sus obras, Aristóteles releva las opiniones de sus
contemporáneos al respecto y comprueba que todas parecen estar de acuerdo
14
en que el objetivo supremo del hombre es vivir bien y ser feliz, aunque hay
muchos desacuerdos respecto de en qué consiste la felicidad y el buen vivir.
Para Aristóteles la vida feliz (plena) es la que permite realizar la actividad
superior (contemplación), con una suficiente autonomía (bienes materiales,
salud), y en compañía de un número suficiente de amigos (cf. Ética
nicomáquea I).
Sólo son morales las acciones en las que se puede elegir y decidir qué hacer.
En cambio, no son morales ni inmorales las acciones padecidas, compulsivas o
forzosas. Lo que es moral es la acción que depende de la voluntad, si se actúa
de modo correcto. ¿Cuándo se actúa correctamente? La forma correcta de
actuar depende del ámbito de acción (dianoético o intelectual, ético o moral) y
en parte está pautada por las costumbres de la comunidad a la que se
pertenece (si la comunidad es éticamente sana, algo que supone Aristóteles
para el mundo griego quizá de modo acrítico) y se aprende con la educación.
Cuando se actúa de acuerdo con estas pautas, se vive bien y se es virtuoso.
Por otra parte, los filósofos estoicos y epicúreos propusieron teorías morales
basadas en principios opuestos: la virtud y la vida con moderación (estoicismo),
y la búsqueda del placer (epicureísmo).
3.2 Edad Media
Es un momento en el que la ética asume elementos de las doctrinas clásicas
de la felicidad (el fin del actuar humano consiste en obtener el bien que nos
hace felices) y los une a la doctrina cristiana (vista como Revelación divina),
especialmente según la normativa que recogen los mandamientos. El fin último
del actuar humano es la caridad, que se consigue al vivir desde el Evangelio, y
que permite al hombre acceder a la visión de Dios (en el cielo), donde el ser
humano alcanza su máxima plenitud y el bien supremo.
Diversos autores hablan de ética y según perspectivas diferentes. Es oportuno
recordar dos grandes nombres, san Agustín de Hipona y santo Tomás de
Aquino (especialmente en la segunda parte de la Suma de teología, en la que
se recogen numerosos elementos de la ética de Aristóteles).
Posteriormente, y tras las huellas de las ideas de Tomás de Aquino, se
desarrolla en el ámbito católico lo que luego será conocido como principio de
doble efecto.
3.3 Edad Moderna
Los filósofos éticos modernos trabajan con la mirada puesta, sobre todo, en el
mundo antiguo (estoicos, epicureos, Platón, Aristóteles), si bien con algunos
elementos heredados de la Escolática medieval. Descartes tiene algunos
elementos de ética en su famoso Discurso del método. Dentro del racionalismo,
es Baruch Spinoza quien elaboró de modo más amplio y sistemático una
propuesta ética. En el ámbito del empirismo, David Hume trabajó en diversos
momentos para comprender los motivos profundos de las acciones humanas.
La gran revolución ética moderna se realiza a través de Immanuel Kant, que
rechaza una fundamentación de la ética en otra cosa que no sea imperativo
moral mismo (deontologismo formal), pues si la moral se orienta a buscar la
felicidad no podría dar ninguna norma categórica ni universal. Los filósofos
15
idealistas desarrollaron esta moral del imperativo categórico. Hacen frente así
al utilitarismo, al afirmar que el principio de utilidad no es el único criterio de
corrección de las acciones.
3.4 Edad Contemporánea
La ética del siglo XX ha conocido aportes importantísimos por parte de
numerosos autores: los vitalistas y existencialistas desarrollan el sentido de la
opción y de la responsabilidad, Max Scheler elabora una fenomenología de los
valores. Autores como Alain Badiou han intentado demostrar que esta principal
tendencia (en las opiniones y en las instituciones), la cuestión de "la ética" en el
siglo XX, es en realidad un "verdadero nihilismo" y "una amenazante
denegación de todo pensamiento".21 Recientemente, y desarrollando un
análisis en profundidad de los orígenes y fundamentos de la ética, han
aparecido diversos estudios sobre el papel de las emociones en el desarrollo
de un pensamiento ético antifundacionalista, como ha indicado Richard Rorty.
En las últimas dos décadas, el filósofo escocés MacIntyre establece nuevas
herramientas de análisis histórico-filosófico de distintas versiones rivales de la
ética.
UNIDAD IV
ÉTICA Y MORAL
La diversificación inmediata del principio fundamental ,según las dos formas del
deber se coordina puntualmente con la diversificación de los deberes en
deberes éticos y deberes morales; al menos así, tenemos la posibilidad de
aplicar un criterio de distinción entre ética y moral que no es de todo punto
arbitrario.
Los términos ética y moral, sólo superficialmente pueden considerarse
sinónimos. Algunos pretenden, sin embargo, que estamos ante dos
nombres distintos (acaso con connotaciones expresivas o apelativas muy
diferentes) para designar la misma idea –algo así como cuando hablamos
de oftalmólogo y de oculista–. Otros redefinen gratuitamente el término
«ética» para designar con él al tratado de la moralidad. De este modo, entre
«ética» y «moral» habría la diferencia que existe entre la «geografía» y el
«territorio», o bien entre «gramática» y «lenguaje», o entre «biología» y
«vida». Ética sería el estudio de la moral («la investigación filosófica del
16
conjunto de problemas relacionados con la moral», dice Günther Patzig en
su libro Ética sin metafísica, 1971). Tenemos que rechazar semejante
distinción entre ética y moral a pesar de que ella se haya propagado
ampliamente en España a través de muchos representantes de la llamada
«filosofía analítica». Los motivos de nuestro rechazo son de dos tipos:
(1) El primero tiene que ver con la consideración del carácter meramente
estipulativo (gratuito) de la asignación de los términos moral y ética a los
significados de referencia («contenidos de las normas o instituciones
morales» e «investigación filosófica del conjunto de problemas relacionados
con la moral»). Si partiéramos de términos sin historia nada habría que
objetar. Pero la etimología y la historia semántica de estos términos nos
advierten que ethos alude a aquel comportamiento de los individuos que
pueda ser derivado de su propio carácter (esta raíz se conserva en su
derivado más reciente, «etología»), mientras que mos, moris alude a las
«costumbres» que regulan los comportamientos de los individuos humanos
en tanto son miembros de un grupo social. En cualquier caso, el motivo
principal de nuestro rechazo sería el siguiente.
(2) Al asociar la «investigación filosófica de la moral» a la Ética, en
cuanto ocupación de un gremio, cofradía o «comunidad» (la
autodenominada en España «comunidad de filósofos morales») se está muy
cerca de presuponer que la conducta moral (incluyendo aquí lo que
llamamos conducta ética) puede tener lugar al margen de toda reflexión
filosófica, de acuerdo con aquella recomendación de Wittgenstein: «No
pienses, mira.» Como si dijera: «No pienses, actúa.» (Unamuno había
recomendado muchos años antes: «Primero dispara, y luego apunta.»)
Ahora bien, desde nuestra perspectiva, ni la conducta ética ni la
conducta moral pueden tener lugar al margen de una mínima intervención
filosófica («mundana») destinada a establecer incesantemente las
conexiones entre los comportamientos personales éticos y morales dentro
de algún sistema de fines o de valores mejor o peor definidos, a través de
los cuales puedan «reabsorberse» los conflictos entre las normas de
diversos tipos que se entrechocan invariablemente en la vida real. En el uso
ordinario del español el término «moral» supone, de algún modo, la presión
de unas normas vigentes en un grupo social dado (mores = costumbres)
como lo confirman los sintagmas: «moral burguesa», «moral tradicional» o
«moral y buenas costumbres»; mientras que quien declara: «esto lo he
hecho por motivos éticos», está aludiendo vagamente a un deber que
17
supone que ha emanado de la «propia intimidad», de su conciencia
subjetiva, y no de la inercia y, menos aún, de alguna presión exterior. Ahora
bien, si los deberes morales fueran meramente normas sociales, no serían
transcendentales; si los deberes éticos fuesen dictados de la conciencia,
tampoco serían transcendentales a las más diversas acciones y
operaciones de la persona, porque la conciencia, si no va referida a una
materia precisa, es una mera referencia confusa, asociada a una metafísica
mentalista (que podría elevar a la condición ética la conducta inspirada por
la «íntima conciencia» de un demente).
4.1 DEBERES ÉTICOS
Fortaleza, Firmeza y Generosidad
El fundamento transcendental atribuido a la ética permite dibujar el sistema
de los deberes éticos: sistema que se funda en la organización de todo
aquello que es conducente a la existencia de los sujetos corpóreos. La
fortaleza sería, según esto, la principal virtud ética. Y utilizando la
terminología de la Ética; diríamos que esta virtud ética suprema de la
fortaleza (o fuerza) del alma, se manifiesta como firmeza cuando la acción
(o el deseo) de cada individuo se esfuerza por conservar su ser (la firmeza
impide considerar como ética cualquier acción destinada a hacer de mi
cuerpo lo que yo quiera, limitando la posibilidad ética del suicidio), y se
manifiesta como generosidad en el momento en el cual cada individuo se
esfuerza en ayudar a los demás.
La fortaleza no es, pues, simplemente egoísmo o altruismo, porque la
firmeza sólo es firmeza en tanto que es fortaleza, como sólo en cuanto
fortaleza es virtud la generosidad. Una generosidad desligada de la
fortaleza deja de ser ética y, aun cuando pueda seguir siendo
transcendental en el sentido moral, sin embargo, puede llegar a ser mala
(perversa, maligna) desde el punto de vista ético: las virtudes éticas y las
morales se relacionan entre sí dialécticamente.
La generosidad ha de entenderse como una virtud sólo cuando es eficaz.
No ha de entenderse sólo como un impulso psicológico, como una «buena
voluntad», sino que busca el perfeccionamiento de un objetivo personal. Si
se tuviera la seguridad de que nuestras acciones generosas son inútiles
carecería de valor ético realizarlas. En general, podría decirse que las
virtudes éticas derivadas de la fortaleza, en tanto atienden a la existencia
real de cada individuo corpóreo, no se inspiran tanto en la «igualdad
18
aritmética» entre estos diferentes individuos cuanto en la consideración de
las necesidades de cada cual («igualdad geométrica»); para decirlo con
palabras consagradas, las virtudes éticas se inspiran antes en la fraternidad
que en la igualdad, o, en términos de Aristóteles, se guían por la amistad
antes que por la justicia.
Las normas éticas tienen un campo virtual de radio mucho más amplio
(extensionalmente hablando) que las normas morales: «atraviesan» las
barreras de clanes, naciones, Estados, partidos políticos y aun clases sociales;
su horizonte es «la Humanidad», puesto que el individuo humano corpóreo es
la figura más universal del campo antropológico. Las normas morales, en
cambio, tienen una universalidad distinta, pues las esferas en las que ellas
actúan son múltiples y muchas veces contrapuestas entre sí. Por ello, las
normas éticas son más abstractas. Los llamados «Derechos humanos»,
podrían verse principalmente (salvo el punto 3 del artículo 16, que se refiere a
la familia) como un reconocimiento y una garantía de las normas éticas en la
medida en que ellas estén amenazadas precisamente por normas morales
(ligadas a los «derechos de los pueblos»). Sin embargo sería excesivo afirmar
que las normas éticas son anteriores y, por decirlo así, a priori respecto de las
situaciones históricas y sociales que vayan constituyéndose, acaso de modo
meramente coyuntural. Y sería excesivo suponer que las normas éticas se
derivan de la misma condición específica (en el sentido mendeliano) de la
«especie humana», por cuanto sabemos que los límites de esta especie (tanto
filogenéticos como ontogenéticos) no están dados de antemano, sino que van
estableciéndose, consolidándose y ampliándose dialéctica e históricamente, y
precisamente a través, en parte, de las normas morales, en tanto normas
conjugadas con las normas éticas. En efecto, las normas éticas sólo pueden
abrirse camino en el seno de las normas morales: el individuo sólo se conforma
como tal en el seno de la familia, del clan, de la nación.
4.2 RELATIVISMO ÉTICO
El sistema de las normas éticas puede ser considerado como un sistema
de normas universales, en contra de la tesis del «relativismo ético». Las
situaciones que los relativistas éticos suelen aducir en apoyo de sus tesis
(algunos pueblos primitivos, «nativos» australianos, hindúes, etc, tienen
como norma ética matar a los niños deformes, a los enfermos inválidos o a
los ancianos, mientras que otros pueblos consideran a los actos cumplidos
según estas normas como crímenes horrendos) piden el principio,
suponiendo que los individuos que constituyen esos pueblos primitivos son
19
«ya» personas. Podría pensarse, sin embargo, que acaso en tales pueblos
las normas éticas están simplemente «neutralizadas» por sus normas
morales, destinadas a salvaguardar la cohesión del grupo cabría decir, por
tanto, que en los pueblos primitivos la moral prevalece sobre la ética. De
este modo, el relativismo ético podría tener el mismo alcance fenoménico
que el que tiene, en general, el relativismo médico, que muchos propugnan.
Suele decirse que «la medicina es relativa», porque la necesidad de vitamina
D, por ejemplo, que el organismo humano necesita para el buen
funcionamiento de su sistema óseo no es la misma, no es universal, sino que
es relativa a los lugares geográficos en los cuales ese organismo humano vivió
o vive desde sus orígenes. Ahora bien: este «relativismo médico» es la
expresión fenoménica de una función universal que toma naturalmente
diversos valores según los valores asignados a las variables. Puede decirse,
por tanto, que los valores son relativos a las variables (que aquí se toman,
principalmente, del área geográfica); sin embargo la función es universal. Esta
función tiene que ver aquí con la concatenación, bien establecida por la
llamada «antropología molecular», entre la tasa de radiaciones ultravioletas, la
tasa de melanina y la síntesis en la piel de vitamina D. Así también, normas
éticas aparentemente opuestas (en Esparta se permitía que los niños robasen,
violando la norma de la generosidad, con tal de que el robo no fuese
descubierto; en Atenas, el robo, aunque no fuera descubierto, era éticamente
reprobado: historia del anillo de Giges) podrían interpretarse como
determinaciones de valores opuestos según la diferencia de variables
concatenadas según una misma función o norma universal (en el ejemplo,
podría tomarse como norma universal el reconocimiento de la necesidad de
mantener una proporción definida entre la firmeza y la generosidad , una
proporción variable según el nivel económico, la coyuntura política o social, &c.,
del país).
4.3 OBLIGACIONES MORALES
Los principios de la ética no pueden ser aplicados a la moral: no tiene
sentido hablar de la firmeza, en sentido moral, de un grupo, de una nación o
de un pueblo (a lo sumo, hablaremos de la firmeza de los ciudadanos o de
los gobernantes) El equivalente de esta firmeza habrá que ponerlo, en el
terreno moral, en el grado de cohesión de ese grupo o pueblo (en función
de su poder económico, tecnológico, político) en el momento de resolverse
a mantenerse como tal. Menos sentido tiene aún el hablar de la
generosidad de ese grupo, pueblo o nación, respecto de los demás, dado
20
que los destinatarios de esa «generosidad» son, en principio, competidores
o enemigos nuestros, por lo que la generosidad con ellos podría
menoscabar nuestra firmeza. La generosidad ética carece de todo análogo
en la vida moral, porque los actos que suelen interpretarse ideológica o
retóricamente como tales (ayudas a países vecinos, &c.) no son actos de
generosidad sino de cálculo político orientados al fortalecimiento de la
propia cohesión, ya sea en términos absolutos, ya sea en combinación con
terceros. Son, en general, actos de «solidaridad» contra terceros,
pongamos por caso, la solidaridad mutua de los Estados europeos frente a
la competencia (otros dirán: frente a la amenaza) de Japón o de China. Los
sistemas morales que adscribimos a los diversos grupos sociales podrán
ser semejantes, pero también pueden ser muy diferentes. Sin embargo, no
por ser semejantes puede considerarse garantizada la paz entre ellos, lo
que se demuestra teniendo en cuenta la posibilidad de normas morales
idénticas, en cuanto a su contenido «funcional», pero opuestas en el
momento de la aplicación a sus variables: «mi primo y yo estamos siempre
de acuerdo: ambos queremos Milán»; es decir, la norma moral del reino de
Francisco I, una norma de política expansiva, es la misma que la norma
moral de Carlos I, y, por ello, por guiarse por la misma norma moral
(política), los reinos respectivos entran en conflicto. (político), por tanto, su
incapacidad para cumplir sus propios objetivos. Pero si, a su vez, las
normas morales de E le condujesen a un estado tal en el cual V lograse sus
objetivos, entonces el sistema moral de V demostraría ser superior al de E.
Hay que considerar, por tanto, que el único fundamento de los sistemas
morales, en situación distributiva, reside en su capacidad funcional (en su
cooperación a la fuerza de cohesión del grupo) y que el único fundamento
de los sistemas morales en situación de confrontación reside en su superior
potencia, en su fuerza. Pero esta conclusión no significa que, por tanto
«estamos reduciendo la moral a la ley del más fuerte». Puede siempre
añadirse que el más fuerte lo es porque, entre otras cosas, tiene un sistema
de normas morales que le permite serlo, es decir, porque reducimos la ley
del más fuerte al sistema de las normas morales, materialmente entendidas,
y no al revés.
4.4 NORMAS ÉTICAS / NORMAS MORALES
Las normas éticas y las normas morales no son conmensurables. Esto no
quiere decir que tengamos que contar con una contradicción mutua
permanente. La misma inconmensurabilidad, que se manifiesta unas veces
como complementariedad, toma otras veces la forma del conflicto. Y no de
21
un mero conflicto entre «significaciones» (de un «conflicto semántico») sino
de un conflicto entre personas o instituciones. Podemos dar por cierto, por
ejemplo, que la obligación del servicio de armas deriva de una norma moral
(ya sea de la «moral» propia de un grupo terrorista, ya sea de la moral
propia de una sociedad política); una norma no caprichosa, sino ligada
internamente a la misma posibilidad de pervivencia de ese grupo o de esa
sociedad política. Pero también damos por cierto que esta obligación moral
(o política) –puesto que las armas sólo tienen sentido como instrumentos de
destrucción de la vida–, entra en conflicto frontal con la norma ética
fundamental expresada en nuestra tradición, por medio del quinto
mandamiento: «no matarás.» La resistencia al servicio de armas (la llamada
«objeción de conciencia» al servicio militar) tiene, desde este punto de
vista, un innegable fundamento ético que está envuelto en ideologías
teológicas o metafísicas. Hay que tener en cuenta también que para que la
resistencia al servicio de armas tenga un significado ético no puede
limitarse a la objeción personal (individual) de conciencia (que pretende
evitar para uno mismo el servicio militar, apelando a la propia objeción de
conciencia como pudiera apelar a tener los pies planos) sino que tiene que
extenderse a todo tipo de servicio militar, y no podrá darse por satisfecha
hasta que el Estado hubiese derogado la norma del servicio militar
obligatorio, a cambio de constituir un «ejército profesional». La «resiste ncia
ética al servicio de armas» tendrá que enfrentarse también contra cualquier
proyecto de ejército profesional, porque los soldados que se inscriban en
sus filas, no por hacerlo «por voluntad propia» dejarán de atentar contra el
principio ético fundamental. Pero esto no quiere decir que la conducta de
todo aquel que obedece a las normas del servicio militar obligatorio (o la de
quien sienta plaza, como voluntario, en un ejército profesional), sea un inmoral. No cabe concluir, por tanto, que el que resiste al servicio militar de
armas es «bueno» y el que se llega a él es «malo»; o que quien no formula
la objeción de conciencia, carece de «conciencia moral». Se trata de un
caso de conflicto frontal entre ética y moral: las justificaciones morales (o
políticas) podrán ser impugnadas «desde la ética», tanto como las
justificaciones éticas podrán ser impugnadas (como utópicas o místicas)
desde la moral. Cada cual tendrá que decidir, en cada caso, según su
sindéresis, el partido por el que opta, y el grado de tolerancia que puede
soportar respecto del partido contrario.
La dialéctica interna a las virtudes éticas habrá que ponerla en la contradicción
entre la universalidad del individuo corpóreo y la particularidad de las
existencias. En este sentido, las virtudes éticas (aunque formalmente traspasan
22
las fronteras de sexo, raza, religión), de hecho sólo se ejercen normalmente en
círculos muy reducidos de individuos, en grupos cuasifamiliares, degenerando
su alcance transcendental. Dice el Antiguo Testamento: «a un extraño puedes
prestarle con usura, pero no a tu hermano.» Es decir: es más frecuente la
conducta ética con el prójimo que la conducta ética con el extraño. Podría
decirse que la ética comienza por los grupos familiares, pero que sólo llega a
ser transcendental a todos los hombres en la medida en que los individuos de
los grupos originarios puedan comenzar a ser tratados (a consecuencia de
experiencias sociales e individuales muy precisas) como individuos universales.
El mal ético por excelencia es el asesinato (aunque, a veces, la muerte
provocada o no impedida de otro pueda considerarse como una virtud ética, en
ciertos casos de eutanasia). Pero también son males éticos de primer orden la
tortura, la traición, la doblez o simplemente la falta de amistad (o de
generosidad). La mentira puede tener un significado ético cuando mediante ella
logramos salvar una vida o aliviar una enfermedad. La desatención hacia el
propio cuerpo, el descuido relativo a nuestra salud, es también un delito ético,
por lo que tiene de falta de firmeza. La medicina es una actividad que marcha
paralelamente al curso de las virtudes éticas. Podría decirse que la ética es a la
medicina lo que la moral es a la política.
4.5 PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA MORALIDAD: LA JUSTICIA
El principio fundamental de la moralidad es la justicia, entendida como la
aplicación escrupulosa de las normas que regulan las relaciones de los
individuos o grupos de individuos en cuanto partes del todo social: de
donde se deduce que la aplicación de la justicia en el sentido moral, puede
conducir a situaciones injustas desde el punto de vista de otras morales.
Pueden llegar a ser morales actos que aún siendo muy poco éticos están
orientados a eliminar a un individuo dado de un puesto social (lesionando
sus intereses y aún poniendo en peligro su subsistencia), si sólo de este
modo, es decir, «poniéndole en su lugar», se hace justicia a este individuo y
la sociedad que lo alberga.
23
4.6 ÉTICA / MORAL
El conflicto permanente, actual o virtual, entre ética y moral se resuelve
dentro del Estado (en tanto él mantiene integrados a grupos humanos
heterogéneos con normas morales propias: familias, clases sociales,
profesiones, bandas, iglesias...) a través del ordenamiento jurídico.
La fuerza de obligar de las normas legales deriva del poder ejecutivo del
Estado que, a su vez, es la esfera de la vida política. Desde el punto de
vista de los conceptos de ética, moral y derecho (al que reducimos la
política de un «Estado de derecho») que utilizamos, resultará, desde luego,
innegable que es imposible la vida política a espaldas de la vida ética de los
ciudadanos, y este es el fundamento que puede tener la apelación, una y
otra vez, a la necesidad de reforzar la «educación ética» de los ciudadanos
a fin de hacer posible su convivencia política. Ahora bien, lo que, desde la
política, suele entenderse por «educación ética» es, en realidad, el
«moldeamiento moral» de los ciudadanos y, en el límite, la conminación
legal a comportarse «éticamente», por ejemplo, pagando los impuestos,
bajo la amenaza de penas legales, con lo cual, dicho sea de paso, las
normas éticas se transforman en realidad en normas morales o en normas
jurídicas. Desde la política, además, se encomienda a determinados
funcionarios la misión de «educar éticamente» a la juventud en el marco de
esta constante confusión entre deberes éticos y obligaciones morales o
conveniencias políticas (se da por supuesto, por ejemplo, que la
«conciencia ética pura» es la que nos inclina a pagar un impuesto sobre la
24
renta; o que es la «conciencia ética pura» la que nos inclina a ser tolerantes
y respetuosos, incluso con quienes profieren sin cesar necedades u
opiniones gratuitas o erróneas). Pero la fuerza de obligar procede casi
siempre de la norma legal coactiva, no de la norma ética, ni siquiera de la
norma moral; como cuando alguien atiende a un herido para evitar incurrir
en delito penal.
Las normas éticas son las que se refieren a la «preservación en el ser» del
propio cuerpo y de los cuerpos de los demás; por ello es evidente que sin la
ética, en su sentido más estricto, tampoco podría hablarse de moral ni de
política; pero esto no autoriza a tratar de presentar como normas éticas lo
que en realidad son normas morales o políticas. Ahora bien, esto no
autoriza a olvidar los conflictos regulares entre la ética y la moral. Puede
darse el caso de que un trabajador, un funcionario o un desempleado,
forzado por la necesidad, tenga que «robar» a su empresa, al Estado o al
puesto de frutas del mercado, en nombre del deber ético de su propia
subsistencia o de la de su familia (los moralistas cristianos reconocían esta
situación bajo figuras como las de la «oculta compensación»); y, sin
embargo, esta conducta ética del «ladrón» estará en contradicción frontal
con las normas morales y jurídicas vigentes. En general, habrá que tener en
cuenta que la política (el Derecho) coordina no ya sólo la ética con la moral,
sino también las diferentes morales de grupos, clases sociales ,constitutivas
de una sociedad política. Por consiguiente habrá que tener en cuenta que la
convivencia que la acción política busca hacer posible es siempre una
convivencia de individuos y de grupos en conflicto.
Es puro idealismo dar por supuesta la posibilidad de una convivencia
armoniosa que hubiera de producirse automáticamente tan pronto como
todos los ciudadanos «se comportasen éticamente», después de recibir una
educación adecuada. Ni siquiera cabe decir, con sentido, que este ideal de
convivencia armónica es la expresión de un deber ser, porque lo que es
utópico, lejos de poder presentarse como un deber ser, siempre incumplido,
habría que verlo como un simple producto de la falsa conciencia.
4.7 ÉTICA Y MORAL SON ANTINÓMICAS
Los imperativos éticos y los imperativos morales no son mutuamente
armónicos. Y no ya por motivos ocasionales sino por principio: las partes de
una totalidad desplegada simultáneamente según su estructura distributiva
y según su estructura atributiva y aún dadas en la misma escala, no son
25
conmensurables. El desajuste entre la ética y la moral lo entendemos como
un componente de la dialéctica interna de la vida social –no, al modo
kantiano, como si derivase del supuesto conflicto entre la ley moral (el bien)
y la ley natural (la felicidad)–. La dialéctica interna de la que hablamos la
entenderemos como un conflicto interno entre las propias «leyes de la
moralidad» (el conflicto entre ética y moral, conflicto entre las esferas real e
ideal de la legalidad ética y de la legalidad moral, por no hablar de los
conflictos entre los diversos sistemas de normas morales entre sí). Estos
conflictos dialécticos podrían considerarse como contradicciones, no ya
iniciales (salvo que gratuitamente diésemos por supuesto un postulado de
conmensurabilidad) pero sí internas, es decir, referidas a los sujetos en
tanto se ven a la vez obligados por deberes opuestos. Una dialéctica que no
tiene «solución posible»: ningún diálogo podrá conducir al consenso, a la
armonía, a la paz moral o ética, salvo que las normas mismas sean
modificadas.
Cuando las partes no están dispuestas a modificar sus normas, la opción
más ética o la más prudente desde el punto de vista «moral», pudiera llegar
a ser la de evitar el diálogo, la de mantener la incomunicación, al menos en
todo aquello que tenga que ver con las normas en conflicto irreductible. Una
situación muy repetida en la última guerra mundial, llevada con frecuencia
al teatro o a la novela, es la del soldado que, habiendo caído en una familia
de país enemigo, es protegido por algún miembro de esta familia: los
deberes morales (políticos, patrióticos) obligan a entregar al soldado; los
deberes éticos obligan a protegerle. Se comprende, entonces, que quien
mantiene su norma ética sin plegarse a las exigencias de la moral del grupo
social o político que le envuelve, se encontrará con grandes dificultades y
tendrá muchas probabilidades de recibir las sanciones del grupo.
26
UNIDAD V
EL ACTO HUMANO
5.1 LOS ACTOS HUMANOS
Los actos humanos son aquellos que proceden de la voluntad deliberada del
hombre; es decir, los que realiza con conocimiento y libre voluntad. En ellos
interviene primero el entendimiento, porque no se puede querer o desear lo que
no se conoce: con el entendimiento el hombre advierte el objeto y delibera si
puede y debe tender a él, o no. Una vez conocido el objeto, la voluntad se
inclina hacia uno ‚ porque lo desea, o se aparta de él, rechazándolo.
Sólo en este caso cuando intervienen entendimiento y voluntad el hombre es
dueño de sus actos, y por tanto, plenamente responsable de ellos. Y sólo en
los
actos
humanos
puede
darse
valoración
moral.
No todos los actos que realiza el hombre son propiamente humanos, ya que
como
hemos
señalado
antes,
pueden
ser
también:
1) meramente naturales: los que proceden de las potencias vegetativas y
sensitivas, sobre las que el hombre no tiene control voluntario alguno, y
son comunes con los animales: p. ej., la nutrición, circulación de la
sangre, respiración, la percepción visual o auditiva, el sentir dolor o
placer, etc.;
2) actos del hombre: los que proceden del hombre, pero faltando ya la
advertencia (locos, niños pequeños, distracción total), ya la
voluntariedad (por coacción física, p. ej.), ya ambas (p. ej., en el que
duerme).
5.2 DIVISION DEL ACTO HUMANO
Por su relación con la moralidad,
1) bueno o lícito, si esta conforme con la
2)
malo
o
ilícito,
si
le
es
3) indiferente, cuando ni le es contrario
el acto humano puede ser:
ley moral (p. ej., el dar limosna);
contrario
(p.
ej.,
mentir);
ni conforme (p.ej., el caminar).
Aunque ésta es la división más importante, interesa señalar también que, en
razón de las facultades que lo perfeccionan, el acto puede ser:
a) interno: el realizado a través de las facultades internas del hombre,
entendimiento, memoria, imaginación, p. ej., el recuerdo de una acción pasada,
o
el
deseo
de
algo
futuro;
b) externo: cuando intervienen también los órganos y sentidos del cuerpo (p.
ej.,
comer
o
leer).
5.3 ELEMENTOS DEL ACTO HUMANO
5.3.1 La advertencia y el consentimiento
27
Ya hemos dicho que el acto humano exige la intervención de las potencias
racionales, inteligencia y voluntad, que determinan sus elementos constitutivos:
la advertencia en la inteligencia y el consentimiento en la voluntad.
La advertencia
Por la advertencia el hombre percibe la acción que va a realizar, o que ya est
realizando. Esta advertencia puede ser plena o semiplena, según se advierta la
acción con toda perfección o sólo imperfectamente (p. ej., estando semidormido).
Obviamente, todo acto humano requiere necesariamente de esa advertencia,
de tal modo que un hombre que actúa a tal punto distraído que no advierte de
ninguna manera lo que hace, no realizaría un acto humano.
No basta, sin embargo, que el acto sea advertido para que pueda ser imputado
moralmente: en este caso es necesaria, además, la advertencia de la relación
que tiene el acto con la moralidad (p. ej., el que advierte que est comiendo
carne, pero no se da cuenta que es vigilia, realiza un acto humano que, sin
embargo,
no
es
imputable
moralmente).
La advertencia, pues, ha de ser doble: advertencia del acto en sí y advertencia
de la moralidad del acto.
El consentimiento
Lleva al hombre a querer realizar ese acto previamente conocido, buscando
con ello un fin. Como señala Santo Tomás (S. Th, I-II, q. 6, a. 1), acto voluntario
o consentido es “el que procede de un principio intrínseco con conocimiento del
fin”.
Ese acto voluntario –consentido- puede ser perfecto o imperfecto -según se
realice con pleno o semipleno consentimiento- y directo o indirecto. Por la
importancia que tiene en la práctica, estudiaremos con más detenimiento lo que
se
entiende
por
acto
voluntario
indirecto
y
directo.
El acto voluntario indirecto
El acto voluntario indirecto se da cuando al realizar una acción, además del
efecto que se persigue de modo directo con ella, se sigue otro efecto adicional,
que no se pretende sino sólo se tolera por venir unido al primero (p. ej., el
militar que bombardea una ciudad enemiga, a sabiendas de que morirán
muchos inocentes: quiere directamente destruir al enemigo -voluntario directo-,
y tolera la muerte de inocentes -voluntario indirecto-).
Es un acto, por tanto, del que se sigue un efecto bueno y otro malo, y por eso
se le llama también voluntario de doble efecto.
Es importante percatarse de que no es un acto hecho con doble fin (p. ej., robar
al rico para darle al pobre), sino un acto del que se siguen dos efectos: doble
efecto, no doble fin.
28
"Robín Hood" o "Chucho el Roto" realizan acciones con doble fin: el fin
inmediato es robar al rico: el fin mediato es darle ese dinero a los pobres. No es
una acción de doble efecto, sino una acción con un fin propio y un fin ulterior.
Hay casos en que es lícito realizar acciones en que, junto a un efecto bueno se
seguirá otro malo. Para que sea lícito realizar una acción de la que se siguen
dos efectos, bueno uno (voluntario directo) y malo el otro (voluntario indirecto),
es
necesario
que
se
reúnan
determinadas
condiciones:
1. Que la acción sea buena en sí misma, o al menos indiferente.
Así, nunca es lícito realizar acciones malas (p. ej., mentir, jurar en also, etc.),
aunque con ellas se alcanzaran óptimos efectos, ya que el fin nunca justifica
los medios, y por tanto no se puede hacer el mal para obtener un bien.
Para saber si la acción es buena o indiferente habrá que atender, como se ver
más adelante, a su objeto, fin y circunstancias.
2. Que el efecto inmediato o primero que se produce sea el bueno, y el malo
sea sólo su consecuencia necesaria.
Es un principio que se deriva del anterior: es necesario que el buen efecto
derive directamente de la acción, y no del efecto malo (p. ej., no sería lícito que
por salvar la fama de una muchacha se procurara el aborto, pues el efecto
primero es el aborto; no sería lícito matar a un inocente para después llegar
hasta donde está el culpable, porque el efecto primero es la muerte del
inocente).
3. Que uno se proponga el fin bueno, es decir, el resultado del efecto bueno, y
no el malo, que solamente se tolera.
Si se intentara el fin malo, aunque fuera a través del bueno, la acción sería
inmoral, por la perversidad de la intención. El fin malo sólo se tolera, por ser
imposible
separarlo
del
bueno,
con
disgusto
o
desagrado.
Ni siquiera es lícito intentar los dos efectos, sino únicamente el bueno,
permitiendo el malo solamente por su absoluta inseparabilidad del primero (p.
ej., el empleado que amenazado de muerte da el dinero a los asaltantes, ha de
tener como fin salvar su vida, y no que le roben al patrón). Aun teniendo los dos
fines
a
la
vez,
el
acto
sería
inmoral.
4. Que haya un motivo proporcionado para permitir el efecto malo.
Porque el efecto malo -aunque vaya junto con el bueno y se le permita sólo de
modo indirecto- es siempre materialmente malo, y el pecado material -en el que
no existe voluntariedad de pecar- no se puede permitir sin causa
proporcionada.
No sería lícito, por ejemplo, que para conseguir un pequeño arsenal de
municiones del ejército enemigo haya que arrasar a todo un pueblo: el motivo
no es proporcionado al efecto malo.
29
Obstáculos al acto humano
Se trata ahora de analizar algunos factores que afectan a los actos humanos,
ya impidiendo el debido conocimiento de la acción, ya la libre elección de la
voluntad; es decir, las causas que de alguna manera pueden modificar el acto
humano en cuanto a su voluntariedad o a su advertencia y, por tanto, en
relación con su moralidad.
Algunas de esas causas afectan al elemento cognoscitivo del acto humano (la
advertencia),
y otras al elemento volitivo
(el consentimiento).
Estos obstáculos pueden incluso llegar a hacer que un “acto humano” pase a
ser tan sólo “acto del hombre” (ver 2.1).
Obstáculos
por
parte
del
conocimiento:
La
ignorancia
A. Noción de ignorancia. Por ignorancia se entiende falta de conocimiento de
una obligación.
En Teología Moral suele definirse como la falta de la debida ciencia moral en
un sujeto capaz; es decir, la ausencia de un conocimiento moral que se podría
y debería tener. De este modo podemos distinguirla de: la nesciencia, o falta de
conocimientos no obligatorios (p. Ej., de la medicina en quienes no son
médicos);
la inadvertencia, o falta de atención actual a una cosa que se conoce
habitualmente; el olvido, o privación –actual o habitual- de un conocimiento que
se tuvo anteriormente. El error, o juicio equivocado sobre la verdad de una
cosa.
B. División de la ignorancia. La ignorancia puede ser vencible o invencible.
a) Ignorancia vencible: es aquella que se podría y debería superar, si se
pudiera un esfuerzo razonable (p. Ej., consultando, estudiando, pensando,etc.).
Se subdivide en: simplemente vencible; si se puso algún esfuerzo para
vencerla,
pero
insuficiente
e
incompleto.
Crasa o supina; si no se hizo nada o casi nada por salir de ella y, por tanto,
nace de un grave descuido en aprender las principales verdades de la fe y la
moral, o los deberes propios del estado y oficio.
Afectada; cuando no se quiere hacer nada para superarla con objeto de
pecar con mayor libertad; es, pues, una ignorancia plenamente
voluntaria.
b) Ignorancia invencible; es aquella que no puede ser superada por el sujeto
que la padece, ya sea porque de ninguna manera la advierte(p. Ej., el aborígen
que no advierte la ilicitud de la venganza), o bien porque ha intentado en vano
de
salir
de
ella
(preguntando
o
estudiando).
En ocasiones puede equipararse a la ignorancia invencible el olvido o la
30
inadvertencia (p. Ej., el que come carne en el día de vigilia sin saberlo, de
manera que no la comería si supiera).
La ignorancia invencible se da sobre todo en gente ruda e incivil. En una
persona con preparación humana y escolar, la ignorancia en materia de fe y
moral es casi siempre vencible.
C. Principios morales sobre la ignorancia.
1. La ignorancia invencible quita toda responsabilidad ante Dios, ya que
es involuntaria y por tanto inculpable ante quien conoce el fondo de
nuestros corazones (p. Ej., no peca el niño pequeño que sin saber
hace una cosa mala). Es fácil entender este principio moral si se
considera el adagio escolástico nihil volitum nisi praecognitum (“
nada es deseado si antes no es conocido”
2. La ignorancia vencible es siempre culpable, en mayor o menor grado
según la negligencia en averiguar la verdad. Así, es mayor la
responsabilidad de una mala acción realizada con ignorancia crasa,
que con simplemente vencible. Consecuentemente, puede ser
pecado mortal si nace de descuidos graves.
3. La ignorancia afectada, lejos de disminuir la responsabilidad, la
aumenta, por la mayor malicia que supone.
D. Deber de conocer la Ley Moral.
Como ya quedó señalado, la ignorancia puede a veces eximir de culpa y, en
consecuencia, de responsabilidad moral. Sin embargo, es conveniente añadir
que existe el deber de conocer la ley moral, para ir adecuando a ella nuestras
acciones.
Ese conocimiento no debe limitarse a una determinada‚ poca de la vida la niñez
o la juventud, sino que ha de desarrollarse a lo largo de toda la existencia
humana, haciendo una especial referencia al trabajo que cada uno desarrolla
en la sociedad. De aquí se deriva el concepto de moral profesional, como una
aplicación de los principios morales generales a las circunstancias concretas de
un ambiente determinado. Por lo tanto, el deber de salir de la ignorancia
adquiere especial obligatoriedad en todo lo que se refiere al campo profesional
y a los deberes de estado de cada persona.
Obstáculos por parte de la voluntad
Los obstáculos que dificultan la libre elección de la voluntad son: el miedo, las
pasiones, la violencia y los hábitos.
A. El miedo. Es una vacilación del ánimo ante un mal presente o futuro que nos
amenaza,
y
que
influye
en
la
voluntad
del
que
actúa.
En general, el miedo -aunque sea grande- no destruye el acto voluntario, a
menos
que
su
intensidad
haga
perder
el
uso
de
razón.
El miedo no es razón suficiente para cometer un acto malo, aunque el motivo
sea considerable: salvar la propia vida, o la fama, etc. Sería ilícito, por ejemplo,
renegar de la fe por miedo al castigo o a la muerte, o emplear medios
31
anticonceptivos por temor a consecuencias graves en la salud ante un nuevo
embarazo,
etc.
Por el contrario, si a pesar del miedo el sujeto realiza la acción buena, es
mayor el valor moral de esa acción.
32
UNIDAD VI
LA
VIRTUD
6.1 LAS VIRTUDES CARDINALES
La virtud
Virtud, es aquella fuerza interior que permite al hombre tomar las decisiones
correctas en las situaciones más adversas para tornarlas a su favor, el virtuoso
es el que está en camino de ser sabio, porque sabe cómo llegar a sus metas
sin pisar las de los otros, porque pone a los demás de su lado y los lleva a
alcanzar un objetivo común que al final es el propio. El virtuoso es el que sabe
remar con la corriente.
A parte de la definición anterior que sirve para cualquier tipo de situación, la
definición que hemos dado en clase es la siguiente:
La virtud (areté) es una cualidad positiva. El término areté hace referencia a la
eficacia, es relativo a qué o quiénes somos.

La virtud para los sofistas
Para los sofistas la virtud es un concepto profesional que tiene que ver con la
política del pueblo y el diálogo y también tiene que ver con la oratoria.

La virtud para Platón
Para platón la virtud es la unión del cuerpo (mortal) con el alma (inmortal), y
también para él la virtud se basa en la razón y el conocimiento.

La virtud para Aristóteles
Para Aristóteles la virtud también significa la unión del cuerpo con el alma.


Cuerpo
Alma

La virtud para Homero
La virtud para Homero hace referencia al término areté que, como he dicho
anteriormente, quiere decir relatividad y eficacia, Homero tiene una serie de
héroes que sirven como modelo ético en el valor, en la fortuna, en la guerra, en
la riqueza y en el ocio.
33
MORAL
Moral proviene del vocablo latín "mos" o "mores" que significa costumbres en el
sentido de las normas o reglas adquiridas por hábitos.
Conjunto de normas que regulan el comportamiento de los seres humanos en
sociedad, que son aceptadas en forma libre y consciente por un individuo.
(Balderas, 1.998)
Conjunto de todos los deberes del hombre. (León, 1.999)
La moral, es parte de las tradiciones y costumbres del grupo humano, unidos
por un interés común.
El comportamiento moral se sujeta a valores y normas establecidas
socialmente, es un comportamiento consciente, libre y responde a una
necesidad social.
Aspectos que estructuran la moral
Aspecto fáctico "El Ser" o "Lo Real"
El ser corresponde a los comportamientos en la realidad.
Al ser le son propios los hechos que muestran los comportamientos humanos
como una respuesta debida a factores multicausales, en un contexto
macroambiental, dinámico, evolutivo y cambiante.
Aspecto Normativo El Deber Ser"
El deber ser corresponde a las ideas o modelos de comportamiento.
Al deber ser le pertenecen las ideas, normas, costumbres y tradiciones de lo
que es aceptado universalmente como conducta o comportamiento moral.
Características




Aquellos fenómenos que son estudiados por la ética
Incluye el conjunto de los deberes del hombre
Se refiere al deber ser
El individuo moralmente bueno debe practicar cosas buenas (en forma
libre, no por violencia, ni a la fuerza)
La Moral en Enfermería
La enfermería como profesión, requiere una guía moral para cumplir con el fin
primordial de servir al bien común, mejorar la salud de nuestro pueblo y
prolongar la vida del hombre.
Normas Morales para las Enfermeras(os)
Las raíces de la moral de las enfermeras (os) han sido legadas por la sociedad.
Dichas normas se relacionan con:
34

La Profesión.
Vocación
Disciplina

La atención al usuario
Proteger la individualidad
Proteger al usuario de causas externas que puedan producir enfermedad
Mantener las funciones fisiológicas del usuario en parámetros normales
Colaborar con la rehabilitación del usuario y su incorporación a la comunidad
La Profesión

VOCACIÓN: la enfermera (o) debe tener capacidad de servicio en la
atención de los individuos que necesitan de sus cuidados.

DISCIPLINA: la enfermera (o) debe cumplir y hacer cumplir las normas
establecidas por la profesión en el ejercicio profesional.
La Atención al Usuario

PROTEGER LA INDIVIDUALIDAD DEL USUARIO: los diversos modelos
teóricos para la enfermería tienen como base fundamental el trato a la
persona como un ser humano integral, al cual debe atenderse en sus
aspectos biológicos y psicosocial.

PROTEGER AL USUARIO DE CAUSAS EXTERNAS QUE PUEDAN
PRODUCIR ENFERMEDAD: en la prestación de los cuidados es deber
de la enfermera (o) evitar yatrogenias por ignorancia, omisión, descuido o
negligencia.
Yatrogenia: enfermedad provocada por el personal médico, por técnicas
diagnósticas o terapéuticas, o por la exposición al medio ambiente hospitalario.
Omisión: consiste en no realizar una conducta para evitar un daño mayor por
no ser competencia de la práctica de enfermería.
Negligencia: consiste en dejar de hacer lo que es un deber dentro de la práctica
de enfermería.

Mantener LAS FUNCIONES FISIOLÓGICAS DE LOS USUARIOS EN
PARAMETROS NORMALES: las funciones fisiológicas normales son:
35
alimentación,
eliminación,
termorregulación,
higiene,
hidratación,
movilización,
respiración,
descanso
y
circulación,
sueño.
La
enfermedad imposibilita al individuo para satisfacer sus necesidades
básicas elementales, es allí donde la enfermera (o) aplica técnicas de
enfermería para colaborar en la satisfacción de esas necesidades.

COLABORAR EN LA REHABILITACIÓN DEL USUARIO Y SU
INCORPORACIÓN A LA COMUNIDAD: es el comportamiento moral
enseñar al individuo medidas de autocuidado en salud en el hogar y la
comunidad. Es responsabilidad de la enfermera (o) promover la
Sentadas en el rincón de un tranquilo bar se encontraban Patricia, Rosalba y
Montserrat, tres entrañables amigas. Patricia, en tono angustiado, les
anunciaba que abandonaría sus estudios porque estaba embarazada.
Tras unos momentos de pasmo, Montserrat exclamó: “Lo siento mucho,
amiga. Lamento que estés pasando por esta situación y sé que no tienes
opción, puesto que en nuestro país está prohibido el aborto”. Rosalba, que
apenas salía de la sorpresa, exclamó en tono de reproche: “¿Y a quién se le
ocurre pensar en si el aborto está prohibido o permitido por alguien o por
algo, cuando es claro que se trata de un asunto de conciencia, pues lo que
está de por medio es el respeto a la vida humana?”.
Patricia que, en medio de su preocupación, había escuchado con atención el
decir de sus amigas, replicó: “Amigas, creo que no hay razón para seguir está
discusión.
Por supuesto que tendré a mi hijo o hija, mas no porque sea delito practicar el
aborto ni tampoco porque considere esa decisión asunto de conciencia
propia. Sinceramente, amigas mías, no tengo contemplado abortar porque sé
que de hacerlo padecería por siempre el rechazo de mi familia y de nuestros
círculos cercanos, lo que me haría muy ingrata la existencia.
reincorporación de los usuarios a una vida útil.
Casos éticos
Para efectos de lograr una mejor comprensión, iniciaremos con lectura y
reflexión de un caso que nos plantea una situación concreta de la vida, lo que
nos ayudará a explicar las características distintivas de la acción moral, como
la base fundamental para la construcción de la personalidad ética.
Téngase en consideración esta hipotética charla.
Preguntemos ahora:
o ¿Estamos realmente frente a un diálogo moral?
36
o Si la respuesta es afirmativa, ¿cuáles son los juicios morales en
discusión?
o Si la respuesta es negativa, ¿cuáles serían entonces los temas
reconocibles en esa conversación?
Repasemos una a una las condiciones y dificultades de respuesta:
o La apariencia de que el tema es simplemente el embarazo de Patricia.
o Que su charla deja claro que su trato es “entre iguales”, cosa que queda
de manifiesto en el hecho de que cada una expresa libremente sus
opiniones.
o Que existe aparentemente un acuerdo unánime entre ellas: el “no” al
aborto.
o Se aprecian tres maneras de enfocar la situación problemática de
Patricia, puede inferirse que durante la charla fluyen tres construcciones
diferentes de la situación:
1. La de Montserrat, que observa la situación de Patricia desde la
perspectiva de que existe un mandato jurídico específico y
autoridades judiciales que lo prohíben y sancionan.
2. La de Rosalba, que presenta la alternativa de aborto o no
aborto como asunto de conciencia y justifica su postura en el
respeto a la vida.
3. Y la de Patricia, que plantea su situación como un asunto de
aceptación o rechazo de parte de su familia y su círculo de
amistades.
Precisemos entonces:
La postura de Montserrat no se apoya directamente en un criterio moral, sino
en la pretensión de que su amiga no incurra en un acto delictivo que ameritaría
una sanción penal; y Patricia, por su parte, funda su postura en el propósito de
evitar incurrir en una acción reprobable a los ojos de su familia y de su círculo
social.
La única interlocutora que ofrece una postura y argumento de índole moral es
Rosalba, porque resalta la autonomía de la conciencia propia como único juez
y, particularmente, se respalda en el principio ético del respeto a la vida.
Para aclarar esta confusa charla, veamos la tabla siguiente:
6.2 SISTEMAS O CAMPOS DE ACCIÓN
37
Sistema o campo
Sede o espacio
donde
ocurre la acción
Autoridad a la
que se refiere
Criterio de validez
Su fin
reconocible
Se obedece a:
en el que se
asienta
Se orienta a:
Moral
Conciencia
individual
Sí mismo
El Estado: las
leyes y las
Política
Conducta
autoridades
Autonomía
individual
Cualesquiera
que
requiera
respaldo
Congruencia ética o
corrección
normativa
Hay medios
legítimos
de coacción física
político y legal
Integración
Grupal
Conducta
El “otro”
disciplina
Hay medios de
sanción
no punitiva
ni generalizada
En esta tabla se observan verticalmente tres sistemas o campos de acción
funcionalmente diferenciados: el campo de la moral, el campo de la política y el
campo del comportamiento grupal. Y, horizontalmente, se observan cuatro
atributos distintivos: la sede o espacio de ocurrencia de la acción, la autoridad a
la que se refiere, su fin reconocible y el criterio de validez en que se asienta.
La diferenciación entre los campos no es en principio conceptual únicamente
sino “ontológica”, es decir, que los campos o sistemas antes descritos existen
independientemente de la conciencia que usted tenga de ellos. Resulta
evidente para todos que las reglas de la moral, como las de la política, operan
con toda su fuerza en la práctica social, pese a que muchas personas carezcan
de conceptos precisos acerca de ellas.
El campo de la política es aquel donde la probabilidad de imposiciónacatamiento de un mandato descansa en última instancia en la coacción
legítima; es decir, es el campo de las leyes, de las normas o de los mandatos
que el Estado emite para regular la acción humana.
Para el caso que nos ocupa, el hecho es que Patricia está obligada por el
Estado mexicano a evitar la conducta del aborto, so pena de verse privada de
su libertad, con independencia de lo que ello le signifique éticamente. Y,
precisamente, la exaltación del principio político de la acción es lo que expresa
el juicio de Montserrat.
38
El campo de la moral se distingue porque en él las máximas o mandatos a la
acción provienen de la conciencia propia, es decir, se asientan en la convicción
autónoma de estar haciendo lo que se debe, independientemente de la
coacción de las leyes o normas que impone el Estado o el grupo social. Este es
el caso de la postura enunciada por Rosalba.
El campo de lo grupal, que es un espacio intermedio entre la moral y la política,
es identificable porque aspira a un fin cercano al de la política: que los
miembros ajusten su conducta a las expectativas exigidas por el grupo, con la
diferencia de que, careciendo de los medios de coacción legítima propios del
Estado, apela a algo
parecido a la ética: la
congruencia con la
moral específica del
grupo.
He aquí que la opinión
de Patricia encuadra
en el principio de la
acción grupal.
El campo de la acción
moral es el objeto de estudio de la Ética: el campo de la acción política
constituye el objeto de estudio de la Politología o Ciencia Política; y la
moral colectiva o grupal es el objeto de estudio de la Deontología.
o de acción y cada quien lo justifica como Tema 2. La estructura de la
decisión ética
39
¿Podrás, Sócrates, decirme si la virtud puede
enseñarse, se adquiere sólo en la práctica, ni de la
enseñanza, se encuentra en la persona naturalmente
o de cualquier otra manera?
Platón. “Menón o de la virtud”
Analicemos el siguiente caso, una adaptación del conocido “dilema de
Heinz”.
En algún lugar existe una mujer que padece un tipo especial de
Cáncer y va a morir pronto. Hay un medicamento que los médicos
Piensan que le puede salvar, pero es muy escaso y tiene un precio muy
elevado, por lo que el farmacéutico aprovecha la circunstancia para
encarecerlo y cobrarlo diez veces más que su precio normal.
El esposo de la mujer enferma sólo cuenta con la mitad de lo que cuesta el
medicamento, pero va con el farmacéutico y le cuenta que su esposa se está
muriendo y le ruega que le venda en ese precio el medicamento. El
farmacéutico se niega y, ante eso, el esposo, desesperado, lo ataca y le roba
la medicina.
Preguntémonos, por ejemplo:
o ¿Es correcta la decisión de robar el medicamento? ¿Hizo bien el
esposo de la mujer que tiene cáncer?
o ¿Actuó correctamente el farmacéutico?
o ¿Quién tiene la razón?
o ¿Tenía otra opción el esposo?
o ¿Usted qué haría si fuera el farmacéutico?
o ¿Por qué cree que el esposo hizo lo correcto?
40
o ¿Qué haría si fuese el
esposo?
Consulte
a
sus
amigos,
compañeros
de
trabajo
o
familiares; pregúnteles quién
tiene la razón y, sobre todo, por
qué defienden una u otra opción.
Resultará interesante constatar
que cada una de las personas
consultadas tiene una opinión
distinta pero, sobre todo, un
argumento
diferente
para
defender su opinión en torno al
asunto.
¿Recuerda usted el decir popular
de que “cada cabeza es un
mundo” o que “de política mejor
ni hablar porque nunca llegamos
a un acuerdo”?
Ahora, coloquémonos en la siguiente situación hipotética:
Usted tiene una hija o un hijo, estudiante del segundo año de
secundaria.
Su hija(o), notoriamente disciplinada(o) y aplicada(o) a sus
estudios, obtuvo calificaciones muy superiores al promedio de
sus compañeros de la escuela primaria.
Más aún, ha obtenido buenas calificaciones durante el año y
medio que lleva cursando la educación secundaria, excepto
en la asignatura de matemáticas, en cuyo último examen
obtuvo seis.
Ante esta situación, más allá de que su hija(o) le mostró el
examen en cuestión, usted decide solicitar información sobre
los criterios con los cuales la maestra diseñó el examen y
evalúo el aprovechamiento.
La maestra, por su parte, se niega a proporcionarle la
información solicitada bajo el argumento de que no existe ley
ni reglamento escolar algunos que le obliguen a ello.
41
La vida moral implica para todos conflictos de valor
que nunca encuentran soluciones definitivas, y que,
por lo mismo, constituyen decisiones difíciles.
o ¿Cuál sería su reacción frente a la actitud de la maestra?
Pensemos ahora en un curso hipotético de acción:
Usted decide acudir ante el director de la escuela, le expone
la situación y le solicita su intervención para obtener la
información solicitada.
La respuesta del director consiste en negarle la información y
ratificar la decisión de la maestra utilizando el mismo
argumento: no existe ley alguna que obligue a las autoridades
de la escuela a proporcionar la información que usted
requiere. Aún más, agrega el director, no hay ley que le
impida conceder a usted dicha información, pero como
tampoco existe castigo por no hacerlo, entonces no lo hará:
¡No le proporcionará la información!
o ¿Cuál es su sentimiento? ¿Cuál sería su reacción?
Supongamos que es cierto lo que argumentan el director y la maestra.
¿Podemos decir que tienen razón para no proporcionarle a usted la
información? ¿Es válida su argumentación-justificación? ¿Es correcta su
decisión?
Sin embargo, usted necesita esa información para hacer una consulta con
algún especialista para que le ayude a encontrar una solución a la problemática
de su hija(o)…
o ¿Usted les daría la razón?
o ¿Si usted fuera el director actuaría de la misma manera?
Veamos un par de situaciones hipotéticas.
42
Primera situación:
Con objeto de mejorar su posición en el trabajo, incrementar
su sueldo y lograr un mayor desarrollo intelectual, usted
tiene la oportunidad de inscribirse a un diplomado o a un
programa de titulación para concluir su licenciatura, maestría
o doctorado, con posibilidades de obtener una beca.
Sin embargo, el programa al que usted se inscribe requiere
dedicación de tiempo completo.
o ¿Ocuparía parte de su tiempo de trabajo para estudiar?
o ¿Estudiaría solamente en su casa, aunque tuviera que robarle unas
horas a su sueño?
Segunda situación:
Usted tiene un jefe que sabe de su condición de padre o
madre de familia. Cada que el hijo de usted enferma, con
objeto de que se quede en casa para cuidar a su hijo, su jefe
le da oportunidad de faltar sin solicitarle comprobante
médico alguno.
En esta ocasión, usted desea faltar al trabajo, simplemente
por disfrutar un poco más de su hijo en casa.
o ¿Le diría a su jefe que su hijo está enfermo?
o ¿Le pediría autorización para faltar al trabajo argumentando
simplemente que quiere quedarse en casa a disfrutar de su hijo?
Tras una discusión de los hipotéticos pero probables casos hasta aquí
presentados, es casi seguro que usted haya arribado a la conclusión certera de
que, tratándose de juicios sobre actos morales, difícilmente existen respuestas
únicas; más todavía, de que, cualquiera haya sido la postura propia, ésta se
fundó en un criterio elegido entre otros igualmente posibles e incluso
razonables.
El marido que roba al farmacéutico, ciertamente, contraviene el principio moral
de no robar, pero es congruente con el principio de velar por la salud de su
esposa. En el contexto y la situación descritos, por lo tanto, es obvio que al
marido le sería imposible ser congruente con ambos principios a la vez, y que,
por lo tanto, su acción sería congruente con uno de ellos e incongruente con el
otro. Así, es claro que la formulación de cualquier juicio sobre la acción del
marido o del farmacéutico
43
—cuya decisión había sido no vender la medicina a mitad de precio— reclama
también del juzgador decidir con base en qué criterio o principio proponer su
valoración.
He aquí el desafío crucial de la ética o de la eticidad:
reflexionar sobre esos hechos tan cotidianos pero tan
cruciales en la existencia humana, en los que confluyen
encontradamente principios morales diferentes, de tal
suerte que imponen a las personas el desafío de elegir
uno de ellos rechazando el otro.
A diferencia a otros saberes, en la
ética no hay decisiones absolutas ni
mucho menos irrefutables.
Para
todos, la vida moral
implica
conflictos de valor
que
nunca
encuentran
soluciones definitivas, y que, por lo mismo, constituyen decisiones difíciles. La
diferencia, en principio, estriba en la actitud y en las aptitudes para reconocer
dichos conflictos y resolverlos conscientemente, es decir, a sabiendas de que
cualquier decisión reclama buenas razones y de que, a diferencia de lo que
sucede en otros saberes, en la Ética no hay decisiones absolutas ni mucho
menos irrefutables.
Reflexionemos ahora sobre la situación expuesta en la fábula de Esopo que
transcribimos en la siguiente página.
44
El molinero y su asno
El
camino de polvo entraba y salía de los bosques, retorciéndose como una larga y
enroscada serpiente, formando gibas sobre las colinas, estirándose en recta línea blanca
sobre las llanuras y sumergiéndose en los valles, hasta llegar, finalmente, a la carretera
que llevaba a la ciudad. Y por el camino, sorteando sus curvas y repentinos recodos,
venían el molinero, su joven hijo y su retozón asno.
Detrás, a poca distancia, varios niños cantaban con alegría, mientras avanzaban dando
cabriolas. Por fin, alcanzaron al molinero, y uno de ellos gritó en son de burla:
—¡Miren a esos tontos! ¡Caminan con tanto esfuerzo junto al asno, cuando podrían viajar
en su lomo!
Y se alejaron corriendo, lanzándose como saltamontes camino abajo.
—Tienen razón, hijo mío —dijo el molinero—. En realidad somos unos tontos.
Y alzó a su hijo y lo sentó sobre el lomo del asno.
Luego, ambos siguieron trabajosamente por la carretera, áspera y calcinada por el sol. Al
poco rato, un grupo de labradores dobló el recodo y se topó con los tres.
—¡Miren! —dijo uno de ellos, señalando al asno y al niño—. Los jóvenes de hoy no tienen
la menor consideración por sus padres. Miren a ese robusto muchacho, cómodamente
viajando sobre el asno, mientras su viejo padre va a pie.
Cuando los labradores siguieron su camino, el molinero detuvo el asno y dijo:
—Apéate, hijo. Tal vez tengan razón. Seré yo quien monte.
Subió al asno y así continuaron la marcha. Por el lado opuesto de la colina venía una
vieja, que apretaba el chal contra los huesudos hombros.
—¿Cómo puedes dejar que tu fatigado niño corra detrás de ti, mientras tú cabalgas
cómodamente? —gritó con desdén al molinero, al pasar.
Avergonzado, el molinero tomó a su hijo y lo sentó tras él, sobre las ancas del asno.
Apenas habían recorrido unos pocos pasos, alcanzaron a un pequeño grupo de hombres.
—Se ve que el asno no les pertenece —dijo uno de éstos, en tono acusador—, de lo
contrario no le quebrarían así el lomo. ¡Pobre animal!
A esta altura, el molinero estaba un poco desconcertado, pero hizo bajar a su hijo, se
apeó él mismo del asno y, atándole las patas, cargó al animal en hombros.
El pobre asno se retorcía incómodo, golpeando la espalda del molinero a cada paso.
Cuando cruzaban el puente, el asno se desprendió de su atadura y cayó al agua. Luego,
nadó hasta la ribera y echó a correr por los campos.
Tratando de complacer a todos, el molinero no había complacido ni siquiera a su asno.
Fábula de Esopo
Moraleja: No se puede complacer a todo el mundo, mucho menos al mismo tiempo.
o ¿Cuál es la lección que usted puede extraer de esta fábula para su
propia vida?
o ¿Tiene sentido tomar en cuenta todas las opiniones o los juicios de los
demás? ¿Solamente algunos? ¿Cuáles? ¿Cómo y con qué criterio los
elige?
o ¿Es mejor valerse del juicio propio para tomar decisiones?
45
o ¿Cómo saber que el juicio propio es el mejor juicio?
Este ejercicio, al igual que los anteriores, apunta al propósito de construir
experiencias colectivas sobre situaciones que, vistas con detenimiento,
guardan semejanza con las situaciones que nos plantea nuestra existencia
cotidiana, sea en la dimensión familiar, política e incluso laboral. No obstante lo
anterior, es pertinente remarcar la existencia de un ingrediente que, probable
aunque no necesariamente, haga la diferencia: la exigencia de ofrecer razones
sobre las posturas morales personales y de escuchar las exteriorizadas por los
otros.
Si lo anterior es correcto, existe una buena base que permite inferir y hacer
explícitas dos de las premisas fundamentales en que se asienta este Manual:
1. Es posible construir criterios racionales y razonables para guiar
nuestros actos morales y actuar en consecuencia.
2. Dicha posibilidad no se realiza “en automático”, sino que supone la
generación de aprendizajes especiales para construir con precisión
dichos criterios y habilidades especiales para aplicarlos correctamente
en las situaciones específicas que se nos presentan.
A propósito de la primera premisa, nunca estará de más la insistencia en que la
“construcción” de los criterios orientadores de los actos morales es un proceso
que constituye una experiencia individual a través de un encuentro de cada uno
con su propia conciencia, sin negar que también pudiera existir una mediación
social.
Es claro que las disyuntivas morales que enfrentamos en lo cotidiano nos
cuestionan personalmente y que los “yo opino X, basado en
Primera premisa:
Es posible construir criterios racionales y
razonables para guiar nuestros actos
morales y actuar en consecuencias.
Mis razones Y” que fluyen en nuestra
cotidianidad son una manifestación de la
conciencia individual, guiada por criterios o
principios morales libremente elegidos, es
decir, nunca únicos ni mucho menos
necesarios.
Valga la reiteración: los juicios morales
presuponen un criterio de referencia. Decir,
por ejemplo, que se está de acuerdo con que
los partidos políticos postulen al menos un
46
30% de mujeres para ocupar cargos de representación popular, como una
medida para emparejar a los géneros, implica haber aprendido y hecho propio
un criterio de justicia o, más precisamente, de equidad de género.
La equitativa postura mencionada pone de manifiesto que el yo —la
conciencia— responde a un principio previamente aprendido y asumido. En
otras palabras, evidencia por la vía del hecho el ingrediente distintivo del acto y
del juicio moral: la autonomía individual, entendida como acto en el que el actor
rinde tributo a su propia conciencia y responde a ella.
En relación a la segunda premisa, el punto se dice fácil, pese a que entraña
gran complejidad: emitir un juicio moral sobre las medidas tendientes a
favorecer la posición de las mujeres en la política y desfavorecer la de los
hombres, supone para quien emite un juicio disponer, por ejemplo, de un
criterio preciso de justicia, al margen de lo cual sería difícil sostener que tal
medida es o no moralmente aceptable.
Todavía puede decirse más: el hecho de contar con un criterio o principio bien
definido de justicia no garantiza que el juicio emitido sobre la aludida medida a
favor de las mujeres sea correcto.
En el reino de los comportamientos morales siempre es y será posible que
algún otro, incluso partiendo del mismo criterio, llegue a juicios diferentes sobre
un mismo hecho, situación que es todavía más esperable en el caso de que un
mismo hecho sea juzgado desde criterios morales diferentes. Es el caso nada
improbable de que para alguien que entienda la justicia como igualdad de
oportunidades para todas las personas, cualquier medida que beneficie sólo a
un género es, por ello mismo, tan injusta como inaceptable.
47
Segunda premisa:
Es necesario generar aprendizajes especiales
para construir criterios racionales y
habilidades especiales para aplicarlos
correctamente.
48
La premisa de la autonomía moral sienta las condiciones que tornan entendible
y, además, legítima la diversidad de los actos y los juicios humanos, bajo la
condición obvia de que quien actúa o quien emite una valoración sobre un acto
ha de disponer de criterios y ha de ofrecer razonamientos.
La condición de posibilidad de existencia plena de la autonomía moral, por
tanto, pasa por la libertad de expresión y, por supuesto, por la máxima universal
de que “se vale” emitir juicios sobre cualquier tema de interés personal.
La valoración positiva de dicha libertad, sin embargo, implica los riesgos
perennes del libertinaje verbal y la derivación falaz y cínica de que, como “se
vale hablar”, todos los actos de habla “valen lo mismo”. Así, frente a la cuestión
crucial de si existen juicios morales mejor que otros, la respuesta categórica es
sí, por supuesto que hay actos más dignamente humanos que otros.
Lo anterior, por ende, conduce necesariamente a un problema crucial e
insoslayable: ¿cómo, en medio de la diversidad moral irreductible que
caracteriza a nuestra época, pueden las personas decidir sobre la superioridad
de actos y juicios morales diferentes e incluso contradictorios?
Respuesta: el método por antonomasia es el diálogo. Y el criterio decisivo —de
suyo evidente— es la calidad de la argumentación. Nótense dos cuestiones. La
primera, que el método para el procesamiento de las diferencias morales es
estrictamente formal: si un juicio moral es valioso y digno de ser universalmente
aceptado es porque no ha encontrado mejores argumentos que los que le
sustentan.
Y la segunda, que no hay aquí autoridad divina, ni mucho menos trascendente
a las conciencias humanas, que valga para imponer conclusiones últimas e
inatacables.
O, dicho de otro modo: que la autoridad reside única y exclusivamente en el
mejor argumento.
De lo anterior puede desprenderse sobre bases firmes que jamás nadie tiene la
última palabra sobre las cosas o acciones de los demás, y que casi cualquier
juicio, incluso gozando de la mejor argumentación posible, es susceptible de ser
refutado argumentativamente.
En la perspectiva planteada no se trata solamente de
decir que cada quien tiene derecho a expresar su
opinión o emitir un juicio sino de tener claridad en torno a
cuál es su fundamento; no se trata simplemente de
“respetar” el derecho que tiene cada quien de opinar,
sino de saber en qué y cómo se fundamenta su opinión.
Tratándose de juicios sobre
actos morales, difícilmente
Es importante mencionar, además, que usualmente quienes defienden a
ultranza su derecho aexisten
tener orespuestas
emitir una únicas.
opinión propia, más que una opinión
defienden su obsesión caprichosa a mantener inalteradas, e incluso imponer,
sus creencias o visiones del mundo, eludiendo el compromiso racional de
admitir la objeción fundada racionalmente y de entablar diálogos morales libres
de coacciones.
49
El zorro y el cuervo
Con sus negros ojos, el cuervo observaba al zorro que se hallaba en el suelo, allá abajo.
Lo miró saltar una y otra vez al árbol en que él estaba posado, chillando
desaforadamente. Los demás cuervos graznaban alarmados, desde las ramas altas,
hasta que aquel clamoreo llenó los aires. Pero el cuervo negro callaba, porque sujetaba
con fuerza en su pico un trozo de queso amarillo.
Cuando el astuto zorro comprendió, por fin, que no podría alcanzar el queso del cuervo,
trató de obtenerlo de algún modo.
—¡Mi querido, mi queridísimo cuervo! —le dijo suavemente—. ¡Oh, beldad del bosque!
¡Tu fuerza es mayor que la del águila de anchas alas, tu vuelo tiene más gracia que el de
la golondrina, tu reluciente plumaje negro brilla más que el del pavo real! ¡Lástima que,
aunque tienes todos esos dones, la naturaleza se haya negado a darte una voz!
Los negros ojos del cuervo habían centelleado de alegría ante la adulación del zorro, pero
sus últimas palabras lo irritaron. ¿Qué quería decir al afirmar que no tenía una voz?
—Quizá esto último sea falso —dijo el zorro en tono amistoso—. Puede ser que el
envidioso ruiseñor haya difundido esa mentira para desterrar del bosque la única voz que
puede superar a la suya en belleza. Ojalá quisieras cantar, aunque sólo fueran unas
pocas notas, hermosísimo cuervo, que me permitieran oír la música de tu canción. E hizo
chasquear sus labios, como un anticipo del deleite que iba a sentir. La exhortación del
taimado zorro resultó demasiado fuerte para la vanidad del cuervo. Graznó sonoramente,
el trozo de queso se le cayó del pico, y el zorro lo atrapó y se fue con él.
—Si tu sentido común hubiese sido la mitad de tu vanidad, tendrías aún tu queso —dijo el
viejo cuervo negro que encabezaba la bandada.
Fabula de Esopo
Moraleja: Las alabanzas y adulaciones son peligrosas pues nos hacen perder la
cabeza para razonar adecuadamente
¿Cuántas veces, por exceso de valoración propia, hemos cometido errores de
consecuencias irreparables, de las cuales no tiene sentido arrepentirse?
Un paso necesario en la construcción de la personalidad ética es la
autovaloración racionalmente fundada, ejercicio complejo que supone a cada
conciencia individual la tarea de colocarse a sí misma como objeto de la propia
valoración. Se trata, de este modo, de un genuino ejercicio de
autoconocimiento, cuyos desafíos principales son superar las muy humanas
distorsiones acarreadas por las emociones, los instintos y el ego personal.
En efecto, salvo situaciones límite, no existe ser humano que no atribuya valor
a sus acciones o decisiones. La justificación de nuestro actuar, más allá de su
50
grado de elaboración, tiende a ser considerada la mejor y nos hace sentir bien.
Y resulta valiosa pues deriva de los valores o principios que hemos atesorado
durante mucho tiempo, los cuales, sin darnos cuenta, han pasado a formar
parte de nuestra estructura mental. Esta es la razón por la que tomamos
decisiones y emitimos “juicios” y “justificaciones” que consideramos válidas sin
tener mucha conciencia de cómo lo hacemos y de dónde proviene la certeza o
la creencia de que son las mejores.
Dice Pablo de Ballester que un día en que Anaxágoras visitaba
Atenas, Sócrates, que era muy pequeño, se acercó a platicar con él y le dijo:
—Maestro, tengo un problema.
— ¿Qué te pasa, hijo? (y pensaba Anaxágoras: “Ahora dirá… que
está cojo, que está ciego, que no oye…”).
—Fíjese que tengo una voz que no es ésta que usted está oyendo.
Es una voz que no sé en qué parte de mí está. Como estoy mal
hecho… pero que me habla desde dentro y yo he preguntado a
algunos familiares y vecinos,
y ellos no la tienen, y yo sí, oigo una voz que tengo dentro y que me
habla —le dijo Sócrates.
—¿Y qué te dice esa voz? —le preguntó Anaxágoras.
—Pues maestro —respondió Sócrates—, es una voz, pues… bien
curiosa, porque cuando estoy por hacer algo malo, entonces me grita
dentro, y como que se resiste a que yo cometa aquella maldad o
aquella torpeza; se rebela dentro de mí y me grita. Sin embargo, he
notado que cuando voy a hacer algo bueno, se calla, no me dice
nada, no me aplaude. Y a veces incluso hago cosas buenas por si
esa vocecita dice: “¡Bravo Sócrates, ya vas bien
Sócrates!”… y está callada, como si no se fijara que estoy haciendo
bien; mientras que lo más mínimo que voy a hacer malo. ¡Oh!, se
pone como loca esa voz y me grita.
Entonces Anáxagoras le dijo:
—Acabamos de abrir un nuevo capítulo en la historia de la Filosofía.
Esta voz que tú tienes se llama CONCIENCIA.
Unos la tenemos, otros la teníamos, otros no la hemos tenido nunca,
pero tú has sido el primero en ponerla en evidencia, en declararla, y
se llamará SIN IDICIS que significa VISIÓN INTERNA. La conciencia
es la visión interna.
—Maestro, y ¿qué puedo hacer para… pues para que no grite tanto
esa voz? ¿Qué puedo hacer para… hacerme amigo de esa voz?
Porque yo creo que es un demonio que tengo dentro…
Y Anáxagoras le contestó:
—Mira, si en algo me quieres, si en algo me has admirado; por el
cariño que me vas a tener cuando ya no esté en Atenas, te imploro
que jamás trates de pactar con esa voz; nunca entres en
negociaciones con ella y serás un hombre noble y libre, mientras
puedas oír esa voz dentro de ti, esa disidencia… El día que ya no la
oigas, pobre de ti… pobre de ti. Ojalá siempre grite dentro de ti ese
demonio.
51
Pongamos otro caso:
Un ciudadano se acerca a usted para comentarle que un compañero que lo
atendió en la ocasión anterior le solicitó dinero a cambio de proporcionarle
información de carácter reservado.
Usted tiene las siguientes opciones:
a) Usted toma la decisión de denunciar a su compañero porque a cambio
obtendrá una recompensa económica.
b) Usted decide denunciar a su compañero porque espera mejorar su imagen
personal.
c) Usted decide denunciar a su compañero porque considera vital para el
mejoramiento de las instituciones públicas y en bien del Estado y los
ciudadanos ponerle un alto a cualesquier forma de corrupción. No le importa si
a usted nadie se lo reconoce o, inclusive, se lo recriminen.
d) Usted decide no denunciar a su compañero porque, de todos modos, no
sucederá nada y las cosas, a su juicio, así han sido siempre y seguirán siendo
así.
e) Usted decide mejor no atender al ciudadano por haber denunciado a su
compañero.
f) Usted decide no denunciar a su compañero porque es su amigo y ha sido
solidario en varias ocasiones con usted, y para usted es más importante el
valor de la amistad.
¿Cuál es la opción que usted elegiría?
¿Qué otras opciones son posibles?
Conforme a lo que hemos venido planteando:
¿Cuál o cuáles opciones se acercan más a la eticidad?
¿Cuál o cuáles opciones tendrían un carácter no ético?
Un elemento distintivo de la acción ética es que se produce en circunstancias
desfavorables. Cualquiera puede tomar decisiones en cualesquier
circunstancia, pero la decisión ética se presenta en situaciones en que no es
fácil elegir, pues implica conflictos de valor. En ello estriba su complejidad.
El hecho de que involucre valores en conflicto, valiosos ambos, hace de ella
una decisión siempre difícil y envuelta de dosis grandes de incertidumbre, en
virtud de lo cual conlleva la posibilidad de tener decisiones y consecuencias
diferentes. Queda claro el punto: cualquier decisión ética, si bien se juzga, bien
pudo haber sido diferente a cómo efectivamente fue; y nada hay que conduzca
al consuelo de que se trataba de algo necesario o inevitable.
Quien en un dilema decide guiarse por un principio o criterio de valor, lo hace
porque dejó de lado otro principio también valioso.
La decisión ética —nuevamente apoyándonos en Savater—no está a la espera
de las mejores condiciones ni depende de premios o castigos: la decisión ética
no espera el consenso de los demás ni es un mero cálculo, la decisión ética se
produce en el aquí y en el ahora.
La decisión ética se presenta en situaciones en que no es fácil elegir,
pues implica conflictos de valores
52
6.3 ÉTICA Y MORAL / DERECHOS HUMANOS
Los llamados «derechos humanos» parece que tienen mucho que ver
con la Ética y con la Moral. ¿Por qué llamarlos derechos y no deberes, por
ejemplo? La pregunta alcanza toda su fuerza desde las coordenadas que,
según modos muy diversos, tienden a ver la distinción entre los términos
«ética & moral», por un lado, y «derecho», por otro, como una distinción
dicotómica. Quienes, por el contrario, no entienden esa distinción
dicotómicamente,
puesto
que
presuponen
la
efectividad
de
un
entretejimiento sui generis entre la ética & moral, y el derecho, estarán lejos
de hacerse esta pregunta. Más bien tendrían que hacerse la pregunta
contraria: «¿Por qué no llamar derechos a los deberes éticos y morales?»
En términos gnoseológicos: «La cuestión de los derechos humanos,
¿no corresponde antes a la Teoría del Derecho (a la Filosofía del Derecho)
que a la Teoría de la Ética y de la Moral?» El debate en torno a la cuestión
de si los derechos humanos han de considerarse desde una perspectiva
estrictamente jurídica, o bien desde una perspectiva previa, o por lo menos
no reducible a la esfera estrictamente jurídica –es decir, una perspectiva
ética & moral– compromete evidentemente la cuestión general de las
relaciones entre el derecho estricto y la moral o la ética; así como la
cuestión general de las relaciones entre las normas éticas y las normas
morales. Partimos de la hipótesis general según la cual las normas jurídicas
(los derechos, en sentido estricto) presuponen las normas éticas y morales,
pero casi a la manera como el metalenguaje presupone el lenguaje objeto.
Sólo que las normas jurídicas no las entendemos como un mero
«nombre» de las normas morales o éticas, algo así como una reexposición
reflexiva de normas prejurídicas o praeterjurídicas. Las normas jurídicas no
son un pleonasmo de las normas morales o éticas. Si a las normas jurídicas
les corresponde una función peculiar y no la de una mera redundancia de
las normas morales o éticas, sin que tampoco pueda decirse que se
mantienen al margen o más acá de la ética o de la moral, es porque las
53
propias normas morales o éticas, en un momento dado de su desarrollo,
necesitan ser formuladas como normas jurídicas. Si esto es así es porque
las normas morales, y las normas éticas, no sólo no son idénticas entre sí,
sino que ni siquiera son estrictamente conmensurables. Es en este punto en
donde pondríamos la función más característica de las normas jurídicas,
prácticamente
ligadas
a
la
constitución
del
Estado,
como
una
sistematización de las normas éticas y morales, orientada a resolver las
contradicciones, a llenar las lagunas y a coordinar las normas yuxtapuestas
(y también, es verdad, a generar un proceso infinito de «normas
intercalares»
específicamente
jurídicas).
Es
en
este
proceso
de
sistematización en donde los deberes éticos o morales, en general,
cobrarán la forma de derechos positivos estrictos garantizados por el
Estado. Según esta concepción, decir, por ejemplo, que la política (o el
derecho) «debe respetar la ética» no tiene el sentido de que la ética o la
moral sea algo así como una regla más alta inspiradora de la política (como
si el político o el jurista estuviese vigilado por el moralista, lo que es un
último residuo de la subordinación del Estado a la Iglesia); pues no se trata
de que se inspire por ella, sino, más bien, porque la ética y la moral son la
materia sobre la que se basa la política y el derecho. Según esto, la crítica
al derecho, desde la perspectiva ética o moral, sólo encuentra su verdadero
punto de apoyo cuando puede tomar la forma de «crítica a un derecho»
desde «otros derechos». La dialéctica de la sistematización jurídica incluye,
desde luego, la aparición de normas jurídicas que violentan determinadas
normas éticas y morales, las que han debido ser sacrificadas a la
sistematización global. Este esquema general de las relaciones entre el
derecho y la moral & ética es el que podemos aplicar, como a un caso
particular, para dar cuenta de las relaciones entre los derechos humanos,
como normas jurídicas, y los derechos humanos como normas éticas y
morales.
En términos generales diríamos, refiriéndonos por ejemplo a la
Declaración de 1789, que esa Declaración de los derechos humanos
habría consistido, sobre todo, en una sistematización muy precaria, sin
54
duda, de los deberes éticos, separándolos de los deberes morales (que
aparecen, sobre todo, como derechos del ciudadano).
Cuando alguien, sea un albañil, sea un jurista, habla con sentido de
«derechos humanos», está reconociendo necesariamente, aunque sea con
un diferente grado de precisión y de complejidad, por un lado, las relaciones
de los derechos humanos con el derecho (por tanto, por ejemplo, con las
leyes, o con sus preámbulos, o con el Estado, o con los organismos
internacionales que los declaran o proclaman) y, por otro lado, las
relaciones de los derechos humanos con lo humano (por tanto, por ejemplo,
con las diferentes situaciones humanas, históricas y sociales, y con las
diferentes concepciones sobre el hombre). Consideraremos dos grupos de
criterios.
1º. Engloba dos criterios que tienen que ver con las relaciones de los
derechos humanos con el «mundo del derecho», en su sentido jurídico más
estricto, por amplio que éste sea (desde la constitución de un Estado, a una
de sus leyes orgánicas, en el que aparezcan estos derechos, hasta las
declaraciones solemnes de derechos humanos de tan diverso alcance
jurídico como puedan serlo la de Filadelfia de 1776, la de la Asamblea
Francesa de 1789, o la de la Naciones Unidas de 1948).
2º. Engloba otros dos criterios, que tienen que ver con las relaciones de
los derechos humanos con el mismo «mundo de lo humano».
6.4 FUNDAMENTO FORMAL Y MATERIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Conviene distinguir los derechos humanos de sus fundamentos. Cuando
hablamos de fundamentos de los derechos humanos (o de los derechos, en
general) estamos hablando simultáneamente de dos cosas distintas, aunque
también indisociables, porque dos cosas (o momentos, o aspectos) tenemos
siempre que distinguir en un derecho dado (positivo), como pueda serlo el
derecho de propiedad territorial: el momento del contenido (o materia) de ese
derecho y el momento de su fuerza de obligar (o forma). El fundamento del
contenido tiene que ver intrínsecamente con el origen o génesis del mismo, si
se quiere con su «descubrimiento» (o «invención», en su caso); el fundamento
de la fuerza de obligar tiene que ver con la misma validez del derecho como tal
(con la normatividad eficaz o vigencia del contenido). Habría que ensayar –y no
55
es ésta la ocasión– las diversas hipótesis posibles para dar cuenta de la
conexión entre el fundamento material y el fundamento formal de un derecho
positivo dado.
Nos limitaremos a manifestar aquí nuestras dudas relativas al
establecimiento de cualquier tipo de conexión, entre el fundamento material
y el formal, que apele a los esquemas de yuxtaposición o de reducción del
deber ser al ser, o del ser al deber ser. Nos inclinaríamos a entender esta
conexión como una «conjugación» en virtud de la cual las partes del
contenido (de un derecho) se enlazan entre sí precisamente en el momento
de erigirse en normas, de suerte que pueda afirmarse que es la
normatividad o validez de una norma aquello que delimita el contenido
mismo del derecho. De este modo, diríamos que solamente cuando el
contenido de un derecho (su ser, o materia) ha alcanzado su forma (su
validez normativa, su fuerza de obligar, su condición de deber ser efectivo,
acaso su coactividad), sólo entonces puede hablarse de origen o de
fundamento material. Por lo demás, supondremos que un mismo contenido
puede ir acoplado a diferentes fundamentos de validez, así como un mismo
fundamento de validez podría dar lugar a diversos contenidos, cuando va
combinado con otros fundamentos. Con las distinciones precedentes se
comprende que estemos preparados para reconocer la posibilidad de
diferentes fundamentos formales (no sólo jurídicos sino también morales o
éticos) de los diversos contenidos de los derechos humanos, así como
también la posibilidad de admitir que diferentes fundamentos materiales de
un determinado derecho puedan ser convergentes hacia un mismo
fundamento formal.
Ahora bien, en la medida en que supongamos que los derechos
humanos constituyen un sistema universal y coherente, capaz de ser
aplicado a todos los hombres, según una validez también universal, cabe
postular la necesidad de determinar un fundamento material homogéneo
que pueda considerarse presente, aún en abstracto, en los diversos
fundamentos materiales «empíricos», circunstanciales, al menos en sentido
retrospectivo; así como un fundamento formal común del cual irradie la
vigencia o validez del sistema. Sin duda, podríamos ensayar diversas
hipótesis de fundamentos, en el sentido dicho. En la imposibilidad de
proceder a una discusión de las mismas, nos limitaremos a presentar las
que consideramos más adecuadas: Sistemas de fundamentaciones
teológicas, naturalistas (etológicas, sociobiológicas) y factualistas. Si
desistimos de buscar los fundamentos materiales y formales de los
56
derechos humanos, ya sea en el Cielo, ya sea en la Naturaleza, en general,
es evidente que no nos queda otro camino que buscar esos fundamentos
en la misma realidad humana, en cuanto tal, en lo humano del hombre.
Pero es muy dudoso que lo humano del hombre pueda hacerse
consistir en algo que no incluya ya a los mismos derechos. ¿Cómo
podríamos hablar de hombres anteriormente a la institución de todo tipo de
esos derechos que llamamos humanos? Esto no tiene nada que ver con un
proyecto de «autofundamentación» tautológica de los derechos humanos en
el hombre, y del hombre en sus derechos. Y no hay autofundamentación
sencillamente en la medida en que no hacemos consistir al hombre
exclusivamente en sus derechos. Los fundamentos materiales y formales de
los derechos humanos son «transcendentales» respecto del propio proceso
de constitución del ser humano, es decir, se determinan en este proceso y
no antes ni después.
Los Derechos Humanos son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la
persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del
individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos
en la Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado.
Todos estamos obligados a respetar los Derechos Humanos de las demás personas. Sin
embargo, según el mandato constitucional, quienes tienen mayor responsabilidad en este
sentido son las autoridades gubernamentales, es decir, los hombres y mujeres que ejercen
la función de servidores públicos.
La tarea de proteger los Derechos Humanos representa para el Estado la exigencia de
proveer y mantener las condiciones necesarias para que, dentro de una situación de
justicia, paz y libertad, las personas puedan gozar realmente de todos sus derechos. El
bienestar común supone que el poder público debe hacer todo lo necesario para que, de
manera paulatina, sean superadas la desigualdad, la pobreza y la discriminación.
La defensa o la protección de los Derechos Humanos tiene la función de:
Contribuir al desarrollo integral de la persona.
Delimitar, para todas las personas, una esfera de autonomía dentro de la cual puedan
actuar libremente, protegidas contra los abusos de autoridades, servidores públicos y
57
de particulares.
Establecer límites a las actuaciones de todos los servidores públicos, sin importar su
nivel jerárquico o institución gubernamental, sea Federal, Estatal o Municipal, siempre
con el fin de prevenir los abusos de poder, negligencia o simple desconocimiento de la
función.
Crear canales y mecanismos de participación que faciliten a todas las personas tomar
parte activa en el manejo de los asuntos públicos y en la adopción de las decisiones
comunitarias.
6.5 DERECHOS GENERALES DE LOS PACIENTES
1.- Recibir atención médica adecuada.
El paciente tiene derecho a que la atención médica se le otorgue por personal
preparado de acuerdo a las necesidades de su estado de salud y a las
circunstancias en que se brinda la atención, así como a ser informado cuando
requiera referencia a otro médico.
2.- Recibir trato digno y respetuoso.
El paciente tiene derecho a que el médico, la enfermera y el personal que le
brinden atención médica, se identifiquen y le otorguen un trato digno, con
respeto a sus convicciones personales y morales, principalmente las
relacionadas con sus condiciones socioculturales, de género, de pudor y a su
intimidad, cualquiera que sea el padecimiento que presente, y se haga
extensivo a los familiares o acompañantes.
3.-Recibir información suficiente, clara, oportuna y veraz.
El paciente, o en su caso el responsable, tienen derecho a que el médico
tratante les brinde información completa sobre el diagnóstico, pronóstico y
tratamiento; se exprese siempre en forma clara y comprensible; se brinde con
oportunidad con el fin de favorecer el conocimiento pleno del estado de salud
del paciente y sea siempre veraz, ajustado a la realidad.
58
4.- Decidir libremente sobre su atención.
El paciente o en su caso el responsable, tienen derecho a decidir con libertad,
de manera personal y sin ninguna forma de presión, aceptar o rechazar cada
procedimiento diagnóstico o terapéutico ofrecido, así como el uso de medidas
extraordinarias de supervivencia en pacientes terminales.
5.- Otorgar o no su consentimiento válidamente informado.
El paciente, o en su caso el responsable, en los supuestos que así lo señale la
normativa, tienen derecho a expresar su consentimiento, siempre por escrito,
cuando acepte sujetarse con fines de diagnóstico o terapéuticos, a
procedimientos que impliquen un riesgo, para lo cual deberá ser informado en
forma amplia y completa en qué consisten , de los beneficios que se esperan,
así como de las complicaciones o eventos negativos que pudieran presentarse
a consecuencia del acto médico, lo anterior incluye las situaciones en las
cuales el paciente decida participar en estudios de investigación o en el caso
de donación de órganos.
6.- Ser tratado con confidencialidad.
El paciente tiene derecho a que toda la información que exprese a su médico
se maneje con estricta confidencialidad y no se divulgue más que con la
autorización expresa de su parte, incluso la que derive de un estudio de
investigación al cual se haya sujetado de manera voluntaria; lo cual no limita la
obligación del médico de informar a la autoridad en los casos previstos por la
ley.
7.- Contar con facilidades para obtener una segunda opinión.
El paciente tiene derecho a recibir por escrito la información necesaria para
obtener una segunda opinión sobre el diagnóstico, pronóstico o tratamiento
relacionados con su estado de salud.
8.- Recibir atención médica en caso de urgencia.
59
Cuando está en peligro la vida, un órgano o una función, el paciente tiene
derecho a recibir atención de urgencia por un médico, en cualquier
establecimiento de salud, sea público o privado, con el propósito de estabilizar
sus condiciones.
9.- Contar con un expediente clínico.
El paciente tiene derecho a que el conjunto de los datos relacionados con la
atención médica que reciba sean asentados en forma veraz, clara, precisa,
legible y completa en un expediente que deberá cumplir con la normativa
aplicable y cuando lo solicite, obtener por escrito un resumen clínico veraz de
acuerdo con el fin requerido.
10.- Ser atendido cuando se inconforme por la atención médica recibida.
El paciente tiene derecho a ser escuchado y recibir respuesta por la instancia
correspondiente cuando se inconforme por la atención médica recibida de
servidores públicos o privados.
Así mismo tiene derecho a disponer de vías alternas a las judiciales para tratar
de resolver un conflicto con el personal de salud.
60
6.6 DERECHOS DE LOS NIÑOS
En 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los
Derechos del Niño. Este tratado sin precedentes, que ya ha sido ratificado por todos los
países del mundo con dos excepciones, explica los derechos de todos los niños a la salud, la
educación, condiciones de vida adecuadas, el esparcimiento y el juego, la protección de la
pobreza, la libre expresión de sus opiniones… y mucho más. Esos son derechos de los que
deberían disfrutar todos los niños.
¿Pero cómo se puede garantizar el cumplimiento de esos derechos si no se sabe cuáles son?
Estos dibujos brindan esa información, constituyendo la herramienta ideal para informar a los
niños de todo el mundo acerca de sus derechos y a todas las sociedades acerca de sus
obligaciones.
Los niños tienen derecho al juego.
Los niños tienen derecho a la libertad de asociación y a compartir sus puntos de vista con
otros.
Los niños tienen derecho a dar a conocer sus opiniones.
61
Todos los niños tienen derecho a una familia.
Los niños tienen derecho a la protección durante los conflictos armados.
Todos los niños tienen derecho a la libertad de conciencia.
Los niños tienen derecho a la protección contra el descuido o trato negligente .
Los derechos deberían aplicarse en el interés superior de los niños.
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Los Niños Tienen Derecho A La Protección Contra El Trabajo Infantil
Los niños tienen derecho a la información adecuada.
Los Niños Tienen Derecho A La Libertad De Expresión
LOS NIÑOS TIENEN Derecho A La Protección Contra La Trata Y El Secuestro.
Los niños tienen derecho a conocer y disfrutar de nuestra cultura.
Los niños tienen derecho a la protección contra las minas terrestres.
63
Los niños tienen derecho a la protección contra todas las formas de explotación y abuso
sexual.
Los niños tienen derecho a un hogar.
Los niños tienen derecho a la intimidad
Los niños tienen derecho a crecer en una familia que les dé afecto y amor.
Los niños tienen derecho a la protección contra el uso ilícito de estupefacientes.
Los Niños Tienen Derecho A La Protección Contra Las Armas De Fuego.
64
Los Niños Tienen Derecho A La Protección En Tiempos De Guerra.
Los niños tienen derecho a la libertad de pensamiento.
Los niños tienen derecho a la información adecuada.
Los niños refugiados tienen derecho a la protección.
Derecho a un medio ambiente saludable.
65
Todos los niños tienen derecho a la educación.
Los niños tienen derecho al acceso a la educación diferencial.
Los niños tienen derecho a la libertad, debido proceso y condiciones dignas.
Todos los niños tienen derecho a un nombre y una nacionalidad.
Todos los niños tienen derecho a la alimentación y la nutrición.
Los niños tienen derecho a recibir cuidados de ambos progenitores.
66
Los niños tienen derecho a una atención de la salud adecuada.
Los Niños Tienen Derecho Al Cuidado Y A La Asistencia Especial.
Hay Que Proteger A Los Niños Contra Cualquier Trabajo Que Entorpezca Su Educación.
Los Niños Tienen Derecho A Adquirir Conocimientos Sobre El Medio Ambiente Natural.
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Los niños tienen derecho a la protección contra toda forma de abuso.
Todos Los Niños Tienen Derecho A Una Educación Que Respete Los Valores Propios De Su
Cultura
Los niños tienen derecho a la supervivencia.
Deben protegerse todos los derechos de la niñez
Todos los niños tienen derecho a vivir libres de cualquier discriminación.
Todos los niños tienen derecho a vivir en armonía
68
6.7 DERECHOS DE LA TERCERA EDAD
Las personas de la tercera edad tienen derecho a vivir con dignidad y verse
libres de explotación y de malos tratos, físicos o mentales y por ello Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y el Instituto Nacional de Personas
Adultas Mayores, han luchado por promover los derechos humanos de los
hombres y mujeres de pelo blanco. Entre los principales derechos de las
personas mayores están: 
El vivir tranquilos, acompañados, felices, sin preocupaciones en el seno
de la familia que ellos edificaron.

El tener acceso a alimentos preparados especialmente dependiendo de
su estado físico o de salud.

El mantenerse limpios y arreglados con ayuda de los demás.

A poder reunirse con sus hijos, nietos, parientes y amigos para recordar
todo lo que hicieron cuando eran más jóvenes y tienen derecho a ser
escuchados y a que sus opiniones sean tomadas en cuenta.

A ser atendidos en sus problemas de salud con calidad, oportunidad y
cariño, procurando en todo momento su bienestar integral.

A vivir en un hogar que les brinde amor, ayuda y comprensión y a ser
ubicados en casas de reposo o asilos solamente si así ellos lo desean.

Tienen derecho a manejar y utilizar sus bienes y dinero libremente, a
menos que sus capacidades mentales lo impida, para lo que es
necesario que tengan un apoderado legalmente reconocido.

Tienen derecho a no ser abandonados.

Tienen derecho a platicar, opinar y participar en las decisiones
familiares.

A divertirse y descansar.

A vivir en un ambiente seguro, sin riesgos de accidentes.

A no ser tratados con violencia física o psicológica.

A no recibir burlas ante sus “discapacidades”, fisiológicas o mentales.

A la seguridad social para que puedan ser atendidos en todos los
problemas de salud que presenten y a la educación si así lo desean.

Tienen derecho a tener un trabajo digno y bien remunerado, si están en
condiciones de realizarlo y así lo desean.
69

A recibir una pensión justa por retirarse después de haber cumplido con
los requisitos de trabajo que marca la ley.

A recibir el mismo trato legal ante cualquier problema que tengan.

A que se les ceda el paso y se les den sitios privilegiados en todos los
lugares a donde asistan: bancos, tiendas, cines, transportes, etc.
6.8 DERECHOS DE LA MUJER
Las mujeres y los hombres somos diferentes, y tenemos capacidades y
necesidades distintas.
Pero ser diferente no quiere decir ser inferior, ni siquiera cuando, a causa de la
diferencia, se es, en algo más débil o vulnerable. Cuando una persona daña
a otra aprovechándose de que, debido a diferencia tiene un poder o privilegio
determinado, cometa un abuso y puede estar incurriendo en un delito. En
nuestra sociedad existe una cultura discriminatoria de lo femenino, y con
frecuencia los hombres -esposos, hijos, jefes- abusan del poder que les da
su fuerza o su autoridad y causan daños patrimoniales, psicológicos o
físicos, a las mujeres y a los niños que conviven con ellos. También con
frecuencia las autoridades no entienden debidamente a las mujeres que
acuden a denunciar un delito o a demandar un derecho, a pesar de que nuestra
Constitución dice expresamente que los hombres y las mujeres somos iguales
ante la Ley, la cual a de proteger a la familia. Las mujeres deben defender sus
derechos. Conviene que los conozcan y sepan que significan. En la Comisión
Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se ha hecho un esfuerzo de síntesis
para explicar aquí, en forma sencilla, aquellos que son esenciales. Las mujeres
merecen el respeto de su pareja, de sus hijos y de los demás miembros de la
familia y de la sociedad.
En la familia las mujeres deben ser respetadas, cuidadas y tomadas en
cuenta de la misma manera que los hombres.
Eso quiere decir que tienen derecho a:

Tomar libremente decisiones que afectan su vida, por ejemplo aquellas
que tienen que ver con su trabajo, el número y esparcimiento de los
hijos, sus estudios y el uso de su tiempo libre.
70

Tratar en paz los asuntos que interesen a ambos miembros de la pareja
para procurar que las decisiones relativas a ellos sean tomadas de
común acuerdo.

Compartir por igual con su pareja, las responsabilidades familiares, como
las que se refieren a la crianza de sus hijos: a los gastos y los cuidados
que estos necesiten.

Expresar sus opiniones y necesidades físicas, emocionales, intelectuales
y sexuales, para que sean consideradas igualmente importantes y
satisfechas de la misma forma que las de su pareja.

Ser respetadas física, sexual y psicológicamente; no ser humilladas,
ridiculizadas o menospreciadas, ni en público ni en la intimidad.
Las mujeres deben defenderse de las agresiones y defender de ellas a
sus hijos. Han de denunciar esas agresiones ante las autoridades y exigir
de ellas protección y justicia.
Cuando las mujeres deseen el divorcio, tiene derecho a reclamarlo y a que, si
lo obtienen, o bien si se separan o son abandonadas, su pareja cumpla con las
responsabilidades que el juez le señale para atender las necesidades de los
hijos.
Por ello las mujeres pueden:

Demandar pensión alimenticia para ella y sus hijos. Esta pensión
también puede ser exigida cuando el padre no cumpla con las
responsabilidades de darles sustento, aunque viva en el domicilio
conyugal.

Reclamar ante un juez civil el reconocimiento de la paternidad cuando el
padre de un hijo suyo se niegue a reconocerlo.

Solicitar la entrega del 50% de los bienes que pertenezcan a la sociedad
conyugal y de aquellos que garanticen la pensión alimenticia de los hijos
menores de 18 años.

Demandar la separación de bienes conyugales y disponer de su parte,
aun cuando no demanden el divorcio.

Pedir que se declare cual es patrimonio familiar que no podrá enajenarse
ni embargarse, aunque el esposo enajene sus bienes o sea embargado.
71

Conservar la custodia de sus hijos menores de edad
La expresión de la sexualidad de las mujeres no debe ser objeto de burla,
castigo o imposición. Cuando una mujer es obligada, por quien sea y en
donde sea, a tener relaciones sexuales, es víctima de un ataque sexual
que esta penado por la ley.
Las mujeres tienen derecho a:

Decidir respecto a su vida sexual, es decir, respecto de cuando desean y
cuando no desean tener relaciones sexuales, y negarse a prácticas
sexuales que les desagraden o lastimen.

Denunciar todo ataque sexual de que sean objeto; ser atendidas
inmediata, respetuosa y diligentemente por los funcionarios de las
agencias del Ministerio Público, como los agentes, los médicos, los
trabajadores sociales, los policías y los peritos.

Esperar que se les brinden servicios de justicia gratuitos y completos,
que incluyan tratamiento contra enfermedades venéreas y terapia
tendiente a curar los traumas físicos y emocionales producidos por
alguna agresión.

Ser informadas con claridad respecto del proceso; consultadas cuando, a
fin de perseguir un delito que denunciaron, se requiera revisar su
persona o sus ropas, y tratadas con todo respeto a su dignidad y pudor
durante la revisión.

Exigir que los funcionarios de la administración de justicia no prejuzguen
su dicho.

Recibir orientación respecto de como exigir a su victimario la reparación
del daño.
La maternidad no puede ser motivo de discriminación y debe ser atendida
debidamente, lo cual significa que las mujeres tienen derecho a:

Ser protegida durante sus embarazos y en el ejercicio de su maternidad.

Ser atendidas por el personal de salud, en caso de enfermedad, de
embarazo de parto, con respeto y cuidado y de acuerdo con sus
necesidades.
72

Ser consultadas sobre si desean que se les aplique un método
anticonceptivo y ser respetadas cualquiera que sea su decisión al
respecto.

Exigir que sus derechos laborales no queden condicionados por la
renuncia a la maternidad, es decir que no se les niegue algún trabajo que
soliciten, ni se les despida del que ya tengan, por estar embarazadas

Tener dos descansos de media hora cada uno durante la jornada de
trabajo para alimentar a sus hijos lactantes.

Gozar, con la percepción de un salario integro, de seis semanas de
descanso anteriores y seis posteriores al parto para reponerse y atender
a los recién nacidos.

Recibir las prestaciones que otorguen a las madres las normas
específicas y los contratos colectivos de trabajo.
La condición femenina no debe ser pretexto para negar a la mujer
trabajos dignos ni para darle un trato discriminatorio en materia laboral.
Las mujeres tienen derecho a:

Ser respetadas en su trabajo, no ser objeto de acoso sexual y denunciar
a quien les cause un perjuicio laboral por no responder afirmativamente a
sus demandas sexuales.

Recibir un salario igual que los hombres por igual trabajo.

Obtener y conservar un empleo, sin que ello se condicione a que
renuncie al matrimonio.
Estos derechos están reconocidos por las leyes mexicanas y por los
tratados internacionales que México ha ratificado y que deben cumplirse.
Por lo tanto, es obligación de las autoridades de nuestro país protegerlas.
Cuando alguien no responde a los derechos de una mujer y cuando las
autoridades administrativas que deban protegerla no cumplan con ese deber, o
cuando sea precisamente una autoridad la que viole esos derechos, la mujer
podrá acudir a alguna de las Comisiones de Derechos Humanos a presentar su
queja contra la autoridad involucrada.
73
6.9 VALORES UNIVERSALES
Todos los seres humanos necesitamos vivir en una sociedad. Para que esa
sociedad funcione, necesitamos aprender a convivir; esa convivencia es
producto de la educación que recibimos en: la casa, escuela, amigos, medios
de comunicación, etc.
Es en el lugar donde recibimos la formación más importante; pues son nuestros
padres, los encargados de inculcarnos los valores y las normas de
convivencia que más tarde van a ser parte de nuestra formación cívica.
La Ética ó Moral, es la parte de la Filosofía, que se dedica al estudio de los
actos humanos, sus normas sociales y valores, es decir, el obrar consciente y
libre de los hombres.
El valor supremo de la Ética, es el "Bien, Lo Bueno".
Un VALOR: es la cualidad o característica que posee una persona o un objeto
y que lo hace estimable.
Cada valor tiene un antivalor. Ejemplo: Justicia = Valor. Injusticia = Antivalor.
Valores universales: Son el conjunto de normas de convivencia validas en un
tiempo y época determinada.
Se consideran como valores universales, los siguientes:

Libertad: Es obrar con libre albedrío. Es hacer lo que uno desea, pero
sin dañar a nadie. La libertad física es limitada. Sólo el pensamiento es
infinitamente libre.

Justicia: Es dar a cada quien lo que se merece, según sus obras.

Respeto: Es una consideración especial hacia las personas en razón de
reconocer sus cualidades, superioridad, méritos o valor personal.

Tolerancia: Actitud abierta hacia posturas u opiniones diferentes de la
propia.

Responsabilidad: Es la obligación de responder por los actos que uno
ejecuta, sin que nadie te obligue.

Amor: Es un principio de unión entre los elementos que forman el
Universo. Manifestación de los hombres hacia el bien y la belleza
absoluta.
74

Bondad: Es una cualidad considerada por la voluntad como un fin
deseable tendiente a lo bueno.

Honradez: Es la cualidad que nos hace proceder con rectitud e
integridad.

Confianza: Actitud de esperanza hacia una persona o cosa. Sentimiento
de seguridad en uno mismo. Acto de fe.

Solidaridad: Es una responsabilidad mutua contraída por varias
personas, que nos permite comprometernos de manera circunstancial a
la causa de otros.

Verdad: Es la conformidad o acuerdo de lo que se dice con lo que se
siente , se piensa y se hace.

Valentía: Es la cualidad que nos permite enfrentar con valor todos los
actos de nuestra vida.

Paz: Es el acto de unión o concordia que permite la convivencia
armoniosa entre los miembros de una sociedad o familia.

Amistad: Es el afecto o estimación entre las personas que les permite
establecer vínculos de convivencia más estrechos.

Fraternidad: Es la unión y buena correspondencia entre los hombres.

Honor: Es el sentimiento profundo de la propia dignidad moral del
hombre.
75
6.10 CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS:
5 DE FEBRERO DE 1917

Art. 1º En México todo individuo gozará de las garantías que otorga esta
Constitución.

Art. 2º En México está prohibida la esclavitud.

Art. 3º La educación en México será laica, gratuita y obligatoria hasta la
secundaria.

Art. 4º El varón y la mujer son iguales ante la ley. Toda persona tiene el
derecho a la protección de la salud. Toda familia tiene derecho a disfrutar
de una vivienda digna y decorosa. Es deber de los padres preservar el
derecho de los menores a la satisfacción de sus necesidades y a la salud
física y mental. La composición de México es pluricultural basada en sus
pueblos indígenas

Art. 5º Libertad de trabajo siendo lícito.

Art. 6º Libertad de pensamiento sin afectar a terceros y el derecho a la
información.

Art. 7º Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre
cualquier materia.

Art. 8º Derecho de petición.

Art. 9º No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse
pacíficamente con cualquier objeto lícito.

Art. 10º Los habitantes de México tienen el derecho de poseer armas en
su domicilio, para su seguridad y legitima defensa.

Art. 11º Libertad de transito en el territorio nacional.

Art. 12º En México se prohíben títulos de nobleza.

Art. 13º Nadie pude ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales
especiales.

Art. 14º A ninguna ley se dará efecto retroactivo. Nadie podrá ser privado
de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos,
sino
mediante
juicio
seguido
ante
los
tribunales
previamente
establecidos.

Art. 15º No se autoriza la extradición de reos políticos.
76

Art. 16º Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio,
papeles o posesiones, sino en virtud de un mandamiento escrito de la
autoridad competente (un juez).

Art. 17º Nadie podrá hacerse justicia por sí mismo, ni ejercer violencia
para reclamar su derecho

Art. 18º Solo por delito que merezca pena corporal habrá prisión
preventiva

Art. 19º Ninguna detención excederá de 3 días, sin que se justifique el
auto de formal prisión.

Art. 20º Garantías de los acusados: I)Podrá ser puesto en libertad bajo
caución, II)No podrá declarar en su contra III)Se le hará saber en
audiencia pública de que se le acusa y quien lo acusa IV)Será careado
con los testigos V)Podrá ofrecer pruebas para su defensa VI) Será
juzgado en audiencia pública VII)Se le facilitaran los datos para su
defensa IX) Se le oirá en defensa por sí o por persona de su confianza.

Art. 21º La imposición de penas es propia y exclusiva de la autoridad
judicial.

Art. 22º Quedan prohibidas las penas de mutilación o de infamia y de
muerte.

Art. 23º Ningún juicio tendrá más de tres instancias. Nadie podrá ser
juzgado por el mismo delito dos veces.

Art. 24º Todo hombre es libre de profesar la creencias religiosa que más
le agrade.

Art. 25º Corresponde al Estado la rectoría del Desarrollo Nacional para
garantizar que este sea integral, que fortalezca la soberanía de la
Nación.

Art. 26º El Estado organizará un sistema de planeación democrática del
Desarrollo Nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y
equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la
democratización política, social y cultural de la Nación.

Art. 27º La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los
límites del territorio nacional, corresponden originalmente a la Nación.

Art. 28º En México quedan prohibidos los monopolios, las practicas
monopólicas.
77

Art. 29º En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o
de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto,
solamente el Presidente, podrá suspender en todo el país o en lugar
determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida
y fácilmente a la situación.
6.11 GARANTÍAS INDIVIDUALES:
Son los derechos fundamentales de las personas, cuya finalidad es reducir los
efectos de las desigualdades entre los individuos, otorga a todos los mexicanos
el derecho de disfrutar la Libertad, Seguridad, Igualdad y Propiedad, al
señalar los deberes para su ejercicio. También se les conoce como derechos
individuales, fundamentales o humanos.
6.12 Actos Humanos y Actos del Hombre
Existen dos tipos de actos, los Actos humanos y los Actos del hombre,
ambos son ejecutados por el hombre pero poseen ciertas diferencias:
Los Actos Humanos. Son ejecutados consciente y libremente, es decir, en
un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del
hombre, es decir, en sus facultades específicas, como son la inteligencia y
la voluntad. Estos son el objeto material de la Ética y son los que pueden
78
ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la Moral.
Los Actos del Hombre. Carecen de conciencia o de libertad o de ambas
cosas, un ejemplo claro es por ejemplo la digestión, la respiración, etc. Los
actos del hombre sólo pertenecen al hombre porque él los ha ejecutado,
pero no son propiamente humanos porque su origen no está en el hombre
en cuanto a hombre, sino en cuanto a animal. Estos actos carecen de moral
(son amorales) por lo tanto no pueden juzgarse desde el punto de vista
moral como buenos o malos, si pueden juzgarse como buenos o malos pero
desde otro punto de vista, como por ejemplo el fisiológico

El Concepto de Libertad
La libertad humana se puede definir como la "autodeterminación
axiológica". Esto significa que una persona libre se convierte, por ese
mismo hecho, en el verdadero autor de su conducta, pues él mismo la
determina en función de los valores que previamente ha asimilado. Cuando
no se da la libertad, o se da en forma disminuida, entonces el sujeto actúa
impedido por otros factores, circunstancias y personas, de modo que ya no
puede decirse que es el verdadero autor de su propia conducta. De acuerdo
con esto se dice que la condición previa de la libertad en un individuo es la
captación y asimilación de los valores. En la medida en que un individuo
amplía su horizonte axiológico, podrá ampliar paralelamente el campo de su
propia libertad. Y en la medida en que una persona permanezca ciega a
ciertos valores, se puede decir que posee una limitación en su libertad.
79
La libertad humana tiene que ir paralela con el sentido axiológico y el
sentido de responsabilidad, de no ser así se convierte en libertinaje.
La postura que niega la libertad humana es el "determinismo", postura
propuesta por Skinner que ha cobrado auge, este psicólogo conductista
rechaza la libertad en función de un fenómeno también real: los
condicionamientos en que vive inmersa la mayoría de la gente.
Uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona es su
proceso de liberación. La libertad puede aumentar o disminuir a lo largo de
la vida. Los primeros factores que limitan la libertad del hombre son: los
condicionamientos, el Super Yo, las manipulaciones ajenas, las emociones
sofocantes y las ataduras de una filosofía pesimista.
El tipo de libertad del que estamos hablando es la libertad interior, ésta se
rige por valores captados, también es llamada libertad axiológica una vez
que se asimilan los valores. El hombre elige realizar algún valor o
rechazarlo. La Libertad no existe cuando una persona es ciega para los
valores. Actuar libremente significa inclinarse, adoptar y realizar un valor, o
rechazarlo. Cuando no existe uno o varios valores en la mente del individuo,
su conducta va a estar orientada, no por valores, sino por instintos, reflejos,
condicionamientos,
hábitos,
inclinaciones
surgidas
del
inconsciente,
presiones externas, etc. La percepción de los valores es indispensable para
que exista un acto libre. Existen dos modos de percibir lo valores:
a) En forma conceptual. Es la que se logra por medio de explicaciones
teóricas o descripciones más o menos distantes del objeto valioso.
b) En forma intuitiva. Es la que se logra por medio de una vivencia en la
cual se capta, se aprecia y se adopta ese valor como tal dentro del
mundo personal del sujeto cognoscente.
Para que la libertad axiológica se pueda dar debe existir la posibilidad de
un conocimiento holístico o intuitivo de uno o varios valores. Sin este tipo
de conocimiento, muy diferente al conocimiento conceptual, no es posible
que se dé la libertad que nos lleva al valor moral. En otras palabras: para
elegir un valor, primero hay que conocerlo y apreciarlo en cuanto a tal.
80
Para un manejo sencillo de las clasificaciones de la libertad, esta se ha
dividido en dos muy sencillas:
a) Libertad-de: Significa libertad de obstáculos, de vínculos o de
restricciones, sean estos de orden físico o de orden moral.
b) Libertad-para: Significa libertad para alcanzar un objetivo o para
realizar un valor o para llegar a una meta, es de tipo interna y reside
en la voluntad.
La libertad humana no es absoluta. Existen varios obstáculos que
disminuyen y, a veces, nulifican la libertad de la conducta humana. El
Estudio de ellos proporciona mayor claridad para la comprensión de los
actos humanos en la vida real. En la medida en que falta libertad, el acto
humano pierde su calidad de humano y llega a convertirse en un simple acto
del hombre. A pesar de esto, la libertad puede conquistarse e incrementarse
a partir del nivel de desarrollo y madurez propio de cada uno.
Afortunadamente existen procedimientos psicológicos que fomentan este
gradual crecimiento de la libertad personal.
6.13 LA SUCESIVA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE VIRTUOSO

Hombre guerrero (homero)
(Odisea viaje de Ulises de Troya a su casa).
El hombre guerrero tiene una serie de cualidades que lo distingue claramente
de los demás, su vergüenza no se ha de notar en caso de que la tengan, han
de superar a los demás hombres (lo contrario de moral), deben sobresalir ante
los demás, vencer por encima de todo, tienen que ser robustos (físicamente
hablando).
Su cultura consiste en:

banquete: vino más agua

cítara

hecatombe

juegos
81
El hombre guerrero, para mi tiene una actitud más bien prepotente u orgullosa,
que tienen que ganar y sobresalir por encima de los demás por honor.

Hombre sofista
Ante todo no son una escuela. Son maestros de sabiduría.
Características:

maestros itinerantes

su forma de pensar en la virtud también hacia referencia a la areté.

Itinerantes

Tenían diferentes leyes en cada ciudad-estado.
Capacidades:

oratoria

convencimiento

persuasión
Por convención - conceptos

Hombre según Sócrates
¿ Qué debía hacer el hombre?
Para Sócrates el hombre, para ser virtuoso debería encontrar la verdad, es
decir la realidad y los asuntos morales y también debía cuidar de su alma.
El concepto de moral para Sócrates tiene que ver con la virtud y los
conocimientos:

justicia en sí mismo

moral

hombre sabio
Los objetivos que tiene que tener el hombre sabio en la vida son:

conocer

saber
82

ser virtuoso

ser sabio
* Sócrates se hace una pregunta sobre la justicia: “¿cómo podemos clasificar
actos como justos o injustos si no sabemos definir qué es la justicia?”
El principal objetivo del hombre sabio es por fin llegar a ser bondadoso, es
decir bueno, distinguir perfectamente entre lo bueno y lo malo y sobretodo y los
más importante conocerse a sí mismo y de esta manera llegar a la felicidad que
debe ser un sentimiento que a partir del momento en que se alcance no debe
terminar.
El hombre sabio es la evolución desde el guerrero hasta el sabio pasando
también por el hombre sofista, en mi opinión el sabio es una maduración de los
hombres anteriores, que poco a poco van cambiando su forma de pensar y de
ser.
6.14 LA ÉTICA SEGÚN ARISTÓTELES
Para Aristóteles la ética es una ciencia práctica basada en el sentido común, la
utilidad es una forma de ética, Aristóteles también defiende la oposición y la
relación como componentes fundamentales de la ética.
Esta teoría está relacionada con el conocimiento del mundo.
Cuando se habla de práctica en Filosofía se ocupa por una parte de la ética y
por otra de la política.

Ética Individuo ¿qué soy?¿cómo ser mejor?

Política Social Sociedad Relación social
Buscar cómo vivir en sociedad
Con sentido común se refiere a que es algo que todos pueden comprender, es
decir, una conclusión que cualquiera puede alcanzar.
83
Para Aristóteles el sentido común está relacionado con los juicios rectos de
hombres considerados buenos y virtuosos que muestran el estilo de vida ideal,
necesario para lograr la felicidad.
Un juicio recto sería un juicio justo para justificar el bien.
Nosotros seremos buenos siguiendo modelos de virtud.

Bien solo un camino

Mal muchos caminos
Aristóteles afirma que hay que buscar un termino medio en la virtud entre el
exceso y el defecto, este punto medio se encuentra siguiendo modelos de
virtud de otros hombres que nos dan ejemplo.
La conclusión es que la virtud es la búsqueda entre el término medio entre el
exceso y el defecto. Es lo que afirma Aristóteles.
Para Aristóteles todos los seres de la naturaleza buscan o tienen o realizan un
fin.
El fin particular del ser humano es el encuentro de la felicidad. (la felicidad
debería ser un estado permanente).
Nosotros buscamos el bien a cambio de otros bienes, para Aristóteles tiene que
haber un bien definitivo, sin necesidad de obtener más bienes.
6.15 VIRTUDES CARDINALES
Definición de Virtud:
“Cualidad personal que se considera buena y correcta. Actuar con amabilidad
y consideración por los sentimientos y pensamientos de otros. Hacer del
mundo un lugar más agradable en el que estar con la actitud de comenzando
por uno. Ayudar sin entorpecer el trabajo o proyectos de otros”. En definitiva
Virtud es una propensión y facilidad para conocer y obrar el bien, se llaman
cardinales las que son el principio y el fundamento de las demás virtudes. Las
Virtudes Cardinales, también llamadas virtudes morales, reciben ese nombre
por que en latín cardinales! cardinalis cardo, gozne, el gozne de una puerta, en
84
conclusión todas las virtudes giran en torno a ellas. Las Virtudes cardinales,
son hábitos que se adquieren con el ejercicio y la repetición y que la habilitan
para la realización de una vida correcta y buena. Mediante estas virtudes
nuestras facultades apetitivas se inclinan hacia lo conveniente y conforme al
juicio de la razón. La repetición de los actos provoca la aparición de hábitos.
Cuando estos hábitos predisponen al hombre adecuadamente para el
cumplimiento del bien reciben el nombre de virtudes y en caso contrario de
vicios. La moral llama a un trabajo ascético (se dice de la persona que se
dedica a la práctica y ejercicio de la perfección espiritual y lleva una vida
modesta y sobria) sobre las pasiones, para dominarlas al juicio de la razón, de
modo tal que ellas nos ayuden para la mejor consecución de nuestros fines.
Estas virtudes son cuatro:

Prudencia: Consiste en actuar con reflexión y precaución para evitar
posibles daños, dispone la razón practica para discernir el bien y elegir
los medios justos para realizarlos. Es el valor que nos ayuda con mayor
conciencia frente a las situaciones ordinarias de la vida, nos ayuda a
reflexionar y a considerar los efectos que pueden producir nuestras
palabras y acciones, teniendo como resultado un actuar correcto en
cualquier circunstancia. Este valor se forja por la manera en que se
conduce el hombre ordinariamente. Ante una situación problemática se
debe antes que nada reflexionar y conservar la calma, en todo momento,
pues si nos damos cuenta y reflexionamos, la mayoría de los malos
aciertos en la vida, ocurren por una mala decisión.
En definitiva la prudencia es un juicio ordenado, la prudencia juzgará si en un
determinado caso, nos podemos comportar de un modo que no sea el
adecuado. Moralmente será siempre mas prudente aquel que sabrá tomar la
mejor decisión sin atropellar la moral y lo ético. Si se actúa con prudencia no
existen los riesgos, pues se actúa razonando y usando la lógica, de esta
manera se medita y prevé los actos. Es muy seguro que si se usa la prudencia
el error sobre las decisiones y actos será mínimo, de ésta forma la prudencia
se convierte en la guía segura de los actos, edificará una personalidad recia,
segura, perseverante, capaz de comprometerse en todo y con todos,
generando confianza y estabilidad en quienes le rodean.
85

Justicia: Consiste en dar a cada uno lo que le corresponde. Para ello
precisamente se necesita la guía de la prudencia. La justicia no existe
sin la misericordia, la caridad o el amor. La justicia es principio
fundamental de la existencia y coexistencia de los hombres, como
asimismo de las comunidades humanas, de las sociedades y los
pueblos. A lo largo de los siglos, la justicia ha ido teniendo definición
según las distintas relaciones y aspectos. De aquí el concepto de justicia
conmutativa, distributiva, legal y social. Todo ello es testimonio de cómo
la justicia tiene una significación fundamental en el orden moral entre los
hombres, en las relaciones sociales e internacionales. Puede decirse
que el sentido mismo de la existencia del hombre sobre la tierra está
vinculado a la justicia, definir correctamente "cuánto se debe" a cada
uno por parte de todos y, al mismo tiempo, a todos por parte de cada
uno, "lo que se debe" (debitum) al hombre de parte del hombre en los
diferentes sistemas y relaciones, definirlo y, sobre todo, llevarlo a cabo.
Para organizar con justicia el conjunto de la vida social en sus aspectos varios,
es necesario que el hombre viva en un contexto de justicia y, más aún, que
cada uno sea justo y actúe con justicia respecto de los cercanos y de los
lejanos, de la comunidad, de la sociedad de que es miembro. La justicia es la
base de la posibilidad real de ser bueno; en esto se apoya la elevada categoría
de la prudencia. La justicia protege y garantiza los derechos y deberes
fundamentales, observa y juzga las condiciones que afectan a los diversos
sectores de la sociedad, vigila y guía la disparidad de oportunidades
económicas y orienta las circunstancias sociales de modo que favorezcan la
convivencia pacífica de los pueblos.

Fortaleza: La fortaleza en la filosofía griega se entiende como fuerza de
ánimo frente a las adversidades de la vida, como desprecio del peligro.
La virtud de la fortaleza consiste en tener el valor y la constancia para
perseverar en una obra buena hasta el final, no importando los
obstáculos o soportando una mala situación con paciencia e inteligencia
hasta el final sin derrumbarse. También incluye el valor en situaciones
de peligro y la capacidad de tomar riesgos prudentes. Según la doctrina
de Santo Tomás, la virtud de la fortaleza se encuentra en el hombre que
86
está dispuesto a afrontar los peligros y dispuesto a soportar las
adversidades por una causa justa, por la verdad, la justicia, etcétera. La
virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la
debilidad humana y, sobre todo, del miedo. Porque el hombre, por
naturaleza,
teme
espontáneamente
el
peligro,
los
disgustos
y
sufrimientos. Tenemos necesidad de fortaleza para ser hombres. En
efecto, hombre verdaderamente prudente es sólo el que posee la virtud
de la fortaleza; del mismo modo que hombre verdaderamente justo es
sólo el que tiene la virtud de la fortaleza. Asegura, en las dificultades, la
firmeza y la constancia en la práctica del bien.

Templanza: La virtud de la templanza es la virtud que nos capacita para
controlar y canalizar correctamente nuestras tendencias. A esta virtud se
la llama también sobriedad. La virtud de la templanza representa el
término medio entre el desenfreno y la insensibilidad. Templanza se
refiere más a la ética personal. Para unos, un comportamiento es
conformarse a unas reglas, pero no sólo es esto. La ética es un
dinamismo interno del sujeto. Es adecuarse a la recta ratio, no a las
reglas externas. La templanza no es meramente dominarse y
moderarse, sino que es una discreción ordenadora en orden a la
armonía y perfección del interior del hombre. Ordenar por la templanza
no sólo significa suprimir, sino armonizar. Cabe distinguir dos tipos de
"templanza": la natural y la que se califica como virtud cardinal. La
primera se refiere al dominio, principalmente, del gusto y del tacto (son
los dos sentidos más afines con esta virtud) que impone la razón, de
forma que el hombre y la mujer se guíen por la moderación y no sean
esclavos de los placeres sensibles. Cabría denominarla "templanza
natural", la cual debe estar presente en la vida de todas las personas,
pues, de lo contrario, su conducta sería dirigida por el instinto, lo que les
acercaría más o menos a la existencia de los animales. El filósofo latino
Cicerón definía esta templanza natural como "dominio firme y moderado,
impuesto por la razón sobre la concupiscencia y demás ímpetus
desordenados". Esta "templanza natural" se puede invocar y practicar
por motivos bien diversos y algunos son bastantes fútiles. Es el caso,
por ejemplo, de cuantos se privan del placer de comer y de beber para
87
mantener un canon discutible de belleza, o la de quienes rehúsan ciertos
placeres sensibles para mantenerse "puros" en una sociedad que
califican de desordenada. Otras veces se vive la templanza a causa de
algún criterio médico válido: es preciso abstenerse de ciertos placeres
por motivos de salud, etc. Por el contrario, la templanza cristiana es la
virtud cardinal que orienta y modera la tendencia a los placeres
sensibles para que la persona se mantenga dentro de los límites que le
señala la fe.
UNIDAD VII
NORMAS Y ETICA DE ENFERMERIA
7.1 NORMAS DE ENFERMERIA
La enfermería tiene la responsabilidad de cuidar la salud de las persona y tiene
que poner a las personas en la mejor forma posible para que la naturaleza
pueda actuar sobre ella. (Nightingale, 1.859)
Balderas (1.998) define la enfermería como el conjunto de conocimientos y
acciones necesarias para prestar atención de enfermería a las personas que lo
requieran, en actividades de promoción de la salud, diagnósticos de
enfermería, tratamiento y rehabilitación. Esto propone atención directa,
investigación, docencia y administración como funciones generales.
Profesión dinámica, dedicada a mantener el bienestar físico, psicosocial y
espiritual de las personas (Ledesma, 1.999)
Enfermería como profesión aplica conocimientos, es práctica, académica,
cumple procedimientos basados en principios científicos, posee bases éticas,
tiene autonomía y es social.
7.2 CARACTERÍSTICAS DE LA PROFESIÓN DE ENFERMERÍA
88







Intelectual
Práctica
Académica
Habilidad técnica
Bases éticas
Autonomía
Social
Intelectual




Se basa en un conjunto de conocimientos
Emplea el método científico en la práctica
Utiliza los conocimientos con pensamiento analítico
Crítico y creativo
Práctica

Debe poseer habilidades y destrezas
Académica

La práctica de le enfermería se caracteriza por la solidez de su
formación teórica

El personal de enfermería debe especializarse con el fin de mejorar la
calidad de atención de los usuarios.
Habilidad técnica

La práctica de enfermería se apoya en principios o bases científicas que
guían la práctica y a su vez proporciona la base para la legitimidad y
autonomía de la profesión.
Bases teóricas

La enfermería se ejerce dentro de un marco ético. Estos valores se
señalan en el Código Deontológico de Enfermería.
Autonomía

La enfermería como profesión controla sus propias funciones, posee
independencia y responsabilidad de sus actos.
Sociales
89

Su principio consiste en ayudar a que las personas conserven su salud

Debe ser sensible a las necesidades humanas y tener consciencia de su
responsabilidad al contribuir al bienestar de los demás

Existe una fuerte motivación o vocación en la elección de la carrera que
sugiere un compromiso de la profesión al servicio de la sociedad
El personal de enfermería durante el ejercicio de su profesión, es importante
que posea o adquiera la capacidad de:

Formar juicios sobre la realidad que la conduzca a actuar con pleno
conocimiento

Trabajar en equipo inter y multidisciplinario

Servir y ayudar a quienes lo requieran

Comunicarse cordial y efectivamente con el usuario, colegas y demás
miembros del equipo de salud

Mostrar seguridad y confianza en sí misma (o)

Realizar investigaciones de proyección social

Aplicar el sentido y valor de las normas éticas y jurídicas de la profesión

Participar con organismos de influencia en el desarrollo de la profesión
7.3 CÓDIGO DEONTOLÓGICO DE ENFERMERÍA
EL Código Deontológico de Enfermería, encierra un conjunto de deberes,
derechos, normas éticas y morales que debe conocer el profesional de
Enfermería para aplicarlos en la práctica diaria. En dicho código se reglamenta
la relación:

La enfermera (o) y el individuo

La enfermera (o) y el ejercicio de la profesión

La enfermera (o) y la sociedad

La enfermera (o) y sus colegas

La enfermera (o) y la institución
La enfermera(o) y el individuo

La relación enfermera (o) – usuario debe fundamentarse en el respeto a
la dignidad humana
90

Debe tratar al usuario de forma holística (biológica, psicológica y
socialmente).
La enfermera(o) y el ejercicio de la profesión

Debe cumplir sus funciones con elevado espíritu de responsabilidad

Debe mantener el secreto profesional

Asumirá la responsabilidad de sus juicios y actuaciones

Debe mantenerse permanentemente actualizado mediante la asistencia
a: jornadas, talleres, congresos y cursos

Debe actuar equilibradamente conservando los principios éticos y
morales en la practica
La enfermera(o) y la sociedad

Su máxima defensa es el bienestar social, implícito en el fomento y la
preservación de la salud a través de acciones tendientes a satisfacer las
exigencias sanitarias y sociales de la comunidad.
La enfermera(o) y sus colegas

Las relaciones humanas con sus compañeros deben ser de respeto

Debe trabajar en equipo

Cuando los cuidados que recibe un usuario son puestos en peligro por un
colega, debe tomar la decisión más adecuada y actuar en consecuencia

Actuar como defensor (a) del usuario cuando los cuidados de la salud y la
seguridad, se ven afectados por la incompetencia y la falta de ética o
ilegalidad de la actuación de un colega
La enfermera(o) y la institución

Debe preservar los bienes de la institución

Debe administrar, controlar y supervisar los insumos y bienes de la
institución
7.4 ÉTICA DE ENFERMERIA
Ética proviene del vocablo griego "ethos" que significa carácter, modo de ser.
91
Estudio sistemático de los problemas fundamentales de la conducta humana.
(León, 1.999)
Describe la base sobre la cual las personas, de manera individual o colectiva,
deciden que ciertas acciones son correctas o incorrectas, y si es deber de una
persona hacer algo, o si tiene el derecho de hacerlo. (Rumbold, 2.000)
La ética estudia las acciones humanas, sus efectos y el valor de dichas
acciones. De igual manera determina que es lo correcto y lo incorrecto.
La ética es una ciencia normativa, ya que se ocupa de un ideal, es decir, no
con lo que la conducta humana es, sino con lo que debe ser.
Características

Implica acción de acuerdo con las normas morales

Se ocupa del estudio de los problemas teórico – morales

Equivale al conocimiento

Se basa en un plan filosófico (qué es el bien, qué es la virtud, qué es la
felicidad, etc.)

Se ocupa de los valores humanos
La ética de enfermería estudia las razones de los comportamientos en la
práctica de la profesión, los principios que regulan dichas conductas, las
motivaciones, los valores del ejercicio profesional, los cambios y las
transformaciones a través del tiempo.
7.5 FUENTES DE LA ÉTICA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA
Las fuentes de la ética profesional son las normas destinadas exclusivamente
para la prestación de servicio a la sociedad, teniendo como base las más
elementales normas sociales. Entre ellas tenemos:

Normas Jurídicas

Normas Morales

Normas de Trato Social
92
Normas Jurídicas. Se basan en el cumplimiento del conjunto de normas o
reglas de conducta de carácter obligatorio que regulan las actividades de los
individuos en su convivencia social.
Normas morales.
La enfermera (o) como profesional debe aceptar la
responsabilidad de tomar decisiones y realizar acciones en sociedad, su
comportamiento profesional afecta o beneficia a otros miembros de la
comunidad, por ello debe ajustarse a las normas de la ética profesional
Normas de trato social. Las enfermeras (os) deben coordinar sus acciones
con otros miembros del equipo de salud en la atención al individuo, cumpliendo
las normas establecidas por la sociedad
Los Obstáculos de la Libertad
Existen cinco obstáculos contra la libertad:
1. La Ignorancia. Consiste en la ausencia de conocimientos, es un
obstáculo ya que para elegir algo, es preciso conocerlo. El mejor
consejo para obtener la libertad es abrir horizontes, ilustrar acerca de
nuevas posibilidades. Muchos fracasos en las carreras profesionales se
deben a una elección incorrecta de ella por ignorar otras especialidades
que estarían más de acuerdo con las cualidades del sujeto.
2. El Miedo. Consiste en la perturbación emocional producida por la
amenaza de un peligro inminente y es un obstáculo ya que en casos
extremos (pavor), puede producir una ofuscación completa de las
facultades superiores, y todo lo que se ejecuta en esos momentos
pierde el carácter de acto humano, pues el sujeto no puede responder
de ello.
3. La Cólera y Otras Pasiones. La cólera, también llamada ira, enojo o
coraje, al igual que otras emociones y pasiones producen una fuerte
limitación en nuestra capacidad de elegir libremente. Las emociones
como el odio, la tristeza, la alegría, los celos, la envidia y el
enamoramiento, son respuestas orgánicas (de adecuación o de
inadecuación, de aceptación o de rechazo) por parte del sujeto cuando
percibe un objeto afín o discordante. La emoción llevada a los extremos
93
recibe el nombre de pasión. La palabra "sentimiento" expresa casi
siempre lo mismo que la palabra emoción, cuando se trata de un
fenómeno persistente.
4. La Violencia. Es una fuerza externa, física o psíquica, ante la cual es
difícil o imposible resistirse. Ésta puede debilitar la libertad del sujeto
hasta el grado de suprimir toda responsabilidad en lo que se refiere a la
conducta realizada en esos momentos.
5.
Los Desajustes Psíquicos. Los desajustes psíquicos, entre los cuales
sobresale la neurosis, debilitan la libertad debido a que la persona se
siente atada a ciertos patrones de conducta, a mecanismos de defensa,
a lo que le dicta el autoconcepto o el Super Yo, a las emociones
exageradas, como la ansiedad y la angustia, que ya hemos
mencionado.
Las Pruebas de la Libertad y el Determinismo
Una vez que se ha estudiado la libertad en su esencia, en sus diferentes tipos y
en su realización limitada, es necesario reflexionar sobre el fenómeno y obtener
cuáles son las razones por las que afirmamos que el hombre es libre. Estas
razones son las siguientes:
a) Cada persona tiene conciencia de su propia libertad. En cualquier
momento puede verificar experimentalmente que en realidad posee la
capacidad de escoger una dirección u otra, y que de hecho escoge una
de ellas por propia determinación. Este hecho es innegable.
b) Si se reflexiona sobre los obstáculos de la libertad ¿sería posible que se
experimentaran obstáculos y limitaciones de la propia libertad, si ésta
en realidad no existiera? Una persona se puede experimentar en sí
misma en dos situaciones diferentes: en la primera se capta con el
poder de autodeterminarse, pero en la segunda se capta limitada por
los obstáculos ya descritos. En el primer caso experimenta un cierto
poder de elección, y en el segundo no, pues se siente dominado,
determinado, por fuerzas que en ese momento son invencibles. Es por
eso, que esa diferencia, ese poder, que es innegable, constatable,
limitable, y que no es el producto de ninguna teoría abstracta, es
justamente la libertad o poder de autodeterminación.
94
Contradiciendo todo lo relacionado a la existencia de la libertad está el
fenómeno del determinismo, el cual niega la existencia de la libertad como tal,
ya que aunque los hechos no se pueden negar, el hombre ha sufrido una
ilusión desde el momento en que ignora las causas ocultas de su propia
conducta. Ingenuamente, aseguran pensadores de ésta corriente, se cree que
elegimos libremente cuando no se tiene conciencia de las causas más
profundas de nuestra conducta.
La tesis central del determinismo es la de que el hombre ya está fijado o
"determinado" en cierta dirección por diferentes causas que desconoce en el
momento mismo y que, por tanto, su decisión "libre" sólo sigue siendo de
nombre. Los principales expositores de esta corriente fueron: Leibniz, Spinoza,
Freud y Skinner. Cada uno con su tesis sobre el comportamiento del hombre.
Existen otros tipos de determinismo además de los expuestos por los
pensadores
mencionados
anteriormente,
éstos
son
el
Determinismo
Biológico y el Sociológico, que sostienen la existencia de otras fuerzas
rectoras de la conducta humana como pueden ser la programación genética y
la coerción social.
Según hemos visto la Libertad es una de las principales condiciones para que
un acto pueda ser calificado como un acto humano propiamente dicho (ya que
solo en los actos humanos interviene la inteligencia y la voluntad). También la
Libertad ha quedado definida como una "autodeterminación axiológica", o sea,
que los valores morales sólo son alcanzados cuando una persona ejecuta su
conducta en pleno uso de sus facultades de conocimiento y de voluntad. El
ejercicio de la Libertad, en la medida en que incorpora valores en el momento
de la elección, es la raíz de la superioridad de un acto humano y de su valor
moral.
El Valor Moral
En los capítulos anteriores se han analizado los actos humanos desde el punto
de vista de su libertad, ahora se verá el aspecto de la bondad o maldad de ellos
que es el objeto formal de estudio de la Ética.
1.
La Esencia de la Bondad en general. Podemos aproximarnos a la
esencia de la bondad por su paralelismo con la verdad Así como la
inteligencia está hecha para la verdad, la voluntad está hecha para la
95
bondad. Es por esto qué se dice que el objeto propio de la inteligencia es la
verdad y que, similarmente, el objeto propio de la voluntad es la bondad.
Se trata de las dos tendencias fundamentales del ser humano (inteligencia
y voluntad); cada una de ellas está dirigida a estos dos valores en
particular (verdad y bondad). Existen dos tipos de bondad.
a. La bondad ontológica, que existe en cualquier objeto en tanto que se
presenta como atractivo para la voluntad.
b. La bondad moral es un calificativo referido a los actos humanos cuando
éstos llenan las condiciones especificadas por la Ética. A esta ciencia le
compete el estudio de las cualidades requeridas para que un acto
pueda ser considerado poseedor del valor moral, es decir, como bueno
o como malo moralmente hablando.
1. La esencia del Valor en general. La esencia del valor está en la
preferibilidad de un objeto, es decir, en una cualidad que logra atraer la
atención y la inclinación de las personas que lo perciben, es pues, una
especie de imán que poseen algunos entes, gracias al cual una persona
dice preferir ese objeto. Tenemos pues, Valor es todo ente en cuanto
que guarda relaciones de adecuación con otro ente (en este caso el ser
humano). El valor reside en las cosas, y consiste en una cualidad por la
cual esas cosas son preferibles al hombre, a sus facultades, a su
naturaleza. Los valores son tales porque guardan una relación
armoniosa con el ser humano. El valor es todo ente en cuanto qué
guarda una relación armoniosa con el ser humano. La diferencia
principal entre bien y valor está en la mayor extensión de este último. El
bien es un valor, al igual que la verdad, la belleza y la virtud. Y el término
valor es un género donde entran las especies antes mencionadas.
2. La Esencia del Valor Moral. Una de las respuestas más claras y
prácticas es la que propone a la naturaleza humana como el fundamento
de la moralidad. Ser moral significa actuar conforme a las exigencias de
la naturaleza humana. Quien reflexione sobre la naturaleza humana,
descubrirá allí algunas exigencias, que son la base de los derechos y las
obligaciones de todo hombre, tales como el derecho a la vida, a la
verdad, a sus propiedades, etc. Uno de los criterios fundamentales en lo
96
que a moralidad se refiere es la recta razón. Se entiende por recta razón
como la inteligencia humana en tanto que actúa por sí misma, sin
desviaciones provocadas por las pasiones, los instintos o algún interés
personal. Quien actúa conforme a la recta razón, determina cuáles son
sus exigencias propias de la naturaleza humana que en ese momento le
conciernen. De acuerdo con lo anterior, una persona con valor moral es
aquella que actúa en la misma línea de sus tendencias y exigencias
como ser humano. Ser moral es equivalente a ser más hombre
(independientemente del sexo), ser más humano, apropiarse de las
cualidades que pertenecen por esencia a su propia naturaleza humana.
El valor moral lo puede adquirir una persona cuando realiza una norma
moral y mejor también, cuando ejerce una norme ética. Lo esencial en la
conducta moral está en la libertad guiada por valores superiores.
3. Descripción del Valor Moral. La Esencia del valor moral es la
congruencia de la conducta con la naturaleza humana, pero esta
esencia resulta muy general y poco aplicable así que es conveniente
mencionar algunas características propias de este valor:
a) El valor moral perfecciona a las personas en cuanto a tal, en tanto
que los demás valores perfeccionan al individuo en aspectos
parciales o periféricos, el valor moral se enclava en el núcleo de
la identidad personal.
b) La persona con valor moral es todo lo contrario al sujeto
mezquino, egocéntrico interesado exclusivamente en su propio
bienestar.
c) La Persona con moral manifiesta y contagia una felicidad que
surge de su propia interioridad, del núcleo de su identidad
personal.
d) La persona con valor moral manifiesta una triple armonía: Su
conducta es congruente con lo que piensa y lo que dice. No hay
autoengaño ni falsas posturas hacia los demás. Y los tres niveles:
pensamiento, palabras y acciones, expresan lo mismo, la
naturaleza que se está realizando en forma armoniosa.
97
e) La Persona que actúa con un nivel moral positivo tiene puesta su
atención en valor moral intrínseco del acto que ejecuta y no del
beneficio personal que le traerá este.
f) Un acto honesto es una acción que posee un valor intrínseco y,
además, se ejecutan dentro de una actitud de benevolencia,
desinterés y generosidad que procede del núcleo de identidad
personal del individuo.
1.
El Relativismo Moral. Es la postura moral que sostiene la falta de
objetividad de los valores y, por lo tanto, la ausencia de un fundamento
objetivo y universal de sostener un criterio moral determinado. Según esto
cada persona crea sus propios valores y, en consecuencia, es imposible
hablar de un criterio moral único que rija por igual a todos los seres humanos.
2. El Amoralismo. El sentido correcto de la palabra amoral es le etimológico;
sin moral, independiente de la moral, carente de valor moral. A este plano
corresponden los actos del hombre que permanecen en un plano inferior al de
los actos humanos. Pero en la actualidad se ha tergiversado, ya que basta que
una persona se declare autónoma o indiferente a las leyes morales para que
indebidamente se califique a si misma como amoral. El calificativo obviamente
es incorrecto, ya que sigue ejecutando actos humanos (utiliza la inteligencia y
la voluntad), por lo tanto no son actos amorales, sino morales, ya sean con
signo positivo o negativo. En si el término amoral corresponde a los actos del
hombre y a las ciencias y técnicas que ha creado. Por ejemplo: la ciencia en
cuanto a ciencia es amoral ya que la ciencia es un conjunto de verdades
objetivas, frías y racionales acerca de la naturaleza de las cosas y las
personas, permanece en un plano que no toca lo moral.¿qué valor se le puede
asignar a la ley general del estado gaseoso?. Sin embargo en el caso del
científico, él y su conducta, aunque son libres, son susceptibles de los
cánones de la Ética. Este científico puede alcanzar un enorme valor moral en
sus investigaciones, aun cuando la ciencia en sí misma sea amoral.
La Objetividad del Valor
El valor se puede referir como todo objeto en cuanto qué guarda relaciones de
adecuación con otro objeto. Esto significa que cualquier objeto puede ser
98
valioso, todo depende de su armonización con otras cosas. Dicha armonía o
integración no depende de que el sujeto la capte o no; el sujeto no crea esa
armonía, sino que se da mucho antes de que el sujeto la descubra y la
observe. Esa es la base de la objetividad de los valores. Además, un valor
tiende siempre hacia dos polos, dado que la adecuación o armonía entre dos
cosas puede tener, incluso grados o gamas entre los dos polos que suelen
considerarse, esta es la base de la bipolaridad. Además los valores poseen
otra característica, son preferibles, es decir, muestran un cierto atractivo a las
facultades humanas. Los valores también son trascendentes, es decir, los
objetivos valiosos no agotan el concepto o esencia del valor que entrañan, esta
es la diferencia entre valor y bien. Una última característica de los valores es
que son jerarquizables, es decir, todos ellos, guardan entre sí un cierto orden
en relación con las preferencias y características del ser humano.
Decir que los valores son objetivos equivale a decir que éstos existen en la
realidad independientemente de que éstos sean conocidos o no. En cambio
afirmar la subjetividad de un valor quiere decir que los valores son creados por
el sujeto. Esta objetividad y subjetividad son mutuamente excluyentes sino que
normalmente se complementa ya que puede ser que mientras existe una
relación de adecuación entre dos cosas (la objetividad del valor), en este caso
la persona y el objeto, es también posible que esta persona añada por su
cuenta (subjetividad) un elemento de preferibilidad al mismo objeto.
Normalmente a esa parte subjetiva del valor se le conoce como valorización,
que muchas veces es confundida con el valor. El valor es objetivo, ya que se
da independiente del conocimiento que se tenga o no de él, en cambio la
valorización es subjetiva ya que depende de las personas que juzgan; aún así
para que una valorización sea valiosa, debe tener un poco de objetividad, es
decir, necesita basarse efectivamente en los hechos reales que se están
juzgando y no ser un producto de conductas viciosas o circunstancias
desfavorables del que juzga.
La bipolaridad de los Valores
Cuando hablamos de valores se puede notar una característica peculiar,
siempre se consideran en pares, por ejemplo: belleza y fealdad, verdad y
99
falsedad, bondad y maldad. Ahora bien en la mente humana podemos detectar
varias escalas que utiliza ésta para referirse al tema de los valores, aun cuando
siempre van de un polo superior hasta otro inferior y viceversa, en el fondo se
vislumbran diversas estructuras noéticas con las cuales nosotros catalogamos
y damos peso a esos dos polos y además ordenamos los valores intermedios
entre los dos puntos extremos.
Estas escalas, por su parecido con las escalas numéricas, se denominan de la
siguiente manera:
1. La Escala Bipolar. Es la más sencilla de todas. Esta escala considera
solo dos calificativos, dos extremos opuestos, uno positivo y otro
negativo, por ejemplo: verdadero y falso, vida y muerte, aceptado o no
aceptado, etc.
2. La Escala de múltiples valores positivos y negativos. Esta escala
considera además de los dos polos, la posibilidad de que existan
matrices entre los dos extremos. Se puede comparar con la escala
algebraica que utiliza el cero y a partir del cual se dan números
positivos hacia arriba y números negativos hacia abajo. Esta escala
siempre promueve el nivel positivo, más y más cualidades, más riqueza,
más belleza. La ventaja enorme de esta escala con respecto a la
primera consiste en que en esta si se admiten matrices, lo cual
proporciona a la mente una facilidad para emitir sus juicios de valor y se
sale del encasillamiento de la bipolaridad pura.
3. La escala de la normalidad central. Esta escala es un poco más
sofisticada, ya qu además de considerar los dos polos y las matrices de
valores, pone el peso axiológico en el centro de dicha escala, es como
la campana de Gauss, esta es como una parábola, por lo tanto en su
extremo más alto se expresa el mejor valor y así va decreciendo hacia
la izquierda y a la derecha, es ahí donde se manejan los número
negativos y positivos. Entonces tenemos que se concibe lo normal
como un valor en el centro y lo anormal como valores hacia la derecha
y hacia la izquierda. Hay que recordar que en caso de los valores en
estas escalas, estos no se tratan de números, esta escala es una
simple analogía, pero muestra con claridad de que manera se conciben
algunos valores.
100
4. La escala del cero absoluto. Esta es la más difícil de captar y de
aceptar, proviene de la Filosofía escolástica, y es comprable a la escala
termométrica de Kelvin que considera el cero absoluto en el punto
inferior, de tal manera que toda graduación es de números positivos. En
esta escala no hay números negativos y ésta es la tésis que sostiene
esta Filosofía, tesis que normalmente produce un fuerte rechazo
cuando se oye por primera vez. A la gente le cuesta entender que
alguien sostenga la no existencia de valores negativos y la inexistencia
del mal. Para la Filosofía escolástica el mal es una privación del bien,
es decir, el mal como tal no existe, sino lo que existe es una ausencia
del bien. La privación es eso, la ausencia de algo que debería existir.
La preferibilidad de los Valores
Esta propiedad es el mismo corazón del valor. Consiste principalmente en esa
particularidad por lo cual los valores atraen la atención hacia sí mismos la
atención, las facultades y, en especial, la voluntad del hombre que los capta.
Cuando el hombre se encuentra enfrente de varias cosas, este prefiere las que
encierran un valor.
Esta característica de atracción surge ante la imperfección que muestra el ser
humano y la necesidad que tiene éste de eliminarla, complementándose con
otros objetos, otros entes que de alguna manera llenan o satisfacen su hambre
de desarrollo y de plenitud. A partir de esta polarización: el atractivo de los
valores por un lado y l precariedad humana por el otros, el valor se ha
convertido en el satisfactor normal de la naturaleza humana imperfecta y
necesitada. El valor es el alimento del ser humano como tal, es el ente que se
adecua a la naturaleza humana dada su calidad de ente en desarrollo y
evolución. Captar los valores es lo mismo que reconocer el alimento adecuado
la propia naturaleza, a las propias facultades necesitadas de algún
complemento que las satisfaga.
Pero existe una situación precaria en la naturaleza humana, la ceguera
axiológica, es decir la incapacidad para reconocer por sí mismo cierto tipo de
valores. Nos muestra que el hombre requiere un desarrollo especial para poder
captar ciertos valores. Cuando se nace se tienen instintos y necesidades, por lo
101
la persona busca instintivamente los bienes que lo satisfacen, pero con el
tiempo se va desarrollando y empieza a encontrar y apreciar poco a poco otros
valores, que antes le eran indiferentes. Con la educación y la cultura, un
individuo aprende a reconocer y apreciar valores cada vez más refinados. Pero
sin esa educación y cultura, el horizonte axiológico del individuo se queda
limitado, y aunque él quiera no podrá aprecia cierto tipo de valores como por
ejemplo la belleza artística, ya sea en la música, en la pintura o en la literatura.
Esto tiene mucho que ver con la situación en que se encuentre cada individuo,
no todos nos cultivamos por igual.
Pero es peor la ceguera axiológica en el plano de lo moral, ya que el adulto que
no tiene la capacidad de captar y apreciar el valor de la virtud, que no
encuentre la diferencia entre lo malo y lo bueno, sufre de una verdadera
privación y no de una simple negación. Es por ello que debe existir una
educación axiológica en el que al niño se lean todos los elementos para crearle
un ambiente en donde pueda asomarse a los valores que le van a proporcionar
la satisfacción de una naturaleza normalmente en crecimiento y en busca de
plenitud. Es importante orientar su motivación axiológica hacia los valores que
lo motiven sin perjudicar a nadie más.
Otros de los aspectos por los cuales los valores son preferibles es por su
trascendencia, trascender significa estar mas allá; por lo tanto; este término nos
indica que los valores sólo se dan con perfección mas allá de este mundo, no
aquí. Y al buscarlos nosotros y aceptarlos como una guía en nuestros actos,
nosotros trascendemos con ellos.
102
La Jerarquización de Valores
Existe una gran cantidad de valores, pero pueden ser ordenados dentro de una
jerarquía que muestra la mayor o menor calidad de dichos valores comparados
entre sí. Es claro que no es igual lo material que lo espiritual, lo animal o lo
intelectual, lo humano o lo divino, lo estético o lo moral.
Por lo tanto para dicha clasificación utilizaremos el criterio de que el valor será
más importante y ocupará una categoría más levedad en cuanto perfeccione al
hombre en un estrato cada vez más íntimamente humano. Entonces de
acuerdo con este criterio tenemos que los valores se pueden clasificar en:
1. Valores Infrahumanos. Son aquellos que perfeccionan al hombre en
sus estratos inferiores, en lo que tienen en común todos los seres, aquí
se encuentran valores como son el placer, la fuerza la agilidad, la salud,
etc. Todos estos pueden ser poseídos por los mismos seres.
2. Valores Humanos Inframorales. Son todos los valores humanos,
aquellos que son exclusivos del hombre, que perfeccionan los estratos
que sólo posee un ser humano, como lo son:
a. Valores económicos. como la riqueza, el éxito, todo lo que
expansione la propia personalidad (valores eudemónicos)
b. Valores noéticos. Son los valores referentes al conocimiento,
como la verdad, la inteligencia, la ciencia.
103
c. Valores Estéticos. Como la belleza, la gracia, el arte, el buen
gusto.
d. Valores sociales: como la cooperación y cohesión social, la
prosperidad, el poder de la nación, el prestigio, la autoridad, etc.
Valores Morales. Son las virtudes como la prudencia, justicia, fortaleza y
templanza. Estos valores son superiores a los anteriores debido a que los
valores morales dependen exclusivamente del libre albedrío, en cambio los
otros dependen además del libre albedrío de otros factores, por ejemplo la
riqueza (puede heredarse), así como el grado de inteligencia y buen gusto.
Además los valores morales al hombre de tal modo que lo hacen más hombre,
en cambio los inframorales solo perfeccionan al hombre en cierto aspecto, por
ejemplo, como profesionista, sabio, artista, etc.
Valores Religiosos. Son los valores sobrehumanos, sobrenaturales. Son una
participación de Dios que está en un nivel superior a las potencias naturales
del hombre. Son pues la santidad, la amistad divina (gracia), la caridad y en
general las virtudes teologales. Estos valores perfeccionan al hombre de un
modo superior, ya no solo de lo que tiene más íntimo como persona, sino en
un plano que no está dentro de los moldes naturales de lo humano. Aquí se
deja la puerta abierta a todo lo sobrenatural que provenga de Dios. Su estudio
corresponde más bien a la teología.
1. La Jerarquía de Max Scheler. Normalmente cuando se estudian las
jerarquías d valores de los principales axiólogos, se nota un cierto
paralelismo dentro de sus diferentes categorías como es este tipo de
jerarquía propuesta por Max Scheler:
a) Valores de lo agradable y lo desagradable
b) Valores de lo noble y de lo vulgar
c) Valores espirituales
d) Valores de lo santo
La importancia de una correcta jerarquía de valores reside, sobre todo, en la
facilidad que puede proporcionar para una eficaz orientación de la vida entera.
Quien no tenga clara la jerarquía de valores normalmente se encontrará
perplejo frente a una decisión que tenga que tomar.
104
Con respecto al orden de los valores podemos utilizar ciertos criterios
propuestos por Max Scheler:
a. Duración. Es superior un valor que dure más que otro. Esto se refiere a
la duración del bien en donde está encarnado un valor
b. Divisibilidad. Es superior un valor cuanto menos pueda dividirse. Una
obra de arte no se puede dividir, en cambio los alimentos sí.
c. Fundamentación. Es superior el valor fundamentalmente con respecto
al valor fundamentado. Por ejemplo: la inteligencia fundamenta el
conocimiento científico.
d. Satisfacción. Es superior el valor que satisface más. No debe
confundirse satisfacción con placer, la satisfacción puede ser intelectual
y espiritual.
e. Relatividad. Es superior el valor que se relaciona con los niveles
superiores del objeto o la persona que está complementado.
A partir de dichos criterios cada persona puede organizar su propia jerarquía de
valores. El máximo inconveniente consiste en la facilidad de ese orden. Ya que
una cosa es lo que un sujeto dice acerca de su jerarquía de valores y otra cosa
es lo que de hecho realiza a lo largo de su vida.
El Problema del Mal
La existencia del mal ha constituido un fuerte problema debido a que no
sabemos cuál es su esencia, que actitud se debe de tomar frente al mal.
Además partimos del hecho de que existen situaciones nefastas, tales como
asesinatos, el secuestro, la violación, la guerra, la infinidad de víctimas de un
terremoto o de una inundación, el nacimiento de un niño sin brazos,
enfermedades incurables como el cáncer y el SIDA. A continuación veremos
cuáles son las diferentes posturas que debemos tomar frente a tales
desgracias.
1) La Postura del Maniqueísmo frente al mal. Es una postura (tachada
como herética dentro de la Teología católica) que sostiene la existencia
de dos principios opuestos, dos dioses, el dios del bien y el dios del
mal. El primero se llama Ormuz y el segundo Ahrimán. Estos dos dioses
105
luchan entre sí y tratan de conquistar al mundo para su propio reino. En
otras palabras, esta postura consiste en atribuir consistencia positiva al
mal, como si el bien y el mal fueran dos enemigos (dos poderosos
dioses) que luchan entre sí para apoderarse del mundo. El uso de un
lenguaje plagado de términos negativos ha originado una verdadera
tragedia en la Filosofía de la vida, pues nos hace creer en la existencia
de gigantes peligrosos cuando sólo existen molinos que ejecutan su
trabajo cotidiano.
2) La Postura de la Filosofía Aristotélico – Tomista. De acuerdo con esta
postura el mal es la privación de un bien. Es decir, que el mal en sí, a
secas, no se da. El mal no tiene una consistencia independiente del
bien, sólo se entiende en función del bien. Entonces el mal es un
término que sirve para referirse a un faltante, a algo que de hecho no se
da. Por ejemplo cuando existe un objeto que tiene noventa cualidades y
debería tener cien, decimos entonces que el mal está en esas diez
cualidades que faltan. Con esto podemos insistir que, en el fondo, no
hay valores negativos, sólo hay valores positivos, y cuando hablamos
de valores negativos, lo que se da a entender es la privación del
correspondiente valor positivo. Así pues la fealdad es una privación de
la belleza; la pobreza es la privación del valor riqueza; la falsedad es la
privación del valor verdad.
3) La Positividad del Ser. Una de las principales enseñanzas de la
metafísica tomista es la positividad, la bondad del ser, y en la medida
en que participa de él es positivo, es bueno. Si algo existe algo en el
ser, es que no existe. No existe lo negativo, o mejor dicho, el no ser no
existe. Por lo tanto, a lo que llamamos "malo" es tan sólo una privación
de un bien, es decir, lo que falta a un ente bueno para ser plenamente
bueno, conforme a su esencia.
4) Para ilustrar más esta definición se puede citar a la energía térmica.
Cuando un objeto tiene mucha energía térmica podemos decir que está
caliente, pero cuando no tiene casi o es nula decimos que está frío,
sería absurdo afirmar que el frío existe, así es, el frío no existe, lo que si
existe es la ausencia de energía térmica.
106
5) Diferentes escalas para referirse al mal. De acuerdo con las cuatro
escalas del sistema axiológico se pueden obtener algunas conclusiones
acerca del problema del mal.
a) La primera escala, la bipolaridad exclusiva, no proporciona una
visión del mal sumamente pesimista ya que lo que no es bueno,
es malo definitivamente. Y como no hay muchas cosas buenas el
hombre con esta escala entra en angustia con mucha facilidad.
b) En cambio la escala del cero absoluto logra abstenerse del
empleo de dos términos diferentes para señalar los extremos
opuestos. Así, por ejemplo, la energía calorífica es una buena
expresión para indicar cualquier grado de calor. Cuando se da
poca energía calorífica, el sistema bipolar empieza a utilizar el
término frío.
c) El uso del sistema bipolar de categorías para referirse al mal ha
dado origen a una teoría en la historia del pensamiento la cual ha
recibido el nombre de maniqueísmo. Aunque esta teoría es
propia de la Teología, no deja de abarcar una vertiente filosófica.
1) La Postura de Pierre Teilhard De Chardin. Este autor nos proporciona
una pista para comprender la existencia de cosas y personas malas,
según él, el universo está en constante evolución y todo tiende hacia un
estado de perfección que llama el Punto Omega. A partir de esto se
infiere que, mientras estemos en evolución, lo normal es encontrar
muchos grados de imperfección, y esto es precisamente a lo que
nosotros llamamos mal. En otras palabras el mal es nuestro modo de
percibir y catalogar el estado imperfecto de las cosas que aún no llegan
a su etapa definitiva de evolución, el mal es lo que nos falta para llegar a
la perfección, la cual, obviamente no es lo que abunda. Una
consecuencia que se obtiene a partir de esta postura es que no habría
que escandalizarse por tantos sucesos negativos que están pasando en
nuestra realidad ya que no son sino la expresión de una etapa
intermedia en el proceso evolutivo del universo. Pero este modo de ver
las cosas no tiene porqué llevarnos a tomar una postura de indiferencia
o de apatía ante los males que se constatan. Al contrario, el incremento
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de la bondad es precisamente la responsabilidad de la persona que
toma conciencia de las etapas de evolución del mundo en que vive.
2) El conocimiento holístico frente al mal. Trata de referirse al bien y al mal
de otra manera, esta prescinde de estructuras noéticas, aun cuando no
sea en forma total. Si prescindimos de las estructuras noéticas del bien y
el mal, podemos establecer una tesis que no deja de ser extraña en el
mundo occidental: Las cosas simplemente son. El calificativo de bueno o
malo es un añadido que hacemos en función de una comparación con
un criterio dado. Los orientales sostienen por medio de un famoso
aforismo: El bien y el mal son una enfermedad de la mente.
3) La Existencia del mal y la bondad de Dios. Esta postura nos dice que no
existe un Dios malo como lo dice el maniqueísmo, sino lo que ocurre es
que Dios ha creado un mundo en evolución y, por tanto, un mundo que
necesariamente implica etapas de imperfección y de acercamiento al
ideal que todos asumen como perfecto. Hace énfasis en que no
debemos lamentarnos por lo malo que ocurre ya en sí el mal no existe,
solo existe un faltante de perfección en las cosas que para nosotros son
malas, y debemos de tratar de sacarle provecho a todo lo que ocurra ya
que como dice el dicho "no hay mal que por bien no venga" o no hay
nada tan malo que no nos pueda proporcionar algún beneficio.
4) La Responsabilidad del Hombre frente al mal. Lo que nos dice esta
postura es que aunque el mal es la imperfección la cual no se ha logrado
eliminar del todo debido a que estamos en un proceso de evolución y no
tenemos por que alarmarnos, no debemos de tener una actitud de
irresponsabilidad ante nuestros actos. Debemos ser responsables con
nosotros y no convertirnos en personas apáticas, tratar de ampliar
nuestro horizonte axiológico mediante el estudio. Pero existen
situaciones en las que no todos los seres humanos podrán desarrollarse
correctamente como individuos ya que aunque quieran asumir la
responsabilidad de ser individuos mejores pudiera ser que la situación
en que se encuentren, económica, emocional, física, etc. No les permita
desarrollarse como personas, pero al fin y al cabo es el costo de la
evolución.
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5) La actitud Positiva frente al mal. La humanidad en su evolución llega a
captar ciertos valores y realiza la comparación con los hechos que le
rodean. El resultado de dicha comparación es deprimente por lo que se
llega a una etapa de "conciencia infeliz", y es que en efecto, cuando más
claro aparece el horizonte de los valores, más fácil surge el juicio
negativo hacia la realidad que nos rodea. El error no está en el juicio de
evaluación, sino en la pretensión de que ese juicio es completamente
objetivo. En contraste lo que se propone es la de ser que "el ser es lo
que es" sin mayor calificación. El calificativo de bueno o malo está en
nuestra mente, cualquier situación podría considerarse como buena o
mala según el criterio que se utilice para emitir el juicio evaluatorio. Lo
que se deriva entonces es una actitud de obtener provecho aun de
aquello que se considera negativo y que deprime a la mayoría de la
gente. Ahora bien, la actitud positiva frente al mal no está en pugna con
la compasión frente a las personas que padecen alguna enfermedad,
una injusticia o la muerte de un ser querido. La empatía y la compasión
son virtudes propias de aquellas personas que saben desprenderse de
sus propias categorías y comparten con los demás sus propias
situaciones. Este criterio se puede aplicar también ante lo que se llama
"el mal moral, el acto deshonesto, el pecado, el acto humano malo". Por
supuesto que existen actos humanos malos, es decir, que no están de
acuerdo con los valores morales, con las exigencias de la naturaleza
humana. La perspectiva que acabamos de mencionar se puede aplicar
de la siguiente manera: la persona que ejecuta un acto humano malo de
todas maneras ha elegido un bien, algo que atare su voluntad, a su
naturaleza; de no ser por esto el sujeto no elegiría tal conducta. El que
roba quiere el dinero del Banco, lo cual es su bien. El que fornica quiere
el placer sexual, que también es un bien. El mal moral está en desorden
con respecto a las normas morales, o mejor dicho, con respecto a las
exigencias de la naturaleza humana. Podemos concluir, pues que aun
en el hecho del mal moral existe un bien. Así se explica que de hecho
existan personas adictas a esos bienes. Lo cual no impide la
reprobación de dichos actos por parte de las normas morales y de una
sana actitud Ética.
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CONCLUSIÓN GENERAL
La Ética juega un papel importante, ya que a diferencia de muchas otras
ciencias, ésta es mucho más aplicable a nuestras vidas, debido a su contenido
práctico técnico, derivado de nuestras propias costumbres y de cómo nos
comportamos, siendo que éstas las profesional y nos ayuda a asegurar nuestra
realización como personas, teniendo en cuenta que fines vale la pena perseguir
y bajo que condiciones vale la pena perseguirlos.
Debido a que la ética no nos proporciona una lista o un conjunto de reglas a
seguir para cada una de las situaciones que se nos presentan en el transcurrir
diario de nuestras vidas, debemos apegarnos única y exclusivamente a las
bases del actuar ético, como son la inteligencia y ser consecuentes de cómo
nuestras actuaciones pueden perjudicar a los demás, o sea, tomar en cuenta
los intereses de terceros.
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BIBLIOGRAFÍA
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Bibliografía
Frondizi Risieri. ¿Qué son los valores? (fondo de cultura económica de México)
1992. ISBN 968-16-0140-8.
Abel Guillermo López Mendoza
111
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Universidad de Cartagena
Facultad de Ciencias Económicas
Programa de Contaduría Pública
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