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Introduccion-a-Los-Procesos-Cognitivos

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INTRODUCCIÓN A LOS PROCESOS COGNITIVOS
P. Banyard, A. Hartland,
N. Hayes y P. Reddy.
EDITORIAL ARIEL
Nota aclaratoria: en esta lectura se presentan algunos ejercicios y actividades de autoevaluación que se desarrollarán durante la sesión del diplomado y no constituyen ejercicios
previos. En este sentido, lo que se espera es que con antelación a la sesión hayan leído el
material y tengan en cuenta las recomendaciones de la guía de lectura.
Capítulo 1
¿QUÉ SON LOS PROCESOS COGNITIVOS?
Usted vuelve a casa en el autobús. Está cansado, de modo que se limita a ir
sentado dejando volar sus pensamientos. El autobús se para y suben algunos
pasajeros. Distraído, mira cómo un par de ancianas rebuscan torpemente en sus
monederos hasta que encuentran el dinero para el billete. La cola avanza a
medida que los nuevos pasajeros cumplen con la rutina de pagar sus billetes y
sentarse. Pero de repente el ritmo se interrumpe. La voz del conductor suena más
alta y violenta. Usted empieza a prestar atención. Una mujer asiática parece tener
dificultades para encontrar el importe, y el conductor; que es de raza blanca, está
claramente impaciente. Ella parece cada vez más nerviosa, pero por fin encuentra
el dinero y se dirige a su asiento.
Conforme el resto de pasajeros paga el billete, usted piensa en lo que ha
sucedido. ¿Por qué se mostró tan intolerante el conductor? ¿Era racismo? Usted
recuerda que no se había mostrado nada grosero con las señoras de raza blanca
que también habían tardado mucho en pagar. En una discusión posterior, usted
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describe el incidente a sus amigos. Coinciden en que, aunque no pueden estar
seguros, probablemente se trataba de racismo.
Obviamente, en este episodio hay muchos aspectos que considerar. Plantea cuestiones de todo tipo:
sociales (en cuanto a lo que está ocurriendo entre esas personas), individuales (respecto a cómo es
cada individuo) y societales (en lo que se refiere a cómo funciona nuestra sociedad en general). Toda
interacción humana tiene lugar a muchos niveles y, si intentáramos comprender todo lo que sucede,
tendríamos que considerar cada uno de ellos (¡lo que ocuparía un libro mucho más extenso que éste!).
En esta parte nos interesa, no obstante, conocer cómo usamos la cognición para entender qué está
sucediendo a nuestro alrededor. La cognición tiene que ver con el pensamiento y la comprensión: es
el estudio de cómo funciona la mente. Continuamente recibimos información de nuestro entorno, pero
¿qué hacemos con esa información una vez que la hemos recibido? ¿Cómo notamos unas cosas,
pero no otras? ¿Qué estamos haciendo exactamente cuando pensamos sobre lo que hemos visto?
¿Qué ocurre en nuestra mente?
Echemos un vistazo a los procesos cognitivos que usted, como observador, podría haber usado
durante el incidente que he descrito antes.
Percepción
Al principio usted se limita a mirar lo que está ocurriendo. Esto implica el proceso cognitivo de la
percepción, en tanto que usted capta lo que ocurre a su alrededor, identifica las figuras y las formas
como seres humanos y características del ambiente, y encaja lo que está observando con lo que
esperaría observar en una situación similar.
Atención
Cuando el acontecimiento deja de encajar con lo que usted esperaba, empieza a estar más alerta.
Empieza a captar activamente lo que está sucediendo (a fijarse en ello, en lugar de observar
simplemente de pasada). Este proceso cognitivo se conoce como atención.
Pensamiento
A continuación usted piensa en ello. El proceso cognitivo de pensar implica elaborar lo que acaba de
suceder, poniendo en juego su conocimiento previo y su comprensión general de la situación. En otras
palabras, trata el acontecimiento como un problema social que debe resolverse.
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Memoria
Usted no se limita a pensar en ello, sino que también lo recuerda. Entra en juego el proceso cognitivo
de la memoria, pues usted almacena el conocimiento que tiene sobre lo que ha sucedido y las
interpretaciones que hace de ello. Después, cuando está con sus amigos, rescata la información de su
memoria.
Lenguaje
Por último, el contárselo a sus amigos supone el uso del lenguaje. Busca las palabras que expresarán
su pensamiento y elige las que cree que evocarán mejor en sus amigos la situación tal como usted la
vio. Para conseguirlo, utiliza las palabras no sólo para definir lo que sucedió, sino también simplemente
para describirlo; de este modo, el lenguaje que usted emplea y lo que usted piensa del incidente
acaban muy estrechamente conectados.
Ejercicio
Piensen, usted y alguno de sus amigos, en un acontecimiento que les haya sucedido a los dos
recientemente, e intenten determinar todas las formas diferentes en que podrían haber participado los
procesos cognitivos en sus experiencias. Háganlo por separado y luego comparen sus listas.
¿Pensaron en los mismos procesos?
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En este libro exploraremos cada uno de los distintos aspectos de la cognición. Como acabamos de
ver, todos desempeñan un papel en la vida diaria: estamos todo el tiempo percibiendo, atendiendo,
pensando y utilizando la memoria y el lenguaje. Como seres humanos, tendemos a reaccionar a lo que
creemos que está sucediendo (¡y a veces esto no coincide con lo que realmente está ocurriendo!).
Conforme usted vaya profundizando en la cognición, comprobará que algunas veces esto puede
significar que dos personas respondan de forma muy diferente al mismo acontecimiento o estímulo.
Casi siempre, sin embargo, somos bastante precisos al elaborar lo que está sucediendo a nuestro
alrededor. Quizás esto resulte más claro a medida que analicemos con algo más de detalle cada una
de las áreas principales de la cognición.
Autoevaluación 1
1. ¿Cuáles son las cinco áreas principales de la cognición?
2. Indique, por orden, los procesos cognitivos que utilizaría si fuera a contarles a sus amigos algo que
haya visto durante el día.
3. ¿Qué es la cognición?
Capítulo 2
PERCEPCIÓN
Por percepción entendemos cómo se interpreta y se entiende la información que se ha recibido a
través de los sentidos.
Los procesos de la percepción
Los procesos de la percepción implican la decodificación cerebral y el encontrar algún sentido a la
información que se está recibiendo, de forma que pueda operarse con ella o almacenarse. Esto
significa que hemos de considerar tres aspectos si queremos entender la percepción:
 En primer lugar, cómo recibimos la información;
 Cómo agrupamos los diferentes trocitos de información para determinar lo que representan;
 Cómo combinamos todo esto con nuestro conocimiento previo para que nos resulte comprensible.
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¿Cuántos sentidos hay?
Recibimos la información a través de los sentidos (y en este aspecto quizás tenga una sorpresa para
usted). Al contrario de lo que se suele creer, los seres humanos no tienen cinco sentidos; disponen al
menos de seis. Tenemos los cinco sentidos que usamos para recibir información del mundo exterior:
vista, oído, tacto, gusto y olfato. Pero también tenemos sentidos que reciben información procedente
del interior de nuestro organismo: los sentidos cinestésicos, que nos advierten del movimiento, es
decir, nos permiten sentir nuestros músculos y articulaciones. Algunos psicólogos creen que estos
sentidos internos pueden clasificarse a su vez en tres o cuatro clases diferentes, pero por ahora nos
limitaremos a incluirlos en un solo grupo.
Tabla 1. Los sentidos
Sentido
Visual
Auditivo
Táctil
Olfatorio
Gustativo
Cinestésico
Órganos de los
sentidos/receptores
Receptores del ojo
Receptores del oído
Receptores en la piel
Receptores en la nariz
Papilas gustativas de la lengua
Receptores en músculos y
Articulaciones
Capacidad
Ver
Oír
Sentir los objetos externos mediante el tacto
Oler
Gustar
Sentir la tensión muscular; los ángulos y los
Movimientos de extremidades y torso
Modalidades sensoriales
Cuando se estudia la cognición es importante incluir los sentidos internos además de los externos,
porque continuamente estamos elaborando información que se ha conseguido a través de diferentes
modalidades. Usamos el término modalidad cuando queremos describir una forma particular mediante
la cual puede percibirse la información perceptual. Por ejemplo, lo que usted ve es información
recibida a través de la modalidad visual, mientras que lo que usted oye es información recibida a
través de la modalidad auditiva. Siempre hay una gran cantidad de transferencia transmodal, pues la
información que se ha obtenido de una modalidad, como la visual, se aplica a la información
conseguida a través de una modalidad diferente, como la auditiva o la táctil.
Percepción visual
Cuando estudiamos la percepción, no obstante, tendemos a concentrarnos en un solo sentido a la vez.
Se ha investigado mucho sobre la percepción visual, porque éste es el sentido más importante para
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los seres humanos, de modo que en este libro nos concentraremos sobre todo en la percepción visual.
En particular, nos preguntaremos: ¿cómo sabemos lo que estamos mirando?
Autoevaluación 2
1. Enumere los seis principales sistemas sensoriales del organismo.
2. ¿Qué es la transferencia transmodal?
3. ¿Qué modalidad sensorial ha sido la más estudiada por los psicólogos?
Discriminación figura-fondo
Primero abordaremos algunos de los mecanismos básicos de la percepción. La información visual nos
llega en forma de ondas luminosas que alcanzan los ojos según un patrón de longitudes de onda
diferentes y brillo variable. De alguna manera tenemos que resolver todo esto; según parece, la
primera forma mediante la cual lo hacemos es separando figuras contra fondos. Así pues, en vez de
limitarnos a ver una masa de manchas de diferentes colores, podemos distinguir objetos y formas.
Esto recibe el nombre de discriminación figura-fondo, y es posible que nuestro sistema nervioso visual
esté construido de tal forma que ello se realice automáticamente. Hubel y Wiesel (1968, 1979)
demostraron que en el cerebro hay células especiales que nos ayudan a clasificar la información visual
identificando líneas y formas sencillas. Observemos el siguiente ejemplo:
La teoría computacional de la percepción
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Pero las líneas y las formas sencillas no bastan para explicar cómo reconocemos objetos más
complejos. También tenemos que usar la información visual de la que disponemos para calcular los
límites y los bordes, de modo que podamos organizar la información visual en formas y figuras. La
teoría computacional de la percepción nos proporciona un medio para hacerlo, computando los datos
en representaciones «palo-figura» simples de los objetos o la gente, y luego reuniéndolas en imágenes
más completas mediante la inclusión de detalles más sofisticados.
Constancias perceptuales
La teoría computacional pretende demostrar cómo podemos sacar algún sentido de la información
visual objetiva que recibimos. Pero a veces la experiencia psicológica de la percepción no es lo mismo
que el estímulo físico. Por ejemplo, si una persona que usted ve lejos, al final de la calle, anda
acercándose a usted, la imagen de la retina se va haciendo cada vez mayor. Pero usted no percibe a
la persona como si se agrandara, ¿verdad? En cambio, aplica su conocimiento de cómo funciona la
información visual y simplemente atribuye el cambio a la distancia. Éste es uno de los mecanismos de
constancia perceptual que nos ayudan a interpretar lo que vemos. Hay otros mecanismos, además,
como el principio del cierre, que describe nuestra tendencia a «cerrar» las figuras incompletas, de
modo que las vemos como unidades completas y no como pedazos aislados.
FIG. 2.1. ¿Es una cruz negra en un fondo blanco o una cruz blanca en un fondo negro? Son ambas cosas, pero no al mismo
tiempo. Cuando usted mira la figura negra, la blanca desaparece, y viceversa. Ve una figura contra un fondo.
Tabla 2. Constancias perceptuales
Constancia de tamaño
Constancia de forma
Constancia de color
Conocer el tamaño «real» del objeto significa que los objetos distantes
parecen más grandes de lo que cabría deducir del tamaño de la imagen
retiniana que se recibe.
Conocer la forma «real» del objeto significa que éste sigue percibiéndose tal
como es, con independencia del ángulo desde el cual se mire.
Conocer el color «real» del objeto significa que sigue percibiéndose del
mismo color, con independencia de la longitud de onda del color actual de la
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Constancia de
localización
luz que incide en el ojo.
El conocimiento de que los objetos generalmente no se mueven significa
que las cosas se ven como si permanecieran en el mismo lugar aun cuando
el observador se mueva alrededor y la imagen de la retina cambie.
Autoevaluación 3
1. ¿Qué es la discriminación figura-fondo ?
2. Según la teoría computacional, ¿qué tipo de representaciones visuales constituyen la base de la
percepción de la forma?
3. ¿Qué son las constancias perceptuales?
Ilusiones visuales
Algunos psicólogos han sostenido que podemos aprender mucho sobre cómo funciona la percepción
observando lo que ocurre cuando va mal. El estudio de las ilusiones visuales puede informamos de los
principios generales que aplicamos a la información visual, porque las ilusiones pueden demostrarnos
cómo podemos llegar a conclusiones erróneas. La teoría de comprobación de la hipótesis para
explicar la percepción demuestra cómo podemos hacer uso de nuestro conocimiento general de esos
principios para ver las cosas como las vemos. Así, por ejemplo, explica las ilusiones geométricas
como algo que nos induce a aplicar nuestras constancias perceptuales de forma equivocada.
FIG. 2.3. Quizás éstos sean ejemplos de las pistas que nos llevan a conclusiones erróneas cuando miramos las
ilusiones de Ponzo y Müller-Lyer.
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Percepción directa
La teoría de Gibson de la percepción directa, sostiene que la percepción en el mundo real no
constituye un problema tan complejo. Puesto que somos activos en el mundo real, podemos movernos
en él y ver las cosas desde diferentes ángulos. Esto nos proporciona un gran espectro de pistas, como
cambios en la textura aparente de los objetos o el movimiento aparente de los objetos lejanos y
cercanos unos respecto de los otros. Estas pistas nos permiten percibir los objetos y nuestro ambiente
con muy poca incertidumbre.
Reconocimiento de rostros
Se ha investigado mucho recientemente sobre el reconocimiento de rostros (cómo reconocemos a los
otros o cómo interpretamos las caras de los extraños). Ésta es un área interesante e importante de la
investigación perceptual por muchas razones. En primer lugar, muestra con qué precisión nuestra
percepción encaja en nuestras necesidades sociales. Todos los seres humanos necesitamos
reconocer a la gente con la que tratamos a diario y, casi sin esfuerzo, podemos distinguir a las
personas en función de diferencias mínimas de sus caras (¡aun cuando, objetivamente, esas
diferencias sean a veces minúsculas!). Además, comprender el reconocimiento del rostro significa ser
capaz de integrar la información directa sobre el estímulo visual (conocida como información
«ascendente») con otros tipos de conocimiento, como nuestras ideas sobre las identidades de la
gente, teorías sobre el carácter y la personalidad e interpretaciones de la expresión facial (conocida
como información «descendente»).
Capítulo 3
ATENCIÓN
«¡Presten atención!»
«¡Mírame cuando te hablo!»
«Perdone, pero no pude evitar oírle...»
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¿Ha oído estas frases antes? Sospecho que sí, probablemente más de una vez. Cada una de ellas
tiene que ver con la atención. Y cada una de ellas nos informa de algo diferente. Analicemos cada una
por separado.
« ¡Presten atención!»
Esta frase nos dice que es posible decidir prestar atención a algo: podemos hacerlo de forma
deliberada. También podemos elegir no prestar atención si no nos apetece hacerlo. El que decida
atender a lo que otra persona esté diciendo depende de usted, y el profesor o el supervisor que le
ordena «prestar atención» es consciente de ello. Le están mandando que concentre su mente en el
tema y que no piense en otra cosa.
Atención sostenida
Pero ¿cuánto tiempo puede usted mantener la atención? Se ha dedicado una cantidad considerable
de horas de investigación a estudiar la atención sostenida y durante cuánto tiempo puede mantener la
gente su concentración antes de empezar a cometer errores. Esta investigación ha contribuido mucho
a la resolución de cuestiones prácticas del tipo, por ejemplo, de cómo diseñar las cabinas de los
aviones para garantizar que los pilotos cometan el menor número posible de errores cuando miran los
instrumentos sin interrupción durante horas.
Mantener la vigilancia
La investigación en atención sostenida ha precisado a menudo pedir a la gente que efectúe
larguísimas tareas de vigilancia, como estar a la expectativa hasta que aparezca una imagen especial
en una pantalla y hacer una señal cuando esto ocurra. Es posible decir si la persona está prestando
tención, o no, contando el número de señales que le pasan desapercibidas. Los primeros
investigadores observaron que el tiempo que una persona puede estar concentrada se ve influido por
una serie de factores. Éstos podían agruparse en factores de la señal, es decir, factores relativos al
diseño físico y la disposición del panel de control, y factores motivacionales, relativos a la persona que
está haciendo la tarea, entre otros, por ejemplo, si había alguien más mirándola.
Teoría del arousal de la atención sostenida
Una teoría que se propuso para explicar algunos de los hallazgos fue la teoría del arousal de la
atención sostenida. Según esta teoría, el tiempo que puede estar concentrada la gente tiene mucho
que ver con su grado de estimulación: si están demasiado relajados, es posible que no presten una
atención total, pero si están sobreexcitados, también cabe la posibilidad de que cometan errores. El
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mejor estado era uno intermedio (no demasiado relajado, pero tampoco demasiado estimulado). Los
investigadores encontraron que conseguir el equilibrio es importante si se pretende que la gente no
cometa errores graves.
Autoevaluación 4
1. Describa una aplicación práctica de la investigación en atención sostenida.
2. ¿Qué entendemos por el término vigilancia?
3. ¿Qué puede decirnos la teoría del arousal sobre la atención sostenida?
« ¡Mírame cuando te hablo!»
La segunda frase nos indica que la gente espera ciertas acciones, en particular el contacto ocular,
cuando alguien está prestando atención. Hay además otros correlatos conductuales y fisiológicos de la
atención. Si estamos prestando atención a alguien, tendemos a estar muy quietos para reducir al
mínimo la distracción y a volvernos hacia él o ella para oírle y verle mejor. Hay cambios en los
modelos de actividad muscular, en la presión arterial y en el ritmo cardíaco. Aunque estos cambios
pueden ser muy pequeños, parece que nos preparan para la acción en caso de que sea necesaria, lo
que nos da una pista relativa al porqué o al cómo pueden haber evolucionado los mecanismos de la
atención.
Actividad cerebral. Los investigadores han encontrado también que hay cambios en la actividad
cerebral que ocurren cuando estamos prestando atención. Los estudios de electroencefalogramas han
demostrado que cuando prestamos atención a algo, el patrón de las ondas cerebrales es diferente. En
muchos estudios se han examinado los potenciales evocados, es decir, los cambios de la actividad
eléctrica cerebral producidos por un estímulo simple (como un punto de luz), que han resultado útiles
también para acrecentar nuestra comprensión de lo que está sucediendo cuando prestamos atención a
algo.
Los psicólogos han investigado también cómo conseguimos dividir nuestra atención, de modo que
podamos hacer más de una cosa al mismo tiempo. Para ello ha habido que investigar cómo
adquirimos destrezas y cómo desarrollamos las rutinas automáticas que nos permiten realizar las
tareas familiares sin prestar, según parece, mucha atención. La teoría de la capacidad se refiere a
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cuánta atención podemos prestar en un momento determinado y a cómo ésta puede cambiar
dependiendo de lo motivados o estimulados que estemos.
«Perdone, pero no pude evitar oírle...»
La tercera frase describe un fenómeno muy diferente. Si «no pudimos evitar oír» significa que en
condiciones normales no habríamos estado escuchando, pero que esta vez había algo inusual. Y esto
significa que somos capaces de canalizar nuestra atención, de modo que notemos algunas cosas y
otras no. La atención selectiva es bastante especial, porque a lo largo de toda nuestra vida estamos
seleccionando e interpretando continuamente la información que recibimos. Si tratáramos de prestar la
misma atención a todo, simplemente nos veríamos abrumados.
Ejercicio
Intente anotar todas las cosas diferentes sobre las que sus sentidos le están informando a cada
momento. Entre ellas habría que incluir las que suelen ignorarse, por ejemplo, la sensación de la ropa
o el color de las paredes. Luego subraye aquellas de las que suele ser consciente cuando está
relajado o relajada (no cuando está concentrado o concentrada en algo). ¿Cuánta información filtra
normalmente?
Teorías de filtro de la atención
De alguna forma debemos encontrar un modo para seleccionar esa información y se han propuesto
diversas teorías que sugieren cómo lo hacemos. Las teorías de filtro proponen que producimos una
especie de «cuello de botella», de modo que no toda la información que recibimos pueda llegar a ser
procesada y que algo de ella se elimina por filtración. Una de las primeras teorías de filtro sobre la
atención selectiva proponía que canalizamos la información en función de sus características físicas.
Así, por ejemplo, podríamos prestar atención a las cosas que oímos sólo por uno de los oídos e
ignorar lo que oímos por el otro.
El fenómeno «cóctel»
Pero a veces, como demuestra la frase antes mencionada, otra información se entromete en nuestra
atención. A esto se le denomina el fenómeno «cóctel» y es particularmente probable que ocurra si
usted escucha su propio nombre o si la persona a la que usted oye por casualidad está hablando de
algo sobre lo que usted está muy interesado o interesada. La pregunta es ¿cómo se ve atraída su
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atención aun cuando esa información tenga características físicas diferentes de aquello a lo que usted
está atendiendo? ¿Cómo elige su cerebro a qué prestará usted atención y qué ignorará?
El modelo de atenuación
En un intento para explicar cómo ocurre esto, Triesman propuso un modelo de atenuación según el
cual lo que hacemos no es exactamente eliminar la información por filtración, sino que la filtramos de
tal forma que se vuelve más débil. Esto significa que casi toda la información pasará desapercibida,
pero si es particularmente importante, como nuestro propio nombre, será captada.
Modelos de selección tardía de la atención
El modelo de atenuación implica que de alguna forma se hace una exploración del significado de toda
la información que recibimos, aun cuando se halle en forma de una señal muy débil. Pero los modelos
de selección tardía de la atención sugieren que, si procesamos todo por su significado, no hay en
absoluto necesidad alguna de un filtro. En cambio, nos podemos limitar a procesar toda la información
que recibimos para determinar su significado y luego decidir a qué prestamos atención en lo venidero.
Retenemos lo que es importante y desechamos lo que no lo es.
El ciclo perceptual
Ulrich Neisser, por otro lado, afirmaba que el prestar atención no es en absoluto una cuestión de
eliminación por filtración de la información. En vez de ello, buscamos información de forma activa,
basándonos en nuestras experiencias previas y en lo que hemos llegado a esperar. El ciclo perceptual
muestra como no nos limitamos a recibir pasivamente información. Desarrollamos esquemas
anticipadores, que nos proporcionan una clase de «plan» de lo que es probable que ocurra. Esto nos
sirve de guía para elegir lo que recibiremos de nuestro entorno. A su vez, la información que recibimos
se ajusta a nuestros esquemas y los modifica, además de canalizar lo que buscaremos a continuación.
Es la información que contradice o pone en tela de juicio un esquema anticipador la que atrae
particularmente nuestro interés y nos hace redirigir la atención.
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Capítulo 5
MEMORIA
¿Qué tal es su memoria? ¿Puede recordar dónde está la casa de su mejor amigo? ¿Recuerda qué
desayunó esta mañana? ¿Le resulta fácil recordar las cosas para los exámenes?
Memoria episódica y semántica
Usamos la memoria todo el tiempo, a menudo de una manera muy inconsciente. Si no lo hiciéramos,
no seríamos capaces siquiera de cuidar de nosotros mismos, porque no podríamos desarrollar
secuencias planificadas de acciones, como preparar una taza de café. Pero cuando hablamos de tener
una «buena» o «mala» memoria, no nos referimos a una memoria de esta clase: preparar una taza de
café no es algo que la gente normalmente olvide. Los psicólogos establecen una distinción entre
memoria episódica y semántica. La memoria episódica es nuestra memoria para acontecimientos
particulares: cómo, cuándo y dónde sucedieron las cosas; pero la memoria semántica tiene mucho
más que ver con las habilidades y con cómo hacer las cosas. Así, por ejemplo, si usted estuviera
recordando lo que hizo anoche, eso sería memoria episódica. Pero si se le pidiera que activara una
grabadora o escribiera una carta, esto implicaría memoria semántica, en la forma del conocimiento
acerca de cómo hacer funcionar la maquinaria o incluso la memoria aún más especializada de cómo
usar el lenguaje.
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Memoria cotidiana
La mayor parte de la investigación que se ha realizado sobre la memoria se ha centrado en cómo
recordamos la información factual, por ejemplo, las materias que podrían necesitarse aprender para un
examen. Hace poco, sin embargo, los psicólogos se han interesado más por la memoria cotidiana, del
tipo de cómo recordamos cómo hacer las cosas o cómo ocurren los lapsos de memoria.
Ejercicio
Anote todas las cosas diferentes que deben recordarse cuando se está preparando una taza de café.
Incluya todo lo que le venga a la cabeza, como, por ejemplo, cómo es una cafetera o cómo agarrar
algo. De ellas, ¿cuáles son memoria de hechos y cuáles de habilidades? Podría pedir a un amigo que
escribiera también una lista para poder compararlas. ¿Pensaron en las mismas cosas? ¿Cómo podría
agrupar los diferentes tipos de memoria si estuviera intentando clasificarlas?
Codificación, almacenaje y recuperación
Cuando memorizamos deliberadamente información intervienen tres etapas. En primer lugar,
necesitamos codificar la información, de modo que pueda formar alguna clase de representación
mental. Una vez hecho esto, almacenamos esa información durante un cierto período de tiempo, y
luego, en una ocasión ulterior, la recuperamos. La codificación de la información puede implicar
también el establecimiento de conexiones con otros detalles de información o su modificación.
Formas de recordar
Cuando queremos recuperar nuestros recuerdos, tenemos una serie de formas diferentes de recordar
que oscilan entre ser capaz de extraer algo de la memoria sin apenas ayuda (conocido como recuerdo
libre), hasta ser incapaz de recordar algo de una manera consciente, pero descubriendo que se tarda
menos tiempo en aprenderlo una segunda vez. El reconocimiento de la información tiene lugar en
algún lugar intermedio entre estos dos.
Rememoración
Reconocimiento
Reconstrucción
(Reintegración)
Ahorro de
reaprendizaje
Tabla 3.
Algunas formas de recordar
Se recupera la información directamente de la memoria a voluntad.
Se identifica la información como algo familiar cuando se vuelve a ver u oír.
La información se reorganiza en su forma original, aunque no hay memoria
consciente de haberla visto antes.
Se tarda menos tiempo en volver a aprender la información que se aprendió
anteriormente que el material nuevo, aun cuando no haya evocación
consciente.
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La teoría biprocesal de la memoria
Se han propuesto una serie de teorías para explicar cómo tiene lugar el almacenamiento de la
memoria. La teoría biprocesal de la memoria sugiere que tenemos dos tipos diferentes de memoria.
Uno de ellos es una memoria a corto plazo (MCP), muy rápida, que sólo conserva un número limitado
de elementos y se desvanece en unos pocos segundos. El otro es un almacén de memoria a largo
plazo (MLP), que puede conservar una cantidad considerable de información y durante períodos
mucho más largos. Esta teoría sostiene que el almacén a corto plazo actúa como un sistema de
entrada para la información que pasa a la memoria a largo plazo.
Niveles de procesamiento
Craik y Lockhart (1973) creen que la razón por la que sólo recordarmos algunas cosas durante
períodos muy cortos y otras durante más tiempo no reside en que se conserven en diferentes
almacenes, sino en que las procesamos menos. Si está interesado en algo concreto (pongamos por
caso, algo que usted oyó sobre su mejor amigo), dicha información se procesaría. En otras palabras,
pensaría sobre ello y lo que significa y cuáles son sus implicaciones: lo recordaría. Pero si no estuviera
realmente muy interesado (por ejemplo, usted oyó lo mismo sobre una persona que apenas conoce),
no lo procesaría tanto y probablemente lo olvidaría muy deprisa. Así pues, según la teoría de los
niveles de procesamiento, lo que hacemos con la información es lo que determina lo bien que la
recordaremos.
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Ejercicio
Usando el modelo de niveles de procesamiento (cuanto más procese la información, mejor la
recordará), establezca tres métodos diferentes que podría usar para ayudarse a recordar información
cuando esté repasando para sus exámenes. Estos métodos podrían consistir en cambiar la forma de la
información o en encontrar alguna otra que le haga pensar sobre el significado y las implicaciones de
lo que está usted aprendiendo.
Memoria de trabajo
Otra forma de considerar el almacenamiento de memoria implica el concepto de memoria de trabajo,
enmarcado en un modelo de memoria en el que se considera la memoria inmediata algo así como la
memoria de trabajo de un ordenador. Es decir, donde tienen lugar los cambios y donde se llevan a
cabo los cálculos o el procesamiento de la información antes de que ésta se use o se guarde en el
almacén a largo plazo.
Teorías sobre el olvido
Otro aspecto desde el que podemos estudiar cómo recuperamos la información es considerar lo que
sucede cuando la recuperación fracasa. ¿Por qué olvidamos las cosas? Hay una serie de teorías
sobre el olvido, que van desde explicar el olvido de lo que ocurre como consecuencia de una lesión o
enfermedad cerebral, hasta que simplemente olvidamos porque no hemos tenido las pistas adecuadas
para recordar, pasando por el olvido de algo por interferencia con otra información. Cada una de estas
explicaciones de por qué olvidamos puede decirnos algo sobre cómo recuperamos nuestros recuerdos.
La memoria como un proceso activo
Una imagen diferente de cómo funciona la memoria aparece cuando consideramos de qué manera
recuerda la gente la información social o significativa. Nos encontramos con que, aunque podemos
recordar con precisión un acontecimiento pasado, a veces se ha cambiado el recuerdo con el fin de
hacerlo encajar mejor con nuestras expectativas. La memoria no es como una grabación: es un
proceso activo. Aunque podríamos recordar con precisión lo esencial de lo que ha ocurrido, somos en
realidad muy malos para recordar los detalles, lo que puede hacer a veces que el testimonio ocular sea
bastante poco fiable.
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Tabla 4.
Teorías sobre el olvido
Lesión
cerebral
o
degeneración
Olvido motivado
Interferencia
Pistas y contexto inadecuados
Falta de procesamiento
Se olvida la información porque el cerebro de la persona está
fisiológicamente dañado quizás a consecuencia de una lesión
cerebral o por alteraciones neurológicas, como el síndrome de
Korsakoff o la enfermedad de Alzheimer.
La información se olvida porque recordarla es personalmente
perturbador o doloroso para el individuo.
Es posible que otra información se confunda con, o interfiera en, el
recuerdo. Esto puede ocurrir de una forma proactiva, con la
información previamente aprendida, haciendo difícil el aprendizaje
futuro; o de forma retroactiva, en cuyo caso el aprendizaje reciente
interfiere en el recuerdo de la información pasada.
La información quizá sea difícil de recuperar porque se aprendió en
un ambienté o contexto completamente diferente. Los contextos
pueden ser internos o externos. Se habla de aprendizaje
dependiente del estado cuando los recuerdos adquiridos en un
estado dado, por ejemplo, durante una borrachera, sólo vuelven
cuando el individuo vuelve a estar en ese estado, pero no están
disponibles cuando está sobrio.
La información puede olvidarse porque nunca se usó, o procesó, por
primera vez. Cuanto más «trabajamos sobre» la información con la
que nos encontramos, por ejemplo, pensando sobre sus
implicaciones o cambiando su forma, menos probable será que la
olvidemos.
Autoevaluación 5
1. ¿Qué se entiende por el término «memoria de trabajo»?
2. Enumere cinco teorías diferentes sobre el olvido.
3. Explique lo que los psicólogos quieren decir cuando afirman que la memoria es un proceso activo.
Capítulo 6
LENGUAJE
Imagine qué ocurriría si no conociera ningún lenguaje. ¿Cómo se las arreglaría? Piense en todas las
cosas que hace en un día normal. ¿Cuántas de ellas dependen de su capacidad para comunicarse
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mediante el habla? Si no tuviera lenguaje alguno, le resultaría difícil coger el autobús, no sería capaz
de leer un libro, ir de compras, mirar algo tan simple como las películas en la televisión; en resumen,
su vida estaría enormemente limitada.
Comunicación de ideas abstractas
Pero tenemos el lenguaje. Y en muchos aspectos es la más importante de todas nuestras capacidades
humanas, porque por medio del lenguaje podemos imaginar otros mundos. No estamos simplemente
restringidos al mundo en el que vivimos; podemos hacer algo más que limitarnos a describir lo que nos
rodea. Podemos usar el lenguaje para comunicar ideas abstractas y posibilidades alternativas (y esto
es lo que ha hecho posible la civilización humana).
¿Cómo se relacionan el lenguaje y el pensamiento?
Ahora bien, ¿cuál es el vínculo entre el lenguaje y el pensamiento? ¿Depende el pensamiento del
lenguaje? ¿O son habilidades independientes que se reúnen cuando nos dedicamos al pensamiento
verbal? Los primeros conductistas creían que el pensamiento no era sino el habla subvocal: si se
midieran con sumo cuidado, se detectarían movimientos minúsculos de la garganta y la laringe que
serían los movimientos del habla asociados con cada pensamiento. En la actualidad, esta teoría se ha
desacreditado por completo, pero la pregunta de cómo el pensamiento y el lenguaje están realmente
conectados sigue siendo importante.
Ejercicio
Escoja dos personas para que lean un texto en voz alta, alguien con un acento regional y alguien con
un acento español estándar. Grabe a esas personas cuando lean el texto. Luego haga que escuchen
cada una de las grabaciones dos grupos distintos de personas (cada grupo una grabación). Cuando
las hayan oído, pida a cada uno que califique a los hablantes según una serie de características, entre
ellas «inteligencia», «simpatía», «espíritu práctico» e «interés». ¿Hay alguna diferencia en los juicios
emitidos por las distintas personas?
Acento y dialecto
Una de las razones por las que la cuestión de la relación entre lenguaje y pensamiento es importante
es porque tiene implicaciones sociales. Se han realizado una serie de estudios en los que se
demuestra cómo el acento y el dialecto afectan a cómo se percibe la gente. Aun cuando nuestro
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sentido común nos diga que no es cierto, sorprende con qué frecuencia las personas que tienen
acentos muy pronunciados se juzgan como menos inteligentes o con menos formación que los que
hablan de forma más estándar. Hay una creencia, sostenida por mucha gente, de que nuestra
capacidad para pensar depende de cómo usemos el lenguaje.
Relativismo lingüístico
Tampoco se trata sólo de cómo usamos el lenguaje. Existe un grupo de teorías según las cuales,
antes de que podamos ser capaces incluso de pensar en algo, necesitamos tener las palabras para
expresarlo. Esto se conoce como la forma fuerte de la hipótesis del relativismo lingüístico, desarrollado
sobre la base de estudios antropológicos realizados en sociedades no tecnológicas. Los miembros de
estas sociedades parecían pensar de formas muy diferentes a como lo hacen los habitantes de los
países occidentales desarrollados y esto se reflejaba en los lenguajes que usaban. Así, por ejemplo,
en la tribu de los indios Hopi se usaba la misma palabra para describir «insecto», «piloto de avión» y
«avión» y algunos antropólogos llegaron a la conclusión de que esto era una manifestación de que su
pensamiento para estas tres cosas diferentes era el mismo, aunque esta idea se ha rebatido
recientemente.
Universales lingüísticos
Otros antropólogos, sin embargo, afirmaban que el pensamiento no estaba completamente
determinado por el lenguaje. En particular, según Berlín y Kay (1969), parece haber algunos
universales lingüísticos, al menos para formas directas de la experiencia, como los nombres de los
colores. Aunque las diferentes culturas pueden variar en cuanto al número de palabras que tienen
para nombrar los colores, la gente que habla esas lenguas puede realizar tareas de discriminación de
colores con la misma exactitud que los que tienen vocabularios más amplios.
Deprivación verbal
Otra forma de la hipótesis del relativismo lingüístico aparecía en la teoría de la deprivación verbal. Esta
teoría proponía que el tipo de lenguaje que usamos determina cómo pensamos, de modo que si para
hablar empleamos un código de lenguaje restringido que tiene una forma diferente (véase tabla 5) y no
usamos tantas palabras, sólo tenemos acceso a ciertas formas de significado. Si no disponemos de
las palabras para describir algo, según creía Bernstein, entonces no somos realmente capaces de
pensar en ello.
21
Bernstein observó diferencias en las formas del lenguaje que usa la gente y afirmaba que esto
significaba que las personas que usaban códigos restringidos de lenguaje se encontraban en
desventaja en el sistema educativo, porque su lenguaje limitaba su acceso a los conceptos más
generales y abstractos que intervienen en las formas superiores de aprendizaje. La gente que usaba
códigos de lenguaje elaborados les permitía discutir ideas abstractas y más complejas. Este trabajo
fue muy criticado mediante investigaciones que demostraron que la forma de lenguaje usada por la
gente no les hacía menos capaces de pensar sobre ideas abstractas.
Tabla 5.
Códigos restringidos y elaborados
Código elaborado
Es verbalmente explícito
No depende de las características
extralingüísticas
No depende el contexto
Destaca la individualidad
Se usa en ambientes formales
Código restringido
Es verbalmente implícito
No depende de las características
extralingüísticas
Depende del contexto en el que se usa
Destaca la pertenencia a un grupo
Se usa en ambientes unformales
El lenguaje influye sobre la cognición
Podemos ver no obstante que, aun cuando no restrinja lo que realmente pensamos, el lenguaje tiene
el poder de influir en gran medida sobre nuestros procesos cognitivos. Los estudios experimentales
han demostrado que el lenguaje puede influir en la memoria, la percepción y la resolución de
problemas. Estos estudios parecen indicar que la forma lingüística que usamos puede dirigir nuestro
pensamiento en ciertas direcciones, de modo que no observemos las posibilidades alternativas.
Lenguaje y pensamiento como procesos independientes que se solapan
El gran psicólogo evolutivo ruso Vygotsky propuso que el lenguaje y el pensamiento empiezan como
procesos independientes, pero que a medida que vamos adquiriendo destreza en el uso del lenguaje,
éste constituye una herramienta que puede ayudarnos en nuestro pensamiento. Vygotsky sostenía que
el pensamiento empieza cuando necesitamos reestructurar mentalmente una situación: necesitamos
cambiar los elementos de la situación que nos rodea para determinar lo que está ocurriendo o podría
suceder. El lenguaje, por otro lado, tiene raíces sociales. Porque somos criaturas sociales,
necesitamos ser capaces de comunicarnos entre nosotros, y éste es el motivo de que desarrollemos el
lenguaje. Esto puede explicar por qué a veces sabemos lo que estamos pensando, pero nos resulta
22
difícil encontrar palabras para expresarlo, mientras que otras veces parece que pensamos en palabras.
(¡También podría explicar por qué a veces da la impresión de que hablamos sin pensar en absoluto!)
Capítulo 4
PENSAMIENTO
¿Ha visto alguna vez una representación de El pensador de Rodin? Es una escultura de un hombre
sentado con la cabeza inclinada y apoyando la frente en los nudillos. De hecho, aun cuando usted no
lo hubiera sabido, dudo que hubiera necesitado que le dijeran cómo se llamaba. Recuerda tanto a la
imagen de la concentración intensa que usted reconocería al instante que eso era lo que estaba
haciendo: pensar.
Pero pensar no significa tan sólo sentarse sin moverse y resolver mentalmente algo. Ésta es una
forma de hacerlo, sí, pero hay muchas más. En realidad, usamos el término «pensar» para describir
tantas actividades mentales diferentes que es casi imposible definirlas de una manera exhaustiva. Así
pues, los psicólogos que han estudiado el pensamiento han tendido a limitarse a considerar un
aspecto particular de él para descubrir lo que éste implica.
Resolución de problemas
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Una forma de examinar cómo piensan los seres humanos es considerar cómo abordan la resolución
de problemas. La investigación inicial en esta área demostró que a menudo la gente desarrolla grupos
mentales, lo que significa que se preparan para pensar en los problemas de una manera concreta.
Esto puede ser útil, porque significa que se puede aplicar la experiencia previa a un rompecabezas y
resolverlo con mucha más rapidez. A veces, sin embargo, y en particular con un nuevo tipo de
problema, es un obstáculo, porque le impide pensar sobre un problema de una forma diferente.
Grupos mentales
Hay todo tipo de formas diferentes mediante las cuales la gente puede desarrollar tales grupos
mentales. Por ejemplo, uno puede cegarse respecto a la función de un objeto, de modo que no es
capaz de ver que dicho objeto podría usarse para algo completamente distinto; o puede acabar aplicando una fórmula particular para conseguir soluciones que se sabe que son satisfactorias sin darse
cuenta de que hay un atajo que es mucho más rápido. Los estudios sobre los grupos mentales nos
han informado mucho sobre los estilos de pensamiento: algunas personas, por ejemplo, parecen ser
buenas en el pensamiento divergente, que requiere la capacidad de considerar un problema desde un
ángulo completamente diferente del que normalmente usaríamos.
Ejercicio
Intente preguntar a varias personas cuántos usos pueden pensar para un tazón. (Primero piénselo
usted.) Probablemente la lista de algunas personas sea mucho más larga que la de otras: ¿a qué se
debe? ¿Qué querría decir respecto a las diferentes formas mediante las cuales piensa la gente?
Razonamiento humano
Otro aspecto del estadio del pensamiento concierne al razonamiento y la lógica. En el caso de los
seres humanos, no son necesariamente la misma cosa. Las personas no siempre razonan con lógica;
tenemos sesgos cognitivos* sistemáticos en nuestro pensamiento, lo que significa que tendemos a ser
bastante malos en el procesamiento de información negativa. Así, por ejemplo, se tarda más en
comprender la frase «a los estudiantes no les dieron ni libros ni papel» de lo que se tarda en entender
«a los estudiantes les dieron libros y papel».
Aplicación del conocimiento social
También tendemos a aplicar nuestro conocimiento social más amplio a los problemas lógicos que
afectan a las personas. Así, donde un ordenador, actuando con una lógica estricta, sacaría una
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conclusión, un ser humano podría sacar otra distinta, porque añadiría nuestro conocimiento de las
personas y de cómo suelen actuar. Esto no es necesariamente malo. De hecho puede sernos útil para
predecir cómo actuarán los demás. Si consideramos el pensamiento como algo que ha evolucionado
gradualmente en nuestra especie a través de la selección natural, cabría afirmar incluso que su función es la de predecir cómo actuarán los demás. Después de todo, un animal que pueda predecir
cómo se comportarán los otros tiene una posibilidad mucho mayor de sobrevivir que el que no puede.
Simulación por ordenador
Los ordenadores funcionan aplicando reglas formales a los problemas, y se ha trabajado mucho sobre
la simulación por ordenador de las tareas de resolución de problemas. Parte de este trabajo ha
resultado muy útil para permitirnos conocer los tipos de saltos lógicos que las personas podemos
hacer. A menudo, implican la aplicación de la heurística: atajos para resolver un problema que se
eligen porque parece que valdría la pena. Los seres humanos también pueden tener en cuenta
diferentes factores a la vez cuando están pensando en un problema; el trabajo reciente realizado
sobre procesamiento distribuido en paralelo (PDP) en sistemas de ordenador ha intentando asimismo
imitar esta característica.
Inteligencia artificial
Muchos psicólogos se han visto involucrados en investigación en inteligencia artificial, que implica
intentar desarrollar sistemas de ordenador que puedan duplicar o sustituir la inteligencia humana en
tareas concretas. Parte de esta investigación se dedica al desarrollo de sistemas expertos diseñados
para proporcionar información relevante que ayudará a los especialistas a tomar mejores decisiones,
como producir una lista de enfermedades en las que aparezca un síntoma concreto que ayude al
médico a realizar un diagnóstico.
Representación
Una rama diferente del estudio del pensamiento concierne a la representación. La representación
estudia cómo codificamos mentalmente la información. Por ejemplo, es improbable que usted piense
en sus vecinos de la puerta de al lado usando las palabras reales «vecinos de la puerta de al lado». Es
más probable que usted tenga una especie de retrato mental, o imagen, que evoca cuando piensa en
ellos. Parece que desarrollamos diferentes tipos de representación a medida que crecemos, quizás
porque la clase de información que tenemos que afrontar se hace cada vez más compleja. Una parte
importante del acto de pensar implica la manipulación de esas representaciones mentales,
combinándolas y recombinándolas para que nos ayuden a conseguir nuevas percepciones.
25
Tabla 6.
Formas de representación
Forma
Enactiva
Icónica
Simbólica
Naturaleza
Observación
La información se almacena en forma de Probablemente el principal upo de
acciones o «recuerdos musculares».
representación
mental
para
los
lactantes.
La información se almacena en forma de Se desarrolla en la infancia y suele ser
imágenes sensoriales, a menudo muy fuerte. Su forma más extrema es la
retratos.
imaginería eidética (fotográfica).
La información se almacena mediante el Progreso de forma más completa en la
uso de símbolos para «representar» la adolescencia. Nos permite el desarrollo
idea.
del pensamiento conceptual, abstracto e
imaginativo.
Formación de conceptos
Una forma de representar una gran cantidad de información es agruparla en conceptos. Hacemos esto
basándonos en su cierta semejanza en algún aspecto. Luego, usamos esos conceptos en nuestro
pensamiento, aplicándolos a nuestra comprensión de otra información. Algunas teorías de formación
de conceptos proponen que agrupamos las cosas en función de las características que tienen en
común, comparándolas con algún modelo común, o esquema. Otros psicólogos han sugerido que
tendemos a formar los conceptos sobre la base de lo que hacemos con un objeto, no de a qué se
parece el objeto. Así, por ejemplo, vemos algo como una «silla» no porque tiene cuatro patas (hay
sillas que tienen sólo tres), sino porque nos sentamos en ella.
Esquemas y guiones
Esta forma de entender la formación de conceptos puede estar ligada también con algunas de las
formas más amplias de representación que los psicólogos han estudiado. Los esquemas y los guiones
forman planes de acción que nos guían en la comprensión de lo que está ocurriendo a nuestro
alrededor. Por ejemplo, si visitamos un restaurante, tenemos una especie de «guión» interno que nos
dice lo que debería ocurrir a continuación, el tipo de cosas que podemos esperar que el camarero nos
diga, etc. Porque tenemos esta representación interna, y ésta es compartida por los que están a
nuestro alrededor, nos las podemos ajustar para regular la interacción social con bastante facilidad.
Mapas cognitivos
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De igual forma, desarrollamos las representaciones internas sobre los lugares y las localizaciones. Los
mapas cognitivos nos informan de dónde estamos con respecto a otros lugares cercanos y nos
ayudan a desplazarnos por nuestro ambiente con eficacia. También pueden ser importantes como
«disparadores» de información almacenada, proporcionando pistas útiles para nuestros recuerdos. Por
ejemplo, una técnica bien conocida para recordar listas es el «método de los sitios», mediante el cual
los elementos se recuerdan relacionados con puntos particulares a lo largo de un trayecto. La imagen
que tenemos de su localización física nos ayuda a traer a la memoria dichos elementos.
Ejercicio
Utilizando sólo la memoria, dibuje un mapa del centro de su ciudad o de su centro comercial. Puede
pedir a un amigo que dibuje uno también. Compare los dos mapas; ¿son similares? ¿Dibujó las cosas
del tamaño adecuado? O, ¿eran más grandes los lugares que usted conoce bien que los que no
conoce?
Cognición y adaptación
Tomado de Schiffman, H. R. Sensación y percepción un enfoque
integrador (2004)
EVOLUCIÓN, SELECCIÓN NATURAL Y RECEPTORES SENSORIALES
El éxito biológico de una especie depende de qué tan preparada esté para su ambiente natural. Varios
factores interconectados son esenciales. Una especie sólo puede sobrevivir en un ambiente que
satisfaga sus necesidades esenciales y únicamente si posee las estructuras biológicas y el repertorio
conductual para utilizar de manera efectiva los recursos ambientales. Lo que es más, la supervivencia
de la especie también depende de qué tan bien se ajuste al cambio ambiental. En pocas palabras, una
especie viable debe adaptarse al conjunto único de sus condiciones ambientales. En este contexto, la
adaptación puede ser considerada como los atributos generales heredados que se han seleccionado
porque contribuyen a la supervivencia de una especie en su habitat natural. De modo que cada
especie está dotada por la naturaleza y moldeada por la evolución para afrontar sus desafíos
ambientales fundamentales.
Tales atributos adaptativos se desarrollan a través de un proceso gradual, multigeneracional y, con
frecuencia, aleatorio, de reacciones (o adaptaciones) exitosas hacia los sucesos ambientales y de
27
transmisión de estas adaptaciones a las generaciones futuras. Ésta es la base del principio evolutivo
de la selección natural. Dicho en términos sencillos, durante la historia evolutiva de una especie, los
atributos heredables que favorecen la supervivencia y reproducción se seleccionan de manera natural
(es decir, se conservan) y se transmiten a las generaciones sucesivas y aquellos atributos que son
dañinos para la supervivencia y reproducción se pierden. Así, la selección natural, llevada a través de
muchas generaciones, conduce a la evolución de una especie que está adaptada para sobrevivir y
reproducirse con éxito en su nicho ambiental particular.
El genetista George Wells Beadle (premio Nobel de medicina y fisiología en 1958) captura
inteligentemente el mecanismo evolutivo de la selección natural con la siguiente analogía simple
(Vogel, 1998, p. 22). Una mecanógrafa escribe, una y otra vez, una sola página de un manuscrito. En
cada copia sucesiva se corrigen los errores; si no tiene errores, la página sirve como modelo para
copiarse. No obstante, si aparece un error, la página se elimina, excepto en los raros casos en que un
error tipográfico casual mejora, de hecho, la claridad, gramática o prosa de la página del manuscrito.
En este caso, la copia "mejorada" con el error positivo se convierte en la nueva versión estándar para
mecanografiar las siguientes copias. Los cambios producidos por la evolución funcionan de manera
similar. La selección natural de los atributos adaptativos en reacción a la variabilidad inherente de la
naturaleza es lenta y aparentemente ineficiente para una especie dada, pero es también oportunista:
como observa agudamente Wolpert (1999), "la evolución es más bien desidiosa; una vez que
descubre maneras inteligentes de hacer que los animales funcionen bien, las utiliza una y otra vez" (p.
33), con lo cual se asegura la supervivencia de la especie.
Variación y adaptación del receptor
Este texto está organizado alrededor de un tema evolutivo amplio y funcional. De manera específica,
suponemos que las presiones evolutivas impulsadas por la selección natural y distribuidas a través de
incontables generaciones, conducen al logro de estructuras y funciones sensoriales adaptativas que
permiten que todas las especies lidien con aquellos aspectos del ambiente necesarios para su
supervivencia. Por ende, en el análisis del material acerca de la sensación y la percepción se
evidencian muchas formas especializadas de anatomía, mecanismos sensoriales y conducta que
muestran claras consecuencias adaptativas.
Todas las formas de vida deben interactuar e intercambiar energía con su ambiente para obtener
información y recursos. Para un animal unicelular, como la ameba, no existen receptores
especializados; la mayor parte de la superficie externa de la ameba responde a la gravedad, luz, calor
28
y presión o tacto. Sin embargo, la mayoría de los animales pluricelulares han desarrollado células y
unidades receptoras especializadas. Tales células receptoras generan actividad neural en respuesta a
la estimulación. En general, los receptores sensoriales especializados han evolucionado para ayudar a
una especie a sobrevivir al reaccionar específicamente ante formas particulares de energía, la cual
proporciona información crucial sobre el hábitat de la especie.
Las estructuras y mecanismos de recepción sensorial pueden estudiarse en términos de su función
para la conducta —la relación del equipo sensorial de la especie con los requisitos conductuales para
la supervivencia en su hábitat—. Por ejemplo, el
murciélago posee una anatomía acústica
especializada y sumamente desarrollada, junto con una escala notable de sonidos que puede emitir y
recibir. Estas características cobran sentido cuando se observa al murciélago en un contexto
ecológico: los murciélagos son más activos durante la noche y típicamente viven en ambientes tan
oscuros que los fotorreceptores —mecanismos sensibles a la luz para la visión— son inútiles; sin
embargo, en el curso de su adaptación exitosa a su ambiente natural, han evolucionado estructuras
sensoriales y capacidades conductuales únicas para su actividad en un hábitat sin luz. De acuerdo con
esto, sus estructuras auditivas peculiares, al igual que su extendida escala de emisiones y recepciones
de sonido, pueden ser examinadas en función de su notable capacidad para localizar y cazar su presa
al vuelo, y para navegar y evitar los obstáculos en una completa ausencia de luz. Otro ejemplo similar
lo constituyen las patas extremadamente sensibles del mapache. Los mapaches utilizan sus patas
para buscar alimento, en particular en lugares donde la visión y el olfato tienen un valor limitado, como
bajo de aguas poco profundas; lo que es más, en cautiverio a menudo se observa que los mapaches
sumergen sus alimentos bajo el agua antes de comerlos. Aunque su comportamiento se ha
denominado "lavado", es más probable que su función sea suavizar la piel de las patas para aumentar
la sensibilidad (Radinsky, 1976). Se puede suponer que la sensibilidad de las patas del mapache
evolucionó ante la necesidad de compensar con el tacto el uso reducido de la visión y el olfato.
Consistente con esta adaptación, el área del cerebro del mapache que recibe información de tacto
proveniente de las patas generalmente es más grande en comparación con otras áreas sensoriales en
la corteza (Weiker, Campos, 1963).
Tales adaptaciones sensoriales poco comunes no se restringen a los animales inferiores. El ayeaye es
un animal nocturno que se parece a una ardilla y que vive en una región relativamente restringida de la
costa de Madagascar. Es una especie de lémur, un primate (en el mismo orden filogenético que los
monos, simios y humanos) en el que ha evolucionado un conjunto único de estructuras y mecanismos
29
sensoriales para lidiar con su hábitat nocturno restringido (figura 1-11). Considere la descripción hecha
por Natalie Angier (1992):
Su audición es tan aguda que puede golpetear en el tronco de un árbol y detectar las regiones huecas
dentro de él que indican la presencia de las larvas de escarabajo que tanto desea. Después, el animal
desgarra el tronco con cuatro incisivos con forma de cincel que, a diferencia de los otros primates,
seguirán creciendo a lo largo de su vida. Y, por supuesto, está el extraordinario dedo medio del
ayeaye, que es largo y delgado, capaz de doblarse en todas direcciones, incluso hacia atrás hasta
tocar su antebrazo. El dedo es una herramienta universal que sirve para golpetear de manera delicada
los troncos de árbol, hacer orificios en los huevos, bombear el líquido para extraerlo del huevo y
extraer la leche de los cocos.
Tales adaptaciones elaboradas de una especie para satisfacer sus necesidades ambientales, son una
consecuencia tanto de la especialización como de la eficiencia que resulta de las fuerzas de guía y
moldeamiento de la selección natural. En contraste, las estructuras sensoriales quizá también se
adapten ante una disminución
en las demandas ambientales del ambiente, como lo indica este
ejemplo inusual.
La ascidia tunicada, en estado de larva, nada libremente por todos lados, guiada por sus ojos y oídos,
encontrando alimento y evitando a sus depredadores. Al llegar a la edad adulta pierde la cola y se
adhiere a una piedra. Durante cerca de dos años, se sienta en la piedra, en estado vegetativo. Sus
ojos y oídos, y después su cerebro, se degeneran y se vuelven inútiles (Alpern, lawrence, wolsk, 1967,
P. 1)
Sin embargo, en general la especialización de las estructuras sensoriales incrementa la información
que se puede extraer del ambiente. A medida que aumentan las demandas funcionales de la especie,
existe la necesidad de una mayor sensibilidad a la energía y de una capacidad para realizar
discriminaciones sensoriales más finas. En el curso de la evolución de una especie, a menudo esta
sensibilidad se obtiene del desarrollo de mecanismos sensoriales más especializados.
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