SEMINARIO TEOLOGICO NAZARENO Guatemala – Honduras – Belice – El Salvador “EL APOSTOL PABLO” Por OSCAR EMANUEL GUERRERO ARTEAGA SARA GLORIBEL ARTEAGA CRUZ MONOGRAFÍA San Pedro Sula, Honduras. ÍNDICE OBJETIVO GENERAL .................................................................................................... 3 OBJETIVOS ESPECÍFICOS ........................................................................................... 3 INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 4 EL APÓSTOL PABLO .................................................................................................... 5 Vida y educación .......................................................................................................... 5 El perseguidor .............................................................................................................. 6 El Ministerio de Pablo .................................................................................................. 7 CONCLUSIÓN .............................................................................................................. 10 RECOMENDACIONES ................................................................................................. 11 OBJETIVO GENERAL Poder conocer y analizar la vida, llamado y ministerio del apóstol Pablo, así como sus aportaciones y factores que permitieron el desarrollo de la iglesia en los gentiles. OBJETIVOS ESPECÍFICOS Conocer cuál fue la educación y desarrollo de Saulo como persona desde su niñez, crianza hasta su llamado. Visualizar como fue el llamado de Pablo a la predicación hacia los gentiles. Exponer brevemente como fue el ministerio de Pablo en torno a las iglesias de los primeros tiempos cristianos. Reconocer los factores que aportaron a que el ministerio de Pablo fuera de forma tan impactante. INTRODUCCIÓN En el presente ensayo he de tratar de exponer de manera resumida la vida de uno de los más grandes personajes de la historia de la iglesia cristiana, el cambio radical de perseguidor a misionero y portavoz del evangelio, el más grande escritor del nuevo testamento, aquel hombre que dedicó su tiempo, recursos y vida entera al servicio de Jesucristo; el Apóstol Pablo, un hombre que lo tenía todo, influyente y conocedor de la ley y las ciencias, que considera que su vida solo cobra propósito al cumplir la tarea que el Señor Jesús le dio, compartir la palabra del evangelio; en este documento se presentarán algunas de las características importantes y datos generales de su vida y su escritura tan extensa y llena de palabras de aliento, doctrina, exhortación y motivación. EL APÓSTOL PABLO Vida y educación El apóstol Pablo, nació en la ciudad de Tarso, capital de la provincia romana de Cilicia, lo que en la actualidad seria Turquía, nacido en una familia hebrea y recibiendo su ciudadanía romana desde el nacimiento, proveniente de la tribu de Benjamín, desde muy pequeño conoció la ley, y aprendió tanto el hebreo de sus raíces familiares, y el idioma griego que era el que se hablaba en Tarso; fue discípulo de Gamaliel, estudiando a fondo bajo su tutela el Antiguo Testamento, o sea la ley y los profetas; con esto y los métodos de interpretación de los rabinos se convirtió en un seguidor entusiasta de los fariseos, volviéndose el mismo un defensor de la ley. Recibió el nombre hebreo de Saul, pero según costumbre de los judíos de la diáspora, recibió juntamente un nombre conveniente en griego, Paulos, o como bien lo conocemos Pablo que significa “pequeño”. En cuanto su educación, existen varias opiniones pero que coinciden en que Pablo fue instruido tanto en la ley judía como en las ciencias y culturas helenísticas clásicas; también aprendió el oficio de la creación de telas para tiendas, la cual era muy común en un lugar como Tarso de Cilicia, lugar conocido por este oficio en cierta parte. Dentro de su formación educativa, se muestra gracias a la buena posición económica de sus padres, los cuales comenzaron su educación en casa como todo buena tradición enseñándole la base de la ley y la lengua aramea, logró que luego de su educación primaria asistiera el mismo, a la Universidad de Cultura Helénica de Tarso que emula las de Atenas y de Alejandría; así, Pablo, adquirió la lengua griega común, las estructuras retoricas que se manifiestan en sus escritos y el estilo vigoroso de sus cartas, y tuvo un cierto contacto con las ideas filosóficas de los estoicos que mantenían que una chispa de la razón divina existe en todo ser humano, lo cual no tiene razón de hacer distinciones sociales; es innegable que Pablo también recibió la educación religiosa tanto en el seno familiar como en la sinagoga, como es mencionado (Hechos 22:3) este fue instruido por Gamaliel, cuando decidió acercarse más a esas raíces judías, y convertirse en un gran conocedor y defensor de la ley mosaica. Nos queda claro que, Pablo, antes de ser llamado a la fe, este se nos presenta con una gran serie de cualidades humanas y religiosas, las cuales después (aunque el mismo las negara como tesoro, Filipenses 3:8) es una notable preparación previa que Dios estaba haciendo en este, para que luego instruyera con tanto conocimiento y mucha elocuencia a las iglesias del primer siglo. El perseguidor Como un dedicado estudioso de la ley y defensor de las enseñanzas que provenientes de los fariseos, Pablo, ante la muerte de uno de los primero mártires (Esteban, Hechos 7 y 8) siente el deseo de levantarse a defender lo que desde muy pequeño fue enseñado y se convierte en el perseguidor de la iglesia; al levantarse este gran avivamiento de los que más adelante serian llamados cristianos por primera vez en Antioquia, puso en alerta a las autoridades judías (Sumo Sacerdote y el Sanedrín) inicialmente estos pensaban que este movimiento menguaría con el tiempo (Hechos 5:38-39) de palabras del mismo Gamaliel, poniendo en la mesa la posibilidad de que sea tanto un movimiento humano que menguaría como algo de Dios, lo cual no tendría hacerle frente; pero al extenderse y crecer cada vez más este mover, se muestra los primeros martirios y persecuciones de los cristianos, y entre uno de sus más devotos defensores y apasionado perseguidor se encontraba Saulo (Pablo) que al presenciar la muerte de Esteban, que aprobaba, se levanta con el fin de matar a los cristianos, con su pensamiento de que era necesario hacerlo para erradicar las “enseñanzas erróneas de estos” pero al encontrarse en la necesidad insaciable de perseguir cristianos, emprende su viaje hacia Damasco con el fin de llevar a los creyentes presos a Jerusalén; aquí en este momento es donde se encuentra el parteaguas de la historia de la vida de Pablo, en su camino a Damasco este se encuentra cara a cara con Jesucristo como una luz resplandeciente proveniente del cielo que lo envolvía (Hechos 9) y a partir de aquí la vida de “El Gran Perseguidor de la Iglesia” se convierte a la vida de “El Gran Apóstol y Misionero de las Iglesias” este encuentro cerró la puerta de la persecución que llevaba a cabo y abrió la puerta de un servicio ejemplar a Cristo por el resto de su vida (Gálatas 1:11-17. El Ministerio de Pablo Luego de su conversión, al entender el propósito de su llamamiento (Hechos 9:15) a través de Ananías que lleva el mensaje a Pablo sobre lo que Dios quería lograr a través de él, de llevar el evangelio a los gentiles, este se mueve por un tiempo breve a Arabia (sin instrucción humana o entrevista de los apóstoles, Gálatas 1:16-17) para empezar a cumplir este propósito, luego regresa a Damasco con el fin de profundizar en este mensaje (Gálatas 1:18), luego este se mueve a Jerusalén donde primeramente conoce a Cefas y a Santiago, pero también este se ve entrevistado por los apóstoles, los cuales al inicio desconfiaron de él hasta el momento en que fue necesario que Bernabé confirmara la autenticidad de su convicción, los discípulos lo enviaron a Cesarea y a Tarso. Al cabo de varios años, Bernabé, enviado a ministrar en Antioquía de Siria, fue a Tarso en busca de Pablo y juntos regresaron para realizar después un fructífero ministerio en Siria. Con ocasión de una gran hambre en Judea, viajaron a Jerusalén aproximadamente en el año 44 de la era cristiana, llevando limosnas de la iglesia de Antioquía. Con ocasión de una gran hambre en Judea, viajaron a Jerusalén aproximadamente en el año 44 de la era cristiana, llevando limosnas de la iglesia de Antioquía. De acuerdo con los registros que encontramos en el libro de Hechos, fueron tres los viajes misioneros de Pablo, además de los encarcelamientos en Cesarea y Roma y un período de libertad y ministerio entre estos encarcelamientos. La iglesia en Antioquía separó a Pablo y a Bernabé para un nuevo ministerio. Acompañados de Juan Marcos, salieron en el primer viaje misionero aproximadamente en los años 47 al 48 de la era cristiana, desde el puerto de Seleucia hacia Chipre, patria de Bernabé, donde ya se habían fundado iglesias. Luego navegaron a Perge de Panfilia y de allí Marcos regresó a Jerusalén. Haciendo una gira por Galacia del sur, establecieron iglesias en Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. Regresaron por las ciudades de Asia y volvieron a Antioquía de Siria, donde informaron a la iglesia. Por esta misma época se planteó la cuestión de la actitud que debían adoptar los creyentes gentiles respecto de las leyes y costumbres judías. Algunos creyentes judíos opinaban que los gentiles tenían que circuncidarse y guardar la ley Mosaica para ser salvos. Viendo que esta doctrina era contraria al evangelio de gracia, Pablo se opuso a los judaizantes e incluso le reprochó públicamente a Pedro el haberse separado del compañerismo de mesa con los cristianos incircuncisos. Para resolver esta cuestión que hacía peligrar la unidad de la iglesia, en el año 49 de la era cristiana, un grupo de los apóstoles y ancianos se reunió en Jerusalén, celebrando el primer Concilio de Jerusalén. En dicho concilio se decidió apoyar la doctrina paulina que eximía a los gentiles de observar la ley de Moisés. En el segundo viaje misionero, que realizó entre los años 49 al 51 de la era cristiana, Pablo se hizo acompañar de Silas, y visitó de nuevo las iglesias de Asia. En Listra invitaron a Timoteo a unirse a ellos. Después de predicar en Frigia y Galacia del norte llegaron a Troas, donde Pablo tuvo la visión del varón macedonio y donde se les unió Lucas el médico; atravesaron Macedonia y fundaron iglesias en Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto. Desde Corinto Pablo escribió su primera y segunda epístola a los Tesalonicenses. Después de un año y medio en Corinto, regresó a Antioquía de Siria pasando por Éfeso y Cesarea. Habiendo permanecido un tiempo en Antioquía, Pablo inició su tercer viaje misionero volviendo a las regiones de Galacia y Frigia, donde confirmó a los discípulos y les instruyó respecto de la ofrenda. Este tercer viaje misionero realizado aproximadamente entre los años 53 al 58, tiene especial interés por el prolongado ministerio del apóstol en Éfeso. Seguramente el alcance del ministerio de Pablo se extendió a través de los que se convirtieron en este importante centro comercial y cultural de la provincia de Asia. Después de esto hizo ciertos movimientos entre Corinto, Macedonia, Filipos, Troas, Mileto, Tiro, Tolemaida, Cesarea y Jerusalén. Después de un viaje azaroso en el que naufragó la nave en que viajaba, llegó a la capital del imperio y permaneció prisionero durante dos años en una casa alquilada. Durante su reclusión recibía visitas, pudiendo así continuar su ministerio. Es posible que en este tiempo escribiera sus cartas a los Efesios, Colosenses, Filemón y Filipenses. La historia nos cuenta que Pablo murió al ser ejecutado en el año 66 d. C., en medio de la persecución del emperador Nerón contra la iglesia. No obstante, su actitud de servicio a la iglesia aún sirve de estímulo y exhortación para los cristianos de todas las épocas. La extraordinaria vida de Pablo a favor del evangelio, sus constantes padecimientos por causa del mensaje de la cruz (2 Corintios 11:22-33), y su resolución a morir por proclamar a Cristo, fueron muestra del amor del apóstol por su Rey y Señor. De esa manera, Pablo nos modela cómo luce una vida entregada a la causa de Cristo para la gloria de Dios. CONCLUSIÓN Logramos ver en la vida de Pablo, los propósitos de un Dios perfecto, que desde el inicio se encargó de preparar a Pablo, desde muy pequeño instruirlo a manera que tuviera conocimiento de todos los temas los cuales más adelante causarían algún problema en las iglesias que él instruía; no solamente prepara teóricamente a Pablo sino que le brinda la experiencia del bautismo por el Espíritu Santo y el llamado directo de Jesucristo, para cumplir una gran misión, una misión que llego hasta estos tiempos a nosotros, esa labor de predicarle a los gentiles que fue confiada en un hombre que se dedicó a Cristo en su totalidad, que tomo su tiempo y recursos, y entrego su propio cuerpo para la causa de Cristo, que instruyo y predico con el ejemplo a cada una de las iglesias que fundo o lo recibieron. Pablo fue este hombre que aun siendo un gran apóstol se llama así mismo el menor de todos (1 Corintios 15:9) y en todo tiempo reconoce su dependencia de Dios y que todo es para honra de Él; que conoce cuál es la razón del cristiano, cumplir la misión de predicar el evangelio y enfocarse en Cristo; termino este ensayo con las mismas palabras de Pablo, tomándolas como mías y plasmando el pensamiento de un hombre de Dios: “Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.” Hechos 20:24 RECOMENDACIONES La preparación que tuvo Pablo fue uno de los factores que le permitieron desarrollar un ministerio integral y efectivo, donde no se ponía en duda su actuar y enseñanza por la base que él poseía. Por lo tanto, es importante valorar la preparación ministerial y teológica para un desarrollo cristiano y eclesial efectivo y fructífero. En el ministerio de Pablo figuran diferentes personajes que lo acompañaron de sus viajes misioneros, eso permitió que su trabajo fuera en equipo y tuviera lideres disponibles para el seguimiento de la obra. Por lo tanto, es importante que tomemos en cuenta el trabajo en equipo con personas capacitadas para el desarrollo del ministerio. Pablo preparó a otros dentro de su ministerio, tuvo discípulos que fueron el legado que continuó con la obra misionera, sin apropiarse de ellos, pudo desarrollarlos a un punto donde solamente fue necesario el seguimiento. Por lo tanto, es importante que preparemos discípulos y capacitemos a otros para ser capaces de continuar con el ministerio que llevamos a cabo.