Mitos y falsas creencias relacionadas con la actividad física. Los mitos o falsas creencias relacionadas con la actividad física son muy comunes debido a múltiples influencias: publicitaria (especialmente en la televisión), profesionales no suficientemente formados, etc. A continuación os presentamos varios de ellos: Las agujetas desaparecen tomando agua con azúcar. Tras un prolongado descanso, cuando se vuelve a realizar ejercicio físico es común sufrir un dolor muscular conocido coloquialmente como agujetas. Este dolor que suele aparecer a partir de las 24 horas y que aumenta durante los dos días siguientes para desaparecer días después, se ha relacionado con el ácido láctico. Sin embargo, las agujetas nada tienen que ver con él, sino con la realización de actividades donde predominan las contracciones excéntricas. Así pues, de nada va a servir tomar agua con azúcar para prevenirlas o combatirlas, sino que habrá que comenzar a realizar ejercicio físico “sin prisa, pero sin pausa”. Es necesario consumir proteínas para aumentar la masa muscular. En los últimos tiempos han aparecido en el mercado los denominados suplementos de proteínas y aminoácidos, con el fin de aumentar la masa muscular, por la creencia de que dietas ricas en proteínas son indispensables para conseguir una buena masa muscular. Sin embargo, este exceso de proteínas es perjudicial para el organismo (sobrecarga el hígado y los riñones), siendo una dieta adecuada y correcto entrenamiento la base de una buena musculación. Consumir azúcar antes del ejercicio aumenta el rendimiento. No se recomienda la ingesta de azúcar, tabletas de glucosa, ni cualquier otro alimento muy concentrado de glucosa en los 3040 minutos que anteceden al ejercicio físico o competición. La razón es que puede dar lugar a un cuadro denominado hipoglucemia reactiva, que es causa de malestar físico y agotamiento prematuro durante la realización del ejercicio físico. Esto se debe a una disminución de los niveles de glucosa por debajo de valores normales. Toda persona que realiza actividad física debe tomar suplementos vitamínicos. No hay razones para pensar que la administración de complejos vitamínicos en adultos o niños que realizan ejercicio físico va a tener un efecto beneficioso sobre el rendimiento deportivo. Una dieta variada aporta suficiente cantidad de las distintas vitaminas y sólo será necesario recurrir a su suplemento cuando se sospechen déficits o carencias de las mismas. La administración indiscriminada de vitaminas no está excenta de riesgos. Sudar abundantemenete es adecuado para perder peso. La pérdida de agua, es decir, sudar, no es sinónimo de pérdida de grasa. Es una contrindicación absoluta intentar adelgazar a través del sudor, porque además de que no adelgaza, puede producir una deshidratación severa, con las complicaciones que conlleva. Por lo tanto, realizar ejercicio físico con vestimenta deportiva que ocasione una alta sudoración, entrenar a horas de máximo calor o utilizar técnicas de pérdida de peso como tomar una sauna, son práctica totalmente incorrectas. Este tipo de errores son especialmente perjudiciales para los niños, así como en personas obesas. Sudar es crucial para regular la temperatura en ambientes calurosos. El sudor debe evaporarse a fin de perder calor, por lo que no debe secarse de la piel. Cuando se baje peso por pérdida de sudor, debe recuperarse tan pronto como sea posible. Perder grasa de manera localizada. Muchas personas creen que un aumento en la actividad de músculos concretos facilita un uso mayor de las grasas almacenadas en la zona. La promesa de la reducción en un punto localizado mediante el ejercicio es especialmente atractiva desde un punto de vista estético, si bien desde el punto de vista científico no tiene sustento alguno. Sencillamente no existe evidencia de que las grasas se liberan en mayor grado de los depósitos situados directamente por encima del músculo que realiza ejercicio. El ejercicio provoca hambre y hace que se ingiera más alimentos. Existe la creencia de que el ejercicio causa inevitablemente un aumento del apetito, de manera que cualquier gasto de calorías provocado por el ejercicio físico se contrarresta rápidamente con un aumento proporcional del consumo de comida. Debido a este mito, algunas de las personas que hacen régimen para adelgazar no practican ejercicio físico. Las sensaciones de hambre depende, entre otros factores, de los niveles de azúcar en sangre (glucemia). Cuando se realiza un ejercicio muy intenso que utilzia la glucosa como energía, disminuye la glucemia, y se desencadena la sensación de hambre. El hambre corresponde a la necesidad fisiológica de comer, de calmar la sensación de falta de energía. la ingesta de alimentos disminuye rápidamente esta sensación produciendo un impresionante bienestar. Si, por el contrario, el ejercicio es de intensidad ligera o moderada, al usar grasas como fuente de energía, la sensación de hambre no es estimulada. El músculo se convierte en grasa o viceversa. El músculo nunca puede transformarse en grasa, así como ésta nunca puede hacerlo en aquél. Ambos son tejidos altamente especializados con funciones específicas. Los músculos está compuestos por fibras largas, parecidas a espaguetis, con proteínas contráctiles diseñadas para ejercer fuerza. Las células grasas son receptáculos redondos diseñados para almacenar energía. El entrenamiento incrementa el volumen de la fibra muscular (hipertrofia) y el reposo lo reduce (hipotrofia). El consumo excesivo de calorías ocasiona que las células grasa aumenten en tamaño a medida que pasa el tiempo, y un consumo por debajo del gasto calórico disminuye el contenido graso. Existen abdominales superiores e inferiores. Ante la pregunta acerca de si la movilización de segmentos corporales superiores desarrolla las porciones superiores del recto del abdomen y la movilización de segmentos corporales inferiores las porciones inferiores del abdomen, se trata de una afirmación de ambientes deportivos inadecuada por su falsedad, habiéndose demostrado en diferentes estudios. En éstos se ha demostrado que la actividad muscular del recto del abdomen es significativamente mayor que la registrada en la porción inferior, tanto en ejercicios de elevación de tronco como en los de elevación de piernas y pelvis. Cualquier ejercicio físico es beneficioso para la salud. Se puede afirmar que existe un convencimiento de que la práctica habitual de ejercicio físico, sea cual sea la cantidad de ésta, reporta consecuencias positivas para la salud. Sin embargo, algunas actividades se escapan de lo saludable y no conllevan más que consecuencias negativas. Por tanto, toda persona que se acerque al ejercicio físico para mejorar mejorar su salud debería conocer cuáles son estas características, para ceñirse a ellas dentro de sus márgenes de confianza. El ejercicio físico que mejora la salud tiene una serie de características que han sido descritas previamente, y que podrían resumirse en estas pocas palabras: mejor lento que rápido, mejor una intensidad moderada que alta y más no siempre significa mejor. La natación corrige las desviaciones de la columna vertebral. No existen evidencias científicas que avalen el efecto corrector de la natación en las escoliosis, lo que choca abiertamente con la gran asiduidad con que es recomendada como medida terapéutica. La natación tiene valor como actividad complementaria al tratamiento cinesiterápico, y nunca puede sustituir a éste. No beber agua durante el ejercicio evita el flato. El comienzo de este dolor no es predecible y la naturaleza del dolor es imposible de determinar (es posible que se deba a diversas causas, entre las cuales destaca un flujo de sangre y oxígeno inadecuado a los músculos respiratorios), variando los síntomas según la persona de que se trate. Algunas personas limitan la ingestión de agua durante la actividad física, lo que puede conducir a una deshidratación.