Subido por David Arias

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PEQUEÑO MANUAL SOBRE LIBERACIÓN Y SANACIÓN
Con aprecio, para don Gustavo Gil Villamarín,
por la bendición de sus incalculables favores.
“No intentes curar el mal por medio del mal”.
Heródoto de Halicarnaso
A MANERA DE INTRODUCIÓN
El mal está presente en el mundo, es difícil negar que hay muchas fuerzas
espirituales trabajando. El demonio hacía su aparición pública en 2015 en el Templo
Satánico de Detroit, EE.UU., cuando se daba a conocer su estatua de bronce de 2.000 libras
y nueve pies de altura, durante una fiesta hedonista en el edificio Lauhoff Corporación el 25
de julio.
Esta exhibición pública incluso solicitó a sus participantes que, literalmente,
firmasen un documento en el que entregaban su alma al diablo. No es necesario decir que
los organizadores del evento no querían ningún cristiano infiltrado en su juerga.
Para combatir la influencia del demonio, un grupo local de creyentes rodeó el sitio
con una estatua de bronce de seis pies de altura de san Miguel Arcángel y continuamente
rezaban la oración a san Miguel.
La influencia del demonio en Estados Unidos y en el mundo sin duda ha ido en
aumento últimamente y en Colombia no es la excepción pues con templo y altar, el diablo
hace presencia en Quimbaya en el departamento del Quindío. Es difícil negar que hay
muchas fuerzas espirituales del mal trabajando entre bastidores.
Algunos dicen que debemos exorcizar la nación como se hizo en México, mientras
que otros buscan la vía política para combatir la influencia de Satanás. Al final,
necesitamos hacer algo. Una pregunta importante que debemos hacernos es: ¿A qué le teme
más Satanás?. Menciono dos cosas:
1. El demonio le teme a la santidad. En primer lugar, cuando nos fijamos en la vida
de los diferentes santos, vemos cómo Satanás reconoce lo mucho que les teme. Un ejemplo
famoso viene de la vida de san Juan María Vianney, quien era un sacerdote santo en
Francia que diariamente se encontraba con un demonio distinto.
Ocurrió con tanta frecuencia, que san Juan Vianney le puso el demonio el apodo de
El Garras. Incluso decía ¿El garfio y yo? ¡Somos casi amigos!. Sin embargo, el demonio
no habría estado de acuerdo con esa afirmación. El demonio dijo una vez a san Juan María
Vianney una frase que se haría muy famosa: Si hubiese tres sacerdotes como usted, mi
reino [en Francia] se arruinaría.
2. El demonio le teme al uso de sacramentales. Al mismo tiempo, mientras que
Satanás teme enormemente hombres y mujeres santos, es también profundamente temeroso
al uso de los sacramentales.
No es necesario mirar muy lejos para ver muchas historias de hombres y mujeres
que usan sacramentales tales como agua bendita, sal bendita, la Señal de la Cruz, el Rito del
Exorcismo (que se define como un sacramental) y otros objetos sagrados para repeler los
ataques de Satanás.
A continuación un ejemplo en cuanto a la Señal de la Cruz: San Atanasio escribió
que, antes de la venida de Cristo, los poderes demoníacos solían engañar a los paganos
para que le adorasen y obedeciesen sus oráculos. Pero ahora (él lo dijo en el siglo IV),
desde la divina aparición de la Palabra [Cristo], todo este engaño ha llegado a su fin.
Porque, al hombre usar la señal de la cruz, sus engaños son expulsados. (Paul Thigpen,
Manual de Guerra Espiritual).
El demonio tiene miedos de ambos, santos y sacramentales. Ambos son signos
visibles de la presencia de Cristo y tienen gran poder. Por todo lo anterior y dando gracias a
Dios presento el siguiente Pequeño manual sobre liberación y sanación.
CAUSAS DE LA CONTAMINACIÓN ESPIRITUAL
Porque Jesús le decía: Sal del hombre, espíritu inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te
llamas? Y él le dijo: Me llamo Legión, porque somos muchos. Entonces le rogaba con
insistencia que no los enviara fuera de la tierra. (Mc. 5, 8-10).
Sobre esta base bíblica del Evangelio podemos decir que un individuo puede ser
poseído por demonios, pero, ¿Qué lleva a un estado tan lamentable y terrible a la vez? ¿Qué
pudo abrir la posibilidad para que un evento así se desencadenara? ¿Es una elección
demoniaca al azar o existen características que como un perfil hacen candidato aun
individuo determinado para ser poseído por demonios? ¿Qué factores inciden en ello?
¿Existe algo que podamos hacer para evitar ser poseídos por demonios o estamos
indefensos ante un ataque de tal magnitud? ¿Pueden los demonios entrar y salir a su antojo
de quien quieran?
Son en realidad muchas las interrogantes motivado del tema en cuestión. Pero solo
una cosa es segura, Jesucristo aparece en la escena humana para deshacer todas las obras
del diablo, porque El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. (1 Jn. 3,
8). Y no hay nada que se resista a sus Palabras de autoridad.
Estas son algunas causas que vienen a ser como una invitación para que los
demonios incursionen en la vida de una persona:
1. Las prácticas espiritista: para algunos ingenuos este tipo de cosas son pura
superchería. Pero nosotros sabemos la realidad de la existencia de un mundo espiritual que
gobierna a natural. Como existe Dios y los ángeles, existen también el diablo y os
demonios. Toda practica espiritista está expresamente prohibida por Dios. (Lv. 20, 27).
Estas prácticas llegan a ser una amplia puerta abierta para que los demonios incursionen y
reclamen derechos sobre las personas. La tabla güija, por ejemplo, es una de las formas más
más fáciles y rápidas de permitir a los demonios que causen opresión, influencia satánica o
posesión. Al usar este artilugio, se evoca a espíritus demoniacos de manera directa. Aunque
se llame o evoque, sea cual sea el lugar donde esta se encuentre allí no hay libre acceso
para irrumpir Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben.
(Sir. 9, 5).
Los espíritus que se manifiestan en este tipo de prácticas son eminentemente
malignos y toda persona que participe en ellas está exponiéndose a contaminación,
infiltración o posesión demoniacas.
2. La práctica de brujería u ocultismo. Este campo es muy amplio, aquí caben la
magia, la brujería, la santería, los sortilegios, el satanismo, el vudú, la hechicería… y demás
formas de practicas ocultistas que están relacionadas con poderes sobre-naturales
conferidos por espíritus demoniacos. Cualquier tipo de práctica, fuera del curso normal de
las cosas del Reino de Dios, en los que las personas busquen apoyarse para resolver sus
múltiples necesidades, les expone claramente a poderes espirituales del reino de las
tinieblas.
Las herramientas de la brujería son muy variadas: rituales, cánticos, las “tomas”, la
lectura del Tarot, las contras, las sesiones de espiritismo. Existen brujos y brujas que dicen
solamente practicar la “magia banca”, pero no se llamen a engaño porque la magia es
magia, llámese blanca, roja, negra, verde, azul o amarilla. La llaman blanca porque con ello
tergiversan la verdad al decir que se usa solo para hacer el bien y que no causa daño a nadie
y esto es enteramente falso. Además estas prácticas y en general cuales quieran que usen
poderes demoniacos están condenados por Dios: No sea hallado en ti quien haga pasar a
su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni
hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es
abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones
el Señor tu Dios echa estas naciones de delante de ti. (Dt. 18, 10 -12).
3. La drogadicción. Se ha documentado científicamente que los efectos de drogas
determinadas producen estados de inconsciencia, estados de trance y enajenación,
exactamente igual que cuando un individuo es poseído, por lo que la drogadicción tiene una
relación muy estrecha con las incursiones demoniacas a la vida de quienes han llegado a un
punto de dependencia. El consumo de alcohol, marihuana, éxtasis, cocaína, heroína (drogas
en general), producen efectos al igual que la perdida de la sobriedad emocional al presentar
una respuesta excesiva a la fascinación causada por los estímulos sensoriales, los cuales
favorecen la posesión. De hecho se ha llegado a comparar de una forma realmente
sorprendente los denominados “viajes astrales” con las alucinaciones de individuos bajo los
efectos de los narcóticos.
4. Relaciones sexuales, violación o incesto. Existe bibliografía específica que
documenta el hecho de que una de las formas más comúnmente practicada de infestación
demoniaca sobre todo utilizada por satanistas hacia otros individuos (incluyendo niños), es
a través de relaciones sexo-genitales. En las páginas de la biblia se lee: ¿O no sabéis que el
que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? (1 Cor. 6, 16). Por lo tanto, este ha
venido a construirse en un medio expedito para la transferencia demoniaca, al igual que en
el incesto y las violaciones.
COMO LIBERARSE
Cómo deshacerse de los malos espíritus, demonios o espectros es la gran pregunta
que nos atañe y que tiene su respuesta en las regles espirituales que encontramos en la
Sagrada Escritura: Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de
su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la
armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar
firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza
de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el
escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el
yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo
tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia
y súplica por todos los santos (Ef. 6, 10 – 12).
Este pequeño manual está escrito especialmente para aquellos que se sienten
oprimidos o abiertamente atacados por demonios y espíritus malignos, y están tratando de
librar sus hogares de la influencia o presencia de demonios y entidades maléficas.
Después de haber pasado años estudiando la vida de decenas de santos y místicos,
se descubre rápidamente el papel que tiene permitido e demonio y sus huestes para
atormentarlos. Dios mismo lo explica cuando lo dijo a santa Gema Galgani, Camigliano,
cerca de Capannori, Italia, 1878 - Lucca, Italia, 1903): Haré que seas pisoteada por los
demonios. Así que, hija mía, prepárate; el demonio será quien de la última mano a la obra
que en ti deseo ejecutar. Esa obra grandiosa era sin duda la santificación.
¿Por qué permite Dios que el demonio ataque a los místicos o a cualquier persona
de esta forma? Sin dudad, es para acercarnos más a Él. Dios permite, a veces, que los
demonios nos salten, para que nos volvamos a Él en la oración, con una renovada confianza
en su amor y preocupación por nosotros. Al extraordinario sacerdote san Juan María
Vianney (Francia, 1786 – 1859), quien dormía en una humilde cama de paja, el diablo
intentó quemarlo durante el descanso de la noche, el místico comentó alguna vez que: El
diablo es como un perro sujetado a una cadena, él puede ir tan lejos como lo permita Dios.
Así que la primera regla a recordar es que Dios tiene el control absoluto, el diablo
nada puede hacer sin el permiso de Dios.
Dios busca siempre sacar bien de todos. Él sabe sacar el bien incluso del mal, si se
lo permitimos porque sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo
aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. (Rm. 8. 28).
El mayor ejemplo de cómo Dios saca bien del mal es la Pasión, Muerte y
Resurrección de nuestro Señor Jesucristo: El Evangelio de San Juan dice que en la Última
Cena entró Satanás en Judas Iscariote, luego traicionó a Jesús –seguro que conocemos la
historia-. Jesús fue capturado, torturado, fue colgado en el madreo de la Cruz, y murió en
medio de los más terribles vejámenes. ¿Pero fue la muerte del Hijo de Dios, en este acto de
pura maldad, una victoria para Satanás y los demonios? ¡No! De hecho, fue la derrota de
Satanás, porque a través de la muerte de Jesús en la Cruz que podemos ser perdonados de
nuestros pecados, si deseamos serlo. Por lo que fácilmente se puede ver cómo Dios puede y
transforma el mal por bien.
LA BATALLA ESPIRITUAL SE COMBATE CON ARMAS ESPIRITUALES
Entonces, ¿cómo todo esto se correlaciona con todos aquellos que están luchando
con los demonios, y quieren liberase de los malos espíritus? En primer lugar tenemos que
buscar la forma en que Jesús luchó para echar fuera a los demonios. Veamos cómo se narra
en la Santa Palabra: Y llegaron al otro lado del mar, a la tierra de los gadarenos. Y cuando
El salió de la barca, enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con
un espíritu inmundo, que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni
aun con cadenas; porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él
había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para
dominarlo. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos
e hiriéndose con piedras. Cuando vio a Jesús de lejos, corrió y se postró delante de El; y
gritando a gran voz, dijo: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te
imploro por Dios que no me atormentes. Porque Jesús le decía: Sal del hombre, espíritu
inmundo. Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y él le dijo: Me llamo Legión, porque somos
muchos. Entonces le rogaba con insistencia que no los enviara fuera de la tierra. Y había
allí una gran piara de cerdos paciendo junto al monte. Y los demonios le rogaron,
diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos. Y El les dio permiso. Y
saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se
precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron. (Mc.5, 1 – 13).
Cuando Jesús enseñaba en Cafarnaúm: y enseguida, en el día de reposo entrando
Jesús en la sinagoga comenzó a enseñar. Y se admiraban de su enseñanza; porque les
enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. Y he aquí que estaba en la
sinagoga de ellos un hombre con un espíritu inmundo, el cual comenzó a gritar, diciendo:
¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién
eres: el Santo de Dios. Jesús lo reprendió, diciendo: ¡Cállate, y sal de él! Entonces el
espíritu inmundo, causándole convulsiones, gritó a gran voz y salió de él. Y todos se
asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¡Una enseñanza
nueva con autoridad! Él manda aun a los espíritus inmundos y le obedecen. Y enseguida
su fama se extendió por todas partes, por toda la región alrededor de Galilea. (Mc. 1, 23 –
28).
Pero el más revelador es el episodio que se narra en en Evangelio de San Marcos (9, 18- 29
y siguientes): Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la
multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera
que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a
tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: !!Oh
generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de
soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con
violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús
preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y
muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten
misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es
posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi
incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu
inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.
Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como
muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le
enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte:
¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? Y les dijo: Este género con nada puede salir,
sino con oración y ayuno.
ORACIÓN Y AYUNO
Este binomio son las principales armas espirituales a ser usadas para librarse de los
demonios y espíritus malignos. Jesús dijo que la oración en primer lugar, porque ella es la
primer arma y más importante para ser utilizada contra el diablo. ¡Esto debe enfatizarse lo
suficiente! La oración nos une a Dios y nos acerca a Él y solo Dios puede librarnos de las
malévolas presencias demoniacas. ¡No podemos hacer nada si Él, que nos sostiene!
Y la otra arma que Jesús menciona es el ayuno. Esto se explica por sí, pero lo que
frecuentemente olvidamos es el espíritu que debe acompañar el ayuno. Hemos de ayunar de
comida con un espíritu de sacrificio en reparación por nuestros pecados. Nuestros pecados
son los que nos separan de Dios, por lo que debemos ayunar con un espíritu de total
penitencia y reparación, lo cual nos pone en la disposición para que Dios nos perdone.
Así, en primer lugar la oración y luego hacer ayuno en un espíritu de reparación es
el principal recurso contra el demonio. Las malos espíritus no tiene poder alguno sobre los
que están íntimamente unidos a él en la oración y que buscan el estado de gracia.
EL DIABLO NO FIRMA TRATADOS DE PAZ
Dios nos ama. Y porque Él nos ama, el diablo y sus súbditos nos odian, porque
odian a Dios. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte
cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente,
anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los
mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Mas el
Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis
padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él
sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. (1 Pe. 5, 6 -11).
Satanás y los demonios jamás han hecho ni harán un tratado de paz. Son heraldos de
la guerra, es lo único por lo que trabajan. Ellos vagan por el mundo buscando
constantemente la ruina de la humanidad para arrastrarnos al infierno. Por lo tanto, tenemos
que hacer frente a los malos espíritus con valentía. Tenemos que aprender a luchar la buena
batalla. No podemos huir temeroso porque ¡La redención no es una opción!
PUNTOS CLAVE PARA LA LUCHA CONTRA EL DEMONIO
Los creyentes estamos en una posición privilegiada en cuanto a la lucha en
contra de los malos espíritus, porque desde que Jesús fundó la Santa Iglesia ella ha venido
luchando contra los poderes del mal. Jesús lo prometió al afirmar: y las puertas del infierno
no prevalecerán contra ella. (Mt. 3, 16).
Junto con la oración y el ayuno, los creyentes podemos usar las verdaderas almas
contra las fuerzas del mal. Y la confesión sacramental es el más importante de los
sacramentos (también conocido como Reconciliación), en donde los pecados son
confesados a Dios y se obtiene la misericordia de su perdón. El creyente libre de pecado
encuentra el estado de gracia y nada tiene que temer al diablo y a sus obras.
Después de una buena confesión es recomendable asistir con asiduidad a la Santa
Misa y a la recepción de la Santa Comunión como los medios más eficaces de lucha contra
el mal. También la oración ante el Santísimo Sacramento (Adoración Eucarística) es muy
poderosa, porque se está rezando a los pies del Señor.
LA MEDALLA DE SAN BENITO
La Medalla de este popular Santo es un sacramental con poder de exorcismo que
combate a Satanás y las hordas del infierno. Esta Medalla es muy estimada por la Iglesia ya
que a menudo se ha dado a los que están afligidos o acosados espiritualmente y ha tenido
importantes efectos. Una vez que se haya adquirido una, el creyente debe asegurarse de
mantenerla permanentemente. Cuando se usa con fe, sin dudar, llevará a un mayor amor y
aprecio de Dios.
EL AGUA BENDITA
Santa Teresa de Ávila (España, 1515 – 1582) venció al demonio con el poder del
agua bendita. Esta religiosa, mística y Doctora de la Iglesia del siglo XVI que en sus
memorias relató que no hay nada como el agua bendita para hacer huir a los demonios y
evitar que regresen. Lo que no es tan conocido son las experiencias que la llevaron a esa
conclusión, que ella describe en su autobiografía El libro de la vida.
Estaba una vez en un oratorio, y se me apareció hacia el lado izquierdo, una
abominable figura; le miré especialmente la boca, porque me habló, y la tenía espantosa.
Parecía que le salía una gran llama del cuerpo, que estaba toda clara, sin sombra. Me dijo
espantosamente que bien me había librado de sus manos, mas que él me tornaría a ellas,
reveló la santa al inicio del capítulo 31 de su obra.
Entonces, asustada, trató de espantarlo con el signo de la cruz. El demonio la
abandonó, pero regresó rápidamente. Esto sucedió varias veces hasta que recordó que había
agua bendita cerca: Dos veces me sucedió esto. Yo no sabía qué hacer. Tenía allí agua
bendita y lo eché a aquella parte, y nunca más retornó.
En otro momento, santa Teresa contó que el demonio estuvo cinco horas
atormentándola con tan terribles dolores y desasosiego interior y exterior, que no sabía si
podía soportar más. Las que estaban conmigo estaban espantadas y no sabían qué hacer ni
yo cómo valerme.
La santa admitió que solo encontró alivio después de pedir agua bendita y arrojarla
al lugar donde vio a un demonio cerca. Es en la explicación de este hecho que se da a
conocer su cita más famosa. Tras muchas ocasiones, tengo la experiencia de que no hay
nada como el agua bendita para hacer huir a los demonios y evitar que regresen. De la
cruz también huyen, mas vuelven. Debe ser grande la virtud del agua bendita.
EL PODER DE LA ORACION A LA VIRGEN MARÍA, LOS ÁNGELES Y LOS
SANTOS
Por expreso poder y voluntad de Dios la Santísima Virgen María, los ángeles y los
santos nos ayudan en nuestra lucha contra el mal, Jesús nos dio a su Madre mientras moría,
suspendido entre el Cielo y la Tierra pendiendo de la Cruz. Y al lado de Jesús, nuestra
Madre del Cielo es nuestra mayor ayuda y defensora contra el demonio y sus secuaces. Y la
mejor oración para pedir su bondadoso auxilio es el Santo Rosario. El rosario es una cadena
que defiende todo espíritu maligno.
Junto a Ella, los Ángeles y los Santos son especialmente poderoso en contra de la
maldad del diablo. San Miguel, Arcángel, por ejemplo, su oración que es poderosísima se
ha sido recitada por más de un siglo. San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla; sé
nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos
suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a
Satanás y a los demás espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la
perdición de las almas. Amén.
Oración a San Gabriel. Oh glorioso Arcángel San Gabriel, llamado fortaleza de
Dios, príncipe excelentísimo entre los espíritus angélicos, embajador del Altísimo, que
mereciste ser escogido para anunciar a la Santísima Virgen la Encarnación de divino
Verbo en sus purísimas entrañas: yo te suplico tengas a bien rogar a Dios por mí,
miserable pecador, para que conociendo y adorando este inefable misterio, logre gozar el
fruto de la divina redención en la gloria celestial. Amén.
Oración a San Rafael. Oh poderoso Príncipe de la gloria San Rafael, llamado
medicina de Dios, salud de los enfermos, luz de los ciegos, guía de caminantes, protector
de la limosna, del ayuno y de la oración: por aquella caridad con que acompañaste al
joven Tobías, te pido, oh glorioso protector mío, me libres de todos los males y peligros, y
me acompañes en la peregrinación de esta vida mortal, para llegar felizmente a puerto de
salvación en la eterna. Amén.
A lo largo de los siglos las reliquias han demostrado también ser muy eficaces
contra los demonios: medallas de santos, aceites bendecidos, ramo bendito, incienso
consagrado, imágenes sagradas, campanas bendecidas, escapularios, entre otras. Siempre
que sea posible es recomendable mantener alguna reliquia.
LOS SACRAMENTALES Y SUS USOS
Los sacramentales son signos sagrados, por medio de los cuales se reciben efectos
espirituales y que son actos públicos de culto y santificación. Pueden ser cosas o acciones,
bendecidas por la intercesión de la Iglesia. Ellos fueron instituidos por la Iglesia, a
diferencia de los sacramentos, que fueron instituidos por Cristo. Tienen ciertas semejanzas
con los sacramentos. Son signos de la oración de la Iglesia y nos disponen para recibir la
gracia. Entre los sacramentales principalmente figuran las bendiciones de personas, de la
mesa, de objetos y lugares. por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de
Jesucristo y haciendo sobre ellos la señal de la señal de la Santa Cruz.
El uso de los sacramentales es una de las prácticas más malinterpretadas de la
Iglesia. Son parte de la vida de la Iglesia desde los primeros tiempos, pero por lo general
son vistos como una especie de superstición.
El motivo está, en gran medida, en el hecho de que muchos creyentes a lo largo de
los siglos han empleado los sacramentales de forma supersticiosa, ya que no habían
aprendido a usarlos como es debido. En vez de utilizarlos con fe, algunos los empleaban
como amuletos mágicos más que como instrumentos de gracia.
Lo cual es una pena, ya que la función de los sacramentales es enriquecer nuestras
vidas espirituales, no menoscabarlas. Han sido instituidos por la Iglesia para acercarnos a
una relación más profunda con Cristo y están centrados en santificar todos los ámbitos de
nuestras vidas. Los sacramentales son extensiones de los siete sacramentos y traen la gracia
de Dios a todo lo que hacemos.
Un lugar donde los sacramentales son especialmente poderosos es el hogar. Si se
usan con espíritu de fe, los sacramentales pueden protegernos del daño espiritual o
inspirarnos para vivir una vida santa dedicada a Dios.
A continuación algunos de esos sacramentales que, si se usan adecuadamente,
pueden ofrecer un estímulo espiritual al hogar, además de mantener a raya a los enemigos
espirituales que acechan en las sombras.
Agua bendita. El agua bendita tiene un doble significado: nos recuerda nuestro
bautismo y también es un símbolo de purificación espiritual. Se dice que el agua bendita
tiene un gran poder contra el diablo, ya que el diablo no puede soportar esta agua limpia
porque él es impuro para toda la eternidad. Es un recordatorio del agua que manó del
costado de Cristo, que es un símbolo del bautismo, y nos trae a la mente el día de la derrota
del diablo (la crucifixión de Cristo).
Es una costumbre antigua tener pilas o fuentes de agua bendita en las paredes de las
casa. Son cálices simples o elaborados que contienen agua bendita que puede usarse para
bendecirse uno mismo durante el día. Es especialmente útil disponerlas junto a las puertas
para salir de la casa y en los dormitorios de los familiares. De esa manera, nos mantenemos
siempre fijos en Cristo y nos recordamos que hemos de permanecer puros. También nos
facilita el tener el agua bendita a mano cuando es necesario repeler cualquier influencia del
Maligno.
Sal bendita o exorcizada. Si es posible, también es bueno tener un pequeño
recipiente de sal bendita en casa. Tendrías que pedírselo específicamente al sacerdote para
que la suministrara y lo más probable es que el sacerdote no esté familiarizado con ello. Es
un sacramental que a menudo se descuida y no es costumbre usarlo. Sin embargo, es un
arma poderosa contra el mal.
Crucifijo. Otro sacramental muy poderoso es el que más comúnmente encontramos
en los hogares: el crucifijo. El crucifijo no solo nos recuerda el gran amor de Dios hacia
nosotros, sino que también tiene un poderoso efecto disuasorio contra los enemigos
espirituales. El crucifijo es el flagelo de la existencia de Satán y es el signo de todo lo que
desprecia.
Es beneficioso tener un crucifijo en cada habitación de la casa (o apartamento), de
modo que puedas meditar frecuentemente sobre el gran sacrificio de amor de Jesús, además
de tener una imagen que te recuerde mantener el centro durante los momentos de tentación.
El diablo huye ante la presencia de la representación de Jesús en la Santa Cruz, así
que sí Ud. aún no tiene uno, adquiéralo y hágalo bendecir por un sacerdote y colóquelo en
un lugar adecuado y digno de su casa –y sobre todo, ore ante él cada día-. Se recomienda
llevar el famoso Cristo de san Benito puesto al cuello después de haberlo hecho bendecir.
Un sacramental especial es el aceite exorcizado. Según el sacerdote Gabriele
Amorth, el aceite tiene los propiedades de sacar de los cuerpos varios alimentos mágicos,
envenenados o impuros que han aparecido en el cuerpo del fiel esclavizado a través de
comer o beber. Entonces, se puede usar el aceite exorcizado para dar sabor los alimentos
cuando hay una sospecha de haber consumir algo envenenado, nocivo o encantado. Eso
resulta con la extorsión pronta de la cosa dada. Frotar con el aceite ayuda a que la gracia
actúe en la batalla con el espíritu malo y su influencia en el cuerpo de quien lo necesite.
El incienso dedicado, se lo usa en las condiciones específicas, cuando espíritus
malos dominan la persona esclavizada o lugares, de tal manera que no tiene ningún
contacto con alrededor. El humo del incienso dedicado pone los espíritus malignos tan
alterados que resulta en revelación de su presencia, y también en su alejamiento.
La luz de una vela bendecida es a menudo considerada un recordatorio de la
presencia divina. Encender una vela es un momento santo, distinto de los otros que llenan
nuestro día, infunde espiritualidad y gozo. La oscilación de su luz ayuda a que recordemos
la preciosa fragilidad de nuestra vida, pues como ella debemos respirar, cambiar, crecer,
luchar contra la oscuridad y finalmente apagarnos. En las velas encendidas, nuestras
oraciones se elevan hasta el cielo día y noche. Es una manera de dejar nuestra oración ante
Dios cuando no podemos continuar, sabemos que todo se resolverá en el tiempo del Cielo
y la paz y la calma de la llama sosiega la ansiedad e invita a ser como ella: luz silenciosa y
orante.
Las velas tienen un profundo simbolismo y una larga y bella historia en la Iglesia.
Desde los tiempos mas tempranos fueron usadas al otorgar los Sacramentos excepto en el
de Penitencia, al igual que en otras ocasiones: las utilizamos en las procesiones, en el altar
y las encendemos como una forma de extender nuestras oraciones.
Las campanas también tienen un gran poder espiritual. Cuando se instala una
campana nueva en una iglesia, tradicionalmente es bautizada o consagrada por el obispo o
sacerdote local. Las ceremonias antiguas imitaban la del bautismo y la ceremonia actual
sigue requiriendo del uso de agua bendita. Las campanas también reciben un nombre en
honor de un santo patrón particular, aunque muchas se nombran en honor de la Santísima
Virgen María. En la oración de bendición se dice: Siempre que suene, huya el enemigo del
bien, que el pueblo cristiano escuche la llamada a la fe, que aterrorice al imperio de Satán,
que tu pueblo se fortalezca al ser llamado a unirse al Señor y que el Espíritu Santo esté con
los fieles igual que se deleitaba de estar con David cuando tocaba su arpa. así cuando el
repique de esta campana resuene en las nubes traiga una legión de ángeles que vigile la
asamblea de tu Iglesia, los primeros frutos de los fieles y aspiren a tu protección eterna en
su cuerpo y espíritu.
¿Qué les parece esa última línea? El sacerdote ruega que cuando el repique de esta
campana resuene en las nubes traiga una legión de ángeles que vigile la asamblea de tu
Iglesia. ¡Las campanas bendecidas no son en absoluto ordinarias! Así que, la próxima vez
que escuchemos una campana de bendecida, recordemos el poder espiritual que tiene y
ofrezcamos una breve oración a Dios, dándole gracias por las muchas bendiciones de la
vida.
Los sacramentales del aceite, el agua y la sal se pueden utilizar unidos o separados,
lo mismo que en las comidas diarias para toda la familia, siempre en oración con fe y
devoción.
Los creyentes podemos tomar los tres sacramentales mezclando en un vaso agua,
unos granos de sal y una gota de aceite, para descontaminarnos de todo lo malo que nos
hayan hecho, se toma este vaso y se reza sobre él Credo, el Ave María, a san Miguel, a san
José y extendiendo las manos sobre la mezcla la oración de la santa medicina:
Oremos. Dios, que te dignaste sanarnos con múltiples remedios de las
enfermedades del cuerpo, la mente y el espíritu, atiende mi invocación y derrama desde el
Cielo tu Santa (✠) Bendición sobre estos sacramentales del agua, la sal y el aceite de
olivas para que sea Santa Medicina y que al tomarla merezca recibir la salud, por Cristo
Nuestro Señor. Amén.
Al tomarlos se dice: Dios uno y trino, lávame, purifícame, sáname, límpiame,
libérame, desátame y sáname con tu santo poder. Amén.
También se puede signar con ellos en la frente, diciendo: (✠) me sello, me libero y
me sano con el poder del Padre; en el pecho diciendo: (✠) me sello, me libero y me sano
con el poder del Hijo y las manos, diciendo: (✠) me sello, me libero y me sano con el poder
del Espíritu Santo.
Para la casa. Se mezcla en un balde agua, una cucharada de sal y una de aceite
exorcizado. Luego se comienza a asperjar (rociar) desde la última parte de la casa, por
ejemplo desde la terraza o solar o la última habitación (o sea, desde atrás hacia la entrada de
la casa o lugar que se desee) y a medida que se va rociando se puede ir rezando el Santo
Rosario, asperjando especialmente en las esquinas, en las puertas y el techo.
Es importante tener en cuenta que la puerta es una de las partes más importantes de
un hogar. A través de ella entramos y salimos, recibimos a las visitas y nos despedimos de
viejos amigos. Es un lugar de tristeza y de alegría, de partidas y de llegadas. Por eso,
deberíamos invocar la presencia de Dios, rezar en ella para que Dios bendiga y proteja
nuestra puerta y nuestro hogar. Para ello, una de las formas más habituales es recurrir a la
oración de bendición tradicional del hogar en Epifanía. Sin embargo, no es la única manera
de invocar la bendición de Dios sobre nuestra puerta y hogar.
A continuación les facilito una oración alternativa que puede pronunciar cualquiera,
sacerdote o laico:
Oremos. Que la paz de Dios descienda sobre esta casa y sobre todos quienes
habitan en ella. Señor Santísimo, Padre Todopoderoso, Dios Eterno: Eres Alfa y Omega,
comienzo y fin. Velas por nosotros desde el nacimiento hasta la muerte. Dígnate, pues, a
bendecir la puerta de nuestra casa. En tu bondad, envía a Tus santos ángeles del cielo
para vigilar, proteger, acompañar, consolar y alentar a quienes residen en esta casa.
Cuando crucemos esta puerta, atráenos más profundamente hacia tu presencia y que reine
en este lugar un espíritu de humildad, bondad, dulzura y gratitud. Oh Señor, Tú eres la
puerta de la vida eterna. Bendice todas nuestras entradas y salidas y vierte sobre nosotros
gracias en abundancia. Te rezamos para que bendigas y santifiques esta casa, como
bendijiste la casa de Abraham, Isaac y Jacob, y que entre las paredes de esta casa residan
los Ángeles de tu luz y los guarden a ella y a sus moradores. Que esta bendición descienda
sobre esta casa y sobre quienes viven en ella, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
En conclusión. Junto con las santas reliquias, las medallas bendecidas especialmente
la de san Benito, las estampas con oraciones y bendiciones como la Cédula de san Ignacio y
los sacramentales, para resumir algunas de las armas espirituales para librarse el creyente o
las casas de los malos espíritus también tenemos la oración, el ayuno espiritual de
reparación por los pecados, la confesión, la Santa Comunión, la Adoración Eucarística, el
rezo del Santo Rosario, las oraciones a los ángeles y a los santos, para pedir con fe su ayuda
celestial y la intercesión. Por último, si siente que en su casa hay indicios de sucesos
paranormales o de infestación demoniaca, busque obtener la bendición de exorcismo del
lugar realizada por un sacerdote.
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