NEO-RENACIMIENTO Proyecto COVIDA En el siguiente documento expongo mis aprendizajes de entrevistas a seres humanos de todas partes del globo. Lo que intento destacar es que el fenómeno que estamos viviendo no marca el fin de una era, sino que hace comenzar otra. ¿Cómo? ¿No es acaso lo mismo que termine una a que empiece otra? Pues lógicamente sí, pero intencionalmente no. Nuestra intención debe ser a renacer, no seguimos siendo los mismos. Estamos conectados de una manera diferente. A continuación, les dejo mis principales conclusiones de esta indagación colectiva. Existe la idea de que el virus es una respuesta al mal manejo del mundo por parte del ser humano. Esto corresponde a un pensamiento mágico donde la peste funciona como un castigo divino. Es la “Madre Tierra” respondiendo o el Karma acumulado explotando de un golpe. Esto se debe un poco a que sus causas no están comprobadas por la ciencia. Eso abre paso a las respuestas irracionales de esto. En donde el efecto colectivo del virus se confunde con la causa. Es decir, la paralización del sistema económico, que es un efecto del virus, se toma como algo que se veía venir, por nuestro mal manejo de los recursos naturales y humanos. Frases como “empatía con el medioambiente” o “more awareness” vislumbran una visión colectiva. Es un enfoque sobre el futuro, una misión, lo que se rescata de esta postura. Otra postura común a varios encuestados es que los efectos negativos del virus son meramente económicos. El fenómeno se categoriza como un desastre financiero. Y existen fundamentos para decirlo. Hay encuestados que han sido despedidos de sus trabajos; otros han tenido que despedir empleados. Ambas acciones son consideradas como negativas tanto económicamente como emocionalmente, tanto por trabajadores como empleadores. Desde cualquiera de estas posturas surge un concepto clave para entender el fenómeno: la incertidumbre. ¿Podré soportar mi nivel de gastos acostumbrados con la minoración de ingresos que se viene para adelante? El principal factor de angustia en los entrevistados es la incertidumbre. No saber cuánto tiempo estaremos encerrados; no saber si algún día aparecerá la cura absoluta; no saber si me he curado al 100% de la enfermedad; en fin, no saber si la normalidad es re-alcanzable. Y la incerteza sobre el futuro, tiene muchas consecuencias que podrían considerarse negativas. Pero la gente es optimista y, en respuesta a la incertidumbre, aparece otro concepto clave: la reinvención. El no poder volver a un estado pasado, nos hace proyectarnos creativamente hacia el futuro. Esta es la resiliencia. Saber sobrellevar un futuro oscuro con nuevas luces. Volviendo al tema inicial, del pensamiento mágico: creer que nos merecemos este “castigo divino” nos hace cuestionarnos todo. ¿Por qué nuestro pasado es abominable y el futuro un encargo? Porque estuvimos haciendo mal las cosas. Podríamos, como seres humanos crear un listado de las cosas que estuvimos haciendo mal y no terminaríamos nunca, nos extinguiremos antes de terminar aquella lista negra. Por lo tanto, el enfoque en lo negativo de nuestro actuar no es la vía para aquel futuro luminoso. El enfoque del que hablan los entrevistados es el siguiente: autonomía, autosustentabilidad, en donde se valore la cercanía y a la vez se respete la distancia. ¿Qué quiere decir esto? Por una parte, ya no somos seres que dependemos de un sistema. Somos sistemas independientes que se ponen en marcha por un ideal común, pero distinguiendo que este fin se satisface desde caminos únicos e irrepetibles. La gran mayoría ha podido mantener su actividad normal mediante el teletrabajo. Sin embargo, hay ciertas disciplinas que dependen del contacto humano para funcionar. Hay instructores de yoga que hacen sesiones virtuales, pero otros se rehúsan a hacerlo por considerar indispensable el contacto energético. También existen artes escénicas que no pueden funcionar a distancia. Entre ellos están los dj’s, que podrían mezclar a distancia, pero se requiere de un público unido disfrutando de la sesión, cosa impedida por la cuarentena. De esto surge otro concepto clave para entender el fenómeno: el break. Estamos detenidos. Desde la matrix hasta los hogares. Se han detenido las actividades industriales y las sociales. No nos podemos ver con a quienes amamos. Se deteriora la acción de la empresa y, en conjunto, la acción humana. Aquí llegamos al punto central de este fenómeno mundial. El contacto humano se ha perdido. Se ha difundido el miedo a la interacción. En mi caso (Chile) este miedo siempre existió, pero a un nivel inconsciente. El miedo a lo nuevo y al extraño. Pero ahora que se vuelve una regla, se puede ejercer la distancia con autoridad personal. ¿Qué efectos tendrá esto? Ser más selectivos seguramente con a quién damos contacto. Y no tanto por pensar que el otro es una amenaza, sino también por uno mismo serlo. Entro al mundo filosófico. ¿Qué tan peligroso soy? Pregunta un tanto oscura. ¿Qué tanto aporto a este mundo? Pregunta un poco más lumínica. ¿Soy la misma potencia que tú? Pregunta ambigua. ¿Nos pide el virus aprender que somos distintos? Hemos mantenido una distancia social y eso nos distancia de nosotros mismos, porque también somos en el contacto. Y sin contacto nos falta una parte nuestra, exterior. ¿Nos pide también cuidar nuestro interior? Estos tiempos han sido de aislamiento. Muchos entrevistados hablan de que el encierro los ha vuelto más reflexivos. ¿Puede la cura del virus significar un nuevo Renacimiento? Después de todo, hay seres que han “vuelto de la muerte”, como dicen, tras curarse del virus. La sociedad completa se detuvo y pretende, según lo recopilado, volver con otro espíritu. ¿Vale la pena ponerle nombre a esta nueva etapa? Si no lo hacemos, ¿pasará al olvido? Y todas nuestras intenciones serán nuevamente palabrotas. Por esto propongo ponerle nombre a esto: al antes y el después. Un antes oscuro y un después lumínico. En donde la oscuridad sea no saber bien cómo estamos haciendo las cosas y donde la luz sea colaborar por los bienes colectivos y aceptar nuestras diferencias, pero desde la luz, desde lo que se ve. No más burbujas sociales. Está bien que una comunidad quiera volverse autosustentable, pero no por eso debe entrar en pugna con otra comunidad. Que la luz derribe al que pone barreras económicas o políticas con nuevas entradas, desde lo rígido a lo elástico. Como la hierba que crece entre el cemento quebrado. El tiempo nos ha vuelto rígidos. Tanta estructura humana no permite evolución. Que caiga un monumento si ya no inspira. Que se rehaga un documento mil veces. Recuerden que la iteración es fundamental en todo proyecto. Si te da miedo la reinvención, lo tuyo es falta de confianza. Acaba la época “posmo”, de posmodernidad y viene la nueva ola, la “neore”, de reinvención y renacimiento. Para cada cambio de época surge una nueva imagen mitológica que la guía. Si el modernismo fue de Prometeo o de Sísifo, el posmodernismo de Narciso, propongo para este nuevo período adquirir una imagen mitológica no occidental, que representa la fuerza de unidad del nuevo mundo. Este es el mito japonés de Amaterasu. Esta figura femenina es amable y compasiva. Su historia es la siguiente. El hermano de esta diosa estaba causando disturbios en el mundo. Por el terror generado, Amaterasu se encerró en una cueva sellada con una gran roca durante meses. Como ella es la diosa del sol, el mundo quedó en tinieblas. No fue otro sino que el dios de la inteligencia quien encontró la forma de hacerla salir. Al salir, la esperan con un gran espejo. Y se miró al espejo. Estaba tan sorprendida que exclamó Omo-shiroi, que significa tanto blanca tez, como fascinante. Mientras estaba distraída, los otros Kami-gami cerraron la cueva tras ella, convenciéndola para regresar al Plano Celestial. ¿Qué nos sugiere este mito? Identificar la luz interior que emana tras este período de oscuridad y hacinamiento, para llegar a los ideales iluminados de este nuevo mundo. Este re-renacimiento, es el resurgimiento de todas las épocas anteriores en una. En donde no hay un centro en las iglesias, como en el Renacimiento; se adquiere una visión racional del valor de lo económico como en el Modernismo; se resalta la naturaleza en el centro y las emociones como en el Romanticismo; surge en un período de revueltas sociales, como en el Vanguardismo; y un largo etc. Después de todo, éste es el producto de la globalización: la mezcla de todas las ideas hacia una desculturización y posterior surgimiento de una sola cultura global, que toma los aspectos de todas en una. Es el holismo junto a la ecología. Es un re-entendimiento de lo que significa la unidad, por la totalidad. Donde no se figuran las personas tomadas de la mano, tras el COVID 19. Más bien, se refleja la nueva naturaleza humana, una híbrida entre lo natural y lo artificial. Donde conexión tecnológica ya se debe considerar como positiva. Así mismo, está el contacto humano que es más preciado. Pero las enseñanzas de este virus es que todo tiene su justa medida. Como el puercoespín, si nos acercamos mucho duele. El virus pudo propagarse por los aeropuertos, pero más rápido se propagó el miedo a éste en las redes sociales. Este es el efecto de la globalización haciéndose notar. Pero el detalle de esta nueva era está en el título de este documento: este renacimiento es un posrenacimiento, ya que al igual que en el pos-modernismo, se olvidan las ideologías anteriores para hacer surgir unas nuevas. Recordemos el mito de Sísifo, del modernismo, en que un hombre es obligado a subir una piedra hasta la cima de una montaña. Al llegar a la cima, la roca cae por el otro costado. El posmodernismo, entonces, sugiere que al caer la roca, hay que dejarla ahí, para irse a vivir la vida. En donde surge el individualismo como principio. Esta nueva etapa, pos-renacentista, sugiere, entonces, mantener el principio de dejar caer el pasado (la roca) para comenzar una nueva aventura. En un principio (posmodernismo) ésta es una carrera individual. Con la llegada del pos-renacimiento, ahora se deja el pasado pero se inicia una empresa colectiva. Donde lo inventado ya está. La tecnología va en el camino correcto. Pero la forma de usarla debe volver a interpretarse para que surja un nuevo camino. Aún quedan algunas cosas pendientes. Por ejemplo, ¿cómo hacemos que con la misma velocidad que se propaga el miedo y las noticias negativas, se propague el amor y las buenas ideas? Porque el nuevo espíritu no es lo que digamos respecto a él, sino las acciones y las estructuras de acciones que surjan en este nuevo mundo. Estoy ansioso por ver las nuevas ideas y emprendimientos que traerá esto. Después de todo, esto no es más que una catábasis, una caída que viene proseguida por un alzamiento. Como el principio del yin y el yang: donde hay luz hay oscuridad, donde hay oscuridad hay luz y donde hay una caída hay un alzamiento. Te invito a reflexionar, cuál es esta luz que podemos ver tras el encierro, como Amaterasu.