INSTITUCIÓN: U.N.A.M,/Facultad de Derecho-DED. NOMBRE DEL ALUMNO: ASIGNATURA: Derecho Romano II. ASESOR: Rodolfo Romero Flores. Unidad: 1 ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE: 1 Fecha: 20 de agosto de 2019. Fuentes consultadas: Bialostosky, Sara. Panorama del derecho romano “Cap. VII Obligaciones”. Paginas consultadas: 117 a la 136. Fecha de consulta: 20 de agosto de 2019. Bravo González, Agustín y Bravo Valdés, Beatriz. Derecho romano. Segundo curso. “Obligaciones.” Paginas consultadas: 17 y 18. “Los contratos en general” paginas consultadas: 36-38. Fecha de consulta: 20 de agosto de 2019. Margadant, Guillermo Floris. El derecho privado romano. “Cap. VII Las obligaciones en general”. Paginas consultadas: 304 a la 381. Fecha consulta: 20 de agosto de 2019. Ventura, Sabino. Derecho romano. Curso de derecho privado. “Capítulos: I La obligación, II Fuentes de las obligaciones, III El contrato y sus elementos, IV Los sujetos, V El consentimiento, VI El objeto, VII La causa, VIII La forma y IX Los elementos accidentales de los contratos.” Paginas consultadas:265 a la 301. Fecha consulta: 20 de agosto de 2019. Los Contratos 1. 2. 3. Elementos Esenciales. Sujetos: son personas capaces jurídicamente para figurar su propio nombre en el contrato Consentimiento: Consiste en la congruencia entre las voluntades declaradas de las partes. Objeto: Es la prestación. Causa: ES el motivo individual que impulsa un negocio jurídico, es decir, motivación individual que corresponda a ideas básicas de la moral. Forma: proporciona medios probatorios seguros, reduce la variada vida económica a combinaciones de tipos netos de negocios, evita que se tomen decisiones impulsivas y favores la claridad y seguridad. Elementos accidentales. EL término: Acontecimiento futuro de realización cierta, depende de la entrada en vigor o la cancelación de un acto jurídico. La condición: Acontecimiento futuro y de realización incierta, del cual depende la entrada en vigor o la cancelación de los efectos de un acto jurídico. Pueden ser potestativas, causales o mixtas. El modo o carga: gravamen impuesto a actos de liberalidad 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. Reglas de interpretación: Se debe de buscar cual ha sido la común intención de las partes. Cuando las palabras sean ambiguas, se deberán interpretar con el objeto. Los vocablos son susceptibles de tener varios sentidos se deben interpretar de acuerdo con el sentido que mejor convenga a la naturaleza del contrato. Las palabras pueden interpretarse contra del estipulante y a favor de promitente. Todo sirve para agravar la obligación, si no se declara expresamente, deberá tenerse por no puesto. En caso de duda, la clausula debe interpretarse contra quien la estipulo en beneficio y alivio del que ha contraído la obligación. Por extensos que sean los términos, no comprenderán más que las cosas por las cuales las partes contratantes han entendido contratar y no aquellas en las que no han pensado. Si se añade algo extraño a la estipulación y que nadie tiene que ver con el acto que se está haciendo, se tiene como superfluo o inútil y no invalidará la obligación. Hay que estar a las palabras y pocas veces habrá que interpretar que se implica en lo dicho un plazo o una condición, y nunca el nombre de una persona, a no ser que se señale expresamente. Si la cosa objeto del contrato se denomina con distintos nombres de idéntica significación, no invalida la obligación el hecho de que cada parte use una expresión distinta. Cuando no hay ambigüedad en los términos, no debe de admitirse la cuestión de interpretar la voluntad de las partes ¿En la actualidad, los elementos de los contratos han sufrido alguna modificación? No, básicamente los elementos esenciales de los contratos siguen siendo vigentes, salvo algunas consideraciones en cuanto a los impedimentos que tienen los sujetos para realizar un contrato, por ejemplo, ya no existe esclavitud. ¿Cree que exista algún otro elementos de los contratos aparte de los que se estudiaron? Si, en la actualidad con la existencia de personas jurídicas hay elementos que no tenían en Roma. Por ejemplo la constitución de las personas jurídicas, poderes notariales para los administradores y representantes legales, entre otros.