UNIVERSIDAD DE COSTA RICA FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA ENTRE CICATRICES Y DISCURSOS, SUTURAS DE UNA IDENTIDAD SEXUAL: CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD SEXUAL EN PERSONAS INTERSEX Trabajo final de investigación para optar por el grado de Licenciatura con énfasis en Antropología Social. Modalidad Tesis. PEDRO JOHAN CASTRO ALFARO CARNÉ B31591 Ciudad Universitaria Rodrigo Facio, 2022 Comité asesor _______________________ M.Sc. Paula León Saavedra Directora _________________________ M.Sc. Natasha Alpízar Lobo Lectora _________________________ M.Sc. Ernesto Cortés Amador Lector _________________________ M.Sc. Melania Portilla Rodríguez Presidenta del Tribunal _________________________ Lic. Keller Araya Molina Representante de la Escuela de Antropología ii Dedicatoria En primer lugar, quiero dedicar este trabajo a mi madre: Wilma Alfaro Ruiz y a mi padre: Pedro Castro Hernández, quienes han fungido como soporte, de diferentes maneras, a lo largo de mi vida estudiantil. Sin duda alguna, sin estas dos figuras hubiese sido mayormente complicado haber logrado esto. En segundo lugar, esta investigación la dedico a la memoria del profesor Marcos Guevara Berger, quien formó parte de este viaje en sus inicios, pero que, por razones inexorables como es la muerte, tuvo que empacar sus maletas para dirigirse al camino de la eternidad; no sin antes haberme dejado importantes enseñanzas mientras compartimos en diferentes clases, las cuales, en alguna medida, quedaron plasmadas en este documento. Asimismo, extiendo esta dedicatoria a la memoria de Alberto Borge Araya y de Kim, con el primero compartí a lo largo de la Licenciatura en Antropología Social y conservo gratos recuerdos, como aquella gira en San Carlos, en donde nos tocó ser compañeros de aventura y, a pesar de que abandonó este mundo en su forma física, impidiéndole culminar su Trabajo Final de Graduación, espero que esta obra conmemore ese esfuerzo realizado; ya que este suceso sirvió para tomar un mayor impulso y culminar con este proceso; haciéndome entender que cada respiro es una segunda oportunidad para luchar por lo que se quiere. Finalmente, en relación a Kim, sobran las palabras para decir que ha sido un motor para tratar de alcanzar diversas metas; su energía, alegría y sus palabras siempre las tengo presente en cada paso que doy; así que, con este logro tan significativo para mí, espero honrar su memoria. iii Agradecimientos Infinitas gracias a Alicia y Samantha por formar parte de esta investigación, sus historias de vida son la razón de ser de este trabajo, estaré eternamente agradecido y con una enorme admiración hacia ustedes porque, a pesar de haber enfrentado diferentes episodios difíciles, optaron por compartir sus experiencias; aunque eso implicara saborear, una vez más, aquellos tragos amargos. Ustedes son un ejemplo de lucha y de reivindicación, sus situaciones instan a reflexionar sobre esas luchas que aún se deben librar para que en este mundo quepamos todos y todas. Muchas gracias a la Universidad de Costa Rica y a la Escuela de Antropología, así como el personal que la conforma, por haberme acogido a lo largo de estos años y hacerme observar el mundo con una mirada más empática y crítica. Gracias a cada compañero y compañera con quienes compartí en este viaje, en especial a las Tubbies: Ariela, Dayana, Maite y Katerine, las cuales hicieron el camino menos empinado mediante risas, tragos y momentos de catarsis. De igual manera, extiendo un agradecimiento a Fran y a todos (as) los (as) colegas de Licenciatura, ya que aportaron su granito de arena en esta investigación; valoro y atesoro cada comentario, cada palabra transcrita, cada observación; en fin, todo lo que brindaron para nutrir y fortalecer este proceso. Por último y, no menos importante, muchas gracias a mi Comité Asesor: M.Sc. Paula León Saavedra, M.Sc. Natasha Alpízar Lobo y M.Sc. Ernesto Cortés Amador; considero que fueron un equipo de lujo y no me alcanzan las palabras para agradecerles por haberse sumado a este trabajo, sus comentarios me hicieron mejorar como antropólogo, es decir, trascendieron más allá de este documento; lo cual muestra la calidad de profesionales que son. Gracias por las jaladas de oreja, por el apoyo y el ánimo que me brindaron para llegar a materializar este producto, por la paciencia que tuvieron a mis problemas de comunicación y por tan bellas palabras que recitaron en la defensa. Sin duda, los volvería a elegir como Comité Asesor unas mil veces más. ¡GRACIAS TOTALES! iv Resumen Castro-Alfaro, P. (2022). Entre cicatrices y discursos, suturas de una identidad sexual: construcción de la identidad sexual en personas intersex. [Tesis de Licenciatura en Antropología Social]. Universidad de Costa Rica, San José. Palabras clave: identidad sexual, intersexualidad, género, agencia, cuerpo. La identidad sexual es concebida como la percepción y convicción básica que tiene una persona acerca de sí misma como hombre, mujer u otro. Este proceso es construido a través de dinámicas sociales que permiten la diferenciación o similitud por parte de una persona en relación con los “otros”; es decir, el sujeto toma una posición de agencia para definir su identificación sexual, a partir de su interacción colectiva. En el caso de la sexualidad, se tiene que en Occidente las pautas sociales se erigen sobre el binomio hombre-mujer, por ende, sobre este modelo las personas deben definir su identidad sexual. Empero, la población intersexual presenta características corporales de ambos sexos, situación que les coloca en un limen ante la sociedad que origina exclusión, violencia y una presión discursiva sobre estas personas por cuanto trasgreden lo denominado normal respecto al sexo-género. Ante esto, el presente trabajo de investigación analiza las dinámicas sociales que configuran la identidad sexual de dos personas intersexuales en Costa Rica, en función de sus vivencias, significados y expresiones corporales, para lo cual se empleó el método biográfico, con el fin de profundizar en sus experiencias en conformidad con el fenómeno en estudio; a partir del abordaje de la relación con el personal médico, la socialización del género y la puesta en práctica de la agencia para determinar la identidad sexual v Contenido Dedicatoria .....................................................................................................................iii Agradecimientos............................................................................................................. iv PRIMERA PARTE ....................................................................................................... 10 1. Prefacio ...................................................................................................................... 10 2. Justificación ............................................................................................................... 11 3. Antecedentes .............................................................................................................. 14 4. Estado de la cuestión................................................................................................. 16 4.1. Identidad y sexualidad en Costa Rica .................................................................. 17 4.2. Intersexualidad en Costa Rica .............................................................................. 19 4.3. Intersexualidad en Latinoamérica ........................................................................ 20 4.4. Síntesis de estado de la cuestión .......................................................................... 22 5. Enunciación y delimitación del objeto de estudio .................................................. 22 6. Objetivos .................................................................................................................... 25 6.1. Objetivo general ................................................................................................... 25 6.2. Objetivos específicos ........................................................................................... 25 7. Marco teórico ............................................................................................................ 25 7.1. De la intersexualidad ............................................................................................ 27 7.2. De lo normal y anormal........................................................................................ 29 7.3. De la identidad sexual .......................................................................................... 31 7.4. Del imaginario y la percepción ............................................................................ 33 7.5. Agencia ................................................................................................................ 34 7.6. Modelo Médico Hegemónico ............................................................................... 35 7.7. Relaciones de poder ............................................................................................. 36 7.8. Género y roles de género...................................................................................... 36 7.9. Cuerpo y corporeidad ........................................................................................... 37 7.10. Orientación sexual .............................................................................................. 37 8. Metodología ............................................................................................................... 38 8.1. Sujetos de estudio ................................................................................................. 39 6 8.2. Criterios de selección de los sujetos de estudio ................................................... 40 8.3. Técnicas de recolección de datos ......................................................................... 40 8.3.1. Revisión bibliográfica ................................................................................... 40 8.3.2. Entrevista en profundidad (modalidad virtual).............................................. 41 8.3.3. Diario de campo ............................................................................................ 44 8.4. Sistematización de información ........................................................................... 44 8.5. Consideraciones éticas ......................................................................................... 45 8.6. Reflexión metodológica ....................................................................................... 46 8.6.1. Respecto a la diferencia en la aplicación de la entrevista a profundidad y la comparabilidad de la información ........................................................................... 46 8.6.2. En relación a las dificultades de trabajar con la población ........................... 48 9. Operativización de objetivos, cronograma de actividades y presupuesto ........... 49 SEGUNDA PARTE ...................................................................................................... 50 Capítulo l. Las cicatrices devenidas del poder: identificación de los casos intersexuales estudiados y el abordaje médico ........................................................... 50 1.1. Entendiendo la intersexualidad ............................................................................ 50 1.2.2. Desarrollo sexual diferente (DSD) ................................................................ 53 1.2.3. Los casos de Alicia y Samantha .................................................................... 56 1.2. Ejercicios de poder médico en la atención de los casos ....................................... 59 1.2.1. Restricción al acceso de información ............................................................ 62 1.2.3. Respecto al tratamiento y la atención de los casos ........................................ 68 Capítulo II: Es muss sein!, en el andén de los discursos: sobre el proceso de socialización y la condición de las personas intersexuales ........................................ 72 2.1. El hecho de tener que ser ..................................................................................... 72 2.1.1. Socialización del género: el papel de la familia, la religión y la educación .. 74 2.1.2. Sobre la protección y la abyección de lo intersexual .................................... 91 3. Capítulo III. Suturas de una identidad sexual: el papel de la agencia en medio de los discursos .............................................................................................................. 98 3.1. La conformación de la identidad sexual............................................................... 98 3.1.1. El cuerpo ...................................................................................................... 102 3.1.2. La corporeidad ............................................................................................. 108 3.1.3. La orientación sexual ................................................................................... 113 7 TERCERA PARTE .................................................................................................... 117 1. Conclusiones ........................................................................................................ 117 1.1. Sobre la matriz heteronormativa como punto de partida ................................ 117 1.2. El papel de la medicina................................................................................... 120 1.3. El rito de paso en la materialización de la identidad sexual ........................... 122 1.4. La cuestión del adultocentrismo en el tema de la identidad sexual ................ 124 2. Recomendaciones ................................................................................................ 126 2.1. Para las instituciones ...................................................................................... 126 2.2. Para la familia ................................................................................................. 127 2.3. Para futuras investigaciones ........................................................................... 127 10. Referencias bibliográficas .................................................................................... 129 11. Anexos .................................................................................................................... 146 Anexo 1. Casos de ambigüedad sexual en Costa Rica período 1997-2014 .............. 146 Anexo 2 Consentimiento informado ......................................................................... 147 Anexo 3. Guía de preguntas para entrevista.............................................................. 150 Anexo 4. Operativización de objetivos ..................................................................... 154 Anexo 5. Cronograma ............................................................................................... 156 Anexo 6. Presupuesto ................................................................................................ 158 Anexo 7. Infografía sobre tipos de intersexualidad .................................................. 159 Anexo 8. Historieta sobre intersexualidad ................................................................ 160 Lista de figuras Figura 1. Ejes teóricos .................................................................................................... 27 Lista de imágenes Imagen 1. Expresión de Intersexualidad 46 XX ............................................................. 57 Imagen 2. Expresión de Intersexualidad gonadal verdadera .......................................... 58 Imagen 3. Tipos de intersexualidad .............................................................................. 159 Imagen 4. Historieta sobre la construcción de la identidad sexual en personas intersex .......................................................................................................................... 160 8 Lista de cuadros Cuadro 1. Proceso de aplicación de entrevista en profundidad ...................................... 42 Cuadro 2. Operativización de objetivos ........................................................................ 154 Cuadro 3. Cronograma de actividades .......................................................................... 156 Cuadro 4. Presupuesto para actividades ....................................................................... 158 Lista de gráficos Gráfico 1. Casos de intersexualidad atendidos en Costa Rica en el periodo 19972014 .............................................................................................................................. 146 9 PRIMERA PARTE 1. Prefacio La presente investigación se origina en el marco de la situación de las personas intersexuales, las cuales refieren a seres humanos que presentan ambigüedad sexual en el marco de un sistema binario y, por tanto, sus cuerpos varían de ese estándar socialmente establecido. Esta población presenta diferentes problemáticas, entre ellas, las ligadas a la intervención quirúrgica y diversos tratamientos que se realizan con el fin de normalizar sus cuerpos, es decir, que estos correspondan al sexo hombre o mujer para encasillarlas en un género. Diversos comentarios se han esgrimido sobre esta situación, en donde se trata de generar y defender una postura respecto al tema, sin embargo, la voz de las personas que enfrentan estos hechos suele verse difuminada ante el ruido provocado por los debates que se generan sobre ellas, por lo que la intención de este trabajo versó sobre ir más allá de los discursos médico-jurídicos que cercan sus vidas. Se pretendió ahondar meramente en las vivencias de estas personas, en términos de cómo forjan su identidad sexual ante la demanda social de lo que implica ser normal. Por tanto, el objetivo de este trabajo consistió en analizar las dinámicas sociales que configuran la identidad sexual de dos personas intersexuales en Costa Rica en función de sus vivencias, significados y expresiones corporales. Para el desarrollo de la investigación, se realizaron dos entrevistas en profundidad de manera virtual con el fin de recopilar experiencias que permitieran dilucidar dinámicas sociales que desembocaran en la construcción de la identidad sexual de las personas intersexuales participantes en esta investigación, cabe destacar que estas no han sido sometidas a cirugías correctivas, mas han vivido otros procesos que las han violentado. De este modo, el documento contiene tres apartados capitulares en donde se defiende la tesis de que el proceso de socialización permea, de manera directa, la forma en que las personas entienden y construyen su identidad sexual. En el primer capítulo se abordó la forma en que la medicina ha trabajado la condición de intersexualidad en las personas participantes, en donde se han desarrollado una serie de relaciones de poder que las han afectado en situaciones como el acceso a la información y en el acceso a tratamiento hormonal. En el segundo capítulo se analizó el proceso de socialización de las personas intersexuales con su familia y agentes externos a esta, lo cual evidenció la presión ejercida por parte de diferentes figuras e instituciones como la religión y la educación en el desarrollo de roles de género. Finalmente, en el tercer capítulo se analizó 10 la conformación de la identidad sexual de las personas intersexuales a partir de tres elementos encontrados: el cuerpo, la corporalidad y la orientación sexual, quienes fungieron como ejes para la identificación y la adscripción a un género cuando cayeron en cuenta de su condición sexual. En este sentido, se debe entender que la intersexualidad engloba diferentes realidades debido a sus diversas expresiones, por tanto, esta investigación solo plantea abarcar parte de la realidad de tan fragmentado panorama, por lo que no se pueden homogeneizar sus resultados a toda esta población. 2. Justificación La intersexualidad presupone un debate que contiene múltiples problemáticas, en donde algunas de las discusiones principales se colocan desde un punto de vista de derechos humanos, debido a que se cuestionan los discursos hegemónicos, en torno al sexo, que derivan en la intervención quirúrgica en personas que presentan ambigüedad sexual (ver Jiménez, 2013; Acuña, 2017 y Alvarado, 2015). En Costa Rica este podría considerarse un tema tabú, dado que no se habla mucho sobre el colectivo intersex, de hecho, según señala Montero (2017), en el país no existe alguna institución pública que posea datos, estudios o información estadística precisa acerca de la población intersexual. No obstante, se han presentado estudios que reúnen datos aproximados, como se verá a continuación. Un primer trabajo periodístico que puede divisarse, es la nota realizada por Castillo (1997), en la cual destaca que Costa Rica, para ese momento, ocupaba el tercer lugar del mundo en la incidencia de este fenómeno llamado intersexualidad, en donde, según estadísticas, en el país uno de cada cuatro mil nacimientos presentaba ambigüedad sexual, siendo la hiperplasia suprarrenal congénita su expresión más frecuente. En esta línea, según datos proporcionados por el Programa de Tamizaje Metabólico Neonatal, desde el 2013 y hasta el mes de abril del año 2014 se habían detectado 127 casos de hiperplasia suprarrenal congénita (Solís, 2014), la cual es la expresión intersexual que más suele mencionarse. No obstante, hay una diversidad de formas en que la intersexualidad puede presentarse, de hecho, estadísticas recopiladas por Alvarado (2015), muestran que la Caja Costarricense del Seguro Social (C.C.S.S.) ha atendido cerca de 1600 casos relacionados a ambigüedad sexual en el período 1997-2014, 11 y maneja escalas de intersexualidad, siendo estas: hiperplasia suprarrenal congénita1, sexo indefinido y seudohermafroditismo2 (ver anexo 1). Ahora bien, es necesario tener claro las estadísticas existentes al respecto, puesto que ellas dan cuenta acerca de la incidencia de casos que se presentan en el país, siendo estos una cantidad considerable y que, a ciencia cierta, no se sabe lo que está ocurriendo o ha ocurrido con estas personas. Por otra parte, el tema de la intersexualidad ha sido abordado principalmente desde una cuestión bioética y de derechos humanos, ya que hay una postura en contra de la operación que se les realiza a estas personas con el fin de “normalizarlas”, como bien lo muestra Bermúdez (2017), al decir que a pesar de que Costa Rica ha ratificado y aplicado numerosos instrumentos internacionales en cuestión de los Derechos Humanos, la normativa que existe en cuanto al reconocimiento y atención de la población intersexual es escasa. Por su parte, Jiménez (2013), narra que en Costa Rica la intervención quirúrgica sobre estas personas se realiza antes de los dos años de vida, en donde los doctores aducen que, si no se opera, la persona tendrá consecuencias a futuro, sin embargo, se ha demostrado que se muestran consecuencias como depresión y desconfianza; según datos recopilados por esta autora. Por esta razón, se determina una postura en contra de estos procesos de intervención, dado que, a largo plazo, se generan consecuencias que pueden ser evitadas si se espera a que la persona intersex pueda decidir sobre su genitalidad; puesto que, en la mayoría de los casos, esta condición no supone un riesgo para la salud de las personas, por tanto, la cirugía no es algo imprescindible (Jiménez, 2013). En la opinión pública, se puede observar comentarios realizados por parte de figuras médicas, como es el caso del Dr. Orlando Urroz, quien fuese temporalmente Director del Hospital Nacional de Niños (HNN), mencionando que en la sociedad no funciona que un menor vaya al kínder sin saber si es hombre o mujer (Arroyo, 2009). 1 La hiperplasia suprarrenal congénita (HSC) engloba un grupo de trastornos enzimáticos de la glándula suprarrenal que conlleva a una alteración en la síntesis de cortisol y aldosterona, con acúmulo de precursores androgénicos. Presenta un amplio espectro clínico, y se puede encontrar desde un trastorno de la diferenciación sexual en el momento del nacimiento asociado o no, a un síndrome adrenogenital en el período neonatal, hasta virilización con amenorrea primaria (Mejía et al, 2014, p.41). 2 Ocurre cuando los genitales externos pueden ser ambiguos pero los órganos reproductores internos son de un solo sexo. El término seudohermafrodita (masculino, cuando las gónadas son testículos y femenino, cuando las gónadas son ovarios), (Mejías, Duany y Taboada, 2007). 12 No obstante, a pesar de estos discursos, se encontró un vacío informativo respecto al debate que ha suscitado este tema, ya que hay posturas a favor y en contra de la operación de estas personas, pero, ¿dónde queda la voz de ellas? Hay todo un discurso que se erige sobre esta población mas no desde ella, y es ahí en donde, precisamente, se propuso abordar, desde una perspectiva antropológica, el vacío que se está presentando. Este tema ha mostrado aproximaciones incipientes, desde la antropología en Costa Rica, no se encuentra indicio claro respecto a la situación, aunque sí se ha trabajado la temática de sexualidad, como las relaciones de parejas homosexuales (ver Vargas, 2001), por tanto, se tornó de interés trabajar con esta población a partir de una postura antropológica para describir lo que ha sucedido respecto a la construcción de su identidad sexual, entendiendo que, a lo largo de sus vidas, las personas han pasado por etapas que han tenido que enfrentar en relación a este fenómeno y las cuales pueden estar dotadas de diferentes significados que hasta la fecha no han sido relatados. Nieto (2003), acota que en la sexualidad intervienen dos procesos, por una parte se encuentra la sociedad, quien dicta límites de lo sexualmente correcto y hay procesos reguladores del control corporal; por otra parte, aparecen los individuos, quienes abordan su propia sexualidad y aceptan o rechazan lo que se les impone. De esta manera, a través de la antropología se pretendió abrir una puerta dentro del debate intersexual para narrar cómo estas personas han forjado sus identidades sexuales en una sociedad que impone ciertas reglas acerca del deber ser; hay una serie de factores culturales que entran en juego, y de ahí el interés de abordar este fenómeno, para así lograr visibilizar, pero sobre todo, entender cómo las personas intersexuales han lidiado con su condición, tanto de manera interna, en términos de asimilar lo que sucedía con sus cuerpos, como externa, referido a las diferentes relaciones, sean estas familiares, de amistad, amorosas, etcétera. Esto con el fin de aportar a este debate “desde adentro” y así sensibilizar a las personas a partir de lo que vive una persona intersexual en diferentes etapas. Asimismo, Portal (1991), hace eco que, desde la antropología, se ha presentado un esfuerzo al entender el asunto de identidades, ya que estas no se pueden comprender como prácticas simbólicas inmóviles, sino más bien como una red de relaciones sociales que se encuentran en movimiento, de ahí que a través de esta disciplina se pretenda abarcar los diferentes acontecimientos que convergen en lo que respecta al tema de identidad sexual de personas intersexuales, ya que es algo que no se construye de manera 13 estática, sino de diferentes relaciones sociales que se intentaron ilustrar mediante la presente investigación. Finalmente, esta investigación pretendió generar insumos para futuras investigaciones en torno a esta temática, dado que es un fenómeno que se encuentra permeado por la sombra de la exclusión y la violencia como resultado de una sociedad que reproduce pensamientos binarios devenidos de una matriz heteronormativa, por tanto, los relatos aquí recopilados pueden ser de utilidad en aras de construir un entorno responsable y respetuoso hacia aquellos cuerpos y sexualidades disidentes. 3. Antecedentes Con el objetivo de contextualizar el espacio en donde se desarrollan las personas intersexuales con las cuales se trabajó, se torna necesario hacer, grosso modo, una reseña acerca de la conformación del imaginario costarricense en relación a la sexualidad, ya que de ahí parten los discursos a los que se exponen las personas para entender ciertas situaciones referentes a lo sexual. Para empezar, Quesada (2012), habla, en primera instancia, acerca de la identidad nacional, la cual se erigió bajo una sociedad patriarcal que privilegiaba el papel de los hombres con su participación en la esfera pública, de esta manera se estableció el papel que debía ocupar cada sexo: la esfera pública correspondía a los varones, proveedores y jefes de hogar; y el universo privado pertenecía a las mujeres, ligado a lo doméstico y el cuido de los hijos y las hijas. Bajo esta línea aparece el papel de la Iglesia Católica, ya que desde el siglo XIX disputa el papel en la esfera política y social, aprovechándose de las demandas sociales. En este respecto, la Iglesia persiguió los ideales de justicia social, dadas las malas condiciones laborales de muchos trabajadores, principalmente en las plantaciones de banano, para ello elaboraron cartas que hacían énfasis en la importancia de salarios justos para generar las condiciones necesarias para la vida en familia, esta justificación llegó a fortalecer la práctica del matrimonio y la obligatoriedad de la heterosexualidad. De esta manera, siguiendo a Quesada (2012), la iglesia católica consiguió influencia política, sumado al hecho de que, a mediados del siglo XX, obtuvo su ingreso al sistema educativo, lo que ha generado discusiones, ya que en 1999, así como diez años más tarde, el Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) y el Ministerio de Educación Pública (MEP), respectivamente, plantearon implementar programas de educación sexual, los cuales no llegaron a término debido a los argumentos empleados por la iglesia 14 católica, que se basaron en valores tradicionales relacionados con la vida familiar (como la heterosexualidad, la maternidad y el matrimonio), recordando una identidad nacional basada en la vida pacífica de campesinos, quienes convivían en familia y tenían roles de género establecidos: los cuales promovían el aporte económico del hombre y el aporte reproductivo y de cuido de la mujer. A propósito de la educación, Schramm (2004), señala el hecho de la formación recibida por los niños y niñas, ya que se dificulta la visibilización de la vida no heterosexual debido a la intervención de la Iglesia Católica en el sistema educativo, además, se incentiva el desarrollo de imaginarios de género, ya que en primaria, durante algunos años, se ha utilizado el libro de español llamado “Paco y Lola”, el cual brinda representaciones de género estereotipadas, en donde, en un contexto de una familia construida como heterosexual, se presenta a la mujer como ama de casa y madre, mientras que el hombre es presentado como proveedor familiar asalariado. Estos roles pueden ser interiorizados por los niños y las niñas, y seguir reproduciendo el modelo binario de sexo y género, los cuales se asumen como naturalizados, por tanto, no merecen ser cuestionados. Por otra parte, Jiménez (2015), expone que, en los años ochenta, para la ciudadanía, el Estado y el aparato mediático, los homosexuales eran equivalentes a criminales, delincuentes y ladrones; por lo que había una persecución hacia estas personas a través de redadas policiales, esto se justificaba con el Virus del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH-SIDA), ya que se relacionó este padecimiento con el homosexualismo, por lo que el Estado, en lugar de promover campañas de información preventiva, eligió ir por lo que consideraban como las raíces del problema que, para este efecto, eran los centros de socialización homosexual; atacando a las personas, marcándolas con el símbolo del estigma y obligándolas a practicarse el examen del VIHSIDA, en un intento frenético de controlar la propagación del virus (Jiménez, 2015). En este sentido, en Costa Rica se atacó el homosexualismo utilizando como justificante la salud pública y moral, ya que esta población representaba una amenaza para ellas. Esta represión también se hizo manifiesta en otras áreas, por ejemplo, en el año 1993, la Universidad Internacional de las Américas (UIA), llevó a cabo una política que prohibía que los estudiantes vistieran con elementos no acordes a su género, o que tuvieran rasgos de otras culturas, como el uso de aretes o el pelo largo en el caso de los hombres. Ante esto, el director de ese centro manifestó que había libertad para que personas homosexuales estudiaran allí, siempre y cuando su presencia no agrediera a los 15 heterosexuales. En ese mismo año, el entonces ministro de Gobernación y Policía, Luis Fishman, declaró que no contrataría individuos con manifiestas desviaciones sexuales; este discurso fue replicado por otras instituciones y figuras públicas (Jiménez, 2018). Por último, en un plano de psiquiatría, Gamboa (2006), manifiesta la manera en la que las desviaciones sexuales son patologizadas, de hecho, indica que el personal del Hospital Nacional Psiquiátrico (HNP) debe reportar las enfermedades que ahí se atienden de acuerdo con los criterios diagnósticos de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE). Para 1975, existía una gran categoría denominada “desviaciones y trastornos sexuales”, mientras que, para el año 1992, esa categoría se disolvió, mas se integró una clase denominada “trastornos de la identidad”, la cual incluía el transexualismo y el travestismo. Mediante esta breve reseña, se pone de manifiesto la manera en que diferentes esferas de poder han legitimado el discurso heteronormativo, con el fin de que este se siga reproduciendo; esto es de importancia ya que permea a la sociedad costarricense, provocando que se condene todo aquello que se desvíe del ideal implantado, ejerciendo presión desde diferentes áreas. Estos factores entran en juego a la hora en que una persona construye su identidad, por lo que es necesario ponerlos de manifiesto para entender a lo que se enfrenta una persona intersexual al momento de definirse ante su ambigüedad sexual. 4. Estado de la cuestión Para la confección del presente estado de la cuestión, se tomó como referencia diversos estudios realizados en torno a la identidad y sexualidad en Costa Rica, así como de la intersexualidad en el país y América Latina, la elección de estos apartados se dio producto de la revisión bibliográfica realizada, la cual dio cuenta de que estos temas han sido abordados y se encuentran afines con lo que se desea investigar en el presente trabajo, además, resultan relevantes para tener un panorama sobre el estado de las personas intersexuales en el país y en el marco latinoamericano. El interés por revisar la situación en América Latina se produjo con el fin de tener una mayor referencia a nivel de estudios, permitiendo ampliar el conocimiento de los temas trabajados con esta población; a la vez que en la última década ha ocurrido una mayor producción científica en esta región respecto a la intersexualidad. Aunado a esto, el apartado de identidad y sexualidad toma sentido en el hecho de que es el eje principal sobre el que se esgrime esta investigación, haciendo necesario 16 conocer la manera en la que estos dos aspectos se han ligado para efectos de una investigación, lo que permitió tener claridad acerca de los caminos a seguir en este trabajo y los aportes bibliográficos que se pudieron realizar para el mismo. 4.1. Identidad y sexualidad en Costa Rica Para iniciar, se pudo divisar el trabajo realizado por Vargas (2001), el cual versa sobre las dinámicas de la relación de pareja en hombres gays y el papel de la violencia dentro de ella, entre sus resultados determina que la homofobia es una actualización de la identidad masculina considerada normal, de una identidad de género que percibe amenazada sus fronteras identitarias, producto del temor a los efectos sociales de poder, que genera asumir otra posición subjetiva en el campo sexual. Además, entender las causas estructurales de las violencias de género, es comprender que la xenofobia es resultado de una manera de organización de los sujetos, de sus identidades de género, principalmente de un modelo dominante de masculinidad centrado en la represión y el menosprecio de las dimensiones placenteras, afectivas y amorosas. Por otra parte, Segura (2017), en su pretensión de analizar rasgos y expresiones ligados con la identidad de género y la orientación sexual en personas jóvenes, a través de la aplicación de cuestionarios de la Segunda Encuesta Nacional de Juventudes de Costa Rica, 2013, encontró que, del total de la población joven estudiada, un 38. 8 % se considera de género masculino, de estas personas un 5.0 % expresó ser de sexo mujer y un 33.8 % manifestó ser de sexo hombre. Por otra parte, un 60.0 % de la población indicó ser de género femenino en donde un 13.8 % se ubicó como sexo hombre un 46.3 % como sexo mujer. Esto conllevó a decir que el sexo y el género no conforman una correspondencia, reflejada esta situación en un 20.1 % de la población, quienes viven el género de una forma diferente a lo históricamente construido, incluyéndose la posibilidad de ser transgénero, en otras palabras, la autoidentificación de personas jóvenes evidencia hombres de género femenino y masculino, y mujeres de género masculino y femenino. Bajo otra línea, Gamboa (2008), abordó la relación entre los diversos espacios de sociabilidad de la población lesbiana, gay, bisexual y transexual (LGBT), y la construcción de identidades grupales e individuales, esta autora determina que estos espacios responden al interés de construir una identidad basada en la sexualidad, abarcando lo que se define como saludable y las enfermedades relacionadas al sexo, esto parte de un supuesto que desvaloriza a la población LGBT. Por tanto, se intenta forjar una 17 identidad que parte de una lógica normativa, la cual incluye al sexo como algo público, que debe ser intervenido y regulado a través de la educación. Siguiendo otra premisa, la identidad y la sexualidad es algo que ha sido cuantiosamente abordado en el país desde el derecho, específicamente para el caso de las personas transexuales. Obando (2015), indica que la Sala Constitucional aborda el tema de derechos de esta población desde dos puntos: a) una perspectiva de avanzada: al reconocerse que la persona transexual tiene derecho a adaptar su anatomía a la identidad sexual que siente y vive, se reconoce su derecho a la identidad sexual mediante el libre desarrollo de su personalidad y dignidad, así como el derecho a la salud; b) desde una perspectiva jurídica: lo cual consiste en reconocer el derecho a la identidad sexual. La Sala dictaminó que el derecho a la identidad sexual goza de la importancia requerida, y debe ser considerada como un derecho inherente a la persona, al igual que debe ser tenido en cuenta el derecho a la salud desde un punto de vista emocional y psíquico. Sobre esta misma línea jurídica, Bolaños y Sánchez (2015), mencionan que, a pesar de que Costa Rica reconoce el derecho a la identidad, la misma se encuentra vulnerabilizada en el caso de las personas transexuales, dado que no existe el derecho a cambiar el género con el que se nace. En otras palabras, si se nace anatómicamente hombre y se registra así al nacer, no se podrá revertir esta acción posteriormente. Es por ello que las personas transexuales no pueden cambiar su sexo registralmente, aunque se hayan realizado la operación para cambiar su genitalidad, lo que supone un conflicto entre el reconocimiento a la verdadera identidad de la persona transexual, y del género al que son adheridos, según la cédula de identidad. Videche (2014), argumenta que la situación de no reconocer el derecho a la identidad sexual de estas personas significa una contradicción respecto a la promulgación del país como defensor y garante de los derechos humanos, así como un estado social, democrático y de derecho. Este es un proceso que está a la espera de ser escuchado, reconocido de manera plena y ejercido por una población que ostenta el derecho fundamental a que se les reconozca su identidad tal cual la perciben, para que, de esta manera, expresen de forma plena su personalidad, tanto interior como jurídica. No obstante, cabe destacar que estos estudios fueron realizados, como se evidencia, cuando la legislación no permitía el reconocimiento en las cédulas de identidad de estas personas. En la actualidad esta situación ha cambiado, Flores (2017), acota que en el país es posible incorporar un “conocido como” en la cédula de identidad, lo cual es utilizado por las personas trans para emplear un nombre que coincida con su identidad de 18 género, además, se puede utilizar una fotografía en la cédula que no coincida con el sexo registrado. Sumado a esto, el cambio de nombre es posible, en concordancia con el artículo 54 del Código Civil, a través de un procedimiento de jurisdicción voluntaria. Es necesario decir que este fenómeno aún se encuentra cambiando, no obstante, no se ha redactado un artículo de carácter académico o científico sobre lo que sucede actualmente. Aunado a esto, los estudios detectados a mayo del 2019 no profundizan en el tema, es decir, no abarcan e indagan en la población afectada, dan un análisis macro de la situación sin ahondar en las particularidades. 4.2. Intersexualidad en Costa Rica Jiménez (2013), narra la situación de las personas intersexuales en Costa Rica, las cuales son intervenidas quirúrgicamente antes de los 2 años de vida. Se menciona que estas cirugías se realizan por una cuestión estética y no por la funcionalidad de los órganos. Las mismas se realizan para “normalizar” a las personas, los médicos les dicen a los padres que su hijo/a nació “diferente” y por tanto debe ser operado/a para evitar consecuencias en el futuro, no obstante, a pesar de la intervención, las personas intersex en el futuro presentan consecuencias como depresión y desconfianza. Dada la controversia que genera la intervención médica, Alvarado (2015), determina que el componente genético no es suficiente para justificar la intervención quirúrgica a una persona intersexual, hay otra serie de factores -sociológicos, antropológicos, culturales, etc- que tienen incidencia en la definición de género y sexo, por ende, deben ser tomados en cuenta. Por tanto, la decisión de operar debe trasladarse para el momento en que el individuo tenga capacidad para decidir, partiendo de su percepción de sexo y género. A su vez, Montero (2017), expone que este es un tema que se trata de invisibilizar por parte de la medicina, tratando de mantener lo que comúnmente se conoce: solo existen dos sexos, hombre y mujer, después de mencionar esto, destaca que en Costa Rica no hay datos estadísticos exactos sobre la población intersexual en el país. Ante este panorama, Bermúdez (2017), expresa que no se ha abierto un debate respecto a la edad en la que una persona intersex pueda tomar decisiones en cuanto a su identidad y su expresión de género, así como tampoco hay algo que indique cuál es el acompañamiento que se le debe brindar, ni cómo debe ser el consentimiento informado. En otras palabras, hay vacíos en cuanto a la atención de necesidades para esta población. Dadas las circunstancias, Rivera 19 y Jiménez mencionan que, en Costa Rica, estas personas se encuentran con sus derechos más vulnerados, como el de la identidad. A propósito de la identidad, Chacón y Lara (1987), intentaron comprender algunos aspectos de la construcción de la identidad sexual mediante el proceso de socialización de cinco personas con la condición de pseudohermafroditismo. En este marco, las personas investigadoras exponen que para las madres de las personas intersex concebían que sus hijos e hijas iban a morir al ser diagnosticados (as) con esa condición, debido al hecho de que resultaba imposible pensar en un ser humano sin antes ser concebido de manera sexuada: como hombre o mujer. Asimismo, la aparición de esta condición se ligaba a un tipo de castigo por algo malo que se hizo en el pasado; por tanto, la intersexualidad implicaba vergüenza y humillación para las madres, principalmente. Además, la condición de la persona pasaba a ser un secreto familiar, incluso, tampoco se le comunicaba a esta, lo que impide la construcción, recopilación e integración de la identidad desde una perspectiva histórica de la persona, tanto del pasado como del presente. El estigma es otro elemento que aparece en este fenómeno, dado que la familia analiza el actuar de la persona intersex para validar o desacreditar la sexualidad brindada por el discurso médico. En adición a esto, como resultado del secretismo y el estigma, las personas intersex experimentaron su cuerpo con odio y rabia, y existía el deseo de querer ser otra persona, dado que veían su masculinidad o feminidad como algo truncado. Ante esto, se detectó dificultad para construir relaciones sociales, producto de un sentimiento de desvalorización. Por último, Vargas (2013), expone una serie de aspectos que se toman como referencia para definir el sexo de una persona intersexual desde el punto de vista médico, en donde destaca el tomar en cuenta los perfiles hormonales, genético y tisular del menor, por ejemplo. A su vez, plantea una postura ética respecto a los procedimientos médicos ejercidos, debido a la edad en la que se intervienen estas personas, donde no se toma en cuenta su consentimiento. 4.3. Intersexualidad en Latinoamérica Bernal (2011), Ehrenfeld, Pérez y Avella (2017) y García y García (2017) encuentran que un problema que se presenta en personas intersexuales en Colombia, está referido a la preocupación médica y de los padres por no saber de qué manera registrar el nacimiento de sus hijos. Existen estudios médicos que recomiendan no registrar el nacimiento de una persona intersex hasta que se haya definido el sexo del infante, no 20 obstante, el registro civil de nacimiento es la herramienta por la cual el Estado reconoce la existencia de una persona, fungiendo como prueba de su existencia legal. Por tanto, no registrar al niño genera consecuencias en el orden jurídico y prácticos; por lo que se propone una aplicación en donde prevalezcan los derechos fundamentales de los menores, como el de su identidad sexual y de género, dando posibilidad a que el niño no sea clasificado ni como masculino ni como femenino. A la vez, destacan la necesidad de incorporar en los programas de estudio de la Facultad de Medicina, contenidos sobre la sexualidad humana, su diversidad y sus características socioculturales, esto con el fin de erradicar estigmas y opiniones subjetivas. Cabral (s.f.), Maddaleno y Paz (2016), acotan que el movimiento político de personas intersex no es un movimiento en contra de la psiquiatría, la endocrinología, la cirugía y/o la urología pediátrica, y demás, este se trata más bien de un movimiento de afirmación de posibilidades no normativizadas de la corporalidad, que demanda situar el cambio en el exterior, en esa necesidad de reproducir al género como orden binario, esgrimido en la normatividad de los cuerpos. Por tanto, el movimiento intersex demanda el respeto a la autonomía, autonomía corporal, autonomía de la decisión, además del derecho a la identidad y a la memoria. Asimismo, demandan implementar protocolos de atención y tratamiento en el sistema de salud para una correcta atención de estas personas, garantizar también su acceso a la salud, brindar apoyo interdisciplinario a las personas intersex y sus familias, entre otras. Godoy (2015), expone que en Chile se muestra vulnerabilidad en la población intersex, por lo que se pide a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que solicite al Estado chileno detener las mutilaciones que se efectúan sobre estas personas y que el Ministerio de Salud cree un protocolo que vele por sus derechos humanos. Para ello, este autor entrega una propuesta de protocolo de atención integral a niños, niñas y adolescentes intersex, con enfoque en derechos humanos, a este Ministerio. En un estudio realizado en Ecuador, Robalino (2017), entrevistó a personas intersexuales quienes consideran que se sienten como “bichos raros” al no desarrollar su cuerpo como sus compañeros de colegio y que, acciones como ir al baño, presuponen un calvario para ellos. También creen que la violencia empleada por la sociedad en general es una de las maneras más difíciles y coercitivas de imponer el modelo binario hegemónico. Algunas personas de esta población ven a la intersexualidad como una ventaja, ya que se entiende a hombres y mujeres por igual, además de verla como una posibilidad de elegir sobre su cuerpo e identidad. 21 4.4. Síntesis de estado de la cuestión Los trabajos de investigación expuestos en este apartado permitieron dilucidar que estas temáticas son tratadas, en gran parte, desde una postura de derecho, ya sea en relación a lo jurídico o a la cuestión biomédica. Además, se percibió la ausencia de brindar voz a los sujetos de investigación, se habla sobre ellos y sus problemáticas, pero prevalece la narración del autor sobre las mismas. Sumado a esto, se observó un auge en las publicaciones de este tipo -intersexualidad e identidad- durante el presente milenio, tomando mayor fuerza en la última década, donde América del Sur es quien lleva la batuta. 5. Enunciación y delimitación del objeto de estudio La intersexualidad supone transgredir la barrera de lo normal, la cual es construida por diferentes cánones que configuran el imaginario de una sociedad; y es que esta transgresión se enmarca a la hora de categorizar a esta población desde diferentes miradas, como la médica, que entiende la intersexualidad como una anormalidad en los genitales internos y externos, la cual impide delimitar al bebé en el género femenino o masculino (Hernández, 2009). Incluso, desde una perspectiva biológica, según señalan Torroba y Bertolé (2017), entre los siglos XVII y XIV se creó la teratología, una disciplina basada en la clasificación de los nacimientos inusuales y en el estudio de anomalías anatómicas, que dictaminó que el nacimiento de personas, en ese entonces llamadas hermafroditas, era resultado de un desarrollo embrionario anormal. Siendo así, se reconoce que a través de la historia se ha estigmatizado a estas personas bajo la sombra que supone esa etiqueta, en donde se ha considerado la intersexualidad como algo monstruoso, siendo objeto de acusaciones como ser enviados del diablo, estar poseídos o hechizados, y, al ser transgresores de las leyes de la naturaleza, se les castigaba, en regiones como Francia y Grecia (Agramonte, 2015). Desde la psicología, John Money, no incluye dentro de personas normales a aquellas que han nacido con defectos congénitos hermafrodíticos o sexuales de cualquier otro tipo, a la vez que los concibe como seres inacabados (Money, 1982). Por tanto, vivir en el lado de lo denominado anormal ha desencadenado el ser señalado por las personas, y que ellas brinden una serie de cuestionamientos referentes al ser desviado, así como a la necesidad de ser corregido para calzar en lo denominado normal. 22 En el caso de las personas intersex, esta normalidad debe ser alcanzada a través de la medicina, en donde se actúa sobre los cuerpos para marcar un antes y un después sobre los mismos; el consultorio de un hospital emerge como el limen entre lo que se es y lo que se debe ser, en términos de lo que la sociedad demanda, reflejado, en este marco, en el discurso médico, como bien acota García (2015): El quirófano estaba dispuesto. El dispositivo médico desplegó sus efectos: la mirada clínica se posó sobre los genitales. Para que las personas, desde la infancia, puedan desarrollar una identidad de género estable, se deben conseguir los genitales correctos. Podríamos decir que se trata de una proposición de virtud, de vida buena (p. 56). La intervención médica, materializada en intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales, es aplicada a estas personas con el fin de que puedan tener una vida normal, en términos de poder definirse como hombre o mujer. Con esto se tiene la premisa de que se actúa bajo una lógica identitaria para dar respuesta a una relación binaria de hombre-mujer, derivada, en primera instancia, de una situación dialéctica normal-anormal. Esta situación se entiende en tanto que las personas se estructuran de una manera sexuada, lo que afecta a toda su identidad: se es hombre o mujer en la totalidad de las dimensiones, capacidades y cualidades que configuran la estructura de una persona (Riego de Moine, 2014). Y es que, ante la mirada del ”otro”, se aparecerá siempre de manera sexuada para empezar a “construir” a la persona o entenderla, tal como lo explica Burgos (2011), la realidad de la persona es siempre dual: hombres y mujeres que son instaurados en el mundo para observar y ser observados desde una mirada femenina o masculina, esta será la primera determinación humana con que la mirada se encontrará ante la presencia del ”otro”. La intersexualidad se esgrime como una especie de antítesis ante esta realidad, de allí la urgencia de ser corregida, todo en respuesta a una cuestión de identidad. No obstante, más allá de entrar en conflicto con una situación biomédica, se genera la interrogante alrededor de la configuración identitaria de estas personas al comprender que es un fenómeno en el que intervienen múltiples factores, donde convergen aspectos 23 individuales y las capacidades generadas en el proceso de educación y socialización (Rodríguez, 2007). El caso de esta población se ve marcado por la presión discursiva que se ejerce en relación al modelo binario, sobre esa realidad se enfrentan desde antes de nacer y sobre la misma tienen que interactuar y desarrollarse, recordando, además, que estas personas presentan, producto de su expresión sexual, consecuencias como cicatrices, ingesta de hormonas de por vida, insatisfacción con la reconstrucción genital realizada, entre otras (Agramonte, 2006); por lo que, aunado ya a la presión discursiva, todos los factores desencadenados derivados de la intersexualidad pueden influir en la manera en que comprenderá la persona su identidad a partir de su sexo. El hecho de cómo estas personas sobrellevan su condición genital, tanto con ellas mismas como con la sociedad, permitió preguntarse lo siguiente: ¿cómo las dinámicas sociales intervienen y configuran la identidad sexual de dos personas intersex? Es decir, de una manera desglosada, ¿de qué manera perciben su genitalidad? A partir de los órganos genitales que se supone que una persona debe presentar, según sea hombre o mujer, ¿cómo configura su imaginario las relaciones sociales que sostiene, en torno al tema de sexo y género? Y, finalmente, ¿en qué lugar se colocan para forjar su identidad sexual? Cabe resaltar que desde la antropología se ha entendido que los roles de género, las sexualidades y las identidades no son naturales ni universales, sino que se conforman por medio de discursos y procesos sociales (Roscoe, 2000). Por tanto, como señala la antropóloga Gayle Rubin (1989), se debe describir, identificar, explicar y denunciar aquello referente a la opresión en lo sexual, para ello se debe analizar lo que experimentan los individuos en relación a este tema, no teorizar desde afuera, desde lo que se piensa, sino hacerlo desde adentro en función de las subjetividades. Bajo esta premisa se planteó esta tesis, ya que el tema de intersexualidad se problematiza en ejes que no involucran la experiencia de los individuos para entender ciertos significados como el de la identidad sexual, en donde la antropología se puede adentrar para comprender los procesos sociales que están confluyendo en este fenómeno. Por último, es necesario indicar que el objeto de estudio de esta investigación es la construcción de la identidad sexual en personas intersex, por lo que se trabajó con dos personas intersexuales costarricenses en la provincia de San José, durante el periodo 2020-2021. 24 6. Objetivos 6.1. Objetivo general Analizar las dinámicas sociales que configuran la identidad sexual de dos personas intersexuales en Costa Rica en función de sus vivencias, significados y expresiones corporales. 6.2. Objetivos específicos 1. Explicar el caso de personas intersexuales costarricenses, para contextualizar sus situaciones clínicas en conformidad con la expresión de intersexualidad que presentan. 2. Comprender las formas en que ha incidido la condición genital de las personas intersex en las relaciones sociales, para identificar la influencia que han tenido las mismas sobre su imaginario. 3. Reconocer la percepción de las personas intersex sobre su genitalidad, para determinar su identidad sexual ante la sociedad. 7. Marco teórico En este apartado se exponen los ejes teóricos que configuran la investigación: intersexualidad, lo normal y anormal, la identidad, el imaginario y la percepción, la agencia, el modelo médico hegemónico, las relaciones de poder, el género y los roles de género, el cuerpo y la corporeidad y la orientación. Se considera que estos ejes guardan una congruencia articulatoria dado que la intersexualidad se entiende como el desarrollo de caracteres sexuales masculinos y femeninos en un individuo, lo que conlleva a un enfrentamiento social dentro de una cultura debido al modelo heteronormativo bajo el que se rige la misma. Como tal, las personas intersexuales son etiquetadas como anormales, producto de que se desvían de aquello considerado como normal dentro de un contexto cultural determinado. Bajo esta línea, estas personas se encuentran inmersas en una relación dialéctica producto de sus características sexuales y lo socialmente establecido, y es dentro de esta compleja relación en donde tienen que forjar su identidad sexual, desde el “deber ser”, fijado a partir de su sexo y los roles de género que sobre este se elaboran. Asimismo, en este proceso entran en juego la percepción e imaginario que desarrollen a través de la interacción social para definir su identidad sexual, en tanto dotan de sentido las diferentes acciones relacionadas a este tema como el cuerpo, la corporeidad y la orientación sexual. 25 Aunado esto, se encontró necesario definir el modelo médico hegemónico en vista de que este gremio es el encargado de atender, desde el nacimiento, a las personas que presentan esta condición, de manera que reproducen los criterios de normalidad y anormalidad mediante la patologización de la intersexualidad; lo que llega a ser un determinante en el proceso de identificación sexual. Además, se incluyeron los conceptos de relaciones de poder y agencia, dado que el primero es una constante en la cotidianidad de las personas, en el caso de quienes son intersexuales, estas relaciones de poder se encontraron en aspectos como la medicina o la socialización de roles de género. Por su parte, la agencia es un determinante a la hora de tomar decisiones en relación a la identidad, ya que es el poder que posee el individuo para la satisfacción de sus necesidades, en este caso específico, las que refieren a sexo/género. 26 Figura 1. Ejes teóricos Normalidad y anormalidad Orientación sexual Cuerpo y corporeidad identidad sexual Intersexualidad Género y roles de género Imaginario y percepción Agencia Relaciones de poder Modelo médico hegemónico Fuente: Elaboración propia (2021). Una vez descrito esto, a continuación, se procederá a mostrar cómo se entendieron estos ejes a través de fuentes teóricas, así como la relación que se aguarda entre ellos. 7.1. De la intersexualidad La intersexualidad, como eje principal de la presente investigación, debe ser definida: este fenómeno ha sido abordado a través de diferentes disciplinas, por ende, se le han atribuido diversas concepciones, como se verá a continuación. En un principio esta situación resultaba de mera competencia médica, sin embargo, en los últimos años ha ido en aumento el interés por parte de historiadores, antropólogos, bioeticistas y teóricos del género y la sexualidad (Benzur, 2005), por tanto, la definición de intersexualidad puede presentar una variabilidad según el enfoque desde el que se trate, lo que torna necesario observar esta relatividad conceptual. Desde una perspectiva médica, la intersexualidad es definida como un “Grupo de afecciones en las que se da una anormalidad en los genitales internos y externos. Dicha anormalidad impide definir si un individuo pertenece al género masculino o femenino. 27 También conocida como hermafroditismo o DSD (trastorno de desarrollo sexual según siglas en inglés)” (Hernández, 2009, p. 90). A propósito del atributo de anormalidad que se le otorga, desde la psicología, Money (1982), considera que las personas intersexuales son sujetos anormales y defectuosos. Por tanto, se le atribuye un carácter de anormalidad a la intersexualidad, lo que obstaculiza identificarse con un género -hombre o mujer- producto de su sexo, sumado a esto, se patologiza estableciendo diferentes maneras de “adolecer” esta condición. El discurso biomédico liga la intersexualidad con un fallo en el proceso normal de desarrollo del feto, de manera que toda combinación que no responda a la secuencia que se entiende como normal, será determinada como una patología (Gracia, 2001; Gregori, 2006; citado en García, 2015). Por otra parte, como al inicio se mencionó, la intersexualidad se ha trabajado también desde un punto teórico, tal como lo refleja Cabral (2005), quien encuentra en la palabra variación un concepto clave para entender la intersexualidad, comprendiendo que cuando se habla de intersexualidad ‘’se hace referencia a todas aquellas situaciones en las que el cuerpo sexuado de un individuo varía respecto al estándar de corporalidad femenina o masculina culturalmente vigente’’ (p. 284). Por tanto, la intersexualidad no hace alusión a un cuerpo en particular, sino a un conjunto de corporalidades posibles, en donde la variación en relación a la masculinidad y feminidad corporalmente típicas se encuentran fijadas por un modo cultural biomédico de mirar y medir los cuerpos humanos. Sobre la misma línea anterior, Maddaleno y Paz (2016), consideran que la intersexualidad engloba una variedad de situaciones en las que el cuerpo sexuado de un individuo varía de forma congénita respecto del modelo corporal hegemónico masculinofemenino. Bajo esta premisa establecen que el concepto variación es fundamental para abordar esta temática, puesto que hace referencia a los cuerpos que varían de los parámetros culturales de corporalidad femenina o masculina, y así se entenderá la intersexualidad en esta investigación. Extrapolando un tanto más este término, hay quienes consideran que la intersexualidad puede ser considerada como un tercer género, así, Sánchez (2006, citado en Tovar, 2016), indica que la intersexualidad puede ser definida como un género en sí mismo, conteniendo sus propias características y yendo más allá de la polaridad hombre/mujer. Esta definición se liga más a una cuestión de autonomía de estas personas, 28 tratando de salirse del modelo binario establecido y abriendo camino a un punto medio, se trataría de un reconocimiento o legitimación de esta población en una sociedad heteronormada. Teniendo esto, la intersexualidad se entiende como un fenómeno influenciado por diferentes factores, en donde el discurso médico ha presupuesto el discurso hegemónico para entenderla, por tanto, se produce un imaginario cultural moldeado por dicho discurso que conlleva a legitimar el modelo hombre-mujer como lo normal y considerar desviado lo que se aleje de esto, introduciendo así el siguiente eje. 7.2. De lo normal y anormal Uno de los ejes teóricos considerados para efectos de esta investigación es el de lo normal y lo anormal, específicamente en lo referente a la sexualidad, por tanto, es necesario exponer desde qué puntos se entiende este fenómeno en el presente trabajo. Benedict (1934), establece que el concepto de lo normal es una variación del concepto de “el bien”, referido a lo que una sociedad ha aprobado. Una acción considerada normal es aquella que cae dentro de los límites del comportamiento que una sociedad en particular espera. Además, la variabilidad entre pueblos se presenta en función de la variabilidad de los patrones de comportamiento que cada sociedad ha creado, y no puede separarse completamente de la consideración de los tipos de comportamiento culturalmente institucionalizados. Aunado a esto, Benedict señala que, en la medida en que se refuerzan los comportamientos seleccionados, se vuelven normales para una cultura. Los individuos que confraternizan con esos rasgos por alguna razón determinada, no sufren la desaprobación social que podrían sufrir en otra sociedad organizada de manera distinta al practicar o poseer los mismos rasgos. Por otra parte, los individuos que no poseen las características del tipo de comportamiento seleccionado en una comunidad son los catalogados como desviados. En síntesis, la normalidad, en su sentido más general, se define culturalmente. Es, primordialmente, un término para el segmento socialmente elaborado del comportamiento humano en cualquier cultura; en tanto la anormalidad es un término para el segmento que una civilización en particular no usa. Nuestra mirada sobre el problema se encuentra condicionada por hábitos de larga tradición de nuestra propia cultura (Benedict, 1934, párr. 36). 29 En Becker (1966), se puede encontrar una definición congruente con la dada por Benedict, este sociólogo considera que todos los grupos sociales establecen reglas, las cuales intentan aplicar en determinadas circunstancias, esas reglas establecen las situaciones y comportamientos considerados apropiados, definiendo las acciones “correctas” de las “equivocadas” y prohibidas. Cuando la regla se aplica, el supuesto infractor puede ser visto como alguien que es incapaz de vivir conforme a las normas acordadas en una sociedad y, por tanto, es considerado como un desviado. Un punto que atañe meramente el tema de la intersexualidad es el destacado por Becker (1966), al ligar la desviación con lo patológico, revelando la presencia de una enfermedad, la cual recae en la analogía médica. Cuando el organismo de un ser humano funciona bien se dice que es saludable, cuando esto no sucede así, hay enfermedad. A pesar de que existe consenso acerca de lo que es un organismo en buen estado de salud, esto no sucede cuando el término patología se emplea para identificar ciertos tipos de conductas consideradas desviadas. Esta situación aparece en el caso de la intersexualidad, dado que la ambigüedad genital es clasificada como una anomalía por parte de la medicina (ver Hernández, 2009), es decir, existe consenso acerca de clasificar la intersexualidad como una especie de patología. Ahora bien, otro debate se puede suscitar cuando una persona intersex decide no someterse a una cirugía, o se opera, mas no se siente identificada con el sexo asignado, situación que podría entenderse como una conducta desviada por parte de la sociedad al no tener un sexo definido. Bajo esta misma línea, es pertinente traer a colación a Foucault (1977), ya que como él lo trabaja en su obra, Historia de la sexualidad, la cotidianidad de la sexualidad a partir de un momento determinado llegó a ser objeto de intolerancia colectiva y de acción judicial, intervención médica, examen clínico atento y de una elaboración teórica, todo ello con la finalidad de encontrar posibles signos de degeneración. Lo considerado normal y anormal, como ya se ha comentado, es determinado por un contexto cultural, no obstante, es a través de herramientas discursivas de poder que se ejerce influencia sobre el imaginario de una sociedad acerca de clasificar algo como normal o no, situación que evidencia Foucault. Para definir lo anormal, en torno a la sexualidad, se da una incorporación de perversiones y especificación de los sujetos, pues como lo menciona Butler (2000), hay una serie de términos -llámese intersexualidad o hermafroditismo en este caso-, que existen debido a la necesidad de representar a un sector público, a través de estos, los mismos se controlan, se regulan y se clasifican. 30 Respecto a este tema, Pinzón (2012, p. 89), citando a Goffman (1963), acota que “un atributo que estigmatiza a uno, puede confirmar la normalidad del otro”, esto provoca que se presenten separaciones en el modo de relación social, el señalamiento del otro como anormal lleva a su separación de un conjunto, su aislamiento, a la vez que legitima al individuo que señala como normal. Mediante lo expuesto, se define lo normal y anormal como una situación cultural que corresponde a un imaginario implantado en cuanto a lo que sexualidad respecta, a su vez, el hecho de que se presente esta clasificación tiene un efecto legitimador -para lo considerado normal- y deslegitimador -para lo considerado anormal-. La intersexualidad, como fenómeno adscrito a la segunda categoría, dispone un dilema para aquellas personas que presentan esta condición, ya que están bajo constante influencia del juicio que la cultura impone, lo que es determinante durante el desarrollo de las diferentes etapas de sus vidas, puesto que en ese contexto social conforman su identidad sexual. 7.3. De la identidad sexual La identidad ha sido trabajada como un proceso de identificación en donde intervienen múltiples factores. Moro (2009), define a la identidad como un fenómeno subjetivo, de elaboración personal, construida de manera simbólica al interaccionar con otros, además, va ligada a un sentido de pertenencia a diversos grupos socio-culturales con los que se piensa que se comparten características en común. Además, se presenta un proceso dialéctico de la formación de la propia identidad, desde una construcción simbólica de ella, así como de la identidad social que se construye a partir del reconocimiento, es un tipo de acuerdo en el que la identidad personal se enfoca en la diferencia respecto a los otros y la identidad social que determina la igualdad con los demás. Otra definición que converge con la anteriormente dada, es la que brinda Giménez (2010), quien establece que la identidad se relaciona con la idea que se tiene acerca de quiénes somos y quiénes son los otros, en otras palabras, es la representación que se posee acerca de nosotros mismos en relación con los demás, por tanto, se realizan comparaciones para encontrar semejanzas y diferencias entre las personas. Con lo expuesto, se tiene que la identidad es una construcción dialéctica que involucra tanto al ser mismo (autodefinición), como a otras personas o colectividades con las que se sentirá una persona identificada o no. Tal y como destaca Pérez (2014), la 31 identidad conlleva reconocer a los denominados iguales y diferenciarse de los considerados otros, sea esto la recurrente alteridad antropológica. Dicho esto, es necesario rescatar que, para efectos del fenómeno de la intersexualidad, el interés se concentró en observar cómo se construye, específicamente, la identidad sexual, definida esta como el reconocimiento de su propio sexo y del carácter de atributo permanente del mismo (Machargo, 1990). Una visión similar se obtiene desde la antropología, al conceptualizar la identidad sexual como una conciencia individualista de la manera en que se vive el sexo biológico (Lara, 1991). En primera instancia, se trata de una identificación externa -como la vestimenta- que un niño es capaz de realizar. De hecho, Pérez (2014), indica que una de las preocupaciones de las sociedades es mostrar como sexuado el cuerpo de hombres y mujeres, esta preocupación se manifiesta hasta en la etapa neonatal de un individuo, dado que hay afán por predecir su sexo y empezar a mostrarlo como un ser sexuado mediante el color de ropa, sus juguetes y demás. Esto se sigue reproduciendo cuando ya el individuo nace, se refleja en la vestimenta, colores, accesorios, etcétera. Un cuerpo sexuado provoca la enseñanza de unos patrones diferentes de comportamiento, de motricidad, de uso del espacio y de alimentación. Es así como una persona desde su niñez elabora un juicio básico respecto a su identidad sexual: “soy niño o niña”, y organiza sus actitudes sexuales en relación a este juicio, generando su identificación (Kohlberg, 1966, citado en López, 1984). Por tanto, el sujeto es llamado a identificarse con una específica identidad sexual sobre la base de que esa identidad responde a una interioridad que se encontraba allí antes del acto de interpelación (Córdoba, 2003). En razón de lo que se buscaba con esta investigación, se manejó una mayor concordancia con lo expuesto por Machargo (1990), Lara (1991) y Pérez (2014), ya que involucran ejes guiados al factor antropológico en este proceso identitario, puesto que en el proceso de una persona respecto a definir quién es y quiénes son los otros, intervienen una serie de factores sociales establecidos que ejercen una presión constante en relación a la identidad sexual; hay una ansiedad por definir la misma a través de su sexo y encasillarlo para que el sujeto encuentre su sentido de pertenencia dentro de un grupo hombre o mujer- y se reproduzca a través de él. No obstante, finalmente el individuo será quien interprete su sexo para definir su identidad en este sentido, lo que se producirá a través de la manera en que viva su sexo biológico durante su experiencia socializadora. Esta situación supone una configuración identitaria diferente para aquellas personas que 32 presentan ambigüedad sexual, dada la forma en que deben manejar esa presión social para construir una identidad sexual. 7.4. Del imaginario y la percepción En el proceso de conformación de la identidad sexual se considera que el imaginario y la percepción son factores que entran en juego para tomar una determinación identificadora. Por tanto, es necesario acuerpar de manera teórica estos conceptos. Para iniciar, en relación al imaginario, se toma como referencia el aporte realizado desde la antropología por Gilbert Durand, quien entiende el imaginario como el conjunto de imágenes mentales y visuales, organizadas entre ellas por la narración mítica, mediante la que un individuo, una sociedad y la humanidad entera, organiza y expresa simbólicamente sus valores existenciales y su interpretación del mundo (Durand, 1994). Solares (2006), comparte una visión similar a la de Durand, dado que visualiza el imaginario como un conjunto de producciones mentales expresadas en una obra mediante imágenes visuales, lingüísticas, acústicas o gestuales, “dando lugar a conjuntos de imágenes coherentes y dinámicas sobre la base de la dimensión simbólica de la expresión actuando en la dirección de un enlace propio y figurado del sentido de la existencia” (p. 132). Desde un corte socioantropológico, Baeza (2004), define que los imaginarios son múltiples construcciones mentales compartidas socialmente de significancia práctica del mundo, orientadas a otorgar un sentido existencial. Estos constructos se erigen a través de la experiencia social, y se comparte producto de la comunicación y de la experiencia llevada a cabo en común. Asimismo, los imaginarios pueden ser jerárquicos como resultado de la legitimación que adquieren en su difusión y aceptación social. En lo que respecta al eje de percepción, se trabajará con un corte antropológico aportado por Vargas (1995), quien determina la percepción como una forma de conducta que contiene un proceso de selección y elaboración simbólica de la experiencia sensible, que tienen como límites las capacidades biológicas humanas y el desarrollo de la cualidad innata del hombre para la producción de símbolos. La percepción permite, a través de la experiencia, atribuir características cualitativas a objetos o circunstancias del entorno mediante referentes que se construyen desde sistemas culturales e ideológicos específicos elaborados y reelaborados por el grupo social, lo que permite generar evidencias sobre la realidad. 33 A su vez, la percepción es de una naturaleza biocultural por cuanto depende de estímulos físicos y sensaciones involucradas, así como de la selección y organización de esos estímulos y sensaciones. Las experiencias sensoriales se interpretan mediante pautas culturales e ideológicas aprendidas desde la infancia. La selección y organización de las sensaciones se orientan a satisfacer necesidades individuales y colectivas de los seres humanos, por medio de la búsqueda de estímulos útiles y la exclusión de estímulos no deseados en función de la supervivencia y convivencia social. En síntesis, a través de referentes aprendidos se elaboran evidencias en donde las sensaciones adquieren significados producto de ser interpretadas e identificadas como las características de las cosas, según las sensaciones de objetos o eventos conocidos previamente. ’’Este proceso de formación de estructuras perceptuales se realiza a través del aprendizaje mediante la socialización del individuo en el grupo del que forma parte, de manera implícita y simbólica en donde median las pautas ideológicas y culturales de la sociedad’’ (Vargas, 1994, p. 48). A modo de conclusión, el imaginario y la percepción pasan por procesos colectivos e individuales para la interpretación de eventos u objetos, a través de los cuales se dota de significado la realidad. De esta manera, fue de interés analizar la forma en que se ha moldeado el imaginario de las personas intersex, en relación al tema de sexo, mediante la socialización ostentada con diferentes agentes sociales, ya que se desarrollaron en un contexto donde solo se da cabida a la existencia del hombre y la mujer a través de su genitalidad y los roles otorgados producto de su expresión corpórea. A la vez que, como resultado de la experiencia, fue posible divisar la forma en que estas personas forjaron su percepción para brindar un significado a su intersexualidad y, por tanto, tomar una decisión respecto a su identificación sexual. 7.5. Agencia La agencia refiere a las condiciones de vida previas que hacen posible que el agente pueda ejercer su capacidad para alcanzar un determinado estado que considere valioso para sí, aunque no, necesariamente, implique su propio bienestar. De este modo, la agencia alude a al ejercicio de la capacidad para poder, por ejemplo, proveerse de lo que se necesita para satisfacer una necesidad (Pavez y Sepúlveda, 2019). La capacidad, en este caso, es la posibilidad que tiene un agente de alcanzar un logro en relación con lo que este ha considerado como valioso; en otras palabras, puede definirse como la habilidad para actuar en conformidad con lo que importa. 34 En este marco, este concepto teórico es de importancia en el estudio debido a que, en diferentes momentos de la vida, como en la definición de la identidad sexual, las personas intersexuales mostraron su capacidad de agencia por cuanto primaron sus intereses por encima de la presión estructural ejercida desde la heteronormatividad. De este modo, puede decirse que la capacidad de agencia se expresó en el poder de la toma de decisiones desde la individualidad. 7.6. Modelo Médico Hegemónico El modelo médico hegemónico (MMH) es el conjunto de prácticas, saberes y teorías generadas a partir del desarrollo de la medicina científica que, desde fines del siglo XVIII, ha conseguido dejar como subalternos a las prácticas, saberes e ideologías en salud que dominaban en los conjuntos sociales; llegando al punto de reconocerse como la única manera de atender la enfermedad, encontrándose legitimada por criterios científicos y el Estado (Angulo, 2018). Asimismo, esta autora señala que el modelo médico hegemónico posee los siguientes rasgos estructurales: El biologismo. El individualismo. La ahistoricidad. La asocialidad. La orientación curativa basada en la eliminación del síntoma. La concepción de la enfermedad como ruptura, desviación, diferencia. El o la paciente como responsable de su enfermedad. Tendencia a la medicalización de los problemas. La identificación ideológica con la racionalidad científica como criterio manifiesto de exclusión de otros modelos. El concepto teórico fue empleado para la investigación ya que la parte médica tiene injerencia en lo que refiere a la intersexualidad; dado que es la disciplina encargada de atender la situación, en primera instancia y, como tal, desde ahí se ejercen una serie de prácticas que se corresponden con el modelo médico hegemónico, como el hecho de biologizar la diferencia sexual o patologizar esta condición sexual. 35 7.7. Relaciones de poder Para efectos de esta investigación, las relaciones de poder se entendieron como el conjunto de fenómenos relacionales asimétricos, en el que hay una entidad que “manda” y otra que “obedece” y, en tal sentido, la relación se dota de un carácter unidireccional (Montbrun, 2010). En este respecto, la relación de poder implica la relación obligatoria entre dos o más sujetos, en donde el poder se encuentra concentrado en uno de ellos, ocasionando la sujeción de los otros individuos ante la figura que la ostenta. Este elemento fue algo que se manifestó en las relaciones sostenidas entre las personas intersex y el personal médico, dado que estos últimos son quienes tomaron las decisiones respecto a su condición, provocando una asimetría relacional; además, este fenómeno se pudo encontrar en las relación padre-hijo, ya que las figuras paternas demandaban situaciones específicas que debían ser atendidas por sus hijos. De esta forma, se consideró necesario la introducción y respectiva definición de este concepto en el estudio. 7.8. Género y roles de género El género articula el papel que las mujeres y los hombres desempeñan dentro de una sociedad, y se materializa a través de normas que se transmiten para que sean interiorizadas, asimiladas y formen parte del sistema de valores y creencias de las personas (Rosado, 2011). En esta línea, el género es una construcción del cuerpo y de la subjetividad como resultado del efecto performativo de repetir, de manera ritualizada, actos que terminan siendo naturalizados y generan la ilusión de una esencia (Duque, 2010). De esta forma, el género se construye a partir de la repetición ritualizada de actos de habla y de toda una gama de gestos corporales que corresponden a un estilo asociado con uno de los dos géneros culturales (hombre/mujer). Esta repetición no es opcional, se fundamenta en un discurso regulativo, en exigencias constantes del entorno que se dirigen a producir fenómenos que regulan la conducta según el sexo y se pueden materializar en cuestiones como la forma de vestir, de jugar, de hablar, de comportarse e incluso direcciona la posición que deben ocupar las personas en la sociedad. El cúmulo de acciones que se organizan en función del género se conoce como roles de género. Siendo 36 así, si se genera el resultado esperado, se tiene un género y una sexualidad culturalmente congruentes con el sexo de las personas (Duque, 2010; León, 1995). Ante esto, el género y sus roles son conceptos clave en esta investigación, dado que las personas intersexuales entrevistadas se vieron obligadas a cumplir con ciertas acciones en función de la demanda de esos dos ejes; a la vez que ellas, al tomar la decisión sobre su identificación sexual, basaron sus criterios en los roles de género socialmente establecidos en Occidente. 7.9. Cuerpo y corporeidad El cuerpo puede entenderse como una construcción simbólica, lo que implica que no sea una realidad en sí mismo; sino que existen una gran cantidad de representaciones que buscan dotarle de sentido y, por tanto, su significado es heterogéneo entre sociedades. En este respecto, el cuerpo asume una simbología múltiple y variada que se encuentra supeditada, discursiva y metodológicamente, al contexto y a la época en que se vive, así como a las creencias y preferencias de quienes la generan (Le Breton, 2002). Por otra parte, el cuerpo funge como un emisor y un receptor que interactúa con el mundo que le rodea en forma de corporeidad. Es así como, a través de este último elemento, el cuerpo humano se comporta como un objeto semiótico por cuanto representa y es representado a través de diversos lenguajes como los movimientos, los gestos, las palabras, las posturas, los silencios, los vestidos, los adornos y demás accesorios que lo cubren (Sola, 2013). En este marco, el cuerpo puede entenderse como la parte física del ser humano, mientras que la corporeidad hace referencia a las diferentes expresiones que emanan de ese componente tangible. Ambos conceptos resultaron determinantes en la investigación, en vista de que funcionaron como elementos para definir la identidad sexual de las personas intersexuales con las que se trabajó, de ahí radica el definirlos, en tanto se manejó una visión binaria sobre estos elementos, que dotaron de sentido de pertenencia a estas personas. 7.10. Orientación sexual La orientación sexual refiere a la atracción sexual y emocional de una persona hacia otra u otras, que define los constructos de heterosexualidad (atracción por una persona del sexo distinto dentro del binomio hombre/mujer), homosexualidad (atracción por una persona del mismo sexo), bisexualidad (atracción por personas del mismo sexo y 37 del sexo opuesto dentro del binomio hombre/mujer), entre otros tipos de configuraciones, siendo estas tres orientaciones las comúnmente conocidas (Negro, 2010). En términos del presente trabajo investigativo, la orientación sexual fue un elemento que cumplió un rol determinante en la construcción de la identidad sexual de las personas intersex, por cuanto se siguió el modelo heteronormativo, en cuanto a atracción, para adscribirse al género femenino. 8. Metodología La investigación se planteó a partir de un enfoque cualitativo, el cual se entiende como aquel que pretende captar la realidad social a través de los ojos de la población estudiada, buscando “conceptualizar sobre la realidad con base en el comportamiento, los conocimientos, las actitudes y los valores que guían el comportamiento de las personas estudiadas” (Monje, 2011, p.13). De esta forma, el conocimiento se construyó a partir de la experiencia de dos personas intersexuales en lo que respecta a la manera en que han forjado su identidad sexual a partir de su agencia y su proceso de socialización. A su vez, esta investigación tuvo un carácter exploratorio, ya que buscó producir conocimiento en un área que no ha sido intervenida en esta población, con lo que se persiguió que este trabajo ayude al surgimiento de nuevos problemas de estudio referentes a la población intersexual así como a la sexualidad en general, cabe recordar que este tipo de estudio –exploratorio-, se define por Baptista, Fernández y Hernández (2010), como aquel que se realiza “cuando el objetivo es examinar un tema o problema de investigación poco estudiado” (p. 79). Como bien se ha señalado, los estudios sobre estas personas tienen un enfoque que se enmarca en lo bioético, por lo que el tema de identidad sexual se concibe como un nuevo eje investigativo que se erige sobre esta población. Por otra parte, en la búsqueda de conocer las dinámicas sociales que configuran la identidad sexual de personas intersex, se empleó el método biográfico, el cual se refiere a una “estrategia de producción de conocimiento para enfrentar, aprehender y comprender procesos y realidades sociales a partir de la reconstrucción narrativa de los aconteceres vitales de los sujetos, en tanto están estrechamente enlazados a las condiciones objetivas del escenario histórico y cultural dentro de los cuales se producen” (Lay, 2006, p.54). Asimismo, este método organizó la investigación alrededor de un “yo individual o colectivo que adquiere la forma narrativa, integrando sus descripciones de experiencias, sucesos e interpretaciones” (Sautu, 1999, p.23). Y es que, precisamente, esto es lo que se buscó, conocer la experiencia de dos personas de esta población para construir un 38 producto que partiera de esas vivencias y los significados que le han otorgado para forjar su identidad sexual. 8.1. Sujetos de estudio Para llevar a término la investigación, se trabajó con dos personas intersexuales, las cuales compartieron el hecho de que no fueron sometidas a la cirugía correctiva, pero que se diferenciaron, además de sus experiencias de vida, en la expresión de su intersexualidad, ya que una de ellas –a la que se asignó el seudónimo de Alicia– presentó hiperplasia suprarrenal congénita, mientras que la otra persona –nombrada bajo el seudónimo de Samantha a partir de ahora– se enmarcó dentro de la intersexualidad gonadal verdadera. El contacto con Alicia se dio a partir de redes sociales, ya que ella ha participado en algunas entrevistas periodísticas, por lo que se procedió a buscarla por medio de Facebook y allí se entabló la conexión para realizar la entrevista. En el caso de Samantha, el enlace se dio a través de una profesora de psicología de la Universidad de Costa Rica con la que ella sostiene una amistad, en este marco, la docente se enteró de esta investigación por medio de un curso y se encargó de facilitar el contacto de esta persona; cabe mencionar que se siguieron las pertinentes consideraciones éticas, en el sentido de que la profesora procedió a explicarle la situación a Samantha para saber si deseaba participar el estudio; al ser positiva su respuesta, se hizo la conexión con la persona investigadora a través de Outlook. Cabe señalar que la selección de dos personas intersex se justificó por la dificultad que existió para localizar a personas de esta población; asimismo, el factor pandemia dificultó que se pudiera entrevistar a una persona más que estaba dispuesta a participar en la investigación, ya que la persona indicó que la entrevista podía ser realizada por medio de mensajes textuales a través de Whatsapp, sin embargo, al cabo de unas cuantas preguntas, dejó de responder los mensajes; lo que hizo pensar que el uso de esta plataforma para el desarrollo de esta técnica, no es lo más óptimo, o al menos si solo se emplea texto, ya que puede haber cierto grado de cansancio por parte de quien participa, quien espera una entrevista corta. A pesar de esto, se piensa que el hecho de trabajar con dos personas que presentaron casos diferentes, permitió sopesar el trabajo investigativo al ampliar el panorama de análisis, pues se pudo conocer vivencias símiles y disímiles, enriqueciendo así el conocimiento en torno a lo que se pretendió investigar. Por último, el trabajo de 39 campo se desarrolló de octubre del 2020 a marzo del año 2021 en la provincia de San José y haciendo uso de la plataforma ZOOM y la aplicación Whatsapp. 8.2. Criterios de selección de los sujetos de estudio Para el abordaje de esta investigación se establecieron los siguientes criterios para la selección de la población: ● Que las personas participantes tuvieran algún tipo de intersexualidad. ● Que las personas participantes en esta investigación fueran mayores de 18 años. ● Que las personas participantes tuvieran interés por el tema de investigación y por compartir sus historias de vida. ● Aunado a lo anterior, que las personas participantes presentaran disposición y anuencia para colaborar en cada fase del proceso investigativo. ● Que las personas participantes pudieran realizar la entrevista de manera virtual, para lo cual requerían tener acceso a un dispositivo electrónico y disponer de internet, así como hacer uso de alguna plataforma digital, en este caso ZOOM y Whatsapp. Estos criterios se presentaron en función del contexto de la pandemia, ya que en un inició se planteó realizar la entrevista de manera presencial; empero, al presentarse el aislamiento social como medida preventiva, se tuvo que optar por la virtualidad para llevar a cabo la investigación. ● Que las personas participantes realizaran la lectura del consentimiento informado (ver anexo 2) y aceptaran formar parte de la investigación. 8.3. Técnicas de recolección de datos 8.3.1. Revisión bibliográfica Como parte de las técnicas de recolección de información secundaria, se empleó la revisión bibliográfica, conceptualizada como la descripción de un tema o tecnología en particular con la finalidad de garantizar la obtención de información relevante en el campo de estudio (Gómez et al, 2014). Esta técnica se utilizó a lo largo de todo el proceso investigativo para conseguir un acercamiento al fenómeno, en términos de su abordaje teórico —tal como ejes relacionados a identidad sexual y social, lo normal y anormal, imaginario y percepción, cuerpo y corporalidad, entre otros—, las investigaciones realizadas al respecto y el análisis de la información. 40 8.3.2. Entrevista en profundidad (modalidad virtual) Para la consecución de información de tipo primaria, se llevaron a cabo dos entrevistas a profundidad, ya que esta técnica se comprendió como el mantenimiento de encuentros entre la persona investigadora y las personas informantes, con el fin de comprender las perspectivas que tienen las últimas respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, expresadas a partir de sus propias palabras (Olaz, 2012). En este sentido, la aplicación de esta técnica permitió describir eventos que han permeado la construcción de la identidad sexual en las personas intersexuales en diferentes etapas de sus vidas, así como los significados que le han otorgado a cada una de esas situaciones. Sumado a esto, se consideró que la entrevista a profundidad era una eficaz manera de entender este fenómeno en la vida de las personas, dado que permitió que fueran ellas mismas quienes lo describieran de manera amplia, con lo que se obtuvo un panorama general de la situación. A la vez que se logró ahondar en las experiencias de las personas investigadas, divisando las relaciones sociales que influyeron en la definición de su identidad sexual. Además, según Taylor y Bogdan (1987), en la entrevista en profundidad el entrevistador cuenta con un guion tentativo de elementos sobre los que se quiere profundizar, los cuales suelen responder a criterios de ordenación. Ante esto, se desarrolló una guía de preguntas que se estructuraron en tres bloques, los cuales correspondieron a cada uno de los objetivos específicos planteados en este trabajo de investigación, de modo que se establecieron tres grandes categorías: a) los casos médicos, b) el proceso de socialización como elemento de construcción de identidad y c) el proceso de agencia para definir la identidad (ver anexo 3). Asimismo, como resultado de la pandemia que se experimenta por la COVID-19, esta técnica tuvo que ser implementada de manera virtual, entendiéndose como aquella entrevista en donde la presencia física es nula y donde se experimentan dos tipos de desplazamiento: a) tiempo: porque hay probabilidad de que las interacciones entre la persona entrevistadora y entrevistada sean asincrónicas, con interrupciones de comunicación o episódicas y b) espacio: porque la relación entre estas personas tiene una distancia marcada por el medio electrónico, basada en texto y pantallas (Orellana y Sánchez, 2006). En este marco, las entrevistas fueron desarrolladas de manera no presencial, pero bajo diferentes modalidades. En el caso de Alicia, la técnica se empleó en la plataforma 41 ZOOM y tuvo una duración de una hora y quince minutos, y fue una sola sesión; esto ocurrió así debido a que fue una condición impuesta por ella, dado que mencionó que no contaba con tiempo suficiente para participar en varias sesiones. La entrevista fue debidamente grabada para su posterior transcripción y sistematización. La situación con Samantha fue un tanto diferente, puesto que ella solicitó que se le enviaran las preguntas para responderlas de manera textual, por ende, el producto final refirió a una especie de diario en el que ella plasmó las respuestas a las distintas interrogantes. Cabe mencionar que a esta participante se le planteó la opción de realizar la entrevista de manera sincrónica por una llamada o videollamada pero su respuesta fue negativa. Cuadro 1. Proceso de aplicación de entrevista en profundidad Participante Técnica Día Duración Número de sesiones Alicia Entrevista en profundidad, modalidad virtual (ZOOM) 9 de septiembre, 2020. 1 hora 15 minutos. Una sesión por solicitud de la participante. Samantha Entrevista en profundidad, modalidad diario. 26 de enero, 2021 (fecha en que se entregó la guía de preguntas). 13 de marzo (fecha en que la participante hizo la devolución de las respuestas). La devolución del instrumento constó de 46 días. Se puede decir que solo hubo una sesión en términos de que la participante solo se limitó a responder la primera guía de preguntas enviada, de las cuales surgieron otras interrogantes que no fueron contestadas. Fuente: elaboración propia (2021). Estos hechos significaron un cambio con lo planteado inicialmente en diferentes direcciones: 42 ● En primer lugar, se pretendía realizar historias de vida a lo largo de seis sesiones presenciales, empero, debido a la virtualidad y por disposición de las participantes, la entrevista tuvo que delimitarse a una sola sesión. A pesar de esto, la información recopilada fue de utilidad para cumplir con los objetivos planteados en este trabajo; sin embargo, se piensa que se pudo haber sacado mayor provecho si se hubieran realizado las seis sesiones, dado que se podrían haber resuelto algunas dudas que quedaron, además de haber profundizado en algunos eventos para una mayor comprensión de los casos. ● En segundo lugar, se esperaba contar con la participación de al menos una persona intersexual más, la cual se tenía contactada y había aceptado participar en la investigación, pero la virtualidad hizo que esta abandonara el proceso. En un inicio la persona indicó que la entrevista podía ser realizada por medio de mensajes de Whatsapp, pero una vez iniciada, solo se limitó a responder el primer bloque de preguntas, el resto de interrogantes no las siguió contestando. Se tiene claro que este hecho pudo haber ocurrido si la entrevista se hubiera aplicado de manera presencial, pero se tuvo la impresión de que la persona desistió de responder por lo extensa que era la entrevista, y es que, de cierta manera, resulta más desgastante contestar las preguntas mediante mensajes de texto si se compara con el acto de hablar, lo que supuso un obstáculo para poder contar con la participación de esta persona. Esta situación concuerda con lo expuesto por Lucilli (2008), quien menciona que una de las dificultades de realizar entrevistas por medio de un chat es la diferencia entre el tiempo que conlleva la oralidad y la escritura, debido a que este último involucra un proceso más lento, por lo que es imprescindible disponer de tiempo para elaborar respuestas de forma escrita; lo cual puede ser una limitante en la recolección de la información, como sucedió con la persona intersexual que se intentó entrevistar por medio del chat de WhatsApp. ● En tercer lugar, la virtualidad implicó que se llevara a término una implementación diferenciada de la técnica, como se explicó renglones atrás, esta situación no se tenía prevista, puesto que la idea inicial era ejecutar la entrevista de manera homogénea, es decir, durante seis sesiones presenciales. ● Por último, inicialmente se tenía previsto aplicar entrevistas semiestructuradas a integrantes de la familia nuclear de las personas intersexuales que formaron parte de la investigación; no obstante, no se encontró con la apertura para ejercer esta 43 acción. Se considera que haber entrevistado a estas personas hubiera sido un insumo valioso para tener una mayor comprensión sobre algunos asuntos mencionados por las personas intersexuales, como lo acontecido en el nacimiento, por poner un ejemplo; además de que se hubiera logrado captar los pensamientos y sentimientos de la familia acerca de diferentes eventos. 8.3.3. Diario de campo Por último, se implementó un diario de campo para registrar información, dado que este permite organizar de manera metódica la información que se desea obtener (Valverde, 1993). De esta manera, el diario fue de utilidad para mejorar algunos puntos en el trabajo investigativo, tal como señala Martínez (2007) “el Diario de Campo es uno de los instrumentos que día a día nos permite sistematizar nuestras prácticas investigativas; además, nos permite mejorarlas, enriquecerlas y transformarlas” (p. 77). 8.4. Sistematización de información Para llevar a cabo este procedimiento se empleó una base de datos, que permitió registrar, organizar, clasificar, sistematizar y recuperar información, para realizar este procedimiento se siguió a Galeano (2001), quien postula una serie de pasos para esta acción, siendo estos: ● Delimitar el tema y objeto de investigación para especializar la base de datos. ● Definir los supuestos teóricos y metodológicos que guíe su construcción. ● Establecer categorías para colocar la información recogida en el campo, lo que permitirá establecer relaciones y diferencias entre la información recopilada y la teoría. De este modo, el proceso llevado a cabo para la sistematización de la información, versó de la siguiente manera: ⮚ Una vez obtenida la información de las entrevistas, se procedió a utilizar el programa Otranscribe para realizar las transcripciones, las cuales fueron colocadas en un documento de Google Docs. ⮚ Posterior a esto, se elaboraron las categorías que se extrajeron de la información recopilada en el campo y en función de los objetivos específicos, así como de la 44 teoría. El establecimiento de categorías sentó la base para clasificar la información de una manera coherente, recordando que esta acción es indispensable para desarrollar o corroborar una interpretación del fenómeno que es objeto de investigación (Gómez y Okuda, 2005). ⮚ Una vez establecidas las categorías, se diseñaron códigos para clasificar la información. De este modo, se colocaron etiquetas en el documento de Google Docs donde se encontraban las transcripciones para su posterior organización. ⮚ Cuando los códigos fueron colocados, se crearon tres documentos de Google Docs que contenían las diferentes categorías y subcategorías para ordenar los fragmentos de la entrevista codificados. En este sentido, los documentos creados permitieron establecer esquemas para la elaboración de los capítulos referentes a lo que se encontró en el campo. ⮚ En este marco, la elaboración de las categorías y el análisis de la información siguió un proceso inductivo, en donde las primeras se elaboraron a partir de la lectura del material recopilado, sin tomar en cuenta categorías de partida (Rodríguez, Lorenzo y Herrera, 2005). La selección de este proceso se dio porque se consideró que el diseño de categorías a priori podría causar un sesgo o ralentizar el análisis de la información en tanto que se busca que los datos calcen en los grupos elaborados, situación contraria en el proceso inductivo. 8.5. Consideraciones éticas ● Dadas las características que atraviesa esta población en relación al estigma, se evitó cualquier tipo de trato o comentario que pudiera perjudicar u ofender a las personas participantes. ● Se informó detalladamente a las personas participantes sobre todo lo concerniente a la investigación, por lo que se procedió a facilitar el respectivo consentimiento informado. ● Se garantizó que toda la información suministrada por las personas participantes sería utilizada únicamente con fines académicos. Además, se aseguró que se cumpliría con el principio de confidencialidad y anonimato, razón por la que se utlizaron seudónimos para nombrar a las personas participantes. ● Se respetó el proceso que la persona decidiera llevar durante la investigación, en relación a cuestiones metodológicas y personales. 45 ● Con el fin de no distorsionar la información brindada por las personas participantes de la investigación, se les fue entregado el producto final para que fuera sometido a revisión, y corregir elementos que no se consideraran pertinentes. ● Las personas participantes contaron con total libertad para responder lo que desearon, no se forzó de ninguna manera a que brindaran información que no sea de su interés compartir. 8.6. Reflexión metodológica 8.6.1. Respecto a la diferencia en la aplicación de la entrevista a profundidad y la comparabilidad de la información Como, pertinentemente, se ha evidenciado, la entrevista a profundidad fue aplicada a través de medios diferentes a las personas participantes de la investigación, ya que, con Alicia, se implementó en la plataforma ZOOM, mientras que, para el caso de Samantha, se llevó a cabo de manera textual, en términos de que se le facilitó un documento de Word con las preguntas previstas para la ejecución de la técnica (a lo que se le denominó entrevista a profundidad modalidad diario por preferencia del investigador, dado que se pensó que la persona estaba elaborando una especie de diario sobre su vida personal al responder las interrogantes de manera textual). En este marco, como resultado del proceso metodológico, hay dos interrogantes que pueden surgir: ¿Por qué la técnica aplicada a Samantha se considera como entrevista y no como un cuestionario autogestionado? Y ¿Por qué es comparable la información cuando la aplicación de la técnica no fue la misma? En relación a la primera pregunta, existen ciertos criterios, siguiendo a Meneses y Rodríguez (2011), que permiten justificar que, a pesar de que Samantha respondió las preguntas de la entrevista en forma textual, lo cual se podría interpretar como la aplicación de un cuestionario autogestionado, esto no fue así: La principal diferencia se ubica en el hecho de que el cuestionario condiciona las respuestas de las personas a esquemas preestablecidos, en tanto que la entrevista, a través de sus preguntas abiertas, permite comprender, con mayor profundidad, el objeto de estudio a partir de la reflexión y perspectiva de la persona entrevistada. Esto último, precisamente, fue lo que se buscó con la aplicación de la técnica, ya que se pretendió ahondar en diferentes temáticas de la vida de la 46 persona en relación al fenómeno de la intersexualidad y la construcción de la identidad sexual; de modo que, a pesar de que la persona respondiera de manera textual, contó con la libertad para extenderse y abordar las interrogantes según le pareciera. Asimismo, el cuestionario es generalmente utilizado para conocer las opiniones, las características o los comportamientos de las personas, mientras que la entrevista, por su parte, se utiliza para comprender la realidad desde los sujetos. Para efectos de la investigación y de la técnica a emplear, se procuró acercarse al binomio intersexualidad – identidad sexual desde la óptica de las personas y su construcción de la realidad, lo cual va acorde con el objetivo de la entrevista. De este modo, según los aspectos expuestos, se justifica la técnica utilizada como una entrevista, más allá de que su aplicación se asemeje a la de un cuestionario. Por otra parte, respecto a la segunda interrogante, dirigida hacia la comparabilidad de la información, se maneja que las dos fuentes de información se pueden interpretar y entender de igual manera por cuanto ambas personas respondieron el mismo instrumento de investigación, aunque lo hayan hecho por medios diferentes. En este punto, es necesario traer a colación que, si bien Samantha no respondió todas las interrogantes que se le plantearon, como páginas atrás se comentó, con ella se tuvo un proceso diferente en comparación con Alicia, dado que, con esta última, se tuvieron tres encuentros presenciales previos (esto sucedió a finales del año 2019) con el fin de generar rapport, en esas reuniones se charlaba de temas referentes a su historia de vida y a eventos referentes a su intersexualidad y se contó con el consentimiento de ella para grabar las conversaciones. De este modo, se contaba con esas narrativas previo al envío de las preguntas finales que le fueron facilitadas a Samantha y que se le aplicaron a Alicia. Siendo así, ciertos vacíos que quedaron en las preguntas que no contestó Samantha de forma escrita, fueron cubiertos por las declaraciones que había brindado con anterioridad. Es por esta razón que, como se evidenciará en los capítulos, hay una mayor profundidad en las respuestas de esta persona, debido a que hubo mayor contacto con ella, en comparación a Alicia, quien tan solo brindó una entrevista. Como resultado de esta situación, se concluye que la información recolectada de ambas fuentes fue comparable por cuanto se logró responder a las temáticas planteadas en la guía de la entrevista, la cual buscó desarrollar los objetivos propuestos en la 47 investigación y, aunque el acercamiento y la interacción con las personas fue de manera diferenciada, las entrevistas realizadas permitieron el abordaje adecuado del fenómeno en cuestión. De hecho, mediante los datos recopilados, se logró establecer uno de los principios que persigue el análisis de datos cualitativos y es, según Schettini y Cortazzo (2015), identificar las semejanzas y diferencias a partir del análisis inductivo de los incidentes sociales identificados en el contenido de la información recolectada. En este respecto, mediante este procedimiento se logró establecer las respectivas categorías para la clasificación y el análisis de la información. 8.6.2. En relación a las dificultades de trabajar con la población Realizar un trabajo de investigación con personas intersexuales fue un proceso que estuvo marcado por una serie de dificultades referentes a la interacción con las personas y a la operativización de las ideas planteadas inicialmente para el desarrollo del estudio. En primer lugar, se detectó cierta resistencia, en diferentes direcciones, por parte de algunas personas intersex. Como párrafos atrás se comentó, se intentó trabajar con una cantidad más amplia de personas; no obstante, esta labor se dificultó, en primera instancia, por razones de pandemia y acceso a tecnología, como aconteció con la persona que se dispuso a responder la entrevista por medio de WhastApp, pero que, finalmente, abandonó el proceso y, en segunda instancia, porque otra persona que fue contactada y con la que se sostuvo un encuentro presencial, desistió de participar en la investigación. En segundo lugar, se tenía previsto entrevistar a miembros de la familia nuclear de las personas con la premisa de triangular la información, pero se encontró con la limitante de que las personas que participaron en la investigación no compartían esta idea, por lo cual no se pudo desarrollar lo que se pretendía. En tercer lugar, se encontró con la limitante de la resistencia a sostener varios encuentros para desarrollar la entrevista en profundidad a lo largo de diversas sesiones, como fue el caso específico de Alicia. Este cúmulo de situaciones cimientan sus raíces en el hecho de que la condición de intersexualidad les ha implicado enfrentarse a situaciones que se tornaron difíciles y que, como tal, no se torna agradable rememorar; por ejemplo, para Samantha fue muy difícil mencionar cuál era su nombre masculino, pues en él encontraba encerrado todo aquello a lo que se vio obligada a ser y que no deseaba. 48 Asimismo, parte de estas experiencias negativas las han experimentado a partir de sus propias familias, lo cual ha causado tensión en las relaciones, por lo que, el abordaje de la situación con miembros del núcleo familiar, es algo que las personas evitan. Además, el manejo de la intersexualidad como un asunto anormal ha provocado cierta exposición para estas personas que les causa incomodidad y, por ello, es que tratan de mantenerse lejos de las entrevistas o demás situaciones que las expongan. Ante esto, es necesario pensar en otras formas de aproximarse a la población que ha experimentado este tipo de situaciones, ya que, a pesar de que la entrevista es lo tradicionalmente utilizado, hay aspectos que podrían abordarse de otra manera, en vista de la dificultad que supone rememorar ciertos episodios de la vida o de incluir a otras personas, como la familia, dentro del estudio. 9. Operativización de objetivos, cronograma de actividades y presupuesto Para el cumplimiento de los objetivos se elaboró un cuadro que refleja la manera en que se llevará a cabo este proceso (ver anexo 4), asimismo, se confeccionó un cronograma con el fin de fijar plazos para llevar a término las diferentes etapas de la investigación (ver anexo 5); por último, se creó un cuadro que contiene los gastos derivados de la investigación (ver anexo 6). 49 SEGUNDA PARTE Capítulo l. Las cicatrices devenidas del poder: identificación de los casos intersexuales estudiados y el abordaje médico La intersexualidad es un fenómeno que es atendido, en primera instancia, por la medicina y, como consecuencia de esta situación, el manejo de los casos es abordado por esta disciplina. De este modo, en el presente capítulo se desarrollará cómo es que, desde el gremio médico, basado en un paradigma biologicista, se entiende la intersexualidad y se realizan las respectivas tipificaciones para así contextualizar los casos de Alicia y Samantha, quienes fueron las personas participantes de esta investigación. De igual forma, se analizarán las relaciones que han sostenido las personas intersexuales con el personal médico respecto a la atención de la intersexualidad, con el fin de analizar, desde una óptica antropológica, la manera en que la interacción entre estas partes ha influido en la construcción de la identidad sexual de estas personas. Cabe recordar que este capítulo responde al primer objetivo específico de investigación, el cual es explicar el caso de personas intersexuales costarricenses, para contextualizar sus situaciones clínicas en conformidad con la expresión de intersexualidad que presentan. 1.1. Entendiendo la intersexualidad En el entorno social se ha demostrado una necesidad del ser humano de dividir al mundo en categorías para así poder referirse a diversos objetos, personas, entre otras cuestiones, de una determinada manera; este proceso de clasificación pasa por el lenguaje, ya que es el puente de conexión que internaliza las percepciones del mundo exterior y exterioriza las del mundo interior (Villareal, 2013), siendo así, estas divisiones hacen que se le asignen nombres específicos a elementos que contienen ciertas características que los diferencian del resto, esto se puede apreciar en los colores, en asuntos tecnológicos, en géneros musicales, en afinidades biológicas y en un sinfín de aspectos más; a ciencia cierta, esto se palpa en cada esfera de la vida cotidiana. Y es que, siguiendo con Villareal (2013), cuando las personas se encuentran frente a cualquier objeto, se efectúa un intercambio de información compuesto por un significante en el que se involucra un significado que es indisociable. La base sobre la que es construida la percepción del mundo en el ser humano, se sitúa en ese binomio significante/significado, el primero es una expresión vocal que resulta de la aprehensión del objeto y busca transmitir su esencia universal, mientras que el segundo es el juicio 50 cognitivo que realiza el ser humano a través de su experiencia para atribuirle al objeto un valor particular. Dentro de estas divisiones, se puede decir que la diferenciación entre hombre y mujer es, en algunas sociedades, es una categoría de primer orden, la cual, en primera instancia, se encuentra mediada por factores biológicos que desembocan en rasgos fenotípicos para que así las personas puedan ser reconocidas como macho o hembra y desenvolverse en la sociedad. Esta diferenciación se encuentra pautada por el modelo médico hegemónico, el cual refiere al conjunto de prácticas, saberes y teorías generadas para el desarrollo de la medicina científica, quien, desde finales del siglo XVIII, ha logrado subyugar al conjunto de prácticas, saberes e ideologías en salud que dominaban entre los conjuntos sociales, hasta constituirse como la única forma de atender la enfermedad y legitimada por criterios científicos y el Estado (Angulo, 2018). El biologismo, según Angulo (2018), es un rasgo estructural que caracteriza a este modelo y consiste en considerar a lo biológico como causa que subordina a otros niveles de explicación, omitiendo así los procesos sociales, culturales o psicológicos que puede abarcar la fenomenología de una enfermedad, malestar o padecimiento. Bajo este paradigma, se tiene que la base de la diferenciación sexual se asienta a lo largo de la vida fetal, donde se producen una serie de procesos que se encuentran determinados y regulados por una gran cantidad de genes que codifican la síntesis de factores de transcripción, crecimiento, enzimas y hormonas que determinan la diferenciación entre sexos (Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica, 2001). De este modo, tradicionalmente la diferenciación sexual se ha clasificado en tres etapas o niveles de distinción que, siguiendo a Izquierdo (1985), son: ● El sexo cromosómico: se establece en el momento de la fecundación, en donde, según el modelo reproductivo humano, el macho aporta 23 cromosomas, misma cantidad que otorga la hembra; dos de estos cromosomas (uno por cada persona) contienen la información sexual, Y para el caso de los machos y X para el caso de las hembras. En este sentido, de la unión de un espermatozoide y un óvulo debe surgir una persona con 46 cromosomas –aunque no siempre es así–, en el cual la progenitora aportará el Y mientras que la aportación del progenitor puede ser X o Y; de manera que, como resultado de esta combinación, resultará, frecuentemente, 51 una persona con 44 cromosomas más XX, es decir, una hembra; o un individuo con 44 cromosomas más XY, que correspondería a un macho. ● El sexo gonadal: a la quinta o sexta semana de gestación, si el sexo cromosómico corresponde a XX, las gónadas se convertirán en ovarios y se producirán estrógenos a nivel hormonal, en contraposición, si el sexo cromosómico es XY, las gónadas se transformarán en testículos y se dará la producción de estrógenos. A esto se le denomina sexo gonádico, ya que alude a las gónadas, quienes se encargan de la secreción de hormonas, así como de la maduración sexual en un momento determinado, esgrimidas en las figuras de las células reproductoras: óvulos y espermatozoides. ● El sexo hormonal: es el encargado de producir los cambios en la pubertad, comúnmente conocidos como caracteres sexuales secundarios, como el crecimiento de las mamas y la anchura de cadera en las mujeres y la aparición de vello facial y cambio de voz en los hombres. En este marco, los patrones explorados dentro de la triada: cromosomas, gónadas y hormonas, son los comportamientos esperados para definir si una persona es hombre o mujer, de manera que, sintetizando la información anterior, si un individuo se encuentra dentro de la primera esfera mencionada, poseerá las siguientes características: a) cromosomas XY, b) gónadas materializadas en testículos y producirán estrógenos y c) sus hormonas desarrollarán caracteres sexuales como la aparición del vello facial y ensanchamiento de hombros; en contraposición, si la persona es mujer, se espera que cuente con: a) cromosomas XX, b) gónadas materializadas en ovarios y c) hormonas que desarrollen caracteres sexuales como el crecimiento de las mamas y la aparición de la menstruación. No obstante, a pesar de que esta sea la tendencia, no quiere decir que sea una norma, realmente, las expresiones sexuales en términos biológicos, están cargadas de diversidad, en vista de que ocurren variaciones a nivel de los sexos descritos anteriormente, que desembocan en múltiples combinaciones, por ejemplo, una persona con cromosomas XX que, sobre la teoría, es hembra, puede desarrollar variaciones en las gónadas y presentar testículos y ovarios; además de que se puede dar la aparición de senos en el surgimiento de los caracteres sexuales secundarios (Izquierdo, 1985). En este respecto, la diferenciación sexual va más allá de lo observable, no es algo que se delimite a la división entre hombres y mujeres por sus expresiones corporales o 52 por su esquema genético, dado que no es algo inmutable; sino, como bien se presentó, la fórmula no determina el resultado, en este campo dos más dos no es igual a cuatro. Ya que los componentes genéticos pueden diferir en las manifestaciones corporales y viceversa. La composición sexual en las tres escalas repasadas abre el abanico de posibilidades para que surja la variabilidad en los cuerpos, separándose de esa línea rígida que se establece entre hombre y mujer; ahí es donde se da la aparición de la intersexualidad, denominada, en términos contemporáneos, según el modelo médico hegemónico, como desarrollo sexual diferente (DSD), el cual será el tema que se abordará a continuación para generar un acercamiento a estas variaciones. 1.2.2. Desarrollo sexual diferente (DSD) Desde la óptica médica, el desarrollo sexual diferente, conocido también como trastornos del desarrollo sexual o anomalías del desarrollo sexual, son un grupo de patologías causadas por anomalías en alguna de las etapas del desarrollo fetal del sexo genético, del sexo gonadal o del sexo genital que generan discordancia entre estos (Parera et al. 2019). Asimismo, según MedlinePlus (2021), la intersexualidad se divide en cuatro categorías, siendo estas: ● Intersexualidad 46, XX: también conocida como 46, XX con virilización y pseudohermafroditismo femenino, en este tipo de variación la persona presenta los cromosomas y los ovarios de una mujer, pero los genitales externos poseen apariencia masculina. Se dice que esto se da como resultado de la exposición excesiva de un feto femenino a hormonas masculinas antes del nacimiento, provocando que los labios mayores de los genitales externos se fusionen y el clítoris se agrande para aparecer como un pene. Asimismo, en gran parte de los casos, las personas con esta condición tienen un útero y trompas de Falopio. Las causas posibles de su aparición son: o Hiperplasia suprarrenal congénita (es el factor más común). o Consumo de hormonas masculinas, como la testosterona, por parte de la madre durante el embarazo. 53 o Producción de hormonas masculinas en la madre a raíz de tumores, por lo general ováricos. o Deficiencia de aromatasa, la cual es una enzima que convierte las hormonas masculinas a hormonas femeninas. El exceso de actividad de aromatasa lleva al exceso de estrógenos (hormona femenina), mientras que la escasez de actividad conduce a la intersexualidad 46, XX. En este tipo de situaciones, las personas que han sido criadas como niñas, pueden desarrollar características masculinas en la pubertad. ● Intersexualidad 46, XY: denominada también como 46, XY con subvirilización y pseudohermafroditismo masculino, esta condición hace que la persona tenga cromosomas masculinos, pero los genitales externos no se forman completamente, son ambiguos o presentan apariencia femenina. La formación de los genitales masculinos externos depende de un apropiado equilibrio entre las hormonas masculinas y femeninas, por tanto, requiere de una producción y funcionamiento adecuado de las primeras, en este respecto, las causas que ocasionan la presencia de este tipo de intersexualidad son: o Problemas con los testículos: los testículos se encargan de producir hormonas masculinas, empero, si estos no se forman de manera adecuada, llevará a la subvirilización. o Problemas con la formación de testosterona: esta hormona se forma a partir de diferentes enzimas, una deficiencia en cualquiera de estas puede generar testosterona “inadecuada” y producir un síndrome de intersexualidad 46 XY diferente. o Problemas con el uso de testosterona: algunas personas presentan testículos que varían de la regla, producen cantidades de testosterona, pero presentan intersexualidad 46 XY debido a una deficiencia que hace que las células no asimilen los andrógenos, los cuales se encargan de desarrollar las características físicas masculinas, a esto se le conoce como Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos (SAI por sus siglas en inglés). 54 ● Intersexualidad gonadal verdadera: solía llamarse hermafroditismo verdadero, en ella la persona presenta tejido ovárico y testicular, esto podría suceder en la misma gónada (ovotestículo), o bien, la persona podría tener un ovario y un testículo. Pueden presentar cromosomas XX, XY o ambos. Además, los genitales externos podrían ser femeninos, masculinos o ambiguos. La causa de este tipo de intersexualidad se desconoce, en algunos estudios con animales, esta situación se vincula a la exposición de pesticidas comunes para la agricultura. ● Trastornos de intersexualidad compleja o indeterminada del desarrollo sexual: ocurren cuando se presentan configuraciones de cromosomas diferentes a las combinaciones simples: 46, XX o 46, XY, que ocasionan trastornos del desarrollo sexual. Dentro de estas variaciones se encuentran: 45, XO (solamente un cromosoma X) y 47, XXX O 47, XXY, en ambos casos se presenta un cromosoma sexual adicional, Estas condiciones no generan discrepancia entre órganos sexuales externos e internos: no obstante, se pueden dar alteraciones en los niveles de hormonas sexuales, el desarrollo sexual en general y en la cantidad de números de cromosomas sexuales. A modo de síntesis, se tiene que la intersexualidad, según el sistema médico, se clasifica en cuatro grupos (ver anexo 7), los cuales, a su vez, engloban diferentes expresiones (como el síndrome de Klinefelter o el síndrome de Turner) que dan cuenta de la variabilidad sexual, aun en términos biológicos, el cual se usa muchas veces como argumento para justificar la existencia de solo dos sexos, pero que, sobre la práctica, esta dimensión biológica dicta que la base de la diferenciación sexual se encuentra llena de diversidad. Y es que, bajo el modelo médico hegemónico, esta diversidad es concebida como algo anormal en tanto se le brinda un carácter de enfermedad, a pesar de que su aparición, en la mayoría de los casos, no implique algún riesgo para la vida. En este sentido, se puede observar la ejecución de autoridad que es realizada por esta disciplina al encontrarse legitimada por los Estados por cuanto se considera como poseedora de cuerpos de conocimientos y habilidades necesarias para orientar, a través del ejercicio público del poder, las conductas individuales; lo que les autoriza para intervenir en los procesos biológicos y psíquicos de las personas desde una posición profesionalizada, dando respuesta a la enfermedad pero también a cualquier tipo de desviación de lo establecido como normal (Angulo, 2018). 55 Es así como el discurso médico es quien permea la situación de la intersexualidad en tanto la considera como una enfermedad, y siendo esta disciplina como la legitimada para la atención de las afecciones, el manejo de estas queda sujeto a su juicio, presentándose elementos estructurales como la concepción de la enfermedad como sinónimo de ruptura, desviación y diferencia y la relación médico-paciente de forma asimétrica. Los casos de Alicia y Samantha, participantes de este trabajo de esta investigación, se encuentran enmarcados dentro de esta dinámica mediada por el modelo médico hegemónico, en donde se pueden observar acciones que despliegan el control que posee esta disciplina en el manejo de la intersexualidad, las cuales, a pesar de que puedan ser violentas, se encuentran legitimadas por el estatus conferido a la medicina. En este contexto, a continuación, se explorarán las vivencias y reflexiones que presentan estas personas como sujetos en condición de intersexualidad y la manera en que se han tratado sus casos por parte del gremio médico. 1.2.3. Los casos de Alicia y Samantha El marco explicativo que se ha desarrollado hasta el momento, se cree indispensable para la contextualización acerca de lo que es la intersexualidad desde una perspectiva genética y fisiológica y de la injerencia del modelo médico hegemónico en el manejo de la situación. Asimismo, genera un espacio de comprensión para lograr entender la condición de intersexualidad que presentan Alicia y Samantha, las dos personas participantes de este estudio. La aclaración del tipo de intersexualidad que ellas presentan se considera necesario, ya que, como se explicó renglones atrás, este fenómeno se expresa de diversas maneras; siendo así, se debe entender que el contenido de este trabajo se esboza a partir de dos personas intersexuales que presentan la condición que se explicará en breve, con lo cual se pretende particularizar la situación; en otras palabras, la realidad de estas participantes no es la misma para toda la población intersex, en primer lugar, por razones subjetivas y, en segundo lugar, por las características propias de la expresión sexual que presentan. Para iniciar, Alicia es una persona que habita en la Gran Área Metropolitana de Costa Rica con su hermana y labora en una organización no gubernamental y que, para el momento en que fue entrevistada para esta investigación, tenía 53 años de edad, además de ser una persona soltera. 56 Por otro lado, Samantha tenía, al momento de atender este trabajo, 26 años de edad, su estatus civil era soltera y residía en la provincia de Alajuela, en Costa Rica, junto a su familia nuclear y su condición laboral se limita al estudio universitario. En relación a su condición, al ser consultadas acerca de si conocían el tipo de intersexualidad que presentan, estas respondieron: “Hiperplasia suprarrenal congénita” (Alicia, comunicación personal, 2020). Mi cuerpo produce cantidades grandes de hormonas “correspondientes a ambos sexos” tengo ovario y testículos (Samantha, comunicación personal, 2021). En este panorama, los tipos de intersexualidad de estas personas corresponden a la intersexualidad 46 XX, en su expresión de hiperplasia suprarrenal congénita (ver Imagen 1), para el primer caso; y a la intersexualidad gonadal verdadera (ver Imagen 2) para el segundo caso. En cuanto a esta última, como se explicó en el apartado anterior, está caracterizada por la presencia de tejido ovárico y testicular, tal como Samantha lo señaló. Imagen 1. Expresión de Intersexualidad 46 XX Fuente: Alvarado (2015). 57 Imagen 2. Expresión de Intersexualidad gonadal verdadera Fuente: Atlas de Pediatría (s.f.). Ahora bien, para efectos de la condición de Alicia, puede surgir la interrogante acerca de qué características presenta, específicamente, la hiperplasia suprarrenal congénita. Según KidsHealth (2021), las glándulas suprarrenales del organismo son dos órganos con forma de cono situados en la parte superior de los riñones y se encargan de producir hormonas que afectan al metabolismo, al sistema inmunitario, la presión sanguínea, entre otras funciones. Algunas de las hormonas que segregan estas glándulas son: ● Aldosterona: se encarga de impedir que los riñones pierdan demasiada sal por medio de la orina. ● Cortisol: es una hormona de respuesta al estrés que también coadyuva a controlar la presión sanguínea, los niveles de azúcar en la sangre y la actividad del sistema inmunitario. ● Andrógenos: son las hormonas que participan en el desarrollo sexual. En muchos casos, en la hiperplasia suprarrenal congénita se presenta un cambio genético que ocasiona que las glándulas suprarrenales produzcan muy poco cortisol, a la vez, es posible que no generen aldosterona. Ante esta situación, las glándulas suprarrenales trabajan de manera ardua para elaborar más cortisol, lo que desencadena una sobreproducción de andrógenos. Como resultado de esto, se puede dar la aparición de la condición llamada ambigüedad genital, en donde, una persona, en apariencia femenina, presenta un clítoris agrandado, o bien, los genitales externos se parecen más a los de un varón (MedlinePlus, 2021). 58 En este marco, como se ha explicado en otros segmentos de este trabajo, la hiperplasia suprarrenal congénita es la forma más común en que se manifiesta la intersexualidad en Costa Rica, a la vez que constituye la razón por la que más se interviene quirúrgicamente a personas con esta condición (ver Jiménez, 2013 y Alvarado, 2015). A pesar de esto, Alicia y Samantha no han tenido que atravesar el pasillo de un quirófano por su variación sexual, al menos hasta donde ellas saben; ya que, como a continuación se esbozará, la situación de ambas mujeres se ha caracterizado por relaciones de poder que les han impedido conocer de su intersexualidad con detalle. 1.2. Ejercicios de poder médico en la atención de los casos En la cotidianidad se entretejen y desarrollan una serie de relaciones sociales que, en muchas ocasiones, no son precisamente igualitarias. A pesar de ello, las personas no suelen ser conscientes de tales actos, ya que, por motivos de prácticas culturales, se conciben como situaciones naturales; un ejemplo claro de lo que se narra es encontrado en la educación. En los centros de estudio hay personas que se encargan de transmitir el conocimiento y se les reconoce como profesores (as), mientras que hay un segundo grupo que funge como receptor de lo que se imparte, denominado estudiantes. En esta sencilla ilustración es posible observar que la relación entre esas partes no ocupa una misma posición si se pesa con una balanza, ya que quien educa suele ser visto con un mayor prestigio debido al cargo que ostenta (lo que conlleva a una serie de adjetivos, como poseedor de sabiduría y verdad), por tanto, es digno de obediencia y respeto por parte del segundo grupo, provocando que se establezca un orden mediado por la posición que se ocupe en la relación. A este conjunto de fenómenos relacionales asimétricos, en el que hay una entidad que “manda” y otra que “obedece” y, en tal sentido, la relación se dota de un carácter unidireccional, se le conoce como relaciones de poder (Montbrun, 2010). En este marco, estas interacciones no ocurren de manera per se, sino que se componen de diferentes elementos que serán explicados utilizando los postulados teóricos de diversos (as) autores (as). En primer lugar, se tiene la figura del poder, que es una relación de fuerzas (Deleuze, 1987), en donde se presenta la capacidad humana de actuar de manera concertada, es decir, de realizar actos consensuados o acordados (Arendt, 1993); esta concertación es posible debido a un elemento que constituye un segundo aspecto en estas relaciones: la autoridad. 59 La autoridad es el medio por el que el poder es ejercido y su existencia es otorgada por las personas “dominadas” por cuanto ellas la constituyen, la aceptan y se atan a ella (Moreno, 2006). En este sentido, el poder se lleva a término por el permiso de las personas a quien ese poder afecta, el cual, como al inicio se mencionó, se introduce de manera inconsciente o, desde una visión bourdieana, mediante una violencia simbólica, entendida como la dominación que se ejerce sobre las personas con su propia complicidad producto de la normalización de ciertos actos (Germaná, 1999). Un punto a destacar con lo anterior, es que esa autoridad otorgada no ocurre de manera natural, por lo contrario, se hace creer a los y las individuos (as) que ellos (as) tienen el control sobre esto y son quienes eligen a quién se dota de autoridad; empero, esta elección se introyecta en las personas de manera oculta, a través de mecanismos que se comentarán a continuación. Según Bourdieu (1996), en las relaciones de fuerza hay un ocultamiento de poder, de la fórmula en cómo se ejerce y de su operación social, puesto que, el poder logra imponer significados y legitimarlos, disimulando las relaciones de fuerza sobre las que se funda su propia fuerza, y la añade de forma simbólica a esas relaciones; ejerciendo así su intromisión en el pensamiento de las personas. De este modo, siguiendo a este autor, se da un proceso de transformación de dominación tácita (como la esclavitud, donde hubo una imposición clara) a relaciones legitimadas3, determinadas por cuestiones simbólicas, con el fin de suavizar la dominación que se ejerce y, en donde la puesta en práctica del poder, se oculta a través de la legitimación de significados y, por consiguiente, ilegitimando a otros no convenientes, contrarios, los que constituyen la otredad. Estas acciones tienen como resultado la institucionalización de creencias y la creación de cuerpos de normas que, en términos foucaultianos, controlan y vigilan (Moreno, 2006). En este respecto, la legitimidad y la institucionalización emergen como un tercer y cuarto punto en las relaciones de poder. Como un último aspecto, ligado a lo anterior, se tiene al saber como un medio de poder que genera disciplina. Desde esta óptica, el poder tiene la potestad de articular y legitimar discursos que se concretan en saberes, los cuales dan paso a la construcción de la realidad y a la producción de acciones disciplinarias. Esto da lugar a que las personas 3 Es importante mencionar que, el hecho de que ocurra una transformación en el proceso de dominación, no implica que no se sigan presentando aquellas situaciones de sometimiento tácito, simplemente sucede que, para efectos de la explicación de estas relaciones de poder, se parte de lo simbólico. 60 introyecten la subjetividad que impone las estructuras de poder, dejando ver la dominación como un asunto natural. Siendo así, el poder subyuga en tanto genera comportamientos y prácticas disciplinarias a través del aparato discursivo (Foucault, 2000). Recapitulando, a fin de hacer en palabras más digestivas lo expuesto, se tiene que el poder se manifiesta a través de las relaciones mediante la imposición de símbolos que hacen que se dote de significado el mundo y así construir la realidad. Esta intromisión opera de manera oculta, provocando que se generen comportamientos predeterminados que se tienen como naturales, a la vez que se legitima a una autoridad. Por medio de esa legitimación se dan instrumentos discursivos que desembocan en prácticas disciplinarias a través de la calificación negativa y positiva de los actos, de modo que se establece una regulación sobre la sociedad. En este sentido, el hablar de las “cosas” constituye un dispositivo confesionario que da paso al saber, sobre el cual, el poder establece su accionar, realizando a la vez una especie de devolución en el que ese saber censura o aprueba ciertas prácticas; dejando de manifiesto la autoridad relacional y la imposición de una fuerza. Siendo así, lo que se sabe en momentos determinados, se encuentra mediado por el poder. Ahora bien, el fenómeno de la intersexualidad está intersecado por relaciones de poder que regulan la forma en que se trata esta condición, en este respecto, la autoridad que controla este tema es la medicina. Como se ha visto a lo largo de este documento, e incluso, de este capítulo, el cuerpo médico es quien maneja la intersexualidad desde el nacimiento y se encarga de tomar decisiones como la aplicación de la operación correctiva, o bien, de suministrar hormonas para el buen desarrollo de estas personas. En estos términos, la medicina funge como una especie de economía del poder en el que se dictan reglas, aunque estas parezcan arbitrarias. Esto sucede porque esta disciplina cuenta con una legitimación social que, en muchas ocasiones, provoca que no les sean cuestionadas ciertas situaciones –como en breve se observará–, lo que permite palpar esta intromisión simbólica que expone Bourdieu. Y es que bien, en Occidente, es algo natural que en los hospitales sea donde traten las afecciones que atentan contra la salud, por lo que se está sujeto al personal médico y a sus dictámenes para seguir lo que indiquen. El meollo de la situación se encuentra en que las personas que laboran en estos servicios no escapan del esquema cultural-simbólico que rige a la sociedad, y desde el cargo de poder que ocupan, pueden emitir su visión de mundo en el tratamiento de temas que escapan de lo normativo, como la intersexualidad. 61 Una ilustración de lo anterior se obtiene en que la medicina determina esta condición como algo anormal –etiqueta que se da por la no correspondencia con el sistema binario de sexo-género que impera– y de ahí parten para decidir qué hacer con las personas. Esta relación de legitimación-no legitimación, finalmente recae sobre los cuerpos, y las personas intersexuales entran en una relación de poder con las personas médicas, quienes se encargan de tomar una serie de elecciones que, al final de cuentas, terminan violentando al primer grupo. Y es que en el caso particular de Costa Rica, históricamente se ha mostrado cómo la medicina ha pautado una normalidad referente a lo sexual, desde inicios del siglo XX se ha dado una injerencia por parte de esta disciplina a través de cartillas higiénicas, manuales de comportamiento y tratados que enseñaban sobre una heterosexualidad saludable, estableciendo una serie de lineamientos que debían ser enseñados y acatados para así cumplir con una normalidad, la cual se correspondía a cuestiones heteronormativas que enaltecían la monogamía, el amor romántico, el matrimonio y la descendencia; de modo que, si las personas seguían las prácticas heterosexuales adecuadas, el país tendría una raza más fuerte, sana y fecunda (Jiménez, 2021). De este modo, el modelo médico hegemónico del país se encuentra enmarcado en valores ligados al mantenimiento de un sistema binario hombre-mujer, cuya norma es perseguir una heterosexualidad saludable y, por tanto, normal. Bajo este esquema de percepción médica, a continuación, se expondrán las formas en que este poder se ha manifestado en los casos de Alicia y Samantha con el fin de representar lo que se ha comentado. 1.2.1. Restricción al acceso de información En el ámbito médico existe una especie de tradición de tratar los asuntos referentes a variaciones sexuales de manera sigilosa, en donde se evita hablar del tema. En este marco, se priva a las personas de saber qué sucede con sus cuerpos, en donde, en primera instancia, se restringe al padre y a la madre de conocer qué sucede con su hijo (a) recién nacido (a), para así seguir trabajando de forma secreta. Así sucedió en los casos de Alicia y Samantha. En el primer escenario, Alicia comentó que al nacer fue separada de sus progenitores durante cuatro días sin que se les comunicara la razón, lo cual, en la actualidad, ella presume que fue producto de su condición, en vista de que encontraron algo “extraño”: 62 “(…) lo único que me dijo mi mamá fue que a mí me separaron de ella por 4 días, porque, me imagino que notaron que había algo extraño, pero nunca le dijeron nada ni a mi mamá ni a mi papá” (Alicia, comunicación personal, 2020). Aunado a esto, Alicia enfatizó en que nunca se le comunicó nada con respecto a la intersexualidad por parte del personal médico: “(…) a mi mamá nunca le dieron información. Cuando yo nací nunca le dieron información, yo la busqué después en la adolescencia” (Alicia, comunicación personal, 2020). En este sentido, se tiene que la persona en ningún momento de su desarrollo fue notificada de su condición, hubo silencio por parte del personal médico. Esta situación converge con lo experimentado por Samantha, quien al nacer también fue separada de sus padres, solo que durante un tiempo más prolongado y, al igual que sucedió con Alicia, el silencio médico fue una característica que permeó la situación: Yo cuando nací me dejaron en el hospital por vario tiempo… y me hacían muchos exámenes de sangre, según mi papá, mi papá me sacó del hospital, firmó unas hojas que ni sabe ni qué firmó, solo fue a sacarme del hospital, entonces no sé, yo también me cuestioné el hecho de que si a mí me dejaron porque ya sabían de que era intersex y querían investigar y por eso tanta sacadera de sangre, tanto análisis, que mi papá y mi mamá ni sabían, digamos, entonces después de un tiempo, mi papá llegó y dijo que me iba a sacar del hospital y lo hicieron firmar solo unas hojas, que si me pasaba algo fuera de ahí era cosa de él (Samantha, comunicación personal, 2021). Como es posible observar, Samantha fue sometida a exámenes que no fueron pertinentemente explicados, a la vez que fue alejada de sus progenitores durante algún tiempo para la realización de estos. Además, el caso de esta persona tiene otro vacío a nivel de información, dado que su expediente médico desapareció. Ella, al enterarse de la 63 situación que experimentó cuando nació, se interesó por buscar en su expediente médico las respuestas de aquello que no fue comunicado a su madre y a su padre, pero se encontró con esa pérdida del documento: (…) yo a eso no tengo acceso, porque cuando fui a pedir el expediente completo, no existe, entonces es como: ¿cómo voy a saber yo qué realmente tenía cuando nací?, porqué me hacían los exámenes, si no, si se supone que no existe el expediente… al traspasarse de hospital, se perdió el expediente... pero no se perdieron los demás... ¡qué extraño! ¿No?, ¡que coincidencia que solo se perdiera el mío! (Samantha, comunicación personal, 2021). Según explicó, el hospital se trasladó de instalaciones y en esa acción su expediente se extravió, al menos eso fue lo que le expresaron en el centro médico. En estos términos, Samantha fue restringida de la información tanto de manera verbal como documental, respecto a lo que le había sucedido. A su vez, como podría imaginarse, al igual que ocurrió con Alicia, el personal médico no se acercó en ningún momento a comentarle sobre su intersexualidad. Bajo este panorama, la medicina se configura como un medio de poder que monopolizó el acceso a la información –concentró el saber–, en donde han llevado a término acciones sin explicar su fundamento, y sin realizar algún tipo de acercamiento posterior para hablar sobre lo acontecido. En otras palabras, el accionar médico se ha llevado bajo un panorama autoritario, ha impuesto su fuerza por encima de las personas a las que compete la condición de intersexualidad. Esta abstinencia médica a comunicar las prácticas sobre los cuerpos, así como las razones de las mismas, provocó que sean las propias personas intersexuales quienes descubrieran por sí mismas la condición que presentan. Cuando Alicia tenía 15 años, empezó a tener sospechas sobre su cuerpo, debido a que su genitalidad no se amoldaba al estándar, y desde ahí empezó a investigar por su cuenta para tener respuesta sobre qué ocurría en su organismo: “(…) la genitalidad era totalmente diferente a la estándar, verdad, que se conocía para hombre o para mujer, entonces ahí fue cuando empecé a buscar yo información primero en libros, porque en ese momento no había 64 internet, no habían estos medios digitales” (Alicia, comunicación personal, 2020). Por su parte, Samantha comenzó a tener dudas debido a dos expresiones corporales que ocurrieron cuando era adolescente: el crecimiento de los senos y la aparición de lo que dilucidaba ser menstruación: (…) mis pechos se desarrollaron en la adolescencia y fue ahí donde se puede decir que se sospechó con mayor fuerza, posteriormente encontramos rastros de sangre en el servicio sanitario (baño) a lo que se concluyó que es como decir la menstruación, solo que no es periódica. (Samantha, comunicación personal, 2021). En estos términos, cabe recalcar que tanto Alicia como Samantha fueron sexualmente designadas como personas masculinas en el momento de su nacimiento, de ahí es que empezaron a surgir interrogantes en vista de las manifestaciones corporales que no correspondían con su sexo. Este panorama ilustra parte de lo que se expuso con Foucault y el saber-poder, así como del pensamiento simbólico bourdieano, ya que hay un saber instaurado sobre los cuerpos en el que deben darse ciertas expresiones para calzar dentro de hombre y mujer (puesto que, según el conocimiento general introyectado, solo estas dos manifestaciones sexuales existen), por lo que ambas partieron de esa regla para ver que algo no calzaba. No obstante, por este mismo asunto del saber, no tenían sospecha sobre lo que podían presentar, al final de cuentas el binomio hombre-mujer tenía mayor legitimidad que la variación sexual; con lo cual se puede interpretar que, si no se está dentro de esos dos polos, queda la duda existencial sobre el qué se es. A propósito del conocimiento, en estos casos ocurrió algo que llama la atención, y es que no hay una homogeneización del saber dentro del personal médico para la atención de las personas intersex, dado que tanto Alicia como Samantha una vez que empezaron a investigar sobre qué podían presentar sus cuerpos, acudieron a centros médicos para ser examinadas y se encontraron con ambigüedades en los discursos. Por una parte, algunos médicos (as) les comentaron sobre su variación sexual, encontrando así respuestas a sus interrogantes, pero, por otra, hubo personal de salud que negaron que estas variaciones pudieran ser posibles: 65 (…) y después fue cuando decidí ir yo misma, de hecho yo pagué yo sola un seguro médico, para, este, ya como a los 19 años, para ir a que me revisaran en... a que me revisaran, en el Hospital Calderón Guardia que era el que me tocaba, en el departamento de endocrinología… como parte de los estudios que me hicieron en ese momento, me hicieron un ultrasonido, y ahí descubrieron que tenía órganos internos que se denominarían femeninos pero, este, no funcionales y recuerdo que uno de los médicos decía que no, que eso no podía existir (Alicia, comunicación personal, 2020). (…) ya en las siguientes citas era una doctora, o esa, o la otra, entonces, ya se empezaba a comentar la idea de que fuera intersexual y de cómo, o sea, qué grado o qué tipo de intersexual. Entonces, la primera doctora lo negó por completo, porque bueno, ella asumía que la persona intersexual es solo la que viene con malformación genital y se acabó y que eso se opera al inicio y ya usted deja de ser intersex y punto. Entonces, ya yo me quedaba así como, qué soy entonces, qué pasa conmigo, ya, la segunda sí se quedó como con sus dudas, pero nunca me envió como un papel o una investigación más, a los 17 [años] no tenía un papel o una persona que me dijera "usted es intersexual", entonces siempre me quedé como con ese pique, como con esa duda de qué realmente era, porque al final del cuento no eran hemorroides y me pusieron unos supositorios, mamando4. Y después de eso, la doctora, no, eso fue después de los 17 que habían hecho un TAC, para ver porque también, digamos, no, hasta los 17, ahí, hasta ahí, digamos, y el trato fue así como que siempre la negación, después de que ese doctor me dijera como esa posibilidad todo era negación, todos como no, usted no es así (Samantha, comunicación personal, 2021). En adición a lo anterior, las personas médicas expresaron otros comentarios que mostraron su desconocimiento en relación al tema de la intersexualidad, confundiéndola incluso con la homosexualidad: 4 Expresión utilizada en Costa Rica para denominar cuando se está haciendo algo de forma equivocada o cuando no se tiene una idea certera de lo que se está haciendo. 66 Cuando, en la oportunidad que yo fui, los médicos, o sea, parecía mentira, pero tenían mucho desconocimiento, el endocrinólogo que me revisó en primera instancia puso en el expediente "homosexual" porque desconocía sobre esta temática (Alicia, comunicación personal, 2020). (…) he topado con personal médico y personal en el área de salud (en general) que desconocen del tema, lo niegan, y creen que es más un asunto de “capricho” más si se hace un cambio de identidad, prefieren ver la intersexualidad como una enfermedad en donde se “corrige” antes de hacer un cambio, mejor ocultar, modificar y ya. pero no es así (Samantha, comunicación personal, 2021). Las disonancias discursivas reflejan algo que expresa (Fernández, 2015), al decir que la mirada médica no analiza desde un punto de neutralidad, sino que interpreta desde un discurso estructurado en conformidad con las creencias de una época. Como ya se ha mencionado, aquí se encuentra la reproducción de pensamientos que apelan al saber de lo que se conoce en lo sexual: la sola existencia de hombre y mujer. Esa negación de lo “otro”, se considera que sigue fomentando el pensamiento binario, aquí el poder sigue manteniendo el orden a través de una esfera legitimada por la sociedad. El asunto en cuestión es que, una entidad que se considera como autoridad, primó el sistema de normas y valores culturales por sobre los datos que arrojaron los estudios, como el ultrasonido de Alicia o las expresiones no binarias de Samantha; lo que, sin duda, constituyó un medio de control y regulación sexual. En este sentido, en el ejercicio de la fuerza, las personas fueron marginadas de sus derechos humanos, puesto que, en primera instancia, existió una resistencia, aunque más que resistencia, negación, para brindar información sobre los exámenes que les realizaron al nacer y su razón y, en segunda instancia, esta restricción al conocimiento obligó a que las personas tuvieran que investigar por sí mismas para dar con las respuestas; en otras palabras, tuvieron que redescubrirse en su exclusión. Aun así, a pesar de la afirmación de ciertos trabajadores médicos sobre la intersexualidad de estas personas (lo cual coadyuvó a que las personas intersex confirmaran su condición), hubo algunos que se encargaron de negar que esto fuera 67 posible, haciendo que las personas siguieran dudando sobre su ser, provocando dudas respecto a la identidad. En síntesis, en estos casos el desconocimiento médico, o bien, el conocimiento sobre el que se basa el personal de esta disciplina (al menos de los que atendieron a estas dos personas) parten de un asunto dicotómico hombre-mujer, y que sus prácticas pueden verse como un ejercicio para el mantenimiento de ese status quo; empero, estas acciones llevaron consigo violencia simbólica en forma de negación, en donde se destacó la asimetría en la relación médico-paciente. Asimismo, la intencionalidad de estas acciones por parte de las personas que atendieron los casos es algo que se mantiene incierto, dado que habría que entrevistarlas para conocer la razón de su actuar; empero, la situación sirve para ejemplificar la forma simbólica de operar del poder, en este caso, en términos sexuales; donde se consolida y ejerce un sistema de creencias de pensamientos binarios a través de una disciplina legitimada, como lo es la medicina. 1.2.3. Respecto al tratamiento y la atención de los casos En conformidad con lo que se ha expuesto, se tiene que han existido otro tipo de situaciones en que la medicina ha afectado a Alicia y Samantha respecto a la forma en que han atendido sus casos. En un primer plano, se ha negado brindar tratamiento a estas personas, las cuales lo han solicitado por algunos inconvenientes que han presentado sus organismos, principalmente a nivel hormonal, como resultado de su condición. En estos términos, al ser consultadas sobre si han recibido algún tipo de apoyo o acompañamiento por parte de la medicina, respondieron lo siguiente: Afortunadamente, soy de una clase, porque la hiperplasia tiene dos clases, una que son los perdedores de sal, verdad, porque como todo esto se metaboliza por medio de las glándulas suprarrenales y yo no soy perdedora de sal, pero sí me ha generado muchos problemas a nivel hormonal, desde la niñez... en la adolescencia, uno de los motivos que fui a buscar ayuda era por eso, y, este, no me la dieron en ese momento, en el departamento de endocrinología, me empezó a dar un tratamiento hormonal que me duró si acaso un mes para regular un poco, pero el doctor no quiso seguir con eso, porque decían que yo ya era muy vieja, digamos, ya en la adolescencia 68 era muy vieja para algún tipo de tratamiento (Alicia, comunicación personal, 2020). Una atención “especializada” por la intersexualidad no, en realidad es muy difícil que tomen el asunto en serio, la última vez que me enviaron unos exámenes para ver la cantidad de hormonas, en el laboratorio del Ebais5 me lo negaron… ha sido poco (el acompañamiento médico), prácticamente nulo, y el año pasado cuando iba iniciando la pandemia me dijeron que no me harían ni la nueva referencia con endocrinología, “habían otros casos importantes” que se tenían que atender primero, y que además no estarían atendiendo al menos que fuera una emergencia (Samantha, comunicación personal, 2021). En este marco, es posible observar cómo la medicina ejerce su autoridad en la clasificación de lo que es importante y no (aquí cabría preguntarse en función de qué argumentan eso), lo cierto es que esto genera exclusión por cuestiones de edad y por relevancia del asunto clínico (aquí cabe destacar que, en el contexto de la pandemia, se ha priorizado la atención a lo relacionado con la enfermedad de la COVID 19, lo que ha puesto en pausa ciertos servicios de salud: siendo algo que no se puede perder de vista), lo que ha generado una demanda insatisfecha en Alicia y Samantha por cuanto se ha marginado la oportunidad de poder acceder a un tratamiento que les ayude a amortiguar los efectos de su intersexualidad. En lo que a esto concierne, Samantha agregó que, dentro de las consecuencias que le ha generado su manifestación de intersexualidad y que no ha podido atender de manera pertinente debido a esta resistencia médica, destacan: Creo que es más un asunto de salud mental en donde se da una mayor afectación, pues se debe pensar bien qué hacer, cómo se afronta y demás; ahora bien, en un sentido de salud física, claro que hay afectaciones, el estado anímico se ve afectado, en ocasiones hay un cansancio mucho mayor, pues se está en un estado extraño, es como decir, una guerra interna en el cuerpo de hormonas y se da un desequilibrio, y eso afecta otras 5 Equipo básico de atención integral en salud (unidades de atención local en el sistema de salud costarricense). 69 condiciones como la concentración… también algo más “banalsuperficial” que es el vello corporal que en ocasiones sale más duro y se siente más feo (Samantha, comunicación personal, 2021). Lo anterior da cuenta que las necesidades de atención abarcan diferentes dimensiones arraigadas en lo físico y lo psicológico, en donde hasta entra en juego cuestiones de belleza, enmarcada en la figura del vello corporal. Siendo así, han ocurrido laceraciones en los derechos de estas personas en tanto se han excluido sus vicisitudes en la atención médica; reflejando la dominación, sujeción o dependencia en esta relación. Por otra parte, se han presentado abusos de autoridad a la hora de estudiar los casos de intersexualidad, al menos así le ocurrió a Alicia, quien fue sometida al escrutinio de varias personas médicas, donde vio invadida su intimidad: (…) recuerdo que tuve que estar en un consejo de médicos, en un auditorio, desnuda, con 100 médicos en un auditorio y eso es parte de las violencias que sufrimos las personas intersex por parte del sector de salud, digamos, yo no fui intervenida quirúrgicamente, pero sí recibí ese otro tipo de violencias. Era como el bicho de laboratorio, verdad, que me estaban viendo en ese auditorio (Alicia, comunicación personal, 2020). Desde la persona autora de este texto se piensa que esta fue una forma clara de dominación por parte del personal médico, donde se violentó la privacidad de la persona, ya que, según Alicia, no le pidieron ningún tipo de consentimiento informado para realizar la práctica, cabe mencionar que ella era mayor de edad. Ante eso, ella describió sentirse humillada y totalmente expuesta, mas sus sentimientos no eran algo que importara en aquella sala. Este hecho encuadra la legitimidad con la que goza el gremio médico para ejercer este tipo de prácticas, aunque violenten a las personas, dado que, a pesar de lo que experimentó Alicia como resultado de esa exposición, ella nunca ejerció ningún reclamo: No tenía, en ese momento no tenía yo, así como el...porque di, para mí eran los que tenían la palabra, era una adolescente ante personas que se suponía, tenían el poder, verdad, el poder de la sabiduría, que les daba el conocimiento de la medicina, entonces, di, no, no me sentía capacitada, yo 70 en ese momento, tal vez ahora, di otro gallo hubiera cantado, pero en ese momento no (Alicia, comunicación personal, 2020). La situación expresa lo que al inicio se comentó respecto a las relaciones de poder, puesto que se evidencia la legitimidad de la medicina como una autoridad que posee un saber, el cual le permite operar sobre los cuerpos, son quienes ostentan el conocimiento, por consiguiente, no se les cuestionan este tipo de procedimientos; aunque se antojen arbitrarios. Además, este hecho enmarca un proceso de violencia simbólica y de ruptura hacia ella, puesto que, en la actualidad, Alicia es una persona activista de la comunidad intersexual y, en ese contexto, ella se ha informado y ha cuestionado el actuar de la medicina en la atención de estos casos, por ello es que en la última cita alude a que ´´ahora otro gallo hubiera cantado``, denotando así que, para la etapa en que se hicieron los estudios, hubo complicidad por parte de ella en la violencia que se le ejerció, dada la legitimidad con la que goza la medicina, pero que su formación ha hecho que se aparte de ese pensamiento. Así las cosas, la puesta en práctica del poder que tiene la medicina, ha violentado los derechos de las personas intersex, ya que se han subyugado sus deseos y sentimientos, y el tema se ha tratado de manera poco asertiva. Los casos de Alicia y Samantha se han enmarcado dentro de una relación de poder que las ha excluido, en tanto la palabra final siempre ha girado en torno al aparato médico. 71 Capítulo II: Es muss sein!, en el andén de los discursos: sobre el proceso de socialización y la condición de las personas intersexuales Las personas, en el proceso de socialización, se encuentran con una serie de normas, valores y creencias que incorporan a su imaginario para dotar de significado y entender el mundo. En el marco de la intersexualidad, quienes presentan esta condición (al menos en Occidente), se encuentran que, en el plano de la sexualidad, este fenómeno se enmarca en el ámbito de lo anormal, debido a que sus cuerpos escapan del estándar tradicionalmente aceptado: lo masculino o femenino. En este sentido, en el presente capítulo se analizará la manera en que los roles de género fueron introyectados en Alicia y Samantha en diferentes esferas sociales como la familia, la educación y la religión. Además, se expondrá la manera en que la protección hacia estas personas ha significado un fenómeno de abyección producto de su condición, debido a la transgresión de la heteronormatividad. Finalmente, es importante señalar que este capítulo responde al segundo objetivo específico del trabajo de investigación, el cual versó sobre comprender las formas en que ha incidido la condición genital de las personas intersex en las relaciones sociales, para identificar la influencia que han tenido las mismas sobre su imaginario. 2.1. El hecho de tener que ser La historia reza que, en un momento determinado, cierto señor de apellido Dembscher, le debía a Beethoven cincuenta marcos (moneda nacional alemana durante cierto período) y este último le reclamó esa deuda un día: “Muss es sein?” (“¿Tiene que ser?”) exclamó desolado el señor Dembscher, a lo que Beethoven se echó a reír y replicó “Es muss sein!” (“¡Tiene que ser!”); el compositor anotó de forma inmediata aquellas palabras y su melodía, con la cual posteriormente compuso una obra para cuatro voces, en donde tres cantan: “Es muss sein, es muss sein, ja, ja, ja” (“Tiene que ser, tiene que ser, sí, sí, sí), y una cuarta voz añade: “Heraus mit dem Beutel!” (“¡Saca el monedero!”) (Kundera, 1985). Este relato, narrado por Kundera en La insoportable levedad del ser (1985), es utilizado por el autor para explicar la manera en que Beethoven transformó una inspiración cómica en un cuarteto serio, un chiste en una verdad metafísica; constituyéndose en un cambio de lo leve en pesado, de lo positivo en negativo. De este modo, en las situaciones cotidianas, ese “es muss sein” toma tintes de responsabilidades que suelen ser plantadas por instituciones sociales y deseos internos 72 (como se explorará tanto en este como en el siguiente capítulo). Y es que ciertos actos que se toman como algo natural por características como el sexo, adquieren un peso en las personas que las llevan a cercenar sus deseos para cumplir con las normas sociales, como se evidenciará a continuación en los casos de Alicia y Samantha. En este marco, el siguiente capítulo se explorará la primera dimensión: el “es muss sein” desde lo externo, ya que las personas intersexuales con que se trabajó, han experimentado situaciones sociales en sus relaciones que les demandan actuar de cierta manera, a la vez que han sufrido exclusión por un deber ser esgrimido en la sociedad. Y es que, en el entramado social, se comparten significados, modos de comportamiento y costumbres, en donde cada persona es instruida en esas cuestiones para que interiorice los principios y maneras de entender el mundo que una sociedad tiene en un momento dado del tiempo (Rosado y García, 2018). Esto se convierte en un proceso de socialización, según Rosado y García (2018), que introduce los mandatos positivos y las prohibiciones que se deben seguir, es el paso del ser biológico al sujeto cultural que introyecta roles basados en los principios de organización que se establecen en cada sociedad. Asimismo, dentro de este proceso existe una dimensión que tiene influencia significativa en la constitución de la identidad femenina y masculina de las personas, y esta es: el género. Este eje articula el papel que las mujeres y los hombres desempeñan dentro de una sociedad, y se materializa a través de normas que se transmiten a nuevos miembros para que las interioricen, las asimilen y las hagan parte de su sistema de valores y creencias (Rosado, 2011). Butler (2002), en este respecto, determina que hay un componente heterosexista que atraviesa el binomio femenino/masculino, el cual constituye una matriz a partir de la cual se organizan las identidades y se distribuyen los cuerpos, otorgándoles significados específicos. Esta matriz heteronormativa establece un régimen de poder discursivo hegemónico, y se encuentran fundadas bajo las categorías de varón y mujer, las cuales son normativas y excluyentes; en este contexto, dicha matriz actúa mediante la producción y el establecimiento de identidades cimentadas en la estabilidad del sexo binario. De este modo, retomando a Rosado (2011), se tiene que el género es uno de los ejes vertebrales sobre los que se asienta el desarrollo de la identidad personal, y las 73 expectativas sobre hombres y mujeres se empiezan a transmitir en el proceso de socialización ocurrido en la familia y la escuela. En este respecto, una columna que se constituye como un “es muss sein” externo, se encuentra en el género, ya que se delegan responsabilidades sobre hombres y mujeres, de manera que se predetermina un camino a seguir; cuyos cimientos se presentan en la información transmitida por la familia, en primera instancia. Siendo así, a continuación, se expondrá el papel desempeñado por esta dimensión en la situación de las personas intersexuales entrevistadas, en donde se les ha otorgado el peso de un “tiene que ser” esgrimido en la figura del género. 2.1.1. Socialización del género: el papel de la familia, la religión y la educación El género es una construcción del cuerpo y de la subjetividad como resultado del efecto performativo de repetir, de manera ritualizada, actos que terminan siendo naturalizados y generan la ilusión de una esencia (Duque, 2010). De esta forma, el género se construye a partir de la repetición ritualizada de actos de habla y de toda una gama de gestos corporales que corresponden a un estilo asociado con uno de los dos géneros culturales (en Occidente y que se refleja en el contexto costarricense). Esta repetición no es opcional, se fundamenta en un discurso regulativo, en exigencias constantes del entorno que se dirigen a producir fenómenos que moderan la conducta, según el sexo, y se pueden materializar en cuestiones como la forma de vestir, de jugar, de hablar, de comportarse e incluso direcciona la posición que deben ocupar las personas en la sociedad. Siendo así, si se genera el resultado esperado, se tiene un género y una sexualidad culturalmente congruentes con el sexo de las personas (Duque, 2010; León, 1995). Para los casos de Alicia y Samantha, la socialización del género al que debían corresponder, estuvo marcado por presiones y libertades en distintas etapas de su vida, lo cual ha significado apoyo y rechazos por su condición sexual o, dicho de otra manera, por el deber ser introyectado sobre los cuerpos, y reproducidos a través de juicios de valor y comportamientos. En el apartado de red de apoyo es posible localizar, a nivel familiar, las figuras de la madre, en ambos y casos, y de la hermana, para la situación de Alicia; de modo que se procederá a profundizar sobre estos elementos. Para iniciar, en la situación de Alicia, un primer momento de apoyo que ella percibió respecto a no sentirse encasillada en roles de género se encontró en la educación 74 recibida en la niñez por parte de su madre, ya que ella trató de dar libertad en cuanto a aspectos como los referentes a juegos, intentando que fuesen neutrales, es decir, que socialmente no estuvieran asociados como algo femenino o masculino: (…) mi mamá nunca tuvo rollo en ese sentido, entonces, siempre me compraba, no era como que me compraba muñecas, pero sí me compraba como juguetes neutros, como legos, libros de pintar, cuestiones de ese tipo, que no, este, fueran adjudicados a uno u otro sexo, sino, cuestiones más neutras (Alicia, comunicación personal, 2020). (…) el certificado de nacimiento, decía algo muy diferente a cómo me criaron, como ya te dije, mi mamá en eso fue muy sabia, a pesar de no tener tanta información, este, de criarme de una manera muy neutra, y, esa era como la tónica de la casa, este, que independientemente del nombre que estuviera en el acta de nacimiento, este, no había rollo con que un día se me ocurriera jugar con mi hermana de casita, verdad, pero, o sea, no lo rechazaban, pero tampoco lo inculcaban, era una cuestión como muy neutra (Alicia, comunicación personal, 2020). Esta situación, según Alicia, le ayudó a no generar esquemas binarios en donde tuviera que hacer un determinado acto por ser hombre, como así lo dictaminaba su acta de nacimiento. Aunado a esto, un segundo momento crucial lo encontró en la adolescencia al recibir la noticia de que era intersexual, puesto que el apoyo para contar lo que acontecía lo encontró en su hermana y en su madre: Sí, digamos como después de que me hicieron esos estudios en la adolescencia, en el Hospital Calderón Guardia, di yo le hablé sobre todo a mi mamá, aún así como que mi mamá no comprendía del todo, verdad, este, mi hermana es la que más ha entendido como la situación (Alicia, comunicación personal, 2020). En ese aspecto de convivencia familiar, estas dos personas han sido quienes le han permitido expresar sus sentimientos y quienes no le han cohibido de ser quien desea, 75 puesto que, desde la infancia han sido sus figuras más cercanas en un contexto en el que su círculo social se limitó a su familia nuclear, como más adelante se abordará en este capítulo. De este modo, cuando en la adolescencia decidió realizar su cambio de género y definir su identidad como una mujer intersexual, su madre y su hermana fueron quienes hicieron el camino un tanto más fácil por cuanto encontró en ellas un soporte al no imponer un deber ser que correspondiera con lo masculino o femenino, incluso, según sus palabras, cuando se dio a conocer su intersexualidad, se tomó como algo natural en su familiar nuclear, al menos en estas dos personas; ya que era algo que se intuía: De una forma muy natural porque yo creo que siempre lo supo, este núcleo más cercano, siempre lo supo, entonces no hubo mayor rollo, porque no era que iba a salir del closet diciendo: ay, amanecí intersex, ay amanecí hermafrodita (risas) sino que fue, es algo que, digamos, siempre lo vivió conmigo (Alicia, comunicación personal, 2020). Asimismo, en su discurso manifestó esa alianza forjada con esas dos figuras familiares, lo que denotó su vínculo y cariño para con ellas: (…) con mi mamá, mi mamá siempre fue una relación muy estrecha y con mi hermana también que es con la convivo hasta la actualidad… con mi hermana, mi hermana es mi compañera todavía, desde niñas y hasta el momento; no solo mi compañera de vida, vivimos juntas, o sea, ya ella debe estar harta de mí ya (Alicia, comunicación personal, 2020). Hasta este punto, se puede decir que los dos apoyos principales de Alicia se encargaron de no reproducir en ella el peso de un “es muss sein” que no deseaba, la matriz heteronormativa de la que predica Butler no ejerció presión hacia esta persona desde estas dos figuras, a la vez que sintió la levedad de poder expresar lo que era y lo que quería ser al darse cuenta de su intersexualidad al tener el apoyo de ellas. Por otro lado, en el caso de Samantha, la figura de apoyo más cercana la encontró, al igual que Alicia, en su madre; este apoyo se puede traducir en el hecho de que con ella tuvo un primer acercamiento a los roles tradicionalmente ligados a lo femenino, mientras compartían juntas, hecho que se dio desde la infancia: 76 También le pintaba las uñas a mi mamá, es positivo, o sea, yo creo que eso hizo que tuviera mucho lazo con mi mamá, el hecho de que yo me sentara con ella, y desde muy corta edad me contara cosas, yo veía que trataba de pintarse las uñas y yo llegaba como di, es más fácil que alguien te pinte las uñas de los pies a estar ahí toda incómoda, entonces yo llegaba y le pintaba las uñas y le lavaba las uñas y los pies y toda la cosa, y eso hizo que mi mamá, di, hubiese una cercanía, mientras yo le hacía eso mi mamá me contaba cosas que le pasaban a mi abuela o cosas de ella, o historias, mi mamá era de contarnos mucho la infancia de ella, yo era feliz de escucharla. Y es algo que me llena de nostalgia, yo digo, qué bonito volverlo a hacer, pero ahora es otra cosa, ahora me llama por teléfono y me cuenta todo igual, pero ya es como otra dinámica, es un recuerdo que considero bonito y que me iba acercando a quien realmente era yo en roles femeninos (Samantha, comunicación personal, 2021). Se debe recordar que Samantha también fue criada como varón y, en este proceso de socialización, su madre era como un punto de escape del peso que implicaba cumplir con el “es muss sein” masculino, lo cual se tratará más adelante, con ella se dio esa interacción en un ambiente femenino como pintar uñas, que le sirvió para explorar otros roles con los que fue sintiéndose identificada. Siendo así, es necesario acotar que Samantha refleja esa seccionalidad del pensamiento binario en cuanto al deber ser, ya que encasilló acciones para uno y otro género, como se reflejó en el extracto anterior. En ese marco, puede concluirse que, con su madre, Samantha tuvo la oportunidad de explorar sin sentir una presión externa, era ella experimentando y no siendo forzada a experimentar, en otras palabras, tenía capacidad de agencia; de manera que el trato de su mamá forjó esa apertura, como así lo indicó: (…) mi mamá siempre fue como de esas, o sea, mi mamá es de esas que dice "vamos a ver qué hace"… ella siempre ha sido así como que hay que escuchar la otra parte para entender, y todo eso (Samantha, comunicación personal, 2021). 77 Esa oportunidad para aventurarse a la experiencia y desligarse de lo considerado varonil, también se encontró reflejado en el acto de bailar, lo cual es una actividad que genera mucho gusto en Samantha. En la adolescencia ella tenía una concepción acerca de cómo debía bailar una mujer (en posiciones donde hay un mayor de movimientos de cadera y de brazos) y la manera en que debía hacerlo un hombre (con movimientos de cadera más rígidos y sin mucho movimiento de brazos y manos), una vez más, el “es muss sein”; de modo que, dentro de esa división, ella concebía que su forma de moverse era femenina y, como tal, lo practicaba de esa manera cuando estaba a solas con su madre, ya que en ella encontró esa confianza, además de que su figura materna le incentivaba a hacerlo de manera intrínseca, puesto que dejaba la sala entera para que Samantha bailara: Me gustaba más compartir más con la otra yo que no salía, era mi momento para ser yo, porque cuando bailaba, no bailaba en una posición varonil, me quebraba6 toda. Entonces ya luego mi mamá me dejaba así como la sala sola, porque era como que ella ya sabía que iba a bailar entonces se iba para el cuarto a ver televisión y yo quedaba con la sala toda para mí, porque tampoco era de bailar cuando estaba todo el mundo (Samantha, comunicación personal, 2021). Sumado a lo anterior, en este fragmento es posible identificar esa división de “yoes”, uno impuesto por el deber ser masculino y el otro, femenino, que ponía en práctica exclusivamente en situaciones como las anteriores, encontrándose expresado esa sujeción a la norma que proviene de la matriz heterosexual mediante la relación sexo-género; en el sentido de que, actividades como bailar de forma femenina (a su parecer), no podían ser expresadas por Samantha en su rol de hombre, ya que iba en contra del imaginario. Esta situación puede interpretarse como un asunto de automarginación o privacidad, dado que Samantha reprimía lo que quería ser por lo que debía ser, en tanto tenía que performativizar lo que su sexo, a través del género, así le demandaba. Por otra parte, una vez explorados los puntos de apoyo que encontraron las personas intersexuales en la socialización del género, se torna ahora necesario mostrar la contraparte, es decir, las relaciones sociales que ejercieron una presión sobre estas La expresión “quebrarse toda” alude a realizar movimientos corporales durante el baile, como mover la cadera. 6 78 personas en relación al binomio sexo/género, desde donde se esgrimió el peso del “es muss sein”. En primera instancia, las alianzas que se construyeron a nivel familiar, no se extrapolaron a todo el núcleo. Para iniciar, en el caso de Alicia se pudo observar cómo su padre mostró rechazo hacia su, en aquel entonces, hijo. Si bien es cierto que ella se dio cuenta de su intersexualidad, y la pudo llamar como tal, cuando era adolescente, su genitalidad dio cuenta de un cuerpo que no se encontraba dentro de lo normativo en términos del binomio hombre-mujer; y esta excepción a la regla implicó la incomprensión de su padre: Sí, en un inicio, mi papá tuvo mucho conflicto con esta situación, me imagino, tenía mucho que ver con esa sociedad machista, verdad, en la que vivimos, mi papá no concebía tener un hijo, porque así fue como me bautizaron, digamos que viniera, así como defectuoso, y este a nivel corporal (Alicia, comunicación personal, 2020). Esta situación dilucida una desconexión entre corporalidad y género en tanto el “tiene que ser” se encontró difuminado en la incertidumbre de la genitalidad, en esos términos, al padre de Alicia le comunicaron que su esposa había tenido un varón; en ese sentido, la primera premisa indicó que, si aquel recién nacido era un varón, debía tener pene, mas al observar que la genitalidad de ese bebé no se ajustaba al estándar socialmente construido, llevó a la segunda premisa: presentar un conflicto por aquella no correspondencia entre lo que tenía que ser y no era en un plano corporal; lo cual deja de manifiesto ese esquema social en donde el sexo/género esgrime pensamientos sobre los cuerpos. La situación evoca aquello a lo que Butler (2002), denomina como cuerpos abyectos, aludiendo a los cuerpos que no pueden ser inscritos en la norma del sexo y que, por ende, se establecen como ininteligibles; son “zonas invivibles e inhabitadas de la vida social que, sin embargo, están densamente pobladas por quienes no gozan de la jerarquía de los sujetos” (pp. 19-20). Esa abyección, manifestada en el rechazo del padre hacia aquel cuerpo anormal, llevó a que este individuo intentara matar, de forma literal, a su, entonces, hijo: “Eh, sí, en un inicio, a mi papá le costó mucho, incluso, yo siempre lo digo, mi papá intentó matarme” (Alicia, comunicación personal, 2020). 79 El hecho enmarca cómo este cuerpo determina una forma de desestabilización de la norma, en donde su expresión causó una especie de molestia en su padre por la razón de poner en jaque lo concebido como normal en la materialización de los sexos. Aquello escapaba del poder regulatorio establecido por la matriz heterosexual, y la respuesta ante tal evento fue la exclusión. Cabe mencionar que, en su relato, Alicia comentó que su papá fue asimilando de una forma más positiva el asunto con el pasar de los años, pero que, en primera instancia, el rechazo fue la reacción inicial por parte de este ante su expresión corporal. Por otro lado, la situación de Samantha es congruente en un aspecto con el caso de Alicia: el padre fue la figura de la familia nuclear que mostró rechazo en un momento determinado, además, fue quien impuso, de una manera clara, la reproducción de roles de género masculinos. Dicha imposición de roles comenzó desde la infancia, ya que Samantha recuerda que su padre le invitaba a que participara en juegos relacionados a lo masculino: (…) mi papá sí esperaba que yo fuera a jugar bola, como decía ahí, bola, verdad, fútbol, pues, o dizque fútbol, mejenguitas7, como les dicen, quizás mis hermanos... o sea, es que nunca me lo dijeron, pero quizás sí esperaban como que yo fuera a jugar con las bolinchas8 o jugar con trompos9, porque sí me los compraban, es una forma de decir como: "vaya juegue", digamos, porque sí me compraban el tractor, me compraban... las bolas, que siempre las terminaban rompiendo mis hermanos, así como en el agua, mis tíos, eh, las bolinchas, bueno, el trompo ese y el yoyo, creo que le decían, el yoyo sí me gustaba, pero son juegos que meramente los han tirado hacia hombres, digamos; nunca me compraron mis Jackses10; eh, qué otra cosa, no sé, bueno, mis tíos, esos los que tenían como menos edad, me decían que fuéramos a jugar fútbol, porque como estaba esa entrada, digamos, entonces ellos jugaban ahí, de hecho me quebré, creo que fue este dedo, o 7 Son partidos de fútbol de carácter no profesional. Refiere a esferas pequeñas de vidrio u otros materiales que se utilizan para jugar bajo ciertas reglas, como introducirlas en un hoyo. 9 Son juguetes de madera o plástico en forma cónica que tienen punta de metal y se lanzan con una cuerda para hacerlos girar. 10 Es un juego que contiene una serie de piezas pequeñas y una pelota de goma, con el que se pueden realizar diversos juegos, uno de ellos es lanzar la pelota al aire y recolectar las piezas antes de volver a tomarla. 8 80 este (agachó su mirada para observar sus manos) no sé, uno de los dos, dizque, jugando de portera yo, me pegaron un bolazo, y metí la mano, desde ahí, creo que agarré eso también como excusa para decir que me daba miedo jugar, porque sí, siempre he tenido eso como de que "no jugar no, porque me quiebro la otra mano", creo que por ahí agarré esa excusa (Samantha, comunicación personal, 2021). En este fragmento es posible diferenciar tres elementos que reflejan la socialización de roles de género en términos binarios, en primer lugar, se observa la manera en que se impulsaba a que Samantha actuara como varón en términos de juegos (como el fútbol, las bolinchas y el tractor); en segundo lugar, Samantha deseaba en su niñez jugar con jackses, pero nunca se los compraron, según argumentó, este artefacto se asociaba a lo femenino, por lo que hubo una censura hacia el deseo de ella de poseer este elemento para jugar, es decir, ocurrió un rechazo hacia los jackses porque no correspondía a algo con lo que un hombre debería jugar (esto implicaba una transgresión a la norma) y, por último, se divisa que los deseos del padre no eran compartidos por Samantha en tanto no quería participar de los roles que este le inducía, incluso, el peso que esta situación implicaba llevó a que Samantha no pudiera expresar lo que sentía, y tuvo que acudir a una mentira para librarse, en parte, de lo delegado a nivel de juegos. La construcción del prototipo masculino siguió presentándose en Samantha por medio de su padre, ya que continuó instruyéndole en actos como el no sentir miedo, no llorar y ser fuerte: Entonces mi papá me mandaba a traer un saco y yo ¿cómo levanto eso? Y siempre, nunca pude alzar un saco, así como echármelo yo sola y jalarlo hacia otro espacio, nunca, nunca, entonces siempre era así como usted que es macho tiene que alzar un saco. Pero sí, era como de no podés tenerle miedo a nada, no podés asumir cosas, no podés llorar, toda esa parte social sí se reflejaba ahí, era como parte de una vivencia, como de así tenés que funcionar, así tenés que hacer para poder calzar, entonces el trato sí era así como más brusco (Samantha, comunicación personal, 2021). Además de esas directrices, el padre de Samantha también influía en otros asuntos que correspondían a cuestiones heteronormativas, por ejemplo, trataba de direccionar el 81 gusto de Samantha hacia las mujeres desde la niñez, asimismo, se preocupaba por cuestiones corporales como el cabello, señalando cómo debía peinarse un hombre: (…) andaba el pelo como hongo, como dicen, o sea, un poco largo, porque siempre cuando me lo iban a cortar era corto, pero yo siempre esperaba a que creciera lo más posible que me podía crecer, y eso a él no le gustaba, porque él sí asumía el pelo con la identidad, como todo estándar, sos hombrecito tenés que andar con el pelito recortadito y toda la estupidez, pero bueno. él entra entre esas estupideces (Samantha, comunicación personal, 2021). Y es que Samantha tenía dos hermanos que eran utilizados por su padre como ejemplo de lo que ella debía ser, dado que ellos sí siguieron la línea trazada por su figura paterna en cuanto a roles masculinos, de ahí que este le reprochara a Samantha ciertos asuntos: (…) sí era como la parte más de machos sí tenía que ser como ellos, porque ellos sí jugaban fútbol, porque ellos sí jugaban esto, porque ellos sí hacían esto, porque ellos sí corrían y yo no, entonces ahí sí había como, o sea, nunca fue como algo muy claro que te estén presionando, pero sí se marcaba, sí había algo ahí como indirecto (Samantha, comunicación personal, 2021). Aunado a esto, ocurrieron presiones discursivas en torno a la sexualidad que fueron cercenando la voluntad de Samantha de asumir una identidad que ella concebía como femenina, la discriminación por parte de su padre hacia uno de los primos que reproducía actitudes ligadas a lo femenino, la marginaban de la oportunidad de poder comunicar al exterior lo que sentía: Creo que como a los 11, 12 años, quizás, quizás un poquito antes, sí empecé a escuchar comentarios de mi papá ya más machistas y homofóbicos, porque tenía un primo que sí se le salía lo amanerado11, 11 La palabra amanerado suele utilizarse para hacer referencia a personas masculinas que ejecutan expresiones corporales relacionado a lo femenino. 82 calzaba una construcción de que... entonces si era como que, que no sé qué, no sé qué, no sé cuánto, y sí, ya empezaban esos comentarios que sí, que quizás sí influyeron de que yo no me identificara o no lo hiciera públicamente por el miedo de cierta represalia, o ciertos comentarios de mi papá, pero sí, va por ahí (Samantha, comunicación personal, 2021). De hecho, la situación se tornó más violenta debido a que el padre de Samantha llegó a confrontarla delante de su familia como resultado de que ella no reproducía roles masculinos, lo que generó la molestia de su padre: Y feo fue cuando mi papá me enfrentó, es que no eran maneras, todavía lo sigo pensando, hubo un momento en que mi papá me afrontó y me dijo que si yo era gay, pero fue como: vamos a hablar en la sala, mi papá, mi mamá, yo, mis hermanos, o sea, todo el mundo ahí, o sea, era muy diferente si hubiera dicho jale al cuarto con mi mamá, mi papá y yo, es como muy diferente a que me diga usted es gay, no es gay, qué le gusta, qué le pasa, qué hace, qué no hace, por dónde va, y yo sentirme como un poquitín más relajada y más tranquila, y quizás en ese momento hubiese sido mucho más fácil salir o no, o si más bien, yo hubiese confesado en su momento… hubiese sido terrible porque no iba a tener el conocimiento ni la fuerza, ni la voluntad para decir es que esto soy y punto, si a usted le gusta bueno y si no también, tampoco fue como tan fácil porque también fue costoso dar el paso y decir: bueno yo soy Samantha y punto, y así me voy a quedar, pero sí, me afrontó con su tono fuerte y brusco delante de mis hermanos y fue como para que yo me encerrara más, yo catalogo eso feísimo, malísimo y nadie debería hacer eso, y es como cuando está en una empresa, si usted va a regañar a alguien o tiene que llamarle la atención a alguien, usted le dice vamos a mi oficina, con sonrisa, cortés, que la gente de afuera ni se entere que la vas a regañar y pasás y ya adentro podés cambiar tu facción, y decirle; igual pasa con los regaños con un hijo o una hija, todo tiene que ser, o sea, no es que se va a dividir la familia porque tengás una discusión con un miembro específico. Entonces en ese momento yo me encerré, me encerré y fue cuando vi que yo tenía que ser lo más macho posible y que no lo logré, y que estoy feliz de no lograrlo, 83 pero sí fue como un momento trágico (Samantha, comunicación personal, 2021). La presión explícita del padre de Samantha provocó que ella siguiera reprimiendo lo que quería ser, la relación con su padre le hacía ver que había una regla que debía cumplir, a la cual se debía ajustar porque no se podía transgredir; como ella lo expresó “tenía que ser lo más macho posible”. En este respecto, se evidencia una presión que viene del exterior que, a nivel interno, no era correspondido mas debía ser atendido, fungiendo así como un medio de regulación sexual. A modo de recapitulación, ambos casos representan, en primera instancia, la instauración de roles tradicionales que permea a la sociedad costarricense, dado que los padres de Alicia y Samantha eran quienes proveían y ocupaban la jefatura del hogar, mientras que las madres se encargaban de las labores domésticas y del cuido de sus hijos (as), hechos que se enmarcan como actividades que se instauraron como parte de la identidad nacional (Quesada, 2012). En este sentido, la esfera social costarricense se basa en una sociedad patriarcal, en donde las relaciones se cimentan en el dominio de los hombres sobre las mujeres (Campos, 2007). De esta forma, el hecho de que las madres de Alicia y Samantha ocupasen la esfera privada, podría explicar esa cercanía que se estableció entre estas figuras y sus hijas, partiendo del hecho de que el cuido estaba bajo su cargo, lo que implicaba que compartiesen una mayor cantidad de tiempo. Empero, esto no se puede extrapolar al hecho del tipo de educación brindada por las madres en relación a los roles de género, puesto que ese hecho parte de una postura más personal respecto a la visión de mundo que se tenga, lo cierto es que, las libertades otorgadas por ellas, o bien, la no imposición de roles, como así lo sintieron ellas, se convirtió en un medio por el cual Alicia y Samantha pudieron experimentar y escapar de esquemas binarios rígidos sobre los que debían guiarse. Ahora bien, en contraposición, se denotó la autoridad de los padres como jefes de hogar por cuanto consituyeron la figura de la imposición y el rechazo sin que las madres interpelaran en tales actos, principalmente en el caso de Samantha; es decir, se percibe cierta sujeción por parte de las madres por cuanto no se dio algún tipo de intervención cuando el rechazo se hizo latente. Además, a nivel relacional con los padres, podría decirse que las personas intersexuales entrevistadas se encontraron frente a una socialización de género patriarcal, 84 donde el machismo fue el resultado de las interacciones. En este sentido, las figuras paternas reprodujeron arquetipos de masculinidad, los cuales, siguiendo a Campos (2007), aluden a la masculinidad que está presente en mitos, cuentos, leyendas y en la cultura popular, y opera a través del establecimiento de mandatos que obligan a que el hombre actúe de cierta manera según la sociedad en que se encuentra, construyendo así su identidad. Según este mismo autor, dentro de la sociedad costarricense, en general, pueden identificarse cuatro arquetipos específicos: ● Arquetipo del rey: a partir de este arquetipo se busca ejercer, permanentemente, el poder y el control, buscando así la obediencia por parte de las demás personas y el reconocimiento como autoridad. ● Arquetipo del guerrero: se caracteriza por la necesidad de defender y proteger el territorio, por lo que el hombre guerrero debe ser muy valiente y frío en la expresión de sus sentimientos, pues debe ser “el fuerte” y “el duro”. Este arquetipo puede provocar que el hombre se comporte de manera violenta para hacer cumplir sus mandatos. ● Arquetipo del mago: alude al hombre que “lo sabe todo” y siempre tiene la razón. Aunque puede ayudar y compartir con otras personas sus conocimientos, se distingue por la necesidad de que reconozcan que él es quien sabe. ● Arquetipo del amante: el hombre que vive este arquetipo es el que organiza su vida alrededor de las aventuras sexuales, de manera que se da un deber de “conquistar” a las mujeres, siendo un mandato plenamente heterosexual. En este panorama, el padre de Samantha es quien expresa de forma manifiesta la proyección de algunos de estos arquetipos, en primer lugar se puedo evidenciar el arquetipo del rey, porque trató de ejercer poder sobre ella en función de que cumpliera con el ideal masculino, de hecho, Samantha tuvo que sujetarse a los deseos de su padre en términos de tratar de cumplir con la masculinidad impuesta y reprimir su identificación con roles femeninos. Siendo así, hubo una manifestación de poder doble, en una primera vía, el papá intentó imponer su autoridad mediante la obediencia de Samantha y, en una segunda vía, ese dominio se direccionó a mantener el mandato del “macho” socialmente establecido. El uso de la violencia, por medio de la confrontación, también fue un arquetipo – específicamente el de guerrero- reflejado en el padre de Samantha, quien encontró en esa 85 práctica una manera de cuestionar la aparente transgresión de la matriz heterosexual por parte de Samantha al no asumir los roles de género que le correspondían. A la vez, él trató de inculcar ese arquetipo guerrero a Samantha a través de la enseñanza de reglas como el ser fuerte y no expresar sentimientos (llorar, por ejemplo). De igual manera, otro arquetipo visto en el proceso de socialización corresponde al del amante, dado que el padre de Samantha trataba de guiar la orientación sexual de ella en términos heteronormativos. Según comentó esta persona intersexual, su papá desde la escuela trató de inculcarle la atracción hacia las mujeres utilizando las bromas como el modo de operar, ya que él la molestaba si mostraba cercanía con alguna mujer. Otro aspecto a destacar es lo comentado por Campos (2007), quien dice que cuando a un hombre “se le caen” los arquetipos de masculinidad, es probable que experimente sentimientos como fracaso, tristeza y enojo que le pueden llevar a conductas violentas. Esto hace recordar lo experimentado por Alicia, ya que como se acotó, su padre mostró un profundo rechazo hacia ella por una cuestión corporal, en donde, en adición a la abyección que derivó ese hecho, se puede decir que el asentamiento de estos arquetipos pudo causar frustración en él debido a que su hijo (para ese momento) no cumplía a cabalidad con el “ser hombre”, llevando a que pensara en asesinarlo. En adición a estos eventos, se encontró que otro elemento que fungió como socializador del género fue la educación formal, ya que Samantha se vio en la encrucijada del deber ser cuando recibía educación física en su etapa colegial producto de la separación entre hombres y mujeres: Ya en noveno tenía que relacionarme con hombres porque ya nos separaban para hacer educación física, ese fue un trauma para mí, tener que ver a las chiquillas por un lado y yo allá en la otra cancha, en el otro extremo, y yo decía: quiero ir allá, no quiero estar aquí… creo que en el cole había un peso fundamental cuando nos separaban en educación física, y siempre lo voy a seguir diciendo, porque es como un momento en donde te reafirman lo que sos o lo que deberías de ser, cuando estoy con las chiquillas, diay, como que paso ahí, como en las mismas, pero cuando llegaba a educación física era como, ish, estoy con el grupo de maes 12, entonces soy mae, y de aquí no me puedo salir. Entonces, creo que esa 12 La palabra mae es un regionalismo utilizado en Costa Rica para referirse a otra persona, en el caso específico de esta cita, la palabra fue empleada para referirse a hombres. 86 parte del cole sí influía mucho como en estar reafirmando todos los días en la semana que tuviese educación física (Samantha, comunicación personal, 2021). Esta división física y simbólica ilustra la binariedad desarrollada en la sociedad, y es que la educación costarricense se ha fundamentado en roles de género tradicionales, ya que como Schramm (2004) menciona, en lecturas de libros costarricenses que se realiza desde la escuela se representa lo que el hombre y la mujer deben hacer, además, en algunas materias donde se explora la anatomía humana, solo se habla de lo femenino y lo masculino, no se da cabida a otras posibles corporalidades. En este marco, tal como señala Rosado (2011), la educación es un medio que va creando el imaginario de las personas desde la niñez, y es allí donde se asienta parte de la introyección de los roles de género en las personas, lo cual, sin duda, es causante de conflicto en situaciones como la de Samantha, pues debía sujetarse a compartir con los hombres de su clase, dado que su sexo/género así lo demandaba, según las reglas del colegio, a pesar de que su deseo era socializar con las mujeres en las clases de educación física. Asimismo, este pensamiento binario es reproducido en otras instituciones estatales, donde la obligatoriedad de la heteronormatividad genera comentarios que violentan, como se ha dicho, se sanciona por la no correspondencia entre sexo y género según el imaginario social legitimado en la población, ya que, según Alicia ha recibido algunos comentarios por parte de ciertas entidades que reflejan esta situación: (…) a pesar de que las personas trans e intersex puedan cambiar el nombre en la cédula, yo todavía no lo he hecho, y tiene mucho que ver con cuestiones legales, con visas, bueno ve, hay un montón de excusas por las que no he cambiado el nombre, y eso me genera muchas violencias en las instituciones porque "cómo usted con esa apariencia y todavía tiene este nombre", incluso hasta con llamadas, porque no conciben que una persona con este tono de voz tenga un nombre equis, entonces, todavía la sociedad a pesar de decretos, de leyes, de reglamentos que hayan cambiado en estas dos últimas administraciones, todavía siguen siendo un tanto discriminadora hacia las poblaciones que se consideran diferentes (Alicia, comunicación personal, 2020). 87 En este respecto, Alicia considera que, a pesar de que se han dado esfuerzos para cambiar la situación de discriminación, todavía se presentan comentarios que reflejan la permanencia del pensamiento binario en las instituciones, lo cual considera como un asunto que genera violencia por cuanto se juzga por la apariencia y no por cuestiones de elección identitaria: en otras palabras, se causa discriminación por la transgresión a lo considerado normal, en este caso, por la discordancia que las personas funcionarias piensan que existe entre género y sexo en la figura de Alicia. Otro aspecto que puede destacarse en el caso de Samantha, es el papel ambivalente desempeñado por la religión, principalmente la creencia en un ser supremo, ya que fue otro medio que fungió como apoyo, mas, a la vez, como medio de presión en la encrucijada que ella atravesó como resultado de sentirse identificada con roles femeninos pero verse obligada a reproducir acciones relacionadas a los masculino. En su proceso de socialización, desde la niñez fue introducida por su madre y padre a la iglesia católica, donde participó en la catequesis; conforme fue creciendo, la creencia en una deidad le permitió poder contar con una figura, además de su madre, con la que podía desahogarse y eso, hasta la actualidad, le ha sido de ayuda: Pues sí, fui muy religiosa y no sé si voy a seguir siendo creyente, espiritual o lo que sea, pero creo que sí me ayudó a soportar algunas cosas, exista o no exista, me funcionó un montón creer en que existía algo superior a quien le podía reclamar, le podía llorar, le podía pedir, funcionó (Samantha, comunicación personal, 2021). Empero, desde este grupo religioso también se dieron actitudes que la coaccionaron, debido a que ella consideró que su gusto por lo femenino no estaba bien pues se correspondía con una actitud ligada a la homosexualidad; de allí la elección por mantenerlo en silencio. Aconteció que, participando en una de las actividades religiosas de la iglesia a la cual asistía, una persona, mientras oraba, hizo la petición a Dios de curar a los homosexuales, lo cual caló en ella: Había un señor que ese sí se demostraba así, como muy anti-todo, entonces cuando iba a hacer una oración y decía: cura a los homosexuales y no sé qué; y yo: ¿tendrá cura?, y no, y mucho tiempo lo creí, y muchas de mis 88 plegarias y de mis oraciones siempre dije cúrame, quítame toda esa mierda, y que sea el macho alfa que se supone que debería ser, o sea, sí lo asumí y sí lo pedí y sí lo hice, y no funcionó, porque no se cura (Samantha, comunicación personal, 2021). La religión, en este sentido, jugó un papel en doble vía, por una parte, las participaciones en las actividades religiosas fungieron como un punto para creer en una deidad a la que se aferró para afrontar lo que sucedía; por otra parte, dentro del grupo se reprodujeron actitudes correspondientes al mantenimiento del status quo dictado por la matriz heterosexual. Samantha, incluso, interiorizó aquello que escuchó en esa oración, donde la homosexualidad se concebía cual si fuera una enfermedad por cuanto podía ser curada. En este contexto, la retroalimentación recibida por este grupo le llevó a generar un esquema de percepción en donde se censuraba lo que se salía de la heterosexualidad, lo que provocó, al menos por un lapso, un mayor peso respecto al deber ser. De hecho, el conflicto emocional que le provocó esa presión externa ligado a lo bueno y lo malo, lo normal y anormal en cuanto a los roles que deben seguir hombres y mujeres, llevó a que Samantha, en su adolescencia, se aislara un tiempo para intentar ser el macho que la sociedad le demandaba; empero, en ese aislamiento su pensamiento empezó a cambiar y ya sus oraciones se dirigieron hacia otra dirección: A la etapa posterior, o sea, yo no lo veía como cura, o sea, la palabra cura no pasaba por mi mente, pero sí pasaba por mi mente el hecho de que, a ver… que si existía algo superior, que si esa forma de pensar y vivir era malo, pues me lo podía quitar y no me lo quitó, o sea, cuando yo ya me aprendí, que yo me fui para Guana13, a tratar de ser macho, pero bueno, eso ya pasa los 17 años, digamos; pero, mi intención en ese primer año en Guana era como de ser así, como a tender a ser lo más macho posible y tratar de calzar y como yo vi que eso fracasó, entonces mis oraciones cambiaron de rol, mis oraciones ya no eran “quiero ser normal”, o quiero calzar con el perfil o quiero que ya no me gustan los hombres, era como, ok, si yo tengo que ser mujer, si a mí me tienen que gustar los hombres, 13 Guana es un diminutivo utilizado en Costa Rica para referirse a una de sus provincias, la cual lleva por nombre Guanacaste. 89 facilíteme esta mierda y hágalo rápido, digamos, esas eran mis oraciones después y creo que después, no sé, creo que sí me prestó atención, como que sí me escuchó, porque todo lo demás se fue dando (Samantha, comunicación personal, 2021). Hay que hacer hincapié en que la iglesia católica forma parte de la construcción de la identidad nacional en cuanto a roles de género, ya que desde siglos pasados ha guiado a que el país se rija por un pensamiento basado en la heterosexualidad y el matrimonio (ver Quesada, 2012). Siendo así, en el caso de Samantha es posible notar cómo esos ideales aún forman parte de la cotidianidad nacional, de ahí que se haya presentado ese rechazo a la homosexualidad, hecho que fue absorbido por Samantha en ese momento y que, como tal, provocó su aislamiento para cumplir con la norma de la matriz heterosexual. Incluso, aunque ella renunció a aquella idea de cambiar su forma de pensamiento respecto a dejar su atracción por los hombres (siendo un hombre), así como su afinidad por cuestiones femeninas y, en contraposición, empezó a pedirle a Dios que le allanara el camino para poder expresar eso ante las demás personas, en Samantha se interiorizó el esquema binario que le permeaba, puesto que estableció que parte de su percepción de ser mujer era su atracción hacia los hombres. Este tema, referente a la orientación sexual, se retomará en el siguiente capítulo. Esta serie de elementos revelan el contexto en que se han desarrollado Alicia y Samantha, el cual fue un entorno marcado por factores heteronormativos que fueron forjando su percepción en relación a la identidad, ya que, recordando que la percepción atribuye características cualitativas a circunstancias del medio a través de referentes construidos en los sistemas culturales (Vargas, 1995); se tiene que la presión ejercida por entes familiares, educativos y religiosos se constituyeron como fuentes coercitivas identitarias, por cuanto se esgrimió una perspectiva respecto a lo bueno y lo malo, lo normal y anormal en términos del deber ser que exigen los roles de género. Es así como algo que parece leve, pues se toma como algo natural, como lo son los roles de género, se torna en toda una verdad metafísica que condicionan el comportamiento de las personas, tal como el relato de Beethoven comentado por Kundera (1985). Se hace pertinente aclarar que esta situación fue más marcada en el caso de Samantha, dado que Alicia tuvo una crianza más neutra, es decir, con una mayor libertad 90 en cuanto a roles de género, según sus palabras, lo que a la vez constituye un hallazgo, dado que, una menor imposición de roles binarios, implicó un menor peso para tomar decisiones en cuanto identificación sexual. De hecho, esta misma situación se evidenció con Samantha, quien descubrió su inclinación hacia cuestiones relacionadas a lo femenino cuando no experimentó la presión del deber ser impuesto por su padre. Finalmente, el peso del “es muss sein!” es algo que no solo implica mandatos, sino que también genera segregación cuando se transgrede la norma, tal y como se explicará en el siguiente apartado 2.1.2. Sobre la protección y la abyección de lo intersexual El sexo no es algo que corresponda al terreno de lo prediscursivo, de lo netamente natural, sino que es constituido en prácticas en donde ciertas normas regulatorias son reiteradas y materializadas. En este sentido, el sexo opera como una norma que hace viables a los cuerpos, provocando que, a la vez que el cuerpo se materializa, se materializa la norma reguladora del sexo, de modo que no existe inteligibilidad de los cuerpos por fuera del sexo, en otras palabras, por fuera de la materialización de la norma (Grandinetti, 2011). Para que el sexo pueda ser nombrado, clasificado y percibido, según Grandinetti (2011), debe circunscribirse a lo que puede ser mediante el establecimiento de límites que niegan y excluyen cualquier posibilidad de desestabilización de la norma. En estos términos, la norma reguladora del sexo, en el contexto Occidental, se asienta sobre una matriz binaria que es heterosexual, por lo que no hay cabida para una sexualidad intermedia o cualquier otra opción que se salga de esta regla; por tanto, cuando acontece un acto de esa índole (una transgresión a la norma) suele presentarse la abyección, en donde se excluye toda expresión corporal y sexual no hegemónica. En ese respecto, las personas intersexuales pasan por ese tamiz social que segrega. En los casos particulares de Alicia y Samantha la abyección se ha presentado, de forma paradójica, mediante la protección. En primera instancia, como se comentó en el apartado anterior, una forma de abyección se expresó en el rechazo del padre de Alicia hacia esta por su expresión fenotípica, ya que no cumplía a cabalidad con el imaginario del cuerpo que un hombre debe tener. En segunda instancia, la protección familiar se hizo presente en diferentes momentos de la vida de Alicia y Samantha como respuesta a la transgresión de la norma 91 heteronormativa y al sexo biológico hegemónico. En el primer caso, existió una sospecha de que algo “no iba bien” debido a la genitalidad, por ende, desde la infancia, Alicia fue alejada de las relaciones sociales externas a su hogar: En la niñez protegerme… porque en la niñez no había como tanto rollo pero sí vivíamos como muy en ese núcleo, te digo que esa burbuja era muy cerrada, por eso yo ahora, yo, esto de la burbuja de ahora (de la pandemia), estoy súper acostumbrada porque...ese núcleo era tan cerrado que mi hermana y yo éramos nuestras compañeras de juego, o sea, no teníamos otros compañeros de juego; de hecho, mi papá se preocupaba por tenernos un PlayGround14, tenernos miles de juguetes y mi mamá también, y no llegaban amiguitos a la casa, o sea, prácticamente era como...vivíamos básicamente en una burbuja, donde nadie entraba, nos protegían mucho, yo creo que también era como protección a mí (Alicia, comunicación personal, 2020). La protección brindada por su núcleo familiar se extendió incluso a nivel de la familia extensa, dado que evitaban que Alicia se relacionara con esas personas: Eh, bueno, yo recuerdo que, di, era un asunto que no se hablaba en mi niñez, era un tema del que no hablábamos (sobre la intersexualidad), bueno, primero porque había un desconocimiento total sobre el tema, yo creo que mi mamá no sabría como qué decir al respecto, sí había como, eso de que, de ese tema no se habla, pero sí me imagino que el resto de la familia como cuchicheaba15 o sí comentaba al respecto y por eso también era que pasábamos como en esa, este, burbuja de la que no salíamos (Alicia, comunicación personal, 2020). En este marco, es posible apreciar que el desconocimiento sobre la intersexualidad llevó a que no se hablara nunca del tema, como se mostró en el capítulo anterior; no obstante, sí hubo cierta sospecha que partió de la materialización del sexo en el cuerpo, 14 PlayGround es una palabra del inglés que, en Costa Rica, implicaría juegos que se pueden encontrar en parques públicos, como toboganes, hamacas, cajas de arena, entre otros. 15 La palabra cuchichear hace referencia a murmurar o rumorear. 92 lo que ocasionó la segregación de Alicia, en este respecto, mantenerla alejada de la opinión externa significaba alejarla de la sanción social por romper el modelo binario sexual; además, bajo esa lógica, el padre de esta persona pudo haberla aislado para evitar, precisamente, la reacción que él tuvo. Y es que, en efecto, cuando Alicia llegó a la adolescencia y le fue comunicada su intersexualidad, ella decidió identificarse con el género femenino, lo que implicó que el sentido de protección familiar se hiciera más fuerte, ya que hubo violencia por parte de las personas del barrio e incluso de su familia extensa: (…) en la adolescencia también, en la adolescencia todavía más, porque ya en la adolescencia se reprodujeron las violencias, de parte del barrio, de parte de los vecinos, porque incluso llegaron a balear esta casa, a apedrearla, habían insultos, cada vez que yo salía, cuestiones de ese tipo, entonces, se cerró todavía más esa burbuja… yo era como la travesti de aquí del barrio, porque, este, di se suponía que tenía un nombre masculino, este, había nacido con un certificado masculino, y este, di, ven este mujerón caminando por las aceras del barrio, y entonces, este di, para mucha gente, con ese desconocimiento ante todo, aunque no haya desconocimiento sobre todo ese irrespeto, verdad, sí habían muchas violencias, agresiones, insultos, etcétera. Mi mamá incluso decía que ella deseaba como mandarme a una isla donde solo yo viviera y que nadie me dañara, a ese grado llegaba (Alicia, comunicación personal, 2020). Mi familia como más extendida sí tuvo más problemas, sobre todo mis tíos y mis primos, verdad porque no, no entendían, porque di, si ni siquiera mi mamá tenía información, y ellos no entendían y para la mayoría de la gente, es... todo esto que no entienden es una cuestión de homosexualidad, de "playería"16, o sea, como, era la rarita de la casa (Alicia, comunicación personal, 2020). Los extractos reflejan la necesidad de clasificación que existe, así como la negación de corporalidades y sexualidades más allá de lo binario, dado que, al darse el En Costa Rica se utiliza la palabra “playo” para referirse a las personas homosexuales en particular, generalmente se utiliza de manera despectiva. 16 93 cambio de género en Alicia, se llegó a pensar que era travesti y homosexual, viéndose así la materialización de la norma heterosexual por cuanto se identificó y se sancionó aquello que se salió de la norma. Las etiquetas fungieron como un medio para identificar y discriminar, además de que puso en evidencia la imposibilidad de mutar de un género a otro, de un sexo a otro, denotando la construcción social que existe en torno a estos elementos y que rige la percepción de las personas, dado que la manifestación ritualizada de prácticas como la discriminación por aquello que se aleja de la matriz heterosexual, operacionaliza los mandatos que ese modelo demanda. Sumado a esto, la narración exhibe la mediación de los discursos de poder en el imaginario social y la abyección que se presenta a lo desviado de lo heterosexual, puesto que, como ella lo comentó, no había conocimiento ni entendimiento de la condición sexual que presentaba, por lo cual se manifestó violencia17 en su contra proveniente de diferentes partes. Siendo así, la intersexualidad como corporalidad no posible, resultaba ininteligible para estas personas debido al esquema de percepción binario que permea a la sociedad, en este caso, costarricense. Por otro lado, en la experiencia de vida de Samantha ocurrió algo interesante, ella no recibió protección desde la niñez como sucedió con Alicia, de hecho, sostuvo varias relaciones de amistad durante su etapa escolar y colegial; no obstante, esta situación cambió cuando ella descubrió su intersexualidad y decidió hacer la transición de hombre a mujer: Al tiempo después de enterarnos (de la intersexualidad) pero antes de hacer mi cambio de género… cuando ya tomé la decisión de cambiar, sí, el trato fue distinto, mis hermanos ya me trataban de otra forma; ya pasé a un plano como de protección por los demás (Samantha, comunicación personal, 2021). En este marco, llama la atención un hecho, cuando Samantha reproducía el rol masculino, no hubo una necesidad de protección, esta surgió cuando decidió asumir una identidad femenina a raíz de su intersexualidad. Esto puede interpretarse como una representación de esa abyección de la que se ha comentado, puesto que, el hecho de 17 Para efectos de este estudio, la violencia se entiende como aquella acción humana que implica infligir, de manera deliberada, daño hacia otra u otras personas (Marvin, 1988, citado en Álvarez, 2013). 94 enterarse de la condición de intersexualidad, significó un cambio en la familia a nivel de protección hacia Samantha, la cual no se hubiera originado de no haberse presentado este hecho. La situación da cuenta de la premisa de normalidad, puesto que, mientras ella reproducía el rol que le correspondía por su sexo (es decir, existía la congruencia entre género y sexo), no había nada que proteger. pues se ajustaba a la norma; pero la transgresión de la misma, tanto en términos corporales como en reproducción de roles, implicó, al igual que en el caso de Alicia, temor por lo que con ella pudiera suceder debido a la sanción social que podía devenir por romper con la matriz heterosexual. Incluso, el mismo cambio en el comportamiento familiar para con ella es fiel reflejo de la operativización de la norma heterosexual sobre la percepción y el imaginario de las personas, se segrega para proteger, pero aislar implica no legitimar un cuerpo que se desvía de lo binario. Asimismo, si se hila un tanto más delgado, la protección implica una subordinación en doble vía, dado que esta acción no solo se realiza por la intersexualidad que presenta Samantha, sino que también se ejerce por adscribirse a lo femenino, lo que hace recordar a Bourdieu (2000, citado en Grandinetti, 2011), quien entiende que hay una dominación masculina que rige la visión y la división de los cuerpos sexuados, en donde lo femenino se relaciona a lo pasivo y lo bajo. De hecho, a nivel de roles de género, una de las actitudes que debe ser ejercida por la masculinidad es el de protector (o como se mencionó, cumplir con el arquetipo de guerrero), por lo tanto, al ser los sexos construidos socialmente en contraposición, la mujer es quien debe ser protegida, es la que se muestra como débil. Por lo anterior, la abyección de Samantha debe ser vista en esa doble vía, y es que, según comentó, parte de los cambios presentados en función de su transición fue el de los permisos para salir, ya que hubo mayor recelo por parte de su padre a que llegara a la casa después de las diez de la noche, hecho que no se presentaba cuando ejercía el rol masculino, con lo que se puede ilustrar esta cuestión de subyugación que se sigue a través de roles sujetos a una sociedad patriarcal. En este marco, grosso modo, hubo un cambio de percepción y postura en esta situación, ya que Samantha, en su condición masculina, no requirió de protección, lo cual sí concibió cuando transicionó hacia una identidad femenina. Por su parte, el padre pasó de una necesidad de disciplinar, cuando Samantha performatizaba el rol masculino, a desempeñar un papel de protector. 95 En otra línea, pero siempre siguiendo el tema de la matriz heterosexual y el “es muss sein!”, se tiene que, otra manera en que la binariedad ha afectado las relaciones de estas personas, es cuando han tratado de entablar relaciones socioafectivas; para Alicia, esta cuestión llegó a implicar violencia física: Sí, una vez me pegaron (risas), una persona que estaba conociendo, porque di, la persona tenía como otras expectativas, entonces, di, este… donde se lo conté (que era intersexual), me pegó (Alicia, comunicación personal, 2020). Samantha ha experimentado situaciones similares en esta dirección, dado que se le ha dificultado establecer relaciones de pareja por su condición, aunque más allá de su condición es por el imaginario heterosexual existente: Hay rechazo por parte de chicos que llegan a ligar sin saber que soy inter y al decirles o al verme bien (risas) pues se asustan (risas), no sé, pues se da ese rechazo, pero es entendible, pues una no entra en el círculo de atracción, mientras se de en un ambiente de respeto y no insulten, pues que diosito me los acompañe y les mande la mujer divina que se merezcan (Samantha, comunicación personal, 2020). Como se había comentado, la sociedad costarricense está compuesta por un esquema que privilegia lo heterosexual, el matrimonio y la crianza; es decir, reproduce el modelo binario, como tal, la orientación sexual suele dirigirse hacia esos parámetros, eyectando todo lo que se salga de ello. Bajo el cumplimiento de esos mandatos es que pueden presentarse este tipo de rechazos hacia estas personas, llegando incluso a la violencia; además, las reglas causan normalidad, estas influyen en la percepción que se tiene en cuanto a gustos, por ende, si algo como la intersexualidad no está dentro de esa normalidad, dentro de esos discursos de poder que legitiman, la atracción por este tipo de personas puede concebirse como algo anormal, ya que pueden influir aspectos como la genitalidad pues se sale del canon establecido, generando así aversión. Finalmente, para cerrar este apartado, se mostrará a continuación un fragmento de la entrevista realizada a Alicia, donde se resume parte de lo expuesto: 96 Afecta montones, no solo a mí, sino a la gran mayoría de personas intersex les afecta montones las relaciones interpersonales, y sobre todo, las relaciones románticas, porque vivimos en un sociedad muy binaria, sumamente binaria, y eso está tan arraigado en nuestra sociedad que las personas no conciben una genitalidad que no encaje dentro de la norma de hombre o de mujer, y todo aquello que se salga de esa norma es todavía considerado monstruoso. Entonces, una persona a nivel de amistad, puede tener una amistad con una persona intersex y qué chiva, tengo mi amiga hermafrodita, verdad, mi amigue intersex, pero ya para una pareja es bastante difícil (Alicia, comunicación personal, 2020). La binariedad excluye por el hecho de cumplir con una norma. La protección, aunque pueda verse como algo bueno, es reflejo de la sanción que impone el desviarse de la regla heteronormativa por cuanto advierte del peligro que puede darse, peligro que se materializó en violencia como insultos. Además, la binariedad y sus pautas imponen dificultad en el proceso de socialización de las personas que fluctúan de este modelo, dado que, sumado a la violencia que encierra esta dinámica relacional, las personas intersexuales se encuentran con la problemática de poder establecer relaciones románticas producto de su condición, la cual, al no ser algo normalizado, provoca una respuesta de alejamiento en las contrapartes, por lo que las vivencias de Alicia y Samantha representan las complejidades de llevar un vida fuera de la norma. 97 3. Capítulo III. Suturas de una identidad sexual: el papel de la agencia en medio de los discursos La identidad sexual es un fenómeno que se configura a partir de diferentes elementos, como los roles de género y la orientación sexual, que se interrelacionan entre sí y en los cuales las personas encuentran un sentido de pertenencia para su respectiva identificación como hombre, mujer, persona no binaria o alguna otra. En este sentido, las personas intersexuales, a partir de la retroalimentación que reciben en su proceso de socialización, adquieren aprendizajes respecto al tema de sexo/género y, a partir de su capacidad de agencia, toman decisiones identitarias. Ante esto, el presente capítulo pretende analizar la manera en que las personas intersexuales, a partir de lo experimentado en sus interacciones sociales, han forjado sus criterios para decidir identificarse sexualmente. Para ello, en primer lugar, se expondrán ciertos argumentos teóricos acerca de los ejes que conforman este fenómeno y, en segundo lugar, se analizarán los elementos que se encontraron como determinantes para la adscripción de las personas intersexuales a un género. De este modo, a través de la exposición de estos apartados, se pretende dar respuesta al tercer objetivo específico de este trabajo de investigación: reconocer la percepción de las personas intersex sobre su genitalidad, para determinar su identidad sexual ante la sociedad. 3.1. La conformación de la identidad sexual La identidad es algo que se construye de manera subjetiva pero que se encuentra mediado por el proceso de socialización, ya que es ahí donde una persona se reconoce y desea ser conocida de una determinada manera (Moro, 2009; Giménez, 2010). Esta identificación puede darse en diferentes niveles, algunos ejemplos se pueden encontrar en las profesiones, en los gustos musicales, en las nacionalidades, en las ideologías políticas, en las creencias religiosas, entre otra gran cantidad de aspectos que fungen como determinantes de un ser, de manera que permiten que las personas se describan de una manera mientras se diferencian del resto, aunque claro, hay características que se pueden compartir como sucede con la pertenencia a un sitio geográfico, donde se construye una identidad determinada por el lugar de nacimiento, por ejemplo. Bajo la línea anterior, es posible argumentar que hay dimensiones de la identidad que vienen dadas por antonomasia por algún rasgo o característica particular (como el 98 ejemplo territorial visto anteriormente) mientras que hay otras en las que es posible tener capacidad de agencia para tomar decisiones respecto a aquellos elementos a los que las personas desean adscribirse. Dentro de los diferentes niveles que encierra la identidad, es de interés para esta investigación hacer énfasis en la identidad sexual, la cual incluye la percepción básica que tiene una persona sobre sí como hombre o mujer, así como la convicción internalizada y persistente de ser individual como tal; viéndose conformado por factores biológicos, psicológicos y socioculturales (Bonilla, 1995). Según Bardi, Leyton, Martínez y González (2005), la formación de la identidad sexual en el ser humano se encuentra constituido por los siguientes componentes: ● Sexo biológico: refiere al sexo cromosómico, sexo gonadal, los genitales externos e internos, los componentes neuroencefálicos y neuroendocrinos; son estos caracteres los que sirven de referencia para asignar el sexo a una persona recién nacida. ● Identidad de género: es la convicción íntima, el sentimiento básico internalizado y la experiencia psicológica interna en que una persona se siente a sí misma como hombre o mujer. Este proceso suele presentarse a partir de los tres años de vida. ● Rol de género: es el comportamiento configurado como masculino o femenino según una época y una cultura determinada, el cual gira en función del sexo biológico. ● Orientación sexual: es la dirección de los intereses eróticos y afectivos, así como la preferencia o atracción que presenta una persona hacia otra. Asimismo, cada uno de estos elementos van cambiando en el proceso de desarrollo de las personas, llevando a que la identidad se pueda seccionar en cuatro estados: a) logro de la identidad: la persona ha explorado múltiples alternativas respecto a la identidad y ha desarrollado compromisos firmes en cuanto a metas, valores y creencias; b) identidad hipotecada: la persona ha hecho algunos compromisos respecto a su identidad, implica cierto grado de claridad y fidelidad acerca de las propias creencias; empero, esos compromisos se basan en asumir roles y valores de figuras tempranas con quienes la persona se identificó; c) la identidad en estado de moratoria: la persona busca activamente alternativas para intentar llegar a ciertos compromisos y d) identidad difusa: la persona no ha adquirido compromisos firmes y no los busca (Schaie y Willis, 2003). 99 En esta línea, en lo que respecta al logro de la identidad sexual, Bardi, Leyton, Martínez y González (2005), acotan que ocurren variaciones en el desarrollo de las personas que influyen para que esto se presente, las cuales se enunciarán a continuación según los distintos períodos de crecimiento: ● Período de lactancia: esta etapa se caracteriza por la total dependencia de la persona recién nacida, necesitando de los (as) cuidadores (as) para poder satisfacer sus necesidades básicas como la alimentación, la protección y el afecto. La satisfacción de esos requerimientos genera placer en la persona, lo que le lleva a conformar una relación afectiva con quien se encarga de suplirle; construyendo así un sentimiento de confianza, entablada principalmente con la figura materna, ya que tradicionalmente es quien se encarga de la lactancia, sentando así un vínculo de seguridad básica con ella. Asimismo, en este período de crianza se empieza a modelar una imagen con un rol de género específico. ● Período preescolar: este período corresponde a la niñez temprana (1 a 3 años) y a la edad del juego (3 a 5 años). La niñez temprana contempla grandes cambios a nivel biológico de tipo madurativo que hacen posible la marcha, el control de esfínteres y el desarrollo neurológico que dan paso a la aparición de la función simbólica y, como consecuencia, del lenguaje. A nivel cognitivo se pasa de una inteligencia psicomotriz a una inteligencia representacional que se conforma por un pensamiento preconceptual o simbólico. El niño o la niña que ha desarrollado un sentimiento de confianza básica y una relación de apego es capaz de lograr un proceso de autonomía e individuación, ya que interacciona con el mundo siendo capaz de retener y soltar cosas, haciendo valer su voluntad. Aunado a esto, la persona infante suele oponerse a las órdenes de autoridad con obstinación como una forma de autoafirmarse ante las demás personas, lo que suele ser un indicador del descubrimiento y desarrollo de la propia identidad. También se presenta el juego como una manera de ensayar la función simbólica, donde se suelen imitar comportamientos de personas adultas y se da una adecuación a los roles en función del género, favoreciendo la consecución de una identidad sexual a posteriori. De igual manera, se da la aparición de la curiosidad sobre lo sexual, presentándose una exploración sobre los propios cuerpos de los niños y las niñas, lo que puede favorecer la conducta de autoestimulación o masturbación infantil. 100 ● Período escolar: abarca desde los 5 a los 10 años y es de importancia desde un punto de vista cognitivo, ya que inicia la formación y el aprendizaje formal. En esta etapa se produce un cambio en el pensamiento, yendo de lo intuitivo a la organización de operaciones concretas (a los 7 y 8 años), permitiendo establecer relaciones de causalidad y combinar experiencias con una visión más individual y crítica sobre el mundo. También se logra una tipificación sexual que permite la identificación con las personas del sexo al que se adscribe, de allí surge una necesidad por relacionarse o sentirse integrado (a) en los grupos de iguales, suele presentarse una separación entre niños y niñas que ayuda a reafirmar la identidad sexual en términos masculinos o femeninos. Aunado a esto, pueden presentarse juegos de exploración sexual con niños (as) del mismo sexo o del otro por curiosidad, con el fin de cimentar el proceso de identificación sexual. ● Adolescencia: este período comprende de los 10 a los 19 años y se caracteriza por la aparición de los caracteres sexuales secundarios que evocan nuevas formas de pensar, de sentir y de comportarse en relación a la persona misma y al resto de la sociedad. El impulso sexual se orienta a la búsqueda de un encuentro con otra persona. Además, se da la capacidad de enterarse de que el cuerpo es una fuente de placer, dando paso a cuestiones como la masturbación, a la vez que comienzan a sentirse emociones y afectos con carga libidinal hacia otras personas, estableciéndose así la orientación sexual. De este modo, el logro de la identidad sexual se fija al final de la adolescencia, Es necesario mencionar que esta clasificación, así como sus diferentes características según las etapas del desarrollo, parten de una visión occidental, clasista y adultocéntrica; además, esto no implica que sean pautas aplicables para todas las personas. Empero, esta estratificación de comportamientos ayuda a tener una concepción respecto a la manera en que se forja la identidad sexual en las personas, la cual implica un proceso de socialización permeado por el género en donde ocurre una subjetivación y apropiación masculina o femenina. En este sentido, el género es una construcción simbólica con numerosas implicaciones en la práctica que abarcan la vida completa de las personas en diferentes aristas como la afectividad, el pensamiento, el lenguaje, los valores que se sostienen, el imaginario, las fantasías, los deseos. Ocupa la identidad completa de las personas en relación a cómo se perciben a sí mismas, la corporalidad, las acciones, el yo, el sentido 101 de pertenencia, de semejanza, de diferencia, los recursos materiales y simbólicos de los que disponen y el lugar que se ocupa en el mundo; aspectos que son fundamentales en la configuración de la subjetividad de cada persona (Freixas, 2001). Como se exploró en el capítulo anterior, la socialización de Alicia y Samantha, cuando eran menores de edad, se encontró permeada por pensamientos binarios y machistas que las llevaron a cumplir un rol masculino, en primera instancia, además de ser víctimas de violencia y segregación como resultado de sus condiciones sexuales, o si se quiere decir, por transgredir la norma heterosexual bajo la que se rige la sociedad. En palabras de Kundera (1985), estas situaciones respondieron a las demandas externas, las cuales establecieron un deber ser mediado por roles de género y constituyendo así un peso para estas dos personas, ya que, en algunas instancias, debían renunciar a lo que querían ser por cumplir con los mandatos sociales heteronormativos. Ahora bien, hubo un momento en la adolescencia donde Alicia y Samantha decidieron definir su identidad sexual en la esfera de lo femenino; no obstante, esta elección se ocasionó por cuestiones específicas que serán exploradas en breve. Esta decisión, a diferencia del peso de las demandas externas, correspondió a la levedad de los deseos internos, como así lo expresa Kundera, es un “es muss sein!” fijado por la capacidad de agencia de estas personas en respuesta a lo que querían ser. De este modo, se identificaron tres elementos específicos que se configuraron como determinantes para la elección de la identidad sexual en estas personas, siendo estos: la orientación sexual, el cuerpo y la corporalidad, los cuales serán abordados a continuación. Cabe mencionar que Samantha profundizó más en esta situación, lo cual se materializó en una mayor captación de información, contrario a lo ocurrido con Alicia, es por ello que se podrá observar un desarrollo más marcado en el caso de la primera persona. 3.1.1. El cuerpo El cuerpo constituye la primera evidencia de la diferencia humana, es lo que entra en juego frente a la diferencia de cómo se asume al otro, al diferente, al extraño: a la mujer y al hombre, en primera instancia; pero también a quien tiene una pigmentación más clara u oscura, a quien es más grande o pequeño (a), e incluso para hacer otras extrapolaciones como quien pertenece a una cultura diferente, a una religión distinta u otro deseo sexual (Lamas, 2000). 102 Esta autora menciona que la cultura funge como mediación en este contexto, ya que de ella depende cómo se interpretan estas diferencias, cómo se simbolizan, de qué manera se elabora el miedo o la angustia que genera; a la vez que es un filtro por medio de la cual se percibe la vida, de manera que la percepción y la conciencia de las personas se encuentran condicionadas por la cultura en que se desenvuelven. Además, añade que desde la antropología cognitiva se ha demostrado que la conciencia de las personas está habitada por el discurso social: se nace en una sociedad que tiene un discurso sobre sexo y género que provoca que se ocupe cierto lugar. Siendo así, la forma en que las personas se piensan y la manera en que construyen su propia imagen y su autoconcepción, se basa en elementos y categorías de la cultura en que viven. Bajo esta perspectiva, el cuerpo puede entenderse como una construcción simbólica, lo que implica que no sea una realidad en sí mismo; de ahí que surjan una gran cantidad de representaciones que buscan dotarle de sentido y que su significado sea heterogéneo entre sociedades. En este respecto, el cuerpo asume una simbología múltiple y variada que se encuentra supeditada, discursiva y metodológicamente, al contexto y a la época en que se vive, así como a las creencias y preferencias de quienes la generan (LeBreton, 2002). En relación a este último aspecto, a nivel de las reglas culturales el cuerpo se concibe como algo natural; empero, el cuerpo solo tiene significado dentro de un contexto histórico específico determinado, por lo que resulta ser una construcción histórica, establecido y definido como una realidad material dentro de un determinado contexto sociocultural. De este modo, no hay forma de interpretar un cuerpo natural, dado que solo se experimenta en tanto significado inmerso en un discurso histórico. En esta línea, el cuerpo no es solo biología o construcción histórica, social o subjetiva; sino que es ambas cosas en paralelo (Butler, 2002). En esta línea, a nivel identitario, el cuerpo establece una conexión con la identidad por cuanto contienen las cuestiones del cuerpo sexuado y, por consecuencia, del género. En esta óptica, los cuerpos siempre son sexuados, por lo que el cuerpo se analiza desde el punto de vista de su inscripción sexual, constituyéndose como una norma cultural que gobierna la materialización de los cuerpos. Es en este punto donde surge la dinámica del poder y las normas reguladoras que gobiernan la materialización y la estima del cuerpo propio y de su relación con la identidad de los roles de género (Solórzano, 2018). 103 Esta situación supone que la identidad de un cuerpo no se presente siempre como algo voluntario, sino como la aceptación de una norma cultural que rige la materialización de los cuerpos. A modo de sintetizar lo expuesto, se tiene que el cuerpo adquiere diversos significados según la cultura en que se presente, dándose una construcción simbólica que funge como elemento diferenciador, bajo las cuales las personas perciben su imagen y la de las demás personas. En estas divergencias, la clasificación de hombre y mujer aparece como un elemento que fluctúa por cuestiones referentes a las atribuciones corporales, como se pudo divisar en el primer capítulo, en donde a nivel biológico se toman ciertas características para definir el sexo. Si se quiere realizar una analogía, el cuerpo biológico es un medio sobre el que se escriben caracteres que servirán como reglas para ser interpretado en un espacio determinado; de manera que las interrelaciones, así como el autorreconocimiento, se encuentran interpeladas por esas inscripciones que son introyectadas. Cabe mencionar que las etiquetas son escritas por cánones que ostentan el poder, quienes colocan los cimientos para entender o significar el mundo, en este caso específico, los cuerpos. Para los casos de Alicia y Samantha lo corpóreo cumplió un eje vertebral para su identificación sexual, ya que como se ha comentado en los capítulos anteriores, en Occidente prima un pensamiento binario que deviene de una matriz heteronormativa sobre la que se configuran diversos elementos como los roles de género, los cuales son inscritos sobre los cuerpos a partir de su anatomía, en vista de que se maneja el binomio hombre/mujer para legitimar la diferencia. Bajo esta matriz se sostiene que hombres y mujeres poseen ciertas características físicas que les hacen divergir, como la tenencia de un pene o una vagina, de manera que se crea un estándar corporal para ambos sexos; en otras palabras, se establece una norma sobre los cuerpos. En esta línea, las personas deben reconocerse sexualmente en estas dos dimensiones, dejando supeditada su identidad a una cuestión preestablecida. Tanto Alicia como Samantha son ejemplos de esta bidireccionalidad, ya que se autoperciben como mujeres intersexuales, en primera instancia, por la variación de sus cuerpos en torno a la regla. En el primer caso, el descubrimiento de la intersexualidad se dio producto de que la genitalidad no se correspondía con lo establecido para un hombre o una mujer, de ahí que externara la duda al cuerpo médico para finalmente ser identificada como persona intersex. 104 En este marco, se da el reconocimiento de la regla en términos corpóreos por cuanto la persona se determina fuera de ella. Además, según lo comentado por Alicia, este pensamiento binario se expresó en ella en la etapa de la adolescencia, en su niñez esto no se manifestó en tanto tuvo una socialización neutra en cuanto a roles de género, como se discutió en el capítulo anterior: Mi autopercepción nunca fue binaria, yo nunca me identifiqué ni como hombre, ni como mujer, o sea, nunca fue binaria en la niñez, o sea, ya después, sí, ya me identifiqué como mujer, pero en la niñez no, no era así como tan binaria (Alicia, comunicación personal, 2020). En este sentido, a partir de su expresión corporal se identificó como una persona intersexual, a la vez que se asumió como mujer en tanto tenía una mayor afinidad por ciertos roles femeninos (como se verá más adelante). Siendo así, la toma de la decisión respecto a su identidad sexual se dio en la adolescencia bajo un proceso de reflexión y de autoconocimiento de su cuerpo; ya que, a pesar de asumir la intersexualidad como un fenómeno común, implicó una etapa de aceptación del cuerpo: (...) lo que cambió fue dentro de mí, a través de que yo aceptaba mi cuerpo, ya no me importaba lo que pensara el resto de la gente, el cambio estuvo en mí, no con el resto de la gente (Alicia, comunicación personal, 2020). Por otro lado, en el caso de Samantha la identificación sexual a nivel de cuerpo pasó por una parte en específico: los senos. A manera de recapitulación, cabe recordar que esta persona fue criada como varón, por tanto, tuvo una socialización heteronormativa muy marcada, y es a, partir de esas interrelaciones, donde reconoció lo que debía ser y hacer un hombre y una mujer, esto incluyó el cuerpo. Desde su infancia, Samantha integró a su imaginario el hecho de que las mujeres deben cubrir sus senos, esto en el marco de la tradición occidental, ya que ocurre una sexualización hacia estos que demanda el uso de brasieres entre otras prendas con el fin de ocultarlos: Siempre desde pequeña, aunque no tuviese (senos) era como tapándome, era como algo muy, no sé, como muy adentro, muy psicológico, de que 105 una mujer no puede enseñar pechos, ahorita estoy en contra de esa posición, o sea, si te da la gana, sos mujer y quiere enseñar pechos pues enséñelos (Samantha, comunicación personal, 2021). La introyección de este pensamiento en Samantha puede corresponderse a dos factores en el proceso de socialización en la infancia, el primero se encuentra ligado a la observación, dado que ella comentó una anécdota en la que puso de manifiesto la puesta en práctica de esta acción por un efecto de emulación, puesto que observaba que las mujeres debían ocultar sus pechos: La cosa fue que había una piscina y a mí me tenían en calzoncillo, en ese entonces se usaba mucho el calzoncillo y camiseta, porque mi mamá siempre, siempre fue de ponernos una camisetita blanca y luego la camisa. Decía que, por el frío, que después se moja y toda la historia, entonces sí, siempre andábamos esa camisetilla blanca debajo y ya no me la quería quitar y hay una foto, digamos, yo con la camiseta hasta abajo y todo para que nadie me viera y no sé qué, no sé cuánto, por esa subjetividad del pecho diría yo. Siempre fue como que no se podía ver, no se podían, nadie los podía tocar; o sea, siempre estaba ahí como muy implícitamente marcado y no sé, o sea, no te puedo dar una respuesta de porqué, porque en ese entonces, obviamente, no iba a considerar el hecho de… y es algo que todavía me pregunto, digamos, por qué, tan en mi infancia, digamos, para mí el desnudarme completo, digamos el pecho marcaba algo, ¿por qué marcaba una pequeña diferencia? ¿Por qué me daba pena que me vieran los pechos?, si en esa edad, obviamente, ni desarrollados estaban, para empezar; no sé, quizá era como esa marca que ya yo veía que las chicas no se las quitaban y yo sentía la necesidad de que nadie me viera los pechos y no desnudarme por completo arriba (Samantha, comunicación personal, 2021). El segundo factor se liga a la escucha, debido a que ella, conforme fue creciendo, empezó a desarrollar senos como resultado de su condición intersexual, y en ese momento fue donde escuchó un comentario al respecto que le fue muy significativo y le hizo cuestionarse: 106 Estaba con mi papá y él iba a soldar algo, y yo como andaba ropa deportiva en ese entonces se marcaba, o sea , si la camisa era de esas que se pegan al cuerpo, ya cuando usted empieza a sudar que se pegan, ese día andaba una de esas, entonces se me notaban los pechos, yo estaba tranquila porque estaba como en mi espacio, y no pensaba que mi tío fuera a llegar, y tampoco era que en ese momento yo pensara mucho en esas cosas, como que me daba un poquito... o sea, yo sentía que no tenía tanto poder de decisión para mí misma que no me cuestionaba el hecho de que debería asumir ya tal cosa. Entonces, di no, mi tío le dijo a mi papá ¿por qué tiene tantos pechos? y no sé qué, entonces fue muy incómodo para mí, porque yo apenas me estaba conociendo, yo no sabía que existía la intersexualidad, ni sabía qué era intersex, ni sabía qué era nada de eso; era un mundo totalmente desconocido para mí, y ni tan siquiera las personas trans, eso era como muy ajeno a la realidad, entonces era como tiene razón ¿por qué yo tengo tantos pechos? Fue como incómodo, fue incómodo porque fue como, mmm, sí, no debería tener (senos), en ese momento, en ese imaginario era como sí, no debería tener pero tengo, y me gusta tenerlo, entonces era como contradictorio en ese momento (Samantha, comunicación personal, 2021). Este relato representa la construcción del discurso sobre el deber ser de los cuerpos, y cómo se transmite dentro del imaginario social en el proceso relacional de las personas; dado que ese momento significó el cuestionamiento de Samantha respecto a que ella como hombre, para ese entonces, no debía tener senos, pero su realidad, cual si fuera una paradoja, dictaba lo contrario. Empero, a pesar de esa incongruencia, más allá de preocuparse por investigar porqué sucedía eso, ella se apegó con mayor fuerza a sus senos en términos de que consideraba que le gustaba tenerlos, a tal punto que se configuraron como un elemento determinante para elegir su identidad sexual cuando descubrió, en su adolescencia, que era una persona intersex. En palabras de Samantha, los senos eran una especie de reafirmación de aquella identidad femenina que mantuvo oculta por el deber ser que le imponía la etiqueta de ser una persona masculina. 107 La situación que atravesaron estas dos personas intersex representan el peso del imaginario binario heteronormativo sobre la sociedad y cómo se socializa desde la infancia para introyectarse en el pensamiento de las personas, configurando así lo normal en términos del cuerpo, para este caso. A pesar de ello, tanto Alicia como Samantha determinaron su identificación sexual a partir de las variaciones de cuerpo, mostrando que en la periferia también existen identidades que se posicionan ante lo tradicionalmente establecido. A la vez, ambos casos denotan el papel de la matriz heteronormativa en términos de identidad, ya que, estando conscientes de su intersexualidad, Alicia y Samantha optaron por transicionar a una identidad femenina en vista de las reglas de lo que significa ser mujer, lo que demuestra ese proceso de concientización sobre los roles de género y la construcción de los cuerpos en esa bidireccionalidad, por cuanto optaron perfomativizar lo encasillado como femenino, parte de esto se verá a continuación. 3.1.2. La corporeidad El cuerpo, como se indicó en el apartado anterior, se hace presente de manera simbólica y adquiere diferentes significados en función del contexto social en que se inserte. No obstante, más allá de esto, el cuerpo funge como un emisor y un receptor que interactúa con el mundo que le rodea en forma de corporeidad. Es así como a través de este último elemento el cuerpo humano se comporta como un objeto semiótico por cuanto representa y es representado a través de diversos lenguajes como los movimientos, los gestos, las palabras, las posturas, los silencios, los vestidos, los adornos y demás accesorios que lo cubren (Sola, 2013). Está claro, entonces, que la corporeidad se constituye mediante los diferentes significantes que el cuerpo adopta en la pluralidad de contextos sociales, históricos y culturales, masculinos o femeninos, abiertos o cerrados, en donde se forma, transforma o deforma. Es el empalabramiento de la realidad que permite que las personas se identifiquen y respondan a la interrogante antropológica que reza; ¿quién soy yo? Y es que, en cada contexto histórico, en conformidad con los cambios de toda clase que, social e individualmente, intervienen en la construcción de la vida cotidiana, las personas configuran simbólicamente una imagen de su cuerpo que hace de una “proyección” y la “remisión a” que siempre les acompaña como empalabradores de la realidad (Duch y Mélich, 2005). 108 La corporeidad, en suma, es relevante porque su valor simbólico influye directamente en el significado y el desarrollo de la realidad cotidiana y los intercambios comunicativos, de manera que, esa experiencia que se vive desde y en el cuerpo, permea la comprensión y la construcción de la propia identidad (Sola, 2013). Asimismo, al igual como se comentó en el apartado anterior, la corporeidad se encuentra mediada, representada y configurada por la cultura, así como por las instituciones sociales y comunicativas. De este modo, el género es el elemento sobre el que reposa el poder ejercido por estas instituciones, ya que este articula una serie de prácticas disciplinarias, en términos foucaultianos, que producen cuerpos típicamente femeninos y masculinos (Martínez, 2004). Según Martínez (2017), para el caso de las prácticas en occidente que producen un cuerpo más femenino, en vista de que es la identidad que decidieron adoptar Alicia y Samantha, se pueden distinguir tres tipos de técnicas: ● Las que pretenden conseguir un cuerpo de cierto tamaño y configuración como: la cirugía estética y las dietas. ● Las que tienen como fin conseguir una forma de expresión corporal femenina mediante la forma de moverse, la mirada y en los gestos. ● Las que se dirigen a mostrar el cuerpo como una superficie decorativa: depilación, maquillaje y adornos. Algunas de estas características es posible observarlas en la corporeidad expresada por Alicia y Samantha con el fin de posicionar su identidad femenina ante la sociedad, principalmente el tercer rasgo; ya que la vestimenta se tornó un elemento central para performativizar la identidad a través de la asunción de lo que es ser femenina, como así lo expresó Alicia: Asumí un nombre femenino y un rol femenino, porque fue con lo que me sentía más cómoda. Además de que me gusta la ropa de mujer, me fascina, en eso soy muy travesti, jajaja (Alicia, comunicación personal, 2020). La decisión de Alicia respecto a esta situación, se dio luego descubrir su intersexualidad por una cuestión de afinidad hacia ese género. En el caso de Samantha, la transición hacia lo femenino también se presentó posterior a saber de su condición; no 109 obstante, ella considera que parte de su decisión se dio por su gusto a la vestimenta tradicionalmente ligada a lo femenino desde su infancia; es decir, a pesar de que pudo utilizar accesorios de mujer hasta su adolescencia, su deseo por vestir esas prendas se presentó desde la niñez, pero se encontró impedida de usarlas por el deber masculino que en ese entonces personificaba. Ese deseo de performativizar el rol femenino mediante la ropa se pudo observar en algunos recuerdos que mencionó, por ejemplo, cuando tenía nueve años hizo su primer acercamiento a los accesorios femeninos: Yo jugaba con los tacones de mi mamá con mi prima, le quitábamos la ropa a mi mamá y jugábamos en el cuarto a escondidas, con los tacones y la ropa de mi mamá y me gustaban los tacones más grandes que tenía, eran como así, negros, por cierto, todavía me acuerdo de los tacones, negros con las fajitas (Samantha, comunicación personal, 2021). Incluso, uno de los recuerdos tristes de su infancia lo remonta a su primera comunión, ya que su intención interna era utilizar vestido y tacones, pero se vio obligada a usar ropa masculina pues era lo que le correspondía: A los nueve años yo ya sabía que yo no encajaba ahí, pero claro no entendía, o sea, no entendía por qué, pero sí, sí recuerdo que yo quería usar un vestido, esto es algo que voy a confesar, porque según mi mamá mi identidad surgió hace tres años; pero yo siempre soñé que mi primera comunión tenía que ser con vestido, y yo lloré internamente porque mis compañeras tenían un vestido y yo tenía una camisa horrible con pantalón negro y un “moñillo”18 ahí digamos, negro (Samantha, comunicación personal, 2021). Sumado a esto, otro momento con tintes de felicidad y tristeza por motivos de vestimenta, fue cuando le celebraron los 15 años, dado que su anhelo era usar vestido y tacones, pero en lugar de eso la vistieron con una camisa, un pantalón y botas, siendo este último elemento el que la alegró, pues consideraba que era algo relacionado a lo femenino, por lo que le dio una especie de analogía de que calzaba unos tacones: 18 Refiere a una corbata de moño. 110 A los 15, yo tuve fiesta a los 15 y fue bonito porque tenía fiesta, tenía regalitos, tenía mensajitos, tenía todo. Fue medio feo porque no era un vestido, no eran cosas así, pero esa vez fui como en unas botas, jeans y una camisa que me había regalado alguien que era muy especial para mí en su momento, entonces, igual no era muy varonil que digamos, mucho menos con esas botas, eran botas de ir a montar a caballo, y venían decoradas, entonces le daba un toque más quebradito, como decían; pero yo feliz con mis botillas ahí, diay, era como andar en tacón, porque tenía su parte como así, en mi imaginario yo andaba en tacones y ya con eso estaba feliz, entonces fue así como algo bonito, pero en su interior estaba como ese choque de que puta, era más bonito en un vestido y con florecitas y cosas por el estilo, igual, estuvo muy bonito (Samantha, comunicación personal, 2021). Además de la vestimenta, el maquillaje, el pelo largo y el rasurarse las piernas surgieron como elementos asociados a lo femenino en tanto fungieron como formas de expresar este género una vez tomada la decisión identitaria, como así lo expresaron Samantha y Alicia: Bueno, yo no sé si en eso influía la coquetería de mi mamá y de mi hermana, porque las dos son mujeres hermosas, y mi mamá siempre fue muy coqueta, de esas mujeres como que siempre andaban empolvadillas y maquilladas, y perfumadas, y eso es muy particular; porque eso mi mamá lo heredó de mi abuelo, era un hombre afrodescendiente, que tenía este dicho, uno para ir a la pulpería, que quedaba en la esquina, tenía que ir muy bien arreglado, porque no sabía si en ese trayecto de la casa a la esquina, se podía encontrar o a su gran amor, o a su peor enemigo, entonces él salía... mi abuelito era calvo, entonces él se empolvaba la calva, se ponía su sombrerito, iba con traje, se ponía su saco para ir a comprar huevos a la esquina, jajaja. Entonces yo creo que esa coquetería y todo eso que venía de mi abuelito, mi mamá era igual, mi hermana también, entonces no sé, como que fui absorbiendo todo ese tipo de cosas (Alicia, comunicación personal, 2020). 111 Los cambios en sí, fueron en el 2016, en agosto; que fue cuando ya decidí vestirme femenina o al menos encajar en ese perfil para que me trataran de esa forma. En el sentido de pertenencia sí fue desde más antes, que ya tenía como mis dudas de que quería verme y que me trataran como toda una mujer jeje... ahí en cambios, podría ser como que me rasure las piernas, como que me empecé a dejar más largo el pelo, más largo de lo que ya lo usaba (Samantha, comunicación personal, 2021). En este marco, las prácticas esbozadas demuestran la construcción existente en torno a la corporeidad femenina, las cuales sirvieron como aspectos simbólicos para que Alicia y Samantha fueran reconocidas ante la sociedad como mujeres. Este imaginario, sin duda, parte de un modelo binario que dicta cómo deben ser hombres y mujeres y es en el proceso de socialización dentro del contexto costarricense, el cual reproduce el modelo heteronormativo ya mencionado, donde se adhieren esas ideas, eso sí, aunque estas suelen ser introyectadas (en términos de que existe una noción de las características del deber ser) y naturalizadas, en estos casos hay un momento de identificación, definido por el gusto hacia los roles, de decisión en tanto se opta por personificar las acciones construidas en torno al género elegido y de performatividad en tanto se reproducen sobre el cuerpo esas acciones. Asimismo, ese efecto de apropiación, o como bien lo mencionó Samantha, de sentido de pertenencia, se construye desde la infancia por cuanto es en esa etapa donde se adquirió el gusto por ciertos roles a pesar de personificar los roles de género contrarios para ese momento, al menos en el caso de Samantha, ya que Alicia tuvo una infancia neutra en este sentido. Empero, a pesar de que ambas divergen en los procesos de crianza, cuentan con el común denominador de contar con una construcción sobre roles de género debido a que asumieron cómo debe ser un hombre y una mujer para así reproducirlo. A la vez, cabe mencionar que el papel de decisión personal fue importante, ya que primaron el deber ser interno por sobre el deber externo, es decir, ambas performativizaron el rol que quisieron, no el que les demandaba su familia, por ejemplo, aunque eso constituyera una transgresión a la norma. 112 3.1.3. La orientación sexual Al inicio de este capítulo pudo observarse que la orientación sexual se define como la dirección de los intereses eróticos y afectivos, así como la preferencia o atracción que presenta una persona hacia otra (Bardi, Leyton, Martínez y González, 2005). Asimismo, Negro (2010), proporciona una definición más amplia de este concepto y acota que es una atracción sexual y emocional de un individuo que define los constructos de heterosexual (atracción por una persona del sexo distinto dentro del binomio hombre/mujer), homosexualidad (atracción por una persona del mismo sexo), bisexual (atracción por personas del mismo sexo y del sexo opuesto dentro del binomio hombre/mujer), entre otros tipos de configuraciones, siendo estas tres orientaciones las comúnmente conocidas. Al igual que se ha visto con los roles de género, el cuerpo y la corporeidad, la orientación sexual es el resultado de una construcción-producción social, histórica y cultural que se produce en el marco de la matriz heterosexual; de modo que no hay orientación sexual esencial o biológicamente inscritos en la naturaleza humana (Duque, 2010). El caso de Costa Rica es una representación de esta construcción de la orientación sexual basada en lo binario y heteronormativo, dado que desde el siglo XIX la Iglesia Católica ha tenido participación en la esfera política y educativa, con la que ha fomentado la heterosexualidad; además, en los años ochenta se produjo una criminalización hacia lo que fuera homosexual, ya que esta orientación sexual se ligaba al VIH-SIDA, por lo que su puesta en práctica era considerada una amenaza a la salud pública y moral del país (ver Quesada, 2012 y Jiménez, 2015). Bajo este panorama ha sido que la heterosexualidad se ha erigido como lo normal en cuanto a orientación sexual y tanto Alicia como Samantha optaron por ser binarias, en ese sentido, y definieron su orientación como heterosexual. La primera persona no brindó detalles respecto a cómo o en qué momento se forjó su gusto hacia el sexo opuesto, contrario a Samantha, quien mencionó que su atracción por los hombres inició desde que era niña. Como fue narrado en el capítulo anterior, el padre de Samantha le sugería en la niñez que debían gustarle las mujeres, dado que ella reproducía el rol de hombre para ese momento, y esta sugerencia la ejercía a través de las bromas, en tanto que insinuaba que la atraían compañeras de la escuela con las que tenía gran amistad. 113 No obstante, a pesar de la presión ejercida por su padre, ella comentó que desde esa etapa comenzó la atracción por los hombres: Mirá, en realidad a mí me gustaba los hombres desde que estaba en la escuela, porque yo con los hombres que me relacioné eran muy pocos, y era porque sentía algo por, no era porque buscaba una amistad (Samantha, comunicación personal, 2021). El primer recuerdo sobre su orientación sexual lo remontó a cuando estaba en la etapa escolar, específicamente en quinto grado, cuando tenía 11 años: De hecho, ahorita no me sé el nombre de un compañero, estaba en quinto fue, él se sentaba adelante y a veces atrás, pero siempre le hablaba más en matemáticas, digamos; porque él me explicaba mate, entonces yo siempre he tenido como la imagen de la cara de él, digamos, y ahorita con esa construcción de enamoramiento que me puedo hacer, yo creo que yo estaba enamorada de ese güila19, porque yo era como que tenía que llegar a la clase de mate para que él me explicara algo aunque yo lo supiera. O sea, yo recuerdo que él se sentaba y agarraba el transportador y yo me hacía la estúpida que no podía usar eso, o sea, yo ahorita soy consciente que yo me hacía la estúpida que no podía usar (Samantha, comunicación personal, 2021). De hecho, fue en el año siguiente que ella pudo terminar de confirmar su orientación, ya que, producto de la presión social que le dictaba que le debían gustar las mujeres, Samantha optó por hacerle un obsequio a una de sus amigas con el fin de demostrarle a las demás personas que le gustaban las mujeres, pero sucedió algo que no esperaba: Sí, de hecho, en sexto yo regalé unos aretitos a una compañera, digamos, y ahorita también reacciono a eso, y yo digo: pucha, fue como un resultado de un estrés y una presión social, como decir tenés que hacer esto, porque 19 Expresión utilizada en Costa Rica para referirse a niños o niñas. 114 yo recuerdo que la chiquilla hizo a besarme y yo salí corriendo, porque yo jamás la iba a besar, o sea, qué asco (Samantha, comunicación personal, 2021). Según Samantha, el rechazo hacia el beso no correspondió a una cuestión de estética de la otra persona, pues, en el marco de sus gustos, la consideraba una mujer que poseía gran belleza; el rechazo, en general, fue producto de que las mujeres no le atraían, por lo que besar a una le resultaba repulsivo. Asimismo, la presión de lo heteronormativo le acompañó en su adolescencia, durante la etapa colegial, dado que ahí se encontró con la lucha de seguir reprimiendo su gusto por personas del mismo sexo porque era algo que no podía ser, significaba una transgresión a la norma: Y después otro momento, había un chiquillo al que yo le gustaba, en el cole, estaba en el cole, entonces fue súper incómodo que alguien me molestara de que yo le gustara a un hombre: pucha, les gusto, y a mí me gustan, pero no me pueden gustar y no les puedo gustar, entonces fue como también... choca esa forma de pensar con lo que realmente una siente; entonces es como ese choque de decir: bueno, puta, en realidad, di, me gustan los hombres; todo bien que yo le guste a un hombre, o sea, perfecto, pero uno, a mí no me deberían de gustar y dos, yo no les debería de gustar, entonces es un choque emocional y de ideas (Samantha, comunicación personal, 2021). Este fragmento da muestra de la regla heteronormativa, ya que existió un pensamiento que dictaba que un hombre no podía gustarle a otro hombre; a pesar de la atracción, era algo que no podía ser. Incluso, como resultado de esa prohibición social, Samantha no comentaba con ninguna persona sobre sus gustos hacia personas, puesto que eso implicaba confesar su homosexualidad: Jamás hablé con alguien de que cualquier persona me parecía bonita, porque yo suponía que me debían gustar las mujeres; entonces, yo si iba a hablar algo, tenía que ser de una mujer, y nunca lo hice porque nunca me gustaron (Samantha, comunicación personal, 2021). 115 Finalmente, al llegar a los 18 años y descubrir su intersexualidad, Samantha decidió asumir su identidad femenina, en parte, por esa atracción que siempre tuvo hacia los hombres. En el momento en que su expresión de género empezó a ser femenina, como a nivel de vestimenta, ella comenzó a conversar sobre su orientación sexual; dentro de la tranquilidad que esto le significó, se encontró el poder confesar a los hombres su gusto, o al menos denotar miradas y gestos que dejaran entrever eso, hecho que anteriormente debía suprimir. A modo de corolario, al igual que en los otros dos elementos, la historia narrada muestra cómo se articula la construcción de la orientación sexual hacia lo heterosexual permeado, en primera instancia, por la influencia del padre, quien le enseñó que a los hombres les deben gustar las mujeres y viceversa. De hecho, la propia adscripción al género femenino, pasó por un pensamiento heteronormativo, dado que Samantha asoció su gusto por los hombres como algo que correspondía a una mujer, de manera que su decisión pasó por ese tamiz; lo que varió fue que su expresión de género pasó de ser masculina a femenina, para así corresponderse con lo que sentía. 116 TERCERA PARTE 1. Conclusiones 1.1. Sobre la matriz heteronormativa como punto de partida Hablar de intersexualidad en Occidente es referirse, inexorablemente, a una distribución de normas, valores y creencias que se encuentran determinadas por una matriz heteronormativa, en términos de Butler (2002), que articula los roles, los significados y la posición que cada persona debe ocupar y desempeñar en la sociedad. De este modo, esta matriz se encarga de dotar de sentido al mundo, con el fin de dictar cómo se deben desempeñar las diferentes relaciones sociales en los diversos espacios. La matriz heteronormativa sienta las bases del camino que debe ser perseguido por las personas en su contexto, de manera que configura lo que es normal y anormal, lo segundo se encuentra determinado por todo aquello que se sale de la regla estipulada en una sociedad. En este marco, dicha matriz cumple la función de direccionar los roles de las personas a través del sexo y el género, el primero corresponde a la composición biológica de las personas, las cuales, según este modelo, responde a una división binaria segmentada en hombre y mujer; en tanto que el segundo término da cuenta de los significados que la cultura le asigna a esos cuerpos respecto a las funciones que deben desarrollar, la manera en que se deben vestir, los accesorios que pueden utilizar, la orientación sexual, los comportamientos en relación a la sexualidad; en fin, es el eje vertebral que otorga mandatos respecto a lo que se puede y debe, y lo que no. En este marco, esta forma de pensamiento es introyectada en las personas incluso antes de nacer, ya que, por ejemplo, se puede observar que hay una segmentación por colores según el sexo de la persona, en donde el rosado corresponde a las mujeres y el celeste a los hombres (Duque, 2010). Asimismo, ocurre un efecto dominó, dado que, a raíz de esta división, se condicionan otros actos como los juguetes y el papel en la esfera social, debido a que las mujeres se les asigna un rol en lo privado, en el que se deben encargar de las labores domésticas y del cuido y crianza de los hijos y las hijas, mientras que a los hombres se les delega un papel en lo público, fungiendo como proveedores y protectores del hogar; privilegiando así a la figura del hombre, haciendo que la sociedad se rija en un contexto patriarcal. La introyección de esta forma de percepción del mundo surge a partir de relaciones de poder, dado que hay ciertas instituciones sociales que se encargan de normativizar y reproducir esta matriz en la población producto de que cuentan con una 117 legitimidad que provoca que ciertos asuntos, como el tema en cuestión, se tomen como algo natural. En el caso de Costa Rica, a través de autores (as) como Quesada (2012), se pudo observar que la iglesia católica ha sido un actor con injerencia en la política y la educación de este país, lo cual ha fomentado que la norma se dirija a considerar la unión heterosexual, dentro del marco del matrimonio, como el ideal a seguir. En este sentido, bajo este marco de pensamiento, se ha censurado todo aquello que se desvíe de lo heteronormativo, a tal punto que se ha presentado persecución hacia la homosexualidad y a conductas que no respondan a lo heterosexual. Además, estas actitudes son fomentadas por instituciones del Estado como las que refieren a la educación, ya que desde primaria se introyecta el imaginario respecto a los roles de género; aunado a esto, la medicina es otra esfera de poder que se ha encargado de cimentar el modelo binario heteronormativo. Es así como esta serie de reglas instauradas por diferentes cánones de poder, son materializadas en el cuerpo y la corporeidad de las personas mediante la performativización de prácticas ritualizadas que determinan el status quo de la normalidad en el sexo y el género. La intersexualidad, dentro de este contexto, es invisibilizada y abyecta debido a que su presencia supone una transgresión a la norma; lo cual resulta en una serie de agresiones y violencia contra las personas que presentan esta condición debido a varias razones: En primer lugar, las personas intersexuales se ven obligadas a encasillar dentro del binomio hombre/mujer a partir de lo que dictamine la medicina. En segundo lugar, se encuentran con la obligación de performativizar roles de género que, en algunos casos, como el caso de Samantha, no se corresponde con lo que verdaderamente se identifican, esto se vio expresado en juegos, vestimenta y orientación sexual. Aunado a lo anterior, el machismo, por parte de los padres, fue una manifestación del deber ser en los hombres, por ejemplo, en la situación de Samantha se evidenció una exigencia de ser fuerte, en términos de acciones como trabajos que exigen gran esfuerzo físico y no llorar, en tanto que en Alicia se presentó el rechazo de su padre por la expresión de su cuerpo, en vista de que no se correspondía con lo que un hombre debía tener. 118 En tercer lugar, la excesiva reproducción del modelo binario heteronormativo, lleva a que en la práctica médica exista cierta desinformación sobre el tema de la intersexualidad, lo que provocó que estas personas no pudieran tener acceso a la información, en principio, por parte del personal médico sobre su condición. Además, este gremio nunca informó a los padres y madres lo que sucedía con sus, para entonces, hijos; lo que implicó un proceso de poco acompañamiento para las personas intersex y sus familiares; a la vez que ha implicado la negación médica a brindar tratamiento para responder a las necesidades identitarias de estas personas, lacerando así sus derechos. La reproducción de este modelo, tal como se comentó, se presenta en diferentes instituciones, lo cual ha ocasionado que se dé un reforzamiento del pensamiento binario en el imaginario de las personas que presentan intersexualidad. lo que genera segregación en tanto deben sujetarse a esa heteronormatividad expresada en la división de hombres y mujeres en los centros educativos, por ejemplo; o a la generación de comentarios por parte de diferentes entidades acerca de la no correspondencia de la voz con la expresión de género; así como a la obligatoriedad de la heterosexualidad dentro de la esfera religiosa. Asimismo, el predominio de la matriz heteronormativa ha ocasionado la exclusión de las personas intersexuales entrevistadas por parte de familiares y otras personas, principalmente durante el proceso de transición de un género a otro, en vista de que son consideradas personas desviadas o transexuales, hecho que supone un acto subversivo a la norma. En estas situaciones, el rechazo se ha presentado en forma de violencia física y psicológica. Aunado a esto, las relaciones románticas son el vínculo que más se les ha dificultado entablar a estas personas, debido a que la sociedad es sumamente binaria, y las expresiones corporales de quienes son intersexuales, generan extrañeza en las personas; lo que se erige como una barrera para sostener este tipo de relaciones. Esta serie de aspectos ha tenido como resultado que las personas intersexuales abordadas en esta investigación, hayan tenido dificultad para definir su identidad sexual en tanto debían responder a los mandatos heterosexuales que la sociedad les exigía; en otras palabras, se encontraban con la obligación de reproducir ese “es muss sein!” exterior, obligándose a reprimir lo que en su interior deseaban para calzar dentro de lo denominado normal. 119 Y, para cuando tomaron la decisión de adscribirse al género con el que se identificaban, se toparon, y se han continuado topando, con una serie de rechazos, agresiones y violencias desde diferentes figuras y esferas como resultado de transgredir las reglas o, si se quiere ver de otra manera, de alterar el orden del status quo heteronormativo (ver anexo 8, en donde se recapitula el proceso de conformación de la identidad sexual de las personas intersex con que se trabajó). 1.2. El papel de la medicina En relación al apartado anterior, la matriz heteronormativa impregna a toda la sociedad, en este sentido, algunas disciplinas científicas, como parte de este entramado, no escapan de ese pensamiento y se encargan de emitir juicios de valor basados en esta lógica binaria, como bien lo mencionó Pérez (2014). Para los casos de Alicia y Samantha, se pudo observar que la medicina cumple un papel central en el manejo de estas condiciones sexuales, ya que es el gremio que se encarga de atenderles desde el nacimiento y es, a partir de ese momento, donde se empiezan a tomar decisiones que, a la larga, tendrán repercusiones en la vida de las personas intersexuales tanto a nivel interno como externo, puesto que ocurren problemas ligados a la identidad y se producen violencias por parte de otras personas. Y es que, para el marco específico de Costa Rica, la medicina, bajo la óptica del modelo médico hegemónico, es una autoridad incuestionable, así lo acotó la bioeticista Gabriela Arguedas en una entrevista que se le realizó en el año 2019, al expresar que la disciplina médica tiene una especie de palabra sagrada en el país por cuanto no se les debate nada, como si esto fuese algo prohibido; de manera que, un ejemplo de esto se puede hallar en el Hospital de Niños, en el manejo de los casos de intersexualidad; ya que hay personas como el Dr. Orlando Urroz que se encargan de realizar cirugías de reasignación de sexo basado en cuestiones ideológicas respecto al cumplir con el binomio femenino/masculino, sin que esto sea cuestionado (Arguedas, comunicación personal, 2019). La situación se enmarca dentro de una dinámica de poder que, en términos de Foucault, se encarga de vigilar los cuerpos para que mantengan el status quo establecido respecto a sexo y género. La legitimación del aparato médico, ha ocasionado que se oculte información respecto a la condición que presentan las personas intersexuales, siendo Alicia y Samantha ejemplo de ello; además, ha provocado que sea este gremio el que 120 determine si ofrecen o no tratamiento hormonal a estas personas, aún por encima del deseo de quienes lo solicitan, basándose en juicios morales para determinar la elección. Aunado a esto, el poder con el que goza este colectivo se refleja en el aparato legal, puesto que, según Rivera y Jiménez (2017), la medicina opera a placer en los casos de intersexualidad debido a que se encuentran respaldada por el Código de la Niñez y la Adolescencia en razón del artículo 46 que dicta: Si el padre, la madre, los representantes legales o las personas encargadas negaren, por cualquier razón, su consentimiento para la hospitalización, el tratamiento o la intervención quirúrgica urgentes de sus hijos, el profesional en salud queda autorizado para adoptar las acciones inmediatas a fin de proteger la vida o la integridad física y emocional de ellos, en los términos del artículo 144 del Código de Familia. En este marco, puede interpretarse que las personas médicas realizan los procedimientos sin emitir ningún comunicado a padres y madres ya que, de todas maneras, tienen la facultad para actuar, aunque se encontraran con la negativa de estas figuras. Asimismo, prosiguiendo con Rivera y Jiménez (2017), se comenta que el Estado ha sido permisivo con la disciplina médica en tanto no se ha brindado algún tipo de directriz para una elaboración de protocolos que se encargue de amparar los derechos de las personas intersexuales. Y es que, a pesar de que han existido esfuerzos para tratar de sensibilizar al personal médico, hasta el día de hoy no se ha realizado algún tipo de cambio respecto al proceder en este tipo de situaciones; por ejemplo, en el año 2017 se presentaron, en diversas instancias gubernamentales, las Directrices Técnicas para la Promoción y Garantía del derecho a la salud de personas LGBTI, cuya meta consistió en capacitar a las y los prestadores de servicios de salud para una atención de calidad y calidez a esta población; sin embargo, esto no ha tenido mayor efecto en el ejercicio médico, al menos en lo que a intersexualidad refiere. en vista de que aún esta comunidad continúa luchando para que esta condición no sea reconocida como algo patológico, debido a que ese es un aspecto que dota de autoridad al personal médico para intervenir. La exposición de estos puntos pone de manifiesto cómo a nivel estructural se priman saberes que a la vez son pilares fundamentales para la configuración y reafirmación del modelo binario en la sociedad. De hecho, desde la medicina se observa 121 cómo se establece lo que existe y lo que no, puesto que, tanto en la situación de Alicia como de Samantha, ocurrió que diversos (as) doctores (as) no reconocían e incluso no identificaban qué sucedía con los cuerpos de ellas, de ahí también que no se emitiera un diagnóstico claro. Esto, sin duda, conformó un efecto dominó, dado que ese desconocimiento se extrapoló del personal médico a las personas que presentaban la condición, dando como resultado que la intersexualidad quedara como algo invisible; en este respecto, aquello que no puede ser nombrado, no puede existir, negar la existencia de la intersexualidad, o bien, patologizarla, son prácticas que cimentan el pensamiento binario. Este cúmulo de eventos narrados son ejes constitutivos de la conformación de la identidad sexual de las personas intersex entrevistadas, dado que, debido a la dificultad de poder acceder a información clara sobre lo que les sucedía, implicó un desconocimiento sobre su propio cuerpo que, a la larga, implicó un conflicto interno marcado por el deber ser en líneas heteronormativas. Siendo así, según comentaron, el haber sabido acerca de su condición en una etapa más temprana de la vida, les hubiese ahorrado tiempo en cuanto a su identificación sexual; además de que hubiera significado, quizá, dar solución a ciertas problemáticas que se les presentaron, como la orientación sexual, debido a que, al menos en el caso de Samantha, probablemente pudo haber sostenido una relación con un hombre cuando tuvo la oportunidad; pero esto es algo que se ha visto truncado y ve como algo difícil que suceda. De este modo, las experiencias de estas personas demuestran que las decisiones médicas en torno al tema no afectan de manera diacrónica, sino que arrastran consecuencias en diferentes momentos de las vidas de quienes poseen esta condición, lo que torna indispensable tomar cartas sobre el asunto. 1.3. El rito de paso en la materialización de la identidad sexual El proceso de conformación de la identidad sexual en las personas intersex entrevistadas involucró transformación, la sucesión de etapas para asumir sus identidades como mujeres intersexuales fue algo que se tornó inexorable. De manera antropológica, se tiene que este evento es conocido como rito de paso, según la teoría, las actividades biológicas y sociales no se pueden desarrollar a una velocidad constante, sino que se regeneran en intervalos, más o menos, próximos. Es así que, tanto para grupos como para individuos, vivir implica desagregarse y reconstruirse incesantemente, cambiar de estado de forma, morir y renacer. De manera que los 122 conjuntos rituales se fundan en la necesidad de la materialidad de cambio de la situación social (Van Gennep, 1909 citado en Jáuregui, 2002). Van Gennep agrupó esas secuencias ceremoniales, que acompañan el paso de una situación social a otra, en tres segmentos: a) ritos preliminales: son los ritos de separación del mundo anterior, del antiguo estado de cosas, de la condición social previa, de la ubicación territorial precedente; b) ritos liminales: refiere a los ritos ejecutados durante el estado de marginación, los cuales constituyen el eje de la transición; c) ritos postliminales: alude a los ritos de agregación al mundo nuevo, al nuevo estatus, a la nueva condición social, al nuevo espacio material. Bajo esta postura, el proceso de identificación sexual de Alicia y Samantha se conformó por las tres etapas descritas. En el caso de la primera persona mencionada, sucedió que durante su infancia y parte de la adolescencia socializó principalmente en su hogar, donde recibió una educación mayoritariamente neutra en cuanto a roles de género respecta y no había más que una sospecha interna de que había algo diferente en ella. Posteriormente, la fase liminal se constituyó por el momento en que se entera de su intersexualidad, dado que en su interior ocurrió cierto desconcierto y desconexión con el mundo social para afrontar e informarse mejor sobre la situación y es, en ese momento, donde empiezan a sentarse las bases sobre su identificación sexual como una mujer intersexual, de modo que ocurrió una separación con aquel hombre que su certificado de nacimiento dictaba. Finalmente, la etapa postliminal se encontró en la performatividad femenina, de asumirse y mostrarse al mundo como tal, adquiriendo así las nuevas características que este rol le demandaba en cuanto a ciertas acciones como la vestimenta o la “coquetería”, así como la atracción sexual hacia los hombres. Por el otro lado, Samantha encontró en su etapa social o condición previa, una socialización marcada por la presión de lo heteronormativo, fijada principalmente en la figura de su padre, quien le demandaba cumplir con roles tradicionalmente masculinos como jugar al fútbol, no llorar, ser fuerte y direccionaba su orientación sexual hacia las mujeres; a pesar de que ella, en su interior, deseaba personificar roles totalmente contrarios. Samantha encontró en el descubrimiento de su intersexualidad, una etapa de cuestionamiento sobre lo que quería ser y lo que le demandaban ser; de modo que, por ejemplo, ella sentía que su atracción hacia los hombres estaba mal porque ella era uno, o que su deseo de vestir ropa femenina era algo que no debía ser, pues ella era un hombre. 123 Descubrir su intersexualidad la llevó a replantearse aquellos cuestionamientos y asumir, en definitiva, que su yo interior nunca estuvo equivocada, dado que siempre fue una mujer obligada a ejercer un papel masculino. Además, esta fase liminal implicó que se aislara en una provincia lejana a su familia para tomar las decisiones respectivas en cuanto a su identidad. Es así como, luego de este evento, decidió asumir y expresar a las demás personas todo aquello que había reprimido desde su infancia y adoptó la identidad femenina con la que siempre había congeniado. Posterior a esto, empezó a utilizar maquillaje, ropa femenina como enaguas, vestidos y tacones y expresa, abiertamente, su orientación sexual, la cual es heterosexual. En definitiva, en ambos casos ocurrió una transición que fue marcada por el descubrimiento de la intersexualidad, la cual sentó las bases para el cambio, ya que se dejó de lado una identidad introyectada por una identidad que fue decidida. Cabe mencionar que, tanto Alicia como Samantha, tomaron como referencia el modelo binario heteronormativo para tomar sus respectivas decisiones, se aferraron a ese imaginario para performativizar sus roles femeninos. 1.4. La cuestión del adultocentrismo en el tema de la identidad sexual Para finalizar este apartado de conclusiones, es de interés enunciar un cuestionamiento que surgió durante el proceso de investigación y que refiere al papel que juega la visión adultocentrista dentro de la conformación de la identidad sexual de las personas con las que se trabajó. El adultocentrismo, según Rojas (2018), alude a la existencia de relaciones de poder entre los diferentes grupos de edad que son asimétricas en favor de los adultos; en otras palabras, estos últimos ocupan una posición de superioridad. Ante esto, las personas adultas gozan de privilegios solo por este hecho, porque la sociedad y la cultura así lo han definido. Ese pensamiento adultocéntrico se aprende y se sostiene a lo largo de la historia mediante las instituciones sociales (la familia, los centros de enseñanza, la iglesia, el Estado, etcétera; provocando que se normalice el pensamiento de que un (a) niño (a) es inferior a una persona adulta y que, por ende, los (as) primeros (as) son seres incompletos (as) e incapaces de pensar, sentir y tomar decisiones, y que la fragilidad, la debilidad y la vulnerabilidad de ellos (as) y de los y las adolescentes, se asocian al orden natural (Rojas, 2018). 124 A propósito de esto, alguna literatura es enfática al señalar que las personas suelen definir su identidad sexual hasta la adolescencia (alrededor de los 17 o 18 años) (ver Bardi, Leyton, Martínez y González, 2005). No obstante, en los casos de Alicia y Samantha, principalmente de esta última, fue posible divisar que hubo actitudes de elección desde la infancia en cuestiones como la vestimenta y la orientación sexual. A pesar de esto, existió un reconocimiento de deber cumplir con lo que sus padres les dictaban, lo que hacía que reprimieran sus deseos para así corresponder las expectativas de estos sujetos. En este marco, se reconoce una relación de poder adultocentrista por cuanto se ejerció la autoridad sobre los, entonces, infantes; incluso hay una cuestión de legitimidad, dado que Alicia y Samantha entendían que debían sujetarse a ellos, a tal punto que no les llegaron a comentar lo que le sucedía, como la no correspondencia con los roles que les demandaban. Dado este contexto, se expone la interrogante de si en efecto la identidad sexual se reafirma o se afirma en la adolescencia, o si más bien este planteamiento surge porque en esa etapa las personas pueden sentirse con más libertad para expresar lo que sienten por cuanto están más cercanas a ser adultas, de manera que la relación de poder se recula un poco. En este sentido, lo que se concluye es que, las personas entrevistas, definieron su identidad desde la infancia, pero el pensamiento adultocentrista que ve esta etapa como algo inferior, en donde niños y niñas no tienen criterio y hasta se les llega a considerar como seres asexuados; no permite que ellos y ellas posicionen sus criterios respecto a los elementos de identificación sexual. Siendo así, cabe cuestionarse los diferentes postulados que hay en torno a esta cuestión, dado que podrían caer en este tipo de visión y sesgar la capacidad de agencia que niños y niñas poseen. Y es que, si se examina la situación de Samantha, por ejemplo, se observa que desde la infancia ella definió su orientación sexual y la corporeidad que quería performativizar, y estas elecciones las pudo hacer válidas hasta que fue mayor de edad y descubrió su intersexualidad. Por tanto, en este tipo situaciones, se determina que las personas intersexuales debieron supeditar sus acciones al imaginario de sus padres, cumpliendo con los roles demandados por ellos, los cuales devinieron de una matriz heteronormativa; de modo que tuvieron que suprimir sus deseos internos para cumplir con las expectativas delegadas por otras figuras. 125 2. Recomendaciones 2.1. Para las instituciones Es necesario capacitar al personal de las diferentes entidades tanto estatales como no estatales con un enfoque de género e interseccional para asegurar que no se violente a las personas de alguna manera en razón de su género, sexo, expresión de género u orientación sexual. A nivel de instituciones educativas se torna indispensable la libre elección de las personas en las actividades según sus preferencias, ya que como esta investigación muestra, los centros educativos suelen cimentar la segregación debido a la separación que se realiza entre hombres y mujeres para realizar ciertas actividades, como las referentes a educación física; lo cual lleva a la reproducción de roles heteronormativos y, por ende, a la exclusión de personas que no se identifican con el modelo binario. Asimismo, es necesario que en los centros educativos se garantice una educación sexual centrada en la construcción social que se realiza sobre las cuestiones referentes al sexo/género en todas sus dimensiones, esto con el fin de generar conciencia en las personas y tratar de reducir la violencia y la discriminación a la que son sometidas las personas como las intersexuales por el motivo de no calzar dentro de la norma impuesta en estos temas. A su vez, el Estado debe garantizar que este proceso de concientización sea llevado a la población en general a través de campañas informativas, por ejemplo, dado que la intersexualidad suele ser un tema del que se habla poco en la sociedad; incluso es muy común que las personas lo confundan con el hermafroditismo; lo que denota la necesidad educativa en torno a estos temas. La educación con un enfoque de género, interseccionalidad e intersexualidad también debería emplearse en las diferentes facultades de medicina, así como en los centros médicos, ya que ciertas prácticas generadas desde esta disciplina suelen pasar por alto estas situaciones, lo cual vulnerabiliza a personas como las que tienen una condición de intersexualidad. En esta misma línea, el Estado debe garantizar la creación de protocolos médicos que se dirijan a proteger los derechos humanos de las personas intersexuales, dado que hay ciertas prácticas médicas que les marginan de derechos básicos como el acceso a la información, o bien, el acceso a tratamientos que les permitan sentirse a gusto con sus cuerpos. De este modo, en el ejercicio de la medicina debe primar el deseo de la persona a la que se le aplican o aplicarán procedimientos de esta índole, con el fin de respetar su derecho a decidir, ninguna práctica médica puede sustentarse bajo juicios de valor. 126 Bajo este marco, con la creación de protocolos médicos se garantiza que se aplique un debido proceso a los casos de intersexualidad, donde las personas sean conscientes de su condición, así como sus padres para tomar las decisiones que fuesen necesarias, de manera que se asegure transparencia en el proceso. En estos protocolos se debe incluir un debido acompañamiento interdisciplinar previendo las diferentes vicisitudes que pueden presentar estas personas. Es necesario que haya una mayor apertura de los centros médicos a brindar estadísticas referentes a la intersexualidad, en vista de que en ocasiones se detecta cierta resistencia; de modo que estos casos son manejados con cierto secretismo. 2.2. Para la familia Se deben revisar las cuestiones adultocéntricas que marginen el deber ser interno de los hijos y las hijas, ya que ciertas presiones que provienen de las figuras paternas y maternas son causantes de problemas emocionales en las segundas personas. en vista de la ansiedad que experimentan por cumplir con las expectativas que son depositadas en ellas. En esta línea, no se debe presionar a los hijos e hijas a reproducir ciertos roles, dado que, finalmente, es la persona misma quien va definiendo su identidad mientras se desarrolla. Asimismo, en caso de ser necesario, el Estado debe garantizar a las familias el poder contactar con ayuda profesional cuando se encuentren con situaciones que no comprendan como la intersexualidad, esto puede ayudar a enfrentar mejor el choque contracultural que esta expresión sexual pueda generar a nivel familiar. 2.3. Para futuras investigaciones Entrevistar a la familia nuclear de las personas intersexuales podría nutrir la investigación respecto al fenómeno de la intersexualidad en tanto se conocen las diferentes percepciones que se tienen sobre el manejo de la situación, lo cual aporta al proceso de triangulación y entender mejor algunos comportamientos de ciertos miembros de la familia. Bajo esta óptica, resulta de interés entrevistar al personal de centros médicos que se encargan de estos casos con el fin de obtener una visión más holística de la situación, dado que se podría divisar el porqué se actúa de cierta forma al tratar la intersexualidad; lo que daría cuenta de la constitución de cierto imaginario en la puesta en práctica médica. 127 El tema de las relaciones románticas en personas intersexuales es un eje que se podría abordar en una futura investigación, dado que las personas participantes de esta investigación mostraron cierto interés por esta cuestión; ya que es un aspecto que se les ha complicado por su condición y la constitución binaria de la sociedad. Finalmente, sería de interés realizar una investigación en la que se rescaten las principales acciones que las personas intersexuales piensan que deberían implementarse para el abordaje de este fenómeno, con el objetivo de construir un conocimiento situado a partir de la experiencia de las personas. 128 10. Referencias bibliográficas Acuña, R. (2017). Intersexual. Revista Vacío. Recuperado de: http://revistavacio.com/genero/intersexual/ Agramonte, A. (2006). Tratamiento quirúrgico de los genitales ambiguos: fundamentos e implicaciones psicológicas y sexuales. Revista Cubana Endocrinol, 17(3). Agramonte, A. (2015). Cuerpos intersexuales: ciudadanía, religión y los malestares de la cultura. Alternativas Cubanas en Psicología, 7(19), ISSN 2007 - 5847. Recuperado de: https://www.acupsi.org/index/descargar.html?id...cuerpos-intersexualesaagramonte.. Álvarez, S. (2013). ¿A qué llamamos violencia en las ciencias sociales? Hallazgos, 10(20). 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Casos de intersexualidad atendidos en Costa Rica en el periodo 1997-2014 Fuente: Elaboración propia con datos de la C.C.S.S expuestos en Alvarado (2015). 146 Anexo 2 Consentimiento informado FORMULARIO PARA EL CONSENTIMIENTO INFORMADO Entre cicatrices y discursos, suturas de una identidad sexual: construcción de la identidad sexual en personas intersex Nombre del Investigador: Pedro Johan Castro Alfaro INDICACIONES GENERALES: El presente documento contiene el consentimiento informado para contar con su participación y desarrollar el trabajo de investigación titulado Entre cicatrices y discursos, suturas de una identidad sexual: construcción de la identidad sexual en personas intersex, el cual se construye en la Licenciatura en Antropología Social de la Universidad de Costa Rica. De esta forma, usted deberá: Ø Leer detenidamente cada apartado contenido en este documento. Ø Firmar el consentimiento informado para aceptar los términos planteados en la investigación y garantizar su participación en esta. A. PROPÓSITO DEL PROYECTO: El presente estudio de investigación es llevado a cabo por el estudiante Pedro Johan Castro Alfaro, cédula 1 1593 0833, en el marco del Trabajo Final de Graduación de la Licenciatura en Antropología Social de la Universidad de Costa Rica. La investigación tiene el propósito de analizar las dinámicas sociales que configuran la identidad sexual de dos personas intersexuales en Costa Rica en función de sus vivencias, significados y expresiones corporales. ¿QUÉ SE HARÁ?: Se realizará una entrevista en profundidad de manera virtual en relación a la temática de identidad sexual. De esta forma, para participar en el estudio 147 solo es necesario contar con un dispositvo electrónico y tener acceso a internet. La entrevista tendrá una duración máxima de dos horas. Por último, esta técnica será grabada en audio y video, con el fin de transcribir las respuestas que usted brinde; se garantiza que la información será utilizada para este fin y no tendrá algún otro uso. B. BENEFICIOS: El proyecto socioeducativo pretende brindar un espacio para que usted pueda socializar cuestiones referentes a la socialización y cómo se ha forjado su identidad sexual; lo que puede ser de utilidad para posicionar el tema de la intersexualidad y las vivencias en torno a este fenómeno. C. VOLUNTARIEDAD: La participación en este trabajo de investigación es totalmente voluntaria, bajo ningún motivo usted se verá presionado (a) por el investigador a participar si usted no lo desea. Por tanto, usted puede tomar la decisión de participar o abandonar el estudio, sin que esto implique alguna consecuencia hacia su persona. D. CONFIDENCIALIDAD: El investigador le garantiza utilizar su información para uso exclusivo del estudio, además de él, solo los profesionales que guían su investigación tendrán acceso a la información, la cual será manejada en un documento de computadora. Además, en caso de que así lo desee, se utilizará un nombre alternativo para no exponer su identidad real. Cabe destacar que la información será presentada en el documento final que resulte de la investigación, el cual será expuesto ante un comité de profesionales y otras personas. A su vez, se garantiza facilitarle el material cuando esté concluido, asimismo, se hará una presentación para comentar la experiencia y resultados del estudio. G. INFORMACIÓN: Antes de dar su autorización para este estudio usted garantiza haber hablado con Pedro Johan Castro Alfaro sobre este estudio, y él debe haber contestado satisfactoriamente todas sus preguntas acerca del estudio y de sus derechos. Si quisiera más información, puede obtenerla llamando al investigador al teléfono 8776 15 11 en el horario de lunes a viernes de 10:00 a.m. a 5:00 p.m. 148 H. Usted NO perderá ningún derecho legal por firmar este documento. I. Usted recibirá una copia de esta fórmula firmada para su uso personal. CONSENTIMIENTO He leído o se me ha leído, toda la información descrita en esta fórmula, antes de firmarla (Se me ha brindado la oportunidad de hacer preguntas y éstas han sido contestadas en forma adecuada. Por lo tanto, accedo a participar como sujeto de investigación en este estudio. _______________________________________________________________ Nombre, cédula, lugar, firma del sujeto participante o representante legal fecha _______________________________________________________________ Nombre, cédula, lugar, firma del/la testigo fecha _______________________________________________________________ Nombre, cédula, lugar, firma de el/la investigador(a) que solicita el consentimiento fecha 149 Anexo 3. Guía de preguntas para entrevista A. Caso médico Objetivo: Explicar el caso de la persona intersexual, para contextualizar su situación clínica en conformidad con la expresión de intersexualidad que presenta. Preguntas generadoras 1. ¿Sabe usted el tipo de intersexualidad que presenta?, si es así, ¿podría describirlo? 2. ¿Se le brindó algún tipo de atención médica para entender su intersexualidad?, en caso afirmativo, ¿qué tipo de atención se le brindó? 3. Ha recibido tratamiento o intervenciones médicos en relación a su condición de intersexualidad? ¿Cómo le han afectado en su salud? ¿La intersexualidad ha generado algún tipo de consecuencias en su salud?, si es así, comente cuáles han sido los efectos. 4. ¿De qué manera ha sido atendida su intersexualidad por los médicos, han sido claros respecto al tema o han evadido hablar sobre ello? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) 5. ¿Cómo ha sido el apoyo o acompañamiento médico en las distintas etapas de su vida? (infancia, adolescencia, juventud, vida adulta). 6. ¿Cómo se dio cuenta sobre su intersexualidad? 7. Si se dio cuenta por sí misma de su intersexualidad, ¿trató de buscar apoyo médico?, si es así, ¿lo recibió? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) 8. ¿Ha presentado algún tipo de conflicto con el servicio médico? 9. ¿Conoce si a su familia la parte médica le indicó alguna cuestión referente a este tema en algún momento? Si es así, ¿Qué se le ha mencionado? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) B. Relaciones sociales 150 Objetivo: Comprender las formas en que ha incidido la condición genital de la persona intersex en las relaciones sociales, para identificar la influencia que han tenido las mismas sobre su imaginario. Preguntas generadoras 1. Cuénteme de usted y su nacimiento, ¿cómo era su grupo familiar? ¿Dónde vivía, con quiénes? ¿qué le han contado de su llegada al mundo? ¿Cómo fue su crianza, la escuela, relaciones sociales? 2. ¿Qué esperan sus familiares de usted: cómo les gustaría que fuera?, ¿qué les gustaría que hiciera? ¿Qué hacen sus familiares para contribuir a que sea como ellos/ellas desean? ¿Se corresponden las expectativas de los/las familiares sobre él/ella, con sus propias expectativas de vida? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) 3. ¿De qué manera fue criada en relación a género y sexo?, es decir, ¿qué tipo de formación o educación le fue dada sobre el tema desde su familia y otros sectores? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) 4.¿Cómo podría describir las relaciones familiares? 5.¿Cómo podría describir las relaciones sociales (amistades, otras personas, etcétera)? 6. ¿Producto de estas relaciones se asumió su género, es decir, se le dio una identificación como hombre o mujer? 7. Al darse cuenta de su intersexualidad, ¿de qué manera lo asumió su familia? 8. ¿Conversaron sobre el tema?, si fue así, ¿sobre qué versaron las conversaciones? 9. ¿Se produjo algún cambio por parte de su familia, en cuanto a la educación que se le había brindado en temas de sexo y género? 10. ¿La manera en la que su familia trató el tema repercutió en la forma en que usted concibió su intersexualidad? 11. ¿Percibió algún tipo de cambio en las relaciones familiares producto de su intersexualidad? 12. ¿Comunicó sobre su intersexualidad a personas externas de su núcleo familiar? 13. Si la respuesta anterior es afirmativa, ¿a cuáles personas se los comentó? ¿Por qué? ¿De qué manera lo tomaron? 14. ¿Tuvo algún tipo de repercusión haber confesado su intersexualidad a nivel de relaciones interpersonales?, si es así, ¿qué tipo de repercusiones se presentaron? 151 15. ¿Qué tipo de comentarios se le ha realizado en torno a su intersexualidad? 16. ¿Qué actividades realiza durante su tiempo libre? ¿Alguien la anima a que las realice o intenta disuadirle de que las haga? ¿Por qué? 17. ¿Con quién le gusta compartir su tiempo libre? ¿Por qué le gusta compartir tiempo con esas personas? 18. ¿En qué medida considera que sus familiares, amistades, medios de comunicación y centros de educación, han influido e influyen en que sea como es, de qué forma cree que lo hacen (chica o chico)? ¿Ha ido transformándose esa influencia a lo largo de su vida? ¿De qué manera? C. Identificación sexual Objetivo: Reconocer la percepción de las personas intersex sobre su genitalidad, para determinar su identidad sexual ante la sociedad. Preguntas generadoras 1. ¿De qué manera reaccionó al darse cuenta de su intersexualidad? 2. ¿Enterarse de esto contrastó con la educación que se le había dado respecto a sexo y género?, ¿de qué manera? 3. ¿Al enterarse de su intersexualidad se presentó algún tipo de cambio en sus relaciones familiares e interpersonales?, si es así, ¿cuáles cambios y por qué? 5. ¿Se produjeron cambios en cuanto a su identificación o sentido de pertenencia al sexo con el que se le crió? ¿Cuáles y por qué? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) 6. ¿Cómo concibe usted su intersexualidad? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) 7. ¿Qué significado le otorga a su intersexualidad? (desglosar por etapas, ya que esta situación ha podido ir variando a través de los años, infancia, preadolescencia, adolescencia, etcétera) 8. ¿En qué momento toma la decisión de adscribirse a un sexo y por qué la toma? 9. ¿Considera que hay algún tipo de diferencia entre su identificación interna y la forma en que se identifica para los demás? 10. ¿Considera que es necesaria la adscripción a un sexo? ¿Por qué? ¿Para qué? 152 11.¿Ha sentido discriminación o rechazo por su condición? 12. ¿Qué cambios sociales podrían mejorar la vida de las personas intersex? 153 Anexo 4. Operativización de objetivos Cuadro 2. Operativización de objetivos Objetivo Describir los casos de las personas intersexuales con las que se trabaja, para contextualizar su situación clínica en función de la expresión de intersexualidad que presentan. Tema Técnica Entrevista profundidad -Caso intersexualidad. de Diario de campo Comprender las formas en que ha incidido la condición genital de las personas intersex en las relaciones familiares y sociales, para identificar la influencia que han tenido las mismas sobre su imaginario. Historia de vida -Relaciones sociales. Tarea en Se recopiló la información acerca de las características médicas que permearon la situación de las personas intersexuales. Se tomaron apuntes sobre asuntos metodológicos. Se recolectaron datos sobre el proceso de socialización de las personas intersexuales, así como la incidencia de este hecho en la formación de su identidad sexual. -Imaginario. Diario de campo Se tomaron apuntes sobre asuntos metodológicos. 154 Objetivo Tema Reconocer la percepción de la persona intersex sobre su genitalidad, para determinar su identidad sexual ante la sociedad. Técnica Historia de vida Tarea Se recopiló información referente a la posición que tomaron las personas intersexuales para definir su identidad sexual. -Agencia Diario de campo Se tomaron apuntes sobre asuntos metodológicos. Fuente: elaboración propia (2021). 155 Anexo 5. Cronograma Cuadro 3. Cronograma de actividades Actividad Meses 2020-2021 121 221 321 4 2 1 521 621 721 821 921 1020 1120 1220 9 10 11 12 I Etapa: Introducción al campo. Aplicación de la entrevista a Alicia. Aplicación de la entrevista a Samantha Transcripción, sistematización y análisis de las entrevistas. Meses 2021 Actividad 1 2 3 4 5 6 7 8 Redacción del primer capítulo . Entrega del primer capítulo al Comité Redacción del segundo capítulo Entrega del segundo capítulo al Comité . Realizar correcciones a los capítulos según observaciones del Comité . Redacción del tercer capítulo y conclusiones y entrega al Comité 156 Meses 2022 Actividad 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Redacción del tercer capítulo y conclusiones y entrega al Comité Realizar correcciones a los capítulos según observaciones del Comité Redactar metodología en función de lo que se realizó Plazo para imprevistos, correcciones finales y presentación del trabajo Fuente: elaboración propia (2021). 157 Anexo 6. Presupuesto Cuadro 4. Presupuesto para actividades Concepto Costo Internet ¢ 30 000 mensuales Materiales ¢ 20 000 Otros ¢ 60 000 Total ¢ 110 000 Fuente: elaboración propia (2021). 158 Anexo 7. Infografía sobre tipos de intersexualidad Imagen 3. Tipos de intersexualidad 159 Anexo 8. Historieta sobre intersexualidad Imagen 4. Historieta sobre la construcción de la identidad sexual en personas intersex 160 161 162 163 Fuente: elaboración propia (2021). 164