Subido por Wilfredo Daniel López Batista

Historia Argentina 1930-1955

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HISTORIA
ARGENTINA
M. E. Alonso - E. C. Vázquez
1930-1955
Industrialización y luchas por la distribución
de la riqueza: de la “década infame” a los
gobiernos peronistas
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Dirección editorial
Diego Barros
Autoría
María Ernestina Alonso
Enrique Carlos Vázquez
Edición
Germán Frers
Corrección
Cecilia Biagioli
Patricia Porchia
Jezabel Proverbio
Amelia Rossi
Jefatura de Gráfica
Victoria Maier
Diseño de tapa e interior
Estudio Ágreda DG
Diagramación
Estudio Ágreda DG
Fotografía
Graciela García Romero
Archivo Gral. de la Nación - Imágenes del sur
Cedinci - Archivo Limbrunner - Archivo Aique
María Ernestina Alonso
Historia argentina : industrialización y luchas por
la distribución de la riqueza : de la década infame a los
gobiernos peronistas : 1930-1955 / María Ernestina Alonso
y Enrique Vázquez. - 1a ed. - Buenos Aires : Aique Grupo
Editor, 2013.
v. 2, 112 p. ; 24x19 cm.
ISBN 978-987-06-0592-8
1. Historia Argentina. 2. Enseñanza Secundaria. I.
Enrique Vázquez
CDD 907.12
Documentación fotográfica
Clara Nerone
Producción industrial
Pablo Sibione
Fotografías de tapa
Arriba: Familias obreras en un acto peronista de la época (Archivo General de la
Nación).
Abajo y en contratapa: Manifestación de mujeres frente al Congreso Nacional
por la ley de Voto Femenino, 1948 (Archivo General de la Nación).
LIBRO DE EDICIÓN ARGENTINA
ISBN 978-987-06-0590-4 (O. C.)
ISBN 978-987-06-0592-8 (V.2)
Primera edición
© Aique Grupo Editor S. A.
Francisco Acuña de Figueroa 352 (C1180AAF).
Ciudad de Buenos Aires.
Teléfono y fax: (011) 4867-7000
E-mail: [email protected] // Web: www.aique.com.ar
Hecho el depósito legal según Ley 11723.
No se permite la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler,
la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier medio, sea
electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos,
sin el permiso previo y escrito del editor.
Su infracción está penada por las leyes 11723 y 25446.
Esta edición se terminó de imprimir en diciembre de 2013 en Impresiones Sud
América. Andrés Ferreyra 3767/69, Buenos Aires, Argentina.
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Historia, memoria, relato
“No hay que hacerse ilusiones. El hombre no se acuerda del pasado; siempre lo reconstruye. El hombre aislado es una abstracción. La realidad es el hombre en grupo. Y el
hombre no conserva en su memoria el pasado de la misma forma que los hielos del
norte conservan congelados los mamuts milenarios. Arranca del presente y a través de
él, siempre, conoce e interpreta el pasado”.
Lucién Febvre, Combates por la historia, 1936.
La memoria histórica es el resultado de una construcción: los integrantes de
una sociedad deben seleccionar primero qué quieren recordar y qué prefieren
olvidar; luego, deben ordenar esos recuerdos y, finalmente, tienen que elaborar
un relato que les dé algún sentido a esos recuerdos.
Por estas razones, toda memoria es parcial, porque recoge una porción del pasado y la recrea, ordenada y narrada de acuerdo con los puntos de vista y las intenciones de quien o de quienes recuerdan.
La elaboración de la memoria histórica es un acto colectivo y su resultado es
un saber compartido. Todos los individuos y grupos que conforman la sociedad
participan en esa construcción: construyendo la memoria histórica en el núcleo familiar, el grupo de amigos o en los lugares de trabajo, de estudio o de
recreación, narrando sucesos del pasado cercano o remoto. Algunos, como los
periodistas y comunicadores sociales, los dirigentes y militantes políticos, los
investigadores de las ciencias sociales, los artistas, tienen la posibilidad de contribuir en la construcción de la memoria a través del ejercicio de su profesión
o de su arte y transmitir a una gran cantidad de personas sus ideas acerca de
qué debe ser recordado y qué debe ser olvidado.
En la sociedad coexisten diferentes memorias, porque las personas vivieron
experiencias diferentes, tienen intereses diversos y defienden distintos valores.
Las memorias no tienen nunca una forma definitiva, no se cristalizan. Se
trata de relatos que siempre están siendo reelaborados. Porque las circunstancias del presente cambian, y las preguntas que le hacemos al pasado para entender el presente también cambian. La memoria entonces, más que un relato
acabado, puede ser un vehículo de permanente interrogación.
Los autores
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SECCIONES Y HERRAMIENTAS
Las voces de los contemporáneos
En la reconstrucción de la historia se amalgaman las voces de los
propios protagonistas de los hechos del pasado, la de los contemporáneos que transmitieron sus vivencias y sus puntos de vista a las
generaciones más jóvenes, y la de los historiadores interesados en
comprender y explicar los hechos y procesos sucedidos.
Por esto, en esta serie de libros, en cada uno de los capítulos, el
lector “va a escuchar” las voces de los historiadores que han reconstruido la historia de cada período estudiado y son los autores del relato puesto a disposición para ser puesto en interrogación, modificado y completado. Y al final de cada capítulo, encontrará una
selección de documentos históricos de la época en los que podrá
“escuchar las voces” de contemporáneos de algunos de los sucesos
analizados y leer en las palabras de los protagonistas, algunos de los
debates de la época y las diferentes posiciones que cada uno asumió.
Contenidos expandidos
Algunos contenidos de este libro están acompañados por sugerencias complementarias de los autores.
En las columnas de algunas páginas, el lector puede remitirse a
documentos escritos o audiovisuales, entrevistas y otros contenidos
abiertos y libres disponibles en la web para complementar las lecturas, mediante enlaces reducidos y códigos QR (quick response o “código de respuesta rápida”, que remite directamente al contenido web
desde cualquier dispositivo de lectura óptica al que se le instale un
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Los encontraremos en la página con la siguiente estructura:
Editorial Aique
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ÍNDICE
Industrialización y luchas por la distribución de la riqueza: de la “década infame” a los gobiernos
peronistas (1930-1955) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
Introducción
La década de 1930: viejos y nuevos proyectos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Los conflictos por la redistribución de la riqueza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
Capítulo 1 LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN
OLIGÁRQUICA (1930-1943)
La reorganización del régimen oligárquico y el “fraude patriótico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
La “década infame” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Uriburu y el nacionalismo oligárquico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Justo y el “fraude patriótico” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Ortiz y la necesidad de reformas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Castillo y la reacción conservadora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Los partidos políticos y la Segunda Guerra Mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Las discusiones políticas sobre el imperialismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Crisis y cambios en la organización de la economía primaria exportadora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
La crisis del sector primario exportador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
El Pacto Roca-Runciman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Las cláusulas secretas del pacto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
El proceso de industrialización por sustitución de importaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Los capitales que financiaron la expansión industrial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
El desarrollo de las nuevas industrias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Migraciones internas y cambios en la clase obrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
La creación de la CGT . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Las relaciones entre el movimiento obrero y el Estado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
Cultura y sociedad en una época de crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Fuentes históricas: Las voces de los contemporáneos
Sobre el golpe cívico militar de 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Proclama del general José Félix Uriburu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Acordada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación,
legitimando el golpe de Estado de 1930. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
La revista católica Criterio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Un político conservador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
El dirigente radical antipersonalista Marcelo T. de Alvear . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Carta de renuncia de Manuel Ortiz Pereira al cargo de fiscal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Sobre el fraude electoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Decreto de veto del gobierno de Uriburu a los candidatos de la UCR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Manifiesto de la Unión Cívica Radical al pueblo ante el llamado
a elecciones por parte del gobierno de facto del general José Félix Uriburu . . . . . . . . . . . . . . 36
Pastoral del Episcopado de la Iglesia Católica Argentina poco
antes de las elecciones nacionales de 1931 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Denuncia del Partido Socialista por fraude en las elecciones
convocadas por el gobierno de Uriburu en 1931 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Sobre las inversiones extranjeras en la década de 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Discurso de Lisandro de la Torre en el Senado de la Nación
sobre la firma del pacto Roca-Runciman . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Lisandro de la Torre contra los frigoríficos extranjeros en
el “debate de las carnes” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Julio V. González contra el capital extranjero y sus aliados locales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Declaración del grupo FORJA ante el monumento al primer ministro George Canning . . . 40
Sobre la crisis económica de 1930 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Ángel Perelman: la vida cotidiana de un trabajador en tiempos de crisis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
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ÍNDICE
Capítulo 2 LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
El agotamiento del fraude y las restricciones externas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
La pérdida de legitimidad del sistema político . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
El impacto de la Segunda Guerra Mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
El golpe militar de 1943 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
Las diferencias en el Ejército . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
El proyecto de Perón: desarrollo de la industria nacional y armonía de clases . . . . . . . . . . . . . . . . 47
El acercamiento al movimiento obrero: una nueva relación entre los trabajadores y el Estado 47
La nueva legislación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
La búsqueda del apoyo empresario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
La oposición de la burguesía agraria y la gran burguesía industrial:
de la armonía de clases al conflicto social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
Alianzas sociales enfrentadas y lucha política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
El enfrentamiento entre la Corte Suprema y la Secretaría de Trabajo y Previsión . . . . . . . . . . . . . 51
La Junta de Coordinación Política y la oposición conservadora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
La movilización de los trabajadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54
El 17 de octubre de 1945 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Fuentes históricas: Las voces de los contemporáneos
Sobre el golpe militar de 1943 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Proclama de las Fuerzas Armadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Sobre los diferentes proyectos dentro del gobierno militar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
El sentido de la “revolución” según el general Perlinger . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
El sindicalismo y el “Estado moderno” según el coronel Perón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Sobre la gestión de Perón al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
La visión de un dirigente sindical metalúrgico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
La visión de un dirigente del Partido Comunista Argentino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
La visión de un dirigente sindical socialista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Sobre la detención de Perón y la movilización obrera del 17 de octubre de 1945 . . . . . . . . . . . . . 61
Los debates entre los dirigentes de la CGT para decidir cómo proceder
ante la detención de Perón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Carta de Juan D. Perón a María Eva Duarte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
El 17 de octubre según un intelectual nacionalista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
El testimonio de un dirigente comunista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
Discurso de Juan D. Perón desde el balcón de la casa de gobierno
en la Plaza de Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Capítulo 3 LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
Las elecciones de 1946 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
El Partido Laborista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
La Unión Democrática . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Los resultados de las elecciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
El primer gobierno de Perón (1946-1952) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
El Primer Plan Quinquenal: industrialización con redistribución progresiva de la riqueza . . . . . 71
El subsidio a la industria nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
La expansión del consumo interno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
Los mecanismos de intervención estatal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
La situación de los sectores agroexportadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Los límites del proceso de industrialización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
La política social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
La reforma constitucional de 1949 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Las relaciones entre el Estado y los sectores sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Las relaciones con los sectores capitalistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
Las relaciones con los trabajadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Las relaciones con los sectores medios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
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ÍNDICE
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La ampliación de la participación política . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Las organizaciones intermedias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Los actos públicos y el diálogo directo con el líder . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
El sistema de partidos y el Parlamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
La reelección de Perón y su segunda presidencia (1952- 1955) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
Dificultades económicas y crisis de la alianza social peronista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
El intento golpista de 1951 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Las elecciones de 1951 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Las respuestas a la crisis: el plan estabilizador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
La crisis política y el golpe militar de 1955 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
El enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia católica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
La alianza social antiperonista derroca a Perón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
La cultura de los sectores populares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
El auge de la radio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Los símbolos de la justicia social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Nuevos hábitos de consumo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
La intervención del Estado peronista en el ámbito cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
La política universitaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Fuentes históricas: Las voces de los contemporáneos
Sobre las elecciones de 1946 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Carta Orgánica del Partido Laborista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Un discurso de campaña de Juan D. Perón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Respuesta del gobierno argentino al “Libro Azul”, de Spruille Braden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
El análisis de John W. Cooke sobre el resultado electoral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
Sobre propaganda política y educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
La “justicia social”, según un libro de lectura para la escuela primaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Sobre el uso del calificativo de “vendepatria” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
La opinión del diputado radical Arturo U. Illia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Eva Perón contra “la oligarquía vendepatria”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Sobre el sufragio femenino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Reynaldo Pastor contra la aprobación del voto obligatorio para
las mujeres en 1947 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Sobre las relaciones entre el gobierno peronista y la prensa opositora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
Una denuncia del periódico radical Adelante...! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
John W. Cooke defiende la expropiación del diario La Prensa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Sobre la candidatura de Eva Perón a la vicepresidencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
Discurso de Eva Perón en el “Cabildo Abierto del Justicialismo” del 22 de agosto de 1951 101
El “renunciamiento” de Eva Perón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
Sobre el enfrentamiento entre el gobierno peronista y la Iglesia católica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
Manifiesto de la juventud de la Acción Católica de Córdoba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
El punto de vista de Eva Perón sobre las jerarquías clericales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Discurso de Juan D. Perón sobre el carácter político del conflicto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Sobre el golpe de Estado cívico-militar de 1955 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
Crónica del diario La Nación sobre el bombardeo en la Plaza de Mayo
el 16 junio de 1955 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
Discurso de Juan D. Perón llamando a la conciliación luego
del bombardeo en la Plaza de Mayo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Discurso de Juan D. Perón convocando a “la lucha” para defender al gobierno . . . . . . . . . 108
Sobre la política universitaria del gobierno peronista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
La FUBA contra la ley universitaria peronista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
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8
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Asunción de la primera presidencia de Perón y Quijano, 4 de junio de 1946.
Golpe militar: el
general Pedro
Ramírez, presidente.
A. P. Justo, presidente por
fraude electoral.
El general A. P. Justo
organiza la Concordancia.
Ramón Castillo, presidente
por muerte de Ortiz.
Golpe cívico militar obliga a
renunciar a Yrigoyen y el general
J. F. Uriburu se apodera del
gobierno.
Muere Hipólito
Yrigoyen.
Ricardo Ortiz, presidente por
fraude electoral.
REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA
GOBIERNO MILITAR
GOBIERNO CIVIL CON FRAUDE ELECTORAL
‘29
‘31
‘32
‘33
‘34
‘35
‘36
‘37
‘38
‘39
‘41
‘42
‘43
ECONOMÍA PRIMARIA EXPORTADORA CON INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE EXPORTACIONES
Crisis económica
mundial.
Creación de la CGT.
Pacto
Roca-Runciman.
Plan Pinedo.
Debate sobre
“negociado de las
carnes”.
40
19
30
19
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1930-1955
Golpe cívico militar
autodenominado
“Revolución libertadora”
derroca a Perón.
Muere Evita.
Creación de la
Fundación Eva Perón.
Movilización popular
del 17 de octubre.
Reforma
constitucional.
Perón, presidente
por segunda vez.
El general Farrel,
presidente.
Juan Domingo Perón,
presidente por primera vez.
Enfrentamiento
Perón–Iglesia.
Ley de voto
femenino.
GOBIERNO MILITAR
GOBIERNO DEMOCRÁTICO
‘44
‘45
‘46
‘47
‘48
‘51
‘49
‘52
‘53
‘54
‘55
ORTACIONES
INDUSTRIALIZACIÓN CON REDISTRIBUCIÓN
PROGRESIVA DE LA RIQUEZA
Crisis económica.
Primer Plan
Quinquenal.
Creación del IAPI.
Segundo Plan
Quinquenal.
50
19
Nacionalización de
los ferrocarriles.
Creación de la CGE.
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10
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LA DÉCADA DE 1930: VIEJOS Y NUEVOS PROYECTOS
Presidentes
militares y civiles
entre 1930 y 1955
Gral. José Félix Uriburu
1930-1932
Gral. Agustín P. Justo
1932-1938
Dr. Roberto M. Ortiz
1938-1942
Dr. Ramón S. Castillo
1942-1943
Gral. Pedro Pablo Ramírez
6/1943-2/1944
Gral. Edelmiro J. Farrell
2/1944-6/1946
Juan Domingo Perón
1946-1952
Juan Domingo Perón
1952-1955
En el año 1930 ocurrieron algunos acontecimientos que tuvieron un
gran impacto en la sociedad argentina: la crisis económica derivada
del crack de Wall Street de 1929 y el golpe militar encabezado por
José F. Uriburu. Esta doble crisis, económica y política, puede considerarse también el punto de partida de transformaciones de más
larga duración, cuyos alcances se extendieron más allá de la década
de 1930 y marcaron el rumbo del proceso histórico que protagonizó
la sociedad argentina durante gran parte del siglo XX. El modelo
económico, la conformación de las distintas clases sociales y su relación con el Estado, las formas de participación política y las expresiones culturales, todos los planos de la vida social sufrieron importantes modificaciones.
El crack financiero de Wall Street originó una crisis económica mundial que desorganizó el intercambio comercial internacional. Como
consecuencia, disminuyó el volumen de las exportaciones de cereales
y carnes que la Argentina colocaba en los principales mercados europeos y, a partir de 1930, la economía argentina también entró en crisis.
Las diferentes estrategias que impulsaron los sectores capitalistas para
superarla originaron un proceso de profundas transformaciones sociales que repercutió sobre el régimen político.
Una vista de la “villa Desocupación”, en Puerto Nuevo, ciudad de Buenos Aires, a
principios de la década de 1930.
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INTRODUCCIÓN
Algunos sectores de empresarios, liderados por los grandes terratenientes y comerciantes vinculados con el negocio de las exportaciones de productos primarios, intentaron reconstruir los vínculos
económicos con Gran Bretaña, deteriorados por la crisis del sistema
financiero internacional. Consideraban que el “destino natural” de
la Argentina era producir alimentos para el mercado mundial. Para
ellos, sostener el modelo primario exportador del que habían sido
los principales beneficiarios era un objetivo central. Sin embargo,
otros empresarios creyeron conveniente priorizar el desarrollo de
nuevas actividades ante la evidencia de que existían oportunidades
de acumular capital invirtiendo en la fabricación de productos industriales que antes de 1930 se importaban de Europa.
Desde mediados de los años treinta, los sectores capitalistas exportadores comprendieron que, para sostener el modelo que había
hecho de la Argentina “el granero del mundo”, necesitaban promover un cierto desarrollo industrial. El acuerdo entre las distintas
fracciones de la burguesía fue posible hasta 1943, cuando una nueva alianza social formada por el movimiento obrero, los empresarios
interesados en fortalecer el mercado interno y sectores nacionalistas
del ejército comenzaron a ocupar importantes espacios de poder
dentro del Estado. Esta nueva alianza social fue la base del movimiento liderado por Juan Domingo Perón, que desplazó del poder
a la oligarquía liberal conservadora e impulsó un nuevo tipo de proyecto industrialista.
11
La adhesión del
movimiento
obrero al
peronismo
La participación de los
trabajadores en el peronismo no debe ser explicada a
partir del masivo apoyo de
los migrantes provenientes
de las zonas atrasadas del
interior y manipulados
desde el Estado, sin
experiencia política ni
sindical. En los orígenes del
peronismo, esta participación debe ser explicada por
su contrario, es decir, por la
homogeneidad de la clase
obrera como fuerza de
trabajo explotada en un
momento en que culminaba
un largo ciclo de acumulación sin redistribución. El
apoyo no vino solamente de
los obreros sin experiencia
política y sindical, sino de
los sindicatos y de los
dirigentes sindicales
tradicionales que fueron los
que tuvieron más peso en la
formación de la alianza.
La adhesión obrera al
peronismo fue la elección
más adecuada entre las
opciones ofrecidas por la
realidad: una alianza
política que pudiera servir
de salida a un proceso de
industrialización que en la
década de 1930 se llevaba a
cabo bajo el control del
régimen oligárquico, sin
ninguna participación
obrera, ni ningún intervencionismo social. • |
Miguel Murmis y Juan Carlos
Portantiero, Estudios sobre los
orígenes del peronismo, 1971.
Obreros trabajando en el taller metalúrgico La Cantábrica, en Morón, provincia de
Buenos Aires, en 1940.
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12
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Los conflictos por la redistribución de la riqueza
Una trabajadora de la sección
Empaque de una fábrica de
jabón de tocador, en 1938. El
trabajo femenino predominaba
en el sector textil y en las
nuevas industrias de consumo
masivo.
Durante la década de 1930, el desarrollo de nuevas industrias que
comenzaron a producir muchas de las manufacturas importadas
cambió la vida cotidiana de los habitantes de la ciudad de Buenos
Aires y de otros importantes centros urbanos, como Rosario y Córdoba. También afectó a vastos sectores de la población de la región
pampeana y del norte del país. El creciente desempleo en las áreas
rurales y los requerimientos de mano de obra de las nuevas industrias instaladas en algunas ciudades motivaron un importante movimiento de migraciones internas.
Hacia 1940, el desarrollo industrial había provocado ya un rápido
crecimiento numérico y una fuerte concentración de la clase obrera
en los principales centros urbanos del país. Esta concentración intensificó las luchas del movimiento obrero por obtener mejoras en
las condiciones de vida de los trabajadores. Poco a poco, las organizaciones sindicales se fueron constituyendo en un actor político que
estuvo en condiciones de reclamar por una distribución más equitativa de las riquezas que generaba el desarrollo industrial.
La adhesión de la mayoría de los trabajadores al movimiento político que lideraba Perón significó una profunda transformación de las
relaciones sociales y una importante ampliación del régimen político. La minoría conservadora que controló las instituciones del Estado durante la década de 1930, excluyendo a las mayorías por medio
de la represión y el fraude, perdió sus posiciones de privilegio en el
plano político.
Fábrica de cocinas Aurora, Buenos Aires, 1943. La redistribución del ingreso a favor de
los sectores asalariados impulsó la producción de bienes industriales de consumo
durable, como cocinas y heladeras.
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INTRODUCCIÓN
En el régimen peronista, el Estado respondió a las demandas de los
trabajadores y de los sectores sociales de menores recursos con formas y contenidos nuevos. Desde entonces, las relaciones laborales
y salariales dejaron de ser cuestiones decididas exclusivamente entre los trabajadores y los empresarios en cada fábrica o empresa. A
través de leyes, el Estado comenzó a regular el mundo del trabajo.
La protección a la industria nacional generó una redistribución del
ingreso entre los sectores capitalistas y otros sectores sociales. A través del aumento del empleo y del gasto público y social —en áreas
como la educación, la salud y el bienestar y la previsión social—,
sectores mayoritarios de la sociedad argentina ampliaron su participación en la distribución de la riqueza generada en el país.
El proceso histórico que protagonizó la sociedad argentina entre
1930 y 1955 significó la redefinición del “proyecto de país” impuesto por la oligarquía durante las últimas décadas del siglo XIX y los
primeros años del siglo XX.
13
El movimiento
obrero como
actor político
En las primeras décadas del
siglo XX, las organizaciones
obreras habían centrado su
lucha contra la explotación
capitalista y contra un
Estado que se había
limitado a reprimirlos o
ignorarlos. Sin embargo,
desde que Perón ocupó la
Secretaría de Trabajo y
Previsión, se produjo un
cambio decisivo en la
actitud del Estado frente a
los conflictos entre patrones
y trabajadores. El poder
creciente que fueron
logrando los sindicatos
obreros les permitió discutir
con los sectores capitalistas,
en el ámbito del Estado,
acerca de cuál debía ser el
rumbo de la Argentina
industrial que había
comenzado a gestarse en la
década de 1930.
La irrupción del movimiento
obrero amplió las bases
sociales del sistema político
y provocó nuevos conflictos
sociales, cuyo eje fue la
discusión sobre el reparto
de las ganancias derivadas
de la actividad industrial. • |
Trabajadores de la sección Terminación y pruebas de la fábrica de heladeras Siam, en
Avellaneda, provincia de Buenos Aires, en 1950. Por entonces, Siam Di Tella ocupaba
más de 3.000 obreros y producía 10.000 heladeras por año.
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14
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
capítulo
1
LA REORGANIZACIÓN DEL RÉGIMEN OLIGÁRQUICO
Y EL “FRAUDE PATRIÓTICO”
Los militares
contra la
democracia
La “década infame”
“No es nuestro propósito
primordial derribar un
gobierno despótico o
incapaz; [...] lo necesario, lo
fundamental, es cambiar el
sistema; debemos evitar la
repetición del actual caos
administrativo y suprimir en
lo posible el profesionalismo
político. [...] La Ley Sáenz
Peña, con ser excelente,
parece no ser la que mejor se
adapte a una población de un
40% de analfabetos”. • |
Carta abierta del teniente
coronel Pedro Pablo Ramírez,
publicada en La Nación el 8 de
noviembre de 1930.
El golpe cívico militar
del 6 de septiembre
de 1930
http://goo.gl/re8wdD
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LA DÉCADA DE 1930:
CRISIS ECONÓMICA
Y REORGANIZACIÓN
OLIGÁRQUICA (1930-1943)
Los historiadores denominan “década del 30” al período comprendido entre 1930 y 1943. Dado que en esos años la oligarquía recuperó el control del Estado que había perdido durante los gobiernos radicales, algunos investigadores hablan de “restauración oligárquica”.
Sin embargo, la idea de restauración no parece del todo apropiada,
si se considera la experiencia política democrática vivida por amplios
sectores de la sociedad sumada al mayor nivel de organización logrado por el movimiento obrero. Por estas razones, otros prefieren
hablar de “reconstrucción” o de “reorganización oligárquica”.
Otro nombre que se utiliza frecuentemente es el de “década infame”. Esta denominación la comenzó a utilizar un periodista en aquella época, en la que fue habitual que practicaran el fraude electoral y
cometieran actos
de corrupción.
Ver
Una imagen del fraude
electoral durante la
década infame.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
Uriburu y el nacionalismo oligárquico
El 6 de septiembre de 1930 asumió la presidencia el general José F.
Uriburu, jefe del primer golpe militar contra un gobierno democrático en la Argentina. Uriburu intentó imponer un proyecto de
organización corporativista de la sociedad, inspirado en el fascismo
europeo.
Durante el gobierno de Uriburu, grupos de ideas nacionalistas,
muchos de cuyos integrantes pertenecían a familias de la oligarquía,
comenzaron a organizarse con el propósito de constituirse en sostén del general golpista. El nacionalismo oligárquico no tuvo ni se
propuso obtener apoyo entre los sectores populares; en cambio, creó
una organización paramilitar uniformada, llamada “Legión Cívica”,
que intervino en la represión de opositores políticos, como radicales
yrigoyenistas, socialistas y comunistas.
El nacionalismo oligárquico criticó las formas de representación
política de la democracia liberal y propuso tomar como modelo de
organización social y política el corporativismo de la Italia fascista.
Sin embargo, Uriburu no logró mantenerse mucho más de un año
en el poder, porque los sectores oligárquicos que impulsaron el golpe prefirieron retomar la tradicional organización política republicana, basada en los principios del liberalismo conservador.
En mayo de 1931 fue reconocida oficialmente la Legión Cívica Argentina, que se propuso
como réplica de las milicias fascistas organizadas por el dictador italiano Benito Mussolini.
Historia 2.indd 15
Ver
15
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
El golpe cívico militar de 1930.
Página 32.
Documentos 1 al 6.
La Legión Cívica
Argentina
El 20 de mayo de 1931 quedó
constituida, por decreto, la
Legión Cívica Argentina, con
“carácter de asociación de
hombres patriotas que moral
y materialmente están
dispuestos a cooperar en la
reconstrucción institucional
del país”. Cinco días más
tarde, al conmemorar la
fecha patria, Uriburu arengó
a los miembros de esa
entidad: “Legionarios: como
jefe de la revolución, soy
vuestro jefe”. Y el 7 de julio,
en el discurso anual en la
comida de camaradería de
las Fuerzas Armadas,
puntualizó las finalidades
perseguidas con esa
institución: “Una considerable
fuerza cooperadora del
Ejército se está formando en
toda la República. Es ella hija
y sostenedora de la Revolución, que actuará decisiva y
patrióticamente para cumplir
su programa. La Legión
Cívica, que tanto ha alarmado
a los demagogos, es fuerza
apolítica y de orden, es
columna popular instruida y
disciplinada por oficiales, que
constituyen una reserva de
emergencia, ya que por
razones de economía
financiera no es posible el
llamamiento anual de las
reservas de la ley”. • |
Nicolás J. Gibelli (dir.), Crónica
histórica argentina. Tomo 5,
Buenos Aires, Codex, 1968.
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16
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
El fraude electoral.
Página 35.
Documentos 7 al 10.
La ofensiva de
los empresarios
Luego del golpe militar de
1930, los empresarios
industriales que, frente a los
reclamos obreros, se habían
visto obligados a conceder
algunas reformas durante el
segundo gobierno de
Yrigoyen, retomaron la
ofensiva. En muchas
compañías, como Bunge y
Born, Shell Mex y Mihanovich, cesantearon a delegados y dirigentes gremiales.
Frente a la represión
gubernamental y a la
ofensiva capitalista, los
trabajadores se defendieron
unificando sus organizaciones en una sola central
obrera, a la que denominaron “Confederación General
del Trabajo” (CGT). • |
La época de Justo
http://goo.gl/CRVle8
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Justo y el “fraude patriótico”
En 1931, la oligarquía impulsó la convocatoria a elecciones generales en todo el país, pero, para asegurarse el control de la situación y
evitar que el radicalismo volviera a triunfar, impuso hasta 1943 la
práctica sistemática del fraude electoral y la persecución a los opositores. Los conservadores lo llamaron el “fraude patriótico”, porque
entendían que el objetivo de “salvar a la patria” justificaba el uso de
métodos ilegales. El secuestro de libretas de enrolamiento, la expulsión de veedores de la oposición en los comicios, el voto ilegítimo
—utilizando los documentos de personas ya fallecidas—, y la intimidación fueron algunos de los recursos que utilizaron los gobiernos conservadores durante la “década infame”. A pesar de la ilegalidad de estas maniobras, mantuvieron las instituciones políticas de
la democracia liberal y convocaron a elecciones regularmente.
Los conservadores, los radicales antipersonalistas y el Partido Socialista Independiente, liderado por Federico Pinedo, conformaron
en 1931 una alianza electoral que fue conocida con el nombre de
“Concordancia”. Esta alianza, que representaba los intereses de los
invernadores, el sector más poderoso de la burguesía agraria, ganó
las elecciones y logró imponer a su candidato, el general Agustín P.
Justo, quien asumió la presidencia en febrero de 1932.
El radicalismo, hasta 1935, se abstuvo de participar en los comicios, pero luego aceptó las elecciones convocadas por el régimen oligárquico. Durante todo el período, la conducción del partido radical
estuvo a cargo de Marcelo T. de Alvear (Yrigoyen murió en 1933).
Alvear representaba al sector antipersonalista del radicalismo, que
prefería llegar a un acuerdo con los conservadores antes que enfrentarlos. Esta decisión política restó a la UCR un importante caudal
de votos y provocó, en el seno del partido, constantes enfrentamientos y divisiones.
Ver
Recuento de
votos en la
Jefatura de
Policía, luego
de la elección
nacional de
noviembre de
1931.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
17
Ortiz y la necesidad de reformas
Hacia el final de la década, los grupos dirigentes conservadores advirtieron que, si no se modificaba el funcionamiento del sistema político, si no se ampliaba realmente la participación, la situación se
tornaría ingobernable en el corto plazo. Con el propósito de introducir algunas reformas en el régimen oligárquico vigente, en 1938, luego de las elecciones, asumió la presidencia Roberto M. Ortiz.
El proyecto de Ortiz no fue democrático, sino que postulaba una
transformación desde arriba que, como en 1912 con Sáenz Peña, hiciera más fluida la relación entre el Estado y la sociedad.
Ortiz entendía que la Concordancia —el pacto político entre conservadores y radicales antipersonalistas— resultaba insuficiente para
representar los intereses de las fuerzas sociales emergentes. Su propuesta era que la vieja política debía replegarse y cambiar. Con ese
objetivo lanzó una intensa campaña de captación de los radicales, liderados por Alvear, e intentó acercarse a algunos sectores del movimiento obrero y poner límites al fraude en algunas provincias del
interior. Su proyecto político buscaba articularse con el nuevo modelo de desarrollo económico que impulsaba Federico Pinedo. La consolidación de este esquema político dependía del reforzamiento del
intervencionismo estatal y del acuerdo político con el general Justo
como líder del Ejército. Pero las diferencias y las divisiones entre los
dirigentes conservadores impidieron esa consolidación.
Hacia 1940, los principales impulsores de estas reformas, Justo,
Ortiz y Alvear, habían muerto.
Caricatura publicada por el
periódico socialista La
Vanguardia, hacia 1938, realizada
por Tristán. El dibujo se burlaba de
los sectores políticos que
apoyaron a todos los presidentes
desde el golpe militar que derrocó
a Hipólito Yrigoyen.
Historia 2.indd 17
La oposición
parlamentaria
El Partido Socialista (PS)
dirigido por Nicolás Repetto
y Alfredo Palacios, y el
Partido Demócrata Progresista (PDP) encabezaron la
oposición parlamentaria a
los gobiernos conservadores. Los socialistas se
mostraron contrarios al
golpe militar del 6 de
septiembre pero, en los
hechos, fueron respetuosos
de las reglas del juego
impuestas, cumpliendo el
papel de oposición democrática en un régimen
fraudulento. La mayor parte
de las leyes sociales
propuestas por los socialistas en el Congreso no fueron
aprobadas debido a la
oposición de los conservadores, que eran mayoría.
En 1932, como consecuencia
de la no concurrencia
electoral del radicalismo, el
PDP obtuvo un buen número
de diputados y senadores.
Su dirigente, el senador
Lisandro de la Torre, alcanzó
una gran notoriedad con sus
denuncias contra los ilícitos
de los conservadores,
durante el debate de las
carnes. Pero, luego de su
muerte (se suicidó en 1939),
el partido entró en un largo
período de decadencia
política.
Los comunistas fueron
duramente perseguidos y
reprimidos durante toda la
década. El Partido Comunista (PC) no participó en las
elecciones de este período,
porque fue declarado
ilegal por los gobiernos
conservadores. • |
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Castillo y la reacción conservadora
En 1940, Ortiz se alejó del cargo por enfermedad y fue reemplazado
por el vicepresidente Ramón S. Castillo. Con él, los intentos de ampliación del sistema oligárquico cayeron en el vacío. Cada uno de los
pasos llevados a cabo por su antecesor fueron desandados; el fraude
no solo continuó, sino que se intensificó escandalosamente en varias elecciones provinciales. Con Castillo, toda reforma desde adentro del sistema quedó bloqueada: por el contrario, intentó recomponer los tradicionales esquemas conservadores.
El 4 de junio de 1943 un golpe militar derrocó al gobierno presidido por Ramón Castillo y marcó el fin de una etapa.
Portada de la revista socialista
Claridad (1937). Frente al
“fraude patriótico” que
practicaban los conservadores,
los socialistas reclamaban la
plena vigencia de la Ley Sáenz
Peña.
Recuento de votos en el Congreso luego de una elección nacional durante la “década
infame”.
Los partidos políticos y la Segunda Guerra Mundial
Los partidos y las alianzas políticas reaccionaron de diferente manera
frente a las dificultades nacionales y los conflictos internacionales.
Los dos problemas externos que mayor impacto tuvieron en la vida
política argentina durante la década de 1930 fueron la Guerra Civil Española, en 1936, y la Segunda Guerra Mundial, que comenzó en 1939.
Durante la Segunda Guerra, los partidos políticos argentinos se pronunciaron a favor de uno u otro bando. Los gobiernos conservadores
de Justo y Ortiz, y los socialistas apoyaron a los aliados; en cambio, el
gobierno de Castillo apoyó al Eje nazi-fascista.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
19
Las discusiones políticas sobre el imperialismo
Durante el transcurso de la década, el uso de la palabra “imperialismo” se hizo cada vez más frecuente en el lenguaje político. El concepto no era nuevo, pero, en esos años, diferentes sectores sociales
redefinieron su significado.
Hasta entonces, la idea de imperialismo se asociaba a la política
exterior de los Estados Unidos, que se manifestaba tanto en intervenciones militares como en presiones e injerencias sobre los asuntos internos de otros países.
A partir de 1930, y especialmente después de la firma del Pacto
Roca-Runciman, intelectuales y grupos políticos, desde diferentes
puntos de vista, comenzaron a plantear que la relación entre Gran
Bretaña y la Argentina era una relación de dominación imperialista. Durante muchas décadas, la asociación de intereses entre los dos
países había aparecido como generadora de beneficios que no se discutían. Pero la discriminación de las exportaciones argentinas en el
mercado inglés llamó la atención sobre la dependencia de nuestro
país de las decisiones económicas inglesas.
En la época, políticos e intelectuales de la oposición, como, por
ejemplo, los yrigoyenistas de FORJA, a través de los trabajos de Raúl
Scalabrini Ortiz, y algunos grupos nacionalistas, a través de historiadores como los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta, aunque desde diferentes
posturas ideológicas, denunciaron las consecuencias negativas de la relación con
Gran Bretaña. Por su parte, funcionarios
del gobierno —que, en general, expresaban la opinión de los grupos conservadores y los sectores económicos más poderosos— frecuentemente declararon los
beneficios que nuestro país obtenía de sus
estrechas relaciones con los ingleses.
Raúl Scalabrini Ortiz.
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El nacionalismo
antiimperialista
de FORJA
Uno de los grupos radicales
opuestos al liderazgo de
Alvear fue la llamada
“Fuerza de Orientación
Radical de la Joven Argentina” (FORJA). Los forjistas
denunciaron el imperialismo
británico, criticaron
duramente el Pacto
Roca-Runciman, se opusieron al fraude y mantuvieron
una actitud neutralista
frente a la Segunda Guerra
Mundial. Desde su fundación y hasta 1940, FORJA
intentó cambiar la orientación alvearista del radicalismo desde adentro, pero
finalmente se apartaron de
la UCR. Hacia 1945, muchos
de sus integrantes se
incorporaron al peronismo.
Arturo Jauretche y Raúl
Scalabrini Ortiz fueron dos
de los intelectuales más
prestigiosos que adhirieron
a FORJA. • |
Arturo Jauretche.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La industrialización
en la década de 1930
Ver
http://goo.gl/AlUdd6
Esta fotografía fue publicada el
21 de junio de 1933 en un
periódico con el siguiente
epígrafe: “Recogiendo una
iniciativa de Noticias Gráficas,
el bloque socialista del Concejo
Deliberante (Buenos Aires) ha
resuelto que se destine la suma
de 50.000 pesos a los
desocupados de Puerto Nuevo,
para que los menesterosos de
‘Villa Desocupación’ no
carezcan de techo y pan
durante el crudo invierno que
está azotando al país”.
CRISIS Y CAMBIOS EN LA ORGANIZACIÓN
DE LA ECONOMÍA PRIMARIA EXPORTADORA
El derrocamiento de Yrigoyen abrió una nueva etapa en la vida política argentina. El golpe militar de 1930 interrumpió el lento proceso de construcción de la democracia política que se había iniciado
en 1912. Los avances hacia la legitimación del régimen político se
vieron frenados por la reinstalación del fraude y la represión. Finalmente, los grupos conservadores buscaron la reorganización de una
república oligárquica.
La “década infame” fue un período en el que se produjeron importantes transformaciones en la estructura económica y social argentina. La crisis económica mundial de 1930 desorganizó las relaciones del comercio internacional vigentes, y esta desorganización
afectó los términos del intercambio que la Argentina, como periferia, mantenía con los países centrales, exportando materias primas
e importando manufacturas.
A partir de 1930, algunos sectores de los grupos dirigentes económicos y políticos impulsaron un proceso de sustitución de importaciones de manufacturas industriales, que originó la expansión de
la industria nacional y el surgimiento de una nueva clase obrera.
También se produjeron cambios en la composición de los diversos
grupos sociales que conformaban la sociedad argentina y una profunda crisis en las formas de representación política. El Estado asumió un papel diferente del cumplido en etapas anteriores, interviniendo de manera cada vez más activa en las cuestiones económicas
y sociales.
Trabajadores desempleados, imagen tomada en la “Villa Desocupación”, Puerto
Nuevo, Buenos Aires, junio de 1933.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
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La crisis del sector primario exportador
La crisis del capitalismo mundial de 1929 afectó las bases de la economía primaria exportadora argentina. Frente a la crisis, los países centrales extremaron la protección de sus economías y disminuyeron sus
compras de materias primas y alimentos a los países periféricos. Gran
Bretaña, principal comprador de cereales y carnes argentinos, redujo
sus importaciones y, en la Conferencia Internacional de Ottawa —realizada en Canadá en 1932—, estableció acuerdos preferenciales con sus
colonias (miembros de la Commonwealth, Comunidad Británica de Naciones) para las compras de materias primas y alimentos. Esta decisión
tuvo un gran impacto sobre el funcionamiento del capitalismo agrario
argentino: la reducción en las compras británicas provocó una alteración en el sector primario exportador, afectando como consecuencia el
funcionamiento de toda la economía nacional.
La crisis mundial alteró la balanza comercial argentina y el nivel
de renta de los capitalistas agrarios. Estos tuvieron cada vez más dificultades para mantener el nivel de inversiones necesario para superar las debilidades que, desde años atrás, se venían manifestando
en el sector primario exportador.
Durante el desarrollo de la década fue cada vez menor el ritmo de
incorporación de nuevas tierras a la producción agropecuaria de la región pampeana, ya que también eran cada vez mayores las inversiones
necesarias en caminos, diques, canales, fertilizantes. También cayó la
productividad, porque disminuyeron las inversiones en mecanización
y tecnología para mejorar los rendimientos de las producciones agropecuarias.
Años antes de la crisis de 1930, era ya evidente el deterioro de los
términos del intercambio entre los países centrales y los periféricos:
entre 1925 y 1934 los precios de las materias primas cayeron un 40%
en relación con los de los productos industriales. Por otra parte, el
creciente consumo nacional de alimentos agravaba la situación, y
disminuía el excedente disponible para la exportación.
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Desempleo y
deterioro salarial
El desempleo y la caída de
los niveles salariales fueron
las principales dificultades
que sufrieron los trabajadores durante los primeros
años de la década de 1930.
El salario real de los
obreros, después de
disminuir en un 19% entre
1929 y 1932, alcanzó su
punto más bajo en 1934. En
términos generales, durante
toda la década el costo de
vida tendió a aumentar
mientras que los salarios se
mantuvieron o disminuyeron. Solo en 1942 se produjo
un leve aumento respecto
del costo de vida. Esta
situación era reconocida,
incluso, por los organismos
de gobierno. El Departamento Nacional del Trabajo
estimaba que el presupuesto de una familia tipo en
1933 era de $130, mientras
que su salario promedio era
de $119. La mayor parte de
los salarios obreros eran
destinados a la alimentación y a la vivienda. Casi el
60% de las familias obreras
de Buenos Aires vivían en
una sola pieza, generalmente en un conventillo.• |
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22
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
Las inversiones extranjeras
en la década de 1930.
Página 38.
Documentos 11 al 15.
Julio A. Roca (hijo) y el príncipe
de Gales, en Londres, según
una caricatura publicada por la
revista Caras y Caretas.
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El Pacto Roca-Runciman
Desde 1930, los hacendados invernadores presionaron para que la
Argentina firmara con Gran Bretaña un acuerdo para asegurar la
cuota de exportación de carnes al mercado inglés en los niveles anteriores a la crisis.
El 2 de mayo de 1933, el representante del gobierno argentino, el
vicepresidente Julio A. Roca (hijo) y el ministro de Comercio de la
Corona británica, Walter Runciman, firmaron un acuerdo que fue
conocido como el “Pacto Roca-Runciman”. Además de asegurar cuotas de exportación para las carnes argentinas, este acuerdo reafirmó
la relación comercial con Gran Bretaña. Guillermo Leguizamón,
abogado de los ferrocarriles ingleses e influyente figura en las relaciones argentino-británicas de la época, calificó el pacto como “el
acontecimiento más importante en nuestra historia”. Los principales partidos de la oposición —demócrata-progresistas, socialistas y
comunistas— calificaron al pacto como un acto de sometimiento
frente al imperialismo inglés.
Las cláusulas más importantes del acuerdo comercial fueron las
siguientes: la Argentina se aseguraba una cuota de importación no
inferior a 390.000 toneladas de carne enfriada, aunque Gran Bretaña se reservaba el derecho de restringir sus compras cuando lo creyera conveniente. El 85% de las exportaciones de nuestro país debía
realizarse a través de frigoríficos extranjeros. El 15% restante sería
exportado por empresas argentinas, pero siempre que
fuera colocado en el mercado mediante buques y comerciantes británicos.
La Argentina se comprometía a mantener libres de
derechos (sin impuestos) el carbón y otros productos de
origen británico. El gobierno también se comprometía
a no reducir las tarifas de los ferrocarriles británicos.
Además, debía brindar a las empresas británicas de servicios públicos un “tratamiento benévolo y de protección
de sus intereses”.
El vicepresidente Roca resumió en una frase el pensamiento de la delegación negociadora del gobierno del
general Justo: “por su importancia económica, la Argentina se parece a un gran dominio británico”.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
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Las cláusulas secretas del pacto
El pacto incluyó cláusulas secretas que fueron las bases de acuerdos
comerciales y financieros entre nuestro país y Gran Bretaña. En esas
cláusulas, el gobierno argentino se comprometía a la creación del
Banco Central y de la Corporación de Transportes.
El Banco Central se constituyó como una sociedad mixta, integrada por bancos oficiales y capitales extranjeros. La oposición señaló
que la creación de esta nueva institución significaba la delegación
en los capitales extranjeros del manejo de las finanzas del país, ya
que la mayoría de los accionistas y directores del Banco Central eran
representantes de los capitalistas extranjeros que no estaban bajo el
control del Estado nacional.
En 1935, una ley del Congreso Nacional aprobó la creación de la
Corporación de Transportes. La ley concedía a empresas de capital
británico el monopolio, por 56 años, del transporte urbano de Buenos Aires. La nueva empresa tenía la exclusividad de los transportes
de la Capital Federal y podía exigir a los dueños de colectivos privados su ingreso en la Corporación. Con el tiempo, los pequeños propietarios de transportes urbanos, ante el riesgo de quebrar, debieron
aceptar incorporarse a la empresa británica.
Un asesinato
en el Senado
de la Nación
El 23 de julio de 1935, mientras Lisandro de la Torre debatía en el Senado con los
ministros de Agricultura, Luis
Duhau, y de Hacienda, Federico Pinedo, las consecuencias del pacto Roca-Runciman, ocurrió un asesinato.
En medio de una discusión,
Duhau golpeó a De la Torre, quien cayó de espaldas.
Enzo Bordabehere, su compañero de banca, se acercó
para ayudarlo pero “un matón a sueldo” disparó y mató
a Bordabehere.
El 10 de septiembre de ese
año, De la Torre presentó
pruebas que involucraban
en el asesinato al ministro
de Agricultura y en un pasaje de su discurso afirmó: “[…]
diré que sería absurdo pensar en que el debate sobre la
investigación del comercio
de carnes pudiera continuar
con mi intervención mientras subsistan en mi espíritu las dudas que mantengo
acerca de que se trajo a este
recinto un guardaespaldas,
extraído de los bajos fondos,
para gravitar sobre su resultado. Los indicios que existen son tan vehementes, que
no me es posible prescindir
de ellos. Si lo hiciera, faltaría al respeto y al afecto que
debo a la memoria del doctor Bordabehere, y autorizaría a cualquiera a poner en
duda la sinceridad de mi indignación”. • |
En la imagen, Lisandro de la Torre hablando al pueblo de Villa María, Córdoba.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La radicación
de empresas
de capital
extranjero
Algunas de las empresas de
capital europeo que se
radicaron durante la década
de 1930 fueron las siguientes: en el rubro alimentos y
bebidas, Nestlé (1930,
Suiza), Suchard (1933, Suiza)
y Ginebra Bols (1933,
Holanda); en metales y
maquinarias, Olivetti (1932,
Italia), Hierromat (1933,
Francia) y CAMEA (1934,
Francia); en maquinarias y
artefactos eléctricos,
Phillips (1935, Holanda) y
Osram (1934, Alemania); en
productos químicos,
Duperial (1935, Gran
Bretaña) y Electrocolor
(1936, Gran Bretraña).
Entre las inversiones
estadounidenses, las más
importantes fueron: en el
rubro textil, Sudamtex
(1934) y Anderson Clayton
(1936) —dos empresas que
integraron las etapas de
desmontado, hilado y tejido
del algodón—, y Ducilo
(1937) que se especializó en
hilados artificiales. En
maquinarias y artefactos
eléctricos, Philco (1931) y
Union Carbide-Eveready
(1937). En productos
derivados del caucho, Good
Year (1930) y Firestone
(1931). En productos
farmacéuticos y de tocador,
Johnson y Johnson (1931), y
Pond’s (1939). • |
El proceso de industrialización por sustitución
de importaciones
El Pacto Roca-Runciman fue un intento por recomponer la tradicional relación de complementación entre las economías argentina y
británica. Sin embargo, no logró resolver los problemas económicos
de la Argentina en ese período. El mundo había cambiado y el país
no era el mismo que en 1880.
Como resultado de la crisis de 1930, los países tradicionalmente
consumidores de las producciones latinoamericanas implementaron altas tarifas arancelarias —con el fin de proteger e impulsar el
desarrollo de sus propios sectores primarios— o, simplemente, suspendieron las importaciones. En consecuencia, las exportaciones de
bienes primarios de los países periféricos cayeron y en las sociedades latinoamericanas esto provocó la falta de divisas suficientes para
mantener el nivel de las importaciones. La crisis alteró la división
internacional del trabajo, que se había consolidado desde mediados
del siglo XIX, y a la que la Argentina se había incorporado como
productora de materias primas y alimentos.
Frente a estos cambios en la economía mundial, los grandes terratenientes y comerciantes exportadores, nucleados en la Sociedad
Rural Argentina (SRA), terminaron por coincidir en sus orientaciones económicas con los grupos industrialistas, asociados en la Unión
Industrial Argentina (UIA): ambos aceptaron el desarrollo de la actividad industrial como una solución para los problemas de la economía nacional. Los poderosos hacendados invernadores, representados en el gobierno por el ministro de Agricultura Luis Duhau,
aceptaron algunas medidas oficiales —como el control de cambios
o el aumento de los impuestos— que indirectamente
impulsaban el desarrollo
industrial, porque por esa
vía se reducían las importaciones.
Una demostración del uso de
la máquina de teletipo
Olivetti.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
Por su parte, la UIA aceptó otras medidas gubernamentales
—como la devaluación— que perjudicaban el desenvolvimiento de
algunas industrias, porque entendían que se trataba de “salvar las
actividades vitales para el país y que el relativo sacrificio que ellas
pueden demandar es no solo una contribución indispensable para
el beneficio de la colectividad, sino, además, para los propios intereses fabriles, cuyo desarrollo sería utópico con un mercado interno
agotado en su capacidad de adquisición y en sus recursos”. Esta base
común en las orientaciones económicas de los sectores capitalistas
más poderosos se mantuvo desde 1933 hasta 1943, año en que los
conservadores fueron derrocados del gobierno.
Los capitales que financiaron la expansión industrial
Durante la década de 1930, el grupo más poderoso de los capitalistas
agrarios argentinos, aquellos que tenían antiguas vinculaciones con
el capital extranjero (como el Banco Tornquist y Bunge y Born) comenzaron a diversificar y a integrar sus inversiones de capital. Estos
capitalistas, nacionales y extranjeros, fueron conformando grupos
económicos, cuyas empresas se dedicaron tanto a las actividades características de la economía agroexportadora —la producción agropecuaria, la comercialización y las finanzas— como a las nuevas actividades económicas: la producción industrial y la construcción.
Además de las inversiones de los grupos económicos diversificados, el desarrollo de la industrialización estuvo financiado, también,
por nuevas inversiones realizadas por capitales extranjeros. Estas inversiones llegaron desde Estados Unidos, Alemania, Francia y, en
menor medida, Inglaterra. Dado el alto
nivel de las tasas de ganancias que obtuvieron desde el primer momento, estas
empresas reinvirtieron sus utilidades y comenzaron, también, un proceso de integración y diversificación de actividades industriales y no industriales.
25
Bunge y Born
en la Argentina
La empresa multinacional
de origen belga Bunge y
Born comenzó sus actividades en el país hacia fines del
siglo XIX con la comercialización de productos y
subproductos agrícolas, y en
la década de 1920 llegó a
ser el principal exportador
de cereales. A partir de
entonces, inició la adquisición de tierras tanto en la
pampa húmeda como en el
Litoral y el noroeste, hasta
controlar 500 mil hectáreas.
Sobre esa base comenzó a
desarrollar su estrategia
industrial de manufacturar
sus propias materias primas.
La primera diversificación
fue la elaboración de harina,
para lo cual instaló, en 1902,
Molinos y Elevadores de
Granos S. A. , que en 1936 se
convirtió en Molinos Río de
la Plata. También explotaba
el quebracho y el algodón.
En la década de 1920 instaló
fábricas de envases, de
pinturas (Alba Pinturas y
Barnices S. A.) y textiles
(Grafa, Grandes Fábricas
S. A.). En la década de 1930,
fundó una química (Compañía Química S. A.) y una
papelera, entre otras. • |
D. Azpiazu, E. M. Basualdo y M.
Khavisse, El nuevo poder
económico en la Argentina de
los años 80. Buenos Aires, 1986.
Publicidad de la radio Philips portátil, según un
aviso publicado en los primeros años de la
década de 1930.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
El desarrollo de las nuevas industrias
El “plan Pinedo”
Entre 1933 y 1935, Federico
Pinedo fue el ministro de
Hacienda del presidente
Agustín P. Justo. En 1940,
Pinedo presentó al Congreso un plan sistemático de
medidas industrialistas. En
los debates que el plan (que
no fue aprobado) originó,
Pinedo afirmó: “La vida
económica del país gira
alrededor de una gran rueda
maestra que es el comercio
exportador. Nosotros
estamos en condiciones de
crear, al lado de ese
mecanismo, unas ruedas
menores —la industria
nacional— que permitan
cierta circulación de la
riqueza, cierta actividad
económica, la suma de las
cuales mantenga el nivel de
vida del pueblo a cierta
altura”. • |
Desde las últimas décadas del siglo XIX había crecido en la Argentina la actividad de los frigoríficos —el rubro más significativo de
las agroindustrias—, que elaboraban carne para la exportación y proveían al mercado interno. También existían algunos molinos harineros, y envasadoras y empacadoras de frutas y conservas importadas. La innovación en esta rama de la industria fue la producción de
galletitas, alfajores y otros bizcochos.
La industria textil, que había impulsado la industrialización en
las sociedades capitalistas centrales, comenzó su desarrollo en nuestro país por esta época. Los productos textiles constituían, junto con
los metalúrgicos, el rubro de mayor volumen de las importaciones
de bienes de consumo para la población. La expansión de la industria textil se vio favorecida, también, porque en la Argentina existían las materias primas agropecuarias necesarias como insumos.
Durante esos años, la producción de lana y, fundamentalmente, la
de algodón, tuvieron un fuerte desarrollo, en especial, en las provincias del noreste.
A partir de 1935, la desocupación en los grandes centros urbanos
bajó en forma notable debido al empleo de una gran cantidad de
mano de obra por parte de las industrias que comenzaron a desarrollarse. También se expandieron los rubros industriales de maquinarias, vehículos y productos químicos y
farmacéuticos, que tenían un peso importante en el volumen de las importaciones.
Entre 1937 y 1939 se registró un fuerte crecimiento
de la importación de artefactos eléctricos y productos
derivados del caucho. Esto se debió a la demanda que
generó el proceso de electrificación de varias esferas de
la vida cotidiana, expresada en el uso de artefactos electrodomésticos, como heladeras, licuadoras, máquinas
de coser, lavarropas, y de la ampliación del parque automotor, que requería un volumen creciente de neumáticos.
El ministro de Hacienda Federico Pinedo, el presidente Justo y el
ministro de Agricultura Luis Duhau, ante el problema del comercio
exterior, según una caricatura de la época.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
MIGRACIONES INTERNAS Y CAMBIOS EN LA CLASE
OBRERA
La industrialización que se desarrolló durante los años treinta se localizó solo en determinadas áreas del territorio de la República Argentina: la zona metropolitana de Buenos Aires (integrada por la
Capital Federal y el Gran Buenos Aires) y algunos centros urbanos,
como Rosario y Córdoba. En otras regiones no hubo desarrollo industrial y, en el noroeste, por ejemplo, incluso descendió en forma
significativa el número de talleres artesanales existentes. En La Rioja, de los 1101 talleres que había antes de 1935 quedaron solo 156; lo
mismo sucedió en Salta, donde el número de talleres se redujo de
2297 a 241. Esto significó una considerable reducción de las actividades y de la oferta de trabajo para los habitantes de esa región.
En algunas zonas agrícolas y ganaderas de las provincias de Santa Fe, La Pampa, Entre Ríos y Córdoba —como consecuencia de la
reorganización del sector primario exportador— la actividad económica disminuyó considerablemente, y un gran número de trabajadores rurales quedó, también, sin empleo.
Estos cambios económicos provocaron profundas transformaciones en la sociedad argentina. Una de las más importantes se inició
con las migraciones internas. Muchos pobladores de algunas zonas
agrícolas y ganaderas de la región pampeana y de otras provincias
interiores abandonaron sus lugares de residencia ante la falta de trabajo y de perspectivas económicas. La mayoría se dirigió hacia las
ciudades del Gran Buenos Aires y del Litoral, en las que se estaban
concentrando las nuevas industrias. Durante la década de 1930, el
número de argentinos que vivía fuera de sus lugares de nacimiento
creció en un 25% respecto de períodos anteriores.
La afluencia de una gran cantidad de trabajadores de origen rural
a la actividad industrial provocó un profundo cambio en la composición de la clase obrera argentina. Los nuevos obreros, provenientes
del interior, tuvieron características diferentes de las de los viejos
obreros. Los recién llegados tenían escasa o ninguna experiencia
gremial y política. Los viejos obreros, en su mayoría de origen europeo, en cambio, estaban incorporados a la actividad industrial desde principios de siglo, habían organizado una actividad sindical y
muchos de ellos participaban en partidos políticos.
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27
Censo industrial y
origen de los
migrantes
Según el censo industrial
realizado en 1935, esta rama
de la actividad económica
ocupaba a 80.000 trabajadores que constituían cerca del
17% del personal obrero
argentino. El 92% de obreros
textiles se encontraban en
la zona comprendida a
20 kilómetros de la plaza
Congreso; y el 87% de la
producción textil nacional
se fabricaba en la Capital
Federal y sus alrededores.
Para 1938, Buenos Aires
concentraba el 62% de
establecimientos manufactureros, el 71% del total de
obreros y empleados, el 64%
de la fuerza motriz y el 73%
del total de la producción.
El proceso migratorio
movilizó a un gran número de
personas de diferentes
provincias del país: Santa Fe,
Córdoba y Entre Ríos
aportaron el 50% de la
población migrante. De La
Pampa emigró el 37% de la
población. De las provincias
por entonces más pobres,
como San Luis, emigró el 35%;
de La Rioja, el 42%; de
Catamarca, el 31%; de
Corrientes, el 28%; y de
Santiago del Estero, el 26%. • |
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La creación de la CGT
El Programa
de la CGT en 1931
En 1931 la CGT dio a
conocer un petitorio por
medio del cual reclamaba:
“1. Reconocimiento de los
sindicatos. 2. […] 8 horas de
trabajo para adultos
en trabajos diurnos y
6 horas en trabajos nocturnos e industrias insalubres;
cinco días de trabajo
semanal y vacaciones
anuales pagas. 3. Derecho a
un seguro de vida y seguro
social. Salario mínimo fijado
periódicamente por
comisiones formadas por los
sindicatos obreros y
empresarios. Seguro de
desempleo, vejez y maternidad. 4. Intervención obrera
en organismos del Estado.
5. Defensa de la infancia,
educación pública, laica y
gratuita hasta los 14 años,
solicitando al Estado la
provisión gratuita de
alimentos, vestidos y útiles
necesarios para la enseñanza […]. 8. Establecimiento de
una ley de accidentes de
trabajo. 9. Estabilidad para
los trabajadores del Estado.
10. Fijación (razonable) de
los alquileres y construcción
de viviendas por cuenta del
Estado y las municipalidades. 11. Derogación de la
Ley de Residencia”. • |
Historia 2.indd 28
Durante la década de 1930, la situación económica y social de los trabajadores no varió significativamente en relación con la de años anteriores. Las condiciones de trabajo, en la mayoría de los casos, eran
fijadas por los patrones. No había convenios de trabajo, por lo que los
empresarios podían manejarse con un amplio margen de arbitrariedad. En los casos en los que existían convenios laborales, los patrones raramente los aceptaban. El Estado tampoco se mostraba interesado en hacer cumplir las leyes que protegían a los trabajadores de
los abusos empresariales. Los socialistas, a través de sus representantes en el Congreso, impulsaron iniciativas tendientes a mejorar
las condiciones de trabajo. Pero sus proyectos para establecer indemnizaciones por despidos, vacaciones pagas y licencias por enfermedad no fueron aprobados por la mayoría conservadora.
Por otra parte, hacia 1930, en el movimiento obrero se diferenciaban dos sectores.
Por un lado, el sector “apolítico” que se apoyaba en los sindicatos y
que no creía en la eficacia de los partidos obreros, representado por la
USA (sindicalista revolucionaria) y la FORA (anarquista). Y, por otro,
el sector político, que sostenía la necesidad de organizar partidos obreros para luchar por la defensa de los intereses de los trabajadores. En
esta línea estaban la COA (socialista) y la CUSA (comunista).
A pesar de sus diferencias ideológicas, en 1930 la COA y la USA
se unificaron y organizaron la Confederación General del Trabajo
(CGT). El derrocamiento de Yrigoyen y la instauración de la dictadura militar de Uriburu, que reprimió con dureza a las organizaciones
obreras, plantearon a sus dirigentes la necesidad de unificar el movimiento obrero.
Frente a los problemas sociales, los gobiernos conservadores oscilaron entre la represión y la indiferencia. La persecución política y
sindical fue la primera reacción del nuevo régimen oligárquico frente a las demandas de los trabajadores. Se produjeron numerosas deportaciones de obreros extranjeros, y los encarcelamientos y la tortura fueron prácticas habituales.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
29
Las relaciones entre el movimiento obrero y el Estado
A partir de 1935, junto con el crecimiento de la actividad industrial,
aumentó de modo considerable el número de huelgas. Los conservadores —sin dejar de lado la represión— comenzaron a buscar otro
tipo de soluciones para resolver los conflictos: la intervención del
Estado en los problemas laborales. A través del Departamento Nacional del Trabajo, el Estado intervino como árbitro o mediador en
las huelgas. Las intervenciones estatales se concentraron en los conflictos que ponían en peligro el normal desenvolvimiento de las exportaciones, como el de los ferrocarriles y el del puerto.
Durante la dictadura de Uriburu (1930-1932), los anarquistas y
los comunistas fueron víctimas de una dura represión, hasta entonces desconocida, que obligó a los militantes a vivir en la clandestinidad. Los anarquistas nunca pudieron recuperarse y su influencia
comenzó a declinar cada vez más. Los comunistas retomaron su actividad solo después del alejamiento de Uriburu. La ley marcial, el
estado de sitio y una política de represión generalizada fueron el signo político de estos tiempos. Las actividades sindicales eran vistas
como peligrosas para los intereses del Estado. En muchos casos, los
movimientos huelguísticos u otras demandas sindicales eran interpretados como hechos delictivos y pasibles de ser resueltos por las
autoridades policiales.
Sin embargo, en el gobierno de Uriburu existieron dos tendencias
en relación con el modo de tratar los problemas sociales. La más
dura planteaba que no debían atenderse los reclamos de la clase
obrera: en el mejor de los casos se los toleraría y, en el peor, se los
reprimiría. La otra tendencia entendía que ya habían pasado los
tiempos en que las cuestiones sociales solo se resolvían por la represión. Este punto de vista sostenía que era necesario encontrar canales de negociación con el movimiento obrero. Bajo la dirección de
Eduardo Maglione, el Departamento Nacional del Trabajo adoptó
esta segunda tendencia. En varios conflictos, Maglione impulsó el
cumplimiento de algunas leyes laborales, acuerdos y arbitrajes. Durante los casi diez meses de su gestión, el Estado comenzó a practicar una política de intervencionismo social que luego se extendió a
lo largo de toda la década y hasta 1943.
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En la imagen, la tapa de la
revista Actualidad, publicada
en diciembre de 1935,
expresaba la necesidad de
organización y lucha por parte
de la clase obrera.
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30
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
CULTURA Y SOCIEDAD EN UNA ÉPOCA DE CRISIS
Exclusión social,
delincuencia y
política
Durante la década de 1930,
en las grandes ciudades se
incrementó de manera
notable la criminalidad.
Además de la delincuencia
individual y en pequeña
escala, comenzaron a actuar
bandas organizadas al estilo
de la mafia italiana. La ciudad
de Rosario, que había atraído
a un gran número de
inmigrantes cuando la
actividad exportadora
florecía, se vio asolada por la
acción de grupos cuyos
principales negocios eran los
secuestros extorsivos, la
prostitución y el juego
clandestino. La delincuencia
también estaba asociada al
poder político. Algunos
dirigentes utilizaban
pistoleros tanto para
controlar sus negocios
clandestinos particulares
como para manejar a su
antojo los actos comiciales
fraudulentos. El más célebre
de estos pistoleros fue Juan
Ruggero, alias “Ruggerito”,
que trabajaba para el
caudillo de Avellaneda,
Alberto Barceló. Los años de
crisis vieron crecer aceleradamente el negocio de la
prostitución, organizado por
grupos mafiosos, como la Zwi
Migdal, una banda de
rufianes polacos que
“importaba” mujeres de
Europa oriental. Los prostíbulos proliferaron en las
grandes ciudades, en
particular, en los suburbios de
Buenos Aires, amparados por
las autoridades políticas. • |
La década de 1920 había sido para la sociedad argentina un tiempo
de cambios acelerados. En la ciudad de Buenos Aires se había registrado un notable ascenso social de los sectores populares urbanos.
Muchos hijos de inmigrantes progresaron instalando un pequeño comercio, ocupando un puesto público, incorporándose a la actividad política o estudiando en la universidad. Este acelerado proceso de cambio social se reflejó también en los barrios de la ciudad.
Surgieron nuevos barrios y otros cambiaron de aspecto. Algunos,
como Flores o Belgrano, alejados del centro, crecieron como ampliación de antiguos pueblos. En cada barrio se fue delineando un perfil social definido. Los barrios fabriles, como Parque Patricios, Pompeya o Boedo, y los cercanos al puerto, como la Boca, Barracas o San
Telmo, tuvieron un perfil claramente obrero. Otros fueron lugares
tradicionales de los sectores medios, como Villa Urquiza, Devoto, el
norte de Palermo y el norte de Belgrano. El barrio Norte fue, sin
duda, un lugar exclusivo de las familias más ricas de Buenos Aires;
allí residieron en sus lujosas viviendas, con sus parques y palacetes
de estilo francés.
A comienzos de la década de 1930 quedaron atrás los años de prosperidad y expectativas. Había que convivir con la crisis y la depresión
económica, la interrupción del proceso democrático, el fraude electoral y los negociados. Para muchos, en particular para los sectores medios y obreros, fueron años de desesperanza y escepticismo.
La desocupación afectó a muchos argentinos, que por primera
vez tenían serias dificultades para encontrar trabajo en un país en
el que, hasta ese momento, la demanda de mano de obra siempre
había superado a la oferta.
Una familia obrera. Revista La
Hora, 15 de octubre de 1941.
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CAP. 1 | LA DÉCADA DE 1930: CRISIS ECONÓMICA Y REORGANIZACIÓN OLIGÁRQUICA (1930-1943)
31
El tango
Escritores, artistas plásticos e intelectuales en general reflejaron en
su obra los sentimientos de una época sentida por muchos hombres
y mujeres como una de las más difíciles y sufridas de la historia conocida hasta entonces.
Sin duda, el tango fue una de las manifestaciones de la cultura
popular que mejor expresó estos cambios. En un principio se trató
de una música que solo se bailaba, característica de los barrios más
populares de la ciudad de Buenos Aires. Los prostíbulos de los barrios del sur y los patios de los conventillos fueron los ámbitos en los
que se fue formando el tango. Desde entonces se convirtió en un elemento de la cultura y de la sociedad porteñas de aquellos años.
El tango en la década de los años treinta expresó los sentimientos
de desesperanza característicos de la época. El letrista de tango que mejor interpretó estas sensaciones fue Enrique Santos Discepolo. En sus tangos Cambalache, Uno y Yira Yira, criticó con
dureza los tiempos de crisis por los que transitaba
la Argentina. Poco después, el tango dejó de ser
una expresión musical exclusiva de los barrios y
sectores sociales humildes y comenzó a ser aceptado por las familias de la elite quienes, en un principio, lo rechazaron por considerarlo una danza
obscena, inadecuada para la “gente decente”. En
los cabarets del centro de la ciudad, influenciados
por la cultura francesa, y en los salones de fiestas,
las orquestas típicas tocaban tangos refinados, con
mayor riqueza armónica y sonora que la de las primeras composiciones.
La música popular urbana recibió el aporte
de músicos de conservatorio, como Julio de
Caro y Osvaldo Fresedo. El tango comenzó a ser una expresión
artística que reunió
elementos de la cultura popular y de las
elites tradicionales.
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Desde las calles de los
arrabales, el tango llegó a ser
un ritmo aceptado en los
salones de las familias de altos
ingresos.
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32
CAP. 1
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
SOBRE EL GOLPE CÍVICO MILITAR DE 1930
DOCUMENTO
1
Buenos Aires, 6 de
septiembre de
1930. Teniente
General Uriburu,
Comandante en
Jefe del Ejército y
Presidente del
Gobierno
provisorio.
Proclama golpista
del general José
Félix Uriburu.
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PROCLAMA DEL GENERAL JOSÉ FÉLIX URIBURU
¡Al pueblo de la Capital! Respondiendo al clamor del pueblo y con el patriótico apoyo
del Ejército y de la Armada, hemos asumido el Gobierno de la Nación.
Exponentes del orden y educados en el respeto de las leyes y de las instituciones,
hemos asistido atónitos al proceso de desquiciamiento que ha sufrido el país en los
últimos años.
Hemos aguardado serenamente con la esperanza de una reacción salvadora, pero
ante la angustiosa realidad que presenta el país al borde del caos y de la ruina, asumimos ante él la responsabilidad de evitar su derrumbe difinitivo.
La inercia y la corrupción administrativa, la ausencia de justicia, la anarquía universitaria, la improvisación y el despilfarro en materia económica y financiera, el favoritismo deprimente como sistema burocrático, la politiquería como tarea primordial de gobierno, la acción destructora y denigrante en el Ejército y en la Armada, el
descrédito internacional logrado por la jactancia en el desprecio por las leyes y por
las actitudes y las expresiones reveladoras de una incultura agresiva, la exaltación
de lo subalterno, el abuso, el atropello, el fraude, el latrocinio y el crimen son apenas
un pálido reflejo de lo que ha tenido que soportar el país.
Al apelar a la fuerza para libertar a la Nación de este régimen ominoso, lo hacemos inspirados en un alto y generoso ideal. Los hechos, por otra parte, demostrarán
que no nos guía otro propósito que el bien de la Nación. [...]
Debe entenderse, sin embargo, bien claramente que, para asegurar el orden y la
normalidad, el Gobierno provisorio procederá con prudencia pero con una inquebrantable energía, porque el país ha sufrido demasiado para que el sacrificio sea
estéril.
Ajeno en absoluto a todo sentimiento de encono o de venganza, tratará el Gobierno provisorio de respetar todas las libertades, pero reprimirá sin contemplación cualquier intento que tenga por fin estimular, insinuar o incitar a la regresión.
La medida de la libertad queda, pues, librada al espíritu patriótico de los ciudadanos y al buen sentido de los habitantes del país.
No nos anima ni nos mueve ningún interés político, no hemos contraído compromisos con partidos o tendencias. Estamos por lo tanto colocados en un plano superior y
por encima de toda finalidad subalterna [...].
El Gobierno provisorio inspirado en el bien público y evidenciando los patrióticos
sentimientos que lo animan proclama su respeto a la Constitución y a las leyes fundamentales vigentes y su anhelo de volver cuanto antes a la normalidad, ofreciendo a
la opinión pública las garantías absolutas, a fin de que a la brevedad posible pueda
la Nación, en comicios libres, elegir sus nuevos y legítimos representantes. Además
los miembros del Gobierno provisorio contraen ante el país el compromiso de honor
de no presentar ni aceptar el auspicio de su candidatura a la Presidencia de la República. [...]
La indispensable disolución del actual Parlamento obedece a razones demasiado
notorias para que sea necesario explicarlas. La acción de una mayoría sumisa y servil
ha esterilizado la labor del Congreso y ha rebajado la dignidad de esa elevada representación pública.
Las voces de la oposición que se han alzado en defensa de los principios de orden
y altivez en una y otra Cámara han sido impotentes para levantar a la mayoría de su
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
postración moral y para devolver al cuerpo de que formaban parte, el decoro y el respeto definitivamente perdido ante la opinión.
Invocamos, pues, en esta hora solemne, el nombre de la Patria y la memoria de los
Próceres que impusieron a las futuras generaciones el sagrado deber de engrandecerla; y en alto la Bandera, hacemos un llamado a todos los corazones Argentinos,
para que nos ayuden a cumplir ese mandato con honor.
ACORDADA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN, LEGITIMANDO EL GOLPE DE ESTADO DE 1930
10 de septiembre de 1930, Corte Suprema de Justicia de la Nación
En Buenos Aires, a diez días de septiembre de mil novecientos treinta, reunidos en
acuerdo extraordinario los señores ministros de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, doctores D. José Figueroa Alcorta, D. Roberto Repetto, D. Ricardo Guido Lavalle, D. Antonio Sagarna y el señor Procurador General de la Nación, doctor Horacio
Rodríguez Larreta, con el fin de tomar en consideración la comunicación dirigida por
el señor presidente del Poder Ejecutivo Provisional, teniente general D. José F. Uriburu, haciendo saber a esta Corte la constitución de un gobierno provisional para la
Nación, dijeron:
1.º Que la susodicha comunicación pone en conocimiento oficial de esta Corte Suprema la constitución de un gobierno provisional emanado de la revolución triunfante del 6 de septiembre del corriente año.
2.º Que ese gobierno se encuentra en posesión de las fuerzas militares y policiales
necesarias para asegurar la paz y el orden de la Nación, y por consiguiente para proteger la libertad, la vida y la propiedad de las personas, y ha declarado, además, en
actos públicos, que mantendrá la supremacía de la Constitución y de las leyes fundamentales del país en el ejercicio del poder.
Que tales antecedentes caracterizan, sin duda, un gobierno de hecho en cuanto a
su Constitución, y de cuya naturaleza participan los funcionarios que lo integran actualmente o que se designen en lo sucesivo con todas las consecuencias de la doctrina de los gobiernos “de facto” respecto de la posibilidad de realizar válidamente los
actos necesarios para el cumplimiento de los fines perseguidos por él.
Que esta Corte ha declarado, respecto de los funcionarios de hecho, “que la doctrina constitucional e internacional se uniforma en el sentido de dar validez a sus actos, cualquiera que pueda ser el vicio o deficiencia de sus nombramientos o de su
elección, fundándose en razones de policía y de necesidad y con el fin de mantener
protegido al público y a los individuos cuyos intereses puedan ser afectados, ya que
no les sería posible a estos últimos realizar investigaciones ni discutir la legalidad de
las designaciones de funcionarios que se hallan en aparente posesión de sus poderes
y funciones —Constantineau, “Public Officers and the Facto Doctrine”, Fallos: tomo
148, página 303—.
Que el gobierno provisional que acaba de constituirse en el país es, pues, un gobierno “de facto” cuyo título no puede ser judicialmente discutido con todo éxito por
las personas en cuanto ejercita la función administrativa y policial derivada de su posesión de la fuerza como resorte de orden y de seguridad social.
Que ello no obstante, si normalizada la situación, en el desenvolvimiento de la acción del gobierno “de facto”, los funcionarios que lo integran desconocieran las garantías individuales o las de la propiedad u otras de las aseguradas por la Constitución, la Administración de Justicia encargada de hacer cumplir esta las restablecería
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CAP. 1
33
DOCUMENTO
2
J. Figueroa
Alcorta, Roberto
Repetto, R. Guido
Lavalle, Antonio
Sagarna; Horacio
Rodríguez Larreta.
Raúl Giménez
Videla, secretario.
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34
CAP. 1
DOCUMENTO
3
“El manifiesto del
gobierno
provisional”, en
revista católica
Criterio,octubre
de 1930.
DOCUMENTO
4
Clodomiro Zavalía,
“El cambio de la
situación política”,
en Revista de
economía
argentina,
septiembre de
1930.
DOCUMENTO
5
Marcelo Torcuato
de Alvear,
declaraciones
realizadas en París.
DOCUMENTO
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
en las mismas condiciones y con el mismo alcance que lo habría hecho con el Poder
Ejecutivo de derecho.
Y esta última conclusión, impuesta por la propia organización del Poder Judicial,
se halla confirmada en el caso por las declaraciones del gobierno provisional, que al
asumir el cargo se ha apresurado a prestar el juramento de cumplir y hacer cumplir
la Constitución y las leyes fundamentales de la Nación, decisión que comporta la
consecuencia de hallarse dispuesto a prestar el auxilio de la fuerza de que dispone
para obtener el cumplimiento de las sentencias judiciales.
En mérito de estas consideraciones, el Tribunal resolvió acusar recibo al gobierno
provisional en el día de la comunicación de referencia mediante el envío de la nota
acordada, ordenando se publicase y registrase en el libro correspondiente, firmando
por ante mí de que doy fe.
LA REVISTA CATÓLICA CRITERIO
El régimen depuesto, elegido bajo el imperio de la Constitución y por el mecanismo
de la Ley Sáenz Peña, fue pernicioso y nefasto, tanto por los hombres que lo integraban —los cuales, a su modo, respetaban la Constitución— como por haber llegado al
poder por el camino del comicio, en justas todo lo democráticas que se quiera, y legales hasta por ahí nomás, pero cuyos resultados, para cualquier mentalidad bien organizada, no podían llamar a sorpresa.
UN POLÍTICO CONSERVADOR
Muy lejos de haber sido el motín de cuartel que tanto ha perjudicado el buen nombre
del continente sudamericano, el movimiento del 6 de septiembre de 1930 no ha presentado tampoco las características de las distintas revoluciones realizadas en el
país. Se ha derribado un gobierno —aunque resulte paradojal decirlo— para salvar
el orden constitucional. Se ha dicho con propiedad estos días que ha sido la acción
conjunta del pueblo hecho ejército y del ejército hecho pueblo. Tal es, sin duda, la fórmula exacta. El perfeccionamiento democrático exigía la remoción de un obstáculo,
y ese obstáculo ha desaparecido.
EL DIRIGENTE RADICAL ANTIPERSONALISTA MARCELO T.
DE ALVEAR
Yrigoyen ha jugado con el país. Socavó su propia estatua y deshizo al Partido Radical,
lo que explica que los enemigos más encarnizados del jefe inepto sean los verdaderos radicales.
Los argentinos deben tener eterna gratitud a los hombres que en un momento
dado se jugaron para ponerse al frente de la reacción y producir lo que era un anhelo
general y casi unánime.
6
CARTA DE RENUNCIA DE MANUEL ORTIZ PEREIRA AL
CARGO DE FISCAL
Manuel Ortiz
Pereira, Buenos
Aires, 15 de
septiembre de 1930.
Al Sr. Tte. Gral. D. José Uriburu Presidente del gobierno provisorio:
En la imposibilidad moral de actuar como Fiscal acusador de los militares o civiles
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
CAP. 1
35
que defendieron con las armas al gobierno legítimo contra los revolucionarios que
resultaron triunfantes el día 6 del corriente; pero acatando el nuevo estado de cosas
y con el ánimo dispuesto a trabajar entre los radicales para que cesen sus prevenciones a fin de tranquilizar el país y de que pueda volver, cuanto antes, a la normalidad
constitucional, presento al Sr. Presidente mi renuncia irrevocable del cargo de Fiscal
Federal.
Ruego al Sr. Presidente me conceda la gracia de distinguir mi actuación pública y
privada frente a la de tantos funcionarios que han ocupado altas posiciones solo para
enriquecerse y ensoberbecerse. Me retiro, señor, jactándome de haber sido un decidido y paciente servidor del público y proclamando, con orgullo, que entré rico y salgo pobre.
Saludo al señor Presidente con alta consideración.
SOBRE EL FRAUDE ELECTORAL
DECRETO DE VETO DEL GOBIERNO DE URIBURU A LOS
CANDIDATOS DE LA UCR
Considerando:
Que emanando de la revolución los poderes del gobierno provisional, está este en
el deber de cumplir su mandato hasta el fin.
Que el mayor peligro para el país que se oponía a la realización conjunta el 8 de
noviembre de las elecciones presidenciales con las convocadas el 8 de mayo era el
de que pudieran volver al Gobierno, mediante maniobras, engaños y simulaciones,
hechas para sorprender la buena fe del electorado, los hombres que actuaron, sostuvieron y se solidarizaron con el régimen depuesto el 6 de septiembre y que habían
llevado a la República al desprestigio y al borde de la ruina.
[…] Que la historia enseña que en los grandes movimientos triunfantes por las armas y el apoyo popular, que llevan consigo una transformación política y una depuración social es indispensable impedir y se ha impedido en todos los casos que los
elementos constitutivos y factores principales del sistema que se destruyó sean conocidos con personería jurídica para volver a ocupar posiciones que les permitan una
reacción a fin de reconstituir lo derrocado.
Así, en lo que respecta a nuestro país, esa norma se ha cumplido y fue proclamada
desde el decreto del 3 de diciembre de 1810, que excluía de toda función pública, por
enemigos de la revolución, a los que no fueran criollos, hasta el veto con que el general Mitre desde la presidencia de la República fulminara las candidaturas “reaccionarias como la de Urquiza y Alberdi, a las de contrabando como la de Adolfo Alsina”.
[…] Que además de la inhabilidad constitucional del doctor Alvear para ser candidato a presidente median otros hechos que ponen de manifiesto que su elección significaría una burla a nuestro sistema republicano y la más inadmisible expresión del
personalismo, de oligarquía y de perpetuación en el poder que registra la historia de
la Argentina organizada. El año 1916 fue elegido el señor Yrigoyen; el año 1922 el señor Yrigoyen entregó la presidencia a su correligionario el doctor Alvear; en 1928 el
doctor Alvear devuelve la presidencia a su correligionario el señor Yrigoyen, y ahora
que este fue derrocado por la revolución apoyada por el pueblo, los correligionarios
solidarizados con el señor Yrigoyen lo proclaman de nuevo al doctor Alvear. Si esto
último se admitiera y si el candidato triunfara, habríase producido el caso más abusi-
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DOCUMENTO
7
Gobierno
Provisional, 24 de
julio de 1931.
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36
CAP. 1
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
vo de personalismo oligárquico con la perpetuación en el poder de dos personas durante veinte años, que se han trasmitido sucesivamente el Gobierno. Eso repugna al
sistema republicano, a la democracia y a la Constitución Argentina.
Los considerandos expuestos y los que fundamentan el acuerdo del 24 de julio de
1931 comprenden al doctor Güemes por haberse solidarizado con el régimen depuesto, presidido con el doctor Alvear la pretendida reorganización de los elementos
derrocados por la revolución y participado en actos tendientes a desvirtuar sus fines
y anular sus resultados.
DOCUMENTO
8
Unión Cívica
Radical, 27 de
octubre de 1931.
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MANIFIESTO DE LA UNIÓN CÍVICA RADICAL AL PUEBLO
ANTE EL LLAMADO A ELECCIONES POR PARTE DEL
GOBIERNO DE URIBURU
El gobierno de hecho ha comunicado a la Unión Cívica Radical que efectuará las
próximas elecciones de noviembre con la prescindencia de la Ley, para darse un sucesor por medio de la fuerza. No significa otra cosa la nota que, en nombre del Poder
Ejecutivo firma el Señor Ministro del Interior, al contestar la que esta Mesa le enviara
pidiendo comicios limpios para elegir autoridades legales. Al negar la derogación de
decretos violatorios de las garantías cívicas, el gobierno cierra el comicio a nuestro
partido.
Necesitamos, pues, explicar a la Nación lo que significa para las instituciones este
acto insólito. […]
Desde el 6 de septiembre de 1930, el gobierno de hecho empezó a descender por
una pendiente que está protocolizada en decretos, comunicaciones y discursos que
la historia recogerá como documentos excepcionales de la evolución argentina. […]
Mas ahora, después de la nota del Señor Ministro del Interior, hemos llegado al
momento en que el gobierno de hecho, arrinconado por la fuerza civil del radicalismo, rehúye el combate en el terreno de la razón pública y de las instituciones patrias,
despojándose del manto de ficción legal con que durante un año se cubriera.
Eso es, precisamente, lo que la Unión Cívica Radical necesitaba para mostrar al
pueblo argentino, en toda su horrible desnudez, la verdad de la hora política en que
vivimos, y para que los demás partidos y todos los ciudadanos sepan a qué especie de
elecciones se los convoca. […]
Nada hay en ello que demuestre respeto al espíritu ni a la letra de la Constitución,
a todo lo que fue el ideal del pueblo argentino durante el siglo de contiendas por la
democracia.
[…] No es la tradición de Mayo y de la Constituyente, no es en los paladines militares de la magna epopeya, no es en el pensamiento civil de Moreno, de Echeverría, de
Alberdi, de Sarmiento, de Sáenz Peña en donde se hallan los hontanares de las fuerzas regresivas predominantes en la Argentina oficialista de hoy.
[…] La libertad de sufragio conquistada por la Unión Cívica Radical para el pueblo
argentino desalojó del gobierno a una oligarquía ya caduca. La nueva Argentina, que
llegó al gobierno con la Unión Cívica Radical, impuso orientaciones populares, que
hirieron otros intereses de casta o de gremio solidarizados hoy con la resucitada
oligarquía.
Los sucesos del 6 de septiembre han conducido a sus autores de la agresión contra
el partido que los venció en lucha real, a una agresión contra el pueblo y sus instituciones civiles.
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
El espíritu del radicalismo, que es el espíritu de Mayo y de la Constituyente, palpita no solo en la reforma electoral, contra la oligarquía política, sino también en la
reforma universitaria, contra la oligarquía doctoral, y en la reforma obrera, contra la
oligarquía económica. Esas tres fuerzas reaccionarias, de filiación exótica o anacrónica, son las que se han unido contra la Unión Cívica Radical, apoyándose en prejuicios virreinales y en ambiciones entorchadas. Las líneas están así tendidas, y el pueblo lo sabe.
Por eso la Unión Cívica Radical se siente hoy más fuerte que nunca; fortaleza del
número para el comicio del que se la excluye y fortaleza del espíritu para la historia
de la que nadie podrá excluirla.
Los hombres libres y los partidos que se dicen democráticos se hallan en una encrucijada decisiva; o se pondrán a nuestro lado para defender los derechos del pueblo, o se resignarán a participar en una parodia. […]
[…] En la iniquidad que denunciamos, el radicalismo se exalta y purifica como un
leño en la llama. La prueba a que se nos somete es nuestra justificación ante la
historia.
La Unión Cívica Radical no vive de anécdotas electorales ni de días burocráticos,
sino de ideales heroicos y de lustros históricos. Nuestro es el porvenir, porque la juventud y el pueblo están con nosotros.
PASTORAL DEL EPISCOPADO DE LA IGLESIA CATÓLICA
ARGENTINA POCO ANTES DE LAS ELECCIONES
NACIONALES DE 1931
I. Los que tienen derecho a votar están obligados, por regla general, a ejercitar su derecho, siempre que no se interponga algún obstáculo de gravedad proporcional a la
importancia de la religión. Porque la abstención se convertiría en complicidad y en
responsabilidad ante Dios, siempre que ella pueda contribuir al triunfo de un candidato indigno o a la derrota de un candidato notablemente mejor.
II. Entre varios candidatos o listas aceptables, desde el punto de vista católico, se
ha de votar por los que, en conciencia, parezcan más aptos para procurar el mayor
bien de la religión y de la patria, aunque no pertenezcan al partido propio. Porque el
bien público es superior al bien del partido.
III. Cuando todos los candidatos o listas que se presenten sean inaceptables, desde
el punto de vista católico, se ha de votar por los menos inaceptables, de cuya actuación se pueden temer menos perjuicios para la religión y para la patria. En este caso,
se evitará el peligro de escándalo, sobre todo en el período de propaganda electoral,
con oportunas reservas sobre el carácter circunstancial de la adhesión prestada sin
aprobar el programa total.
IV. Ningún católico puede afiliarse a partidos o votar a candidatos que inscriban en
sus programas los principios siguientes:
1. La separación de la Iglesia y del Estado en el sentido antes explicado.
2. La supresión de las disposiciones legales que reconocen los derechos de la religión y, particularmente, del juramento religioso y de las palabras en que nuestra
Constitución invoca la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia; porque tal
supresión equivale a una profesión pública y positiva de un ateísmo nacional.
3. El laicismo escolar.
4. El divorcio legal.
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CAP. 1
37
DOCUMENTO
9
“Pastoral del
Episcopado
argentino”, en
revista Criterio,
noviembre de
1931.
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38
CAP. 1
DOCUMENTO
10
La Vanguardia, 16
de noviembre de
1931.
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
DENUNCIA DEL PARTIDO SOCIALISTA POR FRAUDE EN
LAS ELECCIONES CONVOCADAS POR EL GOBIERNO DE
URIBURU EN 1931
[…] Está en la conciencia de todo el país que los comicios de Buenos Aires y Mendoza son nulos de toda nulidad, y esa conciencia estaba formada con anterioridad a la
elección misma, y se basaba en la inconducta de los interventores federales. Con
todo, los hechos superaron las previsiones más pesimistas.
No bastaba la sustracción de millares y millares de libretas de enrolamiento a fin
de impedir el ejercicio del voto a los ciudadanos no adictos a la candidatura oficial.
La incertidumbre del triunfo […] empujó al oficialismo al vuelco de los padrones y
para realizar la innoble tarea arrojó por la fuerza a los fiscales de los comicios. Libres
de todo control, los presidentes cumplieron “lealmente” las órdenes recibidas: suprimieron el cuarto oscuro, obligaron a declarar por quién votaba el elector, y cuando
este se negaba a complacerlos le devolvían la libreta con la palabra “votó”, colocando ellos mismos en la urna la boleta oficial. […].
SOBRE LAS INVERSIONES EXTRANJERAS EN LA DÉCADA
DE 1930
DOCUMENTO
11
Lisandro de la
Torre, 28 de julio
de 1933.
Historia 2.indd 38
DISCURSO DE LISANDRO DE LA TORRE EN EL SENADO
DE LA NACIÓN SOBRE LA FIRMA DEL PACTO ROCARUNCIMAN
[…] Alguna explicación hay que buscar ante el hecho enorme de que en la
Argentina podrán trabajar persiguiendo lucro privado las empresas extranjeras, y
no lo podrán las empresas nacionales. El informante decía ayer: “el Gobierno inglés
quiere” o “el Gobierno inglés no quiere” [...] y eso que el Gobierno inglés quiere o no
quiere se refiere a cosas que pertenecen a la República Argentina y deberían ejecutarse por el Gobierno argentino.
El Gobierno inglés dice: le permito que fomente la organización de los frigoríficos
cooperativos y no le permito que fomente la organización de compañías individuales
que les hagan competencia a los frigoríficos extranjeros. En estas condiciones no podría decirse que la Argentina se haya convertido en un dominio británico, porque Inglaterra no se tomó la libertad de imponer a los Dominios británicos semejantes
humillaciones.
Los Dominios británicos tienen cada uno su cuota y la administran ellos [...]. La Argentina es la que no podrá administrar su cuota. Lo podrá hacer Nueva Zelanda, lo
podrá hacer Australia. Lo podrá hacer Canadá, lo podrá hacer hasta África del Sur. Inglaterra tiene respeto a esas comunidades de personalidad internacional restringida
que forman parte de su Imperio, más respeto que por el Gobierno argentino. No sé si
después de eso podremos seguir diciendo: “¡Al Gran Pueblo Argentino, Salud!”
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
LISANDRO DE LA TORRE CONTRA LOS FRIGORÍFICOS
EXTRANJEROS EN EL “DEBATE DE LAS CARNES”
Estoy solo enfrente de una coalición formidable de intereses; estoy solo enfrente
de empresas capitalistas que se cuentan entre las más poderosas de la Tierra; estoy
solo enfrente de un gobierno cuya mediocridad en presencia del problema ganadero
asombra y entristece; y así, solo, me batiré en defensa de una industria argentina esquilmada e inerme, como me batí hace diez años en defensa de la industria de la yerba mate, que dos ministros poderosos habían condenado a morir [...]. Nada sería el
daño que ha sufrido el prestigio del gobierno, si en adelante pudiera evitarse que
continúe el otro daño, que hiere de muerte a la fuente de riqueza más importante de
la Nación, enfeudada conscientemente al interés del capitalismo extranjero.
JULIO V. GONZÁLEZ CONTRA EL CAPITAL EXTRANJERO
Y SUS ALIADOS LOCALES
El país tiene emboscada una “quinta columna”. La Nación se halla a merced del capital extranjero que opera en nuestro territorio. [...] La culpa no es de los que nos compran, sino de los que nos venden. Están enajenando lo inalienable, la independencia
económica de la Nación. [...] Estos saboteadores de la Nación pasan inadvertidos por
la propia importancia de sus cargos. Pero trabajan como los topos, en el subsuelo de
los poderes públicos y de la alta burocracia. Sus madrigueras están en los expedientes donde se incuba una concesión petrolera o un reglamento de servicio público o la
formación de una comisión asesora o un convenio de explotación mixta. [...] Son directores, vocales de comisiones económicas, jueces ”ad hoc” de tribunales arbitrales,
asesores técnicos, especialistas en esto o aquello, abogados, ingenieros, geólogos,
profesores universitarios, magistrados, parlamentarios, caudillos políticos.
[...] Ya el capital extranjero se ha apoderado de la producción de las carnes, con los
frigoríficos ingleses y norteamericanos; de los cereales, con la red de elevadores de
granos y con el control de la exportación por empresarios conocidos; del tráfico de
toda la República, con los ferrocarriles y la coordinación de transportes en poder de
los ingleses; de la energía eléctrica en manos de la Sofina; de los teléfonos, propiedad
del trust de la ITT; del gas, dominio inglés a punto de caducar por expiración de término, y que por la desvalorización que ha sufrido el producto, tal vez los señores de
esta industria nos dejen recuperar. ¿Qué nos queda a los argentinos? El petróleo —se
podrá responder— defendido por YPF, la obra más grande que haya logrado hasta
ahora el esfuerzo y la técnica del país. ¡Ilusiones! El petróleo, por el que desde hace
un cuarto de siglo luchan a muerte las potencias del mundo, está por entregarse también al capital extranjero. ¿Qué nos dejarán? ¿La riqueza todavía inexplotada de la
energía hidroeléctrica? Ya parece que se dan los primeros pasos para caer sobre ella.
¡Si hasta el monopolio del tráfico aéreo está en los cálculos del invasor extranjero!
¡Estamos invadidos! Hay que formar milicias cívicas para expulsar al invasor. Pero antes habremos de sanear la retaguardia. Limpiarla de entregadores. Destruir la quinta
columna.
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CAP. 1
39
DOCUMENTO
12
Declaración de
Lisandro de la
Torre,
DOCUMENTO
13
Julio V. González,
diputado nacional
por la Capital
Federal, electo en
1940 como
representante del
Partido Socialista.
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40
CAP. 1
DOCUMENTO
14
Miguel Ángel
Scenna, FORJA,
una aventura
argentina (De
Irigoyen a Perón).
Buenos Aires,
Editorial de
Belgrano, 1983.
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
DECLARACIÓN DEL GRUPO FORJA ANTE EL MONUMENTO
AL PRIMER MINISTRO DE GRAN BRETAÑA GEORGE
CANNING EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
F.O.R.J.A. Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina
RÉPLICA AL MONUMENTO
Jorge Canning escribía en 1824: “La América Española es libre, y si nosotros los ingleses manejamos nuestros negocios con habilidad, ella será inglesa”.
(Carta a Granville, citada por H. Temperley en “The later America Policy of George
Canning”).
Bajo su inspiración e instrucciones, la diplomacia inglesa nos segregó la Banda
Oriental del Uruguay y el Alto Perú. Los financieros ingleses Baring Brothers nos endeudaron sin arriesgar capitales. Los comerciantes ingleses se apoderaron del manejo de la moneda, de la tierra y del comercio exterior.
Cien años después, la obra de dominación ha quedado completada y
perfeccionada:
INGLESES son los medios de comunicación y transporte.
INGLESAS las empresas monopolizadoras del comercio exterior.
INGLESAS en su mayor parte las empresas de servicios públicos.
INGLESAS las más grandes estancias de la República.
INGLESAS las mejores tierras de la Patagonia.
INGLESAS todas las grandes tiendas.
INGLESAS todas las empresas que rinden dinero y están protegidas por el
Gobierno Argentino.
INGLESAS son las voluntades que manejan la moneda y el crédito desde el
Banco Central.
INGLESAS son las directivas a que obedece nuestra política exterior e interior.
INGLESAS “son” las Islas Malvinas y las Orcadas.
Los designios de Canning se han cumplido. Los negocios ingleses se han conducido
y se conducen con “habilidad”.
¡POR ESO CANNING TIENE UNA ESTATUA EN BUENOS AIRES!
CIUDADANO: Reflexione que tal esclavización de un pueblo —típico de toda política imperialista, cualquiera sea su bandera— operada arteramente durante un siglo
por Gran Bretaña, solo ha sido posible por la permanente y traidora entrega del país,
realizada por nuestra oligarquía.
En consecuencia, nuestra lucha de argentinos debe ser doble: contra el enemigo
extranjero que invade y contra el enemigo de dentro que entrega.
Y mientras el fascismo intenta la sustitución del coloniaje británico por el de otras
potencias, y el marxismo trabaja por destruir la Revolución Nacional, las direcciones
de la Unión Cívica Radical, empecinadas en su oportunismo electoralista, se oponen
a la línea de intransigencia y de lucha argentina.
F.O.R.J.A., expresión auténtica de la Unión Cívica Radical, desde su invariable posición de combate, concita al pueblo para la reconquista y defensa de su soberanía.
Año 1937
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
CAP. 1
41
SOBRE LA CRISIS ECONÓMICA DE 1930
ÁNGEL PERELMAN: LA VIDA COTIDIANA DE UN
TRABAJADOR EN TIEMPOS DE CRISIS
La palabra crisis que ese año surgió por primera vez no era una simple palabra para
mí. Cayó sobre mi cabeza como un verdadero martillazo. Mi padre, como tantos otros
miles de obreros, fue despedido de su trabajo. En los primeros años de la crisis, muchas fábricas cerraban y creaban verdaderos ejércitos de desocupados.
Aparecieron las “Villas Desocupación” y los “Barrios de las Latas” en Puerto Nuevo
[...]. La crisis económica me obligó a abandonar la escuela a los diez años, para ir a
trabajar como aprendiz en un taller metalúrgico.
La explotación capitalista y la lucha de clases las aprendí primero en esa fábrica
del año treinta que leyéndolas en los libros. Me pagaban un peso por día, pero eran
jornadas sin horario, salvo el de entrada, que era siempre el mismo. La hora de salida
la fijaba el patrón generalmente a las ocho de la noche. Fueron años duros. Toda la
felicidad de una familia obrera consistía —pese a los bajos salarios y la escasa fuerza
de la organización sindical— en conservar el trabajo, en tener empleo. Cuando venía
el despido, cosa que era frecuente, empezaban los largos días esperando en los cafés
del barrio. No faltaba nunca un amigo que tenía los diez centavos para tomar un pocillo de café, que era un medio de alquilar la mesa a la cual nos agregábamos unos
cuantos. Así pasábamos las horas los muchachos de esa época, pero nos íbamos a
acostar temprano porque a las cuatro de la mañana del día siguiente había que ir a la
Avenida de Mayo, donde se vendía y repartía el diario La Prensa, donde concurríamos,
cada uno, con la esperanza de comprar un ejemplar y encontrar en los clasificados de
”Pedidos” algún taller para ir a ofrecerse.
No era una tarea fácil, porque había que tomar tranvía y generalmente cuando
uno llegaba a la puerta de la fábrica había una larga cola. Era más simple para aquellos afortunados que tenían bicicleta, que se colocaban a la cabeza de la cola: eran
los tiempos de los desesperados, de los ingeniosos y de las pequeñas raterías. Un
amigo del barrio, durante mucho tiempo hizo razzias bien temprano recorriendo las
puertas sucesivas de una cuadra, levantando las botellas de leche. Se tomaba un litro
por día y el resto lo vendía. Si llegaba una enfermedad, no había más solución que
arrimarse a algún caudillo parroquial para que le consiguiera a uno muestras gratis
o autorización para obtener una cama en un hospital, cosa difícil de conseguir.
A la edad de catorce años y ya con cuatro de obrero, no pude menos que interesarme por la política. Como para no interesarme. Había muchas manifestaciones realizadas por los desocupados. Algunos partidos de izquierda protestaban por la miseria
reinante. Las asambleas sindicales, aunque escasas en número —porque los sindicatos carecían de fuerza en un período de desocupación— reunían a los trabajadores
más militantes y decididos. Yo empecé a concurrir a toda clase de reuniones y de actos. Una reunión sindical fue disuelta con violencia por la polícia y fui a parar a la Sección Especial. No me hicieron nada porque era casi un chico. Pero vi con mis propios
ojos cómo a un obrero le arrancaron una uña con una tenaza para que confesara y
delatara a sus compañeros del comité de huelga de una casa metalúrgica [...].
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DOCUMENTO
15
Ángel Perelman,
dirigente sindical,
Cómo hicimos el
17 de octubre.
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42
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
capítulo
2
LOS ORÍGENES DEL
PERONISMO (1943-1945)
EL AGOTAMIENTO DEL FRAUDE Y LAS
RESTRICCIONES EXTERNAS
La pérdida de legitimidad del sistema político
Escrutinio luego de un comicio
durante la “década infame”.
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A partir de 1930 y hasta 1943, un conjunto de factores contribuyó a
la progresiva pérdida de legitimidad del sistema político.
Por una parte, la práctica del fraude electoral y los hechos de corrupción en los que resultaron involucrados miembros de la dirigencia política debilitaron, frente a la ciudadanía, la capacidad de las instituciones
de la democracia para representar los intereses de los diferentes sectores sociales. Los partidos políticos —que actuaban en el marco de un conjunto de instituciones desprestigiadas— no estaban en condiciones de revertir este
proceso. En el plano político, un sentimiento de exclusión
se fue instalando en amplias franjas de la población.
Para los sectores sociales más numerosos, el Estado
volvía a tener las características, como hasta 1916, de
un conjunto de instituciones capturadas por la clase dirigente y sus aliados políticos y económicos, quienes las
utilizaban para garantizar la realización de sus intereses particulares. En un período de profundas transformaciones económicas y sociales, el sistema político ignoraba o desconocía las demandas y necesidades de la
mayoría de la sociedad argentina.
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
43
El impacto de la Segunda Guerra Mundial
Hacia mediados de la década, el estallido de la Segunda Guerra
Mundial hizo insoslayable continuar y profundizar la sustitución de
manufacturas industriales, ya que el conflicto bélico afectaba nuevamente los términos del intercambio establecidos por la división
internacional del trabajo. La guerra y el clima ideológico que generó
su desarrollo tanto en Europa como en América Latina contribuyeron también a que algunos sectores de la sociedad argentina —entre otros, un sector importante del Ejército— sostuvieran la necesidad del desarrollo de la industria nacional como un objetivo
estratégico.
Hacia 1945, la finalización de la guerra reabrió el debate sobre el
desarrollo futuro de la industrialización del país y enfrentó a los diferentes sectores capitalistas.
Para comprender mejor el proceso político que tuvo lugar en los años posteriores, es importante tener en cuenta que,
hacia 1945, el sistema productivo argentino estaba más diversificado que en 1930
y que se habían constituido nuevos actores
económicos y sociales también en el interior de los sectores capitalistas. Muchas de
las nuevas industrias habían sido desarrolladas por pequeñas y medianas empresas
de capital local, que se diferenciaban de
las del sector más concentrado de la burguesía industrial, compuesto por empresas y grupos de capital local y multinacional. Y los intereses de estas pequeñas y
medianas empresas no estaban representados por la UIA.
Por otra parte, las concentraciones urbanas en el área pampeana,
originadas por la industrialización, fortalecieron el mercado interno
y fomentaron el desarrollo de producciones agroindustriales de diferentes regiones del interior del país. Pero no todos estos productores e industriales consideraban que la SRA o la UIA representaban
sus intereses.
Historia 2.indd 43
Un periódico porteño anuncia
el estallido de la Segunda
Guerra Mundial.
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44
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
El golpe militar de 1943.
Página 58.
Documento 16
La división de
la CGT
Para la fecha del golpe
militar, la CGT se encontraba dividida: existía la
llamada “CGT Nro. 1”,
liderada por el ferroviario
José Domenech, que
respondía a la postura
sindical de separar la acción
sindical de la acción
política. En esta central
obrera, convivían socialistas,
sindicalistas y exanarcosindicalistas. La “CGT Nro. 2”
era, en cambio, el resultado
de una alianza entre un
sector socialista, partidario
de la acción político-sindical
(liderado por Francisco
Pérez Leiros y Ángel
Borlenghi, de los sindicatos
de empleados y obreros
municipales y de comercio,
respectivamente), y los
comunistas. Ambas centrales, aunque con cautela,
vieron positivamente el
golpe militar. La “CGT Nro. 1”
señaló el 11 de junio que,
dado que el gobierno
depuesto no había solucionado los problemas
económicos y no había
fomentado el retorno a la
legalidad constitucional, las
“nuevas autoridades
parecían estar legitimadas
por el consenso general”. • |
Julio Godio, El movimiento
obrero argentino, 1943-1955,
1991.
Historia 2.indd 44
EL GOLPE MILITAR DE 1943
El golpe militar del 4 de junio de 1943 se produjo en un clima social
de gran descontento y con una opinión pública agitada por la contienda bélica en Europa, que enfrentaba a los simpatizantes de los
Aliados con los del Eje. Una circunstancia política tuvo un papel decisivo en la gestación del golpe militar: el intento del presidente Castillo, cuyo mandato estaba próximo a expirar, de designar como su
sucesor al entonces presidente del Senado, Robustiano Patrón Costas.
La muerte de Marcelo T. de Alvear, en marzo de 1942, y la de
Agustín P. Justo, en enero de 1943, habían dejado a la clase dirigente tradicional sin dos de sus referentes más importantes. La intención de Castillo generó un profundo desagrado en sectores civiles y
militares: Patrón Costas era miembro de una familia de terratenientes azucareros salteños, propietaria del ingenio El Tabacal, y un partidario declarado del fraude. El periódico de extrema derecha que
sostenía su candidatura —La Fronda— consideraba el cuarto oscuro como un anacronismo y sostenía que el voto debía asumirse de
manera responsable y sin misterio.
La propuesta enfrentó a Castillo con otros conservadores que competían por la candidatura presidencial; con los radicales, que entendían que se intentaba consumar un nuevo fraude que los marginaba del poder; con los militares, que desconfiaban de la política
exterior del futuro gobierno, debido a que Patrón Costas evitaba pronunciarse en favor o en contra de la neutralidad; y con los partidos
de izquierda, por el perfil de aristócrata y gran propietario rural del
político salteño.
El 4 de junio de 1943, día en que los militares destituyeron a Castillo, grupos de
militantes nacionalistas incendiaron colectivos de la Compañía Inglesa de Transportes.
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
La intervención militar que destituyó al presidente Castillo, a la
que sus promotores llamaron “revolución”, contó con el apoyo de
sectores sumamente heterogéneos. Coincidieron nacionalistas y proaliados, germanófilos y liberales, dirigentes de la UCR y políticos
conservadores. La expectativa de muchos era que el nuevo gobierno
actuara frente a dos problemas: en el plano interno, que pusiera fin
a las prácticas fraudulentas y promoviese un pronto retorno a la legalidad constitucional; y, en el plano internacional, que se apartara
de la política de neutralidad, a la que los proaliados juzgaban como
un alineamiento encubierto con Alemania.
Las diferencias en el Ejército
LAS VOCES DE LOS
Ver
El presidente designado por los militares CONTEMPORÁNEOS
golpistas fue el general Arturo Rawson,
Los diferentes proyectos
quien formó un gabinete de ministros dentro del gobierno militar.
con filiaciones político-ideológicas muy Página 59.
contradictorias. Luego de dos días de di- Documentos 17 y 18.
fíciles negociaciones, Rawson no logró
imponer su equipo de ministros y, el 6 de junio, el mismo día
en que iba a asumir formalmente la presidencia, debió renunciar.
Entonces fue designado como presidente del gobierno provisional
el general Pedro Pablo Ramírez.
El sector militar de los coroneles del Ejército comenzó a tener mayor peso. Eran los oficiales de más jerarquía con mando directo de
tropa, muchos de los cuales participaban de una logia secreta, el
GOU, sigla que probablemente significaba ‘Grupo de Oficiales Unidos’, y que nucleaba mayoritariamente a oficiales de ideas nacionalistas.
45
xx GOU
El
Unos meses antes del golpe,
en el Ejército se constituyó
una agrupación militar, el
GOU —Grupo de Oficiales
Unidos—, con el objetivo de
llevar a cabo cambios
institucionales en el país.
Estaba integrada, entre
otros, por los oficiales Juan
Carlos y Miguel Montes,
Emilio Ramírez, Enrique P.
González y el coronel Juan
D. Perón.
Su programa de gobierno,
debido a las diferencias
ideológicas que había entre
sus integrantes, no fue del
todo claro.
El GOU fue un grupo de
enlace entre los jóvenes
oficiales, partidarios de
restablecer la moral y la
disciplina dentro del Ejército
y de recuperar al país de una
corrupción que, según
algunos de sus miembros
“llevaba derecho al
comunismo”. La influencia
del GOU como grupo de
presión y motor ideológico
del gobierno militar se
acentuó durante la presidencia de Ramírez, como
una especie de prolongación del Ministerio de
Guerra, del que Perón era
secretario. • |
De izquierda a derecha: Julián
Farrel, ministro de Guerra de
Argentina; Pedro Pablo Ramírez,
presidente de Argentina;
Conrado Ríos Gallardo,
embajador de Chile en
Argentina, y canciller Gilbert.
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46
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
El coronel Juan Domingo Perón
asume el cargo de secretario
de Trabajo y Previsión ante el
presidente Ramírez.
Historia 2.indd 46
La gestión del presidente Ramírez se desarrolló en un contexto político interno muy complejo, en el que los diversos sectores que apoyaron inicialmente el golpe pugnaban por ver satisfechas sus propias
expectativas y objetivos. Las pujas entre proaliados, germanófilos y
neutralistas, por un lado, y entre quienes propugnaban un retorno
al liberalismo constitucional y quienes pretendían modificaciones
institucionales de tipo corporativista, por el otro, debilitaron la posición de Ramírez y favorecieron la polarización política entre los
militares.
Un sector tenía como referentes al ministro del Interior, el general Luis C. Perlinger, un oficial proalemán, profundamente antiliberal y anticomunista, y al ministro de
Justicia e Instrucción Pública, el doctor
Gustavo Martínez Zuviría, un intelectual
conservador del nacionalismo católico.
Este sector impulsó una acción de gobierno de carácter autoritario y conservador;
entre sus iniciativas hubo decretos para
disolver los partidos políticos, establecer
la educación católica obligatoria en las escuelas, restringir la prensa y perseguir
toda voz opositora.
El otro sector se organizó alrededor del
liderazgo del coronel Juan Domingo Perón, miembro del GOU y uno de los principales ideólogos del movimiento de junio
pero que, sin embargo, ocupaba un puesto de gobierno de segunda línea, como jefe de la Secretaría del Ministerio de Guerra.
El 27 de octubre de 1943 Perón fue designado director del Departamento Nacional del Trabajo e inició una política de acercamiento
a los dirigentes sindicales obreros. Desde entonces, el gobierno surgido del golpe militar del 4 de junio abandonó su política antiobrera
(motivada por el sentimiento anticomunista que predominaba en
las Fuerzas Armadas) y comenzó a mostrarse sensible ante las necesidades de los trabajadores y los requerimientos de sus dirigentes.
La línea que impulsaba Perón también se mostraba más flexible y
abierta en el plano político, y proclive a establecer contactos con figuras de la dirigencia política partidaria.
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
47
EL PROYECTO DE PERÓN: DESARROLLO DE LA
INDUSTRIA NACIONAL Y ARMONÍA DE CLASES
El acercamiento al movimiento obrero: una nueva
relación entre los trabajadores y el Estado
Las primeras medidas tomadas por Perón, que dieron señales de la
nueva relación que se establecía entre los trabajadores y el Estado,
fueron: ordenar la libertad de José Peter, dirigente comunista del
Sindicato de la Carne; la derogación del Estatuto de las Organizaciones Sindicales, que el mismo gobierno militar había sancionado y
que limitaba y reprimía la acción sindical; designar a su colaborador, el teniente coronel Domingo Mercante, hijo de un sindicalista
ferroviario, como interventor de La Fraternidad y la Unión Ferroviaria; y obligar a los empresarios a aceptar las demandas de aumentos
salariales, la reincorporación de despedidos y el cumplimiento de
las 60 horas semanales de trabajo.
Al mes de asumir sus nuevas funciones, el Departamento Nacional del Trabajo a cargo de Perón fue elevado al rango de Secretaría
de Estado y se convirtió en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Con
una estructura burocrática y recursos más amplios y con la ventaja
de que su cargo ya no estaba dentro de la órbita del Ministerio del
Interior, Perón avanzó en la promulgación de una legislación social
y sindical que transformó sustancialmente la posición de los trabajadores frente a sus empleadores y permitió un mejoramiento de sus
condiciones de vida.
Un afiche socialista referido al
Día del Trabajador realizado
en 1912 en el que se alude al
equilibrio entre el capital y el
trabajo. Desde mucho antes de
1943, sectores del socialismo
argentino tenían una posición
ideológica cercana al proyecto
que Perón impulsó desde la
Secretaría de Trabajo y
Previsión.
Perón recibe a
víctimas del
terremoto
ocurrido en San
Juan el 15 de
enero de 1944.
La Secretaría
de Trabajo
centralizó la
ayuda para
socorrer a los
damnificados.
Historia 2.indd 47
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48
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
La gestión de Perón al frente
de la Secretaría de Trabajos y
Previsión.
Página 59.
Documentos 19 a 21.
El Estatuto del
Peón Rural
El Estatuto establecía un
salario mínimo, condiciones
de alimentación y de
vivienda, y precisaba
también las obligaciones de
las partes en materia de
horarios de trabajo,
indemnizaciones por
despido y asistencia médica;
establecía, además, la
obligatoriedad del descanso
dominical y de las vacaciones pagas.
La nueva legislación
intentaba reemplazar la
buena voluntad del patrón y
modificaba las relaciones
sociales paternalistas del
campo argentino. El Estado
penetraba en las estancias,
cometiendo así una
verdadera violación de la
propiedad privada. El
estatuto protegía al peón
que ya no dependía solo del
patrón sino de una voluntad
superior a la de este. Ese
decreto, que no introducía
grandes cambios en el
terreno económico ni en las
condiciones de vida de los
peones, fue recibido
entonces como una
verdadera revolución y
provocó el odio social tenaz
de los grandes propietarios
contra Perón.• |
La nueva legislación
La nueva legislación establecida por la Secretaría de Trabajo y Previsión significó la satisfacción de la mayoría de los reclamos históricos por los que el movimiento obrero venía luchando desde principios de siglo. Las innovaciones más importantes fueron: la “Ley
de Despidos”, que establecía que todo trabajador tenía derecho a percibir una indemnización proporcional a su antigüedad en caso de
ser despedido sin causa; el establecimiento del seguro social y la jubilación, que benefició a dos millones de personas; el “Estatuto del
Peón”, que estableció un salario mínimo y procuró mejorar las condiciones de alimentación, vivienda y trabajo de los trabajadores rurales; la creación de Tribunales de Trabajo, cuyas sentencias resultaron favorables a las demandas obreras; la fijación de mejoras
salariales y el aguinaldo para todos los trabajadores.
La Secretaría de Trabajo y Previsión, además, garantizó el cumplimiento de leyes que ya habían sido sancionadas pero que en la
práctica los empleadores evitaban cumplir, como la de indemnizaciones por accidentes laborales, jornada de trabajo de ocho horas
diarias y de cuarenta y cuatro horas semanales y vacaciones anuales
pagas. Al mismo tiempo, también estableció el reconocimiento de
las asociaciones profesionales, medida que significó un fortalecimiento jurídico de los sindicatos como organizaciones de representación de intereses. Este decreto tenía sus antecedentes en proyectos
que los diputados socialistas habían presentado en el Parlamento, y
su redacción fue elaborada por funcionarios de la Secretaría y dirigentes gremiales. El decreto estableció la organización de los sindicatos por rama de industria; la afiliación sindical no obligatoria; el
otorgamiento de la personería gremial a un solo sindicato por rama,
aceptando el funcionamiento de otros, aunque sin personería; la autorización a los sindicatos para actuar en política; y la prohibición al
gobierno para intervenir en la vida sindical.
Este conjunto de medidas y otras, como la reglamentación de la
forma de pago de los salarios, la prohibición del trabajo femenino
antes de las siete de la mañana y una rebaja en los artículos de primera necesidad, transformaron radicalmente la relación entre los
trabajadores y el Estado.
Alain Rouquié, Poder militar y
sociedad política en la
Argentina (1943-1973).
Historia 2.indd 48
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
49
La búsqueda del apoyo empresario
La base del proyecto de Perón para reorganizar la sociedad argentina era el desarrollo de la industria nacional en el marco de la armonía entre las clases sociales. Con el propósito de lograr la conciliación entre el capital y el trabajo, Perón buscó alianzas con los
sindicatos obreros y con las organizaciones de empresarios y, también, con los dirigentes de los principales partidos políticos. Sus
contactos más frecuentes fueron con los sectores intransigentes del
radicalismo, como el liderado por el Dr. Amadeo Sabattini.
La decisión de Ramírez, ante la presión diplomática de los Estados Unidos e Inglaterra de romper relaciones con el Eje, provocó
una crisis política entre los distintos sectores del Ejército. Como consecuencia de ello, en febrero de 1944, Ramírez fue forzado a renunciar y el sector nacionalista y neutralista del Ejército logró imponer
como presidente al general Edelmiro J. Farrell. La movida política
aceleró el ascenso de Perón, quien pasó a ocupar el cargo de ministro de Guerra, conservando el de secretario de Trabajo y Previsión
y, unos meses después, la vicepresidencia de la Nación. Al mismo
tiempo que ganaba espacio en las instituciones del Estado y crecía
su prestigio entre los oficiales más jóvenes, Perón procuraba ampliar los apoyos necesarios en el ámbito de la sociedad civil.
Seguro de la adhesión de un gran número de trabajadores, intentó procurarse el apoyo de los sectores capitalistas, en particular el
de los empresarios industriales. En abril de 1944 fue creado el Banco de Crédito Industrial. Se trataba del primer banco estatal dedicado a la promoción de la industria. También se organizó la Secretaría
de Industria y Comercio. El 25 de agosto del mismo año, en un discurso pronunciado en la Bolsa de Comercio —que provocó muy variadas interpretaciones por parte de los historiadores—, Perón afirmó: “Señores capitalistas, no se asusten de mi sindicalismo, nunca
mejor que ahora estará seguro el capitalismo, ya que yo también lo
soy, porque tengo estancia, y en ella operarios. Lo que quiero es organizar estatalmente a los trabajadores, para que el Estado los dirija
y les marque rumbos y de esta manera se neutralizarán en su seno
las corrientes ideológicas y revolucionarias que puedan poner en
peligro nuestra sociedad capitalista en la posguerra”.
Historia 2.indd 49
El apoyo de los
trabajadores a
Perón
Entre 1944 y 1945, las
organizaciones obreras
firmaron más de 700
convenios que regulaban
salarios, vacaciones,
jornadas y condiciones de
trabajo, indemnizaciones
por accidentes y despidos.
Se incorporó al régimen de
jubilaciones a 2 millones de
trabajadores y se instauró el
Fuero Laboral, sacando los
conflictos laborales de la
órbita de la Justicia
controlada mayoritariamente por conservadores
liberales. El Estatuto del
Peón desarticuló el sistema
de patriarcalismo rural. Los
trabajadores del servicio
doméstico y a domicilio
recibieron el derecho a
vacaciones e indemnización.
La derecha conservadora
liberal, la UCR, el PS y el PC
no podían entender lo que
estaba sucediendo y
trataron de dar una explicación simplista: para ellos los
actos laborales del gobierno
eran el resultado de la
“demagogia fascista”. Los
únicos que comenzaron a
volcarse en favor de Perón
fueron los trabajadores, que
atónitamente observaban
como “desde arriba”, es decir
de un Estado históricamente
antiobrero, se concedían
reivindicaciones tras
reivindicaciones. • |
Julio Godio, El movimiento
obrero argentino (1943-1955).
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50
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Manifiesto de los
empresarios
“Las fuerzas vivas del país
están profundamente
preocupadas y alarmadas
ante el ambiente de
agitación social que daña la
disciplina y el esfuerzo
productivo de la colectividad. El clima de descontento
se origina y es instigado
desde las esferas oficiales.
Lejos estamos de negar la
existencia de un genuino
problema social, de carácter
permanente y universal,
cuya solución solo puede
llegar a través de la honesta
colaboración de las partes y
bajo la serena supervisión
del Estado. A lo que nos
oponemos es a la creación
de un clima de sospecha,
provocación y rebeldía, que
estimula el resentimiento y
genera reclamos permanentes. Este clima y sus efectos
están destruyendo los lazos
de una justicia solidaria,
fuente de progreso y
bienestar. Desde la creación
de la Secretaría de Trabajo,
este espíritu, y el sentido
unilateral de las decisiones,
justificadas por la necesidad
de extirpar el comunismo,
han interferido en la
resolución de los problemas
sociales. Esta situación es
tanto más lamentable
cuando se considera que es
el producto de una voluntad
personal, que es siempre
transitoria”. • |
Historia 2.indd 50
La oposición de la burguesía agraria y la gran
burguesía industrial: de la armonía de clases al
conflicto social
El comunismo no era una amenaza real para los empresarios argentinos. En cambio, quien les prometía ser el garante del orden capitalista era también quien promovía una legislación laboral que afectaba sus intereses materiales inmediatos y estimulaba la participación
y la organización de los trabajadores. Por esta razón, los empresarios
consideraron esta activación de los sectores populares más riesgosa
que una lejana revolución de inspiración socialista.
Los miembros de la UIA mostraron primero recelo y, luego, franca oposición a la tentativa de Perón de integrarlos en su coalición
política.
Los sectores representados por la SRA consideraban que el proyecto de desarrollo industrial de Perón entraba en clara contradicción con sus intereses. Además, la intervención del Estado en las
relaciones entre peones y patrones —a través del Estatuto del Peón—
los afectaba profundamente.
El 16 de junio de 1945, en un “Manifiesto de las Fuerzas Vivas”,
publicado en el diario La Prensa, 319 grupos de empresarios de la
Cámara de Comercio y de la Unión Industrial se opusieron frontalmente a la política social del secretario de Trabajo y Previsión. Esta
declaración fue un indicador de la agudización del conflicto social.
Por otra parte, algunos discursos de Perón contribuyeron a profundizar el clima de antagonismo social. Al dirigir la palabra a obreros metalúrgicos, el 24 de septiembre de 1945, señaló: “La Revolución Francesa terminó con el gobierno de la aristocracia y dio
nacimiento al gobierno de la burguesía. La Revolución Rusa terminó con el gobierno de la burguesía y abrió el camino al campo de
las masas proletarias. Es de las masas populares el futuro del mundo. La burguesía irá poco a poco cediendo su puesto, y sus instituciones también irán modificándose y reformándose de acuerdo con
las necesidades de la evolución que llega”.
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
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ALIANZAS SOCIALES ENFRENTADAS Y LUCHA
POLÍTICA
El enfrentamiento entre la Corte Suprema y la
Secretaría de Trabajo y Previsión
La política social impulsada por Perón fue produciendo el reagrupamiento político de los distintos sectores que conformaban la sociedad argentina.
Los trabajadores y los sectores sociales que se beneficiaban directamente con la política de Perón se agruparon en torno a la Secretaría de Trabajo y Previsión. Allí se reunían los dirigentes sindicales
con Perón y definían las acciones a seguir y también de allí provenían los fondos y recursos necesarios para organizar una fuerza política nueva, que no contaba con ninguna estructura partidaria propia. Poco a poco, la Secretaría se transformó en un referente político
de relevancia y la defensa de su accionar constituyó una de las principales banderas de vastos sectores del movimiento obrero.
Los sectores que por distintos motivos eran opositores activos a
Perón —organizaciones empresarias, estudiantes universitarios, diversos núcleos de los sectores medios y la casi totalidad de los partidos políticos— se fueron agrupando en una alianza social y política alrededor de otra institución del Estado: la Corte Suprema de
Justicia.
Esta polarización entre una institución que encarnaba la justicia
social y otra que representaba la legalidad constitucional ponía de
manifiesto la lucha entre una y otra alianza social para imponer su
dirección al conjunto de la sociedad y de las instituciones del Estado.
También creció la oposición a Perón entre los militares, en particular entre los núcleos de oficiales nacionalistas y católicos más conservadores. Este sector recelaba del poder que Perón acumulaba
(como vicepresidente, ministro de Guerra y secretario de Trabajo y
Previsión), de su política obrera (que se había apartado de los objetivos iniciales de los golpistas de junio) y le reprochaban no haberse
opuesto a la ruptura de relaciones con Berlín.
La oposición política identificaba al gobierno y a Perón como “fascistas”, y reclamaba elecciones para restituir la legalidad constitucional. El Partido Socialista, por ejemplo, planteaba que, transitoriamente, se le entregara el poder a la Corte Suprema de Justicia.
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Un dibujo de Oski publicado en
la revista de humor Cascabel
(1945) que adoptó, como la
mayor parte de la prensa
escrita, una posición contraria
a Perón. El dibujo alude a las
frecuentes ocupaciones que
realizaron los estudiantes a los
edificios de las universidades
entre 1945 y 1946.
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52
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Los empresarios
frente a Perón
El peronismo se presentó
como riesgoso para los
sectores agroexportadores,
por plantear un modelo de
desarrollo industrial no
subordinado a su hegemonía, y también como
amenazante para los
grandes industriales por sus
medidas tendientes a
fortalecer la organización y
participación de sindicatos
obreros. La redefinición de
la función económica del
Estado, así como la profundización de la intervención
estatal en las relaciones
obrero-patronales, fueron
percibidas por estas
asociaciones como avances
autoritarios sobre el poder
empresarial. • |
Carlos H. Acuña, Política
democrática y cambio de
modelo de acumulación en la
Argentina: su impacto sobre la
organización y comportamiento
de los empresarios.
La Junta de Coordinación Política y la oposición
conservadora
Toda la oposición política, desde la derecha hasta la izquierda, se
coaligó en una Junta de Coordinación Política que, hegemonizada
por los conservadores, lanzó una ofensiva contra el gobierno. A esta
operación política se sumó un apoyo explícito inesperado: el del embajador de los Estados Unidos, Spruille Braden. Había llegado a la
Argentina en mayo de 1945 y de inmediato manifestó públicamente, por medio de conferencias y discursos, su apoyo a la oposición
antifascista. La abierta y poco convencional intervención en los asuntos internos de la Argentina por parte de Braden entusiasmó a la
oposición, que creyó contar con todas las armas necesarias para volcar la situación en su favor. El presidente Farrell se comprometió el
7 de julio a convocar a “elecciones completamente libres”, cediendo
a las presiones y, al mismo tiempo, intentando hallar una salida institucional a la crisis política.
La coalición opositora intensificó su ofensiva y el 19 de septiembre de 1945 convocó a una concentración pública a la que se denominó “Marcha de la Constitución y de la Libertad”. Esta manifestación callejera se convirtió en el símbolo de un conjunto de fuerzas
dispuesto a dar una batalla decisiva en el ámbito de la sociedad civil. Unas 200.000 personas se reunieron en las calles de Buenos Aires, entre la Plaza Francia y el Congreso, para reclamar “la entrega
del gobierno nacional al presidente de la Corte Suprema de Justicia
y elecciones inmediatas y libres de acuerdo con la Ley Sáenz Peña”.
Mujeres de la “alta sociedad”
saludan el paso de los
manifestantes que participaron
en la “Marcha de la
Constitución y de la Libertad”.
El 19 de septiembre de 1945,
unas 200.000 personas
recorrieron las calles de Buenos
Aires, entre la Plaza Francia y el
Congreso, para exigir la
convocatoria a elecciones.
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
Simultáneamente, Perón intentaba romper su progresivo aislamiento político denunciando la intervención extranjera y a los responsables del fraude electoral. Convocó a defender su gestión al único sector social que desde un primer momento le había brindado su
apoyo: los sindicatos obreros. Evidentemente, su primer intento por
obtener un consenso amplio había quedado relegado a un consenso
restringido, limitado exclusivamente al apoyo obrero. Tampoco habían
sido exitosos sus esfuerzos por lograr el apoyo de algunos notables
del radicalismo del interior del país, como el del yrigoyenista intransigente Amadeo Sabattini, dirigente cordobés opuesto a la conducción alvearista del partido.
Los militares opuestos a Perón consideraron que había llegado el
momento de deshacerse de la figura más conflictiva del gobierno:
el 8 de octubre lo obligaron a renunciar a todos sus cargos y el 12 de
octubre lo trasladaron como detenido a la isla Martín García, bajo
la vigilancia de la Marina de Guerra.
Estas circunstancias políticas fueron percibidas por un sector de
la sociedad como el paso previo a una inevitable democratización;
para otros, se trataba de una amenaza directa a las conquistas sociales logradas en apenas dos años.
En este contexto, los cuadros sindicales organizados cercanos al
liderazgo de Perón comenzaron a discutir la posibilidad de tomar
medidas de lucha para liberar a Perón y asegurar el mantenimiento
y la profundización de las reformas sociales. Por primera vez, los
trabajadores se convertían en actores centrales de las luchas políticas en la Argentina.
53
El “giro
estratégico” de
Perón
Cuando en 1945 Perón vio
reducido su apoyo político
solo a las organizaciones
sindicales, realizó un giro
estratégico. Entre el
proyecto original y el que
emergió al compás de las
vicisitudes políticas de la
coyuntura de 1945, hubo una
diferencia capital: el
sobredimensionamiento del
lugar político de los
trabajadores organizados
que, de ser una pieza
importante pero complementaria dentro de un
esquema de orden y paz
social, se convirtieron en el
principal soporte de la
fórmula política de Perón. El
llamado a los trabajadores y
los sindicatos cerró el paso a
todo compromiso, agudizó
la polarización política y,
por un breve tiempo,
pareció sellar su suerte. • |
Juan Carlos Torre, El 17 de
octubre de 1945.
El presidente Edelmiro J. Farrell junto con el coronel Juan Domingo Perón y otros
funcionarios de su gobierno, en 1944.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LA MOVILIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES
Las primeras movilizaciones
obreras fueron miradas con
muy diferentes puntos de vista.
Para Raúl Scalabrini Ortiz, un
intelectual del grupo FORJA,
las multitudes eran “el subsuelo
de la patria sublevada”. Para
Enrique Mosca, político radical,
se trataba de “salvajes
estallidos de las hordas
analfabetas estupefactas por el
alcohol”.
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La detención de Perón aceleró y profundizó la crisis política. El ex
secretario de Trabajo y Previsión, sin capacidad de maniobra política, y despojado de sus cargos públicos, creía que su carrera estaba
prácticamente bloqueada.
El gobierno militar, en el que se destacaba como nuevo hombre
fuerte el ministro de Guerra, el general Ávalos, no lograba articular
una dirección política clara. Los partidos opositores, convencidos de
que controlaban la situación y de que el gobierno estaba acorralado,
se negaron a negociar con los militares y con los sindicalistas.
La conducción del radicalismo desautorizó a Sabattini, que intentaba hallar una salida negociada con Ávalos. El Partido Socialista,
por su lado, pretendía que los jefes sindicales se subordinaran a sus
directivas.
El movimiento obrero organizado, a su vez, se hallaba fragmentado y presentaba un cuadro sumamente heterogéneo. Las posiciones estaban divididas entre los sindicatos que se oponían a cualquier
relación con Perón —los comunistas—; los que asumían posiciones
de neutralidad política —aceptando participar de la política de reformas, pero sin apoyar el
movimiento liderado por
Perón—; y aquellos que ya
se habían volcado decididamente a apoyar al coronel.
Los únicos que parecían
estar en condiciones de resolver la crisis asumiendo
el control de la situación
eran los partidos políticos
opositores.
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
Sin embargo, el protagonismo y la iniciativa, inesperadamente,
serían de los trabajadores. Los partidos políticos se habían ido distanciando de las demandas y las aspiraciones de gran parte de la
sociedad. Las estructuras, los dirigentes y los discursos partidarios
no habían acompañado ni interpretado los cambios que se venían
produciendo en los sectores populares.
El desplazamiento de Perón, además de crear inquietud y agitación entre los obreros, puso a los dirigentes sindicales ante una opción: retirarse ante lo que parecía una relación de fuerzas desfavorable o pasar a la ofensiva.
Luego de una jornada de intensos debates en el local de la CGT,
un grupo de dirigentes obreros (algunos federados en la central
obrera y otros autónomos) tomó la iniciativa de declarar una huelga
general y una movilización para el 18 de octubre. En esta decisión
influyó la presión ejercida por los trabajadores tucumanos de los ingenios azucareros (FOTIA) y por el Sindicato de Obreros de la Carne de Berisso, liderado por Cipriano Reyes.
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55
Las primeras planas de la
quinta edición (disponible
después del mediodía) de los
diarios vespertinos, como
Noticias Gráficas y Crítica, del
17 de octubre de 1945 daban
cuenta del estado de la
situación al día anterior y de
algunas novedades ocurridas
durante la mañana de ese
mismo día.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
La detención de Perón y la
movilización obrera del 17 de
octubre de 1945.
Página 61.
Documentos 22 a 26.
Discurso de Perón
del 17 de octubre de 1945
http://goo.gl/MXW8Ln
Ver
El 17 de octubre de 1945
El clima de movilización entre los obreros, especialmente en los suburbios industriales de Buenos Aires, Rosario y La Plata, creció más
allá de las previsiones de la central sindical y, durante la mañana del
día 17 de octubre, un día antes de lo dispuesto por la CGT, desbordando a su conducción, grupos de trabajadores comenzaron a movilizarse en los principales centros urbanos del país.
Hacia el mediodía confluyeron sobre la Plaza de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, nutridas columnas de obreros, que manifestaban su adhesión a Perón y exigían su libertad. Al mismo tiempo
que la concurrencia en la Plaza de Mayo crecía y se registraban acciones similares en el resto del país, se realizaron múltiples e intensas reuniones y negociaciones políticas. En ellas participaron los
hombres del gobierno (Ávalos, Farrell y Mercante representando a
Perón) y el Comité Nacional de Huelga, constituido recientemente
por la dirección de la CGT y sindicatos autónomos.
A medida que pasaban las horas, los sectores antiperonistas del
gobierno, encabezados por Ávalos, se vieron obligados a ceder a las
exigencias de Perón. La policía no dificultó la llegada de los grupos
de obreros al centro de la
ciudad y no todos los militares estaban dispuestos a
sacar las tropas del Ejército
a las calles para reprimir a
los manifestantes. Con la
intención de que la movilización cesara, Ávalos aceptó las exigencias de Perón:
le concedió el uso de la radio oficial para difundir un
mensaje y se comprometió
a formar un nuevo gabinete con hombres de su confianza y a mantener la convocatoria a elecciones sin
proscripciones.
Trabajadores reunidos en
Plaza de Mayo el 17 de
octubre de 1945.
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CAP. 2 | LOS ORÍGENES DEL PERONISMO (1943-1945)
Finalmente, luego de dejar el Hospital Militar, a donde había sido
trasladado el día 15 con la intención de aquietar los ánimos, y a propuesta del Comité de Huelga, por la noche, desde los balcones de la
Casa Rosada, Perón dirigió un mensaje a la multitud. La palabra
empleada por Perón para dirigirse al pueblo que coreaba su nombre
e iniciar su discurso fue “trabajadores”. En las jornadas del 17 y el
18 de octubre la presencia activa de los trabajadores en las calles de
los grandes centros urbanos puso de manifiesto que el peronismo
se constituía como un movimiento de masas, con una clara identificación social y política. Comenzaba a definirse una línea de ruptura y de conflicto social entre las masas obreras por un lado y los
sectores medios y la elite —terratenientes, grandes comerciantes
exportadores y gran burguesía industrial— por el otro; y ese conflicto adquiría una precisa definición política que enfrentaba a peronistas y antiperonistas.
El protagonismo de las masas movilizadas y de las organizaciones sindicales en aquel momento fundacional del peronismo indica
que, para comprender la significación histórica del peronismo, no
es suficiente analizar las ideas o las acciones de Perón. Si bien este
ocupó un lugar central por su condición de líder del movimiento,
las transformaciones sociales y políticas que generó el peronismo
solo pueden comprenderse en el marco de la lucha política entre los
diferentes sectores de la sociedad argentina.
57
“El 45” según el
historiador Félix
Luna
Caras, voces, coros, tonos
desconocidos: la ciudad los
vio con la misma aprensión
con que vería a los marcianos desembarcando en
nuestro planeta. Argentinos
periféricos, ignorados,
omitidos, apenas presumidos, que de súbito aparecieron en el centro mismo de la
urbe para imponerse
arrolladoramente. Por eso lo
del 17 de octubre no
provocó el rechazo que
provoca una fracción
política partidista frente a
otra: fue un rechazo
instintivo, visceral, por parte
de quienes miraban desde
las veredas el paso de las
turbulentas columnas.
Empezaba la mañana
cuando comenzaron a llegar
rotundos, desafiantes,
caminando o en vehículos
que habían tomado
alegremente por asalto y
cuyos costados repetían
hasta el hartazgo el nombre
de Perón en tiza, cal y
carbón. A medida que
avanzaban, las cortinas de
los negocios se bajaban
abruptamente como
tableteo de ametralladoras.
Nadie los conducía, todos
eran capitanes. • |
Trabajadores esperando la llegada de Perón, en Plaza de Mayo, el 17 de octubre de 1945.
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CAP. 2
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
SOBRE EL GOLPE MILITAR DE 1943
DOCUMENTO
16
4 de junio de 1943.
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PROCLAMA DE LAS FUERZAS ARMADAS
Al pueblo de la República Argentina:
Las Fuerzas Armadas de la Nación, fieles y celosas guardianas del honor y tradiciones de la patria, como asimismo del bienestar, los derechos y libertades del pueblo
argentino, han venido observando silenciosa, pero muy atentamente las actividades
y el desempeño de las autoridades superiores de la Nación.
Ha sido ingrata y dolorosa la comprobación. Se han defraudado las esperanzas de
los argentinos, adoptando como sistema la venalidad, el fraude, el peculado y la
corrupción.
Se ha llevado al pueblo al escepticismo y a la postración moral, desvinculándolo
de la cosa pública, explotada en beneficio de siniestros personajes movidos por la
más vil de las pasiones.
Dichas fuerzas, conscientes de la responsabilidad que asumen ante la historia y
ante su pueblo cuyo clamor ha llegado hasta los cuarteles, deciden cumplir con el deber de esta hora que les impone salir en defensa de los sagrados intereses de la
patria.
La defensa de tales intereses impondrá la abnegación de muchos, porque no hay
gloria sin sacrificio.
Propugnamos la honradez administrativa, la unión de todos los argentinos, el castigo de los culpables y la restitución al Estado de todos los bienes mal habidos.
Sostenemos nuestras instituciones y nuestras leyes, persuadidos de que no son
ellas, sino los hombres quienes han delinquido en su aplicación.
Anhelamos firmemente la unidad del pueblo argentino, porque el Ejército de la
patria, que es el pueblo mismo, luchará por la solución de sus problemas y la restitución de derechos y garantías conculcados.
Lucharemos por mantener una real e integral soberanía de la Nación; por cumplir
firmemente el mandato imperativo de su tradición histórica; por hacer efectiva una
absoluta, verdadera y leal unión y colaboración americana y cumplimiento de los
pactos y compromisos internacionales.
Declaramos que cada uno de los militares, llevados por las circunstancias a la función pública, se comprometen bajo su honor:
- A trabajar honrada e incansablemente en la defensa del honor, del bienestar, de
la libertad, de los derechos y de los intereses de los argentinos;
- A renunciar a todo pago o emolumento que no sea el que por su jerarquía y grado
le corresponde en el Ejército;
- A ser inflexibles en el desempeño de la función pública, asegurando la equidad y
la justicia de los procedimientos;
- A reprimir de la manera más enérgica, entregando a la justicia no solo al que cometa un acto doloso en perjuicio del Estado, sino también a todo el que, directa o indirectamente, se preste a ello;
- A aceptar la carga pública con desinterés y obrar en ella solo inspirados en el
bien y la prosperidad de la patria.
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
SOBRE LOS DIFERENTES PROYECTOS DENTRO DEL
GOBIERNO MILITAR
EL SENTIDO DE LA “REVOLUCIÓN” SEGÚN EL GENERAL
PERLINGER
El sentido de la revolución debe llegar cuanto antes a todos los órdenes sociales, políticos y económicos. El aspecto social debe ser conducido en forma tal que se asegure la más absoluta justicia y el apoyo al débil. El pueblo quiere tranquilidad y justicia.
El aspecto político debe caracterizarse por una orientación eminentemente argentinista. Ningún político —cualquiera sea su filiación— será llamado a colaborar con el
gobierno.
Por la educación y acción enérgica debe quebrarse el régimen. La masa ciudadana
debe ser disciplinada. Las mentalidades deben ser transformadas de manera tal que,
en el futuro, sepan discernir y encontrar el camino de la verdad y no sean engañadas
por las palabras de los demagogos.
No interesan por ahora los partidos políticos. Todos los habitantes deben ser orientados y conducidos en la misma forma con la sola excepción de aquellos que intenten
perturbar la acción del gobierno. A esos se los tratará como enemigos de la patria, y
en tal sentido deben ser extirpados del país, tratando de individualizar a los dirigentes principales.
Ninguna circunstancia impedirá que el comunista, cualquiera sea su situación, sea
tratado como enemigo declarado de la patria. No se desea escándalo. Solo depuración, reorganización y saneamiento.
EL SINDICALISMO Y EL “ESTADO MODERNO” SEGÚN EL
CORONEL PERÓN
Entiendo que el sindicato bien realizado es una de las bases fundamentales de la organización racional del Estado moderno. Considero que para que sea eficiente y eficaz, el sindicato debe basarse en tres puntos esenciales: dirigentes capacitados que
representen a los auténticos trabajadores y que estén absolutamente persuadidos de
que para ellos no existirá mayor honor que ser exclusivamente dirigentes de sus propios gremios; absoluta disciplina gremial; defenderse contra la política, ejerciendo
únicamente funciones específicas, vale decir, custodiar única y celosamente los intereses gremiales. Dentro de estas ideas, el gobierno será respetuoso de las instituciones obreras y propenderá por todos los medios a formar y unir todo el movimiento
sindicalista argentino.
SOBRE LA GESTIÓN DE PERÓN AL FRENTE DE LA
SECRETARÍA DE TRABAJO Y PREVISIÓN
LA VISIÓN DE UN DIRIGENTE SINDICAL METALÚRGICO
Nosotros no consideramos a esta Secretaría de Trabajo y Previsión como un organismo estatal ni patronal. Eso lo hemos declarado a quienes lo hayan querido oír en todas las oportunidades. Hemos dicho que se trata de un organismo eminentemente
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CAP. 2
59
59
DOCUMENTO
17
Luis César
Perlinger, ministro
del Interior,
“Instrucciones
reservadas”,
noviembre de
1943.
DOCUMENTO
18
Juan Domingo
Perón, discurso de
asunción como
Director Nacional
de Trabajo, 27 de
octubre de 1943.
DOCUMENTO
19
Ángel Perelman,
discurso ante
delegaciones
obreras de Paraná
(Entre Ríos), 17 de
junio de 1944.
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60
60
CAP. 2
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
obrero, y que su acción tiende a la defensa de la clase trabajadora por una simple razón. Hasta ahora el panorama de los obreros frente a los patrones ha sido muy simple. El patrón, generalmente más preparado para la lucha que el obrero (y, cuando no
era más preparado, tenía los medios para comprar las inteligencias de que no disponía para defender sus intereses), triunfó sobre este. Además de eso, cuando su propia
capacidad e inteligencia, que él podía comprar, no eran suficientes para defender sus
intereses, podía intentar el soborno de jueces, que debían decidir los conflictos. Nada
de eso ha tenido, hasta ahora, en sus manos, el obrero, para la protección de sus derechos. La Secretaría de Trabajo y Previsión tiene la decisión y la honradez necesarias, así como los técnicos capacitados y las inteligencias necesarias para defender
sus propias conquistas en contra de los intereses y de las ambiciones desmedidas de
muchos explotadores patronales.
No somos antipatronales, somos el Estado que está en la obligación de asegurar la
justicia social, que debe comenzar a regir alguna vez en este bendito país.
DOCUMENTO
20
Victorio Codovilla,
“Plan para
extirpar la
amenaza fascista
en la Argentina.
Hay que derrocar
a la camarilla del
GOU. Carta a los
patriotas y
antifascistas de la
Argentina”, escrito
desde el exilio en
Chile, 1944.
LA VISIÓN DE UN DIRIGENTE DEL PARTIDO COMUNISTA
ARGENTINO
Por todo lo dicho anteriormente, los aumentos de salarios y sueldos decretados por
Perón no preocupan mayormente a las empresas monopolistas, a los industriales de
mayor capacidad financiera y a los grandes productores agropecuarios, que son los
únicos que se benefician de la constante alza de los precios y tarifas.
Si algunos de ellos resisten a la política “obrerista” de los nazi-peronistas, débese
principalmente a que la Secretaría de Trabajo y Previsión, al intervenir en los conflictos entre el capital y el trabajo, se inmiscuye en la administración de la empresa o estancia, trata de imponer en las fábricas o haciendas a sus testaferros de los sindicatos
colaboracionistas, y, de ese modo, perturba la disciplina en el trabajo. En aquellos casos en que esa Secretaría ha obligado a los patrones a conceder mejoras en los salarios, lo ha hecho con el fin de obligar a los obreros a ingresar en las organizaciones
sindicales controladas por ella para hacerlos servir a sus fines políticos. Por otra parte, entre los patrones progresistas cunde la inquietud porque la formación de esos
sindicatos gubernamentales de tipo fascista va acompañada del surgimiento del pistolerismo sindical. En lugar del dirigente sindical que educa, organiza y orienta a los
obreros y empleados, enseñándoles principios de organización, de disciplina, de conciencia de clase y de lucha organizada para obtener sus reivindicaciones, el peronismo hace aparecer al “dirigente” sindical pistolero, a la cabeza de bandas armadas,
que extorsiona e impone su voluntad a obreros y patrones.
LA VISIÓN DE UN DIRIGENTE SINDICAL SOCIALISTA
DOCUMENTO
21
Discurso de Ángel
Borlenghi en un
acto de la CGT, 12
de julio de 1945.
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Se nos reprocha que gestionamos mejoras ante un gobierno “de facto”. El movimiento
sindical tiene el deber de obtener todas las mejoras que pueda en beneficio de los
trabajadores sin tener en cuenta el régimen de gobierno ni los hombres que lo desempeñan. Si los trabajadores debieran esperar para formular sus reclamos a gobiernos intachables, muy poco habrían avanzado en su larga lucha. Cuando en 1930 se
estableció un gobierno de facto, que se distinguió por reprimir al movimiento obrero
y por entregarse amorosamente a los brazos de la oligarquía, ¿vinieron acaso los
constitucionalistas de hoy a decir que ese gobierno carecía de facultades legislativas? Lo mismo sucedió durante los primeros meses de la “revolución de junio”, cuan-
12/12/13 11:01
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
CAP. 2
61
61
do se avasallaban los derechos del movimiento sindical, cuando se encarceló a numerosos trabajadores y se disolvieron los sindicatos: entonces fue cuando menos fue
censurado, porque las víctimas eran los hombres del pueblo. ¿Cuándo comenzaron
los ataques al gobierno actual? Fue después de la creación de la Secretaría de Trabajo cuando las fuerzas vivas vieron que esta nueva repartición escuchaba el reclamo
justificado de los trabajadores; en ese momento es que aparecieron los constitucionalistas discutiéndole el derecho de legislar.
SOBRE LA DETENCIÓN DE PERÓN Y LA MOVILIZACIÓN
OBRERA DEL 17 DE OCTUBRE DE 1945
LOS DEBATES ENTRE LOS DIRIGENTES DE LA CGT PARA
DECIDIR CÓMO PROCEDER ANTE LA DETENCIÓN DE
PERÓN
DOCUMENTO
22
Si este cuerpo no resuelve la huelga general les puedo asegurar que se producirá lo
mismo, por el estado emotivo de los trabajadores. Acabo de tener un comunicado telefónico con carácter de urgente desde Rosario, donde se me ha inquirido en forma
enérgica cuál es la posición de la central obrera. Ustedes saben que nosotros ya hemos constituido un comité de huelga y que la huelga ya está declarada, y en tal sentido se me ha dado mandato al venir aquí. Únicamente están esperando las instrucciones de la CGT a los efectos de que el movimiento se haga en forma coordinada.
Pero les aseguro, sin ánimo de presionarles, que si aquí no se vota la huelga, en Rosario se irá al paro lo mismo.
Ramón Bustamante, delegado del Sindicato de la Carne de Rosario.
Declarar la huelga en estos momentos sería desastroso para los trabajadores, porque pondríamos al gobierno en contra de nosotros [...]. No debemos olvidar que fue el
mismo coronel Perón quien nos dijo que la consigna era “del trabajo a casa” y que debíamos evitar por todos los medios la provocación de incidentes.
Anselmo Malvicini, delegado de los trabajadores ferroviarios.
Ayer, cuando se tomó la resolución de declarar la huelga general, en principio, en la
reunión de la Comisión Administrativa, yo dije que la huelga sería hecha en defensa
de las conquistas obreras y contra la oligarquía que había ganado una posición de
privilegio en el gobierno, situación confesada por los propios funcionarios. Los diarios entregados al capital y a la oligarquía aplauden las palabras del nuevo secretario de Trabajo y Previsión y eso solo ya es un índice para nosotros, porque hasta hace
muy pocos días esos mismos diarios se caracterizaban por su violenta oposición a la
obra que cumplía la Secretaría de Trabajo y Previsión.
Ayer analizamos extensamente el problema antes de tomar la resolución que ustedes conocen, y ahora nuevamente se arguye que no hay razones para declarar la
huelga general y que no puede ser motivo el pedido de libertad del coronel Perón. Yo
pregunto, ¿y la negativa de los patrones a pagar el 12 de octubre y otorgar las vacaciones? ¿Y la información que dan los diarios sobre los posibles integrantes del gabinete nacional, conspicuos miembros de la oligarquía todos ellos? ¿Y la prisión del coronel Perón? Porque pese a todo lo que se diga, el coronel está preso.
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CAP. 2
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
¿Y la detención del teniente coronel Mercante? Dentro de poco seguiremos nosotros el mismo camino, pues no debemos olvidar que si Ávalos se proclama amigo de
Perón, Vernengo Lima es enemigo acérrimo de aquel y de nosotros; y a mi juicio tiene
más influencia en el gobierno Vernengo Lima que nadie, porque cuenta con el apoyo
del capital y la oligarquía [...].
En concreto, la situación sería esta: Ávalos está con Perón y Vernengo Lima está
contra Perón. Me parece entonces que nuestra actitud va a reforzar la posición del
primero y tendrá como consecuencia inmediata la libertad de Perón y el seguramiento de todas nuestras conquistas.
Tenemos que aprovechar este momento excepcionalmente favorable para nosotros, pues si no, habremos perdido la lucha por muchos años.
Libertario Ferrari, representante de la Asociación de Obreros y Empleados del Estado y miembro de
FORJA.
Hay que dejar bien claro que la CGT no puede, por razones de principio, declarar la
huelga general solicitando la libertad del coronel Perón. Tenemos una gran deuda de
gratitud hacia él, pero son nuestros principios los que orientan al movimiento obrero.
La CGT no puede pedir en forma directa la libertad de Perón. Esto sería enajenar el
futuro de la central obrera. Si resolviéramos declarar la huelga, repito que tendría
que decirse bien claro que es en defensa de las conquistas obreras amenazadas por
la reacción capitalista; de lo contrario, proclamaríamos que la existencia de nuestro
movimiento está ligada a la suerte de un oficial del ejército.
Néstor Álvarez, secretario adjunto de la CGT.
Por mucho que demos vueltas el asunto, si hemos de declarar la huelga general, esta
será por la libertad del coronel Perón, porque reclamando su retorno al gobierno estamos defendiendo nuestras conquistas, pues él ha sido el único que ha hecho justicia a las aspiraciones obreras. Si la CGT pide y gestiona la libertad de Perón no vulnerará los principios sindicales, porque podemos decir ahora que Perón es uno de los
nuestros.
Tenemos que vivir la realidad del movimiento al que pertenecemos. Yo nunca
pude comprender por qué los trabajadores no se organizaban antes, por qué eran
descreídos y escépticos.
Sin embargo, bastó que las autoridades revolucionarias con el coronel Perón a la
cabeza empezaran a realizar su obra de justicia social, aumentando los salarios, velando por el estricto cumplimiento de las leyes que protegen al trabajo, para que los
obreros despertaran de su letargo y acudieran en masa a los sindicatos, desde los
cuales los llamábamos nosotros desde hace muchos años. Por eso existe hoy un sentimiento de malestar en el pueblo ante los hechos producidos contra el hombre que
posibilitó la creación de este movimiento de grandes masas que actualmente tenemos y no aquel otro raquítico en el que vegetábamos unos cuantos militantes.
Ramón W. Tejada, delegado de la Unión Ferroviaria de San Juan.
Reunión del Comité Central Confederal de la CGT, 16 de octubre de 1945.
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
CARTA DE JUAN D. PERÓN A MARÍA EVA DUARTE
Mi adorable tesoro: Solo cuando estamos apartados de quienes amamos, sabemos
cuánto les amamos. Desde que te dejé ahí, con el mayor dolor que se pueda imaginar,
no he podido sosegar mi desdichado corazón. Ahora sé cuánto te amo y que no puedo
vivir sin ti. Esta inmensa soledad está llena de tu presencia. Escribí hoy a Farrell, pidiéndole acelerara mi excedencia y, tan pronto salga de aquí, nos casaremos y nos
iremos a vivir en paz a cualquier sitio… Desde casa me trajeron aquí, a Martín García,
y no sé por qué estoy aquí ni me dicen nada. ¿Qué te parecen Farrell y Ávalos? ¡Qué
par de bastardos, hacer esto con su amigo! Así es la vida. Lo primero que hice al llegar
fue escribirte. No pierdas los nervios ni descuides tu salud en mi ausencia hasta que
vuelva. Estaría más tranquilo si supiera que no corres peligro y estás bien. Dile, por
favor a Mercante que hable con Farrell para saber si autorizan que nos vayamos a
Chubut. Creo también, que tendrías que poner en marcha algún tipo de papeleo legal… Ten mucha calma. Mazza te informará de cómo va todo. Haré lo posible por regresar a Buenos Aires. Si se acepta mi excedencia nos casaremos al día siguiente y si
no, ya lo arreglaré todo de una manera u otra, pero sea lo que sea, pondremos fin a tu
vulnerable situación. Amor mío, tengo en mi cuarto aquellas pequeñas fotos tuyas y
las contemplo todos los días con los ojos húmedos. Que no te pase nada o de lo contrario mi vida habrá acabado. Cuídate mucho y no te preocupes por mí, pero quiéreme mucho porque necesito tu amor más que nunca… Escribiré un libro sobre todo
esto… y ya veremos entonces quién tenía razón. Lo malo de este tiempo y especialmente de este país, es la existencia de tantos idiotas, y como sabes, un idiota es peor
que un canalla. Bueno mi vida, me gustaría seguir escribiendo todo el día pero Mazza
te contará más de lo que yo te pueda decir. La lancha llegará dentro de media hora.
Mis últimas palabras en esta carta serán para pedirte calma. Muchos, muchísimos besos a mi queridísima chinita. Perón.
EL 17 DE OCTUBRE SEGÚN UN INTELECTUAL NACIONALISTA
Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en las
densas vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacarita y Villa Crespo, de las manufacturas
de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y Avellaneda o descendían
de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y en la misma fe iban el peón
de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor, el mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el empleado de comercio. Era el subsuelo de la patria
sublevada. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Lo que yo había soñado e
intuido durante muchos años estaba allí presente, corpóreo, tenso [...]. Eran los hombres que están solos y esperan, que iniciaban sus tareas de reivindicación.
EL TESTIMONIO DE UN DIRIGENTE COMUNISTA
Yo estuve el 17 de octubre en las calles, junto a los manifestantes.
Cuando llegué al Comité Central del Partido Comunista comenté lo que me parecía un hecho extraordinario, yo conocía el origen de esa gente cuya aparición había
anunciado. Entonces Codovilla dijo: “Es el lumpen”. Otros dijeron: “Es gente movida
por la policía”.
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CAP. 2
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DOCUMENTO
23
Juan Domingo
Perón, desde su
lugar de
detención en la
isla Martín García,
octubre de 1945.
DOCUMENTO
24
Raúl Scalabrini
Ortiz, escritor,
integrante del
grupo FORJA.
DOCUMENTO
25
Ernesto Giudici,
dirigente
disidente del
Partido Comunista
Argentino.
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CAP. 2
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
Después del golpe del ’43 yo pasé a la clandestinidad, nuestra prensa fue clausurada, se trataba de una dictadura abierta. Estuve encarcelado un año en Villa Devoto.
Al día siguiente de ser puesto en libertad, en agosto de 1945, me entrevisté con el almirante Teisaire, pues era mi costumbre tener contacto con todos los partidos y gobiernos. El militar me propuso la unidad del comunismo con el peronismo, y para ello
consideró oportuna la constitución de un partido del tipo laborista, iniciativa que ya
había sido tomada por el sindicalista de la carne de Cipriano Reyes.
Pero yo le pedí antes de discutir ese tema que abriera los locales del PC, lo que
hizo inmediatamente. También me reuní con Filomeno Velazco, jefe de Policía, quien
me manifestó que el gobierno tenía intenciones de mantener relaciones cordiales
con el comunismo.
Yo retomé la dirección del periódico Orientación. Pero ese contacto que tuve con
muchos peronistas —mientras el PC los rechazaba— me permitió comprender que
esa imagen de Perón, dictatorial y despótico, no era ajustada a la verdad. Pero la unidad con los peronistas no se concretó.
El PC conservaba sus buenas relaciones con radicales y socialistas, y fuimos juntos
a la campaña electoral en la Unión Democrática, contra Perón.
DOCUMENTO
26
Juan Domingo
Perón, 17 de
octubre de 1945.
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DISCURSO DE JUAN D. PERÓN DESDE EL BALCÓN DE LA
CASA DE GOBIERNO EN LA PLAZA DE MAYO
Trabajadores: hace casi dos años dije desde estos mismos balcones que tenía tres
honras en mi vida: la de ser soldado, la de ser un patriota y la de ser el primer trabajador argentino. Hoy a la tarde, el Poder Ejecutivo ha firmado mi solicitud de retiro
del servicio activo del Ejército. Con ello, he renunciado voluntariamente al más insigne honor al que puede aspirar un soldado: llevar las palmas y laureles de general de
la Nación. Ello lo he hecho porque quiero seguir siendo el coronel Perón, y ponerme
con este nombre al servicio integral del auténtico pueblo argentino. Dejo el sagrado
y honroso uniforme que me entregó la Patria para vestir la casaca de civil y mezclarme en esa masa sufriente y sudorosa que elabora el trabajo y la grandeza de la
Patria.
Por eso doy mi abrazo final a esa institución, que es el puntal de la Patria: el Ejército. Y doy también el primer abrazo a esa masa grandiosa, que representa la síntesis
de un sentimiento que había muerto en la República: la verdadera civilidad del pueblo argentino. Esto es pueblo. Esto es el pueblo sufriente que representa el dolor de
la tierra madre, que hemos de reivindicar. Es el pueblo de la Patria. Es el mismo pueblo que en esta histórica plaza pidió frente al Congreso que se respetara su voluntad
y su derecho. Es el mismo pueblo que ha de ser inmortal, porque no habrá perfidia ni
maldad humana que pueda estremecer a este pueblo, grandioso en sentimiento y en
número. Esta verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que
marcha, ahora también, para pedir a sus funcionarios que cumplan con su deber para
llegar al derecho del verdadero pueblo.
Muchas veces he asistido a reuniones de trabajadores. Siempre he sentido una
enorme satisfacción: pero desde hoy, sentiré un verdadero orgullo de argentino, porque interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de
trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Patria. Hace dos
años pedí confianza. Muchas veces me dijeron que ese pueblo a quien yo sacrificara
mis horas de día y de noche, habría de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien lo ayuda. Por eso, señores, quiero en esta
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oportunidad, como simple ciudadano, mezclarme en esta masa sudorosa, estrecharla profundamente en mi corazón, como lo podría hacer con mi madre. [En ese instante, alguien cerca del balcón le gritó: “¡Un abrazo para la vieja!”], Perón le respondió:
Que sea esta unidad indestructible e infinita, para que nuestro pueblo no solamente
posea una unidad, sino para que también sepa dignamente defenderla. ¿Preguntan
ustedes dónde estuve? ¡Estuve realizando un sacrificio que lo haría mil veces por ustedes! No quiero terminar sin lanzar mi recuerdo cariñoso y fraternal a nuestros hermanos del interior, que se mueven y palpitan al unísono con nuestros corazones desde todas las extensiones de la Patria. Y ahora llega la hora, como siempre para
vuestro secretario de Trabajo y Previsión, que fue y seguirá luchando al lado vuestro
para ver coronada esa era que es la ambición de mi vida: que todos los trabajadores
sean un poquito más felices.
Ante tanta nueva insistencia, les pido que no me pregunten ni me recuerden lo que
hoy ya he olvidado. Porque los hombres que no son capaces de olvidar, ni merecen
ser queridos y respetados por sus semejantes. Y yo aspiro a ser querido por ustedes y
no quiero empañar este acto con ningún mal recuerdo. Dije que había llegado la hora
del consejo, y recuerden trabajadores, únanse y sean más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse nuestra hermosa Patria, en la
unidad de todos los argentinos. Iremos diariamente incorporando a esta hermosa
masa en movimiento a cada uno de los tristes o descontentos, para que, mezclados a
nosotros, tengan el mismo aspecto de masa hermosa y patriótica que son ustedes.
Pido, también, a todos los trabajadores amigos que reciban con cariño este mi inmenso agradecimiento por las preocupaciones que todos han tenido por este humilde hombre que hoy les habla. Por eso, hace poco les dije que los abrazaba como
abrazaría a mi madre, porque ustedes han tenido los mismos dolores y los mismos
pensamientos que mi pobre vieja querida habrá sentido en estos días. Esperamos que
los días que vengan sean de paz y construcción para la Nación. Sé que se habían
anunciado movimientos obreros; ya ahora, en este momento, no existe ninguna causa
para ello. Por eso les pido, como un hermano mayor, que retornen tranquilos a su trabajo y piensen. Y hoy les pido que retornen tranquilos a sus casas, y esta única vez, ya
que no se lo puedo decir como secretario de Trabajo y Previsión, les pido que realicen
el día de paro festejando la gloria de esa reunión de hombres que vienen del trabajo,
que son la esperanza más cara de la Patria.
He dejado deliberadamente para lo último, el recomendarles que antes de abandonar esta magnífica asamblea, lo hagan con mucho cuidado. Recuerden que entre
todos hay numerosas mujeres obreras, que han de ser protegidas aquí y en la vida por
los mismos obreros; y finalmente, recuerden que estoy un poco enfermo de cuidado y
les pido que recuerden que necesito un descanso que me tomaré en el Chubut ahora,
para reponer fuerzas y volver a luchar codo a codo con ustedes, hasta quedar exhausto si es preciso. Pido a todos que nos quedemos por lo menos quince minutos más reunidos, porque quiero estar desde este sitio contemplando este espectáculo que me
saca de la tristeza que he vivido en estos días.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
capítulo
3
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
Las elecciones de 1946.
Página 96.
Documentos 27 al 30.
Caricatura del humorista Flax,
publicada en la revista Don
Fulgencio, dirigida por Lino
Palacio, y cuyo primer número
apareció el 17 de octubre de
1945.
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LOS GobiernoS DE JUAN
D. PERÓN (1946-1955)
LAS ELECCIONES DE 1946
El Partido Laborista
Una semana después del 17 de octubre de 1945, un grupo de dirigentes obreros peronistas creó el Partido Laborista. Su intención era encauzar políticamente la movilización social gestada en esos días, procurando que el movimiento obrero consolidara su protagonismo.
La fundación del nuevo partido fue interpretada por los viejos
sindicalistas como la realización de sus reclamos de participación
política independiente. En su Carta Orgánica afirmaban su deseo
de “luchar en el terreno político por la emancipación de la clase laboriosa del país”, a la vez que prohibían explícitamente “el ingreso
de personas de ideas reaccionarias o totalitarias y de integrantes de
la oligarquía”. Con un discurso clasista se proponían llegar al poder
y ocupar el Estado para realizar las reivindicaciones históricas del
movimiento obrero.
En la creación del Partido Laborista participaron dirigentes de diversas corrientes ideológicas y partidarias: socialistas, sindicalistas
revolucionarios, radicales y de la CGT, todos obreros con más de 15
años en la actividad sindical.
El programa del Partido Laborista proponía la convocatoria a elecciones democráticas y una organización económica y social para el
país basada en una “necesaria redistribución de los ingresos, que
mejore los salarios y las condiciones de vida de los trabajadores. La
democracia política —sostenía— debe complementarse con la democracia económica”.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
El Partido Laborista se convirtió en un actor fundamental de la
alianza social que se conformó detrás del liderazgo del secretario de
Trabajo y Previsión, Juan D. Perón. Esta alianza aglutinaba a la gran
mayoría de los trabajadores (entre los que crecían los obreros industriales), a pequeños y medianos empresarios y productores agrarios
que producían para el mercado interno, y a sectores nacionalistas
del Ejército.
Luego de los hechos ocurridos el 17 de octubre en la Plaza de
Mayo de la ciudad de Buenos Aires y en otros centros urbanos del
país, y ante la posibilidad de la profundización de la movilización
popular, el gobierno militar presidido por el general Farrell aceptó
una salida electoral. Los comicios fueron convocados para el 24 de
febrero de 1946.
Perón estaba dispuesto a postularse para la presidencia de la Nación, pero carecía de una estructura política partidaria propia y tenía dificultades para establecer acuerdos con partidos o agrupaciones tradicionales. Por lo tanto, su candidatura fue impulsada desde
el Partido Obrero recientemente creado. El dirigente correntino Juan
Hortensio Quijano, perteneciente a la UCR-Junta Renovadora (un
sector escindido del radicalismo), fue elegido como candidato a vicepresidente de la fórmula peronista.
Un afiche del Partido Laborista de la provincia de Buenos Aires sobre las elecciones de
1946. Se leía: “Su voto... hoy LIBRE constituye el arma que aplastará definitivamente a
la oligarquía y al capitalismo extranjero. Vote Perón-Quijano. Una gran fórmula para
la gran causa de un gran pueblo”.
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67
Del Partido
Laborista al
Partido Peronista
El Partido Laborista fue
disuelto tres meses después
de las elecciones de febrero
de 1946, a poco de asumir
Perón la presidencia. Lo
mismo sucedió con la Junta
Renovadora del radicalismo,
agrupación a la que
pertenecía Quijano.
El lugar del Partido Laborista fue ocupado, por un breve
lapso, por una nueva
estructura, el Partido Único
de la Revolución Nacional y
luego, de manera definitiva,
por el Partido Peronista. De
este modo, Perón intentaba
limitar la acción independiente de los dirigentes
obreros y subordinarlos a las
decisiones del Estado.
Cipriano Reyes, dirigente de
la Federación Obrera de la
Industria de la Carne, fue
uno de los dirigentes que se
opuso a la disolución del
laborismo. • |
Caricatura de Flax sobre la
campaña electoral de 1946.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La Unión Democrática
Afiche de campaña de la Unión
Democrática en 1946.
Frente a la consolidación de la alianza peronista se fue estableciendo otra alianza social muy poderosa, que bajo la dirección de los terratenientes y los grandes comerciantes exportadores nucleaba a la
gran burguesía industrial, a sectores militares industrialistas atemorizados por la movilización obrera y a sectores medios urbanos.
La SRA y la UIA —que habían apoyado la Marcha de la Libertad
y la detención de Perón— eran las organizaciones de empresarios
más activas de esta alianza.
La casi totalidad de los partidos políticos tradicionales establecieron un acuerdo para formar un frente electoral —la Unión Democrática— que se convirtió en el actor político representante de este
conjunto de intereses sociales. La UCR, el Partido Demócrata Progresista, el Partido Socialista, el Partido Comunista y diversas fuerzas conservadoras (excluyendo al Partido Demócrata Nacional, que
no participó formalmente de la alianza pero la apoyó decididamente) eligieron como candidatos de su fórmula presidencial a los radicales José P. Tamborini y Enrique Mosca.
La Unión Democrática se presentaba como la fuerza que defendía “los valores democráticos” frente al avance de lo que consideraban “el nazifascismo”. La reunión de dirigentes comunistas y conservadores en una misma fuerza electoral contaba con el respaldo
activo del gobierno de los Estados Unidos. De este modo, se reproducía en la lucha política local el escenario de la guerra mundial: la
alianza de la Unión Soviética con los “imperios democráticos” —Estados Unidos y Gran Bretaña— para enfrentar a Alemania e Italia,
las potencias del “Eje”.
Una concentración de
partidarios de la Unión
Democrática frente al
Congreso nacional.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
69
Los resultados de las elecciones
El laborismo centró su campaña electoral en la presentación de Perón como el representante de los trabajadores, de la justicia social y
como el defensor de los intereses nacionales frente al imperialismo
estadounidense. Perón supo aprovechar en su favor la intromisión
en la campaña electoral de Spruille Braden, subsecretario de Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos durante la presidencia de H.
Truman. Pocos días antes de las elecciones, fue difundido el “Libro
Azul”, un panfleto auspiciado por Braden que presentaba a Perón
como “nazi” y “antidemocrático”. Los laboristas lanzaron la consigna “Braden o Perón”, para reafirmar el carácter nacionalista y anticolonialista de su propuesta.
Otra consigna muy utilizada fue “¡Cheque, cheque, cheque!”, que
hacía referencia al dinero que la Unión Industrial había entregado
para financiar la campaña de la Unión Democrática. De este modo,
Perón y Quijano se presentaban como la fórmula del pueblo contra
la “oligarquía capitalista”.
El 24 de febrero de 1946, finalmente, la fórmula peronista obtuvo
el 52% de los votos, superó por más de 260.000 sufragios a la UD.
El triunfo del pequeño Partido Laborista, representante de un sector de la sociedad argentina que para muchos no existía, sobre la
casi totalidad de los partidos políticos tradicionales, sorprendió a la
mayoría de la población y fue calificado por un dirigente peronista
como un “milagro aritmético”. Se trató de una elección muy polarizada en la que el resto de las fuerzas políticas apenas sumaron en
conjunto el 5% de los sufragios.
Sin el uniforme de coronel y en mangas de camisa, Perón participó activamente en la
campaña electoral de 1946. En la imagen, en un acto en Rafaela, provincia de Santa Fe.
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Afiche de campaña peronista
en 1946 firmado por “Bancarios
Argentinos”. Se leía: “Perón o
Braden es la disyuntiva del 24
de febrero. Vote con conciencia
de Argentino, que no lo acusen
mañana sus hijos”.
En la primera plana del
periódico Democracia del
sábado 23 de febrero de 1946
se leía: “Ud. Votará Mañana
Contra: Braden, el Jockey Club,
el Círculo de Armas, la Unión
Industrial, la Bolsa de
Comercio, la Sociedad Rural,
los Latifundistas, el Gran
Capitalismo, la Prensa
Subvencionada y por la
Argentina que Nace con Perón
sin Corrupción y sin Pobreza”.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
EL PRIMER GOBIERNO DE PERÓN (1946-1952)
Perón asumió la presidencia el 4 de junio de 1946, luego de ganar
las primeras elecciones legítimas luego de quince años del llamado
“fraude patriótico”.
La fórmula Perón-Quijano se impuso en todas las provincias, menos en Córdoba, San Luis, San Juan y Corrientes. El peronismo ganó
las gobernaciones de trece provincias sobre un total de catorce. La
única excepción fue Corrientes, donde se consagró gobernador el
candidato de la Unión Cívica Radical. Sin embargo, al poco tiempo,
los tres poderes de la provincia fueron intervenidos por una ley del
Congreso nacional.
Con este rotundo respaldo electoral en casi todo el país, el peronismo obtuvo los dos tercios de la Cámara de Diputados y una muy
amplia mayoría en el Senado.
Esta fortaleza política le permitió a Perón encarar un plan de gobierno audaz, cuyas principales líneas de acción fueron la consolidación de la política social que había iniciado como secretario de Trabajo y Previsión, y el diseño de un plan económico que colocó al Estado
como un actor central en todos los planos de la realidad social.
Perón votando, según una
imagen publicada en tapa de la
revista Así, luego de las
elecciones de febrero de 1946.
Perón y Quijano el día de la asunción de la primera presidencia, el 4 de junio de 1946.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
71
El Primer Plan Quinquenal: industrialización
con redistribución progresiva de la riqueza
El subsidio a la industria nacional
Los objetivos y las principales líneas de acción de la política económica del primer gobierno de Perón quedaron establecidos en el Primer Plan Quinquenal. Con esta planificación económica, el Gobierno procuraba incentivar el desarrollo de la industria y al mismo
tiempo crear las bases para una redistribución de la riqueza en favor de los asalariados, aumentando el nivel de empleo, elevando el
poder adquisitivo de los salarios y mejorando las condiciones de vida
de los trabajadores. Una de las claves fue el aumento del gasto social
en las áreas de educación, salud y vivienda.
A partir de 1946, el gobierno peronista se propuso profundizar el
proceso de sustitución de importaciones de manufacturas industriales y fue perfeccionando un complejo mecanismo institucional
para fomentar el desarrollo de la rama metalmecánica y metalúrgica liviana. Estas industrias comenzaron a producir artefactos para
el hogar —la “línea blanca”, como cocinas, heladeras, lavarropas, licuadoras, ventiladores y otros electrodomésticos— y orientaron su
oferta al mercado interno.
El incentivo para crear nuevas industrias y ampliar las ya existentes por medio de líneas de crédito accesibles se correspondió con la
expansión sostenida del consumo interno. Y este solo podía ser garantizado por un aumento real de los salarios, por el crecimiento de
la capacidad de compra de los asalariados y por un número cada vez
mayor de trabajadores en condiciones de gastar su salario.
Propaganda peronista que
asociaba la figura de Perón con
la justicia social, en el centro
de la Ciudad de Buenos Aires,
en 1946.
El auge de la producción de
artículos electrodomésticos
estuvo acompañado de una
intensa y novedosa campaña
publicitaria destinada,
particularmente, a las amas
de casa. Eran frecuentes los
mensajes que hacían referencia
a la modernización
de las tareas del hogar y al
consecuente mayor bienestar
de la familia.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La expansión del consumo interno
La “independencia
económica” según
Perón
En octubre de 1946, en el
discurso de presentación del
Primer Plan Quinquenal,
Perón afirmó: “Para aumentar nuestras conquistas
sociales necesitamos
aumentar la riqueza y
aumentar el trabajo.
Nuestro plan considera, en
esta etapa, multiplicar
nuestra riqueza y repartirla
convenientemente; y con
ello, las nuevas conquistas
sociales han de salir de
nuestro propio trabajo, sin
perjudicar a nadie. A ello
tiende nuestro plan
quinquenal. Debemos
producir el doble; multiplicarlo por cuatro mediante
una buena industrialización,
distribuir equitativamente la
riqueza y aumentar el
estándar de vida de nuestras
poblaciones hambrientas,
que son la mitad del país. Y
cuando este ciclo se haya
cerrado, no tendremos
necesidad de mendigar
mercados extranjeros
porque tendremos el
mercado dentro del país, y
habremos solucionado con
ello una de las cuestiones
más importantes: la
estabilidad social”.
Un año después, el 9 de julio
de 1947, el gobierno
peronista declaró, en
Tucumán, la independencia
económica. Esta, junto a la
justicia social y la soberanía
política, se convirtieron en
las tres banderas históricas
del peronismo. • |
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Durante el primer gobierno peronista, el Estado llevó adelante planes de construcción de viviendas, hospitales y escuelas, y garantizó
a través de las obras sociales, la afiliación sindical y la expansión de
planes de bienestar social, la satisfacción de las necesidades básicas
a numerosos sectores de la población sin que estos tuvieran que utilizar una parte de su salario para hacerlo. De este modo, la población disponía de un mayor volumen de ingresos que podía gastar
comprando los productos industriales, y el aumento de las ventas
estimulaba a los empresarios a realizar nuevas inversiones. El sector privado y el Estado generaban empleo y las obras públicas convertían al Estado en un consumidor importante.
Además de aumentar el gasto social, el Estado expandió también
la inversión pública en obras de infraestructura y llevó adelante la
nacionalización de importantes sectores de la economía: los ferrocarriles de propiedad británica; los teléfonos adquiridos a la empresa estadounidense ITT; el gas; las empresas de navegación fluvial y
de ultramar, y el transporte aéreo pasaron a ser responsabilidad directa del Estado.
Siempre con el propósito de mantener la mayor parte de la masa
salarial disponible para la compra de productos industriales, el Estado fijó precios máximos para los artículos de primera necesidad
y controló el valor de los
alquileres y de los arrendamientos rurales.
Propaganda del gobierno
peronista referida a la política
de nacionalización y
estatización de empresas de
servicios públicos que
pertenecían a empresas
privadas extranjeras.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
73
Los mecanismos de intervención estatal
La intervención del Estado en la economía se concretó a través de
una vasta red de regulaciones e instituciones públicas. Sus principales instrumentos fueron el Banco Central y el Instituto Argentino
para la Promoción del Intercambio (IAPI).
El Banco Central fue nacionalizado (desde el Pacto Roca-Runciman participaban en su dirección representantes de bancos ingleses); y también fueron nacionalizados los depósitos bancarios. Así,
el Estado contó con instrumentos para controlar la política financiera y orientarla hacia la actividad industrial. Con la supervisión del
Banco Central, otros bancos canalizaron los créditos hacia diversos
sectores económicos: el Banco Hipotecario Nacional promovió la
construcción de viviendas, el Banco de la Nación fomentó el crédito
para el agro y el comercio, la Caja Nacional de Ahorro Postal estimuló a los pequeños ahorristas, y el Banco de Crédito Industrial fomentó la inversión en industria y minería.
Por medio del IAPI, el Estado controló el comercio exterior, fijando los precios de las exportaciones agrícolas, regulando las importaciones y resguardando la producción nacional. El Estado fijaba los
precios de los cereales y, de este modo, evitaba que la gran burguesía
comercial y terrateniente —como los grupos Bunge y Born y Dreyfus—
manejara el mercado por medio de prácticas oligopólicas.
El IAPI le permitió al Estado obtener un importante
caudal de recursos que derivó hacia la industria y hacia
la inversión social. De esta manera, se produjo una transferencia de ingresos de los sectores agroexportadores
hacia la burguesía industrial y los sectores populares
urbanos.
El crecimiento
industrial
Durante la década de 1940,
la actividad industrial creció
rápidamente, en particular,
las pequeñas y medianas
industrias de capital
nacional, de bienes de
consumo e intermedios. El
número de establecimientos
pasó de 65.803 en 1943 a
104.000 en 1948; y el
número de obreros ocupados, entre esos mismos años,
pasó de 846.111 a
1.169.000. • |
Publicidad oficial de la época
que anuncia las ventajas
económicas que generaba el
Instituto Argentino para la
Promoción del Intercambio
(IAPI).
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La situación de los sectores agroexportadores
La distribución de
la riqueza entre
1946 y 1948
Sin duda, el período
1946-1948 ha quedado en la
memoria colectiva de los
argentinos como la época
del más formidable proceso
redistributivo a favor de los
trabajadores ocurrido en el
siglo. El objetivo prioritario
del gobierno peronista fue
modificar la distribución del
ingreso para consolidar un
nuevo orden social. Los
instrumentos elegidos por la
administración peronista
fueron convencionalmente
keynesianos: créditos
subsidiados para financiar
aumentos de salarios,
aumento del gasto público
—creció el número de
empleados del Estado— y
del déficit fiscal para
mantener el nivel de
actividad laboral. Hay que
destacar la ausencia de una
estrategia de crecimiento a
largo plazo durante los
primeros años del gobierno,
tal vez por las urgentes
demandas sociales desatadas entre 1946 y 1948. Este
modelo entró en crisis en
1949 y se modificó al año
siguiente, pero para ese
entonces la desconfianza de
los empresarios privados ya
era muy profunda. • |
La política económica del gobierno peronista presentaba una novedad: por primera vez los sectores agroexportadores —grandes comerciantes y terratenientes— no tenían capacidad de decidir ni de
influir significativamente en las políticas públicas. Su entidad representativa, la Sociedad Rural Argentina, adoptó una actitud defensiva y de no cuestionamiento frente a un Estado que transfería
parte de sus ganancias tradicionales hacia otros sectores. Tanto la
SRA como la Bolsa de Comercio tuvieron actitudes conciliatorias
con el gobierno de Perón: mientras duró la etapa de expansión de la
economía, toleraron lo que consideraban una intromisión del Estado en sus negocios.
Pero cuando en 1949 aparecieron los primeros indicadores de control económico, estos sectores fueron pasando de las posturas antiperonistas sostenidas en sus discursos al apoyo a planes conspirativos para desestabilizar al gobierno.
Pablo Gerchunoff, Un nuevo
patrón distributivo, 1996.
Durante el gobierno peronista el Estado intervino en la resolución de problemas
sociales (como el de la vivienda) de los sectores populares. En la revista que publicó esta
fotografía (el 12 de febrero de 1948), se leía el siguiente epígrafe: “Comprueban abusos
en los alquileres: personal dependiente de la Dirección de Vigilancia de la Policía
Federal comenzó hoy una vasta y enérgica campaña de represión a las maniobras
especulativas que se efectúan con las viviendas”. La fotografía muestra el procedimiento
realizado en los conventillos de la calle Defensa 731 y 757 de Buenos Aires.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
75
Los límites del proceso de industrialización
La sustitución de importaciones generó una expansión de la
producción y del consumo. Sin embargo, luego de algunos
años de crecimiento económico sostenido comenzaron a manifestarse ciertas debilidades estructurales del proceso de
industrialización.
La más grave era la dependencia de estas industrias de los
insumos importados. Los bienes de capital —la mayor parte
de las máquinas-herramienta y hasta las chapas de acero—
eran de origen extranjero. Esto significaba la necesidad de
disponer de un fuerte volumen de divisas para hacer frente
a las importaciones.
En este plano, la intervención del Estado estuvo orientada
a captar, a través de complejos mecanismos institucionales,
una parte de las divisas provenientes de las exportaciones
de la burguesía agraria y derivarla por diferentes vías hacia
el sostenimiento del sector industrial.
Las características de esta intervención estatal explican
otras de las debilidades del modelo. Una de ellas se derivaba
del hecho de que la burguesía agraria no participaba de la
alianza social que apoyaba al peronismo. Por lo tanto, si cambiaba la relación de fuerzas en el proceso de lucha política,
los terratenientes y los comerciantes exportadores tendrían
la posibilidad de oponerse dejando de invertir y haciendo
caer el volumen de las exportaciones y de los ingresos en divisas, lo que efectivamente hicieron.
Por otra parte, los diferentes tipos de subsidios garantizados por el Estado, de algún modo, protegieron a algunas industrias cuyas producciones eran de baja calidad y sin posibilidad de competir en el exterior debido a la tecnología
obsoleta que utilizaban.
Publicidad sobre el Primer Plan
Quinquenal.
Una visión crítica de la política
económica del gobierno de Perón
según el dibujante Tristán, en el
periódico socialista La Vanguardia: la
vieja Argentina pastoril oculta
tras las fachadas de las fábricas.
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HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La política social
La Fundación
Eva Perón
Eva Perón atendía personalmente en su Fundación los
pedidos de los sectores más
necesitados. Las obras de la
Fundación se solventaban
con fondos provenientes de
donaciones particulares, de
porcentajes de ventas de
entradas y de billetes de
lotería, de descuentos
obligatorios que se realizaban dos veces al año en los
salarios y, en ocasiones, de
la exigencia de aportes a
empresas privadas. El
manejo de estos fondos y la
propia iniciativa de Eva
Perón le permitieron a la
Fundación desarrollar una
actividad que difícilmente se
hubiera podido encauzar
por los canales institucionales preestablecidos, sujetos
a controles y trabas
burocráticas.• |
El auge económico que se registró durante los primeros años del
gobierno peronista fue acompañado por una política social que mejoró las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores y atendió las necesidades de los sectores más desprotegidos.
El fuerte incremento de la inversión del Estado en las áreas de vivienda y educación se materializó en la construcción de más de medio millón de viviendas y alrededor de 8000 escuelas. El acceso al
sistema de educación pública de vastos sectores sociales, que hasta
entonces solo gozaban formalmente de ese derecho, significó la reducción del analfabetismo al 3% de la población.
La acción social del primer gobierno peronista estuvo liderada por
la esposa de Perón, María Eva Duarte. Su actividad política generó
fuertes controversias en la sociedad argentina. Para los peronistas se
transformó en el símbolo de la justicia social. Para los trabajadores
fue “Evita”, “la abanderada de los humildes”. Sus enemigos políticos
—a los que calificó en enérgicos discursos como “oligarcas y vendepatrias”— la llamaron despectivamente “la Eva”.
La acción de Eva Perón rompió con muchas convenciones sociales de la época: la actuación pública estaba reservada para los varones y, excepcionalmente, para las damas de la elite, que realizaban
tareas de beneficencia. Una mujer de origen humilde, que ocupaba
una posición de poder sin una clara definición institucional, generó
el recelo y el odio de algunos sectores sociales.
Para desarrollar sus planes de acción social, Eva Perón creó
una fundación que le permitió establecer un contacto personal
directo y cotidiano con los sectores sociales más necesitados. La
“Fundación Eva Perón”, creada en 1948 en reemplazo de la Sociedad de Beneficencia, desplegó una intensa actividad: atendía
pedidos individuales, creaba hogares para niños y ancianos, centros educativos, colonias de vacaciones, policlínicos, ciudades
estudiantiles, proveía de materiales a hospitales y escuelas, distribuía alimentos y construía viviendas populares.
Evita trabajando en su
despacho en la fundación.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
77
La reforma constitucional de 1949
Una de las reformas políticas más importantes realizadas por el peronismo fue la sanción de una nueva Constitución nacional. El 25
de enero de 1949, luego de la convocatoria a elecciones, se reunió la
Convención Constituyente: los peronistas obtuvieron la mayoría y
los radicales, la minoría.
La Unión Cívica Radical rechazó la nueva Constitución porque
consideraba que era el resultado del afán personalista de Perón y de
su intención de lograr la reelección presidencial. Los convencionales
radicales solo asistieron a la sesión inaugural y no participaron en
los debates ni en la votación final, con la intención de restar legitimidad a la nueva carta magna.
Finalmente, luego de dos meses de deliberaciones, la nueva Constitución fue aprobada. En ella se incorporaron los derechos sociales
conquistados por el movimiento obrero y la legalización de los cambios económicos, especialmente la política de nacionalizaciones del
comercio exterior, de los combustibles y del transporte. En el orden
político se estableció la reelección presidencial y el voto directo en los
comicios nacionales.
Luego de la aprobación, los socialistas se quejaron porque entre
los derechos de los trabajadores no figuraba el derecho de huelga, y
los conservadores denunciaron el perfil excesivamente presidencialista de
la reforma.
Portada del periódico de la
CGT de un número de octubre
de 1949.
Afiche de la época en la que se
ve a los trabajadores “haciendo
entrar” sus derechos en la
Constitución nacional.
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78
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Las relaciones entre el Estado y los sectores sociales
Las relaciones con los sectores capitalistas
Miguel Miranda en una reunión
con Perón y empresarios con
negocios en la Argentina.
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A partir de la llegada del peronismo al gobierno comenzó a gestarse
una profunda reorganización de las relaciones entre los distintos
sectores sociales y el Estado peronista. Tanto la Sociedad Rural Argentina como la Unión Industrial Argentina se habían enfrentado
a Perón desde antes de 1946 y habían apoyado a los candidatos de la
Unión Democrática. El triunfo electoral del peronismo los obligó a
rediscutir su posición frente a la nueva coyuntura.
La UIA se dividió: algunos empresarios acordaban con el carácter industrializador del peronismo y otros, en cambio,
consideraban riesgoso el fortalecimiento
del movimiento obrero mediante la intervención estatal. Entre los primeros, algunos llegaron a colaborar con el nuevo
gobierno: Miguel Miranda (un empresario hojalatero) y Rolando Lagomarsino
estuvieron al frente del IAPI y de la Secretaría de Industria y Comercio respectivamente.
Entre 1943 y 1946, Perón había tratado
de establecer vínculos de cooperación con
la UIA. Pero una vez en el gobierno, en
el desarrollo de la lucha política, Perón
buscó limitar el poder de los grandes industriales invitando a participar en las discusiones sobre la política económica a los pequeños
y los medianos empresarios de todas las regiones del país cuya producción se orientaba hacia el mercado interno. El conflicto se agravó en mayo de 1946, cuando Perón intervino la UIA e impulsó la
organización gremial de los empresarios que orientaban su producción hacia el mercado interno como un actor autónomo, independiente de la UIA. Este proceso concluyó en 1953, cuando la UIA fue
finalmente disuelta por el gobierno y se constituyó la Confederación
General Económica (CGE).
Los terratenientes y comerciantes exportadores representados por
la SRA, aunque tenían una clara contradicción de intereses con el
proyecto peronista, oscilaron entre las demandas puntuales y la participación en conspiraciones para desestabilizar al gobierno.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
79
Las relaciones con los trabajadores
Los trabajadores se sindicalizaron masivamente y se
organizaron creando comisiones internas por fábrica.
De este modo pudieron desarrollar una acción gremial
muy dinámica, que compensó la tendencia a la burocratización de algunos dirigentes.
A medida que aumentaba su nivel de representación
y organización, la influencia del sindicalismo sobre las
políticas del Estado fue cada vez mayor. Sin embargo,
la clase obrera obtuvo gran parte de sus conquistas sociales luego de fuertes conflictos. Entre 1946 y 1949,
coincidiendo con la etapa de auge económico, se produjo una oleada de huelgas. Aunque la mayoría de estas
medidas de fuerza estuvo dirigida contra los empresarios y no contra el gobierno, significaron una presión
sobre el Estado, que no pudo desoír los reclamos de los
trabajadores.
En su marcha partidaria,
cantada por primera vez el 17
de octubre de 1948, los
peronistas afirmaban que
Perón “supo conquistar a la
gran masa del pueblo
combatiendo al capital”. Este
concepto también se plasmaba
en publicaciones de la CGT,
como la de octubre de 1949
que hacía referencia al “triunfo
de la justicia social” sobre “la
opresión capitalista”. A mismo
tiempo, en otras publicaciones,
como Mundo Peronista, se
planteaba como objetivo de
gobierno el cumplimiento de
200 días de trabajo por año y el
aumento de la productividad.
Eva Perón rodeada por trabajadores mineros.
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80
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
La propaganda política y la
educación.
Página 98.
Documento 31.
Página de un libro de lectura
para la educación primaria de
la época.
Las relaciones con los sectores medios
La relación entre el gobierno y los sectores medios urbanos fue muy
conflictiva. Muchos integrantes de estos sectores habían progresado
en el plano económico, beneficiados por el proceso de expansión del
consumo; sin embargo, su valoración del peronismo era muy negativa. Algunos consideraban que su posición económica y social relativamente acomodada era el fruto del esfuerzo propio y de sus padres —probablemente inmigrantes—, mientras que el bienestar del
que comenzaban a gozar los trabajadores no se debía a su esfuerzo,
sino a la “política demagógica y de despilfarro” del gobierno.
Muchos se consideraban superiores a los “cabecitas negras” y veían
en los nuevos habitantes de los grandes centros urbanos una amenaza a sus posiciones de privilegio. Estos factores culturales acentuaron la distancia entre el gobierno y amplios sectores de empleados públicos, docentes, estudiantes, profesionales y comerciantes.
Para los sectores medios, la situación de malestar aumentó a partir de algunas medidas tomadas por el gobierno: el uso obligatorio
de distintivos partidarios, la propaganda oficial a través de la radio y
de los libros escolares, la afiliación compulsiva al Partido Peronista
para conservar un puesto público, la monumentalidad de los actos
oficiales y los nombres de Perón y Evita en innumerables edificios
públicos e instituciones convirtieron al Estado peronista en una presencia agobiante. Sin organizaciones gremiales representativas de
importancia, estos sectores de la sociedad depositaron sus expectativas de cambio en la acción opositora de los partidos políticos, principalmente en el radicalismo y, más tarde, en la acción desestabilizadora de sectores de las Fuerzas Armadas y de la Iglesia católica.
Eva Perón en compañía de
familias provenientes de la
provincia de Tucumán. Muchos
integrantes de los sectores
medios urbanos llamaron,
despectivamente, “cabecitas
negras” a los migrantes que
llegaban a Buenos Aires desde
las zonas rurales del interior
del país.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
81
La ampliación de la participación política
Las organizaciones intermedias
A partir de 1946, se fue ampliando la participación política de los
trabajadores tanto a través del sufragio como a partir del desarrollo
de organizaciones de representación de intereses sectoriales, como
los sindicatos, las unidades básicas, las asociaciones barriales y las
entidades vecinales.
El fortalecimiento de los sindicatos y la vigencia efectiva de los
convenios colectivos de trabajo —por los cuales eran los sindicatos
por rama los que discutían con los empresarios los salarios y las
condiciones de trabajo— abrieron nuevos espacios de discusión y
contribuyeron a la democratización de las relaciones sociales en los
lugares de trabajo. La elección directa de los delegados de fábrica y
de las comisiones internas posibilitó a los trabajadores el control de
sus propias organizaciones. De manera indirecta, la ampliación de
la escolaridad y de la alfabetización al conjunto de la población también contribuyó a consolidar este proceso.
Como contrapartida, en ocasiones el Estado intentó subordinar a
las organizaciones sindicales, limitando su accionar independiente
y estableciendo una verticalización de sus estructuras y cuadros de
conducción. Al frente de muchos gremios fueron quedando los dirigentes más dóciles, y se acentuó de este modo una tendencia a la
burocratización de la actividad sindical. Otro indicador de esta tendencia fue que los sindicatos y la
CGT comenzaron a ser considerados una “rama” del movimiento peronista y, por lo tanto, sujeta a las
decisiones que emanaban de la estructura partidaria cada vez más
alejada del dinamismo de los primeros tiempos. Por su parte, los
militantes sindicales opositores, en
particular los comunistas, sufrieron persecuciones y detenciones.
No obstante, a pesar del intento de
subordinar al sindicalismo, las organizaciones obreras mantuvieron
márgenes de maniobra y de acción
independientes de las decisiones
del gobierno.
Historia 2.indd 81
Una reunión de la Cámara
Regional Paritaria de
Conciliación y Arbitraje.
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82
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Los actos públicos y el diálogo directo con el líder
La realización de grandes concentraciones públicas fue una nueva
y frecuente forma de participación política directa de los sectores
populares. Las manifestaciones populares en Plaza de Mayo, acompañadas por los discursos de Perón desde los balcones de la Casa
Rosada, fueron acontecimientos políticos habituales durante los gobiernos peronistas. En estos actos siempre fue destacada la presencia de los sindicatos encabezados por la Confederación General del
Trabajo. Una de las clásicas celebraciones peronistas era la del 1° de
Mayo, el Día de los Trabajadores. La otra fecha en la que se realizaban concentraciones masivas de apoyo al gobierno era el 17 de octubre, consagrado como el “Día de la Lealtad”.
Poco a poco, el Estado intentó asumir el control de estas celebraciones y convertirlas en actos de convalidación de sus políticas. Sin
embargo, en algunas ocasiones, como en el llamado “Cabildo Abierto del Justicialismo” cuando fue propuesta la candidatura de Eva
Perón a la vicepresidencia, las organizaciones obreras demostraron
su capacidad de decisión política autónoma y organizaron el acto
para presionar en favor de sus propios intereses.
A principios de agosto de 1951,
la CGT declaró el “anhelo de
todos los trabajadores” de que
Evita fuese la candidata a la
vicepresidencia de la “fórmula
de la Patria, Perón-Eva Perón”.
Para alcanzar este objetivo, el
22 de agosto de 1951, la CGT
organizó una manifestación
frente al Ministerio de Acción
Social, en la avenida 9 de Julio
de la ciudad de Buenos Aires, al
que concurrieron más de un
millón de manifestantes.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
El sistema de partidos y el Parlamento
A pesar del triunfo electoral de 1946, la oposición nunca aceptó al
peronismo como una fuerza legítimamente democrática, sino que
la consideró la versión local de “el autoritarismo nazifascista”.
Los partidos opositores —radicales, socialistas, comunistas, conservadores— criticaron con dureza al gobierno, y algunos de sus
dirigentes incluso alentaron los intentos de golpes de Estado que
impulsaron sectores liberales de las Fuerzas Armadas.
El gobierno de Perón tampoco reconoció como interlocutores legítimos a los partidos políticos y prefirió abrir canales de negociación con las entidades que representaban intereses corporativos. Acusaba a los políticos opositores de no comprender “la revolución
nacional que el peronismo encarnaba” y de conspirar contra los intereses del pueblo.
Ni unos ni otros reconocieron el espacio parlamentario como ámbito de negociación para la búsqueda de acuerdos. La lucha política
se pobló de epítetos descalificadores: “cabecitas negras” y “aluvión
zoológico” fueron algunas de las expresiones con que los antiperonistas agredieron a los simpatizantes del gobierno. Estos calificaban
a sus adversarios de “contreras”, “cipayos” y “oligarcas”; después de
1955, se difundiría el calificativo de “gorilas”.
Esta debilidad de las instituciones políticas para la representación
de intereses se daba, además, en una etapa de gran conflictividad
social y de fuerte lucha política por la distribución de la riqueza. La
propia política partidaria también se hallaba menoscabada por la
fuerte verticalización del partido oficialista.
La creación del Partido Peronista acentuó la centralización del
discurso político oficial y la burocratización de la estructura partidaria. La cómoda mayoría que tenía el peronismo en ambas cámaras, acentuada en la elección de 1951, hizo que la lucha
política partidaria en el ámbito parlamentario tuviera
aún menos relevancia. Además, la relación directa entre el líder del movimiento peronista y las masas obreras restaba capacidad de representación al partido.
Ver
83
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Los calificativos.
El sufragio femenino.
Página 99.
Documentos 32 al 34.
El sufragio
femenino
El 23 de septiembre de 1947,
se promulgó la Ley 13.010,
que instituyó el voto
femenino, un derecho por el
que, décadas atrás, habían
luchado las mujeres
“sufragistas”, en su mayoría
militantes del Partido
Socialista. Durante la
primera presidencia de
Perón, Evita fue la principal
impulsora del reconocimiento de los derechos
políticos de las mujeres y
del sufragio femenino. • |
Ver
Sanción del voto femenino
http://goo.gl/lzYO3u
La Ley del Voto Femenino (número 13.010) se puso en práctica en las
elecciones del 11 de noviembre de 1951. La lucha por el sufragio fue
un estímulo para que muchas mujeres se incorporaran activamente a
la participación política.
Historia 2.indd 83
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84
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LA REELECCIÓN DE PERÓN Y SU SEGUNDA
PRESIDENCIA (1952-1955)
Dificultades económicas y crisis de la alianza social
peronista
Para los peronistas, el
liderazgo de Perón era la
garantía para superar las
dificultades económicas. Así se
leía en la tapa de la revista PBT,
publicada en enero de 1950:
“Guía con rumbo certero el
barco de la Nación. ¡Va seguro
el pasajero, mientras comanda
Perón!”.
Evolución de los salarios reales
entre 1943 y 1951.
Año
1943
1944
1946
1947
1948
1949
1950
1951
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Trabajadores
no calificados
100,0
104,0
96,0
108,5
137,0
133,5
127,0
115,0
A partir de 1949, el modelo económico industrialista y redistributivo
comenzó a sufrir algunas dificultades. La fase expansiva del proceso
de sustitución de importaciones se detuvo debido a un conjunto de
factores. Los ingresos de divisas provenientes de las exportaciones
disminuyeron porque fueron menores las ventas a causa de la pérdida de mercados: los Estados Unidos protegieron su producción agrícola y desplazaron a la Argentina de algunos de sus tradicionales
mercados europeos. También cayó el volumen de las exportaciones:
a la disminución de los saldos exportables, que provocó el aumento
del consumo interno, se sumaron malas cosechas y liquidación de
hacienda como consecuencia de sequías. En este escenario, se restringieron las importaciones, decayó la producción industrial y se
generó inflación —en 1951, por ejemplo, el costo de vida aumentó
un 37%— debido a que los salarios continuaron aumentando y la
producción de bienes decayó. Esta caída de las exportaciones agropecuarias afectó el flujo de divisas necesario para mantener el nivel
de importaciones de los insumos que requería la actividad industrial
para continuar desarrollándose. Y en esta coyuntura, la burguesía
agraria no estuvo dispuesta a aumentar sus inversiones para mejorar los niveles de producción de bienes exportables.
En este contexto económico recesivo e inflacionario, se agudizaron las tensiones sociales y la lucha política por la distribución de la
riqueza. Los trabajadores, a través de las presiones ejercidas por los
sindicatos, procuraron defender el nivel de sus ingresos y, durante
el período 1949-1952 se produjeron numerosas huelgas por reclamos salariales.
Los empresarios que veían reducidos sus
Trabajadores
calificados
beneficios por los mayores costos de los
insumos importados y la disminución del
100,0
crédito, se resistieron a otorgar aumentos
--salariales.
91,0
105,0
127,0
120,0
113,0
99,0
12/12/13 11:02
CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
El intento golpista de 1951
Las dificultades económicas, la agitación por numerosas huelgas y
la expropiación del diario La Prensa (que pasó a estar dirigido por la
CGT) fueron motivos para la profundización de la oposición al peronismo por parte de grupos de militares de ideas liberales, liderados por el general retirado Benjamín Menéndez y el general Eduardo Lonardi.
Otro factor que había irritado a la sectores antiperonistas del Ejército había sido la candidatura de Evita a la vicepresidencia por parte
de la CGT. La esposa de Perón era muy resistida por los contenidos
radicalizados de sus discursos y por sus fluidos vínculos con los dirigentes obreros.
En septiembre de 1951 los jefes militares, encabezados por Menéndez, intentaron destituir a Perón. Los golpistas habían obtenido
promesas de apoyo por parte de varios dirigentes políticos, como el
radical Miguel Ángel Zavala Ortiz y el socialista Américo Ghioldi.
También mantuvieron reuniones con el radical Arturo Frondizi, el
demócrata progresista Horacio Thedy y con el conservador Reynaldo Pastor. Para la oposición política, la certeza de que Perón resultaría reelecto significaba que la vía electoral no era una opción para
llegar al gobierno.
Finalmente, divisiones dentro de las filas golpistas dejaron solo a
Menéndez en la intentona. El fracaso fue rotundo, ya que la mayoría de los oficiales permanecieron leales a su cadena de mandos. Sin
embargo, estos hechos constituyeron una clara señal de que la oposición en el seno de las Fuerzas Armadas era cada vez mayor.
Ver
85
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Las relaciones entre el
gobierno peronista y la
prensa opositora.
Página 100.
Documentos 35 y 36.
Cuando se conoció el intento
del golpe militar de septiembre
de 1951, grupos de obreros se
movilizaron hacia la Plaza de
Mayo para defender el
gobierno de Perón.
Historia 2.indd 85
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86
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
La candidatura de Eva Perón
a la vicepresidencia.
Página 101.
Documentos 37 y 38.
El renunciamiento
de Evita
El multitudinario acto
realizado el 22 de agosto de
1951 para promover la
candidatura de Eva Perón se
extendió durante muchas
horas. En reiteradas oportunidades, los manifestantes le
exigieron a Evita una
respuesta afirmativa, pero
ella pidió que le dieran “por
lo menos cuatro días para
pensarlo”. En su última
aparición en el escenario, ya
de noche, dijo: “Compañeros,
yo haré lo que diga el pueblo”
y, a continuación, los
manifestantes se desconcentraron. Nueve días más tarde,
el 31 de agosto, en un
mensaje radial, Evita anunció
su “decisión irrevocable y
definitiva de renunciar al
honor con que los trabajadores y el pueblo me han
ungido”.
La presión de la CGT,
conducida por José Espejo, no
alcanzó para que Evita
aceptara su postulación.
Aunque nunca se hicieron
públicos los motivos de este
renunciamiento, algunos han
interpretado que se debió a
las presiones de sectores
opositores militares y
eclesiásticos; y otros, a la
grave enfermedad que Evita
padecía y que provocó su
fallecimiento pocos meses
después, el 26 julio de
1952. •|
Historia 2.indd 86
Las elecciones de 1951
A pesar de las dificultades económicas, en las elecciones realizadas
en 1951 el peronismo obtuvo un triunfo arrollador.
Luego del renunciamiento de Evita a la candidatura a la vicepresidencia, la fórmula quedó integrada, igual que en 1946, por Perón
y Quijano. En los comicios realizados el 11 de noviembre de 1951,
la fórmula encabezada por Perón obtuvo el 62% de los votos contra
el 32% de la fórmula de la Unión Cívica Radical, encabezada por Ricardo Balbín. El resto de los partidos —socialistas, comunistas, demócratas— sumaron en conjunto el 4% de los votos.
Estos resultados permitieron al peronismo inaugurar un nuevo
período gubernamental, contando con una sólida mayoría en ambas
cámaras legislativas.
Mujeres esperando para votar por primera vez en la historia argentina. El 11 de noviembre de 1951 votaron 3.816.654 mujeres (el 63,9% lo hizo por el Partido Justicialista, el
30,8% por la Unión Cívica Radical). Más adelante, en 1952, las primeras 23 diputadas y
senadoras ocuparon sus bancas, representaban al Partido Justicialista.
Perón y su esposa se dirigen desde el Congreso hasta la Casa de Gobierno el día en que
aquel asumió por segunda vez la presidencia de la Nación, el 4 de junio de 1952. Gravemente enferma, Evita realizó un gran esfuerzo para acompañar a Perón y debió utilizar
una estructura de alambre y yeso debajo de su tapado para mantenerse en pie.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
87
Las respuestas a la crisis: el plan estabilizador
Durante su segunda presidencia, Perón se propuso realizar cambios
en la orientación económica, con el objetivo de atenuar los efectos
de la crisis. Se dejaron de lado algunos aspectos de la política iniciada en 1946 y se dio paso a un programa de estabilización y de mayor
austeridad.
Los cambios ya habían comenzado en 1949, cuando Miguel Miranda, representante de la burguesía orientada hacia el mercado
interno, debió alejarse de su cargo como titular del IAPI, y se profundizaron en 1953, con la puesta en marcha del Segundo Plan
Quinquenal. Se trató de un plan de ajuste, que intentó detener la
inflación y aumentar la producción por medio de la reducción del
consumo popular, el congelamiento de precios y salarios —prolongando por dos años los convenios colectivos entre trabajadores y
empresarios—, el recorte de los gastos del Estado, los incentivos a
la producción y la exportación agropecuaria, la apertura a la entrada de capitales extranjeros y la disminución de la presencia del Estado como empresario.
Los efectos de esta política tuvieron rápidos resultados: la inflación disminuyó, la actividad agropecuaria mejoró y, en general, la
producción recuperó los niveles anteriores a la crisis. Contribuyeron
a revertir la tendencia negativa el apoyo de los sindicatos al plan del
gobierno (aceptaron firmar convenios colectivos de más largo plazo)
y la buena cosecha de 1952-53.
Sin embargo la tensión social se reavivó en 1954. Ya superada la fase recesiva y concluida la tregua salarial, los
sindicatos reiniciaron la lucha por la distribución del ingreso desplegando una intensa ola de huelgas.
Frente al fuerte activismo y a la unidad organizativa de
los sindicatos de trabajadores, los empresarios presentaban
un cuadro muy diferente, divididos en luchas entre fracciones con intereses y posiciones políticas enfrentadas. Las
organizaciones representativas de la gran burguesía industrial se volcaron a una franca oposición cuando, en 1953,
el Gobierno le quitó la personería jurídica a la UIA y solo
reconoció como interlocutor empresario a la CGE.
Inversiones
extranjeras
y petróleo
En el marco del Segundo
Plan Quinquenal, el
gobierno peronista impulsó
acuerdos con inversores
extranjeros, como Fiat,
Kaiser Detroit y Standard
Oil. En abril de 1955 se
intentó firmar un contrato
con la empresa estadounidense Californian Company
para explotar el petróleo en
el país. Pero el acuerdo no
fue aprobado en el Congreso. Allí enfrentó la oposición
de los radicales y, también,
la de la bancada peronista,
encabezada por Amado
Olmos y John William
Cooke. También rechazaron
la firma del contrato
propuesto por el Poder
Ejecutivo la CGT y los
periódicos oficialistas
Democracia y De Frente. • |
John William Cooke fue uno de los varios diputados peronistas que se
opuso a la firma del tratado con la Standard Oil de California, que
finalmente fue firmado el 17 de abril de 1955.
Historia 2.indd 87
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88
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LA CRISIS POLÍTICA Y EL GOLPE MILITAR DE 1955
Las dificultades económicas y las tensiones sociales se combinaron
con un panorama político cada vez más conflictivo. El enfrentamiento entre los partidarios del gobierno y sus opositores se agravó cuando Perón asumió su segundo mandato presidencial.
Al mismo tiempo, los militares se constituyeron en un actor político cada vez más activo e independiente del gobierno, que actuó
con autonomía, presionando y conspirando para quebrar la estabilidad institucional. Los sectores liberales y del nacionalismo católico
ganaron espacio dentro de las Fuerzas Armadas, a la vez que establecieron relaciones y acuerdos con los partidos políticos opositores
(radicales, conservadores, socialistas).
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
El enfrentamiento entre el
gobierno peronista y la
iglesia católica.
Página 104.
Documentos 39 al 41.
El punto más crítico del
enfrentamiento se produjo
cuando grupos de
simpatizantes del gobierno
atacaron e incendiaron
algunas iglesias en Buenos
Aires, luego de que el gobierno
acusó a miembros de la Iglesia
de quemar una bandera
argentina durante la procesión
del Corpus Christi.
Historia 2.indd 88
El enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia
católica
Las buenas relaciones entre el primer gobierno de Perón y la Iglesia
católica —que se manifestaron, por ejemplo, en el apoyo a la educación religiosa en las escuelas estatales— se deterioraron en su segundo mandato. La creación de organismos en el campo de la acción
social, como la Fundación Eva Perón, provocó recelo en la institución eclesiástica, que vio en el Estado un competidor de sus obras de caridad. A esto
se sumaron una serie de medidas impulsadas por
los diputados peronistas: la sanción, por primera
vez en el país, del divorcio vincular, la eliminación
de las discriminaciones legales entre los llamados
“hijos legítimos e ilegítimos”, un decreto que eliminaba definitivamente la educación religiosa en
las escuelas del Estado y la suspensión de los aportes del Estado a la enseñanza privada religiosa. Estas diferencias entre el gobierno peronista y la Iglesia culminaron en fuertes enfrentamientos. El gobierno acusó a la
curia católica de incitar a la violencia al apoyar las conspiraciones
golpistas y provocar disturbios en las concentraciones religiosas, que
tenían un marcado tono político antigubernamental. La Iglesia, por
su parte, criticó al peronismo por su política anticlerical y por considerarlo responsable de incitar a la violencia en su contra.
12/12/13 11:02
CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
La alianza social antiperonista derroca a Perón
El resultado de estos conflictos políticos y de las tensiones sociales fue
la reconstitución y el fortalecimiento de la alianza social antiperonista, conformada por la gran mayoría de los sectores medios —los
más activos eran los estudiantes nucleados en la FUA—, la gran
burguesía ligada al capital local y extranjero —representada por la
SRA y la CARBAP—, la Bolsa de Comercio y la UIA, la Iglesia católica y sectores de las Fuerzas Armadas.
En el plano político-institucional esta alianza social se expresó
por medio de duras críticas lanzadas por la casi totalidad de los partidos opositores, en particular por la UCR, conducida por Ricardo
Balbín.
Fuera del marco legal, se produjeron levantamientos contra el Gobierno en diversas bases militares, que culminaron el 16 de junio
de 1955 con un bombardeo en horas del mediodía a la Plaza de Mayo,
cuyo resultado fueron cientos de civiles heridos y muertos. A dicha
acción le siguió el ataque de simpatizantes peronistas a locales de
partidos opositores y el incendio de iglesias, considerados instigadores de un golpe militar contra el gobierno.
Estos hechos acentuaron el clima de enfrentamiento político. El
apoyo social al gobierno quedó reducido a un sector del empresariado, la CGE, y a los trabajadores representados por la CGT, que convocó por radio en varias oportunidades a los trabajadores a defender
al gobierno.
Finalmente, el 16 de septiembre de 1955, otro levantamiento militar, que se autodenominó “revolución libertadora”, encabezado por el almirante
Isaac Rojas y los generales Pedro E. Aramburu y Eduardo Lonardi, destituyó a Perón y estableció un gobierno provisional.
Historia 2.indd 89
Ver
89
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
El golpe cívico militar de
1955.
Página 106.
Documentos 42 al 44.
Ver
Bombardeo a Plaza de Mayo,
el 16 de junio de 1955
http://goo.gl/UZXcZA
Una vista de la Plaza de Mayo
luego del bombardeo
realizado por aviones de la
Marina de Guerra, el 16 de
junio de 1955.
12/12/13 11:02
90
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
LA CULTURA DE LOS SECTORES POPULARES
Xx
Xx • |
“Alpargatas sí, libros no”, según
una caricatura de Tristán
publicada en el periódico
socialista La Vanguardia.
Esta caricatura de Tristán
expresaba la idea que los
simpatizantes de la izquierda
tradicional tenían sobre el
apoyo popular al peronismo.
Historia 2.indd 90
A partir de 1945, se fue conformando una cultura popular distinta
y en muchos sentidos opuesta al tradicional europeísmo de la elite
y de los sectores medios, que intentaban reafirmar su ascenso social
incorporando rasgos característicos de las minorías cultas. La cultura de los sectores populares adquirió un carácter nacional, dejó
atrás la etapa en la que predominó el aporte de los inmigrantes europeos. Al mismo tiempo, las migraciones internas acercaron a la
cosmopolita Buenos Aires las tradiciones culturales del interior del
país.
La ciudad y los suburbios se poblaron de nuevas ropas, comidas,
palabras, tonadas y canciones. Como ocurrió con el tango en los
años veinte, la música popular del interior, el folclore, fue primero
el patrimonio exclusivo de los sectores populares y luego comenzó
a ser aceptado por otros sectores de la sociedad. La radio contribuyó
a cambiar el gusto de muchos, que se fueron habituando a ritmos y
melodías que creían propias de la gente del campo.
Sin embargo, el rasgo más característico del panorama cultural
en aquellos años fue la distancia, e incluso el enfrentamiento, entre
la “cultura nacional y popular” y la “cultura oligárquica”. Cada sector creó y defendió su propio ámbito de acción, sus propios códigos
y actitudes. Los teatros, las universidades, los museos, las bibliotecas, la producción literaria continuaron siendo los ámbitos en los
que predominaron la elite y los sectores medios. Esta “Argentina de
los libros” se preparó para resistir el avance de la “Argentina de las
alpargatas”. La célebre expresión “alpargatas sí, libros no”, que cantaban los manifestantes peronistas en octubre de 1945, quedó grabada en la memoria colectiva como el símbolo del conflicto social y
cultural de la etapa peronista.
Para muchos trabajadores excluidos de un sistema educativo elitista, la cultura popular significaba una reacción contra la elite y una
afirmación de su propia identidad como pueblo. El Estado peronista contribuyó a exaltar y difundir esta nueva cultura del trabajo, en
la que el trabajador, el obrero, el descamisado, encarnaban valores
positivos. En la visión de los antiperonistas, se trataba de “cabecitas
negras e ignorantes” que vivían del favor del Estado.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
91
El auge de la radio
En la década de 1940, la radio se transformó en una
presencia constante en la vida cotidiana de los argentinos. Eran los tiempos en que las familias se reunían
junto al aparato para escuchar sus programas favoritos.
Convertida con frecuencia en el centro del hogar, la radio fue incorporando a su programación ciclos de humor, audiciones musicales, servicios informativos, programas deportivos, que pasaron de emitir f lashes sobre
fútbol y boxeo a transmisiones completas en directo y
radioteatros. Estos últimos, en particular, se popularizaron al punto de que muchas familias organizaban su
vida diaria de acuerdo con los horarios de emisión de
cada episodio. Era habitual la difusión de mensajes en
el sentido de que “la radio traía la felicidad al hogar”; la
radio unía a su alrededor a la familia y a los amigos.
La influencia creciente de la radio quedó reflejada
en el lenguaje coloquial de los argentinos. Se incorporaron muchas
de las expresiones provenientes de conocidos programas o publicidades radiales, como el saludo de Pepe Arias —actor cómico muy
escuchado por aquellos años— a sus oyentes: “Queridos filipipones...”; así también, la publicidad se instaló en la charla cotidiana:
“Casa Muñoz, donde un peso vale dos...”; y se popularizó la afirmación “Tenés más problemas que los Pérez García...” (familia que
protagonizaba un radioteatro), entre las expresiones más recordadas.
La masificación definitiva se produjo cuando se generalizó el uso
de la radio portátil, que había sido lanzada al mercado en 1926, pero
que hasta la década de 1940 no fue un producto accesible para las
familias de escasos recursos. Los anuncios de aquellos tiempos decían que la radio portátil era “la compañía ideal” para “tu hogar, tu
automóvil, tu barco o tu estancia”.
La expansión de la radiodifusión contribuyó a difundir y a homogeneizar un conjunto de pautas culturales en el nivel nacional. En
un país con fuertes desequilibrios regionales, y muy fragmentado
culturalmente, la radio cumplió un papel nacionalizador. También
acompañó el proceso de ampliación de la participación política y
fue utilizada por el gobierno peronista como un medio eficaz de
propaganda.
Historia 2.indd 91
Fotografía publicada en la
revista Mundo Peronista, 1 de
enero de 1952 (año I, nro. 12),
con el siguiente epígrafe: “En
todos los hogares de la Patria
las familias hicieron un alto en
la fiesta de Nochebuena para
escuchar el mensaje de Eva
Perón. La fiesta ha quedado en
suspenso, mientras todos
escuchan el mensaje de amor
que Evita dirige a todos los
humildes de la Patria”.
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92
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
Los símbolos de la justicia social
En las Navidades, la Fundación
Eva Perón distribuía cinco
millones de juguetes entre
niños de todo el país.
La política social peronista y el papel protagónico de
Eva Perón profundizaron el antagonismo entre peronistas y antiperonistas. Para los opositores al gobierno
se trataba solo de una actitud demagógica para conformar a los más pobres, de un reparto de dádivas que le
permitía a Perón ampliar su base electoral. En cambio,
Eva Perón fue para los “descamisados” o los “grasitas”
—como ella solía llamar a los trabajadores peronistas—
quien los dignificaba y llevaba a la práctica la justicia
social.
Desde la primera presidencia de Perón, la sidra y el
pan dulce que los trabajadores recibían para las fiestas
de fin de año, así como los juguetes que eran repartidos
entre niños de todo el país, se transformaron en símbolos de la justicia social. Para los más pobres, era una
demostración más de que el Estado se ocupaba de sus
necesidades, mientras que para otros era el símbolo de un Estado
que derrochaba recursos para manipular la voluntad de “masas ignorantes”.
Recuerdos de una
niña tucumana
“Mi familia era peronista.
Cuando estuvo Evita en las
afueras de Tucumán,
inaugurando un hospital, fue
una emoción muy grande
verla. Con esa belleza…
Alguno se va a reír de mí por
lo que digo, pero ella fue
muy importante para la
gente. Cuando murió se
sufrió mucho. Nosotros le
habíamos mandado una
carta, pidiéndole unos
anteojos para mi hermana
Chocha. Y nos llegaron dos
pares. Esas cosas mis padres
no las olvidaban”. • |
Mercedes Sosa, cantora, en una
entrevista publicada en 1996.
Historia 2.indd 92
Eva Perón repartiendo sidra y pan dulce.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
Nuevos hábitos de consumo
Durante 1944 y 1945, algunos sectores empresariales habían resistido los aumentos salariales decretados por la Secretaría de Trabajo
y Previsión; y en 1946, incluso, realizaron protestas. Pero a los pocos años advirtieron que las nuevas políticas económicas generaban
un sostenido aumento de las ventas de sus producciones y ampliaba
el mercado interno. Los bienes de uso doméstico elaborados por las
industrias livianas comenzaron a venderse en grandes cantidades.
Por ejemplo, las antiguas refrigeradoras que funcionaban con barras
de hielo fueron reemplazadas por heladeras eléctricas; y también se
generalizó la utilización de radios y máquinas de coser. Asimismo,
fue notable la expansión del consumo de indumentarias elaboradas
por las industrias textiles nacionales: trajes y vestidos de aceptable
calidad comenzaron a ser adquiridos por amplios sectores de la población.
Al mismo tiempo, el continuo aumento de los ingresos de los sectores populares hizo posible que estos pudieran acceder a lugares
de veraneo —como Mar del Plata— que hasta esa época eran de uso
exclusivo de los grupos más ricos de la sociedad argentina.
93
Discusiones
acerca del valor
de “un plato de
lentejas”
El peronismo constituye, sin
duda, un caso de manipulación que, sin embargo, fue
exitosa, pues logró proporcionar un grado efectivo de
participación a las masas
movilizadas, aunque, por
supuesto, manteniéndolas
dentro de límites aceptables
por los grupos sociales y
económicos más poderosos.
[…] Según la versión
generalmente aceptada, el
apoyo de las clases populares se debió a la demagogia
de la dictadura. Pues lo que
tenemos que preguntarnos
es en qué consistió tal
demagogia. Aquí la interpretación corriente es la que
por brevedad llamaremos
del “plato de lentejas”. El
dictador “dio” a los trabajadores unas pocas ventajas
materiales a cambio de la
libertad. El pueblo “vendió”
su libertad por un plato de
lentejas. Creemos que
semejante interpretación
debe rechazarse. […] Los
trabajadores que apoyaban
la dictadura, lejos de
sentirse despojados de la
libertad, estaban convencidos de que la habían
conquistado. • |
Gino Germani, Política y
sociedad en una época de
transición, 1974.
Este dibujo, publicado en una revista de la época, refleja las transformaciones en los
balnearios de Mar del Plata cuando dejó de ser un lugar exclusivo para familias de la
elite.
Historia 2.indd 93
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94
HISTORIA ARGENTINA | 1930 –1955
La intervención del Estado peronista en el ámbito
cultural
El conflicto cultural también se expresó en las instituciones educativas. El notable crecimiento de la matrícula en los tres niveles de
enseñanza significó la incorporación masiva de la clase trabajadora
a nuevos espacios culturales. La acción del Estado en ese ámbito
acentuó aún más los conflictos. Medidas de propaganda oficial, como
la obligatoriedad de leer el libro La razón de mi vida, de Eva Perón,
o la presencia constante de los nombres de Perón y Evita en los libros de lectura para la escuela primaria provocaban un rechazo generalizado entre los sectores medios antiperonistas. Sin embargo,
para quienes por primera vez podían enviar a sus hijos a la escuela,
recibir gratuitamente un libro de esas características era la continuidad “natural” de su relación armoniosa con un Estado que se preocupaba por sus necesidades. Lo que algunos sentían como una invasión o autoritarismo por parte del Estado, otros lo percibían como
un símbolo de reivindicación y de justicia social.
Otro rasgo característico de la cultura de la época fue la presencia
cotidiana del deporte, como práctica y como espectáculo masivo. El
Estado lo promocionó por medio de los “Torneos Infantiles Evita”,
apoyando la profesionalización de los atletas y construyendo polideportivos y estadios. Los triunfos de los deportistas argentinos en el
exterior —como los casos del automovilista Juan Manuel Fangio o
del maratonista Delfo Cabrera— fueron exaltados como logros de
la política oficial.
Junto a los antiguos potreros y
los pequeños estadios se
construyeron otros grandes y
modernos, como el Fortín de
Vélez Sarsfield y el de Racing
Club de Avellaneda (en la
foto), al que se llamó
“Presidente Perón”, y donde se
inauguraron los Juegos
Panamericanos el 25 de
febrero de 1951. En la revista
Mundo Deportivo (15/3/51)
podía leerse: “El flamante y
extraordinario estadio de
Racing está llamado a vibrar
en ocasión de cada
manifestación de jerarquía,
recibiendo en tal sentido un
bautismo que acaba de
consagrarlo como una de las
más hermosas realizaciones
del deporte nacional y, por
ende, como uno de los estadios
más queridos por el pueblo”.
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CAP. 3 | LOS GOBIERNOS DE JUAN D. PERÓN (1946-1955)
95
Discépolo
y los “contreras”
Militantes peronistas con bandoneones y bombos celebrando el Día de la Lealtad, el
17 de octubre de 1951.
La política universitaria
LAS VOCES DE LOS
CONTEMPORÁNEOS
Ver
Durante los dos gobiernos peronistas, las
política universitaria del
universidades fueron conducidas por gru- La
gobierno peronista.
pos de profesionales que adherían al nacio- Página 110.
nalismo católico, opositores a la Reforma Documento 45.
Universitaria de 1918, que enfrentaron la
oposición de la mayoría de docentes y estudiantes universitarios.
El movimiento estudiantil, organizado en la Federación Universitaria Argentina (FUA), controlada por radicales y socialistas, reafirmó
su antiperonismo. Ante esta situación, el Gobierno alentó la creación de la oficialista Confederación General Universitaria (CGU).
Al mismo tiempo que la política universitaria del peronismo generaba una fuerte oposición, también provocó un cambio en la composición social del estudiantado. Por primera vez llegaban a la universidad los hijos de obreros. El 22 de noviembre de 1949, por medio
del decreto N.° 29.337 se suspendió el cobro de aranceles en las universidades nacionales. Y en 1953 comenzó a funcionar la Universidad Obrera Nacional (UON) con el propósito de formar “ingenieros
de fábrica”, y a la que años más tarde se denominó Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Entre 1946 y 1955 la matrícula universitaria se triplicó.
Historia 2.indd 95
Enrique Santos Discépolo,
“Discepolín”, autor de
tangos, escritor y actor, fue
un entusiasta simpatizante
del peronismo. En 1951,
escribió 37 monólogos
breves, que él mismo leyó en
la radio. En esos monólogos,
Discépolo adoptaba la
personalidad de un peronista sencillo, emotivo y
bienintencionado y le
hablaba a un personaje
imaginario, llamado
Mordisquito, un “contrera”,
un típico representante de
la clase media antiperonista
con pretensiones de lograr
un status social más
elevado. En uno de sus
irónicos comentarios,
Discépolo decía a Mordisquito: “A mí no me duele que
vos tengas más... me duele
que los demás no tengan
nada. ¿Te has olvidado de
que la vida de los otros vale
tanto como la tuya? Por eso
me escribís diciendo que
este gobierno ha desatado
una tormenta de clases.
¡Qué error el tuyo! Lo que ha
desatado este gobierno no
es una tormenta de clases,
sino que ha desatado a un
montón de clases que vivían
en la tormenta... sin
paraguas, sin comida, sin
más sueños que los que dan
el cansancio y la miseria”. • |
Alberto Ciria, Política y cultura
popular: la Argentina peronista;
1946-1955.
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9696
CAP. 3
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
SOBRE LAS ELECCIONES DE 1946
DOCUMENTO
27
Congreso
fundacional del
Partido Laborista,
24 de octubre de
1945.
DOCUMENTO
28
Discurso de Juan
Domingo Perón en
1946.
Historia 2.indd 96
CARTA ORGÁNICA DEL PARTIDO LABORISTA
I — Constitución y fines
Artículo 1.º —El Partido Laborista, fundado en la ciudad de Buenos Aires el 24 de
octubre de 1945, es esencialmente una agrupación de trabajadores de las ciudades y
del campo, que tiene como finalidad luchar en el terreno político por la emancipación económica de la clase laboriosa del país procurando elevarla en su condición
humana y convertirla en actor decisivo de un fecundo progreso social.
[...] El método democrático será su norma invariable, tanto en el manejo de sus órganos propios como en su actuación pública.
II — De los afiliados
Artículo 2.° — El partido está integrado por:
sindicatos de trabajadores;
agrupaciones gremiales;
centros políticos y
afiliados individuales.
a) Los sindicatos de trabajadores que resolvieron ingresar en el Partido formarán
parte del mismo como organización y sus asociados pasarán a ser automáticamente
afiliados al Partido con excepción de aquellos que en el seno del sindicato manifestaran expresamente su voluntad. El sindicato no estará obligado a cotizar a la caja
del Partido por los asociados que no deseen formar parte del mismo. Caducará la incorporación de un sindicato al Partido en el caso de que más del 50% de los asociados
al sindicato expresen su voluntad de no ser afiliados al Partido.
b) Los trabajadores que se dediquen a una misma actividad profesional podrán
constituir una agrupación gremial de carácter local, provincial o nacional con afiliados al Partido. El Partido reconocerá una sola agrupación por gremio, pudiendo esta
tener secciones locales. […]
Artículo 3.° — Podrán ser afiliados activos del Partido los obreros, empleados,
campesinos, artistas, intelectuales, asalariados, estudiantes, pequeños comerciantes, agricultores o industriales de ambos sexos, mayores de 18 años, que acepten la
Declaración de Principios, la Carta Orgánica y el Programa, que se comprometan a
trabajar por el triunfo de las ideas consignadas en ellos y que abonen la cuota mensual correspondiente. […]
Artículo 4.° — (...) En ningún caso se aceptará el ingreso como afiliados al Partido
de personas de ideas reaccionarias o totalitarias, ni de integrantes de la oligarquía.
Los trabajadores comprendidos en el art. 3.°, que hayan pertenecido a partidos de
tendencia conservadora, pero que no hayan actuado como dirigentes de los mismos,
podrán ser aceptados como afiliados al Partido Laborista, siempre que hagan expresa manifestación de acatar las disposiciones del mencionado artículo y de actuar
conforme a ellas debiendo además ser presentados por dos afiliados con la antigüedad establecida en el presente artículo.
UN DISCURSO DE CAMPAÑA DE JUAN D. PERÓN
Hermanos, con pensamiento criollo, sentimiento criollo y valor criollo, estamos
abriendo el surco y sembrando la semilla de una patria libre, que no admita regateos
de su soberanía, y de unos ciudadanos libres que no solo lo sean políticamente, sino
que tampoco vivan esclavizados por el patrono.
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
CAP. 3
97
97
[...] Soy pues mucho más demócrata que mis adversarios, porque yo busco una democracia real, mientras que ellos defienden una apariencia de democracia.
Yo pretendo que un mejor estándar de vida ponga a los trabajadores, aun a los más
modestos, a cubierto de las coacciones capitalistas; y ellos quieren que la miseria del
proletariado y su desamparo estatal les permitan continuar sus viejas mañas de compra o de usurpación de libretas de enrolamiento. [...]
En nuestra patria no se debate un problema entre libertad y tiranía, entre democracia y totalitarismo. Lo que en el fondo del drama argentino se debate es, simplemente, un partido de campeonato entre la justicia social y la injusticia social.
RESPUESTA DEL GOBIERNO ARGENTINO AL “LIBRO AZUL”,
DE SPRUILLE BRADEN
El Gobierno de la Nación, que no conoce aún el texto oficial del Libro Azul, que ha difundido el Gobierno de los Estados Unidos de América —y que en su oportunidad
será objeto de los reparos y rectificaciones que correspondan—, ante las versiones
publicadas en los órganos de la prensa, estima del caso declarar:
1.° Que considera insólita por su índole, y contraria a las prácticas del derecho internacional por el procedimiento, la publicación del Departamento de Estado de la
República del Norte.
2.° Que el Libro Azul significa, más que el análisis de un caso internacional, la injerencia en asuntos internos de nuestro país violatoria de la soberanía de un Estado que
respeta y propugna la igualdad jurídica de las naciones y que se ha caracterizado, en
su vida de relación con las Repúblicas de América, por su espíritu de hermandad tradicionalmente pacifista.
3.° Que la oportunidad de la publicación ha traído en gran parte de la opinión pública, la preocupación de que su finalidad tiende a influir sobre decisiones que corresponden exclusivamente a la voluntad del pueblo argentino, convocado a elecciones
para el 24 del corriente mes, de acuerdo a las disposiciones de la Ley Sáenz Peña, que
confiere a la justicia un rol preeminente para su aplicación; elecciones cuya pureza y
legalidad el Gobierno y las Instituciones Armadas de la Nación se han comprometido
y están firmemente resueltas a garantizar.
[...]
6.° Que rechaza, por agraviantes a la dignidad de la Nación, acusaciones injustificadas e inexactas a la vez que expresan que actitudes de esta índole comprometen
la política de buena voluntad, la cual la República ha prestado su más entusiasta y
decidida adhesión.
7.° Que el Gobierno Argentino considera la situación con absoluta serenidad, convencido de que ha de llegar la hora en que se aprecie la rectitud de sus procedimientos, encaminados a consolidar la solidaridad interamericana y a asegurar el restablecimiento en el país de los principios democráticos, que son consustanciales con la
esencia y origen de todas las repúblicas del Continente.
EL ANÁLISIS DE JOHN W. COOKE SOBRE EL RESULTADO
ELECTORAL
Mirada desde el ángulo tradicional, la Unión Democrática era una aplanadora: estaban todos los partidos políticos que tenía el país, es decir, todos los votos. Los analis-
Historia 2.indd 97
DOCUMENTO
29
Respuesta del
gobierno
argentino a la
publicación del
“Libro Azul”, 16 de
febrero de 1946.
DOCUMENTO
30
John William
Cooke, dirigente
político peronista,
Apuntes para la
militancia.
12/12/13 11:02
98
98
CAP. 3
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
tas procedían con criterio “realista” y admitían que de ese inmenso montón de sufragios había que descontar unos puñaditos de gente que votaría por el candidato
“imposible”: algunos obreros sin conciencia que se habían dejado engañar por el demagogo; sectorcitos que seguirían a los radicales de la Junta Renovadora; los totalitarios, claro está; y, por fin, ciertos borrachos, malevos [...]. En suma, una ínfima minoría de estúpidos y antisociales. Y por consiguiente, lo único que tenía interés era el
escrutinio de las listas de diputados para ver cómo estaría compuesto el Parlamento
que acompañaría al gobierno de Tamborini-Mosca.
Para mayor garantía, el imperialismo yanqui no dejaba de ayudar a sus amigos.
Poco antes, la Junta de Exiliados Políticos Argentinos se dirigió a las Naciones Unidas
pidiendo la solidaridad del continente contra nuestro gobierno, en un documento
que llevaba la firma de los partidos Socialista, Demócrata Progresista, Radical, Demócrata Nacional (conservador) y Comunista. Braden había dejado la embajada, ascendido al cargo de subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos y desde
allí trataba de obtener el asentimiento para los que desde aquí pedían “la intervención militar en la Argentina”. [...]
Faltando pocos días para las elecciones, el Departamento de Estado norteamericano publicó el Libro Azul, donde se repetían las habituales acusaciones y se daban
las “pruebas” de que Perón y sus colaboradores eran agentes nazis. Nuestro gobierno
las desmintió con el Libro Azul y Blanco, haciendo enérgicas consideraciones sobre
la intromisión norteamericana en los asuntos internos de la Argentina.
No hay necesidad de explicar cómo fue que perdieron todos los partidos, con toda
la prensa y todo el dinero, con las omnipresentes embajadas de las democracias victoriosas, con los estudiantes, profesionales e intelectuales, con los caudillos grandes
y chicos de todo el país.
Ese golpe fue cruel para todos ellos y, muy especialmente, para el radicalismo, que
de ser una inmensa mayoría, se encontró ante la sorpresa de que no podía ganar ni
con el aporte de todos los partidos juntos. Ese pueblo que durante trece años de fraude había querido votarlos, ahora que tenía la oportunidad de hacerlo en comicios libres, les volvía la espalda para seguir a un recién llegado. [...]
Ningún integrante de la Unión Democrática creyó que pudiera triunfar el coronel
Perón. El 17 de octubre había sido un “misterio policial”, el 24 de febrero fue un milagro aritmético.
SOBRE PROPAGANDA POLÍTICA Y EDUCACIÓN
DOCUMENTO
31
Texto de un libro
de lectura para la
escuela primaria
publicado en
19 4.
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LA “JUSTICIA SOCIAL”, SEGÚN UN LIBRO DE LECTURA
PARA LA ESCUELA PRIMARIA
La balanza.
—La maestra trajo a la clase una balanza de dos platillos.
—A ver Esteban —dice a un compañero—, pon la mano aquí.
—Esteban apoya la mano en un platillo y la balanza se inclina.
—A ver tú, Aníbal. Pon tu mano en el otro platillo. (Aníbal es el menor de nuestros
compañeros).
¡Señorita! —dice Aníbal—, Esteban es más grande y hace más fuerza que yo.
Bueno —contesta sonriendo la maestra—. Yo te ayudaré. Y poniendo su mano en
el platillo de Aníbal, equilibra la balanza.
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
CAP. 3
99
99
Así era antes. El pobre no podía hacer valer sus derechos, porque la mano del rico
pesaba demasiado en la balanza.
Hoy el gobierno pone su mano en el platillo del pobre, y los dos platillos están
iguales.
SOBRE EL USO DEL CALIFICATIVO DE “VENDEPATRIA”
LA OPINIÓN DEL DIPUTADO RADICAL ARTURO U. ILLIA
¡Vendepatrias! Desencadenado desde arriba hace muchos años en el país, anda corriendo en todos los discursos oficiales y en los de los señores diputados ese insulto
[…]. Se podrá argüir falta de capacidad intelectual, falta de honradez suficiente en el
desempeño de las funciones públicas […] pero no es posible que en el gobierno y los
señores diputados oficialistas se hagan eco confabulándose para expresar que existen ciudadanos argentinos que conspiran contra la patria común. No sé si los señores
diputados alguna vez se han puesto la mano en el corazón […] para reflexionar sobre
la mezquindad, la falta de veracidad de ese apóstrofe […].
Nosotros creemos que la antipatria está ahí, nosotros creemos que la antipatria
está en el gobierno y en quienes lo secundan.
EVA PERÓN CONTRA “LA OLIGARQUÍA VENDEPATRIA”
[...] Porque he sufrido mucho; pero mi dolor valía la felicidad de mi pueblo... y yo no
quise negarme —yo no quiero negarme—, yo acepto sufrir hasta el último día de mi
vida si eso sirve para restañar alguna herida o enjugar una lágrima. Pero si Dios me
llevase del mundo antes que a Perón yo quiero quedarme con él y con mi pueblo, y mi
corazón y mi cariño y mi alma y mi fanatismo seguirán con ellos, seguirán viviendo en
ellos haciendo todo el bien que falta, dándoles todo el amor que no les pude dar en
los años de mi vida, y encendiendo en sus almas todos los días el fuego de mi fanatismo que me quema y me consume con una sed amarga e infinita. Yo estaré con ellos
para que sigan adelante por el camino abierto de la Justicia y de la Libertad hasta
que llegue el día maravilloso de los pueblos. Yo estaré con ellos peleando en contra
de todo lo que no sea pueblo puro, en contra de todo lo que no sea la raza de los pueblos. Yo estaré con ellos, con Perón y con mi pueblo, para pelear contra la oligarquía
vendepatria y farsante, contra la raza maldita de los explotadores y de los mercaderes de los pueblos. Dios es testigo de mi sinceridad; y él sabe que me consume el amor
de mi raza que es el pueblo. Todo lo que se opone al pueblo me indigna hasta los límites extremos de mi rebeldía y de mis odios.
Pero Dios sabe también que nunca he odiado a nadie por sí mismo, no he combatido a nadie por maldad sino por defender a mi pueblo; a mis obreros, a mis mujeres, a
mis pobres “grasitas”, a quienes nadie defendió jamás con más sinceridad que Perón
y con más ardor que Evita. Pero es más grande el amor de Perón por el pueblo que mi
amor porque él, desde su situación de privilegio, supo llegar hasta el pueblo, comprenderlo y amarlo. Yo, en cambio, nací en el pueblo y sufrí en el pueblo. Tengo carne
y alma y sangre de pueblo. Yo no podía hacer otra cosa que entregarme a mi pueblo.
Si muriese antes que Perón, quisiera que esta voluntad mía, la última y definitiva de
mi vida, sea leída en acto público en Plaza de Mayo, en la Plaza del 17 de Octubre,
ante mis queridos descamisados. [...]
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DOCUMENTO
32
Discurso de Arturo
Umberto Illia,
diputado por la
Unión Cívica
Radical, en una
sesión en el
Congreso, junio de
1951.
DOCUMENTO
33
Último escrito de
María Eva Duarte
de Perón, Mi
mensaje, julio de
1952. Publicado
por primera vez
en 1994.
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100
CAP. 3
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
SOBRE EL SUFRAGIO FEMENINO
DOCUMENTO
34
Discurso de
Reynaldo Pastor,
diputado del
Partido Demócrata Nacional,
en la sesión
de la Cámara
de diputados
del 9 de septiembre de 1947.
DOCUMENTO
35
Periódico
Adelante...!, 27 de
enero de 1951.
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REYNALDO PASTOR CONTRA LA APROBACIÓN DEL VOTO
OBLIGATORIO PARA LAS MUJERES EN 1947
Yo pregunto a los señores diputados, cuando en plena campaña argentina, en un pequeño rancho que azotan todos los días todos los vientos, con un pequeño capital
creado, en el cual mientras el hombre maneja la mancera del arado o campea sus
animales en plena selva, la mujer atiende a sus pequeñuelos, contribuye a tareas
como la de dar agua al pequeño rebaño, preparar la comida para todos, cuidar a sus
chicos para que no corran ningún riesgo, qué hacemos nosotros cuando obligamos a
que esa mujer se traslade junto con su marido a una cantidad de leguas para dar su
voto, qué hace cuando no puede trasladarse durante dos, tres, cuatro días, como ocurre en muchas partes del país, porque tiene que hacerlo la víspera de un comicio, quedarse el día del comicio, regresar al día siguiente sin tener un lugar para alojarse o
teniendo que dormir al raso como el hombre. Todo eso haciendo abstracción absoluta de los fenómenos fisiológicos a que está sometida la mujer y a los que no está sometido el hombre.
SOBRE LAS RELACIONES ENTRE EL GOBIERNO PERONISTA
Y LA PRENSA OPOSITORA
UNA DENUNCIA DEL PERIÓDICO RADICAL ADELANTE…!
El papel para diario y la parcialidad irritante de los funcionarios.
Adelante…! aparece con papel que adquiere como puede, donde puede y a precios
exorbitantes.
Conocida es la escasez de papel para diario, agudizada en el país por la ineficiencia con que se encaró este problema, por los funcionarios responsables, cuyos repetidos errores fueron reiteradamente puestos de manifiesto, por la prensa con arraigo
nacional, que fue en definitiva la más perjudicada.
La escasez, mientras creaba inconvenientes serios a los diarios independientes y
escollos insalvables a los definitivamente opositores, no gravitaba en igual forma
respecto de los diarios oficialistas o de los que sin serlo por declaración expresa, sirven mejor los intereses del gobierno “simulando una independencia” que no les impide enriquecerse.
Ahora bien, las publicaciones de nuestro tipo, que son de carácter general en casi
todo el país, se imprimen en papel resmado, del cual existe en plaza cantidad que
abarrota depósitos. Pero para obtenerlo necesario resulta la autorización de la Subsecretaría de Informaciones, que como se comprende, mientras sirve y favorece la
prensa adicta, siempre encuentra inconvenientes para otorgar las autorizaciones a
los diarios libres.
Nosotros estamos en esa situación. No se nos entregan las órdenes o autorizaciones pese a las circunstancias de reclamarlas de existir papel y haberlo visto en los depósitos. Con la sola excepción de los primeros números, la mayoría de los de Adelante..! se han impreso en papel que obtenemos donde se puede y pagando altos
precios.
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
JOHN W. COOKE DEFIENDE LA EXPROPIACIÓN DEL DIARIO
LA PRENSA
[…] Podrá el diario en cuestión estar perfectamente a salvo en el aspecto legal; podrá
haber cuidado las formas en todas sus actividades pero como diputado revolucionario y como hombre que tiene la costumbre de decir las cosas tal como las siente, afirmo que el diario La Prensa tiene contraída con el pueblo de la República la deuda de
sus grandes pecados. Para nosotros, La Prensa es un diario merecedor de serias acusaciones; no —como dijo el diputado Santander, traduciendo la opinión de su partido— por disparidad de opiniones con referencia a determinados aspectos de la realidad nacional e internacional. Ni tampoco por agravios como los que ha inferido al
propio Partido Radical —algunos citados por el diputado Colom— como, por ejemplo, el relativo a la revolución del señor Cattaneo, cuando describió en tonos sombríos cómo elementos “anarquistas y personalistas intentaron perturbar el orden”. Si
solo tuviésemos agravios de ese tipo, no nos alegraríamos en este momento de asestarle un golpe a través de esta Cámara.
Nosotros estamos contra La Prensa por razones mucho más serias, mucho más
fundamentales. Estamos contra La Prensa porque creemos que diarios de esa clase
son los que han minado la base de la nacionalidad, creemos que La Prensa es uno de
esos obstáculos, como hay muchos otros en el continente, que han impedido o demorado todas las posibilidades de reivindicaciones proletarias en Latinoamérica. Nosotros lo decimos por encima de las contingencias de la comisión investigadora. Lo decimos como hombres políticos que expresamos opiniones personales. Nosotros
estamos con los obreros, y estamos contra La Prensa, porque La Prensa siempre estará, como lo ha estado hasta ahora, contra los obreros y contra nosotros.
Este es el planteo revolucionario con respecto a este problema de La Prensa. Nosotros con los nuestros, La Prensa con los suyos y con sus aliados de dentro y fuera del
país, y con todos aquellos que, sin estar complicados en las maquinaciones de los diarios capitalistas, creen que están defendiendo los intereses de la prensa libre y de la
libertad de opinión. […]
CAP. 3
101
101
DOCUMENTO
36
Discurso del
legislador
peronista John
William Cooke, en
la sesión de la
Cámara de
Diputados, 16 de
marzo de 1951.
SOBRE LA CANDIDATURA DE EVA PERÓN A LA
VICEPRESIDENCIA
DOCUMENTO
DISCURSO DE EVA PERÓN EN EL “CABILDO ABIERTO DEL
JUSTICIALISMO” DEL 22 DE AGOSTO DE 1951
Excelentísimo señor presidente, mis queridos descamisados de la patria:
Es para mí una gran emoción encontrarme otra vez con los descamisados, como el
17 de octubre y como en todas las fechas en que el pueblo estuvo presente. Hoy, mi
general, en este Cabildo Abierto del Justicialismo, el pueblo, como en 1810, preguntó
que quería saber de qué se trata. Aquí, ya sabe de qué se trata y quiere que el general
Perón siga dirigiendo los destinos de la patria.
(La multitud grita: “Con Evita, con Evita, con Evita”).
Es el pueblo, son las mujeres, los niños, los ancianos, los trabajadores que están
presentes porque han tomado el porvenir en sus manos y saben que la justicia y la li-
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37
Discurso de María
Eva Duarte de
Perón en el acto
en que la CGT
propuso su
candidatura a la
vicepresidencia,
22 de agosto de
1951.
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CAP. 3
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
bertad las impondrá únicamente teniendo al general Perón dirigiendo a la Nación.
Ellos saben bien que antes del general Perón vivían en la esclavitud y por sobre todas
las cosas habían perdido la esperanza de un futuro mejor.
(La multitud grita: “Evita con Perón, Evita con Perón”).
Que fue el general Perón quien dignificó social, moral y espiritualmente. Y saben
que la oligarquía, que los mediocres, que los vendepatria todavía no están derrotados. Desde sus guaridas asquerosas atenían contra el pueblo y contra la libertad.
(La multitud grita: “Leña, leña, leña”).
Por eso, porque yo siempre tuve en el general Perón mi maestro y mi amigo y porque él siempre me dio el ejemplo de su lealtad acrisolada y la fe en los trabajadores,
es que todos estos años de mi vida he dedicado las noches y los días a atender a los
humildes de la patria sin importarme ni los días ni las noches ni los sacrificios y mientras ellos, los entreguistas, los mediocres y los cobardes, de noche tramaban la intriga y la infamia del día siguiente, yo una humilde mujer, no pensaba en nada ni en nadie sino en los dolores que tenía que mitigar y consolar, en nombre de vos, mi general,
porque sé el cariño entrañable que sentís por los descamisados y porque yo llevo en
el corazón una deuda de gratitud con los descamisados que el 17 de octubre de 1945,
me entregaron la vida, la luz, el alma y el corazón al entregarme al general Perón. Yo
no soy más que una mujer del pueblo argentino. Yo no soy más que una descamisada
de la patria. Pero descamisada de corazón, porque siempre he querido confundirme
con los trabajadores, con los ancianos, con los niños, con los que sufren, trabajando
codo a codo, corazón a corazón con ellos, para lograr que lo quieran más a Perón y
para ser un puente de paz entre el general Perón y los descamisados de la patria.
No me interesó jamás la injuria ni la calumnia, cuando se desataron sus lenguas
contra una débil mujer argentina. Al contrario, me alegré íntimamente, porque yo servía de escudo, mi general, para que los ataques en lugar de ir a vos fueran a mí.
Yo siempre haré lo que diga el pueblo.
Pero, yo les digo, compañeros, trabajadores, que así como hace cinco años dije que
prefería ser Evita antes que la esposa del presidente, si esa Evita servía para aliviar
algún dolor en mi patria, hoy digo que prefiero ser Evita, porque siendo Evita yo sé
que ustedes siempre me llevarán muy dentro de su corazón.
Sobre mis débiles espaldas de mujer argentina, ustedes me han pegado una enorme responsabilidad. Yo no sé cómo pagar el cariño que el pueblo me tiene. Lo pago
con amor, queriéndolo a Perón y queriéndolos a ustedes, que es querer a la patria
misma.
Yo no he hecho nada. Todo es Perón. Perón es la patria. Perón es todo y todos nosotros estamos a distancias siderales del líder de la nacionalidad.
Yo, mi general, con la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados de la
patria, os proclamo, antes que el pueblo vote el once de noviembre, presidente de todos los argentinos. La patria está salvada porque está en manos del general Perón.
Y a ustedes, descamisados de mi patria y a todos los que me escuchan, los estrecho
muy, pero muy fuerte, junto a mi corazón. […]
(José Espejo, secretario general de la CGT, dice: “Señora, el pueblo le pide que
acepte su puesto”. […] “Señora, es la única que puede y debe ocupar ese puesto...”).
Yo les pido, a la Confederación General del Trabajo y a ustedes, por el cariño que
nos une, por el amor que nos profesamos mutuamente, que para una decisión tan
trascendental en la vida de esta humilde mujer, me den por lo menos cuatro días para
pensar mi decisión.
(La multitud grita: “No, no, no… Paro, paro, paro general…”). […]
Compañeros, compañeros… compañeros, compañeros. Yo no renuncio a mi puesto
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CAP. 3 103
de lucha, renuncio a los honores… Yo me guardo, como Alejandro, la esperanza, que
es la gloria de servirlos a ustedes y al general Perón.
(Aplausos, gritos: “No, no, no”).
Compañeros, compañeros, yo les pido a los compañeros de la Confederación General del Trabajo, a los descamisados aquí presentes que me escuchan, que ante esta
decisión, es que yo tenía tomada otra posición… y yo voy a hacer al final lo que diga el
pueblo, que...
(Grandes aclamaciones, gritos: “Que sí, que sí”).
Compañeros, ¿ustedes creen que si el puesto de vicepresidenta fuera una carga y
si yo fuera una solución no habría ya contestado que sí? Es que estando el general Perón en el gobierno, el puesto de vicepresidenta no es más que un honor y yo aspiro
solamente al honor de estar en el corazón de mi patria. Mañana, mañana... cuando...
(“No, no, paro, paro general…”). […]
Compañeros, compañeros… se lanzó por el mundo el que Evita era una mujer
egoísta y ambiciosa, ustedes saben que no es así. Pero ustedes también saben que
todo lo que hice no lo hice nunca para tener una posición política en mi país… y yo no
quiero que mañana, un trabajador de mi patria se quede sin argumentos, cuando los
resentidos, los mediocres, que no me comprendieron ni me comprenden, creyendo
que todo lo que hago lo hago por intereses mezquinos.
Compañeros, por el cariño que nos une, yo les pido, por favor, no me hagan hacer
lo que no quiero hacer… […]
Compañeros, yo les pido a ustedes, como amiga, como compañera, que se desconcentren, que…
(La multitud grita: “No, no, no...”).
Compañeros, compañeros, el general me dice que yo solo tengo una cosa que decirles a ustedes, que si yo, mañana…
(La multitud: “No, no, no...”).
Compañeros, yo les pido una sola cosa: ¿cuándo Evita los ha defraudado? ¿Cuándo
Evita no ha hecho lo que ustedes desean? Yo les pido una sola cosa, esperen a
mañana...
(La multitud: “No, no, no…”).
¿Pero no se dan cuenta de que este momento es para una mujer como para cualquier ciudadano, muy trascendental, y que por lo menos se necesitan unas horas de
tiempo...?
(La multitud responde: “Que sí, que sí”).
[...]
(La multitud: “Acepte, acepte, Evita, Evita…”).
Compañeros, compañeros… compañeros, a las nueve y media de la noche…
(La multitud: “No, no, no...”).
Compañeros, lo menos que puedo pedirles es que, en cadena por todo el país, yo
pueda anunciarles mi decisión.
(La multitud seguía gritando “No”, en el palco todos hablaban, se oye a la
misma Evita decir “No aceptan”).
[…] José Espejo: Compañeros, la compañera Evita nos pide dos horas de
espera…
(La multitud: “No, no, no…”).
José Espejo: Nosotros nos quedamos aquí. Aquí esperamos su decisión. No nos movemos hasta que nos dé la respuesta favorable a la decisión del pueblo. […]
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CAP. 3
DOCUMENTO
38
Mensaje de María
Eva Duarte de Perón
transmitido por
radio, 31 de agosto
de 1951.
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
EL “RENUNCIAMIENTO” DE EVA PERÓN
Compañeros:
Quiero comunicar al pueblo argentino mi decisión irrevocable y definitiva de renunciar al honor con que los trabajadores y el pueblo de mi patria quisieron honrarme en el histórico Cabildo Abierto del 22 de agosto.
Ya en aquella misma tarde maravillosa que nunca olvidarán mis ojos y mi corazón,
yo advertí que no debía cambiar mi puesto de lucha en el movimiento peronista por
ningún otro puesto. Desde aquel momento, después de aquel diálogo entre mi corazón y mi pueblo, he meditado mucho en la soledad de mi conciencia y he reflexionado fríamente.
He tomado mi propia decisión en forma irrevocable y definitiva, presentada ante
el consejo superior del Partido Peronista y en presencia de nuestro jefe supremo, el
general Perón. Ahora quiero que el pueblo argentino conozca por mí misma las razones de mi renuncia indeclinable. En primer lugar y poniendo estas palabras bajo la
invocación de mi dignidad de mujer argentina y peronista y de mi amor por la causa
de Perón, de mi patria y de mi pueblo, declaro que esta determinación surge de lo
más íntimo de mi conciencia y por eso es totalmente libre y tiene toda la fuerza de mi
voluntad definitiva.
Porque el 17 de octubre formulé mi voto permanente ante mi propia conciencia:
ponerme íntegramente al servicio de los descamisados, que son los humildes y los
trabajadores. Tenía una deuda casi infinita que saldar con ellos. Yo creo haber hecho
todo lo que estuvo en mis manos para cumplir con mi voto y con mi deuda. No tenía
entonces, ni tengo en estos momentos, más que una sola ambición, una sola y gran
ambición personal, que de mí se diga, cuando se escriba el capítulo maravilloso que
la historia dedicará seguramente a Perón, que hubo al lado de Perón una mujer que
se dedicó a llevar al Presidente las esperanzas del pueblo y que a esa mujer, el pueblo la llamaba cariñosamente Evita. Eso es lo que quiero ser.
SOBRE EL ENFRENTAMIENTO ENTRE EL GOBIERNO
PERONISTA Y LA IGLESIA CATÓLICA
DOCUMENTO
39
Acción Católica de
Córdoba, 1952.
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MANIFIESTO DE LA JUVENTUD DE LA ACCIÓN CATÓLICA
DE CÓRDOBA
1.- Que la inmoralidad ha dejado de ser un asunto aislado, privado y personal para
convertirse en un espectáculo público y corriente.
2.- Que la indecencia y el vicio han tomado carta de ciudadanía […] en lugares públicos, calles, plazas […]
3.- Que como consecuencia lógica de esto, la moral de nuestro pueblo está sufriendo una crisis, lo que se nota especialmente en la mujer que va perdiendo, poco a
poco, la conciencia de su dignidad.
4.- Que las autoridades municipales y policiales […] miran con excesiva tolerancia
la carrera vertiginosa […] hacia la disolución de las costumbres que son el orgullo de
nuestra raza, el honor personal y familiar, el pudor femenino. […]
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
EL PUNTO DE VISTA DE EVA PERÓN SOBRE
LAS JERARQUÍAS CLERICALES
[...] Entre los hombres fríos de mi tiempo señalo a las jerarquías clericales cuya inmensa mayoría padece de una inconcebible indiferencia frente a la realidad sufriente de los pueblos. Declaro con absoluta sinceridad que me duelen como un desengaño estas palabras de mi dura verdad. Yo no he visto sino por excepción entre los altos
dignatarios del clero generosidad y amor... como se merecía de ellos la doctrina de
Cristo que inspiró la doctrina de Perón. En ellos simplemente he visto mezquinos y
egoístas intereses y una sórdida ambición de privilegio. Yo los acuso desde mi indignidad, no para el mal sino para el bien. No les reprocho haberlo combatido sordamente a Perón desde sus conciliábulos con la oligarquía. No les reprocho haber sido
ingratos con Perón, que les dio de su corazón cristiano lo mejor de su buena voluntad
y de su fe. Les reprocho haber abandonado a los pobres, a los humildes, a los descamisados, a los enfermos, y haber preferido en cambio la gloria y los honores de la oligarquía. Les reprocho haber traicionado a Cristo que tuvo misericordia de las turbas.
Les reprocho olvidarse del pueblo y haber hecho todo lo posible por ocultar el
nombre y la figura de Cristo tras la cortina de humo con que lo inciensan. Yo soy y me
siento cristiana. Soy católica, pero no comprendo que la religión de Cristo sea compatible con la oligarquía y el privilegio. Esto no lo entenderé jamás. Como no lo entiende el pueblo. El clero de los nuevos tiempos, si quiere salvar al mundo de la destrucción espiritual, tiene que convertirse al cristianismo. Empezar por descender al
pueblo. Como Cristo, vivir con el pueblo, sufrir con el pueblo, sentir con el pueblo.
Porque no viven ni sufren ni sienten ni piensan con el pueblo, estos años de Perón están pesando sobre sus corazones sin despertar una sola resonancia.
Tienen el corazón cerrado y frío. ¡Ah, si supieran qué lindo es el pueblo, se lanzarían a conquistarlo para Cristo que hoy, como hace dos mil años, tiene misericordia de
las turbas! […]
DISCURSO DE JUAN D. PERÓN SOBRE
EL CARÁCTER POLÍTICO DEL CONFLICTO
Algunos han creído que en esto se trata de una cuestión de la Iglesia o de una cuestión de los estudiantes, o que se trata de una cuestión de otro orden. No hay tal cosa.
Aquí se trata de una cuestión política, como todas las situaciones que hemos pasado
de un tiempo a esta parte, con la diferencia de que los políticos de la oposición han
cambiado un poquito de método, lo que me admira, porque ellos suelen andar siempre con los mismos métodos, peleándose en los comités o preparando una revolución
en los cafés. Esta vez parece que han elegido otros lugares para preparar esta misma
revolución con la que vienen soñando desde hace diez años. Esa es la realidad. […]
La Iglesia no tiene nada que ver en este asunto, y yo he querido poner eso en claro,
porque para conocer un cojo lo mejor es verlo andar. Yo me he reunido con altos dignatarios de la Iglesia, con obispos y arzobispos, también son hombres como nosotros
y como los demás, y les he planteado el problema en presencia de las organizaciones, que son las damnificadas de ciertas acciones que desarrollan organizaciones católicas, de las cuales yo había recibido un perentorio aviso de cierta inquietud que se
provocaba no solamente en los gremios sino en la Confederación General Económica, en la Confederación de Profesionales, en la Confederación General de Universita-
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CAP. 3
105
DOCUMENTO
40
Último escrito de
María Eva Duarte
de Perón, Mi
mensaje, julio de
1952. Publicado
por primera vez
en 1994.
DOCUMENTO
41
Discurso de Juan
Domingo Perón,
dirigido a
gobernadores y
dirigentes
políticos, 10 de
noviembre de
1954.
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106
106
CAP. 3
LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
rios y en las organizaciones estudiantiles, como así también en otras organizaciones.
Les dije: “Señores, aquí hay una gran inquietud que ustedes no pueden ni deben desconocer, porque ella es provocada precisamente por la intromisión de algunos hombres del clero en las organizaciones profesionales”. Eso lo hemos visto en los diarios
y lo vemos todos los días aquí, lo hemos dicho hace un rato con la misma franqueza,
de manera que no es un secreto para nadie.
Bien, les dije: “Señores, yo no sé por qué salen ahora esas organizaciones de abogados, de médicos y de estancieros católicos. Solo que para ser peronistas no decimos que somos peronistas católicos; somos simplemente peronistas y dentro de eso
somos católicos, judíos, budistas, ortodoxos, etc., porque para ser peronista, nosotros
no le preguntamos a nadie a qué Dios reza. Para nosotros es lo mismo que pertenezca a cualquier credo, siempre que sea buena persona, que es lo único que tenemos en
cuenta”.
Ellos nos dieron toda la razón del mundo y declararon, en presencia de todos los
señores de la organización que estaban allí —los que son testigos— que eran los primeros en condenar a los sacerdotes que no sabían cumplir con su deber. Dijeron que
no solo los condenaban, sino que los señalaban como hombres que estaban levantados contra el gobierno y también contra la dignidad eclesiástica. Eso dijeron los prelados, y yo debo hacer honor a la palabra de los prelados.
SOBRE EL GOLPE DE ESTADO CÍVICO-MILITAR DE 1955
DOCUMENTO
42
Diario La Nación,
artículo publicado
en la edición del
17 de junio de
1955.
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CRÓNICA DEL DIARIO LA NACIÓN SOBRE EL BOMBARDEO
EN LA PLAZA DE MAYO EL 16 JUNIO DE 1955
Los tres aparatos de la Marina de Guerra que volaban sobre la Casa de Gobierno y el
Ministerio de Guerra arrojaron mortíferas bombas sobre la sede gubernamental, sobre la plaza y el elevado edificio del Ministerio de Ejército, en la calle Azopardo.
Una de las bombas cayó de lleno sobre la Casa de Gobierno. Otra alcanzó un trolebús repleto de pasajeros que llegaba por Paseo Colón hasta Hipólito Yrigoyen. El
vehículo se venció sobre el costado izquierdo, sus puertas se abrieron y una horrenda
carga de muertos y heridos fue precipitada a la calle. Una tercera bomba tocó la arista nordeste del cuboide edificio del Ministerio de Hacienda, despidiendo pesados trozos de mampostería.
Junto con el mortal estrépito de las bombas prodújose una intensa lluvia de esquirlas y menudos trozos de vidrios. La violencia de la expansión del aire con la explosión provocó la rotura instantánea de centenares de vidrios y cristales en todos los
edificios de ese sector céntrico. Al mismo tiempo restallaron los cables rotos de los
trolebuses y mientras se oía el brusco aletear de millares de palomas que alarmaban
la plaza, se escuchaban los ayes y lamentos de docenas de heridos.
Fue un momento de indescriptible y violenta sorpresa. Los cronistas que se hallaban en la Sala de Periodistas de la Casa de Gobierno vieron desplomarse el techo de
la amplia oficina. Cayeron arañas sobre la mesa de trabajo y las máquinas de escribir
fueron acribilladas con trozos de mampostería y vidrios. Gateando para sortear las
nuevas explosiones salieron de la Casa de Gobierno, tropezando con los soldados de
la guardia de Granaderos que se precipitaban por los corredores a reforzar las guardias, y se dirigieron al edificio del Ministerio de Ejército, pasando entre coches destrozados, cadáveres yertos, heridos clamantes y ramas de árboles desgarradas.
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LAS VOCES DE LOS CONTEMPORÁNEOS
DISCURSO DE JUAN D. PERÓN LLAMANDO A LA
CONCILIACIÓN LUEGO DEL BOMBARDEO EN LA PLAZA
DE MAYO
Exigido por asuntos urgentes de mi función, a fin de regularizar cuanto antes una parte de la vida de la Nación perturbada por los hechos criminales del 16, no he podido,
como de costumbre, tomar contacto directo con el pueblo. Por eso, instalado de nuevo en la Casa de Gobierno, restaurada en parte, deseo servirme de la radio para llegar a él con mi palabra.
Numerosas vidas inocentes han sido tronchadas por el criminal intento, como asimismo muchos heridos han soportado las consecuencias. En ambos casos han merecido nuestra preocupación, con el cariño que merecen esos héroes anónimos del
pueblo humilde, abatidos por la infamia y la fatalidad. [...]
En estos últimos días algunos ambientes han sido perturbados por la propia psicosis que deja la lucha; en ellos siempre hay más de miedo que de realidad. En ciertos
círculos se ha notado una agitación que no es natural, sino provocada por los que no
se conforman aún con la aplastante derrota del 16 y desean ahora realizar una sedición por teléfono.
En cambio, el pueblo y los ambientes políticos serios están tranquilos. Subsiste una
marejada superficial que el tiempo va superando. Hay una psicología del rumor que
todos ya conocemos para que pueda impresionarnos.
La situación ha sido normalizada en la Capital Federal, que era únicamente donde
se había alterado; fuera de la avenida General Paz no ha habido problemas. [...]
Tengo la convicción de que esta ha sido una sedición militar ejecutada por algunas
unidades de la Marina, con la intención de asesinar al comandante en jefe de las
Fuerzas Armadas. Para realizarla han contado con la ayuda de grupos de civiles reclutados en otros medios que no son políticos. Las fuerzas políticas no han participado en su condición de tales, aunque algunos de sus hombres puedan haberlo hecho
en carácter personal. A través de mis largos años de lucha he aprendido a apreciar y
a juzgar ecuánimemente aun a nuestros enemigos, y deseo reconocer lealmente que
considero que los partidos políticos populares no son capaces de aceptar que se tire
criminalmente sobre el pueblo indefenso. Considero también que ellos son ahora
más partidarios de la legalidad que de la violencia y que cada día son menos los dirigentes políticos que anhelan la perturbación y no la paz.
Ni la prudencia ni la sabiduría están reñidas con el valor; por eso el 16 de junio
debe ser una elocuente lección para todos. En la lucha interna ni aun las victorias
pueden alegrarnos, porque en último análisis son victorias sobre nosotros mismos. En
cambio, deben mostrarnos lo destructivo de la violencia accionando sobre la ley, la
razón y la justicia. [...]
Dios quiera que esta dura lección nos sirva a todos por igual para persuadirnos de
la necesidad de afirmar el derecho soberano del pueblo, que se impone por el único
medio conocido: las decisiones de su mayoría.
Dios quiera, también, que nuestros enconados enemigos depongan sus odios y sofrenen su venganza, convencidos de su impotencia frente al pueblo y de lo injusto de
pretender imponer la voluntad de una minoría sobre la totalidad del pueblo
argentino.
Hemos oído, por primera vez en muchos años, algunas voces de la oposición reclamando la paz y el entendimiento entre los argentinos.
Nosotros venimos pidiendo lo mismo desde hace diez años, sin que nos escucha-
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DOCUMENTO
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Discurso de Juan
Domingo Perón,
transmitido por
radio, 6 de julio de
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ran. Hoy les agradecemos que lo digan y nos disponemos a hacerlo para que lo hagan. Podemos decirles que en nosotros encontrarán la buena voluntad y la decisión
necesarias para lograrlo y que, así como somos duros y enérgicos en la lucha por la
defensa de nuestra causa, somos también justos y ecuánimes para proceder y humildes y amistosos para cooperar en las causas comunes.
Nunca hemos olvidado —y lo repetimos comúnmente— que el interés supremo es
la patria; que nuestro movimiento no tendría razón de ser si no sirviera al pueblo, y
que los hombres que lo servimos somos combustible destinado a quemarse para alimentar su marcha. Hay un interés común a todos los argentinos en contra del cual no
puede estar ningún ciudadano: luego, peronistas y opositores tenemos algo en común. Pongámonos de acuerdo para servirlo, aunque en las demás cosas disintamos.
Somos ya demasiados los peronistas, para que pretendamos convertir a nuestros
adversarios. Si hasta ahora los hemos combatido con todos los medios, ha sido simplemente porque hemos estado convencidos de que eran partidarios de la violencia
y no del entendimiento para actuar mediante la lucha política pacífica, porque los
hemos considerado enemigos y no simplemente adversarios. Ellos saben que ciertas
razones teníamos para eso. [...]
Si animados de esos sentimientos buscamos la coexistencia y convivencia, no han
de faltar arbitrios para lograrlas y no ha de ser tan difícil llegar a acuerdos que hagan
menos dura y menos estéril la lucha que sostienen y sostenemos.
No creemos que nuestros adversarios deseen ni puedan anular las conquistas que
hemos asegurado al pueblo argentino y a la República.
Quizá, sí, puedan perfeccionarlas, y ello será justamente agradecido si lo logran.
No peligrando la justicia social, la independencia económica ni la soberanía, el pueblo argentino aceptará de buen grado todo entendimiento sobre las formas de la acción política coexistente y convivente, de modo que podemos descartar su aceptación, tanto de un lado como de otro, si los dirigentes obramos con la sinceridad y
lealtad que el pueblo nos presupone. [...]
Para demostrar nuestra buena voluntad conjunta y nuestra disciplina partidaria,
pido a todos nuestros compañeros una tregua en la lucha política. En ella esperaremos el resultado de este llamado sincero, sin impresionarnos mayormente con los comentarios que seguramente surgirán de los ambientes malintencionados.
Como en los tiempos de nuestra vigilia pasada, la consigna sigue siendo la misma:
del trabajo a casa y de casa al trabajo. Siempre atentos y vigilantes.
DOCUMENTO
44
Discurso de Juan
Domingo Perón,
pronunciado en la
Plaza de Mayo, 31
de agosto de 1955.
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DISCURSO DE JUAN D. PERÓN CONVOCANDO A “LA
LUCHA” PARA DEFENDER AL GOBIERNO
Compañeras y compañeros:
He querido llegar hasta este balcón, ya para nosotros tan memorable, para dirigirles
la palabra en un momento de la vida pública y de mi vida, tan trascendental y tan importante, porque quiero de viva voz llegar al corazón de cada uno de los argentinos
que me escuchan.
Nosotros representamos un movimiento nacional cuyos objetivos son bien claros y
cuyas acciones son bien determinadas, y nadie, honestamente, podrá afirmar con fundamento que tenemos intenciones o designios inconfesables.
Hace poco tiempo esta Plaza de Mayo ha sido testigo de una infamia más de los
enemigos del pueblo. Doscientos inocentes han pagado con su vida la situación de
esa infamia. Todavía nuestra inmensa paciencia y nuestra extraordinaria tolerancia
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hicieron que no solamente silenciáramos tan tremenda afrenta al pueblo y a la nacionalidad, sino que nos mordiéramos y tomáramos una actitud pacífica y tranquila frente a esa infamia. Esos doscientos cadáveres destrozados fueron un holocausto más
que el pueblo ofreció a la patria. Pero esperábamos ser comprendidos, aun por los
traidores, ofreciendo nuestro perdón a esa traición. Pero se ha visto que hay gente
que ni aún reconoce los gestos y la grandeza de los demás.
Después de producidos esos hechos hemos ofrecido a los propios victimarios
nuestra mano y nuestra paz. Hemos ofrecido una posibilidad de que esos hombres se
reconcilien con su propia conciencia.
¿Cuál ha sido su respuesta? Hemos vivido dos meses en una tregua que ellos han
roto con actos violentos, aunque esporádicos e inoperantes. Pero ello demuestra su
voluntad criminal. Han contestado los dirigentes políticos con discursos tan superficiales como insolentes. Los instigadores, con su hipocresía de siempre, sus rumores y
sus panfletos. Y los ejecutores, tiroteando a los pobres vigilantes en las calles.
La contestación para nosotros es bien clara: no quieren la pacificación que les hemos ofrecido. De esto surge una conclusión bien clara: quedan solamente dos caminos: para el Gobierno, una represión ajustada a los procedimientos subversivos, y
para el pueblo, una acción y una lucha que condigan con la violencia a que quieren
llevarlo.
Por eso, yo contesto a esta presencia popular con las mismas palabras del 45: a la
violencia le hemos de contestar con una violencia mayor. Con nuestra tolerancia exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos violentamente. Y desde ya, establecemos como una conducta permanente para nuestro movimiento: aquel que en
cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades constituidas, o
en contra de la ley o de la Constitución, puede ser muerto por cualquier argentino.
Esta conducta que ha de seguir todo peronista no solamente va dirigida contra los
que ejecutan, sino también contra los que conspiren o inciten.
Hemos de restablecer la tranquilidad, entre el gobierno, sus instituciones y el pueblo por la acción del gobierno, de las instituciones y del pueblo mismo. La consigna
para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar a una acción violenta con otra más violenta. ¡Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco
de los de ellos!
Compañeras y compañeros: hemos dado suficientes pruebas de nuestra prudencia. Daremos ahora suficientes pruebas de nuestra energía. Que cada uno sepa que
donde esté un peronista estará una trinchera que defienda los derechos de un pueblo. Y que sepan, también, que hemos de defender los derechos y las conquistas del
pueblo argentino, aunque tengamos que terminar con todos ellos. Compañeros: quiero terminar estas palabras recordando a todos ustedes y a todo el pueblo argentino
que el dilema es bien claro: o luchamos y vencemos para consolidar las conquistas
alcanzadas, o la oligarquía las va a destrozar al final.
Ellos buscarán diversos pretextos. Habrá razones de libertad de justicia, de religión, o de cualquier otra cosa, que ellos pondrán como escudo para alcanzar los objetivos que persiguen. Pero una sola cosa es lo que ellos buscan: retroceder la situación a 1943.
Para que ello no suceda estaremos todos nosotros para oponer a la infamia, a la
insidia y a la traición de sus voluntades nuestros pechos y nuestras voluntades. Hemos ofrecido la paz. No la han querido. Ahora, hemos de ofrecerles la lucha, y ellos
saben que cuando nosotros nos decidimos a luchar, luchamos hasta el final. Que cada
uno de ustedes recuerde que ahora la palabra es la lucha, se la vamos a hacer en todas partes y en todo lugar. Y también que sepan que esta lucha que iniciamos no ha
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de terminar hasta que no los hayamos aniquilado y aplastado.
Y ahora, compañeros, he de decir, por fin, que ya he de retirar la nota que he pasado, pero he de poner al pueblo una condición: que así como antes no me cansé de reclamar prudencia y de aconsejar calma y tranquilidad, ahora les digo que cada uno se
prepare de la mejor manera para luchar.
Tenemos para esa lucha el arma más poderosa, que es la razón; y tenemos también para consolidar esa arma poderosa, la ley en nuestras manos. Hemos de imponer calma a cualquier precio, y para eso es que necesito la colaboración del pueblo.
Lo ha dicho esta misma tarde el compañero De Pietro: nuestra nación necesita paz
y tranquilidad para el trabajo, porque la economía de la Nación y el trabajo argentino
imponen la necesidad de la paz y de la tranquilidad. Y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a palos.
Compañeros: Nuestra patria, para ser lo que es, ha debido ser sometida muchas
veces a un sacrificio. Nosotros, por su grandeza, hemos de imponernos en cualquier
acción, y hemos de imponernos cualquier sacrificio para lograrlo.
Veremos si con esta demostración nuestros adversarios y nuestros enemigos comprenden. Si no lo hacen, ¡pobres de ellos!
Pueblo y Gobierno, hemos de tomar las medidas necesarias para reprimir con la
mayor energía todo intento de alteración del orden. Pero yo pido al pueblo que sea él
también un custodio. Si cree que lo puede hacer, que tome las medidas más violentas
contra los alteradores del orden.
Este es el último llamamiento y la última advertencia que hacemos a los enemigos
del pueblo. Después de hoy, han de venir acciones y no palabras. Compañeros: para
terminar quiero recordar a cada uno de ustedes que hoy comienza para todos nosotros una nueva vigilia en armas. Cada uno de nosotros debe considerar que la causa
del pueblo está sobre nuestros hombros, y ofrecer todos los días, en todos los actos,
la decisión necesaria para salvar esa causa del pueblo.
SOBRE LA POLÍTICA UNIVERSITARIA DEL GOBIERNO
PERONISTA
DOCUMENTO
45
Comunicado de la
Federación
Universitaria de
Buenos Aires
(FUBA), 1951.
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LA FUBA CONTRA LA LEY UNIVERSITARIA
La Federación Universitaria de Buenos Aires cree imprescindible llamar la atención
respecto a las características de la nueva ley universitaria.
Desde la sanción de la ley 13.031, que ya condenáramos en su oportunidad, se han
producido en la Universidad cambios sustanciales encaminados a incorporarla al engranaje gubernamental. Se la adapta ahora al 2.° Plan Quinquenal, que establece:
“En materia de educación, el objetivo fundamental de la Nación será realizar la formación moral, intelectual y física del pueblo sobre la base de los principios fundamentales de la doctrina nacional peronista”.
Frente a esto, los primeros interesados, a los que se debiera consultar para la formulación de una ley universitaria, los estudiantes, insistimos en que solo en la libertad puede organizarse la Universidad: de lo contrario todo articulado es vano.
Es evidente entonces que esta ley que ignora a la Universidad y a los universitarios
solo puede ser un reglamento para la administración de una oficina pública.
La libertad no es un elemento más que pueda agregarse al status universitario; es
la condición previa y posibilitadora de la Universidad; es constitutiva de la actividad
universitaria. [...]
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Pese a ser tan pobres sus propósitos, en la Exposición de Motivos se enuncian
como fines de esta ley: la autonomía universitaria, la división del país en zonas universitarias, la gratuidad de la enseñanza, la vinculación de los egresados con la universidad, fines estos que la ley tergiversa en cada una de sus disposiciones:
1. En cuanto a la autonomía.
El Rector de la Universidad será designado por el Poder Ejecutivo (art. 9).
Son atribuciones del Rector: elegir a los decanos (art. 11, inc. 6), designar al personal docente, auxiliar de la docencia y técnico profesional. Proponer al Poder Ejecutivo, para su confirmación, el personal administrativo que hubiese nombrado (art. 11,
inc. 9). [...]
Es bizantino discutir sobre autonomía de la Universidad si esta no cuenta con un
patrimonio propio, del que pueda disponer sin cortapisas ni controles extraños a su
estructura. Por el art. 7 de la ley, parece habérsele concedido todo, pero estas facultades quedan destruidas más abajo, al someterse a la autorización del P. E. la atribución del Consejo Universitario de vender los bienes inmuebles, títulos y valores pertenecientes a la Universidad (art. 15, inc. 16). [...]
2. En cuanto a los profesores.
Los profesores titulares serán designados por el P. E., de una terna de candidatos
elevada por la Universidad, previo concurso de méritos, aptitudes técnicas y pedagógicas, títulos, antecedentes y trabajos (art. 36). Aparte del hecho de que el Ejecutivo
interviene en una cuestión para la cual no tiene ninguna competencia, el procedimiento previo de selección, el que hasta ahora se ha practicado, con los resultados
desastrosos que todos conocemos: acceso a la cátedra de los más incapaces por el
solo hecho de sus vinculaciones políticas, y el consiguiente alejamiento de los verdaderos maestros.
Este sistema, además, quita toda posibilidad a la docencia libre. Pensamos que debió adoptarse el sistema de concurso por oposición. [...]
3. En cuanto a los estudiantes.
Dispone el art. 58 que los estudiantes tendrán una representación en los Consejos
Directivos de cada Facultad por medio de un delegado de entidad gremial reconocida. Tendrá voto solamente en aquellas cuestiones que directamente afecten a los intereses estudiantiles.
Así, la representación ante las autoridades universitarias será asumida no por los
delegados que el alumno elija, sino por el representante de una “entidad gremial reconocida”. La ley no establece quién ni con qué criterio realizará este reconocimiento; creemos que el reconocimiento de la representatividad de una agrupación
estudiantil no compete a las autoridades, sino que ella surge de aquellos a quienes
representa. Por otra parte creemos que los representantes estudiantiles deben ser
elegidos libremente por los estudiantes. […]
Nosotros somos la Universidad. Porque seguimos en la plena posesión de los principios que esta ley desconoce, porque continuamos sin desmayos en la lucha para
implantarlos.
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