Subido por Stephanie Ortega Mora

juridica 817

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TERCERA ETAPA • AÑO 13
Martes 19 de julio de 2022
●817
SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL DE
EL PERUANO
Vulnerabilidad
y justicia
diferenciada
EN DEBATE LA RESPONSABILIDAD
PENAL DE LOS ADOLESCENTES
4„+-2%7Ĩ EDHIN CAMPOS BARRANZUELA
PÁGINA 2.
EL FISCAL, ¿ES
UN MAGISTRADO?
JAVIER A. AGUIRRE CH.
PÁGINA 3. LEGAL
FORENSIC: AL SERVICIO
DE LAS EMPRESAS. LUZ
CELESTE VALENZA TRUJILLO
4„+-2%7Ĩ PARA UNA
MEJOR CONCEPCIÓN DE LA
EXTINCIÓN DE DOMINIO. LUIS
JESÚS AGUIRRE NAUPARI
PÁGINA 8. EL DESALOJO EN SUPUESTOS
DE VENCIMIENTO DEL CONTRATO
DE ARRENDAMIENTO DE BIENES
INMUEBLES. CHRISTIAN TORIBIO.
2
SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL
PENAL
MARTES 19
DE JULIO DE
2022
JUEGO DE ROLES Y GARANTÍAS AL DEBIDO PROCESO
(OƉVFDOHVXQPDJLVWUDGR"
La respuesta
es negativa, el
representante del
Ministerio Público
es un abogado
encargado de
investigar los delitos,
una vez culminada su
investigación, acusa,
expone el caso ante
el juez para que este
sentencie.
C
omo docente de la Academia
de la Magistratura (Amag)
tomé una capacitación para
mejorar los cursos a dictarse a
jueces y fiscales. Durante una
pausa, en medio de una conversación con
la profesora, especialista en pedagogía,
me preguntó si yo conocía la razón por la
cual los fiscales y jueces estudian juntos
en la Amag, mi respuesta automática fue
porque unos y otros son magistrados,
la expresión de ella ante mi respuesta
me permitió advertir que no estaba en
lo correcto.
Resulta fácil caer en ese error comúnmente difundido, no solo las personas legas en la administración de justicia, sino
incluso, los propios abogados equiparamos la figura del juez con la del fiscal;
ni qué decir de estos, quienes teniendo
un común origen con los jueces (ambos
fueron nombrados por el antiguo Consejo Nacional de la Magistratura, ahora
la Junta Nacional de Justicia), se sienten
hijos de la misma madre y se confunden,
capacitándose y confraternizando en las
mismas aulas de la Amag para asumir
luego sus respectivas labores donde terminan apoyándose, haciendo gala del
‘espíritu de cuerpo’; rezagos de tiempos
en los que juez y fiscal formaban parte
de un mismo ente (Poder Judicial), no
es hasta la Constitución de 1979 cuando
JAVIER A.
AGUIRRE CH.
ABOGADO
PENALISTA.
EXAGENTE TITULAR
DEL PERÚ ANTE LA
CIDH.
se crea el Ministerio Público o fiscalía
como institución autónoma, obteniendo
su total independencia.
Esta independencia, se pierde pues,
su nombramiento y capacitación se mantiene común. El haber sido parte –hace
más de 40 años– del mismo organismo, y por si fuera poco el pertenecer a
la misma Asociación de Magistrados
(donde comparten actividades sociales
y deportivas), les genera y nos genera
una falsa creencia de estar del mismo
lado, que son parte del mismo equipo.
Nada más errado. El único magistrado
e investido etimológica y constitucionalmente con autoridad y potestad para
juzgar y sentenciar es el juez; el fiscal
no es magistrado, su labor no es juzgar,
ni sentenciar. El fiscal es un abogado
encargado de investigar los delitos, una
vez culminada su investigación acusa
(expone) el caso ante el juez (magistrado)
para que este juzgue y sentencie.
Actividades diferenciadas
Procesalmente, el fiscal es una parte
más en el proceso penal, él y el abogado
que defiende al investigado/acusado,
son pares e iguales ante el juez. El fiscal
no tiene ventajas –por lo menos no debe
tenerlas– el juez y aquel no son equipo,
el juez no debe estar de su lado sino
ser imparcial, solo ha de interesarle
la información o pruebas aportadas
por cada parte, y en base a ellas, pronunciarse; velando además para que el
fiscal –poseedor de mayores recursos
humanos y logísticos proveídos por el
DIRECTOR (e): Félix Alberto Paz Quiroz | Subdirector: Omar Swayne Recuenco | Editora: María Avalos Cisneros ([email protected])
Coordinador: Paul Herrera Guerra | Jefe de Diagramación: Julio Rivadeneyra Usurín | Teléfono: 315-0400 (2016)
Estado, en ese enfrentamiento– respete
los derechos y garantías que le asisten
al investigado/acusado.
Así como al fiscal no le corresponde
juzgar ni sentenciar, porque es solo labor
del juez; tampoco al juez le corresponde
investigar, esa es labor del fiscal, y como
no forman parte de un mismo equipo,
no es válido que uno asista o enmiende
el trabajo del otro.
Entonces, la respuesta es: el fiscal no
es magistrado. El juez y el fiscal tienen
funciones diferentes y deben cumplir
estrictamente el rol que a cada uno corresponde. De esa manera contribuyen a
la aplicación de un sistema penal honesto
y justo (debido proceso). En un próximo
comentario escribiremos sobre cómo se
debe elegir o designar a un fiscal.
Las opiniones vertidas son de exclusiva
responsabilidad de los autores.
Sugerencias y comentarios:
[email protected]
Jurídica es una publicación de
El Peruano
2008 © Todos los derechos reservados
ABOGADOS
MARTES 19 DE JULIO DE 2022
CONTRATACIÓN Y ESTÁNDARES DE CALIDAD
Los servicios periciales
en la defensa legal
Tienen como particularidad el estándar técnico y
especializado del trabajo a realizar, por lo que es
trascendente que el experto que lleve a cabo esta
labor trabaje en conjunto con el abogado.
E
n el ámbito legal, es habitual
que tanto personas naturales
o jurídicas de diversos rubros
[construcción, comercial, minero, inmobiliario, financiero,
etcétera] requieran la prestación de servicios periciales, ya sea para incorporarlos en
investigaciones penales, procesos judiciales
o arbitrales, o con fines preventivos.
En cuanto a procesos judiciales, los
servicios mayormente demandados son:
(i) la elaboración de informes periciales en
materia contable, económica, financiera,
grafotécnica, informática, ingeniería, arbitral, psicológica, y medicina general; (ii)
intervención de peritos en la etapa de eje-
LUZ CELESTE
VALENZA
TRUJILLO
DIRECTORA DE
LEGAL FORENSIC
CARO &
ASOCIADOS
cución de pericias ordenadas por la Fiscalía
o el Poder Judicial; (iii) participación de
peritos en juicio oral; (iv) asesoría forense
en la actividad pericial; y (v) elaboración de
informes dirimentes y auditoría pericial.
Ciertamente, los clientes advierten
la necesidad de un informe pericial
al encontrarse inmersos en procesos
judiciales, tal es el caso de una persona
natural o jurídica que en el marco de
una investigación penal por el delito
de lavado de activos, requiera la elaboración de una pericia contable con el
propósito de demostrar la inexistencia
de desbalance patrimonial, o en casos
de falsificación de documentos donde se
cuestiona la firma inserta en contratos y
se requiere la elaboración de una pericia
grafotécnica.
A nivel preventivo, se trata de servicios
técnicos externos que coadyuvan a clarificar disyuntivas en distintas especialidades
del derecho, tanto en el desarrollo de la
actividad empresarial como en la actuación
de sus directivos, trabajadores, proveedores, etcétera, documento que podría
servir de instrumento para un ulterior
informe de due diligence o formar parte
del procedimiento de compliance.
Los informes periciales preventivos
son la muestra de un comportamiento
diligente de la persona natural o jurídica
que tiende a indagar sobre el desarrollo
de sus actividades y/o la actuación de sus
directivos, trabajadores, proveedores, etcétera, se trata de servicios especializados
externos, los que, a modo de pericia, dilucidan dudas respecto a su desarrollo o
actuación. Como ejemplo, la empresa que
presenta disyuntiva sobre la actuación del
área contable y solicita la elaboración de
SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL
3
un informe preventivo para establecer
algún comportamiento irregular, o el caso
del empresario informal que solicita la
elaboración de un informe económicocontable para determinar irregularidades
en su flujo económico.
Los servicios periciales tienen como
particularidad el estándar técnico y especializado del trabajo a realizar, por tanto,
resulta trascendente que el perito trabaje
en conjunto con el abogado defensor, ya
que, solo así, se podrá explicar de modo
técnico-legal el objetivo de la defensa legal.
La contratación de servicios periciales con profesionales que cumplan con
el estándar de calidad coadyuva en gran
medida a la defensa legal reduciendo la
exposición de las empresas a sanciones
penales que, según la Ley N° 30424, pueden ir desde la multa hasta la clausura o
disolución, y en caso de sus directivos,
dependiendo del delito, podrían acarrear
responsabilidad penal, inclusive de hasta
por 15 años de cárcel, en casos de lavado
de activos.
Sobre lo último, es necesario que previo
a optar por la contratación de servicios
periciales se tenga en cuenta que, el equipo
de profesionales encargado de la elaboración de informes periciales debe poseer,
mínimamente, especialización en peritaje
emitida por el colegio profesional al que
corresponda e inscrito en el Registro de
Peritos Judiciales (Repej). Adicionalmente,
un buen indicador de buenas prácticas empresariales al brindar servicios periciales
es contar con la certificación del Sistema
de Gestión Antisoborno ISO 37001:2016
y el Sistema de Gestión de Compliance
ISO 37301:2021.
4
SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL
P
osiciones encontradas ha causado en la comunidad jurídica y
en la opinión pública nacional,
el reciente anuncio del proyecto
de ley del Ministro de Justicia
Félix Chero, mediante el cual se pretende
disminuir la edad para que los adolescentes desde los 16 años asuman una
responsabilidad penal y se les dé igual
tratamiento que a una persona con capacidad de ejercicio.
No cabe duda de que uno de los grandes problemas que tiene el país es la grave
situación de la espiral de violencia y la
comisión de ilícitos penales que se ha incrementado de manera inconmensurable,
por lo que existe una alta percepción de
inseguridad ciudadana.
En el incremento de la ola delictiva
que azota el país, los adolescentes tienen
una cuota de responsabilidad, toda vez
que vienen participando de manera muy
activa, sea por cuenta propia o de terceros,
y los jóvenes entre 16 y 18 años se ven
involucrados en la comisión de ilícitos
penales cada vez más violentos.
En muchos casos, los adolescentes son
utilizados por las personas mayores que se
encuentran al margen de la ley, para que
por su intermedio se puedan cometer los
delitos contra la vida el cuerpo y la salud,
contra el patrimonio, contra la libertad
personal y de agresión sexual, etcétera.
En otros, observamos que las órdenes
criminales provienen de personas procesadas y condenadas que se encuentran
purgando condena en algunos de los establecimientos penitenciarios y también
algunos adolescentes son utilizados por
bandas y organizaciones criminales para
que coadyuven a cometer diversos delitos
que van desde homicidios, extorsiones,
robos contra la propiedad pública y privada, coacción y hasta delitos contra la
libertad sexual.
Conductas a investigar
En muchos casos, los adolescentes son
utilizados por avezados delincuentes,
entre otras razones, porque las sanciones penales son demasiado benignas, en
comparación con otra persona mayor de
edad, que comete el mismo ilícito, contra el mismo agraviado y con la misma
modalidad delictiva empleada.
Dentro de este contexto, los adolescentes también tienen una cuota de responsabilidad, pues no se puede indicar que
todos los adolescentes son manipulados,
pues también tienen una capacidad volitiva para poder auto determinarse por sus
actos y saben definir qué es lo bueno y que
es lo malo y siendo esto así, evidentemente
tienen una responsabilidad penal y cuya
conducta merece ser investigada, juzgada
y sancionada.
Ahora bien, el tema en cuestión es
saber si deben ser investigados por el
Código del Niño y el Adolescentes, por
el Código Penal de Responsabilidad del
JUDICIAL
MARTES 19
DE JULIO
DE 2022
MARTES 19
DE JULIO
DE 2022
INICIATIVAS FRENTE A LA INSEGURIDAD CIUDADANA
del populismo penal y que no recoge el
grave malestar de los adolescentes que necesitan de una protección, pues el Estado
también es coresponsable de la situación
de abandono en que se encuentran.
La responsabilidad
penal contra los
adolescentes de
16 años en debate
Se debe poner en funcionamiento una
política criminal juvenil en donde ellos
WIERPSWEGXSVIWTVMRGMTEPIWEĤRHI
disminuir la grave situación de inseguridad
ciudadana que vive el país, plantea el autor
del artículo.
Adolescente (1) o ahora con esta nueva
iniciativa del Poder Ejecutivo por el Código Penal, que desde luego incrementará
las sanciones y además serán recluidos
en un establecimiento penitenciario y ya
no en un centro juvenil.
EDHÍN
CAMPOS
BARRANZUELA
JUEZ SUPERIOR
TITULAR DE LA
CORTE DE ÁNCASH.
PHD EN CIENCIAS
LEGALES POR
LA ATLANTIC
INTERNATIONAL
UNIVERSITY.
DOCTOR EN
DERECHO Y
EDUCACIÓN.
Propuesta del Poder Ejecutivo
Evidentemente, la propuesta del Poder
Ejecutivo tiene mucho que ver con el establecimiento de una política contra el
crimen con el incremento de las penas a
los adolescentes, pues un mismo hecho
penal, cometido contra el mismo agraviado, con la misma modalidad y con la
misma intensidad de alevosía y ventaja,
la dosificación de la pena será diferente
para una persona adulta, que para un
adolescente de 16 años.
Esto significa que para el mayor de
edad, la sanción podría establecerse hasta
en 20 años de pena privativa de la libertad,
mientras que para el joven de 16 años
podría recaerle una sanción no menor
de 6 años y es allí en donde radica la diferencia de la “ injusticia “, pues ambos
han cometido el mismo delito.
Por tal razón, se plantea que los adolescentes que tengan una edad de 16 años,
tendrían el mismo tratamiento punitivo,
que las personas adultas que cometen
también ilícitos penales y así se tendría
la posibilidad que no egresen del centro
juvenil o establecimiento penitenciario
de manera más rápida y se evitaría en
menor proporción la inseguridad ciudadana, es decir se estaría dando una
respuesta punitiva a la preocupante ola
de delincuencia que se vive en el país.
Otro sector de la comunidad jurídica
sostiene que la iniciativa del Ejecutivo es
un despropósito toda vez que el Perú ha
suscrito tratados internacionales sobre
la Convención de los Derechos del Niño
y Adolescente, pues un menor de edad
se encuentra en proceso formativo y el
Estado no debe renunciar a su protección
y no debe ser incapaz de garantizar sus
derechos y garantías.
Las abogadas Marisol Tello y Rommy
Chang (2) han manifestado que la inicia-
El debate jurídico se ha iniciado y por lo tanto
consideramos que se debe poner en funcionamiento una política contra el crimen juvenil en
HSRHIIPEGXSVTVMRGMTEPWIEIPEHSPIWGIRXIEĤR
de lograr disminuir la grave situación de inseguridad ciudadana que vive el país.
tiva forma parte del populismo penal,
pues los adolescentes son víctimas y no
victimarios, además son víctimas de la
sociedad, de sus padres, de su hogar y se
tiene que propender a medidas correctivas, de reeducación y no de medidas
altamente punitivas.
En tal sentido, el debate jurídico se
ha iniciado y también se ha ampliado,
en el sentido de reformar la capacidad de
ejercicio y que no empiece desde los 18
años, sino se recorte a los 16, a fin de que
los adolescentes tengan todos los derechos
y obligaciones de una persona adulta,
como ejercer el derecho de sufragio de
elegir y ser elegido, así como también se
les reconozca derechos civiles y penales, empero ello requiere de una reforma
constitucional.
De igual modo, se ha manifestado
y con toda razón que el incremento de
penas de ninguna manera disminuirá la
grave inseguridad ciudadana que se vive y
que el mencionado proyecto forma parte
Nuevo código
Por lo pronto, el pasado sábado 7 de mayo,
mediante Decreto Supremo Nº 003-2022JUS (3), se ha publicado en el Diario Oficial El Peruano la aprobación oficial de la
aplicación progresiva del nuevo Código
de Responsabilidad Penal del Adolescente
y se ha aprobado la nueva calendarización de este nuevo cuerpo normativo y
su vigencia comenzará a partir del presente año, de manera progresiva, en los
diferentes distritos judiciales del Perú.
El legislador, para los efectos de la
puesta en vigencia del nuevo Código de
Responsabilidad Penal del Adolescente,
ha tomado como ejemplo la progresividad
de manera paulatina del Código Procesal
Penal y la Ley Procesal del Trabajo y, para
tales efectos, ha fijado una calendarización en todos los distritos judiciales, para
ir evaluando el desarrollo de este cuerpo
normativo adjetivo por los operadores
de justicia.
En tal sentido, el Ministerio de Justicia
y Derechos Humanos (Minjusdh) dispuso
el calendario oficial de la aplicación progresiva del Código de Responsabilidad
Penal del Adolescentes que consta del
siguiente cronograma:
Año 2022: Lima Norte, Ventanilla y
el Callao.
Año 2023: Lima Centro, Lima Sur,
Lima Este, Cañete y Huaura.
Año 2024: Ica, Arequipa, Ayacucho,
La Libertad, Lambayeque, Cajamarca,
Áncash y Santa.
Año 2025: Tumbes, Piura, Sullana,
San Martín, Amazonas, Junín, Pasco,
Huancavelica, Huánuco y Selva Central.
Año 2026: Loreto, Ucayali, Madre de
Dios, Cusco, Apurímac, Puno, Moquegua
y Tacna.
Este nuevo cuerpo normativo, de
corte procesal penal acusatorio, es un
instrumento legal muy importante para
la investigación y juzgamiento de los
adolescentes que vulneren las normas
penales y, para tal efecto, ahora se contará con una especializada legislación
para las sanciones respectivas,
Es importante precisar que con fecha
7 de enero del 2017 se publicó el Decreto
Legislativo N° 1348 que aprueba el Código de Responsabilidad de Adolescentes
y, con este nuevo marco normativo, se
han producido cambios en la estructura de los procesos seguidos contra
los adolescentes que tenían conflicto
con la ley penal y desde luego se crean
nuevas instituciones procesales que anteriormente no existían en el sistema de
justicia penal juvenil.
Ahora, se dejará de lado el vetusto
sistema procesal inquisitivo, propio
SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL
5
del sistema reservado y escritural, y se
privilegiarán los principios de oralidad,
contradicción e inmediación, garantizándose un mejor derecho de defensa
del adolescente imputado y cuyo nuevo
sistema será propio de un nuevo modelo
procesal penal acusatorio.
Por tanto, nos encontramos frente a
un nuevo modelo procesal especializado
para los adolescentes, quienes ya no serán procesados conforme al Código del
Niño y del Adolescente (4), pues ahora
se tiene una legislación especializada,
bastante parecida al Código Procesal
Penal.
Por ejemplo, dentro de las innovaciones, podemos apreciar meridianamente
que el abogado defensor tendrá una defensa más activa y el fiscal tendrá una
facultad de investigación desde la noticia
criminal y existirán jueces de garantías,
de juzgamiento, conformados por magistrados de investigación preparatoria,
unipersonal y juzgados colegiados, por lo
que la estructura del proceso penal será
completamente diferente a la que existe
en el Código del Niño y del Adolescente.
En este contexto, es importante preguntarse. ¿Con la nueva propuesta del
Poder Ejecutivo para penalizar a los
adolescentes desde los 16 años, se solucionarán los problemas de la inseguridad
ciudadana?, ¿disminuirá la delincuencia
juvenil en todas las regiones?, ¿ los operadores jurídicos están familiarizados
con su lógica y operatividad en todas
sus instituciones procesales?, ¿la población se encuentra familiarizada con este
nuevo modelo procesal penal de justicia
juvenil? y ¿un nuevo Código Penal de
Responsabilidad de Adolescentes solucionará la ola delictiva?, ¿se considera
que el tránsito de un modelo inquisitivo
a un sistema procesal penal acusatorio,
permitirá un mejor servicio de justicia?,
¿la sociedad civil podrá percibir que los
procesos penales contra los adolescentes
serán más transparentes y céleres y se
confiará plenamente en sus operadores
de justicia?
En tal sentido, el debate jurídico se
ha iniciado y por lo tanto consideramos
que se debe poner en funcionamiento
una política contra el crimen juvenil en
donde el actor principal sea el adolescente, a fin de lograr disminuir la grave
situación de inseguridad ciudadana que
vive el país, para prevenir, investigar,
juzgar y eventualmente sancionar sus
conductas ilícitas, sin incrementar su
punidad etaria.
1) Código Penal de Responsabilidad del
Adolescente. Decreto Legislativo N° 1348 del 7
de enero del 2017. 2) Nota informativa del Grupo
RRP. www.rpp.pe. 3) Decreto Supremo N° 0032022-JUS, se ha publicado en el Diario Oficial
El Peruano, el programa de calendarización y
puesta en vigencia de manera progresiva a nivel
nacional. 4) Aprueba el Nuevo Código de los
Niños y Adolescentes. Ley Nº 27337
6
SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL
JUSTICIA
MARTES 19
DE JULIO
DE 2022
A PARTIR DE SU DEFINICIÓN
Hacia una mejor
concepción de la
extinción de dominio
Se trata de la consecuencia patrimonial que elimina el estado antijurídico del patrimonio ilícito,
trasladándolo al Estado, en virtud del resguardo del interés general, luego de agotar un proceso
garantista para las partes y terceros con interés, en el ejercicio de sus derechos fundamentales.
S
egún definición legislativa (1), la
extinción de dominio es la consecuencia jurídico-patrimonial
que traslada a la esfera del Estado peruano la titularidad de
los bienes que constituyen: (I) objeto,
(II) instrumento, (III) efectos o, (IV) ganancias de actividades ilícitas, mediante
sentencia que se expide en fiel respeto al
debido proceso.
De esa concepción se derivan dos principios jurídicos, inherentes y propios de la
extinción de dominio: (I) el principio de
prohibición de adquisición ilícita de los
bienes y, (II) el principio de prohibición
de uso o destinación ilícita del bien.
Como inferencia de esos dos principios, y a partir de lo regulado en los
artículos 22° y 70° del texto constitucional, el Estado solo protege y garantiza la
titularidad de bienes adquiridos y usados
en forma lícita; ante un supuesto contrario, esto es, de ilicitud, se viabiliza la
aplicación de la consecuencia antes citada.
Esa consecuencia patrimonial se genera toda vez que el derecho sobre el bien
realmente no existe por no cumplir las
exigencias de licitud, por lo cual no es
jurídicamente protegido, y del cual solo
existe una apariencia que desaparece en
su totalidad con la sentencia judicial (2).
Esta es la razón para que la persona
que adquiera un bien mediante el ejercicio
de actividades ilícitas no tenga en realidad
derecho alguno sobre ese bien, aunque así
se perciba en apariencia (3).
Es cierto que una persona que detenta
patrimonio ilícito puede ejercer diversos
poderes de hecho, como el uso o disfrute
del bien (la “apariencia” del derecho genera efectos prácticos y jurídicos); pero,
también es verdad que esa injusta situa-
LUIS JESÚS
AGUIRRE
NAUPARI
FISCAL PROVINCIAL
Ħ8ħ())<8-2'-–2
()(31-2-3()
0-1%
ción cesa cuando interviene el instituto
de extinción de dominio.
La Corte Constitucional de Colombia ya desde la emisión de la Sentencia
C-374/1997 evaluaba que la extinción de
dominio otorga al Estado una herramienta judicial para hacer efectivo el postulado
deducido del concepto mismo de justicia,
según el cual el crimen, el fraude y la inmoralidad no generan derechos; no se
trata en preciso sentido una ‘extinción’
del derecho de dominio, sino una decla-
ración de inexistencia del derecho, en el
entendido de que este ha sido privado de
reconocimiento jurídico, por no haber
sido obtenido o ejercido con arreglo al
ordenamiento jurídico.
Como corolario de lo anterior, puede
sostenerse que la persona que ha adquirido el dominio de un bien por medio de
conductas que contravienen el ordenamiento jurídico, que causan daño al Estado o a otros particulares, o que ocasionan
un grave deterioro de la moral social, no
EXPERIENCIA COMPARADA
Mayor luz nos da la Sala Constitucional de
la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, que en la resolución del Expediente N°
146-2014/107-2017 (acumulados) razona que
la extinción de dominio no es una “pena
patrimonial”. Evalúa que la sentencia, que se
pronuncia en un proceso de extinción de dominio, tiene carácter puramente declarativo,
ya que solo constata la falta de transferencia
o transmisión legítima del dominio o el uso
ilícito que se hace del bien sobre el que recae.
En el caso de bienes de origen ilícito simplemente existe una declaración estatal de que
tal derecho nunca surgió y que, por tanto, no
formó parte de la esfera jurídica del afectado.
Por otro lado, en el caso de los bienes que
son destinados a fines ilícitos se trata de la
pérdida de los derechos reales que se poseen
sobre ellos, debido a que se constata que su
propietario no ha cumplido con las normas
regulativas del ejercicio del derecho de
propiedad.
Lo anotado resulta vital en el entendimiento
de la extinción de dominio, pues, desligarla
de la noción de sanción penal significa despojarla de criterios garantistas que protegen
a las personas. Recordemos que el proceso
extintivo es de carácter real (in rem: contra
el bien, y no así de naturaleza penal: no va
contra las personas).
La extinción de dominio no tiene relación
con juicios de responsabilidad; por tanto, no se
puede interpretar como una pena; así lo determina la Corte Constitucional de Colombia en la
Sentencia C-740/2003.
Sobre la extinción de dominio y la pena, el Tribunal Superior de Bogotá evalúa que, en síntesis,
aquella no es una sanción penal, pues su ámbito
es mucho más amplio que el de la represión y el
castigo del delito, máxime que su objeto se centra
en la privación del reconocimiento jurídico a la
propiedad lograda en contravía de los postulados
básicos proclamados por la sociedad.
Según el glosario de las Recomendaciones del
GAFI, el término decomiso, que incluye extinción, cuando corresponda, significa la privación
permanente de fondos u otros activos por orden
de una autoridad competente o un tribunal.
es titular verdadero de un derecho de
propiedad digno de reconocimiento ni
protección. Esta persona solo es titular
del derecho de dominio en apariencia,
ya que, ante la ilegitimidad de su origen,
en realidad este derecho nunca fue merecedor de reconocimiento jurídico (4).
El término extinción vinculado a un
derecho real no es ajeno ni del todo novedoso en nuestro sistema jurídico, pues,
solo por citar dos ejemplos, el artículo
968° del Código Civil regula las causales
de la extinción de propiedad, y el artículo
58° de la Ley General de Minería también prevé la extinción de las concesiones
mineras.
Mirada regional
Según el Programa de Asistencia Legal
para América Latina y el Caribe (Laplac)
de la Oficina de Naciones Unidas Contra
la Droga y el Delito (UNODC), el nombre
de extinción de dominio es “regional”, por
tratarse de la denominación más común
en esta parte del mundo; es decir, fue
diseñada siguiendo la tradición civil de
los países hispanohablantes de Latinoamérica, y no se optó, por ejemplo, por
“decomiso sin condena”, término utilizado en otros ámbitos internacionales.
Al respecto, la UNODC, al comentar
la legislación salvadoreña, y concordando
con la jurisprudencia colombiana, precisa que la extinción de dominio es una
declaración de inexistencia del derecho;
en consecuencia, lo que hace el juez al
ordenar la extinción de dominio es declarar que la persona no era realmente
propietaria del bien (ya sea porque lo adquirió ilícitamente o porque lo destinó
a actividades ilícitas) y que lo que ella
tenía era la simple o mera apariencia de
JUSTICIA
MARTES 19
DE JULIO
DE 2022
Es cierto que una persona que detenta patrimonio ilícito
puede ejercer diversos poderes de hecho, como el uso o
el disfrute del bien (la “apariencia” del derecho genera
efectos prácticos y jurídicos); pero, también es verdad que
esa injusta situación cesa cuando interviene el instituto de
extinción de dominio.
propiedad. Al respecto, debe tenerse en
cuenta que la persona que ha adquirido
un bien por medio de conductas ilícitas
no es verdadero titular de un derecho de
propiedad digno de reconocimiento ni
protección, porque el delito no da origen
a derechos. Esta persona solo es titular
del derecho de dominio en apariencia, ya
que, ante la ilegitimidad de su origen, en
realidad este derecho nunca fue merecedor de reconocimiento jurídico.
Santiago Vásquez Betancur (5) define
a la extinción de dominio como el instrumento jurídico constitucional y políticocriminal idóneo de ataque a las finanzas
criminales. Añade, este instituto es fruto
del poder extintivo del Estado que persigue
por declaración judicial la pérdida de todo
derecho subjetivo patrimonial ilícito (objeto
material) que resulta de la comprobación
de los presupuestos de una causal básica de
extinción de dominio (origen o destinación
ilícita), es, por tanto, una sanción patrimonial, autónoma, independiente, retroactiva
y que no acarrea contraprestación o compensación alguna.
A pesar de compartir en gran parte
el concepto anotado, discrepamos en
evaluar a la extinción de dominio como
una “sanción patrimonial” o “sanción
civil”; asumir esa posición significa el
reconocimiento previo –inmerecido e
injusto– de “propietario legítimo” a la
persona que cometió la actividad ilícita
en la adquisición del bien, cuando ello,
en realidad, nunca se produjo, pues,
ese derecho (aparente) jamás nació ni
se consolidó; por ello, es certera la referencia a la extinción de dominio como
una consecuencia jurídica patrimonial
que elimina esa apariencia de titularidad
sobre el bien (al quitarle “un ropaje que
no le pertenece”).
Por otro lado, en sede punitiva, la resolución que priva de la libertad a una
persona sí constituye una sanción o pena,
pues, restringe e impide el ejercicio del derecho fundamental a la libertad que todos
tenemos por el solo hecho de ser sujetos
de derecho. Obvio es que esta situación
(origen del derecho) no se presenta en el
área de extinción de dominio, máxime
que el –hipotético– derecho a la propiedad
no germinó. Entonces, tenemos que la
extinción de dominio tampoco constituye
una sanción penal.
SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL
7
En función de lo señalado, conceptualizamos a la extinción de dominio como
la consecuencia patrimonial que elimina
el “estado antijurídico” del patrimonio
ilícito, trasladándolo a la cabeza del Estado (en virtud del resguardo del interés
general), claro está, luego de iniciar y
agotar un proceso jurisdiccional, el que,
por cierto, es garantista, tanto para las
partes procesales como para los terceros
con interés, en el ejercicio de sus derechos
fundamentales.
1) Contenida en el inciso 10 del artículo III de la
Ley de Extinción de Dominio (D. Leg. 1373). 2)
Asobancaria de Colombia. ABC de la Extinción
de Dominio, TC Impresores, Bogotá, 2018, p.
28. 3) ACOSTA ARISTIZÁBAL, Jairo. “Régimen
probatorio de la extinción de dominio”, La
extinción del derecho de dominio en Colombia,
UNODC, Bogotá, 2015, p. 275. 4) MARTÍNEZ
SÁNCHEZ, Wilson Alejandro. “La extinción de
dominio y la acción de extinción de dominio
en Colombia”, UNODC, Bogotá - 2015, p. 8.
5) Fundamentos e imputación en materia de
extinción del derecho de dominio, Ediciones
Nueva Jurídica, Bogotá, 2019, p. 28.
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SUPLEMENTO DE
ANÁLISIS LEGAL
CIVIL
MARTES 19
DE JULIO
DE 2022
ANTE SITUACIONES ADVERSAS, SEAMOS ESTRATÉGICOS
El desalojo al vencimiento
del contrato de arrendamiento
de los bienes inmuebles
El proceso puede tardar aproximadamente cinco años, cuando la demanda se
interpone a un precario. No requerir la devolución del bien, luego de vencido el
plazo del acuerdo, permite escapar del supuesto de precariedad.
U
no de los mayores problemas que puede enfrentar un
arrendador luego de la culminación del contrato, sea
cual sea la razón, es el desalojar a su inquilino en caso de que este
no desocupe el predio voluntariamente.
Si bien la conciliación es una alternativa
para lograr la salida pacífica del predio
del inquilino, no llegar a un acuerdo implicará iniciar un proceso judicial que
será la vía idónea y necesaria para lograr
el desalojo, aunque ello implique encontrarse en una etapa de incertidumbre por
al menos cinco años, ya que es posible
que la sentencia de primera instancia sea
apelada y, dependiendo en el juzgado en
el cual se tramite, se eleve a la Corte Suprema mediante un recurso de casación.
No obstante, ¿qué tendría que suceder
para que el tiempo del proceso de desalojo
no sea tan exagerado? Para responder a
CHRISTIAN
TORIBIO
ÁREA CIVIL DE
ESTUDIO LINARES
ABOGADOS
tan ansiada pregunta, recurriremos a un
ejemplo para graficar la situación:
Juan alquila a Pablo su casa en el Callao
desde el 1/01/22 hasta el 1/12/22 por el monto de 1,000 soles mensuales. Al día siguiente
de vencido el contrato, es decir, el 2/12/22, el
plazo del arrendamiento queda prorrogado
por ley (1), lo que permitiría a Pablo seguir
en posesión del bien arrendado pagando la
renta pactada. En este punto, Juan tiene dos
alternativas: I) requerir la devolución del
bien y luego iniciar el proceso de desalojo,
o II) iniciar el proceso de desalojo sin este
requerimiento.
Ahora bien, ¿en qué se diferencia la
primera de la segunda opción que puede
realizar Juan? Veamos.
En la primera opción, si Juan solicita
la devolución del bien arrendado, Pablo
deja de estar en el supuesto de un contrato de arrendamiento, cuyo plazo ha sido
prorrogado por imperio de ley, y se con-
vierte en un poseedor precario, o sea, aquel
inquilino que tiene un título de arrendamiento vencido. Si Pablo se encuentra en
una situación de precario, una demanda
por desalojo sería tramitada ante el juez
especializado de la Corte Superior como
primera instancia. La sentencia que emita
este juez será susceptible de ser apelada por
cualquiera de las partes y, aquí el problema,
la sentencia de segunda instancia puede
ser sometida a un recurso de casación, lo
que implica que el proceso baje a la primera
instancia para que se vuelva a decidir. Evidentemente, una demanda de desalojo que
pase por todo este proceso está condenada
a ser resuelta luego de cinco años, debido
al trámite mismo de las instancias dentro
del Poder Judicial, esto puede resultar totalmente ajeno al interés del demandante:
recuperar la posesión de su bien mediante
el desalojo.
En la segunda opción, Juan tiene la
sartén por el mango. A diferencia de la
primera opción que el requerimiento del
bien convierte en precario a Pablo, hacer
lo contrario, es decir, no exigir la devolución del predio antes de la interposición
de demanda puede resultar beneficioso
para Juan, ¿por qué? Bueno, al no estar
ante una situación de posesión precaria
por el requerimiento del bien, Juan interpondrá su demanda ante el juez de paz
letrado, como primera instancia, y su
segunda instancia sería el juez especializado. De esta manera, queda excluida
la posibilidad de interponer un recurso
de casación ante la sentencia emitida en
segunda instancia, lo que significa no
elevar el caso ante la Corte Suprema.
Así, estaríamos recortando un plazo de
2 años y medio aproximadamente en ir
a casación y derivar el caso de nuevo a
instancias inferiores para proceder con
una nueva sentencia.
A modo de conclusión
Entonces, habiendo analizado las posibilidades de Juan para iniciar un proceso
judicial de desalojo, procedemos a realizar
las siguientes conclusiones:
1. El proceso de desalojo puede tardar
aproximadamente cinco años, cuando
la demanda se interpone a un precario.
2. No requerir la devolución del bien,
luego de vencido el plazo del contrato,
nos permite escapar del supuesto de
precariedad.
3. La demanda se presenta ante el juez
de paz letrado, y no ante el juez especializado, lo que evita un eventual recurso
de casación que pueda dilatar el proceso.
4. Así, se reduce considerablemente
el tiempo para conseguir una sentencia
fundada, que nos permita desalojar al inquilino que no desaloje voluntariamente
el inmueble una vez que haya concluido
el plazo del contrato de arrendamiento.
1) Código Civil peruano. Artículo 1700.Vencido el plazo del contrato, si el arrendatario
permanece en el uso del bien arrendado, no
se entiende que hay renovación tácita, sino
la continuación del arrendamiento, con sus
mismas estipulaciones, hasta que el arrendador
solicite su devolución, la cual puede pedir en
cualquier momento.
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