Subido por Benjamín Tomás ESCOBAR CATALDO

Sobre el Che en dos novelas argentinas

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Focus amoenus. Avatares del Che Guevara en dos novelas argentinas del
cambio de siglo
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Daniel Mesa Gancedo
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APITULO 1
Focus Amoenus: avatares del Che Guevara
en dos novelas argentinas del cambio de siglo
Daniel Mesa Gancedo
La transparencia del Che en la narrativa hispanoamericana
A lo mejor, en su momento, alguien lo echó de menos. O a lo mejor era
tan evidente su querida (o no tan querida) presencia que silenciar ese nombre pudo pasar - en su momento - inadvertido: en el inevitable namedropping que usaron Gómez y Fuguet en su afamado prólogo mcondista para
definir lo que "Latinoamérica es" (15-16) faltaba al menos una figura que
durante mucho tiempo no hubiera necesitado de más compañía para cifrar
esa esencia: la de Ernesto Che Guevara. Menos sorprendente, quizá, pero
no menos elocuente, es también su ausencia en cualquiera de los textos fundacionales del Crack. 1
Cabe afirmar, no obstante, que el interés literario hacia la figura del Che
Guevara se revitaliza durante la década de los 90 y la primera década del siglo XXI. No es el momento ahora de detallar el desarrollo previo de ese interés;
ni siquiera hay espacio para mencionar algunos de los textos que lo prueban,2
pero sí conviene postular- aunque sólo sea como hipótesis -que en el cambio
de siglo esa revitalización se produce en la periferia de las propuestas canonizadoras de lo que pretendía ser la nueva narrativa latinoamericana.
1
Sólo Jorge Volpi le da un papel secundario, años después , como figura histórica en su
trilogía sobre el siglo xx (particularmente en El fin de la locura, 2003) y le concede algo más
de atención en ensayos como Ú1 imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968
(1998) o El insomnio de BoUvar (2009) . En este último texto afirma: "Todavía hoy, el latinoamericano más célebre es el Che" (37).
2
Intenté trazar las pistas en mi trabajo de 2014, incluido en la bibliografía.
192
DANIEL MESA GANCEDO
Avatares del Che en Mira y Gamerro
Los dos textos que constituirán el núcleo de mi análisis se integran en
un marco de reformulación paulatina del mito guevariano que tiene alcance
continental, aunque por lo general se proyecta en la obra de autores cuya
difusión internacional - o incluso nacional - es , en principio, limitada. Publicadas con una distancia temporal de casi dos décadas, Guerrilleros. Una
salida al mar para Bolivia (1993), de Rubén Mira, y Un yuppie en la columna del Che Guevara (2011) 3 de Carlos Gamerro hacen uso de la figura
y los textos del Che Guevara para construir dos ficciones profundamente
perturbadoras sobre el lugar y las posibilidades de la revolución en la sociedad contemporánea. Esa base común, entre otras cosas (críticas , dedicatorias y colaboraciones mutuas), permite poner los textos en diálogo , aun
teniendo en cuenta que son muy distintos en su planteamiento y en el 1ugar
que ocupan en la obra de sus respecti vos autores.
Guerrilleros es la única novela de un autor poco conocido (al menos
fuera de Argentina), que se ha dedicado al periodismo y al ensayo de divul gación.4 Fue considerada desde el principio una rareza de culto y sus dos
ediciones han circulado poco .5 Un yuppie en la columna del Che Guevara
forma parte de la sostenida trayectoria narrativa iniciada por su autor con
Las islas ( 1998) y continuada con las novelas El sueño del señor juez
(2000), El secreto y las voces (2002) y La aventura de los bustos de Eva
(2004). 6 Un yuppie ... es continuación explícita de esta última y ambas
pueden considerarse "precuelas" de Las islas.7 Con viene ya advertir que
Gamerro se convirtió en uno de los principales defensores de la novela de
3
Tras mucho tiempo inhallable , la novela de Mira tuvo una segunda edición en 2007
(quizá a impulso de Gamerro), que es la que utilizo en mi trabajo (y que mereció alguna reseña: Giaccaglia; Salas ; Valle) . Los datos completos se encuentran en la bibliografía, igual
que los de la novela de Gamerro.
4
Con posterioridad, Mira ha publicado Burroughs para principiantes (2001) y Cervantes
para principiantes (2004), ilustrados por Sergio Langer, con quien también compuso las tiras
cómicas protagonizadas por la Nelly, que aparecieron en Clarín entre 2010 y 2016 (Todav ía
pueden verse en http://la-nelly.blogspot.com.es/) . Fue impulsor de la editorial cooperati va Tantalia, donde se publicó la primera edición de Guerrilleros.
5
No aparece mencionada en panoramas como los de Fabry y Log ie o Rui z .
6
A estas novelas habría que añadir el volumen de relatos titul ado El libro de los afectos
raros (2005) y otra novel a titul ada Cardenio (2016) . Además , Gamerro tiene una larga tra
yectoria como crítico literari o, traductor e incluso gui o ni sta de ci ne (e n la que ha colaborado
con Rubén Mira: Tres de corazanes , diri gida por Se rgio Rc n:in, 2007).
7 La acció n de Las islas com ienza el mismo día} l'n 1·11111,1110 l11~i11 l'll que condu,c Un
y uppie . . . No obstnntc, el pmtugo1m1a d1· l,1, do~ 11r,11·Jn,; m:l'I rcclrnh:~, fam·,10 l\1a1 rnm'.
1ic nc 1111 pa pl' l rl'ia1 11 i1 111l' lll 1· ,1·rnnd;11 1" 1:11 / .n.1 i.,/a1 l'or otro Indo, tarHo ¡./ J111·1111 ,¡,.¡ 1,·,1m
lll('h>1111do• ""n 111 d1ct11du
FOCUS AMOENUS: AVATARES DEL CHE GUEVARA
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Mira: "No había leído nada así en nuestras letras , tampoco había imaginado
que fuera posible" ("Rescates"). Incluso ha declarado que sin ella su propio
proyecto no hubiera podido realizarse de la manera en que lo ha hecho.
Quizá por ello Un yuppie ... esté dedicado a Rubén Mira.
El diferente contexto temporal en el que las dos novelas se escriben implica, no obstante, un significado distinto. Guerrilleros aparece fechada
entre Bolivia, verano de 1986, y Lanús , verano de 1993. Es , pues , una novela que se fragua y se elabora en la primera década de la recuperada democracia argentina, tras una dictadura a la que el texto parece no aludir,
porque la acción se sitúa en Bolivia (con alguna digresión hacia el Perú).
La conexión explícita con el contexto argentino es sólo ocasional (la procedencia del protagonista y de algún personaje muy secundario). Y, sin embargo, Gamerro ha podido afirmar: "Guerrilleros también lee la realidad
(la alucinación) argentina desde ese espejo oscuro que le ofrece la boliviana,
poco conocida a través de una literatura propia, recorriendo ese puente entre
ambas que quiso trazar el Che Guevara" ("Rescates").
Por su parte, Un yuppie .. . se publica a principios del siglo XXI: es una
novela no sólo posdictatorial (y que habla de la dictadura), sino también poscrisis. En 2011 , hablar del Che Guevara y recordar - ya que no postular - la
revolución no podía tener el mismo sentido que en 1993 .
Guerrilleros: Che, revolución y merca ...
Desde la perspectiva de Gamerro, uno de sus primeros y más agudos lectores, Guerrilleros parece proponer una especie de alegoría lisérgica, una fábula política y contracultural atravesada por tensiones americanas en su más
amplio sentido. Si su recepción no ha sido fácil - se sugiere - es porque no
estaba construido todavía el marco de lectura: un marco atravesado por el
"cyberpunk latino y tercermundista" y la lección de William Burroughs ("el
creador de una matriz irremplazable para leer la cultura andina en clave beat,"
según Gamerro en "Rescates"). Esa matriz sería una propuesta para superar
el "realismo mágico" acaso no contemplada por los narradores que estaban
copando la primera línea de visibilidad latinoamericana en el mismo momento
en que - casi secretamente - se publicó por primera vez la novela de Mira.
Mira inventa una guerrilla que en 1984 pretende reproducir - por medios
tecnológicos y qu ími cos - la última expedición del Che: se ubica en el
mi smo lu ga r, la ~cl\ a boli viana (ahora domesticada como "Parque Nacional"); los pr11tag11111 , 1a, .1dnrtan los nombres de los guerrill eros sesenti stas;
Sl' ri gl'll por el diurin ltll~'\ .111 .11111 (que el narrador protagoni sta emul a muy
dl' n :rl~H en la primera panc del tc, tn) ... l\•m prl'll' ntkn l' ' itar sus errores
194
DANIEL MESA GANCEDO
asimilando sus memorias a las de los guerrilleros originales, mediante el
uso de una máquina (la Recicladora) conectada a pilas instaladas en el cerebelo, que funcionan a base de cocaína.8
La máquina tiene también poder prospectivo: recicla los sueños de los
combatientes y los convierte en material que puede proyectarse en la realidad . La estructura del texto, aparentemente equilibrada, es también relativamente compleja. Consta de tres partes: en la primera, titulada "Cuaderno l ,"
se transcribe el diario del protagonista, reescritura amplificada de los Diarios
de Bolivia del Che. La segunda parte de la novela se titula "Las piedritas de
mi camino" y cambia completamente el enfoque y hasta el género narrativo:
es el relato en primera persona de Guerra, el Primer Detective Boliviano,
quien trata de localizar el paradero de un joven, que por la lectura de la primera parte se sabe está incorporado a la guerrilla y por la lectura de su diario
se descubre que se cree hijo del Che. La investigación revelará la actividad
de dos empresas siniestras que rivalizan por el dominio del mundo y ya habían sido mencionadas en la primera parte. La tercera y última parte de Guerrilleros se titula "Cuaderno 2" y es una reconstrucción de las peripecias de
la guerrilla cuyo origen acaba de relatarse, inspiradas ahora en los Pasajes
de una [sic] guerra revolucionaria del mismo Che Guevara,9 y se cuentan
contrapunteadas con episodios de carácter fantástico. Todo conduce a una
reformulación de la sentencia marxista: "Si la historia se repite primero como
tragedia y luego como farsa vivimos un receloso tercer tiempo: el de los que
sufren la farsa de vivir la historia como tragedia" (200).
Cómo llegar a ser Un yuppie en la columna del Che Guevara
La novela de Mira se presenta, en su final , como una utopía irónicamente
realizada, una manifestación degradada del tópico del locus amoenus:
una playa popular donde las cholas , en bikini , dejaban su piel expuesta a los rayos de los reflectores . El estacionamiento estaba cubierto por grandes montañas de tierra y, entre las rui ·
nas de los baños, descansaban de su movimiento camiones voleadores, palas mecá ni cas.
8 Para que se aquilate el grado de "realismo" de la novela de Mira, cabe señalar que ese
motivo ya está en la primera anotación del di ari o real del C he (7/ 11/ 1966), donde co nsig na
la presencia de un propietari o local que "murmura sobre la posibi lidad de que nuestra empresa
esté dedicada a la fa bricac ió n de cocaína ."
9
Se trata de l texto dedi cado a la Revo lució n C' uha nu () rm 1kl IJlll', rnn el mismo títul o
dedi có a la aventu ra africa na, pu blicado mucho dl'S Jll ll''· t· 11 11111111 <, a1111·1111 anal11,1 con dt·
ta ll e el seg undo)- snl·a 1nll'1t·,an1t·, l"0n,1·rn1·11r111s de !11, rrl11dc111c, ton él 1n10 d1· 1:~n 111>s
a11l 11b111~1,\1 1n>s dl'i ( ltt· C" I a, lrnrt'i• lnf'l ,
FOCUS AMOENUS: AVATARES DEL CHE GUEVARA
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topadoras. Donde antes volaba el cóndor una gaviota sostenía un cartel que decía: "AQUÍ
SE CONSTRUYE EL TUNEL OCEÁNICO . POR UNA SALIDA AL MAR. ARMADA BOLIVIANA ." (230)
La novela de Gamerro es distinta. Desde su título, revela su intención
paródica, la cara farsesca de la reescritura de la historia que - trágica, crípticamente - había quizá planteado Mira. El componente metaliterario de
ambas novelas es muy intenso, pero es mucho más transparente, desde su
título, en la de Gamerro. Ese título alude claramente a Un yanqui en la corte
del rey Arturo y, por tanto, parece sugerir que lo que ha de leerse es una
ucronía o un viaje en el tiempo: el viaje a un pasado conflictivo y peligroso
de alguien , Ernesto Marroné , que por haber sobrevivido se convirtió en un
yuppie en virtud de su experiencia. Ese viaje se actualiza en la memoria del
protagonista durante una sola noche: la del 31 de mayo al 1 de junio d<;
1992, cuando, tras haber descubierto que su hijo adolescente tiene en su
cuarto un póster del Che Guevara, se plantea que ha llegado el momento de
explicarle su experiencia revolucionaria . En ese breve lapso temporal se
concentra el recuerdo de sucesos ocurridos en 1976, cuando Marroné formó
parte - primero accidentalmente y luego plenamente convencido - de una
célula guerrillera ubicada en el Delta del Tigre.
La novela, tras el prólogo que ubica el tiempo principal y la escena desencadenante, se organiza en diez capítulos. En ese sentido, su planteamiento
superficial es más lineal y menos complejo (más folletinesco , si se quiere)
que el de la novela de Mira, aunque la lectura revelará sutiles saltos temporales no marcados entre el tiempo de la evocación y el tiempo evocado en el
desarrollo mismo de algunos capítulos. La novela de Gamerro es, en cierto
modo, una comedia de errores: para liberar a su jefe (que es también su dueño
y señor) , el abyecto empresario Tamerlán (de la misma calaña que los empresarios de Guerrilleros), Marroné debe hacerse pasar por guerrillero. Pero
lo que empieza como una simulación forzada pronto - en virtud del amor
por una guerrillera - se convierte en acción real. Como en la novela de Mira,
la emulación estricta de la acción del Che Guevara real en la selva de Ñancahuazú se convierte en el núcleo del relato: Marroné lee el diario de Guevara
y lo replica en su propio diario (177-230) y en un proyecto de fotonovela
que reproduce episodios concretos de la aventura boliviana.
Cada episodio del relato (las acciones de guerrilla urbana; el juicio popular contra Tamerlán; la detención por las fuerzas de la dictadura) será una
lección que Marroné habrá de resumir y adaptar para que el hijo comprenda
y no rcrita l'i pa~ado de su padre. La conclusión es patéti camente morali1.a ntl': lo, gucrn lkrn, l'\ pl ica Marroné- se derrotaron a sí mi smos, porque
no qunian "morir ni pedo .. , 1gui l· nd o un L'jrn1pl o impos ihk .
196
DANIEL MESA GANCEDO
De la tragedia farsesca a la farsa trágica
Lo que en Mira era psicodelia surrealista o beat, que podía provocar una
risa histérica ante el cúmulo de atrocidades que a veces experimentan o provocan los personajes de su novela, es en Gamerro parodia barroca que empieza, según he dicho, como una "comedia de errores" acumulados sobre un
"hombre mediocre" y termina en tragedia patética que sólo deja un hombre
destruido y completamente alienado. 10 Por otra parte, si ambas novelas se
sitúan en el pasado respecto de su escritura, la de Gamerro es una historia
conscientemente retrospectiva y autojustificativa, mientras que no lo es la
de Mira, por su propio planteamiento enunciati vo (la forma de diario) . Incluso aunque se ubique en un pasado reciente, Guerrilleros postula un mundo
no realista, sino definido por avances tecnológicos imaginarios y ominosos.
Simétrica a esa divergencia en el tratamiento del tiempo es la cuestión
del espacio en las dos novelas .Aunque sea de modo alegórico (como sugería
Gamerro) , la novela de Mira se ubica en Bolivia (y el subtítulo lo subraya),
con ocasionales saltos a otros espacios cercanos (el Perú), en el relato intercalado de alguno de los personajes. El afán de perfeccionar la emulación
de la última aventura del Che parece justificar esa localización. Pero en
1984, diecisiete años después de la muerte del modelo, ese espacio está fatalmente alterado: el escenario de la reproducción de la acción guerrillera
ya no será una selva estrictamente virgen, sino un Parque Nacional fantás tico, repleto de turistas japoneses, o una ciudad degradada que, aunque no
se identifica, puede vincularse con la capital boliviana, quince años después
de la destrucción del país, como se indica hacia el final de la novela. No
hay que descartar tampoco que para un escritor y un lector argentinos a principios de los noventa, Bolivia apareciera como el "más allá" esencialmente
distópico del que podrían empezar a llegar sujetos que, efectivamente, al terarían el estado del mundo.
La novela de Gamerro es, desde el punto de vista espacial , mucho más
realista: se ubica en Buenos Aires y en el Delta del Tigre. Este último es un
espacio salvaje que tiene una importancia fundamental para el entrenamiento
de los guerrilleros , pero en un momento dado, cuando el foco se di suelve
temporalmente, se convierte en paraíso (focu s amoenus, como sarcásti camente denominará el empresario Tamerlán al espacio descrito por el Che en
su diario verdadero, 334) , en el que los dos protagoni stas , Ernesto y María
Eva , vi virán un tórrido idilio j usto antes del golpe de Estado de mar.1.0 dl'
'º Para conoce r la tradil'1t\n dt· lii q111· p11>u·dll cM1.111111U11 del "hornhrr. ~11pnfl1111 ," 11~as1·
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FOCUS AMOENUS: AVATARES DEL CHE GUEVARA
197
1976. Frente a ese paradójico paraíso, Buenos Aires será un infierno urbano:
barrios de clase alta, en los que viven ejecutivos, pero que son-también paradójicamente - los espacios en los que se disimulan tanto las cárceles del
pueblo de los guerrilleros como los "chupaderos" en los que poco después
los militares esconderán, torturarán y asesinarán a sus víctimas.
Si las dos novelas difieren en el uso que hacen del tiempo y el espacio,
no menor es la diferencia en la construcción de las voces narrativas. Rubén
Mira opta siempre por la primera persona: la del autor de los cuadernos en
la primera y la tercera parte, y la del detective privado que cuenta su vida y
su peripecia en la segunda. Gamerro, por el contrario, utiliza un narrador
en tercera persona omnisciente, pero siempre desde la perspectiva del protagonista Ernesto Marroné. Sobre esa base se van introduciendo las voces
de los muy numerosos personajes que atraviesan la novela, con algunos episodios muy notables (el interrogatorio de un electricista ante la CONADEP,
en el capítulo 9, por ejemplo).
Resonancias guevarianas
Estas divergencias entre ambas novelas , y las de sus planteamientos estructurales y genéricos , no ocultan semejanzas igualmente importantes entre
ellas, que las convierten en textos , en cierto sentido , complementarios.
Puede señalarse en primer lugar la análoga situación de los protagonistas
de las dos novelas: en ambos casos , se convierten - como aquí postulo - en
avatares del Che Guevara histórico (en ambos casos percibida a veces como
"resurrección") . En ese proceso, el Diario de Bolivia se convierte en guía
de acción, pero también en modelo de escritura.
No obstante la elaboración del avatar del Che que realiza Gamerro es
más matizada e irónica que la de Mira. Los guerrilleros de Gamerro son
más conscientes de las múltiples facetas del personaje y de la necesidad de
seleccionar una:
¿Qué nos importa el Che emparentado con la oligarquía, el Che jugador de rugby, el Che beatnik de la motito ? Ése es un Che para burguesitos rebeldes. El Che con Fidel a bordo del
Granma; navegando hacia Cuba, ése es el Che que necesita el pueblo .. . ahora lo que estamos
buscando es un Che más peronista. Acá en la Argentina siempre lo jorobó un algo de cajetilla,
de nene bien que nunca terminaba de borrársele del todo . Estaría bueno lograr una síntesis ,
un Che del pueblo. (169-70)
ahc prqiuntar\l' si, en efecto, esa visión compl eja de la fi gura del Che
no rl' , ulta un tan h , .111arn'1111ra para el ti empo de acc ión de la novela y en el
mi , mo cucs1ionnmlcn10 cnc,1ja 11 a la ¡w r, pl'cti\ a tk rnnstru crioni sta que
198
DANIEL MESA GANCEDO
llega a plantear el empresario Tamerlán: "Ah, el hombre nuevo. A mi padre
le encantaba hablarme del hombre nuevo. Bueno, si me corren por ese lado
les digo que sí, que la construcción del socialismo no presenta ningún misterio; les digo más, es una papa: bastaría que todos los hombres fueran el
Che Guevara. Así que denle para adelante no más , y cuando estén listos me
avisan" (326).
Sea como sea, la novela de Gamerro presenta también una minuciosa
comparación entre el Che histórico y el protagonista que se va convirtiendo
poco a poco en su avatar:
Similitudes entre el Che y yo:
l. Inmoderada pasión por la lectura .
2. Determinación tenaz de sobreponerse a una dolencia física crónica.
3. Fe en los estímulos morales antes que en los materiales .
4 . Creencia en la posibilidad de dejar atrás el hombre viejo y gestar el nuevo .
5. No somos, en última instancia, hombres de familia .
Mi pelo está creciendo, y me nace la barba: dentro de un par de semanas seré él. (189)
La conclusión del proceso, tal como lo plantea la novela, sólo puede llevar al desencanto. La famosa imagen del Che de Korda, que su hijo tiene
en su cuarto, sólo revela un "Che de pacotilla": "Eso era el hombre nuevo.
el eterno aguafiestas que le había venido jodiendo la vida todos estos años.
e iba a seguir jodiéndosela si no hacía nada para evitarlo" (401-02). El relato
de Marroné debe evitar que su hijo caiga en una fascinación análoga.
En el caso del protagonista de Mira la construcción del avatar es igual mente compleja, pero por otras razones. El protagonista principal es anónimo, no se llama Ernesto (como el Marroné de Gamerro), sino que este
nombre (generalmente en diminutivo) se lo atribuye el muchacho desapa recido e integrado en la guerrilla. En el desenlace de la novela se produce
una especie de fusión y posterior escisión entre el yo protagonista anónimo
(que es el que adopta la posición y el discurso del Che) y ese Ernestito, que
es el que padecerá la nueva versión de la muerte del Che. Por otro lado, la
primera aparición de la imagen del Che verdadero en la novela de Mira no
se produce - como en Gamerro - en el espacio seguro de un cuarto de adolescente, sino en una cloaca:
Las paredes de la letrina estaban escritas con frases precari as, dibujadas por manos torpe,:
eran palabras de agradecimiento y deseos, alguna que otra cita reconocible. Y rodeada de
velas encendidas, cápsul as de medi ca mentos, profilácticos usados, tampones. algodones, pa
peles hi giéni cos, asp iri nas, pequeñas cápsul as de drogas, cigarnl ln,) lllras ofrendas di gna,
de aquel paraje de recidados. había una vieja estampa lk l c ·11111amb111r <'ht· (iuc,ura (2'i)
FOCUS AMOENUS: AVATARES DEL CHE GUEVARA
199
Esa misma imagen se convertirá luego en testigo parlante, tras la parodia
de la entrevista-ruptura del Che-avatar con Mario Monge:
El póster del Comandante Guevara, algo dañado por las llamas , fue el último sobreviviente
de lo que hoy sucedió. Parecía sonreír como diciéndome: "has aprendido las dos virtudes básicas de un jefe revolucionario: tienes firmeza y tienes ternura". Siento que a partir de esta
entrevista su sangre está en la mía; hemos abierto nuestras venas, estamos poniendo nuestras
muñecas en contacto . (80-81 )
La identificación del protagonista con la figura - análoga a la que experimenta Marroné en la novela de Gamerro - se empieza a producir en la
primera entrada del diario: "Recordaremos , claro , cosas que no vivimos,
pero eso no es nuevo para nosotros. Tomemos mi caso por ejemplo: yo todavía soy Yo, pero también soy Che. Pronto el proceso de asimilación me
dará una nueva vida, nutrida en ese ejemplo y alimentada con la experiencia
propia" (52) . Pero esa identificación es más compleja desde el momento en
el que surge la figura del adolescente "Ernestito" en Guerrilleros . .. : "Recordé aquel suceso de Pujio, en el que la vieja había confundido a Ernestito
conmigo: Su rostro me devolvía la insipiencia de mis rasgos como un identikit, la vida del monte nos estaba asimilando" (201). Justo antes de la "reproducción" de la escena de la muerte del Che histórico, la fusión entre los
dos personajes será total, pero momentánea:
Esa voz fue , a la vez, la mía y la de Ernestito. La sombra de la mujer cubrió nuestro rostro,
su boca tocó nuestra boca, era suave y cálida . Nuestros cuerpos y nuestras mentes estuvieron
unidos en ese instante. Y a partir de entonces , las perspectivas comenzaron a separarse gradualmente. La conexión se mantuvo , pero ya no era perfecta. Mi punto de vista se alejaba de
los ojos moribundos y comenzaba a flotar hacia arriba, ganando altura, regresando . Cuando
la boca de la mujer resbaló buscando el pecho ya no la sentí. (209)
Emulación quijotesca
La construcción del avatar en las dos novelas se propone como resultado
de un proceso de imitación o, por mejor decir, de emulación. Como es sabido , este concepto es central en la teoría económica marxista-leninista
(opuesto al concepto capitalista de "competencia") y, con ese sentido, se
hace explícito de forma irónica en varios lugares de la novela de Gamerro:
en la competición como cortadores de junco entre Marroné-Che y Miguel,
" una lección prácti ca sobre la diferencia entre la emulación revolucionaria
y la comrl'tl'n cia ca pitali sta," como anota el primero en su di ario (214),
aunqul' l'll rl·al1 d,1d l'' una l's pccic de concurso de " machos alfa" a la vista
dl' la hl'rnliru (I¡¡ Kucrrilli:1.1 \farta h a) a la qul' ambos qui l' rl'n rnnqui 'i tar.
200
FOCUS AMOENUS: AVATARES DEL CHE GUEVARA
DANIEL MESA GANCEDO
O también, refutado sarcásticamente, en la autodefensa de Tamerlán durante
su juicio: "Emulación, trabajo voluntario, estímulos morales , disciplina revolucionaria .. . Los negros lo que quieren es pachanga, muchachos, alcohol
y mujeres , acá, en el Congo y en todas partes" (321).
Y, sin embargo, no puede obviarse que en la novela ese principio articula
la construcción del personaje principal y su propia escritura. Más que un
principio económico especializado supone un procedimiento poético y retórico, que a veces cobra tintes menardescos:
Sabía, por supuesto , que no alcanzaba con dejarme crecer la barba y el pelo , vestir un rotoso
uniforme verde oliva , calarme una boina con una estrellita y mirar fiero a cámara. ¿Cómo
se convierte un hombre en el Che Guevara? No basta, evidentemente , con interiorizarse de
su vida, leer sus escritos, tratar de meterse en su mente. Eso es apenas copiarlo . Y el concepto clave , los propios escritos del Che lo enseñan es no el de imitación sino el de emulación: seguir su ejemplo no servil sino creativamente , desarrollar s us potencialidades
inex ploradas , aprender de sus errores y triunfar allí donde él había fracasado. No se trata
de comprender al Che, sino de transformarse en él , de recoger, el fusil donde él lo había
dejado . (191 -92)
En el propósito de Ernesto Marroné hay, pues, una voluntad creadora,
pero al mismo tiempo se persigue una especie de consustanciación de aires
místicos, en la medida en la que resulta difícil precisar el procedimiento (si
es que éste no se reduce a un pastiche doble: la reproducción en forma de
fotonovela de las acciones del modelo; la reproducción - puesta en obra de su diario). En el caso de la novela de Mira, el objetivo es idéntico , pero
los medios están mucho más claros, y quizá esa diferencia marca el distinto
género de uno y otro relato: la emulación en Guerrilleros (donde el término
no aparece) está basada en la tecnología y en la química, y la consustanciación supone también explícitamente la incorporación de una memoria aj ena
(otro tema borgiano, como el de la reproducción menardesca) . Muy probablemente, en el diferente lugar y sentido que ocupa la memoria en una )
otra novela (incorporación de la ajena en Mira; recuperación y manipulación
de la propia en Gamerro) reside también una de sus principales divergencias
y, a la vez, su principal virtualidad complementaria.
La emulación como reproducción de una conducta es el principio que
articula la construcción de los personajes en ambas novelas. En Gamerro se
recuerda que el objetivo revolucionario es la multipli cación - casi clonación
- del modelo del Che: "de cada Che muerto saldrían dos, tres, muchos Ches
di spuestos a entonar ca ntos luctuosos con tahll'tl'o dl' ametrall adoras) nuL'
vos gritos de guerra) de , it'tori a" (209 ). k , d in· Mnm,nl~ n 1(), l,1111 ¡w, inos
qul' han nido , u rL·,111t1l'll dl· la hio¡,:ral 1u del aucrrill
201
como la de Mira cuentan algunos resultados de ese proceso de clonación (individual , textual , pero también colectiva).11
Pero como digo, la importancia de la emulación tiene un alcance poéticoretórico que pasa por la reescritura del diario del Che. En la novela de Mira,
no hay una meta-reflexión acerca de esa reescritura, o sólo aparece de un
modo críptico: "Los apuntes de este diario guerrillero son sólo la base: entre
sus líneas habrá que escribir. Encima de sus palabras, otras, para que la nueva
historia sitúe al lector en medio de las circunstancias" (15). El problema es
mucho más explícito en la novela de Gamerro. Se menciona allí el hecho real
de que los guerrilleros tenían prohibido llevar un diario, porque podía ser una
pieza comprometedora, en caso de caer en manos del enemigo. Por ello, se
le censura a Ernesto Marroné que esté escribiendo uno y se le somete ajuicio.
En las alegaciones se hace explícita la condición programática del diario real
del Che, su virtualidad práctica, sus consecuencias históricas:
a mi favor fue previsiblemente invocado el ejemplo del Che , pero Miguel alegó , también previsiblemente, que el diario del Che había caído en manos de la CIA , sirviéndole para petfeccionar sus tácticas de contrainsurgencia; que estábamos tratando de seguir el ejemplo del Che
sin repetir sus errores. Pero Inti argumentó que objeti vamente el diario del Che había servido
a los intereses de la revolución antes que a la contra; si no fuera por él , agregó , subiendo la
apuesta, quizá ninguno de nosotros estaría aquí en este momento , apreciación que fue corroborada por Oniria, quien pidió permiso para afirmar que había sido la lectura de aquello que
la decidió a sumarse a la lucha armada . (181 )
En este pasaje se insinúa, además, claramente la condición quijotesca de la
acción guerrillera: es la lectura la que mueve a la emulación. El propio Gamerro ha señalado recientemente que el mero concepto de emulación apunta
en ese sentido: "El Che quería convertir al guerrillero no sólo en una eficiente
arma de combate sino en ejemplo, en el modelo del hombre nuevo; la noción
de emulación , de lejanos orígenes heroico-caballerescos , nunca está lejos de
su mente" ("Las tinieblas" 397). El protagonista de su novela (como el Che
real , por otra parte) 12 es, inequívocamente, un personaje quijotesco: su vida
se rige - antes de adoptar el diario del Che como guía - por los manuales de
éxito empresarial, entre los que se cuenta uno titulado nada menos Don Qui-
11 En ambos textos, los compañeros de estos avatares del Che son, a su vez , avatares de
algun os de los guerrilleros que lo acompañaron en su aventura final (en ambos textos hay un
Ro lando, un Urbano, un Beni gno, un Ñato, un Loro, un Coco , un León y, sobre todo , un Inti).
En estos casos, la descripc ión de la semejanza no es ex pl ícita y se reduce a la coincidencia
ono mást ica. dt· rnnk tl'r ca~ i mágico.
" Rt·tut•rdc~c ,¡111: lu r.111,1 de despedida a sus padres (del I de abril de 1965) comenza ba
drr1t· nd11 : "'Utril ve, 8lt'nlo h11J11 rn1, ta lnm·~ el costill ar de Rocina nte. vue lvo al camino con
mi r1driraa al
202
DANIEL MESA GANCEDO
jote, el ejecutivo andante. Incluso en el desenlace de su trayectoria vital, Marroné revela una cierta analogía con el personaje cervantino: en ambos casos
ese desenlace supone la recuperación de la cordura, el abandono del sueño
caballeresco. En la novela de Mira, por el contrario, el final no es desencantado: el "caballero-soldado" es casi literalmente reanimado por unas extrañas
doncellas y queda de nuevo a disposición de la aventura.
Crueles melodramas carnavalescos
Si dejamos de lado - por falta de espacio - el componente intertextual
de ambas novelas, 13 para concluir la comparación restaría señalar algunos
aspectos temáticos en los que también las obras se parecen. Es muy relevante en ambos textos la inclusión de aventuras sentimentales de tinte melodramático. En la novela de Mira esto se da, al menos , en dos ocasiones:
en el relato intercalado de la primera parte que cuenta la relación del Chino
con Malena, un personaje que se revelará esencial en el desenlace; y en la
historia amorosa del detective Guerra con su novia Solange , víctima tam bién de la conspiración empresarial .
En la novela de Gamerro, este aspecto sentimental se convierte en motor
de la acción a partir del reencuentro entre el protagonista y su amada María
Eva. La relación previa de ella con otro guerrillero, Miguel, genera tensiones
en el seno del grupo en las que la discrepancia ideológica es mero barniz que
apenas disimula los celos. Pero cuando Miguel muere en una escaramu1.a
contra el ejército y los dos protagonistas quedan solos en la selva, la novela
se convierte en un idilio plasmado en una sucesión de intensas (y paródi cas)
fantasías erótico-ideológicas (258) , que concluye en el momento del golpl'
de Estado de marzo de 1976, cuando los amantes tienen que abandonar su
refugio, su locus I focus verdaderamente amoenus. Separados desde enton
ces, el melodrama se convierte en tragedia cuando Marroné, detenido por
13
Un yuppie ... incluye - una vez más quijotescamente - un "donoso escrutinio" de 11
teratura moderna y latinoamericana (140 ss.) . Todas las lecturas se juzgan desde un punto tk
vista ideológico y así se dice que es una mala suerte "que nuestro mej or escritor [Borges 1, t·a
tan gorila" (150) y de Cortázar que es un "goril a depilado" (147). María Eva as pirará utóp1
camente a una sociedad en la que no haya que quemar la obra del decadente Proust, si no en
la que todos puedan leerlo. La limitación de las lectu ras de Marroné q ueda pate nte, por otro
lado , en una escena en la que un ejecuti vo competidor lo humill a a base de citas de Ha111!1·1
(96) -Jo que aún es más sangrante si se recuerda que en La 01w1111ra de los b11sros de /;1 •0 , u
otro libro de cabecera había sido Shakespeare rht• R 111i111•11111a11 1 n t·I ,a,o de Mira , ha) t 1ws
no identifi cadas de Neru da ("Todo en mí fu t· t· I 11a 11fra¡,1111" 2:.?t,¡ ,, /\hu, (_"tnrna r c l ut'ln por
nsa lt o" 229)) t·,taría po r t•,plo rar t· I nn.n n.pll,·1 10 - rnth nlld ele clcnwnli>i d,· l.i trama nm oh r.a, n 111 111 la d,· 1! 11 rr n1111h,
FOCUS AMOENUS: AVATARES DEL CHE GUEVARA
203
los militares, es obligado a torturar a una mujer que resultará ser María Eva.
Ella, asesinada en el centro de detención, no llegará a enterarse del atroz reencuentro con su amante. Pero Marroné sí es consciente de la identidad de
su víctima y ésa será la peor huella del pasado que pretende aniquilar para
poder reintegrarse a la vida familiar y al guión que le estaba destinado.
El otro tema común a ambas novelas es la violencia. En la de Mira, el
origen de la célula de guerrilleros es un grupo de niños secuestrados por el
poder - quizá la más explícita resonancia de un tema directamente relacionado con la dictadura argentina-, con objeto de reinsertarlos posteriormente
en la sociedad, una vez readaptados. La intervención de agentes subversivos
los reprograma de otro modo, y a partir de ese momento van a poner en
marcha su aventura rebelde. Aunque ellos matan y mueren, las escenas de
mayor violencia explícita se dan en el marco "civil," donde sujetos de diferente condición se ven sometidos a vejaciones difícilmente soportables.
En el caso de la novela de Gamerro, además de las escenas de combate,
la violencia más flagrante se da también en las relaciones entre los personajes: el empresario Tamerlán tiene subyugados física y psicológicamente a
sus empleados y a su familia. La descripción de las escenas de tortura aparece
filtrada por una voz ajena formulada como "testimonio oficial" (el electricista
que declara ante la CONADEP) , que no logra atenuar la trivialización del
dolor ajeno que los victimarios habían logrado imponer. Esa trivialización,
que a veces redunda en situaciones ridículas , se acerca por ello a la representación carnavalesca de la violencia que se encuentra en algunas escenas
de la novela de Mira.
Por otra parte, resulta explícito en ambos textos el vínculo de la violencia con el desarrollo voraz del capitalismo: Bonzai S. A. y Fantasías Entrañables, en la novela de Mira, y Tamerlán e Hijos, en la de Gamerro, son
corporaciones regidas por ejecutivos grotescamente demoníacos . Pero son
también emblemas admonitorios - en su distorsión expresionista- de ciertas
deri vas del mundo contemporáneo y ninguna de las dos novelas parece augurar una derrota inmediata de esos fantasmas . Pero, por último, y como
acabo de sugerir, para entender cabalmente la mezcla de melodrama sentimental, relato violento y crítica anticapitalista, debería considerarse el enfoque carnavalesco que atraviesa ambas novelas: el disfraz, incluso el
travestismo (guerrilleros disfrazados de cholas en la novela de Mira); la
fiesta orgiástica (la visita al Burdel de la Democracia en Mira; la sucesión
de fantasías eróticas desbocadas entre Marroné y María Eva en el Delta del
Tigre); incluso el elemento escatológico explícito (la materia prima de Fantasías rntra11ahil'" l'n Mira; los problemas intestinales de Marroné en la no\ d a dl' <iallll'rrt.•.) "111 l'irnH:ntos fund amentales en las dos. La revolución
no hahr.l sido tCh:\ 1s,1d:, l'll l.1 rHn l'i a dl' ( i anwrm (a unqul' en algun a parte
11
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habrán quedado los negativos de las tomas para la fotonovela que prepararon en el Tigre); 14 en la novela de Mira, sin embargo, se habrá convertido
en espectáculo, como medio para acabar con ella (generando incluso interferencias en las imágenes que los guerrilleros reciben en las pantallas sobre
las que proyectan sus sueños). En cualquier caso, en ambas novelas, esa revolución habrá sido una fiesta con final muy infeliz.
A casi veinte años de distancia entre uno y otro, pero estrechamente relacionados entre sí, los textos de Mira y Gamerro son -a mi juicio- las realizaciones más excepcionales hasta el momento de la indagación ficcional
sobre el mito del Che Guevara como piedra de toque para aquilatar una sección extremadamente sensible del imaginario colectivo latinoamericano. El
ejercicio de Mira es más arriesgado - por el momento de producción, por
su forma, por sus referentes intertextuales -; el de Gamerro, más consciente
e inevitablemente paródico, más distanciado y demorado, inserto en un proyecto más amplio y que aspira - quizá - a alcanzar a un público más amplio,
lo que en sí puede considerarse también un gesto político. En ambos casos,
no obstante, se demuestra que la figura del "guerrillero heroico," el arquetipo del "hombre nuevo," era un patrón de conducta imposible, un modelo
"clonable" quizá como ficción , pero cuya derrota estaba inscrita fatalmente
en su código. En la novela de Mira, absolutamente delirante, la verosimilitud no impone ningún límite, y su final parece dejar abierta la puerta a nuevas aventuras protagonizadas por ese personaje. En la de Gamerro - más
realista-, en cambio, parece quedar clausurada toda posibilidad, e incluso
la acción anterior es condenada por el propio protagonista como "execrable"
(quizá por ello su relato queda agotado en el díptico sobre Evita y el Che)'
desaparece como personaje: en Las islas, Marroné queda reducido a un pelele secundario).
Entre los relatos hispanoamericanos que en el cambio de siglo definieron de un modo u otro el canon, muy pocos prestaron atención a una figura
que para entonces había consolidado su condición icónica. Y esa, sin duda,
es una cuestión que merece seguir siendo pensada. Pero incluso entre ese
sector marginal de la narrativa latinoamericana reciente, muy pocos se permitieron someter a la figura del Che Guevara a un trato ficcional tan intenso
14
Y, sin embargo, la televisión tiene una presencia relevante en alguna escena: Marro né
recuerda una fiesta en casa de Tamerlán (durante la que recibe el encargo de infiltrarse en la
guerrilla para liberar al empresario) en la que unos "jóve nes docum entali stas" intentan hacer
"un registro de la Argentina prerrevolucionari a. Para las gl' Jll' r at· ron1·, fll tu ni-" ( 104 05) l .o
que más recuerda de esa fie sta es la entrevi sta qtrl' k harl'll 11 .. 1111 ,,:,11oc11Jc, t!S.;-11101 l'll)ll no rnhrt•
po r el momento se k l'srnpaha " ( 10-ll . p1·1ll t' ll\ ll~ p11l11hr ns w n 111, nmmM que en 111/iX rq;l~trara I nnando 1'11111 ',11la11a, d11 hocu de M 1111u<'I y hAn qu«ia&, en '" liom ,J,, /oJ lw11rns
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como los de Mira y Gamerro y, por tanto, son ellos los que más cerca han
estado tal vez de dar las claves para comprender y denunciar a un tiempo
las virtualidades históricas de su acción.
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J. .J
tología de cuentos iberoamericanos McOndo, editada por 1
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," producido ese mismo año por un grupo de escrito
rdo Chávez Castañeda, Ignacio Padilla, Pedro Ángel
y Eloy Urroz- dejaron una huella significativa en 1
ia latinoamericana de fines del siglo XX y contribu
·vamente a lineamientos estéticos y editoriales en el
al. McCrack: McOndo, el Crack y los destino.v d, /1
americana estudia ambos fenómenos en conjunt
icos especialistas en el tema como a escritores p
agrupamientos literarios (Edmundo Paz Soldán
Ángel Palau para el Crack), y otros cscritorc11 q
rtenecer a estos grupos, como NaiefYchyu y
a, son contemporáneos de aquellos y particip
o literario de manera influyente. El objetivo d
exionar de manera crítica sobre lo que hn qu
enciones literarias --diversas estéticas. poéti
tes, amén de la evidencia literaria concrctn presenta
las- y cómo han sido estudiadas. Dado que en 1
la llamada "nueva" literatura latinoamcricnn
ado vigor y se ha sumado al debate sohr,
s literaturas mundiales, este volumen asp1r:
dinámicas actuales de la literatura latinoam
cial atención a las redes tejidas en tomo u 1
tablecimiento de conexiones transatlánti
cambios, a las migraciones culturales y
unicación y fonnación de identidades.
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