ESTADO DE BIENESTAR Existen muchas formas de definir el término “Estado de Bienestar”, pero cada una de las acepciones se aproximan al mismo concepto, en pocas palabras se lo define como políticas sociales emergentes que tienen como objetivo proteger al trabajador de las incertidumbres del marcado en caso de algún paro, enfermedad, pobreza, ignorancia, etc. El Estado de Bienestar no solo satisface las necesidades de la población trabajadora y sus familias sino al conjunto de la sociedad a través de sus programas universales como la sanidad y las pensiones cuyo objetivo será la creación de bienestar social. De igual manera, el Estado de Bienestar es un conjunto de instituciones estatales que garantizan una serie de derechos sociales ejercitables por la inmensa mayoría de los ciudadanos desarrollados a través de políticas y programas de carácter redistributivo en base a la solidaridad intergeneracional y apoyados en la idea básica de ciudadano trabajador que es sujeto de derechos sociales y residualmente como ciudadano necesitado. Sin embargo, en las últimas décadas existen ciertos factores que han llevado al Estado de Bienestar a verse en situación crítica. Principalmente los problemas económicos a causa de procesos de acumulación de capital donde cada vez se ven más reducidos ante de la capacidad del Estado para poder mantener e impulsar la producción del mercado nacional. Como resultado, la solvencia económica del gobierno para poner a disposición de los ciudadanos servicios de bienestar empieza a verse comprometida. Asimismo, hay problemas culturales-ideologicos como revoluciones, movimientos sociales o incluso grupos terroristas, además de la existencia de inconvenientes sociodemográficos derivados de la nueva situación que se produce por la caída de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida, lo que ha supuesto un envejecimiento de la población con la siguiente repercusión en el incremento de los gastos de protección social y de carácter asistencial. Por otro lado, están los problemas políticos, en el cual se critica el hecho de que el Estado tenga que cargar con todo. Pero es bien cierto que para que funcione el Estado de Bienestar es necesaria una administración fuerte y un gran aparato burocrático, todo lo cual cuesta mucho dinero al Estado. Igualmente hay quienes critican al Estado de Bienestar de ser una amenaza para la democracia. No hay que olvidar los problemas fiscales y financieros, pues es claro que una gran cantidad de dinero se destina a servicios sociales y que termina convirtiéndose en unca carga para el Estado. Por último, existen problemas globales, hoy en día se hace difícil el sostenimiento del Estado de Bienestar en los países donde ya esta implantado, a la vez que refuerza la dificultad para su avance en los países donde aun no se ha desarrollado, todo esto causado por procesos de globalización, esta sin duda alguna ha debilitado el papel de los distintos Estado nacionales, que han perdido poder ante el mercado mundial. De igual forma, es importante mencionar políticas para la consolidación del Estado de Bienestar en el futuro. En los últimos años, la mayoría de los gobiernos europeos han impulsado medidas para reformar el Estado de Bienestar, medidas que principalmente van dirigidas a reducir el gasto público, y así aumentar los ingresos, puesto que un Estado que gasta más de los ingresa ve muy limitadas sus posibilidades de favorecer el crecimiento económico del país, puesto que dispone de poco dinero para invertir o está obligado al pago de deudas de años pasados. También es fundamental una flexibilización del mercado laboral para adaptarse a las contingencias de la economía, igualmente, es indispensable controlar la inflación ya que, si los precios crecen desmesuradamente cada año, la economía se vuelve inestable, además la inflación genera incertidumbre donde resulta difícil realizar previsiones o inversiones si no se sabe cuál será el costo de la vida en el futuro cercano. Por último, debe hacer una privatización de las empresas públicas, ya que la libre competencia significa competir en igualdad de condiciones sin que ninguna empresa tenga ventaja sobre otras, de tal forma que sean los consumidores, a través del mercado, quienes premien a la que mejor satisfaga sus necesidades.