ÍNDICE Contenido INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 2 Convenio De Berna ................................................................................................................ 3 Contenido Del Convenio ........................................................................................................ 4 Un convenio basado en tres principios ................................................................................... 5 Los tres principios básicos del convenio ................................................................................ 5 Qué tipo de obras se protegen con este convenio ................................................................... 8 Duración de la protección ....................................................................................................... 8 5 claves del Convenio de Berna ............................................................................................. 9 Historia ................................................................................................................................. 10 CONCLUSIÓN .................................................................................................................... 12 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................. 13 INTRODUCCIÓN En este trabajo voy a desarrollar ampliamente que es “El Convenio de Berna” para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, más conocido como el Convenio de Berna, Convención de Berna, CBERPOLA o Tratado de Berna, es un tratado internacional sobre la protección de los derechos de autor sobre obras literarias y artísticas. Su primer texto fue firmado el 9 de septiembre de 1886, en Berna (Suiza). Ha sido completado y revisado en varias ocasiones, siendo enmendado por última vez el 28 de septiembre de 1979. CONVENIO DE BERNA El 9 de septiembre de 1886, países de todo el mundo firmaron el Convenio de Berna para la Protección de Obras Literarias y Artísticas. Es el primer acuerdo internacional que reconoce los derechos exclusivos que el creador tiene sobre sus obras artísticas y literarias y, en la actualidad, más de 160 países lo han ratificado e incorporado a su legislación. En el blog de CEDRO recordamos la importancia de este acuerdo para la propiedad intelectual, que nació gracias a la insistencia de un escritor francés. El Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, más conocido como el Convenio de Berna, Convención de Berna, CBERPOLA o Tratado de Berna, es un tratado internacional sobre la protección de los derechos de autor sobre obras literarias y artísticas. Su primer texto fue firmado el 9 de septiembre de 1886, en Berna (Suiza). Ha sido completado y revisado en varias ocasiones, siendo enmendado por última vez el 28 de septiembre de 1979. La Convención de Berna se apoya en tres principios básicos y contiene una serie de disposiciones que determinan la protección mínima de obras literarias y artísticas que se concede al autor, además de las disposiciones especiales disponibles para los países en desarrollo que tuvieran interés en aplicarlos. Hasta marzo de 2018, 176 estados son parte del Convenio. CONTENIDO DEL CONVENIO La Convención de Berna requiere que sus partes traten los derechos de autor de las obras de autores de otras partes de la convención (conocidos como miembros de la Unión de Berna) al menos, así como los de sus propios ciudadanos. Por ejemplo, la ley de derechos de autor francesa se aplica a todo lo publicado o realizado en Francia, independientemente de dónde se creó originalmente. Además de establecer un sistema de igualdad de trato que armonizara el derecho de autor entre las partes, el acuerdo también requería que los estados miembros establecieran normas mínimas estrictas para la ley de derechos de autor. Los derechos de autor bajo el Convenio de Berna deben ser automáticos; Está prohibido exigir el registro formal. Sin embargo, cuando Estados Unidos se unió a la Convención el 1 de marzo de 1989, continuó haciendo que los daños legales y los honorarios de abogados solo estuvieran disponibles para obras registradas. Sin embargo, Moberg v Leygues (una decisión de 2009 de un Tribunal de Distrito Federal de Delaware) sostuvo que se supone que las protecciones de la Convención de Berna son esencialmente "sin fricción", lo que significa que no se pueden imponer requisitos de registro en un trabajo de un país miembro diferente de Berna. Esto significa que los países miembros de Berna pueden exigir que las obras originarias de su propio país estén registradas y / o depositadas, pero no pueden exigir estas formalidades de obras de otros países miembros de Berna. Un convenio basado en tres principios Este convenio, que ya ha sido revisado en varias ocasiones posteriores a su aprobación, ofrece a los creadores: escritores, músicos, poetas, pintores, los medios para poder decidir quién usa sus obras, cómo y en qué condiciones. El acuerdo inicial también requería que los estados miembros establecieran unas normas mínimas en materia de derechos de autor. Los tres principios básicos del convenio son los siguientes: 1. Principio de trato nacional: las obras originarias de uno de los estados contratantes -es decir, las obras cuyo autor es nacional de ese estado o que se publicaron por primera vez en él- deberán ser objeto, en todos y cada uno de los demás estados contratantes, de la misma protección que se concede en sus propios nacionales. 2. Principio de protección automática: la protección no deberá estar subordinada al cumplimiento de formalidad alguna. Es decir, no hay obligación, por ejemplo, de registrarla para que tenga protección. 3. Principio de la independencia de la protección: la protección es independiente de si esta existe en el país de origen de la obra. Las condiciones mínimas de protección se refieren a las obras y los derechos que han de protegerse, y a la duración de la protección: a) En lo que hace a las obras, la protección deberá extenderse a "todas las producciones en el campo literario, científico y artístico, cualquiera que sea el modo o forma de expresión" (párrafo 1 del artículo 2 del Convenio). b) Con sujeción a ciertas reservas, limitaciones o excepciones permitidas, los siguientes son algunos de los derechos que deberán reconocerse como derechos exclusivos de autorización: El derecho a traducir, El derecho de realizar adaptaciones y arreglos de la obra, El derecho de representar y ejecutar en público las obras dramáticas, dramático–musicales y musicales, El derecho de recitar en público las obras literarias, el derecho de transmitir al público la representación o ejecución de dichas obras, El derecho de radiodifundir (los Estados Contratantes cuentan con la posibilidad de prever un simple derecho a una remuneración equitativa, en lugar de un derecho de autorización), El derecho de realizar una reproducción por cualquier procedimiento y bajo cualquier forma (los Estados Contratantes podrán permitir, en determinados casos especiales, la reproducción sin autorización, con tal que esa reproducción no atente contra la explotación normal de la obra ni cause un perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor y, en el caso de grabaciones sonoras de obras musicales, los Estados Contratantes podrán prever el derecho a una remuneración equitativa), El derecho de utilizar la obra como base para una obra audiovisual y el derecho de reproducir, distribuir, interpretar o ejecutar en público o comunicar al público esa obra audiovisual. Asimismo, el Convenio prevé "derechos morales", es decir, el derecho de reivindicar la paternidad de la obra y de oponerse a cualquier deformación, mutilación u otra modificación de la misma o a cualquier atentado a la misma que cause perjuicio al honor o la reputación del autor. c) Por lo que respecta a la duración de la protección, el principio general es que deberá concederse la protección por el plazo de los 50 años posteriores a la muerte del autor. Sin embargo, existen excepciones a ese principio general. En el caso de obras anónimas o seudónimas, el plazo de protección expirará 50 años después de que la obra haya sido lícitamente hecha accesible al público, excepto cuando el seudónimo no deja dudas sobre la identidad del autor o si el autor revela su identidad durante ese período; en este último caso, se aplicará el principio general. En el caso de las obras audiovisuales (cinematográficas), el plazo mínimo de protección es de 50 años después de que la obra haya sido hecha accesible al público ("exhibida") o, si tal hecho no ocurre, desde la realización de la obra. En el caso de las obras de artes aplicadas y las obras fotográficas, el plazo mínimo es de 25 años contados desde la realización de la obra. 3) El Convenio de Berna permite ciertas limitaciones y excepciones en materia de derechos económicos, es decir, los casos en que las obras protegidas podrán utilizarse sin autorización del propietario del derecho de autor y sin abonar una compensación. Generalmente se utiliza el término "libre utilización" de obras protegidas para referirse a esas limitaciones, y figuran en el párrafo 2) del artículo 9 (reproducción en determinados casos especiales), el artículo 10 (citas y uso de obras a título de ilustración de la enseñanza), el artículo 10bis (reproducción de artículos de periódicos o artículos similares y el uso de obras con fines de información sobre acontecimientos actuales) y el párrafo 3) del artículo 11bis (grabaciones efímeras con fines de radiodifusión). 4) En el Anexo del Acta de París del Convenio se permite así mismo que los países en desarrollo apliquen licencias no voluntarias para la traducción y reproducción de obras en determinados supuestos en el contexto de actividades de enseñanza. En estos casos, se permite la utilización descrita sin la autorización del titular del derecho con sujeción al pago de una remuneración que se establecerá en la legislación. Qué tipo de obras se protegen con este convenio Según se especifica en el artículo 2 del Convenio: la protección deberá extenderse a “todas las producciones en el campo literario, científico y artístico, cualquiera que sea el modo o forma de expresión”. Duración de la protección Otra cuestión muy importante que introdujo este Convenio fue el plazo de duración de protección de una obra. El principio general determina que debería concederse la protección durante los 50 años posteriores a la muerte del autor. Sin embargo, en el caso de obras anónimas o seudónimas, el plazo de protección finalizaría a los 50 años después de que la obra haya sido accesible al público de forma lícita, salvo en el caso de que el seudónimo no deje dudas sobre la identidad del autor o si el autor quiere revelar su identidad sobre ese período. Si es así, se aplicará el principio general. En algunos países, como es el caso de España, este período de protección ya se ha ampliado a 70 años. Para las obras audiovisuales (cinematográficas), el plazo mínimo de protección que se cita en el Convenio es de 50 años después de la proyección de la obra o, si tal hecho no ocurre, desde la realización de la misma. En el caso de las obras de artes aplicadas y las obras fotográficas, el plazo mínimo se determinó en 25 años contados desde la realización de la obra. 5 claves del Convenio de Berna Unión de la mayoría de los países del mundo para proteger a los creadores. Reciprocidad de protección entre países. Reconocimiento de los derechos exclusivos de autorización y los derechos morales del autor. Establecimiento de periodos máximos de protección en las obras tanto en su creación como en su traducción. Creación de una oficina internacional para la protección de las obras literarias y artísticas. Historia La Convención de Berna se desarrolló a instancias de Victor Hugo de la Asociación Littéraire et Artistique Internationale. Por lo tanto, fue influenciado por el " derecho del autor " francés ( droit d'auteur ), que contrasta con el concepto anglosajón de "derecho de autor" que solo se ocupaba de las preocupaciones económicas. Según la Convención, los derechos de autor de las obras creativas.están vigentes automáticamente desde su creación sin ser afirmados o declarados. Un autor no necesita "registrarse" o "solicitar" un derecho de autor en países adheridos a la Convención. Tan pronto como una obra es "fija", es decir, escrita o grabada en algún medio físico, su autor tiene derecho automáticamente a todos los derechos de autor de la obra y a cualquier obra derivada, a menos y hasta que el autor los niegue explícitamente o hasta que el copyright expira Los autores extranjeros tienen los mismos derechos y privilegios para el material con derechos de autor que los autores nacionales en cualquier país que ratificó la Convención. Antes de la Convención de Berna, la legislación sobre derechos de autor seguía siendo descoordinada a nivel internacional. 6 Entonces, por ejemplo, un trabajo publicado en Gran Bretaña por un ciudadano británico estaría cubierto por derechos de autor allí, pero cualquier persona en Francia podría copiarlo y venderlo. El editor neerlandés Albertus Willem Sijthoff , quien saltó a la fama en el comercio de libros traducidos, escribió a la reina Wilhelmina de los Países Bajos en 1899 en oposición a la convención por la preocupación de que sus restricciones internacionales sofocarían la industria gráfica neerlandesa. El Convenio de Berna siguió los pasos del Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial de 1883, que de la misma manera había creado un marco para la integración internacional de los otros tipos de propiedad intelectual: patentes, marcas y diseños industriales . Al igual que el Convenio de París, el Convenio de Berna creó una oficina para manejar tareas administrativas. En 1893, estas dos pequeñas oficinas se fusionaron y se convirtieron en las Oficinas Internacionales Unidas para la Protección de la Propiedad Intelectual (mejor conocidas por su acrónimo francés BIRPI), situadas en Berna. En 1960, BIRPI se mudó a Ginebra , para estar más cerca de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en esa ciudad. En 1967 se convirtió en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), y en 1974 se convirtió en una organización dentro de las Naciones Unidas. La Convención de Berna fue completada en París en 1886, revisada en Berlín en 1908, completada en Berna en 1914, revisada en Roma en 1928, en Bruselas en 1948, en Estocolmo en 1967 y en París en 1971, y fue enmendada en 1979. El Tratado de Derecho de Autor de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual fue adoptado en 1996 para abordar los problemas planteados por la tecnología de la información e Internet, que no fueron abordados por el Convenio de Berna. CONCLUSIÓN El Convenio de Berna ofrece los medios para controlar quién usa las obras, y la forma en la que lo hace, es decir, para los países que quieran formar parte del convenio establece la protección mínima que sus obras deben tener. El Convenio de Berna, que fue adoptado en 1886, trata de la protección de las obras y los derechos de los autores. Ofrece a los creadores como los autores, músicos, poetas, pintores, etc., los medios para controlar quién usa sus obras, cómo y en qué condiciones. BIBLIOGRAFÍA https://www.wipo.int/treaties/es/ip/berne/ https://www.cedro.org/blog/articulo/blog.cedro.org/2021/05/18/conveni o-berna-derechos-autor https://www.wipo.int/treaties/es/ip/berne/summary_berne.html https://es.wikipedia.org/wiki/Convenio_de_Berna_para_la_Protecci%C 3%B3n_de_las_Obras_Literarias_y_Art%C3%ADsticas#Historia