Subido por Emilia Suarez

El nacimiento del Río Amazonas

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El nacimiento del río Amazonas
Hace muchos años, en la selva vivían una abuela y Dayuma, una niña pequeña de 7 años…
Un día muy lluvioso, Dayuma estaba mirando por la ventana asustada cuando de repente escuchó un
trueno sonar y corrió en dirección a donde se encontraba su abuela que estaba pintando una vasija…
Abuelita, abuelitaaa…
Tranquila Dayuma. Ven, mira lo que estoy pintando… A veces la naturaleza provoca ruidos y luces
que sorprenden y cae muchísima agua del cielo, la selva es verde y frondosa porque llueve mucho.
Sino estaría seca…
Sí, abuela pero igual no me gustan las tormentas…
La naturaleza es sabia, Dayuma. Pasa lo que tiene que pasar, lo que la tierra necesita. El agua que
cae del cielo alimenta los ríos…
Aquí llueve mucho, por eso hay ríos tan grandes.
Sí Dayuma… Además, los espíritus de la selva así lo quieren para nuestro bien. Te voy a contar una
historia que te va a ayudar a entender lo que te digo…
Sí abuela, ¡me encantan tus historias!.
Hace mucho tiempo en la selva profunda vivía en Kempery con su esposa y sus hijos. En esa época
no había peces porque no había ríos, por eso los Huaorani no sabían pescar.
Papi ¡ya llegaste!
Mujer, llegué con el alimento pero me resultó muy difícil conseguirlo. Cada vez hay menos animales.
No puede ser ¿Qué pasará con nosotros si esto sigue así?.
Y la comida papi ¿Dónde está?
¿Esposa? No he podido conseguir nada. Pasé horas intentándolo, pero no…
No Kempery ¿Qué vamos a hacer?...
Cerca de la casa había un ceibo grande, inmenso, habitado por el espíritu bondadoso que cuidaba la
selva.
¿Ahora qué voy a hacer? Mis hijos, mi esposa, mi familia, no…
Llegó un tiempo en que Kempery no tenía que dar de comer a sus hijos.
¿Y esa luz?...
El espíritu bueno se apiadó, alzó sus brazos y transformó la copa del árbol en un acuario lleno de seres desconocidos a
los que llamó: peces.
Toma lo que necesites para tu familia. Pero no se lo digas a nadie.
Oh, gracias. Buen espíritu, nadie lo sabrá, te lo prometo…
Pero un buen día, llegó un amigo que vio en el suelo unas cosas blancas y brillantes.
¿Qué es esto Kempery? Dime.
No es nada. No, no es nada.
El amigo noto que Kempery noto que guardaba un secreto importante.
Le dio chicha y lo emborrachó para que le contara.
Toma Kempery, toma… Ahora sí. ¡Dime! ¿Qué secretos te guardas? ¿Qué mismo es lo que vi?
El espíritu bueno me hizo un regalo… Es un acuario lleno de peces para alimentar a mi familia. ¡nunca pasamos
hambre!
El ambicioso amigo quiso llevarse el árbol, hizo que Kempery y su familia cayeran en un sueño profundo y se puso a
cortar el Ceibo.
Lo voy a lograr, nadie me va a detener. Ya no sufriré más hambre.
Pero de pronto…
¿Qué sucede? ¿Qué sucede? ¿Por qué tiembla? ¿Por qué tiembla? ¡No!
Ayudame, ayuda ¡¡mamaaa!!
Perdón… ¡oh gran espíritu de la selva! piedad, llévame a mi pero salva a mis hijos
¡me ahogo! ¡me ahogo!
Gracias.
Júrame que nunca tomarás del río más peces de los que necesitas para alimentar a tu familia.
Lo juro, gran espíritu. ¡lo juro!. Gracias, muchas gracias.
Y el amigo abuela.?
Ahhj, el mal amigo fue llevado por la corriente del gran río Amazonas, que desde entonces recorre la selva y la llena de
riqueza.
¡Qué linda historia, abuelita!
La naturaleza es sabia. Ella sabe lo que es mejor para nosotros. No hay que tenerle miedo.
Sí, abuelita...
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