Subido por driangela99

Estudio antropológico del diario de Uchelli

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Estudiante: Adriana Angela Roldan Reynaga
¿Cómo se refleja la diversidad/desigualdad en el texto de López (1984) y qué
explicaciones encontramos desde una antropología de la educación?
La educación intercultural bilingüe en Perú viene siendo una propuesta educativa aún en
construcción y con una agenda pendiente. Pero, con el principal objetivo de poder brindar una
educación democrática a todos los y las estudiantes se han logrado concretar políticas que
promuevan el desarrollo de modalidades de atención a los niños y niñas de distintas culturas.
Para seguir avanzando, es importante analizar los pasos que se han dado y encontrar aspectos
que aún se mantienen y que impiden desarrollar una verdadera educación inclusiva. Este
ensayo tiene el objetivo de comentar la experiencia “educativa” narrada por López (1984) de
una escuela rural ubicada en la sierra peruana. Desde la antropología de la educación se puede
analizar el caso de López, no solo como un evento que muestra dificultades en el proceso de
enseñanza y aprendizaje en el aula, sino como se materializa una realidad que refleja
desigualdades sociales en el espacio educativo.
De la experiencia resaltan varias situaciones, y como punto de inicio tomaré las acciones de la
docente de primaria en un contexto cultural diverso, ya que los y las estudiantes tenían como
lengua materna el Aymara. Pero, Doña Alicia la docente de primaria, no tenía conocimientos
del idioma y tampoco contaba con una formación pertinente para la enseñanza de la lengua,
además la dinámica en clase, descrita por López, se basaba en la transmisión y repetición de
palabras.
Mas allá de las carencias de conocimiento pedagógico para abordar una clase de Lengua,
resaltaba la forma en como Doña Alicia encarnaba el rol de docente como mediador y
perpetuador de una cultura dominante. López (1996) menciona que los docentes no están
debidamente preparados en materia de la educación intercultural, no sólo porque carecen de
una formación inicial apropiada, sino porque como personas que pertenecen a una cultura
también transmiten percepciones, creencias y prejuicios en su contacto con otras.
Doña Alicia presentaba una actitud desinteresada por la cultura Aymara y menos por su idioma.
Así mismo, se quejaba por que los estudiantes aún no hablaban “correctamente” en castellano.
Pérez (2004) hace referencia a esta situación como una práctica normalizada en la escuela, ya
que el castellano es el idioma con mayor aceptación social, y que también representa un estatus
social. Las acciones de la docente mostraban el sesgo que tenía hacia la lengua de los
estudiantes y por ello, a pesar de estar años en dicha escuela, no había aprendido ni una palabra
en Aymara.
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Esta situación, no solo trae consecuencias en el entendimiento y mejora del aprendizaje, sino
también pone en debate la calidad de educación que reciben los niños y niñas de esta escuela,
en donde no están aprendiendo nada significativo que les permita enfrentarse a la realidad, y
se extiende más la brecha en su alcance a las oportunidades de desarrollo (Heise, Tubino y
Ardito, 1994).
Sin embargo, no solo se trata de hablar del rol del docente, ya que las acciones educativas están
dirigidas por propuestas curriculares que brindan orientaciones sobre cómo debería ser la
educación. Desde este punto, Lopez (1996) hace referencia a que las propuestas curriculares
aún tienen un sentido homogenizante de la cultura, esto implica que se mantienen bases
pedagógicas, psicológicas, filosóficas y sociales que no albergan al resto de culturas. Por lo
tanto, se recae en la perpetuación de la racionalidad occidental como la más importante y se
impide salir del ciclo etnocéntrico en el que se encuentra nuestra educación.
Tomando en cuenta lo mencionado, dirijamos la mirada a la escuela, un espacio en donde existe
un encuentro de culturas, es decir, que debería idealmente existir un intercambio entre formas
de pensar, actuar, sentir y vivir. Pero, desde la experiencia narrada por Lopez saltan a la vista
la invisibilización y subalternización de la cultura Aymara y de los que pertenecen a esta. Las
consecuencias en el desarrollo de los niños y niñas de esta escuela son muchos, puesto que la
cultura no solo se encuentra en la forma de vestir, la música, comida o lo que se ha exotizado
como manifestaciones culturales. Esta se encuentra en la cosmovisión, en la lengua, en el
comportamiento en comunidad, en la conexión con la realidad, en las percepciones (Heise,
Tubino y Ardito, 1994)
Con una sociedad que perpetua el poder de una cultura, en la política, economía, salud y sobre
todo educación, se pierde la valoración de las culturas originarias y se genera un conflicto en
los niños y niñas que la conforman. La identidad, se alimenta de todo lo que se hace con
relación a vivir la cultura, y que a la vez es un punto de contraste que los diferencia de los
demás (Giménez, 2013). En la situación narrada por López no existe un diálogo intercultural
entre la docente y los estudiantes, por lo tanto, se invalida la identidad de los estudiantes y se
les reduce a simples receptores de información. Sin embargo, el antropólogo que estaba de
observador en la clase dio un pequeño indicio de involucramiento, a través de la comunicación
en la lengua originaria, al mundo de los niños y niñas, e instantáneamente se generó una
atmosfera que los vinculaba en ese espacio y tiempo.
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Heise, Tubino y Ardito (1994), afirman que promover la autoestima de los estudiantes a través
de la revalorización de su cultura, haciendo el uso de su lengua materna, y mostrando interés
por su forma de pensar y sentir, generan vasos comunicantes. Esta relación horizontal es la que
se busca promover a través de los actuales programas de educación intercultural bilingüe, en
donde la lengua materna no sea un vehículo para aprender la segunda lengua, sino que en sí
misma sea valorada a nivel cultural, social, político y educativo. Así mismo, que esto se refleje
en las acciones educativas que realizan los docentes en contextos que son culturalmente
diversos.
A modo de conclusión, es importante enfatizar que la escuela sigue siendo un punto de
encuentro de las culturas que forman parte del país, esto nos permite ver no solo los hechos
educativos, sino también hechos sociales, políticos, culturales, etc. La antropología de la
educación a lo largo del tiempo y la etnografía contribuyen en el entendimiento y aprendizaje
de lo que sucede en las escuelas, sobre todo de las situaciones de diversidad y desigualdad que
aún son aspectos permanentes de las dinámicas en este espacio. Por ello, considero que la
investigación y análisis de las experiencias educativas seguirán sumando a los docentes en la
comprensión de la complejidad de cada estudiante.
Referencias bibliográficas
Heise, M., Tubino, F. y Ardito, W. (1994) Interculturalidad. Un desafío. Lima:
CAAAP.
López, L. (1996) El significado de la diversidad lingüística, étnica y cultural
latinoamericana y los recursos humanos que la educación requiere. En Muñoz H. y Lewin, P.
(Coord) El significado de la diversidad lingüística y cultural. México DC: UAM-INAH [279330]. Disponible en: http://red.pucp.edu.pe/ridei/files/2011/08/66.pdf
Pérez, J. (2004). Los castellanos del Perú. Lima: GTZ.
López, L. (1984). Tengo una muñeca vestida de azul. En Autoeducación. Revista de
educación popular, p.45-50.
Giménez, G. (2013). La Cultura como Identidad y la Identidad como Cultura. México:
UNAM. https://perio.unlp.edu.ar/teorias2/textos/articulos/gimenez.pdf
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