luffilil[Illlulill t4 ¡4h Ángeles Durini ¿ouÉ EscoNDE DEMETRIO LATOV? DEIIETRIO LATOV SE HA HECHO ÍTIUCHOS AtrlIGO§ EN tA ESCUEIA PERO NINGUNO CONOCE SU GBAil SECRETO: PERIENECE A UNA FAiIIIIA DE VAMPIRO§. EN ESTA NUEVA AVEilruRA" TEI{DRA OUE CUÍIIPI.IR @N UI{A I¡IIPOñTANTE iITE¡Óil, MENYNA§ §IGUE DESCUEBIENDO ASPECTO§ OCUL. IO§ DE §U HXSIORT,A.., Axceus DURTM NAcó EN i9s7 EN EL URUGUAY PERO SIEMPBE VIVÓ CH AUE. NOS AIRES. ES PROFESORA EN TETRAS Y IOCUAS OE ESCRIBIB, ES COORDINADo, RA DE TAI.IERES LfIER,ARO§. EN ESTACO urccÓ¡¡ PUBLEÓrAMBtEt¡ r¡s Noveus DE r.A nERRA A KONGURT Y ¿OUIÉN LE nEilE itlEOO A DEiIETRIO LATOV? A PARTIR DE 9 AÑOS rsBN 978-987-573-309-1 lillllllllflilililllt]1fl EIt BI\RCO D E VA P O Ángetes Durini ¿(lué esconde Demetrlo Lotov? Dircción editoriair Lidi¿ L'liumlonx¡ Dirección litcru'ia' I¿ura Edicién Di¡cción de Artq Sih,ia lanter¡ Eclici in gráfim, Jelic de l-eibils lauraLiuruit Vrnm Chulak Preimpreión y PruJrrcción: ,{ntonio I¡.kett Q¡rrecrión: P¿trici:r Ivl<¡no Rouco Iluq:racioncs: Pr¡blo B<rturoqi o,(rrg,eles Duriui, )008 o Ecl.icions §l\{, 2(X)9 Av. Rclgrano 552 C1092.AAS C:iud*d dc Buenm Airrs Prin¡era ulicün: mtm dc 2ü)0 Flimerw rcinpresiin: agoto dc ffi: 2fX9 iil¿ywdt rcinpresián-' feb¡ero ,le 2(t1O Tercer«t ISH'¡ reinprcsiótr iulio de 2Ol 9 7B-98 7-5 Hr:clro e1l I 73-3ff)-1 drry6sito r¡ue estrblece la ley Inpreo m la Argmtiw / 1 k',.:3 1.723 Prínted in tbgentina Durini, Angcls lxrmitida Ia repr«lucción total o púJial de cste litrr-o, qi su oa;mrfo:nm infcrrmático. ni l¡ mtumisi<ir de ninguru form o E» cualquio: otro nxdio, ¡,a s eLroónio, orccárico pot fotuopia, ¡xr rcaisro u otrcs rnétods;, sil d prrnlo prcvio ¡r por e:rfuo de lw tin¡lare delapyi§,t. lrlo está DmroioLaror? /Ánste D¡riui ; '';(hxeu¡rde -mxiimdr p::L¡ura Lcibiln ,dir;gi l,o¡o Lidia it{¡a¡lor¡o_l cdiciór¡ littruia a crrBo dc Lura Liru.urin I ilu;trado por Pablo Bcrrffiml. - 1' tC., 3¡ Éitnp. - Bucnrx Ai res: Edicions Shl, ](i I 1. 168 p.: il. r 19x12 cm. - {Iil Barco :leVapor, Natrnirr 14) ISB\" 1- 9 7ri_987,_573 _3(R- 1 Nuratirz Infantil Argn¡irx. l. l¡ibil«r' 1¿ua, coord lI. Idrzz¡tcm'. I-idi"a di¿ Ut, l-iranalq t¡ruq Lal .lir I\r. Btrnilroni, l'¡blq ilü. CDD tr6]-92.B I §E R A hts contínuacittnes: Lul¡. .A,Iale, Mapu, llill ly. ' Gwido. Juan,l,hti. Pipe, Caro, Ferle, Bami, Lwcki. Cuicui, Iiloracito, Luz, Guada, Canrle. Rama, Mery,Jbe, Itrico. Marguch, Api, Bebi, Taim. Chichu,.fero, Xkto. I 'rü.'l ,Ji ¡-Zwa #¡Arn*riofu ,1 i ,I I i I ,I En Siera Alta y sin mi diariq sábado 22 defebrero 1 Me sacan sangire toclo el tiempo, no sé quién es el verdadero varnpiro en esta historia. Ya es hora de ir volviendo pero todavia sigo acá y,mienrras mis compañeros preparan l¿s mochilas para ir al colegio, a mí me ruentan ochenta veces las plaquetas y los glóbulos. Pensé que todo iba a ser más rápido y no, me tienen inmovilizada.Atrnque "inmovilizado" es una firanera de decir; puedo caminar por todos lados, subir y bajar sierras, ir al pueblo. Me compré este cuaderno en el almacén. Ahí venden de todq desde azúcar hasta alpargatas. Me olvidé mi diario en casa, estoy seguro de que lo dejé en la mesita de hiz; espero que a rni abuela no se le ocurra leerlo, crtrz.o los dedos. Y como no tenía en dónde escribir,la primera vez que fui con mis padres a hacer las compras Ie pedí a Dolores un cuaderno. Y me dio este. Así que estoy escribiendo mi vida en un cuaderno cualguiera. mientras mi diario se toma vacaciones en casa. lR¡co a pcrco las aos¿rs que rne p'asan iránL apareciendo torré la costumbre,ie escriibir después de que mi tía Eulalia me regalar,a un cuaderno ,en estÍrs hojas. EI año pasado (el olviclado), en' el que á<:{ta fufi' diario,,en leuas doradas. Me actterdo de que al pri-rLcipio no sabía d.e tapas rr:jas qué poner, frcro apenars habían p'a^*ed,: unos días, no po,C.ía clejar de escri.bir. Escribo [o que sir:ntrr,las charlas con los demás; soy mrüy bueno pata eso, m'e a,cuerdo de rcrÍo [: qJe se dice en I'as conversacicnes. (im [ic[a,ri:rne va a ayudar cuatrdo s€a actor, de qlrc esa cu¿- grande.I'orque entre otras cosas,, me gustaia ser actof, JE:n fin, acá estoy, en Sierra lUta. de r¡acaciones con tnis padres. Ellos no son c,Dlro los tttros, qlle tienen que r.olver []ara k avabalar.lfienen todo el tiernpr: del rnundo, efltonces apro,r-echzrn Pafa qu'3dal:se y pedir qrre rrre hagan rnás anáüsis y otr:r vez anílisis -Cada'vez que r'/arnos d,:l doctor Runes,le dicen que por las dudas me repirra las pruebas, que p¿ra eso vin-imos, Para estar seigtlros de que no tengo que tomar Sanrecr¡I. Elmédico está t:o[almente de acuerdo con el.los. 41 principio, y> es;taba enr.usi.asmado por ,;aber los resultados,pero después, mre hartaron. Aunque apare.ntetnente no encuentran na.cla..raro, clicen que hay que reconfirrrlal y recorltar todas las cétrulas y gltibulos c¡ue andan por mi cuerPo. lllero no tengo ganils de hablar del médico y sus rubitos de ens:{Fq pre{iero contat'cómo la con:cí a Dolores. Ernpiezo. Dolores es la hiia del almacenero, tra única ;r lc, B zrmiga Ere hice hasta ahora, buenc, es ilue en este pueblo nc¡ hay muckros chr.cos. Ni muchos gran«les. La p.rimera vez que la vimos, mi marlre ernpezó: chica cle ru edad. -l\lirá,una a charlarle siguió rni papá. -,rqc('r,^ate -la Q:é:p,es,ados.Igual Dolores se adelantó a cualquier decisiórr ,pre pudiera tomar yo. Asomó \a cabezapor encima cL: Las caias de galletitx y nos preguntó qué íL,amos a llevar: Se apuraba. por traer Io que lepedían mis p,afres, corno si quisiera hacer todo bien para que dijérarnos' "al, c¡ué br¡ena chica". Y mis padres se 1o dijeront qué chica tan trabajaclora. -P.e¡o buena chica. -(lgé El"[a dio 1as gracias y no paraba de h.ablar.llle pare,ció dirrr:rtida, p€:ro no me animé a decirle nacla p,:rque estabanr rnis padres adelante, rnirando todo el drempo c.on scmrisa tonta. Ahora ya no me importa y cr:andl,o rzoy nOS P,C'nemtOS a ConvefsaÍ:. hablé cr¡n mi abuela y le pregunté cóm,o an,laba rni lolbo Rc.ruch. Me dijo que lo habí¿ visto pasearse tnuy tranquil«r por el fondo clel L'osque. Lo extrrrño. 'll),a r,roy extrañando también el fiútbol cc,n los chicos. \/end:::ia lbien algrirr partido. A la tarde me la paso par-eandc¡ La pelota contra el paredón, pero me canso de jrugar soJlo. Y extraño las charlas con lua-rrba.1'a Guille. -[,a extraÍio tantcr. §er l,trpes 74 de febrero mi ¿rbueinventó -contestaría doctor ltrotan, mi suegrq un sabio. _-Ese gusto p,icante, ¿de dónde lo habrá sacado? rni otro tátara Ror¡lualdo. -preguntaría la pululis' marde,la plana t',ase de este remedio -f)e increíble explicando mi abuela sin parar -conrinuaría de roci¿rr las tuurbas con ]¿. regadera--. ¿Me querrían decir: qu.é hubiera pasado si no existiese ese Sanrecol? ¿De qué otra maneliir hubiér¿rrnos podido condrolar sus instintos vampires<,:os y lo,s :núos tamtrién? sé otra rnanera -_dií:¿- eI tátaraLart. -Ya 1a-; el s¿iben rquién 1o Otra v'ez 1o vi al doctor Runes, el de los anreoios gordos. Siempre parece reconcentradq cuando alprien le hace una pregunta responde a medias, nunca se sabe si está hablando para adentro o para afuera. Sigo sin saber en qué estado me encuentro, qué piensa de mí, si voy a tener que tomar Sanrecol o no, si me van a dar ganas de chupar sangre ajena y no me voy a poder controlar, o si me convertiré en un ser rnaligno por el resto de mi vida. ivle gustaría conversar estas cosas con mis parientes mlrertos,los que están encerrados en las rumbas del jal dín, allá, en mi casa de la montaña.I¡li ahuela nr¡ virio con nosotros? para poder cuidarlos y -rociarlos con Sanrecol todas las noches. h,{e ].os irnagino chariando con mi abuela, rnientras eiia los riega: _-Por favor, no eches más de esa basura perftrmael tatarabuelo Lart, sLr voz profurrda atracla -diría vesaría la lápida que lo rnantiene c¡uieto deb*jo cle ia tierra. mi tataratruela Argenta-, ya -Eso -agregaría nr:s tienen bastante adormecidos, ¿c1ué rrrás quier"en de a nosotros? ría, a corn¡rrobar si le habrá ocurrido inventar esre re--continuaría mi bisabuela Niní, enterrada en el otro extremo del serni.círculo. quién se -¿A medio infelnal? 10 --Yo -¿Cuál? de r:stas tumbas e ir a drupar cuellos a la -¡Salir ciudad! Volver «:on la panzallena de sangre ajena. Ah, qué lind.o sería, como en las viejas épocas. Nos quedaríamos calmadiiuos por un buen tiempo. mi abuela, llenando otra v*, la -Ah -sus¡¡riraría regadera.-, justanente de eso se trata, de que nc, hagan d.esastres" Hil,cieron muy bien en llevarlo a Demetrio a ver al cloctor "lillunes en Sierra Alta, para que é1 determine si tambié:n rni nieto tiene que tomar Sanrecol. --Ptrras rni titaral-art-, llevar pavadas terLaranietÚ a -contestaría ver si tiene que tomar es u:n esa porque- vanapiro auténtico o no. Claro que es uno autériti;o, de [a mefor calidacl, quién ].c' rJu- da. Lo que no ellrterndemos es por qué quieren frenar- le sus insti,ntos nná.s profundos. 11 sea un chico sano y irormal de es- -luego -Paraque tas palabras, mi abuela dejariala regadera iunto al árboi y daría las buenas noches para irse a dormi¡ a la casa' "Un chico sano y norrnal." No sé si estas serían las palabras con que me definiría mi abuei¿. No sé cuáles serían las palabras. Lo que sé es que tantos anáIisis para veÍ si soy un níño normal o un vampiro me trie'rilen nervioso. estás acostumbrada a vivir tranquila --le di- -Si. fe-, mLo es fáciI acostumbrarse a vivir ch:r gerrte. A -¿Cómo en rnedio d,: mu- mí me pasó. es que te pasó? ¿No viviste siempre en una ciudad grande? ciudad no es dernasiado grande, pero ígual, -Mi pasé por un cambio. AIIá vivimos en uú lugar al.::i'ado, rni casaL está arriba de una montaña y, cuando ernpecé a.bajar para k aI colegio me costó adaptarme a tarrtas catas ni.rcvas. Nlartes 25 de febrere, Aunque proteste me gusta estar aú, rocieado de campo" Por la ventana de la cocina se \¡e un grupo de cas;ts que allá a 1o lejos armar] ei pueblo. Para llegar hay qrre cruzaÍ un arroyo qrle parece un hilo y cuarrdo hace calor vamos a baÉaruos. Me parece ryle ha¡, una planta que me daaíetgLa,porqlle desde que estCIy acá, rne des- pierto con picazón en los brazos" Y a veces en ei pechc. A la tarde, en compañía de una curiosa Hoy fui altacer las compras solo v Dolores me acorrlpaíró hasta casa porque esan muchas botrsas. Esnrvimas challando un montón de cómo es la vida en el puebtr"o y cle sus ganas de vivir en una ciudad grande" 1.2 por qué buscan vivir ta¡r aislados? Qgé pregunta. Porque mis padres tienen miedo de que me ,:lescontrole. O porque les asusta pensar que los rl.emás rne mirarían raro. Y además" adónde pondríanrros a riuestros parientes muertos en una casa de ciudad. No. i\o podÍa darle ninguna de esas respuesras. --Estee. porque sí. A rnis padres les gusta la natu- -¿Y raleza. --n-,a naturuXeza es linda, pero pudiendo vivir en rne,Cio cle la ciudad, qué desperdicio. ¿Y por qué, si virrís en 1rr rraturaleza, sos tanpáhdo? Oüra v-ez mi palidez. Siempre llama la atención. --Es que... cuando era chico esnrve enfermo. grave? ¿Qgé tenías? -¿AJgo sé... algo en la szurgre. -l\tro )f buenq no lepdía decir quehal,íarecibidouna herencia r,'arnpiresca. 13 --.¿Pero qué era, qué tc pasaha? -Y... cuando corría mucho se rne hinchaban. ias piernas. -Pobre, ¿y por eso viniste acír7 Mtrchos vienen pa- ra curarse, el ciima es bueno. para hacerme un control con eI doctor Runes, -Vine es un control de nrtina, nada más. te dieron el alta? -¿Ya Uh, el cuestionario no terminaba nunc¿. Por suerte llegamos a la puerta cle casa, así que aproveché para interrumpir esa. coffüersaci6n incómoda y ofrecerle una coca. Entramos a la cocina y nos pusimos a ac:o¡nodar las cosas mienras se la servía. Nuestra charla pas6 a ser: ¿la lechuga dónde va?, ¿el az,ircar'? Bien, con esa conversación tan interesanre se olvicló de la anterior. Cerrad<¡ el tema.. que me contaste, con Ia que se te hinchaban Ias piernas. Además, ¿no viniste acá, paraver al doctor --La .Runes? -Sí, claro ru enfermedad tiene que ver con los ripor eso se te hinchaban las piernas. Ayer, después cle que estuve con vos, me fui a la biblioteca y me puse a mirar un libro de medicinapero ya no estoy más enfi:rrnoivi.ne acá sólo -,4h, por tx1 control. bien, pero corrro me pareció que no sabías -.Está mucho, sobre lo que te habtapasado, quise ayudarte y averi¡¡trar. Si querés, vamos ahora a la biblioteca y seguimos investig'ando. -Bueno, ráones, date. -Buen,o, Así que nos f:rümos a la biblioteca. )lo, como el más penfecto enfermo. En la noche del rniércoles 26 de febrer:o, después de un áía con la chica curiosa y sabihonda Cerrado el tema,.. bueno, eso es 1o que creí arver; porque c"uando la vi esta mañana en el alnracén, rne dijo <¡re habia estado averiguantlo. --¿Averiguando qué? --le pregunté. ru enfermedad. -Sobre enfermedad? ¿fué enferrnedad? -¿Mi 14 Apenas entrafii.os, Dolores se dirigió al bibliorecario y le p'idió el libro que ella había estado mirando, sd llamaba. algo así como Estudios cienfficos de casos especiales.Iia biblioteca estaba casi vacía.. Nbs sentamos en 'una d.e las mesas y ella abrió el libro en la página en la que explicaban e.nfermedades de los riñones. Corrro no qu,erí,a escuchar de enfermedades ni de circulaciones sanguíire,as, mientras Dolores leía, rne puse a mirat a una rnrrjer que tenía metida la naúz en un libro que prarecía mrryr viejo.-En esc, levantó los ojos y me clar,ó la 15 mirada por un rato. No sé por qué en ese instante me acordé de 1o que me había dicho Dolores, de que a ese pueblo iban muchos enfermos.Yo había ido hasta allí y no estaba enfermo. Luego ruiré al bibtri«¡tecario, un gordito con anteojos algo pálido, no sé si tanto como yo. ¿Gn&ía r1g"" linaie extraño como el mío? A{e puse a pensar que, a lo mejor,los que tarde r: temprano caen en este pueblo tienen alguna ascendencia monstruosa, como lan:i*¿Dolores sería tataraniem de Frankenstei¡? Y e[ bibliotecario, ¿sobrino niero de Mr.I{yde? fuliré de nuevo a la muier que otra rrez levantó la vista del libro para mirarme. No parecía estar enferrna.'lenía la mi¡:ada fuerte cle un águila, pero no por eso iba a ser la hiia de un monstruo. No. el único iinaje atroz 1o tengo ,vo. En eso, una picazón en los hrrazos rne hizc, salir de mis elucubraciones y empecé a rascarme por debajo de Ia mesa. Dolores me miró" .-¿En qué estás pensando? --rne dijo. nada --contesté. -En estás prestando atención. -No -No. pero nos estarnos haciendo amigos, ¿no? por supuesto que sí. Otra desesperada por tener amigos, cofiro me pasaba a mí c.uando entré al colegio" Claro, en este pueblo tan chico no hay muchas posibilidades de hacerse de amigos. Y yo, rasca que te rasca. Quizá sí estoy enfermo. -Bueno. __Sí, t6 Biblioteca bis, viernes 28 de f'ebrero Hoy fuimos dl,: nuevo con Dolores a la bibliotecay la convencí de r¡r:re leyéramos algo más divertido' Encontr:¿mos urr.íl novela sobre unos chicos que viven en un p,ueblo al que llega una feria de diversiones' Aparentemerrte,e.sta feria tiene misteri¡:s. Espero que ,ro1.rr*.* nuña¡ra para seguir treyendo. Es mucho rnelibro que ior que leer sobre riñones. Está tan bueno'el no rne rasqlré ni uura sol'a vez. Creo gue la picazón me da cuando estoy,atnrrriclo- Sábado 1" de marzo ])e nuer,'o me :mand:u,on a hacer anflisis' Les pregunto a mis padr<xipor qué tanros y ellos me dicen: ufl váLlor que todavía no está muy claro' -Hay Paciencia, I)emetrio. A quién se 1o dic,en, justr: a rní. Tengo ganas de ilnandarles un mail zt J'uLanba y a Guille; rcáa'ía no tengo dirección electrónuicz¡ aunque Pociría ir al locutorio y hacerrne una. Pero si lo hago,les rcnúr'la que mentir sobre mí. trlo podría d,ecirles la verdad acerca de por qué ,ro volv"mos, ñl c¡riero mandarles un mail que diga' "Hola, ¿córno e$Eán? Yo sigo de vacaciones y ustedes preparándose Para el cc,L:gio, ¡iua jua!". 77 ]ua, jua, nada. Me muero de ganas de ver a rnls amlgos y sacarles punta a los lápices.l en cambio, me en- cuentf'o acá espera que te esPera, como un tren sin trocomotora, quieto. A ver si el nene necesita o no el Sanrecoi.. A ver si el nene es un monstruo o un nene bueno. Encima hoy la picazínme duró toda la mañana, incluso en el momenro en que me fui a sacar sany me rascaba y Sre para nuevos análisis. Yo me rascaba la enferrnela Ine dijo: "Nene, quedate quieto". Casi exptroto cle la picazón. Pero no voy a decir nada. Si no, nuevos arrálisis y nuevos análisis )/ nuevos análisis. Domingo 2 de marzo Aprorrechamos para pasear y Dolores vino con no1o que dijo diio el el médico, me tengo que sesotros. Segun lo guir quedando.l,ásti¡na que Dolores empieza las clases la semana que viene, así que no mi "gratr ciudad" sé qué voy a hacer. Y en las clases empiezan mañana. Otra vez me está picando el cue.rpo y no paro de rascarme. Ahora me aparecieron unos puntitos negros. Fara verlos tengo que doblar La cabeza y mirarme. Fui a buscar el espejo que mamá guardó en el ropero del pasillo, el que estaba colgado en el baño, y que descolgó y guardó en cuanto entramos a la casa. Pero nada. Nrr se refleja ni mi propia sombra. t9 l,)ionio de Lune:i 3 de marzo Primer ,:lía cle clasc: au.sente. Clvirl lerrnirto It eyes ,t la ta:r<Je '¿o],vimos con I)oloras a la t¡ilb,li«)reca y sela n:vela de la feria <{e diversi,ones.,¿\11í ha1, un labr:rint,¡ ,:le espejor; clonde roric¡ ,:1 rnundc, se pirer:cle. Pero se ¡rierde en seri,c. AdemÍui,lc,s; espejos def,orman y eso les da rnucho miec{o a los, persona;ies. gprirn«:s le'yendo Iv{iércole,s 5 d'e m,a.rzo lEnto,nces t¡r:lc,res me: pregr.rrrtó: ---_,;A vor; ncr te daría rniedo verte defo,ri{ne en un la- berinto de espr:ios c{on«le e-ncirra ncr eftronrrás laL salic[a? Yc¡ me ermerCé:pensanclo. I\kr le podír contefitar que mii irmagen no rse deForrnari.a... Qrecla.r,: tr:anquila, I)olc¡r,es. Yb rscy d.eforrne por <Ienüro, .. Pen:r (:so, claro, tarnpo,co se Io pueclo ,Xecir. y todar'ía Demetri<¡ flo aP¿xr'€:ció. Me Parece Ii;ro c[]e nc» hraya r,,ueho ,ie las vacar-:j-ones y rne da rrnieclo que no lc' ¡r:ranFlace tres días qr-re en4rc:zaron las cl¿uses clen míis al colegiio. Capaz clue a los padres se les 'ocr'lrre p,oned"e CLe nucx'c,la rrLaestra P¿u:ticulal como ha¡:ían antes. Ilc,bre Denr,i, para é1. lc'grar qtle tr'n: man':len al cr:legio, c:s como im.na especie cle gue'rra"TierLe qut:: luchar-parr,a poder r;',::niir. Con Julrnba plane'arn«>s ir e:l sá- bado a .[a casa pa.ra .hablal: con la at'uela', ¡r'vr:r si nos cliL,ce a1go. Esto)r,escribiendo en mi diario. Fls nue't¡r¡' Lo ernlx> lrrs 'v'eí¿ cé esta senlana Yl desde el' a6o pasacl:r, cuanclo' de a l)cm:i o a ]uanb,lt cr)n su diario, me gustaba la idca tener uno. Así qut:' el lun,:sr, cuando p;rsé p'ol el kios«r y vrl qre en 1.a tapa ,Jc un cuaderno azu l' '=staba esu'ítc¡ 'N[i di,Á;o,«feciói comprarlo. lLas tapa-'; sorr acolch¿rdar;' ]tl ¿rcá er;,rcr¡. Slir:mpre escriL,ienclc¡ sobre l)enri' El ario pasado' 1¿O 2,1 corno no tenía diario de tapas azules, solo pensaba en Demi. Me gustaría mandarle un mail,pero no creo que se haya hecho una dirección electrónica; tendría que conseguir la dirección de Sierra Alta para mandarle una carta por el correo postal. bien llera Pongo es privado; no te lo voy a dejar leer. .-Por supuesto, ¿quién lo quiere leer? Ya sé que un diario es privado. Además,ya me di cuenta de que no rne querés contar los secretos. --¿Qé )ueves 6 de marzo, en el colegio Decidido. Con Juanba varnos a ir hasta lo de Demi a ver a la abuela. Demi nos dijo que la abuela se iba a quedar cuidando la casa, así que ella tiene que estar. estás haciendo? *escuché a mis espal_ -¿Qré das--. La vnz de Lu me sobresaltó. -Nada -_conresté Enseguida cerré la tapa de mi diario y l<i escondí debajo de la pollera. Apenas había tocado el timhre del recreo, me lo había puesro sobre la falda para escribir" Y la ct¡nversación siguió más o rnenos así: ._Sí que esrás hacierrdo algo, estás escri.biendo ru diario. Ya sé, te 1o vi entre los cuadernos cuando pusiste las cosas en el banco. yo también voy a escribii uno. po. qué no me lo querés mostrar? Esta Lu, chusma corno siempre f,paracolmo, si yo hago una cosa, ella también la quiere hacer. Ahora va ,:Y a me subí un Poco la po- contesté y -le para que 1o viera-,pero todo 1o que -Está secretos? creés que -& neando algo. soy boba? Con Juanba están Pla- Uy, se dio cuenta. Juanba me había pedido especialmente que no le contara nada a Lu, é1 no le iba a decir C^Pu que molestamos a la abuela de Demi si vamos todos. El plan es el siguiente el sábado a la mañana nos tomamos el órnnibus hasta el descanso y después seguimos a pie por el sendero. Vamos a tardar un rato, Pero no importa. Esperemos que no llueva.' Ahr¡ra estoy terrninando de contar todo esto encerrada en el baño del cole, así ni Lu ni nadie va a venir a José, porque -quiere que vayamos solos. curiosear 1o que estoy escribiendo. Para que no preguntara más, |uanba le diio que lo que estábamos planeando era un día de Pesca en el arroyo. Lu odia la pesca y, sobre todo, comer pescado, así que se tapó la nariz con los dedos y se fue. ¿ escribir un diario. 22 ?? Iliábadc, a la noche y con garrirs de e,scribir.en mi diario Estuvimos en lo de DernLeü:.io..¿\ nr-rerstfas familias les c{ijirnos 1o misrno que a Lu: que íba¡nnos a pesc,ar al ¿u:royo de la montañq no <pe srrbiLr:íLamos hasra llo de I)e;mi,porque ran leios no nls hubir:r.ar¡ cLejad,c ir. Hasta el arroyo el car¡rino es fáciI, p,,er.o despuÉs hay que ir por el sendero y cualqrrieraL se puerJe:p,6¡ds¡. La ír.nica conclición que nos Frusieron fue <1u,e r;.o.[l,jérarnos antes cle que se hiciera de noche. A las diez quedarnos erl encontratrnor; en la parada del ómnibus. Nosorros lleg'amos en hora, pero elómnibus tardó Lln rrrontón efl apalecer Er¡Lcuanto vino, nos olvidamos.{e la cspera. tii órnnilor:s n,r subé muchq tiene la terminal un poquito más aLrriba de la hase de la rnontaña. Así qu,: desde allí segurirnos caminando hasta llegar al arro¡r,o. Nos quedamor¡ ull rato y nos rem,ojiamos los pie.s en el agua, sentados en una piiedra. Después del arro,¡o, el carnino se ha,ce sendero y se pierde un poco. Un par de veces nos clespr,istarnos, pero por suerte Juanba 1o volvió a erlcorntrar; pol, f:in, fuinlos a d.ar al camino de los ¿troffros.¡ a.l lbnclo, estaba la casa enot:me. Al llegar a la pue;rtaL, ]u:ur,ba me diio si yo quería trevantar ese llamaLclo:r gigarrte; el ¡¡olp,e sonó fur:rte en la rnadera: Lrna, dc,si veces. llsperarn,cs uni rato y r1o venía nadie. lintonces, Iuanba se «lispuso a gol24 nuevo,pero aPenas tomó el llamador,la puerca empezó a abriLrse. Hizo un ruido a madera vieia y la ,cara s:i.mpática de la abuela de Demi' Mr:rcl6 "prr..ió ,., *orpr.ra de vi:rnos cctn una sonrisa muy grande' Nosotros tunbién le sonreímos. Por el camino habíamos te:nido mierlo de llegar y que la abuela no esruvier¿r' abrió -_¡QU,á l.indo',,,erlos por acá,Ilasen' pasen! -y la puerta del todor p»ara deiarno$ Pasar. Subimos la es- pearr de calera de mármo.l" rque nos llevó a la sala. Allí nos sentamos y nos trajr: bizcochos, torta de chocolate y jugo' Era el segundo de,sayuno de esa mañana" -\ñnimos pa^rra saber pnr qué Demetrio todavia no luanba. volvió al colegio -Preguntó abuela zpoy6 la cabeza pobre fle-metrio -la -Ay, en la rnano derer:f::raL, mientras sosterúa un bizcocho con la izquierda Enii,ep¡rida entendí de quién había he¡edado Demetrio sus dotes de actor--. Es que aLlá e¡ Sierra A-1ta se ag.axr6 una gripe Y están esperando <1ue se le pa.se para traerlo. Pero no es nada serio. Un por:o mentirosa 1¡r abuela. f)espues fuimc¡rs a, dar una vuelta por el iarún; mientras tanto, conve;r:sábamos. De golpe,la abuetra nos dijo: extraiio a Demetrio, a}-rro Ia puerta de su -Cuando cuarto y'rne queclo mira:rclc¡' \'engarr c.onmigo, se ve que ustedes, tarnbién 1o'extraÍl an Así que fuimos para adentro, subimos y 1a abuela nos abri6 la pueir:ta, Es un cuarto rrruy grande (como 25 toda la casa), con muebles anriguos,,Y 1o rn{s lindo es que tiene un balcón. La puerra del balcón estaba abierta y la cortina se volaba un poco. Juanba corrió al balcón y la abuela lo siguió. Yo también iba a salir, pero vi: asomaba la punta roja debajo de un libro, en la mesita de luz. Lo reconocí al insta.nte. Cuántas veces lo habré visto dentro de la valija de Demi, escondido entre sus cuadernos. Qé ganas. Me dieron unas ganas entonces 1o enormes de agarrarlo. Pero claro que no iba a hacer eso. Además, estaba la abuela adelante. Y tarnbién rne daba vergüenza por Juanba,porque un diario ajeno no se toca. Seguí como si nada, aunque no me podia quitar las ganas. No digo de leerlo, porque ni k:ca leo el diario de otro sin permiso del dueño, pero rnoría por ir hasra la mesita de luz y meter el pulgar entre las páginas, para que pasaran rápidq como si esruviera viendo un dibtrjito animado. Ahora no doy más de sueñq mañana sigo. Bueno,un poquito más... Como investigadores nos moriríamos de hambre. La única inf<¡rrnación que obtuvimos es que Demi está con gripe. Y encima, estoy segura de que es información falsa. Un poco más tarde, nos despedimos de la abuela prometiendo volver. por favor, qtre 1o extraño rnucho a mi -Vuelvan, nieto y el conversar con ustedes me hace bien. Nos dimos un beso de despedida y emprendimos el no nos perdiérarnos ni. una vez. Cuando estábamos en medio del bosque, un pafarraco largó un sonido esffuendoso y nos pegalTros un susto enorme. Por st¡erte era de día, porque si hul¡iera empezado a anochecer, nos hubiéramos asustado todavía más. No le dije nacla del diario a Juanba, no quiero que piense que soy una chismosa. Y además, no tengo Por qrié contarle un deseo íntimo, que encima no es muy honroso. Y como hace rato que no lo veo esc¡ibir en el suyo,le pregunté. Me diio que por ahora no estaba escribietrdo, que le liabía dado vacaciones al diario. Es gracioso iuanba. Y yo soy muy curiosa. Terrible. Creo que [e gano a Lu. Y eso es decir un montón. regreso. La abuela nos había in«Iicado eL camino para que 26 27 ¡'bruu ¿;í)>¿nat t io -<orw h.,* rii '-. . *:Flt, i .HÚ k3fl Donringo 9 de marzo, de mxlnrgada Me despertó la picazón. Abrí los ojos con Ia sensación ile Guille en mi. cabez¿u habia soñado con ella El cuerpo rne picaba más fuerte q¡re los orros días; me empecé a rascar los brazos,las piernas, todlo. Tirmbién t.enía rrrucha sod, entonces fui al baáo y torné agua. SaEr,é la lengr-ra, me la r:oqué con eL ded.o,parecía ásper4 hinchada. Ni siquiera te:rúaamano a mi tatarabuelo LartyarapregLlnmrle si sabía de qué se trataba, si eso era rlo¡+" o podría lLgrr a ser algún s'rntc,ma vaurpiresco. "\,{e clesvesá para darrne una ducha, qo¡ras el agua me calrnara; y cuando rne saqué 1a remer4 rn'3vi dos pelos ne8fos hastante [ugos, en el pechq y otros cortitors. A lo me.'jor lne qstoy [Éciendo grande y ya me {:rnpezíúon a salir pelcn corno a mi pap4 We tiene bastrnties. ¿Thnto picarárn cuan<lo salen? F'ue una sensación rar;r mientras drrró, pero apenas entró la prirrrera luz por la veneur4 la lengtra se ach.icó, y se fue la picazón.l-o qrre me resr¡ltó más r:xtrañr: fue que los p,etos tarnbién desapareieron- Is¡anté la vista para salir d.e la bañadera y cuando labajé,no, est¿rL¡an más. :,¿8 Intenté recordar el sueño. Yo corr'ra desesperado hasta mi casa y cuando entraba a mi cuarto, estaba Guille. Ella no me veía, tenía los oios fijos en las tapas rojas de mi diario. Y ahí fue que me desperté. No les voy a decir nada a mis padres, no quiero que se preocupen. Y tampoco quiero que me sigan teniendo acá, sin que pueda ir a clase. Ahora me meto de nuevo en la cama a seguir durmiendo, es muy temprano y estoy muerto de sueño. Martes 11 de marzo Me crucé con esa mujer extraña,la que leía el libro viejo en la biblioteca. Cuando doblé para ir al almacén, estaba en la otra esquina, acomodando alguna bol- viqdejé las manos quietas y se quedó mirándome" Entonces, crucé y seguí por la offa vereda, así no tenía qtre pasar por al lado. sa. Pero apenas me Durante el miércoles 12 En la biblioteca le pregunté a Dolores sobre la mujer, pero no sabía de quién le estaba hablando. puede ser dije-, si acá se conoce ro-Cómo -le do el rnundo. 29 la desc;ru.¡rclórr qrre le Ji (c1os salLc,:,ncs y na.riz ptur,ruLda,), p,ilnsó qire erá. la ú:r cle su corrlpa;ierr¡ Alberto, su fa.rnilia n«r había rradie ;.sí. u-h... cncirna ofen,firnos (illte: '\,/iene t,ildc»s los v,e,ranos de ,{lr:;r *-,Qgé ¿r vis;il-arftts. por acli---rrre ce¡:m;inó rJi':;i.«:nLdo--" En qe:nerzrJl, se vuelve ¡r media,rjos cle feb,re:lo. .4. veces va. a. fomiLr ft1ate coil rni nranrá, y ella me rñ.rr3 r¡¡¡15'torj.avía est:é ,li1o ,que s,: había" ido. Capa.z rque:volvi,-ri. ---El mit::r<:c[es pasado eslaba ací, <:n l,a. bitrlioteca, ----,;Qr,á? ¿[,a prri:ler¿r vez que.yini¡;te, <r:nmi¡;o aL la bibllioreca? lii esc clía no h¿rbía na,Cie rnásr «1us rro:ior.ros ¡r el biLbliot«.:cariq¡. ---(ló¡rLo qule ino ---irLsistía yo--. l\,[e ¿ur::ur:r:do perfbctamenLte ,rle, e':;rr mrrjer. )lc, rne puse a" rl:ira.r[a y entorrces ellla nre .nlir:ri y rne mirri y ,lo ]:rr:) sa,:aba los <lios cle encima. *-*¿Córnrl pu,:rJe, se:r? Ya nrisrno [; pre¡t¡rnto a, Lr.ris l\1h:edo. ---Ilreguut¿L1r:. Encir,rna hace dos días mc la cru"cé en ,:¿;rlle. filnton,c,:s, t),rlores s¡: lev¿rrrr:(i y r;,: fu,e, a h,¿rb]Lar con el L,it¡liotesrrio. Y.no, el triblirlter:ali.o no l¿,hztbila vi,ito.'farnbi:én le dlij,r cltre la tilr de r\l.berto ya. irc habi.a rd|: ha,:ía raro, pe¡s r![ue, de, toclos iinodo,;,la tía de A,tbertc, rro tenía ]La rlariz puntucla y nruchri ;{ner.{os. los ojc,s r;alton,es;, )i que aderrrás tarnlhiírr era su tía por ,oarr: de rr;adre y gue en 30 allí ,¡ [r-ré::amor¡ a dar i.rna vue]ta. Mlientr;rs caminábamos,, yo le decía: ---Tb juro,, te juro que la.'vi. E[la ¡n mataba de risa, no me: t-omó en serio. --V:s visiones,'ves visi:nes --renx:tía. ¿Iistaré viendo r¿isiones? m.uier s:[que la vi, y'no nle vo'F a (:lurid¿ur efl paz l:,a,sta nc, 'u'erl¿L «le nuc:vo )r preglrntaf Visic»ncs o no, lex:ndo un [ib«¡," la al lbilbii,¡,te<;ario.'Le dije a Dolores que tnejor saliérarnos )o le por c¡u(! la. veo :r esa 1.c solo. \/icrnes 1'l de marz{) E;rtraíicr a Roul::h, mi hermc',so lotN:, bla.n,:c,. rCua:nrf,r estaL,a g:n la píca;r.6ny ia lengua Bor(Ja, rne d¿tbian gade s;¿llir c<¡rrieudo por todo el bosutrue {:orrlc) lrar:e é,1 y rne innzrginé qur: íbamos ios dos al1;1a.lope en ulla noch¡e de luna. Y aliora que lo pienso,, Lr:s oios salton,:s, Lrárrs naLriz prumtu<tra... ¿,Nc 1o est-aré r:>ltraíl;aindr:r tiarlto iEuie lo veo crr.[;r caÍa de las, person:rs? Sábado 15 de marzo y ya hacr: dos slemanas ,que clases. El médico rnc :;Ltendió hc,y :r la M[e tie,nel:r ací¡,,rltt.alizado enrrp(3zairrn 1as 31. mañana, aunque es sábado, y me hizo pontr un poco trervioso cuando me preguntó: alguna cosa rara últimamente? -¿Sentiste rara? mientras un ca-¿Rara? ¿Cómo -contesté lor se me iba metiendo debajo de la piel de mi cara; ponerme colorado por cualquier pregunta que me hagan no es cosa rara. Al verme medio nervioso,le brillaron los ojos y me miró como si estuviera a punto de descubrir un secreto: cualquier cosa, por mínirna que te pa-Contame rezca. Si sufriste algun cambio, un sueño extraño, lo viendo sus bolsas. Pero no había nadie, solo me pareció ver una sombra Al llegar a la esquina la rama de un ár'bol bailaba con la brisa y las hojas se movían como marlos que revuelven. Falta poco,para el otoño. Me reí. Mis paclres también se rieron. suerte, Demetrio, hace rato que no te vemos -Qé mi madre. reír -dijo rato que no nos reímos los tres mi --Hace -diio nos tomó por Ia cintura y fuimos padre-. Vengan -y así todo el camino. que sea. -No,la verdad malúltimamente es que no pasó nada fuera de lo norno muy seguro-, y ha- -contesté ce rato que no sueño. -Todos soñarnos. Lo que pasa es que no te acordás. Ya sabés dónde encontrarme si me querés contar algo. Uf por fin dio por terminadalavisita. No le iba a ni 1o de la lengua gorda. Y menos, que sueño con Guille y con mi diario. Por esas pa- contar 1o de la picazón vadas capaz que me hace quedar otro mes y pierdo más colegio. Thmbién le podría decir al médico qlre veo per- sonas que nadie ve. O aI vez los que me rodean son muy distraídos y no ven a las personas que les pasarr por al lado. Cuando salimos del consultorio con mis padres, miré la esquina donde el otro día estaba la mr-rjer re'r,ol3Z Domingo 16 de matzo,noche Ayer a la ardecita fuimos a tomar algo con Dolores. Cuando estábamos sentados en el bar del Cholo, me empecé a sentir molesto y me dieron ganas de irme. No sabía qué me pasaba, hasta que otravez me vino la picaz6m por todo el cuerpo. Me dio sed, tomé coca, y me di cuenta de que de nuevo tenía la lengua áspera. preguntó Dolores. me siento bien, mejor me vuelvo a casa. -No Me sentía perfectq pero no sabía qué decirle. En realidad, tenía la sensación de que una energía nueva estaba entrando en mí. --Esperame un minuto que le pido al Cholo que llame un taxi. -¿Qré te pasa? -rne 33 Al despertarrne, me di cuenta de que tenía toda la -_No, no, no te preoo[]pe,s. t3hau,, nrcrsi vermos mañana me levant(iy r;alí cr¡rriend.o. Corrí y corrí sin -y mirar atrás ni por nredio segunlrC.o, sin p,¡,dgy parar. A cama embarruda.Las piernas embarradas,los pies. Las vece$ me tropez¿ba, pero ense¡:¡uida fire reco,mponía; móvil por un rato, hasta que sonaron las campanas de mis pies,los sentía r:edondosr. Me nnr:tí [ror un sendero; había árboles, pero iba tar:L :rápil,:lc' qur: 1o único que disdnguía eran las ho'ias ffrovién,C,ose como las marros que revuelvt:rr. Entonc.e,s,, cle g,:lpe, la vi, corría a mi lado. Erala. cara d,¡ lzr muj,er, La nariz punnrda, los ojos saltones. En c)fio rie arlelantó rJrf poco y cada tanto doblaba )La ctbez,ahaLcia. at:r:is: peva rnirarme. Esta vez sus marlos no car¡5aberr bo.[sas, eran patas blancas relucientes enffe las p,inochar;; del sendero, hacían crac crac y se:guÍ.an vr:loces. Yo nn,i: dr:jaba conducir-, corría, cor.ría. Ella., c[espru.és r]e arsegurarse de que iba casi a su ladlo, enderez(i la cab,eza hacia audelante y )¡a no [a volvió a dcñ[al, srino ,que cc,nLtinuó la corrida. Y yo seguí,la se-guí. No sé cuánr,:r tiernpo. Me pareció que c-uando terrnin:rba eL bosqru,e atravesábamos caminos. Hasta que llegué ¿r mi cas¡¡ de §iierr;r rt[ta. Y eso que queda b'¿stante leios del pue'tr,to.lrlo sé r:órrlro enüé a mi cuartq tengo un recuerdo rnc¡Jio ¡:,mdli«lo d,e qrre esti¡aba las piernas por arriba del aJféizar <[e la. ventirná. pr¿¡¿ metefme aalent.ro. Sé que rn{r tfu'é eft Iia crr]ma, exhausto,. Jrrrleaba. ExtraÍiaba rni diario, igt€ría rrenerlo conmigo Después rne qrredé dolrni«ftr. la iglesia. Clang, clang, clang. La ventana estaba abierta y entraba fresco. Me denre en los sonidos: cada uno duraba igual que el otro y estaban separados por el mismo espacio de tiernpo. Fueron seis. Me pareció que era muy tempra"no. Entonces rne levanté, había huellas que 34 manos con barro,las sábanas estaban sucias. Estuve in- venían desde la ventana hacia la carna, estaba amaneciendo. Puse uno de rnis pies encima de una huella y coincidía el tamaño. Aunque la que estaba más cerca de la ventana tenía una forma rara, más redonda, seguramente se habría borroneado. Cerré la ventana, hacía un poco de frío, y.fui a buscar un trapo al baño y limpié todo. Sacudí las sábanas como pude y me metí de nuevo en la cama. Hacía esfuerzos por recordar qué era 1o que me hrbíapasado, pero 1o único que me ve- íta a La mente era esa c rreÍa loca junto al animai de patas blancas con Ia cara de esa mujer y un sueño que tuve con Guille. Otra vez me ia encontraba en el cuarto de mi casa de la montaña, mi vercladera casa. En este sueño, ella al balcón, yo estaba allí, quieto, y ella se pegaba un flISto enorme al verme. Yo quería decirle "no te asustes, Guille, soy yo'l pero después veía que tenía mi diario en la mano, entonces me daba mucha rabia se asomaba 35 )/ hasta pensaba en morderl:r, pero n,o para chuparle sallgrc, sino para sacarle e1 úiario. Despué,s, un viento fuerte le arrancaha el d.iario <1,e la :mano y Xo hacía vo. lar, y en ese momento me deliper:tii. 1[lrrí los ojos, allí estaba mi mamá con uln¿r lbandeja y se acercaba. a mi carniu, "Qé raro A la ma-pc:n#:--. ítana se muere de sueiio )¡ nunca flre ü:íre el dr:sayuno." --Un rico desayuno para el mucltra.clrito que se aguantó tantas e-xtracr:iones d.e sa.:rgre --nr:e <Iiio. Me incorporé y acomodé la allrrLoh¿ulapara que ure pusiera la bandeja: ch,oc<¡lataJa, gaLlletitas, pan clmero, mrlmtn, qué bueno.lle son:rr:[medio ,:lormiJr¡.¿ e.[a tarnbién me sonrió mientras s,e sentaL,a er¡ mi car¡ra. En eso,le carnbió la expresión tim dulce y dc,rr:nida que raÍo erzur sus patas t,lancas cor:riendo sobre la pinocha del sendero. ¿Le estaría pa:sanclo algo aRouch o a alguno de su familia il l?orque ¿qrriénes, sino ellos, tienen las patas blancasi)' ¿trrle qur:rrían dec:ir algo? Tenía la sensación rle que l:abía estado con los lobos haciendo una.rondla d,ebajo cle la lrrna. Iv[i mLarná desalrur,ando conrnigo en un lugar de vacaciones. Muy rico todo, p,:ro es hora de volver a casa, sin nringuna duda.. trítafunda de I;r alnnoha«Ia bañaste úLtim¿rnente? ¿Le, -Demetrio,la cia, e,s;rá toda su- verdad es poco. -La cuanto teque lel.antes, ¡e das una ducha y irpro-En vecho para cambiarce las sáb¿uras.ltirón de orejers: no te dejes estar así. NIe quedé callaclo rnasticanrdo una ¡;alletita. Tirón de orelas para mi mernoria, qpe no se pue,cle explicar mi cama embarrac[a.'Y entonces pensé que que ya había recibi,lo unr rrirón de or:ejas había sido esa mujer, por$re anoche las terúa rneclic¡ alau:pLdas, ade- .por r1ué está Í.a más de laoarnpuntucla. y'los ,rjos 36 s,alt.one.s. Pero 1o más 37 Diorio de Gvil lerrnino Reyes de que viniera conmigo. Y si ]uanba no me acompaña, no sé quién podría. Llevar a Lu es muy arriesgado. Además, nunca le confesaría mis intenciones. Y no soio a ella. No le diría a nadie mi plan: aprovechar cual- Lunes 1O de r.rrarzo La curiosidad me está matando. Pienso todo el riempo en el diario de Demetrio. Qizá sea.la rinica manera de ayudarlo, de saber realmente qué le pasa. A lo mejor está enfermo, pero enfermo de verdad, no como dice la abuela, y por eso no vuelve. Ir,lo sé si es grave o leve, pero a Demerrio le pasa algo. Y voy a idear un quier oportunidad, cualquier distracción de la abuela, ida al baño,lo que fuera, para ir a buscar el diario y ponérmelo a leer. Sé que eso no se hace. Juanba, por ejemplo, me sacaría corriendo. Lu, al contrario, estaria fascinada con la idea y no le daría ninguna culpa como me da a mí; pero no quiero que ella lea cosas de Demetrio, seguro que meteríaLa pata, se le escaparía lo que leyo delante de é1 y, además,le contaría a José. No. A Lu no la puedo llevar. Lo único que me queda es ir yo sola. Pero,la verdad, es que no me animo. plan para ayudarlo. Miércoles 1.2 de rrrarzo Más tarde Ya sé lo que voy a hacer. Por 1o menos, ya imaginé lo que me gustaría: volver a la casa de Demi el próximo sábado. Clarq si es que Demi no aparece anres. Hoy le iba a decir a |uanba de mi plan,para ver si quería acompañarme; pero apenas empezó el recreo me contó que el fin de semana que viene se va con su papá de viaje. Estaba recontra conrenro, así que descarté la posibitidad 38 Por los nervios que tenía, ayer no pude escribir nada. No hago más que pensar en el diario de Demi. Si la abueia me contara la verdad, me ahorraría el problema de tener que leer diarios ajenos. Ahora estoy en clase y Claudia está explicando algo de biología y no tengo ni idea de qué está diciendor y no es tan buena como Ana.la del año pasado. Espero que no me pregunte nada. Sigo después del recreo,l3ste a¡io n,; jr:r¡¡amos tanto colno arites, ahora rros sentamos a cfiiaLrllar'; si hay sol, naeior: nos ponemos en los f¡an,c,¡s r:ed.o.n,Jos )¿ no parárrrros de h¿rblar: o m,eior dicho, son l[a,s ofi:as ,chi«:as las qrre no paran. Fero yo, aunqure f irstaL a,h<l:a nro me había dado cuenta, parcce qu€: rne que,fo ca[arLL; recién cu¿Lndo l-u me dijo: "che, ¿a \¡os qué te pasa que no ,Jeits naáa?", me percaré de que no había r<,:gistrado 1o que estaban diciendo. Algo tengo que hercer, rrc, puetlo se,¡¡-ril tan disrraída. Mejor cierro el di'rrio, porluc Claudia me (3stá rnirando fijo. Jrrcves 13 'cle flrarzo, noche Catalina, no sé si te acordás de ella, es cle 7" ,4[. me ilrrvitó, el sáb¿do a la casa y me dijo si me podía c¡;eclar aL ,Cormi¡. )L¡, no trne acuerdo, ¿vino algvna vez -,lCatalina? a casa? --No, nunca,¿iLrtr. Es qu.e nos est¿mos haciendo;rmigas reciérr ahora, y la verdad es que rne gustaría ir. va? -¿J-,ucila --lrlo. Me invitó si .no, me la pasrr escriLiendo y no prcsr';o atrenci(in.Iy[amá me vino a dar las "buenasi rfc,ches" y ctrandrr me rrio metida en 1¿ cama con el diaric,,, me riliio colt esa voz trágíca que pone a verses: nena, te la pasás escribienclr) elr erie diario. -Pero, ,,Por qué r1o me contiis c1ué te pa$a en vez, de escribir tanto'/ IJ.t, qué hincha. Aunque tar:lta pxrsardcrz nle sirvió para qrle se me prendiera. la lamparira y; r;i.n hirb,¡r:lo pensacler antes, le contesté: a rní sola. ¿(]gé? ¿Si no r,a Lu no me dejás ir:? -l§r:, cl.aro que te delo ir, nre encanta que te estés <pé hora tenés que estar? dijo que 1,aya desde lamaínna,así estudiarnos -§{e un poco y almorzra:mos juntas. hacien,Co más anrig;as. -Bueno, Hoy no llevé e[ diario al c,olegio píu:a rn) te]ntarme, sí, l',:srnlta qrr,: -Es¡ee... r.echo ¿,4, dal:::, me p¿Iri3ce buena idea. De paso apro- per-ra almclrz,zrr co,I1 tu tía y charlar un rato tran- dónde vive? nLomás. flesp,¡[5 te anoto la dirección. Pero -A«:á no es flecesario ,ílllre: me lLeves, si es cerquita. --B,ueno. Igural :rnota;rne la clirección y el teléfrtno. quilas. ,;JP'or: --Sí, cla.ro. Pieilra libre.l',lc rié si la.s palat»:as que diiimos fueron exactamente esa$, pero 1o i:mportante es qlle, sin proponérmelo demasir;rclo, puse en ntarcha rni plan. El sábado, entr)nce§, me vor/ s,rla a la casa de Deini. Ya sé, mentirosa, rnentitosa, menit:irosa. Nurlca antes 1e haLíta mentido a. n:rdie,.lls lla últi.ma vez. "Lo prometo. Por otro lado, ma- 40 41 , má salió cle mi cuarto con una sonrisa grande porque, por fin, su nena solitaria tiene una amiga nueva. y es lindo hacer sonreír a la mamá de uno de vez en cuando. No me da tantó miedo pensar que me voy a ir a lo para que vaylaayudarla con la comida. En cuanto pueda, sigo escribiendo. de Demi, hasta tengo ganas de ir sola. Repasé el camino en mi cabeza y me lo acuerclo bien. Bueno, eso creo; por lo menos con el pensamiento no me pierdo. Apenas Después del almuerzo llegue,le voy a decir a la abuela que prefiero quedarme a clormir y que mi mamá ya sabe,para no tener que volverme a la tarde ni que se me haga cle noche. Porque eso sí que me daría bastanre rniedo y, además, dudo que de día pueda cumplir con mi propósiro de hojear el diario de Demi. Es la única manera que encuenüo pa, ra saber rnás de é1 y así poder ayudarlo. Viernes L4 de marzo Ya está totalmente decidido: mañana me voy para 1o de Demi sin decirle a nadie. ¿Qé me puede pasar? Nada. Así que voy y listo. tivo de las diez. Cuando estaba en la parada me pregunté: " ¿qué hacés acá sola?".'Fero rne dije "aunque me dé miedo, voy a ir igual; ya estoy acá".Lamentira estaba dicha, no me podía volver atrás. Lo peor de todo fue cuando iba aravesando la plazaparair alaparacla. De lejos, veo ala mamáde Lu. "[.Jy dije-, -.me si se para a darme charla \,a a querer saber adónde voy." Y si le decía que iba a 1o de Cara, tarde o temprano Lu se va a dar cuenta de que es mentira. Y no quiero que nadie se enrere. Pero por suerte me saludó con la mano y no cruz6 toda la plaza para venir a conversar, como generalmente hace. Se ve que estaba apurada, iría a corhprar algo para el desayuno. Domingo al medioeJía, l6 de -rrro un buen raüo en la parada. En un momenro, cerré los ojos y pensé que si cuando los volvía a abrir Acabo de volver.'fengo cosas muy interesantes para el colectivo todavía no había llegado, me volvía a casa. Cerré los ojos bien fuerre. Al abrirlos, el colectivo estaba contar. Pero interrumpo porque mi ma"má me llama 42 Bien; mi mamá se fue a dormir la siesra, ahora sí puedo escribir. Es como si no aguantara estar sola, siempre quiere algo. Bueno, empiezo a contar, partd por parte. Ayer sábado me fui temprano para romar el colec- Elstuve 43 doblando 1a curva. Así que fite Prop,lrse no tener rnás dudas, era una senal de que erstaba h:r«:iendo 1c', que te: nía r¡-re hacer. Después de un viaje d,: casi mecli¿t hota, m,e bajé en la terminal y empecé a cam:inar. Carni.né utr montón y no llegaba aI arrol',:. Creí quie nne haL,íil equivc,r:ado pero no, allá se veía el hilo de agua. R<,:rspiré a.[j¡viada. Y justo cuanclo respiré, se escuchó eJ" g;rrazniclo del paiarraco. No me asusté, po.rque era el rilismo de la oma vez. "Graznido conociclo di;ie--, estalnos cerca." Segr"lí caminando cofiro una hora rrrás, hrascai ver allá.a 1o lejos el camino de los aromos,, IvIe senrí muy contenta. Es b,astante común qlle yo rrre piei:cla, pero esta vez Lo hal¡ía logrado, y sola, sin que nadie n:re indlicara nada. Avancé por el cami.no. A1 fondo, la ca¡,,a enornnq no Paré Frasta no estar lrenre a la puerta g:i¡ir,ante d,: rnadera. Al ver esa puerta tan graLnc[e casi ,enlrima de mí, tutze un minuto de arrepenrimiento. Bají: 1as escaleras de la entrar{a, dispuesta a hacer el carnicLc¡ de vr¡elra. "I'ero --dije-: ),a estoyJ'; entr)lnces l,as r;ubí corriendo y me prendí del llarnador: Esperé un rato Pero no venía no nadie. Ya me estaba pot agarrar el sie¡i4undc) a1:rePentimiento cuando la puerta se r.:nnpez:ó ;;r abrir.'l,iY si no es la abuela?",llegué a pensar. Pero sí, era. Y'ctrand.o me vi.rl, me puso cata de asombro 1r nne sonri.ó, --¿-Jbs por acá?, ¡qué lin.cla sorp.rcsa! -"me dijo-, Así qrre pasé y no rnc'pree;unró para qué había ido. Fuimos al livir44 y,,;c¡mo es srJ costumbre, me traio un pedazo d.e rorta.. -Q!é Dem,etrir: suefl:e qur: r.inLisce --fire repetía ),?r estli curado 'F a. -. pullto de volver. Sabés que Demi no ocu¡rió justo en est: instante, por que se hubiera sorprendido muchísimc¡ de verme sentada en el living;de zu casa charlando corl su abuela- tle rl:lo pensarlo me pnrse un poco colorada. L-Lr rato rnás taLrde, me llevó a dar una l.uelta por el jar{tn comrcr a ella ie gusta, rnientra; rne decía los nombres de las ¡:lan,ra's; pero )¡o no n,le animaba a preguntarle si rne ,p,ccl,i.a qrled;rr a dormir, En esr:r, el cielo se nubló. Qgé li:c, c¡ur: se puso el tienrpo, va a llover _-diio Pcrr fru:erlr:, eJ. regreso de - la abuela.. A mí m,e algr;rró rniedo de solo pensar en volverrne con lluvi.a, ), se io dii,e. -Pero m'hijita, n.r: trnés dormir y te volvés mañanra y por Erá irte. Te quedás a lisr-.o. muchísirnirs gracias. Lo únicr¡ es que mi -Buentl,, m:rmá se pr,rerfe, a$iustar si reo lleg¡: hoy salió con-rne testarle así. Clla:ri:, ya no podlía der:irle <pre mi mamá sabía queme ilba a quL,:deur: a dornrir; aunque "en 1o de Cata", pc'r r:;1-rplresto' vea el cielo nr:gro, tu mamá enseguida var -Cuand,o a pensar qlr(il va.$ ir f,íIsar [a noc.hi: acá. pasá. 45 M no la conoce a mi malná. Ella ni loca se imaginaría que yo me decidiría a pasar la noche allí, esperando que se fuera ia lluvia; al contrario, supondría que un viento fuertísimo me habría ilevado volando por la montaña Siempre piensa lo peor. Pero, por suerte, eso ya estaba solucionado. dormir en el cuarto de Demerrio. La carna -Podés tiene sábanas limpias. Bingo. No podía quejarme, mi plan parecía estar funcionando. Después del almuerzo se largó a llover. Así que nos quedamos adentro jugando a las carras y a las damas, y en cuanto atardeció, comimos algo y me ofreció llevarme al cuarto de Demetrio. cara de cansada. Y claro, el camino es larSe ve que -Tenés goyvinisteapie. Yo le dije que sí, que estaba cansada, y era l-erdad. Pero no le dije nada de la otra verdad, el verdadero rrro- tivo por el cual había ido hasta allí. Más tarde. Este mismo domingo,larga pero jugáso Interrumpí lo que estaba escribiendo para ir a buscar algo rico a la cocina y estaba mi mamá tomando unos mates. Empezamos a charlar y se le ocurrió preguntarme cómo me había ido ayer con Catalina, qué I i I I I I I i habíamos hecho, cómo es Cata y por qué no 1a invito un día. Fue horrible. Tuve que seguir con la menrira. Le dije que habíamos charlado muchq que iugamos al elástico, qué se yo... sé, ma, no me acuerdo qué hicimos 1o -No -se diie para no tener que menrirle más --¿No ves? -me contesró-. Te pregunto porque quiero saber de vos; nunca hablás, no me,decís lo que te Pasa. me pasa nada. a punro de confesarle la verdad. Pero si se entera de que me fui hasta lo de Demi, me mata; es muy miedosa y si sabe que 1o hice sola es capaz de desmayarse clel susto. Thrnbién se me ocurrió decirle que había ido hasta allí con aigui.en, p€ro no quería decir con quién para no meter lapatay, además, eso también era mentir. Así que opté por callarme y escuchar en silencio. Desde que se separó de papá esrá muy pendienre de -No Estuve mi: me pregunta qué me pasa, cómo tomo la separación y no sé qué más. A mí ese teina no me importa, es problerna de ellos. Yo lo único que quiero es vivir tranquila. Y tarnbién me gustaría poder vivir sin tener que decir mentiras. Pero a veces pienso que es la única manera de hacer mis cosas sin que me molesten. Por lo menos, esta vez. Y ahora que mi mamá se fue a regar el jardín,sigo contando. 46 47 II [.lna lrz que rne dijo "hasta mañaLna",la abuela c,e,116 Lapuerta y me qtredé sola en el crrarto de Dernetrio. La torrnenta se había calma<lo y las cortinas blaurcaLs :;e m<¡¡:ia:r con la brisa que entraba por [a puerürvent¿rna. del balc,5n; La abuela lahaVta <§ado un poco abierta par:a que i:orriera aire. Me acerqué a la mesita de 1u:¿.1\11í er taba; rne quedé mirando la puntita que asomaLl¡a deba. jo,Je un cuaderno. Me senté en la cann, prentlí e,l veladc,r Drspués me paré a apa1ar lal:uz grande. Nle vc,lví a.[a cafirír; no podía sacar la vista de aqr.ella Pumtita roia' Esruve un rato así, diciéndome que 1o que pe,rrsaba ha.cer no estaba bien, que no podía ponerme ¿r leer el dia- ric, ,c[e Demetrio, que a mí no me gu.staría qx]e me tro hicieraur... Pe-ro pot otro lado,había Lul:r voz que rne decía que había ido hasta allí par:a lerrlo, y gu,e, en clefinitiva, eso me iba a servir pat'a al,udar a Demi.lñ: sab:ia ilue l:sa voz itra a triunfar sobre cualc¡¡ier c,tra. Así que decidí agarrarlo sin dar más r,rreltas. Estiré la tnano y tiré ,Je la pultita" El diario de Demi cada ve:¿ se asc,rrratla másr. Tiene las tapas bien rojas ¡r, abaio, ern el ,cosrtado derechc,, dice Mi diaric,en letras rloradas. Lo saqüé deL todo.lo torné c,t¡n las mal)os y lo a,::erqué a mi cuerp,o, Jltule: acornodé en lacama. De gotrpe entró un vienl.o por la puertaventa.na qri.re hizo que lars cortinas r;e vol¡.ran. Me a.sustrS y nre quedé rnirándolas por urr rato, Pe- ro la.s cc¡rtinas parecían calmadas. Volví al diario de Demi y acaricié la tapa. Me recosté rsobre e1 :r'espa[d,o, 48 doblé Ias ¡odiltrasr, apoyé el diario en las piern;s y 1o ab:ú.Laprimera hoja esuiba en blanc<¡. Di vuelta Lapi' girra. Y a"l7t sí,url montóIr de letlas azules. Ernprecé a leer. Aungue no tcngo muy buena nremori:r, decíel al¡;o pareciilo a estc,: Mi c,asa, miércoles 31 ale julio. )Ioy es mi cumplea.íías. Y estol escribiendo acá, en m.i diaria,, (La letra me est¿it saliendo paren:ida a Ia <le Demi.) ,Me ht ttcaba,. de regalar mi tía Eulalia.lltli tía. Euh.lia viene de aisitapara los cwm.pleaños y paru ht.sfestas; e'scribo ]:iestas", así llaman en la tell.evisión a ,\{az,idad, Añc, Nueoa, etcéiera,Itero en rni casa no hacemos muchasfiestas; es rnás:, nxm,ca hicimns nirtgana, Cluarrd,o terminé de leer La palabra "ninguna", y mientras pensaba en que para Demetrio las fiestas eran una cosa desconocida., un vientc bien fuerte enüó pot la ventana.l.,as cortinas empezaron otra vez a revolearse y se escuchaba uur silbido. Pensé r:n levantarrrxe para cerrtau- laventana" pero me dio r.rn poco n{e miedo. \/o1ví al diaric.lSeguía. cc,r:r su tía llulalia; contaba que ella se había ido a vivir a lMar Bu,eno par,a independiz,a¡se cl: Ia familia..., f,ero corno el viento continua.ba soplando, perdiia la centración. Decidí le\ant¿rrrne e i¡ a cerra¡ la puertaventana de una'i/ei¿ por:'to,las. Cuando las rniré,las c,orfinas se revc,Man cofilo L<¡cas. ]unté coraje y me levanté. Clarni¡Lé con el diario en la mano hasta l.rr venfarra" Las cortinal; efnpezÍil'orr a rozaÍme; son muy largat, por:que el t,:chc, cc,r: 4.tl alto y la puerraventana rambién. S.g"í caminando y me metí entre las cortinas; sentía que el viento se me metia por debajo de la remera, me la inflaba y tarnbién empezó a revolver las hojas del diario; yo no quería que se arruinara, así que traté de cerrarlo. En eso, una de las cortinas se levantó bien ako. y allí lo vi. De verdad que 1o vi. es Estaba sentado en el balcón. Y me miraba. pegué un grito. El viento seguía revolviendo las hojas del diariq mi remera. También revolvía las cortinas,las sentía en la cabeza y en el pelq me rozaban todo el riempo; el pe- lo se me venía ala caray se me corría de golpe. Era un perro, grande, oscrrrq que me rniraba fijo. Estaba sentado en el balcón, en medio del viento. Los pelos se le movíanaél también,pero no le tapaban los ojos. Enronces, pude ver su mirada: se parecía a la de Demi. Lo juro. Era la misma mirada profunda y oscura. y adernás, era buena. En esq el perro empezó a incorporarse. Me dio rrr*ucho miedo. El viento seguía soplando fuertísi.mo y el diario revoloteaba en mi mano. Ya no me importaba que se arruinara. No me importaba nada, solo que pasara ese momento. El perro se había parado y empezl a dar un paso. No sé si del susto o por el viento,la cuestión es que sentí que la mano se me abría y el diario saLió volando. Vi qr-le pasaba revuelto entre las corrinas agitadas.Y, de golpe, el viento se cahnó. Las cortinas bajaron. El diario no esraba en mi mano ni tirado en el piso. por 50 más miedo clue me diera, tenía que asofnarme por [a puertavenrana, seguramente, habízr qlrer{ado dei ladr: de tfie-ra. ['ero r,rfuera s,o1o esmba el perro, con la mir¿rcla de Demi. )/ con intenci.ón de avanzar'. fi'[e quedé paralizada unos segpLn,Jlos. "Pensé en salir corriend,o a busca,r a la ¿rbqela, aunque no podía contark: 1o d,etr dia¡:io. 'fambién perasé que tal vez: ese perro sería de la casa; d[icen qure .[as rnascotas se parecen a sus afil,cts. Eso esr ra[o, porque Derru:nuffica nos [r¿ü1ó de é1" Pero and.ia saber, quizás era de algtrn pariente que les lmbía pedido <Jue 1o cuidalan por e'I ri/etrano. A lo mejo.q de Xa úa Eulali¿r. En eso estaba, cu,ando entró h abtrel¿1. --(Ifé viento rnás fucrte, ¿1o sentiste? dijo, -me mientras iba hacia la ventana" 'fo no le pude contestar. --Clu:o c¡¡ure 1o sentiste, pobrecita, y encirna te asus- taste. Pero acostate, que lra pasó. lla abuela c.orrió la cortina y rniró el balcón. --,\buel¿l --1e diie yo-, en el balcón había un Perfo. --l\l¡ viste? Es un perro medio satrvaje que a veces aparece. Yr: Le dejo comida, por lar; durfas. Por eso debe de vol.,rer. Pero acostate que ya se fue. -Lueg<r cemó la lenr¿na y corrió las c,¡rtinars. No sé por qué mLe ,Cjlo la sensración ,Je, que esitaba un poco nc::\,iosa. Me me tí en la cama, como me había dicllo. Despr.rés, Ia ¿rbu.ela se sentó a rni laCo y me acarició el pelo. ¿1o 51 -_El susto qr¡e re debés de haber pegado,'pobrecita. Acá el viento sopla más fuerte que abajo, en la ciudad. Pero ya pasó. qué me pareció? *toüy[fu i ¡a ni¿lo(Zenetr, fu -Abuela, ¿sabés m'hiiira? -¿Qré, la mirada del perro se parecía a la de Derni. -Qe estos chicos, -Ay, vos también cuánta imaginación. Se ve que lo extrañás, igual que yo. Ahora mejor apa- go la luz. levantó de la cama y apag6 el velador. A ti.entas fue hasta la puerta. Cuando laabri6,me dijo: querida, dormite salió. -Dormite, -y En cuanto se fue,prendí el velador y corri a la puertaventana. Me asomé. El balcón esraba vacío.I{i el perro ni el diario. Abrí la ventana. Primero, con mucho miedo, empecé a dar unos pasos. Después, con más seguridad, caminé pbr el balcón. Qería encontrar el diario. Pero nada. Me asomé al balcón. Abajo estaba rodo osflrro. Lo buscaría mañana. Cerré bien la puertaventana y me fui a acostar. Aunque no pude clormir mucho pensando que se me había perdido el diario de Demi. Por un momenro se me oc.urrió que se 1o había llevado el perro, pero después me pareció ridículo. Se 52 En la noche del domingo 16 de marzo Qerido Demetrio: Espero que recibas esta carta antes de tu vuelta. Te escribo para contarte que por acá ocurrieron cosas extrañas. Creo que tenés que hablar con tus padres, así ellos habian con el médico. Paso a contarte. Ayer vino tu am€a Guille por segunda vez,ya el fin de semana pasado bar:\avenido iunto con ]uanba. Creo que los dos te extrañan, sobre todo ella, y quieren saber de vos. Para no tener que darles clemasiadas explicaciones les dije que andabas con una gripe fuerte pero !lue, en cuanto te curaras, volverías de Sierra Alta junto con tus padres. Ya sé que vas a pensar que siempre se me ocurre la misma exctl.sa (que te engripo),pero bueno, tenía qtre imrentar alg<r rápido. Al menos, me pareció mejor c¡re decirles que habías ido hasta allí para que el rnédico determinara si necesitás tofirar Sanrecol o no. Escuchá bien mi conseio: contales a tus padres 1o que te está pasando. Lo cle ayer fue muy fuerte. Porque ¿quién, sino vos, se apareció como un perro en mitad de 53 noche? rtr¡er te vi, eras un perro hermoso,'Tb traunsf<¡rmes en lo Ere te transformes, siempre voy a reconc(rer tu nr'irada Fero lo peligroso es que tu amig,a Guille también te vio" Y claro, ¡vos también! Te aposentaste en el balcón, a -r¡r-rién se le ocurre,.. Pobrecita, se pegó trla susto enorme. Por suerte, aurrque la rniraxla dr:lperro le pareció igual a la ttrya, no se dio cue'rita de que erar$ realÍrente vos. ¿Y a qué ser hu*'nano n,omal se le puede ocurri-r ese disparate? Perc, a mí no me engafiás. Y no re engaíies a vos mismo. Es tm s'rntoma derrrasiado grande como para que pase ina<lvertido.Ilc,r eso te insiLst,o, Demetrio: contales a. tus pardres para que hablen con el méclico. También pas;ó orra cosa que me confirrnó que ,ese perro hermoso el'as vos. Antes de la madr:ugada f:ui al cenrenterio a visital a los parientes, 1r¿ que, después ,Je haberte r,'isto transformado en pe;:r(), me vino ur:L irnpul;ro de rociar a todos con Sanrec<¡I,porllue mirá si están surgiendo fuerzas extraiias y alpr,uno de eL1os Logra le¡¿antarse. r\sí que fui; de rnás está decir que ru tararalbuelo Lart te rnanda saludos y éspera fervientemente qlre no te den el famoso y maloliente Sanrerr:l, )., prcr snrpuesto, torlos los demás alroyaron l¿l mociórr rle tu tátara. Pero 1o irnportante es que, encima delapitdr"a cle Ia turrrba de nuestro querido Lart, cncontré tu diario, el cuaderno donrle escribís sobre ru. vida. Estaba cr¡n las .hojas al v[ento y bastante embarrado; me:1o llevé lar 54 para aclentro y lo sequé con el seciador de peLr, así que está mucho rrnejor. No sé por qué 1o hiciste, p,ero vos perro llevaste trr diario h¿rsta allí. Qrirá pr.rr mieclo a que alguie,n l.o leyera. Igual quedate tranquil,r, ![ue a mí nunc:¡ se Ine,¡,cur¡ió abrirlo. ¡r\h! Quería c[,ecirte que nr arrLiga Gtrille se guedó en ru cuarto ¡uroche porque yo la in'vité a clormir; rne vinc¡ a visitar y erlpezó a ,[Iover, y no me par,:ció bien dejar que se Éuera sola en medio cte 1a Xluvia. Además, se puso muy' coüle:nta cuando la in ¡ité. Pero no cfeo que Gtrille haya neídc, ru diario, es una chica rnuy bien El srrsto que se hebrápegado.la pohrecita, co'n el vienro qlue se lle;r,antó y ,encirrra encontrarte a vos err el balc,ón. comro perro. Bueno, ella no se dio cuenta clel todo, per,o cturndo la fui a ver, tenrblaba de rniedo. lúrora rne despido', esp€:ro que t.e encuentres bien.'Y quiero que se pas qtre la p€rsona que rruls Eriero en r3src mund,:, y e,n el otro, sos vos. Lln beso gigante, edu,:ada. u [*É 55 ( ¿)¡nr¡n fu¡ J)onalrit 4ata' \ Mc dio un poco dr: vergüenza eslal abrazá¡lo así oorl Dc,lo, pe-ro,Jespuós no mr: impo ró y J.;L apter:Í:ut poco rnás. Q¡leria que ¡;e calmi¡ra, sábado, ¿por qué s'Jisrrr (:orrilndoi) --me p¡e- -El SLrtó cuar¿lo Yo no sab:ia M¿¡tes lSdcnlarzo --Si los írltimos rusr¡ltados du¡ bicrn, pr.rccle¡ i¡ l¡a hrlso' ,lijo ll rneJic,: c.ra rrr.rf¡.r¡r.¡. crrndo lo.. -.-¡lluelisimo!,-gritó yo. ..,No « grritó lrabcr crt¡Jo u..i1 n,c fr.qu,,¡(, un poco olenclido. CIaro qrre sí, nrc gusra rnlcho cs(c lugrr, p(rfo y¡ cru)ezaron lns clascs. --Ah, bucno, sc v< c¡uc sr¡s mujer tle patas lrlal,:aLs me llevaba por el ceLrnilo; y rri siqujer¿ cstaba se¡ryrc cle qrc o=L r:lla J.r) que yc, había visto. Er vs de <:crtestnrlc:, le proprule que [uér¿l¡os ¡.1¡ triblioteca ¡.lce¡ ¡lllo p a dislllircÜros lui poco. Cr.un<lo )I,::g,*rnos, D,rL,cres lc piJiíi :rl lribliotecalio LLna novda ,lc irlor:. l"a nosel¿ dc ],a feria de divs¡sio1re$ ql.ledará r3n susprsrllo, \¡a no ccr]l{o tie{npo de tcrn'linarla. P<:lo (r,o e9 lo cL<: mcr¡rs. Icn¡¡o r¡.re resolvcr demasiadlas cosal cor¡lo prlrá aodar p-reocullárriome por que laL las novclas. cstudioso. Mc c¡uedó calhdo. Sicrra Alrt es úú l q¡r i¡uv liu. do pcro tcngo qle volrc¡. Lr¡ t[: le ot¡a noahc, corler sin [r'crorl LrJ,rd, )r rrrrrr, rd. p"rr.¡r hl.rrrc.r-...,rr,¡.rnr si hul¡ie¡a estado cotr Ro ch, salc dr Debo ar'cliguar qué es lo que escá pasando. cornr:¡ 1o Hoy le dije a Dolores quc faltab:rr pocos días para ir) .r pu.o ¿ llor¿r Lrrr,'nc,-s h ¡hra.c. 56 (lomi,:nt¿o c{e des¡,e¡¡r,:, vieror:; 2 [ no.ln¡l. Mii¡col:s t9 me úanquilizó un poco. qué «lütcstalrpu [¡s i3r:Las d : coffc4 porse I*ry cl médico r¡( par de preguntar, rúcutras sosterlía e.r:r la nrarro el papd con los último.- r¡:srltados. Crtrr vez con 10 de si me senúa rtu:o írldrn¿¡LeDte. "l\iq rLo",le dije, medio desilusionado. Pero e¡lonces r:or: i¡Nitó a ¡iúi.r del c,i¡sulaor:io )¡, une 1re2t alitefa, lcs dijo a nris pa.,lres ,:1u.e.,'a estábaüros listos, que po&amos irnos. Qrre :ros et peraba e1 verrano n la rmirana <Jc ur¡evo hi7-o un 57 próximo para un nuevo control, pdo que 1itx ahora, si todo sigue así, no tengo que tomar el Sarrrecc,l. ¡Por fin! Papá decidió que nos volvíamos el domingo. ¡Así el lunes ya podía ir al colegio! ¡Por las barbas de'Fatuto!, como dice mi tátara l,arr. Tengo muchas pregunfas para hacerles a mis parientes muertos. Si ellos alguna vez tuvieron picazón y les salieron pelos negros. O si amanecieron embarrados (buenq creo que esa pregunta va a estar de más porque viven debaio de 1a tierra). Y también les voy a preguntar si alguna vez vieron a esa muier,la de los ojos saltones y la nariz punruda, que por las noches tiene patas blancas. ni Dolores ni el bibliotecario la vieron cuando yo la vi, quiere decir que.." No sé qué quiere decir, pero seguro que 1o que significa es algo extraño. ¿Será alguna de mis bisabuelas que se levantó de la tumba? No se parecía a mí, ni a mis padres, ni a rni abuela, rampoco a mi tía Eulalia. Insistq esa mujer es parecida a mi lobo Rouchyasufamilia. Si 58 Carta ür. de Lucila Montes a Guittermína Reyes t + ,t q # -> Mi casa, martes 17 de marzo ca Qerida Guille: Te escribo esta carta para deci.rte que estás bastante rara. No hablás con nadie últir¡tamente. Ni siquiera con- migo. Pero eso no es lo más raro de toclo. Lo más raro es que fin de semana fuiste a 1o de Cata y te quedaste a dormir,y no me dijiste nada. Lo sé porque tu mamá se en- e1 contró c<¡n la mia y se 1o contó. Ti¡ mamá también está preocupada porque vos casi no hablás; aunque, cuando se la encontró a rni mamá, esaba contenta, porque dice que te estás haciendo una amiga nueva, y que seguro que con esa amiga hablás, porque lo que es con ella, nada. Y conmigo. rampoco. Cuarrdo rne enteré de que te habías ido a 1o de Cata, me pareció más que raro, porque en el colegio no te veo hablar con ella. ¿Y sabés 1o qtre estoy pensando? Qe no fuiste nada a lo cle Cata y que es todo un invento nryo para dejar tranquila a ru mamá. Diorio ,Ce Guillerrrino R,ll)¿es lavs¿a C-aa le vcy a Preguntar cómo les fr¡e etr sábadq y si es mentira que fuiste a lo de ella, me \/a a mirar como si Yo estuviera loca; entonces, fii€:voy a dar cuenta de que te inventaste todo. Y si ncr fuiste a 1o de Cata, ¿adínde estuviste? Aunque ílltimamente no te comuniques conmigo y no srrya qué te pasa, por supuesto que 1o sospecho: la separación de tus padres no debe de ser nada divertido. Te quiero igual y te mando un beso, Si vos no me conús, cuando q Lucilq alias Lu i q P +/ .ffi i /\.}\ \z **A @;w I 1 I I Martes 18 de maÍ.zo El domingo se me durrnió la rnano de tantc, que ,escribí. Pensab¿r tofirarme tres días <le .,racacio,:nr=s de cliario, pero la c¿Lrta de Lu m'e deió nre<[ic, des,conceltada, y por eso estey aci dale qr-re dale otra \rcru. X-a primera cosa es que ya se avivó de que 1ro mentí; ¡cXué tarada!, cuando se me ocurrió semejante mentila terrdría que haber pensaclo en I-u. Y la otra cosa esi qtxe me vea tan callada. Yo ni me h.atia dado cuer:ta. Er¡¡ v:rclad. qrre rni mamá siempre me di.rle '¿!pé rle: pasa.,.rrena?; haL,l,á, ¿cómo estás?", y esas cosas, 1, ![ue me ]rilncha basta.rLte, pero más bien pensé que estaba. así de hincha lporqpcr se está separando de mi papÍi, o )'a s(i sri:par6 ¿[.[ ¡sdcr, no sé. Yo debo de estal medio callada, conoo dice el14 porque también lo dice L'u. Y bueflo... toclo fue este verano..A la única que le conté fue a Lrr. La verdad es que no q¡uiero hablar poco escribir sobre esto. Yr lo puse en cste 60 ni tarn- fiariq ¡rero 61 en cualquier mornento cambio de tema. Por esq digo yo, qué se dene Ere meter Lu dici€rdo que esroy calla.da y que Viernes 21de marzo la separación de rnis padres no debe de ser nada divertido. Qé sabe. A rní, [a verdad, no me importa" El colegio está muy aburrido. Esra semana Juanba tamhién faltó porque sigue de viafe con su papá. Sin Demi y sin Juanba, el cole no tiene gracia. Para colmo, ahora Lu está re amiga de Cata y en los recreos se va a charlar con e].la. Yo ni me acerco, por las Jueves 20 de marzo Lu me mira todo el tiempo de reojc¡ pero cuando yo la miro, desvía la vista. Está esperarrdo que me acerque a hablarle y contade. Pero no pienso hacerlo. Si quiere saber algo, que se acergrre ella. Encima, ayer la vi charlando con Cata en el recreo. La f.ulminé con la rnirada y ella me la sostuvo mientras Cata no sé qué Ie estaba diciendo. Me quedé paralizada. Si le prep.rntaba algo a Cata, estaba frita. Enseguida me di cuenta de que no le había dicho nada porque, si no, o Cata o Lu se hubieran acercado para decirme algo a mí. Bueno, al final qué. Si me pregunta le digo la verdad. Qe fui a 1o de Demetrio y listo. Lo peor es que si le digo la verdad, no me va a creer, me va a decir qrie con lo miedosa que soy no me animaría a ir sola hasta la casa de la montaña.l,o que no sabe es que ahora me animo a muchas más cosas de las que me animaba antes. 62 duclas que nne digan que soy una menrirosa. No pienso contestarle la carta. Tbdo este lío porque su mamá es una chismosa. 63 rts de Doflores Bartis ffa {Ei¿it*-' o Demetrio Lm,tov Sierra Alc¿r" Lr.rnes ?4 cL<= rrrar'¿:,a Qgericlo Denletrio: l[yer te fuiste Sr ya te estoy escribiend<¡. Sé qu,: s'alierc¡n a las ocho d.e la mañana, me J.o dijc, la cL: 1¿r innrcbili.aria, Comt¡ al finai n{f, nos virnos, me fi¡i hasta la c,¿sa )'ya no los encontrá. En cambio, encontrii un ftr :rbuella, ,cuiando ",(ngela just,r Laitov". Se ve que lle¡¡li, {ie dice' fueron, te lo marr<io con mi carta. lldemás te que-ría contar otra cos,tr. Cuando vc,lví-a de tu carsa, buenr.,, de la que alquil¿tron, y entraba ,jte rru,er,'o al pueblo para ir a la inmoLriliaria, dos cua,Jras anfes c1e laplazamle crucé con esa rmuier. Estol'segura de que era e[la, tr;r que n-re diiiste c¡r,: estabzr e;nL laL bisobr:e ¡rara vos, eJ renri.tente creo c[uc: es de blioteca. h,lunca ant€:s la había visto por el prueblo. ]{i ahí. era la tÍr de Alberco, como te había dic,ho antes. Escábarnos a una ,:uadra de clistancia y así y tor:lo pude sentir su mirada fuerte" Un.os ojos redondos y un poco Fuer,a de & clavaron en rnis ojos. No sé por qué rne dio miied,c. Igtral se¡¡-rí caminanclo coxrro para cnuárrnela, quería pregr-rntarle algo, averigurar de dóncle era. En esrc dobi.,:i, y:r no la veía rnás" Me apuré pa.ra llegar: a la esquina, y aplenas lleg¡ri no lmbía nadle, nLo est¿úra" ¿Adónde se hat,:ría nreticlo? No es una filadra d,: negociosi, ¿era qr¡f «:asa podría estar? SulNrngo ,1ue delrr. de ser pariente' de alguno de los de ,:sa cuaclra., así que algui:en ya me contará que vfuro una tía ,.le otro pueb[o a pasiar urlos días acá. Enton,;es no viste rrisic,nes, y<r rnarnbién vi a la muier, suponien«Jo qrre siea la misma, claro. La mirada que terúaL me,pareclLó rtru.r¡r ¡f5¡6'riol;a, ¿a vors te pasó lo rrrisrnr:,? Encirna, «rnr¡do.nne cllvuelta deciclida a ir:mr: a mil casa, rne saltti un bicfro al cuello.l§o sé qrré fue, d,:be de haber salido de,un árbol, Me picó muy fuerte porque me dejó un;r roncha que ca:la tanto me rasco. Ojali'yue,1.¿as un día ,r Sierra l\lta. La verdad es que nunc¿r tuve un amigo c()mo vos. En el alr:nacén r:s,c,u.ch¡3 decir qu€: eras raro. QyLe siempre anclabas sollo y eras nle,Jrio prálirfo. Nc, es'verdad ,1ue andabas solo porqu,e estabas conrn.igcr; íb¿unos a tcfdos lados jtrntos. Y lo de "medio páliclo", depende; me as:erdo curndo estábamos en la plaz,a y te daba el sol,los r:achetes se te polas órbita.s sq: nían col.oradlosY s;i'y<rs sros raro, so)r no me importa, yo tarnb,ién rara.IVIuC:as,\/eces m'e siento diferente a los dernás. ra rr¡-í 65 Buenq nada más te quería decir eio. Espeio quc contestes rápiclo. Te extraño, {bwa Í¡>rw*,riofu [ .;' á' 't' ': ,,oi %Dotores ..,"& ü-?,.;;.,. 8 Desde mi verdadero rincón, domingo 23 de marzo Por fin en casa. Hoy fue un día muy largo. Al final sigo escribiendo en el diario nuevo, en el cuaderno que me compré en Sierra Alta. Apenas llegamos, mi abuela me hizo subir a su cllarto y me dio mi otro diario, el rojo carmesí. Estaba ernbarrado.,{.ntes de que pudiera decir nada, me preguntó si había recibido su carra. - ¿QSé calta? mandé una cartay te ponía que había encon- -Te trado ru diario arriba de la rumba de tu ratarabuelo Lart, que por eso estaba embarrado. hacía mi diario arriba de la rumba de mi -¿Qgé tatarabuelo si yo io habíadejado en mi rnesita de luz? lo sabés mejor que yo. -Vos no 1o sé -No, -le contesté con rabia. ¿For qué ncr me decía Ia verdad en vez de hacerse la misteriosa? -Ahora estás recién llegado, ya vamos a charlar tranquilos. Llevate el diario á ru cuarro y deshacé la valija. Separá la ropa sucia, por favor. 66 67 rIi,¡ unL besr¡ corr un empujoncir-o para que enfilara hacia mi cua.rto. Yo me fui con el diario embarrado ,:n 1as man¡s.l\4e acordé de mi cu€rpq que también hatia. terrninarfo ,emb¿rrrado e]. otr,o cirmingo a 1a madrugada. ¿Nos estábamos enterranclo mi diario y yo? Halr'ra rnuchas preslntas que ,1uiá mis parientes muertos nrxe p,rrfrían corl:ttestar. A [o mejor. mi abuela sería cryMde aclararme algunas cosas. ¿{f3é me habrápuesto en la carta.? Ycr nio recibí ninguna. I1mpe,:é a hojear el diario" ¿Mi abuela habría leído algoli' (\redalban l]crcas páginas en blan-rco y decidí que mejor seguía en el. otrr:. El cuaderno cualquiera ya no me parece más un cuaderno cualquiera, sino mi diario; 1, a mi prim<:r dia¡ic¡ 1o veo corno a un recue¡do. lVl,e Así q¡ue e:n lar p»rirn,:ra página de mi diario antiguq arriba de todo, a¡geg.r,ií en letra cle imprenta: ¡ cierro de nuevq aparecen. Tienen olor a tinta. O no sé. ;\ 1o mejor la que huele es la lapicera con la que estoy escribiendo, el regalo que mi tía Eulalia rne trajo del '¿iaie. Flace rato que n«r la usab4la encontré en el cajón iJe la mesita de luz, como si se hubiera quedacl«r esperándome. Las patas blancas también me esperan. Me persiguen. O soy yo el que las persigo. 1 I { I ¡ I Rouch lne está llamando, aúlla como urÍ lob,r delante de la luna y debajo de mi batrcón. Mejor me voy a dar una r,,uelta en vez de seguir irnaginando patas con olor a tinta. Me asomo. Por primera vez no me viene a buscar solo. Hay alguien más que se esconde detrás del aromo. Satrgo al balcón con el diario abierto, escribiendo. Voy a cerrarlo y a levantar la cabeza, a mirar. ¿fuién rnás anda ahí? Es otro lobo. Dn¡nsrnro Lerov 1." ETApA Y en la prirneraL página y arctbacle todo del cuaderno, ulalqrriera, o s,ea, rni cliari.,c actual, puse: Dnrranrnro Leror¡ 2" srRpe Estoy canr;ado 1', ctrando cierro los ojos, veo patas blancas que oorren de;¿cá paraallíy dejan mai-cas por todo el cua.rto" Cu¿ndo los abro, no h.ay nada. Y si los 68 A la madrugada, después de ir al cernenteritr \ruelvo iadeando. Apenas me trepé al lomo de Rouch, salió disparado hacia el bosquer por la dirección que tornó, quería ir a las tumbas de mis parientes. "¡Frená!", le grité, porque de golpe, en eL sendero, apareció ei 1obo que se había asomaclc, por detrás del aromo y con un movim.iento de cabeza nos indicó que lo siguiéramos. A Rouch le clio miedo v se quiso retobar, pero yo 69 apretélos talones err su panza indicándole que ftrera detrás de él;moúacle curiosidad por saber adónde nos lle- varía este extraño. A1lá quedó el cementerio parenreril, a un cosraclo. Nos internamos en el bosque; las pisadas hací¿rn crac en la pinocha" Cuando llegamos hasta el bosque de los álarnos, nos meti¡.nos. Nunca antes había ido con Rouch míis allá de los álar.nos, porque hasur de día es muy c,scuro. Ni siquiera en la ronda de lobos nos habíamos metido tan adentro. Subimos una LonrLa, un girc, alaizquierda. Máu y más oscuro. Se nos cruzaron cosas en mol,imiento y chillando que supuse eran murciélagos. Mientras seguíarnos avanzando, me preguntaba qué querría aquel lobo de mí. Luego empezarrros a ir más lenaa, me pareció que estábamos por llegar. .A lo lejos, se veía una luz. Seguirnos hasta doncle estaba laluzy no.s metimos en la l¡c,ca de una cueva. Avanzamos un poco más hasta que fuimos a da.r a. un espacio grande e iluminado por las erstrellas d.e la noche,; la luminosidad entraba por una aberrula rJel t.:cho. Y justo rlebajo de un rayo tenue, estaha ella, recostada en una cama de hojas. Una loba de patas blancas, el hocico puntiagudo,los ojo.s saltlnes, Pe;gu.ri un grito, era ella: la muier de Sierra Alta, la misma cara, ar.xnqr.re f¡.rera una loba. Por ahí cerca se sent(i el lob,r que nos había llevado hasta allí. Me miró con sus ojos transparentes, de los que me pareció que bro,- una chispa. Los dos,la de cara de muier y el 1obo, rne hicierc¡n un gesro con la c.abeza. Me bajé <{e Roucil y me senr;é en el piso. por fin la loba, -.-Necesito que me ayudes -dijo L:ofl una voz aguc{a y algo de aullido. --¿Qé puedo hacer yo? -.-dije, exrrañado. Exrraña."iísir¡o de habiar con un ser asi, con cara de loba parecida a una rnujer,la misma que había visto de cueryo ontero en urr pueblo, con las rnanos cargadas de bolsas, cofir.o una aparición ql-le nadie, salvo yo, veía. --Sos el único que puede converrirse en un animal corrlo rlosoEr:os. Por fin te encc¡ntré. -.¿En iur qué? --\bs sos más perro qrre iobo, porque terrés mucho ..Je humarro. Lo miré a Rouch quc me rniraba recostado en sus patas; norÉ que teuía miedo. Miré al otro tro:bo, parccía viejo; y él me miró también. cornt: diciendr: "entiendo las palabras, pero no puedci hablar porqrie soy lobo".. Y entonces la rnujer, taF¡a ¿q,.1é era? --Qredarnos solo dos así en el mundo. Tbn porentes. \¡os y y'o. El ---hiza un gesto con el hocico señatanclo al lobo de los ojos transparentes- no nos ltrega ni a los tobillos o, meior dicho, ni a las paras. CfoLé cosa rara somos esa mujer y yo.Y qué cosa rara es el otro trobo, aunque ilo nos llegue a las patas. 70 71 il Ir ,l ). estoy'enferma y'débil. El úni.co,fuerte sos -Y vos. Yo, hace muchos años, elegí ser bestia paura. r;iernpre. Ahora te toca elegir a vos. Por un momento pensé que en vez de a una cuc:va, h,alríamos entrac{o a un m'¿¡ricomio, y que yo ,:staba tan loco como 1os que se encontraban allí es 1o que tengo que elegir? --pude pre-¿C{yré sl.rrtar con timidez. ._Ya te vas a dar cuenta, cuando te vuelva a Pasar. R:rr¡ tendrás que estar aterrto, Para que no creas que es un sueño. entienrJo de qué escamos hablando. Por qué -No sos loba parecida a una mujer. Y... la misma raz6n que vos sos chico y perro lobo al mismo tiempo. lobc,? -¿Perro somos los dos varnpiros., De los btre-Demetrio, nos. Y los varnpiros de primera tenemos nuestro lado feroz muy desar¡o.llado. Con el tiempo, adernás ,Je en perro lobo, tambiérr viu a poder convertirte en ururcié:la- -Por o en ¿lgún insecto; ya verás qu(: útil qlue es poder ser diferentes animales. Pero pa¡:a iempeza:. estí rn.uy bien que seas perro lobo. Eso sí, si elegís ser animL,al, tendrás pocas opornrnidades de ser humano rle ntrevo. Aru.nque no vas a extrañar nada el hecho de ser chico, ¿quién quiere ser humano si puedeser un montón de c,tras cosas? Yo me coil¡ertí en mujer para lJlamarte la E;(,, 72 atención, err esa mujer de pueblo que viste en Sierra Alta" Corno r.,erás, soy mucho rnás ]incla corno ioba. Por suefi:e,la con¡¡ersión en humana me dura unos minutús, r1o puedo ser mnjer pol un, rato largo. Ahora anrlate, que Rouch te lleve de vuelta. Ya nos volveremos a encontrar. ni I por favor, de esto. ni una palabra a tu y menos a cus parientes, a los que tienen encerraclos en esa.s tumbas. Vampiros de pacoti[1a, dejarse encerrar así. Vos nunca permitas'que te enaLruela a rus padres cierren en una turnba y tampoco tomes ese remedio qr.re les dan a tr-rs parientes, ese Sanrecol o cor11o se 11arne. No neL-esitás un remedio-que te conúole los instintos vampirescos, vos solo los vas a poder controlar una vez que tomes conciencia de ru poder. "-¿Y por qué no puedo hablar con nadie? ¿Contarle a mi abuela. por ejemplo? --No lo hagas, Lror el bien de tu abuela. Al menos hasta que no domines tu propio poder. Nlientras no lo manejes conscientemente? tu poder puede enferrrlar a las personas que más te quieren. Si ios vampiros pudiéramos morirnos, estar mal cle salud no sería tan gmve. Pero vivir eternamente y enfermo no es cosa fácil. I)espués d.e decir esto,la mujer ioba tosió tres veces. trtouch se incorporó y me subí a su lomo. El lobo viejr-' tambié.n se levantó y comenzó a caminar hacia la salÍda. La loba muler se había quedado dormida. Me subí 73 I a t a trl.<ruch ), salimr¡s d.e allí a Ia disparada; al lobo viejo lc, perclimos ein la boca cle la cueva. Yo estaba impr,esionadc',, más que impresionad.o, y cuarrdo llegannos a la :rltura del cernenterio, Rouch frenrí 1' d:io vuelra --No la cabez¿t pa.ra mirarme. te preoqJpes, rno volF a decir nadE nr quiero qrre nadiLe se enfi:.rm,g" Pe::o tengo muchaLs ganas de salud¿ud:,s, hace raro que no habftr con etlos dije, sin sa- -le ber cuánto cle tcr,:llo esto po,:[ría entender rni lobo-. Estoy conftiLn,clidr:r, Buouch, rnuy confr.mdido. .En eso, me hajé de Rouch y me acerqué a su hocico. sos loho del todo o sos chico lobo? -¿Vos R,ouch abr:ió la' bc,ca v mr: pegó ul lengüerazo desde eI menrón hasta la frente de mi c¿rra de ¿chico perro loboÍ' Por el nlorrrsnto decidí pon€r un punto para ¡6 5,:grrinc¡lr¡iér¡.rl.orne 1oco. Empecé a caminar hacia las tumbas con R,.ruch detrás. rm fuerte aplatrso irrc prCIdujo urr revolorcc, de rierra alrededor de cada rumba. Estat¡an contentosi de verme. Me al,:,gré de estar otra vez con rni fámiliar), me puse en el centro del semi,Anrenas llegué, r:r:re r,ecibió cfu:cu,lo que l[ormarrr las quince tumbas. tes rTre mLe aplaudlíian como si yo fuera hic,: urra Qince parien- un rey. Entonces re-l'efenci.r,r. Lart. Se escuchalon otros "bienvenid,o," haciendo coro al de ¡¡rif tátu:a,prerc» nLin¡¡rno con una voz tan profunda. ---Bii.err.r,enic[o ---com,enzó a deci-r e]. tatarabue-lo i En'rpecé a hacer otra rev'erencia, pero no me anirnaba a hahlar; 1o que acababa de vivir con la loba me había dejado medio mudo. -.¿Y entonces? -preguntó mi tátara" Ei silencio duró por un buen rato, hasta que dije: nada, no tengo que tomar Sanrecol. -Y entr¡nces, así --contestó el tátara-, i[ue no re anden -N{ejor danrJo porquerías. --Aunque pensándolo bien, e.so puede significar dos üosas rni tatarabuela Argenta, enterrada a su iado. -agregó un malhumo- poco -¿Qé -preguntó rado el tátara Lart. No le gusta que nadie ande opidos cosas? narido sobre 1o que él dice. si no le recetaron Sanrecol, quiere decir que -Y, lluestro estimadísimo tataranieto no tiene nada, pero absolutamente na«la de síntorn¿s vampirescos, g que, por el contrario, está tan lleno de esos s'rntornas que es capaz de engañar hasta a los médicos, y entoflces, en cual,luier momento, se convierte en el vampiro más tuerte del mundo --La última explicación es la única posible ._gritó rni titxa l,art. f)esgraciada-rnente, después de la cornersación con ia rntrjer [o[ra, cada vez me, convenzo más de que rni tá- t'ata Lart tiene razón. Pero ser un rrampiro fuerte no rne lrace feliz, naóa felí'2. 74 75 I I por qué nc, dejzrmos r:[ tr:-ma, que I)remetrio está cansado -l{ijo mi tía bisabuela Niní. .Le agradecí con etr pensanniento,.[a verclad es qrJe esta.L,a cansado, est.oy cansaclo.l\o entr:nder córno s<¡n las cos;as cansa mucho. De todas maneÍ'as,luego de [a i.nter.',enci(in d,e nri úa bisabue.la, sigui.eron hib,l.anclo to«los juntos, como gallinas, --Pero si recién U.g"... m) títatal(crmualdo. *-Sí, eso, que no se vaya-dijo toda.¡ía rni táta-ag.rqgó ra l-eticia. Demetrio, ¿te dieron ganas de clarrarle los -Contá, colrnillos a alguna chica iiltimarnente? *-Pcrrque si rna1n,: recuerdo, el año pasa«lc, qr-rir;iste chup,rrle la satrgre a tu compañera y amiga, ,;,:óln{l se llarnaba? ¿Guillermina? Y así seguía eI revuelo, que estar vez era de voces. T'omé la regadera y empecé a regar r:on Sanrecol. -Buenq si todavía es ternprano, rro te vayÍrs. --¿.ñr'vas a ir a hacer "[a ¡onda con los l.obos? |,1o, no i"ba a hacerla. Ba;ta de trobos por el momento. Eimpecé a carninar en ilirecciól.r a la casa. --¿lQlé te pasa, Dernerrio, ya no re gusra la noche? --N{mrn, terno que la primera cxplicació.n, la d,= que nuestro tataranieto no renga nada de,v,.ampiro. también pue,:le ser posible --esta ú.ltima voz fue la de mi táuaraL,arl. Íius palabras rne hirieron tan hondo como la prolun.didad de su voz. Era la primera vez que é1 cl.trdaba de que ),'o fuera un vampirc, de ie.y' -Pero A1 lle¡¡aLr a rni, cuarto, sentí que la puefta del cua.rto de mi abucla se cerraba- ¿Illla sabría algo de todo est,o? ¿Conocer'ra a la mujer Lob¿t? Mañ:¡na sería otro día pará ps¡5ar y segui,r investi¡purdo. Alrora, con 1o poco que nos re- queda d.e noc.h,e, \/oy a hacer el im:ento de curar la herida que rne d,:ió ml átara l-arr con sus írltirnas galabras. -¿Cblé,qr.rieren,,Jeiamc,s estúpidos? --rs,e sullftrró 1' tengo, qu.e tratar de entender por qué el hecho de que mi táñantl,art piense cpe a lo mejor no soy unl \/er- -¡;R:ro gó a todos! si ya'vino tu parlre más ternprano -gritó ¡F mi tátara Argent.a. mi tátu:aLart. dadero vunpi.ro me hiere tanto. 'V'entonces rne acordé de las palatrras de la loba mujer: "\rampiros de pacotilla. f)ejarse: encerrar así". A 1o nnejor algun día rne encerraban así, cilebajo de lla tierr:a, rní tarnbién. Y nle dio pena, mucha pena, ). clejé gadera a un costado. a --Mejor 76 me r,-oy a dormiLr, mañana vuel.yo l.a --les Primer filarres después de rni lleg;ada re- di.ie. Ayer rne tomtl un d.escanso: no escribí. Uno,porque al dla cc,n la Earea, a.sí que más que cuve que ponerm€ 77 nada, escribí en el cuaderno de cia;e. Y dos, para descansar un poco la mente. Tampoco salí a dar vueltas con Rouch después de la otra noche. Esperaré al tin de semana. Pero eso ahora me causa un poco de ternor. to indicado-. .,Un perro que era yo? ¿Te volvi.sce loca ruando no estábamos? no querés hablar conmigo, hablá con tus pa.-Si dres.: con el médico. Alguien tiene que averi.guar qué Antes,lo que más me gustaba era andar con Rouch y está pasando. hacer rr¡ndas debajo de la hrna con los otros lobos. NIe parece que las cosas cambiaron; sé que si salgo rne voy a crLuzaÍ de nuevo corr esa loba rnujer. Encima nopuedopreguntar nadaNo quiero hacede mal a nadie, aunque no entiendo por qrÉ mis preguntas ie pueden hacer mal a aiguien que me quiera- Tengo que obedecer hasta no saber bien si esto es rgalmenre así. Y no sé por dónde empezar. Mi abuela intenta hablar conrnigo todo el tiernpr:: si nos cruzanoos en la cocin4 me voy para el cuartoi si salgo al iardín, viene detrás. Entr¡nces me pongo a correr co- mo si hiciera ejercicio. Apenas abre la boca., salgo con crralquier tem4no quiero que mepr%unte,para no mentirle. Ayer a la noche entrrí ami cuarro y fue directa: tendrías que hablar con tus padres, acá -Demetrio, hay algo que sale de 1o normal. -_le contesté--,1o que sale de lo nonnal -Abuela es nuestra familia" Y para eso sí que no hay remedio. ' --Estoy hahlando en serio. Estoy segura de que el perro Íiue apareció el otro día en ru balcón eras vos. *¿Qé estás diciendq abuela? -le dife con rono de burlq mis dotes de actor florecie¡on en el momen78 durmamos, aLruela, y rnañana averiguamos. Per,: no dudes en contar conmigo si necesitás avuda. -_Gracias, abuela -cuando terrniné de decirlo, ce116la puerta. Claro que necesito su ay.uda, qrizámás que nunca, v no puedo abrir la boca. Tengo un montón de preguntas" Por io prontq ¿cómo es que vio un perro que supuestamente soy yo, en rni balcón, mientras me enconffaba en Sierra Alta? l,a loba muier también me d.ice que soy un perro. No logro unir las piezas de este rornpecabezas. El que va a averiguar qué está pasando soy )¡o, abuela. Y a mis padres, ni una palabra. Lo que puedo llegar a decirles son cosas deshilvanadas, suposiciones, sensacionesr pero todar,ía nada coherente. -Mejor bien, te dejo tranquilo. -Está I I I I { Prirner juev'es Tanto que extrañé a mis compañeros y al final no conté nada de mi vuelta a la escuela; empiezo: al papá de Juanba se le alargó el viaje, por 1o tanto, Juanba 79 I no apaueció por el colegi.,o. Según Guille, raos tufirarnos para falcar: Gtrille se puso muy contenr¿ üranclo rne vir¡ enlrar a la clrse, pero enseguida me di cuenta de que a¡r,:la mr:dio üfistona, se Le nota en la mirada. Cadla vez {{trr-' rr).r.: acerc.o a charlar, me comenta cualc¡rier cosa y clespurés termina llamando a :rlguno de los chi,::or;, como si l,:r,o «¡risiera hablar e:n serio conmigo o rxr pudiera deci-tme lo rlue lte pasa. O quizá tenga atrgo er:r mi co,ntra. ñr sé, pero está hr¡idi.za. Igrrl, enseguicla rne clio tc,da la tarea que habían hecho para que la fuera cc,pianclo, y me pregnrntó córno me había ido por allá1. Yo le cr¡nté sob¡e Sierra Alta, il: hablé del pueblo chic.o, de las sierras que hay cletrás, de la biblioteca, de D,¡l,cres. Cu.¿;Lndr¡ le n,:mbré a Dolores, me dic., la irnpresión de que se puso un poco celosa. Primero, no me dijo nada y me l,reglrntaba sobre tra hiblioteca o el a1nnrar;én,,r sobre l;rs; sietri», pero desprÉs, como disirnulane1o nre dijo: --,ü t.ll,:vah¿rs lbierr co¡r esa chic,a "Dolores"? _-Y sí c<¡n,testé--,1xrr suerte, porque fue la úni-l.e c,a am:iga que hir:e. Ela tan chico el pueblc, que casi no Primer viernes tc,cilr¿vía había gente. I.,a ,sonversación puó ahí. )l yo me quedé con las ga- nas de qu,e nle contara un poco más cle ella, dijera qué es lo c1,: que m€ le está pasand<r.llueno, a.hora dejo de er:¡cribir Prilque si¡¡: con t:uea atrasada. Cuando r.uelva luanba, va a tener que hacer 1o mismo, pobre. 80 <1ue Hoy al volv-er rfel colegi.q había recibido una carra de L)olores. A1 abrirla me topé con la sorpresa de que en el sobre rrenian dc-¡s cartas, Lrna era la que ella rne escribió; la c,rra era la carta de mi abuela..l\ntes de mi encuentro cr;n la mujer loir¿r, hul¡iera pensado que rni abuela estaba loca, pero ahora sá que muchas cosas son posibles. 'lambién empiezo a comprender orras cosas que no rne gusiaría cornprender. Parecido a esa mujer... No me gusta sarecerme. ¿Iengo i:ntonces qrre elegir? ¿Por qué ella Latrrá elegido ser loba en \¡ez de hun:a.na? Y Dolores me cr.renta qrre la vio. No me caben dudas de que era etrla. No irrt: gilsfa es¿ rnujer, o esa loba, y rnenús que se aÍlarezca erl Sierra Alta. r-rre d¿ descr:nfianza, ;quÉ querrá hacer allá?' cuerlta mi abuela, ]uanba y Ciuille estuvieron en casa; v encima Cluille repitió la visira, y no ,4.sí que, según rrre r-li1o nacla. Espero rlue rx"r haya leídcl ni una página mi cliario. ¿Estará rnás r:s<1uiva conrnigo por:que se enterii de algo? 'Iarnbién es otra cosa que tengo que ;rveriguar.Ile rorlas Íralleras, fio creo que Guille s", u",Je paz cle un¿ cosa asi. Es rni mejor zurriga y eso sería traición" Y sesún mi abr-iela, no se le pudo haber crruz.adcr pol la cabeza que )¡o era el perro del balcón, más allá de que lo.¡io pan:ictro a n-ri. Qé ric{ículo. ¿Ltn perro parecido a rní? 81 perro lobo, parecido a la mujqr loba?, No voy a perder más tiempo: después de la cena salgo a buscarla- Voy a exigirle que me dé más explicaciones. Y la gente sigue diciendo que soy páIido. Tanras cosas tendrían que decir de mí... QLe solo digan que soy pálidq qué irnporta. Correo electrénico ¿Yo, de Juan Bautista Gutiérrez a Guiltermina Reyes De: [email protected] Para: gui[[er@ polaris"com Fecha: 27 de r¡¡arzo Asunto: Viaje Querida GuiU.e: '¿' ¿Cómo estás? Espero que ande todo rnuy por bien attá. Yo pon rni parte terngo una sorpresar ¡mi papá tiene que seguir viajando! Así que conünuamos tomando aviones. La empresa quiere que siga üsitando posibles ctientes, ¿y sabris adónde l.o mandan? ¡t{ada menos gue a Mrrldestévora. e[ país de tos parientes de Dernetrio! Hablando de Demi, ¿ya votvió por e[ colegio? Si volviü, nnandale mis satudos y contale que voy a ir a visitar e[ pais de sus antepasados. Estoy muy nervioso, llarece que el viaje en avién dura corno dieciséis horas. E[ qrue hicimos hasta acá duró tres horas. At principio, antes de tomar este avién, creía que tres horas era un montén, pero se me pasaron súper rápido. Ahora [o que me parece un montón sr¡n dieciséis horas. 82 flon mi papá sacamos muchísimas fotos. Yo [o acompaño a ver a los ctielttes, pero después nos vamos a [a ptaya y nos tiramos en [a arena a tomar jugos de fruta que acá son riquísimos. E[ agua es bÍen transparente y a veces hay olas para barrenar. Decile a l.a seño que te rJé más deberes para mandarrne y contale que me quedaré unas semanas más: \fa les contaré de rni siguiente andanza en este üaje tan aventurero. Y cuando llegue a Motdestévora voy a comprohar si todos {.os habitantes de a[[í son tan páti- Dicrrio de Gvillerrrrincr Reyes Luner;24 dos como Demetrio y tan particulares. t.ln beso a todos y uno especial para vos. 'fa ¡Qé alegría! ¡Volvió Demi! estábarnos Juanba ILIII I f, f, I I en clas,: cuando encró" La puerta tstaba cerrac[a. y' en eso se abre y aparece la cabeza grand.ota de I)emerrio, casi me desrnÍryo.TbJos hicirnos uhhh y aplaudimos)r nos reímos. Demi por sLrpuesto se puio color'adr:. En ex. recreo estuvimos charlurdq perq clarq conro yo r]o Ie había contado nada que había estado en su cari¿r, n.o me sentía y no sabía mucho dt,:cirle.ll[e contó cómo lahaUtapasado en Sierra Alta. T¡.mbién conoció a una chica all¿i que se llarna I)oltres,, Ojalá no guste de ella, cómoda «1ué Jueves 2,7 de )miLt'z<) Por fin llegó mail dr: Juanba. Le ''¡o)r a co:ntiar a Demetrio que |uanbava ,a ir al prús de sus antepasados. Pero ahora rne voy a apurar porqpe llego tarde a[ cole. 8.4 85 De vr.teX.¡.;l {3n easa No le hir-r¡ muchagrxciaa Demi ,:uando le dije qure Iuanba iba rumb* a su patria, §1¡s:nt),, alaytatria d*: stts an(cr:stros. Fcrd.ría der:irse que hasta puso cara de sust'o. --¿No tenés algún parieute tod.avía por allá? -.[e dije-" Si le prsás la direcc:Lón, JuarrLoa lo puede ir a visita¡i; -"--No tengo la rli:rección de ninguno --rme cofltesó--. A<jlernÍis, nr:,sé en qué estadc, esrrarán. -¿Cúrno en rnué estado? ¿En ese país hay provin- cias o esrados? _-No sé,la ver:dad es qlre no sé. Le voy a p.reguntar a rnis padlres a v*:r si qrreda. algirn y-rariente por ,al1lá. A.urrr.que n«r sabe que ---grité. Mr: sent-irmly mal c,;ando Demi rne hiz.<¡ esar pre- -¡¡¡Nooo!!l gurlta,pero <,ra .la'yer,*ad,.no lcr ga,Jo a h:rcerl,o, p,rr aqueJ. había leíc[,r.l.tro había viento que sie 11e- Levantó. Después agregué: ÍIo creo,qrre,ryrede ninguno" ---Dal.e, pregu.m[ales. Sería dive:rtnrto que J'ua.nba c<¡- nociera algún prirno ülyo o algo así. ---s;í. Iue mi nramá me fui .hastaalfi so[a. riJbrriamenr€, su abuela yaLe har\íacontado. Le diie que hahía. visro un perrci en su balcón, que renía los misrnos ojos c¡re é1. Ahí sí que se puso ne.rvioso y c¡riso carnb,iar de te.ma. pasil corr ese ¡rcrro? --terrniné pregu:ntiin-¿(I¡é dole yo. "Pero é1. no rne contestó; en cambiq me tornri de un braza y me dijo: ia verdad: ccrando €,stlrvis,te en casa, ¿,f.e.íste -Decinne mi diario? tara a nadie porque u.n "sí" del:,iltichq col]oo dicien,clo "o,ia[:i que nr:i'. -Y Alta. adennás, seguÍo que 1o tenías con vos en Sir3rra. claro --me contestó y entró a la clase. Con l,c «1ue le dije ai final me senrí peor: yo sabí:r -Sí, que no lc, tenía en Sierra AIm, pero fue 1o único que s(l Es r,aro. me ocu:rrió p:il:r que rnc: creyera., rli,ernes ll,8 Lu ni me habla y está tcrl,rr ei día cc,n Cata' C)c'n el. í:rnico que char.lo es con Derri.[. Al linal,le,corlA,hr:r*¡ té Ere había estad«l err su cirsa, pero [,] predí qtre fto le con86 Sáb¿rd.o 29 de )rrr¿,rr'zo Es verda<,[qr]e no 1o leí. Es ve.rdacl {Fre r.rc,.[o ]eí. Me lo:repito rtoclc el tiempo porque e¡;a ide,a.nne tortur¿t desde que I),¡mt me [,regunt(i. r\hora. rne arrepiento de mis 87 de Juan llauti¿¡ta üu ht\')§b Guill,erntinu R"eyea ,y a Detnetrio intenciones. Buenq a cualquiera iepuede pasar, rener ganas de hace¡ algo que a uno no le gustaría que le hicieran. A mí no rne gustaría que me leyg¡m mi diario. ñle salvó el vienro, y también ese peffo, de hacer una. cosa de la que después me hubiera arrepefltido, Demi me dijo llue no ie queda ningún parienre allá, así que le mandé un mail a ]uanba para avisarle que no le había conseguido ninguna clirección. Además Le mandé un poco de tarea qpe Ciaudia le preparó.Y la pregunta de Claudia: "Pero ¿cuándo vuelve.r".hicoi". li,txtlt¡, deade Motde dteuora Sábarfo 2'? cle rnarzo Sigo pensando bastante en ese perro" Era raro, parecía htrmano. Ya sé que 1o vi solo un segundo, pero rne atrcanzó para que cruzáramos las miradas. Y a é1 la mirada le hablaba, no rengo duda de que era igual a la rJe Demi. Tengo ganas de enconrrármelo alguna orra vez. Si lo veo, le voy a aLcanzar comida, como hace la abue!a,paraque vuelva a buscarme. I I I I i I B8 Mis estim.adísirnos Guille y D,emi: lncluyo a Dernetrio en el encabezado porque calcu1o que a esta alrt¡ra yahabrá,vueltq y si nq Guille, lee1e esta c¿uta cuando final¡rente vuelva. No pude lee.r los mails, si es qrre tne mandaste alguno, Guille, ya Ílue nosl fue impor;ihle enconuar un cíber. Prime-ro, porque rtadie, absol,uta:mente naclie, nos entiende. Los habitantes de este ftr¡pr tienen un idir¡ma ralsirno que no se pixrece en nada al nuestro. Cua¡'do pre¡iurltábamos dón,le se podía mand¿u un mail, nos miratran como si füélrar:nos marcianos. Ercirn4 mientras cami:úbarnc», se largó ,a lJ[o' ver a cántaros, empezó a caer grariznen esta ciudad toda de piedra. El batifondo que a¡naba la piedra contra la piedr,a nos hizo ir corriendo hasta eI hotel. Mi papá yis qr.re h,abiaun correo al lado de la estación de ü:en, así que, si el lunes no lluer¡en piedras,vamos a ir a echar la cafia, ¿r la manera antigua. Enfonces pasarán siglos ha;ta quelar lean. 89 Acá, todo es de otro sigkr. En la parre inás antigr_ia no dej;ur pasar autos; en cambio, clejan que"anden ca- rruajes: esos coches con caballos para pasear a los ruristas (aunque ahora casi no hay turistas, ficis dijeron lJerni, si estás por ahí, re digo que renés que venir a conocer h{oldesté¡,'ora. Lástirna qrie esta carta les va a llegar dentro de un montón de días. Bueno, atrrora los dejq papá está por apagñ la luz pa- que no era remporada). Las casas son muy altas y rienen techos puntudos" Hay muchos cárr(iles con diL,ujos. Los ra que durmamos. Un beso a todos: a Lu, a ]osé, y otro grande para us- r€stauraotes pintan comidas en vez de poner palabras. teCcs. IJoy comimos en uno y nos dieron un guiso del que salía muchc¡ hurno. Era osülro y nc sé qué tenía, pero estaba rico. Según mi papá, vamos a rener tiernpo el fin de semana de recorrer un poco y preguntar quién es pariente de Demetrio. Eso me sonó un poco a burla; lo que pasa es que ya le dije v-arias veces: -r: i*isfi'á ,:+,ffi .t1' Juanba ,."*u,,gsi.],i 'fr,.:.1 suerre que vamos a 1a ciudad de los anrepa-¡Qé sados de Demetrio, seguro que nos encontrar-nos cün algún pariente! Entonces, él inventó que a cada uno que pasara tre íbanrcrs a preguntar: "¿.Es usted Latov?". Yo me reí cuando me io dijo y rerminamos jugantlo a pregunrar, en el cuarto dei horel en ei que estoy ahora, que también es muy viejo. Tiene un techo altísimc y en el baño hay una bañ.adera anrigua, de esas con patas, y un espejo con marco de oro. I lace un rato. decíatnos: "¿Es usted Latr¡¡?'l "¿Es ustd Latov?", en diferentes hasta que uno de los dos decía que sí e inventábarnos una corn¡ersación. üo11os, 90 91 I -^\. ¡1\a,u /t - /ra)érrutr¡o fu iJ \ -i,r ,]r i* t,:.,iI .1...;;,.i! Sábad,¡ 29 de n1'".tÍzo,a tra rnañana F{o'¡ s;íbaclo a la noche, me c:on'vertiré del todo. Tengo un'as h,oras paLra despedirme clel mundo del niño rrampiro. De a.hLo¡ra en nníis seré el Perro lol¡c¡. Perro bobo, pero lro treÍrgo opción. Encilrra lamento tener que espemr toda,'s estas h,¡r'as siendo todavía un niñito inÍrtil. I)e esta nlanera, no puedo l.legar hasta Sierr:a Alta y sal'var a Dolores. Me tendría que tomar un tren o un avión o por 1o men,o¡; un ómnibus, en camLl5io, c,on ll.as cuatro patas de anirnal peludo y más que salvaje, ll.egar:é eflL ürr santiamrÉ:n. Y ad.emás, necesi{:o ,saliv¿r de a.n,irrr¿ú c:n caso de que tuviera que cutarla.'"La saliva de ani.mal es rnLucho más curativa qu,e la de un. hunnru:Lo. lin vos está l;r elección. Como perlo l.obo.la,cur:arías aL instante. Como hurnano, no sé", me dijo la mujer l.oba, en el encuent-ro que tuve arm«:he con ella. m;s;tor¡ impar:iente por ser uno de esos dingcs de una ve:¿ por todas. Si por rni culpa Dolores corre peli¡;ro, tengo qrre rescatarla rnás allá de las consecuencias. 92" Y ahoraL que estoy escrr-biendo, no puedo sacarm,e de la cabeza la ir:lea de q,ue siendo perro segrÍitrJLelrrt€ ro voy a poder escribir en mi diario.,¿Cómo vc,y a agarrar Ia birome y presionarl.a s;obre el pap,e[i' ,,N1[e acordeué de las Letras y'l.as p,alabras? No sá. nc¡ ii.nnpo:rta, qué l¡avadas. Lo ,1u* irnporta es otra cosa. \rcry' a e¡icrilbir todo esto para que rni abuela y mis p'actrer; .[r:r [,e¿¡, así van a saber qué fue de mí. No pueclo habia.r llrara ino hacerles mal, perc, nadie diio que nc, p,rdía f,onrer: rro,lá esta kxrua en un papel. Si hubiera sah.ido que con solo nornhrar alanouier de narizpuntuda clelante de Do[r:,res la iba a hacer pasar por esto, nunc:a lc, hrul>ir:ra hecho. Esper,o ,que e.[ bi- bliotecario no h;rya surlFricl,¡ tarnbi,én laLs cnnse,cuenr::ias. Aunque fi¡e .lDolores la q¡re le prr:gurnrc,ó por I'a muier, no yo, así que supngCI qlre no le .halbrá. ¡rasradlo na<1a. (Jna r.ez hech,: perro,l/a no incle 'ua. a i.mp,ort¿¡ qus Guille y luanba, y tcxlos lo,s otros, se eÍtteren <[e quién soy en verdacl. O que nean, mi diario. Se¡;urarnente lrne voy a queclar a vi.vír por ar:át, cerca de las trrmbas de r:nis parientes. Y al ladc, de Rcnrch.'Y ar-rnque sea una noclte por semaria \roy a ir a pasear a la ciuclad Para ver as()marse a Guille por la ventana. E iré a husnn:ar el jardín de mi arrrigo Iuanba, $rPonf)o. Tendría gue apro'v(:char para, r,lonr:Lir un rzúq así a la noche no crstoy rlansado, pefo no pux,:do, qutiero colltar, dejar escrito J[o qu,e me está pasand,r,, Erm:piez,o' 93 Anoche saií caminando por el jardín, ya que Rouch no había aparecido debajo del balcón. Esruve silbando en la entrada del bosque,pero nada. Me metí y me puse a caminar entre los pinos. Hasta que me sorprendió un brillo que salía de atrás de un árbol. El brilio se acercór era la piel blanca del lobo que nos había seguido en secreto la otra noche. Me rniró con ojos rnás blancos que la piel, dio meclia vuelta y comenzó a caminar lento, para que 1o siguiera. Luego de un buen rato,llegamos hasta los álamos. Entramos. Continuamos con la caminata,la luna era tenue y la piel del lobo, sinuosa. Estaba muy oscurq solo el cuerpo del lobo entre los árboles que parecían sombras. Hasta que liegamos a la cueva. Y allí estaba ella sobre las hojas. estaba esperando. Mañana es 1a gran noche. -Te Yo me quedé callado; rro rne interesan las noches grandes. Entonces,la mujer loba insistió: --Mañana vas a tener la oportunidad de salvar a Dolores. *¿(}ré significa eso?, ¿Ie pasó'algo a Dolores? no le preguntaste si había visto ,,a una mu-¿Vos jer de ojos saltones y nariz puntuda"? Eso es nombrarme. Y eI que escucha siente las consecuencias. Si vos hablás de mí o yo hablo de vos, podemos producir un gran desequilibrio en un espíritu humano. Son tan débiles... Y nosotros sornos muy f'uertes, clemasiado 94 grandes para oídc,s humanos, incluso para los que son vampiros a medias, como rurs parientes.I:'ero si no quer rés que ella mir;rna se conviert¿r en varnpi..ro, todavía pcr dés salvarla. -¿Cómo que el}.a se conviertÍr en vampiro? ¿Qgé quiere d.ecir? etla te concó qtre'la picó un biclho. Y a Io -Qizás mejo.r ese bicho nc, era e:xa.('tamerlte un bi.cho, sinc¡,all- go más, algo tan poderoso como yo! y acá.so ese misrno bicho la picó otra vez. Pero nLo,está rtodo ¡rcrdido" Hasta mañana a Lr noche tenés titmpo <Ie re'cunrerada, si llegás antes de que caiga en el l,:targo. Porqr.re si cae, es diÉcil que la satn¡es, ya no te escucha.rá. es :rnala y &le la. que annór t«rdo esto. Si n«r, -Usted ¿cómo sabe que a D,rlores la picó un t,icho? Si no filr:ra por usted, Lloku:e's no estaría en peligro" solo so)/ una co'nsecuefrcia de una CofiLs€cuen- -Yo cia de una conrsecuencia. Gra-ndo se da una cos,a,lute,g;o ora y lu,:go da ,otra. No propósitq un dor:n:inó, basta que se nrllevia rrna. pieza [rara que se filuevan rtras. Basta que me hayas nc,mbra<lcn de,lante cle f)olores para que, unos días despuésr, ella me hray'a visto; y h,zrs:a que me hala vi.sto para qllle yo vuelha ar apa:receir en rscena bajo la fbrrna de un bich<¡ nrorr.le,cl.c,r'.'ii'b¿rsta un :icho morcledor para succionar urr poc'o de sangre.'Y )tro poco de sangre. O para llegzrr a la vicla etr:rna. Pero nejor escuchá porque se me está ac'¿b,a:¡l.Jc, eL dernpr6r'. Ee es a es 95: t Hahíasido ella,la rnuy clesgraciada, la que había iastimado a Dolores. Luego me explicó 1o de la saljva curativa y gue, entonces, fiie c:onvenía esperar hasta mañana, o se4 ho1', justo después del atardecer, para poder convertirme en perro y así correr más rápido,v llegar a tiemllo. *¿Y por qué no me puedo corwerri.r ahora en per.ro para salir ya mismo? qué apuro por ser perro. Acordate que si ele-Pero ser gís perro, ya no vas a poder ser un hurnano. Bueno, solo podrás ser humano de a raros.Igual, por más apurado que estés, vas a tener que esperaÍ hasra el siguienre atardecer, hoy ya se te rerminó la oportunidad. Encima, tenía que escuchar solcl tr:das estas cüsas. Rouch no apareció en toda la noche. Tengo que parar de escibir: mi abuela tocó la puer- ta para que bajara a desa),rrnar. "¡1á vr:y!',, le contestti, poniendo voz de dormido. Creo que sí, que voy a bajar, para sentarme a la mesa con ellos por penúltima vez. Fue difícil "¿por qué tenés esa. cara?, ¿te pasa algo, mal humor?; conresrá, i)emetrio...,;y y'o ,r*da, como si fuera una mula. ¡Qlé estoy diciendol; nada de mula, por fal,oq basta de anirnales. pensé en hacer" una pantomima de sonrisa el tiempo que esrurriera serl* tado con ellos, mi familia, y sin embargc) no pude decir nada ni cambiar la cara. y en cuanto di el rilrimo estás de 96 sorbo del café cora leche, l'olví corriendo a mi cuarto,,A, encerrarme hasta que llegue la hora. Y a dejar mi tes- timonio. \/uelvo a repetir, es mala. Fs rnala. ¿Dónde estará Rouch? ¿Qé le hizo a nri RouchL? le hiciste a mi Rouch? -¿Qé -lepregunré. __No es tu. Rouch contesitó lama1a-mujer-1o-me ba-.llouch pertenece a Ia farnilia lobuna, como vos. Nada más qr:e é1 no tiene p'arte de hurnan<>. Ya te 1o volverás a encontrar. seguramentg por algun b*W*.Porque dentro de unas horas, ¡u vida pasari más por los bosques que por las casas y las ciudarles. 'll hrego de que sus ojosr chispe,r.ran, acurrucó la cabeza entre las patas. Así nomás rnLe tenía que ir. El 1obo blanco se incorporó y empezó, con su andar hacia la salida. ¿Qién sería? ¿l-h marido sumisc,? jUn simple lol,o con el que la mujer lob¿. hacía las rondas de varnpi"ro por [a noche? Grando s:rlí de la cueva y? er? de c[ía. Habiapenszrdo en dirigirme a 1as curnbas de los parientes para c'harlar y ver si ellos sabían algo; ¿qué les podía pasar a ellos encerr:rdos en sus rurnbas? Pero La luzya estaba en e1cielo, a esa hora los parientes duer- men a pata suelta y es imposible «lespertarlos. Me tendría. qrre ir sir: despedirme. Y aci estoy, escribiendo estas incoherencias, esperanrlo que se hagalatarde encerrrrdo en mi cuartcr 97 Al atardecer \a picaz6n. primero fue en el pecho, pero ahora se está extendiendo por todo el cuerpo. Ya empezó Esta vez no me rasco. Entonces veo cómo de cada poro va naciendo un punro negro. También sientc, alg,:, en tra cara, sobre tod<¡ en ia mandíbula, corno sl fue_ ra una coctelera. Los puntos negros ya no son pulxtos, ahora son pelos que crecen y me van cubriendo el cuerpo. No puedo mirarme la. caru en un espejo, pe- ro me la toco con las manos peludas y siento qr'r" La última frase me vo''¡ así, sin pena ni gloria, sin despedirrne de nafie. Unq no puedo percler tiempo, tengo qLre lIegar cuanto antes :al lado rle Dolores. Y dos,ya volveré, se¿ lo que sea- Ahora sí, .Las rnanos están deformándose, se poneri más redonclas,largo la birorne. Y el colegio, ¡,. la tarea... Lrs perros no van al colegio. Adiós, compañeros, adiós. Ftre un placer inrnenso conocerlos. Adiós Guille, adiós )uanl¡a. l* tengo alargada. Uh, que temía, alguien roca la puerra. N{e llaman. Qriero conrestar y me sale un gruñicio. tus padres y )'o nos vamos a acostür -Demetrio, temprano, estamos cansados, no vañlos a cenar, quedó tarta de verdura, si renés hambre. Tu papá y",*gó.on Sanrecol. Hasta maítana la voz de la abuela clarr-es do eI último parre. Contesto con otro gruñido gue dice alE.: así cürno: "no se preocupen, no tengo hambre, todavía me falta terminar con aigunas tareas". Hasta maírana. La abue_ I.a parece enrender lo que dije porque no pregunca más y escucho que se alejan los pasos. y yo ya soy el animal más negro y peiudo de roda la historia. y el que tiene más ganas de correr. Punto final. Disparo por el balcón hacia Sierra Ala. 98 1o 99 Diorio de Gvil lerrnino Reyes QUiá no sc.? eL perrcr que ando L,uscand,¡. C c¡uiá Espero con tocllas lzrs sí. ganas qFre aparrzca <{e ntr.wc,. Gn¡;1o la sensación cl,: que él tamtrién me anda busczndo, ;\,.[a noche Lunes 31 de mafzo Hoy 1o vi en el colegio. Estoy segura cle que era é1" O casi,porque pasó muy rápido. Encima no se 1o pude mosüar a Demi, otra vez faltó, espero que no sea nacla serio. )osé, que se sienta al lado de la ventana, dijo: --Uy, miren, un perro enorme. Me levanté como un resorte y me zambullí en la ventana,pero a duras penas pude ver§ corría como un rayo y dobló la esquina del edificio. Lu se vino derás de mí a mirar también. negro, ¿no? a Iosé. -Era -Lepregunré bien negro. -Sí. ._¿Le viste los ojos? --No, qué le voy a ver si pasó como chicorazo. -Buenq -¿Puedo -¿A Lucila 100 siártense; sigan uabi1ando ir a busca¡lo? -.dijo Claudia. quién? ¿Al perro? No. Sentate. Y vos también, Claudia. Uy, qré antipática. -contesró Iuanba ya podría haber rnanclado otro mail. Tiene que haber llegado a I{oldestévor,a. . Martes l.o cle ¿bdl Le mandé otro ma.[l a ]uantra y no rne contestó. Capaz que está tan divertilo qrue ni se acuerda de rní.. Muchas veces rne siento s,¡la. No sé qué Ie pasa a L,u que no quiere est¿rr conmlgo. Bueno, sí, pero no colllo antes. Ya no charl¿unos tanto y yo rlunca le contesté su cartay ella tarnpoco rne es,::ribió más"". ni nos mandamos cartitas en clase. F'ara r:olrno en rni casa mis viejos se la pasan hablando por teléfono ¿ ver si se ar:reglan o no. El viefo dice que cuand.o tenga un lugar ,fonde 11evarme me va,a invi.tar a dormir; ahora no p,uede p,ctrque está vivienclo en la casau de un :tmi¡¡r:r. A veces viene y nos visita y charlamos, pero de nada importante. Y no cuento rnás,porque me da fiaca conta¡'sc¡bre ellos el diario es rnio. y ]01 Martes a la noche, muy tarde: Me acaba de suceder un milagro. No podía dormirme, como muchas veces me pasa, y me puse a mirar por la ventana. Es una noche con luna rnuy clara; la calle de mi casa es en subida, el piso con adoquines, entre los adoquines crece un poco de pasto, y tra casa de enfrente tiene un cerco con plantas; una enredadera trcpa por todo el cerco y siernpre está lleno de hojas" Me puse a mirar las hojas, cómo briltraban con la luna, y apareció. Primero fue un mc¡virniento, me asusté y metí la cabeza para adenrro. Se habían movido unas hojas y no había ni siquiera una brisa. Volví a espiar; al principio no pasó nada, pero después empezaron a moverse esas mismas hojas y, aunque me dio miedo, no moví lacabezalarc¡r4aafuera hasta la narí2,lo demás estaba escondido detrás del marco. Esperé. Nada. cuerpo hasta los hombros para ver mejor, pensando que quizás habíasido un bicho o uri garo, como mucho. Y¿ me estaba aburriendo e iba a meterme de nuevo en la cama cuando apareció la cabeza,un poco más allá de donde se habían movido las hojas. Entre otras hojas, una cabeza negra. Negra y peluda Y me miraba. Esos ojos otra vez. También eran negros. Y magnéticos. El perro me mirabar I erá cotrno si me rnirara Dernetrio. "Chq cht", empecé a decir. Qgería que el peSac¡ué el rro toz se me acercara, pero era tímido. Volvió a esconder la cabeza. Lo seguí llamando hasta que apareció de nuevo"'Vení, r,ení",llarné" Como si me entendi.era,, empezó a salir cle entre las hoias. El mismo perro negro quc había ido a 1o de Demi aquel sábado de lluvia. Y quizás, el mismo que enrró al colegio. "Vení, vení." El perro comenzó a acercarse. "Vení." Yo chasqueaba los dedos afuera de la ventana. Cruzó la calle y vino a olerrne la mano. Se quedó un rato oliéndola, hasta que en un momento levantó los ojos y cruzamos las miradas. "'fe voy a tener que llarnar Demi -le dije-, re parecés a mi arnigo." El perro pareció entender porque abrió un poco la boca, como'si sonriera. Yo [e acarici.aba el pelo, 1o tenía bastante largo, no pude darme cLrenta de qué raza, era.Seguramente, mezcla. Yo le hablaba al perro y le decía que fuárarnos amigos y ffre se quedara a'rrivi.r conmigo. Le pregunté si tenía hambre, si quería un pedazo de carne o algo. Me di cuenra de que no quería, por cómo rnovió La cabeza. Se lo veía bien así, me dejaba que 1o acariciara. Después le diie que le iba a abrir la puerta, que me esperara un segundo. Estoy segura de que a mi mamá le gustaría vír..-ir con este Demi perro tanto como a mí. En eso se escuchó la frenada de un auto. Demi perro levantó la cabezay me miró. "No es nada dije-, algún au-le to que pasa por la otra cuadra." En la esquina se vieron unas luces. Demi perro se asustó un poco. 'oNo es nada'l le seguí diciendo. Pero se apartó de rni mano y 103 apuró a cruzaÍ la calle. Ei. auto ¡qsó y, g¡rando terrninó de pasar,vi a Demi perro medio escondido entre las hojas" Lo volví a llamar, é1me miró y me pareció que fne decía con Ia rnirada: "me tengo que rr, otro día grité bajito-, andá rruelvo". "¡\blvé, Demi perro -le al colegio!".\alwrnempezado a zubir la calle. "\lolvé", repetí. El se, dio vuelta y me miró por última vez, con ese mismo modo de mirar que tiene Demetrio cuando se despide. No entiendo cómo un perro se puede parece'r rranto a una persona. Le hice "adiós" con la mano y le p:regunté ¿rdóncte iba" É1 me miró por un rato y después se fue caminando, en direcci.ón a la montaña. A mí me di,o miedr¡,salmr de Ia ventana a la calle para seguiilo. Pero tenía unas ganas... Esperé un ratrr a ver si volvía. Después prendí el veladr:q y aquí esto)', escribiendo mi diario. Ttrdas las noches voy a mirar por la ventana. Sobre todo las que tengan luna muy clara. se , tiene, cuando lo encontre'rnos,le poderros pedir que nos deie visitarlo Y el dueñLq cuanrlo 1o vsa a Demi tan parecido a su perro, segutrr) que \¡:r a decir: "pero ¿cómo no?,pitserl y jueguen con^él mdcr lo que <¡rieran". Y capaz que rrive cerca del colegi,r y por eso entró el otro día. Miércoles 2 de abril, muy temprano Anoche apenas ckrrmí, acaba de sonar el despertador. Y no puedo dejar de pensar en Demi peffo. Hoy le voy a decir a Dernetrio que estuve con el perro que se parece a é1. Le voy a pedir que me ayude a buscarlo. Capaz; que tiene ,Cueño, porque está bien cuidado. Y si 104 105 ,Éffi xt¡ '[*..lq #:is de Juan Bautiatq Gmié&"',\. ?y (:\u a Guillermina Reyet Lunes a la noche del 31 de rnarzo, en el Rum Inn de Moldestévora. Qrerida Guille: Te escribo est¿ carta aunque ya nos estemos por volver y llegue yo antes que la carta. Segtrimos sin encontrar ningún cíber por el caminqpero quiero comparrir con alguien lo que estoy viviendo en esra ciudad tan rara. Buenq lo que es más raro de esta ciudad es la genre. un idioma raro y nada más que ese idioma raro, y no entienden otra cosa. Y nosotros tampoco los entendemos, claro.Tirdo es un mundo de señas, y mi papá y yo hacemos señas en los resraurantes y Ya te conté que hablan nos traen guisos calientes, pero la verdad es que cuando las hacemos no sabernos qué resultados pueden 11e- gar a tener. Y 1o que pasó este mediodía fue rnuy impresionante. La cosa es que mi papá me seguía cargando con lo de pregunrar por los Larov y ure dijo: "Preguntale al mozo si conoce a los Latov". Yo le decía que cómo le preguntaba, si no sabía decir "¿Conoce usted a los...?". "Preguntale, preguntale si conoce a los Latov", repetía mi papá. En eso,llegó el mozo y se l-a 106 que algo escuchó, porque puso cara de sorprendido. V'enía con la libretita en la mano para aflotar el pedidq le señalamos con el dedo una línea del menú, rogando qr.re firera algo rico, pero el mozo ilo anotaba nada. Mi papá hizo rebotar su dedo índice en la línea, como repitiendo, y el mozo, en cambio,lo seguía mirando sorprendido. Entonces, a rni papá y a mí nos dio risa, y mi papá rne empezó a decir: "preguntale si conoce a los Latov". Y nos daba más risa. Etr mozo se asusfó, a lo mejor de nuestra risa, y se fue, prácticamente corriendo. Se acercó a la ba¡ra donde estaba el cajero y se pusieron a habLar;1'o estaba de frente a ellos, así que le contaba a rni papá que el mozo nos señalaba. Mi papá se dio vue[ta para ver:lo y le dio todavía más risa. En eso salió de la cocina uno que parecía el mozo más importante y se pusier,:n a hablar los tres" El mozo seguía señalándonos. En el restaur'¿nte no había mucha Bente, solo un par de mesas ocupadas pero lejos de nosotros. En esq el moza mis importante, que estaba de traje negro con moñito, empezó a acercarse.'hhí viene Chirolita",le dije a. mi papí,y vuelta a reírnos. El tal Chirolita se paró frente a nosotros pero se mantrrvo bastante lejos, ¡ como tartamudeando, nos dijo algo de lo que no entendimos nad¡. I\osotros nos quedamos mirándolo. Después mi papá volvió a rebotar su dedo sobre [a linea del menú, a ver si teníamos suerte y nos traían algo para comer. El mozo con moñito negro se animé a estirar un to7 uri Besto con ,[a marro, rnedio inde,fi.nido, que serialaba la p,u,;rta. "1,[o,.nc,', X.e dijo rni papá, "'queÍernos comer", y ,acercaba llos dedos juntos; a la tr,rca, para ver si así entendía algo. Y desp,ué,s le volvirS a repeti.r con el ded,¡ la .[ínea ,C.e] menú. r\.1 finial el lrrr¡2e se anirnó ¿t acercarse un poco rnás a nurestfa rnesa, rniró de reojo adonde señalaba nú papá.y con e[ dedo, índice, y el pulg:rr retiri¡ el rnenri. Desp,s(;¡; se fue par,l adentro. Ei (:)rro rnozo se puso a atender las mesas oc,upadas, que no eran más q¡e dos, y rú siqrriexa nos miraba. O rnejol dicho sí, nos miraba cle reojo, per) cuarndo se daha cuent?r de que 1o estábarno,s miran,Jq bzjaba la viLsta y se ponía a servir algún plaro. En eso, apareció e-[ rnozo del moñito negro y pr.rso dos platos ]lrmeantes soLrre la b¿rra del bar. Después etnpezl a chistarle al rnozo que se entretenía en las otrii.s mesas. El mozo de moñito blancc, primero no le daba. bolii.la, pero despuér; no ruvcr más remedio; 1o miró al de mo.6.i.to negro y le hacía que no con lrr cal>eza.A1 tinal, tuvo qure ¿rcercÍu:se a lal>anag)rqrrc el otro no dejah,a de chListar..,\lgp e$tul¡ieron hablando. Entonces, cada umo agan6 un platc¡ humeante ¡r emp.raron a acercarse. Cuando estaban bastante cerca, se dejaban pasar el unr: al omo y ninguna ¿¡vanzaba. Finalmente tuvo gu€: [)asar el clel moiio btran,co, que era el que tenía rnenos po,Cer y por Jin,llegaron con los platos. EI del moño negro me traio el plato a rní y el del rnoño blanco, a mi p'apá. Eira un grriso poc:e s¿ L»razo e hízo 108 calie.nte, pzra l';uiar. Apenas nos ptmie.ron Los platos en- frente, saliero:n corriendo" como si estut'iár¿tmos encfiemoniaclos. Entonces rni papá les chisr:ó" ellos qrredaron petrificados y se dierorr vueJta. Mi papátnza un gesto c,on el dedc¡ ín,Jice hacia el va,so. El d,¡l moño negro hilz,o una son¡isa bastante f<trzada y lori dos tlesapeuecierorn por [a pue]:ta de Lr coci.na. AI ratito, aparecieron el del moño bl¿LrLccl cott una jarr'r cle aglra y el del rnoño negro,Jeffás, er:Lpu|ándol,: p,3¡ [a espalda. Cuando llepp.ron con Lr jarra, nri ¡oapá dij,c: "¡Latcv!'] y los dos pegpnrn un salto atrás y c¿rsi tir¿rn J.a jarriu El del moño blanco atín6 a ponerla sc,bre la mesa y de nuevo huye.ron cc,rriendo.Irbs comirnos el g;uiso que estaba muy ric.c y nos Eornamos el agua,la verdad es que t¡astante murit: tos cle risa. G:,mc, nadie venía a cot,rarnos, tuvirnos ql.re dejar laL plata sob,re la mesa, hacierrdo el cáIculo con el precio qtie decía err el rncnú. Cuando nos fuimos, f.o,davía nos seg'uúarnos riendc,. Mi papá sacó la conclusi(in de que la p,alabra "Latov" l.es habí¡l dado rniedo, no siabemos si a,:lernris dr: sel un apellid,r s[gni-fiica otra c,c]li¿l. Tod¿n'ía no preguntamos a nadie rrLás por los Latov; rne diio mi pqrá «,pe por las ch-rdas no 1o hiciéramos, a ver si no nos daban. de comer )r nos teníatx(:)s (lLtr3 aguantar hasta que nos fué¡:amo,i. la carta desde el aerc,p,uert,o, frá que varnos, a {:star allí para tomar- el a.,,ión de vue,l'tra1. NIúLan¿r te m¿undo Entonces nos vernos el iue.,re-s, se€pLro qr-le la carta llega 109 Carta antes que yo, pero te ia mando igual porque ya la escri- Vr,y p,ara leeria jrmtos, rambién con Demetrio, cuando la recibas, y reírnos los tres. Bueno, Guille, te rnando un beso. Decile a la sr-ño qrre cuando llegue rabajo el doble. Aunque me parece que se Só, voy a decir yo personalmenre el misrno jueves. Espera que no se enoje. A mi papá le fue bastanre bien. Sobre ro- * lc, do en los otros países donde esr,rvimos; é1 dice que en Moldestévora no sabe cómo le esrá yendq si ies va a poder vender pintura o nq porllge, aunÍlue tienen un ffa* ductor, no entendió bien si a la gente de acále gusteue los productos. Los extraño mucho. Chauuuu, de Lucila Montes a Guitlermina Reyes Iueves 3 de abril, antes del desayuno --) <c Qrerida Guille: Te escribo para que nos hagamos amigas. Porque úl- timarnente no nos estamos dando mucha bolilla y eso r¡o nos hace bien a ninguna de las dos. Thmpoco me contestaste mi carta. No me irnporta adónde fuiste ese fin de semana. ni con quién, no me cuentes si no querés. Pero hablarrre. Cata es re macanuda y dice si el sábado no querernos ir a su casai que podemos juntarnos ahí y después satrir un rato. ¿Qé te parece?, esú bueno. Bueno, Guille, ahora te deio. Yo quise escribirte esca cafta; después rompela o hacé 1o que quieras. Pero sé rni amiga como antes, ¿sí? Te quiero un montón, más que un montón. Un beso, Q 110 t,r,tu amiga del alma tt1, ¡')iwa ,#('benauu fu minutos habian pasado y ya me encontraba en la ruta. A pesar de todas las desgracias, no podía negar que me sentía feliz corriendo de esa manera. Tenía que llegar antes de las doce de la noche. C.orría y corría a-l borde de la ruta con tra sensación de que yababíahectro eso Pocos antes. ]ue.t¡es 3 de abril Paré dos veces a tomar agua en los charcos. Cada tan- to pasaba algun auto. El camino era casi mdo el tiernpo Itll úbackr al atirrdecel: salté por el balcón con tni cuer- po nuevo. Y cornencá a cot'rer conlo un desesperado. Rourch cc¡rrii¿r der:rás de rní, apareció aPenas dejé atrás el sendero Moría por d,:tenerme y segurir con él a un Paso rnás lento, arunqa'te n: h,abía tiempo. Pero en esq luego de esc¡uiva:t unosi árb,o[es, se Puso enfrente de rní y tuve qur: f:re:nrrr de go.lpe para no llevárrnelo por delante. Ar:ercó su hc,cico :rl rnío, urLas ramit;rs hicieron cosquill¿xi en mis labi«:¡sr de perro. Rouch me las estaba entregpndo, así que abt:ila }:o<a para tornar:l.as. Luego se corió i[ejarme pat;o, yo áuranqLté de nl¡evo la carrera, con las rarnitas eipreüldas en mi hocico. Rordeé el camino de paLr,a los aromos por el costado, no querí4 que nadie me viera s:rlienclo de los jardines. I-Jegué eil bosque rupido al miedo cÍtJzaÍ,ypasépor el arroselnúa el cuerpo ágil,las patas velo' 1,c,; bajaha J.a cuesta, císirnas sobre las hojas secas" Ahora era consciente hasta de lla más mínirn,a rama ql]e me rozaba el cuerpo, como si las palabras de [a loba me hubieran corrido un velo. c[re arrtes me 71.2 dat,aL tanLto para mí. El primer raro vi que se extendía la llanura, pero después en:pezaron a salHr unas lornas; la nrta comenzó a subir y lueg,r abaiar acompañando el vaivén del paisaje y, un poco rnás allá,las figuras noctámbulas de las sierras.I-as esrell.as iluminaban el cielq pero Ia luna no pensaba salir hasta que yo no salvara a I)olores. Así, por lo menos, me 1o había dicho la loba mujer: "Te vas a dar cuenta de que Dolores está a salvo porque vas salir la luna detrás de las sierras". "¿Qé pasaría si no la salvaba?", pensaba mientras corría por el pasto que bordeaba la ruta. Los astrónomos ta. buscarían durante décadas, dirían que la luna tennJría que haber salido esa noche pero no saiió, vaya a saber uno por qué" Y los astrólogos se tirarían de los pelos tratanclo de encontrarla. Y a medida que avanzaba por el pasto negro, iba haciendo asociaciones de palabras que r1o rne llevarían a ningún lado ni me ayudarían en nada. Tenía que concentrarme en ias pisadas, en llea ver gar 1o antes posible. 113 Eincima se un aufo que no enterxdí sL quer'ía budando. Frerr,i, un pocc) crrand.o lleg:i, adorrdle est¿rba yo. lMe' al,:jé d.e la ruta y seguí co rriend,r, pero unas voces me lllamab;a;n desde el auto: --¿.Adón«k: vars pichi,:ho, querés que te llerremc¡si' rii,:l,c er:' medio de la noche? --¿,Qgé.h'a,cés; ",lQé hag;,: s,r[o en rnedio de la noche?", fite prt> gunt::ab'a. fbdaria ¡rre pregunro qué, h,ago solo en medio de la nocl'e. Ntli aL,uela :me llarira desde derrás de la puerta; nle dice qtre me rclajrc y me due:rma, qlre por hoy fue suficienle. N{e ri"ré err lar carna, p,ero inrc sent]ra inquieto. Hastra rfiJrc lrLo cuerl're to,do nc,.r'oy:l r:star tranquilo. lS:igo.l?or fitr, en plena. noctle,ll,:gué a Sierr:a -Alta. crr.r.;z,ó a¡nr«J.ar:rne cr,sie esl:arba .Recorrí las por:,as sradras de me miralban com,c feuntasfiras, ha.srra 11,:g;Lr al almacrin; me acer,Xué ¿r liars vent'anas,para husmear. Com«r me imaginaln, no hrrbía naclie.Ih quer[a. apuÍar por llegar al ].lospital., en ,lon,d,:,p<;,clrí:r estar f)olores si estab,a her:ida; así que corrí caratro cr*adras más.Iba a ser dificil; cómo entrat:1:¿thecho peffcr, Nr¡ tenía nnax rennedio qr-re rneterme sin que nadie rne.,,lirlraL y b,usr:ar por mí mism.o a f)olores. jMe paré al lac{o de la entr:rda y er;peré, Al rato, Jta puerta se albrií¡ y sr:, asomó'un¿r enlr.r:rnera. ---A r,'os no te {ron():zco, qué perro más bonito. N¡ mordlési,.,¡.o? No, ren,és cara r1e buenc-,. ¿Y qué llevás en la t,o,ca, unas hoj;it,irs? ¿Tr.r ch¡eño está internado? L14 casas, ,Je ad,cbe, alue Yo me había «¡re,Jadc' eclhado sobre las l,alclosas miré de Jrerrte.Ilrre:no,lxrr tado. Entortces, 1o nt(:lrori nc¡ I.a lla:rrarcrn, de l¿¡L y'Ia h¿rbí¿t itsus- a¡,fen,fl',o ! ¿([redLarotr ¡Sasasi' Aclela volvió para atrás, empui,(i la. pntertar valivén y entró de fluevo. Sil pens;arl,o me le'',¡arr.tri y mLe escurrí para adentro, ,:Ietlrisi de ella. Un pasill,: largo'y atr fbndo una 1uz hacia d,:nde se había dirig;icl«r Ad,:la. A la derecha salía otro pasillo. .N{e rnetí porr ese v n1e Puse rl oli:r debaio «[e cada puerca,, Son(r rrna carnpanada.I{albia perdidc, la nc,ción <1,e,1 ti,:rrrpo. l,as rnre«liarsr h,cra.s eran -¡Adela por un¿r s,rla ca.rnpa.n;ada, podí,arl se:r las orrc'e ahí y rnedi:r de [a n,:ch,:, conlo las cli.ez y'media o -y sí est¿Lría perdicl<l-- L¿rs cl:ce y rrr,;:dia. Jl3n eso, lla vcrz: ,Íel padre de Dolo«:s. t{abía llegacl,rr hasta sur hLaLbitaci(in. Me quedé en un rincón cle,l pa':;i.llo'1, rne hice Lc¡ :más chiquito qrr,e pr-rcle lJara (lue na.<fie rnrre'viena; por rir.Ierm¿rrc,rclas te, el pasr.llo est.a,b,a 0sicuro. Lr vor: c[el padr':. mentira -chcía sé si será la mo,rdida cle trn rnurciélago r: d,: -No algun otl'o aniflna-l, pe'ro rnirá quó p'ílirla que está ]nuestra clriqr.lita __contes t6 la. voz d,:: lil r¡mmíl Esa rnujer dcs¡paciad;r se hab,i.a «::orrvertidlc, en nrlrr- -Parece cié'lago para rnorr:lerli.;t, rr«) había dudaL. veni+) --di¡c, Lat ntantí---l/oy ¿tcolrlp¿úiar -Alh,:ra a ts papá a la pue:rtzL, él trc va halita «::asa pa:r'a truscar: mi Í;ri cepillo de clilentes. 175 No se escuchó ninguna respuesta de Dolores. Pero ellos iban a salir del cuarto, así que me levanré y me fui sigiloso pero apurado hasra el fondo del pasillo que terminaba en una ventana. Era la noche más negra de todas las noches. Por suerte no brillaba la luna porque así era rnás difícil que me vieran; me confundía con la oscuridad rlel pasillo. En cambio yo veía la luz que saiía del cuarto. Allí vi que los padres de Dolores se merían por el pasillo en dirección a la puerta de saiida. Tenía poco riempoi seguramente,la madre volvería enseguida. Corri hacia el cuarto y entrá En la cama blanca, esuba Doiores. Me acerqué. Estaba dormida, con los brazos encima de la manta, el brazo derecho conectado a un suero. Tenía la cara más pálida que la míay el cuellq libre, que parecía de cristal sobre el lado derecho, dos círculos rojos bien gordos. La mordida de vampiro. Me acerqué más, hasta tener los puntos rojos frente a mi nariz de perro. Una gota de sangre redonda en cada herida. Abrí la boca dispuesto a ponerle un poco de mi saliva de animal en las heridas, pomo me había dicho la mujer loba, "un poco de saliva de animal cura cualquier herida". Las ramitas que había sujetado hasta entonces se fne escaparon y quedaron sobre el cue- llo de Dolores, cerca de los puntos rojos y gordos. y al tener tan cerca ese cuello y ese rojo de los puntos, sentí que mis papilas enraban en ebullición, como si se es116 tuvieran preparando para comer algo delicioso. Me colgaba la lengua y las encías echaban fuego, sobre todo a la alarra de los caninos, que pronto se me apoyaron sobre la lengua. No podía ser, había ido hasta allí para curarla, como me había dicho la mujer loba: "corré toda la noche para llegar antes de las doce y volcar ru saliva en Ia hericla'i Pero no quería volcar mi saliva en su herida, sino todo lo contrario. Sentía un deseo enorme de destapar cnn mis dientes los dos círculos r"lor y gordos para poder morder ese cuello hecho cristal hasta chuparle toda la sangre. ApoÉ los caninos sobre los círculos, me sentía feliz, sadsfecho y lleno de deseo al misrno tiempo, no me importaba salvar a nadíe. Comencé a hundir los caninos en la piel úansparente. Una campanada sonó brillanre detrás de la ventana. Alcé los ojos con los dientes apoyados en el cuello de Dolores. Algo comenz6 a sacar destellos en el cielo negro. No era la luna sino otra cosa que estaba en su lugar. LIna imagen redonda, ojos, sonrisa con dientes. Me quedé congelado mirando ii[uella cosa que se estaba fbrmando. De aquellos dientes.parecía colgar una baba. Si yo hincaba mis dientes, sería la tercera mordida. La mujer 1oba, o vampiro, se había encargado de hacer la primera y, seguramente, también la segunda. De golpe, otro soniclo de carnpana. Y luego otro. La c:aurpana de la iglesia que marcaba las horas. Otro. Se terminó de dibujar La, cara allá en el cielo con forma lt7 de luna llena. La cara de la rnujer loba e,n,,,,ez de la luna. En eso, mi nariz empeá a oler un perfume. Suave y un poco picante al mismo tiempo; las hojas pequeñras de las ramitas que había lle'¿ado durante tod,c el l'iaje y que ah,¡ra segu-ían cerca de mi hocico, sobre el cuello de flolores. Perfurne de mi hogar, de rni jardírn,de mi... clarc,,perñrrne de Sanrecol Con las hojas depz,rlalis maa"de mi bisabuelo médico había inventado el rr:mediLo Sanrecol para amortiguar los s'rntomas de varnpiro, y el inteligente Rouch me había acercado unas ramita:;, para qlre t it)axaprotegido. Aspiré prr:,fundo bu.scanilo qu: el olor me pe[etrara, todavía cor.r los caninos apoyados en el cuelk) transparente; lueg,o los retiré: hab:ía dep,ositado rni sali,,a en zu herida. C)on el hocico emprrjé las rarrnitas con las hojas hasta dejarias sotrre l«rs pun. tos rojos, conrprendiendo todo. Había seguido las insrtru,cciones d.e la r.rujer loba hasta llenarme de deseo cle chuparle la sangre a Dolores. Pero ¿qué querríaL esa cle mí? Qge continuara su trabajo, seguramenrt,e, y qpre mor,Ciera a Dolores para convertirla en vampiro. lJn nuevo sonido de campana me sacó <Ie r.ni.s perr.samientos y me hizo cae¡ en la cuenta de que hatrían tocrrclo por 1o rnenos tres más. ¿Cufurtc»s llríun? ¿OcJ:o'i ¿Nuerve? Faltaban segundos para que termir:rar¿urr de dar las d,rce. Cerré los ojos. Los volví a abrir cuanclc rerminaro:n de sonar tres campanadas más" l-os c«rntcr:rnos i[,e 118 la car,a redonda de Ja mujer loba en el cielo se: estatram txrrando, se borraron del t:do. llInas voces se,acercaban. La de la mamá dle Dolores y .[aL d,: un hombre. Conocía esa voz. .Era la d,e ... Claro, la dl,:l doctor Rurres. kruaque escon,:fLerme, pero las voces estabari pisándome 1os talones.,A.riné a meft:rme det,a'jrr <le la cama" Las hojas de pula,.lis mor¿le habían qtre«Iado sobre la. herida. --,ü eso? ¿Q*é tiene mi hija s,¡bre las hericlas? --y pucle ver las :ap:millas de la rnadre que avan.inban rapidito junto con "[a voz, hacia la carna.. no saque nada 1a yoz del rnédico. -Espere, -era Al mrinuto escuché que agregaba-: no hay c[u.da, s,rn hc,lrzts de pulalis ntorde,mire, huela. --¿'De qué? --ljsroy empe'zando a un.ir cabos. Por fin. A su hija no la mordió un mtrciélago. O por lo rnenc,s, no la mordió una especie común. -¿Entonces? a Llna funilia que quizá m,e pueda. d.ar -Cor:rozco al¡pLna información. Ese chico, que también era mi pacienrfe, e[ chico de los Latov, ¿sabe algo de éli' ---¿Usted habla del chico que se lrizo aunrlgo d,: mi hila. en el verano? ¿El chic-o pálido que v,cnría con sus palres a hace'r las compras al almacén,los quehabía.n anquilado la casa en las sierras? --Sí, sí, ese. Demetrio Latov. rzo fueron hact: unos días, no sé naver é1con lc¡ que le pasó mi hija? da. ¿@é tiene que 'a El cora:¿ó:r se file empez;ó aagSt;rr hasta hacerme d.ar miedo de qu,: 1,o esc"u«:haran. Los s)razorres <le perro laten más r'ápido qtre los htunanos. r\unque como estaba debajo de tanto pelo, tenía la esperanza de que ,:stu.viera bien guaLrdad.o. --strpon¡5o que nada. \/erernos" --iDoctor, Ias marcas! Esto es eféct,r: delapula.lls mto¡de. -Impresion:Lnte. CuÍinta razíntenía mi coleg4 el cloctor Rotan, un viejo sabio. Si viviera, estaría asornbrado ile este casc,. misrno voy a llarnar a mi marido! I¿Iire, a- --Ftq clescle que se -iYa ',a --Práicticamente desap,arecida;. ¡Er#errnera! --Irlenita, ya vengo, qrredate cluieta,lo l,lrrrno a tu Si nO Se.,,¡en. pap'ír. Las ztpatTllas de Ia maCre y 1os abotinaclos del médic,¡ f,¡eron hacia la puerta, tenía que aprovechan ese seglrn<fo, r¡on¡,,erí:¡n enseguida. En ,;-uáútto no los¡ vi rnás, me animé a salir. La Írnica ¿liada era la ventana. Pero antes de escaparrne le eché,una mirada a Dolc¡res.I,<¡s círcul,¡s r,ojor; er:i su cuelk¡ eran ¿lhora unas nnarqttitas mfurinras, y el crurello ya rlo pare<:.ía de cristal. En eso abrió los ojor;. Córno me hubiera gustadc, ser hur¡,ano en ese rrrc'mento para podler gritar ile alegrÍa y llanxu a los otros: "¡Abrió lts ojos, abri¡i l,cs oios!", coflro en 727 las películas. Pero lo único que pude hacer fue sonreír colmi boca de perro. Ni siquiera ladrar un poco para no llama¡ la arención. Ella me sonrió. y volví a sentir los pasos. Corrí hacia la ventana, ia luna brillaba re_ donda. Había tenido éxiro, en eso no me había menri_ do la mujer loba: si la luna aparccíaen el cielo, quería decir que la historia había obtenido un final felii pero fa,labaotro final, el mío. No quería que me encontra_ ran en el cuarto de hospital hecho perro. y menos si el doctor Runes estaba al frente del caso; ni ahí quería que se dieran cuenta de que yo perro era ese chico pá_ lido del verano, el hijo de los que habían alquilado la casa en las sierras. El viento también fue mi aliado junro con la luna; sopló y las hojas de la ventana se abrieron. Salté. Justo en el momenro en que la voz de la madre entraba al cuarto y decía: . -Qé viento que se levantó de golpe. Uy, hasta abrió la ventana, esta chica se \a a resfria..lpero miren, vengan, abrió los ojosl Y'yo, mienffas tanto, corriendo por el parque, ha_ ciéndome uno con la naruraleza. Orra vez ia dualidad en mi cr¡erpo o en mi alma, o no sé, en los dos. Lobo, cuando sentí ese deseo enorme de morderla y chupar sangre. Perro, cuando fui feliz al verla curada. pero ya no más un ser humano. Un chico. Un Dernetrio. Un yo. 722 Más tarde Me quedé dormidqno daba más de sueño,pero ahora sigo, quiero contar todo y, una vez que termine, por fin voy a poder dormir tranquilo. Creo que a la r,rrelta corrí más que a la ida. Ya sabía que el peligro para Dolores había pasado, así que no veía la hora de volver a casa. Viviría por allí, en eI bosque, Rouch me haría compañía, no soporrhba la idea de irme lejos de rni casa. Elúnico problema ahora (bueno, el únicq tenía más de uno, pero...), lo que me preo- cupaba de una nunera urgente€ra la mujer loba. ¿Estaría tarnbién instalada en mi bosque? No podría comparrir la vida con ella, sería una tortura. Era una vampiro con malas intenciones, casi mata a Dolores. O mejor dichq casi la r,r¡elve vampiro. Parece mentira, en el siglo XXI. Viernes 4 de abril Sigo,anoche me quedé dormido con la birome en la mano. lba por el momento en que llegaba de nuevo a mi casa, a mi bosque, casi a la madrugada, hecho din- go para siempre. Entré por el camino de los aromos antes de que amaneciera. La luna brillaba redonda. Cómo explicarían en los diarios del día srguientg ese fenómeno extraño de la luna: noche cerrada hasta un minuto 123 y,luego salida clc ]¡una cr)n ca.ra ex[raint,de mala muj,:r, prara llueiqo cranrrbiarse por luna de a.nrter; dle l¿u; «Ioc,:r siempre. Rrdleé la casa; a un co,stado est¡rba mi. balcón a cur:as. Y det»,ajo,,, r:ni runigo ,os- ftI. QLé pensarí"er «le'u'erne asli, |.lo rnre i¡¡1¡¡¡¡¡¡¡ó. En cuanto rne puse a «).rrer pÍlra abrazatlo., R.ou,ch se dio vur:lta y., ,a'1 verme,, él corrrió t:rnrLrién )¡ rne i[,lr:nó,|La carra de len,¡,:;üetazos, ]l así fuimr:s los dos, el lrbo y el p,;rr,:, o el perro krb,:, hasta las turnbar; ,Je mtis f¿rrni[iares.'.[antas []reguntars trrnía para hacerles,, p,e.r:,o qr:rá podía dlecir co:n, ,:,sa lengu;a ,C.e per:ro. Tbní¿r esperanz:;ui d,: cpe ell.os supi:,tran algo de la. rnrujer loba. Perc, alJ.í,,;quiénes estatr¿in? To'dor;,. Ent.re lar; ru.mlbas ch mi paJre, nni madre y mi abuela. Me ar:erq¡né nr.ásr s:igiloso, hasfa escon«lerrne detrás ,de ur:L prino. J:illors estaban i.lurninadori con un ]Elrrol apoyad.o en la turmba de rr,ii titara,y.nr:i padr:e tra:,zab»atn dibujo e.n Ia' tierra con urn palo. Iistaban tan concenuaalos rluc ctrpi3cé a cr,eer ,ryre la ltoll,a rnujer lc¡s halLría hipnotiizacl,c. Alu:ra sí, córn,c saldr'íamos cle e];ta. -E., *ro, Roucl:r ar:[ló y lo,s tres 1e',l,antaron .rb.ra ]1, ¿rl nnismo tie;mpo. Thrdr: lJ.egré a erscondeÍrrrrl. r\u:nq¡Lre :netí ,eI hLocir;o cl:m¿ís d,el¡r:lno, algo rrieron. --¿()lién estÍi alllí:¡ mi padre. -d:ijo )fo nr¡ c<»rtestiÍi nadla. Íii n<¡ teria vo,:i: hurnana. JBajo rni cad:íver hubiera .l.ad¡adc¡. Ncr quería p,or naLd:r,Je1 rnumsr: r¡eiian la.s figuu:::rs do ,1ue l:nr3 r,,:i.eraLn peruo, l lo por l.o «1tt,: nne, LLtrbie-ra dicho la rrLuje.r lob,a, de {1u,3 si les clecía algo l"os iba :r e-nfernnar; al harlrrrne uajcicurrado c<rrr la h:i.str¡riLa de fk¡lores ya no crr:ía ert [s ,que esa nruiel m': habí.ar dicho. Elra por mí. A quir3n.Le gprsta que J.o vean de <¡[:ro nrodo deJ. c¡tr,e fue siemLpre. Era tano.bién p,or el..l.os,, tia.nlpoco les iba ,a gustar v(:Ímc:r ¿rnrinu"t. tr)sro era tal:cle.li(: zLc,:lrc¿tba l.aluz del falol, no, rp,)clliia e$c¿rpÍr.rrme a n:in¡¡.:"n lacl,c. --¡Demetriol --grit(r rni ¡ralpricon la crra iluminada,.Pare'cia urla t:ara ,:[e ceta, de 1o d.lu'a qpe se ]r:rbía que,dadc, enlrilnra cle la ltr:¿, 1{o pucle evití;K enútir tm lame¡rtc¡.l.Jln larnento de pet rro: nrr aullicilc, pequefio. I\¡[amá y la,atrr.rela vi.nierc¡n cc" rrienilo y qr.red,aron ]ias .:aras de los tres {lc}tt lor; oi<ls más al¡iertos qu.e lla luz ,:lel faroi, --¿Demerr:io? mamá, -dijo é1 ---collt€st(i la, abuela, -lls A uri rnarná lL,: brilllarc»:r los o,jos cc»r Ia luz y le brc» rní, pero no Pultaron unas l,á¡¡rin:ras, Iie irrclinír ';obr,: de evitar ech¿irmr: para atr:is y escorr«iletrnne detrás de] Mi madre a,;ariciándofine eL ]:,e"k: rfe Perro, nro 1o pu<f e soportar. \Icllvi(i a rcPetir: ",f)en:L,ltrio, I)'ernet r:io'] con un llanto )iír no solc, en los oj,:s ,,;inc, tlrlrrb'ién enr la .¿oz. JV[e <prerJ,é quietc,, log;rr: co]n.trol.al:'nle ParÍr ncl pino. escapaf. -liah,:m,¡r; toclo lo quLr: te prasió ---,Jijo .]la:rbtle,la, Sabían, etttotlcres. triut tz3; -Antes de la medianoche entre las rumbas y se rió pañada del lobo blanco. apareció la mujer loba de los parieirtes. Vinc¡ acom_ se tráiganlo a Demetrio para a{at con voz -iEh, -gritó estruendosa el tíriaral-art desde su rumba. -iSí,sí! -gritaron desde las otras tumbas. Demerio mamá. -Vamos, No tuve más remedio-dijo que salir de arrás del árbol. Mi pelo oscuro pareciabrillante con la luz de la iuna. pelo más hermoso! mamá, y se -¡Qé -exclamó tragó un poco de llanto. Demetrio paÉ.Se ve que se que_ -Vamos, -repitió rían convencer de que eso que estaba ahí, ese animal, era su hijo. Fuimos hasta las rumbas. desgraciada te engañó Lart. -Esa -rugió tendrías que haber venido a pedir ayuda, -Nos Demetrio la tátxaArgenta. -conrinuó Yo no podía contestarles; cómo hacer para con_ tarles que me había dicho que si abríalaboca, algún mal les cteria a mis seres queridos. Pero el mal me había caído a rní, hecho perro. y la roz6 a Dolores. bruja nunca fue de fiar -dijo la úa bisabue_ la Niní. Había dicho la palabra "nunca'1O sea que enronces la conocía de antes. -Esa 126 historia viene desde Moldestévora. Es una chusma celosa la tátaru Argenta-. Todo por-dijo que me casé yo con ru titara Lart, y no ella. Así que desde ahí venía la cosa. Me dispuse a escuchar, a 1o mejor descubría alguna punta en el ovillo que me sirviera para algo. Aunque sentía que estaba todo -Esta perdido. -Resulta que ella fue novia de yo. No sé cómo mera juventud at títara anres que ort^taru cuvo tan mal gusto en su pri- Argenta. por favor, no empecemos con lo mismo -Argenta, el rátara Lart. -dijo --¿Ah, no? Entonces contale vos a nuestro tataranieto qué clase de persona es esa ex novia ruya. Mirá 1o que le hizo, pobrecito. fue la que empezó rodo esto con voz -continuó -Ella cansada -dijo mi titara Lart. Una voz de pena que yo no le habia, escuchado hasta entonces-. Ella fue la que me convirtió en vampiro. -Esa desgraciada -dijo la titaraArgenta. sepudra -Qe una -agregíla vampiro muy -Es tátara-.Por ría bisabuela Herminia. poderosa el -continuó culpa de ella, vino la maldición a nues- tra familia. Era la primera vez que escuchaba que mi títaru consideraba el vampirismo familiar como una maldición; hasta el momento, siempre 1o había alabado. Pero 127 tafirpoco rnu-nc:a antes lc» ha,b:[a ,:scuchado ]Labl¿r con esa \/oz ta.n .[r;anca como ahc,ra, sin act-u.aciones. ---'Varnos con la historia --apuró la tía b,isabuela It{irrí, --Como les ctecía., yo ern.pez¿rha a nov'iar con esta chir::a, Bruniilcl;a ¡;e llamaba, truen{r, se l.larna, hasta que una noche toclas lar; chic,as cle mrestro pueblo ¡r d«: c,:clos los pueblos vecinos, la dle¡;lum]brante ]r hellísima,'\rgenta. --(foé zrlrn:rero ---agreg,5 \a tátaru, r\-rrgenta. ---Estáharnos en u.na fiesta en el casti.l.lo del conde f)rc¡J.[, tío de Bn.rLnilda, cuarrdo se atrrieron las puertas y entró una he¡¡nosuf'a. "l,a ,señorit¿r z\rg,enta PresJ.et", a.nuncia¡on.lipe,nas Jla t.i, me enamoré. Entonces, sin esperar a ,{re telrninara la fiesta. ller¡é a Brunilda aI ba.[có,n y le dije qr-le r:rr(3 ]:rabír enamoradc, d.e otra mujer J?ru:a <¡ré, l\1.1Í, nonnás le tr:rotar.rn unos, dientes filososi ,i]ue mr: ]ricieron mor:ir dr3 sust.o.l'siri qu.e pudlera cler:ir esta boc;a err,r tnía, me 1o,; hincó en el cuello. --Sle escucharr'(c,n unos gritos y fuirnos;a vrr --i11terrun:npió ni t:át:.araArg;enta--. NIi. lo ,,,irnos aLanti¡ado en el s,Lrelo del baLlcrin «:rcn 1or; ojos cerrados. Tixlo 1o la¡go y ¡yrandlote que ¡,:ra l,,art por aquel e:ntc,nces, desplonna.clo. El co:nrde, "Droll se ztpur,3 a;iyur{ar:lo y'vrJverlo en sí. L,r:rLe:go., ,:uando Lalr: abrió los ,¡jo,s, Le ¡rre¡prntó por Eirun:ilda. Pero La. tal Bnlnilda no rie encoiltnalra por ningún nado,la rru¡¡ ladina. <de tor'.r¡:rent:zr. cono,Cí a la más h,,:rrnc,sa de tamlrién fuirnos -Nosotros mi otro tátara,Rornualdo-'. a esa fiesta --"contiruló Estábamr:rsi recié:n casados con Leticia.I-,a cuer;t,ión es que tc¡clos r,:scucharnos q-ft: el conde Droll le ,i"e,:ía a Lart que esa noc]:e se ter:rí¿r qu,: qued:ur a dorn-¡ir en el castil.lo, pr:,.r las cludas qrrt: le viniera offo desrr:ra¡ro. hice caso'(i rne que«lé. -1,{e acuerdc' de que des- -Le pedí a tod.os junto r::cln el cc,nde Droll y Ílue, J'ue¡;o, é1 mismo rne llevó hasta la habitación ,fe [r,uésped'esr. ]rlo' sr3 muy bien qué p*ó esa noche, ¡¡err: [c¡ qu'erecrreri[o es qut: no dejé de soríar ni por urr lnintrto- Tule pesadillas, soñé que Brurilda se acercaha. a nri ,a¡ellLr: y'rte rnor«:lÍr una y otra \Iez. A1 dí.a. siguiernre nre senf-ía cofiro nue\-o' Entonces el conde me despiclió con una sonrisa' Sus úJtirnas palabras fuerurn, "Meior sería 'que cortaras tu noviazgtr con esa Brunilda caprichosa y busczras a otra' La señorita Argenta, por eienrplo! ¿no es pr-eciosa?". Y así fue qrLe enrpezó Ia rueda. Primero irrtenté erlcolltf'ar a Brunilcla para que las cosa.s quedaran bien «:l'alas'; fut: imposible, había d esapareci,do. .L,:s p;rdlres me diieron que se había ido a otro paír;, pero q1!: Ino me podíLan clecir adónde. Entonces tra btrsrpé a -I[rgr:,nta, nios enafiloramos p"rfdld"*.nte y nos crr,trror..Al principio no qué vivía corr ,leseos ello'rlrnes; d': m'orde'rentenc{ía ¡i,or le el cuei-t,[ y chupzwle la szrrgre,peno luego c'omprenclí' --Nosótros, en.':ambiq sí vimos luirunildia unÍr vie:¿ 'a má.s por arqrrel entc»rces -d[io rnii Lát¿ua Romualdo-' 729 1,Zf\ \ -\ § :;l#M !ú( . 1i '-\ \ EI conde nos había invitadr¡ a Leticia y a .ví. a pasar rura noche en su castillo. Entonces, f'uir:rLosr. ¿Y quién estaba? Nada menos que Brunilda, que cen(r con noscrtros. No fue una c,ena cónroda, ella sab.i¿,r que éramos amigos de su ex novio Lart, aunque e:n ningun momento nos preguntii n¿da de é1. Lart, para ese enton- punto de casarse con Argenta Esa nodre nos pasó 1o mismo a {.rricia )r a mí. cierto --se oyó la r.oz ,le mi titaraletici:r-, -Es soñamos con esa bnrja. --Qge nos chup;rba la szurgre. --Más rarde, cuando empezrmos a sentir un dr:seo enrorme de chupar cuellos ajLenog, nos di¡nos cuent:r de que la aparición de Brunildla chupándonos sangrc: no había sidlo un sueño, sino la pura realidad. --Ar;í fue srrno e:l vamp:irisrno enrró en las dos familias. No dudamos de que el conde Droll ruvo clue ver en todo esto. Cuand,r saka¡rros a pasear cle rroclLe truscando cuellos para drupar (ern fin,hicirnos algr.mos rJescontroles por el pueblo que prefiero.no acordarme), eI nrismo conde Dro[ instó a todos para querros ptsieran en un barco que nos .ller,-ara bien iejos d" Vtrold.rr¿r"rr. me voy a olvid¿rr de esa rnañana en que el -Nunca pueblo entr-ro se encontraba bajo nuestra. venra:ra grita¡rdo que.nos fi¡éra.rnos a otro lado. --En mngrin mornento nrs opusimos. )Recuen:lo que salimos al balcón y dijimos que si querían que nos firéces, estaba a rafiros, nos íhamos a ir, pero que no sabíamos, aclónde ni cónnc¡. --J3nse¡¡rida, el conde Droll tornó la palabra y d.i.jr: fllre ya haloía un barco preparado para t«ilos rroriotros, que ncrs llevaria muy lejos áe alk,mar adenúo, y que nos i arregl,árasroscomo pu"diéramos. --Y a,sí füe corno las dos familias, porqlle tambiár la fan.rilia de tu táta-ra Lart fue echada, fuim,cs ernbaurcad:rs y tilarlas al rnar, a 1a buena de Dios. *-lRecuerdo que en ese viaje la malzo¡i¿ de nosotros nos aho¡;rrm,os, o algo parecido, ya que, al pasar por el Tiiángulo de las Berrnudas, nos comió una ,cla y el barco ztoz:"obr6 --agre¡r¡i tni titataArgenta-, pero buer:rc,, como tenerrros la virnrd de nunca mor.ir clel todo, nos puclimos a.güraf a l¿rs mad.eras qrle flotaban y, apdá.ndonos unos a otros,llegamos hasta estas ti.erras. rnitía bisabu.ela Niní-, realidad -siguió -En nunrca pudimos darnos cue.nta del to,lo quién hahír guedaclo'vi ,o y quién, ahogac{o. Perr¡ es,¡ para nosotnos no hacía nLi:rguna diferencia. --No" l,o imporrante es que nos man{-Lrvirrros unicÍos y nos ayrdamos. De esta manera pudimos llegar tod"os con la historia mitátxaRomrrald,o. -tr:rminó 1o peor rle todo es que e[ desgraciado c,:n,le -lPero Drc,ll y su querida sobrina Brunilda siguetr giran,rl,: ror el mun,lo sin que nadie los detenga, son muy há:il«:s para que nadie se dé cuenta,le 1c,, que hacen por 13L 131 ahí mitátaralart, que se había mantenido ca-rugió llado durante la historia del naufragio. cuesrión es que la tal Brunilda hace sus apa-La riciones cada treinta o cuarenta años,la rnuy zorra..y el iobo blanco que la acompaña no es otro que su río, el conde Droli. Qién otro puede seguirla en sus maldades. Asi que aparecen y nos molesran. Lo que rnás rabia me da es que esta vez te molestó a vos, engafíndote y dejándote perro para siempre, aunque hermoso, claro mi tátaruArgenra. -agregó molestó también a ru amiga f)olores, pobreci-Y ta la tía bisabuela Niní-, pero vos, corno buen -difo valiente,la salvaste. No quiero ni pensar si hubiera 1ogrado convertirla en vampiro. Si la hubiera mordido una vez más... Sí, era verdad, me había molestado, bien rnolestado. Se me cayó una lágrima en mi cara de perro. Por una historia que me venía de mis antepasados, yo era ahora este conjunto de piei peluda. acá no termina todo rni papá-, des-Pero -dijo graciadamente, nos dimos ctrenta de que no estabas en flr cuarto recién a medianoche, cuando vimos que no había luna y que luego, de golpe, salía una pelota en el cielo con cara de mujer. Primero fuirnos a buscarte para que vieras con nosotros esa luna tan rara y, a1 no encontrarte, salimos corriendo a la ciudad a buscar un, teléfono para llamar al doctor Runes. 134 le:s oonté que podías haberte coñrerti'do en Pe--Yo, rro,p,or eso corrimos patahablat con el d,rctor --aglegó Ia abuela-. Aclemás, esta vez siesruve hoieando tu diaric, e$ábamos clesesperados crrando no te enconÚrábamos. Allí vimos que habías conversado con Lr rnuBrunilda' ier lo,ba, que quién podía ser sino la propia llamalnos al doctor Runes, nos dierorr el --Cuando núrm,ero del hospital, donde 1o encontramos. Nos co:nt6 lo ,Ie Dolores y tar:n,bi.én nos diio que alguien.había ido har;ta alrí con hoia;, ,lepulahls morde,y que las halírapuesto en las lreridas c{.e Dolores, consiguiendo así su curación. An mismo tiempo,le contamos la posibilidacl rf': qule te [nrbieras colrvertido en Perro. EL doctor diio: "-Urgente, hay,que darle Sanrecol. "--Pero no sab,emos adónde está --le dijirnos. "--Debe de haber sido é1 quien traio las hoias frast*:tc;í ---continuó el doctor-; si Lo veo, Jo voy a cornvencer de que totne una cucharada bien grande rl'e Sanreccrl. JPero ¿córno voy a saber si lo veo?, ¿un pet::ro? Inrposible da¡me clrenta de que es é1" Si llega a apaÍecer por ;Jrli,agárrenlo y den.le Sanrecol. --¿lf ,corr eso piensa usted que se volverá a corl\/cr- tir en c.bLico? rnadre me sacó el nrbo -nt pata hacerle esta pregunta al médico-' d.eX. teléfr¡n'¡ Se qr+edaron callados Por un segundct. (]ge sig:rrile' ran. Yo no podía preguntarles nada en cambio., se m'e) es- capó un ladrido pequeño, mezcla de aullido. 135 médico no lo sabe" I.{o puede calcular si re con-El vertirás de nuevo en chico c¡ no,. f)e 1o que sí está seguro es de que si tornás Sanrecol, serás un perro qrre podrá controlar sr:s instintos. rampoco dijo que no apuró a decir la -Pero -se abuela--. Dijo que probáranros, que qr.rizá... que si teníarnos suerte... AIlí misnro, papá sirvió Sanrecoi en una cuchara grande. Enseguicla abríIa boca y la torné" por fin probaba el tan menrado y criticado Sanrecol. Serrtí qtre un frío me pasaba por el esófago. Algo dulce rambién. Los parientes no pudieron contenef, un .nahg,,que espesor Para rní io más triste en ese momenro era pensar llue nullca más iba a ser un chico, que nunca más iba a poder estar con mis amigos. Claro, como perro sí, pero ellos Eré iban a entender'. Adi padre decretó que era hora de dormir para todos. -Vamos --dijo. Yo no lo seguí. llarnaron. -Demetrio -me Me fui detrás de Rouch, que había ernpezado a ca- rninar: hacia el bosque. les salió ahogado desde sus Lumbas. horrible? el tátara Lan. -dijo No era can horrible. Más horrible era ser perro pa- -¿No es ra siempre. termina nuesrra úkima esperanza-*_agregó el tátaraLart. -Se no es que dijeron que el vampirismo era una rnaldición en nuesrras farnilias, y hablaron cle la tal Brunilcla como una desgraciada? enojó mi -¿Pero padre. -se --Sí --dijo Lart, vencido--, nuestra parte humana llarna "maldición" a todo esto. pero nuestra parte sal_ vaje se encllentra derramando lágrimas. _.Es verdad, qué trisre es rodo esto *concluyó rni tía bisabuela Niní. 136 137 []ioriio de 6uillerrnino Reye:; Iuer¡r:s 3 d,: do, cr¡n un moño r:oio. Lo abrí y cuanclo vi el collar c'asi me rrLuero. Es un collar de piedras rlrqllesas y 'es J[in- dísimo.l,o tengo puesto y abril ¡No lo puedo creer! ¡Iuzrrba volvió! En clase conró un mc¡ntón. de cosas del viaje y nos hízo reir mLucho. Lo de los mozos de l\doldestÉ:vora es rnuy ¡gracioso, rodos los chicos se matahan de risa Seguro, qtre ]uanba exagera y los rnozos no pusieron ninguna c:,LÍL lrara cuando clijeron eI ape,llido Lato\,, pero a él le gusra hacer reír a las personas.I-ástin:La que Derni Faltó, a,sí que pudieron erlcontrar; a tro mejor viene nnañana. Esta v,ez vino el papá:Ll colegio a rfeck que de nuevo es- Ilo,rse mba enfermr), que )/a habían tr'¿blado cc,n el médir:o pero qpe nos quedáramos tranquilos porc¡u.e no era nada grave. Parece que le firltan vitarninas )'por eso $e elrfernna tanto y anda tan pá[id,o, pero ya em¡pem el üra- tamiento. A l¿ salida clel cole se me a]erc¿u:on I;u v Jt¡.ant¡a.llu rne: r{ejó Llna carta en la ma¡ro y se f'ue, y Iuantra me deió un r:egrno en la otra. Era un paquete c]rico y redo,n138 tallto me lev'anto para mira.rrne a[ espeic,. En ese momen.to le di un bescl cle la ennor:ión y después salí corriendo Para casa"le la'i¡ergtr,enza que me di¡r. También tenía cltro pÍrqllete en la otra m¿mo? suponigo que será para Dernetrio y se lo d'ará curandc, vrrelva a.l colegio. Como mi vida de cur-io'sa terminó, no le preglnté nada. Y la carta de L,u es muy linda, por suerte lrre €s'Cribió porque ya no appantaba rnás que hrrbiera tanto hie1o enLtre nosotras. iMañana le contesto" Por 1o pronto ef sába,Io nos juntamos en 1o de Cata, claro que voy a ir. Y maiana si viene Demi, y si no el J.unes, le I'oy a decir a é1y a |uanba que un día de estos organic'elnos rna exr:ursiór: para ir a huscar al perro. Tirmbién le'puedo decir a Lu, a José v a Cata, segrfro que se prenclencada- Curando esternos junt'as el sál,ado 1xde.r:nos crrganizar- Irio pr¿5sn r:rt-rLchos días, andá a sab'er si el perro quiero {ue r:tra ciudad y quízíno 1o encnntramos más. A Io mejor podríam,rs ir el donr.ingo. Si aparece Demetrio, claro. A no meior tendríamos que ir por en sendero de la m,ontr¡fi:r,'porqu,e si algunas veces se aParc.ce en la casa de Derni, como dice la abuela, cpilz que anda mu- n<r es de cho'por atrí. A continuación, pego la carta de Juanba que estaba en lai czrjia jurnto ca,n el collar. t39 Sábado 5 de @erida Guille: para decirte que te quiero un montón y para que mis palabras acompañen el regalo. El collar lo ele§mos con mi papá en un flegücío que tenía cosas abril Te escribo esta carta muy diaertidas. Había muchas pulsera.s ) collare.s con pie- dras de colores, pero el que m.ás me gustófue este, el que te *aje. H,ry estuve en .li,r ile C:rt:¡. Esta \¡ez es ett serio, no es mentira; fuimos cc,n Lu, y la pasamos biirbaro' Hablarnos de todo urr p,f,co. (fuerían sáber cuál de 1os dos me gustaba, si Juanba o [)e,rni. ]b les corrtesté que se dejarzur de hinchar.Qe lo,sr ilos er,ar:r amigos.Pero dale con la in- Bueno, Guille, esPero verte apenils regrese de. mi r.tiaie. (ÍIJe sisrencia, rfe quiérrr estoy erlamora.d¿. La verdacl es ni yo sé" Il,e los dosi. (lreo q,ne de los dos' O de ningun'o' No s,3.Iro bueno eÍi qrue sonn.f,s arnigos los tres' A Lu le sig'ue gustanr:lo lor;é, ¡ie ller"'an rebren' Y a Cata le gust:r Un Lucas, qure esitá en el otro séptirno. También te quería decir que los amigos que más guiero son üos ) Demetria, pero oos adem.ás de ser mi amiga me gustás mucho. Melor dicho, muchísirno. beso grande, Juanba ¿No es divino? Tarde del viernes 4 de ahril Ya le contesté la carta a Lu. Se la escribí anoche antes de quedarme dormida y la di a la salida del cole. Por suerte se acercó ella. Ya esrá casi todo perfecto; Juanba volvió, ahora lo único que falta es que Demetrio se aparezca curado. 14fJ t41 Carta npa **e Y aunque no me gustó no haber dicho la verdad, nre vino bien. Y ahora,lo del perro. No me digas que esroy obsesionada. O sí, no me importa. Pero es que es muy especial, no sé por qué, por la mirada, supongo. Porque tiene L:s ojos tan negros y penetrantes como los de Demi. El martes a la noche se apareció por rni ventana y estuvi.mos conversando, en serio. Estoy segura de que era el mismo que vi en el balcón de Demetrio el fin de sernana que fui. Porque ese fin de sernana se apareció un perro negro y grande en el balcón; al principio casi me muero del susto,.pero después 1o empecé a extrañar. Me miró como si qtrisiera decirrne algo. Y capaz qr:e el que se metió en el colegio el ouo día era ra¡nbién c'l mismo perro. Tengo la sensación de qtre me está buscando. Tiene un mechón de pelo que le da en ios ojos. Eso es 1o curioso de este perro, la manera cde rnirar. Me alegro más que un montón de que sigamos sienco. de Guiltermina Reyes a Lucita Montes @ Qgerida Lu: Gracias por haberme escrito esa carra tan linda. FIay muchas cosas que quiero deci¡te. Estábamos distanciadas y sin tu compañía rne atrurría un montón. Y para que sepas, el fin de semana ese me fui a 1o de Demetrio. Sola. Esruve ct¡n la abuela y la pasé muy bien. Te preguntarás por qué fui sin decirle a nadie. No sé. Necesitá ir. Por supuesro que si le preguntaba a mi mamá rne iba a contescar que no, que para qué iba a ir si no estaba Demetrio y, además, que nadie me había invitado y que cóm<¡ iba a llegar allá, en qué. Así que si no le cc,ntaba a mi mamá. no le podía contar a nadie. I¿ cosa es que frú porque ú. Necesitaba hacer algo sola, sentirme capaz de poder hacerlo aunque me diera rniedo, digo, el hechó de llegar hasta allá caminando. Thmbién qrrería ver si la abuela me decía algo de Demi, porque la verdad es que lo extrañaba. y además quería ver a la abuela. Me gusta esa señora, rne hace sentir bien. Y como en casa írltirnamente hay mu- do a.migas. Un beso grande, Guille cha discusión que no se entiendg preferí aiejarme iur po- t4? 743 rtfl (Ce Dolores Brrrtis ,rl Demetrio Latov lEin C-|ger i Jc, el hospical, lunes 31 cle marzo f)ernetrior cuartr d,: hospital porque estoy acá, justarnen.tr:,.Es Qlrre ffre F,icó ¡:n bichc, que me dejó inconsciente. Es la' sep¡-urda \.ez que ine ataca trn bicho, te acord,ás r(11€: te: conrté.:n la otra carta, parecía medio gr:ancle y con alas;. Segrin el rnédico, es una. clase extraTe escrib,o d,*side u.n ñ¿r cle mr¡rc;iélago que tas' en general habita en tnontañas al- y no en sie:r:ras co.mo hay acá., pero se v,e qlre este rnedir¡ per.Jic[,c,. l,o,prirna,cr,o que hice enL crranto abrí los ojos fue pedir bí.rorne y p;ap,eJ 1,ara pocler escr.ibirte. Pero no me traleron. "()uedare tr:anquLi,[zr, dormí", me clecían, y al ancl¿ü>a misrno tien:p,0, rno po, ían dejar de reír:se y darme besos (mi mamá), porqtre hrahía abilerto los ,rjos. JEl estar inr:onsciente no rne cansó tarrto como piensan, pero rer:ién hoy rne trajeron con c1ué escrlbirte. Si sig-ue todo tlien, rn,añema rne maldall a GL$a. En crranto me dejen le't¿anLta:rme rrrry a echar esta. carta. al correo. 144 Ayer ei médic,:, no se despegó ¡fe,r:ni l.ado" tvle hir:ieron anál.isis de sangre y dio todo bir:rrrr; ig¡ra1 me rcjcetó un antialérgico, por las dr'rdas' Y'c 1o' iinicrl que rec:Ltc)rd,c es que el viernes, ,:uando e$aba daundo una vuelm Por las afuera.s del prretlo en el campo, rne ernpecé a rnarear'; <lespués senLí qpe algs me ag,arr:aba.tuerte del cue1lo y suportgo qtre despuLés me ciler;rnay,i,y así estuve hasta el sábado a X.a medianoc'lte. .tl\unrXue te Patezca mentira 1o que te v(ry a contar' ante$ rJel dr3srnaYo fuve visiones. ¿Sztbés qr:,é es lo que vi? I*la¡:l[a rnLlsnos que la cara de esa rnujer rewa"Capazqurc corrlPartírnos ta misnna visión, esa cara era,:hiquita y estaba frente a rnris ojos. El médicr: dice q,ure probablern,:nre haya v:istc' al bi';ho que me picó y qt.N,e fire 1o irnaguré ccrllr c¿ura. Ilerc, no.fue la úrrica visión qur: tu:ve.ILa. c,t;ra se aPareció justo en el m.oment,o efl que e,s,taL,ra. :rt,rienclo los ojos, en la rnedi¿rncx:he ,:l«:1 sábaclo. l[.-ln a:nimLal llegro y pefi:do saltaba p,,:r la ventana hacia. fuera. No me d.io miedo, silo todc, 1o contrario. ]l[ rrr,iidic'o dice c¡ue er 1o rnejor estaba soñarrdo y que to«lavía eso era parte,Je'.l s;ueño. Era verclad ql.Ie estaba sc¡ñandc,. Ct:n vos. Soñrrb:l 'que esa mujer me tenía atraptda€:n un tl¡i,rco en rnedi¡: clel mar debajo de una torfi]enta y vos aparecías a r,¡s,::ararrne. Pero al mismo tiempo vos no eralll vos, sino clue eras er;e ani-mal. L,os sueiios so:l así, se mr3:¿r:lall las r:osas lnás O capaz qtte eso que vi salt,;lr pa.rra alft-rcra era el sueñ.o que se iba v por fiL yo me dr*perl.¿rba.lUn sueño exürañas. t45 se lo conté a nri mamá, me dijo: "Con ruz6n la ventana estaba abierta cuando entré al cuarto, y eso que yo la había dejado cerrada". Espero que la cara de esa mujer no se me aparczca nunca más, no me gustó. Lo mismo te deseo a vos. poderoso; cuando Un beso, ^f ¡-Zwa /"lZátnétr¡o 1¿* \-/ \'{j ,tt {.5'-1', {,¡-d '*':,h Dolores sábado 5 de abril, más tarde t o que hice en esos días me da un poco de vergtienza decirlo, ya que me defé llevar por los insrintos. Pero sigo contandq así que. mi querido diario, tendrás que ser rnuy paciente. El domingo estuve con Rouch por el bosque. Ni rastros de la mujer ni de su lobo blanco. Vi de lejos que mis pad.res y rni abuela salían al jardín a buscarme, me llamaban, incluso se rr¡etieron en el bosque, pero preferí no aparecer. Recién a la noche fui a las rumbas a recibir mi cucharada de Sanrecol. Altí rne esperaban los tre-c con cara de circunsrancia. Yo también la tenclría seguro. .\unque no sé cómo queda la circunstancia en una cara de perro. Al día siguiente era lunes. Y yo no me iba a quedar de brazos cruzados. A la mañana corrí como un desesperado ybajé a la ciudad. Y me fui para el colegio. Allí estuve esconclido detrís de un árbol mi¡ando cómo entraban todos a clase. Guille entraba agarradaa un cuaclerno azul. 146 1+7 vigilando. é, media mañana clespués del recreio siefía uuna t¡uena hora p,2t117 e,rxtra.r. Porrque me moría r[r: g;rrra.s. ,¿Clyé puede pasar si entra un perro al colegio? Nada., aLsí qrr,e en üJarito vi qlre r.m padre que salía dejaba lar p,r161¡¡¿ abierta, zurrl, me rnetí para adentr,¡.l( ahí hice Lr más tonto de rni vida, errapecé a cor.rer cornr,o un lcrco aLrede,i.or del. edificio.Iv{e sentía dando la r.uelta,ollimpiLca ycr solo. Y aurxlue no l.o creas, querido cliario, estaba feJiz. ¿Qr,á hay de rnalo en senrirse .[e.[iz sierrdo perrro? Corrí r;o]nlo rrunca, v¿rrias vr¡eltas. De refilón'v'i caltre¿as de chicos en las venraúas. y qué. Seguro que algunos se reirírn al verrne Dasar.'lla venclría algu.ien a echa-rnre. Y vino ric,rnás. En cuanto vi al portero con la e«:,ot:,,4 otlráL vez, z;r.Ifn, me ,Jiri8í a la puerta de «:aúle. JEI portero venía demis. tlh, nq ya la habían cerraclo. ¿\ ahoru?' .R::ro alp¡rienr enf-r.aba cle rruevq rne coEsrur,.e lLé entre l¿u piemas y diisparé toJo 1o más rapido que pude. córno los chi,:os c:starían habla¡rdo del perro que corrría¡:,or eil colegic,.Inaaginfurdome cómo los chir:,cs haLt,la"rían de rní sin sat,r:rIcr" nnra¿;iná:rrf<rmLe Otra <¡re hicc. El r:narteri ,¡ la ncrche taurbién me fui a darr una vuelta" l.o rnás g,enila1 d.e todo era que ahora Ilo rne daba n¿rdlaL de miedo ¿r¡rdar solo por ahí. Ni de día ni de nc¡che. Ivltarché para la ciudad" Esru.ye recor:riendq pasé por la. plaza,vi Lr calesiravacta.lt deqpués ro atfratr'té -¡r enfi-lé pnra 1o ile Guilie. A esa hora segu14& ro que escaría durrniendo.,Así que me puse a espia:r rsu ventana descle elfi:¡reno de enfrenterque es nauy nrpido, nadie rne podría ver. F)ra,una noche Linda y caluroria, y Guille, en \¡e:2. de estar durrnien,Co, se errcontraha asc,rnada a la ventana Qé tentación r:[e ir a charlar con ella. Aunque 1o d,: charla.r es un decir; claro. En eso vi que rne ltacía señas con [a mano y con ][a cabeza. Me habiadescubierto" Frimero dudé, rne rJaban nervios, ¿y si se daba cuerlta cle que erayo? lPero eso era furrposrllble', qué se:'.ba a imaginar que era realm.r:nte yo. Entonces empecé acflJzaÍ la callgera mi o1xrrru:r:Lid«l de estir cerca de Grtille. Llegué a la ventána y al.cé la cabeza.El.la estiró la mano pala acariciarme y 1o prirnero que Írice fue olérsela, qué tcrnto. Cómo se me oflrrre c,ltrl,e Ia mano. Después estiré más la cabeza ),rrle Lr empezó a acariciar. Esruvirn'rs un rato así. M[e clijo que me parccía a su arnigo Derni, o sea, me diio que me pare{:í.a a mí y que por eso rme iba a llarnar "fle-mi'1 Nunca pensé que pcdía llegar a ser tan feliz siendo peüo.IyIe,esruvo char:lando un r¿rto hasta que de ¡;olpe unas ft-rces me encandilaron, y me eclré para atrás. FÍasta llegu6,l dudar si de ahora en más lalr;z rne ill:ra a mo-[est;ar, como a.lcs verdaderos vampiros, que no soflortan 1afu2. Pero no, eso no podita se.r, me estaban darldo S;rnrecrrl. Avanzaba un auto. Pensé qrre lo meno,r sería irrne,-¡a vonve¡ía ot¡a noche. Entorr«x me em1rccé a a-lejtar. (3r;i-[e me llarnaba y di ln¡elta ta cabezaparaL rnirrrrla. En ese r.+9 momento me prometí a mí mismo que si aigáü día volvía a ser chico otra vez, intentaría besarla. El miércoles anduve dearnbulando perro por el bosque. Ahora si extrañaba ser chic<¡. Los primeros días habia empezado mi nueva vida con más ánimq clecidido a ser feliz a toda costa. Fero la felicidad se me liabía acabad«¡. Puso punto final el día miércoler.Qé iba a ser de mi vida, ¿,siempre así? ¿Apareciendo cada ranro como perro por la ciudad?, ¿visitando a mis arnigos en las ventanas para recibir un par de caricias? Al mediodía almorcé con rnis padres v mi abueia" Habían salido al jardín a buscarme y fui, no me hice el interesante, quería compañía. Me conraron que habían hablaclo con el médico de Sierra Aira y que Dolores ya estaba totalmente repuesta" Y que por la mujer loba no me preoürpara más, que aparecería, segurarnente, dentro de ueinta o cuarenta años a intentar molestar de nuevo. No quería escuchar hablar de e114 nunca. Después" mi madre me abrazó y se le soltaron unas lágrimas que se quedaron en mi pelo, sobre el lgmo. Al anochecer me fui a dar la vuelta con Rouch,los dos corriendo por el bosque. Volví para rni ración de Sanrecol y luego mi madre no quería qr-¡e me fuera. Pero me metí de nuevo en ei bosque, me hacía mal verla triste. Por ahí, debajo de los árboles, me quedé dormido. 150 Varias horas despu,és, no sé cuánÍas, me emPezaron a picar los ojos. Al fin logré abrirlos.I-,,\:a luz se colaba en[re los pinos. Otra vez rne molestaba una luz' Empecé miedo de nuevq de que los síntomas de vampiro se me esfuvieran agravando. Entonces moví las piernas, los brazos. Sentía tra cara apiasmda. La levanté" Escribí bien: "las piernas, los brazos". Era yo. Tenía las piernas llen¿u cle ramitas que me habían dejado marcas en [a piel. Pero no tenía pelos. Por ningún lado. En los bra,o, ,r*p,r.o. Me palpé la cara,primero me la tuve que a tener lirnpiar con la rnano porque se me hab'tarl Pegado las hctjas, Empecé a mover las manos, ias apoyé en el piso, me puré.Era,vo. Parado en mis dos patas. Rouch no andaba pr:r airí; 1o llamé, pero nada. Claro, siempre aParece de noche, de día no sé por dónde anda. Comencé a correr entre los árl¡oles, enfilé para mi casa. Al Pasar Por el cernenterio di unas pirtretas. "¡Soy yo de nuevo!", grité, y seguí corriendo. Entré hecho un ciclón por ia puera del fondo, subí las escaleras, corrí hasta el cuarto de rnis padres y abrí la puerta. Allí estaban, durmiendo toclavía. Claro, con 1o que les cuesta abrir los ojos bien temprano. Pero pronto van a tener Ere madrugar otra vez, porllue de ouevo voy a poder ir al colegio. Me tiré en la cama y los dos saluron, se pegaron un buen susto. yo de uuevo! ---gritaba. Por fin abrieron los -¡Soy ojos. 151 ---¡Demetrio! -i3ritaban" y me aL,razarc,n.lyli ma- m;í me aca.riciaba el pelo, el que irenrgo,e,n la da cle p«:lo en t,,:rdo e[ cuerpo, ,:aLbeza., n¿- lni f)ernetrio... --clecii;l mi rnamá. -Dernrr:trio, t)espués un rato mirándonre---. SilJhasta parecés más grande dijo,, y rne vol,yió a abra'zar.Mi se quecló -me papá tarnbién rne abrazab,a.¡ lloraba con ella, Iin entró rni ¿rbuela: para conrp1,,:ra::, otra llorando. También se ti.rír en [a c:alrra- y Íne abtaztba. Esrrr¡¡imos un t:ato todos :rt»:lrzaclos, cr)nc() si f'ufua:nos e,so Eiueno, flerminé de cr:nta:r mis a.,rcnturas crorno perro. f)ebo seguir con mi vida de hunrano, qrüe es muy lincla. Aunque (ta que no sabés" iquerirlo cliarioi) C)rra il rnaiian;r" Itero mLis padres me c[í,r:en ,que no, qr]e eriper.e,, Por un rnonneilrto rne rlio Lniedor de qrr,: estlrvief'an pens,ando en qlrc me iba a c,:nvertir en perr.r() cle nuel'o. ''lisperá vez con el terna del colegio.'Yb quiero -me ir a la ciulad a habJar con el ¡néclico y la preg:r:Ltar¡xrs." [\¡imos" Iil médico diio que seguranlrente el Sanrecol estaba danclo bu,=nc,s; r,eslr].tados, aurrque no ase¡y;ró nad.a, -qr-re esperÍirarnos Llfl pclco. -¿atnos a E¡itos mri«licos no saL,en mucho rnás <1ue mosotr()s. Así que tengo que esperat; ¡:c,r lo orenos h¿ri;t¿r ,,:[ l,unes. (!e ,desc'ansar,a 1/ tolioa-ra t;opa. F<rr suet1e r,r¡lvi,ó a decir <1ue Dolor:es estaba rmry bien. Despu(is pi,Jió Lrablar c(lnmi¡¡o y rne dij,:: t52. :-¿Gracias, por qué? .-^Por haber salvado a Dolores. --[Jueno, mucho no hice, fi:e nlás L,ien la pulalis tmorrJe- **l\{-o te creas que fue solo eso *--rne contestó elmétlico-; rr"r"ie hayas accptado conv\:rrirte en perro,y ve- llegar antes cle la medianoche nlo n:¿.icho qr-lc \¡er tar¡!¡ién. Vos sabés que podría.s frabertr: neqaclo a converf-irte 1r, sin embargo,lo hiciste por tu nir cr:rriendo prara alniga. u.na caden:l de prlata. dijeron--, **-Gracias, Demetrio. _-Y ustecf, ¿córno sabe? --Estuve estucliairdo sol¡re ,:sla r"¡aldición" En i-in lif,rc sc{rre vampirismo encontté que frente a este tipo ,:k: nrorde,-{uras, hechas por una mujer vampiro, la soIución Ia pr-recle dar un;rnimal, no una persona. Así, si i;uL¡ieras aparccid,: como chico, no hubieras podiclo ha- ccr llada. Pero acercarte corno auimal fue 1o qrre sanó la herida cai-rsa.da por csos dientes rnaklitos, además cle las ho.ias áe pulo.lls morcle. Bueno, para algo habia servi.do ser animal por un ratc¡. Si asílahabía salrrarlo a rni atniga cle ser varnpiro, hienvenido sea. entonces, r'para cpté la propia mujer \¡ampi--Perr: ro trl1e r1ij,: que me corfvenía convertirme eri perro, a,"í ilega[,a nrás rá¡rido para salr,artra? Si hubiera ido como chico, ahora f)ol,rres; sería de su séquito. 1,53 Diorio de 6uillerrnlno Reyes --Es que ella a quir:nL eueda era i[.!'os, noa Dolc,res. A Dolores fa rnorclió para c(,r)se$Lrfu:te: a r()s. Si re c¡ued:rbas peffo, [arde o te.mpr:rno hr¡biera r,.r:nrirJb a buscarrgperq por siurertq este {b.:m,osr:r Saruecol hi:zo k: suyo. Qgé :remeclio rníis fa:ntásrico. Hicjiste bien en aparccer delante dr:tus padres, asílpucli,eron d.arte el Sanrecol lo antes posible. "-EIIa me había cti.cho qu,e ftl le c,c,nrara nada a las persornas quLe Eliero, por$re eso les p,crdía haceruIf"r" rna[" []ero a-l ver q¡.re ncre había rnenrtir:lo con Drolores, ya nc, le creí y volví a. casíL ---lLo bien quLe hiciste:. A se,res así nLr.¡ ha.¡ que creerles nada. Hsa fure ftr c,cnve..rs;rción qrre ru¡re cr¡n el rnédi,co. A1 tipo sinrpático. I),:rpués nos h¡ir:nos todos mu1, corltr:n!()si a[resrtor.án Don Pedro. AunLc¡¡r,e antes rle entra_r,,con mi abuefa no resiritirfioa la tentaciórr de «l¿u: una vue.[t:r en 1a calesifinaf,, xln ta de la plaza..A.llí erstaha e.[ mLaJ.hunnorado de cl,on Pas«:mrl, conro siernpr,e, poniéndola en ftmcicu:Lamiento.lLh.,qué Linckr e$ serr: drico cle r,ue.¿rr. ñl me er)co,ntré corr ning¡íur cnmptñero p,:rque a e,sa hora estab,an t¡dlc¡s en clase. For rsue::rte no tenía ganLals de dar caciones. 154 "*pli- Lunes 7 de abril @é suerte, apareció l)emetrio, por fin estarnos to- Cuando nos virnos nosgbrazamos en medio del patio. Primero fui 1,o corriendo v io abracé en cuanto enmó al colegio, y después vino Juanba y se tiró arriba, parecíarnos una peXota, Estoy contenta, se lo ve bien, hasta parece tener más color en la cara. N[e dii,r que por fin habian enccrr.trado un tratamiento, un remedio, el nc,rnbre era algo así como Sanre no sé cuánto, una especie de compleio de vitarninas. Juanba le contó que había esmdo en iltoldestévora, le hizo el cuento de los trnozos,los que se asustaron con el apellido Latov. Demi se rió fuerte cuando lo escuchó, pero me pareció que err el fondo no le hacía mucha gracia" olb le dile: --*No [e hagas casc¡, ]uanba es un exagerado. Después, en elrecr:e.o,les propuse mi plan: ir a briscar al perro durante el fin de semana. Les c,cnté que se d<is. 155 me había apa.r:e,r:icilo rma noche y qr]e lo hal¡iaesrado acariciando desn:le m.i. .¿enta:n¿1. allí o por otrr¡ lado, flenti clice que por el sendero no se [o crr¡zé nLrnca nrando vuelve a su casa..Ahora .,r]eh'e sü- f]erro --dqo verria a buscar el papá. Bueno, estov corr[e¡¡ta, por Íi.n el r:olegic se está poniendo diverdclo. --Ni qur: estuvi.er;as en¿un.<¡raLda <i[e ese Ju.an.ba. 'Ii¡'dos; se r:ieron cc¡n lu; n:L afxr pasacio tro el cornentari(> de Juanba, rne- Demetrio, gue se pusio urr pc(:o col,orado. Cllarq coimo yo le había. ,Jicho que se parecía a é,7, c,apa.z c¡ue piensa que f:n ,e"l .Ec,ndo yo r3sitoy enarnor¿rc[:,r de é]1. P,ero nosr llo c¡pre Eri.er:o es busc;¡r a.l per:ro con mis arnigos; se los «luriero mos[rar -/ ,adenrás; me ¡;ustaLría saber a:l«inde vi- ve pára poder viisitarllo A.la s:rllidla, Juzrrba Ie clo ,Cesde Molclestévc,r:ír dio paquete que había traílpara é1. Il¡ernerrir: se puso de en nuevo coloracl,o,, dJijo r:n "¡5rar:iars" tínnLidcr,, pcro no lo ab.rié,; en carnhiu:r, se q¡.ledó rascan«lo eJ paqucte con el Yo quería. pero no pregrntó nadrr y rne ti pialra. cas¡lr, fl.o lmre gusta s€r tan curiosa y estoy trata-ndo de d,¡rr:.inar.rne" O, por 1.o meno$, óe qrre los dernáLs nc¡ se d,en cuelltír. cle,J,c" r,iaLber c¡ué e:ra, Nlartes 8 tle abril Tc¡do el mund,c, preE¡lritó en flrLri ca.s:rs si el,:lomingo pod,:rn.os hacer ru:ra excursión, y J[,cx; pa,$res clij,er:on que sí. r{si, rque el. drlrningo \i'amos a- lle.yar cos¿rs lpara e[ picrnic y cañas de pa:scrlr. l-»i-dLá ern.co,r[ltre]Etr]s a-[perro por r 5(, 157 (Z,wu É¡-buratrb fu Lunes 7 de abril [{oy fui al c,ol.eg[1¡, el málico me dio perrniso, piensír qu.e el S¡uurecol va a surtir un buen efe<to en mí y no rrlri: voy a conr¡ertir nrás en peffo. Es en lo único en que podemc,s c':¡nfiar pol el moÍnento, no ha1, otra cosa inverrtada, así que más vale qrle dé resultaclo. En cuanto entré, Guille l.ino conno una tromba y me abraz6, me dio mucha alegría. Tiunbién Iuanba se ab¡rlanzó alabrazo;clescle fin del año pas:rdo que no 1o veía Noq reírnos un rrontón ]-m chicos nr:r; vieron yempe,Lárron a aplaudir.Despuás Iuanba me empezó a contar cómo era Molcrlestévora, «1ue tenía i[ue:ir a1gún día, y ahí me puse nervioso, pr:Ío largué una .risotad a para dis:irnrulu'. Por lo que cxrienra luarrb4 todo el rnooJo ,. asusE¿r cuando esctrcha el apeJ.lidolatov.lie r¡e que tientxr bien claro qué c1ase de f'amitia somors o, rnejor dicho,le L*r.r, rE,.ul$rurr hicierc¡n t.flr,xJlc, muclo c:aso ¿tír lgfama_^que f3J@-aue nos fllclefon hicieron el ta-[ con<fe Drc,ll y su sobrirrrlE#11!¿üpero no quieque pasen trelnta o c,uarenta,¿ños. 158r En el recreo Guille propuso algo que me siguió poniendo nervioso, aunque tengo que decir que también rne clivierte la idea. Qiere que vayamos todos a buscar aI perro. Puso tantas ganas al decirlo que hasta Iuanba hizo un chiste pre¡;untando si estaba enamorada de ese peffo. A todos les enrusiasmó la idea: que el clorningo hagamos un picnic en el sendero que conduce a mi casa, cerca del arroyo. a ver si 10 encontramos poi: ahí. Yo, por las dudas, dije que por ese,camino no 1o lrabía r¡isto nunca, pero ya eta tarde para cortar el entusiasrno. Hl sábaclo a la noche rne romaré doble ración de Sanrecol, si el médico me deja, no .yaya a ser cuestión de que rne com'ierta y rne ensrentren. Aunque en realidad estoy tranquilo: siente¡ que eso ya nunca va a volver a pasar. En realidad, espero que nunca vuelva a pasar. Bueno sería que apareciera como chico y cuando sintiera que me estcry cqnvirtiendo, me ruviera que esconder y luego aparecer como perro, y así. A la saiida del colegio sucedió otra cosa que me puso de nuevo contento y nervioso alavezt Juanba sacó un regalo cle su mochila. Era un paquete celesre, cham y reciondo, bastante más grande que una mano. Estaba emocionadqpero al misrno tiempo, asustado. Enseguida rne di cuenta de lc, que era,la forma era muy delatora, y por eso no 1o desenvolví delante de é1 ni de los orros. Sonreí y me fui apurado, haciendo redoblar mis dedos en el paquete plano. Mientra.s rne alejaba le pasaba las 159 yernas, no tenía rringuna duda. Cuando me bajé dell co- Iectir¡o se.guí cami:eando pc,r'el sende.ro 1" a1 [[e¡;ar a la altura del arrol,o me f¡:ené. Lr-lego mirá pa:r:;r to<fos lados. Y' d,espués {o abri: eri} un esp,tjo del t:rmaii<¡ ,Cr: rni cara sitín ,Vue tuoe una aez con pos ! que nunca' te cottfesé. .I>aso d.,c'antarte. El año pasado rne encontraba en el bañ.o del colegi':t, es- un ¡larco corr dibu.¡os. -r1poyá el csp,:¡o en ,:1 piso, enr:irna de las pincrclLias, lueg,r doblé eil pa1rcl r:eleste y lo guardé en la nrochila.. DesErés rne animrS ;r tor:narlo,, Y a taba encenatlo en wno de los baños, no quería qae nfl'die m'e' oiera ¡rorr1ue estol,tt llorandq y lloraba porque ex:tra'ñ'a' ba a mi,papd. No s,í si te acardás de que mi papá se !1171;6b¿t carsi )n),alo el tiernl)o en el cúnttpo J lo aeía poco, ltasta q'u:e mi¡atme. reflejaban los tr«rncos y las copas de dor; pinos hrermosos. Pero no me irnrportó no estar ahí, en el reflejo.Igu[ tomé la decisión c[e colga"rlo en rni ürarro, en laL puerta del ropero, ya que es Lln regalo de un am,igo, de rni meior amigo iunto con Guille. Y :rh,ora escoy acá en nni cuarto esc¡ibiendo, rnientras me n:ira el erpeio. A continuac:ión, pego \a cafia. qu'3 encontré adentro dell prrqtrete, j'unto con el espejo, vení.a en un sorble t:rm- dedrl'io caur,¡biar de uabaio para estú,r tod,tl el nempo celeste..AiS". día me l/oy a anirnal yo rmisrno contade mi secreto cle vamp,iro. Ahí r,a Lr caLrca: oo! $ poner. Fero no imparta, tu lo ool'a lotttarr igual, ahora hasta ¡tarece gracioso, .Auinque, pa'r6' srr si,ncero, e;n), ese mofi'rcnto nne asusté. Cuando' saliste del ha'' crsm Se b:ié,n a Lfuentdo Demehio: parú que sepas que en el' aiaje no contraril, te tengo prerent¿t tc,tlio el tiempa. Y también te e.scribo porque te qu[ero carltúr por qué elegí este espejo para qu,t lo tenÉ:as corno un recuerdo de tu c'i,url,ad., aunque no la ,;on¡tzcas, para ) Eue de alguna ima7b escribo estü carta me oluido de vos, al net'd'uos ta.ffipaco te oluides de mí. .Resulta que elegí ufi. espej(,para regalarte, allemá:; de porque 160 me parectó mql lindo, ct¡mo sínr.bolo ,le u.na conJu- cotl)' na- sotros.I)u:uto,,la cuestión es que ya nxe encont:tab¿t all:i' en* cerrado, en uno de los baños, cuando oas entrdste con.lostí' al b*ñ.o yJcsé sefue ráp'ido. En' canlbio, rttts tardaste m,tís. Yo m.e los puse a esyiar Por arriba de laltuerta, queríar que sefueran Para salir trantytilo, n'o guerítr' Erue se dieran cuenta. de que había estado lhtranda. Los dos.fueron En e.:;o, t¡o,s saliste. Casi me da rsergüenza pone'rte l'a ri' dti,:ul.er que te ño.fu.iste tdirecto a mirarte en el espejo. .Yo rne enco'nffcr'L'a en el últ'irno baño, estaba parado en el irndoro paru' 1n'ler puerta. Y aí cómo te' mirab¿vs' ITiiaÚe si ntt, e.¡taría loco que en ese rnornento (ous a Pensar Eue so) utn tonto), lo que a'i es que ?os na te refleiabas en el esp'zio' Qpe estabasfrente al espejo I tu im.agen no qDarecía" ll'te un. segundo, porque enseguida rn sé qué htuste 3 te./utiste del hañio. Ese segundo me bastó para hucerrne una pslii6;ry'16 üer lror arriba de l.n efiorrne. L4z creí qwe realmente te h.abía CIisto n¡,irá'nal'ote I 161 gae no te reflejabas. Segurumente qa#te vi mbándate,lte_ ro lo que debe de lzaber pasado es que,por el lugar ro qu, yo estaba, el último baño y trepado en Wtas de pre ol lnodoro para llegm a la lo q* no zsi es el espejo, y en¡ruerta, seguida rne irnaginé que vos no te reflejabas. ta del ropero. Si viene dsú" amigo 1o voy a rener qr.re clescolgar y listo, para qr.re no se dé flrcnra de que no me reflejo. Y quién sabe, c¡uizá con lapráctica lo logre. Qirá, de tanto mirarme, algÉ{rd'ra me vea. No sabés las cosas que pensé a partir de ese ,notnento. Incluso me llegué a. reer que a lo mejor vos eras un oatnpiro, porque los Tsampiros son los que no se reflejan en los epelo*No te preocupes que sé que los.uarnpiros no existen, y rcmo prueba d¿ eso, te regalo e*e epeJo para gae te mires todas las mañanas. Disculpame las locuras que llegué a pensar de oos. Segjtramente tendría los ojos llenos de lágnnas J l,or esa no 1rude ver tu rrflrlo.Por suerte ahora mi papd está todos los día; en casa j)a.no lo extrañqporrye to tmg, al alcance de la rnano. El aiaje con élfae lo rnás lindo que hice en mi aida. Buena, Demetriq espero que lo y lo dl{rutes mucho de tu rega* todas las marianas para peinarte. Tu amigo que te quiere y siempre te recuerda, uses Juanba Como dice luanba, ahora que rengo el espejq trataré de mirarme todas las mañanas.yaprobé hr.. or rrtqy Io que vi fue lapared q¡.re esrá derás de mi cama. Pero lo voy a dejar allí, donde está, colgado en la puer_ 162 163