CULTO DIVINO DE TÉNEBRE Viernes Santo Para dejar una impresión en las mentes y los corazones de los creyentes de la terrible consecuencia del pecado y la magnitud del sacrificio de nuestro Salvador, la Iglesia Cristiana antigua tenía un culto especial el Viernes Santo llamado Ténebre. La palabra significa “oscuridad.” Se llama así por la ceremonia hecha en le culto de apagar las velas sobre el altar consecutivamente. El apagar de las velas, una por una, simboliza como disminuía la lealtad de los discípulos y amigos de Jesús. Las velas también representan la luz del mundo disminuyendo mientras que Cristo iba sufriendo y muriendo. Esto nos hace recordar los eventos que terminaron en la oscuridad total del Viernes Santo. Este culto fue adaptado de un orden antiguo del siglo octavo. Una vela queda alumbrada hasta el final del culto simbolizando que aún en medio de la muerte y la oscuridad, las fuerzas de la muerte y el infierno no prevalecerán contra la luz de Cristo. ¡Su resurrección es segura! ¡Él vive eternamente! ¡Y nosotros también viviremos con El eternamente! (Se debe encender las siete velas sobre el altar, pausadamente y con reverencia.) INVOCACIÓN En el nombre del Padre, y + del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. HIMNO ORACIÓN Oremos al Señor: Asístenos misericordiosamente con Tu ayuda, Señor Dios de nuestra salvación, para que entremos con reverencia a la contemplación de aquellos hechos poderosos, por medio de los cuales nos has concedido perdón, paz y vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. LA OSCURIDAD EN LOS HECHOS DE VIERNES SANTO Hoy queremos volver al tiempo del primer Viernes Santo para tratar de revivirlo en un breve devocional. Volver a sentir las emociones que tenían las personas que presenciaron aquellos eventos. Imagínense que están presentes mientras que el sol subía aquella mañana, viendo a los que colgaron a Jesús en la cruz clavándole clavos en las manos y los pies. Al medió día la oscuridad cubrió la tierra. A las tres de la tarde, El encomendó Su espíritu y murió. Entonces José y Nicodemo le pidieron a Poncio Pilato el cuerpo sin vida de Jesús para enterrarlo. Rápidamente lo bajaron de la cruz, y cuidadosamente lo pusieron en un sepulcro nuevo donde todavía no habían puesto a nadie. Una guardia de soldados fue llevada a la tumba y el sello romano fue puesto sobre la piedra que la tapaba. 2 “Consumado es.” Dios no escatimó a Su propio Hijo, Sino que lo entregó por todos nosotros (Romanos 8:32). LA OSCURIDAD DEL RECHAZO DE UN AMIGO PRIMERA LECTURA: San Mateo 26:47-56 Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del Hombre? Los eventos trágicos del aquella noche se empeoraron con lo que hizo Judas Iscariote. Judas era uno de los doce, y en su mente torcida, quiso obligar a Jesús a usar Su poder para establecer un reino terrenal. Así, por treinta piezas de plata, el precio de un esclavo, Jesús fue entregado a sus apresadores. Desde ahora, Jesús se humilla completamente y se deja ser maltratado. Los hombres han empezado a volverse contra Él. Entre los hombres, uno de sus estudiantes especiales lo entregó en las manos del enemigo. ¿Hay un dolor más grande en la vida que tener un amigo amado que se vuelve en contra tuya? Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió Su boca. Fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Derramó Su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores. Por la rebelión de mi pueblo fue herido (Isaías 53:7, 8 y 12). (Se debe apagar la primera vela..) LA OSCURIDAD DEL RECHAZO DE LA IGLESIA SEGUNDA LECTURA: San Mateo 26:57-68 Entonces Su pueblo escogido, la iglesia, lo rechazó. Caifás, el Sumo Sacerdote, se levantó, rasgó sus vestiduras y gritó: “¡Este hombre ha blasfemado a Dios!” Su iglesia hizo esta acusación en contra de Él. ¿Puedes sentir la tristeza de ese momento? Jesús, siendo verdadero Dios, había alimentado, bendecido, corregido y ayudado a Su iglesia defenderse de numerosos enemigos. Había dado a ella la promesa sagrada del Mesías. Ahora que había venido el Mesías, la iglesia grita en contra del Él: “Este hombre ha blasfemado a Dios.” y ella hace preparativos para que matarlo. Llora, tú como joven vestida de silicio, por el marido de su juventud. ¡Ay del día! Porque cercano está el día del Señor (Joel 1:8 y 15). Ustedes, sacerdotes, ministros del altar, vístanse de ropas ásperas y lloren de dolor (Joel 1:13). (Se debe apagar la segunda vela..) LA OSCURIDAD DE SER RECHAZADO POR SU NACIÓN TERCERA LECTURA: San Lucas 23:1-12 3 Herodes no quería nada que ver con Jesús. Herodes representa el pueblo escogido por haber sido su rey. Pero Herodes se burló de Él y lo devolvió a Poncio Pilato. ¿Has sido declarado alguna vez enemigo de tu nación? ¿Eres como un hombre sin patria? Si pudieras sentir el terrible dolor de ser alguien sin hogar, entonces comenzarías a sentir lo que Jesús sintió aquella noche. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino. Pero el Señor cargó en él, el pecado de todos nosotros (Isaías 53:6). (Se debe apagar la tercera vela..) LA OSCURIDAD DE SER RECHAZADO POR EL MUNDO CUARTA LECTURA: San Lucas 23:13-25 Poncio Pilato se lavó las manos del destino de Jesús. Él sabía que Jesús era inocente, pero lo entregó para ser crucificado. La última esperanza que Jesús tenía, el último amigo a quien podía pedir socorro, su última oportunidad para apelar su caso y todos desaparecieron. Ahora, solamente le queda el camino hacia el Calvario; le espera la muerte. El camino es doloroso, la cruz es pesada, las mujeres lloran, la multitud se burla de Él, el vino es agrio, la corona de espinas duele, los clavos rompen y maltratan, pero el peso más grande y más penoso es tener que sufrir a causa de nuestro pecado y de toda nuestra maldad. Sólo le queda la cruz y la vergonzosa muerte por nosotros, para el perdón de nuestro pecado. HIMNO (Se debe apagar la cuarta vela..) LA OSCURIDAD DE SER RECHAZADO POR DIOS QUINTA LECTURA: San Mateo 27:32-46 Solamente una vez ha ocurrido en toda la historia del mundo. Solamente una vez Dios ha abandonado por completo a un hombre y aquel hombre era Su Hijo amado, Jesucristo. Quizás tratarías, pero no puedes imaginar lo que significa ser abandonado por Dios. Ahora Dios está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo, porque Cristo murió y pagó nuestra culpa. Por eso aquel grito desde la cruz, es un grito tan angustiado. Este abandono por Dios fue la finalidad profunda de la venida de Jesús a este mundo. Para Cristo fue el momento de terrible angustia al ser nuestro sustituto hasta la muerte, y ¡lo hizo porque nos ama! Como un tiesto, se seca mi vida, y mi lengua se pegó a mi paladar, y me has puesto en el polvo de la muerte (Salmo 22:15). Mas Tú, Señor, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate a socorrerme (Salmo 22:19). (Se debe apagar la quinta vela..) LA OSCURIDAD DE LA MUERTE 4 SEXTA LECTURA: San Lucas 23:44-46 Entonces, después de haber clamado a gran voz, Cristo inclinó Su cabeza agotada, entregó Su espíritu y murió. Fue abandonado por los hombres y por Dios en Su sacrificio supremo. En obediencia a Dios y para la salvación de los hombres, murió. Y cuando los soldados revisaron a los crucificados, uno de ellos abrió el costado de Jesús con una lanza y al instante salió sangre y agua. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza, abandonado entre los muertos. Me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en lugares profundos. Soy como hombre sin fuerza (Salmo 88:4-6). HIMNO (Se debe apagar la sexta vela; queda una sola encendida..) Y, ¿LA OSCURIDAD? SÉPTIMA LECTURA: San Juan 8:12 Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, Y le dio un nombre que es sobre todo nombre, Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra y debajo de la tierra; Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, Para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:8-11). Dios nuestro, santo y fuerte, santo y eterno, santo y perfecto amor. Ten misericordia de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Oremos al Señor: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre; venga a nos Tu reino; hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo; el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación; más líbranos del mal; porque Tuyo es el reino, el poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén. Nos gloriamos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: Solamente en Cristo esta nuestra salvación, nuestra vida y nuestra resurrección. Miren, todavía hay una luz encendida. No todas las luces han sido apagadas. Tampoco han quitado la vida de nuestro Señor para siempre. 5 El poder infernal, la muerte, la tumba; estos no podían, ni nunca podrán sujetarlo porque al tercer día El sí resucitó. Ellos no son los vencedores. Cristo, el Señor es el vencedor. Jesús, y sólo él, es quien triunfa. Sí, en medio del caos de los elementos, en medio de la tierra que tembló, el velo que se rasgó, y los sepulcros que se abrieron, ¡Cristo vive! Nuestra voz alcemos en adoración por el grato precio de la redención. ORACIÓN Todopoderoso y eterno Dios: Tú has dado a Tu Hijo para que por nosotros padeciera en la cruz a fin de rescatarnos del poder del adversario. Ayúdanos a recordar la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo. Ayúdanos a darte las gracias por lo que Él hizo por nosotros. Bendícenos siempre con el perdón de nuestros pecados y la redención de la muerte eterna. Te alabamos y te exaltamos por Jesucristo, Tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, siempre un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. HIMNO BENDICIÓN Bendigamos al Señor. Demos gracias a Dios. Que Dios, nuestro Padres celestial, reine en nuestros corazones; que el Espíritu Santo, nuestro Consolador, nos guíe y nos proteja por ser hijos e hijas del Señor; que Jesucristo, nuestro Salvador, nos lleve a Su Reino eterno. En el nombre del Padre, del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén. Vayamos en paz. Sirvamos al Señor, salvados por Su amor. Amén. Gracias a Dios. SILENCIO, MEDITACIÓN y ORACIÓN