Subido por William Sangama Flores

clasificacion presas tcm7-28834

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PRESENTACIÓN
La naturaleza extremada que caracteriza el régimen hidrológico de nuestro país ha
exigido un importante esfuerzo para incrementar las disponibilidades hidráulicas naturales y
paliar los devastadores efectos de las avenidas.
Dentro de este panorama la regulación fluvial mediante presas juega un papel
imprescindible para satisfacer las demandas de los abastecimientos a poblaciones, regadíos,
industrias, hidroelectricidad, y otros usos, incluidos los medioambientales, así como para el
control y laminación de avenidas. Por otro lado, los espejos de agua creados ofrecen nuevas
posibilidades para el ocio y la vida silvestre.
El extenso patrimonio en otras hidráulicas de este tipo, fruto de las circunstancias
especiales inicialmente comentadas, requiere una atención especial. En el proyecto,
construcción y explotación de grandes presas se presta gran atención a la seguridad, de
manera que durante la vida de las obras se minimicen a la medida de lo posible los riesgos
aguas abajo. La consideración de tales riesgos está contemplada desde hace tiempo en la
Reglamentación Española de Presas. Así, la Instrucción del año 1967 ya planteaba la
necesidad de reducir los riesgos aguas abajo de las presas e incluso de establecer la forma
de advertir la población potencialmente afectada sobre los riesgos que pudieran existir, si
bien se refería fundamentalmente a los riesgos derivados de la evacuación de avenidas.
Sin embargo, el considerar los riesgos que pudieran derivarse del funcionamiento
incorrecto o de la rotura potencial de presas aparece por primera vez de forma explícita en
nuestra legislación con la publicación, en febrero de 1995, de la Directriz Básica de
Planificación de Protección Civil ante el riesgo de inundaciones -aprobada por Acuerdo del
Consejo de Ministros del día 9 de diciembre de 1994- y posteriormente en el Reglamento
Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses aprobado por Orden Ministerial de 12 de
marzo de 1996.
Como consecuencia de la consideración explícita de los riesgos antes dichos, en
ambas normas se introduce la obligatoriedad de clasificar las presas en función del riesgo
potencial derivado de su posible rotura o funcionamiento incorrecto en tres categorías, en
función de las posibles afecciones a la población, servicios esenciales y bienes materiales y
medioambientales. Dependiendo de la clasificación resultante se determinará en qué presas
se habrán de implantar y mantener Planes de Emergencia y además, de acuerdo con el
Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses, se definirán las diferentes
exigencias de seguridad tanto en los criterios de diseño como en las condiciones de
explotación y de inspección.
La clasificación de presas en función del riesgo potencial se perfila, por tanto, como
un instrumento básico para la gestión y mejora de la seguridad de presas, que constituye el
punto de arranque del nuevo planteamiento que en esa materia se desarrolla en el
recientemente aprobado Reglamento Técnico.
Los criterios de clasificación definidos en la Directriz Básica de Planificación de
Protección Civil coinciden exactamente con los que recoge el Reglamento Técnico y tienen
un carácter descriptivo y general, requiriendo, por tanto, un desarrollo que permita que las
Resoluciones de clasificación de presas se puedan dictar con criterios más objetivos, de
fácil aplicación y homogéneos para todas las presas. Se ha considerado también conveniente
plantear con carácter orientativo una metodología general de aplicación que facilite todo el
proceso de clasificación de presas.
Como consecuencia del planteamiento anterior, se ha redactado la Guía Técnica para
clasificación de Presas en función del riesgo potencial que se presenta, que sirve para
facilitar la aplicación tanto de la Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante
el riesgo de inundaciones como del Reglamento Técnico sobre Seguridad de presas y
embalses, y a la que está previsto que sigan otras Guías Técnicas en las que se desarrollen
de forma semejante los criterios y metodología para el establecimiento de los Planes de
Emergencia de Presas y los restantes aspectos contemplados en el Reglamento Técnico
sobre Seguridad de Presas y Embalses.
Madrid, noviembre de 1996
Carlos M. Escartín Hernández
Director General de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas
PREÁMBULO
La presente Guía Técnica ha sido elaborada a partir de una propuesta inicial redactada
por:
-
D. Jesús Penas Mazaira, del Área de Tecnología y Control de Estructuras de la
Dirección General de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas.
-
D. Luis Berga Casafont, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos de Barcelona.
-
D. Mariano de Andrés Rodríguez-Trelles, de la empresa E.C.M.
A dicha propuesta se han incorporado sugerencias y comentarios realizados por las
Direcciones Técnicas y Comisarías de Aguas de las Confederaciones Hidrográficas y de los
Ingenieros del Área de Tecnología y Control de Estructuras, tras un proceso de debate
coordinado por D. José María Santafé Martínez, Subdirector General del Servicio
Geológico.
La finalidad y ámbito de aplicación de la Guía Técnica son los indicados en el
Capítulo I de la misma.
Los comentarios y observaciones que se deseen hacer al contenido de la Guía Técnica
pueden remitirse al Área de Tecnología y Control de Estructuras. Dirección General de
Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas. Ministerio de Medio Ambiente. Paseo de la
Castellana, 67. 28071 Madrid.
INDICE
INDICE
CAPITULO I. INTRODUCCIÓN
1. OBJETO DE ESTA GUÍA TÉCNICA…………………………….………………….I-1
2. AMBITOS DE APLICACIÓN………………………………………………………..I-3
CAPITULO II. CRITERIOS
1. PRESAS A CLASIFICAR…………………………………………………..…….….II-1
2. CRITERIOS PARA LA DEFINICIÓN DE CATEGORIAS……………………....…II-2
3. RIESGO DE DAÑO EN RELACIÓN A DAÑO ESPERADO……………………....II-6
4. CRITERIOS BÁSICOS DE VALORACIÓN DE AFECCIONES……………...........II-6
4.1. RIESGOS POTENCIALES PARA VIDAS HUMANAS. POBLACIÓN EN
RIESGO……………………………………………………….……………..…..II-6
4.1.1. Afecciones graves a núcleos urbanos………………………………….….II-6
4.1.2. Número reducido de viviendas…………………………………………....II-7
4.1.3. Pérdida incidental de vidas humanas…………………………………...…II-7
4.2. SEVICIOS ESENCIALES…………………………………………………….…II-7
4.3. DAÑOS MATERIALES………………………………………………………....II-8
4.4. DAÑOS MEDIOAMBIENTALES…………………………………………........II-9
4.5. OTRAS AFECCIONES………………………………………………………...II-10
5. CRITERIOS
BÁSICOS
PARA
EL
ANÁLISIS
DE
LAS
ROTURAS
POTENCIALES….. .................................................................................................II-11
5.1. ROTURA VERSUS FUNCIONAMIENTO INCORRECTO.....................II-11
5.2. ESCENARIOS DE ROTURA.....................................................................II-11
5.2.1. Rotura individual de presas .....................................................................II-11
5.2.2. Rotura encadenada de presas (efecto dominó) ........................................II-13
5.3.
FORMA
Y
DIMENSIONES
DE
LA
BRECHA.
TIEMPOS
DE
ROTURA…………………………………………………………………….…II-15
5.4. DATOS BÁSICOS PARA EL ESTUDIO DE LA PROPAGACIÓN DE LA
ONDA DE AVENIDA. ......................................................................................II-16
5.4.1. Características geométricas del cauce agua abajo.. ........................... II-16
5.4.2. Rugosidad ..........................................................................................II-17
5.4.3. Obstrucción en el cauce y fenómenos locales ...................................II-18
5.5. ESTIMACIÓN DE RIESGOS AGUAS ABAJO........................................ II-19
5.6. TIEMPO DE PREAVISO ...........................................................................II-19
6. CLASIFICACIÓN DE LAS PRESAS. ......................................................................II-19
6.1. PRESAS EXISTENTES. ..............................................................................II-19
6.2. PRESAS DE NUEVA CONSTRUCCIÓN....................................................II-22
CAPITULO III. METODOLOGÍA
1.
INTRODUCCIÓN……………………………………….…………………….…III-1
2.
LIMITE DEL ESTUDIO HACIA AGUA ABAJO………………………………III-2
3.
ORDEN DE ANÁLISIS POR TIPO DE DAÑO…………………………………III-2
4.
ESCENARIOS DE ROTURA, METODOLOGÍA GENERAL………………….III-3
5.
METODOS PARA EL ESTUDIO DE LA INUNDACIÓN CONSECUENCIA DE LA
ROTURA DE UNA PRESA………………………………………………………….......III-6
5.1. METODO COMPLETO (MODELOS HIDRÁULICOS COMPLETOS)……....III-7
5.2. METODO SIMPLIFICADO DE MODELIZACIÓN…………………….…...…III-8
5.3. METODO SIMPLIFICADO DE LAS CURVAS ENVOLVENTES……………III-9
5.4. METODO MIXTO HIDROLÓGICO-HIDRÁULICO………………….….…..III-22
CAPITULO IV.
DOCUMENTOS QUE CONSTITUYEN LA PROPUESTA DE
CLASIFICACIÓN
1. DOCUMENTOS A INCLUIR EN LA PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN…..........IV-1
CAPITULO I
INTRODUCCIÓN
I-1
1.
OBJETO DE ESTA GUÍA TÉCNICA
La Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo de
Inundaciones, aprobada por Acuerdo del Consejo de Ministros del día 9 de diciembre de
1994 y publicada en el Boletín Oficial del Estado de fecha 14 de febrero de 1995, establece
en su artículo 3.5.1.3. la obligatoriedad de que las presas se clasifiquen en categorías en
función del riesgo potencial que pueda derivarse de su rotura o funcionamiento incorrecto.
Asimismo se establecen en ella los criterios fundamentales de clasificación, el
procedimiento a seguir y determinadas obligaciones que, para los titulares de presas, se
derivan de la categoría asignada.
De acuerdo con lo indicado en el citado artículo 3.5.1.3., la clasificación se efectuará
mediante Resolución de la Dirección General de Obras Hidráulicas o de los Órganos de las
Comunidades Autónomas que ejerzan competencias sobre el dominio público hidráulico,
para aquellas presas que se ubiquen en cuencas hidrográficas comprendidas íntegramente
dentro de su territorio. Los propietarios o concesionarios de presas deberán enviar al
Órgano competente para resolver su propuesta de clasificación de la presa respecto al
riesgo, acompañada de la información necesaria para que dicho Órgano decida acerca de la
clasificación que corresponda.
Por otra parte, en la Orden Ministerial de 12 de marzo de 1996, por la que se aprueba
el "Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses", publicada en el Boletín
Oficial del Estado de fecha 30 de marzo de 1996, en su artículo quinto establece que los
titulares o concesionarios de todas las presas en servicio, independientemente de su
titularidad dentro del ámbito de competencias del Estado, deben presentar a la Dirección
General de Obras Hidráulicas, en el plazo de un año desde la entrada en vigor de la Orden,
la propuesta razonada de clasificación frente al riesgo en los términos previstos por la
Directriz Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo de Inundaciones y el
Reglamento Técnico de Seguridad de Presas y Embalses, debiendo resolver la Dirección
General en un plazo máximo de un año.
I-2
El Reglamento Técnico citado establece en su punto 3.2. una clasificación en función
del riesgo potencial idéntico al establecido en la Directriz.
Asimismo la antes citada Orden Ministerial establece en su artículo segundo la
aplicación obligatoria del Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y, por tanto, de la
clasificación en función del riesgo potencial en él establecida para todas las presas y
embalses cuyo titular sea el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente
(hoy el Ministerio de Medio Ambiente) o los organismos autónomos de él dependientes así
como aquellas otras que sean objeto de concesión administrativa.
Como consecuencia de la entrada en vigor de los citados Directriz y Reglamento
Técnico, los titulares de todas las presas en servicio, proyecto o construcción actualmente y
todas las posibles futuras deberán presentar ante la Dirección General de Obras Hidráulicas
y Calidad de las Aguas una propuesta para la clasificación razonada en función de un riesgo
potencial.
Sobre la base de lo anteriormente expuesto, la Dirección General de Obras
Hidráulicas y Calidad de las Aguas del Ministerio de Medio Ambiente ha considerado
conveniente redactar la presente Guía Técnica que tiene por objeto desarrollar los criterios
de clasificación de presas establecidos en la Directriz y en el Reglamento Técnico y
plantear con carácter orientativo una metodología general de aplicación y el contenido
mínimo de la información que ha de acompañar a las propuestas de clasificación, todo ello
con la finalidad de que las Resoluciones de clasificación de presas competencia de dicha
Dirección General se preparen y se dicten de manera homogénea y coordinada.
I-3
2.
AMBITO DE APLICACION
Los criterios y recomendaciones establecidos en el presente documento servirán de
guía para la preparación de las Resoluciones de clasificación que dicte la Dirección General
de Obras Hidráulicas y Calidad de las Aguas del Ministerio de Medio Ambiente.
Asimismo serán utilizadas por las Confederaciones Hidrográficas dependientes del
citado Ministerio, para preparar las propuestas de clasificación de las presas que, siendo de
titularidad estatal, sean explotadas por dichas Confederaciones Hidrográficas, y para
informar las propuestas que a dichas Confederaciones envíen los titulares de presas objeto
de concesión situadas en las correspondientes cuencas hidrográficas. Igualmente podrán
servir de orientación a dichos titulares para elaborar sus propuestas.
El contenido del presente documento se refiere exclusivamente a la clasificación de
presas en función del riesgo potencial, sin que pueda extrapolarse a cuestiones referentes a
los Planes de Emergencia, que deberán ser objeto de otro tratamiento.
CAPITULO II
CRITERIOS
II-1
1.
PRESAS A CLASIFICAR
Dentro de las competencias de la Administración Hidráulica y a los efectos de la
clasificación de presas prevista en la Directriz y en Reglamento Técnico, se entenderá como
presa aquella construcción artificial establecida en un cauce natural o fuera de él, capaz de
retener agua u otros líquidos o semilíquidos y cuya rotura puede provocar daños a elementos
distintos de la propia estructura tales que la aplicación a ella de "la Directriz" y de los
criterios contenidos con el presente documento puedan conducir a su clasificación en las
categorías A o B.
El ámbito de aplicación para la clasificación de las presas se entenderá que es el
siguiente:
1. Grandes Presas, que, según la aun vigente en determinados casos "Instrucción para
el proyecto, construcción y explotación de grandes presas" española, vienen definidas por
las características siguientes:
- Tener más de 15 m de altura, medida desde la cota de coronación hasta la
superficie de su cimiento.
- Tener una altura entre 10 y 15 m y originar un embalse de capacidad
superior a 100.000 m3, o características excepcionales o cualquier otra
circunstancia que permita calificar la obra como importante para la seguridad
o la economía pública.
2. Además deberá aplicarse a las que no siendo Grandes Presas según la definición
anterior tengan una altura comprendida entre 10 y 15 m (desde coronación a cimiento) y,
bien, una longitud de coronación superior a 500 m, bien, una capacidad de desagüe superior
a 2.000 m3/seg. Estos casos se incluyen como consecuencia de tomar en consideración la
nueva definición de Grandes Presas que introduce el actual Reglamento Técnico sobre
Seguridad de Presas y Embalses.
II-2
3.
También deberá aplicarse a todas aquellas que, aun no siendo Grandes Presas
según las definiciones anteriores, puedan dar lugar a apreciables riesgos potenciales agua
abajo. Se incluyen estos casos en función de que ni la Directriz ni el Reglamento Técnico
establecen límite inferior alguno a su aplicabilidad y este último prevé su propia aplicación
a las presas no clasificadas como "gran presa" y que se encuentren clasificadas en las
categorías A y B en función de su riesgo potencial.
Respecto a la consideración anterior cabe señalar que existen algunas pequeñas presas
respecto de las cuales puede establecerse a priori la no existencia de daños posibles, en el
sentido dado por "la Directriz", como son, a la luz de lo establecido en el vigente
Reglamento del Dominio Público Hidráulico (R. D. 849/ 1986 de 11 de abril), aquellas que
en planta y alzado ocupan únicamente terrenos cubiertos por las aguas en las máximas
crecidas ordinarias (Art. 4.1), considerando como caudal de la máxima crecida ordinaria la
media de los máximos caudales anuales, en su régimen natural, producidos durante diez
años consecutivos, que sean representativos del comportamiento hidráulico de la corriente
(Art. 4.2.).
En cualquier caso, la Administración Hidráulica podrá requerir del titular de cualquier
presa que, en función de las características de ésta, presente la correspondiente propuesta de
clasificación.
2.
CRITERIOS PARA LA DEFINICION DE CATEGORIAS
Los criterios para la definición de las categorías que se incluyen en la presente Guía
Técnica son un mero desarrollo de lo establecido en el apartado 3.5.1.3. de la Directriz
Básica de Planificación de Protección Civil ante el Riesgo de Inundaciones y en el artículo
3.2. del Reglamento Técnico sobre Seguridad de Presas y Embalses.
II-3
Los citados artículos, coincidentes, establecen que las presas se clasificarán respecto
al riesgo potencial en tres categorías, definidas textualmente del siguiente modo:
"Categoría A: Corresponde a las presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto
puede afectar gravemente a núcleos urbanos o servicios esenciales, o producir daños
materiales o medioambientales muy importantes.
"Categoría B: Corresponde a las presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto
puede ocasionar daños materiales o medioambientales importantes o afectar a un
reducido número de viviendas.
"Categoría C: Corresponde a las presas cuya rotura o funcionamiento incorrecto
puede producir daños materiales de moderada importancia y sólo incidentalmente
pérdida de vidas humanas. En todo caso a esta categoría pertenecerán todas las presas
no incluidas en las Categorías A o B.
Del análisis del texto anterior y de los objetivos de la Directriz se desprenden las
siguientes consideraciones y criterios básicos:
1)
El elemento esencial para la clasificación es el relativo a la población y a las
vidas humanas con riesgo potencial de afección por la hipotética rotura de la
presa. Para ello, la Directriz define esta población con riesgo de una forma
cualitativa según la afección potencial sea de tipo grave a núcleos urbanos
(categoría A), afecte a un número reducido de viviendas (categoría B) o pudiera
afectar solo incidentalmente a vidas humanas (categoría C). Como consecuencia
debe partirse de que el elemento primordial en la clasificación es la afección
potencial a las vidas humanas, por lo que este es el primer aspecto que debe ser
considerado en el proceso.
II-4
2)
Se trata de una clasificación que debe considerarse de tipo cualitativo y
completa. Desde cualquier punto de vista debe haber dos valores frontera que
deben permitir la clasificación en tres tramos. El límite inferior de una categoría
debe corresponder al límite superior de la categoría siguiente.
3)
Presenta un listado de efectos agua abajo que no puede considerarse exhaustivo,
aunque sí considera los aspectos más significativos. El listado establece los
criterios genéricos a partir de los cuales las presas pueden clasificarse.
4) Hay algunas afecciones potenciales que aparecen en los criterios que definen
cada una de las categorías (daños materiales), mientras que otras solo lo hacen
en algunos (servicios esenciales).
5)
Utiliza sistemáticamente las conjunciones disyuntivas ("o") sin aparecer las
conjunciones copulativas ("y") nada más que en la definición de la categoría C.
No se refiere por tanto a la evaluación de un efecto global, obtenido por
ponderación de los efectos medidos desde distintos puntos de vista sino que, por
contra, establece umbrales para distintos aspectos cuya simple superación
conduce a una clasificación determinada, independientemente de los efectos
desde otros puntos de vista.
6)
Sistemáticamente utiliza el condicional ("puede") por lo que no se refiere a
estimaciones de daños sino de posibilidad de estos. No plantea la necesidad de
evaluar la conversión desde posibilidad de daños hacia daños estimados.
Como consecuencia de lo previsto en la Directriz y en el Reglamento Técnico y de las
consideraciones anteriores, se establece que la clasificación de las presas se basará en una
evolución progresiva de los daños potenciales, desde la categoría C hacia la A. Se entiende
por análisis de la evolución progresiva el proceso según el cual en primer lugar se evalúa la
posibilidad de incluir el aspecto considerado en la Categoría C, según su definición estricta.
Caso de no responder a los criterios que definen la Categoría C, se establece que la presa
debe incluirse en las Categorías B o A, repitiendo el proceso según los criterios definitorios
de la Categoría B. Los criterios generales de clasificación son los siguientes:
II-5
a)
Categoría C: Puede producir solo incidentalmente pérdida de vidas humanas. No
puede afectar a vivienda alguna y solo de manera no grave a algún servicio
esencial. Los daños medioambientales que puede producir deben ser poco
importantes o moderados. Únicamente puede producir daños económicos
moderados.
b)
Categoría B: Puede afectar a un número de viviendas inferior al que se considere
mínimo para constituir una afección grave a un núcleo urbano o a un número de
vidas equivalente, o producir daños económicos o medioambientales
importantes. Puede afectar solo de manera no grave a alguno de los servicios
esenciales de la comunidad.
c)
Categoría A: Supera la categoría anterior, pudiendo afectar gravemente, al
menos, a un núcleo urbano o número de viviendas equivalente, con lo que
pudiera poner en situación de riesgo a un número de vidas humanas semejante al
que ocupa el número de viviendas considerado como límite máximo para la
categoría B, o afectar gravemente a alguno de los servicios esenciales de la
comunidad o producir daños económicos o medioambientales muy importantes.
Los aspectos a analizar son, por tanto:
-
Riesgo potencial a vidas humanas. Población en riesgo.
-
Afecciones a servicios esenciales.
-
Daños materiales.
-
Daños medioambientales.
El análisis se realizará por evaluación de la categoría asociada a cada uno de los tipos
de daño potencial, correspondiendo la categoría global a la categoría máxima asignada para
cada uno de los aspectos individuales, sin estudiar posibles combinaciones de ellos.
II-6
3.
RIESGO DE DAÑO EN RELACION A DAÑO ESPERADO
Se considerará exclusivamente el riesgo potencial de daño en contraposición al
concepto de daño esperado o estimado.
No se trata de evaluar el valor esperado de los daños o afecciones, determinado como
la suma de los productos daño potencial por su probabilidad de presentación, sino de tan
solo expresar el término de daño potencial, entendiendo como tal los daños que podrían
producirse caso de rotura, al margen de razonamientos que podrían permitir evaluar el valor
esperado de los daños.
4.
CRITERIOS BASICOS DE VALORACION DE AFECCIONES
4.1. RIESGOS POTENCIALES PARA VIDAS HUMANAS. POBLACION EN
RIESGO
4.1.1. Afecciones graves a núcleos urbanos
De acuerdo con la definición del Instituto Nacional de Estadística, se entiende como
"Núcleo Urbano" el conjunto de al menos diez edificaciones, que estén formando calles,
plazas y otras vías urbanas. Por excepción, el número de edificaciones podrá ser inferior a
10, siempre que la población de derecho que habita las mismas supere los 50 habitantes. Se
incluyen en el núcleo aquellas edificaciones que, estando aisladas, distan menos de 200
metros de los límites exteriores del mencionado conjunto, si bien en la determinación de
dicha distancia han de excluirse los terrenos ocupados por instalaciones industriales o
comerciales, parques, jardines, zonas deportivas, cementerios, aparcamientos y otros, así
como los canales o ríos que puedan ser cruzados por puentes.
Se entenderá como afección grave a un núcleo urbano aquella que afecte a más de
cinco (5) viviendas habitadas y represente riesgo para las vidas de los habitantes, en función
del calado y la velocidad de la onda.
II-7
4.1.2. Número reducido de viviendas
Se considerará número reducido de viviendas el comprendido entre uno (1) y cinco
(5) viviendas habitadas.
4.1.3. Pérdida incidental de vidas humanas
El calificativo de incidental no debe aplicarse a la concreción de un riesgo cierto de
pérdida de vida, es decir, no tiene relación con la probabilidad de muerte de una persona
situada habitualmente en el área ocupada por la onda de inundación, sino, por el contrario,
con la presencia ocasional y no previsible, en el tiempo, de la misma persona en la llanura
de inundación.
No podrá admitirse la clasificación como incidental de las potenciales pérdidas de
vidas humanas asociadas a la afección a residencias establecidas permanentes, áreas de
acampada estables, zonas en que habitualmente se produzcan aglomeraciones de personas
por cualquier tipo de motivo, etc.
4.2. SERVICIOS ESENCIALES
Se entiende como servicios esenciales aquellos que son indispensables para el
desarrollo de las actividades humanas y económicas normales del conjunto de la población.
Se considerará servicio esencial aquel del que dependan, al menos, del orden de
10.000 habitantes.
En cuanto a la tipología de los servicios esenciales, estos incluyen, al menos, las
siguientes:
-
Abastecimiento y saneamiento.
-
Suministro de energía.
-
Sistema sanitario.
-
Sistema de comunicaciones.
-
Sistema de transporte.
II-8
Se considerará como afección grave aquella que no puede ser reparada de forma
inmediata, impidiendo permanentemente y sin alternativa el servicio, como consecuencia de
los potenciales daños derivados del calado y la velocidad de la onda.
4.3. DAÑOS MATERIALES
Se entiende como daños materiales aquellos, soportados por terceros, cuantificables
directamente en términos económicos, sean directos (destrucción de elementos) o indirectos
(reducción de la producción, por ejemplo). No se incluyen aquí, por tanto, el riesgo para
vidas humanas, el fallo de servicios esenciales o los daños medioambientales.
Los daños materiales se evaluarán en función de las siguientes categorías:
-
Daños a industrias y polígonos industriales.
-
Daños a las propiedades rústicas.
-
Daños a cultivos.
-
Daños a las infraestructuras.
La evaluación de los daños materiales potenciales a efectos de clasificación estará en
la práctica, en la mayor parte de las ocasiones, asociada a los restantes aspectos. Solamente
en casos muy concretos y dudosos puede tener cierta relevancia para la clasificación.
Para abordar estos casos, se presentan en el cuadro II-1 criterios orientativos de
clasificación de los daños materiales, criterios que, en todo caso, han de ser consideradas
conjuntamente con los valores de calados y velocidades asociados a la onda de rotura.
II-9
CUADRO II-1
CLASIFICACION DE LOS DAÑOS MATERIALES
DAÑOS POTENCIALES
ELEMENTO
MODERADOS
IMPORANTES
MUY
IMPORTANTES
Industrias y
polígonos
industriales y
propiedades
rústicas 1
nº de
instalaciones <
10
10 < nº de instalaciones <
50
nº de instalaciones
> 50
Cultivos de secano
Superficie <
3.000 Has
3.000Has < superficie <
10.000Has
Superficie >
10.000 Has
Cultivos de
regadío
Superficie <
1.000 Has
1.000Has < superficie <
5.000Has
Superficie > 5.000
Has
Carretera
Red general de las CC.AA.
Red general del
u otras redes de
estado y red básica
importancia equivalente
de las CC.AA.
Ferrocarriles
ff.cc. vía estrecha
ff.cc. vía ancha y
alta velocidad
1 Los límites deberán reducirse en caso de instalaciones de singular importancia.
4.4. DAÑOS MEDIOAMBIENTALES
Se incluyen en este apartado las afecciones negativas tanto sobre los parámetros
puramente medioambientales como sobre las referencias histórico-artísticas y culturales.
Se considerarán como elementos susceptibles de sufrir daño medioambiental
únicamente aquellos elementos o territorios que gocen de alguna figura legal de protección
a nivel estatal o autonómico (bien de interés cultural, parque nacional, parque natural, etc.).
Dado que en algunas comunidades autónomas no está aún completo el desarrollo de
la Ley de Conservación de Espacios Naturales, en estas deberán considerarse no tan solo
los ya declarados sino también aquellos para los que ya existe algún procedimiento
administrativo iniciado.
II-10
A efectos de evaluación de la importancia de los daños se diferenciará entre
elementos integrados en el patrimonio histórico-artístico y los puramente medioambientales.
La importancia de los daños a los bienes de interés cultural se establecerán en función
de las características hidráulicas de la inundación (calado y velocidad) en relación con la
posibilidad de destrucción o daño irreversible y siempre referido a bienes de interés
cultural, definidos de acuerdo con lo establecido en la Ley 16/85 de 25 de junio del
Patrimonio Histórico Español.
Únicamente se considerarán como daños medioambientales aquellos que sean
sensiblemente distintos de los asociados al régimen hidráulico natural, estableciendo como
daños muy importantes aquellos que tengan la consideración de irreversibles y críticos,
mientras que se considerarán importantes aquellos severos que tengan asimismo el carácter
de irreversibles, según la terminología utilizada en el R.D. 1131/88 de 30 de septiembre por
el que se aprueba el Reglamento para la ejecución del R.D. Legislativo 1302/1986 de 28 de
junio de Evaluación de Impacto Ambiental.
4.5. OTRAS AFECCIONES
Aún cuando no están citadas expresamente en la definición de categorías, deben
incluirse en los criterios de clasificación algunos elementos singulares cuya afección puede
potenciar y agravar los efectos de la rotura de la propia presa, originando un efecto en
cadena.
El caso más típico es el que se origina por la existencia agua abajo de la presa
analizada de otras que pueden romper como consecuencia de la rotura de la primera. Este
caso se trata específicamente en el punto 5.2.2. En cualquier caso se considerará que la
presa situada agua abajo rompe como consecuencia de la rotura de la situada agua arriba si
la onda que esta produce provoca en la primera el vertido sobre coronación.
II-11
Adicionalmente al caso anterior, existen combinaciones no tipificables pero
caracterizadas por su alto riesgo, como pueden ser la afección a centrales nucleares o
plantas de producción de compuestos venenosos o especialmente dañinos para la salud de
las personas o el medio ambiente. Estos elementos deben ser considerados como afectados
al menos en las mismas condiciones que se establecen para las viviendas y, caso de serlo,
conducir a la clasificación de la presa en la categoría A.
5.
CRITERIOS
BASICOS
PARA
EL
ANALISIS
DE
LAS
ROTURAS
POTENCIALES
5.1. ROTURA VERSUS FUNCIONAMIENTO INCORRECTO
A los efectos de clasificación, únicamente se analizarán los efectos de una rotura
potencial, sin considerar otros posibles fallos de funcionamiento, por ser aquellos, en
cualquier caso, los más desfavorables.
5.2. ESCENARIOS DE ROTURA
5.2.1. Rotura individual de presas
Para la clasificación de las presas, consideradas estas individualmente, esto es, sin
relación con otras posibles ubicadas agua arriba o abajo, es necesario considerar distintos
escenarios de posibles roturas, identificando en cada caso los daños potenciales. La
clasificación a asignar a la presa debe corresponder al escenario más desfavorable.
Estos escenarios vienen definidos por la situación del embalse y por las condiciones
hidrológicas (caudales entrantes en el embalse) en el momento en que se produce la
eventual rotura.
II-12
En general será suficiente considerar dos escenarios extremos, de los cuales el
primero corresponde al caso de rotura no coincidente con avenidas mientras que en el
segundo se superpone la rotura a una situación de avenida. La situación de avenida
considerada corresponde a la avenida de proyecto de la presa, o, en su caso, la avenida
extrema. En la actualidad, la avenida de proyecto es, en la mayor parte de los casos, la
correspondiente a un período de retorno de 500 años.
Con criterios conservadores, al primer escenario anterior se le hace corresponder la
situación de embalse lleno hasta su máximo nivel normal de explotación, mientras que la
situación de embalse en el segundo escenario se hace corresponder a embalse lleno hasta la
coronación de la presa.
Como resumen, los escenarios extremos planteados son los siguientes:
-
Rotura sin avenida: no coincidencia con avenida y embalse en su máximo nivel
normal de explotación.
-
Rotura en situación de avenida: presa desaguando la avenida de proyecto (en su
caso, la avenida extrema) y nivel del embalse en la coronación.
En el escenario correspondiente a rotura en situación de avenida únicamente deben
considerarse los daños incrementales debidos a la rotura, es decir, el exceso de daños que
se producirían por efecto de la onda de rotura respecto a los que ya se hubieran producido
debido al desagüe de la avenida considerada.
Aun cuando cabe pensar en la posibilidad de que escenarios intermedios
(coincidencia de la rotura con avenidas inferiores a la avenida considerada) produzcan
daños potenciales (incremento en el caso de coincidencia con alguna avenida) algo
superiores a los que corresponden a los dos escenarios extremos, esta situación, en la
realidad, únicamente puede presentarse en un número reducido de casos y, por otra parte,
resulta inviable prácticamente abordar en general la consideración de todos los escenarios
posibles. Por estas razones, a efectos de clasificación únicamente se considerarán los dos
escenarios extremos antes expuestos.
II-13
5.2.2. Rotura encadenada de presas (efecto dominó)
Un escenario específico adicional a considerar se presenta en el caso en el que existan
una sucesión de presas en el mismo río, en el que hipotéticamente se puede producir una
rotura encadenada de presas (efecto dominó), en el que la rotura de una de las presas puede
provocar las roturas de las presas de aguas abajo. La situación que se crea es compleja y
existe una interdependencia mutua en las relaciones entre las presas de aguas arriba y aguas
abajo y los posibles daños potenciales, por lo que es necesario contemplar de manera
conjunta y coordinada la propagación y efectos de la onda de avenida o de las diversas
ondas de avenida de las diferentes roturas. Esta necesaria coordinación e información tiene
un papel más destacado en la futura elaboración de los planes de emergencia.
Para la clasificación de las diferentes presas en un mismo río puede seguirse el
siguiente esquema referido a dos presas, que evidentemente es ampliable a cualquier
número de presas de forma secuencial. Para la rotura de la presa de aguas arriba se suponen
los dos escenarios de rotura tradicionales (rotura con embalse a nivel normal y rotura en
situación de avenida) calculándose las ondas de rotura y su propagación hasta el embalse
de aguas abajo. Los efectos sobre la presa de aguas abajo pueden agruparse en dos
situaciones:
1.-
El embalse de aguas abajo puede absorber la onda de rotura en condiciones
similares para las que fue diseñada para la avenida de proyecto, y aún hasta la
proximidad de la coronación si no es probable que se presenten avenidas de
manera simultánea en ambas presas. En este caso no se produciría la rotura
encadenada de la presa de aguas abajo, y cada presa se clasificaría atendiendo
únicamente a sus propias afecciones potenciales de forma independiente.
2.-
El embalse de aguas abajo no puede absorber la onda de rotura que le llega de la
presa de aguas arriba, vertiendo sobre su coronación, por lo que se debe
considerar que se produce la rotura simultánea con el desagüe de la onda de
llegada al embalse. Ello da lugar al planteamiento de un nuevo escenario que es
el correspondiente a la rotura con nivel de embalse en coronación pero con la
concomitancia de la presentación de la onda de rotura de la presa de aguas
arriba.
II-14
Así, en este caso, además de contemplarse los dos escenarios usuales y de
manera independiente de la presencia de las otras presas, la clasificación debe de
realizarse con una visión conjunta y contemplando este nuevo escenario de
rotura encadenada.
Las diferentes situaciones posibles son muy numerosas y deben de
analizarse caso a caso en función de las diversas situaciones descritas analizando
las afecciones potenciales en cada tramo, y adoptando siempre criterios de tipo
conservador. En general si la rotura de una presa situada aguas arriba puede
provocar la rotura de otras aguas abajo, la categoría de la presa de aguas arriba
será como mínimo la misma que la mayor de las categorías de las presas de
aguas abajo.
Este escenario de rotura encadenada supone una evaluación conjunta de
las presas de un tramo por lo que, en la practica, implica una coordinación e
información entre los diversos propietarios o explotadores de las distintas presas.
Sin embargo, inicialmente y para un primera evaluación orientativa, pueden
realizarse los análisis de clasificación como si se tratara de presas
independientes.
Por otro lado, si existen dos presas situadas en dos ríos o afluentes diferentes que
puedan producir daños potenciales en una misma zona o población no se tendrá en cuenta
su rotura simultánea, clasificándose las presas de manera independiente.
II-15
5.3. FORMA Y DIMENSIONES DE LA BRECHA. TIEMPOS DE ROTURA
El modo de rotura y la forma y evolución de la brecha dependen del tipo de presa,
siendo la hipótesis más común que en las presas de hormigón o mampostería la rotura es
prácticamente instantánea, y total o parcial. Usualmente total en las presas bóvedas y
parcial por bloques en las presas de gravedad o contrafuertes. En cambio en las presas de
materiales sueltos la rotura es progresiva en el tiempo y con evolución desde formas
geométricas iniciales hasta la práctica totalidad de la presa.
En la actualidad existen diversos modelos que simulan el fenómeno de formación y
progresión de la brecha, siendo el más empleado el modelo de la progresión lineal, en el
que se contemplan diversos parámetros geométricos y temporales, recomendándose que en
principio se adopten los siguientes modos de rotura y parámetros:
a)
Presas bóveda
·
Tiempo de rotura: 5 a 10 minutos (instantánea).
·
Forma de rotura: Completa, siguiendo la forma de la cerrada,
admitiéndose la geometrizacion a trapecial.
b)
Presas de gravedad y contrafuertes
·
Tiempo de rotura: 10 a 15 minutos (instantánea).
·
Forma de rotura: Rectangular.
-
Profundidad de la brecha: hasta el contacto con el cauce
en el pie.
-
Ancho: el mayor de los dos valores siguientes:
· 1/3 de la longitud de coronación.
· 3 bloques de construcción.
c)
Presas de materiales sueltos (V = volumen de embalse, h = altura de presa)
Tiempo de rotura:
T (horas) = 4,8 · V0,5 (Hm3) / h (m). En caso que la aplicación de la
expresión anterior conduzca a un resultado superior a 5 horas, el
tiempo de rotura deberá ser evaluado con especial detenimiento.
II-16
Forma de rotura: Trapecial.
-
Profundidad de la brecha: hasta el contacto con el cauce en el
pie.
-
Ancho medio de la brecha: b (m) = 20 (V (Hm3) - h (m)) 0,25
-
Taludes: 1:1 (H:V).
Sin embargo, en los casos en que existan dudas sobre la clasificación final puede ser
conveniente realizar un análisis de sensibilidad de los parámetros señalados, siendo el
juicio ingenieril el que adopte la formulación más adecuada. En general, la forma
geométrica de la brecha es el parámetro menos importante, siendo el ancho final de la
brecha y el tiempo de rotura los que pueden dar lugar a variaciones más significativas.
5.4. DATOS BASICOS PARA EL ESTUDIO DE LA PROPAGACION DE LA
ONDA DE AVENIDA
5.4.1. Características geométricas del cauce agua abajo
En general, la geometría del valle agua abajo de la presa se obtendrá de la topografía
existente, realizándose únicamente reconocimientos topográficos en los casos en que sea
estrictamente necesario, obteniéndose secciones transversales en los sitios más relevantes
para el estudio de la propagación de la onda y para la evaluación de los daños potenciales.
Las características geométricas del cauce se establecerán a partir de su topografía,
viniendo ésta caracterizada por su escala y equidistancia entre curvas de nivel.
Desde el punto de vista hidráulico, de avance de la onda, se considerará que la
morfología general del cauce es sensiblemente constante en el tiempo, por lo que a este
respecto serán válidas las topografías existentes independientemente de su fecha de
realización. No ocurre obviamente lo mismo desde los puntos de vista de la evaluación de
daños y de características de elementos singulares (puentes y azudes, por ejemplo).
II-17
La topografía, existente u obtenida expresamente para la clasificación, estará
realizada por restitución con apoyo de campo a partir de fotografía aérea. En ningún caso se
considerarán válidas las restituciones expeditas (sin apoyo de campo). Por contra sí se
considerará válida la definición geométrica mediante la obtención de perfiles (longitudinal
y transversales) por topografía clásica siempre y cuando se hayan seguido para su
realización las normas establecidas por el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y
Medio Ambiente.
El criterio orientativo de validez que se adopta se basa en exigir que todos los
perfiles utilizados en el análisis vengan definidos por un mínimo de tres curvas de nivel (2
equidistancias), lo que se traduce en los valores reflejados en el cuadro II-2.
CUADRO II-2
ESCALA MINIMA DE TRABAJO
CALADO MINIMO DE
ANALISIS (m)
1
2
4
10
20
40
EQUIDISTANCIA
MAXIMA (m)
0,5
1,0
2,0
5,0
10,0
20,0
ESCALA ASOCIADA
1:500
1:1.000
1:2.000
1:5.000
1:10.000 (1:25.000)
(1:50.000)
(Los valores entre paréntesis se refieren a la cartografía oficial del Instituto
Geográfico Nacional o del Servicio Geográfico del Ejército)
5.4.2. Rugosidad
El coeficiente de rugosidad se obtendrá generalmente de forma empírica con base en
los datos bibliográficos y con inspección visual de los tramos, como por ejemplo el método
propuesto por el U.S.S.C.S. o los valores proporcionados por Ven Te Chow. Si existen
datos de propagación reales de avenidas podrá realizarse una calibración, aunque hay que
tener en cuenta la variación de la rugosidad con niveles mayores de inundación.
II-18
También será conveniente el conocimiento de los valores adoptados en otros casos
de simulación de roturas. En general se recomienda adoptar posiciones conservadoras
aumentando los valores empleados tradicionalmente en la propagación de avenidas
naturales.
5.4.3. Obstrucciones en el cauce y fenómenos locales
A partir del análisis de la geometría del valle y de la visita del terreno se localizarán
las obras singulares que por su importancia pudieran producir obstrucciones significativas
en el cauce o dar lugar a fenómenos hidráulicos de naturaleza local que pudieran incidir de
manera muy importante en la propagación de la onda. Tal es el caso de terraplenes de
infraestructuras viarias y de puentes. En cada caso se analizarán estas circunstancias y en
general se considerará que estas estructuras rompen cuando el nivel de las aguas alcance la
cota superior del tablero o la cota de coronación del terraplén, esto es, cuando se empiece a
producir vertido sobre ellos.
Únicamente se considerará significativa la incidencia de la obstrucción en la onda
cuando simultáneamente se presenten las dos circunstancias siguientes:
-
Representa una obstrucción importante, que, expresada como relación de
superficies obstruidas y total del cauce atravesado, es superior al 20 % .
-
Su obstrucción crea un embalse temporal de magnitud relativa importante, que, respecto al volumen de la onda de rotura de la presa, representa
más del 5 % .
Caso de no producirse alguna de estas circunstancias, podrá establecerse, en general,
el régimen hidráulico sin considerar su existencia.
II-19
5.5. ESTIMACION DE RIESGOS AGUAS ABAJO
La cartografía de las zonas de inundación potencial debe reflejar el estado actual de
ocupación, principalmente en lo referente a viviendas, estructuras habitadas y servicios
esenciales. En los casos en que estén aprobados planes de urbanismo u otras figuras de
planeamiento debe tenerse en cuenta su existencia a afectos de prever el estado futuro de
ocupación. Las afecciones y daños potenciales serán función de las variables hidráulicas
obtenidas con la modelación hidráulica de la propagación de la onda de rotura teniendo que
evaluar, en general, los efectos del calado y la velocidad. Para ello se emplearán como
ayuda al juicio ingenieril relaciones empíricas entre productos del calado y la velocidad y
afecciones, o curvas como las mostradas en las Fig. II.1 y II.2 en las que se indican los
límites de afección a vidas, en núcleos urbanos y viviendas o en campo abierto, según los
valores de los calados y velocidades.
En estas figuras se divide el plano calado-velocidad, entendida esta como velocidad
media, en tres zonas que corresponden a las situaciones de no afección, afección y a un área
intermedia de indefinición, en la que la valoración de la afección es función del caso
concreto, a evaluar por aplicación del juicio ingenieril.
5.6. TIEMPO DE PREAVISO
A los efectos de clasificación de las presas para la aplicación de la Directriz y para la
evaluación de daños potenciales no se considera la incidencia que en estos tiene la
existencia de un tiempo de preaviso y la puesta en marcha de medidas de emergencia.
6.
CLASIFICACION DE LAS PRESAS
6.1. PRESAS EXISTENTES
Con base en los criterios expuestos en este Capítulo II y con los métodos expuestos
en el Capítulo III, el titular de la presa dispone de suficientes herramientas para cumplir
con lo indicado en la Directriz para hacer una propuesta de clasificación.
II-22
Además estas propuestas serán, con los desarrollos y recomendaciones indicadas, lo
más objetivas y consistentes posibles, lo que facilitará a la Dirección General de Obras
Hidráulicas el seguimiento y aprobación de las clasificaciones, tal y como indica la
Directriz en su Artículo 3.5.1.3. y en el Reglamento Técnico en su Artículo 3.2.
Sin embargo hay que señalar que en ciertos casos de presas importantes, su
clasificación en la categoría A, de acuerdo con los criterios señalados, será obvia, e,
inmediatamente, el juicio ingenieril dispondrá de elementos suficientes para formular una
propuesta de clasificación basada solamente en planos topográficos existentes y en una
visita al campo. Esto ocurre por ejemplo cuando en la zona de inundación, en las
proximidades de aguas abajo de la presa, existe un núcleo urbano que claramente resultaría
afectado gravemente en el caso de una posible rotura de la presa.
En los casos en que pueda existir alguna duda sobre esa afección, así como en los
casos de presas que previsiblemente vayan a resultar clasificadas en categoría C por no
existir aguas abajo de ellas viviendas u otros bienes que pudieran suponer otra categoría
mayor, deberán realizarse estudios de rotura, aún cuando las estimaciones de parámetros y
la metodología a emplear puedan ser simplificadas. Con ello se comprobará la certeza de la
afección en las de categoría A o la nula afección en las de categoría C. En cualquier caso
siempre se documentará y justificará la propuesta que se realice.
6.2. PRESAS DE NUEVA CONSTRUCCION
El titular de una presa de nueva construcción deberá abordar el análisis que permita
su clasificación según los criterios expuestos hasta ahora en el presente documento, lo que
implica, si es el caso, tomar en consideración los efectos que induce en las presas existentes
agua abajo.
Adicionalmente deberá estudiar la clasificación de todas las presas existentes agua
arriba de su emplazamiento en la nueva situación planteada por la construcción propuesta.
Caso de que del estudio se concluyera la necesidad de modificar la clasificación de alguna
de ellas, será su responsabilidad la presentación a la autoridad competente de la
documentación instando a dicho cambio de clasificación.
CAPITULO III
METODOLOGÍA
III-1
1.
INTRODUCCION
Se expone en el presente capítulo la metodología general de análisis recomendada
para el desarrollo de la propuesta de clasificación de las presas en función del riesgo
potencial.
Para el análisis de las roturas de presas existen gran variedad de métodos, algunos de
ellos todavía en proceso de investigación y desarrollo. En el reciente estudio de la ICOLD
sobre "Dam Break Flood Analysis" realizado por el Subcomité de "Analysis of dam break
flooding and related parameters normally assumed" se presenta una descripción de los
diferentes métodos y se describen 27 modelos existentes, de los que solo unos pocos están
normalmente extendidos en la práctica.
En la presente Guía Técnica se recomienda, en general, el empleo de métodos
hidráulicos de tipo completo, es decir, de métodos que se basan en las ecuaciones
dinámicas del movimiento. Sin embargo hay que señalar que en casos de clasificaciones
obvias, en los que el juicio ingenieril dispone de elementos suficientes para formular una
propuesta de clasificación, podrá ser suficiente el empleo de aproximaciones alternativas,
como por ejemplo los métodos simplificados que se presentan y que adicionalmente sirven
para comprobar analíticamente la clasificación prevista y dotan de objetividad y
consistencia a apreciaciones que pudieran ser subjetivas.
En cualquier caso, la metodología aquí expuesta no puede tener la consideración de
obligatoria, sino que se trata de recomendaciones, siendo válidas metodologías distintas
que, respetando los textos legales que originan la presente Guía Técnica y los criterios que
los desarrollan establecidos en el Capítulo II, garanticen una clasificación correcta, si bien,
en este caso, deberá justificarse la validez de la metodología empleada.
III-2
2.
LIMITE DEL ESTUDIO HACIA AGUA ABAJO
El límite agua abajo del tramo de cauce a analizar debe ser justificado en la propia
propuesta de clasificación, estableciendo las razones que conducen a considerar que los
elementos susceptibles de ser dañados agua abajo no inducen una elevación de la categoría.
No obstante, existen situaciones que permiten acotar el límite del estudio, entre las
que pueden señalarse las siguientes:
-
Elemento afectado que conduce a la clasificación en Categoría A.
-
Desembocadura del cauce en el mar.
-
Entrada en un embalse capaz de recibir la onda total de rotura sin provocar
vertidos.
-
No ocupación agua abajo del punto por viviendas, servicios, bienes
económicos o aspectos medioambientales.
-
Alcanzar un caudal máximo inferior a la capacidad del cauce, sin
producir inundaciones ni en las márgenes ni agua abajo.
3.
ORDEN DE ANALISIS POR TIPO DE DAÑO
Se recomienda el siguiente orden de evaluación:
1 °. Afecciones a núcleos urbanos, viviendas y vidas humanas.
2°. Afecciones a servicios esenciales.
3°. Daños materiales.
4°. Daños medioambientales.
III-3
4.
ESCENARIOS DE ROTURA. METODOLOGIA GENERAL
Como se ha expuesto en el Capítulo II, en general es necesario considerar dos
escenarios extremos, que corresponden, el primero, al caso de rotura en tiempo seco, sin
coincidencia con avenidas y con el embalse situado en su máximo nivel de normal
explotación, y, el segundo, al caso de rotura coincidente con avenidas. En este último caso
los riesgos potenciales atribuibles a la rotura se evalúan como el incremento de daños
potenciales que se presentan en dicho escenario respecto a los que ya se hubieran
producido con el desagüe de la avenida considerada, en el supuesto de no rotura de la
presa. La clasificación a asignar a la presa corresponde obviamente al escenario más
desfavorable.
En términos generales, la metodología se basa en el análisis de los efectos agua abajo
de tres situaciones o supuestos distintos:
1.
Rotura de la presa, sin coincidencia con ninguna avenida (rotura sin avenida y
con el embalse en su máximo nivel normal de explotación).
2.
Rotura de la presa coincidente con la avenida máxima considerada (rotura en
situación de avenida y con el nivel de embalse en coronación).
3.
Avenida máxima considerada, supuesta la no rotura de la presa (solo avenida y
desaguando en las condiciones de proyecto).
En función del caso concreto de que se trate, el análisis puede iniciarse bien con la
evaluación de riesgos y asignación de categoría correspondiente al escenario de rotura sin
avenida (si se prevén daños altos), bien con el caso correspondiente al supuesto de rotura
en situación de avenida (si se prevén daños reducidos).
Caso de haber iniciado el trabajo a partir del escenario sin avenida, en el caso de
derivarse la clasificación en la categoría A, esta será directamente adoptada.
III-4
Del mismo modo, caso de haber iniciado el trabajo a partir del supuesto en situación
de avenida, si la categoría que le corresponde, sin deducción de los daños atribuibles a la
avenida, es la C, esta será directamente adoptada.
En el caso de no darse ninguna de las dos situaciones anteriores, es preciso abordar el
estudio según la metodología general, cuyo diagrama de bloques se presenta en la figura
III-1.
Como se desprende de dicha figura, el proceso se inicia con el análisis del escenario
de rotura sin avenida. Si en este escenario la categoría en la que queda clasificada la presa
es la A, esta será la categoría asignada. Si, por contra, resulta una clasificación inferior, es
necesario realizar el análisis en el escenario de rotura en situación de avenida y comparar la
clasificación que se deriva con la correspondiente al escenario de rotura sin avenida. Si en
las dos situaciones la categoría es la misma (B o C), se asignará a la presa la categoría
común. En caso contrario es preciso analizar la situación en el supuesto de avenida sin
rotura de la presa. Por comparación entre los dos supuestos de rotura en situación de
avenida y presa sin rotura desaguando la avenida considerada, se pueden evaluar los
efectos incrementales de la rotura y, por tanto, clasificar la presa. La clasificación final de
la presa corresponderá a la mayor entre la asignada en el escenario de rotura sin avenida y
la correspondiente a los efectos incrementales del escenario de rotura en situación de
avenida respecto al supuesto de avenida sin rotura.
En el caso de rotura encadenada de presas deben analizarse los escenarios expuestos
en el punto 5.2.1. del capítulo II (escenarios sin avenida y en situación de avenida),
añadiendo a los escenarios tradicionales el escenario de rotura encadenada de presas y las
avenidas concomitantes si existen afluentes de entidad entre las presas.
El proceso conjunto comenzará con una primera evaluación de las presas
considerando las hipotéticas roturas como si las presas fueran independientes. Si las presas
se catalogaran como de categoría A, esto sería suficiente para el objetivo de su clasificación
(no para el desarrollo de los mapas de inundación necesarios para los planes de emergencia
pero no indispensable a efectos de clasificación).
III-6
Si no es este el caso, deberán realizarse los análisis para el conjunto de las presas,
considerando, desde agua arriba, las ondas de rotura que se van propagando y afectando a
las presas sucesivamente. Este análisis se iniciará con situaciones de escenarios de
embalses en niveles máximos normales de explotación y, si es necesario, se continuará con
los escenarios en situaciones de avenida. En este último caso, las evaluaciones de daños se
refieren, como en el caso de rotura individual, a su aspecto incremental sobre los efectos de
la propagación de las avenidas consideradas.
5.
METODOS PARA EL ESTUDIO DE LA INUNDACION CONSECUENCIA DE
LA ROTURA DE UNA PRESA
Existen diversos métodos para el estudio de la formación y propagación de las ondas
de rotura de presas, de las que en este documento se presentan cuatro tipos que, ordenados
de mayor a menor complejidad, son los siguientes:
-
método completo (modelos hidráulicos completos)
-
método simplificado de modelización
-
método mixto hidrológico-hidráulico
-
método simplificado de las curvas envolventes
El método completo es el más preciso y el único que considera las características
reales del movimiento en régimen variable de la propagación de la onda de rotura, así como
los posibles efectos de las secciones hidráulicas agua abajo en la propagación agua arriba
del movimiento. Por ello, en general, es el método recomendable para el análisis de la
clasificación de las presas. Sin embargo, en el caso de clasificaciones obvias y para
sustentar el juicio ingenieril y dotarle de consistencia y objetividad, se recomienda el
empleo de métodos y modelos simplificados. Sólo se admitirán propuestas de clasificación
sin el empleo de ningún tipo de método de cálculo de la onda de rotura en casos de presas
que resulten clasificadas en la categoría A, por tener agua abajo núcleos urbanos que
claramente resulten afectados gravemente por una posible rotura de presa, sin que exista
ningún tipo de duda sobre dicha afección. Incluso en este caso, la propuesta de
clasificación debe estar documentada y justificada.
III-7
5.1. METODO COMPLETO (MODELOS HIDRAULICOS COMPLETOS)
De entre los numerosos modelos existentes, se recomienda el empleo del modelo
DAMBRK o de posibles versiones posteriores actualizadas, del National Weather Service
(NWS) USA, por ser el modelo actualmente más versátil, experimentado, práctico y,
también, el recomendado en normativas de otros países. Adicionalmente, estos modelos
tienen la consideración de públicos.
Este método utiliza métodos paramétricos para el establecimiento y progresión de la
brecha de rotura y métodos hidráulicos de análisis de régimen variable para el estudio del
avance de la onda de rotura y la determinación de las áreas de inundación.
Proporciona directamente resultados en términos de cota máxima de lámina
alcanzada y velocidad del agua, por lo que la determinación del área inundada y de las
características de la inundación es directa.
Alternativamente, es preciso señalar que existen otros programas o procedimientos en
el mercado con prestaciones al menos semejantes y cuya validez, por tanto, es obvia, si
bien en estos casos será preciso documentar en la propia propuesta la justificación de la
validez.
Los modelos antes citados son unidimensionales, por lo que en algunos casos
extremos, caracterizados por secciones altamente irregulares, valles muy sinuosos y con
cambios muy bruscos en las secciones o llanuras de inundación, donde exista un flujo
bidimensional acusado y sea necesario estudiar con más detalle las condiciones de
propagación de la onda, puede ser necesario recurrir a modelos dinámicos bidimensionales
o aproximaciones cuasi-bidimensionales.
III-8
5.2. METODO SIMPLIFICADO DE MODELIZACIÓN
El método simplificado que se propone, en consonancia con el método completo, es
el SIMPDBK del NWS.
El modelo SMPDBK es un modelo sencillo para la evaluación de las características
del pico de la onda producida por una rotura de presa. Permite, con una mínima potencia
computacional (calculadora de bolsillo), determinar el caudal punta de la onda, el calado y
el tiempo de presentación en puntos seleccionados agua abajo de la presa cuya rotura se
analiza. Este modelo calcula en primer lugar el caudal punta desaguado en la presa en
función del volumen de embalse y de la descripción geométrica y temporal de la brecha.
Una vez establecido el hidrograma de salida, analiza su laminación a lo largo del cauce en
función de curvas de amortiguación que incorpora el propio modelo. El calado se
determina, en función de la geometría del cauce, de su pendiente y de su rugosidad, como
correspondiente al caudal punta laminado.
Mientras que la gran ventaja de este método radica en su sencillez y en la no
necesidad de utilización de potentes equipos informáticos, sus inconvenientes se centran en
su limitada exactitud ya que, fundamentalmente, por una parte, ignora los efectos hacia
agua arriba que inducen las condiciones agua abajo, y, por otra, utiliza unas curvas de
amortiguamiento "tipificadas" a partir de numerosas pasadas del modelo más general
DAMBRK y, por tanto, solo aproximadas al caso concreto.
III-9
5.3. METODO SIMPLIFICADO DE LAS CURVAS ENVOLVENTES
El método de las curvas envolventes, propuesto como alternativa más sencilla,
consiste en la aplicación directa de las familias de curvas que se acompañan como figuras
III-2 a III-9 y que se han establecido a partir de múltiples pasadas del programa DAMBRK.
En general esta metodología corresponde al escenario de rotura sin avenida y sólo puede
ser usada como comprobación de las clasificaciones de las presas en las que sus
características y las de los cauces agua abajo hagan prever una clasificación A o, más
relativamente, C. En otros casos puede servir, dada su simplicidad, como referencia y
encaje inicial de la problemática.
El núcleo central del método lo constituyen las curvas que se recogen en las figuras
III-2 a III-9 y que se agrupan en dos familias de cuatro gráficos cada una: curvas
envolventes de mínimos (figuras III-2 a III-5) y curvas envolventes de máximos (figuras
III-6 a III-9). En cada una de las figuras de envolventes de mínimos aparece una familia de
curvas, cada una de las cuales corresponde a un valor determinado de uno de los
parámetros considerados. Cada una de estas curvas representa la envolvente superior de las
relaciones entre el calado y el parámetro característico de la altura de la presa que
corresponden a todos los casos posibles, dentro del rango de variación de los restantes
parámetros indicados en la propia figura. Del mismo modo, las figuras correspondientes a
envolventes de máximos tienen una estructura semejante, referida a valores máximos.
La gran ventaja que presenta este método es su sencillez, ya que su aplicación, que no
necesita ningún apoyo informático, únicamente requiere las siguientes etapas:
1)
Estimación de los parámetros siguientes:
·
H = Calado de agua en el paramento agua arriba de la presa en el momento
de la rotura (m).
·
V = Volumen de embalse en la situación anterior (Hm3).
III-10
·
X = Distancia entre el pie de presa y el punto en el que se analizan las
afecciones (m).
·
S = Pendiente media del cauce en el tramo anterior (tanto por uno), esto es,
cociente entre la diferencia de cotas entre el pie de la presa y el cauce en la
sección estudiada (m) y la distancia X (m).
·
n = Coeficiente de rugosidad de Manning medio en el mismo tramo anterior.
·
F = Forma media del valle inundado en el mismo tramo anterior
(adimensional), expresado como relación entre la anchura del valle y el
calado de agua que le corresponde. Se evalúa como media del tramo para
calados del entorno de los correspondientes a la rotura y se clasifica en tres
tipos:
·
2)
·
angosto: 2 < F < 6
·
medio: 6 < F < 20
·
abierto: 20 < F < 50
Tr = Tiempo de rotura de la presa (horas).
A partir de los parámetros anteriores se determinan los parámetros adimensionales
complementarios siguientes:
D = X * S/H
3
3)
(factor de distancia)
K = V/(H /(6.000.000 * S))
(factor de volumen)
E = K/F
(factor de forma del embalse)
Con los valores obtenidos en los apartados anteriores se entra ya en los gráficos. Estos
tienen un rango de aplicación en función de siete parámetros. En caso de que alguno
de los valores de los parámetros no estuvieran dentro del rango señalado en el propio
gráfico, este no sería de aplicación al caso considerado.
Entrando en abcisas con el valor D se obtiene en ordenadas en cada gráfico un valor
de Y/H, donde Y es, bien, el mínimo calado esperable en el caso de curvas envolventes de
mínimos (figuras III-2 a III-5), bien el máximo calado esperable, en el caso de curvas
envolventes de máximos (figuras III-6 a III-9).
III-11
Dado que este método puede utilizarse para presas que previsiblemente vayan a ser
clasificadas en categorías A o C, cabe contemplar dos casos fundamentales y un tercero de
carácter general. Estos casos son los siguientes:
a)
En el caso de una presa para la que se prevea categoría A, se utilizarán los
cuatro gráficos de envolventes de mínimos (figuras III-2 a III-5), cada uno de
los cuales tiene su rango de aplicación definido en el propio gráfico y tres o
cuatro curvas que, en cada caso, son función de la forma del cauce (III-2), de la
pendiente media (III-3), de la rugosidad media (III-4) y del volumen de embalse
(III-5).
De esta forma, caso de estar dentro del rango de aplicación de los cuatro
gráficos, se obtienen cuatro valores de Y/H de los que se deducen cuatro valores
de Y, esto es, del calado que, como mínimo, se producirá en el punto en el que
se estudia la afección. El agua alcanza necesariamente el mayor valor de estos
calados, por lo que este valor define la cota de afección segura. Lo que está por
debajo será necesariamente afectado mientras que la afección de lo situado por
encima queda, en principio, indeterminada.
III-16
b)
De forma similar a la expuesta en el apartado anterior, para comprobar si a una
presa le corresponde la categoría C se utilizarán los cuatro gráficos de
envolventes de máximos (figuras III-6 a III-9), que tambien tienen su rango de
aplicación definido en el propio gráfico y tres o cuatro curvas que, en cada caso
son tambien función de la forma del cauce (III-6), de la pendiente media (III-7),
de la rugosidad (III-8) y del volumen de embalse (III-9).
Igualmente se obtendrían cuatro valores de Y/H de los que se deducen cuatro
valores de Y, que, en este caso, representan el calado que, como máximo,
alcanzará el agua en el punto en que se estudia la afección. El agua nunca
alcanzará un calado superior al menor valor de todos ellos, por lo que este valor
define la cota por encima de la cual no se produce afección. Por debajo de esa
cota no puede asegurarse si se produce o no afección (zona indeterminada).
En este caso de utilización de los gráficos para comprobar una clasificación
prevista en categoría C es preciso plantear una serie de consideraciones
adicionales:
-
Así como en el caso de previsión de categoría A basta comprobar
que se producen determinadas afecciones en un único punto, en el
caso de previsión de categoría C es necesario comprobar la no
existencia de afecciones significativas en todos los puntos en que
ello es posible.
III-21
-
Como consecuencia de lo anterior, el rango de aplicabilidad referido
a la distancia (D = X * S/H < 2,5) puede ser suficiente en muchos
casos en presas de categoría A, pero demasiado reducido en el caso
de presas previstas como de categoría C. Sería necesario garantizar,
por otros procedimientos, que no se producen afecciones significativas más allá de una distancia X = 2,5 * H/S, que, en el caso de
presas pequeñas, puede ser reducida.
-
Así como la comprobación de la afección mínima (presas de
categoría A) se debe realizar en el escenario de rotura sin avenida, al
que corresponden los gráficos, la comprobación de la afección
máxima (presas de categoría C) debe realizarse en el escenario de
rotura en situación de avenida, al que no corresponden los gráficos,
por lo que para dicha comprobación será necesario recurrir,
complementariamente,
a
la
aplicación
de
otros
métodos,
simplificados o completos.
c)
Con carácter general, en un mismo caso pueden ser aplicadas las dos familias de
gráficos, de envolventes de mínimos y de máximos, y obtener para cada una de
las secciones en que se quiera analizar las afecciones dos calados límites que
darán lugar a delimitar tres zonas: zona de afección segura, zona de no afección
y zona indeterminada. Esto únicamente podría ser válido como primera
aproximación al problema.
Finalmente, debe señalarse que en los gráficos presentados son posibles las
interpolaciones que sean necesarias, pero, en ningún caso se pueden plantear
extrapolaciones.
III-22
5.4. METODO MIXTO HIDROLOGICO-HIDRAULICO
Es este un método simplificado que se basa en la aplicación sucesiva de tres fases:
determinación de la onda de rotura, estudio de su propagación y determinación de los
niveles de agua correspondientes.
El caudal punta de la onda de rotura se determinará en función del volumen de
embalse y de la altura de la presa sobre cimientos, para lo cual puede utilizarse la expresión
de Hagen, que en unidades métricas es:
Q = K (V . H)0,5
donde:
Q=
caudal punta de rotura (m3/seg)
K=
constante (780 para presas bóveda y 550 para los restantes casos)
V=
volumen de embalse (Hm3)
H=
altura de presa sobre cimientos (m)
Dada la solo relativa fiabilidad de la expresión anterior aplicada a casos concretos,
deberá analizarse la sensibilidad de la clasificación resultante a la variabilidad de este
parámetro, llegando a contemplar valores hasta un 50 % superiores, y contrastando, si fuera
posible, los valores del caudal punta con los datos estadísticos de roturas históricas.
Se admitirá una forma triangular para el hidrograma. La base del triangulo será tal
que el volumen del hidrograma coincida con el volumen total de embalse y la punta se
situará centrada en el tiempo.
Alternativamente al procedimiento anterior, podrán utilizarse procedimientos
paramétricos que determinen la onda de rotura a partir de las fórmulas hidráulicas de
desagüe sobre un aliviadero en pared gruesa en un procedimiento incremental en el tiempo,
como puede ser la subrutina incorporada al efecto al programa HEC-1, desarrollado por el
U.S. Hydrologic Engineering Center.
III-23
La propagación de la onda de rotura a lo largo del cauce se estudiará por métodos
hidrológicos (Muskingum, Puls u onda cinemática), teniendo presente que únicamente se
dará como válido el resultado obtenido si variaciones importantes de los parámetros no
inducen modificaciones en la categoría a asignar a la presa analizada.
Por fin, la determinación de niveles de agua y velocidades se realizará directamente
por métodos hidráulicos suponiendo régimen permanente (situación estable en el tiempo) y
suponiendo un caudal igual al máximo obtenido en la etapa anterior.
En general, la aplicación de este método debe realizarse con precaución y adoptando
valores conservadores. Si existiesen dudas en la clasificación deberán utilizarse los
métodos completos.
CAPITULO IV
DOCUMENTOS QUE CONSTITUYEN
LA PROPUESTA DE CLASIFICACION
IV-1
1.
DOCUMENTOS A INCLUIR EN LA PROPUESTA DE CLASIFICACION
En la propuesta de clasificación se incluirá la siguiente información:
1.
PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN.
Se incluirá la clasificación propuesta, que deberá consistir en una y solo una de las
categorías establecidas en la Directriz.
Esta propuesta deberá ser suscrita por el titular o persona con poder suficiente.
2.
CARACTERÍSTICAS DE LA PRESA Y DEL EMBALSE.
a)
b)
Identificación de la presa y del titular.
·
Denominación de la presa y del embalse.
·
Titular.
·
Datos del titular (domicilio, etc.).
·
Datos de concesión (fechas de tramitación y finalidad).
Situación de la presa.
·
Cauce y cuenca hidrográfica.
·
Provincia y Comunidad Autónoma.
·
Situación por coordenadas UTM.
·
Plano de situación a escala 1:50.000.
c) Características de la presa.
·
Tipología de la presa y del aliviadero.
·
Cotas de cauce, de vertedero y de coronación.
·
Altura de la presa.
·
Longitud de coronación.
·
Cotas de máximo embalse normal y extraordinario.
·
Órganos de desagüe.
·
Caudales de desagüe de proyecto del aliviadero y otros órganos e desagüe.
d) Características del embalse.
IV-2
·
Longitud del embalse.
·
Volúmenes de embalse a cotas de vertedero, de coronación y
correspondientes a MEN y MEE.
·
Aspectos singulares de explotación (¿embalse permanentemente vació o
lleno?).
e) Características hidrológicas.
·
Avenidas, de entrada al embalse y laminadas, de proyecto y extrema, si
ésta es conocida. Se presentarán los caudales punta, aportaciones y formas
de los hidrogramas.
3.
CARACTERÍSTICAS DEL CAUCE AGUA ABAJO
Se incluirá una referencia a las zonas sensibles situadas agua abajo, entendiendo
como tales aquellas cuya afección por la rotura pudiera conducir a la clasificación de la
presa en las categorías A o B.
·
Situación a escala 1:50.000.
·
Topografía utilizada para la clasificación.
·
Tipología de la zona (núcleos urbanos, viviendas, zonas industriales y agrícolas,
importancia medioambiental, etc.).
·
Descripción cualitativa de la zona.
4.
METODOLOGÍA Y DATOS BÁSICOS DEL ANÁLISIS.
a) Metodología general de análisis aplicada.
·
¿Se sigue la establecida en el presente documento?.
·
Caso afirmativo
-
Método o métodos utilizados.
IV-3
·
Caso negativo.
-
Descripción de la metodología aplicada.
-
Justificación documentada de la validez de la metodología en
relación con los mínimos establecidos en estas recomendaciones.
b) Características básicas del análisis.
5.
·
Dimensiones de la brecha y justificación.
·
Tiempo de desarrollo de la brecha y justificación.
·
Longitud de cauce analizada y justificación.
·
Escalas de trabajo y equidistancias y justificación.
·
Características hidráulicas del cauce y justificación.
RESULTADOS DEL ANÁLISIS.
a) Resultados parciales de la aplicación del procedimiento de clasificación.
En el caso de aplicación del método descrito en el presente documento se
incluirá la información que se indica. En caso contrario se incluirá la
información equivalente, coherente con la metodología aplicada, descrita y
justificada en el apartado (4. a.) . Únicamente se incluirá la información que ha
sido necesaria para la elaboración de la propuesta de clasificación concreta
resultante.
La información a incluir es la siguiente:
-
En el caso de clasificaciones obvias basadas en un juicio ingenieril,
descripción de las características que hacen prever su clasificación en
Categoría A y justificación documentada de la Categoría propuesta.
-
Como procedimiento general, salvo los casos descritos en el párrafo
anterior, deberán de desarrollarse, en la medida que sean necesarios, los
siguientes escenarios, empleando la metodología descrita en estas
recomendaciones:
IV-4
1)
Escenario de rotura con nivel de embalse al máximo nivel de
explotación normal. Categoría asignada y justificación.
2)
Escenario de rotura en situación de avenida. Análisis de los
supuestos de rotura con la avenida de proyecto, y no rotura con la
avenida de proyecto. Afecciones incrementa les. Categoría asignada
y justificación.
3)
En los casos de presas en serie en un mismo río, análisis del
escenario de rotura encadenada de presas. Categoría asignada y
justificación.
Con los criterios y metodología expuesta en estas recomendaciones se
formulará la propuesta de clasificación y su justificación.
La justificación de las categorías anteriores incluirán, al menos, los
siguientes aspectos:
-
Relación de elementos y afecciones que motivan la clasificación:
Características y nivel de afección desde los puntos de vista hidráulico
(calado y velocidad) y cualitativo (efectos).
-
Justificación de la no existencia de otras afecciones que pudieran elevar la
categoría asignada.
b)
Información adicional.
Se incluirá la información adicional generada en el proceso de elaboración
de la propuesta de clasificación, fundamentalmente la relativa a áreas de
inundación en los distintos escenarios y las características hidráulicas de la
propagación de la onda de rotura, así como los tiempos de propagación.
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