Los Misterios de Dios

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Los Misterios de Dios
APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS MIRANDA
JESUCRISTO HOMBRE
14 de septiembre del 2011
Bendecidos con toda bendición.
Un saludo para la amada iglesia de Jesucristo Hombre, que por todas partes del
mundo se congrega para escuchar el alimento del espíritu, el alimento semanal.
En esta ocasión el tema que tenemos para compartir es:
“Los Misterios de Dios”
El apóstol Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, en el capítulo 4, verso 1,
dice:
“Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de
los misterios de Dios.”
El dice, “téngannos”, como cuando yo digo, “nuestro ministerio se compone”,
pero en sí, lo que Pablo quiso decir ahí: “Me deben tener los hombres como un
administrador de misterios. Yo no soy cualquier predicador. Yo no soy cualquier
Pedro, ni cualquier Juan, ni cualquier Santiago. Yo soy un administrador de
misterios.” Y, misterio es una cosa que no se conoce, para tú conocer un misterio
te tiene que ser revelado.
Entonces, el apóstol Pablo dice que su ministerio era administrar misterios. Y, es
de notar, yo estuve mirando que en todos los libros de la biblia, aparte de Daniel
que dice que se le daba interpretar sueños, pero eso eran sueños. Los misterios,
él dice: “No, estos sellos serán explicados al final, cuando aumente la ciencia,
entonces, serán explicados los otros misterios que él habló.
Ahora, el apóstol Pablo dice que él administraba misterios. Pero, para tú
administrar un misterio, te tiene que ser revelado, primero a ti. Por eso es que él
en Gálatas 1:11-12, dice:
“Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí,
no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por
revelación de Jesucristo.”
Aquí está la clave: “Por revelación de Jesucristo”.
Quiere decir que Jesucristo, resucitó y se le apareció a Pablo, y le comunicaba
estos misterios. Esto estuvo oculto, “los misterios ocultos”, eso no lo conocía
nadie; ni Moisés, ni los once apóstoles, ni David, nadie. Eso estuvo oculto hasta
que Jesucristo se lo reveló al apóstol Pablo. Y, como ya hemos hablado antes,
una vez es revelado, deja de ser misterio, ya no es un misterio para ti, sino es una
revelación.
Por ejemplo: ¿Cómo yo pude desarrollar este ministerio? Bueno, yo pude
desarrollar este ministerio, porque en el ’73, la misma función que hizo con Pablo,
en esta ocasión diferente, porque Pablo nunca fue un velo de Dios, sino que se le
reveló a Pablo. En esta ocasión a mí, en el ‘73, me fue revelado. Vinieron los
ángeles, despertaron en mí y activaron en mí un don y entró la revelación.
Entonces, ahora, por revelación, esa revelación vino a mí, y ahí comenzó a
desarrollarse la administración de misterios.
Y, entonces, ¿cómo me deben de tener a mí todos los hombres del mundo?
¿Cómo me debe de tener a mí la iglesia? ¿Cómo me deben tener a mí los medios
de noticias? Como un administrador de misterios.
Ahora, tú, como iglesia, tú me tienes como administrador de misterios, porque a ti
te han sido revelados, para ti ya no es un misterio, para ti es una revelación. Tú
has sido llevado a una exposición de revelaciones que se te han aclarado y por
eso estás alumbrado.
Ahora, la circuncisión nunca explicó una revelación. Los ocho libros de la
circuncisión, en el nuevo testamento, no hablan de ninguna revelación. Los únicos
libros en la biblia que usted ve la palabra, ‘misterio’, es en las catorce epístolas de
Pablo. En la circuncisión no dice ni una sola vez la palabra ‘misterio’, sólo Pablo
habla de los misterios: “Os digo un misterio”, “mas os hago saber este misterio”.
Eso sólo sale de la boca del apóstol Pablo.
Mira cómo dice en Efesios capítulo 3, verso 3. Dice:
“Que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito
brevemente…”
“Que por revelación me fue declarado el misterio…” Entonces, nuestro ministerio
es un ministerio que administra cosas que al hombre no le es dado entender. Por
eso somos malos entendidos en todas partes, y por más que tratemos de
explicarle, si no le es dado para la persona, por más que tú le expliques, él no va a
poder entender. Él tiene que recibir revelación, él tiene que ser alumbrado para ver
el misterio del evangelio.
En esta semana me escribía un joven diciéndome, que él trató y buscó, y quiso
profundizar, pero dónde iba a profundizar, si en la biblia tú no puedes profundizar
a menos que te metan a ti en lo profundo. Esto no es cuestión de tú y yo, es
‘haciendo él en nosotros’.
Entonces, podemos nosotros concluir que el ministerio Creciendo en Gracia,
mundialmente, lo que está es administrando misterios que nunca al hombre
le han sido aclarados.
Mira cómo dice allá en Romanos, bueno antes de entrar en Romanos, es como al
que le preguntaron: ¿De dónde sale la gallina? Y, entonces dijo: -Bueno, sale de
un huevo. –Y, ¿de dónde sale el huevo? -Bueno, sale de la gallina. -¿Y, esa
gallina? –Pues, salió de un huevo. –Y, ¿quién puso la primera gallina?
Entonces, cuando nosotros hablamos de revelación: ¿De dónde salió la
revelación? ¿De dónde salió este ministerio? Pues, este ministerio salió de una
revelación. ¿Pero, una revelación de qué? Una revelación de Jesucristo. Es la
única forma que podemos explicar esto.
Vamos a ver, de este otro misterio que usted jamás ha oído a nadie hablar de
esto, en Romanos 1:5, dice:
“Por quien recibimos…”
En sí, como debe de decir: “Por quien recibí”. Hay una versión bien antigua que
dice, ‘por quien recibí’. Lo único es que los que manejan la interpretación de los
originales no pueden entender eso, y piensan, bueno, quizá lo que él dice es ‘por
quien recibimos’, porque quién es Pablo para decir, ‘por quien recibí’, si habían
mas apóstoles. Pero, en sí, Pablo fue el que recibió, no fueron muchos, fue Pablo.
Dice:
“Por quien recibí la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las
naciones por amor de su nombre.”
¿Por qué Pablo le escribe no sólo a una iglesia, sino a todas las naciones? ¿Por
qué nosotros estamos no sólo en Miami, en Houston, en Colombia? ¿Estamos en
dónde? En todas las naciones. Porque “el evangelio es para obediencia a la fe
en todas las naciones”, y eso es un misterio. Dice: gracia y apostolado. No
son dos apostolados es un apostolado, el apostolado de la gracia, que es el
misterio que ha sido revelado. Para haber un solo apostolado y para haber
gracia, tiene que haber sido por revelación de misterios.
Por eso es que por 2,000 años, lo que hubo fue oscuridad. Por eso es que hay
tantas religiones, porque no había apostolado. El apostolado estuvo con Pablo, y
él mismo dijo: “Después de mi partida se acaba el apostolado. Después de mi
partida más nadie va a predicar esto. El único que puede recibir lo que yo enseño
es Jesucristo”.
Por eso es que sabemos que este servidor es Jesucristo Hombre, la segunda
venida de Jesucristo. Porque en qué forma podía yo revelar y formar este gran
ministerio mundial, si no fuera por revelación, o porque es Jesucristo mismo. No
se puede, que hablemos todos una misma cosa, que estemos sometidos todos a
una sola voz, a una trompeta, a un mensaje. Es por misterio, es la única forma de
explicarlo.
En Romanos, terminando el libro a los Romanos, se repite la aplicación del
capítulo 1. Mira como dice el apóstol Pablo en Romanos capítulo 16, verso 25.
Dice:
“Y al que puede, no la que quiere, ni al que trata, al que puede confirmaros
según mi evangelio y la predicación de Jesucristo.”
Ahí Pablo nos está diciendo: -Mira, el que puede confirmar mi evangelio es la
predicación del mismo Jesucristo, sino no hay quién confirme esto. Porque mejor
predicador que Pablo, no lo había en aquellos tiempos, y no pudo confirmar ni a
uno. “Todos le abandonaron”, él confesó.
Quiere decir, que el que podía confirmar a una persona en este evangelio es la
predicación de Jesucristo.
Diga conmigo: LA PREDICACIÓN DE JESUCRISTO.
Y, ¿usted cree que Jesucristo es un buen predicador? Claro, mira cómo te ha
predicado por 25 años la misma revelación, sin cambiar. En el calqueo pasado
como el Obispo Martín unió todas esos calqueos del 1989, y todos decían lo
mismo que se dice ahora. Porque esto no cambia, esto es un mismo sentir,
una misma mente, un mismo parecer. Esa es la Iglesia de Creciendo en
Gracia, la iglesia de Jesucristo, la que ha sido edificada con la predicación
de Jesucristo; no de ningún hombre, de ningún pastor evangélico.
¿Cuando usted ha oído un pastor evangélico predicar lo que yo predico? ¿Cuándo
usted ha oído al Papa mencionar ‘la gracia y el apostolado para obediencia a la
fe’? Ellos, más bien, dicen: La virgen y el rosario, la misa-, y todos los disparates
que predican. Eso no es fe. Eso no va a edificarte a ti.
Por lo tanto, dice aquí, esta es la verdadera confirmación.
Yo me acuerdo cuando pequeño, preguntaban: -¿El niño fue confirmado?
¿Confirmado en qué? Confirmado en la basura esa que enseñan en el templo
católico.
¿Confirmado en qué? ¿Qué te confirma eso? -No, ¿que si hizo la primera
comunión? La primera embarrada de disparates que enseñan.
Esta es la verdadera confirmación, y tú estás confirmado en el verdadero
evangelio. Yo te he confirmado en el evangelio, con la predicación de
Jesucristo. No con la predicación de cualquier brujo pentecostal, o brujas de
esas que hay por ahí, profetizando estiércol por su boca.
Dice, Romanos 16:25-26.
“Y al que puede confirmaros según mi evangelio y la predicación de
Jesucristo, según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto
desde tiempos eternos,
pero que ha sido manifestado ahora, y que por las escrituras de los profetas
según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las
gentes para que obedezcan a la fe…”
Para que obedezcan a la verdadera fe, aquella fe que venía.
En eso es que tú estás confirmado. Ese es el evangelio que tú has creído, y
te mantienes firme, dando una confesión clara de lo que tú has creído. A ti
nadie te tiene que avergonzar por lo que tú has creído. Lo que tú has creído
está estampado en las catorce epístolas del verdadero evangelio de nuestro
Señor.
Así que, esa es la verdadera confirmación.
La iglesia ha quedado confirmada, lista para la trasformación que viene
pronto; preparada, ordenada, equipada, con sus pensamientos ordenados,
listos para recibir la trasformación.
Amada iglesia, será hasta una próxima ocasión, donde seguiremos repitiendo las
mismas cosas, y de eso, puedes estar seguro.
Hasta luego. Los amo mucho. Un beso y un saludo.
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