C o m u n i da d e s l e c to r a s Una guía para propiciar la lectura en su entorno Brenda Bellorín y Carmen Martínez C o l e cc i ó n F o r m e m o s L e c to r e s 808.899.282 S 337 Schritter, Istvan LA OTRA LECTURA. La ilustración en los libros para niños Gerencia de Información, Documentación y Estudio. -- 1ra. Ed. -- Caracas (Venezuela): Banco del Libro, 2006. - 48 p. 22 cm; il; Original; Español. - (Colección Formemos lectores) ISBN 980-6417-32-1 DESCRIPTORES: Literatura infantil-juvenil; Ilustración; Promoción de la lectura; Talleres de lectura. A cargo de la Gerencia de Información, Documentación y Estudio Gerente: Brenda Bellorín Texto: Istvan Schritter Coordinación editorial: Clementina Pifano Apoyo editorial: Carolina Holmes Corrección de texto: Olga García Larralde Apoyo técnico: Cynthia Bustillos y Luis Chavarri Diseño gráfico: Arisabel Yaya y Pablo Valduciel, Cooperativa Gráfica Estudio Siete r.l. Impreso por: Ex-Libris Ilustración de portada © 1994 Istvan Schritter, La escalera de Pascual Ediciones del Cronopio Azul ©2006, Banco del Libro Av. Luis Roche, Altamira Sur Caracas, Venezuela Teléfono: (0058) 212 - 265.3990 / (0058) 212 - 267.3785 Fax: (0058) 212 - 266.3621 e-mail: [email protected] www.bancodellibro.org.ve ISBN: 980-6417-32-1 Depósito legal: LF5922006300919 Depósito legal de la Colección: IF592199880059.A Índice ¿Pueden cambiar las comunidades si las invitamos a leer? ? El ABC para desarrollar un proyecto comunitario ? Fase cero: observar para diagnosticar Leer el entorno Los aliados El Promotor, clave de éxito en todo proyecto Saberes y haberes ? ? ? ? ? Fase uno: manos a la obra ? Fase dos: la continuidad ? Crónica de dos proyectos bancolibreros ? Leer para vivir Tendiendo Puentes con la lectura ? ? Glosario 40 Notas 45 Bibliografía general 46 Bibliografía recomendada para ampliar el tema 48 C o m u nidades lectoras C o m u n i da d e s l e c to r a s Una guía para propiciar la lectura en su entorno ¿Pueden cambiar las comunidades si las invitamos a leer? La lectura es un poderoso agente de cambio. Si partimos de esta premisa, ¿qué mejor forma de incidir positivamente en nuestra comunidad que llevándole literatura para brindarle otra manera de leer el entorno y de interpretar la realidad? Dice Joseph Gold, un autor que ha reflexionado ampliamente sobre el poder terapéutico y transformador de la literatura, que ésta nos ayuda a reescribir nuestras propias historias y que “al sumergirnos en ella, ejercitamos la imaginación, los sentimientos y el lenguaje” 1. Si esto es cierto, sin duda, la lectura es una excelente herramienta para ayudar a alcanzar cambios en la comunidad. En este título de la Colección Formemos Lectores esperamos, pues, dar algunas pautas para facilitar –en palabras de Gold– el ejercicio de la imaginación, los sentimientos y el lenguaje en el marco de un proyecto de promoción de lectura comunitario. También queremos ofrecer algunas pistas para que, con el trabajo de los promotores, los miembros de la comunidad se descubran como personas interpretativas que comparten saberes y haberes. En el título: “comunidades lectoras”, hicimos un guiño a la teoría de Stanley Fish 2 , quien dice que la interpretación del lector siempre está influida por la pertenencia a una comunidad específica. Si bien es cierto que una comunidad entendida desde su concepto más tradicional, como un grupo de personas que conviven en el mismo Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno (Imagen 2: Biblioteca La Urbina) lugar, no es necesariamente una comunidad lectora o interpretativa, cuando un proyecto de promoción de lectura logra afianzarse verdaderamente en una comunidad, es posible que ésta sea ambas al mismo tiempo, o al menos eso esperamos quienes trabajamos en este tipo de proyectos. Dado que cada comunidad es un mundo, no pretendemos dar una fórmula de qué hacer, sino más bien, compartir algunas de las reflexiones sobre qué es conveniente tener presente a la hora de diseñar y ejecutar proyectos comunitarios. Quizás nuestro mejor tip en todo este cuaderno sea precisamente estar siempre conscientes y dispuestos a respetar la identidad de la comunidad donde se vaya a realizar el proyecto, así como estar atentos a que existen muchos materiales y estrategias para desarrollar el potencial lector de ésta. Nuestras recomendaciones se basan en dos proyectos comunitarios ya emblemáticos del Banco del Libro, los cuales han sido desarrollados tanto en comunidades afectadas por tragedias naturales así como en C o m u nidades lectoras barrios populares urbanos con características muy particulares (véase la sección: “Crónica de dos proyectos bancolibreros”). Estos proyectos han sido creados en el marco de la biblioterapia, es decir, han sido diseñados partiendo de la premisa de que la lectura puede sanar, ser una forma de asistencia en situaciones de riesgo o emergencia. Quisiéramos recordarle que usted puede formular proyectos de animación y promoción a la lectura en cualquier comunidad considerando algunas de estas estrategias. La intención y las acciones del proyecto dependerán de las necesidades concretas del grupo que será atendido. El ABC para desarrollar un proyecto comunitario Como casi todos los proyectos, uno de promoción de lectura en una comunidad debe comenzar por la observación y el análisis de aquello que se observa. Antes de empezar con los libros, es necesario tomarse un tiempo para leer las circunstancias inmediatas que rodean la comunidad. Es en este tiempo donde se debe evaluar en qué condiciones se puede trabajar, con qué población y en qué lugar se pueden desarrollar las actividades. Muchas veces el entusiasmo nos hace saltarnos esta “fase cero”, pero no debemos olvidar que es indispensable para garantizar el éxito de todo proyecto. Como dice el dicho: “Vístete despacio que vas de prisa”. Fase cero: observar para diagnosticar La observación es especialmente necesaria si el proyecto va a realizarse en una comunidad donde se vive una situación de emergencia o riesgo. Por ejemplo, si ha sucedido un deslave o un terremoto, hay que darles tiempo a los socorristas de que hagan lo suyo. Se debe ver con qué gente y espacios de la comunidad se cuenta, así como preparar a los promotores y voluntarios para que sepan que se van a encontrar con personas en un estado vulnerable que quizás no van a querer leer porque el ambiente es aún muy inhóspito. En estas situaciones es importante no perder de vista que hay prioridades, como buscar a los desaparecidos, cosa que se antepone a la asistencia que se les puede ofrecer mediante libros e historias. Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno La “fase cero”, como nos gusta llamarla, es el tiempo para indagar en las necesidades, debilidades y fortalezas del sitio y de las personas con las que se va a trabajar. Es a partir de este diagnóstico que se pueden comenzar a preparar las estrategias de animación a la lectura y formar a los promotores. Cuando hablamos de la formación de los promotores, nos referimos no sólo a los conocimientos literarios o a la preparación que éstos tengan para hacer actividades de animación a la lectura, sino también a una formación ajustada a las necesidades del sitio. Volviendo al ejemplo anterior, si se hallan en una población que ha sido desvastada por un desastre natural, éstos deben recibir orientaciones psicosociales por parte de especialistas para poder brindar “terapia literaria” a través de los libros. C o m u nidades lectoras Leer el entorno Como veníamos diciendo, en toda comunidad existen condiciones favorables y desfavorables; es trabajo de quienes se plantean el proyecto capitalizar las primeras y minimizar o solventar las segundas. A la hora de hacer su diagnóstico, busque: • Reconocer si son suficientes y efectivos los espacios convencionales –escuelas y bibliotecas– y no convencionales –clubes de lectura, organizaciones civiles, etc.– para crear comunidades lectoras. A partir de este primer diagnóstico, podrá decidir si trabajará con uno o más de estos espacios y, al saberlo, luego podrá moldear mejor la programación de las actividades que desarrollará. •Un sitio que pueda convertir en su “centro de operaciones”. Tome en cuenta que, aunque los espacios públicos son un hermoso marco para las actividades de animación, la realidad es que en éstos es más difícil controlar todas las variables. A veces, los espacios íntimos, más conocidos y domesticados como las casas de los participantes o algún salón de la escuela o biblioteca, pueden facilitar el desarrollo de la programación. Sea estratega y cuente siempre con un plan B; los espacios suelen ser disputados y casi siempre dependen de la disposición de quien los lleva. • Identifique sus posibles aliados. Para ello, empiece por averiguar cuáles son las personas en la comunidad que ya desempeñan algún trabajo comunitario. Pregunte quiénes son percibidos por el resto de la comunidad como líderes. Reflexione, de acuerdo a la naturaleza del proyecto que va a elaborar, quiénes son las personas que –con la motivación apropiada– pudieran estar interesados en convertirse en mediadores. Por ejemplo, si su proyecto involucra trabajo con niños tenga presente que, con seguridad, hallará buenos aliados entre los padres y maestros. Pero, sobre todo, tenga en cuenta, desde el inicio, que los miembros de las comunidades que se acercan a formar Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 10 (Imagen 4: espacio de trabajo) parte de un proyecto de promoción de lectura son los verdaderos protagonistas de la acción; serán ellos quienes determinen la posibilidad de establecer una red de promoción de lectura. Los mediadores en comunidad se descubren a sí mismos al disponer de un nuevo “haber”, como es el placer que produce la lectura de libros, tanto para ellos, como para su público. Los aliados Este punto merece que nos extendamos un poco más. Así como en las tramas literarias los aliados suelen aparecer en el momento culminante, también en medio de las coyunturas o cuando se abren nuevos espacios de acción en un determinado proyecto llegan personas clave para formar parte activa de su desarrollo. Los aliados pueden ser amigos, instituciones y/o editoriales que se suman al proyecto. Estos aliados o colaboradores pueden tener una presencia directa o indirecta al realizar donaciones de libros, presentar una sesión de cuenta-cuentos, realizar aportes financieros al proyecto respondiendo a un criterio de responsabilidad social, entre otros. Las formas de ayuda C o m u nidades lectoras y los colaboradores pueden ser múltiples, lo importante es que todos compartan un mismo objetivo y un mismo concepto sobre el poder “sanador” 3 de los libros y la lectura. 11 El Promotor, clave de éxito en todo proyecto Aunque todos quieren ayudar, no todos pueden hacerlo, o mejor dicho, no pueden hacerlo sin la preparación adecuada. La relación entre trabajo comunitario y voluntariado es ampliamente conocida y utilizada. Sin embargo, es importante definir qué cosas puede hacer cada participante de acuerdo a su formación, aptitudes, preferencias, tiempo, etc. Los voluntarios pueden ciertamente ser de gran ayuda, pero su utilidad para un proyecto estará determinada por: • la formación que éstos reciban antes de comenzar a trabajar • la manera en que se conformen los equipos de trabajo • la guía y la interacción que re­ci­ ban de personas ya formadas en la promoción de la lectura y el trabajo comunitario a lo largo del proyecto Sea para “reclutar” voluntarios, sea para buscar otro tipo de aliados o definir quiénes conformarán el equipo de trabajo, es importante delimitar qué características debe tener ese promotor de lectura. Hay algunas características que son inherentes a todo mediador, como el hecho de que le guste leer y sepa Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno (Imagen 5: promotores en escalera) 12 (Imagen 6: foto Cristina pelo levantado) alcanzar el público, y hay otras que dependerán del contexto donde vayan a ser realizadas las acciones. Por ejemplo, si el proyecto se realizará en una cárcel o un hospital, el promotor tendrá que tener destrezas diferentes a aquel que va a llevar un club de lectura dentro de una comunidad ya lectora provista de libros. Así pues, todo proyecto exige una forma muy particular de vinculación con los niños, los padres, los docentes y las comunidades, y el promotor debe ajustarse a estas necesidades. Sin embargo, está claro que, sea cual sea el contexto, el promotor debe ser capaz de propiciar una interrelación afectiva y social donde se pueda “establecer nexos cálidos, sentir respeto positivo incondicional y lograr empatía con los sentimientos”, como señala Carls Rogers, en su libro La Psicología de la actitud Creadora 4 . C o m u nidades lectoras Su perfil El promotor debe ser capaz de: • Respetar los procesos individuales y sociales que se den en el marco de las actividades que conforman el proyecto. Esto, evidentemente, estará supeditado a su sensibilidad, gusto por la lectura y capacidad de valorar al otro como persona (ya sea niño, padre, docente, vecino), así como también su trabajo y su historia como lector que se vincula con ciertos materiales de lectura. • Enfocar su trabajo, no como un “visitador social” o “tecnócrata de la lectura”, sino como una persona que se encuentra en la posición de valorar el lenguaje y sus manifestaciones culturales a partir del intercambio que se generan una vez que se da la puesta en común del espacio de la lectura en la comunidad. • Crear sentido de pertenencia a un grupo social mediante el reconocimiento del otro, el respeto a la diversidad. Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 13 14 (Imagen 7: foto niños en la puerta) Como se puede apreciar, lo profesional debe ir de la mano de la sensibilidad. El mediador no sólo debe mediar entre los libros y las personas, sino también entre los contenidos técnicos que lleva el taller y los saberes que traen los participantes. Se trata de un continuo devenir entre un “tú y entonces yo, entonces tú, entonces yo”. Este devenir, que Robert Cialdini 5 ha definido como la reciprocidad, es la mejor forma de procurar que se brinde un servicio que vaya más allá de la información, pues este servicio se habrá adecuado a las necesidades de los participantes. Si el trabajo es específicamente con niños es importante dejar de verlos en abstracto como un compendio de procesos evolutivos, para tratar de percibirlos desde su naturaleza social. Es imprescindible verlos como niños que pertenecen a una diversidad de familias, que juegan en la calle, que se relacionan con una comunidad y son finalmente, ciudadanos que forman parte de un Estado. C o m u nidades lectoras Saberes y haberes 15 Hemos mencionado anterior­mente las palabras saberes y haberes. Quisiéramos aclarar brevemente a qué nos referimos al usarlas. De su entendimiento también depende, en cierta medida, el éxito de un proyecto. Los miembros de las comunidades y, lamentablemente, muchos facilitadores, suelen ignorar los saberes que les son propios. Toda comunidad posee un acervo cultural que debe ser tomado en cuenta en la formulación y ejecución de un proyecto de promoción de lectura. Las fiestas tradicionales, los vestigios de una cultura oral –como nanas, canciones, adivinanzas, refranes–, así como la historia y los cuenteros del lugar, son saberes que, al reconocerlos, pueden ser empleados para leer mejor la comunidad. Entre los saberes también están las personas mayores o sabios de la comunidad, que como un libro abierto, llevan dentro de sí las historias del lugar y cada vez que las cuentan de nuevo las recuerdan y actualizan. Los haberes son los libros, los materiales de lectura que nutrirán el proyecto y harán, si son bien utilizados, que sea posible rescatar o valorar mejor los saberes de la comunidad. En el Banco del Libro creemos que los haberes son fundamentales, pues apoyamos nuestro trabajo en la idea de que los libros de calidad garantizan un acercamiento más amable y expedito al ejercicio de la lectura. Por ello dedicamos tiempo en la fase cero a seleccionar los libros Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno (Imagen 8: abuelo leyendo a niños) 16 que vamos a utilizar. Para la selección buscamos hacer un balance entre los méritos editoriales, gráficos y literarios de los libros con las necesidades y las condiciones de la comunidad que va a acogerlos. En la selección intervienen muchos factores que no exploraremos aquí, pues las ideas de la institución al respecto están plasmadas en ¿Cómo elegir un buen libro para niños? 6 , Muchos libros para niños 7 y ¿Qué libros para qué edad? 8 , títulos que están disponibles en esta misma Colección. En todo caso, es importante no ser literal en las recomendaciones literarias. Es decir, si estamos trabajando con una comunidad que ha sido tocada por una tragedia como un terremoto, por ejemplo, para hacer “ejercicios de biblioterapia” no hay necesariamente que contar con materiales de lectura que aborden ese tema, sino buscar libros que propicien espacios para confrontar las emociones y darle palabras a lo vivido. Recomendamos y no recetamos libros, aunque en la práctica es el ejercicio estético de la lectura, en su profundidad espiritual y subjetiva, lo que transforma, toca o deja huellas en la persona. Entre lectores, las recomendaciones y los préstamos son casi prescripciones amistosas y es que los encuentros, desde la promoción de la lectura, deben hacerse menos didácticos y más personales, cuidadosos de no impactar indebi- C o m u nidades lectoras 17 damente la privacidad del receptor (los cuentos de hadas, las historias fantásticas o de aventuras, la poesía, transitan por conflictos intensos y personales, pero distanciados en tiempos y lugares remotos). Todo lo dicho sobre la literatura en el caso de los libros para niños, también se aplica a la imagen, puesto que es un componente integral del libro ilustrado. Las ilustraciones pueden ser evocativas, calmantes, emocionantes, llenas de humor, desgarradoras, tristes. Allí hay un doble juego entre texto e imagen, y por ello, una doble sanación. Aunque un buen mediador puede hacer milagros con cualquier material bibliográfico, la selección apropiada de los títulos puede ayudar a que todos, aun los promotores más inexpertos y tímidos, puedan propiciar un buen entorno lector y hasta sanar con libros. Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 18 Fase uno: manos a la obra Teniendo ya estudiado el sitio, establecidas cuáles son las personas con las que se va a trabajar, quienes van a ser los promotores y seleccionados los libros, no queda más que ponerse a diseñar las actividades. Sugerimos a continuación, algunas actividades de las que usted podrá echar mano para su formulación. Le recomendamos plantear su proyecto por etapas. Recuerde que es mejor ser modesto y luego crecer, a que se vea incapacitado de dar respuesta a expectativas creadas en la comunidad. La hora del cuento Esta sencilla actividad consisten en reunir periódicamente a un grupo de promotores cuentacuentos y niños en un espacio determinado para realizar diversas actividades de narración y lectura en voz alta. Si el (Imagen 10: hora del cuento) C o m u nidades lectoras 19 (Imagen 10: hora del cuento) grupo es grande puede realizarse una serie de narraciones y dramatizaciones, posteriormente se sugiere organizar grupos pequeños para tejer un intercambio más íntimo en torno a los libros. Se recomienda llevar un registro de cada encuentro. Los promotores voluntarios pueden trabajar en varios aspectos importantes: el aprovechamiento de libros álbum de formato grande para la actividad central, una selección temática de libros y diseño de actividades para tratar las situaciones de conflicto desde distintas perspectivas y el debido registro de la actividad. Cuentos y novelas por entrega No sólo los niños disfrutan de narraciones y lecturas en grupo, también los grandes. Esta es una actividad que ofrece la posibilidad de catarsis para esos adultos que puedan acercarse a las zonas de narración y, si se determina previamente cuáles son las facilidades de cada voluntario, se Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 20 puede perfectamente contar con promotores que lean en voz alta un capítulo de una novela o un cuento en cada encuentro. Aquí, el tema, el estilo y las estrategias del promotor resultan esenciales para promover el apoyo y el acompañamiento necesario para favorecer el manejo de la crisis. Encuentros estelares Los encuentros periódicos entre cuentacuentos, niños, jóvenes y adultos son esenciales para crear una atmósfera de afectividad y confianza, sin embargo, el factor sorpresa en medio de la sencilla cotidianidad con los libros, puede resultar muy enriquecedor. Para ello, resulta propicio invitar a autores, ilustradores, editores de los libros ya conocidos y organizar actividades especiales a manera de encuentros festivos con los personajes y situaciones ya familiares. Préstamos de bolsos o cajas viajeras Al momento mismo en que las narraciones y personajes comienzan a hacerse familiares, suele surgir la necesidad en los grandes y pequeños de llevarse consigo los libros. Para ello es necesario contemplar, quizás en una segunda fase del proyecto, el que los grupos de las mismas comunidades organicen sus rincones de lecturas y pongan a circular las colecciones de materiales estableciendo previamente un procedimiento sencillo de control entre aulas, casa y (Imagen 11: Carmen Diana con bolso Leer para vivir) hospitales, por ejemplo. C o m u nidades lectoras Acompañamiento y establecimiento de la red con los adultos Una vez que se han entregado colecciones a las distintas zonas donde se ha venido trabajando, con indicaciones sencillas de catalogación y préstamo, es esencial escuchar las necesidades y favorecer su cumplimiento en cuanto a dotación, formación y acompañamiento, respetando fundamentalmente la diversidad de cada comunidad. Son los derechos de cada lector los que acaban por extender razones para leer. Talleres Además del cultivo de las “zonas de narración” a partir de actividades cotidianas en torno a los libros, se sugiere elegir otro día para trabajar la selección, la narración, las herramientas necesarias para el diseño de cada proyecto y las posibles dinámicas de cada grupo. Sean cuales sean las actividades que usted organizará en su comunidad, esta bien que recuerde preparase de la siguiente manera: - Escoger aquellos libros que le gusten, que los toquen de alguna manera, que verdaderamente quieran compartir. - Conocer bien los libros que van a contar, leérselos a uno mismo, oírse leyendo, practicar. Fase dos: la continuidad Una vez iniciadas las actividades, lo más difícil pero también lo más importante, es darles continuidad. Todos sabemos que lo más sencillo es crear la necesidad de leer (los libros suelen hacerse rápidamente Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 21 22 su nicho), pero también sabemos que es complicado garantizar que el espacio creado para la lectura se mantenga en el tiempo. A continuación, algunas recomendaciones para la sustentabilidad: • Haga que la comunidad protagonice. Muchos proyectos no se sostienen a la larga porque se conciben como una ayuda que viene de afuera para solucionar algún problema de la comunidad sin hacer que su gente tome las riendas de algo que le pertenece. La apropiación del proyecto por parte de la comunidad es fundamental. Ésta se logra involucrando a los miembros de la comunidad en todas las acciones, actividades, e incluso de la toma de decisiones. Por ejemplo, si va a desarrollar dentro de su proyecto préstamo circulante, invite a las personas que lo establezcan desde sus casas, que hagan los bolsos y sean parte del proceso de buscar donaciones de las editoriales. • Tenga presente, en todo momento (no sólo al inicio), que las alianzas son fundamentales. Haga lo posible por crear redes de apoyo que C o m u nidades lectoras 23 involucren desde las personas de la comunidad hasta instancias gubernamentales y no gubernamentales. Las alianzas con varias personas e instituciones puede ayudar a la búsqueda de recursos para mantener el proyecto vivo, así como a distribuir la carga de trabajo. • Evite la improvisación. Si bien es cierto que el promotor debe estar en capacidad de amoldarse a la situación y cambiar de estrategia en un momento dado, esto no quiere decir que deba improvisar. Muy por el contrario, la capacidad de hacer cambios de última hora se crea a partir de varias estrategias u opciones de trabajo que se tengan bajo la manga, preparadas y estudiadas. Esto se logra con la investigación. • Procure llevar un registro sostenido de lo que se hace. Muchas veces en medio del afán de hacer cosas nos olvidamos de registrar la experiencia. El registro, sea a través de fotografías, videos, grabaciones o sencillamente un cuaderno donde el promotor recoja el resultado de cada actividad propuesta, permite llevar la cuenta, de una manera consciente y organizada, de qué estrategias, libros y acciones han Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 24 funcionado mejor. También permite tener una muestra de qué se ha hecho, lo cual constituye una excelente carta de presentación para captar nuevos aliados e ir en busca de financiamiento. No olvide incluir en su registro los sentimientos, las reacciones de todos los involucrados (incluso las suyas), pues esa catarsis es importante para mostrar el poder que ejercen las lecturas en las personas. • Recuerde que es importante, desde el punto de vista metodológico, llevar registro abierto de la información, promover la recopilación de la misma y su síntesis, de manera que ésta esté siempre disponible como base para la reflexión y la toma de decisiones. Estos insumos alimentan la agenda compartida que está en permanente construcción y por la que se guía el proyecto. • Haga evaluación de impacto. Con­tras­te periódicamente, utilizando los dis­tin­tos registros que lleva, el diagnóstico inicial con los resultados que ha ido obteniendo. Esta evaluación de impacto debería de ser tanto cuantitativa como cualitativa. Es decir, no sólo lleve la cuenta de cuanto libros rotan o cuantos niños y padres participan de una actividad; lleve también un registro analítico de cómo ese préstamo ha cambiando a la población de niños con los que ha estado trabajando. Hágase preguntas como: ¿Tiene mejor compresión de los textos? ¿Han cambiado las formas de interactuar entre ellos? Pregúntese siempre después de responder alguna de estas preguntas ¿por qué? • Haga promoción de la promoción. No basta con hacer acciones de promoción de lectura; es necesario promocionarlas dentro y fuera de comunidad. La promoción interna permite afianzar los lazos entre los participantes, reforzar lo que se hace y darle la debida importancia. La promoción externa es un estímulo para los involucrados pero también una forma de que esa experiencia resulte replicable, así como un medio para hallar más recursos y aliados que permitan darle continuidad a la labor emprendida. Busque, por tanto, ser reseñados C o m u nidades lectoras en los medios, haga lo posible por participar en eventos donde se compartan experiencias similares y, de ser viable, publique lo que ha hecho (hay muchos espacios especializados que siempre están ávidos de dar a conocer proyectos exitosos de promoción de lectura, ver directorio anexo). • Por último, pero no por ello menos importante, haga lo posible por crear y afianzar redes. Lleve sus alianzas al próximo nivel. Intégrese a los trabajos de políticas nacionales o regionales de promoción de la lectura; entre en contacto con la red de las bibliotecas nacionales y estatales, autoridades del Mi­nis­terio de Educación, Universidades, Sociedad Civil y organizaciones de cooperación nacionales e internacionales. Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 25 26 Crónica de dos proyectos bancolibreros Para ilustrar lo que hemos venido exponiendo hasta ahora, tomamos información de la ponencia que presentó Paula Cadenas sobre los proyectos “Leer para vivir” y “Tendiendo Puentes” del Banco del Libro en el congreso de la IFLA del 2004 9. El primero es un proyecto que surgió a partir del deslave que vivió el Estado Vargas en diciembre de 1999. El segundo partió de la inquietud de fomentar una cultura ciudadana más sólida en barrios populares donde existen graves conflictos y dificultades para la convivencia. Leer para vivir La primera experiencia sucedió con la pavorosa tragedia de 1999, cuando el estado Vargas literalmente se desmoronó, y con él el país. Desconcertados entre la brutal devastación, decidimos ir a leer a grupos de damnificados. Desde ese momento se darían experiencias verdaderamente conmovedoras, como cuando las madres confesaban que después de leerle a sus hijos finalmente dormían mejor; o cuando, más adelante, ya de vuelta a la catástrofe y, todavía entre rocas y polvo, tomarían la decisión de limpiar las calles y cerrarlas en distintas zonas para leer entre todos; o cuando posteriormente, se irían formando padres y maestros para ellos también contar cuentos y prestar libros las 24 horas del día a la comunidad. Muchos meses más tarde sospechábamos que estábamos dando algo más que entretenimiento, que horas de olvido (de evasión?). Estábamos, según especialistas, ejerciendo una práctica terapéutica, eso que algunos llaman hoy biblioterapia y que en una acepción, quizás más humanística que clínica, podría definirse como la posibilidad de establecer una relación humana y sensible con los libros, para propiciar cambios en la vida de personas afectadas y reconstruir realidades (Banco del Libro 2000). C o m u nidades lectoras El Banco del Libro creó entonces un proyecto, Leer para vivir, que trabajaría en paralelo y, a través de diversas estrategias, con niños, padres y maestros. De allí se tejieron ricos momentos de acompañamiento, capacitación, selección y dotación de colecciones en distintos puntos. Y ya se han dado cuatro jornadas de encuentros entre los protagonistas de Leer para vivir. Después de seis años, Leer para vivir es un proyecto del estado Vargas, no del Banco del Libro, sino de sus protagonistas. La propia comunidad, a través de estrategias sencillas, sostenidas y cotidianas, ha formado clubes de lectura, talleres para mediadores, y las narraciones son ya rituales comunes a lo largo de todo el estado. Hoy podemos decir que niños y adultos han dejado entrar a los libros y la literatura a sus casas. Desde Caruao hasta Carayaca, a lo largo de todo el estado Vargas, transitan los libros “sanadores” propiciando intercambios entre las comunidades lectoras. (Imagen 15a: dramatización de un cuento) Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 27 De la experiencia en el estado Vargas constatamos el efecto sanador de los libros que se da mediante la “biblioterapia”. El proyecto es prueba de que una selección cuidadosa, tomando en cuenta la variedad y la calidad estética, podría abrir, a través del encuentro placentero, posibilidades para la articulación individual. También es muestra de que los proyectos deben plantearse desde el fortalecimiento de redes, ya que éstas devuelven protagonismo a (Imagen esos espacios-islas: hogar, escuela 15b: niño y bibliotecas. Leer para vivir es trabajando) una prueba de que los proyectos deben tejerse con la conciencia de ciclos definidos, trabajar sin pretensiones, pero de manera sostenida en el tiempo, en un acompañamiento sistemático, más abierto a las necesidades del otro que a la rígida planificación de metas. 28 Sin embargo, sabemos que los libros, como dice Jorge Larrosa, “deben activar la vida espiritual pero no conformarla, deben dar a pensar pero no transmitir lo ya pensado, deben ser punto de partida pero nunca de llegada” 10 . Estamos conscientes de que las carencias continúan y que, aun después de seis años, todavía está presente la necesidad de reelaborar la memoria y de dar nuevos insumos para interpretar la difícil realidad del Estado Vargas. Así pues, nos queda comprender que nuestros esfuerzos son sólo eso, pequeñas grandes proezas que no deben abandonarse. Tendiendo Puentes con la lectura La experiencia de biblioterapia llevada a cabo en Vargas nos ha C o m u nidades lectoras ofrecido claves muy valiosas. Katherine Patterson, ganadora del premio Hans Christian Andersen, autora esencial para el proyecto, generosa colaboradora y patrocinante de Leer para vivir, nos ofrece las palabras: Y a través de mis largos años de vida, he visto tantos abismos que necesitan puentes –abismos de cultura y tiempo, divisiones de raza, de religión, de clase y de ideologías políticas– que más parecían que estos puentes podrían tenderse para los niños, si solamente pudiera yo construir uno lo suficientemente bueno. Pero la lección que he aprendido a lo largo de estos años, es que uno no puede solamente construir un puente para un niño, es necesario convertirse en el puente; es necesario tenderse uno mismo en el abismo 11. (Imagen 16: contexto Petare) Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 29 30 En ese intento por propiciar encuentros desde la reflexión y para la transformación hemos dado un paso de la biblioterapia a la ciudadanía, desde la elaboración individual a la inclusión social. Este paso se constata en el programa Tendiendo Puentes con la lectura, el cual ha conseguido, a lo largo de tres años, crear un espacio inédito para la reflexión de temas vinculados al ejercicio democrático como ciudadanía, tolerancia, libertad, convivencia, pluralidad, entre otros. Tendiendo Puentes es un proyecto que asoma distintas líneas de abordaje: con especialistas, con los niños y con la comunidad que pretende fomentar espacios para pensarnos los temas vinculados directamente con el ejercicio ciudadano, insistiendo, en cada momento, en una cultura nacional de la integración a partir de la articulación y fortalecimiento de redes. Desde el 2003, tenemos encuentros semanales con niños en Guarataro, Catia y Petare, áreas populares de Caracas para tener una suerte de Hora del Cuento llamada Cuentos entre amigos. Gracias a una (Imagen 17: actividad con libros) C o m u nidades lectoras selección temática de los libros, hemos ido abordando temas que tejen el concepto de ciudadanía. De manera indirecta, afectiva, cotidiana y sostenida pacientemente, a lo largo de meses, todas las semanas a la misma hora, nos reencontramos entre historias de otros lugares. Poco a poco, entre dibujos, diarios, cartas y conversaciones ellos han ido imaginando un mundo grande y diverso, más allá del propio y se van recreando en él. Puntos a destacar A pesar de las diferencias sustanciales de cada zona popular de Caracas, las unen coincidencias, y hoy podemos confirmar que: - los espacios públicos para el esparcimiento, plazas o parques, se encuentran deteriorados, ocu­­pa­dos o inexistentes. - el tiempo para la recreación es desplazado, en algunos casos se debe a que los niños son una fuerza de trabajo para el hogar. - es escasa la atención familiar, evidenciada en el aspecto físico y carencias nutritivas de los niños. Los centros de educación alternativa acaban fungiendo como sitios de integración, protección y atención. - hay mayor presencia de jóvenes en las actividades recreativas, entre las edades de 11 a 16, justamente el período de mayor deserción escolar. - persisten manifestaciones continuas de violencia aprendida, utilizadas cotidianamente por la comunidad. - hay resistencia a establecer redes, parecen persistir recelos y parcelas Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 31 (Imagen 17: actividad con libros) 32 de poder entre las distintas iniciativas comunitarias. - las instituciones públicas que toman espacios dentro de las comunidades como bibliotecas, escuelas o plazas pueden burocratizarse e impedir el libre desempeño de los ciudadanos. - Tiende a multiplicarse una presencia permanente en espacios comunes de actividades políticas y proyectos gubernamentales. Pero durante el desarrollo de Tendiendo Puentes hemos podido constatar que: • los niños ya conocen los libros, los personajes y sus lectores. • los atropellos iniciales han sido remplazados por el juego. • el lenguaje se ensancha a través de las historias de otros. • la lectura seguida de actividades, orales o plásticas, ha favorecido la expresión individual de los niños. (Imagen 18: sesión de trabajo) dos opciones C o m u nidades lectoras • los libros sí son puentes para ayudarnos a reconocer un mundo interior, pleno, aún entre la mayor violencia. • el espacio se reorganiza para recibir a los cuentacuentos y se ha podido llegar hasta la creación sus propios rincones de lectura. • Si se cuenta con tiempo y espacio para leer por placer hasta los libros de texto, y otros que pueblan las viejas estanterías metálicas, pueden ser redescubiertos por estos lectores voraces. Ya no atendemos a la gente de Guarataro y Catia. Sin embargo, nos mantenemos en contacto con líderes comunitarios de estos barrios, sobre todo con la gente del Guarataro, quienes han sabido llevar este proyecto a otros horizontes y son nuestros incondicionales aliados. En Petare hemos consolidado un nicho para los libros y la lectura, que se ha extendido con otro proyecto que se llama Entre la lectura y la escritura, el cual hemos llevado adelante con el apoyo del Banco Mundial, pero esa es otra historia. Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 33 34 C o m u nidades lectoras 35 Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 36 C o m u nidades lectoras 37 Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 38 C o m u nidades lectoras 39 Istvan Schritter Nació en Madrid, 1968. Ilustrador, diseñador y escritor de sus propios textos. Ha publicado libros en Argentina, México, Francia, España, Suiza y Corea. Fue distinguido con el Primer Premio Fantasía de Literatura Infantil, la primera mención del premio “Utopía Latinoamericana” (27º Congreso Internacional de IBBY, Colombia), el Premio Octogonal de Honor 2004 (CIELJ-RICOCHET, Francia) por su trabajo como director de la colección Libros-Album del Eclipse y, en cinco ocasiones, libros suyos fueron incluidos en la Lista de Honor de ALIJA. Fue candidato por Argentina al Premio Hans Christian Andersen 2002 y 2004 y seleccionado para exposiciones internacionales de ilustración de libros para niños de Bratislava, Bologna, Sarmede y Buenos Aires. Es profesor titular de ilustración de libros para chicos de la Dirección Nacional de Posgrado en Artes Visuales Ernesto de la Cárcova; sus reflexiones sobre ilustración están reunidas en el libro La otra lectura. Las ilustraciones en los libros para niños. Es fundador y miembro activo del Foro de Ilustradores Argentinos y coordina espacios dedicados al libro ilustrado en TV radio. Algunos de sus libros: Ideas claras de Julito enamorado (Ed. Norma, Argentina), Todo el dinero del mundo (Ed. Sudamericana, Argentina), Serie de Istvan (6 títulos, Ed. A/Z, Argentina), Esas no son mis patas (Ed. Iamiqué, Argentina), Boca de león (EdeBé, Argentina), El ratón más famoso (Ed. Del Eclipse). Glosario 40 Animación a la lectura: usa las estrategias en forma de juego creativo y estimula la interioridad, que se apoya en el silencio y la reflexión individual. Estudia y tiene en cuenta las condiciones del educando. Necesita la programación, sin la cual toda la labor sería mera dispersión. Y cuenta con el mediador, al que llamamos animador, el verdadero impulsor de la educación lectora. Biblioterapia: la posibilidad de establecer una relación humana y sensible con los libros, para lograr cambios en la vida de las personas afectadas por diversas situaciones y construir realidades positivas. (Tomado de: Banco del Libro. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005.) Biblioterapia de práctica diaria: es la que podemos promover todos los días, porque todos los días enfrentamos retos, situaciones nuevas, demandas del quehacer diario. Este tipo de biblioterapia se puede dar en espacios de atención psico-emocional: orfanatos, casas hogares, cárceles, enfermos terminales, poblaciones especiales. Los libros y el acto de leer nos permiten ver la cotidianidad desde otro punto de vista y reconstruirla para comprenderla y, así renovada en la ficción y el goce estético, emprender acciones con sentido de transformación hacia el bienestar y la inserción ciudadana. (Tomado de: Banco del Libro. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005.) Biblioterapia de prevención: es aquella que se implementa cuando se ha determinado que hay situaciones de riesgo latente en cuanto al consumo de drogas, la violencia, el analfabetismo, la pobreza y la exclusión social, es decir, cuando las poblaciones son vulnerables social, psicológica o físicamente. (Tomado de: Banco del Libro. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005.) Biblioterapia de intervención: esta es la que se realiza con víctimas de desastres naturales o conflictos armados. Es la que fortalece las buenas voluntades de transformación y el sentido de futuro, tanto para las poblaciones afectadas como para los facilitadores (comunidad o promotores de lectura). En cada caso, y aunque se mantiene la intención “sanadora” a través de la lectura, varían los recursos y las estrategias. (Tomado de: Banco del Libro. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005.) C o m u nidades lectoras Conflicto social: “Desde el punto de vista político, el conflicto se presenta siempre que dos o más personas –o grupos– intentan poseer el mismo objeto, ocupar el mismo espacio o la misma posición privativa, desempeñar papeles incompatibles, defender objetivos opuestos o utilizar medios que se excluyen mutuamente para alcanzar sus propósitos. El concepto conflicto social implica comunidad, organización o integración. Por otro lado, el conflicto social puede definirse como una lucha en torno a valores o pretensiones de estatus, poder y recursos escasos, en la cual los objetivos de los participantes no son sólo obtener los valores deseados, sino también neutralizar, dañar o eliminar a sus rivales. Puede desarrollarse entre individuos, entre colectividades o entre individuos y colectividades. Antropológicamente, el conflicto es resultado de la competencia entre dos o más partes; una de las partes puede ser una persona, una familia, un linaje o una comunidad entera. Los antropólogos estudian el conflicto como un proceso social multidimensional que se encuadra en contextos muy diferentes, y que tiene diversas repercusiones”. (Tomado de: “Herramientas de Resolución de Conflictos Internacionales y Orientación”. Ponencia presentada en el Congreso Mundial de Orientación y Asesoramiento, Valencia-Venezuela. Nov. 2000. Olga Oliveros López. Internet.) Desastre: “Un desastre es un acontecimiento, localizado en tiempo y espacio, en el cual una sociedad o comunidad, sobrelleva severos peligros e incurre en tal pérdida de sus miembros que el cumplimiento de las funciones esenciales de la sociedad es sostenida a duras penas....” (Tomado de: Friz, Charles E. citado por Defensa civil, Táchira, Venezuela. Internet) “Los desastres, equivocadamente denominados “naturales”, parecen convertirse en circunstancias cotidianas de la existencia de millones de pobladores en América Latina y otras latitudes del orbe. Caracterizados comúnmente por la cantidad de pérdidas humanas y económicas sufridas a corto plazo. Los desastres son más bien fenómenos de carácter y definición eminentemente social, no solo en términos del impacto que los caracteriza, sino también en términos de sus orígenes, así como de las reacciones y respuestas que suscitan en la sociedad política y civil. Sus orígenes trascienden el período inmediato de su concreción, remontándose al proceso histórico que tenga el grado de desarrollo de las zonas, regiones o países. Su proyección temporal también rebasa los momentos del impacto inmediato y de restauración Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 41 42 de las condiciones básicas de existencia humana, para comprender un mediano y largo plazo en que el impacto de una crisis coyuntural (desastre) alterará notablemente el desarrollo futuro de las comunidades o agrupaciones humanas afectadas”. (Versión modificada de la definición ofrecida por Kreps,1984, p.312; basada en la clásica definición sociológica de Fritz (1962) e incorporando las observaciones de Quarentelli, 1987, pp.23-24.) Por otra parte, queremos completar la definición de desastre con la siguiente cita: “Una ocasión de crisis o stress social, observable en el tiempo y el espacio, en que sociedades o sus componentes (comunidades, regiones, etc.) sufren daños o pérdidas físicas y alteraciones en su funcionamiento rutinario. Tanto las causas como las consecuencias de los desastres son producto de procesos sociales que existen en el interior de la sociedad”. (Tomado de: Allan Lavell Thomas. “Ciencias sociales y desastres naturales en América Latina: un encuentro inconcluso”. En: www.desenredando.org/public/Libros/1993/ldnsn/html/cap7.htm). Impacto social: Variaciones producidas en términos de condiciones de vida de la población beneficiaria a lo largo del tiempo. (Tomado de: Inversión social empresarial: instrumento para la sostenibilidad. Alianza Social – Venancham. Caracas, 2004.) Inversión social: una práctica que formula e implementa en el marco de su acción socialmente responsable, con miras a producir sostenibilidad en lo social y generar retornos y activos intangibles para la empresa. Ello mediante la movilización y ejecución de recursos de diversa naturaleza que permiten satisfacer expectativas, alcanzar fines y anticipar oportunidades en su entorno socioambiental y humano, esperando que dicha inversión genere transformaciones en las dinámicas fundamentales de lo económico, lo social y lo ambiental que la afectan. (Tomado de: Inversión social empresarial: instrumento para la sostenibilidad. Alianza Social – Venancham. Caracas, 2004.) Promoción a la lectura: es propiciar a través de una red de acciones estructuradas, por un tiempo determinado, el interés de la lectura en distintos formatos para agudizar en el lector su sensibilidad artística, capacidad crítica, participación y creatividad ante el texto. (Elaborada por el Comité de Promoción a la lectura del Banco del Libro.) C o m u nidades lectoras “Es siempre mucho más que publicitar la lectura. Promover lectura implica interactuar con los lectores, ofrecerles actividades, provocar en ellos vivencias, mostrarles y poner en disposición de ellos materiales para que lean, y hacer todo esto reiteradamente y durante el tiempo suficiente con las mismas personas, sean éstos niños o mayores, hasta que la vivencia, el concepto, el valor o la conducta que se pretende transmitir, sea incorporada e interiorizada por las mismas personas, objetivos de acción. Promover lectura significa crear un comportamiento lector, educar o reeducar percepciones, y generar o cambiar actitudes.” (Tomado de: “La Promoción de lectura y como animación sociocultural”, Álvaro Agudo. En: Parapara Clave, Banco del Libro, Caracas, 2001) Promotor de lectura en situaciones regulares: es alguien que presta un servicio, enciende los motores o, por lo menos, enciende la chispa a través de la palabra, la música y las artes visuales, reconoce los distintos contextos en los que la cultura se convierte en una vía alternativa, no anda solo: necesita vehículos, herramientas y estrategias, valora las posibilidades creativas, afectivas y emocionales que se expresan mediante el lenguaje estético, la palabra o la imagen. (Tomado de: Banco del Libro. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005.) Promotor de lectura en situaciones de emergencia: es alguien que conoce su rol y el contexto en el que debe actuar, está en capacidad de distinguir, por lo menos, tres situaciones de riesgo (natural, sociopolítico y social: violencia familiar, comunitaria, exclusión), realiza un análisis de las capacidades y limitaciones del equipo al que pertenece, se informa, localiza las redes de aliados, apoya a organizaciones comunitarias, cuenta con orientación profesional, analiza las posibilidades reales de acción, prevé la búsqueda de recursos. El promotor en situaciones de emergencia es, entonces, un puente entre el libro y el niño que enfrenta una situación de emergencia. Es la persona especializada que teje un hilo hasta formar una red de protección psicológica que crece y se extiende; ahí radica la fuerza terapéutica de la lectura. (Tomado de: Banco del Libro. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005.) Responsabilidad Social Empresarial: es la responsabilidad que cada empresa frente al conjunto de sus públicos de interés (stakeholers): colaboradores, proveedores, clientes, consumidores, accionistas, autoridades, organizaciones Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 43 44 no gubernamentales, y más globalmente la comunidad en la que desarrolla sus actividades. Se trata igualmente de la contribución hecha por la empresa al desarrollo económico, social y ambiental de la sociedad en un sentido amplio. (Tomado de: Inversión social empresarial: instrumento para la sostenibilidad. Alianza Social – Venamcham. Caracas, 2004. Riesgo: “El riesgo se compone de dos elementos: primero, el peligro en sí mismo (o la «amenaza»), definido por su naturaleza (robo, secuestro, bombardeo, etc.) y por la gravedad de sus consecuencias (a nivel humano, operacional o material); segundo, la probabilidad de que se produzca un acontecimiento peligroso”. (Tomado de: Philippe Dind. “Actividades operacionales del CICR sobre el terreno: la cuestión de la seguridad”. Revista Internacional de la Cruz Roja. No 146, junio de 1998, p. 365-376. Situación de emergencia: en este momento las personas se ven sometidas a la separación brusca del hogar, la alteración de rutinas y horarios, el ambiente extraño o distante, la suspensión o limitación de la actividad física, suspensión de toda actividad lúdica, la pérdida de la intimidad, la pérdida de autonomía. (Tomado de: Banco del Libro. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005.) C o m u nidades lectoras N ota s 1 GOLD, Joseph. Read for your life: Literature as a life support system. Ontario (Canadá): Fitzhenry & Whiteside, 1990. 380 p. 2 FISH, Stanley. Is there a text in this class? The authority of interpretive communities. Cambridge, (Reino Unido): Harvard University Press, 1980. 3 “La literatura puede reflejar, como un espejo mágico, las partes veladas de uno mismo y de la vida. La otra función maravillosa del cuento en los procesos cognitivos es el poder que tiene para alterar el modo de pensar y de percibir del lector. La literatura ayuda a reorganizar el pensamiento, a resolver problemas, a recordar el pasado cuando se necesite hacerlo y mirarlo desde una perspectiva diferente. En otras palabras, la literatura puede ser un poderoso agente de cambio creativo y sano”. Carmen Diana Dearden. Leer para vivir, algunas consideraciones sobre biblioterapia. Taller dictado en el Banco del Libro, 2000. 4 ROGERS, Carls. La Psicología de la actitud Creadora (xxx) 5 CIALDINI, Robert. Influence: the psichology of persuasion. New York (EEUU): Harpercollins, 1998. 6 DIAZ A., Fanuel H. Cómo elegir un buen libro para niños: Algunas recomendaciones útiles. En: Formemos Lectores. Banco del Libro. Caracas (Venezuela), 2001. 20 p. 7 Muchos libros para niños: Una guía para reconocerlos y nombrarlos. En: Formemos Lectores. Banco del Libro. Caracas (Venezuela), 2001. 20 p. 8 ¿Qué libros, para qué edad?: Cómo escoger el libro adecuado. En: Formemos Lectores. Banco del Libro. Caracas (Venezuela), 2001. 24 p. 9 CADENAS, Paula. Libros para Construir. Banco del Libro. Buenos Aires (Argentina): IFLA, 2004. 11 p. IFLA General Conference 70: World Library and Information Congress (22-27 August 2004: Buenos Aires, Argentina) 10 LARROSA, Jorge. La experiencia de la lectura: Estudios sobre literatura y formacion. 2da edición. México D.F. (México): Fondo de Cultura Económica, 2003. 678 p. 10 CADENAS, Paula. Libros para Construir. Banco del Libro. Buenos Aires (Argentina): IFLA, 2004. 11 p. IFLA General Conference 70: World Library and Information Congress (22-27 August 2004: Buenos Aires, Argentina) Una g u í a para propiciar la lect u ra en s u entorno 45 B i b l i o g r a fí a 46 general AGUDO G., Álvaro. La promocion de la lectura como animacion cultural. p. 25-37; En: Parapara / Banco del Libro.-- Caracas (Venezuela), No. 9 (Jun. 1984) BANCO del Libro. Leer para Vivir. Proyecto de asistencia a las comunidades desplazadas. Caracas (Venezuela): Banco del Libro, 2000.13 p. BANCO del Libro. Encuentro con especialistas en torno a la biblioterapia en situaciones de riesgo. Caracas, Febrero-Marzo 2005 BANCO DEL LIBRO. Guía de recomendaciones para aplicar biblioterapia en situaciones de emergencia, inédita, 2005. BELLORÍN, Brenda. Leer para vivir: Terapia bancolibrera para Vargas. p. 34-35; En: Espacios para la Lectura. México D.F. (México). Vol. 7, no. 6-7 (2002). BLOOM, Harold. Como leer y por que. Trad: Marcelo Cohen. 1ra. ed . Bogotá (Colombia): Norma, 2000. 337 p. 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