HISTORIA DE RAYOS X Los rayos X fueron descubiertos en 1895 en Hamburgo, Alemania, por Wilhelm Conrad Röntgen, tras experimentar de forma incidental con un tubo de rayos catódicos; la primera radiografía conocida la obtuvo con la ayuda de su esposa, a quien le pidió que colocara su mano izquierda sobre una placa de metal para poder fotografiarla”. Este descubrimiento revolucionó la Medicina y le permitió a Röntgen ser el primer galardonado con el Premio Nobel de Física en 1901. El primer médico radiólogo fue Albers Schönberg, quien realizó la primera publicación que se hizo a nivel mundial sobre Radiología, la cual fue titulada El progreso sobre las áreas de los rayos X; para esta época “La Radiología es una especialidad médica que no viene de la nada, muchos de los descubrimientos científicos y técnicos provienen propiamente de las ciencias exactas como las Matemáticas, la Química, la Física y la Biología”. Fue en el siglo XIX e inicios del XX cuando se dieron grandes avances importantes en las Matemáticas y el estudio de la electricidad, las fuerzas electroestáticas y el magnetismo, mismos que permitieron generar inventos como la bombilla eléctrica, creada por Thomas Alva Edison, y sin la cual no podrían haber funcionado los equipos de radiología simple; muchos de los conocimientos generados en esta época, junto con el estudio de la radioactividad, contribuyeron al avance de la radiología e imagenología médica y al surgimiento de la resonancia magnética nuclear, la tomografía por emisión de positrones y la radiología intervencionista. El profesor Röntgen era, en ese momento, un importante físico alemán de 50 años de edad, Rector de la Universidad de Wurzburg, Alemania, con 48 artículos científicos publicados. En Octubre de 1895, cuando trabajaba intensamente con rayos catódicos en un cuarto oscuro, pudo ver un resplandor en un pequeño papel con cubierta fluorescente, el cual era producido por una energía que no era visible ni conocida a la cual denominó Rayos X. Luego observó que esta energía atravesaba el cartón negro, un libro y madera. Esto obligó al científico a aislarse del mundo exterior en su laboratorio, donde comía y dormía, no permitiendo el ingreso a nadie, ni aún a sus asistentes, para poder concentrarse sin ninguna distracción a su descubrimiento. Grande fue su asombro cuando vio los huesos de la mano de su esposa en el papel fluorescente al interponerla a los Rayos X. IMPORTANCIA DE LOS RAYOS X EN EL DIAGNOSTICO Antes del 8 de Noviembre de 1895, el diagnóstico médico se realizaba por el interrogatorio al paciente, por la palpación y por la auscultación. Fue tal la magnitud del descubrimiento que, a los pocos meses del anuncio, ya se realizaban en el mundo exámenes radiográficos con fines médicos, y se había inventado y popularizado la fluoroscopía. Luego, en las siguientes décadas, fue impresionante el impulso con que se desarrolló esta especialidad. Ya no solo era cuestión de poder ver los huesos en patología traumática u osteoarticular, sino el poder ver, con la evolución de las sustancias de contraste, otras estructuras internas como el tubo digestivo, el sistema urinario, los vasos sanguíneos, etc. DE LA RADIOLOGIA CONVENCIONAL A LA IMAGENOLOGIA Conforme se mejoraban los equipos de Rayos X haciéndolos más eficientes y seguros se iniciaban otras modalidades de imágenes. Así, luego del desastre del Titanic, por ejemplo, se desarrollaron grandes esfuerzos por obtener un método que detectara los obstáculos debajo del mar. El uso del ultrasonido de alta frecuencia en problemas marítimos se inició en la primera guerra mundial y las investigaciones, entre 1948 y 1958, para la aplicación de esta técnica al diagnóstico fue un trabajo en conjunto de personal y equipo militar, industrial y médico; sin embargo, no fue hasta finales de los 70 que se lograron los equipos a tiempo real tal como los conocemos actualmente. El progreso de la informática tiene y seguirá teniendo una gran influencia en la radiología. En 1972, el británico Hounsfield presenta en Londres el primer tomógrafo computarizado, en el cual la imagen no es analógica, como en la radiología convencional, sino digital. El equipo, que le valió un premio Nobel, fue desarrollado en base a los trabajos matemáticos, en 1917, del australiano Radon y a los de un sudafricano, Cormack, en 1950, sobre la distribución de las dosis de radioterapia causada por la heterogeneidad de las regiones del cuerpo. El tomógrafo mide la atenuación de los rayos X conforme pasan a través de una sección del cuerpo desde diferentes ángulos, y luego, con los datos de estas medida, el computador es capaz de reconstruir la imagen del corte. La más reciente aportación de la tecnología al diagnóstico por la imagen es la resonancia magnética. Su descubrimiento les valió el premio Nobel de Física en 1952 a Bloch y Purcell, pero no fue hasta 1981 que se publicaron los estudios de los primeros pacientes sometidos a la técnica de R.M. con la espectroscopía, lo que permitiría una localización precisa de la fuente de la actividad metabólica en vivo. La gran diferencia de la resonancia magnética con todas las otras técnicas radica en que en lugar de radiaciones utiliza un pulso de radiofrecuencia y, una vez finalizado el pulso, se capta una señal proveniente del paciente, la cual es procesada por un equipo computarizado para reconstruir una imagen. RADIOLOGIA INTERVENCIONISTA Una especialidad médica directamente beneficiada del desarrollo de distintas modalidades de imágenes, es la Radiología Intervencionista, gracias a la cual en los últimos años se vienen produciendo sustantivos cambios en la conducta del médico en relación con el diagnóstico y manejo de muchas enfermedades; ya que nos permite llegar con precisión matemática prácticamente a cualquier lesión inflamatoria o tumoral, aunque ésta se encuentre profundamente situada dentro de un órgano y obtener una muestra para análisis citobioquímico y anatomopatológico. El médico radiólogo intervencionista participa activamente en juntas médicas con especialidades clínicas y quirúrgicas, presentando y realizando lo que muchas veces es la mejor alternativa de tratamiento.