POLITICAS DE FORMACIÓN INICIAL Y CONTINUA DE DOCENTES INCLUSIVOS AGRADECIMIENTO Agradecimiento especial a Dios por la bendición que me brinda y por su amor infinito. Agradecimiento a nuestro docente que nos brinda enseñanza de calidad. Agradecimiento a mi familia por ser el motivo para seguir adelante. Agradecimiento a nuestra casa de estudios, instituto pedagógico que forma valores positivos con educación de calidad. RESUMEN En nuestro trabajo monográfico cuyo título “Políticas de Formación Inicial y Continua de Docentes Inclusivos” que tiene como objetivo informar sobre el inicio y función de una educación inclusiva que busca la equidad, promoviendo las oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos y todas. En las políticas sobre la formación de educador deben incluir la inclusión y la equidad como componentes básicos es por ello que se reconoce que los profesores son pieza clave para la consolidación de la inclusión en cada centro educativo. La formación inicial del docente de educación inclusiva viene siendo un tema que viene en discusión hace muchos años, sin embargo, no se ha ajustado a los requerimientos del Ministerio de educación, en el capítulo 1 abordaremos sobre la igualdad y la equidad a la inclusión educativa, así mismo abordamos a los docentes y la inclusión educativa. En nuestro capitulo II abordamos de la formación de docentes para la inclusión educativa en los contextos de vulnerabilidad. También en el capítulo III nos hará referencia a la propuesta de un perfil de docente para la educación inclusiva. Y culminando con la conclusión de este trabajo monográfico Palabras claves: Inclusión educativa, formación de docentes, educación especial. INTRODUCCIÓN Con la Educación Inclusiva es un enfoque emergente que se practica en todos los países para cerrar brechas de inequidad social, factores de exclusión y discriminación en los contextos educativos, por lo que se considera que existen barreras que impiden que muchos niños, niñas y jóvenes no asistan o abandonen la escuela, o bien concluyen su escolaridad, pero no logran los aprendizajes básicos para una convivencia social plena. Hoy en día la educación es un derecho humano fundamental y por ello se debe brindar una educación de calidad para todos con equidad. Por esta razón la educación inclusiva reconoce como proceso que busca la transformación de la escuela para responder a la diversidad; reconocer que cada niño es único y especial; tener su participación, permanencia y logro de los aprendizajes, se da el vínculo a la atención de los niños y niñas en situación de vulnerabilidad o marginación por factores como la discapacidad, pertenecer a alguna minoría étnica o lingüística, ser migrante, o presentar alguna condición de privación sociocultural, entre otros, se busca a la identificación y remoción de las barreras para el aprendizaje. Por otra parte, el profesor es un elemento clave para la consolidación de la inclusión y el desarrollo de ambientes para el aprendizaje. Sin embargo, es claro que los profesores deben desarrollar nuevas competencias que les permitan responder a este paradigma. Garantizar calidad en educación implica por ende otorgar apoyos necesarios para eliminar cualquier tipo de discriminación y el abordaje de la diversidad. Esto a su vez, requiere distinguir las barreras o accesos según su tipo y condición. De acuerdo con Echeita (2013) la formación inicial es fundamental para mejorar las herramientas de los docentes y así enfrentar dichas barreras en el logro de una genuina inclusión. Del mismo modo, es necesario revisar los programas de formación continua o permanente del profesorado. Conde y Martín (2016) señalan que el docente tiene dos momentos fundamentales en su vida laboral: la primera centrada en la enseñanza, esta se produce cuando el profesor es novel o principiante; y la segunda del profesor experto que concentra su tarea en el aprendizaje. En ambas, presentan la necesidad de formación. Por ello, según Rodríguez, H. J. (2019) es necesario que para que la educación inclusiva sea un elemento inherente en cada centro educativo, es necesario que los profesores compartan un perfil profesional inclusivo, donde se incorpore los aspectos de la inclusión a lo largo de todas las áreas del currículum, bajo enfoques de colaboración inter curricular más que unidades complementarias. También se da cuenta que en la actualidad muchos profesores no reciben aún ninguna preparación formal sobre educación inclusiva y que su único referente son las vivencias provenientes de sus colegas, cuando éstos atienden alumnos con discapacidad. Sin embargo, es claro que los profesores requieren de habilidades, conocimientos y disposición para implementar con éxito un currículum inclusivo Forlin & Miang-Gon (2008) lo que coloca esta necesidad en la preocupación de muchos sistemas educativos. Sin embargo, es necesario reconocer los factores políticos, económicos, salariales, normativos, entre otros, que están presentes en el profesorado y su formación porque existe la necesidad e importancia de perfeccionar la formación continua, por la creciente preocupación que existe ante la deserción escolar e insuficiente atención a la diversidad de escolares en los diferentes contextos (escolar, familiar y comunitario) que debe tener como principio básico la implicación de todos, la aceptación mutua, lo cual no se cumple espontáneamente, se enseña y se aprende, como parte de la vida; de ahí que el objetivo del presente sea la propuesta de exigencias para la formación continua de los docentes para una educación inclusiva. LA AUTORA ÍNDICE AGRADECIMIENTO ................................................................................................................ 2 RESUMEN ................................................................................................................................... 3 INTRODUCCIÓN....................................................................................................................... 4 ÍNDICE ........................................................................................................................................ 6 DESARROLLO ........................................................................................................................... 7 POLITICAS DE FORMACIÓN INICIAL Y CONTINUA DE DOCENTES INCLUSIVOS ....................................................................................................................................................... 7 CAPITULO I ............................................................................................................................... 7 1. DE LA IGUALDAD Y LA EQUIDAD, A LA INCLUSIÓN EDUCATIVA ....................................... 7 2. LOS DOCENTES Y LA INCLUSIÓN EDUCATIVA .................................................................... 7 CAPITULO II.............................................................................................................................. 9 FORMACIÓN DE DOCENTES PARA LA INCLUSIÓN EDUCATIVA EN CONTEXTOS DE VULNERABILIDAD ................................................................................. 9 1. Formación pedagógica ...................................................................................................... 9 2. Formación didáctica ........................................................................................................ 10 3. Formación ética ............................................................................................................... 10 4. Formación en investigación ............................................................................................ 10 5. Formación Continua ........................................................................................................ 11 6. Exclusión-Inclusión y Formación de Profesores .............................................................. 11 CAPITULO III .......................................................................................................................... 13 ¿Por qué es necesario transformar la formación inicial de los profesores? ......................... 13 a. ¿Por qué la formación de profesores inclusivos ha tomado gran relevancia? ............... 13 b. ¿Por dónde empezar? ..................................................................................................... 14 CAPITULO IV .......................................................................................................................... 15 PROPUESTA DE UN PERFIL DEL DOCENTE PARA LA EDUCACIÓN INCLUSIVA ............................................................................................................................. 15 a. Concepciones de la educación inclusiva ...................................................................... 15 b. Capacidad para trabajar en equipo .............................................................................. 16 CONCLUSIONES ..................................................................................................................... 17 RECOMENDACIONES ........................................................................................................... 18 BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................................... 19 DESARROLLO POLITICAS DE FORMACIÓN INICIAL Y CONTINUA DE DOCENTES INCLUSIVOS CAPITULO I 1. DE LA IGUALDAD Y LA EQUIDAD, A LA INCLUSIÓN EDUCATIVA En nuestros tiempos en la actualidad la desigualdad en América Latina se ve incrementada como resultado de la poca educación y que ponen en riesgo la integración social, según Saraví (2012) la pobreza, la precariedad laboral y la poca participación ciudadana debilitan los lazos que mantienen y definen la condición de pertenencia a una sociedad con la consiguiente fractura del vínculo social que origina la exclusión. Ante esta situación, la educación puede ofrecer una alternativa para todos aquellos niños y jóvenes que viven en condiciones que no favorecen el desarrollo de sus capacidades y, por ende, ven afectadas sus posibilidades de desarrollo humano. A partir de los planteamientos de Amartya Sen (1998), determina que todos los seres humanos de una sociedad nacen con dotaciones heredadas ya que tienen la capacidad de aumentarlas en su interacción con el medio sociocultural. Sin embargo, la estratificación social introduce diferenciaciones en los grupos de la sociedad que limitan la potenciación de sus capacidades de manera igualitaria que, a pesar de estas diferenciaciones, en la perspectiva del desarrollo humano, todo individuo tiene la posibilidad de construir un proyecto de vida si la sociedad le ofrece oportunidades para incrementar sus capacidades y tomar opciones libres frente a las ofertas existentes en el medio. La noción de “capacidad humana” llama también la atención sobre el papel de la educación como posibilidad de desarrollo de la persona, como potenciación de sus habilidades y destrezas, como reconocimiento de sus orientaciones y capacidades. Así, la educación no es vista solamente como una variable que incide en el desarrollo económico sino como una posibilidad de afectar el bienestar de las personas, sus posibilidades de acción y su influencia en el cambio social. Esta preocupación por el desarrollo de las capacidades humanas como garantía para el logro de la equidad, también plantea la discusión y la diferenciación con el concepto de igualdad, ya que una de las finalidades de la educación ha estado relacionada con la cohesión y la integración social. La educación para la inclusión se inscribe en un contexto de crisis en el que se hace necesario atender la diversidad de condiciones en las que los alumnos acceden al sistema educativo, con el interés de que tengan experiencias de aprendizaje de calidad. También se inscribe dentro de la responsabilidad moral de priorizar a aquellos estudiantes que están en riesgo de ser marginados de la escuela y/o conseguir pobres resultados de aprendizaje. Para tales logros, la inclusión educativa necesitaría entrar a formar parte de las políticas educativas con el fin de promover oportunidades de aprendizaje que sean equitativas y de alta calidad, según las necesidades de los distintos grupos poblacionales. Finalmente, se hace necesario renovar y recrear el rol profesional de los docentes para lograrlo. 2. LOS DOCENTES Y LA INCLUSIÓN EDUCATIVA La formación de docentes para la inclusión educativa es un asunto prioritario en los informes y debates políticos de los últimos años de acuerdo con Vaillant (2009) que refiere que existe consenso en que la inclusión educativa de estudiantes no puede realizarse sin una decidida intervención de los docentes y para que esto sea posible, es necesario ubicar su centralidad en la educación y demostrar que no se puede avanzar en este plano sin mejorar, al mismo tiempo, en la comprensión de lo que cree, puede hacer y hace el docente. Los docentes latinoamericanos se forman en instituciones de todo tipo: en los institutos de enseñanza superior, en institutos particulares pedagógicos, universidades estatales o privadas y, además, están los que se desempeñan como docentes sin tener un título que los habilite para tal tarea asi mismo los contenidos de formación y con la relación entre lo pedagógico y lo didáctico. También sigue sin resolverse el problema de los formadores de formadores, en el entendido de que el futuro docente replica aquellos modelos pedagógicos y didácticos en los que fue formado. Si se quieren docentes formados para la inclusión educativa, deberían estar expuestos a prácticas pedagógicas y didácticas que la potenciaran desde la formación inicial. Otro aspecto relevante en la formación de docentes es la definición de estándares, tanto para su formación inicial como para evaluar su desempeño. En países como Chile o Colombia, donde se han formulado estándares para los estudiantes egresados de las carreras de formación docente, hecho derivado de la práctica cada vez más difundida de acreditación de los programas de formación universitaria, los estándares para la formación docente no tienen presencia en los países de América Latina. Más recientemente, Ecuador y Perú han entrado en este proceso. Algunas se refieren al conocimiento y los valores que maestros y profesores deben poseer para lograrlos en los estudiantes, a lo que se agrega el manejo de métodos de enseñanza relacionados con los contenidos; las competencias comunicacionales que les permitan interactuar con alumnos, padres, colegas; el dominio de técnicas relacionadas con los avances más modernos de las tecnologías de la información y la comunicación, además de las competencias para la investigación y la reflexión acerca de sus prácticas. ¿Qué requiere un docente para mejorar los aprendizajes de sus estudiantes y para que la escuela cumpla con sus fines y objetivos de inclusión educativa? Un docente necesita, ante todo, capacidad de construirse un punto de vista personal que implica una identidad propia como persona capaz de aprender, de ser responsable e innovadora, así como capacidad para resolver tareas estableciendo sus propias metas, planteando sus propias estrategias, procesando información y encontrando recursos para aprender. También debe ser capaz de flexibilizar el currículum para poder contextualizarlo y garantizar la permanencia de los estudiantes en el centro educativo, además de priorizar el trabajo entre la escuela y la comunidad. Estas características hablarían del docente como un profesional de la educación con capacidad de reflexión sobre su práctica y comprometido con el derecho a una educación de calidad para todos sus estudiantes. No obstante, para garantizar una educación inclusiva, es necesario el compromiso del sistema educativo como un todo. Así, en el nivel de la macro política, los sistemas educativos necesitan asignar recursos en forma específica a los programas de inclusión educativa y requieren propender a su monitoreo y evaluación; igualmente asegurar una legislación nacional y compromisos regionales que generen las garantías adecuadas para el desarrollo de políticas de inclusión (Calvo, 2009). CAPITULO II FORMACIÓN DE DOCENTES PARA LA INCLUSIÓN EDUCATIVA EN CONTEXTOS DE VULNERABILIDAD Para llegar a las propuestas relacionadas con la formación de docentes para la inclusión educativa, se ha tenido como eje articulador lo propuesto en nuestro país se promulgó, en el 2018, una ley de educación inclusiva que incorporaba el artículo 19-A sobre educación inclusiva en la Ley General de Educación, Ley Nº 28044 de la misma forma asevera que la educación es inclusiva en todas sus etapas, formas, modalidades, niveles y ciclos, e insta a las IIEE a que adopten medidas para asegurar condiciones de accesibilidad, disponibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad en la prestación de los servicios educativos y que desarrollen planes educativo personalizados para las y los estudiantes con necesidades educativas especiales. Considerando que se acredita a los programas de Formación tanto a nivel de pregrado como de postgrado. 1. Formación pedagógica Un docente formado para la inclusión educativa necesita contar con una amplia y sólida formación pedagógica. Los postulados de la pedagogía activa apropiados a partir de los grandes pedagogos (Calvo 2009), además del conocimiento de los postulados de la pedagogía crítica, pueden ser de gran utilidad para contar con las competencias que lleven a flexibilizar los espacios de enseñanza y de aprendizaje y formar, a partir de propuestas que reconozcan las capacidades cognitivas y expresivas de los niños, niñas y jóvenes de sectores vulnerables. También puede verse la influencia de la pedagogía activa en todo lo relacionado con los talleres para el aprendizaje de la lectura, la escritura y el rescate de la lúdica, y en general del papel del arte en los procesos de recomposición psicoafectiva de los niños, niñas y jóvenes. Dentro de la formación pedagógica, un docente que busque la inclusión educativa requiere concebir el currículo como un marco referencial que permita su contextualización. No sólo es la imposibilidad de acomodar el currículo a las necesidades particulares de los estudiantes sino también a unas necesidades que tienen que ver con lo pedagógico. Pero pierden importancia al no estar contenidas en el currículo académico porque son comportamentales, emocionales, relacionales, más que de orden académico. Así, más que valorar los contenidos académicos, el docente formado para la inclusión educativa debería ser sensible a las manifestaciones de la autoestima, al respeto a la norma, al reconocimiento de la autoridad, a la valoración de la educación y, en general, al desarrollo de competencias para la vida en común que facilitarán la socialización de los niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad. La formación pedagógica podría complementarse con el conocimiento del contexto y la sensibilidad a las condiciones psicosociales del alumno, que lograría un docente formado para la inclusión a través de su aproximación a los problemas educativos planteados a partir de lo que se conoce como Ciencias de la Educación (sociología, psicología, historia), las cuales podrían enfocarse a partir del análisis de casos en instituciones que tengan programas innovadores en materia de inclusión educativa. 2. Formación didáctica Formar un docente para la inclusión educativa requiere el conocimiento y el adecuado manejo de un amplio repertorio de estrategias didácticas que permitan llegar con la metodología más adecuada a las condiciones de los alumnos, de tal suerte que pueda atender sus especificidades. Los formatos didácticos más adecuados para la inclusión educativa podrían ir desde disponer de más tiempo para cada alumno hasta la personalización del proceso pasando por reconocer los saberes previos de niños y jóvenes, lo que lleva a otras formas de enseñar. En nuestro país se viene ensayando estrategias lúdicas, basadas en la pintura y el juego, como forma de facilitar el posterior reingreso de niños y jóvenes a los espacios institucionalizados. Para la inclusión educativa se requieren formatos pedagógicos con mayor especificidad. Hoy predomina el aprendizaje memorístico, la falta de conexión de los aprendizajes con la realidad vivida, la ausencia de los elementos básicos de la cultura de los niños y jóvenes música, computadores, redes de información, deporte entre los contenidos del aprendizaje y, en suma, la percepción de que lo aprendido carece de sentido y no merece el esfuerzo requerido. El diseño de un nuevo currículo que se integre la vida de los niños y los jóvenes y que dé sentido a sus actividades y aspiraciones sería un elemento importante para lograr que un mayor número de estudiantes con alto riesgo de abandono se mantenga en las aulas y finalice exitosamente el ciclo básico de escolaridad. Los docentes formados para la inclusión educativa requieren tener competencias para el trabajo en equipo y para conformar grupos multidisciplinarios, en aras de favorecer una comprensión y una atención integral a la vulnerabilidad. 3. Formación ética La formación de maestros para la inclusión educativa exige que se enfatice en su compromiso social y que en su plan de estudios se incluya el conocimiento y la apropiación de las competencias ciudadanas, entendidas como todas aquellas que forman para la vida en común. El conocimiento de las normas, como las relativas al código de la infancia y adolescencia, y el marco de las conferencias internacionales sobre estos temas, serían de gran utilidad para determinar derechos y deberes de niños y jóvenes que tienen dificultades con la escolarización. También se hace necesaria la formación en el manejo del conflicto. Una de las mayores dificultades para los niños al ingresar a las instituciones educativas es la referida a la norma, las reglas, la autoridad, los límites en las relaciones, en los tiempos, en los espacios, en la forma de vestirse, en los adornos que utilizan, en fin, en aquellas cosas que rompen la homogeneidad de la institución educativa. Hacia el futuro, la EBR pretende que se logre un cuidado del espacio y de las instalaciones educativas dado que se busca que la institución esté integrada a la ciudad, que no tenga rejas, que cuente con amplios ventanales, que los salones de clase no den la idea de encierro y que se pueda generar un sentido de pertenencia a la institución. 4. Formación en investigación La formación del docente para la inclusión educativa, privilegia la sistematización de experiencias como estrategia para la producción de saber pedagógico, en tanto favorece la reflexión del maestro sobre su quehacer cotidiano. Buscar la inclusión educativa se constituye en una posibilidad de “producción de saber”, ya que los docentes que trabajan en sectores vulnerables se “sensibilizan” frente a ella. La formación en investigación para maestros que quieran contribuir a la inclusión educativa pasa por realizar sus prácticas en instituciones que cuenten con experiencias significativas en este campo, se busca que los futuros maestros puedan recontextualizar su formación al enfrentarlos a una práctica en contextos que no son los tradicionales, y con niños, niñas y jóvenes que rompen los parámetros de la disciplina y con los cuales es necesario avanzar en procesos de socialización. No es fácil formar docentes para la inclusión educativa. Sin embargo, hay experiencias que pueden inspirar algunas decisiones de política educativa. La mayor dificultad radica en hacer de la inclusión educativa una política de Estado que coadyuve a cumplir el derecho a una educación de calidad para todos. 5. Formación Continua Al hablar de formación es referida a los aprendizajes particulares, destrezas o habilidades, que implica un desarrollo y todo desarrollo conduce, (Chávez, 2005) es necesario perfeccionamiento en relación con los conocimientos, habilidades y actitudes que deben desarrollarse para actuar en correspondencia con los adelantos científico-técnicos y las exigencias sociales, para actuar de acuerdo con el tiempo en que se vive, así como el papel del profesional en la dinámica del cambio así mismo es un proceso a lo largo de toda su vida profesional, que produce un cambio y mejora las conductas docentes en las formas de pensar, valorar y actuar como docentes, orientada a la satisfacción de las necesidades sociales, ampliar o perfeccionar sus competencias profesionales. Se hace evidente que, aunque los objetivos tienen un enfoque de formación integral, con un perfil abarcador del proceso de formación continua, sin embargo, los docentes en condiciones rurales no suplen las necesidades profesionales para el logro de la educación inclusiva. Constanza Herrera-Seda (2018) 6. Exclusión-Inclusión y Formación de Profesores La Unesco (2015) identifica que la exclusión de la educación no solo significa “estar fuera de la escuela”. Según reportes, entre los países miembros de la OCDE (2013), uno de cada cinco estudiantes no alcanza los niveles de habilidades mínimas para participar en la sociedad actual y casi el 20% de los jóvenes abandonarán la escuela antes de concluir la educación secundaria. Cada niño que no tiene acceso a la escuela o la abandona, además de tener más dificultades para adaptarse a los rápidos cambios de la sociedad de la economía del conocimiento, tiene menos oportunidades de aprendizaje, un alto riesgo de ser desempleado y menos posibilidades de participación en la vida cívica y democrática en la comunidad. La educación inclusiva puede ser vista como un principio transversal a la organización y funcionamiento de los sistemas educativos, moviéndose hacia una pedagogía inclusiva que promueve la atención personalizada, reconociendo la diversidad del alumnado. Esto se funda en la convicción de que todos y todas somos especiales y que requerimos ser apoyados y fortalecidos, es por ello que la educación debe ser concebida como un elemento facilitador del desarrollo de todo ser humano, independientemente de los obstáculos físicos o de cualquier otra índole que afecte al individuo. En consecuencia, la inclusión requiere la adopción de una perspectiva amplia de la educación que abarque la totalidad de las necesidades de los educandos, incluyendo aquellos alumnos que por su condición pudieran ser vulnerables a la exclusión y marginación (UNESCO, 2018). La UNESCO (2016), a su vez, posiciona la educación inclusiva desde cuatro elementos clave: • Inclusión como proceso. Es decir, hay que implementar, siempre estrategias para responder a la diversidad. Es aprender a cómo vivir con la diferencia, y aprender desde la diferencia. • Inclusión orientada a la identificación y eliminación de las barreras para el aprendizaje. Dichas barreras toman diversas y tienen que ver, en muchas ocasiones, con la manera como la escuela está organizada, las relaciones que se establecen, las formas de enseñanza y/o evaluación. • Inclusión referida a la presencia, participación y logro de todos los estudiantes en el proceso educativo. • Inclusión como énfasis en aquellos grupos de estudiantes que pudieran estar en riego de marginación, exclusión o de rezago. Es necesario comentar también que existe un fuerte vínculo entre el contexto social y el educativo; por ello no fue casual la adopción por parte de la UNESCO de la Agenda Educativa 2030 que tiene como propósito en buscar asegurar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, además de promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos. También tiene el propósito de promover un modelo de desarrollo basado en una visión humanista y holística, con principios éticos y morales que se oponen a la violencia, la intolerancia, la discriminación y la exclusión (UNESCO, 2015), así mismo reitera que la la formación docente inicial debe estar basada en principios de inclusión y equidad. Los profesores deben aprender métodos de enseñanza que incluyan a todos los educandos y deben conocer los mecanismos de exclusión, y discriminación. Por ello existe la aspiración de hacer efectivo un currículo inclusivo que responda a las expectativas y necesidades de todos los alumnos en ambientes heterogéneos de aprendizaje, y la vinculación con temas transversales como ciudadanía, derechos humanos, equidad de género, cultura de paz y no violencia y desarrollo sostenible como organizadores principales de los planes y programas de estudio (Fernández, 2009). La inclusión se consolida como un gran proyecto social que comprende a todos los agentes de la comunidad. El nuevo paradigma inclusivo está vinculado con los ámbitos del ser humano: la familia, la sociedad, la escuela, la comunidad, entre otros. Cada ámbito requiere consolidar una cultura inclusiva que permita generar los ambientes para el bienestar y la plena participación y colaboración. De esta manera se promueve una educación inclusiva porque deseamos una sociedad inclusiva y los profesores son parte esencial en esta transformación. CAPITULO III ¿Por qué es necesario transformar la formación inicial de los profesores? Esto pone de manifiesto que la educación inclusiva tiene ya un significado amplio que comprende a todos los alumnos en términos de su presencia, participación y aprendizaje; de igual manera la identificación y eliminación de las barreras para el aprendizaje, como acción orientada a los alumnos en riesgo de exclusión o discriminación (UNESCO, 2016) Una de las ideas centrales que deseo resaltar es el hecho que de que los sistemas educativos con mejores resultados son aquellos que combinan la equidad y la calidad en sus procesos, es decir, brindan a todos los niños, niñas y jóvenes las mejores oportunidades educativas (OCDE, 2013) con el argumento que la calidad está ligada a la equidad. El énfasis está en que cada acción debe tener como centro los aprendizajes, incluyendo a las personas con discapacidad, tradicionalmente catalogados como especiales, y otros que por su condición pudieran estar en riesgo de discriminación o exclusión. No debemos olvidar que la educación inclusiva busca la trasformación de los centros educativos en ambientes de aprendizaje que reconocen que lo normal, es que todos seamos diferentes, por ello se debe generar una cultura inclusiva y ocuparse de cada estudiante para que tenga aprendizajes. a. ¿Por qué la formación de profesores inclusivos ha tomado gran relevancia? La relevancia del profesorado y su formación se destacan desde la propia Agenda Educativa 2030 en cuyo contenido se propone incrementar la provisión de profesores calificados bajo la consideración de que son la llave para el logro de todas las metas planteadas en dicha agenda (UNESCO, 2015) y por consiguiente se ubica a los profesores como una condición fundamental para garantizar la calidad educativa, por lo que deben ser empoderados, adecuadamente seleccionados, remunerados, motivados, profesionalmente calificados y apoyados con recursos orientados a su bienestar. En este sentido, se considera que las acciones orientadas a los profesores deben estar orientadas a los siguientes aspectos: 1. Que tengan un programa de formación inicial durante al menos 12 meses (Apoyados). 2. Que se busque incrementar su salario en relación con otras profesiones en un nivel comparable de educación (Motivados). 3. Que los profesores en preprimaria, primaria, o secundaria estén recibiendo al menos un programa de formación organizado, que le habilita para enseñar en el nivel educativo en donde están (Preparados). 4. Que puedan ser calificados de acuerdo con estándares educativos nacionales o internacionales, por nivel y tipo de institución (Calificados). Por su parte, el grupo de Ministros de Educación, que participaron en la Reunión Regional para América Latina y el Caribe (UNESCO, 2017), reconocieron el rol de los profesores para avanzar en la calidad educativa, los cuales se comprometen a fortalecer la formación inicial y continua de los mismos, con particular énfasis en la provisión de la planeación contextualizada, asegurar programas innovadores que preparen, motiven y empoderen a los profesores para enfrentar los retos y oportunidades en el Siglo XXI. En este mismo sentido de deben hacer progresos para asegurar las adecuadas condiciones para la enseñanza y una profesión de excelencia, involucrándolos en su diseño, implementación, seguimiento y evaluación. b. ¿Por dónde empezar? Cuando hablamos de la formación de profesores inclusivos nos referimos a docentes que se sientan valorados, motivados, bien remunerados, profesionalmente calificados y bien apoyados en su labor. De acuerdo con Yarza, A. (2008) algunas de las tendencias actuales en la formación del profesorado para la inclusión 1. El fortalecimiento de la formación pedagógica del profesorado con elementos inclusivos a través de: • Ampliar sus habilidades para dar respuesta a la heterogeneidad del alumnado. • Diversificar sus métodos de enseñanza y evaluación porque se reconoce que la diversidad es una característica de todo grupo escolar y social, porque cada persona es única y requiere de atención específica para asegurar sus aprendizajes. • Incorporar la pedagogía inclusiva creando ambientes para el aprendizaje con oportunidades disponibles para cada estudiante, a fin de aumentar su participación. El énfasis de la enseñanza es partir de lo que cada niño puede hacer y no de lo que no puede hacer, creyendo que cada niño puede avanzar en su propio aprendizaje (Florian, 2013). 2. El desarrollo de competencias para el trabajo colaborativo entre los profesionales de la educación. El profesor “solitario” ya no puede responder a los retos actuales; ahora se promueven los colectivos docentes en los que se analizan los desafíos de la práctica docente y se toman decisiones para mejorar los aprendizajes de todos sus alumnos. 3. Intervención del tutor que asume la postura de experto y líder, da énfasis en la explicación y demostración de prácticas, en la aplicación del conocimiento y el desarrollo de habilidades para la enseñanza; generalmente modela su actuar. 4. El tutor es el que guía al nuevo profesor a tener una explicación preliminar del problema e implementar soluciones; por ello fomenta el diálogo y la reflexión sobre su práctica. Escucha, alienta y clarifica, pone énfasis en situaciones que mejoren la calidad de su acción. Actualmente los nuevos enfoques sobre el aprendizaje deben ser incorporados a la formación de docentes, porque facilitan los principios inclusivos. Estos nuevos enfoques como el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje situado, el aprendizaje servicio, el aprendizaje en la resolución de problemas, entre otros, propician ambientes cada vez más inclusivos (Sawyer, 2008). CAPITULO IV PROPUESTA DE UN PERFIL DEL DOCENTE PARA LA EDUCACIÓN INCLUSIVA La preparación de todos los docentes contribuye a enfrentar diversos retos sociales y políticos, enfrentar las desventajas educativas producto de las inequidades sociales, abordar problemas derivados de la pobreza y marginalización, hacer frente al abandono escolar, mejorar los logros educativos y las competencias necesarias para la participación en la sociedad y romper las barreras que experimentan los estudiantes con discapacidad. promoción de valores y actitudes profesionales (Duk et al,2019). De este modo, el perfil profesional esta basado en cuatro valores fundamentales a partir de los cuales se articulan actitudes, creencias, conocimientos y habilidades: a) respetar la diversidad de todos los estudiantes, en tanto ésta es un recurso y un valor educativo; b) favorecer a todos los estudiantes, con altas expectativas para todos ellos; c) Trabajar colaborativamente; d) Desarrollo y aprendizaje permanente del docente para abordar los desafíos de la enseñanza. a. Concepciones de la educación inclusiva Los/as futuros docentes analizan y construyen actitudes y creencias sobre la educación inclusiva: se fundamenta en la igualdad, en los derechos humanos y en la democracia; creen en la participación de todos los estudiantes implicados en actividades de aprendizaje significativas. Conocen los principios teóricos y prácticos que estructuran la educación inclusiva; necesidades de apoyo o están en riesgo de exclusión; conciben la educación inclusiva como la presencia, participación y aprendizaje de todos los estudiantes. Los futuros docentes desarrollan comportamientos y creencias sobre lo “normal” y lo “diferente”; asumen que la diversidad de los estudiantes es un recurso que amplía oportunidades para aprender. Conocen las características propias de la diversidad de los estudiantes; comprenden que se aprende de formas diferentes y esto se utiliza como un apoyo; saben que la escuela en tanto comunidad influye en la autoestima y el aprendizaje de los estudiantes. Los futuros docentes desarrollan la convicción de que el aprendizaje es principalmente una actividad social; creen que las expectativas de los docentes son determinantes en el aprendizaje del estudiante. Tienen habilidad para desarrollar capacidades comunicativas en sus estudiantes, saben formar estudiantes autónomos; implementar enfoques de trabajo cooperativo entre pares y usar estrategias de evaluación que atienda a los aprendizajes conceptuales, sociales y emocionales. Desarrollan conocimientos sobre los procesos de aprendizaje y los modelos de enseñanza que los promueven; conocen formas de organizar el aula para generar ambientes positivos; conocen enfoques de enseñanza individualizada; manejan estrategias para dar respuesta a las barreras para el aprendizaje; comprenden la evaluación formativa y los modos de diferenciar los contenidos curriculares, los procesos de aprendizaje y los recursos de enseñanza. Desarrollan habilidad para utilizar los contenidos curriculares como instrumento inclusivo; aprenden a diferenciar estrategias de enseñanza, contenidos y res ultados de aprendizaje; saben cómo facilitar el aprendizaje cooperativo entre pares; utilizar un repertorio diverso de estrategias de enseñanza, e implementar enfoques de evaluación y retroalimentación formativa evitando catalogar a los estudiantes. b. Capacidad para trabajar en equipo Trabajar con las familias 1. Los futuros docentes muestran respeto por las raíces culturales, sociales y las opiniones de las familias; también desarrollan una actitud de comunicación y colaboración eficaz con las familias como parte de su responsabilidad docente. 2. Comprenden que la enseñanza se basa en el trabajo en equipo y desarrollan la habilidad de comprometer a las familias en el aprendizaje de sus hijos, y comunicarse adecuadamente con todas ellas más allá de sus diferencias culturales, étnicas, lingüísticas o sociales. Trabajar con diversos profesionales de la educación Los futuros docentes desarrollan actitudes que valoran la colaboración, el compañerismo y el trabajo en equipo y creen que esta forma de trabajo contribuye al desarrollo profesional. Conocen los beneficios del trabajo en equipo y diversos modelos de colaboración. Desarrollan un lenguaje y perspectivas básicas sobre el trabajo en equipo. Demuestran habilidades de liderazgo y de resolución de problemas en colaboración con otros. Los futuros docentes creen que la enseñanza requiere planificación sistemática, evaluación, reflexión y cambio permanente; asumen una práctica reflexiva para su trabajo con otros y para revisar sus propias decisiones. Por lo tanto los programas de formación de profesores están llamados a discutir, desde un enfoque inclusivo, sus principios orientadores, rescatando aquellos valores, dispositivos y prácticas que promueven una educación inclusiva, e identificando los que, por el contrario, se constituyen en barreras para que los futuros profesores se sientan convocados e implicados con el aprendizaje y la participación de todo el estudiantado, y posean los conocimientos y habilidades necesarias para responder a su amplia diversidad. La reflexión continua sobre este punto constituye una valiosa oportunidad de transformación profunda y sustentable en las instituciones universitarias. CONCLUSIONES En este trabajo monográfico concluyo que la UNESCO describe algunas de las competencias que debe mostrar un profesor inclusivo; un profesor que facilite los aprendizajes, entienda la diversidad, tenga competencias para la convivencia, proteja y mejore el medio ambiente, fomente un entorno de respeto y seguridad, cuente con múltiples estrategias pedagógicas y didácticas, favorezca la autoestima y la autonomía, promueva una fructífera relación con los padres y las comunidades, establezca relación entre la enseñanza y su contexto, use internet y siga aprendiendo. La inclusión es un proceso que permite considerar la diversidad de las necesidades de todos los niños, jóvenes y adultos a través de una mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias, reducir la exclusión en la esfera de la enseñanza y dentro de ésta, y, en último, acabar con ella. Esto debe ser parte de la tarea de todo profesor. Que el docente promueva el diálogo abierto a nuevas ideas, impulsar la participación democrática en la enseñanza y el aprendizaje, además de un aprendizaje respetuoso. Incluir Valores en la formación respetando a la familia y raíces culturales. El término de inclusión educativa resignifica el concepto clásico de equidad educativa. Es un concepto que ha entrado con fuerza en el discurso político- pedagógico, en un contexto en que simultáneamente se profundizan los procesos de exclusión y se reconocen las dificultades institucionales y pedagógicas para lograr las metas de una educación de calidad para todos, se podría definir la educación inclusiva como el proceso para tratar de garantizar el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes en la vida escolar de las instituciones educativas, con particular atención a aquellos niños y jóvenes vulnerabilidades. RECOMENDACIONES Se espera que los docentes comprendan la profesión como parte de un desarrollo continuo que se construye a través del trabajo con otros. Un profesional activo, es decir, capacitado para transformar e innovar sus prácticas para apoyar el aprendizaje de todos sus estudiantes, el futuro/a docente está preparado para trabajar colaborativamente en la búsqueda de impulsar la participación y asegurar el aprendizaje. Se requiere ante todo un docente que se atreva a asumir riesgos y pruebe nuevas formas de enseñanza, que reflexione sobre su práctica para transformarla, que valore las diferencias como elemento de enriquecimiento profesional y que sea capaz de trabajar en colaboración con otros docentes, profesionales y familias. Un docente que personalice las experiencias comunes de aprendizaje, es decir: que conozca bien a todos sus alumnos y sea capaz de diversificar y adaptar el currículo; que plantee diferentes situaciones y actividades de aprendizaje; que ofrezca múltiples oportunidades; que tenga altas expectativas respecto al aprendizaje de todos sus alumnos y les brinde el apoyo que precisan. Demostrar capacidad y disposición para trabajar colaborativamente con distintos actores para el desarrollo de una comunidad educativa inclusiva Es fundamental que los/as futuros docentes desarrollen capacidades para responder a las necesidades socioemocionales de sus estudiantes, propiciando ambientes de aula que permitan la participación y el aprendizaje de todas/os. La formación inicial debe estar alineada con las políticas educativas, el currículum nacional y estar estrechamente vinculada a la práctica por lo que es necesario que los futuros docentes a lo largo de su trayectoria formativa tengan acceso a prácticas profesionales guiadas en distintos tipos de instituciones y contextos educativos de inclusión. BIBLIOGRAFÍA Calvo, Gloria (2009) “Inclusión y formación de maestros” en Revista Iberoamericana sobre calidad, eficacia y cambio en educación vol.7, n.4, 2009, pp.78-94. Disponible en http://www.rinace.net/reice/numeros/vol7num4.htm [Accedido en mayo 2022] Conde-Jiménez, J., & Martín-Gutiérrez, Á. (2016). Potencialidades y necesidades de mejora en la formación de profesores noveles universitarios. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 18(1), 140-152. https://bit.ly/3ifq2fD Constanza Herrera-Seda (2018) La Formación Inicial Del Profesorado Para Una Educación Inclusiva: Desafíos, Oportunidades y t r ansf or maci on es. 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