Homilía Celebración del Sagrado Corazón de Jesús

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Homilía Celebración del Sagrado Corazón de Jesús
Bendición del altar parroquia Sagrado Corazón de Talagante
12 de junio
+ Cristián Contreras Villarroel
Obispo de Melipilla
No hay plazo que no llegue a cumplirse y esta invitación me la había cursado el padre Gustavo
hacia muchos meses, por no decir del año pasado y la providencia ha permitido que sea en este
día del Sagrado Corazón de Jesús cuando estaba viendo que yo anotaba en la agenda los
compromisos de este tiempo que tienen que ver con fiestas patronales, con confirmaciones, etc.,
me dijo inmediatamente esta fecha, ahora no es primera vez que vengo a la parroquia, porque la
introducción pareciera que era la primera vez que venía a la parroquia, pero no, esta debe ser la
tercera o la cuarta vez que vengo aquí al templo a celebrar, y bueno es un día de fiesta porque es
el día del Sagrado Corazón en donde el centro de esta fiesta para la comunidad parroquial va a
estar en torno al altar, que es el centro de este templo material y desde el centro de este templo
material se irradia a todas las personas y quiere irradiarse también a todos los que habitan en
estos barrios de esta jurisdicción parroquial.
Hoy día en la mañana pensaba como le explico a los niños esta fiesta del Sagrado Corazón de Jesús
y en el momento se me ocurrió que lo que empezamos a vivir anoche con la copa América
representa muy bien lo que celebramos hoy día porque ayer hablábamos de Chileno de corazón,
otros hablábamos también de cruzados de corazón, y así podríamos seguir mostrando camisetas
pero dejémoslo hasta aquí que es lo que más consenso puede haber en esta asamblea y les decía a
los niños que significa esto de corazón, porque decimos de corazón, porque el corazón que
celebramos no es un órgano de carne, un órgano material, lo que estamos celebrando es lo que
significa el corazón de alguien y por eso decimos esta es una persona de buen corazón, cuando nos
referimos a alguien de buen corazón estamos diciendo de aquella persona unas características
maravillosas, hermosas que tienen que ver con lo que es su ser, un ser que además se expresa en
acciones y entonces alguien de buen corazón o un chileno de corazón es aquel que expresa la
bondad, expresa la belleza, expresa la sinceridad, expresa la paz, expresa la concordia, expresa los
anhelos de unidad que hay en todos nosotros, a diferencia de una persona que también la
descubrimos de mal corazón y que no hay vinculo de unidad, que no oes sincera, que donde esta
crea conflictos, y sabemos distinguir a alguien de buen corazón con alguien, no digamos de mal
corazón, pero si quizás y por desgracia con alguien con el corazón endurecido y eso no tiene que
ver con esto, sino que tiene que ver con el centro de la persona, con lo que es la persona humana
y por lo tanto celebrar el Sagrado Corazón de Jesús es celebrar la manifestación de Dios en su hijo
Jesús por la acción del Espíritu, el Señor lo dice cuando fue a la sinagoga del pueblo natal,
tomando el texto del profeta Isaías “el espíritu del Señor esta sobre mi porque me ha ungido” para
una serie de acciones que tienen que ver con la vida, con la promoción de la vida, anunciar la
buena noticia a los pobres, dar la libertad a los cautivos, hacer que los ciegos puedan ver, anunciar
un año de gracia del Señor, pura bondad de Dios y Jesús va a decir “hoy se cumple esta escritura”
la que había anunciado Isaías el profeta cinco siglos antes, en una situación histórica lamentable
de parte del pueblo de Israel que estaba en el exilio.
Entonces celebra el corazón de Jesús, es celebrar la manifestación de este Dios que es amor, esa
es la mejor definición de Dios, “Dios es amor”, es lo que dijo en papa Benedicto XVI en su primera
encíclica, y como podemos conocer el amor de Dios solamente y lo subrayo solamente
contemplando a Jesús e imitando a Jesús, siguiendo a Jesús o para decirlo en una terminología
más actual siendo discípulo misionero de Jesús como pide el documento de aparecida de los
Obispos de América Latina y que el papa Benedicto definió este nuevo termino para los seguidores
de Cristo como dos caras de una misma medalla. Entonces celebrar el corazón de Jesús es celebrar
el amor de Dios que es eso “amor” es caridad, y lo hacemos mirando a Jesús que es la
manifestación de este Dios, de este Dios a quien nadie ha visto jamás como lo dice el prólogo del
evangelio de Juan y que leemos en la misa del día de navidad “a Dios nadie lo ha visto jamás, el
hijo de Dios que está en el ceno del padre que es Dios, el nos lo ha contado, nos lo ha revelado”,
vamos a conocer a Dios, vamos a experimentar el amor de Dios en la medida que nosotros
sigamos a Jesucristo, no hay otro modo.
Como define la primera predicación de la Iglesia primitiva, de la primera comunidad, que es lo que
dicen los apóstoles de este Jesús a quienes ustedes mataron pero Dios lo ha resucitado, cuatro
palabras de este Jesús “pasó haciendo el bien”, fue bondadoso, paso por la vida haciendo el bien,
es decir mostrando un atributo que le pertenece solamente a Dios; Dios es amor, Dios es bondad,
por eso cuando a Jesús lo quieren poner a prueba y le dicen “Maestro bueno” va a responder
“porque me llaman bueno, solo Dios es bueno” y la gente ya estaba viendo, aunque con intención
torcida iba la pregunta, estaban viendo que en Jesús había la expresión, la irradiación de una
bondad y que es la bondad de Dios a quien el viene a revelar, viene a mostrarnos a un Dios a quien
nadie ha visto jamás, por eso Pablo va a decir de que “Jesucristo es el rostro visible del Dios
invisible”, miren como se complementa Pablo con Juan siendo de tradiciones tan distintas “a Dios
nadie lo ha visto jamás, el hijo de Dios nos lo ha mostrado” Juan, “Jesucristo es el rostro visible del
Dios invisible” y como se expresa este rostro visible, haciendo el bien, es decir es un corazón
bondadoso, es un corazón misericordioso, esta es una tradición que ya en el Antiguo Testamento
se viene mostrando y revelando para decirlo como el profeta Oseas como le dice a Efraín a Israel el
llama hijo, como se expresa el amor de este Dios en el Antiguo Testamento con un amor similar a
el amor de una madre, digámoslo de este modo Dios nos ama con amor de padre y con amor de
mama, no nos equivocamos si decimos que Dios también es madre para nosotros y por eso a
través del profeta va a decir “si tu madre te abandona o llegase a abandonarte yo no me olvidare
de ti”, es impresionante porque está poniendo el profeta a la mujer en una situación que pocas
veces se da, un papá podría estar ausente toda la vida, una madre jamás, pero si llegase a faltar la
madre, pues bien yo no te voy a abandonar y voy a darte y a entregarte ese amor materno que
toda persona necesita para poder desarrollarse integralmente en esta existencia que nos ha sido
regalada.
Podemos profundizar muchas cosas mas de este Sagrado Corazón de Jesús, cuando celebramos a
Jesús estamos celebrando el misterio de nuestro Dios y nuestra mirada tiene que ir a este Dios que
ha sido revelado por Jesús como este padre, como Abba dice San Pablo, así se expresaban los
niños hebreos en su lenguaje arameo que hablaba Jesús cuando hablaban del papá y la mamá, que
es lo primero que nos enseñan nuestras mamás es a decir papá y las abuelitas nos enseñan a decir
mamá, y Jesús tiene esa expresión de esa cordialidad, de esa cercanía, de esa familiaridad con
Dios, pero aquí yo creo que hay una beta con la cual podemos profundizar en la fiesta del Sagrado
Corazón de Jesús que nos muestra a un Dios que es amor, que nos ama con amor de papá y amor
de mamá y aquí la gran responsabilidad de nosotros como padres, como madres para que con
nuestro actuar, con nuestro modo de ejercer la autoridad podamos hacer resplandecer el rostro
de Dios. Lamentablemente muchas veces las distorsiones del rostro de Dios que tenemos tiene
que ver con la experiencia de nuestras figuras paternas, maternas y de autoridad, pues bien, ni
siquiera eso, en el peor de los casos puede ser algo determinante para que no podamos conocer y
experimentar el amor de Dios padre, el amor de este Dios que nos ama también con amor de
madre. Pueden haber condicionantes en nuestra vida pero no determinantes, porque para Dios
nada es imposible.
Y brevemente iremos ahora a este altar, hermoso altar, que representa a Cristo, Cristo es altar y
víctima. En la antigüedad los sacerdotes para expiar los pecados del pueblo ponían unas piedras,
encendían una leña y sacrificaban un animal, generalmente un cordero, con la nueva alianza
Jesucristo es el altar y es la víctima y por eso decimos cuando partimos el pan consagrado “éste es
el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” es el sacrificio perfecto y único, ya no
necesitamos otro sacrificio que es lo que hacían los sumos sacerdotes de la antigüedad, todo se ha
cumplido, no necesitamos sacrificios de animales, no necesitamos holocaustos, saben lo que se
necesita, un corazón contrito y humillado, porque ese corazón contrito y humillado Dios no lo
desprecia, cuando uno se humilla ante Dios sale enaltecido, sale perdonado, sale redimido y eso
es lo que hacemos cuando venimos aquí a este altar y por eso los sacerdotes, los ministros
ordenados al llegar acá hacemos genuflexión si esta el santísimo delante o bien una inclinación
porque reconocemos que la centralidad es Cristo, victima y altar; sacerdote, victima y altar, las
tres funciones y besamos el altar porque es la presencia de Cristo en medio nuestro.
Es un día de fiesta, es un día luminoso, ya lo recordaba este rito de la expresión del agua que nos
recuerda el bautismo, hemos sido iluminados, iluminación se llamaba el bautismo en la Iglesia
primera porque nos sacaba de la muerte, nos sacaba del pecado el bautismo, nos lleva a la vida,
nos saca de la oscuridad de la muerte y entonces se une el bautismo con el sacramento
eucarístico, el que ha sido iluminado, el que ha sido sacado de las sombras de la muerte participa
del sacrificio redentor de Cristo que es lo que nos relataba el Santo Evangelio cuando con la lanza
broto sangre y agua que los padres de la Iglesia vieron siempre en esto una simbología en los
sacramentos de la Iglesia, la sangre derramada y el agua que nos purifica. Está lleno de
simbolismos, pero estos simbolismos no son para iniciados, estamos llamados nosotros a que
otras personas, otros hermanos nuestros conozcan las maravillas de nuestra fe y lo decía el padre
Gustavo al inicio “queremos irradiar también a tantas personas que viven en situación de
vulnerabilidad, pobreza, marginación, hacerles conocer el amor de Dios expresado en Cristo y que
celebramos día a día y especialmente domingo a domingo en la eucaristía”, no puede ser de otro
modo porque la vida tiene que ser una prolongación de la eucaristía. Lo celebrábamos el domingo
pasado en el Corpus Christi, celebrábamos la presencia real y sacramental de Cristo, cuando
descubrimos y confesamos de que Cristo está presente aquí realmente, sacramentalmente, vamos
a poder reconocer otras presencias reales de Cristo aunque no sacramentales, pero no por eso
menos reales y donde están esas presencias, el mismo Señor nos lo dio, si el Señor es muy bueno,
lo entrega todo en respuesta de los exámenes que debemos dar. “Estuve enfermo y me fuiste a
visitar, fui forastero y me diste acogida, estuve en la cárcel hiciste los mismo, tuve hambre, tuve
sed y me alimentaste, me quitaste la sed” presencias reales de Jesucristo que las podemos
descubrir solamente si lo hemos descubierto aquí en esta presencia real y sacramental del Señor,
en este altar que hoy día consagramos, y lo vamos a consagrar con el Santo Crisma que ha sido
consagrado por el Obispo junto a los sacerdotes en Semana Santa, ese crisma con el cual ungimos
la cabecita de las guagüitas cuando se bautizan, ungimos la frente de los jóvenes o adultos que se
confirman, el Obispo unge las manos del sacerdote en su ordenación y el Obispo consagrante unge
la cabeza del Obispo que recibe la ordenación, todos hemos sido ungidos, tenemos al menos los
que estamos aquí una unción, la unción del bautismo y seguramente una segunda unción de la
confirmación, los sacerdotes hemos tenido una tercera unción, el obispo una cuarta unción y
vamos a llevar esta unción entonces, la que hemos recibido en esos hermosos sacramentos y la
que nace de este altar que vamos a ungir es lo que el papa Francisco nos ha pedido, llevar esta
unción a las periferias geográficas y existenciales, y aquí hay mucha necesidad de llevar esta
unción a las periferias geográficas, son muchas las capillas que hay acá y que atiende el padre
Gustavo junto a algún diácono, agentes pastorales, hay que llevar esta unción a lugares donde no
se conoce al Señor, a lugares que necesitan este bálsamo que sana, que es el oleo que hemos
recibido, el espíritu del Señor esta sobre mi porque me ha ungido, para llevar la buena noticia a los
pobres, para anunciar un año de gracia del Señor, y en medio de situaciones que son difíciles si
nuestros barrios, especialmente en localidades como Talagante, Melipilla, la costa de San Antonio,
Peñaflor, Padre Hurtado vivimos los problemas de las grandes urbes, que se dan en los grandes
barrios, el problema de la delincuencia cada día más sofisticada, el drama del narcotráfico y les
vamos entregando los espacios públicos a la mala vida organizada y por eso el hombre y la mujer
ungidos no pueden ser cobardes, debemos ser valientes porque tenemos la unción del espíritu
para defender a los más vulnerables, para ayudarlos, vamos a decirlos para tomarnos los barrios,
las calles, las casas, para no dejarlos a merced de la mala vida organizada, que hay mucha y por
eso debemos aportar y ayudar como creyentes cristianos católicos que participan de la unción del
altar a tantas formas de asociación que hay centros de madres, junta de vecinos, centro de padres,
centro de alumnos, asociaciones como damas de colores, como las obras de caridad en los
hospitales, en las cárceles, eso es ser hombres y mujeres ungidos que enfrentan la realidad como
es, incluso la realidad de maldad y de pecado con fortaleza y sin miedos, con una iglesia en salida
como pide el Papa, con el riesgo de estar accidentada, pero en salida, así que aquí vamos a tener
la fuente para eso, en la liturgia de la palabra y en la cena eucarística, así que sin miedos
apoyándonos unos a otros.
Finalmente decir una palabra “el altar es signo de unidad”, podemos tener diferencias,
apreciaciones de la realidad, a veces esta el tema del carácter, a veces somos un poco difíciles,
tenemos nuestros modos de pensar, pero tenemos que buscar los consensos y la unidad, no como
se hace en los partidos políticos y en otras asociaciones, es la unidad en torno a algo que nos
sobrepasa, el vinculo de la unidad que nace de la eucaristía y aquí deben confluir todos, todas las
culturas, todas las personas en situaciones sociales y económicas diversas, este tiene que ser el
centro de la unidad para irradiar a Jesucristo que es el ungido, periferias geográficas y
existenciales a eso nos está invitando el Papa porque si no llevamos esta unción el corazón se
amarga dice el Papa y el aceite se pone rancio, y el aceite que es Cristo no puede volverse rancio,
no lo podemos guardar para nosotros, tenemos que llevarlo a los demás, pues bien pidámosle a la
Virgen María, ella que estuvo a los pies de la cruz y que fue testigo de la resurrección que nos
acompañe en este caminar y que también nuestro Dios bendiga abundantemente a esta
comunidad parroquial. Amén.
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