ALIMENTACIÓN Y CÁNCER El papel patogénico d la diet parce ser importante en los tumores del tracto gastrointestinal, mama, próstata y endometrio. Destacamos en general, que el binomio de alimentación-cáncer se aborda desde dos vertientes diferentes: Dieta como factor precursor o prevención del cáncer. Los datos estiman que un 40% de los tumores en veronés y un 60% en mujeres están relacionados con la alimentación, y aproximadamente un 35% de ellos se podrían prevenir mediante una modificación de los hábitos alimenticios. Algunos alimentos son protectores frente al cáncer (aumento de vegetales y evitar o limitar los de origen animal y procesados: pollo en canceres sanguineos, lácteos que aumentan el riesgo del cáncer de próstata, carnes cocinadas ricas en aminas heterocíclicas carcinógenas que aumentan la capacidad invasora del cáncer de mama). Dieta como tratamiento del paciente oncológico. La situación nutricional del paciente desempeña un papel importante en el curso de la enfermedad, sobre todo si hay riesgo de malnutrición energético-proteica, siendo el diagnostico secundario más frecuente. NUTRIENTES CON ACCIÓN EPIGENÉTICA Los `polifenoles son nutrientes capaces de interferir de manera positiva en las fases de inicio, promoción y progresión tumoral. o FUENTE DE GENISTEÍNA Fitoestrógenos que pertenece a la categoría de las isoflavonas Soja Habas Kudzu Altramuces Trébol rojo o FUENTES DE EPIGALOCATEQUINA La catequina es un potente antioxidante polifenólico que procede de las plantas en las cuales aparece como un metabolito secundario. El término catequina se emplea comúnmente para referirse a la familia de los flavonoides y al subgrupo de los flavan-3-oles (o simplemente flavanoles) Té verde o FUENTES DE ISOCIANATOS Se conoce como isotiocianato al grupo funcional –N=C=S, formado por la sustitución del oxígeno por el azufre en el grupo isocianato. Los isotiocianato son componentes bioquímicos con la capacidad de modificar ciertas vías de activación a nivel celular. Por ello, pueden ser de gran utilidad en la prevención del cáncer, así como también unos excelentes coadyuvantes en el tratamiento terapéutico, una vez se ha iniciado el proceso oncológico. El papel biológico que ejerce el sulforafano (SFN), un isotiocianato presente en los vegetales crucíferos como la coliflor, los rábanos, las coles y muchos otros, especialmente en los brotes y las semillas del brócoli, destaca por su efecto antiinflamatorio, antiangiogénico y antineoplásico. Cuando se trata de procesos cancerígenos, los isotiocianatos se caracterizan porque pueden intervenir en la activación de la apoptosis, la modulación del estado oxidativo a nivel intracelular, regulación epigenética, la transición epitelial-mesenquimal y afectar a las células iniciadoras del tumor. Verduras crucíferas, como el brócoli, la coliflor, el repollo y las coles de Bruselas y berros. Estos compuestos dan el sabor a los alimentos tales como wasabi, rábano picante, y la mostaza. o FUENTE DE RESVERATROL El resveratrol es una sustancia química que se encuentra presente en el vino tinto, la piel de la uva roja, el jugo de uva morada (mostos y zumos no fermentados de uva), las moras y en una menor cantidad en los cacahuetes. • La uva fresca, de temporada, también puede aportarnos esta sustancia. • Las uvas pasas son una buena alternativa a la fruta fresca para tomar resveratrol o COLORANTES AZOICOS A evitar por dietas pobres en riboflavina (B2) que favorece la carcInogenicidad de los colorantes azoicos Tartrazina (E102), Rojo allura AC (E129), color sol y anaranjado S FCF (E110), Negro brillante BN (E151), Azorrubina, carmoisina (E122), Marrón FK (E154), Amaranto (E123), Marrón HT (E155) * Rojo cochinilla A o rojo Ponceau 4R (E124), Litol Rubina BK (E180), Rojo 2G (E128). COLON Y PRÓSTATA Estudios indican que una dieta pobre en fibra se relaciona con un aumento del riesgo de presentar cáncer de colon. Los cambios que realicemos en nuestros hábitos alimentarios pueden tener un rápido efecto sobre nuestro intestino, tanto positivo como negativo. Importante resaltar que la dieta produce efectos inmediatos en la flora bacteriana, dándoles loa que necesitan para protegernos del cáncer. Hay evidencia probable de que las frutas y hortalizas disminuyen el riesgo de cáncer de la cavidad oral, esófago y estómago, y combinadas con cereales integrales actúan como factores protectores del cáncer colorrectal. El consumo regular de crucíferas (col, brócoli…) y otros vegetales (verduras de hoja verde ricas en vitamina c y betacarotenos) se ha asociado a una reducción del cáncer gastrointestinal y del tracto respiratorio. Del mismo modo se ha evidenciado que una alimentación rica en carne roja, carnes preparadas con nitritos, ahumados, salados y adobados, y conserva de carnes y pescados presentan mayor incidencia de cáncer de esófago, estómago y colorrectal. Cabe destacar que la vitamina A (betacarotenos), C y E, el selenio y otras sustancias fotoquímicas tiene la capacidad de inhibir algunos pasos implicados en la iniciación y progresión tumoral. Estudios indican que un aumento de la ingesta de cereales integrales y verduras se relaciona con una disminución del riesgo de presentar cáncer de próstata. Determinados compuestos de la alimentación pueden modificar el desarrollo de procesos tumorales. Cabe destacar que la vitamina A (betacarotenos), C y E, el selenio y otras sustancias fotoquímicas tiene la capacidad de inhibir algunos pasos implicados en la iniciación y progresión tumoral. Granada: considerada súper fruta debido a las numerosas propiedades beneficiosas para la salud descritas desde hace décadas en estudios científicos. La granada es una rica fuente de nutrientes esenciales y antioxidantes entre los que destacan la vitamina C, A, ácido fólico y minerales como potasio y zinc, que frenan el proceso de envejecimiento celular frente al estrés oxidativo y contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunológico y hormonal, así como de nuestra piel, vasos sanguíneos y huesos. Cada vez hay más evidencia científica de que estos beneficios para la salud humana como la protección frente a enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, inflamatorias, cancerosas (próstata y colon) y relacionadas con el estrés oxidativo, se atribuyen a que la granada contiene elevados niveles de polifenoles, principalmente punicalagina y ácido elágico. Estos polifenoles de alto peso molecular no son absorbidos en el tracto gastrointestinal, y la microbiota del colon los hidroliza y metaboliza en urolitinas, que son absorbidas y llegan a la circulación sanguínea y entran en contacto con tejidos como próstata, mama, etc. en significativas cantidades durante días desde su consumo donde podrían ejercer actividades beneficiosas. o o o o o Efectos antioxidantes. Los efectos beneficiosos asociados con el consumo de granada se relacionaron inicialmente con la actividad antioxidante de los polifenoles. Sin embargo, aunque se ha demostrado menor capacidad antioxidante para las urolitinas, recientes estudios en modelos celulares y animales han demostrado un efecto protector frente al estrés oxidativo. Propiedades anti-inflamatorias. Un número importante de estudios en modelos in vitro y animales respalda los efectos antiinflamatorios de los polifenoles de la granada, así como de las urolitinas. Efectos anticancerígenos. En los últimos años, el estudio de la actividad anticancerígena de las urolitinas ha ido más allá de los modelos de células in vitro. Así, un estudio clínico en pacientes con cáncer de colon se observó que se modulaba la expresión de marcadores de cáncer en el tejido de colon de dichos pacientes tras el consumo de polifenoles de granada. Efectos neuroprotectores. A raíz de estudios que han indicado una mejora frente a enfermedades neurodegenerativas, como Parkinson o Alzheimer, en modelos de roedores que consumen una dieta enriquecida con granada. Se ha descrito la capacidad de las urolitinas para cruzar la barrera hematoencefálica y alcanzar el tejido cerebral y diferentes estudios en modelos celulares han demostrado un efecto protector de las urolitinas en células neuronales. Modulación estrogénica. Desde la identificación de las urolitinas, el paralelismo estructural entre las urolitinas y el estradiol convirtió a estos metabolitos derivados de polifenoles de la granada en excelentes candidatos para actuar como fitoestrógenos. Arándanos azules: el extracto de arándanos contiene antocianos (pigmento natural que pertenece al grupo de los flavonoides /polifenoles)) como el ácido elágico = urolitinas. Estas disminuyen el crecimiento y estimulan la autodestrucion de tumores de boca, mama, colon y próstata. En humanos las bacterias intestinales convierten los elagitaninos y el ácido elágico en urolitina con efectos antioxidantes, antinflamatorios y anticancerígenos directos. El consumo de arándanos reduce las citocinas inflamatorias, el cáncer de esófago, y los cambios precancerosos del colon. Arándanos rojos: el extracto de arándano rojo y los antocianos disminuye el daño de los radicales libres en el ADN, el crecimiento y aumentan la autodestrucion de varios tipos de cáncer. Calabazas de invierno: ricas en betacarotenos y luteína, actúan como antioxidantes, controlando el crecimiento celular, y disminuyendo el riesgo del cáncer aerodigestivo y de esófago. La fibra dietética presente merma la exposición de las células del colon a sustancias cancerígenas con la ayuda de la microbiota intestinal. Crucíferas: brócoli, col, coliflor, repollo verde, col de bruselas, rábano, nabo, rúcula y grelos. o Contienen glucosinolatos con poder antiinflamatorio, inhiben las enzimas que activan los carcinógenos y estimulan las enzimas desactivadoras de carcinógenos. o o Antociano, kaempferol y quercitina son antioxidantes e antiinflamatorios. El ácido fólico, mantiene el ADN saludable y desactiva los genes promotores del cáncer. Una dieta pobre en folato se relaciona con un mayor riesgo de cáncer colorrectal y pólipos precancerosos. Estudios demuestran un mayor consumo de vegetales crucíferos y una disminución de ciertos tipos de cáncer como pulmón, colon, estomago, mama y próstata. Cereales integrales: la fibra dietética y el almidón resistente favorecen el crecimiento de bacterias saldables en el colon y estimula la autodestrucion de cellas anormales en tumores de estómago, mama, próstata y colorrectal. Aparte, los lignanos (semillas de lino, semillas de calabaza, semillas de ajonjolí, centeno, soja, brócoli, frijoles, y en algunas bayas) disminuyen los factores de crecimiento tumoral y los marcadores de la inflamación, reduciendo e riesgo de cáncer de mama postmenopáusica y el colorrectal. Desde hace tres décadas, varios estudios han vinculado el mayor consumo de granos integrales con menor riesgo de cáncer (estomago, mama, próstata y colorrectal) y mayor longevidad. Legumbres: contienen fotoquímicos que disminuyen los factores de crecimiento del cáncer, la inflamación crónica, aumentando la destrucción de las células cancerosas (próstata, mama y colon) y/o adenomas benignos (pólipos). Lentejas, garbanzos y alubias rojas (en ese orden) son las que mayor efecto antioxidante tienen. Nueces: los ácidos O3 alfa-linolénico disminuye el crecimiento de tumores de mama, colon y próstata. El ácido elágico es convertido por las bacterias intestinales en urolitinas con efectos antioxidantes, antinflamatorios e inhibidores directos del cáncer. Semillas de lino: los lignanos y el aceite de linaza tomado a diario, disminuyen los factores de crecimiento, ralentizan el crecimiento tumoral, la metástasis del cáncer de mama, disminuyen los marcadores de la inflamación, los tumores del colon y el crecimiento y la diseminación del cáncer de próstata. Soja: las isoflavonas reducen el crecimiento de las células cancerosas en especial las el cáncer de próstata. Actúan como supresor tumoral inhibiendo el crecimiento tumoral. En ensayos con pacientes en diversas etapas de cáncer de próstata con PSA elevado, este tendió a disminuir al consumir isoflavonas de soja. Té verde y te negro: contienen epigalocatequina (verde), tearubiginas y teaflavinas (negro), fuertes antioxidantes más potentes que la vitamina C o E. en diversos estudios se ha analizado que le consumo de té verde y negro inhiben el desarrollo de varios tipos de cáncer, estimulando las enzimas que detienen los carcinógenos, disminuyen el crecimiento del tumor, aumentan la apoptosis de las cellas cancerosas y limita su propagación. En estudios de población se h demostrado el potencial para reducir el riesgo de varos cánceres como mama, próstata y colon. Tomate: los licopenos carotenoides previenen el cáncer, al estimular la apoptosis y disminuir el riesgo de metástasis. Protege especialmente contra el cáncer de próstata, más cuando se asocia tomate y brócoli. También se ha encontrado un efecto posiblemente protector en el cáncer de mama, colorrectal y de estómago. Carotenoides: la zanahoria es un vegetal sin almidón, fuente de carotenoides y otros fotoquímicos. La luteolina tiene efectos antioxidantes, antiinflamatorios y anticancerígenos, disminuyendo el crecimiento de células cancerosas y aumentando la apoptosis en canceres de próstata, pulmón, mama y cuello uterino.