Subido por isabelappetre

Teatro desde 1939 a la actualidad.

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Teatro desde 1939 a la actualidad
Tras la Guerra Civil autores como Lorca habían muerto, y otros como Max Aub se
exiliaron, mientras que la censura cortó la libertad y la expresión crítica.
En los años 40 surge el teatro de consumo o evasión, con temas como el
matrimonio, la infidelidad o la rebeldía, buscando entretener al público burgués,
con autores como Luca de Tena o José María Pemán. También se dio el humor
intelectual como Enrique Jardiel Poncela, que buscaban la risa en lo absurdo,
aunque dejaba entrever una ligera crítica social.
En los años 50 y 60, surgen autores que siguen el realismo y el existencialismo,
algunos logrando eludir la censura, que consideran el teatro como medio para
transformar la sociedad. El inicio del cambio lo marca Buero Vallejo con Historia
de una escalera, y Alfonso Sastre con Escuadra hasta la muerte, tratando la
injusticia social y la alineación. Vallejo trata el destino, la muerte, el dolor o el
sacrificio, atravesando diferentes etapas: la realistas, la de reflexión histórica con
El tragaluz, y la etapa subjetiva.
A mediados de los 60 surge un teatro experimental, buscando asemejarse al teatro
europeo con formulas vanguardistas y experimentales, con una temática de
injusticia social, con un enfoque simbólico y alegórico, como Fernando Arrabal,
que se exilió y solo fue reconocido con la democracia. También destaca Francisco
Nieva, autor muy original cuyas obras presentaban grandes posibilidades de puesta
en escena. También surgen los grupos independientes, como Els Comediants o
Tábano, que buscan nuevas fórmulas para la renovación, recurriendo a la farsa, el
esperpento y lo onírico, inspirados en la comedia musical y el circo, censuradas
hasta la democracia.
A partir de 1975 se vuelve la mirada a la tradición y lo convencional, inclinándose
hacia la comedia realista, desarrollando temas de actualidad como la droga, la
delincuencia o los conflictos amorosos. Destaca José Luis Alonso de Santos, con
obras como La estanquera de Vallecas, o Bajarse al moro, ambas llevadas al cine,
o Fernando Fernán Gómez, con Las bicicletas son para el verano.
En los 70 y 80 existen dos tendencias, el teatro comercial, con un gran público y
comedias convencionales fáciles de entender, y por otro lado, los autores
vanguardistas tuvieron problemas para representar sus obras debido a las elevadas
exigencias estéticas y a un público que no estaba preparado para estas
innovaciones.
A partir de los 90, un grupo de autores produce una abundante literatura dramática,
pero pocas se representan debido a que su innovación se basa en la ruptura de la
estructura dramática tradicional, la distorsión del lenguaje o la alteración del orden
lógico de la trama. Entre estos autores destaca Ignacio de Moral, Juan Mayorga o
Paloma Pedrero. Reflejan en sus obras, un mundo violento y xenófobo. Además,
surgen salas de teatro alternativo como Cuarta Pared en Madrid.
Instituciones como el Centro Dramático Nacional o la Compañía de Teatro
Nacional Clásico, lleva a cabo obras consagradas, y distribuyen patrimonio teatral
histórico. También se ha dado en los ´últimos años el desarrollo del teatro musical
con adaptaciones de obras internacionales.
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