Relatoría: Ciudad y territorio Manizales 05/05/2022 Diego Alejandro Ochoa La ciudad y el territorio son dos elementos que están integralmente relacionados, y los cuales definen notablemente la forma de habitar del hombre. El Territorio, entendido “como una organización o constructo social, donde se generan huellas, imaginarios, límites, fronteras, una forma dinámica de vida y gestión de lo global, condicionando lo local y viceversa.” (Guzmán Gloria, 2022) se convierte en la base física y social sobre la cual se edifica la Ciudad. Es pues el territorio un espacio geográfico sobre el cual el hombre, y junto con él la naturaleza que le rodea, se relacionan de maneras diversas y comienzan a edificar una sociedad. Teniendo como base el Territorio, entendido como ese complejo físico, natural y social, surge la Ciudad como esa construcción social que busca crear una forma de habitar accesible y equitativa para todos los hombres, y con la cual se modifica el territorio a fin de generar los espacios y equipamientos necesarios para el desarrollo físico, social y cultural de la persona, además de crear políticas y normas urbanas que regulen la relación y la actuación de la ciudadanía dentro del territorio. La característica principal de la Ciudad es su condición de estado social y jurídico, el cual regula la sociedad y el territorio por medio de normas, derechos y deberes que permiten mantener un ordenamiento social y territorial. En este orden de ideas, el territorio es el sustrato sobre el que se edifica la Ciudad, y la ciudad se constituye como el sistema que ordena, regula y vela por el bienestar de la sociedad que habita el lugar. De esta forma las ciudades deben caracterizarse como “lugares para vivir, como memoria organizada de nuestro tiempo, como acto sublime que nos pone en contacto con la naturaleza y la cultura, con milenios de civilización y con nuevos desafíos: las ciudades deben volverse sostenibles en la totalidad de las dimensiones de nuestra existencia para asumir el reto de la drástica transición histórica en la que nos encontramos inmersos". (Viviescas, Fernando1996) La Ciudad, igual que el mismo hombre, desarrolla un proceso de evolución a lo largo del tiempo, ya que las necesidades de los ciudadanos van evolucionando con el pasar de los años, con las variaciones culturales, los cambios naturales del territorio, el surgimiento de nuevos grupos sociales, las nuevas tecnologías y la creación de nuevas industrias. Estas y muchas mas variables van modificando las condiciones de la Ciudad, y van obligando a mantener un constante dinamismo, ejemplo de ello es la Ciudad configurada en el siglo XX caracterizada por una homogeneidad social, basada en la institución de un único grupo familiar, propia de los grandes grupos sociales, pero esta realidad comenzó a desintegrarse con el nacimiento de la gran revolución industrial, con la cual comienza el desplazamiento de nuevos grupos sociales de los campos a las urbes, además del surgimiento de nuevos núcleos familiares, ya no basados en la gran familia de la sociedad de principios de siglo, sino familias más individualizadas. Estos cambios sociales comienzan a configurar un nuevo modelo de ciudad, obligando a crear nuevas políticas que respondiesen al aumento de la población y la nueva demanda del territorio. Con base en lo anterior, y teniendo en cuenta los cambios que se han venido realizando en el presente siglo, en el cual la sociedad, con mayor énfasis las familias, se han venido fragmentando hasta el punto de crear unidades individuales de habitabilidad, la explotación y escasez del territorio, la diversidad de pensamiento, y las nuevas órdenes sociales han contribuido a generar un cambio en el desarrollo de la sociedad Contemporánea. Este cambio recae no sólo en la forma de pensar la ciudad, sino también, y con mayor razón, en la forma de habitar el territorio, puesto que los cambios ya mencionados ocasionan una mayor explotación de esté, y si no se regula, puede traer, y ya lo hace, graves dificultades. “conocer la ciudad es conocerse a si mismo” (Borja, Jordi 2001), y nosotros somos esencialmente seres complejos, con diversidad de historias, gustos, razas, dificultades y necesidades. Por ello es indispensable conocer la ciudad en unidad con el territorio, pues estos dos poseen una relación indisoluble, y mas allá de conocerlos, es imperativo cuidarlos a través de políticas que velen por el bien, no solo de los colectivos sociales, sino también por el bienestar y cuidado del territorio en su totalidad, pues de todo esto se concluye que el territorio y la ciudad son dos elementos que se necesitan para poder existir, y son ellos la base de una sociedad urbana integral.