Subido por Daniel Gómez Nuñez

BABILONIA LA GRANDE

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BABILONIA LA GRANDE
LA MADRE DE LAS RAMERAS
Y
DE LAS ABOMINACIONES DE
LA TIERRA
BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE
LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Somero estudio acerca de esa realidad de supina maldad
"Entre el bando de los perseguidos y el de los perseguidores, la verdadera Iglesia
siempre ha estado del lado de los perseguidos" (Antiguo proverbio Valdense)
Índice del estudio
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Introducción
1. La Gran Ramera, bajo el sello de BABILONIA LA GRANDE
2. Echando un ojo a la historia
o Nimrod, Semiramis y Tammuz
o Cronología mariana
o Después de Babel
o El plan de Dios; Israel
o Cristo Jesús y la era apostólica
o El clero y el laicado
3. Nerón y Constantino; la falsa Iglesia de Cristo
o La “conversión” de Constantino
o La falsa unidad
4.BABILONIA - PERGAMO - ROMA
5. La mujer sentada sobre una bestia escarlata
o La ciudad sobre siete colinas: Roma
Concluyendo
(Leer Apocalipsis 17: 1-9)
Introducción
Primeramente, para entender el misterio de BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS
RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA, hay que remontarse a poco
después del Diluvio Universal, y lo que empezó a ocurrir en la tierra de Sinar, Mesopotamia, y
concretamente, en Babilonia.
La religión ritual es el esfuerzo humano, inspirado por Satanás, para pretender llegar a Dios. La
religión ritual es el engaño del maligno con el cual el hombre pretende congraciarse con un Ser
superior.
Poco después del Diluvio Universal, después de que el hombre empezara de nuevo a
multiplicarse sobre la tierra, paulatinamente fue alejándose de Dios de nuevo.
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Satanás, conoce a la perfección la profecía bíblica. Sabía que un día Dios tomaría forma de
carne, y que nacería de una virgen en esta tierra.
Porque Jesús vino a buscar y a salvar a la humanidad de la perdición eterna y el infierno,
creado éste para Satanás y sus demonios, el diablo odia a Jesús, y se ha determinado destruir
la obra de Dios, el Evangelio de salvación. Por esto, astutamente estableció su propio “cristo”,
“otro evangelio”, y “otro espíritu” para confundir y engañar a la humanidad. Por lo tanto, esto
último no es nuevo, sino casi tan viejo como lo es el pecado en este mundo.
“Mapa de la ubicación de Babilonia en Mesopotamia”
El enemigo de nuestras almas decidió desarrollar un sistema religioso oculto que controlaría el
mundo; un sistema en el que la gente podría creer; matar por él, y morir por él. La Biblia lo
llama: “BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS
ABOMINACIONES DE LA TIERRA” (Ap. 17:5)
“Otro cristo”
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“La nefanda Inquisición: fruto ineludible de BABILONIA LA GRANDE”
1. La Gran Ramera, bajo el sello de BABILONIA LA GRANDE
Es evidente que el hombre es en esencia un ser espiritual. La Biblia dice:
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de
vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2: 7).
También dice que “puso eternidad en el corazón de ellos (de los hombres)” (Eclesiastés 3: 11).
El hombre, por naturaleza, busca en lo espiritual, lo externo a él. Satanás se ha aprovechado
de esto, y desde el tiempo de la construcción de la torre de Babel (Gen. 11), después del
Diluvio, ha estado enseñando al hombre cómo “llegar” a Dios a través de las diferentes
religiones.
Pero el hombre ¡no puede llegar a Dios porque es un ser caído! La gran diferencia es; no que
el hombre puede llegar a Dios, sino que Dios llega al hombre en la persona de Jesucristo. Este
es el mensaje del Evangelio. El verdadero cristiano entiende que sólo así puede reconciliarse
con su Creador.
Ya desde Génesis capítulo 11, el hombre sin Dios intenta llegar a Dios inventando toda una
serie de mandamientos y liturgias.
La primera ciudad construida después del Diluvio fue Babilonia. Allí Satanás empezó a levantar
su centro de operaciones. Ese nombre, Babilonia, iba a definir ese sistema de confusión y
maldad espiritual que ha existido y dominado a lo largo de la historia de la humanidad sin Dios.
Cuando Juan fue inspirado a escribir su libro, la antigua Babilonia, como ciudad, ya hacía
mucho tiempo que había dejado de existir. Ni casi ruinas había. Para más información leer
Isaías 13: 19-22; Jeremías 51: 62. La ciudad fue destruida, pero la religión de la ciudad ¡no!
La culminación de ese proceso de suma impiedad, iba a ser el levantamiento de la Gran
Ramera (Ap. 17: 3), la falsa iglesia que se atribuye el serlo de Cristo…y es que, no hay peor
engaño que el que se parece a la verdad.
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“El representante actual de la Gran Ramera, la organización llamada iglesia de Roma”
“La religiosidad es un concepto intrínseco en la humanidad. Es la perversión del sentido
espiritual de acercarse a Dios, y está en todas las culturas y razas del planeta”
Definitivamente estamos hablando en primera instancia de la llamada iglesia católica y romana,
cuya sede está en Roma (Ap. 17: 18)
“Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena
de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos” (Apocalipsis 17: 3)
Nótese que esa Gran Ramera lleva en su frente el siguiente nombre:
“BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE
LA TIERRA” (Ap. 17:5)
Por tanto, la Gran Ramera, está sujeta al sistema babilónico, llamado “BABILONIA LA
GRANDE”, que es la suma de todas las falsas religiones (rameras) y de todas las
abominaciones de la historia del hombre. Al estar ese nombre justo en la frente de esa mujer,
significa que ésta es dominada y controlada por BABILONIA LA GRANDE.
Es la suma; el producto final de ese engendro llamado BABILONIA LA GRANDE. Decimos
también, que la última expresión de la Gran Ramera, será el engendro que ya se está
gestando, fruto de la apostasía (ver 2 Ts. 2: 3), y que encabezará el Falso Profeta (Ap. 13:
11ss), aunque sólo durará tres años y medio.
2. Echando un ojo a la historia
Ahora bien, ¿Qué relación existe entonces entre aquella Babilonia, y el relato del Apocalipsis
de Juan? ¿Por qué la Biblia nos recuerda a la Babilonia antigua, cuna de la religión apóstata?
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Para dar respuesta a este misterio, deberemos volver la vista atrás, a partir del tiempo de la
incipiente Babilonia, y ver que se gestó allí.
Después del Diluvio, dice la Biblia que “tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas
mismas palabras” (Génesis 11: 1). Emigraron del oriente y fueron todos a otro lugar. Dice así el
relato bíblico:
“Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se
establecieron allí” (Génesis 11: 2).
Fue en esa tierra, Sinar, donde la ciudad de Babilonia fue construida. Esa tierra se llegó a
conocer más adelante como Babilonia y Mesopotamia. Los ríos Tigris y Eufrates habían
almacenado ricos depósitos de tierra que podían producir grano en abundancia.
La desventaja es que estaba poblada de fieros animales salvajes que mataban a muchos.
Aquellas gentes pedían que surgiera alguien que les librara del mal. Así que, en un momento
dado, entró en escena un formidable cazador: Nimrod, después del Diluvio, el primer prototipo
del Anticristo.
“Del linaje de Cam: Nimrod”
Nimrod, Semiramis y Tammuz
Su nombre era Nimrod. La Biblia nos dice:
“Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso
cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de
Jehová” (Génesis 10: 8, 9).
Este “poderoso” cazador cautivó las mentes de aquellas gentes. Según “La Historia antigua a la
luz de la Biblia”, p. 54, “Nimrod era tan poderoso y era tan grande la impresión que causó en la
mente de los hombres, que el oriente está lleno actualmente de tradiciones de sus
extraordinarias proezas”.
Nimrod estaba lleno de demonios que le proporcionaron muchas habilidades, y era un hábil
estratega. Organizó la protección de las ciudades a base de murallas, y así fue estableciendo
su propio reino.
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Entendamos que justo después del Diluvio, habiendo muerto casi la totalidad de la humanidad,
aquella humanidad extremadamente impía (ver Génesis 6: 1-7), todas aquellas miles de hordas
de demonios que habitaban en aquellos hombres quedaron a la espera de volver a invadir
nuevos cuerpos. Por lo tanto cuando los hombres empezaron de nuevo a multiplicarse sobre la
tierra de Sinar, la maldad volvió a tomar lugar de nuevo.
El exponente máximo de esa maldad en ese momento lo protagonizó Nimrod.
La Biblia certifica estas palabras: “Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en
la tierra de Sinar” (Génesis 10: 10). Este fue el primer reino que hubo después del Diluvio.
Nimrod no fue un hombre en nada temeroso de Dios. La palabra que emplea la Biblia en el
hebreo original para “poderoso”, se traduce realmente por “tirano”; así como la misma palabra
Nimrod significa rebeldía.
Nimrod enseñó a las gentes a rebelarse contra Dios. Cuando la Biblia dice de Nimrod: “Este fue
vigoroso cazador delante de Jehová” (Génesis 10: 9), este “delante de”, en realidad habría de
traducirlo mejor por: contra, es decir: “contra Jehová”.
“Pagana y abominable adoración a Nimrod”
Nimrod, seguro de su poder sobre todos, levantó, satánicamente inspirado, un nuevo culto
religioso. Fue un rey-sacerdote, levantando idolatría, cometiendo abusos y atrocidades de la
peor clase. El inició todo el culto idolátrico del Oriente.
Satanás le usó como quiso, ya que al rebelarse contra Dios, se puso enteramente en las
manos del enemigo de nuestras almas. Bajo Nimrod, la astrología se desarrolló y se sentaron
las bases para la magia negra y blanca. El desarrolló el culto a Moloc, tan difundido entre los
cananitas y desgraciadamente, entre Israel en un tiempo.
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Finalmente, Nimrod murióasesinado, y el pueblo lo lloró. Pero su culto religioso que había
iniciado, la religión babilónica, prosiguió. Su mujer, Semiramis (o Istar, Astarté), fue la gran
sacerdotisa en tiempos de Nimrod y después de él. Esta dijo que Nimrod era el “dios-Sol”, o
Baal (Señor).
Semiramis era una bruja, físicamente bella y poderosa, completamente rendida a Satanás, el
cual la usó para sus fines de destrucción de la humanidad. Más tarde, quedó embarazada,
aunque decía que era virgen; y dio a luz un hijo ilegítimo, le llamó Tammuz, y declaró que ese
hijo era en realidad el mismo Nimrod renacido.
El Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages, escribe:
“Según antiguos escritos, Semíramis fue la esposa de Nemrod. Llegó a ser la sumo sacerdotisa
de la religión babilónica, y fue llamada la Reina del Cielo. Conforme a la antigua leyenda,
Nimrod murió, y vino a ser el dios sol. Su mujer Semíramis fue impregnada por un rayo del sol,
y dio a luz a Tammuz (un falso nacimiento virginal). Más tarde Tammuz fue muerto por un
jabalí. No obstante, después del clamor de Semíramis por 40 días, Tammuz vuelve a la vida, lo
cual es una falsificación de la resurrección. De hecho, este fue el origen del falso sistema
religioso que envuelve la adoración a la madre y al hijo. De hecho, durante la cautividad de
Babilonia, en Jeremías vemos que esa fue la adoración de Israel, la abocada a Semiramis
como “Reina del Cielo” (Jer. 7; 18, 19; 44: 15-30). En el templo de Jerusalén, adoraban a
Tammuz, el hijo de Semiramis (Ez. 8: 14, 15) Esa diabólica adoración se extendió a lo largo del
mundo”
Acordémonos que la Palabra nos habla de Tamuz en Ezequiel:
“Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres
que estaban allí sentadas endechando a Tamuz. (Ezequiel 8: 14)
No contenta con ser suma sacerdotisa, Semiramis, se proclamó a sí misma diosa y demandó
que se le sacrificaran niños. Semiramis capitalizó la rebelión del hombre contra las leyes de
Dios sobre el matrimonio.
Promovió el celibato, una cubierta religiosa para luego cometer adulterio, fornicación,
homosexualidad, sodomía y lesbianismo. Este celibato, supuestamente separaba a los
sacerdotes y los hacía “santos”; les hacía como superiores al resto de los hombres y mujeres
que contraían matrimonio y tenían hijos.
“La versión egipcia de Semiramis”
Semiramis, la reina-madre, por inspiración satánica, conocía la profecía de que de una mujer
nacería el Mesías (ver Génesis 3: 15). Semiramis decía ser el “espíritu de Dios” encarnado en
una madre humana. Su símbolo era la luna. De esta “madre-virgen” pronto aparecieron por
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todas partes estatuas de ella cargando al pequeño “dios-sol”; el cual decía que era el
“salvador”.
Escribe el Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages:
“En Egipto, Semiramis fue llamada Isis y su hijo es Osiris. En Asiria fue Istar y Bacus. En Asia
fue Cibeles y Deoius. En la antigua Grecia fue Afrodita y Eros, y en la antigua Roma, fue Venus
y Cupido. Los nombres y lugares de la adoración de la madre y el hijo varían de un país a otro
a lo largo de los tiempos”
El catolicismo romano ha sido desde su existencia el instrumento por excelencia del diablo para
colocar y recolocar el culto a la “virgen y el niño”. Existen 2.800 versiones de la “virgen María”
por todo el mundo.
Estas visiones y apariciones han ocurrido en el contexto de las religiones paganas y en el
catolicismo romano. Lourdes, Pilar, Fátima, Lanka, Guadalupe, Medjugorke, etc. etc. Para los
chinos era Shingmoo; los bárbaros germanos tenían a Hertha. Los escandinavos la llamaban
Disa; los celtas, Virgo Paritura; en la India, Indrani, Devaki (y el niño Krishna); en el Japón,
Amaterasu o Akita. Para los aztecas, Xochiquetzal; para los chibchas, Bachue; para los
muiscas, Hiutaca.
“La versión egipcia de la madre y el niño”
“Virgo paritura”
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“Amaterasu”
“Xochiquetzal amantando a su hijo”
El 25 de agosto de 1997, la revista Newsweek informó que en los últimos cuatro años el jefe
del Vaticano recibió 4.340.429 peticiones firmadas animándole a que declarara
dogmáticamente que María es la “co-redentora” juntamente con Cristo.
Cuando el hiper-hiper mariano Juan Pablo II visitó Cuba en 1998, coronó la imagen de la
“virgen de la Merced”, declarándola la Reina de Cuba. Esta imagen idolátrica es exactamente
la misma que usan los devotos del culto satánico conocido como Santería.
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“Karol Wojtyla con ridículo atuendo, parece que jugando a las muñequitas, pero no es así, sino
que lo que está haciendo, obedece a algo realmente siniestro. Está dando adoración a un
muñeco que representa la que llaman “virgen de la Merced”, también icono de la brujería
cubana llamada santería”
La “diosa” Semiramis reclamaba que su hijo fue concebido de una forma sobrenatural, y que él
era la simiente prometida, el “salvador del mundo”. Al tiempo reclamaba la misma adoración,
no sólo para el hijo, sino para ella como su madre.
Las historias de Nimrod, Semiramis y Tammuz circularon por todo el mundo. Ese culto se hizo
popular y empezó la mitología. Según la cultura, se adoptaron diferentes nombres, y llegaron a
ser la “sagrada familia”.
Semiramis llegó a ser conocida como la “Reina del cielo”. Satanás utilizó a sus demonios para
que produjeran “apariciones” por todo el mundo de esa “virgen-madre”, las cuales llamaron y
llaman, “milagros”.
Cronología mariana
Aquí van algunas fechas históricas que tienen que ver con el culto mariano romano:
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El “ora pro nobis” no aparece hasta la fecha del año 600.
La procesión del “Santo Sacramento” y el “Ave María”, en el año 1011.
La “Salve Regina” aparece en el 1237.
La invención del “escapulario” es debida al carmelita Stock en el año 1251.
El “rosario” en el año 1470.
La fiesta de la “concepción” en el 1475.
El dogma de la Inmaculada Concepción por el papa Pío IX en 1854.
El dogma de la “Asunción de la Virgen” en el año 1950.
Como puede apreciarse en esta lista, contemplando el amplio espectro temporal, partiendo de
la baja Edad Media, el engaño y la oscuridad espiritual fue en aumento progresivo hasta
nuestros días. Roma ha venido a hacer de María una diosa. Esa es la triste realidad.
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“El “Ave María” es el punto central del “Rosario”, y fue inventado en una fecha tan tardía como
la del año 600 de nuestra era. La segunda parte de esa perversión, es una petición en la que el
orante requiere la mediación de María como “madre de Dios”, especificando "...ahora y en la
hora de nuestra muerte". Por lo tanto se hace de María, mediadora, usurpándole ese ministerio
a Jesús; no en vano ignorantemente la llaman: la “reina del cielo”
“El rosario con la explicación de su pagano e inútil procedimiento de uso de vanas repeticiones”
Francisco Lacueva, escribe en su “Curso de Formación Teológica Evangélica, (tomo
VIII)”: “No estará de más advertir que la definición dogmática de la maternidad divina de María
tuvo lugar en Efeso, seguida de una procesión de antorchas, un siglo después que los gentiles
hubieron entrado masivamente (oficialmente) en la Iglesia. ¿No verían los efesios en este título
una base para un culto sucedáneo del de Diana (Hechos 19: 34)? Comparando el título “Reina
del Cielo”, de antigua tradición mariana, que se da a María en la Letanía lauretana, con los
himnos romanos a Vesta, y el mismo título “Reina del Cielo”, dado a Astarté en Jeremías 44:
17-19, 25, no será difícil establecer una conexión de raíz humanística entre el culto pagano a
las deidades femeninas y ciertas exuberancias de culto a María”.
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Quien piense que Satanás no tiene la habilidad para causar este engaño, se equivoca (ver
Apocalipsis 13: 15; 16: 13, 14; 1 Juan 5: 19b). Satanás usa esos trucos para engañar a
muchos. A muchos ha engañado ya, y sigue haciéndolo. Todos ellos, son personas que no
buscan al verdadero Dios, sino que eclécticamente, buscan lo que les conviene, por eso son
fácilmente engañados.
Volviendo a Babilonia, decir que la mayoría de la idolatría babilónica era reflejada a través de
símbolos, por eso era una religión de misterio. El becerro de oro era un símbolo de Tammuz, el
“hijo”. El sol era el símbolo de Baal o de Nimrod, y el fuego era su representación.
“El famoso becerro de oro, falsa y osadamente comparándose con el santo Cordero de Dios”
“El falso y pagano vicario de Cristo, vestido con ropas imperiales, que nada, nada, nada,
absolutamente nada de nada, tiene que ver con nuestro Señor Jesús”
La cremación de inciensos y el encendido de cirios o su equivalente, era práctica común de la
religión de Babilonia.
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“Presuntos “líderes” evangélicos quemando velas en un encuentro del D12 (G12); ¿cómo es
eso posible?”
“El escapulario; un fetiche en el que muchos ponen su fe y confianza llegando a creer que es
algo cristiano, cuando no es más que ocultismo y culto al diablo”
Después de Babel
Una vez los hombres fueron dispersados por toda la tierra a raíz del suceso de la torre de
Babel (Génesis 11), sus cultos idolátricos fueron con ellos a todas partes. ¡En todas las
religiones de la tierra se encuentran evidencias del culto babilónico! Babilonia fue la madre, o la
precursora de todas las falsas religiones que se desparramaron por toda la tierra. El mismo
Herodoto en su “Historia”, cuenta que la idolatría se originó en el área de Babilonia.
Escribe el Pastor David L. Brown, Ph.D. de Logos Resource Pages:
“El propósito de la existencia de la ciudad de Babel, fue el centralizar el poder en un solo reino.
Fue el empecinado esfuerzo de la unidad humanista para un Gobierno Mundial (Gn. 11: 4-6)
cuando Dios estaba dando orden a la raza humana a que se extendiera por toda la tierra (Gn.
9: 1). Pero hay más; Babel y su torre, es la madre de todas las falsas religiones. La torre fue
levantada para la práctica de la astrología y para adorar el sol”
14
La religión de Nimrod y Semiramis se extendió por doquier y también llegó a Egipto. Pronto el
culto al sol se convirtió en la religión del imperio. Allí, los dioses de Babilonia recibieron
nombres egipcios.
Además, los sacerdotes egipcios practicaban la transubstanciación. Afirmaban tener poderes
mágicos que les permitían convertir a su gran dios sol, Osiris, en una hostia de pan, ¿a qué nos
recuerda esto? Exactamente al ritual católico.
En su rito religioso, los fieles se comían a su dios para nutrir sus almas, al igual que los fieles
católicos que creen que ese acto es cristiano, cuando no es sino absolutamente abominable
ante Dios.
El nombre de la trinidad egipcia era: Isis, Horus y Seb. Ahora observe bien las iniciales de esos
nombres: IHS, ¿a qué nos recuerda esto también? Es el símbolo por excelencia de los jesuitas.
“IHS, símbolo jesuita, aparentemente monograma de Jesucristo, pero en realidad son las
iniciales de Isis, Horus y Seb, la triada Osiríaca”
“La triada Osiríaca: Isis, Horus, Seb”
15
“Ignacio de Loyola y el símbolo jesuita: Isis, Horus, Seb”
“Karol Wojtyla llevando la hostia de pan consagrado, afirmando el dogma católico ser el mismo
Jesucristo, ¡qué necedad! Fíjense en el perímetro dorado y esos rayos, que representan al
mismo sol: es el Osiris católico”
16
“El Faraón, considerado un dios, era transportado de la misma manera y el mismo atuendo que
es transportado el jefe del Vaticano, que dice ser Dios en la tierra”
El plan de Dios; Israel
El Diluvio Universal ocurrió hace aproximadamente 4.400 años. Seiscientos años más tarde – o
sea 2.000 años antes de Cristo, Dios levantó a Abraham.
Mientras tanto, el Señor rey del Cielo y de la Tierra no estaba quieto. Habiendo levantado a
Abraham, hizo de su descendencia una nación, Israel, que habiendo sido esclava en Egipto
durante 400 años, iba a ser luz a las naciones, y de ella nacería el Mesías de todos, Cristo
Jesús.
A Israel, Dios le levantó un líder, Moisés, para sacarlos de la esclavitud de Egipto que simboliza
el mundo sin Dios. Dios iba a salvar a toda una nación y establecerla en una tierra donde
Satanás había campado por sus respetos durante siglos, Canaán.
Mientras tanto, Israel, aún en Egipto, esperaba el momento de partir hacia la Tierra Prometida.
Cuando el Faraón rehusó soltar a los israelitas, Dios mandó diversas plagas a Egipto. Realizó
muchos milagros que mostraron a todos que el Dios de Israel es el verdadero Dios.
“El pueblo de Israel sufrió a manos de los egipcios durante su periodo de esclavitud, que
representa el mundo”
Les dio Leyes, los Diez Mandamientos. Uno de ellos, el segundo, prohibía a Israel el levantarse
imagen alguna para venerarla u honrarla. Satanás siempre ha utilizado cada imagen para robar
la adoración que le pertenece a Dios de los que se han postrado ante ellas. Cuando Moisés
murió, los israelitas llevaban cuarenta años en aquel desierto. Luego levantó a Josué, un
hombre amador de Dios, esforzado y valiente, que guió al pueblo a la Tierra Prometida.
Cuando Israel llegó a Canaán, se encontró que la tierra estaba repleta de oscuridad idolátrica y
perversión. Los habitantes de esa tierra estaban profundamente envueltos en ocultismo. La
corrupción satánica de Babilonia se había apoderado de Canaán. Israel llegó un momento en
que se cansó de pelear tal y como el Señor le había mandado, y se empezaron a mezclar con
aquellas gentes y a pervertirse con ellas.
Llegaron muchos a adorar a Baal, el dios-sol, y Dios se airó contra ellos. En el libro de Jueces
encontramos:
”Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot” (Jueces 2: 13).
Astarot era el nombre bajo el cual la diosa era conocida por los cananeos, los antiguos
habitantes de la Tierra Prometida.
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Dios les mandó a Sus profetas, Isaías, Jeremías, Ezequiel, etc. Israel era muy religioso en
público, pero en privado se había rebelado contra Dios (Ezequiel 8: 14; 8: 17).
Aquellos israelitas apóstatas odiaban a los profetas de Dios porque les predicaban el
arrepentimiento. Seguían cumpliendo con los preceptos de Dios, haciendo los sacrificios diarios
de acuerdo a la Ley de Moisés, pero sus corazones estaban lejos de Dios.
Después de Malaquías, y una vez acabado el periodo intertestamentario, empezó a predicar
Juan el Bautista anunciando la venida del Mesías. Empezaba a gestarse el Nuevo Pacto o
Nuevo Testamento.
Mientras tanto, ya hacía años que el Imperio Romano, heredero del griego, era una realidad.
Como paganos que eran, asimilaron en su sistema religioso toda la parafernalia idolátrica de
las tierras que conquistaban. La religión de la Roma antigua no era más que la idolatría
babilónica que se desarrolló de varias formas y bajo diferentes nombres en las naciones a las
que Roma llegó y conquistó. El conquistador, conquistado.
Por otra parte, esta sería sucesivamente su estrategia de conquista, dentro de lo que se llamó
la “pax romana”. Los romanos paganos tenían muchos dioses y toleraban una amplia gama de
creencias, mientras se respetara ese sincretismo acordado. El problema vino cuando los
verdaderos cristianos se negaron a seguir ese mismo juego, declarando que sólo Jesucristo es
el Rey. Esa declaración atentaba directamente contra la “pax romana”, no era “pluralista” ni
“tolerante” con los demás, y por ende, atentaba directamente contra el César.
“A causa de su fe, los cristianos de esa época enfrentaban la muerte segura al oponerse a dar
culto al César”
Cristo Jesús y la era apostólica
El Fundador de la verdadera Iglesia, Cristo Jesús, a la sazón vivía, ministraba, moría y
resucitaba de entre los muertos. ¡El sí era (y es) el verdadero Hijo del verdadero Dios!
Ascendido a los cielos, fue enviado el Espíritu Santo, y la Iglesia del Nuevo Testamento fue
establecida en la tierra. Ese fue un tiempo de gloria, sólo hay que leer el Libro de los Hechos
de los Apóstoles para entender ese tiempo de unción, poder, y bendición que Dios dio a todos
aquellos que creían y que eran muchos millares.
El verdadero cristianismo en aquellos días, lleno del Espíritu Santo, barría la idolatría y la
mentira religiosa del espíritu babilónico. Dice el libro de Hechos 19: 18-20
“Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron
delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de
plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor”.
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Dios se movía poderosamente porque los hombres y las mujeres se arrepentían de sus
pecados y se entregaban al Señor Jesús de todo corazón. Decían asustados algunos que se
oponían al Evangelio: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hechos
17: 6).
El clero y el laicado
Pero cuando hubieron pasado relativamente pocos años, comenzaron a proclamarse algunos
hombres como señores sobre el pueblo de Dios, constituyéndose como clase aparte, superior,
clerical, por encima de los demás, el laicado.
El orgullo espiritual era la nota a destacar entre aquellos “santos especiales”. Tomando el lugar
del Espíritu Santo, en vez de predicar con el amor de Cristo a las almas, las conquistaban con
la imposición dogmática y visceral, sin remordimientos.
Empezaron a sustituir la verdad por sus propias conclusiones doctrinales y métodos. Por su
ansia de poder, empezaron a hacer intentos de congraciar el paganismo con el cristianismo. Ya
Pablo habló de estas gentes, de estos impostores de la fe:
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre: Porque yo
sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no
perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas
perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20: 28-30)
Pablo sabía que el “misterio de iniquidad estaba en marcha”:
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2: 7).
Pablo sabía que había de venir una apostasía auténtica y perversa:
“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de
mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse...” (1 Timoteo 4: 1, 2).
Y, “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de
oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la
verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4).
Esto empezó a ocurrir cuando el paganismo babilónico tomó tintes de cristianismo, y empezó a
desbancar al verdadero cristianismo de toda visibilidad, por medios opresores diversos.
Cuando Judas allá por el año 70 o 75 después de Cristo, escribió su única Epístola universal, le
fue necesario amonestar al pueblo creyente:
“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me
ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido
una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que
desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten
en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor
Jesucristo” (Judas 3, 4).
Sólo hay que ver la vida de la inmensa mayoría de los papas adúlteros y fornicarios cuando
Judas advierte de esos hombres que “convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios”. ¡Qué
contraste con aquellos fieles a Cristo que por no quemar un poco de incienso al César eran
llevados a las fieras!
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Aquellos fieles no reconocían al César de Roma como Sumo Pontífice, e iban a la muerte sin
rechistar; y sin embargo, el Sumo Pontífice Católico Romano espera y reclama de sus fieles
que crean esta declaración, nada menos:
“Ocupamos en la tierra el lugar de Dios Todopoderoso” como dijo el papa León XIII (The
Great Encyclical Letters of Pope Leo XIII, p. 304, by Benziger Brothers, N.Y. Nilil Obstat, 1903).
O como saludaron a Pío IX después de declarar el dogma de la infabilidad: “el Papa es Cristo
en oficio, Cristo en jurisdicción y poder...nos postramos ante tu voz, oh, Pío, como la voz de
Cristo, el Dios de la verdad. Al afianzarnos en ti, nos afianzamos en Cristo”.
“León XIII”
“Pío IX”
Dijo el profeta Jeremías: “Maldito el varón que confía (o pone su confianza) en el hombre”
Los papas son simples hombres que se hacen pasar por Dios y que reciben títulos blasfemos
como: “Su Santidad” (entendiendo que la santidad de ellos viene de ellos mismos); “Santo
Padre” (robando el título de Dios Padre); “Sumo Pontífice” (robando el título y ministerio de
Cristo Jesús, Único Pontífice o Puente entre Dios y los hombres: “Porque hay un solo Dios, y
un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en
rescate por todos...” (1 Timoteo 2; 5, 6).
3. Nerón y Constantino; la falsa Iglesia de Cristo
Hay una pregunta que deberíamos hacernos, ¿Por qué era perseguido el cristianismo, y dos
siglos más tarde, dejó de serlo? ¿Qué ocurrió? Los primeros cristianos fueron perseguidos
porque su fe era auténtica y Satanás se les oponía; cuando el cristianismo se hizo “oficial” dejó
de ser un problema para el diablo. ¿Cómo ocurrió eso?
Mientras Cristo edificaba su Iglesia para llevarse a los suyos al cielo, Satanás preparaba una
iglesia falsa para llevarse a sus seguidores al infierno.
Hacia el año 60 d.C., el emperador Nerón estaba asustado al ver que muchísimos de sus
súbditos dejaban de adorarle como era costumbre en el imperio. Si esa costumbre prevalecía,
pronto los césares iban a quedarse sin súbditos. Así que, empezó a perseguir a los cristianos,
pero cuanto más los perseguía, más crecían en número y en fe.
Los cristianos de aquella época, sabiéndose perseguidos por su creencia, cuando se
encontraban con otro creyente pero dudaban que lo fuera, citaban una porción de las
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Escrituras de memoria, si la otra persona era también cristiana, completaría el pasaje. Al hacer
esto, conseguían que muchos espías de Nerón, al tener que estudiar las Escrituras, acabaran
convirtiéndose a Cristo.
Sagazmente, los esbirros del emperador, en vez de las Escrituras, iniciaron la costumbre de
usar “símbolos cristianos” como el pez, el pan, el ancla, etc.
“El pez, el ancla; símbolos de la cristiandad”
“La versión babilónica y falsa del cristianismo”
Los métodos de Nerón para perseguir a los cristianos llegaron a ser muy sofisticados. Organizó
iglesias falsas.
Bajo sus órdenes, sus espías, que fingían ser cristianos, prendieron fuego a Roma. Esto fue
hecho para justificar la persecución y masacre de los creyentes. Incluso se sabe que Nerón
condenó a sus propios espías como si fueran cristianos verdaderos.
Cuando Constantino, después de más de 200 años, los césares anteriores no habían logrado
destruir el cristianismo verdadero. Todos sus esfuerzos eran en vano ya que impulsaban a los
cristianos a profundizar en la oración y en el conocimiento de la Palabra y se fortalecían cada
vez más.
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Se acercaba el día en el que Satanás iba a dar al mundo su propia versión de la iglesia
cristiana. El paganismo iba a recibir una nueva cara. El hombre que el Enemigo utilizó, fue el
mismo emperador. En el tiempo de ese hombre, el cristianismo estaba extendiéndose por
todas partes y realmente amenazaba no sólo el paganismo, sino el propio trono del césar. Por
lo tanto, el emperador Constantino siguió el mismo patrón que Nerón de levantar iglesias
falsas, sin embargo, los cristianos estaban preparados, y reconocían a los falsos cristianos que
no conocían ni respetaban las Escrituras.
Para aprovecharse de esa ola de crecimiento del cristianismo y dar credibilidad a sus iglesias
falsas, Constantino mintió al mundo y a todos. Dijo que se había convertido en cristiano aunque
nunca permitió que le bautizaran. La realidad es que ese emperador adoró al dios-sol (Baal)
hasta su muerte. Le bautizaron después de expirar, en su lecho de muerte.
Con el tiempo, esas iglesias falsas levantadas por Nerón con su concepto pagano del
cristianismo se convirtieron en el Catolicismo Romano. En realidad Constantino fue el primer
papa, porque ostentó el poder espiritual y el poder temporal. Proclamó un edicto de tolerancia
para hacer salir a los creyentes de sus escondites; pero sólo los que aceptaban su clase de
“cristianismo”, puro catolicismo-romano, tenían verdadera protección.
Con ese tipo de cristianismo-paganismo, la observancia de las Escrituras se fue dejando de
lado para empezar una liturgia de corte pagano. Los cristianos verdaderos sabían que
Constantino era un anticristo, y se ocultaron mientras el catolicismo romano barría Europa.
La “conversión” de Constantino
La historia de la “conversión” de Constantino fue así: En el año 312 d.C., el ejército de
Constantino peleaba contra su enemigo, el general Magencio el cual, al igual que Constantino,
aspiraba al trono de Roma. Durante esa batalla dice el que luego fuera emperador, que vio una
señal en el cielo, una cruz, y las palabras “por este signo vencerás”.
“La supuesta cruz volante que vio Constantino al ir contra Magencio”
¿Será que Dios veía que ese hombre, adorador del sol, luchaba por una causa justa cuando lo
hacía por su propio egoísmo megalómano? ¡No!, ese mensaje no podía ser de Dios. Allí
también se cumplió las palabras del apóstol Pablo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán
la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2
Timoteo 4:3).
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Como resultado de esa batalla, Constantino, dijo que se había convertido al cristianismo. Su
tarea, no obstante, fue fundir el paganismo con el cristianismo creando un híbrido: El
catolicismo romano.
La madre de Constantino, Elena, aceptó el cristianismo babilónico y rezaba a la virgen María
(acordémonos de Semiramis, la reina del cielo). Esa mujer, rogaba a su hijo a que entregara
su corazón al “Dios verdadero”, mientras tanto, se había exiliado a Jerusalén por miedo a las
represalias de su hijo.
Ella sabía que Constantino aún adoraba al dios-sol, y había estado ordenando la muerte de los
verdaderos creyentes en Cristo que se escondían en las montañas para proteger las
Escrituras. Constantino era un anticristo,totalmente controlado por espíritus seductores, al igual
que todos los papas que le siguieron: “El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios...” (1 Timoteo 4: 1).
Se dieron órdenes imperiales por toda Roma para que cesaran las persecuciones; la táctica iba
a cambiar. Satanás iba a adoptar la técnica de la sutilidad. ¡No puedes contra tu enemigo, pues
únete a él!
De manera oficial, a partir de Constantino (m. 337 d.C.), el catolicismo romano rugió por
doquier, a la luz del día, ya nada le paró. Satanás siempre ha estado muy contento con su obra
maestra, porque ha engañado a muchos miles de millones de hombres y mujeres con esa
religión, gente que ha creído que esa era la iglesia verdadera.
Démonos cuenta que, al contrario que con el cristianismo bíblico, el “cristianismo” de Roma
nunca jamás tuvo contratiempo alguno a lo largo de la historia. Al contrario, ha mantenido su
hegemonía sobre naciones, reyes, emperadores, sin problemas. Incluso hoy en día, como ya
apuntamos, el papa es la persona más valorada de este mundo. El catolicismo romano es un
sincretismo formado por diversas creencias, sería una mezcla de judaísmo, paganismo,
filosofía platónica, aristotélica, etc., idolatría, y suficiente cristianismo aparente para que
parezca respetable.
Sin lugar a dudas el catolicismo romano es la última expresión de engaño religioso de
BABILONIA LA GRANDE.
“El último exponente de la jefatura romana:
Ratzinger”
“El obelisco está presente desde
Babilonia hasta Roma”
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La falsa unidad
Lamentablemente, por el hecho de que una muy gran mayoría de ministros y santos en general
hoy en día no se están dando cuenta, el diablo ahora mismo está repitiendo su vieja
estratagema. Se llama: “la unidad de todos los cristianos”; y levanta la bandera del amor
verdadero, de la tolerancia, y de la “unidad dentro de la diversidad” (poniendo la doctrina a un
lado), entre otros.
Esto está encandilando a muchos ingenuos hijos de Dios, que ya creen a pie juntillas que la
Iglesia va a conquistar las naciones “para Cristo”, y que por tanto, ya viene ese avivamiento
mundial tantas veces “profetizado” por una inmensa cantidad de falsos profetas y profetisas a
lo largo de estos últimos años. Es la estrategia del Vaticano para llevar a todos a consolidar la
“única iglesia”, la cual ni por asomo es la Iglesia de Jesucristo.
Muchos sin darse cuenta, están cambiando de espíritu, saliendo de la verdadera cobertura del
Espíritu Santo, a la falsa del espíritu demoníaco disfrazado de santidad por creer herejía,
siendo guiados por hombres, sus coberturas, y también cuando es el caso, por doctrina de
demonios.
Esa nueva iglesia es un sincretismo más audaz todavía que el anterior católico romano, porque
constituye un paso más hacia adelante. Es una mezcla entre lo católico, lo “evangélico”y lo
esotérico, y una gran mayoría no se está dando cuenta. Sólo aquellos que permanezcan fieles
a la sana doctrina de nuestro Señor y a su Espíritu, podrán escapar de ese engaño mortal.
El frente para formar esa súper mega iglesia del Falso Profeta es amplísimo. Al igual que con la
Roma pagana, la Roma religiosa actual también es “tolerante” (y eso es sólo una estratagema)
con las demás religiones, y hasta permite que sus miembros practiquen todas las cosas; desde
yoga hasta vudú, siempre y cuando permanezcan aunque sea de nombre en la iglesia romana.
“Participantes en el foro interreligioso de la juventud, noviembre de 2005, Ginebra, musulmanes
incluidos”
4.BABILONIA - PERGAMO - ROMA
Incluso después de la dispersión de los pueblos por toda la tierra, Babilonia seguía siendo el
centro de la religión babilónica hasta que la ciudad fue tomada por el rey persa Jerjes I en el
año 487 a.C., (Is. 14:12ss).
Los sacerdotes babilónicos fueron forzados a dejar Babilonia, y se trasladaron a la ciudad de
Pérgamo (Asia Menor), donde estuvo ubicado su cuartel general durante varios años. En esa
ciudad, la Biblia dice que se hallaba el trono de Satanás:
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“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice
esto: Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; (Apocalipsis 2: 12,
13a).
Cuando el rey de Pérgamo - Atalo III - que tenía el título de “Papa”, murió en el año 133 a.C.,
dicho rey hizo testamento para que este oficio fuera trasladado a Roma.
Los etruscos que llegaron a Italia desde Lidia (Asia Menor), introdujeron la religión mística
babilónica con sus ritos allí. Lidia estaba ubicada cerca de la ciudad de Pérgamo. Los etruscos,
antecesores de los romanos, pusieron un “Papa” sobre su sacerdocio que tenía poder sobre la
vida y la muerte.
Años más tarde Roma aceptó ese “Papa” como su gobernador civil. El emperador Julio César
fue constituido “Sumo Sacerdote”, soberano de la orden etrusco-babilónica, y de esta manera
fue heredero de los derechos y los títulos que habían sido trasladados a Roma.
Por lo tanto el primer césar romano llegó a ser la cabeza del sacerdocio babilónico. Roma llegó
a ser sucesora de Babilonia, con Pérgamo como el centro religioso para su culto (Ap. 2:12-13).
Este mensaje de Jesús fue revelado al apóstol Juan en la isla de Patmos, alrededor del año 94
d.C. En este tiempo el trono de Satanás todavía estaba en la ciudad de Pérgamo, como
dijimos. Fue al final del siglo IV d.C., que el obispo de la Iglesia en Roma - Dámaso - fue
elegido para obtener el ministerio papal sobre la religión babilónica.
¡He aquí la conexión!: De Babilonia a Roma.
“Maqueta del palacio de Pérgamo”
DÁMASO I (366-384). Este obispo de Roma, que consta como papa en el Libro Oficial de la
iglesia de Roma, fue elegido simultáneamente al tiempo que otro papa, a su vez elegido por su
facción rival, el diácono Ursino.
Se impuso con lucha armada y violenta tres días. Con el respaldo del emperador Teodosio
salió elegido. En el año 380 selló la alianza con un decreto que exigía a todos los súbditos del
imperio que aceptaran “La religión de Pedro”.
Este decreto, y atención a esto, ha sido calificado como “la Escritura Notarial Clásica de la
Iglesia Estatal Católica”. Con ello, Dámaso, crea el concepto de “Sede Apostólica” o “Santa
Sede”, y en esa línea ya se va perfilando la afirmación de la identidad del papa con Pedro.
Escribe Dave Hunt: “Dámaso...fue el primero quien, en el 382, usó la frase “Tú eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, para reclamar la autoridad espiritual suprema. Este papa
sanguinario, adinerado, poderoso y extremadamente corrupto, se rodeó de lujos que habrían
hecho sonrojar a un emperador. No hay forma alguna de poder justificar cualquier conexión
25
entre él y Cristo. Sin embargo, sigue siendo un eslabón en esa cadena de alegada sucesión
ininterrumpida hasta Pedro” (“A Woman Rides the Beast”, p. 108).
“Dámaso I, que fue hecho “santo”
Dámaso, exigía la continencia a los clérigos casados, por ver el sexo como algo pecaminoso. A
partir del año 373 permite el uso del incienso, costumbre traída del paganismo.
Sten Nilsson, profesor de la escuela bíblica “Livets Ord”, de Suecia escribe acerca de ese
hombre:
“El papa Dámaso había sido obispo durante 12 años después de haber sido elegido con una
influencia importante de los monjes de “Monte Carmelo”, que era una institución que pertenecía
a la religión babilónica, que originalmente había sido fundada por los sacerdotes de la reina
Jezabel, la controladora esposa del perverso rey Acab de Israel (1 Reyes 16: 31). De esta
manera en el año 378 el sistema religioso babilónico llegó a ser una parte de la Iglesia de
Roma, porque el obispo de Roma, que más tarde llegó a ser la cabeza de la iglesia organizada,
ya era el sumo sacerdote de la Orden Babilónica. Toda enseñanza pagana de Babilonia y
Roma, fue introducida paulatinamente en la Organización Religiosa Romana. Poco después
de que Dámaso llegara a ser Papa, los ritos babilónicos fueron promovidos. El culto de la
Iglesia Romana llegó a ser babilónico. Y durante su tiempo los templos paganos fueron
embellecidos y sus ritos establecidos”. (Sten Nilsson, Guds sjufaldiga förbund, Livets Ords
bibelcenter, Uppsala 1993).
Así pues, el papa Dámaso era en realidad un satanista declarado. El culto babilónico y el
romano han ido de la mano durante demasiados siglos, llegando a ser una misma cosa.
La iglesia de Roma es la heredera directa del culto babilónico emprendido por Nimrod y
Semiramis (Astoret), llevado al punto más sublime del engaño por mezclarlo directamente con
el mensaje del Evangelio, anulando su poder y bendición, al convertirlo en una simple religión
ritualista.
El cristianismo verdadero fue perseguido a muerte por Satanás a través de los césares
romanos. El cristianismo verdadero fue perseguido a muerte por Satanás a través de los papas
romanos, siglos más tarde (no hay nada nuevo bajo el cielo).
5. La mujer sentada sobre una bestia escarlata
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(Apocalipsis 17: 1, 2) “Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y
habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que
está sentada sobre muchas aguas 2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los
moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”:
Esas siete copas, son las de la ira de Dios descritas en Ap. 16. Será el derramamiento final de
la ira de Dios en su juicio contra este mundo impío durante la Gran Tribulación. El ángel que
lleva una de esas siete copas de juicio le hace saber a Juan acerca de la sentencia contra la
Gran Ramera, es decir, la falsa iglesia que siempre controló y dominó a las gentes, y que
sedujo y fornicó con todos, grandes y pequeños, que no puede ser otra, sino la iglesia que dice
ser la única de Cristo cuya sede está en Roma.
(Ap. 17: 16, 17) “Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la
dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; porque Dios ha
puesto en sus corazones el ejecutar lo que Él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la
bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios”
La sentencia contra la Ramera es de total destrucción, y serán sus propios amantes los que la
destruirán con fuego.
(Ap. 17: 3) “Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia
escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos”:
La Iglesia de Jesucristo es una mujer virgen, es la Desposada de Jesucristo. Pero aquí
tenemos la descripción de otra mujer, pero ramera; llena de nombres de blasfemia, cabalgando
sobre una bestia que en el capítulo 13 de Apocalipsis se nos muestra como el mismo Satanás.
La mujer ramera contra la mujer virgen y pura, que es la verdadera Iglesia.
Una mujer que representa el poder religioso opresor de la humanidad: Roma.
“Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata...”: Estos son los colores de la jerarquía
romana; “... y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas...”:
Esto representa las enormes riquezas que el Vaticano posee.
(17: 4) “...y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su
fornicación”:
Abominaciones y fornicación espiritual. Esto nos habla de todas las transacciones políticas y
económicas con los reyes y emperadores; guerras, muertes de “herejes”, pactos con inicuos,
simonías, adulterios, herejías, engaños, hipocresías, falsedades, doctrinas de demonios, etc.
La historia de Roma está repleta de todo eso.
(17: 5) “y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE
DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”:
Esa mujer que representa a la falsa iglesia de Cristo, lleva en su frente el nombre escrito que
acabamos de leer.
Para el tiempo de Juan era un misterio, ya que la iglesia católica romana como tal, todavía no
existía, pero para nosotros, ya no.
La “santa sede”, el Vaticano – que está en la misma Roma - y lo que representa, es la mujer
“vestida de púrpura y escarlata” que tiene en su mano “un cáliz de oro lleno de abominaciones
y de la inmundicia de su fornicación” y que lleva en su frente “un nombre escrito: BABILONIA
LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”.
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Eso mismo nos lo dice la misma Palabra:
(Ap. 17: 18)“Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra”
Es decir, Roma, que fue así en aquella época, y hasta no hace demasiado históricamente
hablando.
Roma, la cuarta bestia de Daniel (ver Dn. 7: 7), empezó siendo un poder militar que aplastó y
holló a todo el mundo antiguo, poniéndolo bajo sus pies, más que todos los otros imperios que
la precedieron.
Cuando el imperio militar se fue debilitando, a través de un falso cristianismo a partir de
Constantino, Roma emergió de nuevo como una potencia pagano-religiosa y política. La
prolongación del Imperio Romano bajo una piel de cordero para combatir a la verdadera Iglesia
de Cristo.
¿Qué han sido los papas sino grandes déspotas que a lo largo de todos los tiempos han
impuesto sobre grandes y pequeños, ricos y pobres, su pesado yugo opresor y su sinrazón? y,
¡todo en el nombre de Cristo, a quien dicen representar en la tierra!
Así que, BABILONIA LA GRANDE es la suma de todo el espíritu y obra babilónicos, y eso
también es la “santa madre iglesia”, la romana, con sus papas al frente.
(17: 6) “Vi a la mujer ebria de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé
asombrado con gran asombro”:
La Roma religiosa ha matado más cristianos que su predecesora, la Roma de los césares. Por
eso se quedó Juan asombrado: ¡”cristianos” matando a cristianos en el nombre de Jesús!
Esta es la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús,
todos los que asesinó vilmente, porque lo hizo en el nombre de Cristo, a través de la nefanda
Inquisición.
"Entre el bando de los perseguidos y el de los perseguidores, la verdadera Iglesia siempre ha
estado del lado de los perseguidos" (Antiguo proverbio Valdense)
La Roma religiosa extendió sus poderosos tentáculos del poder temporal por todo el mundo
conocido, y más allá.
La ciudad sobre siete colinas: Roma
“Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los
cuales se sienta la mujer” (Ap.17: 9).
La Roma antigua estaba asentada sobre siete colinas:
Palatino, Capitolino, Quirinal, Celio, Aventino, Esquilino, y Viminal.
Concluyendo
No cabe la menor de las dudas de que la sede de la iglesia romana, todavía sita en el mismo
lugar, después de 1.500 años, pertenece a BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS
RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Conviene ante el Señor que nos libremos de todo lo que tenga que ver con la ramera, porque el
juicio viene contra ella, y contra todos los que la aman.
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Dios les bendiga.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey, Madrid, España.
Noviembre 2008
www.centrorey.org
FIN
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