PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN. 1.FRANCISCO DE GOYA. 2.INTRODUCCIÓN: ROMANTICISMO: DELACROIX; REALISMO: COUBERT. 3.-ARQUITECTURA.HISTORICISMOS. EFIFICIOS DE HIERRO Y CRISTAL. EL MODERNISMO. 4.-IMPRESIONISMO: MONET, RENOIR, DEGAS. LAS ESCULTURAS DE RODIN. 5.-POSTIMPRESIONISMO: CEZANNE, GAUGUIN Y VAN GOGH. 1.FRANCISCO DE GOYA FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES (1746-1828) Años de formación (1746–1774) Francisco Goya Lucientes nació en 1746 en el seno de una familia de mediana posición social de Zaragoza, que ese año se había trasladado al pueblecito de Fuendetodos. Su padre era un artesano de cierto prestigio, maestro dorador, cuyas relaciones laborales sin duda contribuyeron a la formación artística de Francisco. Ingresó en la Academia de Dibujo de Zaragoza, dirigida por José Luzán, hacia 1759, Su aprendizaje con Luzán se prolongaría hasta 1763. Uno de sus primeros encargos fue para la Iglesia de San Juan el Real de Calatayud, Zaragoza, para las cuatro pechinas que sostienen la cúpula del crucero aparecen pintadas, no al fresco, sino al óleo y sobre lienzo, recortado y adaptado a la forma triangular curva del elemento arquitectónico, cuatro retratos de los Padres de la Iglesia: San Agustín y San Ambrosio, obispos; San Jerónimo, cardenal, y San Gregorio, papa. Goya las pintaría a la juvenil edad de 20 años, en 1766, tras formarse en la Academia de Dibujo de Zaragoza y antes de realizar su viaje a Italia. No tuvo suerte en los concursos, no obtuvo premio en el concurso de pintura de tercera categoría convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1763. Tres años más tarde, esta vez en la convocatoria de primera clase, volvió a intentarlo a fin de obtener una beca de formación en Roma, de nuevo sin éxito. Esta decepción pudo motivar su acercamiento al pintor Francisco Bayeu, con cuya familia tenían parentesco los Goya, que había sido llamado a Madrid en 1763 por Mengs para colaborar en la decoración del Palacio Real de Madrid. Es muy probable que el pintor de Fuendetodos se trasladara a la capital de España por estas fechas en busca de protección y nuevo maestro, como indica el hecho de que Goya se presentara en Italia en 1770 como discípulo de Francisco Bayeu. 1 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Viaje a Italia Tras los dos intentos frustrados de obtener apoyo material para llevar a cabo el obligado viaje para estudiar a los maestros italianos in situ, Goya, con sus propios recursos, parte hacia Roma, Venecia, Bolonia y otras ciudades italianas, donde consta su aprendizaje de la obra de Guido Reni, Rubens, El Veronés o Rafael, entre otros grandes pintores. En Parma concursa en una convocatoria pictórica, con tema obligado de género histórico, en la que, si bien no obtuvo el máximo galardón, sí una mención especial del jurado: Aníbal vencedor contempla por primera vez Italia desde los Alpes, 1770. Goya ha asumido con esta obra la estética Neoclásica, recurriendo a la alegoría mitológica en figuras como el minotauro que representa las fuentes del río Po o la Victoria laureada bajando del cielo en el carro de la Fortuna. Ya en 1771, Goya vuelve a España por haber recibido el encargo de la Junta de Fábrica del Pilar de realizar una pintura mural para la bóveda del coreto de la capilla de la Virgen. Pintura mural y religiosa en Zaragoza En estos años la actividad de Goya fue intensa. Decora con un gran fresco que terminó en 1772, La adoración del nombre de Dios, en la bóveda del coreto de la Basílica del Pilar. También realiza el conjunto de pinturas de la iglesia de la Cartuja del Aula Dei de Zaragoza, 1774, lo conforma un friso de grandes pinturas al óleo sobre muro que relata la vida de la Virgen desde sus antecedentes familiares (San Joaquín y Santa Ana) hasta la Presentación de Jesús en el templo. En cuanto a su vida personal, Goya se había casado con la hermana de Francisco Bayeu, Josefa, en 1773 y tuvo el primer hijo en 1774. A finales de ese año, posiblemente gracias a la influencia de su cuñado, Goya es llamado por Mengs a la corte para trabajar como pintor de cartones para tapices. El 3 de enero de 1775 emprende el viaje a Madrid, donde comenzó una etapa que le llevaría a un trabajado ascenso social como pintor real, no exento, sin embargo, de puntuales decepciones. Goya en Madrid (1775–1792) Cartones para tapices La confección de tapices para las dependencias de la realeza española había sido un empeño de los Borbones que se ajustaba al espíritu de la Ilustración, fomentar la industria de calidad. A partir del reinado de Carlos III, las estampas se esforzarán por representar motivos españoles, en línea con el pintoresquismo vigente en los sainetes teatrales de Ramón de la Cruz. Para llegar al tapiz había de elaborarse un modelo previo en cartón, que servía de base en el telar y que reproducía un lienzo de alguno de los pintores secundarios que elaboraban bocetos y luego cuadros para tal fin. Entre estos figuraban José Camarón, Antonio González Velázquez, José del Castillo o Ramón Bayeu; todos ellos bajo la dirección de Francisco Bayeu y Mariano Salvador Maella, y en última instancia, por Anton Raphael Mengs. 2 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte La actividad de Goya para la Real Fábrica de Tapices se prolongó durante doce años, de 1775 a 1780 y de 1786 hasta 1792, año en que una grave enfermedad, que le provocó su sordera, lo alejó definitivamente de esta labor. En total realizó cuatro series de cartones: Primera serie, realizada en 1775, consta de nueve cuadros de tema cinegético realizados para la decoración del comedor de los Príncipes de Asturias, los futuros Carlos IV y María Luisa de Parma, en El Escorial: Partida de caza, Perros en traílla, Caza con reclamo. Segunda serie, se pueden distinguir dos grupos de encargos cuyo tema es la representación de diversiones populares, generalmente de ocio campestre, como correspondía a la ubicación del Palacio junto al monte de El Pardo. Por ello se insiste en localizar las escenas en la ribera del Manzanares. Los ejecutados entre 1776 y 1778, destinados al comedor de los Príncipes en el Palacio, y los realizados en 1778 y 1780 para el dormitorio de dicho palacio. El primer grupo comienza con La merienda a orillas del Manzanares entregado en octubre de 1776 e inspirado en el sainete homónimo de Ramón de la Cruz. Le siguen Paseo por Andalucía (también conocido como La maja y los embozados), Baile a orillas del Manzanares y su obra más lograda de esta serie, El quitasol, un cuadro que logra un magnífico equilibrio entre la composición de raigambre neoclásica en pirámide y los efectos cromáticos propios de la pintura galante. Al segundo grupo, la antecámara y el dormitorio principesco pertenecen La novillada, donde gran parte de la crítica ha querido ver un autorretrato de Goya en el joven torero que mira al espectador, La feria de Madrid (ilustración de un pasaje de El rastro por la mañana, otro sainete de Ramón de la Cruz), Juego de pelota a pala y El cacharrero, donde muestra su dominio del lenguaje del cartón para tapiz: composición variada pero no inconexa, varias líneas de fuerza y distintos centros de interés, reunión de personajes de distintos estratos sociales, calidades táctiles en el bodegón de loza valenciana del primer término, dinamismo de la carroza, difuminado del retrato de la dama del interior del carruaje, y, en fin, una plena explotación de todos los recursos que este género de pinturas podía ofrecer. Tercera serie, tras un periodo (1780-1786) en el que Goya emprendió otros trabajos, cuales fueron su dedicación a ejercer de retratista de moda de la clase pudiente madrileña y la recepción del encargo de pintar un cuadro para San Francisco el Grande de Madrid y una de las cúpulas de El Pilar, retoma su trabajo como oficial de la fábrica de tapices en 1786 con una serie dedicada a la ornamentación del comedor del Palacio de El Pardo. El programa decorativo comienza con un grupo de cuatro cuadros alegóricos a las estaciones del año, La vendimia, La nevada o El invierno, con su paisaje de tonos grisáceos y el verismo y dinamismo de la escena, para continuar con otras escenas de alcance social, como Los pobres en la fuente o El albañil herido. Además de los trabajos dedicados al ornato del comedor de los príncipes se documentan algunos bocetos realizados como preparación a las telas que iban a decorar el dormitorio de las infantas en el mismo palacio. Entre ellos encontramos una obra maestra, La pradera de San Isidro que, como es habitual en Goya, es más audaz en los bocetos y más «moderno», por su uso de una pincelada enérgica, rápida y suelta, que en 3 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte los lienzos ya rematados. Debido a la inesperada muerte del rey Carlos III en 1788, este proyecto quedó interrumpido, si bien otro de los bocetos dio lugar a uno de sus más conocidos cartones: La gallina ciega. Cuarta serie, con destino al despacho del recién proclamado rey Carlos IV en El Escorial emprende la ejecución de otra serie de cartones entre 1788 y 1792 cuyos temas adquieren matices satíricos, aunque siguen dando cuenta de aspectos alegres de la sociedad española de su tiempo. Así aparecen de nuevo juegos al aire libre protagonizados por jóvenes, como en Los zancos, Las gigantillas o las mujeres que en El pelele parecen regocijarse en el desquite de la dominante posición social del hombre, manteando a un muñeco grotesco. Comienzan con esta serie a aparecer los comentarios críticos hacia la sociedad de su tiempo que se desarrollarán más adelante, especialmente en su obra gráfica, cuyo ejemplo más temprano es la serie de Los caprichos. Aparecen ya en estos cartones rostros que anuncian las caricaturas de su obra posterior, como puede apreciarse en la cara de facciones simiescas del novio de La boda. Retratista y académico Desde su llegada a Madrid para trabajar en la corte, Goya tiene acceso a las colecciones de pintura de los reyes, y el arte del aragonés tendrá en la segunda mitad de la década de 1770 un referente en Velázquez, en 1778 publica una serie de grabados al aguafuerte que reproduce cuadros de Velázquez. También en sus cuadros Goya aplica los ingeniosos toques de luz velazqueños, la perspectiva aérea y un dibujo naturalista, visibles en el retrato de Carlos III cazador, 1788, cuyo rostro arrugado recuerda el de los hombres maduros del primer Velázquez. Goya se granjea en estos años la admiración de sus superiores, en especial la de Mengs «a quien tenía asombrado la facilidad con que hacía [los cartones]».Su ascenso social y profesional es notable y así, en 1780, es nombrado por fin académico de mérito de la Academia de San Fernando. Con motivo de este acontecimiento pinta un Cristo crucificado de factura ecléctica donde muestra su dominio de la anatomía, la luz dramática y los medios tonos. A lo largo de toda la década de 1780 entra en contacto con la alta sociedad madrileña, que solicita ser inmortalizada por sus pinceles, convirtiéndose en su retratista de moda. Fue decisiva para la introducción de Goya en la elite de la cultura española su amistad con Gaspar Melchor de Jovellanos y Juan Agustín Ceán Bermúdez. Pinta en 1783, al Conde de Floridablanca. De suma importancia fue también su relación con la pequeña corte que el infante don Luis de Borbón había creado en Arenas de San Pedro (Ávila). La familia del infante don Luis, 1784, es uno de los cuadros más complejos y logrados de esta época. Sin embargo, quizá el más decidido apoyo de Goya fue el de los Duques de Osuna. Por esta época estaban decorando su quinta de El Capricho y para tal fin solicitaron a Goya una serie de cuadros de costumbres con características parecidas a las de los modelos para tapices de los Sitios Reales, que fueron entregados en 1787. La caída, donde una mujer acaba de desplomarse desde un árbol sin que sepamos de la gravedad de las heridas sufridas, o en el Asalto de la diligencia, donde vemos a la izquierda un personaje que acaba de recibir un disparo a bocajarro mientras los ocupantes de un carruaje son desvalijados por una partida de bandoleros. En otro de 4 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte estos cuadros, La conducción de un sillar, de nuevo destaca lo innovador del tema, el trabajo físico de los obreros de las capas humildes de la sociedad. De este modo Goya va ganando prestigio, y los ascensos se suceden. En 1785 es nombrado Teniente Director de Pintura de la Academia de San Fernando (semejante al puesto de subdirector), y en 1789, a sus cuarenta y tres años y tras la subida al trono del nuevo rey Carlos IV y hacer su retrato, Pintor de Cámara del Rey, lo que le capacitaba para ejecutar los retratos oficiales de la familia real a la par que obtenía unas rentas que le permitían darse el lujo de comprarse coche. Pintura religiosa Fue requerido para pintar uno de los cuadros que iban a decorar la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid, San Bernardino de Siena predicando ante Alfonso V de Aragón, terminada en 1783 al tiempo que trabajaba en el retrato de la familia del infante don Luis, y el mismo año de El conde de Floridablanca. Ya no es solo un pintor de cartones, sino que domina todos los géneros pictóricos: el religioso, con el Cristo crucificado y el San Bernardino predicando y el cortesano, gracias los retratos de la aristocracia madrileña y de la familia real. Hasta 1787 no vuelve a abordar la pintura de religión, y lo hace con varios lienzos que el rey Carlos III le encarga para el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana: Santa Ludgarda, San Bernardo socorriendo a un pobre o Los santos Bernardo y Roberto. En ellos la rotundidad de los volúmenes y la calidad de los pliegues de los hábitos blancos rinden un homenaje de sobria austeridad a la pintura de Zurbarán. Por encargo de los duques de Osuna, sus grandes protectores y mecenas en esta década junto con el infante don Luis de Borbón, pinta al año siguiente para su capilla de la Catedral de Valencia, donde aún se pueden contemplar, San Francisco de Borja y el moribundo impenitente y la Despedida de san Francisco de Borja de su familia. La década de los noventa (1793–1799) El capricho y la invención En 1792 presenta un discurso en la Academia donde expresa sus ideas respecto a la creación artística, que se aleja de los supuestos idealistas y de las preceptivas neoclásicas vigentes en la época de Mengs para afirmar la necesidad de libertad del pintor, que no debe estar sujeta a estrechas reglas. Según sus ideas «la opresión, la obligación servil de hacer estudiar y seguir a todos el mismo camino es un obstáculo para los jóvenes que profesarán un arte tan difícil». Es toda una declaración de principios a favor de la originalidad, de dar curso libre a la invención y un alegato de carácter decididamente prerromántico. Es en esta etapa, y sobre todo tras su enfermedad de 1793, cuando Goya hace lo posible para crear obras ajenas a las obligaciones adquiridas por sus cargos en la corte. Cada vez más pintará obras de pequeño formato en total libertad y se alejará en lo posible de sus compromisos, aduciendo para ello dificultades debidas a su delicada salud. No volverá a pintar cartones para tapices, actividad que le resultaba un empeño ya muy menor, y dimitirá de sus obligaciones académicas como maestro de pintura en la 5 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Real de Bellas Artes en 1797 alegando problemas físicos, pero consiguió a cambio ser nombrado Académico de Honor. A fines de 1792 Goya se encuentra en Cádiz hospedado por el industrial Sebastián Martínez para recuperarse de una enfermedad, posiblemente saturnismo, una progresiva intoxicación de plomo que era habitual en pintores. En enero de 1793 Goya se encuentra encamado y su estado es grave; en marzo comienza la mejoría, pero le dejó como secuela una sordera de la que ya no se recuperará. De esta época son un conjunto de obras de pequeño formato, la mayoría óleos sobre hojalata, entre los que se encuentran el Corral de locos, El naufragio, El incendio, Fuego de noche, Asalto de ladrones e Interior de prisión, La muerte del picador. Sus temas son ya truculentos y la técnica pictórica es abocetada y plena de contrastes lumínicos y dinamismo. Este conjunto de obras en planchas de hojalata se completa con Cómicos ambulantes, una representación de una compañía de actores de Comedia del arte, aparece en estos personajes ridículos la caricatura y la representación de lo grotesco, en uno de los más claros precedentes de lo que será habitual en sus estampas satíricas posteriores: rostros deformados, personajes fantoches y exageración de los rasgos físicos. En 1795 obtiene de la Academia de Bellas Artes la plaza de Director de Pintura, vacante tras la muerte de Bayeu en ese año. Además, solicita a Godoy la de Primer Pintor del Rey con el sueldo de su suegro, aunque no le fue concedida hasta 1799. Retratos Como Primer Pintor de Cámara retrata en 1789 a Carlos IV de rojo y a su esposa María Luisa de Parma con tontillo. Su técnica ha evolucionado y ahora se observa cómo el pintor aragonés precisa los rasgos psicológicos del rostro de los personajes y utiliza para los tejidos una técnica ilusionista a partir de manchas de pintura. A su vuelta de Cádiz, 1794, Goya reanuda sus retratos de la nobleza madrileña y otros destacados personajes de la sociedad de su época Sebastián Martínez, La marquesa de la Solana (1795), los dos de la Duquesa de Alba, en blanco (1795) y en negro (1797) y el de su marido José Álvarez de Toledo (1795), desde 1794 acude al palacio de los duques de Alba en Madrid para hacer el retrato de ambos. Pinta también algunos cuadros de gabinete con escenas de su vida cotidiana, como La Duquesa de Alba y la Beata y, tras la muerte del duque en 1795, incluso pasará largas temporadas con la reciente viuda en su finca de Sanlúcar de Barrameda en los años 1796 y 1797. La hipotética relación amorosa entre ellos ha generado abundante literatura apoyada en indicios no concluyentes. A esto habrían de añadirse los dibujos del Álbum de Sanlúcar (o Álbum A) en que aparece María Teresa Cayetana en actitudes privadas que destacan su sensualidad, y el retrato de 1797 donde la duquesa —que luce dos anillos con sendas inscripciones «Goya» y «Alba»— señala una inscripción en el suelo que reza «Solo Goya». Lo cierto es que el pintor debió de sentir atracción hacia Cayetana, conocida por su independiente y caprichoso comportamiento. La Condesa de Chinchón (1795-1800), efigies de toreros como Pedro Romero (1795-1798), o actrices como María del Rosario Fernández, la Tirana (1799), políticos y literatos, entre los que destacan los retratos Francisco de Saavedra (1798), de Juan Meléndez Valdés (1797), Gaspar Melchor de Jovellanos (1798) o Leandro 6 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Fernández de Moratín (1799). En estas obras se observan influencias del retrato inglés, que atendía especialmente a subrayar la hondura psicológica y la naturalidad de la actitud. Progresivamente va disminuyendo la importancia de mostrar medallas, objetos o símbolos de los atributos de rango o de poder de los retratados, en favor de la representación de sus cualidades humanas. Los caprichos Aunque Goya ya había publicado una serie de estampas sobre cuadros de Velázquez publicada en 1788, es con Los caprichos, cuya venta anuncia la Gaceta de Madrid en febrero de 1799, que Goya inicia el grabado romántico y contemporáneo con una serie de carácter satírico. Supone la primera realización española de una serie de estampas caricaturescas, al modo de los que había en Inglaterra y Francia, pero con una gran calidad en el manejo de las técnicas del aguafuerte y el aguatinta, con toques de buril, bruñidor y punta seca, y una innovadora originalidad temática. El aguafuerte era la técnica habitual de los pintores-grabadores en el siglo XVIII, pero la combinación con el aguatinta le permite crear superficies de matizadas sombras merced al uso de resinas de distinta textura, con las que obtiene una gradación en la escala de grises que le permite crear una iluminación dramática e inquietante heredada de la obra de Rembrandt. En los años en que Goya crea los Caprichos, los ilustrados ocupan puestos de poder. Jovellanos es desde noviembre de 1797 a agosto de 1798 el máximo mandatario en España. El periodo en el que se gestan estas imágenes es propicio para la búsqueda de lo útil en la crítica de los vicios universales y particulares de la España del momento, aunque ya en 1799 comenzará la reacción que obligó a Goya a retirar de la venta las estampas y regalarlas al rey en 1803 curándose en salud. Consta de una primera parte dedicada a la crítica de costumbres y de una segunda más inclinada a explorar la brujería y la noche. El más conocido es el capricho n.º 43, El sueño de la razón produce monstruos, se representaba el propio autor soñando, y aparecía en ese mundo onírico una visión de pesadilla, con su propia cara repetida junto a cascos de caballos, cabezas fantasmales y murciélagos. En la estampa definitiva quedó la leyenda en el frontal de la mesa donde se apoya el hombre vencido por el sueño que entra en el mundo de los monstruos una vez apagado el mundo de las luces. Es el grabado más emblemático de los Caprichos y posiblemente de toda la obra gráfica goyesca. Brujería Antes de que finalizara el siglo XVIII Goya pinta cuadros de pequeño formato que insisten en el misterio, la brujería, la noche e incluso la crueldad y están relacionados temáticamente con los primeros cuadros de capricho e invención pintados tras su enfermedad de 1793. Otros cuadros con temas de brujas completaban la decoración de la quinta del Capricho de los duques de Osuna: La cocina de los brujos, Vuelo de brujas, El conjuro y El aquelarre, en el que unas mujeres de rostros avejentados y deformes situadas en torno a un gran macho cabrío. 7 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Mayores contrastes de luz y sombra muestran una serie de pinturas que relatan un suceso contemporáneo: el que se llamó «Crimen del Castillo». Francisco del Castillo fue asesinado por su esposa María Vicenta y su amante y primo Santiago Sanjuán. Posteriormente, estos fueron detenidos y juzgados en un proceso que se hizo célebre por la elocuencia de la acusación fiscal (a cargo de Meléndez Valdés, poeta ilustrado del círculo de Jovellanos y amigo de Goya); y ejecutados el 23 de abril de 1798 en la Plaza Mayor de Madrid. El artista, al modo en que lo hacían las aleluyas que solían relatar los ciegos acompañándose de viñetas, recrea el homicidio en dos pinturas tituladas La visita del fraile (o El Crimen del Castillo I) e Interior de prisión (El Crimen del Castillo II), pintadas antes de 1800. En ella aparece el tema de la cárcel que, como el del manicomio, fue motivo constante del arte goyesco y que le permitía dar expresión a los aspectos más sórdidos e irracionales del ser humano, emprendiendo un camino que culminará en las Pinturas negras. Los frescos de San Antonio de la Florida y otras pinturas religiosas Catedral de Toledo, para cuya sacristía pinta un Prendimiento de Cristo en 1798, supone un homenaje a El Expolio de El Greco en su composición y a la iluminación focalizada de Rembrandt. Son los frescos de la Ermita de San Antonio de la Florida la obra cumbre de su pintura mural. Son muchas las innovaciones que introduce. Desde el punto de vista temático, sitúa la representación de la Gloria en la semicúpula del ábside de esta pequeña iglesia, y reserva su cúpula para el Milagro de San Antonio de Padua, cuyos personajes proceden de las capas más humildes de la sociedad. Es novedoso situar las figuras de la divinidad en un espacio más bajo que el reservado al milagro, que además lo protagoniza un fraile vestido con ropas humildes y a cuyo entorno se sitúan mendigos, ciegos, trabajadores y pícaros. Acercar el mundo celestial a la mirada del pueblo probablemente sea consecuencia de las ideas renovadoras que los ilustrados tenían en relación a la religión. Pero es en su técnica de ejecución firme y rápida, con pinceladas enérgicas que resaltan las luces y los brillos, donde se observa la prodigiosa maestría de Goya en la aplicación impresionista de la pintura. Resuelve volúmenes con rabiosos toques del todo abocetados que, sin embargo, a la distancia con que el espectador las contempla, adquieren una consistencia notable. La composición dispone un friso de figuras contenidas por una barandilla en trampantojo, y el realce de los grupos y los protagonistas de estos se resuelve mediante zonas más elevadas, como la del propio santo, o el personaje que enfrente alza los brazos al cielo. No hay estatismo, todas las figuras se relacionan dinámicamente. Un pilluelo se encarama en la barandilla, la mortaja está apoyada en ella como sábana secándose tendida al sol. Un paisaje de la sierra madrileña, cercano al del costumbrismo de los cartones, constituye el fondo de toda la cúpula. 8 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Los albores del siglo XIX (1800–1807) La familia de Carlos IV y otros retratos En 1800 Goya recibe el encargo de pintar un gran cuadro de grupo de la familia real, que se materializó en La familia de Carlos IV. Siguiendo el antecedente de Las Meninas de Velázquez, dispone a la realeza en una estancia del palacio situándose el pintor a la izquierda pintando un gran lienzo en un espacio en penumbra. Sin embargo, la profundidad del espacio del cuadro velazqueño queda aquí truncada por una pared próxima en la que vemos dos grandes cuadros de motivo indefinido. En Goya el juego de perspectivas desaparece y la familia real simplemente posa. No sabemos qué cuadro está pintando el artista y, aunque se ha pensado que la familia se sitúa frente a un espejo que Goya contempla, lo cierto es que no hay pruebas de tal conjetura. Más bien al contrario, la luz ilumina directamente al grupo, por lo que desde el frente del cuadro debería haber una ventana o un espacio diáfano y, en todo caso, la luz de un espejo difuminaría la imagen. No es el caso, pues la pincelada impresionista de Goya aplica destellos en las ropas que dan una ilusión perfecta de la calidad de los tejidos de las vestiduras y de las condecoraciones y joyas de los miembros de la realeza. Alejado de las representaciones más oficiales, los personajes visten trajes de gala, pero no portan símbolos de poder ni aparecen, como era habitual en otras representaciones, enmarcados entre cortinajes a modo de palio, se da prioridad a mostrar una idea de la educación basada en el cariño y la activa participación de los padres, lo que no siempre era usual en la realeza. La infanta Isabel lleva su niño muy cerca del pecho, lo que evoca la lactancia materna; Carlos María Isidro abraza a su hermano Fernando en un gesto de ternura. El ambiente es distendido, cual un interior plácido y burgués. También retrató a Manuel Godoy, el hombre más poderoso de España tras el rey en estos años. En 1801 aparece representado en la cumbre de su poder, tras haber vencido en la Guerra de las Naranjas —la bandera portuguesa testimonia su victoria—, y lo pinta en campaña como Generalísimo del ejército y «Príncipe de la paz», pomposos títulos otorgados a resultas de su actuación en la guerra contra Francia. El Retrato de Manuel Godoy muestra una caracterización psicológica incisiva. Figura como un arrogante militar que descansa de la batalla en posición relajada, rodeado de caballos y con un fálico bastón de mando entre sus piernas. En estos años produce los que quizá sean sus mejores retratos. No solo se ocupa de aristócratas y altos cargos, sino que aborda toda una galería de personajes destacados de las finanzas y la industria y, sobre todo, son señalados sus retratos de mujeres. Ellas muestran una decidida personalidad y están alejadas de la tópica imagen de cuerpo entero en un paisaje rococó de artificiosa belleza. Pintados en torno a 1805, los aditamentos de poder asociados a los personajes de estas obras se reducen al mínimo, en favor de una prestancia humana y cercana, que destaca las cualidades naturales de los retratados. 9 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Ejemplos de esta presencia de los incipientes valores burgueses son el retrato de Tomás Pérez de Estala, un empresario textil, el de Bartolomé Sureda —industrial dedicado a los hornos de cerámica— y su mujer Teresa, el de Francisca Sabasa García, la Marquesa de Villafranca que aparece pintando un cuadro de su marido, y la actitud con que la representa Goya es toda una declaración de principios en favor de la capacidad intelectual y creativa de la mujer. La Marquesa de Santa Cruz. Por encima de todos se encuentra el bellísimo busto de Isabel de Porcel, que prefigura todo el retrato decimonónico, romántico o burgués, asombra el gesto de fuerte carácter, que hasta entonces no había aparecido en la pintura de género de retrato femenino con la excepción, quizá, del de la Duquesa de Alba. El dinamismo, pese a la dificultad que entraña en un retrato de medio cuerpo, está plenamente conseguido gracias al giro del tronco y los hombros, al del rostro orientado sentido contrario al del cuerpo, a la mirada dirigida hacia el lateral del cuadro, y a la posición de los brazos, firmes y en jarras. El cromatismo es ya el de las Pinturas negras, pero con solo negros y algún ocre y rosado, consigue matices y veladuras de gran efecto. La belleza y aplomo con que se retrata a este nuevo modelo de mujer ha superado con mucho los estereotipos femeninos del siglo anterior. Las majas La maja desnuda, obra de encargo pintada entre 1790 y 1800, formó con el tiempo pareja con el cuadro La maja vestida, datada entre 1802 y 1805, probablemente a requerimiento de Manuel Godoy, pues consta que formaron parte de un gabinete de su casa. La primacía temporal de La maja desnuda indica que en el momento de ser pintado, el cuadro no estaba pensado para formar pareja. En ambas pinturas se retrata de cuerpo entero a una misma hermosa mujer recostada plácidamente en un lecho y mirando directamente al observador. No se trata de un desnudo mitológico, sino de una mujer real, contemporánea a Goya, e incluso en su época se le llamó «la Gitana». Se representa en La maja desnuda un cuerpo concreto inspirado, tal vez, en el de la Duquesa de Alba. Es sabido que el aragonés pintó varios desnudos femeninos en el Álbum de Sanlúcar y el Álbum de Madrid al amparo de la intimidad con Cayetana que reflejan su anatomía. Rasgos como la esbelta cintura y los pechos separados coinciden con su apariencia física. Sin embargo el rostro es una idealización, casi un bosquejo, se incorpora casi como un falso añadido, que no representa el rostro de ninguna mujer conocida de la época. En todo caso, se ha sugerido que este retrato podría haber sido el de la amante de Godoy, Pepita Tudó. Joaquín Ezquerra del Bayo, en su libro La Duquesa de Alba y Goya afirma en 1959, basándose en la similitud de postura y dimensiones de las dos majas, que estaban dispuestas de modo que, mediante un ingenioso mecanismo, la maja vestida cubriera a la desnuda como un juguete erótico del gabinete más secreto de Godoy. Como desnudo erótico que no se acoge a justificación iconográfica alguna, causó un proceso inquisitorial a Goya en 1815, del cual salió absuelto merced a la influencia de algún amigo poderoso. Desde el punto de vista meramente plástico, la calidad de su carnadura y la riqueza cromática de las telas son los rasgos más notables. La concepción compositiva es neoclásica, lo que no ayuda gran cosa al establecimiento de una datación precisa. De cualquier modo, los numerosos enigmas que recaban estas obras las han convertido en objeto de atención permanente. 10 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Encargos de Godoy: el programa de Godoy para la primera década del siglo XIX no dejó de ser reformista e ilustrado, como muestran cuatro tondos encargados a Goya como representación alegórica del progreso (Alegoría de la Industria, Alegoría de la Agricultura, Alegoría del Comercio y el desaparecido Alegoría de la Ciencia, 18041806) y que decoraban una sala de espera de la residencia del primer ministro. La guerra (1808–1814) El periodo que media entre 1808 y 1814 está presidido por acontecimientos turbulentos para la historia de España, pues a partir del motín de Aranjuez Carlos IV se ve obligado a abdicar y Godoy a abandonar el poder. Tras el levantamiento del dos de mayo dará comienzo la llamada Guerra de la Independencia. Goya, pintor de la corte, no perdió nunca su cargo, pero no por ello dejó de tener preocupaciones a causa de sus relaciones con los ilustrados afrancesados. Sin embargo, su adscripción política no puede ser aclarada con los datos de que se disponen hasta ahora. Al parecer no se significó por sus ideas, al menos públicamente, y si bien muchos de sus amigos tomaron decidido partido por el monarca francés, no es menos cierto que tras la vuelta de Fernando VII continuó pintando numerosos retratos reales. Poco se sabe de la vida personal de Goya durante estos años. 1812 es el año de la muerte de su esposa, Josefa Bayeu. Tras enviudar, Goya entabló relación con Leocadia Weiss, separada de su marido, Isidoro Weiss, en 1811, con la que convivió hasta su muerte, y de la que pudo tener descendencia en Rosario Weiss, aunque la paternidad de Goya no ha sido dilucidada. De esta época son cuadros de gabinete con los que satisfacía sus inquietudes personales, están varios cuadros de temas literarios, como el Lazarillo de Tormes; de costumbres, como Maja y celestina al balcón y Majas en el balcón y decididamente satíricos como Las viejas, una alegoría acerca de la hipocresía en la vejez, o Las jóvenes, conocido también como Lectura de una carta. En ellos la técnica es de toque suelto y trazo firme, y el significado incluye desde la presentación del mundo de la marginación hasta la sátira social, como sucede en Las viejas. Hacia 1807 pinta una serie de seis cuadros de carácter costumbrista que narra una historia al modo de las viñetas de las aleluyas: Fray Pedro de Zaldivia y el bandido Maragato. Entre los bienes relacionados en el inventario de 1812 a la muerte de su mujer Josefa Bayeu, se citan doce bodegones. De ellos destacan el Bodegón con costillas, lomo y cabeza de cordero (París, Museo del Louvre), el Bodegón con pavo muerto (Madrid, Prado) y Pavo pelado y sartén (Múnich, Alte Pinakothek). Todos ellos se suelen datar a partir de 1808 por razones de estilo y porque durante la guerra la producción de encargo de Goya se vio reducida, lo que pudo dejar tiempo al pintor para explorar géneros que aún no había trabajado. La situación de Goya tras la Restauración absolutista era delicada. Había pintado retratos de generales y políticos franceses revolucionarios, y también del rey José I. Pese a que podía aducir que el Bonaparte había ordenado que todos los funcionarios reales se pusieran a su disposición, a partir de 1814, para congraciarse con el régimen 11 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte fernandino, pintará cuadros que deben considerarse patrióticos, como el Retrato ecuestre del general Palafox (1814, Madrid, Prado) y Los desastres de la guerra, denuncia de las terribles consecuencias sociales de todo enfrentamiento armado y de los horrores sufridos en toda guerra de cualquier época y lugar, aunque se publicaría mucho más tarde. De 1814 datan también sus obras más ambiciosas acerca de los sucesos que desencadenaron la guerra: El dos y El tres de mayo de 1808 o La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del tres de mayo, nombres con los que respectivamente son también conocidos. Los desastres de la guerra Los desastres de la guerra fue una serie de 82 grabados realizada entre los años 1810 y 1815 en la que se daba cuenta de toda clase de desgracias vinculadas a la Guerra de la Independencia. La técnica utilizada es el aguafuerte, con alguna aportación de punta seca y aguada. Apenas usa Goya el aguatinta, que era la técnica mayoritariamente empleada en los Caprichos, debido probablemente también a la precariedad de medios materiales con que toda la serie de los Desastres, que fue ejecutada en tiempos de guerra. Un ejemplo del atrevimiento compositivo y formal a que Goya llega en sus grabados lo puede proporcionar la estampa nº 30, titulada «Estragos de la guerra», que ha sido vista como un precedente del Guernica por el caos compositivo, la mutilación de los cuerpos, la fragmentación de objetos y enseres situados en cualquier lugar del grabado, la mano cortada de uno de los cadáveres, la desmembración de sus cuerpos y la figura del niño muerto con la cabeza invertida, que recuerda al que aparece sostenido por su madre a la izquierda de la obra capital del malagueño. La estampa refleja el bombardeo de población civil urbana y remite con toda probabilidad a los obuses con que la artillería francesa minaba la resistencia española en los Sitios de Zaragoza. El dos y el tres de mayo de 1808 Finalizada la guerra, Goya aborda en 1814 la ejecución de dos grandes cuadros de historia que suponen su interpretación de los sucesos ocurridos los días dos y tres de mayo de 1808 en Madrid. De su intención da cuenta el escrito dirigido al gobierno en el que señala su intención de perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa. Las obras de gran formato La carga de los mamelucos y Los fusilamientos de la montaña de Príncipe Pío, establecen, sin embargo, apreciables diferencias con respecto a lo que era habitual en los grandes cuadros de este género. Renuncia en ellos a que el protagonista sea un héroe: podía elegir, por ejemplo, para la insurrección madrileña, a presentar como líderes a Daoíz y Velarde, En Goya el protagonista es el colectivo anónimo de gentes que han llegado al extremo de la violencia más brutal. Así, en La carga de los mamelucos, Goya atenúa la referencia noticiosa de tiempo y lugar, Puerta del Sol, y reduce la localización a unas vagas referencias arquitectónicas urbanas. Con ello gana en universalidad y se centra la atención en la violencia del motivo: una muchedumbre sangrienta e informe, sin hacer distinción de bandos ni dar relevancia al resultado final. Por otro lado, la escala de las figuras aumenta con respecto a las estampas, con el mismo objeto de centrar el tema de la 12 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte sinrazón de la violencia y disminuir la distancia del espectador, que se ve involucrado en el suceso casi como un viandante sorprendido por el estallido de la refriega. La composición es un ejemplo definitivo de lo que se llamó composición orgánica, propia del romanticismo, en la que las líneas de fuerza vienen dadas por el movimiento de las figuras y por las necesidades del motivo, y no por una figura geométrica impuesta a priori por la preceptiva. En este caso el movimiento lleva de la izquierda a la derecha, hay personas y caballos cortados por los límites del cuadro, como si fuera una instantánea fotográfica. Tanto el cromatismo como el dinamismo y la composición son un precedente de obras características de la pintura romántica francesa, uno de cuyos mejores ejemplos, de estética paralela al Dos de mayo de Goya, es La muerte de Sardanápalo de Delacroix. Habitualmente, en los Fusilamientos del 3 de mayo se ha señalado el contraste entre el grupo de detenidos prontos a ser ejecutados, personalizados e iluminados por el gran farol, con un protagonista destacado que alza en cruz los brazos y viste de radiante blanco y amarillo, e iconográficamente remite a Cristo, se aprecian estigmas en sus manos, y el pelotón de fusilamiento anónimo, convertido en una deshumanizada máquina de guerra ejecutora donde los individuos no existen. La noche, el dramatismo sin ambages, la realidad de la masacre, están situados también en una escala grandiosa. Además el muerto en escorzo en primer término, que repite los brazos en cruz del protagonista, dibuja una línea compositiva que comunica hacia el exterior del cuadro con el espectador, que de nuevo se siente implicado en la escena. La noche cerrada da el tono lúgubre al suceso, en el que no hay héroes, solo víctimas: unos de la represión y otros de la formación soldadesca. En los Fusilamientos no se produce el distanciamiento, el énfasis en el valor del honor, ni se enmarca en una interpretación histórica que aleje al espectador de lo que ve: la brutal injusticia de la muerte de unos hombres a manos de otros. Se trata de uno de los cuadros más valorados e influyentes de toda la obra de Goya, y refleja como ninguno el punto de vista moderno hacia el entendimiento de lo que supone todo enfrentamiento armado. En El coloso, 1818, cuadro atribuido a Goya hasta junio de 2008, en que el Museo del Prado emitió un informe en el que afirmaba que el cuadro era obra de un discípulo de Goya indeterminado, un gigante se yergue tras unos montes, en una alegoría ya decididamente romántica. En el valle una multitud huye en desorden, en él se presenta al pueblo español como un gigante surgido de los Pirineos para oponerse a la invasión napoleónica. La Restauración (1815–1819) El periodo de la Restauración absolutista de Fernando VII supone la persecución de liberales y afrancesados, entre los que Goya tenía sus principales amistades. Juan Meléndez Valdés o Leandro Fernández de Moratín se ven obligados a exiliarse en Francia ante la represión. El propio Goya se encuentra en una difícil situación, por haber servido a José I, por el círculo de ilustrados entre los que se movía y por el proceso que la Inquisición inició contra él en marzo de 1815 a cuenta de La maja desnuda, que consideraba «obscena», del que el pintor se vio finalmente absuelto. 13 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Pinta al restaurado Fernando VII, uno con manto real y otro en campaña, ambos de 1814 y conservados en el Prado. De tema religioso el gran lienzo de las Santas Justa y Rufina (1817) para la Catedral de Sevilla. La última comunión de san José de Calasanz y Cristo en el monte de los Olivos, ambos de 1819, que se encuentran en el Museo Calasancio de las Escuelas Pías de San Antón de Madrid. El recogimiento verdadero que muestran estos lienzos, la libertad del trazo con que los pinta, el hecho de estar firmados y datados de su puño y letra, transmiten una emoción trascendente. Continúa en esta época realizando cuadros de pequeño formato de capricho que abordan sus obsesiones habituales. Los cuadros dan una vuelta de tuerca más en el alejamiento de las convenciones pictóricas anteriores. Corrida de toros, Procesión de disciplinantes, Auto de fe de la Inquisición, Casa de locos, El entierro de la sardina. Grabados Su actividad sigue siendo frenética, pues en estos años finaliza la estampación de Los desastres de la guerra y emprende y concluye otra, la de La Tauromaquia, en venta desde octubre de 1816, con la que el grabador pretendió obtener más beneficios y acogida popular que con las anteriores. Esta última está concebida como una historia del toreo que recrea sus hitos fundamentales, y predomina el sentido pintoresco a pesar de que no deja de haber soluciones compositivas atrevidas y originales, como en la estampa número 21 de la serie, titulada «Desgracias acaecidas en el tendido de la plaza de Madrid y muerte del alcalde de Torrejón», donde la zona izquierda de la estampa aparece vacía de figuras, en un desequilibrio impensable no muchos años antes. 1815 —aunque no se publicaron hasta 1864— trabaja en los grabados de Los disparates. Una serie de veintidós estampas, probablemente incompleta, que constituyen las de más difícil interpretación de las que realizó. Destacan en sus imágenes las visiones oníricas, la presencia de la violencia y el sexo, la puesta en solfa de las instituciones relacionadas con el Antiguo Régimen y, en general, la crítica del poder establecido. Pero más allá de estas connotaciones los grabados ofrecen un mundo imaginativo rico relacionado con la noche, el carnaval y lo grotesco. Pinturas negras (1820–1824) Las pinturas murales que decoraron la casa de Goya conocida como la “Quinta del Sordo”, se han popularizado con el título de Pinturas Negras por el uso que en ellas se hace de los pigmentos oscuros y negros y también por lo sombrío de los temas. El carácter privado e íntimo de esta casa, hizo que el artista se expresara en estas obras con gran libertad. Pintadas directamente sobre los muros, la técnica empleada debió de ser mixta, pues los análisis químicos revelan el empleo de aceites en su composición. En 1819 compra la finca de la Quinta del Sordo. Goya adquiere esta finca a orilla del Manzanares, justo enfrente de la ermita y pradera de San Isidro, en febrero de 1819, quizá para vivir allí con Leocadia Weiss a salvo de rumores, pues esta estaba casada con Isidoro Weiss. Era la mujer con la que convivía y quizá tuvo de ella una hija pequeña, Rosarito Weiss. 14 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Y allí pinta una serie de catorce cuadros entre 1819 y 1823. Estos cuadros suponen, posiblemente, la obra cumbre de Goya, tanto por su modernidad como por la fuerza de su expresión. Una obra como Perro semihundido se acerca incluso a la abstracción; muchas otras son precursoras del expresionismo pictórico y otras vanguardias del siglo XX. La Quinta del Sordo pasó a ser propiedad de su hijo Javier Goya en 1823, año en que Goya, al parecer para preservar su propiedad de posibles represalias tras la restauración de la Monarquía Absoluta y la represión de liberales fernandina, se la cede. La serie, a cuyos óleos Goya no puso título, fue catalogada por primera vez en 1828 por Antonio Brugada, quien las tituló, con motivo del inventario que realizó a la muerte del pintor. Han sido variadas las propuestas de título para estas pinturas. Desde entonces hasta fines del siglo XIX la existencia de las Pinturas negras fue escasamente conocida y solo algunos críticos, como Charles Yriarte, las describieron. En 1873, ante el inminente derribo de la finca, fueron trasladadas de revoco a lienzo por Salvador Martínez Cubells a instancias de Frédéric Émile d’Erlanger, un banquero belga, que tenía intención de venderlos en la Exposición Universal de París de 1878. Sin embargo, él mismo las donó, en 1876, al Museo del Prado. Hay consenso entre la crítica especializada en proponer causas psicológicas y sociales para la realización de las Pinturas negras. Entre las primeras estarían la conciencia de decadencia física del pintor, más acentuada si cabe a partir de la convivencia con una mujer mucho más joven, Leocadia Weiss, y sobre todo las consecuencias de la grave enfermedad de 1819, que postró a Goya en un estado de debilidad y cercanía a la muerte que refleja el cromatismo y el asunto de estas obras. Desde el punto de vista sociológico, todo apunta a que Goya pintó sus cuadros a partir de 1820, aunque no hay prueba documental definitiva, tras reponerse de su dolencia. La sátira de la religión, romerías, procesiones, la Inquisición, o los enfrentamientos civiles, el Duelo a garrotazos, las tertulias y conspiraciones que podría reflejar Hombres leyendo, una interpretación en clave política que podría desprenderse del Saturno: el Estado devorando a sus súbditos o ciudadanos. Por otro lado, muchos de los personajes de las Pinturas negras (duelistas, frailes, monjas, familiares de la Inquisición) representan el mundo caduco anterior a los ideales de la Revolución francesa. La única unidad que se puede constatar es la de estilo. Por ejemplo, la composición de estos cuadros es muy novedosa. Las figuras suelen aparecer descentradas, siendo un caso extremo Cabezas en un paisaje, donde cuatro o cinco cabezas se arraciman en la esquina inferior derecha del cuadro, apareciendo como cortadas o a punto de salirse del encuadre. Tal desequilibrio es una muestra de la mayor modernidad compositiva. También están desplazadas las masas de figuras de La romería de San Isidro, donde el grupo principal aparece a la izquierda, La peregrinación del Santo Oficio, a la derecha en este caso, e incluso en El Perro, donde el espacio vacío ocupa la mayor parte del formato vertical del cuadro, dejando una pequeña parte abajo para el talud y la cabeza semihundida. Desplazadas en un lado de la composición están también Las Parcas, Asmodea, e incluso originalmente, El aquelarre, aunque tal desequilibrio se perdió tras la restauración de los hermanos Martínez Cubells. 15 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte También comparten un cromatismo muy oscuro. Muchas de las escenas de las Pinturas negras son nocturnas, muestran la ausencia de la luz, el día que muere. Así sucede en La romería de San Isidro, el Aquelarre o la Peregrinación del Santo Oficio, donde una tarde ya vencida hacia el ocaso y genera una sensación de pesimismo, de visión tremenda, de enigma y espacio irreal. La paleta de colores se reduce a ocres, dorados, tierras, grises y negros; con sólo algún blanco restallante en ropas para dar contraste y azul en los cielos y en algunas pinceladas sueltas de paisaje, donde concurre también algún verde, siempre con escasa presencia. Si se atiende a la anécdota narrativa, se observa que las facciones de los personajes presentan actitudes reflexivas o extáticas. A este segundo estado responden las figuras con los ojos muy abiertos, con la pupila rodeada de blanco, y las fauces abiertas en rostros caricaturizados, animales, grotescos. Contemplamos el tracto digestivo, algo repudiado por las normas académicas. Se muestra lo feo, lo terrible; ya no es la belleza el objeto del arte, sino el pathos y una cierta consciencia de mostrar todos los aspectos de la vida humana sin descartar los más desagradables. No en vano Bozal habla de una capilla sixtina laica donde la salvación y la belleza han sido sustitui das por la lucidez y la conciencia de la soledad, la vejez y la muerte. Las pinturas murales de la Quinta del Sordo (Pinturas Negras) han sido determinantes en la valoración del pintor aragonés en el mundo actual. Los artistas del Expresionismo alemán y del Surrealismo, o los representantes de otros movimientos artísticos contemporáneos, así como el mundo de la literatura e incluso del cine, han visto en esta serie de composiciones de Goya viejo, aislado en su mundo y creando con absoluta libertad, el origen del arte moderno. Goya en Burdeos (octubre de 1824–1828) En mayo de 1823, las tropas del duque de Angulema toman Madrid con objeto de restaurar la monarquía absoluta de Fernando VII y se produce una inmediata represión de los liberales que habían apoyado la constitución de 1812, vigente de nuevo durante el Trienio Liberal. Goya temió los efectos de esta persecución solicita al rey un permiso para convalecer en el balneario de Plombières que le fue concedido. Goya llega a mediados de 1824 a Burdeos y aún tiene energía para marchar a París en verano, volviendo a Burdeos en septiembre donde residiría hasta su muerte. Allí pinta La lechera de Burdeos (hacia 1826), lienzo que ha sido visto como un directo precursor del impresionismo. El cromatismo se aleja de la oscura paleta característica de sus Pinturas negras. Presenta matices de azules y toques rosados. El motivo, una joven, parece revelar la añoranza de Goya por la vida juvenil y plena. Del mismo modo, acabada su vida, Goya rememora el color de sus cuadros para tapices y acusa la nostalgia de su juventud perdida. La serie de grabados de cuatro estampas Los toros de Burdeos. En los dibujos de estos años tienen presencia dominante las clases humildes, los marginados y ancianos como el que se supone contrafigura de Goya, aunque no autorretrato, un barbudo anciano que camina con la ayuda de bastones titulado «Aún aprendo». También siguió pintando al óleo. Leandro Fernández de Moratín, en su epistolario, principal fuente de noticias sobre la vida de Goya en estos años, escribe a Juan Antonio Melón que «pinta que se las pela, sin querer corregir jamás nada de lo 16 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte que pinta». Destacan los retratos a sus amigos, como el que hace al propio Moratín a su llegada a Burdeos que se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Bilbao o aquel en que retrata a Juan Bautista de Muguiro en mayo de 1827. El 26 de marzo de 1828 le visitaron en Burdeos su nieto Mariano y su hijo Javier. La emoción quebrantó su ya delicado estado de salud y le obligó a guardar cama, postración de la que ya no se recuperará. Muere el 15 de abril de 1828. Sus restos descansan hoy en la ermita de San Antonio de la Florida de Madrid. 2.INTRODUCCIÓN:ROMANTICISMO:DELACROIX; REALISMO:COUBERT. ROMANSTICISMO Las ambiciones imperialistas de Napoleón, al tratar de someter a los países europeos, despertaron en estos un exaltado patriotismo. Los horrores y crueldades de la guerra conmovieron la mente de los europeos que gustaron de buscar en el pasado el paralelo a las heroicidades que por entonces se prodigaban. Así se produce el advenimiento del Romanticismo, cuando aún el movimiento neoclásico se halla en plena euforia. Con la caída de Napoleón y la consolidación de los regímenes políticos de la Restauración, que intenta borrar de Europa cualquier vestigio de la Revolución Francesa, este movimiento cultural se convierte en bandera de las jóvenes generaciones que aspiran a encarnar en la política, la literatura, la filosofía y todas las artes los principios revolucionarios que en 1814 quedan momentáneamente soterrados. El Romanticismo es antes que nada un grito de libertad. Si el Neoclasicismo con su espíritu de medida localizó sus modelos en el mundo grecorromano, en la primera mitad del siglo XIX el Romanticismo bebió su inspiración en la ensoñadora Edad Media, llena de apasionamiento y fantasía, apelando al sentimiento individual, a la pasión del artista, otorgando primacía a sus emociones. La pasión y el pensamiento se expresan con violencia. Existe una hartura de razón. Se exalta a Don Quijote ponderándose en locura y soledad. El hombre está en lucha con todo, incluso consigo mismo. Se produce un desequilibrio que incluso incide en lo patológico. La enfermedad, con el Romanticismo, penetra en el dominio del arte. Los pintores hallan un filón en la enfermedad, sobre todo en las mentales, la peste, la locura están de moda. El artista llega a la más desaforada libertad. Hay una exaltación de lo personal, el amor deviene delirio más también el odio y la desesperación sacuden al individuo; tal es la tensión, que el suicidio se convierte en ocasiones en salida para los problemas. El verdadero romántico se deja llevar por los mayores arrebatos, la intensidad reemplaza a la medida. El arte es acción. Se indaga más allá de lo visible. Se invoca lo desconocido y misterioso, el pensamiento se adentra en las negruras de la noche. Se ve con el sentimiento no con los ojos. Ahora bien, si el artista vive esta aventura de verdad, el cliente lo toma como divertimento. 17 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte El Romanticismo trae consigo como natural reacción el interés por los estilos de la Edad Media. Víctor Hugo convierte a Nuestra Señora de París en el tema de una de sus novelas más famosas y Chateaubriand escribe el elogio de las catedrales góticas. Por su parte el arquitecto Viollet-Le-Duc, después de estudiar con entusiasmo la arquitectura gótica y de restaurar importantes monumentos medievales: Chartres, Reims, Notre Dame, así como la ciudad entera de Carcasona, emprende en sus escritos la defensa de aquel estilo. Como consecuencia de todo ello, con el mismo entusiasmo con que los neoclásicos se han dedicado a la imitación del Partenón, se entregan ahora los románticos a resucitar las catedrales góticas, cuyos anhelos celestiales están indudablemente más a tono con la exaltada espiritualidad de la época. Pero aún más que el Neoclasicismo el Romanticismo arquitectónico carece de fuerza creadora, y esa incapacidad hace que la imitación no tarde en extenderse a otros estilos como el Románico o el Mudéjar. PINTURA ROMÁNTICA El siglo XVIII exaltó la razón, el Romanticismo pondrá el sentimiento como punto de arranque de toda creación artística. El paisaje deja de ser real y se puebla de misterios: gnomos, princesas encantadas, el diablo. El hombre se siente nada en medio de la naturaleza, pero su espíritu sobrenada en las formas agitadas de los árboles, en los temblores de la luz crepuscular en la fuerza de la tempestad, el estampido del rayo, bravura de las olas negras. Una naturaleza omnipotente deja al hombre tembloroso e indefenso. El paisaje cobra relevancia especial. Los ingleses como Turner (1775-1851) representan una naturaleza tempestuosa de incendios y tormentas reales donde los efectos de la luz y el color crean una atmósfera cambiante, y los alemanes como Friedrich (1774-1840) optan por la quietud imaginaria de las cordilleras, acantilados y lagos nórdicos contemplados por silenciosos y solitarios caminantes vueltos de espaldas al espectador. Otros temas comunes a toda la pintura romántica europea van a ser las ruinas de las iglesias que son interpretadas como una muestra de la decadencia de la fe católica que es menester revitalizar; y los cementerios a la pálida luz de la luna que prefiguran la obsesión por la muerte y sus fantasmas, la melancolía y la soledad. Pero de todos los azotes la guerra es el peor. El romántico descubre con Goya los horrores de la guerra. Hay una exaltación de la libertad y del patriotismo. Se odia al tirano, la ofensa se lava con sangre: oleada de duelos. Descubre el tema del cementerio que es una creación higiénica del neoclasicismo, pero los románticos lo habitan con su imaginación: apariciones, citas de personajes. España se pone de moda por el pintoresquismo de sus bandoleros y los asaltos a las diligencias, y por su pasado islámico. Nada mejor que el retrato para resumir el espíritu romántico. Porque en él no hay retórica ni elementos descriptivos. En el descendemos a las profundidades del alma que se intuye cargada de melancolía. Una serena tristeza, un pabilo conmovedor, una ternura infinita se advierte en esos rostros que nos contemplan desde su soledad. La pintura romántica rechaza las convenciones neoclásicas y saltando sobre ellas enlaza con los valores de la pintura barroca. Podemos destacar como signos característicos: 18 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte 1. La recuperación de la potencia sugestiva del color en detrimento del dibujo neoclásico; así se liberan las formas, los límites excesivamente definidos y se divorcia el arte pictórico y escultórico. Goya que ha demostrado que no puede un pintor desertar nunca del color se convierte en paradigma técnico. 2. Con el cromatismo resucitan las luces vibrantes, que refuerzan a las manchas en su tarea de destructoras de las formas escultóricas. 3. Las composiciones dinámicas, cuyas líneas directrices están marcadas por las posiciones convulsas y los gestos dramáticos que contrastan con las figuras quietas verticales o sentadas del Neoclasicismo. 4. El culto al paisaje no es sólo una inclinación del pathos romántico sino también un recurso para desplegar colores luminosos y para encuadrar entre nubes eléctricas y oleajes furiosos los grupos humanos, con lo cual los objetos pierden su aspecto convencional para traducir, más allá de su dimensión visual, los estados del ánimo. 5. Los temas de las revoluciones políticas o los desastres que señalan un enfrentamiento fatalista con la naturaleza (como la balsa de la Medusa de Gericault) definen la postura de los pintores al lado de escritores políticos y filósofos en la edificación de un mundo nuevo. En 1824 abre sus puertas el Salón de París con una exposición de pinturas inglesas y francesa. En él expone Delacroix su Matanza de Quíos. El paisaje inglés de Constable (1776-1837) señala el camino de los pintores franceses. El contraste con el seco estilo neoclásico es demasiado fuerte para que la reacción no cobre vuelos de triunfo. A partir de entonces la pugna se agudiza y los románticos aguantan los dardos que sobre ellos lanzan los neoclásicos parapetados en los principales cargos de la nación. El Mundo Antiguo empieza a pasar a segundo plano y la Edad Media a ocupar su puesto. Junto a ella se convierte el Próximo Oriente en tema preferido de los pintores franceses, favorecido por la nueva empresa nacional de la conquista de Argelia y la rica policromía del pueblo árabe que se convierte en el mejor antídoto contra el pobre colorido daviniano. Los acontecimientos contemporáneos y el exotismo oriental se convertirán en otra fuente temática. EUGENIO DELACROIX (1798-1863) Toma sus asuntos de la literatura, de la historia y de los episodios contemporáneos, pero tan sólo presta atención a lo fantástico y simbólico. Es el prototipo del artista ilustrado. Al mismo tiempo es teórico del Arte. Sus ideas van quedando recogidas en su Diario libro precioso para el conocimiento de la pintura de su época. Mientras que su visita a Inglaterra, después de la Exposición de 1824, le descubre las perfecciones técnicas de los grandes pintores ingleses, el viaje a Marruecos deja en su fogoso temperamento huella mucho más profunda deslumbrado por la luz y los derroches de color de Oriente. Maneja el color con imaginación alejándose de la naturaleza. Llega a concebir armonías policromas de un efecto desconocido, rompiendo con la reglamentación neoclásica. Sus teorías se basan en una reflexiva actitud sobre los colores. Odia el gris como enemigo de la pintura ya que para él este arte no tiene ninguna relación con la escultura cuyo bulto se procura acentuando los contrastes de lo blanco y negro. Ama el color puro, prefiriendo las tonalidades fuertes. Es el colorista más grande de los tiempos modernos. Prevé el valor que tienen los colores complementarios mucho antes que los 19 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte impresionistas. Dante, 1822. Obra inspirada en Gericault. Su sentido romántico se acusa en la presencia de lo tenebroso y en la fuerza expresiva de los condenados que se agarran desesperadamente a la barca. La matanza de Quíos, 1824. Exalta el heroísmo de los griegos que luchan por su independencia. Se inspira en Lord Byron, si bien la exaltación de las miserias de la guerra reconoce la influencia de Goya. Oportunismo de la pintura. Los griegos luchan por su independencia, en su ayuda llegan voluntarios de todos partes entre ellos Lord Byron, esto motiva la exasperación de los turcos que provocan la terrible matanza. Fue un condenatorio cartel de propaganda antiturca. Muerte de Sardanápolos, 1827. La fuerza romántica estalla impetuosa. En el centro se encuentra el monarca asirio contemplando impasible como sus servidores dan muerte a las mujeres de su harén. Es una orgía de sangre. Hierven los cuerpos angustiados revolviéndose como descomunales serpientes. Es la obra más movida de Delacroix. Lo mismo que Rubens en sus grandes composiciones mitológicas, amontona hermosos desnudos femeninos, corceles encabritados y aparatosas vajillas de oro. La libertad conduciendo al pueblo, 1830, inspirado en Goya. Una mujer con la bandera tricolor en la mano arrastra al pueblo en la revolución de 1830 contra Carlos V de Francia. En 1832 emprende un viaje al Norte de África que cambia el rumbo de su pintura. Aparecen esas mujeres árabes y judías de ojos negros reverberantes, llenos de misterios. Introduce en el Romanticismo el tema oriental. La mujeres de Argel, 1834. También le interesó la pintura decorativa como lo muestra la Lucha de Jacob y el Ángel, 1855, en la iglesia de San Sulpicio de París, el más próximo al arte de Rubens. GERICAULT (1791-1824) En él hay todavía un temperamento más ardiente que en Delacroix. Oficial de cazadores a la carga, 1812, influencia del estilo de Rubens e interés en la representación de un asunto contemporáneo. La balsa de la Medusa, 1819, es todo un manifiesto romántico. Recoge el naufragio de la fragata Medusa en 1816, cuyos supervivientes construyeron una balsa, pero faltos de alimentos se devoraron los unos a los otros y llegaron a enloquecer. Aquel cuadro sacudió a toda Francia y se politizó. La coloración es intencionadamente sucia y terrosa. La acumulación de cuerpos y la violencia de los escorzos testimonian el efecto que produjo sobre el pintor el Juicio Final de Miguel Ángel. Para ser más fiel al retrato acudió a los hospitales para observar de cerca la muerte. En su taller construyó una balsa y dos de los personajes son retratos de los salvados en el naufragio. Diez cuadros de dementes, 1821-24. De los que se conservan 5. Se los encargó un psiquiatra y tomó para realizarlos los modelos directamente del manicomio. De ahí el valor que encierran en la historia de la medicina. Encarnan pasiones dominantes en el 20 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte hombre capaces de desencadenar un estado demencial, así la cleptomanía, la envidia, la gloria militar, el juego. Es bien sabido el interés de los románticos por la locura. El caballo constituye uno de sus temas favoritos, ensalza las batallas napoleónicas, pero se sirve siempre del jinete que trata de gobernar el ímpetu del caballo fuera del escenario bélico componiendo bellas carreras Derby de Epsom, 1821. REALISMO El siglo XIX es un siglo contradictorio. El Neoclasicismo sigue vigente en todo el siglo XIX. Los escultores buscan su inspiración en el clasicismo y en el Renacimiento, pero pronto se inicia el ávido estudio de la realidad. Hacia 1850, cuando la disputa entre neoclásicos y románticos había llegado al agotamiento surge en la escena artística un tercer grupo en discordia: los realistas. Estos reaccionaron ante la excesiva idealización de unos y otros optando por reproducir íntegramente la realidad cotidiana. Los realistas pensaban que la historia, ya fuese clásica, medieval u oriental, no debía inspirar al arte, sino las transformaciones promovidas por la ciencia y la industria en la condición humana. Políticamente los artistas realistas fueron republicanos entregados a la clase trabajadora. Frente a la fantasía característica de los pintores románticos, surge en Francia durante los años 50 y 60 un grupo de pintores que pretenden reflejar la realidad social en concreto, la realidad del pueblo oprimido en un momento de ascenso de la burguesíacon la mayor fidelidad y, al mismo tiempo con la mayor simplicidad posible, sirviéndose de la pincelada firme que origina formas precisas alejadas ya de la exaltación cromática del Romanticismo. La pintura no quiso sustraerse de la lucha de clases, claramente asociada a la Revolución Industrial, que protagonizaría el pensamiento de uno de los filósofos más influyentes de nuestra Historia Contemporánea: Karl Marx. Desde mediados del XIX el mundo experimenta una gran transformación. La época de la gran industria ha nacido. Se está operando la segunda Revolución industrial. Surge una nueva entidad social: la clase trabajadora, el proletariado. Se exalta el trabajo, se protagoniza la realidad. Pero el obrero viene uncido a la miseria y a la servidumbre y más que un canto lírico del trabajo se representa una censura contra su rudeza. Late un fondo de protesta y un deseo de mejora social. Se impone el tema social cuyo protagonista es el obrero. Unas veces al servicio de un ideal descriptivo, como es la representación del trabajo, otras inmortalizado en su aislamiento, provisto por todo emblema de las herramientas de trabajo. La Revolución industrial, las reformas sociales y políticas han operado este cambio. Pescadores, obreros metalúrgicos, mineros eran especialmente esfigiados porque comportaban los empleos más abnegados y peligrosos. El sufrido campesino carece de mentores puesto que constituye en el mundo del trabajo el sentido de la continuidad del pasado. Es notable el afán por heroizar a los nuevos protagonistas, que si no mueren en el campo de batalla sucumben víctimas de la dureza de su tarea, aunque el Realismo se niega a idealizar las imágenes: el hombre es representado en sus tareas normales y el tema de la fatiga se convierte en motivo fecundo de inspiración. 21 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Impónese la realidad como base del arte. En el hombre mismo lo social y lo político acaparan todo el interés. Desaparece toda preocupación por el alma. El objeto sube de valor. El realismo se enfrenta con el objeto. Es un mérito para él haber sabido encontrar belleza en un trozo despreciable, un harapo, un sombrero, unas botas. Factores del realismo: 1.La definitiva implantación de la burguesía, que ahora olvida los principios que enarboló en 1789 y prefiere saborear los placeres de la vida: para los artistas constituye una clientela poco propicia al aplaudir los temas íntimos o de evasión. 2.El positivismo filosófico de Augusto Comte. Quien considera como fuentes únicas de conocimiento la observación y la experiencia. 3.La conciencia en los artistas de los terribles problemas sociales de la industrialización: trabajo de niños y mujeres, horarios extenuantes, viviendas insalubres. 4.El desencanto por los fracasos revolucionarios de 1948 es el estímulo inmediato. El arte abandona los temas del tipo de la libertad guiando al pueblo de Delacroix o la Marsellesa de Rude y se concentra en los temas sociales. Este movimiento es de escasa novedad en el aspecto puramente técnico. Revolucionario frente a las normas del Neoclasicismo, su técnica es sin embargo la tradicional barroca. Pero en cambio los temas preferidos delatan una nueva actitud ante la vida. La frase de Coubert: "Si queréis que os pinte diosas, mostrádmelas" revela claramente su deseo de atenerse al natural. Pero a esta actitud naturalista, que agrega poco a las grandes escuelas barrocas, viene a unirse un interés social que refleja las preocupaciones de los nuevos tiempos. GUSTAVE COURBET (1819-1877) Nieto de revolucionario y amigo personal del apóstol del socialismo: Proudhon, será la cabeza visible de este movimiento pictórico, acaudillando el realismo del que llegó a ser teorizante. Considera que la pintura, al igual que la literatura, tiene una finalidad social y siente el orgullo de ser llamado realista. Pinta sirviéndose de grandes manchas con gruesos toques de negro. Reacciona contra todo lo clásico. Los Picapedreros, 1849, son un retazo de la vida trabajadora donde late una condenación contra esta vida como fiel reflejo de las ideas políticas, elevando a valor de símbolo la miserable existencia de los peones camineros. Son la "moral en acción", el fin y el comienzo de la vida del hombre que de niño lleva piedras en una espuerta y termina a los setenta años picándola de rodillas. En la Salida de los bomberos corriendo hacia un incendio, 1850, expresa los accidentes laborales a que están expuestos. El público y la crítica rechazaron estos asuntos contemporáneos, calificándolos de “feos” por romper con la idea convencional de elegancia que debía presidir la temática de la vida urbana o rural. Un entierro de Ornans, 1850, que Coubert consideró el “entierro del Romanticismo” representa a medio centenar de paisanos de su pueblo natal, asistiendo al sepelio de un campesino en el cementerio. La composición y el formato enlazan con los retratos de grupo de la escuela barroca holandesa, pero los integrantes de la 22 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte procesión fúnebre carecen de las poses estudiadas y de la grandilocuencia académica. Es un cuadro desconsolador. Si en el entierro del Conde de Orgaz el espíritu se eleva, aquí todo deprime, el cielo plomizo y los acantilados de Ornans pesan sobre estas gentes secas y adustas. En las Cribadoras de trigo, 1854, reivindica al obrero rural. El encuentro, 1854, también conocido como Buenos días, señor Coubert. En 1855, ante el rechazo sistemático de sus obras por los jurados de los salones oficiales decidió abrir un barracón frente a la entrada de la Exposición Universal de París. Lo rotula con el nombre de “Realista” y en su interior expone 43 lienzos presididos por el Estudio del Pintor que define como “Una alegoría real de su taller” y donde con una prodigiosa técnica de empastes, demuestra su talento como paisajista y retratista. En el centro Coubert se autorretrata pintando un paisaje que le inspira su única musa, la Verdad, bajo la apariencia de una joven desnuda. A la derecha aparecen los admiradores de su pintura: el socialista Proudhon, el poeta Baudelaire y el coleccionista Brujas y a la izquierda el conjunto de la sociedad, explotadores y explotados, de cuyas costumbres debía ocuparse el arte por igual. En Las muchachas al borde del Sena, 1856, denuncia la situación marginal de las prostitutas, escandalizó por la manera tan antiacadémica con que extienden sus cuerpos por el suelo, pero tratando el detalle Courbert ha descubierto inéditos sentimientos de belleza: la hierba, los árboles, los animales han recogido lo más poético de la siembra del pintor, he aquí como tratando de dominar a la naturaleza ésta le ha venido a descubrir todo su encanto. Retorno de la Conferencia, 1863, lanza una sátira feroz contra los religiosos. El había dicho que era un hombre sin ideal y sin religión. Alcanza su genio cuando se entrega a pintar sin predisposición la naturaleza. La Ola, 1870, tiene todo el valor de un símbolo. En el sencillo rizo de una lámina de agua la fuerza de la naturaleza han quedado soberbiamente caracterizadas. El origen del mundo,1866, famosísimo desnudo femenino. Largamente oculto, ingresó en el Musée d'Orsay de París y no se exhibió de manera continuada hasta fecha reciente. El sueño, 1866, trata un tema morboso para la época en que vivió el artista: la relación sexual entre dos mujeres. Aún es objeto de debate si se trata sólo de representar el sueño inocente de dos amigas o se trata de una obra sobre el amor lésbico. Su compromiso político con la Comuna de París, le lleva a ocupar en 1870 el cargo de presidente de los museos de Francia, decretando el desmantelamiento de la Columna Vêndome, que servía de peana a una estatua de Napoleón. Restablecido el orden fue condenado por la Asamblea Nacional a seis meses de cárcel y a pagar la reposición del monumento devastado. Huye a Suiza donde pasa sus últimos años pintando paisajes y retratos, reflejando la realidad de forma objetiva, sin embellecerla. 23 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Es el prototipo del artista maldito, pero es verdad que se ganó a un sector del público que actuó en defensa suya tanto por razones políticas como estéticas. Insistimos su realismo no parece hoy estar dotado de la crudeza con que fue juzgado en su época. Hay una carga poética y delicada que rezuma en sus lienzos especialmente en el paisaje. HONORE DAUMIER (1808-1879) Su formación es fundamentalmente de dibujante por eso el perfil sinuoso y cortante de sus figuras. Romántico de ascendencia predicó con la caricatura sembrando el terreno del expresionismo. En su pintura reencarna a Goya y a Gericault. Sus litografías le dieron fama. En la titulada Libertad de Prensa, 1832, indica bien el estado político de la época como lo demostró por su atrevimiento, acabando en la cárcel. En otras sintetizó la realidad yendo directamente a expresar intenciones político-sociales. Gente de justicia, 1845. También ilustró el Quijote, 1868. Su cuadro El vagón de tercera, 1862, es claro indicio de su preocupación por las clases humildes. Gran observador hace convivir en el vagón a obreros con personajes de sombreros de copa. MILLET (1814-1875) Pinta campesinos lejos del trabajo de la ciudad, ajenos a las nuevas ideas políticas, campesinos que creen y oran, que bendicen el trabajo. Aficionado a las lecturas bíblicas un sentido religioso se halla en todas sus pinturas. Pero no son sus lienzos un alegato político como los de Coubert y los realistas, no son sus campesinos siervos de una burguesía dominadora, no están ungidos al campo como las bestias al arado. Sienten la fatiga y de vez en cuando han de levantar la vista para descansar: El hombre de la azada, o suspenden voluntariamente la tarea para orar: El Ángelus, 1857, se percibe el alivio del campesino que descubre en el campo un amigo y nota en él la presencia de Dios. Las Espigadoras, El sembrador, Los gavilladores, El aventador, etc. Sus paisajes como la Primavera en Barbizon guardan un tierno romanticismo pero sus luces alumbran ya el camino de los impresionistas. Si Coubert representa el realismo puro, el del XIX, Millet nos ha deparado un ejemplo admirable de realismo clásico que no conoce épocas. COROT (1796-1875) Puede considerarse que Camille Corot es el precedente más claro de los impresionistas, ya que fue el primero que le dio gran importancia a la pintura al aire libre. La revolución impresionista radicaba precisamente en la fidelidad a la sensación óptica obtenida ante la naturaleza en determinadas condiciones de atmosféricas y de luz. Corot fue el primer pintor que expresó esa sensación en sus cuadros. Corot aunó la herencia clásica y romántica en el paisaje, sumando a la solidez compositiva de la tradición la frescura de la ejecución al aire libre, la paleta clara y el sentido de lo fragmentario. Sin él, quizás no hubiera sido posible el valor espacial y 24 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte constructivo que, años después, Cézanne le daría a la pincelada impresionista, poniendo con ello el primer peldaño de la historia de la pintura moderna. ESPAÑA El realismo está representado en la 2ª mitad del siglo XIX por la pintura de historia. Enormes lienzos cubiertos de figuras y de un sinfín de detalles secundarios que desperdigan la atención. Deriva de la romántica, pero mientras el pintor romántico pintaba cuadros de historia con afán de exaltar el espíritu, sin preocuparle en exceso la exactitud histórica, el realista es erudito y da una mayor importancia a la verosimilitud. La Rendición de Bailen de José Casado de Alisal, 1864. Desde el punto de vista técnico es mucho más sensible al estilo realista, a la factura suelta y al color como lo prueba este cuadro, obra maestra del género. Inspirada en las lanzas de Velázquez. Es toda una lección de ética de guerra y de adecuada interpretación del paisaje, pero aparte de ello existe una escenificación natural elogiable pues hasta se percibe el calor sofocante que ciertamente influyó en el combate. El fusilamiento de Torrijos de Antonio Gisbert, 1888. Con cierta evocación goyesca se experimenta toda la espantosa frialdad de la muerte que hasta se palpa en la desapacibilidad del ambiente, aparte de que el artista ha calado hondo en la variada expresividad de los personajes sin sumirse en la retórica. El Testamento de Isabel la Católica. Es el mejor cuadro de historia, de Eduardo Rosales, 1864, pintor malogrado pues fue presa muy joven de la tuberculosis pero con excepcional talento. Convence sobre todo por la naturalidad del ambiente, lejos de todo retoricismo: sobriedad y rancia elegancia de Velázquez. Las figuras permanecen inmóviles, perplejas, sin poder reaccionar ante la irreparable pérdida de la reina. El sentido de lo trágico, también sobriamente expresado, brilla en la Muerte de Lucrecia, 1871, pintado también por Rosales con colores claros y transparentes que recuerdan la acuarela. Doña Juana la Loca acompañando el cadáver de Felipe el Hermoso, 1878 y La rendición de Granada ambos de Francisco Pradilla. Los Amantes de Teruel de Antonio Muñoz Degrain, 1884. 3.-ARQUITECTURA.HISTORICISMOS. EFIFICIOS DE HIERRO Y CRISTAL. EL MODERNISMO. HISTORICISMOS. La arquitectura neoclásica fue la indiscutible protagonista del primer tercio del XIX. Posteriormente aparecen los historicismos, esto es, la resurrección de estilos ya desaparecidos como solución ante el gran dilema de hallar el estilo apropiado a todos los cambios que se habían producido. El Romanticismo trae consigo como natural reacción el interés por los estilos de la Edad Media. Víctor Hugo convierte a Nuestra Señora de París en el tema de una de 25 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte sus novelas más famosas y Chateaubriand escribe el elogio de las catedrales góticas. Por su parte el arquitecto Viollet-Le-Duc, después de estudiar con entusiasmo la arquitectura gótica y de restaurar importantes monumentos medievales: Chartres, Reims, Notre Dame, emprende en sus escritos la defensa de aquel estilo. Como consecuencia de todo ello, con el mismo entusiasmo con que los neoclásicos se han dedicado a la imitación del Partenón, se entregan ahora los románticos a resucitar las catedrales góticas, cuyos anhelos celestiales están indudablemente más a tono con la exaltada espiritualidad de la época. A esto hay que unir los mundos lejanos y exóticos que se conocieron gracias al colonialismo. El reparto de África y Asia por parte de las potencias europeas sirvió para dar a conocer culturas absolutamente ignoradas hasta entonces. Lo exótico para el hombre representa lo pintoresco, un concepto que se manejará con bastante frecuencia. Pero aún más que el Neoclasicismo el Romanticismo arquitectónico carece de fuerza creadora, y esa incapacidad hace que la imitación no tarde en extenderse a otros estilos como el Románico el Bizantino o el Mudéjar en un intento por ahondar en el pasado para encontrar el estilo que mejor caracteriza a un pueblo, el modelo nacional. Así es como surgen el Neogótico, el Neorrománico o el Neomudéjar, entre otros muchos estilos. Esto supuso una investigación y una reflexión sobre los mismos, la verdadera valoración de estilos que hasta el momento habían sido olvidados y despreciados. Junto al historicismo debemos de hablar de eclecticismo, consistente en mezclar diferentes estilos en una misma obra en un intento de fusionar lo mejor o lo más representativo de cada uno de ellos. El Gótico sencillo de los primeros tiempos será desde entonces el estilo preferido para los templos cristianos, puesto que es el que mejor encarna el ideal de oposición del Romanticismo al arte oficial clasicista sobre todo en el norte de Europa, que creía acercarse así al encuentro de sus raíces histórico-medievales encontrando su propio yo en la verticalidad y funcionalismo que fue siempre constante de su espíritu frente a la horizontalidad y reposada belleza latina. Inglaterra, Francia y Alemania admiran en el Gótico no sólo su belleza formal sino su lógica constructiva. En Inglaterra el Gótico no ha dejado de emplearse y allí será donde se construye el edificio de mayores proporciones de este estilo: el Parlamento de Londres obra de Charles de Barry y Augusto Welby Pugin, que hizo la decoración y los detalles ornamentales, defendiendo la sobriedad al afirmar que no estaba interesado en enmascarar la belleza de las formas góticas. El Parlamento se extiende sobre una plataforma de hormigón a lo largo de casi tres hectáreas al borde del río Támesis. Los muros son de ladrillo y piedra, empleándose también el hierro fundido en algunas columnas sustentantes de espacios demasiado amplios, y también algunas cubiertas. La primera impresión es la de estar ante una obra de una tremenda horizontalidad solo interrumpida por las torres. Los elementos se repiten ordenada y rítmicamente al tiempo que mantienen la fidelidad al estilo Gótico. También habría que destacar el Royal Pavillon en Brighton, de John Nash, edificio que puede ser definido como un extraordinario conjunto oriental en el que se funden elementos bizantinos, góticos, chinos e islámicos. Y el Panteón de Regent, hoy desaparecido, en el que James Wyatt hizo una réplica de la iglesia de Santa Sofía de Constantinopla en Londres. 26 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Franceses y alemanes prestigian también el Gótico en sus edificios religiosos, restaurando y completando catedrales inconclusas o edificando iglesias nuevas. En cambio, prefieren el Neorrenacimiento para las obras civiles. Así lo acreditan los franceses en la homogénea red de viviendas que surcan las avenidas radiales y bulevares de París que partiendo del Arco de triunfo, en la Plaza de la Estrella conectan con el Museo del Louvre a través de los Campos Elíseos. Lo ejecuta George Eugene Haussman que hace el Plan de Reforma urbana de París, 1852-70, en el II Imperio con Napoleón III. El Arco Triunfal de la Estrella, mandado erigir por Napoleón I en 1806 constituye el punto focal del cual parten 12 avenidas radiales con el propósito de que la artillería pudiera abatir cualquier revuelta social. Estas arterias se interconectaron mediante bulevares de circunvalación, surcados de árboles y fachadas de viviendas con 6 plantas que copian modelos del Louvre y Versalles. También se levantaron en esta época algunos teatros y óperas entre los que sobresale por su belleza la Ópera de París, obra de Charles Garnier. Unos de los puntos más hermosos es la escalera que supera en barroquismo a otros edificios puramente barrocos. Esta obra inspiró la creación de otros edificios como el Casino de Montecarlo. Idéntico eclecticismo siguen los alemanes en los deliciosos castillos de hadas que manda erigir Luis II de Baviera. En España el medievalismo se regionaliza. Asturias recupera el Neorrománico en la Colegiata de Covadonga y Cataluña el Neogótico en la Universidad de Barcelona, pero el templo de mayores proporciones concebido en este estilo es el madrileño de la Almudena trazado por el Marqués de Cubas y del que sólo se llegó a construir una pequeña parte. Neogótico su interior, Fernando Chueca Gótica ha terminado la fachada en estilo Neoclásico para hacer juego con el Palacio Real que tiene enfrente. Pero será el Neomudéjar el estilo que mejor defina el historicismo español reflejándose en todo el territorio nacional a través de plazas de toros, cárceles y estaciones de ferrocarril. Estos edificios se desarrollan bajo dos principios inmutables: el uso del ladrillo como material de construcción y un repertorio estructural y decorativo basado en los arcos califales de la mezquita, los paños de sebka almohades que tapizan la Giralda y en las yeserías de la Alhambra. EDIFICIOS DE HIERRO Y CRISTAL. Las nuevas necesidades de la sociedad hacen que se construyan nuevos tipos de edificios. Se producirá una reorganización de las ciudades que atraen a la mayor parte de la población dado el crecimiento que experimentó con la Revolución industrial. Los edificios se adaptan a las nuevas necesidades y costumbres de esta sociedad. Se construyen espacios destinados a albergar las Exposiciones Universales, estaciones de ferrocarril, puentes, fábricas, bibliotecas, museos y grandes mercados. La Revolución industrial trajo consigo diferentes elementos que contribuyeron a dar un giro a la arquitectura: uno de ellos fue el descubrimiento de los nuevos materiales. Las principales aportaciones son el hierro colado, el acero y el hormigón armado y, por la forma de su empleo, el vidrio. Las ventajas que suponía su utilización 27 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte eran muchas: 1.Se producían en grandes cantidades y a bajo costo. 2.Eran fácilmente transportables en forma de módulos prefabricados. Desde la fábrica iban directamente al lugar de la obra donde tan sólo había que montarlo. 3.Son recuperables. Si en algún caso el edificio se desmonta, los elementos se pueden reutilizar. 4.Se podían cubrir amplios espacios con menos puntos de apoyo. Se crean arcos más amplios y los muros tradicionales son sustituidos por el vidrio, lo que permite construir espacios más amplios y claros que se adecuan mejor a la función que debe cumplir un museo o una biblioteca, donde la luz es un elemento esencial. Este tipo de construcciones arquitectónicas pueden ser consideradas racionalistas o funcionalistas, dado que la forma se ha de identificar con la función. La arquitectura puramente de hierro, con su complemento de vidrio, no llega a triunfar salvo en los edificios industriales. En hierro se construye ya en 1803 el Mercado de Granos de París, material que se generaliza después en puentes, fábricas, estaciones etc. Los puentes se hacen de luces cada vez mayores, se podía hacer un puente de 200m. con tan sólo dos puntos de apoyo de escaso grosor. Puente Clifton, sobre el río Avon, en Bristol, de Brunel, 1864. Otro tipo de construcciones frecuentemente repetido es el de los invernaderos, algunos de ellos realmente bellos por su simplicidad, como el Jardín des plantes de París de Charles Rohault de Fleury, 1833. Las estaciones de ferrocarril son otro frecuente ejemplo de la arquitectura del momento. En estas el vidrio reemplaza no sólo al muro, sino también a la bóveda. La Estación del Norte, de París o la Station de Derby de Robert Stephenson son buenos ejemplos. El paradigma de la utilización de los nuevos materiales con grandes dosis de creatividad es Henri Labrouste quien construyó la Biblioteca de Santa Genoveva de París, 1861, y, su obra maestra, la Sala de Lectura de la Biblioteca Nacional, también de París, 1862, en la que las livianas cúpulas de cristal se alzan sobre arcos y columnas metálicas muy finas que proyectan una sombra mínima. Desde la sala de lectura se pueden ver los depósitos con capacidad para 900.000 volúmenes a través de una pared de cristal. El resultado es un espacio dilatado y con gran abundancia de luz, elementos ambos indispensables en una biblioteca. Las Exposiciones Universales tenían la finalidad de mostrar periódicamente al mundo los adelantos tecnológicos e industriales e incluso artísticos que se habían producido. Las primeras eran de ámbito nacional y resultaban un mecanismo para proteger la economía nacional y presentar los productos propios frente a los llegados de fuera. A partir de 1850 se hacen internacionales. Para la realización de estas Exposiciones se construyen arquitecturas efímeras que luego se desmontaron. Para la Exposición Universal que se celebró en Inglaterra en 1851 Joseph Paxton presentó el proyecto del Palacio de Cristal, del que se podían recuperar algunos elementos una vez que la exposición se clausurase puesto que eran prefabricados y se montaban 28 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte directamente sobre el terreno. Era un edificio de 550 m de largo realizado íntegramente con cristal y hierro, dotado de una gran amplitud y luminosidad gracias a la incorporación de galerías a diversas alturas. En 1855 se celebró en París otra Exposición promovida por Napoleón III, para la que se diseña el Palacio de la Industria que se utilizó durante algún tiempo y no fue demolido hasta 1900. En 1889 se volvió a elegir París como escenario de la Exposición para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa para la que se construyeron una serie de edificios en el Campo de Marte, pero la obra maestra y más famosa es la Torre Eiffel, realizada por Gustave Eiffel. Se trata de una estructura de 300m de altura, que hasta que se construyó el Empire State Building era el edificio más alto del mundo, y una planta de 125 metros de lado. Está realizada con hierro forjado y colado y no se revistió con ningún otro material. Pesa 10000 toneladas y lo componen 18000 piezas prefabricadas. Se sustenta sobre grandes arcos parabólicos y carece de funcionalidad alguna, por lo que debemos interpretarla como una exaltación de la nueva arquitectura. El cemento con varillas de hierro en su interior, es decir, el hormigón armado, no comienza a dominarse como material constructivo hasta la segunda mitad del siglo. En la Exposición de París de 1885 se exhibe una embarcación de armadura metálica revestida de cemento. En España destaca el Palacio de Cristal, estructura de hierro y cristal en el parque del Retiro, 1887, Madrid, de Velázquez Bosco, y la estación de Atocha, 1888, Madrid, Alberto de Palacio. LA ESCUELA DE CHICAGO Se trata de la primera vanguardia americana, surgida hacia 1871, a raíz de la destrucción por un incendio de la ciudad de Chicago que destruyó 17000 edificios de madera. Dentro de su planteamiento estético se cuestionan los métodos de la arquitectura tradicional y se propone incorporar los nuevos materiales de construcción. Sobre los restos de la ciudad se comienzan a construir viviendas, edificios comerciales, hoteles y oficinas en los que se ensayaban los nuevos sistemas constructivos, nace el rascacielos, bloques de 10 a 16 pisos. WILLIAM LE BARON JENNEY (1832-1907) Es el creador de esta Escuela. Estudió en París y trabajó como ingeniero durante la guerra civil, decidiéndose en 1868 a abrir un estudio de arquitectura en Chicago, del que saldrán los más importantes proyectistas del momento. Aportó a la arquitectura nuevos métodos de cimentación, se comienza a utilizar el pilar de hormigón, el cemento armado, los edificios están constituidos por esqueletos de acero que permiten aumentar notablemente la altura y abrir grandes ventanales que preludian la utilización del murocortina que tanto empleó Mies van der Rohe, uno de los más grandes arquitectos del XX. 29 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Otro elemento decisivo que permitió el nacimiento del rascacielos es la aparición del ascensor en 1864, creado por Otis que en sus orígenes funcionaba a vapor. En 1870 será sustituido por el ascensor hidráulico y en 1887 por el eléctrico. El edificio más importante de Le Baron Jenney es el Home Insurance Buiding, Chicago, 1885, primer rascacielos de la historia, en el que se reflejan todas las aportaciones teóricas. El muro está recorrido por una serie de vanos dispuestos de forma reticular. Este es uno de los aspectos que más van a preocupar a los arquitectos que hagan rascacielos: tratar de romper la monotonía que supone la disposición reticular de los vanos, para ello varían los ritmos y la dimensión de los mismos incluyendo voladizos, etc. Leiter Building II, Chicago, 1889. Usa la técnica de engarces a base de pilares, vigas y entramados. El sistema permite eliminar casi por completo el muro y abrir muchas ventanas, bow-windows, que permiten las iluminación y la ventilación. LOUIS HENRY SULLIVAN (1856-1924) En Chicago construyó el Auditorio, 1888, la fachada cobra vitalidad propia, estableciéndose la gradación y densificación de macizos y huecos, como en los palacios del Quattrocento florentino. Los primeros pisos son de granito en rústica mientras que los altos, de arenisca, se engloban en una serie de arcuaciones, sobre las que cabalgan los pisos del remate. El resultado es la estratificación compensada en sentido vertical y horizontal, y la comprensión del edificio como un todo íntegro y no como la simple multiplicación de plantas que eran los protorrascacielos al uso. Guaranty Building, 1894, de Búfalo, 1894 y los Almacenes Carson, 1899, Chicago, el edificio tiene una planta rectangular y está construido con una estructura basada en el acero, recubierta esta con una fachada telón a modo de cristaleras, con vanos apaisados en la mayoría de la fachada excepto en el remate curvo de la esquina del edificio, que son verticales. En cuanto a la decoración es básicamente nula, ya que la máxima de este estilo era que la belleza estaba en el mismo edificio, pero sí tenemos que destacar los relieves de la puerta de entrada, con motivos vegetales que recuerdan al Modernismo. Para la Exposición de Chicago de 1893 diseño el Transportation Building. HENRY HOBSON RICHARDSON (1838-1886) Estudió en París y se interesó en diferentes estilos, entre ellos el Románico, que conoció tras viajar por Francia y España, pero valoró sobre todo en la arquitectura la funcionalidad. Siempre pretendió que el edificio se adaptase a la función para la que había sido concebido. Su obra más importante son los Almacenes Marshall, 1913, de Chicago. 30 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte DANIEL BURHAM (1846-1912) Máximo exponente de la escuela de Chicago, que experimento nuevas técnicas constructivas con el hierro, fue a partir de 1891 cuando desarrolló su intensa actividad urbanística. Fue el director de trabajos de la Exposición Universal de Chicago de 1893 y diseñó varios edificios famosos como el Edificio Flatiron de Nueva York, 1902, en su extremo redondeado tiene 2 metros de ancho, tiene 22 pisos y 87 metros de alto. Diseñó el nuevo plano de Chicago, 1909. EL MODERNISMO Con el término Modernista se designa un movimiento, 1890-1914 aproximadamente, surgido entre finales del siglo XIX y principios del XX en Europa y en los EEUU que afectó especialmente a la arquitectura y a las artes decorativas. Sus orígenes y causas están en la Revolución Industrial, contra la que reaccionaron ardientemente personajes como Willian Morris, muy vinculado al movimiento prerrafaelista y al socialismo utópico, estando convencido de la necesidad de un profundo cambio social. El regreso al trabajo artesano era, para él, la mejor manera de combatir la alineación capitalista. La consecuencia de la producción artesanal de los objetos fue un notable encarecimiento de los precios, convirtiéndose en inaccesibles para la mayor parte de la población. El Modernismo se convierte así en el arte de la burguesía urbana y cosmopolita, lejos del alcance de la mayor parte de las clases populares. El Modernismo busca la belleza aplicada a todos los órdenes de la vida. Este planteamiento no sólo afectó a la arquitectura, escultura y pintura, sino que también se realizaron bellísimos diseños de objetos que forman parte de la vida cotidiana, como el papel pintado que decoraría las casas, las vajillas, el mobiliario, jarrones, joyas y ropas. Se buscaba el arte total, la unificación de todas las manifestaciones artísticas y que éstas quedasen englobadas bajo la arquitectura, en la que no se renunció al empleo de los nuevos materiales que la Revolución Industrial había aportado. Así lo que pretendían más que un enfrentamiento entre el arte y la industria era una alianza entre ambos que permitiese alcanzar la belleza en todos los ámbitos de la vida, estaciones de metro, marquesinas, farolas, vidrieras. La arquitectura modernista nunca enmascara los elementos estructurales, sino que aparecen al descubierto, como se seguirá haciendo en el XX. Se interesa por la naturaleza y sus formas, acentuando el carácter metamórfico y las grandes posibilidades decorativas que estas ofrecen. Determinados animales: libélulas, cisnes, mariposas, etc. y las flores son los motivos decorativos preferidos. Su característica definitoria fue la línea sinuosa, basada en los tallos vegetales, en las elegantes flexiones de los cuellos de los cisnes y de la cola del pavo real, y en el ritmo ondulante de la rizada melena femenina. Se pueden destacar dos tendencias: Por un lado, surge una arquitectura muy expresiva en la que se prefiere la curva y las formas ondulantes: Bélgica y Francia, mientras que existe una segunda vertiente en la que se opta por la línea recta, la simplificación y la geometrización que la aproximan a la arquitectura racionalista: Gran 31 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Bretaña, Alemania y Austria. Modernismo es el término que se ha establecido para hablar genéricamente de este movimiento que recibe distintos nombres. En 1893, influido por precedentes ingleses, nace en Bruselas en el aspecto decorativo el llamado Velde Stile. Con el nombre de Art Nouveau se difunde rápidamente por Francia, quien consagra el estilo es Hector Guimard, hasta el punto de que durante mucho tiempo se habla del estilo de Guimard, entradas al metro de París. En Italia se denomina Liberty o Estilo Floral. En Gran Bretaña Modern Style, Escuela de Arte, Glasgow, Mackintosh. En Alemania da lugar al Jugendstil, así llamado por la revista de Munich Jugend (Juventud), se le conoce también como el Estilo 1900 y sus centros más vitales son Munich y Berlín. En Austria estilo Secesión, Pabellón Secesión, en Viena, de Olbrich, 1897. El Modernismo, como se llama en España al nuevo estilo, es el de la "Belle Epoque" a que pone fin la guerra de 1914. A pesar de que las manifestaciones más celebradas de esta corriente internacional se dieron en el campo de las artes aplicadas, el tejido, la vidriera, la joyería, la cerámica, el cartel publicitario y el mobiliario, serán los arquitectos quienes otorguen carta de naturaleza al estilo doblegando los muros exteriores y el diseño interior de sus edificios a la unidad curvilínea. VICTOR HORTA (1861-1947) Presenta en la Casa Tassel,1892, de Bruselas las claves innovadoras de su genio: primacía de los volúmenes curvos, empleo de hierro en soportes, barandas de escaleras y balcones exteriores y la renovación del espacio interior al prescindir del pasillo y de las habitaciones en fila. Su efecto es el de un exuberante invernadero donde todo fluye, desde las columnas de hierro que simulan troncos florecidos de zarcillos, a las tulipas de las lámparas, concebidas como vides desparramándose. Idéntica vibración vegetal transmite Horta en las demás viviendas que construye: El Hôtel Armand Solvay, 1895, y Casa Horta, 1898, ambas en Bruselas. Edificios públicos como la sede del Partido Socialista Belga, llamado Casa del Pueblo, 1898, destruida en 1965. Constaba de cinco pisos elevados sobre un solar irregular y provista de almacenes, salas de reunión, café y un teatro de 1.500 localidades. Planta, alzado y diseño interior encuentran su inspiración en el mundo botánico, igual que su edificio comercial más famoso los Almacenes Innovation, 1901, también desaparecido, ambos estaban en Bruselas. En España convivieron las dos tendencias del Modernismo. Merece recordarse la arquitectura barcelonesa que, gracias a las obras del ensanche de la ciudad, a la Exposición Internacional de 1888 y a la abundancia de dinero vive años en que se 32 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte construye mucho con el mayor entusiasmo y originalidad. LLUIS DOMÉNECH I MONTANER (1850-1923) Estudió arquitectura en Barcelona e hizo algunos edificios en el ensanche de Barcelona llevado a cabo a finales del siglo por Ildefonso Cerdá, en el que se derribaron las murallas de la ciudad y se elevaron manzanas en cuadrícula con edificios achaflanados en los ángulos. En 1888, con motivo de la Exposición Universal de Barcelona, hizo el caférestaurante El Castells des Tres Dragons, hoy Museo de Zoología. El edificio está dentro de un estilo claramente neogótico, pero bastante racionalista y severo en el que predominan las líneas rectas. Casa Lleó-Morera, 1902, Barcelona. En 1905 se inicia la construcción del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona. La entrada principal está orientada cuarenta y cinco grados respecto la ensanche mirando hacia la Sagrada Familia. Se cree que el motivo de esta orientación es que Domènech i Montaner quería aprovechar el viento procedente del mar para ventilar el hospital y salvaguardarlo de enfermedades y para romper con la estructura cuadriculada del distrito del Ensanche, que no le gustaba. El pabellón de acceso está construido por ladrillo de cara vista como la mayoría del conjunto. Domènech i Montaner utiliza diversos estilos arquitectónicos de una forma magistral y muy ordenada como podemos observar en este pabellón principal donde encontramos elementos góticos, neogóticos, mozárabes y estilos arquitectónicos germánicos como la torre del reloj. El Palacio de la Música, 1908, Barcelona, espacio en el que pretendió reflejar la esencia cultural de Cataluña. Está decorado íntegramente con elementos vegetales que recuerdan al Modernismo de Horta(belga). Juega con la curva y la contracurva, con las posibilidades expresivas de los nuevos materiales como el hierro y el vidrio, exalta la riqueza de las tradiciones y de los objetos realizados artesanalmente. Casa Fuster, 1908, Barcelona. JOSEPH PUIG I CADAFALCH (1867-1956) Era un gran conocedor de la tradición arquitectónica de nuestro país que combinó en una misma arquitectura, el Románico, el Mudéjar, el Barroco, el Plateresco y el Gótico. No en vano sobresalió como historiador del arte en calidad de lo cual nos dejó su obra “La arquitectura románica en Cataluña”, obra hoy día de referencia. Entre sus más importantes obras está la Casa Amatller, 1898, Barcelona, con una fachada extremadamente plana y alejada de la arquitectura de Gaudí, más voluminosa y dinámica. La Casa de les Punxes, 1905, Barcelona, proyectó un edificio de aspecto medieval, con elementos que recuerdan a la arquitectura gótica europea. Una de las características de este edificio son sus seis torres, coronadas por sendas agujas de forma 33 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte cónica lo que le dio el nombre popular de casa de les punxes (en catalán, punxes significa pinchos. JOAN MARTORELL (1833-1906) Martorell conoció muy bien las ideas de Viollet-le-Duc, lo que le valió ser uno de los representantes del Neogótico. Palacio de Sobrellano en Comillas, Cantabria 1888, grandioso edificio de estilo neogótico con ciertos aires venecianos. En Madrid se conserva un bellísimo ejemplo de lo que fue el Modernismo fuera de Cataluña: el Palacio Longoria, actual sede de la Sociedad General de Autores de José Grases Riera, 1902. ANTONIO GAUDI (1852-1926) Nacido en Reus está considerado como la mente más creativa de toda la arquitectura contemporánea. Es el arquitecto más original y más importante y con verdadero genio de todo este fin de siglo y quien siente la necesidad de crear un estilo nuevo. Su creatividad ha rebasado nuestras fronteras. Fue una mezcla de intelectual burgués, artesano medieval y bohemio modernista que formula las leyes totalizadoras del urbanismo al proyectar la ciudad, la casa, sus objetos y los muebles que la decoran. Sus primeros estudios los realiza en las Escuelas Pías de San José de Calasanz (Escolapios) en Reus. Más tarde marcha a Barcelona para estudiar arquitectura. Desde el primer momento se interesó por las ideas de Ruskin y Morris, impulsor este último de un arte total, objetivo prioritario también de Gaudí. Sus biógrafos destacan su afinidad política con el partido conservador de la Lliga Regionalista y sus creencias religiosas que lo llevaron a practicar la profesión como una misión apostólica. En este sentido los obispos catalanes han iniciado en 1998 el proceso de beatificación del arquitecto, basándose en su “vida espiritual” y en su “Misticismo laico. Falleció en 1926 en Barcelona al ser atropellado por un tranvía. Estilo En sus inicios, Gaudí recibió cierta influencia del arte oriental y del islámico, Gaudí toma del arte islámico es la indefinición espacial, la concepción del espacio sin límites estructurados; espacio que adquiere un sentido secuencial, fragmentado, a través de pequeños tabiques o huecos diáfanos, que crean separación sin suponer barreras compactas que delimiten un espacio uniformemente cerrado. El estilo que más le influyó fue el arte gótico, que a finales del siglo XIX vivía un gran renacimiento debido sobre todo a la obra teórica y restauradora de Viollet-le-Duc. El arquitecto francés propugnaba estudiar los estilos del pasado y adaptarlos al presente de una forma racional, atendiendo tanto a la razón estructural como a la ornamental. Sin embargo, para Gaudí el gótico era “imperfecto”, porque pese a la eficacia de algunas de sus soluciones estructurales era un arte que había que “perfeccionar. Después de estas influencias iniciales, Gaudí desemboca en el modernismo en su época de mayor esplendor, en los años situados entre los siglos XIX y XX. En sus inicios, el modernismo encuentra la inspiración en la arquitectura historicista, ya que para los 34 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte artistas modernistas la vuelta al pasado supone una reacción contra las formas industriales impuestas por los nuevos adelantos tecnológicos producidos con la Revolución industrial. La utilización de los estilos del pasado supone una regeneración moral que permite a la nueva clase dirigente, la burguesía, identificarse con unos valores que reconocen como sus raíces culturales. Asimismo, el resurgir de la cultura catalana desde mediados del siglo XIX, la Renaixença, lleva a adoptar las formas góticas como estilo “nacional” de Cataluña, con la pretensión de conjugar nacionalismo y cosmopolitismo, de integrarse en la corriente modernizadora europea. Algunos rasgos esenciales del modernismo serán: un lenguaje anticlásico heredero del romanticismo, con tendencia a un cierto lirismo y subjetivismo; vinculación decidida de la arquitectura con las artes aplicadas y los oficios artísticos, creando un estilo remarcadamente ornamental; utilización de nuevos materiales, creando un lenguaje constructivo mixto y rico en contrastes, buscando el efecto plástico del conjunto; fuerte sentimiento de optimismo y fe en el progreso, que produce un arte exaltado y enfático, reflejo del clima de prosperidad del momento, sobre todo en la clase burguesa. Gaudí suele ser considerado el gran maestro del modernismo catalán, pero su obra va más allá de cualquier estilo o intento de clasificación. Es una obra personal e imaginativa que encuentra su principal inspiración en la naturaleza. Gaudí estudió con profundidad las formas orgánicas y anárquicamente geométricas de la naturaleza, buscando un lenguaje para poder plasmar esas formas en la arquitectura. Algunas de sus mayores inspiraciones vendrán de las montañas y las cuevas, los árboles y las plantas. Este estudio de la naturaleza se traduce en el empleo de formas geométricas regladas como son el paraboloide hiperbólico, el hiperboloide, el helicoide y el conoide, que reflejan exactamente las formas que Gaudí encuentra en la naturaleza. Las superficies regladas son formas generadas por una recta, denominada generatriz, al desplazarse sobre una línea o varias, denominadas directrices. Gaudí las halló en abundancia en la naturaleza, decía que no existe mejor estructura que un tronco de árbol o un esqueleto humano. Estas formas son a la vez funcionales y estéticas, y Gaudí las emplea con gran sabiduría, sabiendo adaptar el lenguaje de la naturaleza a las formas estructurales de la arquitectura. Gaudí asimilaba la forma helicoidal al movimiento, y la hiperboloidal a la luz. Otro de los elementos empleados profusamente por Gaudí es la curva catenaria. Gaudí había estudiado en profundidad la geometría cuando era joven, leyendo numerosos tratados sobre ingeniería que alababan las virtudes de la utilización de la curva catenaria como elemento mecánico, que sin embargo entonces sólo se usaba en la construcción de puentes suspendidos; Gaudí fue el primero en utilizar este elemento en la arquitectura común. La utilización de arcos catenarios en obras como la Casa Milà, el Colegio de las Teresianas, la cripta de la Colonia Güell o la Sagrada Familia permite a Gaudí dotar a sus estructuras de un elemento de gran resistencia, ya que la catenaria distribuye regularmente el peso que soporta, sufriendo únicamente fuerzas tangenciales que se anulan entre ellas. Con todos estos elementos Gaudí pasó de la geometría plana a la espacial, la geometría reglada. Además, estas formas constructivas se avenían muy bien a un tipo de construcción sencilla y de materiales baratos, como el ladrillo: Gaudí utilizó con asiduidad el ladrillo unido con argamasa, en capas superpuestas, como en la tradicional bóveda catalana tabicada. 35 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Esta búsqueda de nuevas soluciones estructurales tuvo su culminación entre los años 1910 y 1920, cuando experimentó de forma práctica todas sus investigaciones en su obra cumbre: la Sagrada Familia. Gaudí concibió dicho templo como si fuese la estructura de un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes divididas en diversas ramas para sustentar una estructura de bóvedas de hiperboloides entrelazados. Las columnas las inclinó para recibir mejor las presiones perpendiculares a su sección; además, les dio forma helicoidal de doble giro, como en las ramas de los árboles. La posición de Gaudí dentro de la Historia de la Arquitectura supone la de un gran genio creador que, inspirándose en la naturaleza, creó un estilo propio, de gran perfección técnica a la vez que un cuidado valor estético, marcado por el sello de su fuerte personalidad. Sus innovaciones estructurales, que suponen en cierta medida la superación de los estilos anteriores, desde el dórico hasta el barroco, pasando por el gótico, principal fuente de inspiración del arquitecto, podría considerarse que representan la culminación de los estilos clásicos, que Gaudí reinterpreta y perfecciona. Así Gaudí supera el historicismo y eclecticismo de su generación, pero sin llegar a conectar con otras corrientes de la arquitectura del siglo XX, que con sus postulados racionalistas derivados de la Escuela de la Bauhaus supondrá una evolución antitética a la iniciada por Gaudí, hecho que marcará el menosprecio y la incomprensión inicial hacia la obra del arquitecto modernista. Obras vez obtenido el título de arquitecto en 1878 sus primeros trabajos fueron unas farolas para la Plaza Real y la plaza de Palacio. Hechas de hierro colado, con base de mármol. La Cooperativa Obrera Mataronense fue el primer proyecto de envergadura de Gaudí, en el que trabajó de 1878 a 1888. El proyecto, para la sede social de la empresa en Mataró, constaba de una fábrica, un barrio de casas para los obreros, un casino y un edificio de servicios, de los que finalmente sólo se llevaron a cabo la fábrica y el edificio de servicios. En la nave de la fábrica Gaudí utilizó por primera vez el arco catenario, con un sistema de ensamblaje con pernos ideado por Philibert de l'Orme. También aplicó por primera vez, en el edificio de servicios, la decoración en azulejo cerámico. Gaudí realizó el diseño urbanístico basándose en la orientación solar, otra de las constantes en sus obras, e incluyó zonas ajardinadas en el proyecto. Diseñó incluso el emblema de la Cooperativa, con la figura de una abeja, símbolo de la laboriosidad. En mayo de 1878 diseñó Gaudí una vitrina para la Guantería Esteban Comella, que fue expuesta en el pabellón español de la Exposición Universal de París de ese año. Fue esta obra la que atrajo la atención del empresario Eusebi Güell, de visita en la capital francesa; quedó tan impresionado que a su retorno quiso conocer a Gaudí, empezando entonces una larga amistad y colaboración profesional, siendo Güell el principal mecenas de Gaudí y patrocinador de muchos de sus grandes proyectos. La colaboración de Gaudí con Martorell fue determinante para que éste recomendase a Gaudí para la Sagrada Familia. En principio se encargó del proyecto el arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano, que planeó la construcción de una iglesia de estilo neogótico, iniciándose las obras en 1882. Sin embargo, al año siguiente Villar renunció por desavenencias con la junta constructora, y el encargo pasó a manos de Gaudí, que reformó por completo el proyecto –salvo la parte ya construida de la 36 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte cripta–. Gaudí emplearía el resto de su vida en la construcción del templo, que será la síntesis de todos sus hallazgos arquitectónicos, culminando en su etapa final. Etapa orientalista. En estos años Gaudí realiza una serie de obras de marcado gusto oriental, inspiradas en el arte del Próximo y Lejano Oriente (India, Persia, Japón), así como en el arte islámico hispánico, principalmente el mudéjar y nazarí. Gaudí emplea con gran profusión la decoración en azulejo cerámico, así como los arcos mitrales, cartelas de ladrillo visto y remates en forma de templete o cúpula. Entre 1883 y 1888 construyó la Casa Vicens, encargo del corredor de bolsa Manuel Vicens i Montaner. Está estructurada en cuatro plantas, con tres fachadas y un amplio jardín, con una fuente monumental de ladrillo formada por un arco parabólico. Los muros de la casa son de mampostería alternada con filas de azulejo, que reproduce unas flores amarillas propias de la zona; la casa se remata con chimeneas y unas torres en forma de templetes. En el interior destacan los techos de vigas de madera policromada, adornados con temas florales de "papier maché"; los muros tienen esgrafiados de motivos vegetales. El mismo año de 1883 recibió el encargo de un hotelito anexo al Palacio de Sobrellano, del marqués de Comillas, conocido como El Capricho, de estilo oriental, tiene planta alargada, con tres niveles y una torre cilíndrica en forma de alminar persa, revestida completamente de cerámica. El acceso presenta cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmito, como en la Casa Vicens. Entre 1884 y 1887, los Pabellones Güell de Pedralbes. Los pabellones constan de caballeriza, picadero y portería: la caballeriza es de base rectangular, cubierta con bóveda tabicada con forma de catenaria; el picadero es de base cuadrada, con una cúpula de perfil hiperboloidal, rematada por un templete; la portería consta de tres pequeñas edificaciones, la central de planta poligonal y cúpula hiperbólica, y otras dos más pequeñas de planta cúbica. Las tres están rematadas por unos ventiladores en forma de chimeneas recubiertas de cerámica. La obra está realizada con ladrillo visto de diversas tonalidades entre el rojo y el amarillo, y recubierta de cristal de colores; en ciertas secciones utilizó también bloques prefabricados de cemento. Poco tiempo después Gaudí recibió un nuevo encargo del conde Güell, la construcción de su casa familiar, el Palacio Güell (1886-1888) sigue la tradición de las grandes casas señoriales catalanas. Gaudí diseñó una entrada monumental con unas magníficas puertas de arcos parabólicos y rejas caladas de hierro forjado, ornamentadas con el escudo de Cataluña y un yelmo con un dragón alado, obra de Joan Oñós. Destaca el recibidor interior, que tiene una altura de tres plantas; es el núcleo central del edificio, ya que está rodeado por las principales estancias del palacio, y destaca por su cubierta con doble cúpula de perfil paraboloide en el interior y cónico en el exterior, solución típica del arte bizantino. En el tejado destacan las chimeneas, de formas geométricas, recubiertas de cerámica de vivos colores, así como la alta aguja en forma de linterna que supone el remate exterior de la cúpula del salón central, hecha igualmente de cerámica y rematada con una veleta de hierro. 37 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Período neogótico En esta etapa Gaudí se inspiró sobre todo en el arte gótico medieval, el cual asume de forma libre, personal, intentando mejorar sus soluciones estructurales. El neogótico fue en aquella época uno de los estilos historicistas de mayor éxito, sobre todo a raíz de los estudios teóricos de Viollet-le-Duc. Gaudí estudió con profundidad el gótico catalán, balear y rosellonés, así como el leonés y el castellano en sus estancias en León y Burgos, llegando al convencimiento de que era un estilo imperfecto, a medio resolver. En sus obras elimina la necesidad de contrafuertes mediante el empleo de superficies regladas, y suprime cresterías y calados excesivos. Un primer exponente será el Colegio de las Teresianas (1888-1889), Barcelona. Gaudí cumplió la voluntad de la orden de reflejar austeridad en el edificio, en cumplimiento del voto de pobreza; siguiendo las indicaciones de las religiosas proyectó un edificio sobrio, realizado en ladrillo por fuera, y con algunos elementos de ladrillo por dentro. También incorporó a la fachada rejas de hierro forjado, uno de sus materiales preferidos, y la coronó con un conjunto de almenas que sugieren un castillo, posible alusión a la obra de Santa Teresa El castillo interior. En los ángulos de la fachada figuran unos pináculos de ladrillo con una columna helicoidal culminada con la cruz de cuatro brazos, típica de las obras de Gaudí, y con unos escudos de cerámica con diversos símbolos definitorios de la orden teresiana. En el interior existe un pasillo que es famoso por la sucesión de arcos catenarios que contiene. Estos arcos de líneas elegantes no son meramente decorativos, sino que tienen la función de sostener el techo y la planta superior. Gaudí utilizó el arco en parábola como elemento constructivo idóneo, capaz de aguantar pesos elevados mediante perfiles poco gruesos. Un clérigo amigo de su Reus natal, al ser nombrado obispo de Astorga encargó a Gaudí la construcción de un Palacio Episcopal para aquella ciudad. Construido entre 1889 y 1915, es de aire neogótico, con una planta articulada con cuatro torres cilíndricas, rodeada por un foso. La piedra en la que está construido (granito gris de la comarca de El Bierzo) es respetuosa con el entorno, en especial con la catedral que se encuentra en la inmediata vecindad, así como también con la naturaleza, que en la Astorga de finales del siglo XIX estaba más presente que en la actualidad. El pórtico de entrada tiene tres grandes arcos abocinados, hechos con sillares separados entre sí por contrafuertes inclinados. La estructura del edificio se sustenta en pilares con capiteles decorados y en bóvedas de crucería sobre arcos ojivales de cerámica vidriada. Se remata con un almenado de estilo mudéjar. Otro proyecto de Gaudí fuera de Cataluña fue la Casa de los Botines, en León, 1891-1894. El proyecto de Gaudí fue un impresionante edificio de estilo neogótico, resuelto con su inconfundible estilo modernista. El edificio sirvió para albergar en sus plantas bajas los despachos y almacenes del negocio de tejidos, y disponía al mismo tiempo de viviendas en las plantas superiores. La construcción se realizó con muros de sólida cantería caliza, dispuesta en forma de almohadillado. El edificio está flanqueado por cuatro torres cilíndricas rematadas con elevadas agujas de forma cónica, hechas de pizarra, y rodeado de un foso con reja de forja. Las ventanas son de guillotina, con voladizos inclinados para retener la nieve, muy frecuente en el invierno leonés. La fachada es de estilo gótico, con arcos lobulados, y tiene un reloj y una escultura de San Jorge y el dragón, obra de Llorenç Matamala. 38 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Bodegas Güell, construidas entre 1895 y 1897 las bodegas tienen un perfil frontal triangular, con cubiertas de gran verticalidad con pronunciadas pendientes de losas de piedra, rematadas por un juego de chimeneas y dos puentes que la unen al antiguo edificio. Tiene tres plantas: la baja para cochera, la vivienda y una capilla cubierta con bóveda catenaria, con el altar en el centro. El conjunto se completa con un pabellón portería, donde destaca la puerta de forja, con forma de red de pesca. Torre Bellesguard, 1900-1909, Gaudí hizo un proyecto neogótico, respetando al máximo el edificio anterior; como siempre, procuró integrar la arquitectura en el marco natural circundante, por lo que efectuó la construcción con la piedra pizarrosa del lugar. El edificio es de planta cuadrada de 15 x 15 metros, con los vértices orientados a los cuatro puntos cardinales. Etapa naturalista En este periodo Gaudí perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, poniendo en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada. A ello añade el arquitecto una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental. Partiendo de cierto barroquismo sus obras adquieren gran riqueza estructural, de formas y volúmenes desprovistos de rigidez racionalista o de cualquier premisa clásica. Una constante en sus obras será el amor a la naturaleza. Ser original, dice, es “volver al origen”. En las formas vivas vegetales o animales encontrará las más íntimas fuentes de inspiración. Casa Calvet, 1898-1899, la fachada es de piedra de sillería de Montjuïc, adornada con balcones de hierro forjado y rematada por dos frontones, coronados con cruces de hierro de forja. Destaca asimismo en la fachada la tribuna del piso principal, decorada con motivos vegetales y mitológicos. En este proyecto Gaudí utilizó un cierto estilo barroco, visible en el uso de columnas salomónicas, la decoración con temas florales y el proyecto de azotea con cascada y maceteros de aire rococó. Por esta obra ganó en 1900 el premio al mejor edificio del año otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona. El principal proyecto de Gaudí a principios del siglo XX fue el Parque Güell (1900-1914), nuevo encargo de Eusebi Güell para construir una urbanización residencial al estilo de las ciudades-jardín inglesas. El proyecto no tuvo éxito, ya que de 60 parcelas en que se dividió el terreno sólo se vendió una. Pese a ello, se construyeron los accesos al parque y las áreas de servicios, desplegando Gaudí todo su genio arquitectónico y poniendo en práctica muchas de sus innovadoras soluciones estructurales que serán emblemáticas de su estilo organicista y que culminarán en la Sagrada Familia. El Parque Güell se sitúa en la llamada Montaña Pelada, en el barrio del Carmelo de Barcelona. Era un paraje abrupto, con fuertes desniveles que Gaudí sorteó con un sistema de viaductos integrados en el terreno. El acceso al parque tiene dos edificios, destinados a portería y administración, rodeados de un muro de mampostería y cerámica vidriada policromada. Pasados los pabellones se encuentra un escalinata que conduce a los niveles superiores, decorada con unas fuentes esculpidas donde destaca el dragón, que se ha convertido en símbolo del parque y uno de los más reconocidos emblemas de 39 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Gaudí. Esta escalinata conduce a la Sala Hipóstila, que habría servido de mercado de la urbanización, hecha con grandes columnas de orden dórico. Encima de esta sala se encuentra una gran plaza en forma de teatro griego, con el famoso banco corredizo revestido de cerámica troceada (“trencadís”), obra de Josep Maria Jujol. Uno de los mayores encargos y de las obras más emblemáticas de Gaudí fue la Casa Batlló, 1904-1906. Encargo de Josep Batlló i Casanovas para reformar un edificio anterior de 1875, Gaudí se centró en la fachada, el piso principal, el patio de luces y la azotea, y levantó un quinto piso para el personal de servicio.. La fachada se hizo con piedra arenisca de Montjuïc, tallada según superficies regladas en forma alabeada; las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales. Gaudí conservó la forma rectangular de los balcones del edificio anterior –con barandillas de hierro con forma de antifaz–, dando al resto de la fachada una forma ondulada en sentido ascendente. Asimismo revistió la fachada con cerámica de pedazos de cristal de varios colores ("trencadís"), que Gaudí obtenía en los desechos de la vidriería Pelegrí. El patio interno se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por una estructura de hierro con forma de doble T, que apoya en una serie de arcos catenarios. En la azotea destacan las chimeneas de formas helicoidales y rematadas por sombreretes cónicos, revestidas de vidrio transparente en su parte central y de cerámica en la superior, y rematadas por unas bolas de cristal transparente rellenas de arena de distintos colores. Culmina la fachada una bóveda formada por arcos catenarios cubiertos con dos capas de ladrillo, recubierta con cerámica vidriada en forma de escamas (en tonos amarillo, verde y azul), que recuerda el lomo de un dragón; en la parte izquierda hay una torre cilíndrica con los anagramas de Jesús, María y José, y con la cruz gaudiniana de cuatro brazos. En La Pobla de Lillet realizó entre 1905 y 1907 los Jardines de Can Artigas, intervinieron en esta obra operarios que habían trabajado en el Parque Güell, realizando un proyecto parecido al del famoso parque barcelonés. Otro de los mayores encargos y una de las obras más elogiadas de Gaudí será la Casa Milà, más conocida como La Pedrera, 1906-1910, encargo de Pere Milà i Camps. Gaudí concibió la casa alrededor de dos grandes patios de forma curvilínea, con una estructura de pilares de piedra, ladrillo y hierro colado, y entramados de jácenas de hierro. Toda su fachada está realizada en piedra calcárea de Vilafranca del Penedès, salvo la parte superior que está cubierta de azulejos blancos, evocando una montaña nevada. Posee un total de cinco plantas, más un desván –realizado en su totalidad con arcos catenarios– y la azotea, así como los dos grandes patios interiores, uno de planta circular y otro de planta oval. En la azotea destacan las salidas de escalera, rematadas con la cruz de cuatro brazos, así como las chimeneas, recubiertas de cerámica con unas formas que sugieren yelmos de soldados. El último proyecto para su gran mecenas, Eusebi Güell, fue el de una iglesia para la Colonia Güell, en Santa Coloma de Cervelló, de la que sólo se construyó la cripta, Cripta de la Colonia Güell, 1908-1918. Un pórtico de bóvedas de paraboloide hiperbólico antecede a la cripta, primera vez que Gaudí empleó esta estructura y primer ejemplo de bóvedas paraboloidales en la historia de la arquitectura. En la cripta destacan los grandes ventanales, de forma hiperboloidal, cubiertos con vidrios de colores en forma de pétalos de flor o alas de mariposa. En el interior se alternan pilares circulares de ladrillo con columnas inclinadas de basalto. 40 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Etapa final En los últimos años de su carrera, dedicados casi en exclusiva a la Sagrada Familia, Gaudí llega a la culminación de su estilo naturalista, haciendo una síntesis de todas las soluciones y estilos probados hasta aquel entonces. Gaudí logra una perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, entre plástica y estética, entre función y forma, entre contenido y continente, logrando la integración de todas las artes en un todo estructurado y lógico. El primer ejemplo de su etapa final lo tenemos en un edificio sencillo pero muy ingenioso, las Escuelas de la Sagrada Familia, pequeño edificio destinado a escuela para los hijos de los obreros que trabajaban en el templo. Construido en 1909, tiene planta rectangular de 10 x 20 metros, y constaba de tres aulas, vestíbulo y capilla. La construcción se realizó con ladrillo visto, en tres capas superpuestas, siguiendo la técnica tradicional catalana. Tanto las paredes como el tejado tienen forma ondulada, que confiere a la estructura una sensación de ligereza, pero a la vez una gran resistencia. Las Escuelas de la Sagrada Familia han sido un ejemplo en genialidad constructiva y han servido de fuente de inspiración para muchos arquitectos, por su simplicidad, resistencia, originalidad del volumen, funcionalidad y pureza geométrica. Desde 1915 Gaudí se dedicó prácticamente en exclusiva a su obra cumbre, la Sagrada Familia, que supone la síntesis de toda la evolución arquitectónica del genial arquitecto. Después de la realización de la cripta y el ábside, todavía en estilo neogótico, el resto del templo lo concibió en un estilo orgánico, imitando las formas de la naturaleza, donde abundan las formas geométricas regladas. El interior debía semejar un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes inclinadas, de forma helicoidal, creando una estructura a la vez simple y resistente. Gaudí aplicó en la Sagrada Familia todos sus hallazgos experimentados anteriormente en obras como el Parque Güell o la cripta de la Colonia Güell, consiguiendo elaborar un templo estructuralmente perfecto a la vez que armónico y estético. La Sagrada Familia tiene planta de cruz latina, de cinco naves centrales y transepto de tres naves, y ábside con siete capillas. Ostenta tres fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús, y cuando esté concluido tendrá 18 torres: cuatro en cada portal haciendo un total de doce por los apóstoles, cuatro sobre el crucero invocando a los evangelistas, una sobre el ábside dedicada a la Virgen y la torrecimborio central en honor a Jesús, que alcanzará los 170 metros de altura. El templo dispondrá de dos sacristías junto al ábside, y de tres grandes capillas: la de la Asunción en el ábside y las del Bautismo y la Penitencia junto a la fachada principal; asimismo, estará rodeado de un claustro pensado para las procesiones y para aislar el templo del exterior. Gaudí aplicó a la Sagrada Familia un alto contenido simbólico, tanto en arquitectura como en escultura, dedicando a cada parte del templo un significado religioso. Durante la vida de Gaudí sólo se completaron la cripta, el ábside y, parcialmente, la fachada del Nacimiento, de la que Gaudí sólo vio coronada la torre de San Bernabé. 41 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte 4.-IMPRESIONISMO: MONET, RENOIR, DEGAS. LAS ESCULTURAS DE RODIN IMPRESIONISMO En 1874, en una exposición parisina treinta artistas rechazados en los certámenes oficiales colgaron 165 lienzos, entre ellos uno de Claude Monet titulado Impressión, soleil levant, en el que muestra el nacimiento del sol en los muelles del Havre. El título de este cuadro fue utilizado de forma burlona por el crítico Louis Leroy para acuñar el término impresionista en la reseña que hizo el 25 de abril en el semanario satírico Le Charrivari de la primera exposición del grupo, bautizando al nuevo movimiento con el nombre de Impresionismo. Nace como una derivación del Realismo lo que cambia es la técnica y la estética. Si el Realismo pinta la existencia el Impresionismo se basa en la apariencia, si el Realismo se apoya en el Positivismo de Comte el Impresionismo en la filosofía de Bergson y en la teoría de las sensaciones de Locke. La sensación es la fuente de todos los conocimientos. La sensación alimenta la vista que es la puerta de toda nuestra experiencia. De ahí que se desdeñe la forma que supone una idea a priori. Todo debe partir de lo que el ojo vea y sin prevención. Los pintores no tendrán conciencia del objeto que es un puro pretexto y los títulos de sus obras serán convencionales. Pintura puramente sensitiva, es lo más opuesto a la pintura clásica occidental que siempre ha sido una creación del cerebro. El Realismo había supuesto un culto a la materia como realidad inmediata. El Impresionismo negará esta realidad incluso alcanzará una total desmaterialización, de suerte que el mundo toma aspecto fugitivo. La trayectoria del arte pictórico del siglo XIX está presidida por la preocupación por la luz, desde los encuadres luminosos vibrantes con que el Romanticismo acompaña su temática hasta los poéticos paisajes de la Escuela de Barbizón. En el último cuarto del siglo el Impresionismo culmina esta tendencia de unir visión y luz, inherente a toda la pintura occidental desde el Renacimiento, y afronta el problema de representar el paisaje con sus elementos fluctuantes, sus circunstancias atmosféricas que varían de un momento al siguiente. La captación de la luz mediante toques cromáticos sueltos fue ambición de todos los grandes maestros de los que se ha afirmado que tuvieron una fase impresionista, de ahí que el Impresionismo se nos aparezca a la vez como una constante del arte y como un fenómeno de la época: Piero della Francesca, Leonardo y Tiziano, Velázquez, Frans Hals y Rembrand anticiparon la técnica y el objetivo de la escuela impresionista, pero son esencialmente los paisajistas ingleses: Constable y Turner, los que constituyen por su preocupación luminosa y su captación del viento, la lluvia , el sol el antecedente más directo. Pese a los aludidos precedentes fue acogido con gran hostilidad. La batalla romántica fue una escaramuza al lado del atroz combate que hubo de librar el Impresionismo. Pero aquellos "pintores malditos" ganaron la batalla. Como método de trabajo defendían la pintura al aire libre frente al ambiente cerrado del taller, que impedía ver los cambios que sufre un mismo objeto bajo la luz diferente del amanecer, del mediodía o de la tarde. Madrugaban y salían con el caballete 42 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte al hombro, buscando ambientes propicios en los bosques de Fontainebleau, en las riberas del Sena o en las calles y cafés de París. Las alteraciones del sol y de las nubes le obligaban con frecuencia a interrumpir la sesión y volver al día siguiente a la misma hora, buscando una atmósfera idéntica. El Impresionismo trata de fijar las impresiones momentáneas de la naturaleza, para ello hay que enfrentarse directamente con el objeto y como ordinariamente se representan exteriores los pintores buscan directamente el contacto con el aire libre. Tiene un problema fundamental: el rápido cambio de los colores. Por eso el pintor ha de trabajar de prisa. Los colores tradicionales de la pintura, la línea, el volumen y el claroscuro nada importan, ellos pertenecen a la forma que es existencia. El aire libre va acompañado de nubes, nieblas, lluvia, nieve, puestas y salidas de sol. En sus cuadros se adivina no sólo la estación sino la hora del día. La preocupación luminosa les lleva a pintar cuidadosamente los reflejos y los rayos del sol que se filtran a través de las hojas de los árboles. Pero esencialmente el pintor impresionista sabía pintar el agua como elemento cambiante. La belleza de la sensación directa constituye el objetivo. Hay como una liberación, un no pensar colmado de fiestas y alegrías: Debussy. El modelo sería el paisaje, con el fulgor del sol sobre el agua, las hojas o la piel. Se interesan por los recientes progresos, como los barcos de vapor y las estaciones de ferrocarril envueltas por el humo que arrojan las locomotoras. Les entusiasma el mundo cotidiano de la vida moderna: las regatas, las carreras de caballo, la ópera y el ballet. Su temática es ajena al cuadro de historia oficial; para documentar los acontecimientos trascendentes ya estaba la fotografía, un invento al que los impresionistas sacarán partido al inspirarle encuadres y ángulos que transmiten a la composición de sus cuadros. En el fondo representa una defensa contra su poderoso rival: la fotografía. El pintor ha salido al campo en busca de lo fugitivo, la luz. Su pintura se enriquece con nuevos asuntos: los bulevares, las calles trepidantes, los jardines, las carreras de caballos etc. La misma rapidez que una fotografía acompaña al proceder del pintor. Los pintores irán detrás de los fotógrafos y a la vez huyendo de ellos. El Impresionismo aprovecha las experiencias de la nueva óptica especialmente de Chevreul creador de la teoría de la "ley del contraste simultaneo". El primer principio empleado es el de la "división del tono", es decir el uso de los colores puros en el cuadro para que sea nuestra retina la que realice la función y cree el nuevo color. Los Impresionistas dejan de mezclar los colores en la paleta para obtener otros colores o medias tintas. Los colores se aplican directamente sobre la tela ya con el pincel, espátula, dedo o el mismo tubo. Las pinceladas quedan separadas como si se tratara de un mosaico, de cerca los cuadros parecen bocetos, pero un alejamiento prudente permite obtener la correcta visión de la pintura al fundirse las distintas pinceladas en la retina, surge así la denominada mezcla óptica que suministra una coloración sumamente luminosa y transparente. El Impresionismo utiliza una reducida gama de colores: los colores puros del prisma, emplearon los colores primarios: rojo, amarillo y azul y también los binarios compuestos a base de dos de aquellos; pero estos últimos pueden pintarlo directamente o servirse de la mezcla óptica; por ejemplo, puede utilizar el naranja del tubo o juntar dos pinceles de rojo y amarillo que al alejarse el espectador darán en su retina el color anaranjado. Finalmente sacarán gran partido de la exaltación de los colores complementarios: un color aparece más vigoroso si se le aproxima en cantidad moderada su complementario. El Impresionismo busca la luz coloreada y como el negro constituye la negación de la luz queda proscrito. 43 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte 1. Teoría de los colores. 2. Plasmación de la luz. Siguiendo a Constable afirman que los objetos sólo se ven en la medida que la luz incide en ellos. 3. Apariencias sucesivas. Un mismo tema es pintado repetidas veces sin más cambios que matices de iluminación cromática, de intensidad solar o de espesor de la neblina. El cuadro es simplemente un efecto de luz, como en La catedral de Ruán de Monet. 4. Coloración de las sombras. Desaparecen los contrastes de claroscuro y el dibujo que puedan perturbar las vibraciones. Las sombras dejan de ser oscuras y se reducen a espacios coloreados con las tonalidades complementarias (luces amarillas/sombras violetas). 5. Pincelada suelta. Para traducir mejor las vibraciones de la atmósfera. Velázquez. Goya. 6.Pintura al aire libre. EDOUARD MANET (1832-1883) De todos los artistas de su tiempo, Manet era quizás el más contradictorio. Aunque se le consideraba un personaje controvertido y rebelde, Manet se pasó casi toda su vida buscando la fama y la fortuna, y lo que quizás sea más importante, un pintor que ahora es aceptado como uno de los grandes, solía mostrarse inseguro de su dirección artística y profundamente herido por las críticas hacia su obra. Tuvo que esperar al final de su vida para conseguir el éxito que su talento merecía. Pese a que se le considera uno de los padres del Impresionismo, nunca fue un impresionista en el sentido estricto de la palabra. Por ejemplo, jamás expuso con el grupo y nunca dejó de acudir a los Salones oficiales, aunque le rechazaran. Afirmaba que «no tenía intención de acabar con los viejos métodos de pintura ni de crear otros nuevos». La notoriedad de Manet, al menos en las etapas tempranas de su carrera, se debió más a los temas de sus cuadros, considerados escandalosos, que a la novedad de su estilo. No fue hasta mediados de la década de 1870 que empezó a utilizar técnicas impresionistas. En este sentido, Bownes se muestra bastante convincente al demostrar que, de joven, sin llegar a considerarse un innovador, Manet sí trataba de hacer algo nuevo: Buscaba crear un tipo libre de composición que estaría, sin embargo, tan herméticamente organizada en su superficie como los cuadros de Velázquez. En 1859 presentó por primera vez al Salón su Bebedor de absenta, un cuadro que permitía sin problemas adivinar su adoración por Frans Hals, pero que provocó una turbulenta reacción en el público y en el jurado, inexplicable sin duda para un Manet que durante toda su vida lo único que buscó fue el éxito dentro de la respetabilidad. En los años sesenta, sin embargo, su pintura de tema español, tan de moda por entonces en Francia, fue bastante bien acogida y en 1861 el Salón aceptó por primera vez un cuadro suyo, el Guitarrista español. De tema español pintó en la misma época Lola de Valencia, Matador y Muerte de un torero. Música en las Tullerías, 1862. Algunas de las figuras son verdaderos retratos, su modelo favorita: Victorine Meurent, que también está en obras como La cantante de las cerezas o Desayuno sobre la hierba, de la misma época. Puede identificarse también al propio autor, Manet, con sombrero de copa, barbudo, en el borde izquierdo de la composición. Ligeramente inclinado hacia la izquierda está su hermano, Eugène Manet, 44 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte charlando con otra mujer. En 1863 Manet concluye el que será, sin duda, uno de sus cuadros más escandalosos, rechazado en el Salón de 1863 y expuesto en el de los Rechazados, Desayuno sobre la hierba, también llamado La merienda campestre o el Almuerzo campestre.La yuxtaposición de un desnudo femenino con caballeros completamente vestidos suscitó controversia cuando la obra se mostró por vez primera en el Salon des Refusés en 1863, después de ser rechazado por el Salón oficial. Fue el lienzo «más irritante y controvertido» de esa exposición de obras rechazadas. Aparte de considerar vulgar el que una mujer estuviera desnuda junto a jóvenes vestidos, numerosos críticos rechazaron la modernidad del estilo, desde el punto de vista cromático y compositivo. El reto lo planteaba una realidad contemporánea, los bañistas del Sena, y la escena estaba reformulada en el lenguaje de los viejos maestros, el cuadro está claramente inspirado en la Fiesta campestre de Tiziano, hasta hace poco atribuido a Giorgione. Este cuadro obtuvo la repulsa unánime del público y la crítica. Sólo lo aceptaron y comprendieron sus compañeros, los jóvenes pintores del momento. Lo que escandalizó no fue el desnudo en sí, sino el modo de presentación con vestimentas modernas y un cuerpo femenino vulgar, lejos de la perfección. Sin embargo, pese a la aparente unidad del grupo, cada figura es una entidad separada, absorta en su propia actitud o meditación, de manera que ningún tipo de conexión narrativa puede explicar el conjunto. No es una pintura realista en el sentido social o político del término propio de un Daumier, sino que es una afirmación a favor de la libertad individual del artista. El escándalo que causaba una mujer desnuda desayunando despreocupadamente con dos hombres completamente vestidos, lo que ofendía a la moralidad de la época, se acentuaba por el hecho de que las figuras eran reconocibles. El cuadro representa un almuerzo en un bosque, cerca de Argenteuil, donde discurre el Sena. La mujer desnuda, la modelo de Manet Victorine Meurend, cuyo cuerpo está crudamente iluminado, mira directamente al espectador. Está sentada sobre una tela azul, probablemente una parte de las ropas que se ha quitado. Los dos hombres son el hermano de Manet, Gustave y su futuro cuñado, el escultor holandés Ferdinand Leenhoff. Están vestidos como dandis. Los hombres parecen estar ocupados conversando, ignorando a la mujer. En frente de ellos, se muestran las ropas de la mujer, una cesta de frutas, y un pan redondo, como en un bodegón. En el fondo, una mujer ligeramente vestida vadea una corriente. Demasiado grande en comparación con las figuras del primer plano, ella parece flotar. El estilo de la pintura rompe con las tradiciones académicas de la época. Manet usó una luz cruda, «fotográfica» que elimina los tonos medios. Se considera un cuadro «preimpresionista» por usar un motivo del entorno inmediato del artista. La hechura es conscientemente clásica. Sin embargo, no intentó ocultar las pinceladas: de hecho, la pintura parece inacabada en algunas partes de la escena. El desnudo está muy lejos de las figuras suaves e impecables de Cabanel o Ingres. 45 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Pero más escandalosa todavía fue la Olympia, pintada en 1863 pero no presentada al Salón hasta 1865, donde fue rechazada. Explícitamente inspirada en las Venus de Urbino del Tiziano, sin embargo el personaje central resulta ser evidentemente una prostituta parisina. En lugar de las doncellas que acompañaban a los desnudos del Cinquecento, entra en escena llevando un ramo de flores una mujer negra, cuyo rostro, casi imperceptible sobre el fondo oscuro, contrasta con los tonos claros de su vestimenta oriental. Por otra parte, las carnaduras de la mujer desnuda que mira directa y provocadoramente a los espectadores son contrastadas junto a las sábanas y las almohadas por el fondo oscuro, resaltando la atmósfera de íntima sensualidad. En lugar del cándido perrito arrollado que se encuentra en la Venus de Urbino, a los pies de Olympia encontramos un despierto gato negro que simboliza a menudo la ambigüedad y la inquietud, estando implicado en relaciones o situaciones promíscuas o veladamente eróticas. Este felino negro impresionó tanto al público que durante años Manet sería recordado aún como «El pintor de los gatos». Otros elementos simbólicos notorios: el brazalete que lleva la mujer desnuda pertenecía a la madre de Manet, el ramo de flores era un típico regalo que los clientes ofrecían a las meretrices de clase alta. La orquídea entre los cabellos es también una referencia al sexo ya que se creía que tal flor poseía poderes afrodisíacos. Por otra parte, Olympia calza una sola pantufla, esto en las pinturas alegóricas ha sido usado como símbolo de la inocencia perdida. A pesar de la audacia conceptual de este cuadro, su temática se inscribe en una larga tradición de la pintura académica, aquella de la odalisca y la esclava, tal como se observa en las Odaliscas de Ingres o en La maja desnuda de Goya. En cuanto a este cuadro de Manet, otro de los motivos para el escándalo fue que la mujer pintada era bastante conocida en París: la modelo y también pintora Victorine Meurent. Entre las razones por las que este cuadro iba a resultar chocante no son las menos importantes el hecho no sólo de que es una clara parodia de una obra renacentista, la Venus de Urbino del Tiziano, sino también una flagrante descripción de los hábitos sexuales modernos. Manet sustituye en él a una diosa veneciana del amor y la belleza por una refinada prostituta parisina. Pero lo que realmente desconcertó a los críticos de la época es que Manet no la sentimentaliza ni la idealiza, y Olimpia no parece ni avergonzada ni insatisfecha con su trabajo. No es una figura exótica o pintoresca. Es una mujer de carne y hueso, presentada con una iluminación deslumbrante y frontal, sobre la que el pintor muestra un perturbador distanciamiento que no le permite moralizar sobre ella. Ambas obras entusiasmaron a los pintores más jóvenes por lo que suponían de observación directa de la vida contemporánea, por su naturalidad y por su emancipación técnica. Manet se convirtió así, casi sin quererlo, en el personaje principal del grupo que se reunía en el Café Guerbois, la cuna del Impresionismo. La lectura, 1865. La pintura representa a la esposa del artista, Suzanne Manet Suzanne Leenhoff de soltera, sentada, y al hijo de ambos, Léon, de pie leyendo un libro. León fue un modelo recurrente para Manet, que lo retrató en varios cuadros. En la obra dominan el color blanco del vestido de la mujer, el sofá y las cortinas, tratados con grandes pinceladas de gran luminosidad, en contrapunto con con el tono oscuro del cinturón y el collar. 46 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte El pífano, 1866, influido por los retratos de Velázquez que había admirado en el Museo del Prado de Madrid. En particular, le impresionó Pablo de Valladolid, un retrato de un actor de la época en que desaparecen el fondo o cualquier objeto que sirva de referencia, excepto la propia sombra del personaje. Como en el cuadro del pintor español, Manet concibe un fondo sin profundidad, en que los planos vertical y horizontal son apenas distinguibles. En opinión de Peter H. Feist, El pífano muestra la atracción de Manet por «el efecto decorativo de unas figuras individuales de gran tamaño, con contornos enfáticos y colocadas ante una superficie de fondo». Frente al fondo monocromo, resalta la figura enérgicamente coloreada en base a una paleta reducida pero de colores vivos, en la que predomina la técnica del empaste: el negro muy nítido de la guerrera y los zapatos, el rojo de los pantalones, el blanco de la bandolera, etc. Como resultado, la figura destaca «firme, armoniosa y viva». Además, como en Velázquez, Manet retrata también a un personaje anónimo, un adolescente, músico de la banda de la Guardia Imperial. El Fusilamiento del emperador Maximiliano en México, recuerda a los Fusilamientos del 3 de mayo de Goya. En 1867 Manet, muy desalentado por su mal recibimiento en el Salón oficial, decidió seguir el ejemplo de Courbet unos años antes y dispuso, con su propio dinero, un pabellón donde presentó cerca de cincuenta obras sin, desde luego, ningún éxito público. En el prólogo del catálogo es muy probable que le ayudara su amigo el novelista Zola porque, de hecho, para su pintura durante toda la década de 1860, Manet contó con el apoyo escrito de Zola desde su puesto de crítico de arte para la revista semanal L'Evenement. La síntesis de su arte lo encontramos en el retrato de Zola, 1868, sobre la pared del fondo aparecen dos estampas japonesas, la Olympia y los Borrachos de Velázquez. Sobre la mesa del despacho se distingue el folleto azul celeste que el escritor había redactado para defender a Manet. Junto a él se ven libros, un tintero y otros utensilios, al modo de un bodegón y, a la izquierda, parte de un biombo también nipón. El almuerzo, 1868. El cuadro resume perfectamente la obra de Manet en lo que tiene a veces de raro o de absurdo gracias a una reunión de elementos completamente heteróclitos: tres personajes indiferentes los unos a los otros sin relacionarse, una comida mezclando ostras y café, las armas y accesorios de combate, naturaleza muerta al modo de un bodegón, sin olvidar por supuesto la presencia inevitable del gato negro, que, desde Olympia, simboliza a Manet a los ojos de los críticos. El balcón, 1868, inspirado en las Majas en el balcón de Goya, se realizó en la misma época y con la misma intención que El almuerzo. Los tres personajes, todos amigos de Manet, parece que no están relacionados entre sí por nada. Berthe Morisot, a la izquierda, con un vestido blanco de gasa y sentada sobre un taburete negro, hace la figura de heroína romántica e inaccesible. La joven violinista Fanny Claus viste igualmente de blanco y tiene accesorios de color verde: la sombrilla y la cofia, blanca pero con una orla verde. Finalmente, el caballero que está de pie detrás de ellas, con un cigarro en la mano, es el pintor paisajista Antoine Guillemet, con una corbata violeta sobre camisa blanca. Los tres parecen vivir en otro mundo. El verde agresivo y audaz del balcón, por otra parte, hizo correr ríos de tinta. El fondo es oscuro, y en él se puede distinguir el contorno de una jarra. Delante, a la izquierda, se ve una maceta de porcelana con rododendros violetas. 47 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte En 1874 se traslada a Argenteuil donde estaban Monet y Renoir, allí pintó varios cuadros al aire libre con temas de regatas y marineros, La barca, Argenteuil, etc. se descubre su honda preocupación por el estudio de la luz y del color planteado por los impresionistas. También pintará el ambiente parisino, El bar del Folies Bergère, 1882, entre otros. Pintó bodegones y jarrones con flores, Claveles y clemátides en un jarro de cristal, 1882. Retratos, además de Zola pintó a Mallermé, Dama del abanico, etc. CLAUDE MONET (1840-1926) Siempre se ha considerado a Monet como el máximo representante del Impresionismo. Indudablemente, Monet es un impresionista puro, él nunca abandonó sus planteamientos. A lo largo de su dilatada carrera, llegó a ejecutar cerca de tres mil cuadros. Su máxima preocupación es plamar la vibración cromático-lumínica en sus lienzos. En sus temas la luz engendra el color y la forma. Su retina capta hábilmente el reflejo de la luz en cualquier lugar: en una superficie acuática, en un suelo nevado o en la portada de una catedral. Sus temas preferidos son las marinas, escenas fluviales y paisajes. En su infatigable investigación de la incidencia de la luz, observa que ésta varía con el paso del tiempo, y así se producen múltiples efectos que intenta rescatar con su ágil y rápida pincelada. Nunca derivó hacia otras corrientes artísticas, sino que se mantuvo fiel al Impresionismo hasta su muerte. Monet fue un gran amante de la cultura y arte japonés. De ahí, que se construyera un jardín a la oriental, con un puente y con nenúfares. Este fue un buen lugar para refugiarse en sus últimos años. En este tiempo, un Monet casi ciego se deja "iluminar" por una luz limpia incidiendo en el agua de su estanque y en todo lo que le rodea. Ello le lleva a crear pinturas llenas de vida, verdaderas "sinfonías cromáticas. Es el paisajista del grupo y el único que mantuvo fidelidad absoluta al movimiento impresionista. Ningún pintor del grupo fue tan puramente impresionista como Monet. En su obra el factor dominante es un claro esfuerzo por incorporar el nuevo modo de visión, sobre todo el carácter de la luz, mientras que la composición de grandes masas y superficies sirve únicamente para establecer cierta coherencia. El placer parece la cualidad más evidente de su obra, el placer inmediato y ardiente que produce en él la pintura. Nunca se dejó agobiar por problemas de estilo y llegó a decir que el objeto de un cuadro consiste simplemente en decorar una pared y que por eso era importante que los colores fueran agradables por sí mismos. De todos los impresionistas, Monet fue el que con más énfasis practicó el pleinerismo, es decir la práctica de la pintura al plein-air (en francés: 'aire pleno, total') la pintura al aire libre. Aunque existe gran cantidad de pintores paisajistas previos a Monet, se nota en ellos que la factura de sus obras ha sido realizada principalmente dentro del taller tras un previo esbozo. Hasta la segunda mitad de S.XIX, las pinturas 48 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte (óleo, temple) eran realizadas artesanalmente y envasadas en frascos, vejigas, etc. La invención de los pomos (un positivo producto de la Revolución industrial), permitió a los pintores llevar sus óleos o temperas al aire libre, bajo el sol, sin que estos elementos se secaran u oxidaran rápidamente como había sucedido hasta entonces. Al aire libre, bajo la luz solar, pudo minuciosamente observar y plasmar casi inmediatamente, a "brochazos", a plena macchia, Monet los efectos de la luz sobre los objetos, los cambios, las vibraciones de esa luz; es por tal razón que la pintura de Monet nos resulta especialmente vital, aunque su vitalidad sea una serena vitalidad, llena de armonías. En 1890 se estableció en Giverny, pueblo cercano a París y, sin embargo, a salvo del tráfago urbano; allí en torno a su casa construyó una suerte de "jardín japonés", en el que se destaca el estanque con ninfeas, y nenúfares. Inspirado en ese ambiente, aunque estuviera casi ciego ya, inició en 1906 la serie de cuadros que tienen por tema a tales plantas florales acuáticas (muchos de los cuadros de ninfeas y nenúfares pueden admirarse actualmente en Museo d’Orsy, París). Todo puede deducirse de una simple afirmación que Monet hizo en diversas ocasiones: El motivo es para mí del todo secundario; lo que quiero representar es lo que existe entre el motivo y yo. Mujeres en el jardín, 1866, a tela fue rechazada en el Salón de París. Es una de las primeras telas en las que Monet, abandonando el academicismo, se encaminaba hacia el impresionismo. Monet tomó a su mujer como modelo para esta obra. Protagonista del cuadro es la luz que se refleja en los cabellos, en la piel, en los vivos colores de los vestidos, las flores y las hojas de los árboles. Impresión, sol naciente, 1872, dio su nombre al movimiento impresionista, su motivo es el puerto de Le Havre en Francia, usando muy pocos toques de pincel que sugieren en vez de delinear. Monet explicó posteriormente el título: "El paisaje no es otra cosa que una impresión, una impresión instantánea, de ahí el título , una impresión que me dio. He reproducido una impresión en le Havre, desde mi ventana, sol en la niebla y unas pocas siluetas de botes destacándose en el fondo... me preguntaron por un título para el catálogo, no podía realmente ser una vista de Le Havrem y dije "pongan impresión". La pintura se exhibió en 1874 durante la primera exposición independiente de los impresionistas, todavía no conocidos por ese nombre. El crítico Louis Leroy, inspirado por el título del cuadro, tituló su hostil crítica en el periódico Le Charivari, "Exhibición de los impresionistas" , dando nombre inadvertidamente al movimiento. Leroy escribió: "Impresión..no me cabe duda. Me decía a mí mismo que, como estaba impresionado, debía haber alguna impresión allí..y qué libertad, que fácil artesanía ! El empapelado en su estado mas ambrionario tiene mas terminación que este paisaje marino. Monet pintó el sol casi con la misma luminancia del cielo, una condición que sugiere humedad alta y atenuación atmosférica de la luz. Este detalle descansa sobre el uso de colores complementarios y variedad de temperaturas de color, en lugar de cambios de intensidad o valores contrastantes, para diferenciar el sol del cielo 49 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte circundante. La pintura trata el valor de contraste simultáneo de los colores, situando tonos cálidos sobre otros opuestos que permiten resaltar, en la retina del espectador, unos tonos sobre otros. La vaporización será el elemento fundamental que invade la superficie, destacando esa humedad que invade la obra y que atenúa las tonalidades, es decir, el color se condiciona a esta atmósfera húmeda. El principal objetivo al que intentaba llegar Monet con esta obra es provocar una impresión en el espectador, por lo que nos encontramos con la importancia que se atribuye al espectador en el impresionismo. Las pinceladas son un tanto libres, rápidas y directas, reduciendo los elementos del cuadro a una simplificación aparente, tal y como se contempla en los reflejos del agua. Las amapolas. Aquí Monet ejemplifica el conocimiento intuitivo que los impresionistas tuvieron de las leyes ópticas del color. Las amapolas flotando sobre la hierba atestiguan el dominio del color primario rojo a través de la vecindad de su complementario verde. Asimismo, el sombrero amarillo de su esposa Camille resalta ante la proximidad del vestido violeta que luce. La brisa que corre y el sol cegador completan el cuadro. Deseaba pintar lo intangible, lo impalpable “quiero pintar lo imposible...quiero pintar el aire” decía. Salen de sus pinceles las más bellas creaciones acuáticas, el puente de Argenteuil, Los barcos en Grenouvillere, etc., en los que ha extraído la inefable poesía de la superficie del agua. Su pasión por la atmósfera lo condujo a diferentes ambientes europeos. Bellas perspectivas acuático-atmosféricas ha sacado de su estancia en Londres en 1870 donde capta la bruma gris sobre el Támesis; en 1885 recorre el Midi francés para apropiarse del sol opulento de la Provenza y en 1895 viaja a los fiordos noruegos con la esperanza de reproducir el aliento frío de la nieve; Venecia, 1908. Una consecuencia de esta ambición estética fue el serialismo: varias reproducciones de un mismo tema para comprobar los efectos cambiantes de la luz y del color en horas y estaciones diferentes. Sus series más conocida son su colección de telas de la Fachada de la Catedral de Ruán, 1891-94, más de 40 cuadros, casi siempre en el mismo ángulo con la desmaterializada facies de la catedral que nos presenta siempre un aspecto diferente. Sabe también penetrar en las sucias estaciones para redimir a la locomotora y poetizar con mil colores bellos el humo y la arquitectura del hierro Estación de San Lazare, París. Y las pinturas de nenúfares sobre el agua, tituladas genéricamente Nenúfares o Ninfeas, donde formas están disueltas en charcos de color, presentando una y otra vez las inagotables variantes del color de los reflejos del agua del estanque de su jardín poblado de plantas acuáticas. AUGUSTE RENOIR (1841-1919) Auguste Renoir nació en Limoges en 1841. Ya como adolescente, trabajó en París en el taller de los hermanos Lévy donde pintó figuras decorativas sobre porcelana hasta los 17 años. En 1858 Renoir realiza pintura sobre abanicos. En esa actividad adquirió el gusto por las piezas de gran luminosidad y de pinceladas rápidas. 50 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Desde sus primeras obras, Renoir sentirá una especial atracción hacia el desnudo femenino. Diana cazadora, suavizado en este caso con la representación de la diosa mitológica de la caza. En 1867 expone Lise con sombrilla, Lise aparece de pie, a tamaño natural, recibiendo un fuerte impacto lumínico que deja su cabeza en sombra mientras que resalta la blancura de su vestido, las pinceladas son rápidas y empastadas. El período impresionista de Renoir dura hasta 1883. Pinta gran cantidad de paisajes, pero sus obras más características tiene por tema la vida social urbana. En todos sus temas el énfasis lo pone en la juventud y la vitalidad. Sus más importantes obras durante este período son. La Grenouillère era una zona de esparcimiento situada a orillas del Sena, en la isla de Croissy, entre Bougival y Argenteuil, donde había restaurantes y locales de ocio frecuentados por los parisinos en los fines de semana. El lugar había sido descubierto por Renoir en el año 1868 y al año siguiente acudió junto a su buen amigo Monet para trabajar ante el mismo motivo: uno de los cabarets flotantes de la zona. Así surgen una pequeña serie de lienzos en los que los dos jóvenes artistas presentan unas características similares, trabajando en un estilo tremendamente cercano: interés hacia la luz tomada del natural, luz que provoca el empleo de unas tonalidades determinadas; pinceladas rápidas y cortas que dotan a la composición de un aspecto de mosaico; empleo de sombras coloreadas y tonalidades complementarias; efecto atmosférico que envuelve las escenas y desdibuja los contornos de objetos y personajes; admiración por la "impresión" que surge en el instante ante los ojos del artista. El columpio, se interesa por mostrar la distribución de luces y sombras en un día soleado. Las figuras intentan alejarse del sol pero los rayos penetran a través del follaje de los árboles, creando interesantes efectos de luz y sombra. La luz refuerza la intensidad de los colores mientras que la sombra se convierte en tonos malvas, recurso muy habitual en el Impresionismo , diseminada a través de las figuras y del escenario. Los personajes tienen contornos difusos por el efecto atmosférico, creando una sensación de aire que impide ver con nitidez. La sensación de instantaneidad también ha sido soberbiamente creada, dando la impresión de que el espectador escucha la conversación entre el hombre de espaldas y la mujer que se columpia. La pincelada es rápida, con toques empastados que en algunas zonas se convierten en manchas. Desnudo al sol, la modelo posa semidesnuda, dejando ver el torso como una Venus clásica. Al presentarse al aire libre la luz incide de diferente manera sobre su cuerpo, creando un atractivo juego de luces y sombras. Las sombras son violetas, en la teoría impresionista de que la sombra es en realidad un tipo diferente de luz. La sensación atmosférica ha sido perfectamente interpretada, difuminando los contornos, pero sin llegar a perder las líneas de la figura. Sin embargo, las hierbas y flores del jardín que rodean a la modelo están trazadas de manera esquemática, con largas pinceladas que conforman casi manchas. Expuesto en la segunda muestra impresionista, 1876, recibió contundentes críticas que a Renoir le produjeron gracia. El crítico Albert Wolff catalogó el desnudo de Renoir como un "amasijo de carnes en descomposición". 51 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Almuerzo de los remeros, la mujer que juega con el perrito en este cuadro será su esposa, Aline Charigot, escena cargada de alegría y vitalidad. La composición fue realizada en el restaurante de Fournaise, posando sus amigos que se distribuyen por el lienzo de manera acertada. Un perfecto bodegón de botellas, frutas, platos y copas preside la composición, demostrando Renoir su facilidad para ese género. Las figuras se sitúan bajo un toldo que evita la entrada de la luz solar, provocando sombras coloreadas típicas del Impresionismo. La factura es cuidadosa, destacando el perfecto dibujo de las figuras con el que resalta su volumen, mientras que el fondo está más abocetado. La luz tomada directamente del natural, la disposición de las figuras en la escena, los rostros de los personajes muy realistas y la sensación de vida que se respira en el conjunto hacen de esta obra una de las más atractivas del pintor. Moulin de la Galette, uno de los templos del ocio parasino era Le Moulin de la Galette, un verdadero molino abandonado situado en la cima de Montmartre, el paraíso de la bohemia parisina habitado por artistas, literatos, prostitutas y obreros. Los domingos y festivos eran días de baile en Le Moulin, llenándose con la población que habitaba el barrio. Una orquesta amenizaba la danza mientras que alrededor de la pista se disponían mesas bajo los árboles para aprovechar la sombra. En su deseo de representar la vida moderna, elemento imprescindible para los impresionistas, Renoir inmortaliza este lugar en uno de los lienzos míticos del Impresionismo. Su principal interés, igual que en Desnudo al sol o El columpio , es representar a las diferentes figuras en un espacio ensombrecido con toques de luz, recurriendo a las tonalidades malvas para las sombras. En las mesas se sientan los pintores y otros jóvenes del barrio de Montmartre. El efecto de multitud ha sido perfectamente logrado, recurriendo Renoir a dos perspectivas para la escena: el grupo del primer plano ha sido captado desde arriba mientras que las figuras que bailan al fondo se ven en una perspectiva frontal. Esta mezcla de perspectivas era muy del gusto de Degas, empleándola también otros artistas. La composición se organiza a través de una diagonal y en diferentes planos paralelos que se alejan, elementos clásicos que no olvida el pintor. Las figuras están ordenadas en dos círculos: el más compacto alrededor de la mesa y otro más abierto en torno a la pareja de bailarines. La sensación de ambiente se logra al difuminar las figuras, creando un efecto de aire alrededor de los personajes. La alegría que inunda la composición hace de esta obra una de las más impactantes no sólo de Renoir sino de todo el grupo, convirtiéndose en un testimonio de la vida en el París de finales del siglo XIX. De esta época data su Retrato de Madame Charpentier, a pesar del estilo suelto y vaporoso, Renoir no renuncia a captar la psicología de su modelo a través del gesto y de la mirada de la dama, destilando fuerza y personalidad, sin renunciar a la elegancia. Retrato de Madame Charpentier con sus hijos. Tuvo muchos encargos de retratos lo que le trajo grandes beneficios, ya que el resto de sus obras apenas se vendía, Los paraguas, las figuras se distribuyen sabiamente por la tela, disponiéndose en diferentes planos paralelos en profundidad y cortados en sus laterales por influencia de la fotografía. El ambiente grisáceo del momento no resta alegría a la escena, especialmente por la figura de la joven de primer plano que dirige su mirada al espectador y la niña que sostiene el aro, mirándonos también de manera cómplice. 52 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Abunda el azul-morado en una composición en la que contrasta el tratamiento geométrico de los paraguas con la suavidad de las figuras. Hacia 1883, según confiesa personalmente, se produjo en mi obra una especie de ruptura. Había llegado al final del Impresionismo y verifiqué que no sabía pintar ni dibujar”. Entre 1883 y 1890, Renoir entra en su período ingresco. En busca de las fuentes clásicas de Ingres marcha a Italia y contempla la obra de Rafael in situ; decide revisar su estilo. Los contornos de sus personajes se vuelven más precisos, dibuja las formas con gran precisión, los colores se vuelven más fríos. Tras estas reflexiones se retira a la Costa Azul y empieza a reproducir desnudos femeninos caracterizados por una fuerte sensualidad. “Los temas más sencillos son eternos”, dirá, “Resulta imposible inventar algo mejor que una mujer desnuda saliendo de las profundidades del mar o de la cama, tanto si se llama Venus como Nini”; y agrega, Se que el cuadro está terminado cuando me dan ganas de acariciarle las nalgas”. La más importante obra de este período Grandes bañistas, tardó tres años en la ejecución de esta escena en la que varias jóvenes desnudas se bañan en un riachuelo, presentando a las figuras bajo una resplandeciente iluminación solar. Las líneas que crean esos sensuales volúmenes son las principales protagonistas, tomando como modelo a Ingres. Los brazos, las piernas o los pechos son dibujados a la perfección, sin enfrentarse al color como apreciamos claramente en el paisaje, tratado incluso con una pincelada rápida y vigorosa. La sensualidad que transmiten las modelos traen a la memoria a Rubens o a Tiziano, maestros admirados por Renoir. Desde 1888 sufre reumatismo, se ataba los pinceles a las manos, completamente destruida por la artritis. Las dolencias reumáticas serán cada vez más fuertes, provocando la deformidad de sus manos y brazos. Con vendas evitaba que las uñas crecieran dentro de la carne y para pintar se ataba los pinceles entre los rígidos dedos, "Ya ve usted. ¡No se necesitan manos para pintar!" decía al marchante Vollard. De 1890 a 1900, Renoir cambia nuevamente su estilo. Ahora es una mezcla de sus estilos impresionista e ingresco. Mantiene los temas de Ingres pero con la fluidez en las pinceladas de su período impresionista. Su primera obra de este período Niñas al piano. En 1894, Renoir es padre por segunda vez. La niñera de sus hijos, Gabrielle Renard, se convierte en uno de sus modelos preferidos. 1900 y 1919, las obras de esta etapa madura están caracterizadas por el vibrante chisporroteo del color, combinado con un potente modelado y un acertado dibujo. El color es aplicado con pinceladas rápidas y relajadas, recuperando el interés por la luz de sus años juveniles, destacando las tonalidades rojizas como preferidas. Algunas de sus obras gozan del clasicismo de Rubens al emplear contundentes modelos desnudas dotadas de gracia y alegría, "Miro un desnudo; hay miradas de pequeñas motas de color. Tengo que buscar aquéllas que hagan de esa carne, sobre mi tela, algo que viva, algo que se mueva" comentaría el propio artista. Y lo más sorprendente es que, a pesar de su delicado estado de salud, todas estas obras tardías están envueltas en un halo de felicidad, de romanticismo bucólico, recordando a la mítica Arcadia. Desde 1907 Renoir se instala en Cagnes-sur-Mer, a orillas del Mediterráneo, buscando el clima cálido que haría más llevadero su mal. Compró una finca denominada "Les Colletes" donde se hizo construir un taller que se convertirá en su último refugio. 53 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Al morir su esposa Aline en 1915, Renoir, ya en silla de ruedas, continúa pintando para ahogar su pena. Bañistas, 1918, está presente el recuerdo de Rubens por sus amplios cuerpos de rollizas y rosadas carnes. Evidentemente, Renoir no pierde la referencia a elementos típicos del estilo en el que trabajó durante muchos años, interesándose por las cuestiones lumínicas y el color, empleando en algunas zonas una pincelada suelta, con pequeñas comitas como hacían los impresionistas. Sin embargo, sus figuras recuperan la línea y el volumen haciendo del Impresionismo una pintura más clasicista que en sus inicios. Pierre-Auguste Renoir pintó a lo largo de más de sesenta años. Pintor prolífico, ha dejado una obra considerable: más de 4.000 pinturas, un número superior a las obras de Manet, Cézanne y Degas juntas. Siempre opinó que los museos eran los mejores maestros en contra de los que creen que cierran el camino de toda fresca inspiración. Tuvo verdadera vocación por los grandes coloristas y por los pintores de desnudos como Tiziano, Rubens y Delacroix, pero pese a esta devoción por la forma pura su técnica es plenamente impresionista. Se acerca a la figura humana para observar sobre su desnuda superficie todas las transformaciones producidas por la luz. Posee una visión optimista. Sus mujeres y niños animan sus rostros con la gracia de una sonrisa con centelleantes chispazos de luz en sus rostros. Ninguno ha pintado mejor la filtración de los rayos del sol a través de las hojas. EDGAR DEGAS (1834-1917) Admiraba a Ingres y los maestros del renacimiento italiano, pero también recibió la influencia del arte japonés y las tendencias simbolistas. En sus primeras obras sigue las tendencias neoclásicas, pintando cuadros de historia influido por el romántico Delacroix. Es considerado uno de los fundadores del Impresionismo. No obstante, su estilo se desmarca del grupo en varios aspectos, fundamentalmente en su preferencia por los temas urbanos con escenas iluminadas artificialmente, en lugar de la pasión por la naturaleza y la luz natural de otros miembros del grupo; su formación académica se evidencia en que no abandona el dibujo sino que lo convierte en elemento esencial de sus elaboraciones de figuras, predominando pues la línea sobre el color; fue abandonando la técnica al óleo para dedicarse exclusivamente al pastel; utiliza encuadres que lo acercan a la fotografía. La técnica y la composición de toda su producción es muy personal. Degas emplea el pastel y sus composiciones resultan instantáneas fotográficas, secuencias cinematográficas de primeros y primerísimos planos, mostrando la deuda contraída hacia la cámara en sus encuadres y enfoques. Crea un tipo de primer plano en que se secciona la cabeza de uno de los personajes lo cual sitúa bruscamente al espectador ante el cuadro. Es un recurso para desencadenar la idea de proximidad, el cine, más adelante aprovecha esta invención. Quiso ser el cronista clásico de la alta burguesía, a la que socialmente pertenecía como hijo de un banquero. 54 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Realizó series sobre los mismos temas: Las bailarinas, el mundo del ballet y de la danza, pues prefiere los interiores al aire libre. Se consagra a pintar bailarinas ensayando y en escena. Detiene la acción en lo instantáneo y demuestra que el Impresionismo no está reñido con la luz artificial. Descubre los encantos de las mil inéditas posiciones de las bailarinas. Pero más que la cabriola en escena le importa el ensayo en la barra, el descanso tras la lección, la ansiedad previa a una actuación, atándose las zapatillas o arreglándose el vestido antes de levantarse el telón y el saludo del público cuando concluye la función, por más natural. Se muestra interesado por el escorzo y el movimiento. Las carreras de caballos, informándonos del ambiente de un hipódromo, con sus refinados asistentes, que acuden en coche a las competiciones hípicas y los jockeys ante las tribunas, uno de sus temas favoritos, en el que explora el movimiento. Los desnudos femeninos que realiza sobre los distintos momentos de la toilette femenina. Mujeres desnudas bañándose, peinándose o arreglándose ante el espejo, sorprendidas en su intimidad “como si se mirase por el ojo de una cerradura” explicaba el artista para aclarar la naturalidad de sus poses. Nos ofrece versiones sumamente poéticas en los cafés, teatros y circos, como los Bebedores de ajenjo, La orquesta, La La en el circo . También representa escenas cotidianas en el trabajo, como Planchadoras. Y de la burguesía, Retratos, En la sombrerería. OTROS PINTORES IMPRESIONISTAS DESTACADOS SISLEY (1839-1899) Alfred Sisley, pintor impresionista francobritánico, fue eminentemente un pintor paisajista, que se distinguió de sus colegas impresionistas por la decisiva intervención en sus cuadros de los elementos más imponderables: el agua, la nieve, el cielo, la niebla, de tal forma que ha sido considerado, junto a Monet, como uno de los impresionistas más puros. Entre 1872 y 1880 realizó lo mejor de su producción: paisajes de gran espontaneidad de los alrededores de París, de Marly, Louveciennes, Bougival, Sèvres, Saint-Cloud o Meudon. CAMILLE PISSARRO (1830-1903) Se le considera, junto con Monet y Alfred Sisley, uno de los impresionistas puros. En los años 80 experimentó con el puntillismo. Atraído por la tierra, pintó la vida rural francesa, en particular paisajes y escenas representando personas trabajando en el campo y también escenas callejeras de París. 55 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte JOAQUIN SOROLLA (1863-1923) Es el más glorioso impresionista español. Pero hay que señalar su retraso en relación al movimiento francés. Nadie ha pintado el reflejo vidriado de los cuerpos mojados de los niños en la playa. Se detiene junto a la orilla del mar en Valencia para representar bañistas y pescadores con una única intención de buscar un pretexto para la luz. Sus pinceladas son largas evocando a Frans Hals, pero aunque se interesa por la luz, la estructura del cuadro aparece bien definida contribuyendo la presencia de la figura humana, singularmente de la mujer y los niños. Es de un gran optimismo ofreciéndonos la versión más pura del aire libre de una atmósfera gustosamente respirable. Sorolla se formó en Roma donde aprendió poco. París le descubrió el camino aunque su fórmula tan sólo se logró en presencia de la luz española. Fue su arte íntegramente español por los tipos y por los temas. El tema social se revela en el lienzo Aún dicen que el pescado es caro. Niños en la playa, Mujeres paseando por la playa. Los lienzos de las Regiones españolas nos demuestran su amor al folklore, más por encima de él está su sentido pictórico del chispazo solar sobre el rostro o las vestiduras. PUNTILLISMO Es una modalidad del Impresionismo y también en cierto grado una reacción contra él. Los impresionistas habían admitido las teorías de Chevreul pero no la habían seguido al pie de la letra, estos si lo harán. En vez de pintar con pinceladas más o menos largas, aplica el color en una continuada serie de puntos, pero lo esencial en el aspecto cromático es el deseo de emplear el color con un criterio científico. Pissarro le denomina "impresionismo científico" para diferenciarlo del de Manet y sus compañeros al que llama "impresionismo romántico". Se oponen al impresionismo por su preocupación por el volumen. Las formas son concebidas dentro de una geometría de masas puras bien redondeadas donde la luz y formas hallen una síntesis perfecta de tal suerte que sus cuadros son modelo de orden y claridad. Pero renuncian a los perfiles. La base del puntillismo se halla en la pincelada atenta al principio de la división de los tonos. Los cuadros semejan mosaicos. La tendencia tuvo una vida corta porque contra lo que pretendía el impresionismo supone una paciente elaboración y una firme disciplina. Temporalmente fueron puntillistas Pisarro, Van Gogh y Gauguin. SEURAT (1859-1891) Creador del puntillismo. En vez de pintar con pinceladas más o menos largas aplica el color con un criterio científico. Su arte claro y monumental inspirado en la proporción aurea y en el triángulo egipcio y su interés porque la forma recobre el valor perdido en mano de los impresionistas puros le convierten en uno de los más ilustres predecesores del nuevo estilo. 56 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Seurat toma de los teóricos del color la noción de un acercamiento científico a la pintura. Seurat creía que un pintor podía usar el color para crear armonía y emoción en el arte de la misma forma que los músicos usan variaciones del sonido y el tiempo para crear armonía en la música. Seurat teorizó que la aplicación científica del color era como cualquier otra ley natural, y se condujo a probar esta conjetura. Su carta a Maurice Beaubourg en 1890, expresa sus sentimientos sobre el acercamiento científico a la emoción y la armonía. Afirmó que "El arte es armonía. La armonía es la analogía de los contrarios, y de similares elementos del tono, del color, y de la línea, considerados a través su dominancia y bajo la influencia de la luz en combinaciones alegres, serenas o tristes". Las teorías de Seurat pueden ser resumidas de esta forma: La emoción de la alegría puede ser alcanzada por la dominación de tonalidades luminosas, por el predominio de colores cálidos, y por el uso de las líneas dirigidas hacia arriba. La calma se alcanza a través de un uso equilibrado de la luz y la oscuridad, por el balance entre colores fríos y cálidos, y por líneas horizontales. La tristeza se alcanza utilizando colores oscuros y fríos y líneas que señalan hacia abajo. SIGNAC (1863-1935) Quedó impresionado por los métodos de trabajo sistemáticos de Seurat y por su teoría de los colores y se convirtió en el fiel seguidor de Seurat. Bajo su influencia abandonó las cortas pinceladas del impresionismo para experimentar con los puntos de color puro, científicamente yuxtapuestos, que pretendían combinar entre sí, no mezclarse sobre el lienzo, sino en el ojo del espectador, el rasgo que define el puntillismo. LAS ESCULTURAS DE RODIN AUGUSTO RODIN (1840-1917) Es el escultor más importante de todo el siglo XIX. Si la primera victoria sobre el Neoclasicismo la obtuvieron los pinceles románticos de Delacroix fueron sus nerviosas manos las que abrieron las fosas de las frías imitaciones académicas. Artista de fina sensibilidad, de temperamento poético y con un dominio excepcional de la técnica escultórica la hace seguir el ritmo emprendido por la pintura coetánea al mismo tiempo que eleva de la vulgaridad la concepción general de los temas sin caer en la retórica. En 1874 emprende un viaje a Italia que le descubre la grandeza de Miguel Ángel. Lecturas de la Divina Comedia ayudan a Rodin a profundizar en la búsqueda de los más graves sentimientos. Supo unir la verdad a la palabra. Lo mismo que Rembrandt o Miguel Ángel profesó un religioso amor al trabajo. A esto unió un desprecio por el dinero que le dio una elegante independencia en medio de un ambiente movido por la codicia. Sus modelos se movían libremente por el estudio y Rodin con su rápida mirada captaba los escarceos de la luz, los diversos esginces de un cuerpo fluyente. Esto le facilitó la aprehensión del movimiento en una variadísima gama. Anatole France le 57 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte llamó el escultor del movimiento. Le interesó vivamente la luz pues con ésta es cuando se puede obtener la profundidad en una escultura. Una escultura debe ser estudiada en función de la luz que ha de recibir en su emplazamiento. De Miguel Ángel aprendió la belleza del inacabado. Practicó deliberadamente este método dejando inconclusas ciertas partes de la escultura, de forma que nos parece asistir a su nacimiento. Las superficies permanecen rugosas, como la aspereza de la montaña. Contra sus aristas afiladas tropieza la luz, dejando sombras profundas en los valles. Rodin se comporta con la luz como impresionista. Pero frente al vaciamiento del tema, o de la mera retórica del mismo, establece las energías virginales de los grandes dramas humanos, de las pasiones, de los efectos desbordados y lo hace con tanta intensidad que sus figuras se erigen en símbolos. De aquí que se le haya juzgado tantas veces como simbolista. Expresa muy bien el espíritu inquieto del hombre actual y lejos de reducirlo a la nadería de los temas excava en el pozo de las grandes verdades. Hombre de la nariz rota, 1864. Con su fealdad intencionada promovida por la miseria era el guante que lanzaba a los academicistas. Rechazada en el Salón, fue recibida con desprecio por parte del público ya que se creía que estaba inacabada. Edad del Bronce, 1877. Representa el esfuerzo del despertar de la Humanidad con todo el sentimiento de una juventud prometedora. Deja ver ya, dentro de su actitud sobriamente naturalista, el deseo de enaltecer la expresión sobre el puro naturalismo de su época. Tan vívida era la expresión que facilitó una vil argucia de sus enemigos que la declararon vaciado de un cuerpo humano real. Ello desencadenó terribles persecuciones contra Rodin y sus obras. El hombre que camina, 1877, considerada una obra inacabada dado que carece de cabeza y brazos. Destacar el movimiento que tiene a pesar de la falta de estas partes del cuerpo. Torso, otra de las obras de Rodin consideradas inacabadas. El escultor francés se inspira mucho en la temática de la antigua Grecia y Roma. Un ejemplo claro, la Venus de Milo, escultura a la que le faltan los brazos. San Juan Bautista, 1881. Abre su palabra bondadosa mientras extiende en abierto compás sus piernas. Su fino sentido del movimiento y del valor expresivo de la actitud le conquistan definitivamente la admiración de sus contemporáneos. Las Puertas del Infierno, 1880, es un monumental grupo escultórico con unos seis metros de alto, cuatro de ancho y uno de profundidad. En su totalidad contiene unas 180 figuras cuyas dimensiones varían entre los quince centímetros y más de un metro. El encargo fue para el futuro Museo de Artes Decorativas de París pero el proyecto quedó cancelado y permaneció en el taller de Rodin, quien lo fue haciendo añadidos hasta su muerte. Las Puertas del Infierno son una reflexión sobre la condición humana, con sus luces y sombras. Distinguimos toques de romanticismo y simbolismo en la temática de la obra y un enfoque más realista si tenemos en cuenta los efectos de la luz. 58 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte El número considerable de figuras y su pequeño tamaño demostraría que era capaz de expresar los mayores sentimientos del hombre sin usar del vaciado natural. Se ha creído que estas puertas están inspiradas en el Infierno de Dante y de ahí le vino el nombre. Se le ha comparado con la tumba de Julio II y como ella quedó sin acabar. Aquí emergen en pequeño formato varios modelos que reproducirá más tarde de forma independiente, como Las tres sombras del ático o el Pensador, que observa desde el dintel los horrores de los condenados que se precipitan al vacío: figuras retorcidas y llameantes que van abultándose, desde el relieve plano al altorrelieve tridimensional, y a las que trasmite todas las propiedades del ilusionismo pictórico. En el Pensador quiso representar a Dante que con su absorbente mirada piensa por toda la humanidad. En las demás figuras se clasifican las grandes pasiones del hombre, ansias desbordadas, amarguras y decepciones. El Pensador, 1886, símbolo de la escultura de Rodín. Aglutina todas las características del autor. La escultura llega a traspasar su sentido literario, ya que en su origen es el retrato del poeta Dante que se ve afectado por todo lo que está viendo, en las puertas, y ahora con la escultura a grandes dimensiones adquiere un significado totalmente diferente, trata de expresar algo más universal y que se identificará con el destino del hombre. Se trata de un hombre sentado, reclinado, con la cabeza ladeada hacia abajo, en una postura de pensamiento, pasividad, soledad, preocupación, etc. Para ello, Rodin se inspirará en obras como el Moisés o la Tumba de Lorenzo de Médicis de Miguel Ángel. Por una parte, vemos una posición descuidada, hay como un giro de las piernas casual, como si se sentara a pensar. Pero Rodin va más allá de la representación idealizada de una persona para transmitirnos sentimientos, algo más universal y profundo, soledad, preocupación del hombre por el devenir del ser humano,… toda una carga psicológica importante. El beso, 1886, también representada en Las Puertas del Infierno. Rodin es el cantor de la atracción irresistible entre los sexos. Ofrece dos versiones la forma clásica, cuando los amantes refrenan sus ímpetus, y la forma romántica donde la corriente amorosa se torna huracán resultando la obra de un crudo realismo. Es importante el movimiento de las obras de Rodin, los diferentes ángulos y puntos de vista que nos ofrecen nuevos detalles, más información sobre la obra, por un lado, parece que se besan, por el otro no. Uno de los métodos de Rodin era llevar modelos desnudos a su taller y hacerles girar y moverse para encontrar la postura ideal que le inspirase. Las obras inacabadas, la sensación de dinamismo, de que todo es cambiante, de que la obra no es igual según el lugar desde donde sea apreciada, el ritmo de la composición, formada con las posturas, los brazos, cómo éstos se entrelazan, etc. Las Tres Sombras, se encuentran en la parte superior de las puertas. Se trata de tres figuras que en realidad son la misma pero expuestas en diferentes ángulos alrededor de un punto concreto. Los Burgueses de Calais,1886. Para el rey Eduardo III de Inglaterra el puerto francés de Calais, sobre el Canal de la Mancha, era de gran importancia estratégica y en septiembre de 1346, tras la batalla de Crécy, sitió la ciudad. Tras varios intentos de los ingleses de tomar la ciudad y varios intentos fracasados de los franceses de romper el sitio, el rey Eduardo tomó la decisión en febrero del siguiente año, de dejar morir de hambre a los habitantes de la ciudad. En junio, las reservas de agua y comida de la ciudad eran sumamente escasas. El alcalde de Calais ofreció al rey inglés la capitulación 59 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte de la ciudad con la condición de que los habitantes pudieran salir libres. El rey Eduardo se negó, indignado de que una ciudad que estaba a punto de caer y que le había costado tanto tiempo, hombres y dinero, se atreviera a imponer condiciones. Sin embargo, los propios hombres del rey señalaron que la única culpa de la ciudad fue haber luchado valientemente. Finalmente, el rey se ofreció a respetar la vida de los pobladores de la ciudad si seis hombres notables de la ciudad, en su lugar, se rindieran ante él, junto con las llaves de la ciudad, vestidos en camisón y con una soga amarrada a sus cuellos. El alcalde de Calais hizo sonar las campanas y reunió a los habitantes en la plaza para comunicar las condiciones del rey inglés. 6 de los hombres más ricos de la ciudad se vistieron según los deseos del rey, con la cabeza descubierta, descalzos, sin camisa, con cuerdas al cuello y las llaves de Calais en las manos. El más rico de los burgueses, Eustaquio de S. Pierre, acompañado de otros ricos compañeros cumplió lo prometido, aunque la intercesión de Felipa, mujer de Eduardo III, permitió que conservaran la vida. El ánimo se manifiesta diversamente en cada figura. Un haz de psicología se despliega ante nosotros. Uno va con la frente levantada henchida de rabia, otro se entristece ante el miedo a la muerte y requiere el consuelo del compañero. Avanzan graves, majestuosos como un cortejo fúnebre. Dispuso el grupo sin pedestal, al nivel del suelo, para que el espectador se introduzca sin apreciarlo en la tragedia. La expresividad es una de las características más destacables de Rodin, sentimientos de angustia, orgullo, dolor, en fin, diferentes expresiones según la cara de la figura de la que estemos hablando. Según el punto de vista, tendremos una sensación diferente de las figuras. Hizo numerosos retratos. Rechazó la belleza externa. Modelaba el alma y sacaba las verdades a flor de piel provocando el estupor de sus retratados. El retrato viene de dentro afuera. Conocer al personaje, sus gustos y pensamientos, lo considera tarea previa. Victor Hugo, 1883, con el brazo levantado parece querer poner calma en el mar encrespado de sus pensamientos. Doble retrato psicológico de Balzac, 1891, en busto y en pie, constituye su aproximación más notable al Impresionismo. Leyó en Lamartine que "Balzac tenía unos cabellos que caían como crines, sus ojos despedían llamas y tenía el busto de un carretero turonés" tremenda descripción puntualmente asimilada por Rodin, lógicamente los clientes, La Sociedad de las Gentes de las Letras, lo rechazaron por grosero e incomprensible. Concibe la estatua como un Mennon, un coloso egipcio, donde el novelista aparece envuelto en el albornoz que usaba para escribir simbolizando la creatividad del genio. La Catedral, 1910, recibe este nombre un par de manos que representan la Creación, la herramienta con las que se crea al hombre. Esta obra será muy importante. Es relevante observarla con diferentes puntos de vista para apreciar todos los detalles que esconde este par de manos. Gran nivel de detalle, con la piel, las venas, todo muy real, contraste también entre la superficie pulida que corresponde a la piel de las manos y la superficie rugosa de la base donde éstas se encuentran apoyadas. 60 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte 5.-POSTIMPRESIONISMO: CEZANNE, GAUGUIN Y VAN GOGH En 1910 Roger Fry popularizó el término Postimpresionista para catalogar a los pintores que, por oposición o derivación, se venían relacionando con los planteamientos del Impresionismo. Los mismos pintores impresionistas inician el nuevo giro de la pintura. Con el postimpresionismo se inicia la revisión de algunos postulados de la escuela. El Postimpresionismo supone entre otras cosas una recuperación de la importancia del dibujo y la preocupación por captar no sólo la luz sino también la expresividad de las cosas y las personas iluminadas. Frente a Monet que decía que debía de haber nacido ciego y de repente adquirir la visión para poder plasmar de forma pura la luz, sin vinculación a ninguna forma, en las obras postimpresionistas se acomete el análisis de aquello sobre lo que la luz incide. El Impresionismo ha pintado la mera apariencia. Un grupo de artistas inicia desde 1880 la reconstrucción de la forma, es decir de la existencia. Esta tendencia ha recibido el nombre de Constructivismo y a su vez encierra diversos movimientos. Tras la muerte de Seurat, tres grandes artistas emprendieron también la renovación del Impresionismo por caminos diferentes pero sin renunciar a los logros técnicos adquiridos. La síntesis que elaboran estos maestros abre de par en par las puertas de las vanguardias históricas del siglo XX: Cezanne preludia el Cubismo; Gauguin el movimiento nabi y Van Gogh el Fauvismo y el Expresionismo. Los tres grandes promotores de esta orientación -Cezanne, Van Gogh y Gauguin- buscan nuevos horizontes fuera de París. PAUL CEZANNE (1839-1906) No conoció las apreturas económicas de los demás, aunque supo imponerse una férrea disciplina y tuvo la recompensa de verse mundialmente reconocido en el último periodo de su existencia. Después de hacer sus comienzos en el estilo de Ingres, como tantos de su generación, e incorporarse más tarde a los impresionistas, en la penúltima década del siglo crea su propio estilo. Su concepción pictórica no descansa exclusivamente en la mirada, como hacían los impresionistas, sino en “la vista y el cerebro: las dos –opinaba Cezanne- tienen que ayudarse entre sí”. Este desarrollo mutuo de los sentidos y la reflexión en el cuadro le llevan a forjar su credo artístico: “En la naturaleza todo se modela según la esfera, el cono y el cilindro. Hay que aprender a pintar sobre las bases de estas formas simples y entonces podrá hacer uno todo lo que desea”. El Cubismo está a la vuelta de la esquina. Todo en la naturaleza se modela según la esfera, el cono, el cilindro. Hay que aprender a pintar sobre la base de estas figuras simples; después se podrá hacer todo lo que se quiera., según sus propias palabras, con lo que pugna, no por la representación de esas figuras en el espacio, sino por la renuncia de todo lo secundario y la revalorización de la forma y el volumen. Concibe el cuadro a base de cuerpos rigurosamente geométricos. Por ejemplo, un tronco de árbol puede concebirse como un cilindro, una cabeza humana como una esfera. Además, la atención concentrada con la que había registrado sus observaciones de la naturaleza dieron como resultado una profunda exploración de la visión binocular, que 61 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte resulta de dos percepciones visuales simultáneas y ligeramente diferentes, y nos proporciona una percepción de la profundidad y un conocimiento complejo de las relaciones espaciales. Vemos dos puntos de vista simultáneamente; Cézanne empleó este aspecto de la percepción visual en su pintura en grados diferentes. La observación de este hecho, junto con el deseo de Cézanne de capturar la verdad de su propia percepción, a menudo le llevó a presentar los perfiles de formas para al mismo tiempo intentar mostrar los puntos de vista distintivamente diferentes de tanto el ojo izquierdo como el derecho No es casualidad que escoja la manzana como pieza inexcusable en sus bodegones pues ella le suministra una forma elemental geométrica, la esfera. Y para evitar que el objeto se desdibuje en sus perfiles para la mayor iluminación natural que se deposita en estos, los recalca con énfasis mediante una sólida línea oscura. Pero lejos de adoptar una actitud meramente escultórica estima que la línea no existe, que sólo hay contrastes de color y que la forma únicamente es perfecta cuando el color está en su punto. En el fondo su actitud delata una reacción de tipo intelectual frente al puro goce colorista del Impresionismo. Con este fin, ordenaba estructuralmente todo lo que veía en formas simples y planos de color. Su afirmación «Quiero hacer del impresionismo algo sólido y perdurable como el arte de los museos», subraya su deseo de unir la observación de la naturaleza con la permanencia de la composición clásica. Ello queda en evidencia igualmente con su pretensión de «revivir a Poussin del natural». Son muy características y fácilmente reconocibles sus pinceladas, a menudo repetitivas, sensibles y exploratorias. Estas pequeñas pinceladas y planos de color se conjugaban para formar campos complejos, expresando al mismo tiempo las sensaciones del ojo que observa y una abstracción de la naturaleza observada. Se han descrito varios periodos en la obra de Cézanne. El periodo oscuro, París, 1861-1870. Se trata de un periodo caracterizado por colores oscuros y un intenso uso del negro, con pigmentos espesos, muy empastado. El asesinato. Periodo impresionista, Provenza y París, 1870-1878. Cuando Cézanne marchó a L'Estaque en 1870, cambió sus temas para dedicarse principalmente al paisaje. Al instalarse en 1872, en Auvers (Val-d'Oise), comenzó su estrecha relación de trabajo con Pissarro. Bajo la influencia de Pissarro, Cézanne comenzó a abandonar las normas académicas y la paleta sombría y fuertemente empastada que le caracterizaba. Sus lienzos se hicieron mucho más brillantes, con colores claros, eligiendo los colores primarios y sus complementarios, además de forzarle a observar atentamente la realidad. Trabajó a partir de la observación directa y gradualmente desarrolló un estilo de pintura aéreo y ligero. La casa del ahorcado, 1872, Una moderna Olimpia, 1873. Periodo de madurez, Provenza, 1878-1890. Cuando Cézanne fijó su residencia definitivamente en Provenza, a principios de los años 1880, se independizó de los impresionistas, centrados en París, y demostró su preferencia por el sur, su región natal y su paisaje. El aislamiento y la concentración, así como la singularidad de su búsqueda, podrían señalarse como los responsables de la increíble evolución que sufrió su estilo. 62 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Un familiar tenía una casa desde la que se veía la montaña Sainte-Victoire en Estaque. Una serie de pinturas de esta montaña de 1880-1883 y otras de Gardanne de 1885-1888, a veces son conocidas como el «Periodo constructivo». De 1888 a 1890 se interesó por la figura humana, pintando una serie de cuadros con personajes de la Comedia del arte. Periodo final, Provenza, 1890-1905. El paisaje laberíntico de las la montaña Sainte-Victoire debieron impresionarle particularmente, se cree que estas formas inspiraron el estilo cubista en embrión. Cézanne continuó pintando directamente del natural con brillante colorido de tipo impresionista, pero fue simplificando de modo gradual la aplicación de la pintura hasta el punto de que parecía lograr expresar el volumen con sólo unas cuantas pinceladas de color yuxtapuestas. Más adelante los expertos llegarían a afirmar que Cézanne había descubierto un modo de representar tanto la luz como las formas de la naturaleza simplemente mediante el color. Parecía reintroducir una estructura formal que los impresionistas habían abandonado, sin sacrificar por ello la sensación y vivacidad lumínica lograda por ellos. El propio Cézanne hablaba de modular el color en lugar de modelar el claroscuro de la pintura tradicional. Con ello se refería a que suplantaba las convenciones artificiales de representación (modelar) por un sistema más expresivo (modular) que se hallaba aún más próximo a la naturaleza o, como decía el propio artista, "paralelo a la naturaleza". Cézanne consideraba que nunca llegaba a alcanzar plenamente su objetivo, por lo que dejó la mayor parte de sus obras sin acabar y destruyó muchas otras. Se lamentaba de su fracaso a la hora de representar la figura humana y, efectivamente, las grandes obras con figuras humanas de sus últimos años revelan unas distorsiones curiosas que parecen dictadas por el rigor del sistema de modulación cromática que él mismo impuso sobre sus propias representaciones. Ejemplo de ello son toda la serie de pinturas dedicadas a las Bañistas. Jugadores de cartas, 1892, Mujer con cafetera, 1890, Naturaleza muerta con manzanas y naranjas, 1895, Bodegón con cebollas, 1895, La montaña de Sainte-Victoire, vista desde Bibémus, 1898, La Montagne Sainte-Victoire et le Château Noir, 1904. Puede decirse que Cézanne crea el puente entre el impresionismo del siglo XIX y el nuevo estilo de principios del siglo XX, el cubismo. PAUL GAUGUIN (1848-1903) De familia liberal y descendiente de terratenientes españoles de América del Sur, su vida es una novela de aventuras que él relata en su autobiografía Noa-Noa. Pasó su infancia en Lima y la juventud en París. Fue marino mercante y corredor de bolsa en París desde 1870, teniendo bastante éxito en sus negocios y llevando una vida burguesa y acomodada junto a su mujer y sus cinco hijos. Gustave Arosa, hombre de negocios y gran amante del arte, introdujo a Gauguin entre los impresionistas. En 1874, conoce la obra del pintor Camille Pissarro y visita por primera vez una muestra de pintura impresionista. Se aficiona al arte, lo que le lleva a tomar clases de pintura y a hacer sus primeros intentos de creación en este terreno. Expone sus obras junto a los impresionistas desde 1876 y reúne una colección personal con obra de Manet, Cézanne, Monet y Pissarro. En 1882, deja su trabajo en la Bolsa para dedicarse por completo a su nueva pasión, la pintura. Marcha a Bretaña en busca del primitivismo se convierte en el centro de un grupo de pintores experimentales conocidos con el nombre de Escuela de Pont-Aven, en 63 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte donde tuvo como discípulos a Émile Bernard, Paul Sérusier, Seguin y Chmaillard que constituirían el llamado simbolismo, Grupo de los Nabis. Su estilo de pintura empezará a transformarse desde las cercanías del impresionismo hasta un estilo mucho más personal, lo que se ha dado en llamar sintetismo, un modo de pintar más natural y sintético. Busca inspiración en el arte indígena, en las vidrieras medievales y en las estampas japonesas. Inaugura una tendencia hacia lo exótico, el primitivismo. Se apartó del impresionismo “porque estos buscaron en el ojo, en lugar de bucear en el fondo misterioso del alma”. Ya en sus primeros cuadros carga el acento en el mundo interior, no conserva la pincelada aislada de origen impresionista, sino que extiende el color en campos extensos, encajándose nuevamente dentro de la línea por él instaurada. Es una pintura cloisonneé que recuerda los antiguos esmaltes y vidrieras, creando intensos efectos cromáticos de exquisita delicadeza. Las figuras y el paisaje están contorneados con líneas negras, rellenando luego los espacios libres con manchas planas de color. Los morados y amarillos toman en él un valor personal. La forma ceñida por el dibujo recobra su prestigio y la composición muy construida y reposada se mueve con ritmo de pueblos lejanos. Viaja a Panamá, 1887, y a la Martinica, 1888, con “el deseo de vivir como un salvaje”. Este viaje al Caribe resultaría fundamental para su futuro artístico, puesto que le mostró la sensualidad del color y lo interesó por una naturaleza primitiva capaz de acentuar las relaciones humanas. Regresa a Bretaña en 1888. El tema bíblico de La visión después del sermón pintado en Bretaña, 1888, presenta ya esta característica que será constante en su obra, “en lugar de copiar la naturaleza tal como se ve se la debe transformar en juego de colores libres y subrayar los arabescos simples y expresivos por placer de la vista”. Cristo amarillo, 1889, la bella Ángela, 1889, Mujeres y niñas bretonas. Permanece una temporada con Van Gogh, en Arlés, donde funda el Taller del Mediodía, en 1888,viven juntos entre octubre y diciembre, dedicándose ambos a pintar, realizan la serie de vistas de Alyscamps, separándose después de una discusión “cargada de excesiva electricidad” que hizo que Van Gogh lo persiguiera con una navaja de afeitar por las calles de Arlés y luego se cortara la oreja. Arruinado y enfermo, Gauguin se embarca en 1891 hacia la Polinesia. Nostalgia del trópico y rechazo de la civilización occidental que lo lleva a los Mares del Sur, donde exploró caminos inéditos de la pintura, retratando una civilización, sin contaminar a través de los indígenas polinésicos, sus casas, sus playas y sus selvas. Se establece en Tahití, tratando de huir de la civilización europea y de todo lo artificial y convencional. Empieza también a redactar un relato autobiográfico. Influido por el entorno tropical y la cultura polinesia, anticipa al arte abstracto: simplifica aún más las composiciones dando preponderancia al color y a la idea que el color puede sugerir, su obra adquiere fuerza, lleva a cabo esculturas en madera y pinta sus cuadros más bellos, en especial su obra más importante "¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Adónde vamos?”, 1897, que él mismo considera su testamento pictórico. 64 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte El efecto pictórico para él, consistía en las armonías de las masas cromáticas y del hombre con la naturaleza. Crea composiciones simplificadas, estáticas donde no está ausente un recuerdo de la pintura egipcia. Gauguin atiende también al sentimiento. El alma pura indígena con sus reacciones tan diferentes a las de los occidentales se sintetiza en gestos simples, en miradas profundas conmovedoras. El misterio de lo exótico, de lo selvático. la vida retirada en plena naturaleza, de verdadero Robinsón puso en adecuadas condiciones al pintor para apoderarse de estos escenarios, por vez primera incorporados al arte. Gauguin pone de moda el primitivismo. El pensamiento de Juan Jacobo Roseau se había hecho realidad. En Tahití, conocerá a Tehura, que se convertirá en su modelo. Está muy inspirado y pinta 70 lienzos en unos pocos meses. Pero tras algunos años de felicidad en los que publica su autobiografía, tiene problemas familiares y de salud. En 1897 intenta suicidarse, luego sobrevive prácticamente en la miseria con una pequeña pensión que desde París le enviaba un marchante. Decide entonces establecerse definitivamente en las Islas Marquesas para volver a encontrar la inspiración. En 1901, llega a Atuona, en la isla de Hiva-Oa, en las Islas Marquesas. Cree estar en el paraíso. Pronto se dará cuenta de su error al conocer los abusos cometidos por las autoridades y al tratar de defender a los indígenas. Se dedicó a realizar esculturas "primitivas", principalmente tallas y bajorrelieves en madera. Allí muere en 1903. VICENT VAN GOGH (1853-1890) Vincent van Gogh nació en Zundert, Paises Bajos, en 1853. Fue mayor de seis hermanos, era hijo de un austero y humilde pastor protestante . Vincent comentaba luego sobre su juventud: "Mi juventud fue triste, fría y estéril..." Desde muy joven mostró un carácter difícil y un temperamento «muy fuerte», esta personalidad le hacía ser muy inestable. Le entusiasmaba la lectura de la Biblia, y La imitación de Cristo de Tomás de Kempis, en 1877 se trasladó a Ámsterdam donde quiso hacerse teólogo. En 1878, viajó como misionero a la región mineras de Mons, en Bélgica, donde con condiciones extremadamente duras realizó un trabajo evangelizador entre los mineros de la zona; pero con su fanatismo, lo que conseguía era que le llegaran a temer "Los carboneros y los tejedores siguen constituyendo una raza aparte de los demás trabajadores y artesanos y siento por ellos una gran simpatía y me sentiría feliz si un día pudiera dibujarlos, de modo que estos tipos todavía inéditos o casi inéditos fuesen sacados a luz.(...)". Siguió los consejos de su hermano Theo, marchante de arte, del que ya estaba recibiendo ayuda económica, y decidió dar un cambio a su vida y dedicarse a la pintura. Con Theo tuvo una amplia relación principalmente por carta. En la pintura El tejedor en el telar,1884, expresa la dureza y el esfuerzo de este oficio, pero también la dignidad del personaje, aquí Van Gogh demuestra la solidaridad y su identificación con el protagonista, intentando representar el ideal de una sociedad libre de la industrialización y hace una alabanza al trabajo artesanal. 65 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte En 1885 pintó la que se considera una de sus grandes obras Los comedores de patatas. Hasta entonces sus esfuerzos se habían centrado siempre en la representación de una figura, en esta obra se encontró con la dificultad de tener que coordinar cinco personajes y conseguir relacionarlos. En una de sus cartas expresó: “ He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra, y que mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado tan honestamente”. Con ayuda de Theo se imprimieron veinte litografías de Los comedores de patatas, que la gente de los alrededores pudo comprar a precios asequibles. Su hermano Theo se quejaba en una de sus cartas que estos cuadros eran demasiado apagados y no estaban en la línea del estilo del momento, donde destacaban las pinturas brillantes de los impresionistas. En 1885 llegó a Amberes, donde alquiló un pequeño taller. Compró en unos anticuarios algunas xilografías japonesas, y se dedicó a copiar modelos de yeso de esculturas antiguas, expuestas en la Real Academia, a pesar de su desacuerdo con la enseñanza académica. Descubrió las pinturas de Rubens, que con su colorido y sus formas femeninas le abrieron la alternativa del uso de colores como el carmín y el verde esmeralda. El año 1886 se mudó a París, para vivir junto a su hermano menor Theo Van Gogh, se instalaron en Montmartre y empezó a codearse con los artistas de la época que allí se reunían. Utilizó los colores complementarios y todo esto le hizo abrirse a una expresión en su arte que no había sospechado en los Países Bajos. Pissarro también le explicó las nuevas teorías sobre la luz y el tratamiento divisionista de los tonos. Pudo apreciar las pinturas exóticas realizadas por Gauguin en la Martinica. El retrato de Mujer en el Café de Tambourin en 1887 no representa una bebedora en una taberna cualquiera sino que es la imagen concreta de una antigua modelo de los pintores Degas y Corot, Agostina Segaroti, y que en ese momento era la propietaria del bar. El cuadro respira un cierto atractivo exótico, desde el peinado de la mujer pasando por su vestido hasta el fondo de la pintura donde en su decoración se observan láminas japonesas. Poco antes de acabar su etapa parisina, Van Gogh realizó tres retratos de Julien Tanguy, llamado por todos los artistas «Père Tanguy». Este retrato es la obra representativa de su etapa en París, con una visión frontal, es una imagen de una estructura simple que contrasta con el fondo, que se encuentra decorado con estampas japonesas. En 1888 llega a Arlés, al sur de Francia. Pintó la naturaleza de los alrededores, los campos de trigo, los pantanos del delta del Ródano, el canal del sur de Arles que reflejó en diversas obras como El puente de Langlois. Durante este periodo empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos que caracterizan su obra pictórica de los últimos tiempos. Van Gogh pasaba todo el tiempo pintando paisajes al aire libre. Para realizar la composición colocaba en el fondo del cuadro toda la parte arquitectónica, con torres de iglesia, chimeneas, casas, pueblos, en una fina franja a la altura del horizonte, el primer plano lo reservaba para los campos y 66 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte la vegetación, esto lo hizo con el cuadro Vista de Arles con lirios en primer plano, Los segadores con Arles en el fondo, La cosecha, Campos labrados y una de sus obras paisajistas más conocidas El sembrador, realizada en el mes de junio, cuando la cosecha estaba casi a punto, como se puede apreciar en el campo de trigo maduro que hay detrás del sembrador, con los colores azul y púrpura, y los amarillos relucientes del sol y el cielo consiguió un contraste cromático. Vincent tenía la intención de crear un taller de artistas, y para esto alquiló en mayo la «casa amarilla» en Arles.. El único que atendió a su petición del taller fue Paul Gauguin, con el que mantuvo diversas cartas sobre el tema del Atelier du Midi que juntos habrían de fundar. Gauguin vivía en aquel tiempo en Pont-Aven en la Bretaña; estaba lleno de deudas, se sentía incomprendido y soñaba con la fundación de un círculo de pintores, pero seguramente no había pensado en Van Gogh como componente del mismo. En la pintura Jarro con doce girasoles, pintado en agosto de 1888, Van Gogh buscaba el espíritu del simbolismo. La meticulosidad de las flores contrasta con la caótica situación de las hojas así como la pastosa aplicación del color que, delante del fondo azul claro, consigue que el cuadro tenga un significado que va más allá que la simple reproducción de las flores. Durante este mes de agosto realizó cuatro pinturas sobre girasoles: primero con tres flores, después con cinco, hasta llegar a la de los doce girasoles sobre un fondo azul, y otro con quince girasoles sobre fondo amarillo. Café nocturno en Arles, 1888. Antes de la llegada a Arles de Gauguin, le envió un autorretrato, con el título de Autorretrato como un bonzo, cuadro en el que es evidente su identificación con el japonismo, se pintó con la cabeza rapada al estilo bonzo. Gauguin fue el que impulsó a Van Gogh para que pintase lugares históricos de Arles y así trabajaron juntos y pintaron la serie de vistas de Alyscamps. Escogieron diferentes motivos, Gauguin pintó un paisaje con un encanto pintoresco y más bien refinado, mientras que Van Gogh escogió un paseo enmarcado por altos álamos que tenían un color amarillo puro que contrastaba con el verde-azul del cielo, en cambio el color empleado por Gauguin era mucho más tímido. Con el paso de las semanas, la convivencia de los dos artistas fue empeorando, debido a sus diferencias personales, acentuadas por el carácter muy temperamental de ambos. Pasados menos de dos meses, en la tarde del 23 de diciembre de 1888, Van Gogh y Gauguin tuvieron un altercado, Van Gogh amenazó a Gauguin con una navaja y que, como consecuencia del disgusto, por la noche se mutiló el lóbulo de la oreja izquierda, a continuación, Van Gogh habría envuelto el lóbulo en un paño y se habría dirigido a su burdel favorito, donde presentó este «regalo» a una prostituta llamada Rachel. Posteriormente, habría regresado a la «casa amarilla» de Arles, donde se desmayaría. Descubierto por la policía, fue enviado al hospital Hôtel-Dieu, en Arles mismo. Gauguin dejó Arles con rumbo a París y no volvió a tener contacto con Vincent, exceptuando algunas cartas posteriores. Otra versión apuntan a que, en realidad, Van Gogh habría perdido el lóbulo de su oreja como resultado de la agresión de Gauguin con una daga. Posteriormente, Gauguin ofrecería a la policía la versión de que la pérdida del lóbulo se habría debido a una autolesión. Un estudio forense practicado a los restos 67 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte exhumados del artista ha interpretado que, efectivamente, la herida no pudo deberse a una automutilación. Al regresar a su casa Van Gogh pintó el Autorretrato con oreja vendada, mostrando toda la parte derecha de la cabeza con una venda. En el fondo en la parte izquierda, se puede ver una xilografía japonesa que con su colorido contrasta con el blanco de la parte de la cara donde tiene la herida. El cuadro debió ser pintado delante de un espejo, ya que la oreja herida fue la izquierda. Pasadas cuatro semanas volvió a ser ingresado ya que presentaba síntomas de manía persecutoria, se imaginaba que lo querían envenenar. Poco después, Vincent decidió internarse voluntariamente en el hospital mental de Saint-Paul-de-Mausole, un ex-monasterio, en Saint-Rémy-de-Provence, a unos treinta y dos kilómetros de Arles. En esta época su pintura se caracteriza por la presencia de remolinos, pintó obras donde los temas eran pinos, cipreses y olivos, buscando los efectos pictóricos de los árboles, de los olivos sus troncos sinuosos y de los cipreses, con su forma triangular, creando una magnífica serie de paisajes. Incorporaba la mancha oscura del ciprés en muchas de sus grandes composiciones, como en La noche estrellada y, entre otras, en Campo de trigo con ciprés, Cipreses con dos mujeres y Ciprés en el cielo estelar. Volvió a tener nuevos colapsos, que le duraban más que en las veces anteriores; padecía angustia, terror y alucinaciones con accesos de ira muy intensos. Mi habitación en Arlés, 1889. Cuando volvió a escribir a Theo le explicó que había decidido abandonar la clínica. Después de una breve estancia en París con su hermano, decidió establecerse en Auvers-sur-Oise. Allí conoció a un amigo de Theo, el Dr. Paul Gachet, pintor aficionado, que se ofreció a cuidarlo y visitarlo. Bajo la atención del Dr. Gachet la actividad artística de Van Gogh fue intensa, en dos meses pintó más de setenta cuadros. Frecuentaba la casa del doctor, y pintó el jardín, su hija Margarita en flores y en el piano, y al mismo doctor. Su cuadro sobre La iglesia de Auvers-sur-Oise, está construido sobre líneas fuertes y definidas, que producen el efecto de una escultura recortada sobre el azul intenso del cielo, efecto que da una sensación de oscuridad. La profundidad la consigue con los dos caminos en forma de /v/ en un primer plano; estos caminos aparecen colocados de manera similar en una obra posterior: Campo de trigo con cuervos. Van Gogh señala en sus cartas, la soledad y la melancolía que tienen estos últimos paisajes de trigales bajo cielos tempestuosos y amenazantes; se ha dicho que los símbolos de los cuervos planeando sobre el trigo sugieren la premonición de la muerte. Las dos bandas de color, con el contraste del azul y el amarillo, anulan el espacio de la perspectiva. La composición de la perspectiva en el campo abierto tiene un sentido inverso, sale del horizonte en dirección hacia la parte delantera. El azul del cielo está en un solo plano y consigue crear una unidad, mientras que el amarillo del trigo está dividido en dos planos, el rojo de los caminos en tres y el verde complementario de las franjas del camino en cinco. 68 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte Durante los últimos treinta meses de vida llegó a realizar 500 obras y en sus últimos 69 días firmó hasta 79 cuadros. Sin embargo, su depresión empeoró y el 27 de julio de 1890, a la edad de treinta y siete años, mientras paseaba por el campo, con un revólver se disparó un tiro en el pecho. No se dio cuenta de que su herida era mortal y volvió a la pensión Ravoux, donde murió en su cama dos días después, en brazos de su hermano Theo. "Yo arriesgué mi vida por mi trabajo, y mi razón siempre fue menoscabada": éstas son las palabras de Vincent en su última carta, encontrada en su bolsillo el 29 de julio de 1890. HENRI TOULOUSE-LAUTREC (1864-1901) Fue un pintor y cartelista francés que destacó por su representación de la vida nocturna parisiense de finales del siglo XIX. Nació en el castillo de Albi en el seno de una familia de la nobleza, padeció una enfermedad que afectaba al desarrollo de los huesos y que le impidió crecer, su altura fue de 1,52 m. En 1884 fue a vivir al barrio de Montmartre, la fascinación que sentía por los locales de diversión nocturnos le llevó a frecuentarlos con asiduidad y hacerse cliente habitual. En sus obras de los bajos fondos de París pintaba a los actores, bailarines, burgueses y prostitutas, a éstas las pintaba mientras se cambiaban, cuando acababan cada servicio o cuando esperaban una inspección médica. Al contrario que los artistas impresionistas, apenas le interesó el género del paisaje, y prefirió ambientes cerrados, iluminados con luz artificial, que le permitían jugar con los colores y encuadres de forma subjetiva. Muy observador, le atraían la gestualidad de los cantantes y comediantes, y le gustaba ridiculizar la hipocresía de los poderosos, que rechazaban en voz alta los mismos vicios y ambientes que degustaban en privado. Los dueños de los cabarets le pedían que dibujara carteles para promocionar sus espectáculos, su popularidad radicó en sus ilustraciones para revistas y carteles publicitarios más que en la pintura al óleo. Tuvo grandes amigas como la bailarina Jane Avril, a la cual dedicó varios cuadros y carteles. Conoció a bailarines reconocidos como Valentín el descoyuntado, payasos y demás personajes de las fiestas y espectáculos por los suburbios. Este mundillo de vicio y extravagancia fue un refugio para Lautrec, quien se sentía rechazado por la nobleza a la que pertenecía por origen. Su minusvalía causaba rechazo en los salones chic, y en Montmartre pudo pasar desapercibido y dar rienda suelta a su bohemia. Criticaba a todos aquellos que reflejaban paisajes en sus cuadros, ya que él opinaba que lo que verdaderamente valía la pena eran las personas, el pueblo. Se consideraba a sí mismo un cronista social y se mezcló, pintó y fue como el pueblo. Tenía grandes problemas con el alcohol, lo que muchas veces derivaba en locura. Además, contrajo la sífilis. El alcoholismo deterioró su salud. Y a partir de 1897 padeció manías, depresiones y neurosis, además de ataques de parálisis en las piernas y en un costado. En 1897 tuvo que ser recogido de las calles a causa de una borrachera y poco después en un delírium trémens llegó a disparar a las paredes de su casa creyendo que estaban llenas de arañas. Sin embargo, seguía pintando de forma firme y rápida; 69 PEvAU TEMA 10 EL SIGLO XIX: EL ARTE DE UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN Historia del Arte pero lo volvieron a recoger alcoholizado en 1899 y lo internaron en un sanatorio mental. Allí realizó una colección de pinturas sobre el circo. Murió en 1901. La obra de Toulouse-Lautrec se caracteriza por su estilo fotográfico, al que corresponden la espontaneidad y la capacidad de captar el movimiento en sus escenas y sus personajes, siendo el suyo un estilo muy característico. A esto hay que añadir la originalidad de sus encuadres influencia del arte japonés, que se manifiesta en las líneas compositivas diagonales y el corte repentino de las figuras por los bordes. Poseía una memoria fotográfica y pintaba de forma muy rápida. Sin embargo, su primera influencia fue la pintura impresionista y, sobre todo, la figura de Degas, de quien siguió la temática urbana alejándose de los paisajes que interpretaban Monet o Renoir. Fue la vanguardia del modernismo y del Art Nouveau. 70