GEOPOLÍTICA EN AMÉRICA LATINA: IMPERIALISMO Y ESTADO EN EL CAPITALISMO DEPENDIENTE La presente investigación doctoral, Geopolítica en América Latina: Imperialismo y Estado en el capitalismo dependiente, fue realizada entre agosto de 2017 y junio de 2021 principalmente en México. Hubo un cambio de rumbo crucial en el desarrollo investigativo, resultado de la estancia que hice en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Buenos Aires (IEALC-UBA) durante el primer semestre de 2019, bajo la tutoría de Silvina Romano y a partir de las prolíficas conversaciones con Sonia Winer y Néstor Kohan, y del compañerismo de Christian Arias. También fueron fundamentales las visitas a los países que fueron el objeto de estudio central: la primera en mayo de 2019 a Brasil y la segunda en junio de 2021 a Venezuela. En este proceso fue muy relevante el acompañamiento de Carla Ferreira y Mathias Luce, además del impuso de Nayar López para conocer la realidad venezolana más allá de la teoría. Esta investigación es un desenlace de más largo aliento. Es una síntesis de mi incursión en los Estudios Latinoamericanos desde que inicié la carrera universitaria en el 2007, cuyo elemento determinante fue el intercambio académico que hice en la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP) en 2010, principalmente en el campo de la Geografía crítica. Continué profundizando esta perspectiva durante la maestría, tanto en los seminarios con Georgina Calderón como en la estancia de investigación que realicé en el Grupo Retis de la Universidad Federal de Rio de Janeiro con Lía Osório y Rebeca Steiman. Otro factor determinante fue conocer la perspectiva crítica inaugurada por Ruy Mauro Marini, la teoría marxista de la dependencia, en las clases con Jaime Osorio -en licenciatura, maestría y doctorado- y profundizar en ella a partir de la tutoría de Adrián Sotelo en mis tres tesis. Desde este recorrido es que abordo, en la presente investigación, la relación entre Estado y geopolítica en el capitalismo dependiente latinoamericano, teniendo como principal objetivo realizar contribuciones teóricas para el análisis socio-espacial1 de la región. Finalmente, la ola feminista con marcada presencia en la cotidianidad actual me ha interpelado con fuerza, tanto en su devenir histórico como en el teórico. En consecuencia, se hizo necesario incorporar la perspectiva de género al desarrollo de la investigación doctoral considerándolo un aporte teórico que potencia el alcance explicativo del pensamiento crítico latinoamericano, de manera particular la teoría marxista de la dependencia. Como se verá -sobre todo- en los capítulos finales, las mujeres2 se han erigido como vanguardia de los movimientos sociales en Brasil y del proceso revolucionario en Venezuela. 1. El uso del término «socio-espacial» busca enfatizar la dimensión espacial de lo social, ya que al darse por sentada se fetichizan las contradicciones sociales expresadas materialmente en el espacio. Así, la sociedad se compone de dos dimensiones, el tiempo histórico y el espacio social, coordenadas imprescindibles para pensar la realidad social. Así entonces, la investigación se presenta en dos partes: Imperialismo, dependencia y Estado en América Latina, trata una serie de discusiones teóricas sobre la región, desglosada en tres capítulos. Y Geopolítica latinoamericana consta de tres capítulos más, que abordan cuestiones singulares derivadas de la relación Estados Unidos–América Latina a partir de la II guerra mundial. Entre éstas, nos centramos en dos experiencias históricas y geopolíticas concretas que, pese a contraponerse, responden a la determinación de la dependencia en la región: el subimperialismo brasileño y el antiimperialismo venezolano. Los fundamentos de cada proyecto geopolítico singular se desarrollaron a lo largo del siglo XX, allí donde los Estados nacionales lograron consolidarse sentando sus bases económicas, políticas y geopolíticas, estableciendo sus instituciones militares y asumiendo la defensa del territorio nacional -y las riquezas allí existentes- en manos de éstas. Ambas experiencias históricas concretas devienen en proyectos estatales distintos que expresan dos figuras geopolíticas opuestas en y para América Latina. Partiendo de ellas, se busca contribuir a la propuesta de unidad regional desde el propio devenir histórico y teórico latinoamericano. Siguiendo a la feminista marxista Silvia Federici, en esta investigación se usa «mujeres» como “una categoría de análisis legítima [ya que] las actividades asociadas a la «reproducción» [social] siguen siendo un terreno de lucha fundamental para las mujeres.” Esto significa que, cuando decimos mujeres no nos referimos a todas las mujeres como ley universal, sino al sujeto histórico que se ha producido en la sociedad capitalista para ejercer “una función-trabajo que oculta la producción de la fuerza de trabajo bajo la cobertura de un destino biológico.” Véase Federici, Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Madrid: Traficantes de sueños, 2010), p.27. «Mujeres» no es una generalización arbitraria, sino una categoría que da cuenta de la vigencia de la sujeción del género femenino al trabajo de reproducción social subsumido al capital y a su marginación actual en ámbitos estructurales de la vida social: En 2021, las mujeres presentan rezagos significativos en el acceso a la educación; de acuerdo con la OIT, realizan cerca del 80% del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado a escala mundial, la segregación ocupacional es de 26 puntos respecto al género masculino y la desigualdad salarial para ellas es del 16%menos; de acuerdo con ONU Mujeres, representan el 59% del empleo informal en América Latina; según el Foro Económico Mundial, ocupan sólo el 25% de escaños parlamentarios y el 36% de puestos de alta dirección en el sector privado a escala mundial. Véase OIT en América Latina y el Caribe 2021 y UNESCO, “Mujeres en la educación superior: ¿la ventaja femenina ha puesto fin a las desigualdades de género?”, 8 marzo 2021.