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CAM - LA REFORMA DE LA IGLESIA

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LA REFORMA DE LA IGLESIA
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INTRODUCCIÓN
​Para comenzar a trabajar en esta etapa de “reforma”, es una obligación de parte
de cada uno poder tener un espíritu atento y una mente abierta para poder saberse
falto de verdades. Esta actitud no es para nada ofensiva, sino que es la posibilidad de
colocarnos en un lugar donde nos volvemos (todos) alumnos de lo nuevo.
Necesitamos “reformar” la iglesia de hoy en día, pero no a causa de un error de
la iglesia, sino de sus aplicaciones de aquellos que forman la Iglesia. En otras palabras,
no es una reforma de la iglesia en sí, sino de los que formamos la iglesia, pero que no
estamos teniendo la forma que se debería.
Unas de las tantas tantas características de una iglesia que necesita tener una
reforma es según lo que dijo Jesús y que luego mateo escribiría en el capítulo 23. Allí
Jesús plantea todos los errores que se estaban haciendo en el templo, y termina en el
verso 38 diciendo que su casa está desierta, y algunas versiones hablan de desolación;
y la intención de la palabra “desolación” hace referencia a montón de animales que
comieron el sistema reproductor del cuerpo de una mujer.
Para poder reformar, debemos entender los tiempos que vivimos, y conocer la
biblia con su intención verdadera. Entender que no es un libro de historias, de fábulas,
de cuentos, sino que es un libro inspirado por Dios para poder dar a conocer los
misterios de la vida de la humanidad, y darle sentido al propósito del humano.
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CAPITULO I
El propósito eterno - La Iglesia
Lo primero que debemos poder clarificar es el orden de las cosas y el uso de
nuestras propias costumbres que hemos adoptado y que tienen de todo, menos
respaldo bíblico.
Lo primero y lo importante son detalles que hay que tener en cuenta a la hora de
acomodar las cosas en nuestras vidas. La biblia, por ejemplo, no es lo más importante,
pero sí debe de ir primero.
No hay enemistad entre lo primero y lo importante. Que algo vaya primero no le
da más valor que lo segundo; sin embargo, es necesario poder saber el orden en
nuestras vidas, ya que el haber vivido con este orden de manera desordenada, es lo que
provoca la falta de entendimiento y el buen accionar de la iglesia en los tiempos que
nos toca vivir.
Para ir entrando en detalles, es importante el saber operacional que hay en las
escrituras. No es para nada inocente el hecho de que la palabra de Dios esté dividida
en dos partes, y tampoco son casualidades los nombres de ambas.
ANTIGUO TESTAMENTO​: Hace alusión a un “pacto” hecho para los hombres,
desde abajo, con un orden cronológico, un tiempo.
NUEVO TESTAMENTO​: No habla de un tiempos cronos, sino de la “habilitación”
para el hombre, en poder empezar a vivir lo que se supone que debería.
Otro de los errores más comunes que podemos encontrar en el desarrollo de la
vida de las personas que confiesan a Jesús, es leer la biblia y hacer personales las
palabras que allí encontramos. Cuando un profeta de Dios hablaba a una persona, eso
era algo específico para esa persona; es decir, no debemos creer que esas mismas
palabras Dios nos las está diciendo a nosotros.
Si Dios es Dios de los tiempos, y si habló una vez, puede también hablar otra vez
y en estos tiempos. La biblia es un libro de misterios, no de palabras personalizadas.
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Salmos 2.7-8 ​Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: «Mi hijo eres tú; yo te
engendré hoy. 8​ ​ P
​ ídeme, y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los
confines de la tierra.
Esto es algo específico. De Dios para su hijo, para CRISTO. (leer también Hechos
13.33 / Hebreos 1.5/5.5) Textualmente, la palabra de Dios está diciendo que ese salmo,
es una referencia directa de Dios hacia su hijo Jesús.
El propósito eterno de Dios es algo que comprende la eternidad, por ende no es
correcto ver el propósito desde la humanidad sino que necesitamos salirnos e ir antes
de nuestros tiempos.
Todo fue hecho, creado por y para el propósito eterno. La tierra no es un
accidente, ni es un invento de Dios porque estaba aburrido, sino que hay una causa
mayor y eterna que da respuesta al porqué de la creación de la tierra.
En el final de las escrituras queda, de alguna manera, instituida la iglesia de
Jesucristo, lo que nos da a entender que el desenlace de la vida del hombre es el poder
ser parte del cuerpo místico de Cristo. Entonces, podemos decir que el propósito
eterno de Dios, es hacer de la humanidad, la novia de su hijo.
Podemos ver, de esta manera, que todo lo que Cristo hace, es con la actitud de
novio a novia; por ende por y para su amada, con la intención de entrar en PACTO con
ella.
IGLESIA
-
¿Qué es la iglesia? ​Es la representación del cuerpo de Cristo.
¿Quiénes son la iglesia?​ ​Los sellados por el espíritu Santo.
¿Para qué está la iglesia?​ ​Para traer redención a la humanidad.
¿Cómo funciona la iglesia? ​Edificando a los santos.
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EL PROPÓSITO ETERNO
El propósito está, como mencionamos anteriormente, desde antes de la
creación de la humanidad (Efesios 3.11), y entendemos que todo fue hecho por él y para
él (Col. 1.15/6), por ende, todo lo creado por Dios, por medio de Jesucristo, responde a
un propósito para Jesucristo. En otras palabras, el mundo fue hecho por y para Jesús, y
dentro de este mundo creado, hay una “corona” de la creación, o como dice la biblia, lo
que fue creado “​bueno en gran manera​”, y eso es a la raza humana; por ende, la
humanidad fue hecha por Jesús y para Jesús.
Podríamos decir, en palabras más sencillas, que cada uno de nosotros, le
significamos un regalo de Dios para su hijo.
Volvamos a ​Salmos 2.7-8 ​Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: «Mi hijo
eres tú; yo te engendré hoy. 8​ ​ ​Pídeme, y te daré por herencia las naciones y como posesión
tuya los confines de la tierra.
Más allá de que seamos creación exclusiva para Jesús, hay una acción
propia de Jesús que es la de pedir por su herencia. Herencia que no es otra cosa que la
mismísima humanidad. Cada uno de nosotros, le significa a Jesús, su herencia.
Efesios 1.11​ ​En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, ​12​ ​a fin
de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en
Cristo. 1​ 3 ​En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, ​14
que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria.
Hay dos palabras que es necesario destacar:
La primera es “tuvimos” (vr.11) y la segunda “arras” (vr.14). La palabra
“tuvimos” hace referencia a, de alguna manera, convertirse en; por lo cual podríamos
decir que, parafraseando, el texto indicaría que nosotros somos la herencia de Cristo.
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En cuanto a “arras”, el original refiere al pago por adelantado para
asegurarse la propiedad.
RESUMEN GENERAL
Nosotros, cada uno de nosotros, le somos a Cristo, su novia, y su herencia.
Herencia que bíblicamente, se recibe en vida. Nuestra tarea, es la de poder hacer
crecer esa herencia, y llenar la tierra del conocimiento del propósito eterno.
Cuando el hombre pecó, la herencia pasó a estar manchada, pero la venida
de Cristo, quitó todo desvío que había en la humanidad (Mat. 18.11 / Jn 1.29)por lo cual
hoy, cada uno de nosotros, le significamos la herencia de Dios para Cristo.
¿Por qué pareciera que Jesús se vuelve poco espiritual con los pecados de
cada hombre y mujer con quien se cruza en su vida? Porque más allá de cualquier error
que podamos cometer, hay una verdad SUPERIOR, y es que Jesús dio la vida por su
herencia. Por eso es que nada nos puede separar del amor de Dios “en Cristo Jesús”
(Rom 8.39).
Cada versículo que se lea en la biblia, debe de ser leído a través de la cruz. Y
la cruz no habla de muerte, sino de PACTO.
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CAPITULO II
La perfecta Iglesia
¿A QUÉ NOS REFERIMOS CUANDO HABLAMOS DE REFORMA?
La iglesia de los tiempos de hoy, dista mucho de lo que fue la iglesia
primitiva. Una iglesia sin edificios específicos, sin estructuras o rudimentos o liturgias
específicas, sin discordia entre los líderes, sin doble moral, sin evangelios falsos, etc.
La reforma a la que debemos abocarnos en estos tiempos, es el accionar
por parte de aquellos que efectivamente formamos parte del cuerpo de Cristo, y que
cuya labor ejercida, pueda volver a darle la “forma” que Dios planeó para la iglesia.
Esto es así, porque es evidente que desde hace cientos de años, la “imagen”
de iglesia, a la que Cristo dio forma hoy está deformada, y por ende, es una
responsabilidad, propia del cuerpo de Jesucristo desarrollarse para volver a darle
forma a la Novia y herencia de Cristo.
En Mateo 23 muestra la realidad de las congregaciones de aquel entonces,
en donde vemos a un Jesús con un enojo, y describiendo las fallas que habían; entre las
cuales vemos:
-
Fallas en sus prácticas.
-
Fallas en sus finanzas.
-
Fallas en sus formas de enseñanza.
-
Fallas en sus formas de gobernar.
Estas cuatro fallas fueron las que hicieron, de alguna manera, venir a Jesús
a la tierra para generar una reforma. Reforma que no es un comienzo en el HOY, sino
que es la continuidad del Pacto eterno de Dios.
En la casa EDV aprendimos que una iglesia será plena cuando tenga Unción,
Revelación, Gente y Finanzas. Y a estos cuatro pilares los podemos relacionar
directamente con las fallas que se describen en Mateo 23:
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Fallas de gobernar - Unción.
Fallas en enseñar - Revelación.
Fallas en las prácticas - Gente.
Fallas en las finanzas - Finanzas.
Para poder tener una reforma de la iglesia, tenemos que tener presente
cuál es la “forma” original que Cristo propuso que sea el desarrollo de la iglesia.
Efesios 4.7 ​Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la
medida del don de Cristo. ​8 ​Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y
dio ​dones a
​ los hombres.​ 9​ ​Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido
primero a las partes más bajas de la tierra? 1​ 0​ E
​ l que descendió, es el mismo que también
subió por encima de todos los cielos para​ llenarlo todo​. 1​ 1​ Y
​ él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 1​ 2​ a
​ fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la e
​ dificación del cuerpo de Cristo​,
13​ ​hasta que todos lleguemos a la ​unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
La biblia no guarda misterios cuando quienes la leen tienen una revelación
de la iglesia de Cristo. Los “ministerios” (DONES) son la repartición de Cristo por sobre
su cuerpo, y la manera de darle forma a la iglesia es funcionando en todos los dones,
para así, llegar a una unidad de la fe, y por consiguiente del “conocimiento” del Hijo de
Dios, quien es perfecto. En otras palabras, tener las herramientas para poder ser su
propia imagen.
Entonces, cuando los dones están en plena función, edificando a los santos,
ahí es cuando podemos decir que estamos siendo iglesia, y funcionamos como un
cuerpo perfecto.
Filipenses 3.12 ​No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea ​perfecto​; sino que
prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.​13
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, ​14 ​prosigo a la meta,
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al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. ​15​ Así que, todos los que somos
perfectos​, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.
Vr.12 - Teleioó - ref. Completar, acabar, terminar, cumplir.
Vr.15 - Teleios - ref. Completo, crecimiento mental y moral, cualidad de
completo, alcanzar madurez, perfecto.
Si volvemos a Efesios 4, veremos que la palabra perfecto que figura en el
vr.13 es la misma que pablo emplea en Filipenses 3.15, haciendo referencia a alcanzar
madurez, pero con la acepción de que no es algo individual, sino de iglesia.
La iglesia no es algo que se puede enseñar, impartir o instruir, sino que la
iglesia es una revelación.
Mateo 16.17 ​Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de
Jonás, porque no te lo ​reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
La biblia no nos enseña lo que es la Iglesia, ni quién es Cristo. Nadie predica
sobre Cristo, ni de su carácter, ni de sus ideas, ni de sus acciones o visiones acerca de;
y esto es, porque la vida de Cristo es manifestada, únicamente por revelación.
La vida de Jesús es algo que quedó registrado para corroborar su vida y
obra en esta tierra como el hijo de Dios que vino a vivir, morir y resucitar por su
Iglesia; pero la vida de Jesús no es la más importante, sino que a quien debemos de
reflejar es a Cristo, y Cristo no es Jesús.
En las cartas paulinas, no vamos a ver escritas la vida y obra de Jesús, pero
sí se menciona en varias oportunidades a Cristo, siendo que Pablo no conoció nunca a
Jesús, y todo lo aprendido fue por revelación.
Pablo en tres oportunidades recurre a que algunos puedan imitarlo a él, de
la manera en que él imitaba a Cristo ( 1 Cor. 4.16/ 11.1/ Fil. 3.17); sin embargo, él no
podía darles a conocer a Cristo, por ende, como a ellos no se les revelaba quién era
Cristo, sólo podían conformarse con imitar a Pablo.
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LA REFORMA DE PERFECCIÓN
La tarea que tenemos por delante es la de digitalizar el concepto de iglesia
que Dios idealizó, y llevarla adelante en los tiempos de hoy. En otras palabras, hay una
forma, una imagen, una manera de ser y hacer Iglesia en estos tiempos, y tenemos la
necesidad de poder desenvolvernos en ese camino, que es nada más y nada menos que
el propósito eterno atraído a los días de hoy.
Para poder entender un poco esto, aunque no es algo que se pueda explicar
fácilmente, tenemos que lograr comprender que estamos en el mejor momento de la
historia; y esto es así, porque somos parte de la generación que tiene como
responsabilidad SER y HACER la Iglesia, que es el estadío final y el perfecto.
Hebreos 11.39 ​Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe,
no recibieron lo prometido; 4​ 0 ​proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no
fuesen ellos p
​ erfeccionados ​aparte de nosotros.
Todos aquellos “héroes” que tenemos en la biblia, no pudieron vivir en el
estadío de lo perfecto, pues ellos vivieron en un pacto hecho por los de abajo, lleno de
leyes humanas, pero los que somos perfectos, tenemos la oportunidad extraordinaria
de vivir en el mejor momento de la iglesia, en donde somos los que estamos siendo
individualmente perfeccionados, y funcionando como un cuerpo perfecto, a la altura
del varón perfecto.
Tenemos que poder lograr comprender que la perfección es algo que se le
otorga a Cristo, quien es el que resucitó en gloria y no a Jesús. Dedicar nuestros días a
hacernos imagen de Jesús, obviando a Cristo, nos hará tener la mente mucho más
centralizada en el A.T. que en la Iglesia del N.T. o del Pacto Eterno.
La perfección llega cuando podemos digitalizar correctamente a la Iglesia
eterna en estos tiempos, y actuar conforme a eso. En los tiempos de Noé, la salvación
vino por un arca; en los tiempos de Moises, por una vara; en los tiempos de David, por
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una espada; en los tiempos actuales, cuál es el mecanismo que debemos de emplear
para poder ser y hacer iglesia.
Cuando leemos las iglesias a las cuales Pablo les escribió, veremos que
algunas salieron bien, y otras no tanto. Algunas pudieron entender y rápidamente
Pablo les contaba de revelaciones que ellos pudieran comprender y comenzar a vivir
en aquellos para lo cual habían sido llamados, pero hubieron otras que fueron más
difíciles y le llevó a Pablo un mayor tiempo de dedicación.
Entonces la pregunta que debemos hacernos, es ¿Cómo nos está saliendo la
iglesia?
Decir que “somos Iglesia” es un asunto fácil y hasta falso. El ser iglesia, no
es una cuestión de proclamación, sino que es un asunto de vida. En un sentido, la
reforma es dejar de lado los títulos, y hacer la obra de igual manera, aunque no nos
llevemos rédito de ello.
Podemos imitar el ser cristianos, pero jamás podremos imitar el ser Iglesia.
En los primeros años de la iglesia primitiva, las prácticas de la iglesia, hizo que el
pueblo llamara a estos “Cristianos”; y hoy es todo al revés. Nosotros nos proclamamos
Cristianos, nos proclamamos hijos de Dios, y vamos a la “iglesia”.
-
¿Cómo vamos a hacer la Iglesia?
-
¿Cómo vamos a llevar el mensaje de Cristo al mundo?
-
¿Qué parte del cuerpo soy?
-
¿Cuándo va a llegar mi turno?
-
¿Qué hay que hacer para tener mayor conocimiento?
A la iglesia de Cristo, no van a llegar miembros, va a llegar una Iglesia.
Cristo no viene a buscar a miembros, viene a buscar a su Iglesia.
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CAPITULO III
Entrando en los detalles de la Reforma
Con la intención de poder generar establecer estos principios que hemos
hablado y desarrollado en los primeros dos capítulos, vamos a centrarnos en desglosar
algunas de las enseñanzas brindadas.
Las reformas no vienen por una cuestión de actualización únicamente, sino
también, por una falta de resultados a la hora de obrar y de hacer “iglesia”.
Iglesia no son conceptos, ideas, prácticas, costumbres, formas. Iglesia es el
desarrollo de la vida de Cristo en esta tierra. La Iglesia es el cuerpo de Cristo, es el ser,
literalmente, cristianos.
Las prácticas de la iglesia no pueden ser estructuradas por doctrinas
frágiles y por ideas humanas, sino que cada liturgia va acompañada de una guía o de un
entendimiento del desarrollo de la iglesia en el siglo XXI.
La iglesia primitiva tenía una sólida base en tres principios:
1. Un Mesias
2. La resurrección.
3. La venida de Cristo.
Estas tres doctrinas fueron las que dieron origen a la iglesia, que luego se
extendería por todo el mundo. Años más tarde, el apóstol Pablo, con mucho
entendimiento, agregaría doctrinas básicas y fundamentales a la iglesia sumandolas a
estas tres. Un solo Dios, un solo Señor, un solo bautismo, un solo espíritu y una sola fe
(Efesios 4…). Toda “doctrina” posterior o incluso agregada, es únicamente una cuestión
cultural, y propia de la iglesia de turno o local. Por ende, dentro de las cartas paulinas,
vamos a encontrarnos con algunas prácticas o consejos que son puntuales y precisas
para los congregantes de esas cartas.
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Con estos principios como base, lo que nos toca poder recibir de parte del
Señor, cuáles serían las prácticas de su iglesia en estos tiempos, entendiendo que
aquellas costumbres que habían en los primeros años de la iglesia, difieren mucho
contextualmente, de los tiempos de hoy, y aun de los tiempos anteriores a la
institución de la iglesia.
DEFINIENDO LA IGLESIA
Para poder llegar a un entendimiento completo y total de lo que es la Iglesia
de Cristo, primero debemos poder definir que es “IGLESIA”.
La palabra Iglesia, figura más de cien veces en el nuevo pacto, y proviene
de la palabra ​ekklesía​:-​ Llamar afuera; reunión popular espec. congregación religiosa;
asamblea, concurrencia, congregación, Iglesia​.
Mateo 16.18 ​Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca[​ b​ ]​
edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Cuando nos detenemos a procesar el significado de esta expresión,
notamos que es una palabra griega, utilizada en un momento, y contexto en donde el
hebreo y arameo eran los idiomas en los que se comunicaba el mesías, sin embargo,
utiliza una palabra en griego para poder decir que es lo que establecerá. Podríamos
deducir que, para la época, lo que se estaba buscando, era la implementación de algo
nuevo, y que, evidentemente, no solo iba a incluir a la iglesia judía.
Si nos volcamos en los tiempos actuales, deberíamos de reveer muchas de
nuestras prácticas y liturgias a la hora del desarrollo de la iglesia. En primer lugar,
llegar a comprender que la iglesia no está compuesta por una persona, sino que es algo
indudablemente popular. Y en segundo lugar comprender cuales son o deberían ser las
prácticas de la iglesia de Cristo en los tiempos modernos, con el entendimiento de
estos.
No se puede afectar a una sociedad, sin comprender el momento de la
historia en la que se vive.
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Mateo 5.13 y 14 expresa que Jesús dijo que somos Sal de la tierra y Luz del
mundo; por ende, deberíamos de tener ese pensamiento constante como Iglesia. Si el
conjunto popular de seres que formamos la iglesia no establecemos los parámetros por
los cuales las ciudades y naciones deben moverse, estamos fallando a ese mandato.
Entender los tiempos es poder decodificar a la iglesia del siglo XXI. En los
años de Noé, la iglesia estaba tabernaculizada en un arca; en moisés en una vara; en
David en una espada y ¿en Cristo? En un Dios, un Señor, una Fe, un Espíritu y un
Bautismo.
Si tenemos que ponernos rigurosos, entenderemos que la iglesia de hoy
necesita, en carácter de urgente, una reforma prácticamente total. Ya que en sus
intervenciones no vamos a encontrar que la iglesia esté afectando al mundo como la
luz y la sal que es. La iglesia no debe ser un grupo de personas que tienen un
comportamiento correcto, sino que debe de ser la representación de CRISTO en esta
tierra.
Insurrectos ante cualquier edicto contrario a la vida de la Iglesia, y
únicamente sometidos bajo la mano poderosa de Dios.
Nosotros formamos parte de un cuerpo, con un solo Dios, un Espíritu y un
bautismo, y debemos, unos a otros, ir edificandonos como parte del cuerpo de Cristo.
Si yo tengo un don, y lo utilizo para mi, entonces no soy iglesia. Nada de lo
que Dios nos dé, particularmente, es para uso privado.
● Si hay crecimiento en mi vida, pero no en la de mi hermano...
● Si hay mayor revelación en mi, y no en la iglesia...
● Si hay mayor alcance económico en mi, y no en la iglesia…
Si hay alguna cosa en la que YO sea mayor que el resto de la iglesia,
entonces en algo estamos fallando.
La Iglesia de Cristo es un ser homogéneo, UN SOLO CUERPO; y tenemos
una orden estricta de “​hasta que todos lleguemos”​ . El asunto de nosotros como
individuos, es que nos ha costado y nos sigue costando ver y entender la esencia de la
iglesia.
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La iglesia es un miembro VITAL dentro de una sociedad. La iglesia es el
órgano de MAYOR poder dentro de una sociedad.
¿Usted se imagina a los discípulos de Jesús sometidos a las leyes del
gobierno de turno? ¿Se imagina a la iglesia primitiva, discutiendo entre ellos si eran de
tal o cual partido? En Lucas 20 quisieron meter a Jesús en la política, y él SEPARÓ las
aguas. A César lo que es del César, y a Dios lo de Dios.
JAMÁS PODEMOS METER LA POLÍTICA DENTRO DE LA IGLESIA, sino que
es la Iglesia la que tiene que meterse en la política.
La referencia de que Cristo lo llena todo en todo, es una cuestión de ver a
su cuerpo, a su iglesia, llenando cada lugar, cada espacio de este sistema.
SOY DE LA IGLESIA, NO DE UN POLÍTICO.
SOY DE LA IGLESIA, NO DE UNA IDEOLOGÍA.
SOY DE LA IGLESIA, NO DE LA MODA DE TURNO.
SOY DE LA IGLESIA, SOY DE LA VIDA, SOY DEL CIELO, SOY DE CRISTO.
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CAPÍTULO IV
La reforma y los odres
Una de las necesidades básicas para poder hablar de reforma es la de poder
saber de dónde se viene, para tener en claro hacia dónde se va; y para eso es
fundamental tener en cuenta (a la hora de reformar) cuales fueron los inicios de la
Iglesia de Cristo.
Nos tomaría mucho tiempo investigar y hacer hincapié en los detalles
minuciosos de toda la historia e historicidad, pero aún así trataremos de poner sobre la
mesa algunas verdades históricas para poder entender los contextos y así poder tener
lo más completo posible el panorama de toda la historia eclesiástica, hasta el día de
hoy.
Tratando de resumir la historia de la Iglesia, podríamos enumerar sus
tiempos en seis partes:
1. La primitiva y apostólica.
2. La perseguida.
3. La Imperial.
4. La edad medieval.
5. La reforma de Lutero.
6. La edad moderna.
Aunque toda la historia y los tiempos de la Iglesia son importantes, por el
momento solo nos abocaremos a hacer un breve repaso por las tres primeras partes.
1. LA IGLESIA PRIMITIVA Y APOSTÓLICA
En los años de los primeros apóstoles, luego de la ascensión de Cristo, el
crecimiento de la Iglesia era abrupto. Leemos en los primeros capítulos de hechos que
en poco tiempo, miles de personas aceptaban el mensaje de salvación, y la
demostración del poder de Dios era visible en gran manera.
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Los primeros años, la iglesia se instaló en Jerusalén y sus alrededores, y
luego fue creciendo por todo el país. En aquellos años, la iglesia solamente era
compuesta por judíos, luego empezarían a recibir el mensaje de salvación los gentiles.
La incomodidad para los sacerdotes de la época, para los gobernantes y
fariseos fue tal, que comenzaron a perseguir a la Iglesia debido a sus predicaciones (Un
mesías, una resurrección, un regreso).
Varias veces tuvieron que defender su postura ante la ley, reyes,
sacerdotes, jefes de la guardia y demás, y aun así sufrir castigos por predicar el
mensaje del evangelio.
Con la llegada de Pablo y su predicación, muchos gentiles comenzaron a
llegar a los pies de Cristo, pero así también aumentó la persecución, a tal punto que los
cristianos no podían juntarse en las sinagogas, sino que tenían que hacerlo a
escondidas, en casas, cuevas, y otros lugares ocultos.
2. LA IGLESIA PERSEGUIDA
Esta parte es la que gran parte del libro de hechos describe. Vemos a
mártires (desde Esteban hasta el fin de Juan), prisiones, expulsiones, y toda clase de
situación incómoda para el crecimiento de la Iglesia, la cual nunca dejaría de crecer.
Pablo es quien toma gran protagonismo en esta parte de la historia por sus
viajes, y con ellos, los naufragios, las prisiones, los azotes, y sobre todo la persecución.
Hay una parte central en esta parte, y es donde se genera el concilio de
Jerusalén. Pedro, Pablo, Bernabé y Jacobo tomaron lugar para poder generar acuerdos
junto con toda la iglesia, sobre algunas cuestiones que estaban, de alguna manera,
generando discusiones y contiendas. Es interesante saber que este concilio, no estuvo
regido por otra cosa que no sea lo que los mismos apóstoles fueron considerando que
deberían de actuar, en relación a la revelación que cada uno tenía y de las cosas que
iban aconteciendo en aquellos años.
No podemos dejar de tener presente, que ellos no viajaban con sus biblias
bajo su brazo, ni siquiera con la Torá o los libros proféticos, simplemente, iban con un
mensaje de salvación en sus vidas, e iban contando las maravillas de las cosas que hacia
Dios a través de cada uno de ellos.
El mayor crecimiento que tuvo la iglesia (y no en base a cantidad de
“cristianos”, sino crecimiento de manera potencial) fue en estos años, donde no estaba
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LA REFORMA DE LA IGLESIA​ 18
todo regido por una estructura eclesiástica como hoy tenemos, sino que eran
constantes demostraciones del poder de Dios, acompañados de vidas que reflejaban a
Cristo.
3. LA IGLESIA DE LA EDAD IMPERIAL
Hasta el año 324 la Iglesia fue perseguida. Miles de cuerpos se hallaron en
las cuevas y cisternas donde se escondían los cristianos para poder tener sus
reuniones. En el 323 Constantino logró hacerse emperador de Roma, por lo que (a
causa de su amistad con el cristianismo) puso fin a la persecución de la Iglesia; y no
solo eso, sino que muchos de sus colaboradores más cercanos, profesaban el
cristianismo de manera íntegra.
Los cristianos pasaron, de ser tirados en el coliseo para ser devorados por
leones y gladiadores, a ser los que estaban en los lugares de gobierno casi
inmediatamente. La Iglesia de Cristo encontró así la paz, y dejó de ser perseguida hasta
el día de hoy. Su crecimiento y propagación fue cada vez mayor. Pudieron restaurar
y/o reconstruir los templos y poder congregarse allí, y dejar, de una vez por todas, las
casas y cuevas.
Era tanta la potencia de la Iglesia que, tiempo después, muchos de los que
aspiraban a lugares altos de gobierno, se volvían al cristianismo para luego tomar
partida de la casta política, aunque estos no creían fehacientemente en Cristo, sino
que sólo era un medio para poder llegar al poder. Ahí fue cuando el paganismo con sus
imágenes e ídolos entraron y tomaron lugar en la “iglesia”, y convirtieron al
cristianismo en el catolicismo.
LA REFORMA Y LOS ODRES
La historicidad es el análisis de los hechos históricos. Partiendo desde ahí,
es necesario poder comprender y analizar la historia, para así, comprender cuál es la
reforma de la Iglesia a la cual nos estamos enfrentando.
Primero, la reforma no la hacen los hombres, sino que es la Iglesia misma
que se va reformando, en relación a Cristo; es decir, la expresión de Cristo en el
cuerpo de la Iglesia, es lo que provoca que se reforme, mediante los miembros que la
componen, que, no están en búsqueda de lo suyo, sino del bien y la proyección y
crecimiento de la Iglesia.
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LA REFORMA DE LA IGLESIA​ 19
Es necesario, volver a repetir algunos conceptos para no despistarnos del
lugar al que hay que arribar. La iglesia es el cuerpo de Cristo, no los individuos. Nada
de lo que le suceda a una persona en su individualidad es algo que le sucede a la iglesia.
La Iglesia es un ente corporativo, por ende luchará constantemente con toda
individualidad.
1 Corintios 2.6​ S
​ in embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado
madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
Hay una etapa en la vida de todo cristiano que es la etapa de la niñez o
inmadurez. donde , como todo niño, piensa, ve y entiende que todo forma parte de un
YO constante.
2 Pedro 1.20​ ​entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura
es de interpretación privada.
Privada - Ídios : ​pertinente a uno mismo, por su lado, propio, suyo.
Está más que claro que las escrituras de la biblia no estarán, jamás, dirigidas
a una persona de manera personal y particular, sino que busca poder traer claridad al
conjunto de la IGLESIA. Por esto es que decimos que necesitamos, todos, poder llegar,
tal como especifica Pablo en Efesios 4.
Ahora, todas estas cosas, por más que uno las escriba y las pueda enseñar,
tiene que haber, indiscutiblemente, una revelación de quién es Cristo. La labor de los
apóstoles de la Iglesia primitiva, no era otra cosa que tratar de que todos pudieran
tener en sus vidas, la revelación de quién era Cristo.
Cada uno de los hombres referentes en las escrituras del Antiguo pacto,
tuvo, de alguna u otra manera, la manifestación y revelación de Cristo.
Figurativamente, o explícitamente. En Abraham fue un cordero, en Moises una zarza,
en Josué un Varón con una espada, en David con una unción…
Todas las personas que quieran poder cargar con el peso de llevar en sus
hombros la vida de la Iglesia, deberán de estar dispuestos a abandonar sus necesidades
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individuales, para pasar a formar parte del colectivo. (vale aclarar que esto siempre
responder a cuestiones espirituales, no terrenales)
Efesios 4.12​ ​a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio,
para la edificación del cuerpo de Cristo,​ 13​ ​hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y
del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la
plenitud de Cristo; ​14 ​para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con
astucia las artimañas del error, ​15​ ​sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, ​16​ ​de​ quien todo el cuerpo, bien concertado y
unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad
propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
UNA SOLA UNIDAD DE FE Y DE CONOCIMIENTO DEL HIJO DE DIOS. Esta
es la mayor experiencia que tenemos que vivir como Iglesia, un solo conocimiento del
Hijo de Dios.
No se puede querer ser iglesia, y vivir con cuestiones domésticas y
sencillas, personales. Los que formen parte de la Iglesia, tienen que poder elevar su
razón y entendimiento para poder, comprender, que al formar parte del mayor
movimiento de la historia de la humanidad, del más grande y del más poderoso, hay
cuestiones que, por decantación, quedarán apartadas de las “problematicas”
eclesiásticas.
A la reforma no le hacen falta profecías, no le hacen falta canciones, ni
libros, ni predicaciones, ni campañas evangelísticas, sino que es necesario poder ser
vasijas con la calidad necesaria para el desarrollo del nuevo pacto, es decir, de la
Iglesia.
Mateo 26.27​ ​Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo:
Bebed de ella todos; 2​ 8 ​porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es
derramada para remisión de los pecados. ​29​ Y
​ os digo que desde ahora no beberé más de
este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi
Padre.
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1 Corintios 11. 25​ ​Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,
diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la
bebiereis, en memoria de mí.
Mateo 9.17​ ​Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se
rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres
nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.
Hay una necesidad que cada persona que tenga las intenciones de ser y
hacer Iglesia debe considerar, y es la de permanecer renovado en su odre. El vino es el
nuevo pacto, y ese pacto, por lógica, solo será derramado o vertido en los odres que
estén en condiciones de ser depositados.
El asunto de las ausencias de la Iglesia como potencia mundial no tiene que
ver con ausencias de revelación, sino con que está compuesta, en su mayoría, por
odres viejos, por lo cual, no se vierte el vino nuevo, ó, en otras palabras, el nuevo pacto,
el eterno.
No podemos pretender que esto se debe quedar en algunos pocos, sino que
es necesario que, desde el más anciano hasta el recién nacido en Dios, todos puedan
tener la misma revelación de Cristo y por ende, de Iglesia, para así, unánimes juntos
poder desarrollar la vida vital de la Iglesia en el mundo.
Hechos 2.1​ ​ ​Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban to
​ dos unánimes
juntos.​ 2​ Y
​ de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el
cual l​ lenó toda la casa donde estaban sentados;​ 3​ ​ ​y se les aparecieron lenguas repartidas,
como de fuego,​ asentándose sobre cada uno de ellos.​ 4​ ​ Y
​ f​ ueron todos llenos del Espíritu
Santo,​ y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Las acciones del Espíritu no son para una persona, sino que él opera en LA
IGLESIA, y cuando es la Iglesia quien tiene el entendimiento y la revelación de las cosas
y no personas individuales, los resultados son extraordinarios.
Sin desviarnos, y concluyendo este capítulo, todo terminará dependiendo
de la calidad de odres que seamos, y que toda la reforma que se está dando en la
Iglesia, tiene que ser y será justamente en la Iglesia, y no como algo privado, porque lo
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privado corresponder a ser un odre que no está a la altura de portar un vino de
semejante calidad, como el vino del pacto eterno. Porque su comprensión, necesita
tener una mente, en constante renuevo, porque si esto no ocurre, todas las acciones
que mantengamos responderán a una sola cosa, llamada religión.
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CAPÍTULO V
ALISTANDO LOS ODRES
1 Corintios 2.6​ S
​ in embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado
madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
Hechos 2.1​ ​ ​Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes
juntos. 2​ ​ Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el
cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3​ ​ y se les aparecieron lenguas repartidas,
como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.​ 4​ Y fueron todos llenos del Espíritu
Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.
Hablar de madurez no es otra cosa que hablar con aquellos que ya, de
alguna manera, están encaminados a formar parte de lo que hoy podemos llamar
IGLESIA, porque lo que, el nivel al que abordamos cuando hablamos de sabiduría y
madurez, no es la lograda según la carne, sino por lo recibido desde el espíritu (​2
Corintios 2.12-14​).
Este es el patrón más grande que tenemos como Iglesia, y es que todo lo
que portamos y hacia dónde vamos, no son asuntos que responden a la carne, sino, por
el contrario, obedecen a lo que es del Espíritu. Cuando una persona, así tenga muchos
años dentro de una estructura eclesiástica, no es guiada por lo que es del Espíritu, no
puede ser o convertirse en un odre preparado para poder ser portador del nuevo
pacto.
El nuevo vino, entendiendo que es el nuevo pacto de Dios, lo es depositado
en aquellos que puedan y están dentro de lo que el Espíritu está revelando a la iglesia.
justicia.
SALMOS 119.160​ ​La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu
JUAN 3.9​ ​Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?
10 ​Respondió
Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?
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Aquí podemos encontrar dos grandes ejemplos. Uno es el entendimiento de
que nadie posee la verdad completa, sino que la verdad, es la suma de las palabras. Y
por otro lado, un erudito, un maestro, un rabí, conocedor profundo de la palabra de
Dios no sabía ni entendía lo que Jesús le hablaba.
La regla general, es que las cosas del Espíritu fueron, son y serán recibidas
desde el espíritu, y no podemos alternar esa forma.
Para que el pacto eterno, que debe ser depositado en odres nuevos, pueda
realizarse y comenzar a gestionar lo que es “el cielo en la tierra”, eso responde a la ley
de la oferta y la demanda; la biblia es la primera que muestra esta ley, que es, impuesta
por Dios.
2 CRÓNICAS 7.14​ ​si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos;
entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
Rápidamente podemos ver como Dios tenía una oferta para hacerles (y de
hecho que les hace esa oferta) pero para que llegara, primero tenía que haber una
demanda. Sin demanda, no hay oferta; sin preguntas no hay respuestas; sin odres, no hay
vino nuevo; sin vino nuevo, no hay nuevo pacto.
Acordamos entonces que, en cada uno de nosotros (hablando individualmente)
como así también en la iglesia (hablando como cuerpo) tiene que haber una demanda
hacia Dios, de poder recibir ese nuevo vino, ese pacto eterno, que nos dará, juntamente con
él, todas las cosas que están prometidas desde antes de la fundación del mundo.
LUCAS 11.9 ​Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se
os abrirá. ​10​ Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le
abrirá. ​11​ ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado,
en lugar de pescado, le dará una serpiente?​ 12​ ¿O si le pide un huevo, le dará un
escorpión?​ 13​ Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Cuando descubrimos que podemos convertirnos en los odres portadores de el
vino que es el pacto eterno, entendemos que nosotros ya no pedimos, ya lo tenemos; ya no
buscamos, lo encontramos; ya no llamamos, estamos adentro.
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Tenemos una misión de extrema relevancia en nosotros, y es que debemos
volvernos odres capaces de soportar el desarrollo del nuevo pacto, puesto que este pacto,
no siempre serán cosas matemáticas (es decir, cotidianas y conocidas), sino que muchas
veces se nos indicará el hacer cosas que quebranten principios naturales, porque
necesitamos acomodar lo espiritual a lo espiritual, tal como leemos en​ 1 Corintios 2.13​ ​lo
cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las
que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
Toda escritura tiene una dirección, tiene a alguien a quien va dirigida, con la
esperanza de que esa persona/iglesia, reciba la información que hay en las cartas, y que
tenga un impacto, no personal, sino en las generaciones, es decir, en la iglesia.
Toda escritura es inspirada por Dios, por lo cual, no puede anclarse en algo de
interpretación privada, sino que es para ser de edificación a la Iglesia. Por lo tanto, si lo
que cada uno porta como individuo no aporta al crecimiento de la iglesia, estaremos
recayendo en un yerro.
La idea o propósito de Cristo en esta tierra, es que dejen de haber yerros, es
decir, que los pecados de este mundo, dejen de estar por medio de la iglesia.
JUAN 1.29​ ​El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Jesúcristo logró quitar todo desvío que había; es decir, la utilización de los
dones, de las capacidades, de los talentos o demás, en asuntos personales, y no puestos
para la edificación de la iglesia.
Podemos ver cómo Jesús, siempre que se le cruzó un pecador/a, no hizo más
que perdonar, limpiar y seguir adelante, pero se enojaba con los que comercializaban con
la verdad. Y es evidente que lo que uno tenga que solucionar de manera privada, debe de
ser atendido, pero es mucho más grosero cuando se trata de manipular, con ideas
humanas, lo que es la casa de Dios, o la Iglesia.
1 CORINTIOS 13​ ​Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor,
vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 2​ ​ Y si tuviese profecía, y
entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que
trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 3​ ​ Y si repartiese todos mis bienes para
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dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor,
de nada me sirve.
En otras palabras, si todo lo que Dios me dio, no está puesto al servicio de la
iglesia, no sirve de nada; y el camino, la forma, la manera para poder generar el
cumplimiento del propósito es mediante el vínculo del amor.
Uno de los asuntos es que nos cerramos en nuestros intereses, anulando los
intereses generales. Hay más interés en seguir bebiendo de la fuente, que en convertirnos
en fuente. ​ JUAN 7.37​ En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz,
diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. ​38​ El que cree en mí, como dice la
Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 3​ 9​ Esto dijo del E
​ spíritu q
​ ue habían
de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el​ Espíritu Santo,​ porque Jesús
no había sido aún glorificado​.
Esto es lo que sucede con nuestros egoísmos de, en primer lugar, no compartir
e impartir en otros lo que hemos recibido, y en segundo lugar, no alcanzar madurez, por lo
que seguimos bebiendo del pecho de nuestra madre.
Pablo habla claro de esto en 1​ CORINTIOS 3​ ​De manera que yo, hermanos, no
pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2​ ​ Os di a
beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3​ ​ porque
aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres?
El fin de convertirnos en odres( portadores de vino y no de leche), es para
poder ser parte consciente y activa de la Iglesia, para así, poder lograr perpetuar las
verdades doctrinales de Dios. Verdades que son dinámicas, y que no tienen que ver con las
liturgias personales, sino con la vida espiritual de la Iglesia, para así, poder cumplir con
todo lo que está dictaminado desde la eternidad suceda.
Cuando entendemos que somos seres con propósito eterno, comprendemos
que nuestras acciones, no solo trascienden hacia lo que ya pasó, sino también es la
conexión con el porvenir, lo que en la biblia habla que es el siglo venidero.
Hebreos 6 habla de aquellos que “...​fueron iluminados y gustaron el don
celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena
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palabra y de los poderes del siglo venidero…
​ ” todo esto, no es más que poder conectar lo
que está preparado para el venir, pero en los días nuestros.
Cuando logramos desconectarnos de nuestros tiempos cronos, para
comprender lo que es diseñado y proclamado desde la eternidad, podremos atraer el
kairos al cronos. Pero estas cosas, no pueden ser planeadas ni pensadas desde una
perspectiva natural, privada, individual, sino que es de CARÁCTER PÚBLICO, de la IGLESIA.
EFESIOS 1.18​ a
​ lumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis
cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su
herencia en los santos, ​19​ y cuál la supereminente grandeza de su poder para con
nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 2​ 0​ la cual operó en
Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, 2​ 1
sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra,
no sólo en este siglo, sino también en el venidero; 2​ 2​ y sometió todas las cosas bajo sus
pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 2​ 3​ la cual es su cuerpo, la
plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Todo lo que haya conquistado Cristo, como pertenecemos a su cuerpo,
también somos partícipes de aquellas victorias. Todo lo que la cabeza haya alcanzado,
también lo alcanzó el cuerpo.
Hebreos 3 habla que somos partícipes de Cristo, por ende, todo lo que logró de
alguna manera, conquistó Cristo, también, por ser su cuerpo, somos partícipes de aquellas
cosas.
Somos y nos volvemos odres, vasijas, tarros, cántaros, simples recipientes
porque nos hemos vuelto confiables para con Dios y con Cristo. Por ende, podemos ser
partícipes de sus sufrimientos (Hechos 5.40) como también de sus victorias (Col. 2.13-15).
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