1 Jurisprudencia arbitral Breviario de sentencias del: Tribunal Constitucional Tribunal Supremo Audiencias Provinciales Internacional Esta sección se ofrece como referencia para ilustrar cómo el arbitraje se ha venido interpretando en las distintas instancias jurisdiccionales en nuestro país. Su orden no es por materias sino cronológico y no se han recogido todas las sentencias –si bien la gran mayoría—sino las que hemos considerado más relevantes con respecto al asunto planteado ante cada Tribunal. Igualmente, no hemos transcrito las decisiones completas, sino los razonamientos y/o conclusiones que nos han parecido más relevantes en cada una de las sentencias. La letra negrita se usa para identificar la sentencia y un breve sumario de la misma. La letra cursiva se corresponde con el texto literal que hemos escogido de cada sentencia. También le ofrecemos jurisprudencia internacional y extractos de los laudos arbitrales procedentes de las instituciones que los publican El Tribunal Constitucional Sentencia del Tribunal Constitucional, 20 de Abril de 1999 Inconstitucionalidad del procedimiento de ejecución extrajudicial (notarial) "...En opinión del Tribunal, se trata de la inconstitucionalidad sobrevenida en virtud del principio de jerarquía normativa, reconocido en la Constitución Española, art. 9. Así la inconstitucionalidad debe ser declarada por virtud de los arts. 24 –derecho a la tutela judicial efectiva—y 117 de la CE. De acuerdo con la vigente CE no es consecuente que se admitan formas o manifestaciones de ejecución extrajurisdiccionales (relativas a la ejecución forzosa), ya que el monopolio de la ejecución corresponde en este ámbito exclusivamente al Poder Judicial..." Sentencia del Tribunal Constitucional de 23 de Noviembre de 1995 El arbitraje es un equivalente jurisdiccional voluntario, nunca obligatorio excepto cuando es libremente pactado. "...Según sea la cuantía de la controversia (más de quinientas mil pesetas o menos de quinientas mil pesetas), la LOTT ha establecido un sistema distinto en cuanto al sometimiento de la controversia al arbitraje de las juntas arbitrales. Así, si la cuantía excede de la cantidad indicada, las partes contratantes podrán pactar expresamente el sometimiento de la controversia al arbitraje de las juntas. Si por el contrario, la cuantía no excede de dicha cantidad, dispone el precepto cuestionado, que las partes someterán al arbitraje el conflicto. La diferencia del régimen jurídico establecido a partir de cuantía de la controversia es notoria: mientras que en el primer caso las partes pueden someter al arbitraje de las juntas la controversia surgida en relación con el cumplimiento de los contratos de transporte terrestre y de las actividades auxiliares y complementarias a éste; en el segundo caso no es que puedan sino que tienen que someter dicha controversia al arbitraje de las juntas, exigiendo la Ley para evitar este efecto el pacto expreso en contrario. Es decir, la Ley, en este tipo de controversias de menor cuantía, sustituye el convenio arbitral por una regla imperativa que sólo podrá descartarse mediante pacto expreso en contrario." "... pero al hacerlo de forma que no pueda aludirse más que a través de un convenio entre todos los interesados, establece un impedimento para el acceso a la tutela judicial efectiva contrario al derecho de todas las personas 'a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos'". Sentencia del Tribunal Constitucional de 4 de Octubre de 1993 El arbitraje es un equivalente jurisdiccional. 2 "...la naturaleza del arbitraje, que es un equivalente jurisdiccional, mediante el cual las partes pueden obtener los mismos objetivos que con la jurisdicción civil, esto es, la obtención de una decisión al conflicto con todos los efectos de la cosa juzgada." Sentencia del Tribunal Constitucional de 4 de Octubre de 1993 El plazo para anular un laudo es preclusivo. "...En definitiva se está ante una decisión judicial que admite un recurso extemporáneo y modifica un laudo arbitral que había adquirido firmeza mediante una interpretación de 'las causas y plazos' de interposición del recurso de anulación que vulnera en artículo 24 CE, por lo que no queda sino declarar su nulidad, así como la firmeza y efectos de cosa juzgada del laudo arbitral origen de este recurso." Sentencia del Tribunal Constitucional de 4 de Octubre de 1993 Cuando el laudo arbitral alcanza firmeza es inalterable. "...la inalterabilidad de las decisiones judiciales firmes es configuración legal de los laudos arbitrales regulados en la establece que 'el laudo arbitral firme produce efectos idénticos cabrá el recurso de revisión conforme a los establecido en la judiciales firmes.'" también predicable, en virtud de su Ley 36/1988, dado que el artículo 37 a la cosa juzgada. Contra el mismo sólo legislación procesal para las sentencias El Tribunal Supremo Sentencia del Tribunal Supremo de 18 de Abril de 1998 Las diferencias que surjan en materia de acuerdos sociales son arbitrables. "..la impugnación de acuerdos sociales está regida por normas de ius cogens pero el convenio arbitral no alcanza a las mismas, sino al cauce procesal de resolverlas" "...Esta Sala estima que, en principio, no quedan excluidas del arbitraje y, por lo tanto, del convenio arbitral la nulidad de la junta de accionistas ni la impugnación de acuerdos sociales; sin perjuicio, de que si algún extremo está fuera del poder de disposición de las partes, no pueden los árbitros pronunciarse sobre el mismo, so pena de ver anulado total o parcialmente su laudo." "...La posibilidad de incluir una cláusula de convenio arbitral en los Estatutos de una sociedad mercantil los cuales quedan integrados en el contrato, es indudable pese a que en los últimos tiempos, ciertas posiciones doctrinales lo han discutido. La validez de la cláusula estatutaria que contiene el convenio arbitral que mantiene claramente esta Sala, también ha sido compartida por la Dirección General de los Registros y del Notariado, en Resolución de 19 de Febrero de 1998, que emplea una argumentación que se acepta plenamente por esa Sala:... 'si se configura como estatutario (el convenio arbitral) y se inscribe, vincula a los socios presentes y futuros.'" Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de Julio de 1995 El laudo arbitral firme tiene rango de 'cosa juzgada'. "...los laudo arbitrales firmes sólo son susceptibles de ejecución judicial por los trámites del procedimiento de ejecución de sentencias, tanto si se tiene en cuenta lo preceptuado en el artículo 31 de la Ley de Arbitraje de Derecho Privado de 22 de Diciembre de 1953, [...], como si se atiende a lo establecido en los artículos 52 y 53 de la vigente Ley de Arbitraje de 5 de Diciembre de 1988 [...] dentro de cuyo procedimiento ejecutorio podrán plantearse todos los incidentes que legalmente sean procedentes hasta alcanzar la verdadera intelección de lo resuelto por el árbitro en el laudo arbitral firme que se trata de ejecutar, pero lo que en ningún caso puede ser procesalmente permisible es que trate de plantearse, a través de un procedimiento declarativo ordinario, la cuestión, verdaderamente insólita, atinente a la interpretación del repetido laudo, pues ello equivale, real y prácticamente, a que por esa vía indirecta, a plantear de nuevo ante el órgano jurisdiccional, con evidente infracción del 3 principio de santidad de la cosa juzgada, la misma cuestión litigiosa que ya había sido resuelta por el expresado laudo arbitral firme, al que libre y voluntariamente se habían sometido las partes." Sentencia del Tribunal Supremo de 4 de Octubre de 1993 El laudo arbitral sólo es anulable por los motivos expuestos en el artículo 45 de la Ley de Arbitraje. El plazo para solicitar la anulación es preclusivo. "...La Ley prevé unos mecanismos específicos de revisión judicial de los laudos arbitrales, de forma que [...] sólo podrán ser anulados en los casos expresamente previstos en el artículo 45 cuando el recurso es presentado en el plazo preclusivo regulado en el artículo 46. En consecuencia hay que concluir que cuando este efecto se produce por causa distinta a las taxativamente previstas –se extiende el efecto de la cosa juzgada—se está desconociendo el efecto de la cosa juzgada que la Ley les otorga, vulnerando el principio de inmodificabilidad de las decisiones judiciales firmes que les es de aplicación y, en última instancia, desconociendo la tutela judicial efectiva del beneficiado por él." Sentencia del Tribunal Supremo de 15 de Julio de 1992 Corresponde al árbitro apreciar la prueba en su conjunto. "...El árbitro apreció el informe que se dice, en relación a las demás pruebas aportadas, por lo que la impugnación casacional no procede ser estimada, ya que no es contraria en conclusiones a la racionalidad, sin que tampoco se hubieran conculcado las más elementales directrices de la lógica. Asimismo, la SAPM de 10 de Abril de 1992 señala que 'el Arbitro, valorando el conjunto probatorio que se puso a su disposición, a través de su laudo vino a resolver el conjunto de las cuestiones que el arbitraje comprendía, con independencia de lo que por él resuelto pueda satisfacer en mayor o menor medida a una u otra de las partes afectas en la contienda.'" Sentencia del Tribunal Supremo de 19 de Diciembre de 1990 No se puede anular un laudo cuando recaiga en la persona del árbitro algún motivo de recusación conocido por las partes y dispensado expresamente por éstas. "...Dice el artículo 23 de la Ley de 22 de diciembre de 1953 que 'no podrán ser nombrados árbitros quienes tengan con las partes o con la controversia que se les somete, alguna de las relaciones que establecen la posibilidad de abstención y recusación de un juez'; se establece así una causa especial de incapacidad de los árbitros a quien se halle afectado por ella, si bien 'si las partes, conociendo dicha circunstancia, la dispensan expresamente, el laudo no podrá ser impugnado por tal motivo.'" Sentencia del Tribunal Supremo de 1 de Octubre de 1990 El plazo para laudar debe ser respetado en modo inexorable. "...Planteado el problema de cumplimiento del plazo fijado para emitir el laudo arbitral, ha de recordarse el criterio constante de este Tribunal conforme al cual el plazo debe ser respetado en modo inexorable, esto es, el laudo debe dictarse dentro del tiempo, porque es el lapso durante el cual las partes, voluntariamente, renuncian al ejercicio jurisdiccional de sus diferencias y dotan de facultades decisorias al árbitro (SSTS de 27 de Febrero de 1985 y de 13 de Junio de 1984). Pasado el plazo, los árbitros carecen de ellas. [...] La prórroga, pues, es permitida, pero, en cualquier supuesto, ha de instarse antes de la extinción del plazo fijado como periodo de renuncia a la jurisdicción (STS de 9 de Febrero de 1984)." COMENTARIO: El plazo para dictar el laudo tiene bien un origen legal, bien negocial. Si las partes no establecen un plazo especifico en su convenio para que el árbitro emita su laudo, se estará a los seis meses que prescribe el artículo 30.1 de la Ley de Arbitraje. Sin embargo, y como consecuencia de la flexibilidad que el Legislador otorga a la autonomía de la voluntad, el plazo para que el árbitro emita su laudo puede ser negociado por las partes que pueden hacer constar el plazo que deseen bien en el mismo convenio, bien referenciando dicho plazo al plazo que establezca el reglamento de la institución que las 4 partes libremente hayan elegido como administradora del arbitraje previo expreso sometimiento a dicha institución y reglamento. El reglamento de ARyME establece un plazo distinto a los referidos seis meses, que puede ser menor o mayor dependiendo, generalmente, de la complejidad y cuantía de la controversia sometida a arbitraje. Así, el artículo 31 del reglamento de ARyME establece un plazo para laudar de 30 días a partir de la fecha en la que el árbitro clausure el periodo de audiencia, y la fecha de clausura de audiencia (art. 28) la fija el árbitro cuando tras haber solicitado de las partes si éstas tienen argumentos o pruebas adicionales, las partes contestan bien negativamente o no contestan en un plazo de diez días desde la fecha en la que el árbitro formula su petición, o cuando el árbitro se halle satisfecho por disponer de las pruebas necesarias para componer su laudo. Sentencia del Tribunal Supremo de 7 de Junio de 1990 Los árbitros pueden resolver con amplitud sobre el conjunto de lo pactado. "...la misión de los Tribunales en los casos de recurso contra el laudo consiste en dejar sin efecto lo que pueda constituir un exceso del laudo arbitral, más no corregir sus deficiencias u omisiones o crear dificultades respecto del móvil de paz y concordia que a los árbitros se encuentra confiado (S. de 17 de Marzo de 1988), pues los árbitros [de equidad] no vienen obligados a interpretar las cláusulas del compromiso de manera rígida y excesivamente literal, sino que disponen de la suficiente libertad para resolver con amplitud sobre el conjunto de lo pactado (S de 28 de Noviembre de 1958)." Sentencia del Tribunal Supremo de 9 de Octubre de 1989 El uso del arbitraje para resolver cuestiones que sean susceptibles de ser arbitradas no conlleva renuncia a la tutela judicial efectiva. "...El ordenamiento jurídico español concede a los particulares la posibilidad de optar para la solución de sus problemas socio-jurídicos entre el cauce o vía jurisdiccional y el extrajudicial (arts. 1809 y ss., y especialmente a estos efectos el 1814 del CC); haciendo uso de esta facultad y de los dispuesto en el artículo 1255 del citado cuerpo legal, los aquí contendientes concertaron acudir al cauce extrajudicialarbitraje para solventar las cuestiones que del cumplimiento del contrato entre ellos celebrado pudieran surgir; el artículo 24.1 C que se estima infringido por los recurrentes, se limita a señalar el derecho que todo ciudadano tiene a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, mas no impide la igualmente constitucional facultad de optar para dicha tutela al cauce extrajudicial –arbitraje en este caso—como aquí han hecho." COMENTARIO: El artículo 11.1 de la Ley de Arbitraje reza textualmente que "el convenio arbitral obliga a las partes a estar y pasar por lo estipulado e impedirá a los Jueces y Tribunales conocer de las cuestiones litigiosas sometidas a arbitraje...". Sin embargo, dicho artículo no debe interpretarse como preclusivo de jurisdicción sobre el arbitraje de nuestros Jueces y Tribunales, sino preclusivo de su competencia para resolver la controversia, pues las partes optan libremente por su resolución a través de un cauce procesal distinto al ordinario como es su derecho y que es el arbitraje. No olvidemos que el artículo 45 de dicha Ley constituye el elemento necesario de tutela judicial efectiva al regular los motivos de anulación del laudo en sede jurisdiccional. Sentencia del Tribunal Supremo de 17 de Marzo de 1988 El arbitraje es un equivalente jurisdiccional. "...a este Tribunal sólo le es dable emitir un juicio externo acerca de la observancia de las formalidades esenciales y sometimiento del arbitraje a los límites de lo convenido, dejando sin efecto, en este punto lo que constituya exceso en el laudo, pero sin entrar en el mayor o menor fundamento de lo decidido." Sentencia del Tribunal Supremo de 14 de Julio de 1986 El laudo es válido con la firma de dos de los tres árbitros en un Colegio arbitral. 5 "...que el supuesto fáctico reflejado en lo actuado en este recurso no es el de laudo emitido por dos de los tres árbitros nombrados, que se estima por el recurrente por ello nulo, sino el supuesto de laudo aceptado, tramitado y decidido por los tres árbitros, pero uno de ellos no lo firmó por disentir del criterio de los otros dos que forman mayoría, a cuyo disentimiento le dio forma de renuncia solemne a su calidad de tal árbitro de equidad. La renuncia tuvo lugar, como ya se dice, en la fase decisoria cuando ya se sabía por los árbitros el resultado del laudo y su sentido, y a través de su renuncia tuvo lugar en realidad un desestimiento, de tal forma que de no declararse la validez de tal laudo, la misma quedaría al arbitrio del renunciante y en definitiva al de la parte que lo propuso, yendo contra sus propios actos de previo acatamiento a la decisión arbitral." Las Audiencias Provinciales Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 9 de Abril de 2001 No es nulo el convenio arbitral que encomienda la administración del arbitraje a una entidad mercantil "En relación con la cuestión previa planteada --nulidad de la cláusula de sumisión a arbitraje--que fue oportunamente desestimada por el árbitro mediante resolución de 12 de Abril de 1999, como previene el art.23.2 de la Ley, procede su desestimación dado que se trata de una estipulación válida conforme al principio de autonomía de la voluntad que proclama el art. 1255 del Código Civil, en la medida que no es contraria a las leyes, a la moral ni al orden público --como dispone el referido precepto sustantivo--ni, más concretamente, se aprecia que infrinja el art. 10.1 de la Ley de Arbitraje por lo que, resultando vinculante para las partes contratantes --y por lo tanto para la actual recurrente--la cláusula de sumisión, por imperio del art. 1091 del Código Civil, rechazamos que el laudo impugnado incurra en la causa de nulidad prevista en el art. 45.1 invocado por el recurrente." COMENTARIO: Con objeto de obtener la nulidad del laudo, el recurrente funda el recurso, como cuestión previa, en la nulidad del convenio arbitral (art. 45.1), en base a la personalidad jurídica de ARyME (sociedad mercantil) por entender que dicha forma jurídica no se halla entre las mencionadas en el Artículo 10.1 de la Ley de Arbitraje. Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 31 de Octubre de 1997 El plazo para emitir un laudo se puede prorrogar. "...El número 1 del artículo 30 de la Ley de Arbitraje sólo dice que el plazo inicial 'podrá ser prorrogado'. No hay inconveniente alguno en que haya varias prórrogas en lugar de una, porque la primera y las posteriores se funden con el plazo inicial para formar un solo plazo prorrogado que vale como plazo unitario hábil para dictar laudo, sin que los tiempos suplementarios o añadidos sean de peor calidad que el inicial, y así lo ha entendido la Sala Primera del Tribunal Supremo en las sentencias de 13 de junio de 1984 y 31 de Octubre de 1986. De ahí que en el presente caso nada impida que a la primera prórroga por un mes se añada una segunda por 90 días." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 15 de Diciembre de 1995 La exigencia de responsabilidad a los árbitros no anula el laudo. "...ha venido admitiéndose desde una perspectiva contractualista de la institución derivada del antiguo contrato de 'dación y recepción del arbitraje' que los árbitros responden a tenor de lo dispuesto en los artículos 1.091 y 1.101 del Código Civil; aunque en ningún caso tal responsabilidad incide en la eficacia vinculante del laudo emitido, del propio modo que las sentencias que resuelven las demandas de responsabilidad civil contra Jueces y Magistrados por negligencia o ignorancia inexcusable de los mismos 'en ningún caso alterarán la sentencia firme que haya recaído en el pleito o causa en que se haya ocasionado el agravio' (vid. Artículos 903 y 917 de LEC). Para que aquella responsabilidad sea exigible debe acreditarse la actuación dolosa o gravemente culposa del árbitro, el daño o perjuicio de cualquier orden padecido por los compromitentes y la relación de causalidad entre la falta y el daño, bien entendido que tratándose de arbitraje de equidad el parámetro decisorio de los árbitros por expreso deseo de los compromitentes se su 'leal saber y entender.'" 6 Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona de 25 de Noviembre de 1995 Se pueden adoptar medidas cautelares en el arbitraje. "...La Ley Española de Arbitraje de 1988 guarda silencio respecto a la posibilidad de solicitar a los órganos judiciales estatales la adopción de medidas cautelares en función de un arbitraje y antes de haberse dictado el laudo correspondiente, y este silencio ha dado lugar a que se discuta sobre la admisibilidad de tal posibilidad en nuestro ordenamiento jurídico. [...] Este Tribunal se inclina, como ya se intuía en el auto de 21 de Julio de 1992, por la admisibilidad de la adopción de medidas cautelares por los órganos jurisdiccionales estatales en función de un arbitraje privado antes de haberse dictado el correspondiente laudo, y ello en razón de que no existe prohibición legal expresa de tal posibilidad ni la misma se deduce de los principios inspiradores y finalidades de la Ley de 1988. En efecto, esta Ley potencia la institución del arbitraje al configurarlo con una naturaleza mixta: privada en cuanto a su origen y pública en cuanto a sus efectos, de suerte que realmente crea una verdadera jurisdicción (entendida esta palabra en el sentido clásico de 'dictar derecho') privada, excluyente de la jurisdicción estatal; desde esta perspectiva, que tiene un armónico encuadre en nuestro ordenamiento jurídico procesal civil, puede sostenerse que esa jurisdicción privada debe gozar de iguales posibilidades tuteladoras de la jurisdicción estatal por cuanto que los ciudadanos pueden optar libremente por someterse a una u otra jurisdicción, lo cual lleva a la conclusión por la que se inclina este Tribunal, es decir, el que los órganos jurisdiccionales estatales podrán adoptar medidas cautelares instrumentales respecto de un arbitraje en el que aún no se ha pronunciado un laudo, y sólo ellos podrán adoptarlas en razón de que tales medidas siempre suponen un constreñimiento de derechos." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 7 de Noviembre de 1995 La competencia objetiva del árbitro se encuadra en materia susceptible de ser arbitrada. "...por competencia objetiva debe entenderse que la intervención dirimente del árbitro debe recaer sobre cuestiones que pueden ser objeto de arbitraje (es decir que se trate de una materia distinta de las enumeradas en el artículo 2 de la Ley de Arbitraje) y que en concreto las partes las hayan sometido expresamente a la decisión arbitral." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 7 de Noviembre de 1995 La nulidad del llamado contrato principal no conlleva necesariamente la nulidad del convenio arbitral pactado. "...Ningún problema plantea la nulidad del llamado contrato principal y la validez del convenio arbitral cuando su objeto verse sobre relaciones jurídicas que no sean nulas, pero cuando su único objeto sea la relación jurídica nula se ha sostenido por algún sector de la doctrina que la controversia a decidir por el árbitro no puede surgir de la nada, de la inexistencia de lo que carece de efectos jurídico, lo que se rechaza por otros autores quienes ponen de manifiesto que los razonamientos puramente formales son a veces engañosos y así se puede afirmar que un contrato nulo sí tiene efectos jurídicos, no sólo los de generar un pleito judicial, o un arbitraje, sino la restitución de las prestaciones (artículos 1.303, 1.305 a 1.308 del Código Civil), o los daños y perjuicios correspondientes por culpa in contrahendo." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 7 de Noviembre de 1995 En el arbitraje en equidad el árbitro puede ser tanto quien no está licenciado en Derecho como abogados en ejercicio. "...El número 1 del artículo 12 de la Ley de Arbitraje establece las condiciones que deben reunirse para ser árbitro, en concreto ser una persona neutral que se halle, desde su aceptación, en pleno ejercicio de sus derechos civiles, es decir, que tengan plena capacidad jurídica de obrar. Lo que es de aplicación tanto a los arbitrajes en equidad como en derecho. Pero cuando se trata de dictar laudo de derecho, el número 2 del artículo 12 impone un requisito adicional que debe concurrir en el árbitro: ser abogado en ejercicio. Sin que de ahí pueda deducirse que en el arbitraje de equidad el árbitro no pueda ser un abogado en ejercicio. Lo que se corrobora con lo dispuesto en el número 4 del artículo 12 (tampoco podrán actuar como árbitros los Jueces, Magistrados y Fiscales en activo, ni quienes ejerzan funciones públicas 7 retribuidas por arancel) en el que no se añade que en los arbitrajes de equidad no puedan ser árbitros los abogados en ejercicio." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 31 de Octubre de 1995 La parquedad en los razonamientos contenidos en un laudo no implica falta de motivación. "...En el presente caso el laudo está motivado, cuestión distinta es que esta motivación no convenza al demandante. Y es de aplicación, a la motivación del laudo arbitral de derecho, la doctrina jurisprudencial sobre la motivación de las sentencias dictadas en el orden jurisdiccional civil, en base a la cual no se exige que la fundamentación contenga cita de concretos preceptos legales o doctrina jurisprudencial (Tribunal Supremo, Sala 1ª, sentencia de 30 de Abril de 1991); no implicando falta de motivación la parquedad o brevedad en los razonamientos (Tribunal Supremo, Sala 1ª, sentencias de 30 de Abril de 1991, 11 de Diciembre de 1989); y al estar motivadas no quiere decir que se haya de combatir uno a uno los argumentos alegados por cada una de las partes (Tribunal Supremo, Sala 1ª, sentencia de 12 de Noviembre de 1990)." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, 31 de Octubre de 1995 Las partes en un arbitraje pueden manifestar sus acuerdos en documentos separados y no necesariamente en documento conjunto. "...A los efectos de la última frase del número primero del artículo 30 de la Ley de Arbitraje (este plazo sólo podrá ser prorrogado por acuerdo de las partes, notificado a los árbitros antes de la expiración del plazo inicial) debe entenderse por acuerdo, refiriéndose a dos o más personas, mostrar conformidad o alcanzarla. No siendo imprescindible que, en un solo acto y plasmándolo en un único documento, dos o más personas adopten una exclusiva resolución imputable a todos ellos. Sino que, por el contrario, basta con que las dos partes emitan su voluntad por separado siempre que sea concorde." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 31 de Octubre de 1995 La incorrecta valoración de la prueba o la incorrecta interpretación y aplicación de las normas de derecho en un laudo arbitral dictado en derecho no constituyen causa de nulidad del laudo. "...La cuestión que realmente se suscita es la de si, en un arbitraje de derecho, se puede a través del cauce de la acción de anulación del laudo arbitral (prevista en los artículos 45 a 51 de la Ley de Arbitraje), revisar, por la Audiencia Provincial, la correcta interpretación y aplicación que, de las normas jurídicas y jurisprudencia destinadas a la decisión del supuesto de hecho controvertido, se hizo en el laudo arbitral. La contestación, a juicio de esta Sala, debe ser categóricamente negativa, quedando fuera del objeto de la acción de anulación del laudo arbitral de derecho el análisis de la corrección de la decisión jurídica arbitral decisorio de la controversia, en cuanto ajustada a la adecuada interpretación de la normativa jurídica material de aplicación a la contienda planteada. Y, dentro de la acción de anulación, el legislador ha establecido, taxativamente y como números cerrados, las únicas y exclusivas causas o motivos en base a los vitales puede decretarse la anulación del laudo (el empleo del adverbio «sólo» en la redacción inicial del artículo 45 de la Ley de Arbitraje disipa cualquier duda al respecto). Y tras una tranquila y desapasionada lectura de los cinco casos reseñados en el articulo 45 de la Ley de Arbitraje se llega a la evidente conclusión de que no puede decretarse por la Audiencia Provincial la anulación del laudo arbitral en base a una incorrecta valoración de la prueba o a una indebida interpretación y aplicación de las normas de derecho sustantivo al concreto caso controvertido. Lo que se corrobora si tenemos en cuenta que el articulo 45 de la nueva Ley de Arbitraje de 1988 no contiene el motivo de impugnación que bajo la vigencia de la vieja Ley de Arbitraje de 1953 establecía el derogado texto del artículo 1.732 de la Ley de Enjuiciamiento Civil sobre infracción de las normas del ordenamiento jurídico o de la jurisprudencia, que fuesen aplicables para resolver las cuestiones objeto de debate (artículo 1.692 número 50 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, al que el anterior se remitía, y que hoy en día ya tiene otra redacción). Y que no prosperó la enmienda número 60 de la Agrupación de Diputados del Partido Liberal (Grupo Mixto) al artículo 46 de Proyecto de la actual Ley de Arbitraje, de modificación, en la que se proponía que el laudo fuera anulable cuando fuese contrario al orden público o, «si habiéndose dictado en arbitraje de derecho, fuere contrario al ordenamiento». 8 Es cierto que un importante sector de nuestra doctrina considera que a través de la acción de anulación del laudo arbitral de derecho puede la Audiencia Provincial revisar la normativa jurídica aplicable. Pero eso se hace después de criticar con acritud al legislador por haberse «olvidado» de incluir ese motivo entre los que dan lugar a la posible anulación del laudo y enmendar ese lapsus del legislador intentan darle cobijo en el caso quinto del artículo 45 de la Ley de Arbitraje (dándole al concepto de «orden público» un significado innovador) e incluso en el caso segundo del artículo 45 en relación con el número 2 del articulo 32 (se le confiere a la «motivación» del laudo un carácter material). Parece más adecuado atenernos a lo legislado en los términos en los que aparece redactada la Ley y no acudir a interpretaciones rebuscadas. Téngase en cuenta que nos encontramos ante dos personas que, para decidir su cuestión litigiosa con sujeción a derecho, optan por alejarse de los órganos jurisdiccionales, prefiriendo que la interpretación de las normas jurídicas de aplicación a su controversia se haga por personas ajenas al Poder Judicial. Después de dictado el laudo arbitral aquél al que favorece se reafirma en su inicial creencia. No siendo de recibo que aquél al que perjudique adjure de su primitiva referencia, clamando por una resolución jurídica del fondo de la cuestión litigiosa por el órgano jurisdiccional. Pues nadie le ha obligado a firmar el convenio arbitral, sin el cual sería un órgano integrante del Poder Judicial el que habría resuelto su contienda, debiendo quedar vinculado por sus propios actos, de los que no puede desdecirse una vez conocidos sus resultados o consecuencias." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 17 de Octubre de 1995 El recurso de anulación de un laudo arbitral no se puede sustanciar como recurso de nulidad contractual. "...Lo que no le está permitido a la parte recurrente es utilizar ahora el recurso de nulidad del laudo para ejercitar de forma soterrada una acción de nulidad del contrato. Aceptar su tesis supondría no sólo desvirtuar la naturaleza del recurso sino también contaminar de incongruencia, e incluso de defecto de jurisdicción, la resolución de esta Sala. La finalidad del recurso de anulación -según se desprende de la Exposición de Motivos de la Ley de arbitraje-es garantizar que el nacimiento, desarrollo y conclusión del procedimiento arbitral se ajustan a lo establecido en la Ley'. [...] Desde la doctrina procesal más clásica se ha venido entendiendo que el compromiso o convenio de arbitraje implica 'la renuncia voluntaria al conocimiento de una controversia por la autoridad judicial'. Por tanto, si la Ley protege y regula esa renuncia y limita el control de su resultado a la garantía de legalidad de su procedimiento, sería ir contra la Ley rebasar los linderos de la actuación específica que en este punto se atribuye a la Audiencia a través del recurso de nulidad del laudo que -como bien ha expresado la parte recurrida en su escrito de contestación al recurso-no constituye un recurso de apelación en el que la Audiencia tiene facultad para entrar en la revisión de todo litigio: de todo lo alegado, probado y resuelto en la primera instancia." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 4 de Octubre de 1995 No puede existir desigualdad entre las partes a la hora de nombrar árbitro(s). "...puede deducirse con evidencia que las partes vinculadas en un convenio arbitral pueden: a) no designar específicamente a los árbitros; b) hacerlo personal y directamente en el propio convenio arbitral y c) facultar a un tercero para que efectúe el tan citado nombramiento, bien entendido, en palabras del artículo 9.3 de la Ley de Arbitraje, que será nulo el convenio arbitral que coloque a una de las partes en cualquier situación de privilegio con respecto a la designación de los árbitros." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 4 de Octubre de 1995 Cuando el convenio arbitral no especifica cómo se nombrarán los árbitros, será necesaria la formalización judicial del arbitraje, entendiéndose dicha formalización como subsidiaria y no marginadora de la voluntad de arbitrar la controversia. "...Cuando en el convenio arbitral no exista mecanismo alguno para la designación de los árbitros habrá de entenderse que es procedente la formalización judicial del arbitraje. No otra cosa dispone el artículo 38 de la Ley de 1988: si las partes no se pusieren de acuerdo con la designación de los árbitros, de procederá a instancia de cualquiera de los interesados a la formalización judicial del arbitraje conforme a las reglas establecidas en los artículos siguientes. Luego si existe acuerdo de la designación de los árbitros no será preciso acudir luego a la formalización judicial del Arbitraje. [...] pues la formalización 9 judicial es subsidiaria y el convenio arbitral vincula a las partes, debiendo de estarse, como parece obvio, a lo pactado. De aceptar la tesis del recurrente terminaríamos con el convenio arbitral y con el propio arbitraje pues siempre sería preciso acudir a la designación judicial." Sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas de Gran Canaria de 29 de Septiembre de 1995 En el arbitraje de equidad el árbitro actúa según su leal saber y entender y su actividad no tropieza con los límites que marcan las normas de ius cogens. "...a la luz de la doctrina y la jurisprudencia, la interpretación propuesta por la recurrente es ciertamente forzada. La expresión 'según su leal saber y entender' refleja un modelo de resolución, desde el punto de vista sustantivo, de las cuestiones litigiosas, donde la actividad del Juzgador no tropieza con los límites que marcan las normas, ni siquiera las que integran ius cogens. Esto quiere decir, con referencia al arbitraje, que los árbitros no están coartados en su misión decisoria, ni restringidos en las interpretaciones de las cuestiones a decidir, que deben apreciarse de modo conjunto, no aisladamente, y en relación con los antecedentes y finalidad, sin más fundamento que ese leal saber y entender, a quien nadie obliga una motivación jurídica." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 19 de Julio de 1995 No son arbitrables cuestiones relativas a la competencia desleal. "...efectivamente, carecen los particulares de poder de disposición sobre la existencia o no del ilícito concurrencial, al estar vinculado a tal categoría jurídica no sólo el interés privado de los empresarios competidores, sino también el interés colectivo de los consumidores y el propio interés público del Estado al mantenimiento de un orden concurrencial debidamente saneado." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 18 de Julio de 1995 La prórroga para emitir el laudo la conceden las partes, nunca el árbitro y deberá adoptar la forma escrita que no presupone escritura pública. "...establece el artículo 31.1 de la Ley de Arbitraje que el plazo para dictar laudo, que será determinado por las partes o, supletoriamente, el de seis meses, sólo podrá ser prorrogado por acuerdo de aquéllas, notificado a los árbitros antes de la expiración del plazo inicial; entiende la doctrina que, al igual que el convenio arbitral, la prórroga del plazo, que supone una modificación de aquél, deberá adoptar la forma escrita en las modalidades prescritas por el artículo sexto de la Ley de Arbitraje, por lo que bastará para su validez cuando, como es normal, sea el árbitro quien proponga la prórroga, la aceptación de la propuesta por ambas partes mediante carta u otro medio documental de comunicación que permita dejar constancia de su voluntad concorde; no es, desde luego, de aplicación la Jurisprudencia citada por la recurrente de anulación, que exigía escritura pública o resolución judicial para la prórroga del plazo, por referirse a la Ley de Arbitraje de Derecho Privado de 1953, cuyo artículo 16 imponía la forma de escritura pública para el compromiso arbitral." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 12 de Junio de 1995 Para que un laudo sea anulable por atentar contra el orden público, será preciso que vulnere derechos y libertades fundamentales. "...ya esta misma Sala, en sentencia de 28 de Noviembre de 1994, precisó lo que debía entenderse por orden público a los efectos del artículo 45.5 de la Ley de Arbitraje, que tal y como se manifiesta en su propia Exposición de Motivos habrá de ser interpretado a la luz de los principios de nuestra Constitución cuyo intérprete máximo no puede ser otro que el Tribunal Constitucional, con arreglo a cuyas declaraciones debe entenderse que para que un laudo arbitral sea contrario al orden público, será preciso que vulnere los derechos y libertades fundamentales reconocidos en el Capítulo II, Título I de la Norma Suprema, garantizados a través de la misma (Sentencia del Tribunal Constitucional de 14 de Abril de 1986), siendo éste el parecer mayoritario de las Audiencias Provinciales (así, Zaragoza de 6 de Septiembre de 1991, Madrid de 26 de Noviembre de 1991, 15 de Abril de 1992, 22 de Septiembre de 1992, 18 de Octubre de 1993), sin que en el Laudo discutido pueda admitirse atisbo alguno de haberse conculcado tal concepto." 10 Sentencia de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca de 5 de Junio de 1995 Los convenios arbitrales celebrados con anterioridad a la Ley de Arbitraje 36/1988, de 5 de Diciembre, se regirán de acuerdo con la LA 36/1988. "...aunque dicho convenio arbitral es anterior a la vigente Ley de Arbitraje, sus normas resultan de plena aplicación al citado convenio arbitral, toda vez que la disposición transitoria de la referida ley establece que salvo en los casos en que el procedimiento arbitral se hubiese iniciado ya, los arbitraje cuyo convenio arbitral se hubiere celebrado antes de la entrada en vigor de la ley se regirán por las disposiciones contenidas en la misma." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 24 de Mayo de 1995 Los motivos para proponer la anulación del laudo son taxativos. "...lo que se atempera plenamente a lo preceptuado en el párrafo primero del artículo 45 de la Ley de Arbitraje, cuyo tenor no puede ser más paladino al afirmar que 'el laudo sólo podrá anularse en los siguientes casos...in fine' y los asertos antedichos en manera alguna caen dentro del ámbito de los supuestos tasados en el meritado precepto adjetivo por lo que deviene superflua cualquier motivación adicional." Sentencia de la Audiencia Provincial de A Coruña, de 15 de Marzo de 1995 El árbitro decide qué pruebas son pertinentes. "...Ahora bien, el meritado reglamento no señala que todas las pruebas propuestas deban de ser practicadas, sino las declaradas pertinentes por el Tribunal de Arbitraje. [...] no existe un derecho absoluto a la prueba sino sólo a aquella que sea adecuada y útil a los efectos de la controversia suscitada o, dicho de otra manera, la necesaria para la prosperabilidad de la pretensión sostenida por la parte recurrente, de modo que la decisión del laudo, de haberse practicado la misma, hubiese sido otra favorable a la tesis de la parte recurrente, para lo cual habrá que ponderar las razones esgrimidas en la resolución arbitral a los efectos resolutorios de la cuestión debatida, sin entrar en el análisis, que nos está vedado, del acierto de su fundamentación." Sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante de 16 de Enero de 1995 La personación en arbitraje es evidencia de la voluntad de arbitrar aún en ausencia de un convenio arbitral. "...Si bien es cierto que la comunicación de sometimiento al arbitraje no parece firmada, esa omisión se vio posteriormente subsanada por la actuación posterior del citado señor M. quien compareció en nombre de la empresa a la vista que celebró la Junta Arbitral el día 6 de Enero de 1993." COMENTARIO: ARyME nunca acepta un arbitraje sin convenio escrito -bien en el contrato principal, bien como cláusula accesoria-expresando, sin ambigüedad el deseo de las partes de conferirnos plena competencia para administrar el arbitraje. La SAP de Sevilla de 2 de Abril de 1993 hace referencia precisamente a que el convenio arbitral, al ser un renuncia a la jurisdicción ordinaria, debe ser claro, preciso y sin ambigüedades respecto al compromiso de las partes de cumplir el laudo que sobrevenga. Así, si del "carteo" entre las partes se deduce la voluntad de arbitrar, es probable que distintas audiencias provinciales interpreten el compromiso "inequívoco" de manera distinta por mucho que el artículo 6.2 de la Ley de Arbitraje admita el intercambio de cartas como voluntad de usar el arbitraje. Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 17 de Octubre de 1994 La nulidad de un contrato no conlleva consigo necesariamente la nulidad del convenio arbitral suscrito entre las partes. 11 "...El primer motivo de anulación, al amparo del artículo 45.1 de la Ley de Arbitraje, se funda en la inexistencia del convenio arbitral por hallarse inserta la cláusula de arbitraje en un contrato, el de once de agosto de 1992, sometido a condición suspensiva, que no se ha cumplido, por lo que el único contrato válido y eficaz entre las partes es el de 19 de diciembre de 1991, que no contenía convenio arbitral; la expresada alegación que, rectamente entendida, se refiere a la ineficacia, no a la inexistencia del convenio arbitral, carece de todo sustento; el principio de autonomía de la cláusula compromisoria, que halla su traducción legal más rigurosa en el artículo octavo de la Ley de Arbitraje, hace inmune el convenio arbitral a las condiciones que suspendan la eficacia inicial del negocio jurídico o determinen su ineficacia sobrevenida; precisamente la cuestión nuclear controvertida entre las partes es la de si se ha de aplicar en perjuicio de la demanda el principio 'dolus pro impleta conditione' y el motivo hace supuesto de dicha cuestión, lo que ha de determinar, junto con lo mas arriba expuesto, a desestimarlo, sin más." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 28 de Septiembre de 1994 La asociación entre dos personas con objeto de desarrollar un negocio no se considera arbitraje laboral y es materia arbitrable. "...no concurren las normas básicas para la existencia de la relación laboral -dependencia, remunerabilidad y ajeneidad-y sí una asociación entre dos personas, en orden a colaborar en la explotación de un negocio, en contraprestación a la cesión de un porcentaje de las acciones de una Sociedad, que una de ellas haría a la otra, y que, al no querer o no poder cumplir, se sustituyó en la forma pactada, con meridiana claridad, en el convenio por ambas firmado, sin que se haya acreditado algo en contra de su validez, y cuyas incidencias se sometieron a arbitraje, resuelto fundamentalmente a favor de su cumplimiento, por los extensos y claros razonamientos del laudo." Sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga de 25 de Julio de 1994 No es necesaria la formalización del arbitraje. Ni siquiera es necesaria una cláusula en su sentido formalista. "...En lo que respecta a la procedibilidad formal del arbitraje por la ineficacia de la cláusula arbitral que el recurrente por doble motivo imputa, es evidente que el artículo 6 de la nueva Ley de Arbitraje ha sustituido la exigencia de la escritura pública prevista en el artículo 5 de la Ley de 1953, por la menos rigurosa de la constancia por escrito del convenio arbitral, tanto como cláusula incorporada a un contrato principal como por acuerdo independiente del mismo, bastando que resulte de intercambio de cartas o de cualquier otro medio de comunicación que deje constancia documental bastante de la voluntad de las partes de someterse a arbitraje." Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de 22 de Junio de 1994 No todas las pruebas deben de ser practicadas de nuevo cuando un árbitro sustituye a otro en un arbitraje en curso. "...El artículo 26 de la Ley señala 'practicarán...las pruebas', es decir en plural, y para que no haya duda de que la intención del Legislador es que, como norma general, todos los árbitros estén presentes en la práctica de la prueba, en el artículo 28 se preceptua que 'si en el curso del arbitraje se incorpora un nuevo árbitro en sustitución de otro anterior, se volverán a practicar todas las pruebas que se hubieran realizado con anterioridad, salvo si el árbitro se considera suficientemente informado por la lectura de las actuaciones'. Es claro que la excepción es la invalidez de la prueba en que no han intervenido todos los árbitros en su práctica, y en los casos excepcionales están limitados a los supuestos en que se incorpora uno nuevo en sustitución de otro anterior. No tendría mucho sentido que la Ley, con exceso de rigorismo, no hubiese admitido salvedad alguna, pues hay casos claros que justifican la excepción, como sería una prueba pericial, usualmente presentada por escrito, en que no es necesario volver a practicar la ratificación, si el árbitro sustituto de otro anterior no tiene que pedir aclaración alguna sobre el peritaje. En cambio, en la prueba testifical, no cabe duda que, con la presencia en su práctica de todos los que han de resolver la cuestión litigiosa, se aumentan las garantías de un mejor acierto a la hora de dictar el laudo, al ser objeto de deliberación la credibilidad que los testigos ofrezcan a cada uno de los componentes del colegio arbitral." 12 Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de 22 de Junio de 1994 Para anular un laudo arbitral es necesario invocar alguno de los motivos de anulación contemplados en el artículo 45 de la Ley de Arbitraje, no valiendo cualquier otro motivo. "...Tal y como actualmente está regulada esta institución [arbitraje] por Ley 36/1988, de 5 de Diciembre, que sustituye y deroga a la anterior de 22 de Diciembre de 1953, reguladora de arbitrajes de derecho privado, la impugnación del laudo pronunciado no puede basarse en cualquier causa a la que, a criterio del recurrente, quepa anudar consecuencias invalidatorias de lo actuado parajurisdiccionalmente, sino que habrá de descansar de modo necesario en alguno de los 'casos' que taxativamente enumera el artículo 45 de la mentada Ley especial; el empleo del término 'sólo', referido a los supuestos en que cabe la anulación, no puede ser más expresivo en este caso." Sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, de 13 de Junio de 1994 Ciertos acuerdos sociales son materia disponible y arbitrable. "...Que como se hace notar en un sector de la Doctrina, no puede resolverse el mencionado problema de la posibilidad de someter a decisión la validez de los acuerdos sociales, de una manera genérica y que comprenda todo tipo de sociedades anónimas y toda clase de acuerdos; debiendo distinguirse entre las Sociedades Anónimas abiertas, en las que el ámbito de aplicación del arbitraje es necesariamente muy reducido, por afectar normalmente los acuerdos al interés colectivo indisponible para los accionistas, de aquellas otras cerradas, familiares o de composición numéricamente muy reducida, como la constituida por los actores y los que adoptaron el acuerdo impugnado en el supuesto de autos." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 19 de Abril de 1994 No se puede recusar a un árbitro cuando haya existido, con anterioridad a su nombramiento, causa de recusación, y la misma era conocida. "...En nuestro caso concreto, y debido a la relación contractual que unía a las partes, es obvio que D. conoció el parentesco que luego denuncia, sin que en el momento mismo de la designación se opusiese al nombramiento. El legislador ha querido que cuando los árbitros sean designados por las partes sólo puedan ser recusados por causas posteriores a su designación, a menos que el conocimiento sea posterior a ésta. Ello es así porque impera el principio de autonomía de la voluntad y pueden, en consecuencia, ser árbitros, aquellas personas que designadas por las partes tengan con éstas o con la controversia alguna de las relaciones que establecen la posibilidad de abstención y recusación del juez, siempre que, resaltamos, esas relaciones existieran antes de la designación y las partes las conocieran." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 19 de Abril de 1994 El laudo es recurrible por motivos formales, no de fondo. "...como claramente se deduce del art. 45 de la Ley de Arbitraje de 5 de Diciembre de 1988, el recurso de anulación tiene unos motivos limitados, que miran a cuestiones formales, en cuanto que la actuación de los árbitros no se hubiese sujetado a la Ley, y no a la problemática de fondo, material o sustantiva, que vincule a las partes y a las consecuencias económicas que de ellas se deriven." Sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos de 4 de Abril de 1994 Por muy flexible que sea el proceso de práctica de prueba en un proceso arbitral, deben observarse los principios de audiencia, contradicción e igualdad entre las partes. "...en el caso de autos no consta que los intervinientes en el procedimiento arbitral tuviesen ninguna intervención en la prueba pericial practicada fuera de Burgos, ni siquiera que la misma les fuese debidamente comunicada, ni antes, ni después, ni cuando efectivamente tuvo lugar. De dicha ausencia de comunicación se derivó un evidente perjuicio para los intervinientes en el procedimiento arbitral. [...] Tal ausencia de intervención supone un evidente quebrantamiento de los principio de audiencia y contradicción, entendidos como la facultad de ser oídos y poder hacer alegaciones dentro de las pruebas 13 y, por la existencia de ese defecto procesal, de acuerdo con los artículos 21, 26 y 45 de la Ley de Régimen Jurídico de Arbitraje, debe decretarse la nulidad del laudo emitido." Sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos de 4 de Abril de 1994 La prueba no solicitada y, por lo tanto, ni practicada ni considerada por el árbitro, no produce indefensión. "...Piénsese que nos encontramos no frente a una diligencia de prueba pedida, admitida y luego no practicada, que es el supuesto al que se refiere la doctrina constitucional citada en el fundamento anterior, sino que el primero de los datos, el que se trate de una prueba pedida falta y, por ello, la no práctica de la diligencia no entraña una violación del derecho a la prueba, pues para ello la prueba tiene que ser pedida, pues el derecho a servirse de la prueba, no es ilimitado, y sólo puede plantearse en el seno de un procedimiento judicial ya abierto y en los momentos procesales pertinentes. De tal manera que si la parte que hoy pide la declaración de nulidad del laudo arbitral, al no solicitar la práctica de una determinada prueba, entendió que dicha prueba no era pertinente, ahora no puede alegar que la falta de práctica de esa prueba le causa indefensión. Si en un primer momento no se trataba de una prueba necesaria o pertinente, no puede ahora volverse sobre el planteamiento inicial y reclamar su pertinencia." Sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid de 24 de Marzo de 1994 El recurso de anulación del laudo es un examen sobre la forma nunca sobre el fondo de lo resuelto por el árbitro. "...que este recurso no tiene por objeto ni persigue, más aún en un arbitraje de equidad, transferir a la Sala la total jurisdicción sobre el fondo del asunto objeto del laudo, sino, como refiere la Exposición de Motivos de la propia Ley de Arbitraje, garantizar que en el inicio, desarrollo y término del procedimiento arbitral se ha actuado conforme a lo regulado por la Ley, y que el laudo no es contrario al orden público. No se trata pues, de una instancia más, ni por supuesto, una instancia de apelación sobre cuestiones relativas a la justicia del laudo, a las deficiencias del fallo, o al modo más o menos acertado de resolver la cuestión sometida a arbitraje -lo que ciertamente iría contra la esencia del arbitraje, al transferir a Jueces de derecho facultades no atribuidas ni por la Ley de Arbitraje ni por los compromitentes-sino de un juicio externo, limitado a las meras garantías formales y a resolver y dejar sin efecto lo que constituya exceso en el laudo, pero sin corregir sus deficiencias u omisiones y sin posibilidad de discutir el mayor o menor fundamento de los resuelto (en este particular baste citar por todas, las sentencias del Tribunal Supremo de 12 de Junio de 1987, 20 de Marzo de 1990, también la del Tribunal Constitucional de fecha de 16 de Marzo de 1988)." Sentencia de la Audiencia Provincial de Valladolid de 24 de Marzo de 1994 El recurso de anulación de un laudo arbitral sólo se puede basar en los supuestos contemplados en el artículo 45 de la Ley de Arbitraje. "...únicamente cabe que el recurrente alegue alguno de los concretos motivos de anulación que se describen en el artículo 45 de la citada Ley. Carácter taxativo que viene resaltado por el adverbio 'sólo' que figura en el párrafo inicial del citado precepto y que se explica por el deseo del Legislador de incentivar el arbitraje, considerado como una alternativa accesible y eficaz a la acción judicial, en consonancia con lo que al respecto establecen otras leyes de nuestro entorno cultural y convenios internacionales sobre la materia." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, de 20 de Diciembre de 1993 Las diligencias para mejor proveer, que no están contempladas en la Ley de Arbitraje, tienen carácter instrumental a discreción del árbitro. "...La inexistencia de una fase de diligencias para 'mejor proveer' en la vigente Ley de Arbitraje no significa -menos aún para un arbitraje de equidad-que su práctica haya vulnerado alguno de los principios expuestos [audiencia, contradicción e igualdad], siendo de añadir conforme a reiterada jurisprudencia sentencias del Tribunal Supremo de 4 de Febrero de 1983, 15 de Diciembre de 1987, 28 de Noviembre de 14 1988 y 7 de Junio de 1990-en lo aplicable a la vigente Ley de Arbitraje, que los árbitros gozan de un amplio campo de libertad de actuación sin precisar un ajuste rígido al thema decidendi y que solamente la violación de aquellos principios esenciales reseñados en el artículo 21 podrá dar lugar a su nulidad al amparo del artículo 24.2." Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla de 4 de Noviembre de 1993 Un laudo es congruente si resuelve todos los extremos debatidos en el arbitraje. "...inciden, pues, ambos motivos en el concepto de incongruencia, en relación al cual el Tribunal Supremo, en sentencias de 10 de Mayo de 1986 y17 de Junio de 1986, ha declarado que la congruencia hace referencia a la necesidad de que entre la parte dispositiva de la resolución judicial y las pretensiones oportunamente deducidas por los contendientes exista la máxima concordancia y relación y ello tanto en lo que afecta a los elementos subjetivos y objetivos de la relación jurídico-procesal, como en lo que atañe a la acción ejercitada, sin que su exigencia alcance a los razonamientos alegados por las partes o el Tribunal, pues el principio 'iura novit curia' exige, únicamente, no alterar las pretensiones sustanciales formuladas por las partes, nunca, sin embargo, la total sumisión del fallo o aquellas, como consecuencia del principio 'mihi factum, ego dabo tibi ius' proclamando la sentencia del mismo Alto Tribunal de 5 de Junio de 1989 que la incongruencia ha de resultar entre la comparación del súplico de la demanda y el fallo de la sentencia, pues lo que importa, a efectos de congruencia, es que los pronunciamientos del fallo dejen resueltos todos los extremos debatidos." Sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra de 21 de Octubre de 1993 La excepción de arbitraje propuesta conjuntamente a la contestación de la demanda no presupone renuncia tácita al arbitraje en el juicio declarativo de menor cuantía. "...Sin embargo, la excepción dilatoria de arbitraje, por el contrario, salvo en el Juicio Declarativo de Mayor Cuantía, y, con mayores dificultades, en el de Menor Cuantía, si fuere resuelta en la comparecencia y se otorgare plazo para contestar a la demanda si fuere desestimada, no dispone de cauce que permita su formulación exclusiva con posibilidad posterior, si fuere desestimada, de oposición en cuanto al fondo, por lo que generalmente, si sólo se permitiere al demandado oponer la excepción entendiéndose que renuncia al arbitraje si contesta a la demanda, se produciría una situación que dificultaría en la práctica hacer valer el convenio arbitral, dado que invocar la excepción, únicamente, podría situar al demandado en riesgo de indefensión si fuere desestimada, al carecer ya de vía para contestar la demanda. Con base a lo anterior, y atendiendo al derecho a la tutela efectiva y proscripción de indefensión, consideramos que si resulta clara la voluntad del demandado de no renunciar al arbitraje, es lícito que, tras formular la excepción de arbitraje, pueda oponerse, subsidiariamente, al fondo del asunto contestando a la demanda, sin que ello suponga una renuncia tácita al arbitraje, constituyendo una medida de prudencia razonable para el supuesto de desestimación de la excepción, y acorde con el derecho a la defensa y a la contradicción de los que podría resultar privado el demandado que desease exigir el cumplimiento del convenio arbitral. Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 20 de Julio de 1993 El trámite de aclaración del laudo sirve para corregir errores de forma y para aclarar conceptos oscuros u omitidos, no como instancia casacional. "...El laudo resolvió la cuestión sometida a arbitraje de modo concreto, rechazando cualquier indemnización por NASA, por razones de equidad, mientras que con el 'complemento' [aclaración] se condena a quien había sido absuelto y se reconoce un derecho indemnizatorio quien se le había negado cambiando el signo del fallo, lo que resulta apriorísticamente insubsumible en cualquiera de los casos del artículo 36, porque la absolución del laudo no fue consecuencia de un error de transcripción de la minuta original o de su incongruencia con la fundamentación, sino que era un simple corolario de ésta. De ahí que con el 'complemento' se pretenda alterar también la fundamentación. Pero el dislate jurídico va más allá, en cuanto se pretende la eficacia jurídica del 'complemento' del laudo con una adhesión discrepante y por lo tanto contradictoria, pretiriéndose además que laudo y aclaración forman una unidad enteriza y no puede por tanto admitirse que quien discrepó del laudo inicial y por lo tanto no decidió el arbitraje, resuelva su aclaración, es patente que el denominado complemento del laudo es un laudo nuevo, radicalmente nulo, en cuanto revisa, con evidente falta de jurisdicción, fuera de plazo y al margen de las 15 disposiciones legales, un laudo previo, arrogándose los árbitros un derecho revisor que no les compete. La nulidad es tan manifiesta que entendemos innecesario ampliar la argumentación estimatoria de la demanda." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 2 de Abril de 1993 Los árbitros tienen capacidad para decidir sobre su propia competencia. No cabe un examen de fondo sobre lo decidido por el árbitro. "...que la misión de los tribunales consiste en tales casos en dejar sin efecto lo que constituya extralimitación del fallo arbitral, más no corregir sus deficiencias y omisiones, si las hubiere, ni complicar o crear dificultades, a ese móvil de paz y cordialidad que a los árbitros se confía, pues la naturaleza de este recurso no permite el examen total del fondo del asunto, siquiera la congruencia con el 'thema decidendi' no implica que los árbitros estén coartados en su misión decisoria, ni restringidos en la interpretación de las cuestiones a decidir, que deben apreciar de modo conjunto, no aisladamente, y en relación a los antecedentes y finalidad." Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla de 23 de Enero de 1993 Para que una cláusula arbitral sea válida, ésta debe manifestar, sin ambigüedad posible, el deseo de utilizar el arbitraje y la voluntad inequívoca de las partes de cumplir los términos del laudo que se dicte. "...esta voluntad inequívoca es el elemento o sustrato que legitima la actuación del árbitro, y la exclusión del derecho de todo ciudadano a acudir a la jurisdicción para resolver sus problemas, y de ello se deriva que esa exigencia de voluntad sea inequívoca, es decir, que no aparezca duda alguna al respecto que pudiera poner en entredicho esa declaración de voluntad de cada parte de someter sus conflictos a la decisión de un tercero; si no aparece en forma inequívoca esa voluntad, la función del árbitro no estará legitimada, no podrá acudirse a él para pedir solución al conflicto planteado, y si recae solución, ésta no tendrá la más mínima fuerza ejecutiva." Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla de 18 de Enero de 1993 Aunque la esencia del arbitraje sea su simplicidad procesal el arbitraje no puede ser completamente aprocedimental. "...El convenio arbitral supone una voluntad por parte de los que lo formalizan de dirimir sus discordias a través de un árbitro sin acudir a la vía judicial, y sin que de ello pueda deducirse o presuponer una dejación porque esa decisión se adopte sin formalismos, el procedimiento es obligado por la Ley de Arbitraje y debe ser escrupulosamente cumplido, por cuanto que no hay razones, ni de índole práctico, ni derivada de la voluntad de los sujetos que se someten, para considerarlo secundario, antes bien, y dada la gran capacidad decisiva que se concede al árbitro, es obligado por seguridad de todos, que el procedimiento sea con rigor cumplido, en lo que es exigible, pues esa decisión lo debe ser en base a que las partes hayan podido alegar y probar, y con ello evitar una decisión arbitraria injustificada." Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de 18 de Noviembre de 1992 Contestar a la demanda no supone una renuncia tácita al arbitraje. "...No es obstáculo a la estimación de la excepción el que el demandado, tras oponerla, contestara en el mismo escrito y ad cautelam a la demanda y no se limitara a proponer en forma aquélla, de acuerdo con lo prescrito por el artículo 11.2 de la Ley. Ciertamente, la presunción legal de renuncia tácita al arbitraje cuando 'el demandado o demandados realicen, después de personados en el juicio, cualquier actividad procesal que no sea la de interponer en forma la oportuna excepción', no puede sobreponerse y anular la previa manifestación de voluntad expresa de la parte que, no sólo no renunció al arbitraje pactado, sino que de manera inequívoca alegó este convenio y manifestó su voluntad de que se cumpliera y, sólo en cautelosa previsión de la hipótesis de que fuera desestimada la excepción por él alegada contestó la demanda." Sentencia de la Audiencia Provincial de Bilbao de 29 de Mayo de 1992 16 No se puede recusar a un árbitro nombrado de parte por no reunir los requisitos de ajeneidad, independencia y neutralidad que la figura requiere cuando los motivos son conocidos de antemano por quien le nombra. "...Del nombramiento del árbitro deduce la demandante como primera conclusión la nulidad del contrato mismo por inidoneidad de la persona al no reunir los requisitos de ajeneidad, independencia y neutralidad que la figura exige..[...] en el caso enjuiciado la parte demandante no puede invocar la causa de recusación vista en tanto conocía su existencia antes del contrato arbitral y en el mismo contrato las partes eximieron al árbitro de las posibles incompatibilidades operando plenamente el párrafo 2 del artículo 17 de la Ley siendo inviable la estimación de tal causa de nulidad." Sentencia de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca de 14 de Mayo de 1992 La simplicidad de procedimiento necesariamente indefensión. -característica emblemática del arbitraje-no conlleva "...En el procedimiento civil, cuyas normas que lo regulan tienen un marcado carácter de orden público y sus disposiciones son de derecho necesario, hasta el extremo de que la Ley de Enjuiciamiento Civil se le conoce en la práctica como Ley de Ritos, no toda infracción de sus normas conlleva necesariamente a la nulidad de las actuaciones, predicable sólo en los supuestos de omisión de trámites esenciales, desconocimiento de garantías procesales o violación de los derechos fundamentales de la persona, transgresiones, en suma, que conllevan la total o parcial indefensión de algunas de las partes, como se recogía en la doctrina jurisprudencial. El artículo 238.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial declara nulos de pleno derecho los actos jurídicos cuando se prescinda total y absolutamente de las normas esenciales de procedimiento establecidas por la Ley con infracción de los principios de audiencia, asistencia y defensa, siempre que efectivamente se haya producido indefensión, que de no producirse aboga por el principio de conservación de los actos procesales (artículos 11 y 238 a 243 LOPJ); por ello el propio Tribunal Constitucional en sentencias de 4 de Marzo de 1986 y 12 de Mayo de 1987, ha sentado que la nulidad de actuaciones procesales constituye un remedio extraordinario de muy estricta y excepcional aplicación, dada la noria conmoción procedimental que supone tanto para las partes como para el principio de celeridad y economía procesal. Dicha doctrina es perfectamente aplicable en el campo del arbitraje, cuyas normas del procedimiento vienen caracterizadas por su flexibilidad y libertad de estipulación, de modo que serán las partes del convenio las que en el mismo deberá fijar el procedimiento al que se someterán los árbitros para tomar su decisión, siempre que se respeten las normas necesarias que con carácter mínimo señala la Ley y los principios esenciales de audiencia, contradicción e igualdad entre las partes (artículo 21 Ley 36/1988); por ello no será motivo de anulación del laudo, al amparo del caso 4 del artículo 45, la observancia de cualquier formalidad o principio esencial establecido en la Ley, sino que, con mayor razón, dada la simplicidad del procedimiento, será preciso que dicha infracción haya producido efectiva indefensión a alguna de las partes; solución que ya venía presidiendo las resoluciones del Tribunal Supremo en su interpretación de la derogada Ley de 22 de Diciembre de 1953, afirmado que el quebrantamiento de forma haya producido la 'indefensión' es postulado necesario para que el recurso por infracción de las normas de procedimiento pueda prosperar STS de 13 de Junio de 1985-procedimiento que se caracteriza por su sencillez y desprovisto de rigorismo formal y se limita a la garantía del principio de contradicción -STS de 13 de Noviembre de 1987-." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 12 de Mayo de 1992 El recurso de anulación del laudo no es una instancia de apelación. "...el recurso de anulación no da lugar a una segunda instancia similar a la apelación que atribuya al Tribunal la posibilidad de subsanar errores o diferencias en que pudiere incurrir el laudo para completarlo como si de un recurso de apelación se tratase. El tema litigioso sobre el que debemos decidir no es la controversia de fondo sino la validez del laudo. Ahora bien, la Ley de Arbitraje, en lo que aquí interesa, tan sólo admite su nulidad cuando se excede en lo resuelto al invadir una esfera que los contendientes no han sustraído a la jurisdicción atribuyéndola al árbitro." Sentencia de la Audiencia Provincial de Almería de 11 de Mayo de 1992 El árbitro ordena el proceso de práctica de pruebas y no está sometido a rígidos formalismos. 17 "...antes de dar una respuesta puntual a las irregularidades en cuanto a la práctica de las pruebas denunciadas por la entidad recurrente, conviene indicar que de conformidad al artículo 26 de la Ley de Arbitraje, no rige en el procedimiento previsto en ella, el principio de aportación de parte, como en el procedimiento ordinario, sino que al contrario, se faculta ampliamente al árbitro a que por propia iniciativa se lleve a efecto las pruebas que estime pertinentes y sean admisibles en derecho." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 10 de Marzo de 1992 La negativa del árbitro a aclarar su laudo no produce indefensión. "...no es constitutivo de indefensión el hecho de no haber accedido el árbitro que dictó el laudo a la aclaración del mismo, solicitada dentro de los cinco días de su dictado, dado afectar a la aclaración postulada al fondo de la cuestión sometida a su decisión y no a suplir algún concepto oscuro y omisión del laudo." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 15 de Octubre de 1991 La naturaleza jurídica de las partes y del árbitro son distintas y su distinción es necesaria para que se produzca el arbitraje. "...Respecto a la denunciada nulidad de este recurso por el hecho de no haber tenido como parte en el mismo al árbitro, debe reiterarse ahora la doctrina sostenida por esta Sala en el auto dictado en su momento, puesto que el árbitro no es más que un juez privado y por ello los pronunciamientos de esta sentencia alcanzan sólo a quienes son parte en el juicio arbitral, titulares de las relaciones jurídicas que en el mismo se decidieron y que por definición no alcanzaron ni podían alcanzar en modo alguno el árbitro, sujeto imparcial en las mismas." Sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza de 9 de Julio de 1991 La posible recusación del árbitro no deja expedita la vía judicial para resolver la controversia. "...más la posible existencia de una causa de recusación no deja expedita la vía judicial para la resolución de la controversia entre las partes, debiendo estarse a lo prevenido en los artículos 17 a 19 de la Ley de Arbitraje." Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 18 de Junio de 1991 La pertinencia de la prueba la determina el árbitro. "...Es sabido que el procedimiento arbitral, regulado en el Título cuarto de la Ley de Arbitraje, queda remitido en gran parte a la autonomía de la voluntad, sin embargo se requiere la observancia de unos trámites mínimos y, en todo caso,, el respeto de los principio de audiencia, contradicción e igualdad, por lo que el proceso arbitral que la Ley configura es un proceso convencional, y entre las normas establecidas por las partes y los árbitros resalta a los efectos de este recurso la de que los árbitros debían conceder un plazo para proponer y otros para practicar las pruebas propuestas, regla que se complementa con la del artículo 26 de la citada Ley, que dispone que 'los árbitros practicarán a instancia de parte o por propia iniciativa las pruebas que estimen pertinentes y admisibles en derecho', términos claros que no ofrecen dudas sobre la potestad de los árbitros para decidir sobre la admisibilidad de las pruebas propuestas pudiendo rechazar las que consideren impertinentes." "...la impertinencia se relaciona con los hechos objetivos de controversia y la admisibilidad con los medios que se pueden proponer y al procedimiento de obtención de los mismos al no sufrir efecto las pruebas obtenidas, directa o indirectamente, violentado los derechos o libertades fundamentales. En definitiva este derecho de la parte no implica que pueda exigirse la práctica de todas las pruebas que proponga, sino que tiene que justificar no sólo la relación de las pruebas que pretende aportar con el objeto de la controversia sino también la capacidad de las mismas para decidir en la decisión de aquélla, es decir, que sean relevantes para el buen éxito de las pretensiones que las partes debaten en el proceso." 18 Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 18 de Marzo de 1991 Para que un asunto sea arbitrable su objeto debe de ser disponible. "...convierten a los términos sinónimos poder de disposición y libre disposición en esenciales para la identificación de las materias válidamente arbitrables, que no pueden consistir en otras -al ser el convenio arbitral un negocio jurídico-que aquellas sobre las que las partes están facultadas para ejercer su autonomía de voluntad con la válida creación, extinción, modificación o configuración de relaciones jurídicas, esto es, la potestad normativa creadora que, a través del negocio jurídico, expresión de ese poder o libertad y fuente de disposiciones, reglamentaciones o normas privadas, el Ordenamiento reconoce y ampara." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 14 de Septiembre de 1990 Para el abogado que arbitra en equidad, la sustracción de la obligatoriedad de aplicar normas jurídicas, no descarta que la más estricta equidad consista en aplicar esas mismas reglas de Derecho. "...tampoco se puede decir que por aplicar o moderar los efectos de un contrato con criterios de equidad, para obtener un reequilibrio de las prestaciones de las partes haya convertido el arbitraje de derecho en un arbitraje en equidad, porque una cosa es el juicio de equidad, y otra muy distinta es hacer uso de la equidad como criterio de interpretación de las normas o de los contratos, puesto que ya los romanos advirtieron, con razón, que muchas veces la estricta aplicación del Derecho trae consecuencias dañosas para la justicia: summum ius summa iniuria." Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 14 de Septiembre de 1990 El recurso de anulación constituye solamente un juicio externo sobre observancia de formalidades. "...Que esta Sala entiende que es aplicable en términos generales a la nueva legalidad, la jurisprudencia surgida en aplicación de la Ley de 22 de Diciembre de 1953, para fijar el contenido revisor de los laudos por los Tribunales de Justicia y recogido sintéticamente en el fundamento de derecho segundo de la sentencia del Tribunal Supremo de 20 de Marzo de 1990, amparado en las sentencias que el mismo cita, las del propio Tribunal Supremo de 13 de Octubre de 1986, 12 de Junio de 1987, 17 de marzo de 1988 y del Tribunal Constitucional de 16 de Marzo de 1988, que lo constriñe a la emisión del juicio externo acerca de la observancia de las formalidades esenciales y sometimiento del árbitro a los límites del convenio." Sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra de 31 de Enero de 1990 El procedimiento arbitral puede ajustarse a la voluntad de las partes desde un punto de vista procesal siempre que se observen los principios fundamentales de audiencia, contradicción e igualdad entre las partes. "...Dicho principio de la autonomía de la voluntad aparece recogido expresamente en el artículo 21.1 y debe conectarse con el artículo 5 y 6 ambos de la citada ley de arbitraje. Esta primacía del principio de la autonomía de la voluntad debe coordinarse con las facultades de los árbitros, especialmente en el arbitraje de equidad, y a las que se refieren los artículos 4.2, 25, 26, 28 y 29 de la Ley de Arbitraje. En todo caso, y como previene el artículo 21, 1, deberán respetarse los principios de contradicción, audiencia e igualdad entre las partes."