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Bibliologia

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Bibliología
La Doctrina de la Biblia
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar,
para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin
de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda
buena obra”, (2 Timoteo 3:16-17)
Mundo Bíblico: El Estudio de su
Palabra
Oswaldo Cuadra
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
La Biblia:
Un Libro Único
“Sécase la hierba, marchítese la
flor; más la palabra del Dios
nuestro permanece para
siempre”.
Isaías 40:8
INTRODUCCION
E
l siguiente poema nos retrata la grandeza de la Biblia: “Nacida en
el oriente y vestida de forma e imaginación oriental, la Biblia
anda por todo el mundo con pies familiares, y entra en tierra tras
tierra para hallar la suya en todas partes. Se ha aprendido hablar al corazón del
hombre en centenares de idiomas. Llega al palacio para decirle al monarca que
es un siervo del Altísimo, y luego entra en la casa de campo para asegurarle al
campesino que él es un hijo de Dios. Niños escuchan su relato con admiración y
encanto, y sabios la consideran ser parábola de luz. Contiene una palabra de paz
en la hora de peligro, una palabra de consuelo en el tiempo de calamidad, y
palabra de luz en la hora más obscura. Sus oráculos se repiten en la asamblea
del pueblo; su consejo se susurra en el oído del solitario. A los perversos y
orgullosos les hacen temblar sus amonestaciones, más a los heridos y contritos
les resuena como voz de madre. El desierto y lugar solitario han sido alegrados
por ella, y el fuego del hogar ha alumbrado la lectura de sus páginas bien
hojeadas. Se ha pasado lentamente a nuestros sueños más preciosos para que el
amor, la amistad, la memoria y esperanza, la simpatía y devoción se vistan de la
ropa más bella de su lenguaje atesorado que respira incienso y mirra. ¡La Biblia!
¡La Palabra de Dios!”.
Autor desconocido.
La Biblia: La Palabra de Dios
En palabras elegantes este poema describe la grandeza y singularidad de
la Biblia. La Biblia hoy por hoy es uno de los libros más famosos alrededor del
mundo, su mismo nombre deriva de la palabra griega biblios, que significa libros,
y en este sentido es una colección de 66 libros enmarcados en un solo volumen
que guardan una unidad increíble. Amada y odiada, la Biblia se ha convertido en
un libro que le ha dado la vuelta al mundo transformando miles de vidas a lo largo
de la historia y despertando todo tipo de comentarios. Por ejemplo, el gran
predicador Juan Crisóstomo dijo: “Os amonesto continuamente y no me canso de
amonestaros, que no solamente estéis atentos a lo que se os dice, sino que también
os ocupéis en vuestras casas cuidadosa y diligentemente en la lectura de la
Sagrada Escritura. Esto he encarecido constantemente a los que han hablado
privadamente”, Orígenes, un padre de la iglesia asevero: “Nuestras
aseveraciones y discursos no tienen ningún peso; las Escrituras son los testigos
que no podemos recusar”. Abraham Lincoln declaro: “Creo que la Biblia es el
mejor don que Dios jamás haya dado a los hombres. Todo el bien que emana del
Salvador del mundo se nos comunica a través de este libro”. Michael Faraday,
uno de los más grandes científicos del siglo XIX dijo: “¿Por qué se extraviarán
los hombres cuando tienen este bendito libro de Dios para guiarlos?”. John
Adams, el segundo presidente de Estados Unidos, dijo respecto a la Biblia: “La
he examinado toda, tanto como mi esfera limitada, mis medios enderezados, y mi
vida activa me la dejan examinar, y hallo como resultado que la Biblia es el mejor
libro en el mundo. Contiene más de mi poca filosofía que todas las bibliotecas
que he visto, y las partes de ella que no puedo reconciliar con esa poca filosofía,
las aplazo para una investigación futura”. John Quincy Adams el sexto
presidente de Estados Unidos, dijo, “Hablo como un hombre del mundo a los
hombres del mundo, y les digo: Escudriñad las Escrituras. La Biblia es un libro
sobre todos los otros para ser leído en todas las edades y en todas las condiciones
de la vida humana; no para ser leído una o dos veces y luego ser puesto a un
lado, mas es de ser leído en porciones pequeñas de uno o dos capítulos cada día”.
Tomás Jefferson dijo lo siguiente en cuanto a la Biblia, “Siempre he dicho, y
seguiré diciendo, que la lectura cuidadosa del Sagrado Volumen nos hará
ciudadanos, esposos y padres de los mejores”. Sir Isaac Newton comento: “Hay
más señales de autenticidad en la Biblia que en la historia profana alguna.
Reconocemos en las escrituras de Dios la más sublime filosofía”. Todos estos
comentarios realizados por eminentes personajes de la historia, y muchos otros
más son un contundente testimonio de lo impactante que este libro sagrado ha
sido alrededor del mundo y a lo largo de la historia, y por ello el profeta Isaías
declaraba lo inmutable y eterno de las declaraciones de la palabra de Dios:
“Sécase la hierba, marchítese la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece
para siempre”, (Isaías 40:8). En esta ocasión estudiaremos una de las ramas de la
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
teología que todos deberíamos estudiar, y esta es la bibliología, que es el estudio
de todos los aspectos de la palabra de Dios, es decir, se estudian las evidencias
externas e internas de la inspiración de la Escritura, sus divisiones, su origen, el
canon bíblico, los libros apócrifos entre otros temas, todos orientados a
demostrarnos que la Biblia es más que un libro humano, es la palabra de Dios.
UN LIBRO ÚNICO
La Biblia:
Revelada, inspirada, iluminada e
interpretada
S
i comparamos los diferentes libros sagrados que ciertas culturas
han adoptado nos daremos cuenta que la Biblia los supera a todos
ellos. Siendo el libro más traducidos a cientos de idiomas y
dialectos, el más impreso alrededor del mundo, que ha sobrevivido a lo largo de
la historia de la humanidad, su libro más antiguo data de 1400 a.C. y su
preservación asombra a todos aquellos que lo consideran. Ha sido un libro muy
perseguido y criticado, han tratado de destruirlo y callarlo, pero lejos de perder
popularidad, la Biblia sigue influyendo en miles de personas hoy en día. Se han
escrito miles de libros acerca de ella y su poder transformador es indiscutible. Por
tal motivo la Biblia es un libro único.
La Biblia es única en su origen. Fue escrito en un periodo de 1600 años
a lo largo de 60 generaciones y por no menos de 40 autores de diferentes
trasfondos culturales incluyendo reyes, pastores, eruditos, pescadores, publicanos,
estadistas, ganaderos, poetas, etc. Fue escrito en diferentes lugares: el desierto, en
cárceles, durante largos viajes, en casas, en palacios y otros lugares en diferentes
épocas y estados de ánimo en tres idiomas: el hebreo, el arameo y el griego. Su
contenido es precioso, su historia incuestionable, su arqueología impresionante,
su poesía bella, sus profecías exactas, su tema principal es Cristo, invaluable, y su
beneficio eterno para el hombre es la salvación. Por todo esto y mucho más, la
Biblia es un libro único.
La Biblia: La Palabra de Dios
“Abre mis ojos, y miraré las
maravillas de tu ley”.
Salmo 119:18
INTRODUCCIÓN
L
a Biblia es declarada la palabra de Dios y es la forma favorita del
Señor de hablarle al hombre en estos postreros días. Los 39
artículos de fe de la Iglesia de Inglaterra dicen: “La Sagrada
Escritura contiene todas las cosas necesarias para la salvación, de manera que
todo lo que no se dice en ella, ni puede ser demostrado por ella, no debe ser
requerido por ningún hombre, que deba ser creído como artículo de fe, ni ser
considerado preciso ni necesario para la salvación”. Por tanto, en ella es donde
se encuentran escondidos los grandes misterios de nuestro Señor y como el
salmista deberíamos pedirle a Dios el entendimiento para conocerlos: “Abre mis
ojos, y miraré las maravillas de tu ley”, (Salmo 119:18). Sin embargo, hay cuatro
términos que no debemos confundir al momento de su estudio. Estos son la
revelación, la inspiración, la iluminación e interpretación. Veamos en que consiste
cada uno.
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
LA REVELACIÓN
“Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo os enseño, para que
los ejecutéis, y viváis, y entréis y poseáis la tierra que Jehová el Dios de vuestros
padres os da. No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella,
para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno”.
Deuteronomio 4:1-2
L
a palabra revelación es de origen latino que significa develar, y a
su vez proviene del griego apokalupsis (ἀποκάλυψις) que
significa “descubrir o revelar”, es decir, “retirar el velo o
cubierta de algo que está oculto”. La revelación significa la proclamación de la
misma palabra de Dios la cual se encuentra registrada en el canon bíblico. Esta
revelación involucra todo lo concerniente a lo que Dios ha querido mostrarnos
respecto a su misma persona y obras. Respecto a esto J. Oliver Bruswell Jr. dice:
“La doctrina de la revelación, en la teología cristiana, es que Dios se ha dado a
conocer al hombre así como las verdades pertinentes a sí mismo”. Si
consideramos esta definición, podemos concluir que ya no hay más revelación
aparte de la Biblia. Lo que Dios ha dicho a quedado registrado en su palabra por
lo que no se espera que exista otra revelación aparte de esta. En Deuteronomio
4:1-2 el Señor advierte lo grave que es añadir o disminuir a esta palabra, tal y
como algunas sectas como los mormones o testigos de Jehová han hecho. El libro
de Apocalipsis arroja una maldición para aquellos que se atrevan a quitar o
agregar a las palabras de su profecía: “Yo testifico a todo aquel que oye las
palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios
traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de
las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida,
y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”, (Apocalipsis
22:18-19).
LA INSPIRACIÓN
El apóstol Pablo nos dice en 2 Timoteo 3:16-17 que toda la Escritura en
si es inspirada por Dios: Toda la Escritura es inspirada por Dios. La palabra que
Pablo utiliza aquí para inspiración es theopneustos, la cual se traduce como soplo,
o el aliento de Dios, dando a entender que la Biblia ha sido exhalada por Dios.
Esta Escritura tiene como objeto cambiar a su lector y hacerlo perfecto para toda
buena obra: “… útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir
en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra”. También el apóstol Pedro nos habla de la inspiración de
las Escrituras: “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino
que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu
Santo”, (2 Pedro 1:21). Queda claro que no fueron los hombres que hablaron por
su propia iniciativa, sino que fue el Espíritu Santo el cual los inspiro a hacerlo.
Con respecto a la forma de como la inspiración se dio, se tienen las
siguientes teorías:
Inspiración verbal plenaria e inerrable.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
2 Timoteo 3:16-17
La Biblia: La Palabra de Dios
E
l segundo término que debemos conocer es la palabra inspiración.
La inspiración de las Sagradas Escrituras no es un término
teológico que los eruditos han creado, más bien es una doctrina
que la misma Biblia enseña. Lewis Sperry Chafer la define de la siguiente manera:
“La inspiración de la Biblia se define como una enseñanza que Dios ha impartido
directamente a sus autores y que, sin destruir ni anular su propia individualidad,
su estilo literario o intereses personales, Dios ha transmitido en la misma su
completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado registrado por sus autores
humanos”. En este sentido la inspiración es la influencia del Espíritu Santo sobre
los autores humanos para que escribiesen lo que Dios desea decir, sin anular su
estilo literario. Por tanto, la revelación y la inspiración son dos conceptos
completamente diferentes pero complementarios. La revelación el en si la palabra
de Dios, pero la inspiración es lo que nos garantiza que esa revelación nos llega
sin ningún error. Charles Hodge lo dice de esta forma: “El objeto de la revelación
es comunicar conocimiento. El objeto o designio de la inspiración es asegurar la
infalibilidad en la enseñanza”.
Esta postura es la más aceptada entre los teólogos conservadores que
afirman la completa inspiración de la Biblia. Por inspiración verbal se quiere
significar que el Espíritu de Dios fue quien guio la elección de las palabras usadas
en los escritos originales, sin llegar a anular el estilo literario, personalidad y
vocabulario del escritor. Por ello la Biblia, aunque es la palabra inspirada por Dios
contiene diferentes estilos literarios y nos muestra los pensamientos y emociones
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
de sus autores humanos. Sin embargo, la parte humana no anula la parte divina de
la Biblia, de allí que se hable de inspiración plenaria la cual establece que la
inspiración de parte de Dios es completa, y que, sin anular el factor humano, el
Espíritu Santo hablo exactamente lo que quería hablar. Por ello se dice que la
Biblia es un libro divino y humano a la vez. Finalmente, la inspiración de la
Biblia es Inerrable, ya que no comete errores de ninguna índole, no se contradice,
no tiene datos equivocados.
Teoría mecánica o del dictado
Esta teoría supone que la inspiración de las Sagradas Escrituras se dio
por medio del dictado, donde Dios les dicto palabra por palabra todo lo que Él
quería que escribiesen. No obstante, esta teoría presenta un problema. Si esto fuera
así, toda la Biblia contara con el mismo estilo literario y vocabulario, lo cual no
es así.
La teoría del concepto
Esta teoría enseña que Dios inspiró el concepto, pero no las palabras
precisas. Esta opinión, no obstante, presenta graves problemas ya que si los
autores humanos no comprendieron con precisión el concepto divino pudieron
introducir errores al Canon Sagrado, invalidando así la inspiración del mismo.
Inspiración parcial
Esta teoría supone que la Biblia es inspirada solo en partes, por lo que
existen partes de ella que solo es historia, cultura o ciencia que no es inspirada por
Dios. Al igual que la teoría anterior, esta contradice la doctrina que toda la
Escritura es inspirada por Dios.
Inspiración naturalista
Esta teoría es la más extrema y atea de todas. Los que creen en ella dicen
que la Biblia no es un libro inspirado por Dios, sino un tratado de historia, cultura
y religión judía, como lo son el Corán del Islam, el Popol Vuh de los Mayas o los
Vedas de los hindúes. Esta teoría niega que la Biblia sea un libro divinamente
inspirado.
La Biblia: La Palabra de Dios
LA ILUMINACIÓN
“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas
del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció
las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el
espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo
que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas
por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo
espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se
han de discernir espiritualmente”.
1 Corintios 2:10-14
E
l tercer concepto que debemos conocer es la iluminación. Myer
Pearlman define la iluminación como “la influencia ejercida por
el Espíritu Santo, el cual es común a todos los creyentes y les
faculta comprender las verdades divinas”. Por tanto, la iluminación es la acción
del Espíritu Santo como Maestro sobre el creyente para que sea capaz de
comprender las verdades espirituales de la palabra de Dios. En 1 Corintios 2:1014 el apóstol nos dice que las cosas que se encuentran escritas en la Biblia no
pueden ser comprendidas por la mente humana, sino solo por la acción del
Espíritu Santo quien es el verdadero autor de ellas y las conoce perfectamente.
Mientras el Espíritu no ilumine la vida de los seres humanos, su palabra no tendrá
efecto alguno, y esta no debe confundirse con la inspiración. Charles Hodge nos
explica bien las diferencias entre inspiración e iluminación: “La inspiración, por
ello, no se debe confundir con iluminación espiritual. Difieren, primero, en
cuanto a sus sujetos. Los sujetos de la inspiración fueron unas pocas personas
seleccionadas; los sujetos de la iluminación espiritual son todos los verdaderos
creyentes. Y segundo, difieren en cuanto a su designio. El designio de la primera
es hacer a ciertos hombres infalibles como maestros; el designio de la segunda
es hacer a los hombres santos”.
Podemos ver el efecto de esta iluminación gloriosa en los dos discípulos
que iban camino a Emaús, los cuales no comprendían la razón por la cual Jesús
había sido entregado en manos de pecadores, sin embargo, sin saberlo, el mismo
Jesús se les apareció en el camino y sin reconocerlo, les explico detalladamente
todo lo concerniente a lo que las Escrituras hablaban acerca de Él: “Entonces él
les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara
en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”, (Lucas 24:25-27).
Finalmente, antes que lo reconocieran Jesús se les desapareció, pero fue la acción
de la iluminación que les permitió comprender estas palabras: “Entonces les
fueron abiertos los ojos, y le reconocieron; mas él se desapareció de su vista. Y
se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos
hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”, (Lucas 24:31-32).
También tenemos el ejemplo de Lidia, la vendedora de purpura de
Filipos, la cual, por acción del Espíritu Santo, fue capaz de estar atenta y
comprender las enseñanzas del apóstol Pablo: “Entonces una mujer llamada
Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba
oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que
Pablo decía”, (Hechos 16:14). Por tanto, sin la iluminación del Espíritu Santo los
hombres somos incapaces de comprender las Sagradas Escrituras, por ello el Dr.
J. Vernon McGee dijo: “Sólo el Espíritu de Dios puede abrir los entendimientos
y corazones suyos para que vean y acepten a Cristo, y que confíen en Él como su
Salvador”.
LA INTERPRETACIÓN
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene
de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.
2 Timoteo 2:15
L
a interpretación tiene que ver con la explicación que como seres
humanos le damos a las diferentes doctrinas y partes de las
Sagradas Escrituras. Ahora bien, por ser seres diferentes en
cuanto a nuestro raciocinio, existen diferentes interpretaciones que le podemos
dar a algunas partes de la Biblia y esa es la razón por la cual existen presbiterianos,
metodista, bautistas, pentecostales, etc. En teología existe una disciplina que nos
ayuda a interpretar correctamente las Sangradas Escrituras, esta es la
Hermenéutica la cual analiza el contexto histórico, cultural, tiempo y
características literarias del texto para poder dar la mejor interpretación del texto.
Charles S. Chafer lo dice de esta manera: “Al recibir la revelación que proviene
a través del Espíritu Santo, en la forma en que El enseña la Palabra de Dios a un
creyente en Cristo, los problemas de interpretación de la Biblia se hacen
evidentes. Son necesarias ciertas reglas básicas si se tiene que comprender la
La Biblia: La Palabra de Dios
ciencia de la interpretación, llamada hermenéutica”. Aun con todo eso, algunas
doctrinas presentan diferentes puntos de interpretación, como el calvinismo que
asegura que la salvación no se pierde y el arminianismo que dice que si se pierde
la salvación. Los pentecostales creen en el bautismo del Espíritu Santo, y lo
diferencia de la morada del Espíritu Santo, mientras que los bautistas afirman que
las dos cosas son las mismas. Algunos creen que la iglesia pasara por la gran
tribulación, otros aseguran que no. Unos creen que el milenio tendrá lugar después
de la gran tribulación, otros opinan que no habrá milenio. Y en general, para una
doctrina específica podemos encontrar diferentes puntos de vista y esto vuelve a
la teología polémica en algunos temas.
Ahora bien, todo esto no debe de extrañarnos ya que aún desde los
comienzos de la iglesia han existido conflictos de interpretación. Quizás el mejor
ejemplo lo vemos en la posición de la salvación que sostenía Pablo y la iglesia en
Jerusalén. Por ejemplo, Pablo siempre enseño que el hombre era salvo sin las
obras de la ley: “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las
obras de la ley”, (Romanos 3:28). Sin embargo, la iglesia en Jerusalén
consideraba importante que el creyente en Cristo continuara practicando fielmente
la ley: “Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves,
hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por
la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que
están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a
sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de
cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre
nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo,
purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos
comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú
también andas ordenadamente, guardando la ley”, (Hechos 21:20-24).
En cuanto a todo esto, siempre abran diferencias en cuanto a la forma de
interpretar algunas doctrinas o partes de la Biblia, sin embargo, debemos ser
cuidadosos que estas no vayan en contra de las doctrinas fundamentales
relacionadas con la salvación por gracia o la divinidad de cualquier persona de la
Trinidad ya que a partir de allí estaríamos desviando en una herejía. Por ello,
debemos pedirle a Dios que nos ilumine y de la sabiduría para poder interpretar
correctamente las Sagradas Escrituras: Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra
de verdad”, (2 Timoteo 2:15).
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
La Biblia:
Palabra de Dios
(Jeremías 1:11), “Así ha dicho Jehová de los ejércitos…”, (Zacarías 8:20), o
“Profecía de la palabra de Jehová…”, (Malaquías 1:1), y otras expresiones
similares ocurren no menos de 600 veces en el Antiguo Testamento haciendo
referencia que no es la palabra de un profeta humano, sino la del Señor.
“La ley de Jehová es
perfecta, que convierte el
alma; el testimonio de
Jehová es fiel, que hace
sabio al sencillo”.
Proverbios 19:7
INTRODUCCIÓN
L
a Biblia es declarada la palabra de Dios. Esta afirmación significa
que leer la Biblia es conocer las propias palabras del Dios
Todopoderoso contrario a cualquier libro de invención humana.
Esta es llamada la Ley de Jehová, o el testimonio de Jehová, la ley de Moisés, los
preceptos de Jehová, las Sagradas Escrituras, la palabra de Cristo, el pacto de
Jehová, la palabra de Dios, etc. Todos estos posesivos nos hacen referencia a
comprender que esta palabra ha sido emitida por Dios mismo. Veamos las
evidencias que respaldan esta afirmación.
EVIDENCIAS INTERNAS
E
n Proverbios 19:7 se declara: “La ley de Jehová es perfecta, que
convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio
al sencillo”, donde el posesivo “de”, no solo señala al dueño sino
al autor mismo de la palabra. En este sentido se entiende que el autor de esta
palabra que conocemos como Biblia es Dios. Lo vemos en las palabras de los
profetas del Antiguo Testamento que hablaron no sus propias palabras, sino las
de Dios al comenzar con las expresiones: “Porque así dijo Jehová el Señor, el
Santo de Israel…”, (Isaías 30:15), “La palabra de Jehová vino a mí, diciendo…”,
La Biblia: La Palabra de Dios
También nuestro Señor Jesús se ratificó la veracidad de la Biblia al decir
que había venido a este mundo a cumplirla y que ni una sola tilde pasaría sin que
esta se cumpliese: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas;
no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta
que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que
todo se haya cumplido”, (Mateo 5:17-18). También hizo referencia a la ley de
Moisés (el actual Pentateuco), los libros proféticos y los Salmos como Escritura
inspirada por Dios las cuales daban testimonio de Él: “Y les dijo: Estas son las
palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se
cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en
los salmos”, (Lucas 24:44). En general, Jesús confirmo que el Antiguo
Testamento era la palabra de Dios al corroborar las historias que se encuentran
registradas allí, tal y como lo explica Charles Ryrie: “El reconoció que Adán y
Eva fueron creados por Dios, que fueron dos seres vivientes, no meramente
símbolos del hombre y las mujeres (Mateo 19:3–5; Marcos 10:6–8). Verificó los
eventos conectados con el diluvio de los días de Noé; específicamente, que existió
un arca y que el diluvio destruyó a todos los que no estaban en esa arca (Mateo
24:38–39; Lucas 17:26–27). En dos ocasiones separadas, autenticó la
destrucción de Sodoma llevada a cabo por Dios, y la historicidad de Lot y su
esposa (Mateo 10:15; Lucas 17:28–29). El aceptó como verídica la historia de
Jonás y el gran pez (Mateo 12:40) y reconoció la historicidad de Isaías (12:17),
Elías (17:11–12), Daniel (24:15), Abel (23:35), Zacarías (23:35), Abiatar
(Marcos 2:26), David (Mateo 22:45), Moisés y sus escritos (8:4; Juan 5:46),
Abraham, Isaac, y Jacob (Mateo 8:11; Juan 8:39)”. Todo esto nos enseña que
Jesús confirmo que verdaderamente la Biblia es la palabra de Dios.
En las cartas del Nuevo Testamento, tenemos los versículos de 2 Timoteo
3:16-17 y 2 Pedro 1:21 los cuales testifican la inspiración divina de la Biblia, tal
y como ya lo hemos visto. A parte de eso, el apóstol Pedro pone las cartas paulinas
al mismo nivel que las Sagradas Escrituras: “tened entendido que la paciencia de
nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo,
según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas,
hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de
entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Escrituras, para su propia perdición”, (2 Pedro 3:15-16). En general, estos
versículos y muchos más nos testifican que la Biblia es la palabra de Dios.
EVIDENCIAS EXTERNAS
L
ewis S. Chafer dijo: “La Biblia no es la clase de libro que el
hombre escribiría si pudiera, o que podría escribir si quisiera
hacerlo”. Esto es una verdad contúndete que se concluye al
verificar las evidencias externas que hace que este libro sobresalga sobre cualquier
otro libro escrito en esta tierra. Entre las evidencias externas que demuestran este
hecho podemos mencionar las siguientes:
Su traducción.
La Biblia es el primer libro en ser traducido en el mundo, la versión
Septuaginta o versión de los 70 es la traducción que se hizo en Alejandría del
Antiguo Testamento del hebreo al griego en el año 250 a.C. desde entonces se ha
traducido a centenares de idiomas y dialectos, ya sea toda ella o porciones de la
misma. Hasta el 2011 se había contabilizado una población mundial de 6.5 mil
millones de habitantes con 6912 idiomas hablados en el mundo. Hasta este año se
contabilizaba 471 idiomas o dialectos a los cuales se había traducido la Biblia
completa, 1223 al Nuevo Testamento y 1002 porciones de ella, y este dato sigue
creciendo. Si consideramos estos datos nos daremos cuenta que no existe otro
libro que se compare en traducciones a la Biblia, mostrándonos las estadísticas
que esta singularidad muestra que detrás de este libro hay una influencia divina.
Su supervivencia.
Otra evidencia externa que demuestra que la Biblia es la palabra de Dios
es su supervivencia a lo largo del tiempo. No existe un libro que haya sido tan
perseguido y atacado como la Biblia. Desde los emperadores romanos hasta el
mismo comunismo ha tratado de destruirla permanentemente, pero sin resultado
alguno. Voltaire, un destacado incrédulo francés que murió en 1778 dijo que 100
años después de su muerte el cristianismo desaparecería. Lo irónico fue que
después de su muerte, 50 años después la Sociedad Bíblica de Génova utilizo su
prensa y casa para producir cientos de Biblia. Hoy en día Voltaire ha pasado a la
historia y la Biblia continúa circulando alrededor del mundo. También tenemos el
ejemplo de Diocleciano, un emperador romano que promulgo un edicto donde
condenaba al cristianismo y ordenaba la destrucción por fuego de todas las
Biblias. Irónicamente, 25 años después, Constantino el nuevo emperador romano
La Biblia: La Palabra de Dios
comisiono a Eusebio para que preparara 50 ejemplares de la Biblia a expensas del
mismo gobierno. En la década de los 80’s se levantó una nueva corriente de
pensamiento que tenía como objetivo ridiculizar a la Biblia usando la ciencia para
ello a lo cual se le conoció como el alta critica. En aquel entonces condenaron a
la Biblia y afirmaron que en pocos años dejaría de ser popular. Hoy en día
podemos darnos cuenta de que eso no ocurrió y que la Biblia sigue reinando como
el libro de mayor circulación en el mundo. Así, la Biblia ha sobrevivido a muchos
otros ataques donde han tratado de quemarlas, destruirla, criticarla, ridiculizarla o
prohibirla, pero hasta hoy su supervivencia muestra la poderosa mano de Dios
obrando en ella.
La arqueología.
La arqueología es una ciencia que da fiel testimonio de la veracidad de
la Biblia al corroborar la existencia de ciudades, culturas, lugares y personajes
bíblicos cuya existencia era cuestionada por el mundo académico y descartado a
menudo como mito. Aunque han tratado de usar la arqueología para desmentirla,
con el tiempo nos ha ayudado a corroborar su veracidad. Por ejemplo, la alta
crítica desmintió la aseveración que el Pentateuco fue escrito por Moisés en el
periodo del Éxodo basándose en que para esa época no existía todavía un sistema
de escritura que permitiera elaborar estos documentos. Esto se conoció como la
teoría documentaria que afirmaba que el Pentateuco se escribió en tiempos del
exilio judío y que era la recopilación de 4 documentos llamados: los documentos
J.E.P.D (Yavista, Elohista, Sacerdotal, Deuteronómico). Sin embargo, entre 1901
y 1902 J. Margan descubrió el código de Hammurabi, que no era más que un
bloque de piedra negra de 2.25 metros de alto por 1.65 metros de circunferencia
en la parte alta y 1.90 metros en su parte baja. Este posee una escritura cuneiforme
y es ubicada entre el año 2057 y 1758 a.C., fecha aún más antigua que el mismo
Pentateuco, desmintiendo la teoría de la alta crítica que negaba un sistema de
escritura para esta época y favoreciendo la postura bíblica en cuanto a la fecha de
elaboración de los cinco libros de la ley.
También la alta crítica llego a negar la existencia de los hititas, una
civilización antigua que tiene una participación en los libros del Antiguo
Testamento. Se los menciona en Génesis 15:20 como un pueblo que habitó la
tierra de Canaán, aparecen en 1 Reyes 10:29 donde se dice que compraron
carrozas y caballos al rey Salomón, y Urías el Heteo el esposo de Betsabé fue
también un hitita. Antes del siglo XIX no se conocía nada acerca de esta
civilización, pero en 1876, un descubrimiento cambio todo. El británico A. H.
Sayce, encontró inscripciones talladas en rocas en Turquía. Sospechó que podrían
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
ser evidencia de la nación hitita. Diez años más tarde, se encontraron más tablas
de arcilla en Turquía, en un lugar llamado Boghaz-koy. El experto en escritura
cuneiforme alemán Hugo Winckler investigó las tablas y comenzó su propia
expedición al sitio en 1906 descubriendo cinco templos, una ciudadela fortificada
con varias esculturas enormes y 10 mil tablas de arcilla entre las cuales estaba el
registro del tratado entre Ramsés II y el rey hitita. Esto corroboraba que realmente
la nación hitita existió.
Otra historia bíblica que se ha criticado es la de Sodoma y Gomorra,
asegurando algunos que jamás ocurrió. La Biblia habla mucho acerca de Sodoma
y Gomorra (Deuteronomio 29:23; Isaías 13:19; Jeremías 49:18, Mateo 10:15; 2
Pedro 2:6 y Judas 1:7). La historia de su destrucción con fuego y azufre aparece
en Génesis 19 y su ubicación es dada en Génesis 14:3, en el valle de Sidim,
conocido como el Mar Salado, otro nombre para el Mar Muerto. En 1924, el Dr.
William Albright, excavó en este sitio en busca de Sodoma y Gomorra y años más
tarde, entre 1965 y 1973 los arqueólogos descubrieron un muro de 60 cm. de
ancho alrededor de la ciudad, junto con numerosas casas y un gran templo. Fuera
de la ciudad había grandes sitios de sepultura donde se desenterraron miles de
esqueletos. Esto reveló que la ciudad había estado bien poblada durante la baja
Edad de Bronce, alrededor del tiempo en que habría vivido Abraham. Entre las
cosas que más llamaron la atención de este descubrimiento fue la evidencia de un
gigantesco incendio que había destruido la ciudad. Yacía sepultada bajo un manto
de cenizas de más de un metro de altura. Un cementerio a un kilómetro de
distancia de la ciudad contenía restos carbonizados de techos, postes y ladrillos
enrojecidos por el calor, lo cual corrobora la historia bíblica de Sodoma y
Gomorra.
También la arqueología ha ayudado a apoyar la historia de cómo fue
conquistada Jericó y sus muros que cayeron. Cuatro arqueólogos destacados han
excavado en el sitio: Carl Watzinger (1907-1909), John Garstang (finales de
1930), Kathleen Kenyon (1952-1958) y, últimamente Bryant Wood. Entre los
hallazgos descubrieron que Jericó tenía un sistema de fortificaciones
impresionante. Un muro de retención de cinco metros de altura rodeaba la ciudad.
Encima del muro, había un muro de ladrillos de unos dos metros y medio,
fortalecido por detrás por un murallón de tierra. Se encontraron estructuras
domésticas detrás de este primer muro. Otro muro de ladrillos circundaba el resto
de la ciudad. Las estructuras domésticas que se encontraron entre ambos muros
son consistentes con la descripción del alojamiento de Rahab en Josué 2:15.
También encontraron que, en una parte de la ciudad, había grandes pilas de
ladrillos indicando un desmoronamiento repentino de las fortificaciones las cuales
La Biblia: La Palabra de Dios
formaban una rampa mediante la cual un invasor podría entrar fácilmente en la
ciudad validando así la invasión de Israel a la ciudad una vez los muros cayeron
(Josué 6:20). Aparte de esto se encontró una espesa capa de hollín indicado que
la ciudad fue destruida por fuego, según se describe en Josué 6:24. Por tanto, la
evidencia arqueológica apoya el relato bíblico de como cayo Jericó.
Finalmente, tenemos uno de los personajes más famosos en la Biblia, el
rey David, el cual, aparte de la Biblia no existía otro registro arqueológico que
comprobara su existencia hasta 1993 donde el Dr. Avraham Biran excavando en
Tekk Dan, al norte de Galilea descubrió una plaza real y entre las ruinas una estela
de piedra de basalto negro que contenía inscripciones en arameo. La estela
contenía trece líneas de escritura, pero ninguna de las frases estaba completa.
Algunas de las líneas tenían solo tres letras, mientras que la más ancha contenía
catorce. Las letras que quedaban estaban grabadas claramente y eran fáciles de
leer. Dos de las líneas contenían las frases “el rey de Israel” y “casa de David”.
Con esto, la arqueología estaba añadiendo una evidencia más que corroboraba la
existencia del rey David, aparte de lo que la Biblia dice.
Así la arqueología ha ayudado a dar evidencias externas que comprueban
que verdaderamente la Biblia es la palabra de Dios.
El cumplimiento exacto de sus profecías.
Si consideramos el cumplimiento exacto de las profecías bíblicas nos
daremos cuenta de que no hay otro libro donde se cumpla la predicción de hechos
futuros como la Biblia lo presenta. El cumplimiento exacto de ellas es un fiel
testimonio de que la Biblia es la palabra de Dios. En la Biblia encontramos
algunos de profecías que fueron dadas en un momento determinado y años más
tarde se cumplieron. Por ejemplo, vemos el caso de la maldición de aquel que se
atreviera a edificar Jericó:
“En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová
el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su
primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus
puertas”.
Josué 6:26
Años más tarde vemos su fiel cumplimiento: “En su tiempo Hiel de Betel reedificó a Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
cimiento, y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas, conforme
a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Nun”, (1 Reyes 16:34).
También tenemos la palabra profetizada por un profeta de Judá contra
Jeroboam acerca de las fuertes reformas que Josías haría en la nación:
“Aquél clamó contra el altar por palabra de Jehová y dijo: Altar, altar, así ha
dicho Jehová: He aquí que a la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el
cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos que queman sobre
ti incienso, y sobre ti quemarán huesos de hombres”.
1 Reyes 13:2
Muchos años después el rey Josías cumplía esta profecía: “Asimismo
profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano
derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de Israel había
edificado a Astoret ídolo abominable de los sidonios, a Quemos ídolo abominable
de Moab, y a Milcom ídolo abominable de los hijos de Amón. Y quebró las
estatuas, y derribó las imágenes de Asera, y llenó el lugar de ellos de huesos de
hombres”, (2 Reyes 23:13-14).
El cumplimiento de las profecías de la Biblia sobre Babilonia son otro
ejemplo de la exactitud de las mismas, estas se encuentran registradas en Isaías
13; 14:1-23; 21:1-10; 46:1,2; 47:1-3 y Jeremías 51:37. En Jeremías 51:37 se
afirmó que Babilonia vendría a ser unos montones de ruinas, y esto es literalmente
lo que ha venido a ser. Darío destruye Babilonia en el 520-519 a.C. y otra vez en
el 514, Babilonia se rebela contra Darío Histospes, que le venció ambas veces y,
finalmente, la destruyó. Seleuco Nicatór, que conquistó la ciudad el 312 a.C.
aceleró la decadencia. Hizo gran uso de los materiales de construcción que halló
en Babilonia para construir Seleucia, su nueva capital, a orillas del Tigris.
Otra fabulosa profecía que la historia comprueba su exacto cumplimiento
es la profecía contra Tiro. Ezequiel declaro cuando Tiro estaba en su apogeo: “Y
demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres; barreré de ella hasta su
polvo, y la dejaré como una peña lisa. Tendedero de redes será en medio del mar,
porque yo he hablado, dice Jehová el Señor ... y pondrán tus piedras y tu madera
y tu polvo en medio de las aguas ... Y te pondré como una peña lisa ... nunca más
serás edificada; porque yo Jehová he hablado”, (Ezequiel 26:4, 5; 12-14). Años
después de haberse escrito esta profecía, el gran Nabucodonosor de Babilonia
trajo su ejército contra Tiro y sitió la ciudad. Durante 13 años la ciudad de Tiro
resistió los esfuerzos del rey de Babilonia. Finalmente, los muros de la ciudad se
La Biblia: La Palabra de Dios
derrumbaron y las huestes del ejército babilonio entraron en la ciudad y mataron
al resto de sus habitantes a filo de espada. Millares de ellos, sin embargo, habían
huido mar adentro en embarcaciones, para formar la nueva ciudad de Tiro en una
isla situada a menos de un kilómetro en el Mediterráneo. Por tanto, la profecía se
cumplió sólo en parte. Sin embargo, la palabra de Dios era firme en cuanto a su
fin: y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas. Esta
profecía se cumplió completamente cuando Alejandro Magno la conquisto, y
ordeno destruirla totalmente, con el fin de construir una calzada en medio del mar,
por lo que la ciudad de Tiro fue derribada y literalmente su polvo, piedras y
maderas fueron arrastrados para lograr este fin. Así la gran Tiro se convirtió en
una peña lisa.
El tiempo nos faltaría para hablar acerca de las profecías contra Edom,
las 70 semanas de Daniel, el fiel cumplimiento de las profecías mesiánicas que
anunciaban el primer advenimiento de Jesús, y muchas otras que ante nuestros
ojos se están cumpliendo y testifican la veracidad de la Biblia como palabra de
Dios.
La Biblia:
Sus divisiones
“Y les dijo: Estas son las
palabras que os hablé,
estando aún con
vosotros: que era
necesario que se
cumpliese todo lo que
está escrito de mí en la
ley de Moisés, en los
profetas y en los
salmos”.
Lucas 24:44
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
INTRODUCCIÓN
4.
L
a Biblia está compuesta por 66 libros, y estos a su vez se dividen
en 39 en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo Testamento.
Ambas secciones están divididas por un periodo de silencia de
aproximadamente 400 años que se conoce como periodo inter-testamentario que
inicia con Malaquías, el ultimo profeta del Antiguo Testamento, y termina con la
aparición de Juan el Bautista predicando en el desierto. Aparte de las dos
divisiones generales de Antiguo y Nuevo Testamento, la Biblia posee
subdivisiones que enmarcan los diferentes libros de esta. Por ejemplo, aun en los
tiempos de Jesús se manejaban estas secciones tal y como lo declaro Jesús al
mencionar las divisiones de la Biblia hebrea: “…la ley de Moisés, en los profetas
y en los salmos”, (Lucas 24:44). En esta sección veremos las divisiones de ambos
testamentos, así como su principal tema, autores y fechas en las que se escribieron.
Libros Proféticos. En estos el Señor revela sus bendiciones, juicios y
promesas. Esta sección se divide a su vez en Profetas Mayores donde se
incluye a Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel, y
Profetas Menores que son Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas,
Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, y Malaquías.
El Pentateuco
Tema
Libro
Génesis
Éxodo
Levítico
ANTIGUO TESTAMENTO
L
a palabra testamento tiene una raíz del latín Testamentum que a
su vez se tradujo de la palabra pacto, tanto en el hebreo que es
berit (‫) ִרית‬, como en el griego que es diazéke (διαθήκη). Un
testamento es un pacto, un acuerdo o una última voluntad. Por tanto, el Antiguo
Testamento es el acuerdo que Dios hizo con los israelitas, comprende todas sus
leyes y está basado en el pacto que realizo con Abraham.
Si consideramos
las divisiones del Antiguo Testamento, la iglesia del Señor ha llegado a establecer
las siguientes:
1.
2.
3.
El Pentateuco. En griego Pentateuco es una palabra compuesta donde,
penta significa “cinco”, y teucos significa “rollo” o “libro”. Pentateuco
significa “cinco libros”. Esta división incluye Génesis, Éxodo, Levítico,
Números y Deuteronomio. También el Pentateuco es conocido como los
libros de la Ley o la Ley de Moisés. Estos cinco libros son el fundamento
de la fe hebrea.
Libros Históricos. Presentan el relato del desarrollo y decadencia
espiritual de la nación de Israel. Los libros Históricos son: Josué, Jueces,
Rut, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas,
Esdras, Nehemías y Ester.
Libros Poéticos. Estos libros hacen una presentación del culto al Señor
y la fe personal. En esta sección se incluyen los libros de Job, Salmos,
Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares.
La Biblia: La Palabra de Dios
Números
Deuteronomio
Libro
Josué
Jueces
Rut
1 Samuel
2 Samuel
1 Reyes
El origen de nuestro universo,
la humanidad, el pecado, la
redención, la familia, etc.
La esclavitud, la liberación y
los comienzos de la nación de
Israel.
Las leyes morales,
sacerdotales y civiles
El recorrido de 40 años en el
desierto
La repetición de la ley
Libros Históricos
Tema
La conquista de Canaán y la
repartición de la tierra prometida
Las caídas de Israel en la
idolatría, sus invasiones y
liberación por medio de los
jueces.
La historia de Rut, la ascendiente
de David.
La historia del profeta Samuel, de
Saúl, primer rey en Israel, y
David.
La historia del reinado de David.
El reinado de Salomón y la
historia de los reinos de Judá e
Israel
Autor
Fecha
Tradicionalmente
atribuido a
Moisés
1445-1440
a.C.
Autor
Fecha
Posiblemente
Josué
Desconocido
14051390 a.C.
10431004 a.C.
Desconocido
Incierto
Samuel
1050-750
a.C.
Desconocido
1050-750
a.C.
Posiblemente
Jeremías
590-570
a.C.
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
2 Reyes
1
Crónicas
2
Crónicas
Esdras
Nehemías
Ester
Continuación de la historia de los
reinos del norte y el sur, Israel y
Judá.
Historia casi exclusiva de los
reinos de Judá.
Una continuación de la historia
del reino de Judá, su apostasía y
caída, mezclada de cinco periodos
de reforma.
El regreso de los judíos a
Jerusalén, la reconstrucción del
Templo y las reformas sociales y
espirituales.
La reconstrucción de los muros de
Jerusalén.
La liberación de los judíos por
medio de Ester. La divina
providencia protectora de Dios
sobre su pueblo.
Cantares
Posiblemente
Esdras
430-425
a.C.
Libro
Job
Salmos
Proverbios
Eclesiastés
Los sufrimientos de los justos y
la participación del diablo en
ellos.
Ciento cincuenta canticos y
poemas espirituales que tratan
temas referentes al hombre, el
impío, experiencias religiosas,
la palabra de Dios, los atributos
divinos, el deber de los
gobernantes, etc.
Instrucciones morales para el
hombre.
Las experiencias y reflexiones
de Salomón cuya mente estaba
en conflicto sobre los
problemas de la vida.
La Biblia: La Palabra de Dios
Profetas Mayores
Tema
Libro
Isaías
Esdras
Nehemías
Desconocido
457-444
a.C.
457-444
a.C.
464-435
a.C.
Jeremías
Lamentaciones
Ezequiel
Daniel
Libros Poéticos
Tema
Un poema que simboliza el
amor mutuo de Dios y su
pueblo.
Autor
Fecha
Posiblemente
Moisés
Siglo II
o I a.C.
Libro
David, Asaf, los
hijos de Coré,
Salomón,
Moisés, Agur,
Lemuel
Oseas
1410430 a.C.
Joel
Amos
950-700
a.C.
935 a.C.
Abdías
Salomón
Jonás
Profecías mesiánicas
combinadas con juicios para las
naciones.
La apostasía de Judá y su caída a
manos de Babilonia.
El lamento por la destrucción de
Jerusalén.
Una descripción de la condición
apostata de Judá antes de la
cautividad y predicciones acerca
de la futura gloria y restauración
de la nación.
La soberanía de Dios sobre los
asuntos de los hombres en todas
las épocas.
965 a.C.
Autor
Fecha
Isaías
740-680
a.C.
Jeremías
626-596
a.C.
586-584
a.C.
593-571
a.C.
Jeremías
Ezequiel
Daniel
Profetas Menores
Tema
La apostasía de Israel caracterizada como
adulterio espiritual
Profeta de Judá que hace un llamado al
arrepentimiento de la nación y anuncia el
día del Señor.
Profeta de Judá que amonesta al reino de
Israel por sus pecados y advierte sus
futuros juicios.
Profecías que anuncian el juicio que el
Señor traerá contra Edom y la liberación
final de Israel.
La historia gira alrededor del mismo
profeta el cual termina obedeciendo la
605-530
a.C.
Autor
Fecha
Oseas
750-720
a.C.
830 ó 600
a.C.
Joel
Amos
760 a.C.
Abdías
586 a.C.
Jonás
750 a.C.
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Miqueas
Nahúm
Habacuc
Sofonías
Hageo
Zacarías
Malaquías
voluntad de Dios y profetizando contra
Nínive.
Es una descripción de la condición moral
de Israel y Judá, además se profetiza la
venida del reino mesiánico.
La destrucción final de Nínive y la
liberación de Judá de Asiria.
Su tema principal es contestar a la
pregunta: ¿Cómo puede Dios permitir
que una nación pecadora oprima a Israel?
Anuncios de los juicios venideros sobre
Judá y la gloriosa restauración de Israel.
La amonestación para los judíos que
regresaron del cautiverio que habían
abandonado la construcción del templo y
su futura gloria.
Exhortaciones a reconstruir el Templo y
el triunfo final del reino de Dios.
Descripción de la decadencia espiritual
de Israel en los últimos periodos de la
historia del Antiguo Testamento.
Miqueas
730 a.C.
Nahúm
620 a.C.
Habacuc
612 a.C.
Sofonías
607 a.C.
Hageo
520 a.C.
Zacarías
515 a.C.
Malaquías
430 a.C.
Judea. Es al final de este periodo que surge Juan el bautista, y con él se da inicio
a lo que sería el canon del Nuevo Testamento: “En el año decimoquinto del
imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes
tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de
Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia, y siendo sumos sacerdotes Anás y
Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto”, (Lucas
3:1-2). Es en este periodo que se desarrollan los eventos del Nuevo Testamento,
el cual es el cumplimiento de las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento tal
y como lo expresa el autor de la carta a los Hebreos: “Porque la ley, teniendo la
sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede,
por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer
perfectos a los que se acercan”, (Hebreos 10:1). A partir de aquí, el plan de
salvación de Dios se da a conocer a todo el mundo, tanto a judíos como a gentiles
a través de la persona de Jesucristo en 27 libros. Si consideramos sus divisiones,
podemos enumerar las siguientes para el Nuevo Testamento.
1.
2.
3.
NUEVO TESTAMENTO
E
l Antiguo Testamento era el libro de Dios para los judíos. Ellos
creían que contenía la ley y la voluntad de Dios y que un día
vendría el Mesías que los liberaría de la opresión extrajera, tal y
como lo vemos en Lucas cuando nos habla de la esperanza del anciano Simeón:
“Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo
y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él”,
(Lucas 2:25). La ultimo profeta del Antiguo Testamento fue Malaquías, después
de él Dios guardo silencio y la nación atravesó por un periodo no menor a 400
años donde históricamente ocurrieron varios acontecimiento como el surgimiento
del imperio Greco-Macedonio impulsado principalmente por Alejandro Magno,
la traducción del Antiguo Testamento del hebreo al griego conocida como la
versión Septuaginta, la poderosa influencia de la cultura griega en todas las
naciones, el surgimiento de las sinagogas y las sectas de los fariseos y saduceos,
hasta llegar a la conquista del imperio romano sobre todo el mundo, incluyendo
La Biblia: La Palabra de Dios
4.
5.
Los Evangelios. Comprende a Mateo, Marcos, Lucas y Juan, y cada
uno de ellos presenta una faceta diferente del Mesías, nuestro Señor
Jesús.
Libros Históricos. Únicamente comprende al libro de Hechos de los
apóstoles el cual es una descripción del surgimiento y vida de los
primeros cristianos y los viajes misioneros de Pablo.
Cartas Paulinas. Estas son cartas que Pablo dirigió a iglesias o personas
específicas y son Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y
Filemón.
Cartas universales. Son llamadas universales porque no fueron escritas
a una persona o iglesia específica y estas son Hebreos, Santiago, 1 y 2
Pedro, 1,2 y 3 Juan y Judas.
Libros Proféticos. Únicamente se incluye en esta sección el libro de
Apocalipsis.
Evangelio
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
Evangelios
Tema
Autor
Jesús es el Rey Mesías
Jesús es el Siervo de Dios
Jesús es el Hombre perfecto.
Jesús es Dios
Mateo
Marcos
Lucas
Juan
Fecha
65-70 d.C.
60 d.C.
62 d.C.
85 d.C.
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Libro
Hechos
La historia de la iglesia primitiva
Carta
Romanos
1 Corintios
2 Corintios
Gálatas
Efesios
Filipenses
Colosenses
1 Tesalonicenses
2 Tesalonicenses
1 Timoteo
2 Timoteo
Tito
Filemón
Libros Históricos
Tema
Autor
Lucas
Cartas Paulinas
Tema
El plan de salvación: la
justificación por fe y los
deberes cristianos.
La limpieza de la iglesia de
diversos males e instrucciones
doctrinales
Las características del
ministerio apostólico de
Pablo.
Carta de la libertad del pecado
por gracia sin las obras de la
ley.
La carta de la unidad de la
iglesia en medio de la
diversidad.
La carta del gozo.
La centralidad de Cristo como
cabeza de la iglesia.
Recomendaciones personales,
consejos y la esperanza futura
de la venida de Cristo.
La segunda venida de Cristo.
Consejos ministeriales a un
joven acerca de su conducta
personal y trabajo pastoral.
Exhortaciones e instrucciones
a un joven evangelista en su
labor ministerial.
Consejos y exhortaciones a
Tito acerca de los deberes y
doctrinas ministeriales.
La Biblia: La Palabra de Dios
Fecha
Principios 63
d.C.
Autor
Fecha
57 d.C.
Carta
Hebreos
55 d.C.
Santiago
56 d.C.
48 d.C.
60 d.C.
1 Pedro
2 Pedro
1 Juan
Pablo
61 d.C.
60 d.C.
51 d.C.
51 d.C.
62 d.C.
2 Juan
3 Juan
Judas
67 d.C.
64 d.C.
Libro
Carta privada de intercesión
de Pablo a Filemón pidiéndole
que perdone a Onésimo y le
vuelva a recibir.
Cartas Universales
Tema
Muestra la gloria trascendente del
cristianismo en comparación con
la del Antiguo Testamento y
exhorta a los cristianos judíos a no
volver a la observancia de la ley.
La religión practica y las obras
como evidencia de la fe salvífica.
Animar y fortalecer a los
cristianos en medio de las
pruebas.
Advertencia contra los falsos
maestros y la apostasía.
Su propósito era aumentar el
gozo, para guardarlos del pecado,
advertirles de los falsos maestros
y darles la seguridad de la vida
eterna.
Advertencia contra la herejía y la
asociación con falsos maestros.
Palabras de alago a Gayo,
represiones en contra de Diótrefes
y el contraste de Demetrio, un
cristiano modelo.
Advertencia contra la apostasía y
sus falsos maestros. Una
exhortación a defender la fe.
Libros Proféticos
Tema
60 d.C.
Autor
Fecha
Desconocido
64 d.C.
Jacobo hermano
del Señor
40 d.C.
64 d.C.
Pedro
65 d.C.
90 d.C.
Juan
90 d.C.
90 d.C.
Judas hermano
del Señor
Autor
60 d.C.
Fecha
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Apocalipsis
La consumación del plan eterno de
Dios
Juan
96 d.C.
La Biblia:
Su Origen
“Y Jehová dijo a Moisés: Escribe
tú estas palabras; porque
conforme a estas palabras he
hecho pacto contigo y con
Israel”.
Éxodo 34:27
INTRODUCCIÓN
L
a Biblia es uno de los libros más antiguos con los cuales cuenta el
mundo actual y sus orígenes se remontan a los inicios de los
mismos israelitas como nación. Con las palabras ordenadas a
Moisés: Escribe tú estas palabras (Éxodo 34:27) se inicia un proceso de
elaboración de 66 libros sagrados que tardaría un periodo de 1600 años en
terminar. En esta sección consideraremos los primeros materiales en los cuales
fue elaborada la Biblia, así como sus orígenes y quienes se encargaron de su fiel
reproducción hasta llegar a las actuales traducciones.
ORIGEN DE SUS LIBROS
C
on la liberación de Israel de Egipto, Dios hace pacto con ellos en
el Monte Sinaí y les da alrededor de 613 leyes las cuales tenían
que obedecer y así serian bendecidos por Dios entre todas las
naciones: “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para
guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy,
también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra”,
La Biblia: La Palabra de Dios
(Deuteronomio 28:1). Estas leyes tendrían que ser enseñadas por los sacerdotes y
levitas a todo el pueblo, incluyendo sus extranjeros: “Harás congregar al pueblo,
varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para
que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas
las palabras de esta ley”, (Deuteronomio 31:12). También Dios les pidió a los
padres enseñar estas leyes a sus hijos, repitiéndolas constantemente y
escribiéndolas en los postes de sus casas: “Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando
en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las
atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las
escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”, (Deuteronomio 6:6-9). Con
todas estas ordenanzas los israelitas le dieron una gran importancia a la palabra
de Dios que comenzaron a escribirla y conservarla. Por ejemplo, vemos como
Moisés labro en piedra los Diez Mandamientos y los guardo en el Arca del
Testimonio: “En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como
las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera; y escribiré en
aquellas tablas las palabras que estaban en las primeras tablas que quebraste; y
las pondrás en el arca”, (Deuteronomio 10:1-2). Esto aparte de otras ocasiones
donde le ordeno escribir las leyes que él le había ordenado enseñar a Israel: “Y
Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas
palabras he hecho pacto contigo y con Israel”, (Éxodo 34:27). Así nacen los
cinco libros de la Ley. Es a partir de aquí que la historia de Israel que esbozaba
en forma de sombras la venida del Mesías comienza a escribirse, y surgen
hombres que fueron considerados profetas para Israel tales como Josué, Samuel y
otros de carácter anónimo que documentaron los acontecimientos que hoy se
encuentran registrados en los libros históricos del Antiguo Testamento. Respecto
a los autores de estos libros Edward J. Young dice: “Los autores de estos libros,
quienes hayan sido, eran hombres que tenían el oficio de profetas. En el Israel de
aquel tiempo, era un oficio especial y único. El profeta era un israelita que
actuaba como mediador entre Dios y el hombre. Así como el sacerdote
representaba al pueblo ante Dios, así el profeta representaba a Dios ante el
pueblo. En un sentido muy especial, por lo tanto, era el que recibía la revelación.
Dios implantaba sus palabras de tal manera en la boca del profeta, que el
mensaje que éste entregaba, resultaba ser la misma Palabra de Dios”. También
se llegaron a apreciar como Escritura algunas obras de carácter poéticas escritas
en su mayoría por el rey David y Salomón, los cuales con el tiempo formaron los
libros poéticos que hoy conocemos. Finalmente, se llegó a incluir en el canon
hebreo los libros de los profetas que Dios levanto para amonestar a la nación de
Israel y Judá, tanto antes, durante y después del exilio para finalizar con
Malaquías. A estos, Dios les ordeno que escribieran las palabras que les daba, tal
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
y como lo vemos en Jeremías: “Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo:
Escríbete en un libro todas las palabras que te he hablado”, (Jeremías 30:2), o
en Habacuc: “Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en
tablas, para que corra el que leyere en ella”, (Habacuc 2:2).
De esta forma se concibieron los libros del Antiguo Testamento los
cuales fueron fielmente copiados por un grupo especial que los judíos llamaron
escribas. Estos eran tan meticulosos con la transcripción de los libros inspirados
que al finalizar con ellos contaban una por una las letras para asegurarse que
tuviesen el número correcto y evitar errores. Este grupo cobro mayor importancia
después del exilio, con el sacerdote Esdras el cual era un escriba diligente el cual,
según la tradición, es el autor de algunos libros como Esdras, 1 y 2 Crónicas y el
Salmo 119: “Este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de
Moisés…”, (Esdras 7:6). A este Esdras se le atribuye el haber recopilado todos
los libros del Antiguo Testamento y ordenarlos en un solo volumen, cobrando a
partir de él una inmensa importancia la conservación y enseñanza de este. Fue
durante su ministerio que la enseñanza de la palabra de Dios se vio relacionada
con los escribas: “El escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que
habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías
y Maasías a su mano derecha; y a su mano izquierda, Pedaías, Misael, Malquías,
Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de
todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y cuando lo abrió,
todo el pueblo estuvo atento”, (Nehemías 8:4-5). Y así fue hasta los tiempos de
Jesús, donde junto con la secta de los fariseos y saduceos, los escribas tenían un
protagonismo muy especial como doctores de la ley.
Con el primer advenimiento de Cristo a la tierra y la fundación de la
iglesia el Nuevo Testamento se abre paso en tiempos del imperio romano. Sus
autores fueron los apóstoles del Cordero, como Mateo, Pedro y Juan, y otros
discípulos que gozaron del buen testimonio y respaldo apostólico, como Marcos
que escribió supervisado por Pedro, Santiago y Judas, hermanos de Jesús, Lucas
y Pablo. Entre los primeros escritos tenemos la carta de Santiago que data
aproximadamente del 40 d.C. y las cartas a los Tesalonicenses que se fecha
alrededor del 51 d.C. La mayoría de las cartas se escribieron entre el año 51 d.C.
al 67 d.C., siendo el ultimo Apocalipsis que se escribió por el año 96 d.C.
Paradójicamente los Evangelios fueron los últimos en ser escritos, siendo el
Evangelio según Juan el más tardío con una fecha aproximada del 85 d.C. La
mayoría de los escritos del Nuevo Testamento fueron el resultado de la defensa
contra la fe que estos padres apostólicos tuvieron que hacer en contra de doctrinas
erradas relacionadas con la divinidad de Jesús y el tema de la salvación sin obras.
La Biblia: La Palabra de Dios
En ellas también los autores abordaron temas de instrucción doctrinal, la vida
cristiana cotidiana y recomendaciones orientadas a resolver problemas dentro de
la misma iglesia.
De esta forma, los escritos del Nuevo Testamento se unieron con los del
Antiguo para formar lo que hoy conocemos como la santa Biblia.
MATERIALES UTILIZADOS
E
n el mundo antiguo existían ciertos materiales que se utilizaban
para la escritura de los documentos, y muchos de ellos fueron
utilizados para la elaboración de la Biblia. Estudiarlos nos ayuda
a comprender un poco el origen de los libros de las Sagradas Escrituras. Hoy en
día son muy pocos los manuscritos antiguos que se tienen del Antiguo Testamento
ya que los escribas judíos solían enterrar las copias antiguas y no las conservaban.
Contrario a los documentos antiguos del Nuevo Testamento, existen muchas
copias en la actualidad. Veamos cuales eran estos materiales.
Papiro.
Era uno de los materiales más utilizados en el antiguo mundo y al mismo
tiempo el más frágil ya que no era muy resistente en las partes desérticas de
palestina. Era elaborado de las cañas de un arbusto acuático llamada papiro que
creía en lagos y ríos pocos profundos en las partes de Egipto y Siria, especialmente
en el delta del Nilo: “El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en
manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de
cañas y juncos”, (Isaías 35:7). Su caña gruesa y triangular de 6 cm de largo
produce flores largas abiertas en forma de sombrilla. La palabra generalmente se
traduce por "juncos" en la versión Reina Valera. Su extremo superior en forma de
abanico aparece en diseños egipcios y es un símbolo del Bajo Egipto. Sus tallos,
atados en manojos se usaban para hacer botes: “¡Ay de la tierra que hace sombra
con las alas, que está tras los ríos de Etiopía; que envía mensajeros por el mar,
y en naves de junco sobre las aguas! Andad, mensajeros veloces, a la nación de
elevada estatura y tez brillante, al pueblo temible desde su principio y después,
gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos”, (Isaías 18:1-2).
Además, de la fibra se elaboraban sandalias, vestidos y arquillas. Para producir el
papiro se desprendían tiras de 32 a 36 cm de largo de la corteza de la planta las
cuales eran golpeadas y prensadas sobre la superficie de madera. Este material se
embargaba en grandes cargamentos desde el puerto Biblos, de donde se piensa
que proviene el término griego para libros, biblos.
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Entre los documentos bíblicos encontrados se tienen fragmentos de
Deuteronomio 5 y 6 que datan del siglo II a.C. De la Septuaginta han sobrevivido
muchos fragmentos que datan del siglo II a.C. Los escritos originales del Nuevo
Testamento no lograron conservarse, pero existen copias fragmentarias de las
mismas en papiro que datan del siglo II d.C. y copias completas que datan del
Concilio de Nicea del 325 d.C. Posteriormente, Eusebio de Cesarea recibió la
orden de Constantino emperador romano de proveer en el mismo material un texto
completo del Nuevo Testamento. Actualmente se contabilizan cerca de 241
manuscritos antiguos del Nuevo Testamento escritos en papiro.
Pergamino.
El pergamino era otro material antiguo sobre el que se solía escribir. Su
nombre proviene del griego que significa membrana y a veces se traduce como
piel. Era un material muy durable contrario al papiro ya que era elaborado de la
piel de animales como ovejas, cabras, antílopes y otros. Las pieles eran sometidas
a un baño de cal que facilitaba descarnarlas para posteriormente ser lavadas,
raspadas y estiradas siendo cubiertas con capas de albayalde. Su color final era
blanco, pero podía ser teñida con azafrán o tintura purpura. Una tradición antigua
afirma que el proceso de preparar pergaminos se inventó en Pérgamo, de donde
deriva su nombre, durante el reinado de Eumenes II, cuando el rey Tolomeo V de
Egipto prohibió la exportación de papiros, el material de escribir más común de
la antigüedad. Sin embargo, documentos fechados sobre pergaminos de
comienzos del s II a.C. descubiertos en Dura Europos, sobre el Éufrates,
demuestran que el pergamino también se producía en otros países desde una fecha
muy temprana. Josefo menciona que en su tiempo existían escrituras hebreas
sobre ese material. Pablo hace una referencia a este material cuando le pide a
Timoteo que le traiga los libros, especialmente los rollos, que eran pergaminos:
“Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros,
mayormente los pergaminos”, (2 Timoteo 4:13).
Fue en el siglo IV d.C. que la iglesia elaboro varias copias de la Biblia
en pergamino, de los cuales los más los famosos son los Códices Sinaítico,
Vaticano y Alejandrino. También entre los manuscritos antiguos encontrados en
el Mar Rojo es encontraron algunos elaborados de pergamino.
Vitela.
La vitela era un material elaborado de piel de ternero generalmente teñida
de purpura. En la actualidad se conservan manuscritos bíblicos antiguos escritos
de este material, entre los cuales hay algunos fechados del 1500 a.C.
DIVISIONES EN CAPÍTULOS Y
VERSÍCULOS
O
riginalmente cada libro de la Biblia se escribió sin ninguna
división en capítulos y versículos; sin embargo, con los años
estos surgieron. Entre las primeras divisiones tenemos las
realizadas al Pentateuco por el Sanedrín judío alrededor del 586 a.C. En total se
realizaron 154 agrupaciones y 50 años más tardes concluyeron en 54 secciones
mayores divididas a su vez en 669 más pequeñas para facilitar su aprendizaje y
lectura en un año. Fue Jerónimo en el siglo III d.C. que introdujo capítulos y
versículos en su traducción de los idiomas originales al latín conocida como la
Vulgata Latina. La También los griegos realizaron divisiones, los más antiguos
datan del 350 d.C. que se encuentran en el Códice Vaticano. También a partir del
900 d.C. comienzan a aparecer las primeras divisiones en versículos, y se le
atribuye al arzobispo Esteban Langton en el siglo 13 que dividió la Biblia en
capítulos y versículo como la conocemos hoy.
ORIGEN DE LAS VERSIONES
ANTIGUAS
E
n la actualidad no se cuenta con algún manuscrito que se pueda
aseverar que es el original que se escribió, tanto del Antiguo como
del Nuevo Testamento, pero se cuentan con algunas copias y
versiones antiguas que se creen que fueron copiadas o traducidas de estos
originales. Veamos algunas de ellas.
La Septuaginta.
Esta es considerada la primera versión en otro idioma del Antiguo
Testamento, del hebreo al griego. Data del 250 a.C. y fue bajo el auspicio
Ptolomeo II Filadelfo (284-246 a. C.), que gobernaba en Egipto, el cual al darse
cuenta que la única obra que no había sido traducido al griego era el libro Sagrado
La Biblia: La Palabra de Dios
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
de los judíos, el Tanaj (el Tanaj es el Antiguo Testamento que todos conocemos),
solicitó al sumo sacerdote de Jerusalén que se tradujera. De acuerdo a la tradición
judía, fueron alrededor de 72 rabinos que se reunieron en la ciudad de Alejandría,
en Egipto, que se dedicaron a esta tarea. Por eso a la Septuaginta también se le
conoce como la versión de los 70 o LXX.
La Peshita o Texto Siríaco.
Prácticamente es una traducción de toda la Biblia en lengua siria cuya
fecha es incierta, posiblemente escrita entre el siglo I o II d.C. La palabra Peshita
significa claro o literal, debido a su fidelidad respecto a los originales griego y
hebreo.
La Vulgata Latina.
Esta es la tercera traducción que se realizó de la Biblia completa de los
originales hebreos y griegos al latín. Su traductor fue Jerónimo, un erudito en
idiomas que se fue a Belén en el siglo IV d.C. donde termino su obra. La Vulgata
no solo contiene los 66 libros de la Biblia, sino también incluye 11 libros
apócrifos. En la actualidad es la versión autorizada por la Iglesia Apostólica,
Católica y Romana, sin embargo, el protestantismo no acepta los 11 libros
apócrifo como inspirados por Dios.
El Códice Sinaítico.
En una copia antigua de la Biblia en griego uncial (solo utiliza letras
mayúsculas) que data del siglo IV d.C. que fue adquirida en República Soviética
de Rusia por Gran Bretaña en 1933 y que ahora se encuentra en el Museo
Británico.
El Códice Alejandrino.
Se cree que probablemente se escribió en el siglo V d.C. y es una copia
antigua de toda la Biblia en griego uncial a excepción de 40 hojas que se
perdieron. Actualmente se encuentra en el Museo Británico.
Códice Vaticano.
Escrito probablemente en el siglo IV d.C. se conserva en la Biblioteca del
Vaticano.
ORIGEN DE LAS VERSIONES
ESPAÑOLAS
L
as primeras traducciones de la Biblia al español datan del periodo
Medieval en España a finales del siglo XII y principios del XIII,
pero lamentablemente no se conservan ninguna de ellas. Sin
embargo, se conservan otras más tardías como la Biblia Alfonsina que es una
traducción del Antiguo Testamento de la Vulgata del año1260, La Biblia de Alba
traducida por el rabino Moisés Arragel en 1430 y que se encuentra en la biblioteca
de Alba, y otras traducciones parciales como los Evangelios y Epístolas en 1450
por Martin A. Lucena y el Pentateuco por un grupo de judíos desterrados de
España por la Inquisición romana. No obstante, fue durante el periodo de la
Reforma que la traducción de la Biblia tuvo mayor auge, entre las más destacadas
podemos mencionar las siguientes.
Los Salmos, los Evangelios y las Epístolas.
Juan de Valdés, uno de los primeros reformadores españoles, tradujo en
1534 una versión de los Salmos, los Evangelios y las Epístolas al español, la cual
resulto ser una hermosa pieza del lenguaje castellano.
El Nuevo Testamento de Enzinas.
Esta fue probablemente la primera traducción que se hizo del Nuevo
Testamento de los textos griegos originales. Esta obra fue hecha en 1543 por
Francisco de Enzina.
La Biblia de Ferrera.
Fue en tiempos de la inquisición romana que un grupo de judíos que
escaparon de España y Portugal y se establecieron en Ferrera, Italia, tradujeron el
Antiguo Testamento en 1553. Esta traducción fue literalista a tal punto que está
llena de hebraísmos haciendo su comprensión difícil.
Es una copia antigua de la Biblia en griego que originalmente contenía
todos los libros de la Biblia, pero en la actualidad no se conservan partes de ellos.
La Biblia: La Palabra de Dios
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
El Nuevo Testamento de Pérez.
Juan Pérez de Pineda, quien murió quemado por la inquisición, realizo
en 1556 una versión corregida del Nuevo Testamento y los Salmos que se publicó
en Ginebra basándose de las traducciones de Juan de Valdés y Francisco de
Enzinas.
destacadas publicadas en España tenemos la de Felipe Scío de San Miguel, en
1793, la Versión Torres Amat publicada en 1825 por Félix Torres Amat, la NacarColunga de 1944 elaborada por Eloino Nacar Fuster y Alberto Colunga, la versión
Palabra de Dios publicada por la editorial Verbo Divino en 1964, la Biblia
Jerusalén, de 1967, entre otras versiones.
Otras Versiones.
La Biblia del Oso.
Es considerada la primera traducción completa que se tuvo al idioma
castellano y se tradujo directamente el latín, específicamente de la Vulgata Latina.
Fue traducida por Casiodoro de Reina, notable oriundo de Sevilla, España, el cual
fue criado en un monasterio desde pequeño hasta destacar como un excelente
orador. Por abrazar la reforma huyo de la persecución de la inquisición romana a
Basilea, Suiza, en donde realizo su traducción en 1569. Es popularmente conocida
con el nombre de la Biblia del Oso ya que en su portada aparece un oso comiendo
de la miel de una colmena, simbolizando el deleite que encuentra el cristiano en
la palabra de Dios. La Biblia del Oso consta de 3 partes, amonestaciones al lector,
el Antiguo Testamento incluyendo libros apócrifos y el Nuevo Testamento.
Versión Reina Valera.
Cipriano de Valera dedico 20 años a la revisión de la traducción de la
Biblia del Oso de Casiodoro de Reina, esta nueva revisión se llamó la Biblia del
Cántaro por la ilustración en su portada, un hombre plantando un árbol, mientras
otro lo riega con agua que sale de un cántaro. Finalmente, después de introducir
algunos cambios, publico la versión en 1602, en Amsterdam, Holanda. Aparte de
algunos leves cambios, saco los libros apócrifos de entre los libros canónicos del
Antiguo Testamento y los puso en una sección aparte. Cipriano de Valera fue un
ilustre escritor y amigo de Casiodoro de Reina y Juan Pérez, y como ellos, tuvo
que huir de España en 1557 debido a la inquisición. Hoy en día su versión se
conoce como la Biblia Reina Valera y se ha convertido en la reina de las Biblias
de habla española alrededor del mundo. Desde entonces las Sociedades Bíblicas
Unidas han sacado millones de copias de esta Biblia, realizando varias revisiones,
tales como en 1906, 1960, 1995, 2006 y así sucesivamente.
Versiones Católicas.
También los católicos han realizado sus traducciones de la Biblia,
especialmente de la Vulgata y el Códice Vaticano. Entre las versiones más
La Biblia: La Palabra de Dios
En la actualidad existen otras versiones de la Biblia en el idioma español,
como la versión Dios Habla Hoy, que distribuye sus Biblias tanto al pueblo
evangélico como a los católicos, incluyendo para estos últimos los libros
apócrifos. También destaca para este tiempo la Nueva Versión Internacional
(NVI), tanto en español como el inglés que es el resultado del trabajo de varios
eruditos de diferentes disciplinas como la psicología, la arqueología, lingüística,
historia antigua, entre otros, los cuales traducen la Biblia a un lenguaje más
actualizado y basado en manuscritos hebreos y griegos de mayor fidelidad.
ORIGEN DE LAS VERSIONES
INGLESAS
T
ambién la Biblia fue traducida al idioma de los anglosajones,
específicamente en Inglaterra. Se hicieron muchos intentos por
traducir la Biblia al inglés, entre estos están algunos pasajes del
libro de Génesis que fueron parafraseados al inglés en un monasterio de Whitby
por Caedmon en el año 670 d.C. También en el año 735 d.C. el erudito distinguido
Beda completo su traducción del Evangelio según Juan. Más tarde el rey Alfredo
(849-901 d.C.) realizo una traducción de los Salmos y el Decálogo.
Entre los primeros traductores de la Biblia completa está John Wiclyffe,
un erudito de Oxford y predicador de parroquia, mejor conocido como la estrella
matutina de la reforma. Wiclyffe completo su obra en el año 1384 traduciéndola
directamente de la Vulgata Latina, sin embargo, ahora solo sobreviven 170
ejemplares ya que no sobrevivieron muchos volúmenes ya que se hicieron las
copias a mano. Guillermo Tyndale fue un prominente erudito bíblico cuyo anhelo
era hacer llegar la palabra de Dios al campesino ignorante en su propio idioma ya
que era prohibido por la iglesia Católica difundirla en cualquier otro idioma que
no fuera el latín. Para cumplir su objetivo decidió traducir la Biblia completa, no
de la Vulgata, sino de los originales textos en hebreo y griego. Completo su obra
en 1530, sin embargo, años después fue capturado y acusado de herejía por los
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
jerarcas católico y condenado a muerte. Después de su muerte su obra se volvió
popular a tal punto que le realizaron algunas revisiones y la imprimieron con muy
pocas correcciones en tiempos del rey Enrique VIII.
En 1604 el rey Jacob I de Inglaterra dio su autorización para que se
hiciera una nueva versión de la Biblia para lo cual comisiono a 54 eruditos para
este trabajo, aunque solo se conocen los nombre de 47. Estos trabajaron en 6
grupos, dos en Wetsminster, dos en Cambridge y dos en Oxford, examinando
exhaustivamente la versión de Tyndele y revisaron los textos originales del hebreo
y griego para obtener una obra lingüística hermosa la cual fue publicada en 1611.
En Estados Unidos se conoce como la versión del rey Jacob, o James King
Version, mientras que en Inglaterra se conoce como la versión Autorizada, o
Autorized Version. Como La Reina Valera, la James King Version se ha
convertido en la versión favorita de este pueblo. Otras versiones se han creado en
el idioma inglés, tratando de proporcionar la Biblia en un idioma más
contemporáneo ya que algunas palabras han cambiado de significado o caído en
desuso, de allí que existan otras versiones como la English Standard Version
(Version Estandar en Ingles) y la New International Version (Nueva Version
Internacional); pero aun con todo esto la James King Version no ha perdido su
preferencia entre el pueblo de habla inglesa.
La Biblia:
El Canon
“Porque nunca la profecía fue
traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de
Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu
Santo”.
2 Pedro 1:21
INTRODUCCIÓN
E
l termino canon proviene de la palabra griega kanon y en su
sentido original significa caña, más tarde fue utilizada de vara
larga que se utilizaba los albañiles y carpinteros para medir, tal y
como lo vemos en Ezequiel: “Me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era
como aspecto de bronce; y tenía un cordel de lino en su mano, y una caña de
medir; y él estaba a la puerta”, (Ezequiel 40:3), o en Apocalipsis “El que hablaba
conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su
muro”, (Apocalipsis 21:15). Por esta razón, con el tiempo la palabra canon se
utilizó metafóricamente para identificar las normas o patrones que sirven para
regular o medir. Por tanto, el canon bíblico corresponde a aquel grupo de libros
que son considerados inspirados por Dios dentro de las Sagradas Escrituras. Por
otro lado, los libros canónicos son aquellos en los cuales tenemos que basar
nuestra norma de fe y conducta, considerando que Dios ha hablado por medio de
ellos. J. Oliver Buswell Jr., lo define de la siguiente manera: “La canonicidad de
la Biblia es la cualidad o carácter de las Escrituras por el cual son nuestra regla
La Biblia: La Palabra de Dios
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
de fe y vida, como la Palabra infalible de Dios. Así, canonicidad es equivalente a
autoridad, la divina autoridad de las Escrituras”.
Ahora bien, surge la pregunta: cómo los libros llegaron a ser canónicos
y cuáles son. Es importante comprender que los libros de la Biblia no llegaron a
ser canónicos por la acción de un hombre, o que lo fueron a partir de una fecha
determinada. Los libros de la Biblia fueron canónicos desde el mismo momento
que los hombres los escribieron por inspiración del Espíritu Santo. Con el tiempo
los hombres descubrieron su canonicidad. El apóstol Pedro dice: Porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Los libros bíblicos fueron
elaborados, no porque un hombre así lo decidiese, aunque fue el instrumento que
Dios uso para tal fin, sino que fueron inspirados por Dios. El teólogo Charles
Ryrie lo explica de una mejor manera: “Es esencial recordar que la Biblia se
autentica a sí misma, puesto que sus libros fueron aspirados por Dios (2 Timoteo
3:16). En otras palabras, los libros eran canónicos en el momento que fueron
escritos. No fue necesario esperar hasta que los varios concilios pudiesen
examinar los libros para determinar si eran aceptables o no. Las personas y los
concilios solamente reconocieron y declararon lo que es verdadero por la
inspiración intrínseca de los libros tal como fueron escritos. Ningún libro de la
Biblia fue hecho canónico por la acción de algún concilio de la iglesia”. Sin
embargo, los concilios ayudaron a organizar y comprobar cuáles de todos los
libros iban a ser considerados por inspirados por Dios, hasta llegar a los 66 libros
que hoy por hoy constituyen el canon bíblico.
Resumiendo todo, el canon bíblico tiene como objetivo identificar y
conservar los libros inspirados por Dios, impedir que la revelación bíblica sufra
alteraciones y brindar a los cristianos la oportunidad de conocer y vivir la palabra
de Dios.
EL CANON DEL ANTIGUO
TESTAMENTO
L
os judíos fueron muy diligentes en la conservación y celo del
canon hebreo. En el año 90 a.C. se llegó a constituir una escuela
especial de rabinos que se conoció como el concilio de Jamnia y
se preocuparon por evaluar y validad la inspiración divina de estos libros, siendo
los libros de Ester, Eclesiastés, y Cantar de los Cantares aquellos cuya
canonicidad más se discutió. Finalmente, llegaron a establecer su canon hebreo
La Biblia: La Palabra de Dios
dividido en tres partes y sumando un total de 24 libros, contrario a los 39 que
nosotros tenemos ya que consideraron algunos libros como uno solo, diferentes a
nosotros que los dividimos en primero y segundo. La primera sección es conocida
como Tora, que corresponden a los libros de la ley de Moisés o Pentateuco e
incluyen Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. La segunda
división es conocida como Nebiim (profetas en español), y se subdivide en
Profetas Anteriores en los que figuran Josué, Jueces, Reyes y Samuel (Estos
últimos son un solo volumen), y los Profetas Posteriores: Isaías, Jeremías,
Ezequiel y el Libro de los Doce (los doce profetas menores). La tercera división
de la Biblia Hebrea es el Ketubim (escritos), la cual incluye once libros: Salmos,
Proverbios y Job, el Megilot o rollos que comprenden Cantar de los Cantares,
Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester. Finalmente, se agregan Daniel,
Esdras-Nehemías y Crónicas (estos últimos contaban como un solo libro).
Si consideramos los libros que ellos ven unidos como los Doce, Crónicas,
Reyes, Samuel y Esdras-Nehemías, veremos que son exactamente los 39 que
nosotros tenemos en nuestra Biblia, pero ellos lo presentan en un total de 24.
Veamos las diferencias entre ambas clasificaciones.
Biblia Hebrea
Biblia Cristiana
Tora:
El Pentateuco:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio
Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio
Nebiim:
Libros Históricos:
Profetas Posteriores: Josué, Jueces,
Reyes y Samuel
Josué, Jueces, Rut, 1 Samuel, 2
Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1
Crónicas, 2 Crónicas, Esdras,
Nehemías y Ester.
Profetas Anteriores: Isaías,
Jeremías, Ezequiel y el Libro de los
Doce (los doce profetas menores
Libros Poéticos:
Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés
y Cantar de los Cantares.
Ketubim:
Libros Proféticos:
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Salmos, Proverbios y Job, Cantar de
los Cantares, Rut, Lamentaciones,
Eclesiastés y Ester. Daniel, EsdrasNehemías y Crónicas
Profetas Mayores: Isaías, Jeremías,
Lamentaciones, Ezequiel y Daniel,
ratificados por los padres de la iglesia primitiva como Sagradas Escrituras y
llegaron a gozar de grande aceptación entre la comunidad cristiana.
Profetas Menores: Oseas, Joel,
Amos, Abdías, Jonás, Miqueas,
Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo,
Zacarías, y Malaquías.
A finales del Siglo I la obra cristiana 1 Clemente ratifico en sus escritos
que al igual que el Antiguo Testamento, los escritos apostólicos eran igualmente
inspirados por Dios. Ignacio obispo de Antioquia declaro en su obra Esmirna, que
los evangelios eran al igual que el Antiguo Testamento un remedio contra la
herejía. Justino Mártir entre sus escritos propuso leer las cartas de los apóstoles
en los cultos. Papías y Taciano compusieron sus obras basadas en los cuatro
evangelios. Adicionalmente, Marcio, un hereje del 140d.C., incluyó en su canon
solamente a Lucas y diez de las epístolas de Pablo; lo cual demuestra, a lo menos,
que, a esta fecha tan temprana, ya se estaban coleccionando los escritos de Pablo.
En el 185 d.C., Ireneo cito como canónicos 22 libros del Nuevo Testamento,
incluyendo el Pastor de Hermas, teniendo sus reservas con Hebreos, 3 Juan, 2
Pedro, Santiago y Judas. Tertuliano llego a afirmar la canonicidad de los cuatro
evangelios, mas no el de las cartas. Finalmente, fue en el Concilio de Cartago
celebrado en el 397 d.C. que se llegó a establecer la canonicidad de los 27 libros
del Nuevo Testamento.
Es interesante ver como Jesús hablo de esta división durante su
ministerio. En Lucas hace una referencia a las tres divisiones, considerando que
en ocasiones al Ketubin se le llamaba los Salmos ya que era el que encabezaba el
grupo y el más voluminoso: “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé,
estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está
escrito de mí en la ley de Moisés (la Tora), en los profetas (Nebiim) y en los
salmos (Ketubin)”, (Lucas 24:44). Otros ven en el relato de Lucas 11:51 la
extensión de la división de la Biblia Hebrea, desde el primer libro (Génesis), hasta
el último, Crónicas. Respecto a esto, Charles Ryrie comenta: “Aquí el Señor
afirmó algo definitivo tocante a la extensión del canon del Antiguo Testamento
que El aceptaba. Al condenar a los líderes del pueblo judío por matar a los
mensajeros de Dios a través de su historia, El los acusó de ser culpables de
derramar la sangre de todos los justos desde Abel hasta Zacarías. Ahora bien, el
homicidio de Abel se narra en Génesis 4, y el de Zacarías en 2 Crónicas 24, que
fue el último libro en el arreglo del canon hebreo (como Malaquías lo es en
nuestro arreglo)”. A parte de todo esto, existen alrededor de 250 citas del Antiguo
Testamento en el Nuevo Testamento que validan su influencia divina, citando
todos los libros del canon hebreo a excepción de Esdras, Nehemías, Cantar de los
Cantares, Ester y Eclesiastés.
EL CANON DEL NUEVO
TESTAMENTO
La Biblia:
Los Libros Apócrifos
“mi palabra… será prosperada en
aquello para que la envié”.
Isaías 55:11
R
especto al canon del Nuevo Testamento, fueron los padres
apostólicos que elevaron sus escritos al mismo nivel que las
Escrituras del Antiguo Testamento, basados en su autoridad
apostólica (como Mateo, Juan, Pablo, Pedro o Santiago), y otros, se cubrieron bajo
la sombra de un apóstol (como Marcos o Lucas), sin perder la armonía con el
Antiguo Testamento en cuanto a doctrina. Posteriormente, estos escritos fueron
La Biblia: La Palabra de Dios
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
INTRODUCCIÓN
P
or todo lo que hemos visto podemos decir que no hay libro u obra
literaria que iguales la singularidad, continuidad en sus temas y
poder de la Biblia. Una evidencia incuestionable de su autoridad
divina es el testimonio de miles de vidas que ha cambiado a lo largo de la historia,
su mensaje es poderoso, más que cualquier otro que jamás se allá escrito o dicho.
Por eso el profeta decía: “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve,
y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da
semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi
boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada
en aquello para que la envié”, (Isaías 55:10-11). Sin embargo, con el tiempo han
surgido otros libros que han querido igualar a los 66 canónicos, queriendo aludir
a que estos también son inspirados por Dios y por ende merecen incluirse en la
Biblia. Estos libros son conocidos como los Apócrifos, Deuterocanónicos o
Pseudoepígrafos.
El término Apócrifo significa escondido, y es utilizado para designar a
los libros que no han sido considerados canónicos por los judíos y los protestantes
por tener contener errores o herejías, o simplemente porque su calidad literaria no
llega a la altura de los inspirados. Estos últimos hacen referencia a ellos como
Deuterocanónicos, que literalmente significan segundos canónicos. En otras
ocasiones oímos hablar de libro Pseudoepígrafos, para hacer referencia a aquellos
que fueron escritos por otra persona que no es el aparente autor.
LOS APÓCRIFOS DEL ANTIGUO
TESTAMENTO
D
e acuerdo a la tradición, Jerónimo llego a clasificar alrededor de
14 a 15 libros apócrifos, los cuales surgieron en el periodo
Intertestamentario que va del siglo II a.C., al I d.C. Estos fueron
escritos en su mayoría en hebreo o arameo, a excepción de Sabiduría, la Oración
de Manasés y 2 de Macabeos. La mayor parte de estos fueron incluidos en la
versión de la Septuaginta y más tarde en la Vulgata Latina de Jerónimo. Sin
embargo, los rabinos que se reunieron en el concilio de Jamnia en el 90 d.C. al
momento de ratificar la canonicidad de los libros del Antiguo Testamento no los
consideraron dignos de entrar en esta clasificación por las razones siguientes:
La Biblia: La Palabra de Dios
1.
2.
3.
Contienen inexactitudes y anacronismos históricos y geográficos.
Enseñan prácticas que están en desacuerdo con la Biblia.
Su calidad literaria es inferior al no guardar una armonía con los escritos
inspirados y carecer del poder profético y autoritativo.
Sin embargo, con todo no todos estos libros han sido desechados por
completo. Hay algunos que ven en algunos que ven la influencia de estos libros
en el Nuevo Testamento, aunque Jesús jamás cito textualmente uno de ellos, pero
algunos padres de la iglesia primitiva tuvieron la costumbre de citarlos sin
elevarlos a la calidad de inspirados por Dios. El erudito en idiomas bíblicos,
Jerónimo, llego a incluirlos en su traducción al latino haciendo referencia en su
prólogo que dichos libros podían leerse, pero jamás servirían para establecer
doctrina. Durante la reforma Lutero llego a juntar los apócrifos en una sección
aparte al final del Antiguo Testamento en su versión alemana de la Biblia y los
encabezo con las palabras: “Apócrifos. Libros que no son tenidos por iguales a la
Sagrada Escritura, pero cuya lectura es útil y buena”. También Casiodoro de
Reina en su Versión del Oso introdujo algunos de estos libros aclarando que no
eran inspirados por Dios y estos han sido llamados entre los protestantes como
Deuteronomio. Frente a esta actitud, la Iglesia Católica Apostólica y Romana
llego a considerarlos canónicos en el Concilio de Trento en el 1546 condenando
a todos aquellos que lo negaran. En general, la iglesia evangélica en sus diferentes
enunciados y artículos de fe no reconocen la autoridad divina de los libros
apócrifos, por no alcanzar las características literarias, por errores en sus escritos
y hasta herejías, no obstante, muchos de ellos nos dan una buena descripción
histórica de los acontecimientos Intertestamentario que ayuda en gran manera a
los estudiosos bíblicos. Veamos algunos de ellos.
Primer Libro de Esdras (3 Esdras en la Vulgata).
Es una traducción y compilación de 2 Crónicas 35:1-36 donde se relata
como Zorobabel obtuvo de Darío, el rey persa, la autorización y fondos necesarios
para reanudar la reconstrucción del Templo. Se dice que fue escrito alrededor del
150 a.C.
Segundo Libro de Esdras (4 Esdras en la Vulgata).
Es un libro apocalíptico que contiene una mezcla de dos secciones de
autores diferentes. El primero de ellos es un judío desconocido que escribió en
arameo y se piensa que escribió a fines del siglo I y presenta siete visiones que
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Esdras tuvo en Babilonia. Los capítulos 1, 2, 15 y 16 son adiciones tardías
realizadas según se cree por autores cristianos.
de la Diáspora, por todas las iglesias cristianas ortodoxas, y también por la iglesia
católica romana. Ha sido rechazado como parte del canon por los judíos rabínicos
y los protestantes.
Tobías.
Judit.
Es un relato muy popular fechado alrededor del siglo II a.C. El Libro de
Tobit analiza la presencia de Dios en las relaciones familiares, expresadas en el
acompañamiento que el arcángel Rafael hace a Tobías, un joven lleno de fe que
va a buscar esposa y finalmente se casa con ella tras sortear enormes dificultades
con la ayuda del ángel enviado por Dios. Tobit es un judío de la tribu de Neftalí
deportado a Nínive. El anciano, de gran sabiduría, sufre un accidente cuando le
caen en los ojos unos excrementos de ave. Los remedios de los diferentes médicos
no hacen sino agravar su enfermedad, hasta que acaba por perder totalmente la
vista. Por otro lado, Sara, hija de unos parientes lejanos de Tobit, trata de
suicidarse a causa de los insultos de su criada, que la acusa de asesina; ello se debe
a que la joven, que ha contraído matrimonio siete veces, ha enviudado de todos
sus maridos y sigue siendo virgen porque está poseída por un demonio, Asmodeo;
este demonio está perdidamente enamorado de Sara y se llena de celos cada vez
que ella se casa, por lo que el demonio mata a sus esposos en la noche de bodas
antes de que puedan unirse a ella. Sin embargo, Sara se arrepiente de sus planes
de suicidio en el último momento y pide ayuda a Dios, que envía al arcángel
Rafael. Tras la muerte de los siete maridos de Sara, Tobías, hijo de Tobit, se
convierte en el pariente más cercano de la joven, y debe desposarla siguiendo la
ley del levirato, por lo que sale de viaje a visitar a sus parientes y tomar por esposa
a Sara. Por el camino, se le aparece el arcángel Rafael en forma humana y bajo el
nombre de Azarías y los dos se hacen amigos. Azarías le cuenta toda la historia
de Sara a Tobías, quien se enamora de ella antes de conocerla por la descripción
que le da el arcángel: "Es inteligente, valiente y muy bonita y su padre es honrado"
(6:12). Asimismo, le da un remedio tanto para salvar a Sara como para curar a
Tobit: Tobías debe pescar un pez y quemar el corazón y el hígado delante de Sara;
el humo espantará a Asmodeo, que irá para no volver. Para curar la ceguera de
Tobit, deberá conservar la hiel del pez. En casa de sus parientes, Tobías desposa
a Sara ante la tristeza de los padres de ella, que creen que el joven morirá igual
que los otros maridos; en la noche de bodas, cuando Asmodeo va a atacar a
Tobías, él sigue el consejo de Azarías y logra ahuyentar al demonio. A la mañana
siguiente, los padres de ella se alegran de verle con vida y les dejan marchar a
ellos y a Azarías. De vuelta en casa, Tobías logra curar la ceguera de su padre
untándole sobre los ojos la hiel del pez. Cuando se efectúa el milagro, Azarías
desvela su verdadera identidad ante todos, que dan gloria a Dios. Comúnmente es
aceptado como parte del canon de los escritos bíblicos por las comunidades judías
La Biblia: La Palabra de Dios
Libro escrito en hebreo alrededor del 100 a.C. y cuenta la historia de una
viuda hebrea, Judit hija de Merari, en plena guerra de Israel contra el ejército
babilónico, erróneamente denominado asirio. De bellas facciones, alta educación,
enorme piedad, celo religioso y pasión patriótica, Judit descubre que el general
invasor, Holofernes, se ha enamorado de ella. Acompañada de su criada, la viuda
desciende de su ciudad amurallada y sitiada por el ejército extranjero —
Bethulia— y, engañando al militar para hacerle creer que estaba realmente
enamorada de él, consigue ingresar a su tienda de campaña. Una vez allí, en lugar
de ceder a sus reclamos galantes, lo hace beber hasta emborracharlo. Cuando
Holofernes cae dormido, Judit lo decapita y siembra de esta forma la confusión
en el ejército de Babilonia y obtiene de este modo la victoria para Israel. El relato
está lleno de errores históricos y geográficos.
Adiciones a Ester.
Entre el siglo I y II a.C., un hombre llamado Lisímaco tradujo el texto
hebreo del libro de Ester al griego, pero al hacerlo introdujo pasajes que no se
hallan en el original, donde todos a excepción de una mencionan el nombre de
Dios (ya que, si recordamos, ninguna vez aparece el nombre de Dios en este libro).
En la Vulgata estas adiciones se agregaron al final del texto canónico y en la Biblia
de Jerusalén se incluyeron diferenciándolas con letra cursiva.
Eclesiástico.
El Libro de la Sabiduría de Jesús ben Sirac, la tradición latina lo ha
llamado Libro del Eclesiástico. No debe confundirse con el Eclesiastés, el cual es
otro libro sapiencial del Antiguo Testamento. El original fue escrito en hebreo y
la traducción griega se considera obra de un nieto de Ben Sirac unos 60 o 70 años
después. Hoy se dispone de copias del texto hebreo manuscritas por los judíos
caraítas en el Siglo IX, encontrado en el depósito de una sinagoga en El Cairo.
Tal como el mismo nieto de Sirácides señala en el Prólogo, el Libro se dirige a
los judíos piadosos, deseosos de regir su propia vida de acuerdo con la Ley, sin
olvidar a los paganos que deseen saber qué les espera al asumir al Dios, la fe y las
tradiciones propias de los judíos. Sirácides intenta mantener la integridad de la fe
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religiosa yahvista, y poder contribuir a la depuración y purificación de usos y
costumbres, que cada vez se iban tiñendo más de infiltraciones helenísticas. El
Sirácida contiene sobre todo máximas éticas, por lo que se asemeja
considerablemente a los Proverbios. Se ignora si Sirácides fue el autor original o
sólo se trató de un compilador. Aunque el estilo uniforme mostrado por el libro
parece indicar lo primero. Trata temas diversos, desde sencillas reglas de cortesía,
humanidad y urbanidad, preceptos sobre el culto, superación de pruebas y el temor
del Señor, hasta las normas respecto de los deberes para con el estado, la sociedad
y el prójimo.
El libro de Baruc.
El libro de Baruc existió primeramente como tres partes separadas e
independientes que más tarde fueron reunidas y resultaron en el libro actual. La
pieza más antigua (dos poemas, Baruc 3:9-5:9) pertenecen al siglo III a. C. Ya en
tiempos de los Macabeos, un último redactor añadió el prólogo y la parte final y
atribuyó el todo Baruc amanuense de Jeremías. La Septuaginta muestra separado
el capítulo 6 de Baruc, que se llama "Carta de Jeremías" y en las Biblias de ciertas
religiones se encuentra como libro separado. La Vulgata, en cambio, la junta con
el libro de Baruc y la numera como un capítulo más. La Carta de Jeremías es un
discurso apologético contra la idolatría, y desarrolla aún más los conceptos
estudiados por Jeremías e Isaías.
La oración de Azarías y el cantico de los 3 jóvenes.
Es una adición al texto canónico de Daniel colocada entre 3:23-24 que
se encuentra en la Vulgata y versiones católicas. Se cree que se escribió en hebreo
alrededor del siglo II y II a.C. y destaca la oración de Zacarías y el cantico
expresado por los tres jóvenes cuando fueron echados al horno de fuego por
Nabucodonosor.
Susana.
Es otra adición al libro canónico de Daniel que aparece al final cuyo autor
es desconocido y data aproximadamente del II siglo a.C. Susana, una bella mujer,
esposa de Joaquín, un rico e influyente judío en el Exilio Babilónico, es vista y
deseada por dos ancianos que habían sido nombrados jueces entre los judíos en el
exilio en Babilonia. Los dos viejecillos se ponen de acuerdo para sorprender a
solas a Susana y así abusar de ella. Ante la importancia y la "credibilidad" de sus
acusadores, Susana es condenada a morir apedreada. Mas, cuando es llevada por
La Biblia: La Palabra de Dios
la congregación para ser lapidada, el profeta Daniel, que, por aquel entonces, es
sólo un adolescente, aprendiz de las artes de la consejería, con miras a ejercerla al
servicio del rey Nabucodonosor, detiene el cortejo del pueblo que lleva a Susana
hacia el sitio de su lapidación, reprende a la gente por estar actuando sin
conocimiento pleno de la causa, y pide separar a los dos viejecillos para
interrogarlos con inteligencia. Y, tal como sucede en los procesos en los que se
implementa dicho procedimiento, los dos falsos testigos incurren en tremenda
inconsistencia o contradicción en sus declaraciones cuando el jovencillo les
pregunta bajo qué árbol vieron a Susana recostada con su supuesto amante. Uno
de ellos dice: "Debajo de un lentisco." Y el otro de ellos dice: "Debajo de una
encina." Ante la evidencia del falso testimonio de los jueces, la bella y noble dama
es exonerada de todos los cargos que habían sido afincados en su contra, y los dos
viejecillos mueren ejecutados en lugar de Susana.
Bel y el Dragón.
Aparece como una adición en el capítulo 14 de Daniel, su autor y fecha
son desconocidas y desarrolla el drama donde el profeta demuestra que Bel,
patrono y protector de Babilonia, no es un dios verdadero. Un rey de Babilonia
ofrendaba diariamente delante de su estatua enormes cantidades de alimentos, que
eran "devorados" por la estatua de Bel. Daniel demuestra al rey que todos los
manjares y alimentos ofrendados al dios, eran, en realidad, consumidos por los
sacerdotes de dicho ídolo, sus niños y mujeres. En la segunda parte, el profeta
destruye un animal al cual los babilonios adoraban en virtud de su aspecto
imponente. La voz griega drakón (δρακων), traducido dragón, fue empleada con
frecuencia en la Biblia Septuaginta para hacer referencia a todo tipo de seres que
se suelen desplazar o propulsar por medio del arrastre, o del deslizamiento de sus
cuerpos de esta acepción a dicho término, es de donde se infiere que pudiese
tratarse de un enorme reptil.
La oración de Manasés.
Presenta la oración que Manasés realizo confesando sus pecados y
pidiendo perdón a Dios. Se escribió en griego ya comenzada la era cristina
posiblemente para introducirse en 2 Crónicas 33:12-18.
Primer libro de los Macabeos.
Este libro apócrifo destaca la resistencia de los judíos contra los ataques
de Antíoco Epífanes IV de Siria por erradicar la fe judía y helenizarlos, resaltando
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
las hazañas de los hermanos Judas Macabeo, Jonatán y Simón. Es de gran valor
histórico. Fue escrito en hebreo por un judío de Palestina alrededor del 100 a.C.,
aunque en la actualidad no se tiene ninguna copia en este idioma.
Segundo libro de los Macabeos.
Fue escrito por Jasón de Cirene en el idioma griego y posee un resumen
de una obra de cinco tomos donde se trata la historia de los judíos entre el 175 al
160 a.C. fue dirigido a los judíos de Alejandría con el fin de exhortarles a
reconstruir el templo de Jerusalén y da por sentado la fe en la resurrección de los
justos, así como recomienda la oración y el sacrificio de expiación por los
muertos.
Libro de Enoc
El libro que hoy se conoce fue editado tal vez en el siglo I de nuestra era,
y consta de varias partes escritas entre los siglos III a.C. y I d.C. en el estilo
literario apocalíptico. Entre las partes o capítulos que lo dividen tenemos: el Libro
del Juicio, donde da una profecía del juicio venidero, el Libro de los Vigilantes o
Caída de los ángeles, donde describe como algunos de ellos descendieron del cielo
para tener relaciones sexuales con las mujeres, el Libro de las parábolas o El
mesías y el reino, cuyo contenido es meramente mesiánico, entre otros.
LOS APÓCRIFOS DEL NUEVO
TESTAMENTO
A
parte de los escritos del Nuevo Testamento, se escribieron otras
obras que hablaban acerca de Jesús y los apóstoles, algunas
escritas por los mismos apóstoles, otras no, pero todas estas
fueron excluidas del canon bíblico. A parte de los apócrifos del Nuevo
Testamento, también se tienen otras obras que no son consideradas como tales,
tampoco son inspiradas por Dios, pero que gozaron de gran aceptación entre los
cristianos de los primeros siglos y son conocidas como literatura patrística.
Literatura patrística.
aceptación por muchos años entre la comunidad cristiana. Entre ellos están el
Pastor de Hermas, una obra cristiana del siglo II y se compone de cinco visiones
de género apocalíptico, doce mandatos y diez parábolas. La Didaché
(pronunciada en el latín como Didajé), contiene la enseñanza de los doce apóstoles
referente a su vida en comunidad, culto y principios cristianos. Algunos fechan la
obra a mediados del siglo I, por lo que sería contemporánea de las epístolas de
Pablo y algo anterior a los Evangelios. La Epístola de Bernabé, es un tratado
cristiano de 22 capítulos, escrito en griego, con algunas características de epístola,
y se divide en dos secciones, la primera es teórica y trata de la interpretación de
la Ley, del Antiguo Testamento y de cuestiones dogmáticas mientras que la
segunda sección, denominada los Dos Caminos, se refiere a la vida cristina, la
ética y la moral. Aparte de eso se tienen los escritos y homilías de Clemente de
Roma, Ignacio de Antioquia, discípulos de Pedro, y Policarpo de Esmirna, el
discípulo de Juan el apóstol.
Evangelios Apócrifos.
Entre el siglo II y siglo IV surgieron algunos escritores, la mayoría
herejes, que quisieron llenar algunos vacíos de las narraciones bíblicas, surgiendo
así varios evangelios que se consideran apócrifos. Entre ellos se encontraba el
Evangelio de los hebreos, se conserva en fragmentos citados o resumidos por
varios Padres de la Iglesia y consistía en una narración de la vida de Jesús, que
incluía su bautismo, la tentación, su transfiguración, su última cena, su crucifixión
y su resurrección. El Evangelio de los Egipcios, el cual incluye dialogo entre
Cristo y Salome sobre el repudio de la relación sexual. El Evangelio de Tomas,
contiene 114 dichos atribuidos a Jesús de Nazaret. Se ha conservado en un papiro
manuscrito en copto, descubierto en 1945 en la localidad egipcia de Nag
Hammadi. Existen dudas acerca de su fecha de composición. Algunos de los
dichos de este evangelio se asemejan a los de los evangelios canónicos de Marcos,
Mateo, Lucas y Juan; otros eran desconocidos hasta su descubrimiento. También
existen evangelios apócrifos que describen la pasión de Cristo, como el Evangelio
de Pedro y el de Nicodemo, exagerando un tanto los milagros, otros como el
evangelio de Matías, Judas, Felipe, Bartolomé, etc., así como los que hablan de la
infancia de Jesús como el Proto-evangelio (o primer evangelio) de Santiago.
Fueron escritos utilizados por los padres de la iglesia primitiva para la
enseñanza de los dichos de Jesús y las virtudes cristianas las cuales no alcanzaron
el nivel de los canónicos del Nuevo Testamente, pero que gozaron de gran
La Biblia: La Palabra de Dios
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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Hechos Apócrifos.
Como una forma de darle continuidad a la vida de los apóstoles, y
especialmente darle énfasis a sus últimos días, algunos llegaron a escribir
referentes a ellos, donde algunos de ellos brindan una buena referencia histórica,
y otros por el contrario son heréticos. Entre ellos están los Hechos de Pedro, de
Andrés, de Pablo, de Tomas, etc.
Epístolas Apócrifas.
Durante los siglos II y III las falsificaciones que hacían de cartas
supuestamente de Pablo (lo cual se conocen como Epístolas Pseudoepígrafos) se
volvieron populares especialmente en Siria y Egipto. Entre estas están Tercera a
los Corintios, Epístola a los Laodicenses, y Correspondencia entre Pablo y
Séneca.
7.
J. Oliver Buswell, Jr. Teología Sistemática. Zondervan Publishing
House, Tomo I, EEUU, 2a Edición, 2005. 206 págs.
8. Josh McDowell. Evidencia que Exige un Veredicto. Editorial Vida,
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Editorial Faith & Action Team, Serie Fe y acción, Springfield, Missouri,
U.S.A., 3a Edición, 2006. 218 págs.
11. Edward J. Young. Introducción al Antiguo Testamento. C R C World
Literature Ministries/Libros Desafío, 4ª Edición, EEUU, 1989. 465 págs.
Apocalipsis Apócrifos.
La literatura apocalíptica, propia de la cultura judía del post exilio se
volvió muy popular entre los hombres a tal punto que se escribieron libros que
querían asemejarse al Apocalipsis de Juan el apóstol, pero sin el respaldo divino.
Entre estos se tiene el Apocalipsis de Pedro, de Pablo, de Juan (no canónico), el
de Tomas, de Esteban y María.
Bibliografía.
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3.
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La Biblia: La Palabra de Dios
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