PATERNIDAD DE FE Mis Escritos “Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos” Proverbios 23:26 JUAN ANDRES BUSSO APOSTOL 1|Página “PATERNIDAD DE FE, Mis Escritos” Es una producción de “Desde el Cielo Multimedios”. “Desde el Cielo Multimedios” Es una división de “Ministerio Poder de la Oración” Diseño de portada: Ariel Ferradans Coordinador: Carlos Ariel Ferradans “DESDE EL CIELO MULTIMEDIOS” Periodistas Argentinos 570 – Villa María – C.P.: 5900 Cba. – Argentina. Teléfono: 54-353-4527754 / 4546757 E-Mail: [email protected] “PATERNIDAD DE FE, Mis Escritos” E-Mail: [email protected] Sitio Web: www.mipora.com.ar ISBN # 2|Página CONTENIDO PROLOGO del padre PROLOGO del hijo INTRODUCCION 1. EL DISEÑO DE LAS ESCRITURAS 2. PATERNIDAD RESTAURADA 3. CLASIFICANDO LA PATERNIDAD 4. LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD 5. PAERNIDAD DE FE 6. HONRA A TU PADRE 7. LO QUE SIGNIFICA TENER A UN PADRE 8. EL MANDAMIENTO DE UN PADRE ESTÁ A LA ALTURA DE UNA DOCTRINA BIBLICA, CUANDO EL MISMO NO CONTRADICE A LA MISMA 9. UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO 10. UN PADRE TRABAJA PARA OTRAS GENERACIONES 11. UN PADRE TE POSICIONA 12. UN PADRE TE BENDICE 13. VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES NOS ASEGURA EL RESPALDO FINANCIERO DE DIOS 14. PATERNIDAD A AUTORIDADES 15. UN PADRE TE DOBLEGA 16. LO QUE SIGNIFICA TENER A UN HIJO 17. TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS 18. MURIENDO PARA SER PADRES 19. MINAS ANTIPERSONALES PREPARANDO EL MATERIAL PARA LA PROXIMA GENERACION 5 7 9 11 15 21 25 33 41 49 53 63 69 73 79 89 95 105 113 117 125 133 141 3|Página PROLOGO De un padre En una época crucial de la historia de su pueblo, Jeremías fue llamado, apartado y enviado por Dios: era el tiempo de reformar con urgencia toda la conducta de Judá o vendría la cautividad. Le tocó confrontar con reyes que, aunque eran de la casa de David, debían mejorar sus caminos; de igual manera, con sacerdotes pasivos, engañados y acomodados; aun con profetas a quienes Dios nunca había hablado, comisionado ni enviado. Esta integridad le costó tener que sufrir la cárcel, estar dentro de una cisterna lodosa, ser calumniado; pero, "la Palabra de Jehová" estaba en su boca... ¡y un remanente fue bendito! Hoy tengo el honor de presentarles, amados lectores, este libro que seguramente contribuirá a la reforma que el Señor está haciendo en su Iglesia, para que seamos, con su Verdad Eterna, confrontados y, si su gracia es con nosotros, poder seguir por las sendas antiguas. Bendigo a mi hijo, el Apóstol Juan Andrés Busso, por su amor al Señor, a su pueblo y a la revelación Divina. Byron R. Walter Doctor en Divinidades Universidad Visión International Doctor en Teología Latin Theologycal University Director del Ministerio “Jesús Rey de Gloria” 5|Página PRÓLOGO De un hijo. En los años que he vivido, desde que conocí a Jesucristo hasta la actualidad, he podido experimentar, en las diferentes etapas, lo determinante que ha sido el haber entregado el corazón a un padre. Día a día vivo agradecido por poder contar con alguien como el apóstol Juan Andrés Busso, mi padre de fe, quien me hizo nacer, me enseñó a caminar, a tomar decisiones sabias y a vivir en verdad y propósito, momento a momento. En este último tiempo he podido definir muchas vivencias a través de la revelación y la profundidad que encontré en sus escritos sobre “Paternidad”, como así también en los congresos que ha realizado en diferentes naciones. Cada capítulo de sus escritos (bien sea que lo haya leído o recibido a través de sus conferencias en congresos) me ha impactado, ya que no sólo contiene la revelación de Dios y su voluntad, sino que aúna en su mismo carácter una forma de vida coherente con sus ideas y su espíritu, y me lo ha demostrado durante estos casi 20 años. Sé, además, en lo más profundo de mi ser, que todo aquel que los lea con una mente abierta y dispuesta a dejarse formar por el mismo Espíritu Santo, se encontrará con pura revelación, llena de la gracia divina, que impulsará su vida poderosamente hacia la entrega de su corazón a un padre, para ser hoy el “hijo amado” que mañana se convertirá en un padre de naciones. “He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes”, Gn. 17:4. Ariel Ferradans Apóstol 7|Página INTRODUCCIÓN Muchos llaman a esta generación: “una generación sin padres”; esto es porque, año tras año, la imagen y el rol del padre creado por Dios se ha ido desfigurando, lo que ha traído visibles resultados tanto en el Reino de Dios como en el mundo. El hecho de que Dios se identificara como Padre y estableciera que uno, desde el principio, por medio de la procreación, propagase la raza humana, nos habla de cuánta importancia tiene para el Señor el rol paterno como modelo a seguir y, tal sabemos, todo lo que es centro de la voluntad y el plan divino, seguramente será blanco de Satanás. Desde la existencia del primer hombre, Satanás trató –con éxito momentáneo– de sembrar en él un sentido de independencia. Una vez que el hombre cedió, creyendo que así obtendría grandes resultados, comenzó la transmisión de esta rebelión, la que ha regido durante siglos, y que aún hoy, a muchos de los llamados por el Señor les cuesta renunciar. A partir de ese día, la tendencia del hombre es hacer lo que él cree que es mejor; no obstante, Dios viene trabajando para lograr un corazón dependiente de lo que Él dice que es mejor, y de su modelo. Con este escrito creo firmemente que el Espíritu Santo restaurará el modelo del principio puro y sin adulteración de la paternidad que Dios enseñó, trayendo al lector hacia una clara conciencia de que el corazón y el rol paternal van más allá de muchos otros temas (y que, si bien ellos pueden ser importantes, toman su carácter correcto de la paternidad) la cuál no es una opción o moda, sino que es un mandato, un deseo y el medio de que se sirve Dios para permitir a las generaciones pasadas, presentes y futuras conectarse con su plan, hasta que todas las familias sean benditas y la tierra llena de Su Gloria, de modo tal que ya no 9|Página tengamos que llamar a las generaciones presentes, “una generación sin padres”. . 10 | P á g i n a CAPÍTULO 1 EL DISEÑO DE LAS ESCRITURAS “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...” Génesis 1:26 Cuando Dios creó al hombre, lo creó semejante a Él mismo, es decir, parecido en muchos aspectos, y esto fue debido a que Dios -a través de ese hombre- planeaba gobernar la tierra y que en ella se hiciera su voluntad. Para esto, crea a un hombre a su imagen y semejanza, ordenándole que se multiplique y gobierne: “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. Génesis 1:28. Desde el momento de la creación del hombre, la tierra empezaba a tener el gobierno y la voluntad de Dios, lo que le impediría a Satanás hacer su propia voluntad en ella y en los que la habitaran. El rol del hombre era escuchar a Dios, que se paseaba a la luz del día y le hablaba; luego debía hacer que se cumpliera lo que se le había dicho, por lo que era esencial que este hombre estuviera con Él, para escucharle y obedecerle. De esta forma, el primer hombre iba a engendrar hijos y esos hijos, más hijos, hasta llenar la tierra de gente que supiera escuchar y obedecer al Señor y, a su vez, hiciera que todo esté sujeto a esa voluntad. De esta forma, en cada rincón del planeta iba a existir un hombre representante de Dios y su poder, por el cual Dios manifestaría su voluntad sobre Satanás. Dios, a través de estas palabras, fue totalmente específico y claro en cuanto al “para qué” había creado a un hombre y a una 11 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS mujer: ellos existían para dar inicio al gobierno total de Dios sobre el planeta, el hombre existía para multiplicarse y gobernar. Así es que, si el hombre no se reproducía, es decir, si el hombre no era padre y se multiplicaba llenando cada rincón de la tierra, estaba dejando y arruinando el plan que Dios se había propuesto con él y su descendencia. Este fue el principio, el modelo y el diseño: un hombre obediente, siendo padre y transfiriendo -en esa paternidadobediencia al Señor. * La idea oriental de la familia es un pequeño reino en sí mismo, sobre el que el padre es el jefe supremo. Cada compañía de viajeros, cada tribu, cada comunidad, cada familia, debe tener "un padre" como cabeza del grupo. Se dice que un hombre es "el padre" de lo que el inventa. Jubal "fue padre de todos los que manejan arpa y órgano". Jabal fue el "padre" de todos los que habitan en tiendas y crían ganado. Génesis. 4:20, 21. Porque él era el preservador y protector, José dijo que Dios lo hizo "padre de Faraón" Génesis. 45:8. La mente oriental no puede concebir que ningún grupo o cuadrilla deje de tener alguien que sea el "padre" de ellos. Bajo la administración patriarcal, el mando del padre es supremo. La autoridad del padre se extiende a su mujer, sus hijos, sus nietos, sus siervos y a toda la familia, y si él es el jefe, su autoridad se extiende a la tribu. Muchos de los árabes beduinos de este tiempo no tienen otro gobierno más que el patriarcal. Cuando Abraham, Isaac y Jacob vivían en tiendas en la Tierra Prometida, se gobernaban por el mismo sistema. Y cuando la ley de Moisés fue dada a Israel, la autoridad de los padres y específicamente la del padre, aún se reconocía. Uno de Diez 12 | P á g i n a EL DISEÑO DE LAS ESCRITURAS Mandamientos es "honra a tu padre y a tu madre". Éxodo 12. En muchos casos el padre era la corte suprema de apelación en asuntos domésticos. En la mayoría de los casos, la gran autoridad que el padre tenía, la pasaba a su hijo mayor, quien tomaba el puesto de jefe a la muerte de su padre. Así Isaac vino a ser jefe de la familia de su padre a la muerte de éste. Él y Rebeca habían vivido en la familia bajo la autoridad de su padre; pero la sucesión de la autoridad pasó a él como hijo. Ismael, que era el de la sierva, no recibió herencia, Génesis 25. En algunos casos el padre delegaba la sucesión de autoridad en otro que no fuera el mayor, como cuando Isaac la delegó en Jacob en lugar de Esaú. Génesis 27. (* tomado de “Usos y Costumbres Bíblicos” del sitio Web La Gracia Soberana - http://www.graciasoberana.com/) Si bien la cultura oriental de la que hace referencia la Biblia es algo que puede parecer fuera de lugar en esta época, en muchas cosas no debemos dejar de prestar atención para comprender que, si Dios usó a este tipo de cultura y en esos tiempos, fue porque era lo más cercano a lo que quería transmitirnos, en lo que de principios se trata. Escuchar con inteligencia lo que el Espíritu de Dios quiere decirnos, nos permitirá encontrar principios y modelos que nos dejarán edificar de acuerdo a lo que Dios tiene planeado. 13 | P á g i n a CAPÍTULO 2 PATERNIDAD RESTAURADA Jesús vino para restaurar lo que había sido diseñado por Dios y expresado en la creación o en el principio. Todo lo que Dios hizo al principio era su voluntad en su estado máximo de pureza; por esta razón, en algunas ocasiones, Jesús dijo: “en el principio no fue así” como para que el hombre pudiera ver el diseño del principio, no adulterado por el pecado. Es de suma importancia mirar al comienzo para no perder la dirección que se tiene que seguir, de este modo es posible entender dos cosas fundamentales para vivir de la manera correcta: una de ellas sería la pregunta ¿para qué Dios crea al hombre?, cuya respuesta es: para tener el gobierno de la tierra a través de él. El plan del Señor era y sigue siendo, llenar la tierra de gente que tenga su presencia y corazón para poder; a su vez, tener el control de la misma. Así es que, el propósito de nuestra existencia es el Reino de Dios. La segunda pregunta sería ¿cómo planeó Dios hacer esto? La respuesta es: a través de que un hombre y una mujer tuvieran hijos, a los cuales se les transmita o transfiera su obediencia. Dios podría haberlo hecho de otras maneras, pero Él planeó que la transferencia de fe y visión fuese de un padre a su hijo. Este es el medio elegido por Dios: un padre engendrando y transmitiendo su genética de fe (obediencia) y la visión a sus descendientes. Ya todos sabemos del fracaso de Adán en esto, en cuanto a lo que transfirió, pero también sabemos, que el medio de 15 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS transmisión no falló. Adán fue desobediente y transmitió desobediencia a millones. La transferencia (paternal) no falló. Luego de este error, que tanto costó, a Dios le llevó mucho tiempo encontrar a alguien obediente y con la visión o entendimiento correcto de lo que Él tenía que hacer. Hubo muchos hombres que conocieron a Dios antes de Abraham, pero no hubo uno que entendiera el propósito y no fracasara con sus próximas generaciones. Por ejemplo Noé, si bien obedeció y creyó a Dios, su fe y visión terminaron con él, ya que en sus hijos no hubo una conciencia clara del plan de Dios y se fue disolviendo lo que había quedado en pocas generaciones. Pero muy diferente fue con Abraham, él creyó a Dios, comprendió la visión de ver a todas las familias de la tierra llenas de su presencia y entendió la manera que Dios tenía para que esto se pudiera llevar a cabo. Abraham no fue como muchos otros creyentes de su época y aún de la nuestra, él no vivió solo para disfrutar su relación con Dios y experimentar las bendiciones del Señor. El vivió para engendrar a su hijo de la fe, vivió para ayudarlo a crecer y lo dirigió en su misma visión hasta que estuviera listo para traspasar todo a la próxima generación. El veía multitudes, creyendo en el mismo Dios que se le reveló y tomó todos los recaudos para que esto así fuese. En el capítulo 18 del Génesis, Dios declara saber que Abraham llegaría a ser una gran nación, porque estaba seguro de que, con mucha responsabilidad, cuidaría las acciones de su hijo para que no se perdiera la dirección y fe que Dios le había revelado. 16 | P á g i n a PATERNIDAD RESTAURADA Tener claro el plan, en cuanto a alcanzar a todas las familias de la tierra y entender que la manera es la transferencia, y el medio, son los hijos; será la señal para Dios, de que ese hombre no es uno mas, sino que es una persona que ha sido puesta en la línea de Abraham para bendecir a todas las familias de la tierra. Hoy en día existen congregaciones que sólo trabajan para ganar almas, las que mejores están, y otras solo para sostenerse. Creyéndose de que están en el pleno cumplimiento de la voluntad del Señor trabajan año tras año, en alguno de los casos, con muy pocos resultados en cuanto a la multiplicación, y ni hablar en lo referente a la paternidad; las mismas tienen un idea equivocada del plan de Dios ya que se centran en recuperar a los perdidos que si bien es a lo que nos mandó el Señor- no es mas que el segundo plan o el B. Pero para que la obra sea completa la iglesia no debe perder de vista el plan A , si es que quiere establecer el Reino en toda la tierra. Y el plan A u original, del principio, es ser padres que engendran en sus hijos toda la esencia de la fe y el propósito, someten al diablo y establecen el Reino de Señor Todopoderoso “Fructificad, multiplicaos, llenad la tierra y SOJUZGADLA”, aquí está el fin de la existencia del hombre en su estado mas puro. Un hombre que no paterniza a sus hijos, no puede transferir visión y propósito. A lo largo de los años muy seguramente su obra termine con él y más que seguro que no someterá al diablo. Al no haber paternidad para transferir, no hay genes, no se forma el carácter. De palabras solamente no se reproduce, solo se reproduce lo que uno es, y cuando no se hace de esta manera, las generaciones van perdiendo las débiles enseñanzas carentes de esencia. 17 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Está siendo común escuchar a algunos hablar de paternidad espiritual y otros hasta la ofrecen, pero no siempre esto significará que sean Padres. Debemos entender, discernir y percibir que un Padre no es el que dice serlo ni el que intenta, a través de algunos consejos, corregir conductas torcidas en los hijos, ni siquiera es el que tiene hijos. Existe un ejemplo muy claro en el relato de Elí: tenía hijos y les decía lo que era correcto, pero jamás logró modificar la mala conducta de ellos. Elí había perdido la visión y el carácter paternal que le podría haber permitido estorbar sus malos caminos y algo más importante aún, haber recibido la aprobación de Dios. Pero no sólo que no modificó, sino que el modelo de su paternidad fue totalmente desaprobado por Dios, lo que provocó el mal para todas las generaciones siguientes. Por lo tanto, todas las generaciones tienen una lección muy bien definida acerca del tipo de paternidad que Dios desaprueba. “Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas”. 1 se Samuel 3:12-14 Cada caso que la Biblia menciona de hombres que entraron al propósito, fue de padres transfiriendo visión, propósito, carácter y conviviendo en cada experiencia con sus discípulos o hijos. Un seminario puede ayudar mucho en lo que se refiere al hecho de informar, pero no será suficiente, ni lo planeado por Dios (como único), ya que no posee la fuerza para marcar el carácter y la visión, como lo haría la formación de un “Padre” a través de la experiencia práctica. 18 | P á g i n a PATERNIDAD RESTAURADA Querer multiplicar hombres de Dios sin paternidad, por lo general fragmenta, en vez de ser una proyección del padre; y hasta existen casos de ministros que una vez vueltos del seminario, “como ya lo saben todo”, se alejan de su padre para seguir su propio camino. En cambio, a quién se le “engendró” la obediencia y propósito será una proyección del “Padre”, una continuidad de lo que Dios empezó con Abraham. Debemos saber que, de esta manera, Dios no planeó ganar la tierra y someter al diablo, y que cualquiera que no es paternizado está cortando una línea de conexión entre Abraham y todas las familias de la tierra, ya que el éxito de esto está ligado a la transferencia paternal. Abraham vivió obediencia y visión, y transfirió obediencia y visión; siguiendo esto hasta que llegó Cristo, quien pagó el precio y siguió con la visión de gobernar la tierra a través del obediente. Fue muy controversial que en los días de Elías, tiempo en que existía la escuela de profetas, el elegido para continuar el propósito fuera alguien paternizado por Elías con vida práctica, y no un alumno de la escuela. Había muchos profetas, pero para el propósito, sólo uno: el que había recibido los genes del carácter de su padre con quien caminó hasta el último momento en la tierra. Elías hizo lo que luego Jesús hizo: paternizó haciendo nacer y crecer la visión en su hijo. Eliseo fue el elegido para continuar el plan porque tenía más que una teología correcta, él poseía la genética misma de su padre. Cada vivencia y expresión de Elías había sido absorbida por él, su carácter estaba formado por los hechos que vivió con el profeta (padre). 19 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Eliseo entendió muy bien cuál era su llamado: estar bajo la paternidad de Elías, y lo que más persiguió fue una doble porción de su espíritu. Note por favor que no pidió una doble porción del Espíritu de Dios, sino del de Elías, esto es entender la paternidad. Comprender que existo y que se me da un padre para que se me transfiera todo lo que Dios, a través de los años, puso en él. El espíritu humano es lo que da impulso a nuestro ser, sin él nuestros cuerpos no podrían tener acciones. El Espíritu de Dios, cuando entra a una persona, se hace uno con su espíritu, causando toda la influencia que la misma le permita, lo que da como resultado acciones impulsadas por Dios. Esto era lo que había visto Eliseo y era lo que seguía, sin volverse por nada. Quería tener en él un doble resultado de la influencia del Espíritu Santo en su espíritu. Y esto era posible porque, junto a Elías, él había desarrollado una parte. Ahora, al irse Elías y él continuar el proceso de influencia de parte de Dios, se hacía posible alcanzar el doble. Es verdad que debió pasar una prueba para lograrlo “si me vieres cuando me voy”, es decir, si puedes caminar bajo mi paternidad hasta el último momento de mi ministerio en la tierra, entonces habrás recibido todo lo que tenía para darte, lo cual crecerá por el poder de la influencia divina, dando como resultado un carácter y vida doblemente influenciados. Gente de Dios existe a millones, pero gente que sea capaz de entrar en la línea iniciada en Abraham que se proyecta hasta alcanzar a todas las familias de la tierra, sólo son unos pocos y estos pocos son los que tienen a un padre y se convierten en padre (con todo lo que esto significa). 20 | P á g i n a CAPÍTULO 3 CLASIFICANDO LA PATERNIDAD Tipos de paternidad Si bien existen otros casos en los que se usa la palabra padre para denominar a los que crean o inventan algo, en este capítulo, sólo veremos los más significativos y de mayor ayuda a la hora de poder definir el tipo de paternidad que un cristiano debe tener sobre su discípulo. Para empezar, definiremos la paternidad biológica, que es la primera también en el orden natural de la vida. Padre biológico: Es aquel que hace su aporte biológico (a través de una relación sexual) para que se produzca el engendro de una nueva vida física impulsada por el espíritu humano. Si bien que en todo engendro es necesario Dios, también es esencial para la vida física la participación del hombre ej.: “Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo”. Rut 4:13. “Lo que es nacido de la carne, carne es” Juan 3:6. En este tipo de paternidad vemos que, como fruto de una relación física y por supuesto del aporte de Dios, una nueva vida podía existir. La segunda definición tiene que ver con lo que en realidad estamos tratando y que, en la mayoría de las veces, se usa otro término que no dice tanto como el que aquí estamos usando, el de “Padre de fe”. Padre de Fe: Es aquel que hace su aporte a través de la predicación y el discipulado, para que otra persona pueda nacer a una vida de Fe en Dios. 21 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Abraham es llamado el “Padre de la Fe” por el hecho de que escuchó a Dios y le creyó, haciendo luego nacer a otros en su misma creencia. Pablo dijo: “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham”. Gálatas 3:7. Si bien, hablando patriarcalmente somos hijos de Abraham por tener nuestra fe su origen en él; también tenemos un padre de fe más cercano, que es quien personalmente nos hizo conocer a Dios y que -en el caso de los Corintios- era el apóstol Pablo, “pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del Evangelio.” Padre espiritual: Es aquel (Dios) que provoca el hecho de que el ser humano pueda ser engendrado en una vida (nueva) impulsada por el Espíritu de Dios. “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” Juan 3:3-6. Con respecto al significado de la palabra padre, en el diccionario expositivo Vine dice lo siguiente: * páter (pathvr, 3962), de una raíz que significa nutridor, protector, sustentador (lat., páter castellano padre). Se utiliza: de uno que, como predicador del evangelio y maestro, ocupa el puesto de un padre, tomando cuidado de sus hijos “Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.” 1 Corintios 4:15; no siendo lo mismo que un mero título de honor, prohibido por el Señor “Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”. Mateo 23.9.* 22 | P á g i n a CLASIFICANDO LA PATERNIDAD Dios está totalmente en contra de quienes anhelan títulos como el de “Padre o Maestro” para ejercer poder por encima de otros y ser honrado por los hombres, alimentando así su propio ego y vanidad. Pero desea con toda sus fuerzas encontrar a gente como Pablo que no estaba orgulloso del título, sino que daba la vida por el cargo. Dios busca gente a la cual no le importa cuanto le cueste transmitir a otros el carácter de Cristo que ha adquirido a través del tiempo que ha pasado con Él. “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas”. 2 Corintios 12:15 Entendiendo al término Pater (Padre) como un nutridor, protector, sustentador debemos descubrir, y de acuerdo a qué tipo de paternidad nos toque ejercer, cuáles son las responsabilidades de la misma. En el caso de un “Padre de la Fe” la mayor responsabilidad será transmitir el carácter de la Fe al hijo. Transmitir esto significa actuar en cada ocasión como Cristo actuaría con sus hijos. En lo que respecta al trabajo paternal que el apóstol Pablo llevó a cabo podemos encontrarnos con muchos ejemplos modelos para nuestra paternidad. No debemos limitarnos a creer que un Padre es solo el que hace nacer, ya que el término va mucho más allá y abarca el hacer nacer, el hacer crecer, la formación del carácter, la dirección del propósito y el control, para que lo que se inició continúe en la próxima generación. Pablo, un modelo de paternidad muy especial, hizo que gente naciera a la fe, les ayudó a dar los primeros pasos, les enseñó la nueva vida, los corrigió, los reprendió, los estorbó, los perdonó, gastó y se gastó la vida, sólo e íntegramente movido por el carácter de Padre que se había desarrollado en él. 23 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Como hemos visto con el significado de padre, de igual manera, tampoco la denominación de hijo debe ser un título para identificarnos con alguien correcto, y ni siquiera basta con tener la misma sangre, para ser llamado un hijo. Jesús denominó que alguien era hijo, cuando sus obras eran las mismas de aquel que proclamaban como Padre. “Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. Juan 8:39-44 . 24 | P á g i n a CAPÍTULO 4 LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD Desde el momento en que Dios nos empezó a revelar acerca de la paternidad, hemos podido ver más al respecto en las escrituras de lo que nos podríamos haber imaginado. Cada día se torna más apasionante descubrir este carácter y rol (paternal) en los diferentes libros y pasajes de las escrituras. Dentro de todo lo que hemos visto y tratado, podemos decir que Proverbios es el libro de la Paternidad por excelencia, es el manual del padre y del hijo, es lo que jamás deberíamos dejar de estudiar, ya que lo necesitaremos, tanto para ejercer el rol paterno, como para ser hijos amados. Ahora, como hemos visto Proverbios de esta manera, también existe un Salmo -al que llamo el ‘Salmo de la paternidad’que trata a la misma como un mandamiento y responsabilidad de cada generación. El Salmo al que hago referencia es el 78; en el mismo podemos ver al Espíritu Santo sumamente ocupado en responsabilizar a los padres de transferir a los hijos toda la vida divina. Y dice: “Él estableció testimonio en Jacob (se reveló), Y puso ley en Israel (reveló su voluntad), La cual mandó a nuestros padres que la notificasen a sus hijos; (transfirieran la revelación a sus descendientes)”. Salmos 78:4-9. Qué más claro que lo que este fragmento dice para entender la responsabilidad que un padre tiene para con sus hijos. Dios se reveló a nuestras vidas y reveló su voluntad; ahora estamos bajo el mandamiento de transferir esa revelación a nuestros descendientes. Esta es la manera en que Dios espera operar en las generaciones que vienen. Recordemos que Dios no es Dios de 25 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS una sola generación, Él es un Dios que traspasa las generaciones, su plan lo abarca todo. La paternidad no es una moda, ni una opción para aquel que tiene ganas de ejercerla. Cuántos cristianos hay que viven enamorados de la revelación de Dios, pero que ni siquiera quieren tener un discípulo. Actuar así, impide a Dios concretar su plan. La paternidad no es una práctica para los más modernos. La paternidad es el mandamiento de Dios a los padres, y será lo que les permita a los hijos tener la revelación de Dios y su voluntad; nuestros hijos o próximas generaciones comprenderán plenamente a Dios siempre y cuando los padres no fallemos en revelárselo. Ellos, un día, podrán declarar que han entendido acerca de Dios si su padre cumplió el mandamiento de transferir. “Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron”. Salmos 78:3. Para Dios es cosa seria que un padre no haga partícipe al hijo de la revelación y el pacto. Estamos obligados por el deber a poner a nuestros hijos bajo la misma revelación y pacto en el que vivimos nosotros: “No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y Su potencia, y las maravillas que hizo”. Salmos 78:4. Para Dios es cosa seria que un padre no haga partícipe al hijo de la revelación y el pacto. Estamos obligados por el deber a poner a nuestros hijos bajo la misma revelación y pacto en el que vivimos nosotros: “No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y Su potencia, y las maravillas que hizo”. Salmos 78:4. Este Salmo también enseña que, encubrirles a los hijos la revelación de Dios y su voluntad es dejar de transferirles la misma vida y propósito que Dios puso y tiene con nosotros. Y, si bien en 26 | P á g i n a LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD este versículo está más que claro, se puede ver lo grave que es para Dios el que no incluyamos a nuestra descendencia en el pacto que Dios tiene con nosotros y que viene de generación en generación. En el caso de la circuncisión, iniciada por Dios con Abraham, como señal de su separación para Dios, fue pasando de una generación a la otra hasta llegar a Moisés quien había sido circuncidado por sus padres, justamente por ser un descendiente de Abraham. Dios lo llama a la misión de libertar a los hijos de Jacob, a lo que obedece y sale a cumplirla, pero en el camino, cuenta la Biblia, algo pasó: “Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo”. Éxodo 4:24. Pareciera un poco raro, que obedeciendo a Dios en su salida hacia la tierra de Egipto, el mismo Señor que le manda intente quitarle la vida, pero no debe sorprendernos ya que esto nos deja bien claro que significativo era y es para Dios, no solo el presente, sino el futuro. Moisés era el presente de Dios, pero su descendencia era el futuro. Y este varón Moisés, no tuvo el cuidado de circuncidar a sus hijo, lo que no lo separaba para Dios. Querer hacer lo que Dios nos manda, sin transferirlo, aún cuando lo hagamos todo bien, será una seria provocación al Dios que nos llamó para cumplir su perfecto plan de generación en generación. ¿La solución para calmar a Dios? Lo más urgente posible, ocuparnos de transferir a nuestra descendencia la voluntad de Dios. “Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre. Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.”. Éxodo 4:25-26. Su hijo quedó bajo pacto. Cuántas veces habremos leído sin comprender la seriedad del asunto, y es que la transferencia paternal es el medio por el cual Dios planea llenar la tierra de su gobierno. Es el gran deber de 27 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS cada hombre experimentar y transferir la vida Divina. Que alguien no lo haga es muy frustrante para Dios y, a su vez, doloroso. No nos olvidemos que el fin del hombre en la tierra es engendrar y trasmitirle (revelarle a Dios) a la generación que viene. “Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos”. Salmo 78:6. Prestemos mucha atención a este versículo, ya que la generación venidera deberá aprender de Dios por nosotros; pero, a su vez, deberá aprender a paternizar también a sus hijos. Dios nos pone, como padres, la carga de más de una generación; cada padre es responsable por dos generaciones y deberá vivir bajo el deber de hacer conocer a Dios, y su voluntad, a la par de cuidar que los hijos, a quienes les enseña, lo enseñen por igual a sus hijos. De esta manera, claro que será posible ver la tierra llena de la gloria del Señor. Dentro del pueblo de Dios, esto era una ordenanza divina más que sabida; el pueblo judío vivía muy consciente, y creo que fue una de las cosas que le permitió ver el milagro de no desaparecer como nación, aún cuando estuvo fuera de su tierra por casi 2000 años. En Deuteronomio 4:9 es más que clara la responsabilidad sobre dos generaciones: “Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.” Lamentablemente, existen quienes viven para sí mismos y que, por no querer entender el rol paterno revelado por Dios, han desfigurado el sentido de lo que es la vida en Dios. 28 | P á g i n a LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD A lo largo de la historia hubo mucha gente que creyó en Dios, pero nunca entendió lo que significaba ser padre, ¿qué dio esto como resultado? Liderazgos carentes del corazón del padre que, al igual que Ezequías, sólo trabajaron para el éxito en su presente. ¿Quién podría decirle algo a un líder como el rey mencionado? Revolucionó al pueblo en su tiempo, restauró la adoración, el servicio, los sacrificios, celebró la Pascua uniendo a las tribus. Sus cultos eran excelentes, tenía todo lo que cualquier adorador desea tener y aquello que más de un pastor anhela con todas sus fuerzas. Iglesias con todos los detalles bíblicos -uno entra y son preciosas, no hay nada que reprochar- están dando honra con la más alta excelencia. Pero de repente, vino una palabra de Dios; no por casualidad, sino para que se diera cuenta de su condición en cuanto al plan de Dios, que va más allá de nuestro presente y traspasa las generaciones; y le dice. “Prepara tu casa, porque ciertamente morirás”. Isaías 38:1, que traducido a lo que el rey entendía, significaba: “se terminan tus días en la tierra, pon un sucesor”; dándose cuenta, Ezequías, de que todo el éxito de su presente se terminaba con él. Este rey, que había hecho tanto para Dios, no había paternizado a nadie, engendrándole con esa vida de Dios, que le había sido dada. No tenía hijos. Le ruega a Dios un tiempo más de vida, Dios se lo concede, en ese tiempo tiene al hijo; parece que había aprendido la lección de paternidad. Pero se concluye, por la respuesta a Isaías en 2 Reyes 20:16-18, que el corazón de padre para engendrar y traspasar la genética divina a otra generación nunca había estado. “Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra de Jehová: He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.”. 29 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Se puede tener un gran éxito en el presente; aun se pueden tener hijos y, sin embargo, por otro lado, estar resistiendo el mensaje de Dios de convertirnos en padres que engendren y traspasen a otras generaciones la vida, visión y propósitos divinos. Lo que el profeta le dice fue sólo lo que Ezequías tenía en su corazón, y esto era el gran desinterés y descuido por su descendencia; nada le interesó el “contar a los hijos que se levantarán”, estaba totalmente desentendido de la responsabilidad con la “generación venidera”. Sólo basta ver lo que le contestó al profeta para darnos cuenta de mi afirmación. Su respuesta a la palabra profética, de ruina para su descendencia, fue: “la palabra que has hablado, ha sido buena, al menos no venga en mis días”. ¿Se puede decir que Ezequías tenía un corazón de padre y que cuidaba de su descendencia para asegurar la continuidad del plan de Dios? No lo tuvo antes de que se le anunciara su muerte y cuando no tenía hijos sucesores; ni lo tuvo después, cuando le fueron añadidos quince años y tuvo hijos que le sucedieran. No tener un corazón de padre es no reflejar la imagen de Dios, es impedirle a Dios la conexión entre una generación y la otra, y Dios no va a llenar la tierra de gente bendita en una generación sola. Dios lo viene haciendo desde Abraham, a quien eligió porque justamente encontró en él a un varón que, si bien estaba lleno de imposibilidades y aún con errores, sabía que existía para tener un hijo. Toda su vida se enfocó en ser un padre de acuerdo a Dios, y Dios cree y afirma que, con Abraham, la obra iba a ser posible, por ver en él la gran responsabilidad para con sus descendientes “…habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, 30 | P á g i n a LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”. Génesis 18:18-19. Abraham, al igual que David y Jesús, no se distrajeron con su presente para dejar de paternizar. Vivieron su presente con gran entrega y éxitos, sin descuidar que eran padres responsables de engendrar y hacer nacer aquellos sucesores que conectarían las generaciones, permitiendo la continuidad de lo que Dios había empezado, hasta que la tierra sea llena de Su gloria. Qué fácil hubiese sido para Jesús enamorarse del ministerio evangélico al ver enfermos sanarse, pecadores arrepentirse, muertos resucitar y decir: “Dios me llamó a salvar lo que se había perdido”, descuidando de este modo el engendramiento de su equipo de 12. Pero Jesús era el fiel reflejo de Dios con un corazón de padre y, si bien cuidó su ministerio evangélico, por nada se descuidó de engendrar, a través de cientos de vivencias, el equipo que el Padre le había dado. Jesús tenía bien en claro que la obra de Dios era paternizar para conectar las generaciones, y que esto iba más allá de su presente. Perder el corazón de padre, revelado en Dios, es un gran perjuicio para el verdadero evangelio. ¿Cómo es posible que un líder, pastor, evangelista, apóstol o lo que sea, pueda engendrar y transmitir a su próxima generación lo puro de Dios Padre, si él mismo no tiene un corazón de padre? ¿De qué manera Dios, con su carácter y voluntad, no se distorsionará al pasar por un hombre que no tiene el corazón paternal? Simplemente es imposible mostrar la plenitud de Dios sin tener Su corazón, el del padre. 31 | P á g i n a CAPÍTULO 5 PATERNIDAD DE FE En 1 de Corintios 4:14 el apóstol Pablo escribió: “No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados. Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del Evangelio.” Este versículo tomado de la carta a los Corintios ha sido de gran significancia para mí a la hora de explicar acerca del tremendo sentido de paternidad del apóstol Pablo. Pablo sabía diferenciar entre un pastor (Sentido que tiene la palabra ayo en este pasaje, según el diccionario Vine) y un padre, y les declaraba que por ser él padre de ellos en la fe, sentía el profundo amor para tomar acción en una corrección. Un verdadero padre es alguien que no puede dejar equivocado al hijo, es alguien que no puede seguir la marcha sin poner en orden la vida de aquellos a quienes paterniza y Pablo demostraba ser un padre con todas las letras. Este apóstol estaba dispuesto a llegar hasta lo más severo con tal de sanar a sus hijos, tenía la misma genética de Dios “Yo reprendo y castigo a todos los que amo” Apocalipsis 3:19. Este tema parece ser simple, pero no lo es, porque -si bien la autoridad viene de Dios- también viene de vivir una vida al nivel de la demanda divina; sólo cuando un hombre vive en el propósito correcto de Dios y puede mostrarle con claridad al hijo a qué tiene que llegar, podrá ejercer una autoridad paternal para corregir, y que la misma resulte en hijos bien direccionados. Existen hombres de Dios que, al no actuar como padres porque no viven para el propósito sino para parte del mismo-, quieren transmitir lo que ellos saben, pero no lo que ellos viven y 33 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS se les hace imposible llevar al hijo hacia el cumplimiento del propósito y que perdure en el tiempo. El hijo no encuentra la suficiente esencia en las correcciones y, como la misma vida de su padre carece de la esencia verdadera, no soporta ciertas correcciones o soporta hasta cierto punto. Esto es para tener en cuenta, ya que cuando el varón de Dios tiene la misma esencia del propósito y todo su ser se identifica con el mismo, luego de haber mostrado al hijo hacia qué se debe dirigir, tendrá un respaldo sorprendente a la hora de corregir lo deficiente y nunca tendrá miedo de que el hijo se “enoje”. Alguien que vive la paternidad como debe ser, tendrá libertad para corregir a su hijo en las tres dimensiones en que esto se puede hacer. Siendo la primera, el hablar con cariño, ayudando a que el hijo reflexione acerca de su error; y esta es una dimensión que tanto Jesús como Pablo, entre otros, usaron. La segunda, es la dimensión de la corrección fuerte, cuando en un tono subido y enérgico con advertencias se habla al hijo, algo común en el trato de Dios con su pueblo cuando se traspasaba los límites y no reaccionaba por sí solo. Y la tercera, es la corrección con celo (la palabra «celo», en griego, *se dice que proviene de una raíz que nos remite a los significados de caliente, ferviente, entrar en ebullición. Celos se traduce bien de una palabra hebrea cuya raíz «designa el rojo que sale al rostro de un hombre apasionado») Según su motivo, el celo puede ser bueno (Sal 69.9; 2 Co 7.7), o malo (Nm 5.14; Hch 5.17). (*Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.) siendo esta dimensión de corrección la imposible de soportar para quienes no son hijos, ya que es aquella en donde no se miden las palabras ni los modales; diferentes hombres de fe, en alguna ocasión, actuaron de esta manera, entre ellos Esdras, Jesús, Pablo. 34 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE Un verdadero Padre, que vive y hace las cosas como Dios quiere, nunca temerá a que el hijo se enoje, al contrario, deberá llevar la corrección a fondo si la situación lo requiere. Jesús dijo bien claro que aquel que no era hijo, nacido de Dios, ante una corrección con celo se enojaría y la misma lo desarraigaría, mientras que a uno, nacido de Dios, ninguna verdad, dicha de la manera que sea, podrá desarraigarle, “Que el justo me castigue, será un favor, Y que me reprenda será un excelente bálsamo que no me herirá la cabeza” Salmos 141:5) al contrario, lo podará para que lleve mas fruto. Para ilustrar esto no hay nada más claro que lo ocurrido en la ocasión en la que Jesús declara una palabra profética, muy dura contra Israel, dada antes por el profeta Isaías y en medio de un grupo de gente de dos tipos: los que se dejaban paternizar, los discípulos; y los que no aceptaban la paternidad de Jesús, los fariseos. Los primeros, se preocuparon por las duras palabras de Jesús y el efecto que causó en los fariseos, pero aceptaron la corrección y quedaron fuera del juicio; los segundos no soportaron semejantes palabras y en vez de tomarlas como corrección, aprovecharon para hacerse los ofendidos y seguir en la dureza de su malvado corazón. Jesús, con plena seguridad, declaró que todo aquél que no era un árbol de Dios, sería desarraigado por las duras palabras, mientras que el que era nacido de Dios, en las mismas palabras, encontraría una corrección llena de vida “Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.” Mateo 15:12 y 13. Jesús, como es un Padre por excelencia, no estaba con temor de decir la verdad por miedo a que alguien se ofendiera. Hablaba con plena confianza de que aquel que era hijo, todo lo 35 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS tomaría para ser mejor. Juan el Bautista lo dijo de una manera similar “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego” Mateo 3:8-10 La verdad -en todas sus intensidades- al hijo, lo transforma; a quien no es hijo, lo corta. Una persona o líder, que no tiene a un Padre, correrá el riesgo de vivir fuera de la voluntad de Dios, en cuanto al plan del principio. El padre está justamente para cuidar la dirección que toma su hijo y es la manera que Dios mismo ha elegido para corregir a su pueblo y lo hace a través de personas: “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente” Tito 1:5 es lo que Pablo le dice a Tito, demostrando el corazón y responsabilidad paternal del apóstol y de qué manera lo traspasaba a Tito: no le rogó a Dios que descendiera y personalmente corrigiera a las congregaciones, sabía que la corrección debía ser a través de hombres. Esta paternidad apostólica de Pablo, fue la que salvó a la iglesia de Corintios de la ruina espiritual, por un caso de inmoralidad que los ancianos no juzgaban. Pensemos por un momento, qué hubiera sido de esta congregación si no hubiese contado con la paternidad del apóstol. Los pastores no reaccionaban al pecado, pero el “padre” desde lejos se enteró y les escribió impulsándolos a la acción. Otro ejemplo, fueron las siete iglesias de Asia, ¿Cuál habría sido su fin si no hubieran estado también bajo la paternidad de Juan? 36 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE La paternidad apostólica es determinante para una congregación. Es muy grave lo que hoy se ve en miles y miles de iglesias que son establecidas por ancianos que no aceptan la paternidad de nadie y dirigen a sus congregaciones a su manera. Dios mismo eligió corregir a través de la paternidad apostólica a las iglesias mencionadas anteriormente. No les habló ni les dio revelaciones a los ancianos, sino a los padres, y fueron ellos quienes los corrigieron. Es una era peligrosa, muchos predican el Evangelio sueltamente sin un padre al que le rindan cuentas. Cientos de miles de congregaciones aisladas de los ministerios apostólicos y de su paternidad, no reconocen la capacidad que Dios le ha dado a los tales, para corregir lo deficiente y para dar pan, vino y bendición a aquél “Abraham” que viene de la batalla. Un padre marca la diferencia, no es lo mismo tener a alguien que nos ayude a guardar la dirección correcta y aconseje en los nuevos caminos que nos toque transitar en esta vida, que no tener a nadie, o tenerlo y que no posea las características de un padre. Existen quienes tratan de asociarse a otros ancianos o pastores para encontrar contención en momentos difíciles, es decir, forman una relación de igual a igual para acompañarse en distintas situaciones de la vida, algo que no parece malo en sí mismo, pero que no debería -por nada- compararse con tener a una paternidad apostólica. La autoridad que representa un padre no es comparada con ningún otro tipo de rol. Es imposible suplantar la paternidad apostólica por un compañero de oración. Un verdadero padre según la Biblia- es alguien que tiene una dimensión de revelación que el anciano no puede tener; y no se hace referencia aquí al 37 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS valor como persona de cada uno, sino a la importancia de los diferentes roles y unciones. Un Padre de la fe será el único con ciertas capacidades para corregir a los hijos, y los verdaderos hijos aprenderán esto y soportarán todas las dimensiones de corrección, antes mencionadas. Muy diferente es, cuando por alguna razón, un compañero de oración se ve en la necesidad de corregir a fondo. Aquí se gesta un conflicto, porque por más que quiera hacer lo mejor no es el padre. El reconocimiento del rol y el tipo de vínculo que une a dos personas es vital para que exista paternidad. Muchas veces, cuando una persona está en alguna actitud de pecado, por lo general tiene un velo que le impide ver con claridad su condición, por ejemplo, algunas de las Iglesias de Asia que aparecen en Apocalipsis. Había pecado, Y ellos no tenían reacción hacia el mismo; entones, Dios les envía a alguien que era reconocido como un padre apostólico, a Juan, sólo la presencia de este varón de Dios podía hacer que esta gente escuchara al Señor, y esto, porque Juan era mucho más que un hombre de Dios, era un padre. La imagen del padre está por encima de la imagen del ministro. La imagen del padre es especial con relación a otro tipo de imagen o vínculo y debido a este rol es que Dios le demanda algunas cosas, sólo por ser padres. Delante de Dios, un padre es el responsable de estorbar o ponerse en medio del mal camino del hijo y es el único autorizado a llegar a niveles de corrección que no puede ningún otro rol. Por otro lado, como el hijo sabe que su padre puede llegar a ciertos niveles de corrección únicos como nadie más, le teme o respeta, también en otro nivel. En cualquier otro vínculo la persona puede 38 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE elegir hasta dónde le permite llegar al otro, en el de padre no, porque un padre no debe pedir permiso ni esperar alguna autorización, Dios ya se la ha dado. . 39 | P á g i n a CAPÍTULO 6 HONRA A TU PADRE Dios espera que los padres engendren en los hijos la revelación divina. Si un hijo no aprende a honrar y tener en alta estima a su padre, seguramente no honrará sus enseñanzas ni le entregará su corazón para seguir su camino, lo que dará como resultado la imposibilidad de Dios para pasar Su vida de una generación a la otra. Salmo 78:3-6. Desde los inicios de la humanidad, el diseño de Dios era poder gobernar a través del matrimonio -en el cumplimiento cada uno de su rol- a toda la casa, la que se debía multiplicar hasta llenar la tierra. De esta forma, Dios, a través de la familia, tendría el control de cada rincón de la tierra. En el mismo instante en que el Señor creó al hombre y a la mujer, les hizo saber para qué los creaba y cómo era que llegarían a cumplir el propósito. Una vez que este matrimonio recibió de una autoridad, la de Dios, su comisión, pasó a tener un deber para con Dios, que se podría cumplir o no, según las decisiones que tomaran. Como los hijos que iban a tener eran parte del medio que se usaría para llenar la tierra, estos padres debían conducirlos hacia el propósito que Dios les había revelado. Esto es justamente lo que a un padre le da autoridad para con el o los hijos: el hecho de tener un deber ante Dios en el que ellos están involucrados. Cuando un hijo se rebela ante la dirección de los padres; transgrede, quebranta y desprecia la autoridad que sus padres tienen sobre él, se rebela, a su vez, contra el mismo Dios ya que desde allí parte o se origina el gobierno de un matrimonio, imposibilitando a Dios el cumplimiento del propósito. 41 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Entendiendo que un padre es la imagen y representación divina, por un lado, y el responsable de engendrar y transferir la gloria de Dios para que pase de una generación a la otra, es más fácil entender la razón de que dentro de los mandamientos o cláusulas del pacto con su pueblo Israel, existiese uno que dijera: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Éxodo 20:12, y que esto se siguiera enseñando en la Iglesia miles de años después. Efesios 6:2. El Señor se aseguró de esta manera que quedara bien establecido el principio de honra al padre, ya que el mismo sería determinante para el futuro del pueblo de Dios y para que este pueblo fuera bueno. Lamentablemente, hoy en día la Iglesia establecida ya en muchas naciones de la tierra, ha heredado de ellas (de las naciones) conductas que son contrarias a la vida que Dios espera. En muchos de estos casos se ha acostumbrado a vivir con el poco valor que se le da al padre dentro de la familia. Muy distinto a lo que un padre significaba para un judío -ya que ellos crecían conscientes del deber de honrar a sus padres. Esto es algo que en la actualidad, en países occidentales y aún europeos, directamente no existe; desde la niñez se le permite al niño contestar mal, tener desobediencias y rebeliones, argumentando no saber cómo estorbar el mal accionar de los hijos; padres que eligen no meterse en alguna de las decisiones más importantes en la vida de ellos; hijos que hablan mal de sus padres permanentemente y que usan un lenguaje que los rebaja a lo peor y jactándose de vivir sin rendirles cuenta, ni hacerles caso. La Iglesia, por ningún motivo, debería rebajarse a semejante estado, pensando “que ahora es así porque los jóvenes han 42 | P á g i n a HONRA A TU PADRE evolucionado y son más liberales”, sino que debería tener bien en claro que lo que se está viendo es la desfiguración, por el pecado, de la imagen de Dios y del mundo que ha creado. Es la descomposición de la raza a causa de haber estado viviendo independiente de Dios. La Iglesia debe entender lo que significa la función del padre para Dios, para saber cuidar la imagen del mismo de modo de no sufrir lo que las naciones están sufriendo. Y cuando digo esto, me refiero no sólo a los padres biológicos, sino a cada uno de los que son padres espirituales o de fe. No nos olvidemos que existen tres paternidades en un creyente: la de Dios (espiritual), la de quien nos hizo nacer en la carne (biológico) y la de quien nos hizo nacer en la fe (paternidad de fe). La honra a la cual me refiero la manda Dios en Éxodo 20:12; es lo que se espera naturalmente de un hijo, Malaquías 1:6. Porque el padre será quien nos dirija a la revelación de Dios. Salmo 78:3; y por ser una autoridad de la casa con la responsabilidad dada por Dios sobre los hijos, Salmo 78:5-6. Por lo difícil de la cultura en la cual a muchos nos tocó nacer, es que debemos tener sumo cuidado de no acostumbrarnos, por ejemplo, a mal hablar de nuestros padres (en todos los sentidos) pensando que porque es común en nuestra sociedad, no es tan grave. Quien no entienda el valor de su padre, desde ya que no entenderá nunca la dimensión de la importancia de sus enseñanzas y direcciones; por ende, su destino será muy oscuro. Hablar mal de un padre es fruto de haber dejado que se forme en el corazón un mal concepto del mismo y es de extrema gravedad delante de Dios. No se debe permitir que algo semejante entre a nuestro corazón. Lo que mencioné de las culturas que han degradado al padre -y muchos creen que tal generación se debe a 43 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS la modernidad-, es algo contemplado en el libro de Proverbios, que dice: “Hay generación que maldice a su padre, y a su madre no bendice.” Prov. 30:11. En el mismo Proverbios se hace referencia al resultado de semejante mal, el cual desearía exponer en varias versiones de la Biblia, ya que son muy significativas y muestran con gran claridad cuál es el resultado de deshonrar al padre con palabras (señal de que no se lo aprecia en el corazón), lo que le impedirá al hijo valorar el consejo de sabiduría para seguir adelante en todas las etapas de la vida hasta conectar la vida del Señor con otra generación. Lea, por favor: “Al que maldiga a su padre y a su madre, su lámpara se le apagará en la más densa oscuridad”. (BIBLIA AL DIA) “¿Ha maldecido a su padre y a su madre? Su lámpara se apagará en el lugar más oscuro”. (BIBLIA LATINOAMERICANA 1995) “Al que maldice a su padre y a su madre, se le extinguirá su lámpara en medio de tinieblas”. (BIBLIA DE JERUSALEM) “Al que maldice a su padre o a su madre, Se le apagará su lámpara en medio de las tinieblas”. (NUEVA BIBLIA DE LOS HISPANOS) “Al que maldiga a su padre y a su madre, su lámpara se le apagará en la más densa oscuridad”. (NUEVA VERSION INTERNACIONAL) “Al que maldice a su padre o a su madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa”. (REINA VALERA 1960) Todas estas versiones hacen referencia a casi lo mismo y son más que ilustrativas de lo que puede llegar a ser la vida de una persona, cultura o generación, que habla mal de sus padres o que no honra al padre. Todas ellas hacen referencia al apagado de la luz en el momento más oscuro o crítico de la vida; en todos los 44 | P á g i n a HONRA A TU PADRE casos vemos el valor que tenía para los sabios el hecho de que un hijo honrara la paternidad. Los sabios eran gente más que entendida en la necesidad de ser alumbrados por los padres y de lo determinante que es esa luz en las etapas lúgubres de la vida, o de lo determinante que es un padre para no quedar a oscuras en los días en que el hijo camine sobre la tierra. La generación de David sabía el valor de paternidad que él tenía como rey de la nación, a tal punto que cuidaron que no saliera a la guerra, para evitar que muriera y así se apagara la lámpara o luz de la nación, “Entonces los hombres de David le juraron, diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel”. 2Samuel 21:17. Ver, a través de las versiones mencionadas, el resultado de la deshonra a los padres es ver la oscuridad más tenebrosa en la vida del hijo rebelde. Y si miramos, tanto en Éxodo como en otros pasajes de Deuteronomio o la versión (DIOS HABLA HOY), el apagado de la lámpara es un sinónimo de la peor muerte: “El que maldice a su padre o a su madre, morirá en la más espantosa oscuridad”. El apóstol Pablo, en una ocasión en la que estaba pasando un mal momento, maldijo a alguien que, aún cuando se estaba equivocando, cumplía un rol de autoridad. Al darse cuenta, Pablo, por lo que las escrituras decían, debió reconocer su error, y retractarse del mismo. Hech 23:5 (BAD) “—Hermanos, no me había dado cuenta de que es el sumo sacerdote —respondió Pablo—; de hecho está escrito: “No hables mal del jefe de tu pueblo.” Honrar (según el Diccionario de la real Academia Española) significa: 45 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS 1. f. Estima y respeto de la dignidad propia. 2. f. Buena opinión y fama, adquirida por la virtud y el mérito. 3. f. Demostración de aprecio que se hace de alguien por su virtud y mérito. El comentario de la Biblia de Matthew Henry dice lo siguiente acerca del mandamiento de honrar a los padres: *“Honra a tu padre y a tu madre” incluye estimarlos, lo que se demuestra en nuestra conducta, en la obediencia a sus mandatos legítimos: ir cuando os llamen, ir donde os envíen, hacer lo que os pidan, refrenarse de lo que os prohíban; y esto, como hijos, hacerlo alegremente a partir de un principio de amor. Además, la sumisión a sus consejos y correcciones. Esforzarse en todo para dar comodidad a los padres y hacer fácil su vejez; mantenerlos si necesitan sostenimiento, cosa que nuestro Salvador hace que esté particularmente comprendida en este mandamiento, Mateo xv, 4-6. Los observadores acuciosos han notado una bendición peculiar en cosas temporales para los hijos obedientes y lo inverso para los hijos desobedientes.” (*Comentario de toda la Biblia, de Matthew Henry Éxodo 20 Publicado por Editorial Unilit - Miami, Fl. 33172 - Primera edición 1999. Traducido al español por: Nellyda Pablovsky.) En las enseñanzas de mi padre Byron Walter pude comprender que la demostración de aprecio, el respeto, enaltecimiento o premio por su mérito puede ser: Con palabras Con gestos Con dinero 46 | P á g i n a HONRA A TU PADRE Con respecto al honrar con palabras fue muy representativo de lo que había en su corazón, lo expresado por Eliseo, quien tuvo un gran reconocimiento y honra hacia su padre ministerial, Elías. “Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!” 2Reyes 2:12”. ¡Cuánto valía para Eliseo su amado padre, y qué manera de reconocerlo! Para la honra con gestos y dinero, no hay mayor ejemplo que el de José, que dijo, en Génesis 45:9-11: “Daos prisa, id a mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas. Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes. Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.” Génesis 45:23: “Y a su padre envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de trigo, y pan y comida, para su padre en el camino.” Génesis 47:7: “También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón.” Génesis 47:11: “Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó Faraón. Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con pan, según el número de los hijos.” He tratado de no cargar con muchos versículos lo que significa honrar al padre (ya sea éste biológico o ministerial), para que no se haga complejo aprender lo que, en verdad, debemos aprender. Creo que con enseñanzas muy sencillas, como las que aprendemos de las mismas Escrituras, puede quedar bien marcado en el corazón lo que un hijo debe ser para con sus padres. La honra a su Padre fue lo que más se destacó en nuestro 47 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS gran Padre Jesús, Isa 9:6, quien puso todo su existir al servicio de su Padre. Y, ¿cómo no entregarnos a ser hijos amados teniendo semejante ejemplo? Ruego a Dios y trabajo día a día para marcar en mi generación y descendencia, el más profundo sentido de honra a los padres, porque estoy más que seguro de que, para pasar la gloria de Dios de una generación a la otra, será muy necesario contar con la voz de los padres, y si la misma se deja de honrar, sólo cabrá esperar que muchos de esta generación se queden sin la lámpara que les de la luz para traspasar toda oscuridad y alumbrar a los hijos que se levantarán. 48 | P á g i n a CAPÍTULO 7 LO QUE SIGNIFICA TENER A UN PADRE Es más que apasionante todo este tema de la paternidad, ya que en toda la Biblia encontramos rayos de luz que nos permiten ver con claridad el corazón y propósito de Dios. Existen muchas maneras en las que Dios representa, con algo o alguien, el carácter y rol paternal; pero existe una historia de las más reveladoras en lo que respecta a lo que debe ser un padre y cómo debe responder a él, un hijo. La historia más clara es la historia de Elías y Eliseo. Fueron hechos que -por supuesto- el Señor planeó, pero que cuidó de que quedaran registrados para que fueran el modelo y diseño que les permitiera a otras generaciones edificar correctamente. La paternidad de Elías es algo digno de destacar, ya que ésta le hizo decir al Espíritu Santo, a través de Malaquías: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”. Malaquías 4:5-6. Luego, esto se cumplió con Juan el Bautista, en donde se vuelve a decir con que actitud haría que el propósito se cumpliera: “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos,…” San Lucas 1:17. Pero debemos tener en cuenta que comenzó con Juan, él era el encargado de que Dios iniciara un proceso de restauración de aquello que llamamos “la conexión”: Juan iba a impartir este espíritu. Dios empezaría un trabajo de conexión de los hijos 49 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS (entendamos que los hijos, eran la generación actual en ese tiempo y las que vendrían, y los padres Abraham, Isaac, Jacob y todos los que continuaron la línea de propósito). El Señor iba a usar el corazón paternal de Juan, como el de Elías para conectar a los hijos con los padres. Y no solo que esto tuvo su inicio a nivel pueblo de Dios , sino que también a nivel personal, ya que la obra que empieza con Juan, no se terminó con él, sino que sus hijos (discípulos) fueron conectados a Jesús y el propósito continuó y continúa. Ahora, atendiendo a todo el pasaje, veremos que antes de que el Señor haga justicia en la tierra, haciendo caer sus justos juicios sobre los que rechazaron el precio pagado por Jesús, contando desde Juan, iniciaría un proceso de conexión de los corazones de padres hacia los hijos e hijos hacia los padres, es decir, el espíritu de Elías -manifestado en Juan- iba a entrar, tanto en padres para que pusieran la atención en la obra de Dios con sus hijos, como en los hijos para volverse al igual que Isaac, sumisos al propósito de Dios transmitido por su padres. Entonces, no sólo que Elías tuvo un tremendo espíritu paternal para conectar, sino que es de exaltar la manera en que se había revelado para Eliseo la paternidad, y lo que llegó a significar el tener un padre, para él. Cuánta gente (cristiana) existe hoy que no ha recibido el espíritu de Elías, siguiendo sin revelación, en cuanto al ser padres y al ser hijos y que da mucho dolor, ya que en su ignorancia imparten un espíritu contrario al que Dios transmitió a través de Juan, y que continúa impartiéndose en la tierra hasta el día de Jesucristo. 50 | P á g i n a LO QUE SIGNIFICA TENER A UN PADRE La paternidad, o tener un padre, no es algo de moda, es el plan de Dios desde el principio, es lo que conviene al pueblo para que Dios llegue a todas la familias de la tierra, es el corazón mismo de Él, restaurando a la gente a su plan original. Cualquiera que pueda tener la revelación de lo que significa la paternidad, nunca jamás querrá vivir fuera de ella. Eliseo vivió intensamente el tener a un padre, y no solo que lo siguió y respetó, sino que lo valoró: él sabía lo que significaba su padre, tanto para él, como para la nación; y creo -en lo personal- que una de las mejores representaciones acerca de lo que significa un padre se puede encontrar en el clamor de Eliseo cuando su padre Elías le fue quitado, 2 Reyes 2:12 “Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!” es realmente conmovedor imaginarse el grito clamoroso de Eliseo “Padre mío, padre mío” y la comparación que hizo cuando dijo: “carro de Israel y su gente de a caballo” Eliseo clamó declarando que la paternidad de Elías había sido comparable a un ejército armado. Cuando es separado de su padre, sintió en lo mas profundo de su ser, que estaba quedando como una ciudad que pierde su ejército. Sintió la desprotección y la vulnerabilidad con la que tendría que vivir, desde ahora en más, que no estaba su padre. Nada más claro para entender que un padre es cobertura, al nivel de un ejército. Todo aquél que tiene y valora a un padre, podrá sentir la más segura cobertura dándole seguridad a su vida de propósito. Sin un padre las vidas se oscurecen, porque un padre es la lámpara. En Proverbios se hace una referencia (que ya vimos) y que dice: “Al que maldice a su padre o a su madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa” Proverbios 20:20. En el diccionario Strong, dentro de varios sinónimos que se 51 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS usan para definir la palabra “maldice” una de ella es “tener en poco” y es sumamente ilustrativo de lo que resulta la vida de aquellos que tienen en poco a su padre. Por nada de esta vida, se nos debe escapar el hecho de ocuparnos en enseñar este tema. No nos podemos permitir que, tanto nuestras generaciones como las que vienen, no tengan la oportunidad de entender el diseño de Dios de paternidad, ya que tomar con la seriedad que se merece este asunto, será hacer brillar la lámpara que les ayude a vivir con la claridad que necesitan para no perderse del camino de propósito. Como también ya vimos que la tomó la generación de David “Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel”.2 Samuel 21:17. Ya sabemos lo que significa tener un padre, por supuesto, un padre de propósito, por lo tanto abre tu corazón y cuida el estar alineado con Abraham y Cristo, uno está al principio y otro al final, y nosotros debemos estar en línea con ellos para que, por ninguna razón, la conexión se corte. Por un lado, tener padre y por otro tener hijos, ambos en el propósito. Entonces, seguramente, podremos ver a Dios celebrar una nueva conexión entre hijos y padres, padres e hijos, lo que le hará declarar con plena seguridad, al igual que con Abraham, que el plan de ver a todas las familias de la tierra llenas de su gloria, será posible con nosotros. 52 | P á g i n a CAPÍTULO 8 EL MANDAMIENTO DE UN PADRE ESTÁ A LA ALTURA DE UNA DOCTRINA BIBLICA, CUANDO EL MISMO NO CONTRADICE A LA MISMA. En el libro de Proverbios, que es un libro de padres sabios enseñado a sus hijos, podemos encontrar varias veces, a los mismos, pidiéndoles a sus hijos que guarden como un tesoro lo sabio de las enseñanzas y mandamientos que les están dando -lo que habla de la importancia que tiene para el hijo obedecer aquello que su padre le manda. Veamos algunos versículos tales como:"Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti" Pr. 2:1; "Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;" Pr. 3:1; "Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás." Pr. 4:3,4; "Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis mandamientos." Pr. 7:1. El hecho de que un padre logre, en el hijo, la capacidad de guardar y obedecer el mandamiento, tiene que ver con el poder encaminar al mismo en la dirección, ya revelada por Dios, que le permita tener una vida dentro de Su propósito, el cual, a su vez, él -el padre- ha entendido de Dios. El problema surge cuando al pasar el tiempo, alguien trata de hacer cambiar de idea al hijo en lo que respecta a la obediencia a un mandamiento que su padre le ha dado, argumentando, en algunos casos, que la enseñanza o mandamiento paternal no ha sido una doctrina bíblica. Esto, a muchos hijos en formación, les 53 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS lleva a pensar que, tal vez, su padre se equivocó, y tal o tales mandamientos deben dejarse de lado y no ser obedecidos. Que alguien que quiera vivir la vida caminando con Dios y hacia la meta divina, pueda llegar a destino, dependerá de si pudo ser formado, dirigido y sostenido por la voz de sabiduría de su padre (de fe, ministerial, etc.) al tiempo que mientras avanza y pasan los años, ninguna voz extraña lo confunda y lo haga dudar acerca de cómo seguir. Es decir: un hijo con inconmovibles convicciones nacidas de las razones de su padre. Algo de lo que ilustra esta enseñanza se encuentra en la historia de los Recabitas, que se cuenta en el libro de Jeremías, los cuales son llevados al templo por el profeta e inducidos a tomar vino; por supuesto que Jeremías lo hacía mandado por el mismo Dios y sabiendo que ellos eran fieles al mandamiento que habían recibido de su padre de no beber vino, y que no iban a ceder. De esta forma, le sería mostrado al pueblo del Señor, de qué modo esperaba Dios que se lo honrara con la obediencia -aquella que el pueblo, en esos momentos, no tenía. Leamos, por favor, el pasaje con toda atención: “Palabra de Jehová que vino a Jeremías en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: Ve a casa de los recabitas y habla con ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová, en uno de los aposentos, y dales a beber vino. Tomé entonces a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas; y los llevé a la casa de Jehová, al aposento de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, varón de Dios, el cual estaba junto al aposento de los príncipes, que estaba sobre el aposento de Maasías hijo de Salum, guarda de la puerta. Y puse delante de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije: 54 | P á g i n a EL MANDAMIENTO DE UN PADRE… Bebed vino. Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos; ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros habitáis. Y nosotros hemos obedecido a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras hijas; y de no edificar casas para nuestra morada, y de no tener viña, ni heredad, ni sementera. Moramos, pues, en tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre”. Jeremías 35:110. Es fácil entender porque esto se registra en la historia Divina, y es digno de exaltar el hecho de que los Recabitas, aún habiendo sido inducidos por el profeta Jeremías y llevados a la Casa de Dios, no cedieron, poniendo por sublime el mandamiento de su padre. En Israel, el no beber vino, como norma general, no era una doctrina Divina. Esto podría haber sido un argumento muy fuerte para que los Recabitas se dejaran convencer -puesto que podrían haber llegado a pensar que al no ser la abstinencia total una doctrina Divina, y en la medida en que se lo estaba pidiendo un profeta enviado por Dios, hablaba la pura verdad del Señorpensando que podría haber sido su padre el que se hubiera equivocado al ordenarles algo que el Señor no había decretado. Trasladando esto al presente puede pasar que, por ejemplo, un padre les mande a sus hijos -sean estos de la fe o biológicos55 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS no tomar vino, y estos se guarden de hacerlo; pero que de repente aparezca un profeta "Jeremías" o algún otro con un nombre muy conocido en la actualidad, que trate de inducirlos a hacer lo contrario al mandamiento de su padre. Muchos pensarían: si “Jeremías” me lo está pidiendo, un profeta de semejante talla, con una Iglesia tan grande y tanta trayectoria, ¿cómo no obedecerle? Debemos tener mucho cuidado, ya que hay cosas que hombres bíblicos y aun ministros contemporáneos han hecho o inducen a hacer que, más allá de que sean o no doctrinas bíblicas, pueden contradecir el mandamiento de un padre de fe, -como en este caso del vino- y como hijos pensar que se tiene una nueva razón para abandonar lo que su padre les ha mandado. Para quienes amamos al Señor existe un compromiso de por vida de obedecer a Sus perfectas doctrinas, pero debemos tener definido firmemente en nuestra alma que, mientras el mandamiento de un padre no contradiga la doctrina del Señor, estamos obligados, en amor, a obedecerle de la misma manera, hecho más que claro en la historia de los Recabitas. Para un hijo que pretende llegar hasta el final del plan Divino será determinante poder comprender con total claridad el significado del “guardar el mandamiento de un padre”, sabiendo, de antemano que, a lo largo de su carrera, puede llegarle a aparecer un profeta “mayor” que conoce más de la teología, para decirle que ese mandamiento que ha venido guardando está mal, porque la Biblia no tiene una doctrina al respecto, sino consejos como en el caso del vino. (Entiéndase que tomo la referencia del caso de los Recabitas y el vino como ilustración del concepto, pero bien puede ser cualquier otra cosa lo mandado por el padre). Siempre y cuando no contradiga lo divino, ni tampoco se haga una doctrina “Divina” de eso, y es muy fácil en estos casos para muchos hijos que no tienen definido el valor del mandamiento de 56 | P á g i n a EL MANDAMIENTO DE UN PADRE… un padre, dejarse deslumbrar por el alto cargo de quien se lo dice, y por los “mayores” conocimientos teológicos, el llegar a pensar que su padre, quien le había mandado la abstinencia, estaba equivocado; lo que abre una brecha para empezar a cuestionar y ceder, no sólo en un mandamiento, sino en muchos otros asuntos más, lo que le va quitando la herencia misma que su padre le había dejado. La herencia de la cual hablo tiene que ver con los beneficios que el vivir bajo un pacto, trajo a los padres, beneficios que los hijos que abandonan el mandamiento van perdiendo, por no estar ya bajo el mismo pacto. Todo esto es lo que va deformando a las generaciones, ya que las mismas sólo tienen confusas enseñanzas que carecen de la esencia paternal. Será necesario tener más que cuidado (si es que queremos participar del pacto de nuestros padres) de no escuchar cualquier voz. Para esto, deberemos tener bien claro y definido en nuestro corazón lo que significa el mandamiento de un padre y saber que el mismo tiene la autoridad de una doctrina bíblica (mientras dicho mandamiento no contradiga ninguna de ellas). Van a existir, seguramente, profetas usados por Dios para probarnos, dejando al descubierto quién, en verdad, somos. Como también vendrán profetas mentirosos que movidos por sus propios deseos, harán doctrinas de lo que Dios no ha hecho doctrinas, y tratarán de desviar a quienes vienen obedeciendo al padre para hacerlos tomar el camino de la “voz del momento”, lo que traerá la pérdida de la dirección correcta, con el daño que eso significa. Desobedecer el mandamiento del padre, en muchos casos, se tornará engañoso, ya que generalmente ocurre que el gran mal o pérdida (como consecuencia) se hace visible luego de muchos años, como en el caso de Sansón, quien encontró la muerte 20 años después de su desobediencia al mandamiento del padre; o 57 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS para peor, en otra generación, como ocurrió con Salomón y Ezequías, entre otros. ACLARACION DEL AUTOR:. En el relato que Lucas hace de la aparición del Ángel Gabriel a Zacarías cuenta que, dentro de todo lo que el ángel dice acerca de la obra de Dios con Juan (el bautista), se ocupa específicamente de ordenarle el no beber vino ni sidra. “Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos”. Lucas 1:14. Meses más adelante, el mismo ángel, es enviado nuevamente con una nueva misión, sólo que, en este caso, era a María, para anunciarle el milagroso nacimiento, nada más y nada menos que del Mesías, siendo lo llamativo de esta segunda misión, el hecho de que a alguien con semejante ministerio como el que Jesús tendría y aún siendo el mismo Dios, nada se le dice acerca de no tomar vino ni sidra. Lucas 1:26:35. Luego, en Lucas 7:33, se cuenta que Juan había guardado la orden del Ángel acerca de no beber vino y que Jesús comía y bebía vino, incluso con pecadores. “Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores”. Lucas 7:33. Hago referencia de estos dos hechos relacionados al vino, para dejar en claro por que menciono que no era una doctrina bíblica general la prohibición total del beber, pero que puede haber quienes, por alguna razón, se determinen a no beber y a inducir a sus discípulos o hijos a que no lo hagan, lo que no estaría mal. (Solo hago mención de lo que la Biblia dice a acerca de Jesús y Juan con respecto al vino para mostrar que no era una doctrina general. No siendo mi intención discutir el tipo de vino al cual se refiere) Leví vivió bajo un pacto y sus beneficios En lo que se nos cuenta acerca del pacto entre Dios y Leví puede descubrirse la manera en que, tanto a Dios, al poder cumplir su plan, como a Leví, por poder vivir en paz, el pacto los benefició. “Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. La ley de verdad estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia 58 | P á g i n a EL MANDAMIENTO DE UN PADRE… anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos”. Malaquías 2: 4-7. Luego, muchos años más adelante, los descendientes de Leví abandonaron el pacto y compromiso que su padre había tenido con Dios. Este abandono del pacto del padre los llevó a tener que vivir sin los beneficios que antes Leví había recibido y disfrutado por guardar el pacto con su Dios. “Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas. ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?” Malaquías 2: 8-10. Muchas personas viven muy bien como resultado de que otras generaciones vivieron bajo pacto con el Señor, pero, al pasar el tiempo, se olvidan del origen y motivo de tales beneficios, abandonan el mandamiento del padre haciendo cada cual como le parece y terminan en bajeza, vileza, despropósito y mucho dolor. Es lo que Dios justamente les recrimina a los descendientes de Leví en el pasaje que hemos leído. Leví vivió bajo un pacto con Dios, y a quienes engendró se les demandaba vivir bajo el pacto de su padre, debían cuidar el pacto de su padre y no torcerse, creyendo que ellos podían hacer lo que querían. Un padre de fe entra bajo pacto y engendra para transferir y hacer durar en el tiempo lo que Dios puso en él. Dejar 59 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS el pacto del padre para hacer como uno quiere, es salirse de los beneficios y el resultado que Dios tuvo con el padre. Por esta razón, muchos hombres de Dios van perdiendo el respaldo y la cobertura, de una generación a la otra. No porque el anterior haya sido mejor, sino porque vivió bajo un pacto que debía transferir, y a quienes se los transfirió no lo amaron; antes, escucharon al “gran profeta o teólogo” que parecía saber más, pero que no era el padre, llevándolos, esto, a arruinar la relación con Dios y todos sus beneficios. En el caso de los recabitas vemos que nada se antepuso al mandamiento del padre. En Malaquías, puede verse lo contrario en gente que abandonó el pacto de su padre y, en 1 Reyes 21:1-16, Nabot se hizo matar antes de negociar la herencia de su padre, siendo esta actitud, lo que en verdad a Dios agrada. Dios espera gente que obedezca a su padre de fe y viva bajo su pacto, amándolo más que a su vida, dispuesto a decírselo al mismo Acab en la cara, que lo que heredó de su padre no se negocia por ningún precio. Lea, por favor: “Pasadas estas cosas, aconteció que Nabot de Jezreel tenía allí una viña junto al palacio de Acab rey de Samaria. Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero. Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres. Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió. Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y no comes? El respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o 60 | P á g i n a EL MANDAMIENTO DE UN PADRE… que si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi viña. Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel. Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en la ciudad con Nabot. Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo; y poned a dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él y digan: Tú has blasfemado a Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera. Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado. Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo. Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió. Después enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado y ha muerto. Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto. Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella”. 1 Reyes 21:1-16. El plan de Dios, desde el Génesis, es la continuidad de su vida y propósito en un hombre, transfiriéndose de generación en generación. 61 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Dios pudo cumplir su propósito (de que lo que empezó en una generación continúe en las que vienen) con aquellos que guardaron el mandamiento del padre y que viven bajo su pacto, por sobre todo. "dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó; por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia todos los días." Jeremías 35:18-19. Dios mismo se encarga de honrar con una descendencia bendita a quienes se atreven a guardar el mandamiento del padre. Por lo tanto, sacamos como conclusión que: Guardar el mandamiento del padre, vale tanto como nuestra misma descendencia lo vale. Tú eliges. 62 | P á g i n a CAPÍTULO 9 UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO Poder tener revelación de todo esto que venimos afirmando es esencial para darle continuidad a lo iniciado por Dios. Entender el plan de Dios y el medio o manera de hacerlo llegar hasta el fin, es comprender el diseño, y para poder ser el Padre que Dios utilizará para conectar el pasado con el futuro, será más que necesario entender dicho diseño. La obra de Dios no es para una generación, su obra traspasa las generaciones de la existencia del ser humano, por lo tanto, está más que interesado en lo que llamamos la conexión a través de la transferencia paternal. Pero ahora, ¿que transmitirá un padre que no entendió el diseño de Dios? ¿cómo construirá, si no tiene el plano? Un padre debe tener un diseño, debe tener el plano, de lo contrario no tendrá nada claro para la próxima generación y más que seguro que la obra terminará con él. David fue un padre en lo que respecta a la continuidad del propósito, de acuerdo con lo que Dios deseaba, él traspasó las generaciones, ya que a lo largo de la historia de los reyes se lo sigue llamando padre y aún en los días de Jesús, era reconocido como tal. David tenía un diseño, Dios se lo había hecho entender, y no porque Dios haga acepción de personas, sino por el fuerte compromiso que tenía con las próximas generaciones. Esta es la clave que pone en acción a Dios, la carga por transferir lo correcto, Dios no dejará pasar esta carga y entregará revelación del diseño a ese varón. 63 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS “Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño.” 1 Crónicas 28:19. David tenía algo claro para su próxima generación, poseía el entendimiento del diseño, conocía los detalles de lo que Dios quería y logró traspasarlo a Salomón, quien a su vez, logró hacer lo que tenía que hacer (el templo). Alguien como Salomón -con su sabiduría, creatividad y poder- podría haber hecho un gran templo a su manera, era muy fácil para él mirar alguno ya terminado, preparar los planos y hacerlo, pero se sometió a edificar lo que su padre le transfirió de un modelo que no era de la tierra sino del cielo. Esto es lo que permite darle continuidad a la obra de Dios, más allá de una generación, un Padre que asume la responsabilidad de traspasar la obediencia a la misma, y además posee entendimiento de lo que Dios ha diseñado; y un hijo que se somete a hacer, no lo que le parece según sus propia imaginación, sino conforme al diseño de su padre. Salomón y la paternidad . Salomón yerra su camino por un hecho que él entendía muy bien. Era un especialista en lo que respecta a paternidad, él fue quien escribió la mayoría de los proverbios que contiene la Biblia y con los cuales estamos muy familiarizados, y si miramos a los tales con ojos paternales, seguro que encontraremos en ellos un “Libro de Paternidad” por excelencia. Es inexplicable cómo Salomón -entendido y maestro de paternidad- desecha la misma en una etapa de su vida, lo que le trajo como consecuencia lo que ya todos conocemos. 64 | P á g i n a UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO Todo el libro de Proverbios está repleto de palabras de paternidad, “es el libro de paternidad”. Salomón disfrutó, valoró y se rindió a ella, y mientras así se condujo solo vio éxitos y a Dios favoreciéndolo. Proverbios 23:26 es el corazón de la paternidad y a su vez es la señal de que alguien es “hijo” y estas palabras se encuentran justamente en el libro de Proverbios y dichas por un sabio (padre) a su hijo. Le estaba enseñando el centro de la cuestión y le estaba pidiendo algo, que si el hijo era capaz de dar, se puede decir del tal, que ha aceptado el ser paternizado. Cualquiera que hable de paternidad y no entienda esto, sólo se está creyendo algo que en el tiempo saldrá a luz que no era verdad. La verdadera paternidad tiene que ver con entregar el corazón al padre y mirar por los caminos del padre, “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” Proverbios 23:26. Tiene que ver con negarse a los propios razonamientos y confiar en los del padre. “Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y se te multiplicarán años de vida.” Proverbios 4:10. Ahora, veamos con detalles lo que significa dar el corazón. Existen personas que, para desligarse de la paternidad, se excusan diciendo: “yo le entregué el corazón a Dios” y hasta leen estos proverbios creyendo que, quien pide el corazón es Dios, pero esto no es así, cuando existe un hombre de propósito, que ha entrado por su obediencia y entendimiento a la línea de Abraham; aquí, el que pide el corazón, es un padre terrenal a su hijo terrenal. Dios encontró corazones correctos en Abraham, David, Jesús (como modelos centrales) ahora, ¿qué significa que Dios diga que alguien tiene “su corazón”?, como lo dijo de David. Significa que era un hombre capaz de amar lo que Dios amaba y aborrecer lo que Dios aborrecía, por supuesto que David cometió 65 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS errores, era un ser humano, pero reaccionó correctamente en todo y de la manera que Dios esperaba. David había logrado la misma pasión de Dios por el cumplimiento del propósito, puso toda su intensidad en amar lo que Dios amaba y todo su celo en lo que Dios reprobaba. Vemos que, cuando Dios encuentra a “padres” como David, luego mide el corazón de sus sucesores, ya no con el suyo propio, sino con el del padre, o en este caso con el de David. Esto se ve repetidamente en las escrituras cuando se comparaba a otros reyes diciendo “no tuvo el corazón de David su padre”. (1 Reyes 15:1-4) El corazón de David era el modelo, era el padre, era la conexión entre el propósito iniciado con Abraham, que continuaría con Jesús. Salirse de esto era salirse de la línea trazada por Dios. Hubo hombres como Abraham, Moisés, David, Jesús y Pablo que unieron la línea hacia el propósito final de ver a Dios sentado en el trono de la tierra con todas las familias benditas, es decir, fueron padres que marcaron la línea general en una época de la historia. Fueron el modelo a guardar del gran principio de la paternidad, y no significa que no hubiese otros, los hubo y los hay, solo que estos unieron la línea entre los tiempos. Volviendo a Salomón, él había sido paternizado por David y podía decirle a su hijo que se entregara a sus razones, porque él primero había tenido que entregarse a las razones de David, Proverbio 4:3-6 dice: “Porque yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; No la dejes, y ella te guardará; Ámala, y te conservará.” 66 | P á g i n a UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO Si hoy en día, un niño quisiera construir un gran puente, investigando por sus propios medios los principios de la ingeniería, jamás lo lograría o hasta sería un fracaso, ya que debería descubrir y probar cada concepto o idea. Pero muy diferente es cuando ese niño o joven asiste a una universidad y escucha las razones de un profesor de mas de 20 años en la ingeniería, que -a su vez- se recibió aprendiendo de otro profesor con mas de 20 años de ingeniería y que a su vez también fue enseñado por otro profesor… es decir, son miles de años de razonamiento probado, sintetizado en solo seis años que dura la carrera. Esta es la diferencia entre un hijo que razona a través de un padre y uno que lo hace por si mismo. Salomón enseñó esto porque lo había aprendido. No deja de asombrarme la manera en que Salomón y otros sabios en Proverbios entendieron la paternidad, se puede ver, en los siguientes, a sabios (padres) exhortando a que el hijo guarde sus enseñanzas, Prov. 3:1-2 “Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. Porque os doy buena enseñanza.”; sus caminos, Prov. 23:26 “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.”; sus razones, Prov. 7:1 “Hijo mío, guarda mis razones”; sus mandamientos, su ley (la del padre). Prov. 3:1 “Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos”. Para muchos puede parecer difícil de asimilar, ya que fueron formados sin dependencia de paternidad, pero esto es verdadera paternidad; en todo los proverbios se la ve a través de un Salomón que había entregado su corazón a David su padre y veía día a día el gran progreso de lo planeado por Dios, por supuesto, hasta que hizo lo que nunca debió haber hecho. 67 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Cuán importante fue para Salomón y el plan de Dios, el haber tenido un padre entendido en el diseño y con un corazón como el de Dios para transmitir a su próxima generación. Y cuán importante, será tener y a su vez ser, el padre que puede responder a las palabras “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” “Oye, hijo mío, y recibe mis razones”. Ya que será determinante para que Dios pueda unir la línea de propósito a través de nuestras vidas. 68 | P á g i n a CAPÍTULO 10 UN PADRE TRABAJA PARA OTRAS GENERACIONES El éxito de Salomón es la construcción del templo, por supuesto, que se debió al hecho de que entregó su corazón a David para continuar la causa, pero el origen del éxito, viene de David, que trabajó para la próxima generación. Este es un punto crucial en la vida de propósito y en la paternidad; es triste ver cómo hoy en día existen cantidades de personas con ministerios, con una vista muy corta y que sólo trabajan para sí mismos, es duro decirlo, pero esto es una pérdida valiosísima para Dios. Estos hombres trabajan para todo lo que les beneficia a ellos personalmente, les parece que dedicarse a formar hijos es una pérdida de tiempo y un trabajo muchas veces ingrato, les parece que, si a todo lo hacen ellos mismos, lo harán mejor y en menos tiempo, y puede ser cierto, en cuanto a la obra que ellos planearon, pero no a la que Dios planeó. La obra de Dios traspasa las generaciones, no está limitada a una sola, la obra de Dios tiene que ver con paternizar y transferir a otros; es costoso, es pesado, es más lento, pero es la obra de Dios y su plan. David no sólo entendió el diseño, sino que preparó el plano para que su hijo pudiera también entender lo que él había comprendido que debía hacer: “Y David dio a Salomón su hijo el plano…” 1 Crónicas 28:11 y muy arduamente trabajó para que ese diseño se llevara a cabo, y aún cuando sabía que no iba a ser 69 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS en sus tiempos se ocupó e invirtió en dejar hasta el material para que su hijo cumpliera el propósito. “Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia. Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la casa de mi Dios: tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de las casas; oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices.” 1 Crónicas 29:2-5 Es indudable que la apertura hacia Dios de este rey (David), le permitió entender el diseño, preparar el plano e invertir en lo que sabía que no se terminaba con él. Qué más que esto para reaccionar y abrir el corazón al diseño, preparar el plano y derramar nuestra inversión en aquello que nuestros hijos tendrán que seguir. Tener una carga correcta por la próxima generación, es lo que le permite a Dios conectar el propósito, y es lo que más espera él de sus llamados. Cuando Dios encuentra a alguien capaz de preparar el material para aquellos que siguen después de él, ha encontrado al hombre correcto y es lo que lo alegra y le asegura de que su obra tendrá continuidad. 70 | P á g i n a UN PADRE TRABAJA PARA OTRAS GENERACIONES En el principio de la línea de propósito, en los días de Abraham, podemos ver a Dios confirmando su obra por el gran hecho de que Abraham había entendido lo de la transferencia y propósito a su hijo. A tal punto, que Dios declara estar seguro de que lo empezado con Abraham trascendería mas allá del tiempo, por haber visto en él un fuerte compromiso con su próxima generación. Esto es algo que deseo destacar, porque a muchos se les pasa por alto y creen que la transferencia va a ocurrir naturalmente, y no ponen la intensidad que se merece para que pueda lograrse, por lo contrario, demanda trabajo, sacrificio y abnegación. Y sólo surge, cuando el hombre entiende la alta significancia de la conexión. Si nuestro trabajo no tiene conexión con la siguiente generación, ¿en qué queda? En mis años de ministerio he visto a tantos siervos de Dios vivir años de gloria y poder, pero que al partir ellos todo se disolvía y se perdía, justamente, por no haber trabajado a conciencia para la otra generación; se falló en lo que nunca se tendría que fallar para que el trabajo no quedara en la mitad, se hizo mucho quizás pero faltó la conexión. Dios sabía del éxito que tendría con Abraham, porque sabía que Abraham no fallaría justamente en esto. Abraham conectaría todo lo que experimentó y recibió de Dios con su próxima generación. Es de destacar cómo Dios exalta y declara que, por esta razón, con Abraham no fallaría de llegar a gobernar a todas las familias de la tierra. Él entendió el plan, más allá de lo que tenía que ver con su tiempo, y se esforzó en trabajar para que su hijo sea la proyección de lo que Dios ya había estado haciendo con él. “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y 71 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.” Génesis 18:17-19. Es plenamente claro cuánto importa para Dios la conexión y el trabajo para que la misma ocurra. Si es que queremos entrar en la línea de Abraham, no sólo bastará con que nosotros hayamos sido paternizados, sino que será necesario paternizar, trabajar sobre nuestros hijos, día a día, en todo lo que respecta a la formación del carácter de Dios en ellos, y -a su vez- dejar todo el material que les permita seguir, aun cuando ya no estemos. . 72 | P á g i n a CAPÍTULO 11 UN PADRE TE POSICIONA Cada persona que existe y está en la tierra es por causa de un padre, ya sea que el mismo haya sido bueno o malo, responsable o irresponsable, esté vivo, muerto, en el propósito o fuera del mismo; si alguien existe, es por un padre y en lo que se refiere a un padre biológico es imposible elegirlo. Pero esta cuestión no es lo mismo con un padre de fe. En este punto hay que tener mucho cuidado y evitar las malas interpretaciones para no tomar decisiones fuera del Espíritu de Dios. Aclaro esto, porque existe gente inmadura que anda buscando padres a su medida y esto es degradante para Dios y nada tiene que ver con su Santo Espíritu. En este tiempo tan complicado que nos toca vivir, es muy común encontrarse con personas, muchas de ellas, gente de ministerio, que viven y ministran sin la cobertura de un padre, esto es como ser una ciudad sin ejército, protección o defensa, que ya lo vimos en el capítulo de “Lo que significa un Padre” . No nos olvidemos que dentro del significado de un padre, lo que mas lo representa es la palabra protector. Por favor, entendamos que, al decir padre, estoy refiriéndome a alguien al que le puedo entregar mi corazón, que mis ojos miren por sus caminos y sus razones pasen a ser las mías (recordemos a Salomón en Proverbios 23:26 y 4:10). No confundamos la dependencia legal u organizacional de lo que significa paternidad, ya que esto ha hecho un tremendo daño y ha desfigurado el diseño del Señor, trayendo desalientos, pérdidas de tiempo, despropósitos y confusión a generaciones completas. 73 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Es importante que quede claro que es necesaria la organización, pero no como modelo, sino como un aporte al modelo en sí. Cuando la organización pasa a ser el modelo, se remplazan los roles de padre e hijo, por el de presidente y subordinados, etc., etc., y esto nada tiene que ver con el modelo que ha quedado establecido desde la misma creación y, al no existir la relación de padre a hijo, la misma esencia de Dios se disuelve. Nunca jamás, debemos perder de vista, que Dios ha asentado todo su plan sobre la relación de padres a hijos. Este tipo de “paternidad” (la organizacional), que no lo es, pero que muchos así la llaman, jamás llevará a la persona al cumplimiento del propósito, ya que se tiene por mas sublime lo organizacional que lo relacional. También muchos confunden una buena relación con la paternidad, tener buena relación con autoridades ministeriales no alcanza. El modelo es la paternidad bíblica que transfiere. Querer disfrazar cualquier otro tipo de relación o modelo, sólo traerá resultados alejados del verdadero propósito divino. La paternidad bíblica es pura y preciosa y lleva al hombre al progreso y crecimiento en el propósito y, sobre todo, tiene continuidad en las generaciones que siguen, es la única que puede transferir la vida y carácter de Dios, de otra manera eso es imposible. Las imitaciones solo distorsionan y desvían del plan original. Ahora es el tiempo, antes de que venga el día del Señor, para reaccionar a ser paternizados y a paternizar. Con toda la luz que hoy se tiene no deberían existir ministros sin paternidad, la cual es lo único que les ayudará a ir más allá de ellos mismos, de lo contrario, se quedarán estancados 74 | P á g i n a UN PADRE TE POSICIONA en niveles que Dios nunca planeó, se enredarán en pecados que hasta ni le parecerán pecados, estarán desprotegidos y quién sabe qué transmitirán. En cambio, la paternidad bíblica, los posicionará en niveles inimaginables que darán una altísima honra a Dios. Jonatán, en una etapa de su vida y ante una situación compleja que se vivía en el reino de su padre –Saúl-, se vio en la necesidad de hacer un pacto con David, quien no era rey todavía. El motivo del pacto, fue que David tuviera misericordia de su casa cuando Dios le entregara a sus enemigos, sabiendo Jonatán, que el peor enemigo de David era su propio padre (Saúl). Pero Jonatán, había entendido la unción sobre David y eso le daba plena seguridad de que sería quien reinase Israel. Y en ese pacto, se comprometió a guardar la vida del hombre de unción. En realidad, estaba más comprometido con la unción y el plan de Dios que con su mismo padre. Y el rey no se olvida de estas cosas. Pasan los años, el reino es sacudido y Jonatán pierde su vida en la batalla. El tiempo continúa pasando, David llega al trono de Israel, y un día se recuerda del pacto con Jonatán y pregunta a sus servidores si había quedado alguien de la casa de Saúl para hacerle misericordia por el pacto con Jonatán. Al instante, le avisan de Mefi-boset y el rey lo hace traer. Imaginemos el terror de este varón al ser llamado por el rey; ya que sabía que por alguna virtud no lo estaba llamando, porque desde los cinco años se había quedado inútil de sus piernas, entonces… ¿para que podría serle útil al Rey? Seguramente, lo único que pensó, fue en algún rencor del rey con quien había sido su peor enemigo, Saúl su abuelo. Pero el rey lo llama y le dice: “No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre” 2 Samuel 9:7.. 75 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS ¡Qué sorpresa para este varón! tantos años de inutilidad, de frustración de ser un perdedor y no poder llevar adelante como quisiera los sueños para su hogar y, de repente, con toda su indignidad e inutilidad, se entera de algo que lo sacudió entero: su padre, Jonatán, había hecho un pacto con quien hoy era el rey. Y el rey le dice: no te necesito en ninguna área de mi reino, ya tengo a los mejores, no he encontrado ninguna habilidad, ni virtud en ti, no tienes influencias sobre los grandes, ni poder, ni riqueza, pero he recordado algo que me ha hecho llamarte, algo que me ha hecho tomar la decisión de devolverte las tierras de Saúl y, que al igual que uno de mis hijos, comas en mi mesa real y de ponerte en marcha una empresa con treinta y seis empleados que se ocupen de enriquecerte. He recordado que tu padre hizo y guardó, un pacto conmigo. Sólo por el pacto de su padre Mefi-boset pasó a ser un favorecido, en gran manera, por el rey. Podemos encontrarnos como Mefi-boset, con una historia de pérdidas y derrotas, con incapacidades e inhabilidades, podemos encontrarnos en lo más bajo de nuestra autoestima, pero si tenemos un padre de pacto con el Rey, sólo por ese hecho y nada más, el Rey tomará la decisión, de posicionarnos como el más digno de su reino, por lo tanto, no importa mucho qué tienes o qué eres, como quién es tu padre. Tener un padre de pacto con el rey, te llevará al favor del Rey. El Rey hará memoria del pacto de tu padre y por esa razón te llamará a la mayor dignidad. De igual manera tu pacto con el Rey llevará a tu próxima generación, a tus hijos, a ser llamados por el Rey, a la vida de mayor dignidad. Siempre, la paternidad de un hombre de pacto, te hará vivir como un príncipe, siempre te beneficiará. La paternidad de un hombre de pacto siempre funciona en posicionar a los hijos, y cuando digo funciona, lo digo consciente de que, aún con los incrédulos, la paternidad lleva a los más altos lugares. 76 | P á g i n a UN PADRE TE POSICIONA José, en Génesis 45:8 dijo: “Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto”. Este varón fue un hombre de pacto con Dios, se guardó siempre para Él. Y Dios le puso como padre de faraón, siendo lo más asombroso, que la paternidad de José hizo que Dios favoreciera a faraón. Dios posicionó en alta dignidad, al faraón, por la paternidad de José. Dios es el que puede darte la paternidad sobre faraones y naciones y a su vez, ponerte bajo la paternidad de un Jonatán, varón de pacto. Ruega a Dios para que te dé por padre de aquél al que quieras hacerle bien y para que te dé un padre, como lo hizo con faraón, que sea un varón de pacto, al igual que Jonatán. Esto te permitirá alcanzar la mas alta dignidad del Rey. . 77 | P á g i n a CAPÍTULO 12 UN PADRE TE BENDICE En la apasionante historia de Isaac, Rebeca, Esaú y Jacob podemos encontrarnos con muchos hechos dignos de imitar, pero también, con muchos otros que deben ser un ejemplo para no repetir. Si bien esta era una familia que estaba en el propósito de Dios, que conocía la voluntad de Dios para con ellos y sus descendientes, no por eso fue una familia perfecta; al contrario, fue una familia con serios problemas de relación entre ellos, lo que les trajo muchas dificultades, a medida que los años iban pasando. Ahora, si prestamos atención al relato bíblico, para descubrir cuál fue uno de los mayores problemas por los que pasó esta familia, descubriremos que tiene que ver con el hecho de obtener la bendición del padre. Todos, en esa familia eran conscientes de lo que significaba recibir la bendición de su padre. Rebeca conocía el plan de Dios para con su hijo Jacob pero, por la falta de comunicación y el descontrol que había en la relación con su esposo e hijos, tramó un engaño que si bien dejó a Jacob con la bendición del padre, a ella le costó un alto precio ya que nunca más pudo ver a su hijo preferido -además de haber traído un gran dolor a toda la familia. Hasta Esaú, quien vendió sus derechos de primer hijo, tenía bien en claro lo que significaba que su padre lo bendijera, razón por la cual se enojó y angustió tanto cuando Isaac, por engaño, bendijo a Jacob. “Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición… ¿No tienes más 79 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.” Génesis 27:34-35 y 38. Está claro que el medio que usaron para cada cosa no fue el que edificó la familia, sino más bien el que la desunió y arruinó; pero es de exaltar la tremenda importancia que tenían las palabras de bendición que podía dar un padre. Toda una familia peleándose para que un padre los bendijera. Vuelvo a repetir: muy mala la forma de manejar este asunto, pero ¡qué tremendo valor tenía para ellos una palabra del padre! Ahora, cuando volvemos a nuestros tiempos, nos encontramos con una casi desaparición de la imagen del padre en los hogares, ministerios y, aún, en instituciones enteras. Y no sólo eso de que se ha perdido o desfigurado la imagen paterna, sino que, para la gran mayoría, de poco sirve la bendición paternal. Hay quienes, si se les pregunta al respecto, en frío, podrán decir que valoran mucho esto, pero basta con que algo no sea como ellos pretenden para querer abandonar la casa, sin importarles ya el envío o bendición paterna. Algunos piensan que era otra cultura, y demás argumentos, pero los que hemos nacido de nuevo tenemos una cultura que tiene que ver con el Reino de Dios y, dentro de ese Reino, la bendición del padre es determinante para el futuro del hijo. El querer deshonrar al padre, al no esperar el envío o la bendición, acorta la vida en la tierra, y hace perder y malgastar todo. En el Reino de Dios, sólo en la casa del padre o bajo el envío y bendición del padre se irá adelante en el propósito divino. Todo lo demás no pertenece a este Reino ni es la manera en que Dios cumplirá su propósito. Ya Abraham, el padre de la Fe y el amigo de Dios, tenía bien en claro lo que significaba la bendición de un padre. Abraham tenía todo como para creer que no necesitaba que alguien lo 80 | P á g i n a UN PADRE TE BENDICE bendijese, pero él era consciente de lo que esto significaba, razón por la que tomó sus diezmos, en actitud de reconocimiento al hombre de ministerio de esos días, y en actitud de plena humildad hacia su padre y cobertura espiritual le entregó sus diezmos al haber recibido la bendición de ese padre, para así continuar bajo todo el respaldo del cielo. “Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.” Génesis 14:18-20. Jacob mismo, aun con toda su inmadurez y el problema en el que se había metido, no salió sin el envío y bendición de su padre: “Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham. Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de Esaú”. Génesis 28:1-5. Irse de la casa del padre sin la bendición, era fracasar, sufrir y quedar fuera del propósito. Dios no cambia, Él es el Dios Padre y sólo cuando encuentra un hombre con corazón paternal e hijos que honren el rol paterno y sus bendiciones, es cuando Él mismo puede pasar sin impedimentos y hacer efectivas todas las buenas palabras que se encuentran en sus promesas. 81 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Con respecto a Moisés: en la tierra en la que él estaba no había una autoridad ministerial o espiritual de acuerdo a su fe, por lo que el mismo Dios lo tiene que enviar; pero, por otro lado, Moisés sí tenía a alguien que estaba sobre la casa en sí, como autoridad, y este era su suegro Jetro, y como en Moisés estaba bien claro el principio de irse bajo bendición, luego de que Dios habla con él, se vuelve a su suegro, le cuenta a medias, lo que haría, recibe la bendición y el envío, y luego se marcha: “Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.” Éxodo 4:18. Un hijo del Reino, más con la luz que existe en estos tiempos, jamás debería atreverse a moverse o vivir sin la bendición del padre. Toda la gracia y cobertura del cielo se derrama, siempre primero, desde la cabeza y va descendiendo por todo el cuerpo, Salmo 133:1-2. Si no fuera porque uno lo vive a diario, sería casi imposible de creer que un llamado al Reino tenga tanta oscuridad en su mente como para no darse cuenta de que, el irse de una casa, sin ser enviado en paz, es desvirtuar al mismo Dios y su plan. Gente que entiende que Dios quiere usarles, pero que al no valorar el envío y la bendición paternal, lo hacen cuando quieren y como quieren (hasta con divisiones), sólo para arruinarse y arruinar las almas. Cuántas de estas personas están buscando en la Biblia a alguien que se haya ido sin el envío paternal, para auto respaldarse en sus propios argumentos en vez de disfrutar las gloriosas y variadas enseñanzas que la Biblia tiene en lo que respecta al envío y la bendición del padre. ¿Cómo puede existir gente que ejerce presión para que se lo envíe, y si no se los envía se enojan y se van lo mismo a hacer 82 | P á g i n a UN PADRE TE BENDICE su propia obra, creyendo que es lo mismo ser enviado que no serlo? ¿Qué creen que transmiten a su descendencia? ¿Cómo podrán dejar pasar a través de ellos la imagen de Dios, el Padre, si ellos no honraron la imagen del padre, y aun más, justifican su deshonra? Jesús mismo no comenzó su ministerio poderoso sin antes someterse ministerialmente a Juan, declarándole cuando fue a hacerse bautizar: “… Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” Mateo 3:15; este cumplimiento de “toda justicia” fue lo que agradó a su Padre, el cuál declaró o lo bendijo con las siguientes palabras: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:17. Ahora sí, Jesús por haberse sometido al ministerio que estaba funcionando en Israel con Juan, sin saltarlo aun siendo el mismo Mesías, y con la bendición del Padre pudo haber iniciar su propio ministerio el cual contaba con todo el respaldo del cielo. Existen también personas que para apaciguar su conciencia tratan de buscar la bendición de “algún padre famoso” que ni siquiera los conoce; en muchos casos sólo para su propia confusión y de quienes le siguen. Un padre debe conocer a quien bendice; el apóstol Pablo tenía bien claro esto y le aconseja a Timoteo que no hiciera imparticiones ministeriales, que no pusiera en acción a ministros, que no pusiera su dignidad, que no enviara a alguien a la obra si en verdad no lo conocía, 1 Timoteo 5:22. Hoy se hace, y parece que todo es lo mismo; pero son sólo manchas en la pureza del evangelio de Jesucristo. También Pablo le aconseja a su hijo Timoteo -en el pasaje ya mencionado- y finaliza diciendo: “Consérvate puro”. Un padre debe conocer dos cosas para bendecir a su hijo. Primero, el propósito y plan de Dios y, segundo, al mismo hijo. 83 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Hoy existe en la tierra un avivamiento del ocultismo, por razón de que la gente quiere que le digan que le va a ir muy bien sin que sus acciones, en el diario vivir, se vean comprometidas. Es decir, “hago cualquier cosa, total después alguien me dice lo bueno, eso me ocurre y listo”, y uso el ejemplo del ocultismo porque para Dios es lo mismo que la rebelión: “Porque como pecado de adivinación es la rebelión” 1 Samuel 15:23, y la rebelión a la que se hace referencia en este pasaje, justamente, tiene que ver con querer recibir lo bueno de Dios, haciendo las cosas como a cada uno le parece. Pero, en el reino de Dios existe una ley muy diferente de la que creen que existe en el reino de la rebelión; en el Reino de Dios el principio es: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Gálatas 6:7. ¿No verá Dios a quienes actúan y viven bajo rebeliones para, luego, respaldar las palabras de aquel que los bendice? Nunca nos imaginemos tal cosa; su Espíritu dice: “…los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él” 2 Crónicas 16:9. Un padre que conoce a su hijo o un hijo que se dispone para que su padre le conozca, serán en quienes se hará notorio el respaldo de Dios, según las palabras que se hablen o se reciban. La paternidad no significa imposición de ninguna de las partes; la paternidad es entregarle voluntariamente el corazón a un padre para que cumpla su rol como tal, y disponerse, como hijo amado, a dar honra al padre, siendo un vivo reflejo de la imagen de Dios en la tierra. En los últimos años de su vida, Jacob, dándose cuenta de que iba a abandonar la tierra, llama a sus hijos para bendecirlos. 84 | P á g i n a UN PADRE TE BENDICE En esa bendición, él los va mencionando a cada uno y relaciona lo más marcado de su carácter, revelado por los hechos mismos de cada uno, con el resultado del futuro que les esperaría. Es realmente digna de estudiar esta bendición paternal, ya que nos permite ver cuán significativo es conocer a quienes se bendice y de qué manera el carácter, que marca la vida de la persona, influirá en su futuro. *“Rubén era el primogénito y debía haber heredado poder y gloria, pero debido a su pecado perdió la bendición de su nacimiento (Gn 35.22; 1 Cr 5.1–2). Simeón y Leví eran hijos de Lea, y ambos eran crueles y egoístas como se ve en el crimen de asesinar a los hombres de Siquem (Gn 34). Más tarde la tribu de Judá absorbe a los descendientes de Simeón (Jos 19.1) y Leví viene a ser la tribu sacerdotal (¡qué gracia!) no teniendo heredad en sí misma. La declinación numérica de Simeón se ve al comparar Números 1.23 (59.300) con Números 26.14 (22.200). A Judá se le identifica con el león, la bestia real; porque de Judá vendría el legislador (Cristo), como también los reyes piadosos de Israel. Jesús es el León de la tribu de Judá (Ap 5.5). El versículo 10 predice que Silo («el que da descanso», Cristo) no vendría si no hasta que Judá haya perdido su reino y sin duda esto se cumplió cuando Jesús nació. Los versículos 11–12 prometen grandes bendiciones materiales a Judá. Zabulón se extendería desde el mar de Galilea hasta el Mediterráneo, de aquí su conexión con las naves. A Isacar se le pinta como un siervo humilde para otros, dispuesto a llevar sus cargas para que pudieran disfrutar de descanso, antes que resistir y tener libertad. A Dan se le relaciona con la serpiente y el engaño. No sorprende que la idolatría en Israel empezara con Dan. Gad significa «una tropa» (30.11) y se le enlaza con la guerra; a Aser con riquezas, en especial la clase que agradaría a un rey. A Neftalí se le compara 85 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS con un venado dejado libre y se le promete que sabrá cómo usar lenguaje poderoso; véase la victoria y el canto de Barac y Débora en Jueces 4–5 (nótese 4.6). La bendición a José es la más larga. Es rama fructífera, atacado por sus hermanos, pero al final victorioso. Jacob da a José una variedad de bendiciones, materiales y espirituales, y le asegura la victoria final a través del Dios de Israel. José es príncipe «entre sus hermanos» (final del versículo 26). A Benjamín se le compara con un lobo que captura la presa que persigue y luego disfruta de ella por la noche. El rey Saúl vino de esta tribu y fue un conquistador; Saulo de Tarso, que llegó a ser el apóstol Pablo, también vino de Benjamín”. (*Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia, AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.) Jacob vivió unos 147 años, y en sus últimos momentos, por los años y su enfermedad, estaba bastante débil físicamente, lo que haría parecer que ya no podría influir mucho en la vida de sus hijos o por lo menos, aparentemente, ya no podría hacer muchos por ellos. Esta sensación es la que a menudo tiene la gente: la de pensar que alguien anciano, enfermo y cargado de años tiene poco para hacer en su vida; pero, por lo visto en este y otros casos, es sólo una sensación que nada tiene que ver con la realidad cuando se trata de un padre. En el rol del padre que conoce a sus hijos, existe una autoridad dada por el mismo Dios para marcar con palabras el camino hacia el destino de Dios para los hijos. Ese padre puede estar muy débil, enfermo y lleno de años, pero a su vez, fluir a través de él una palabra llena de la gloria del Dios Todopoderoso. Está claro que nuestro accionar en la vida traerá sus resultados, pero no debemos subestimar el poder para marcar el camino hacia la bendición de Dios que un padre tiene. 86 | P á g i n a UN PADRE TE BENDICE Siempre que hablamos del padre, lo estamos haciendo de un padre de propósito, ya que uno que no está en el propósito sólo transmitirá error en lo que respecta vivir para el plan de Dios. Aquí, Jacob venía heredando palabras de propósito, y transmitió esas mismas palabras a sus hijos que, aunque con muchos errores, se convirtieron en aquello para lo cual habían nacido: una gran nación que daría a luz a “la simiente de Abraham” para bendecir a todas las familias de la tierra. . 87 | P á g i n a CAPÍTULO 13 VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES NOS ASEGURA EL RESPALDO FINANCIERO DE DIOS "sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día." Deuteronomio 8:18 Este pasaje de las escrituras en Deuteronomio puede ser dividido en tres partes para entenderlo mejor, siendo la primera: “sino acuérdate de Jehová tu Dios”. Esta advertencia tenía el objetivo de mantener fresca la memoria, para que no se olvidaran de lo que Dios les había enseñado en generaciones anteriores; en realidad, no era sólo recordar que existía un Dios, sino tener presente cada detalle de lo que Dios esperaba de ellos. El por qué debían mantener vivo y presente lo aprendido, es lo que responde a las otras dos divisiones que hacemos del pasaje. La segunda es: “porque él te da el poder para hacer las riquezas”. Tenían que tener bien presente lo que Dios les ordenó, porque de esas sabias ordenanzas salían las enseñanzas que los capacitarían y favorecerían para poder progresar en la tierra. Creer en el progreso, sin obedecer u honrar a Dios, es independizarse del Creador, tal cual lo hicieron Adán y Eva; y ya sabemos el resultado que trajo. Tercera parte: “a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.”. Vimos que el objetivo de acordarse era progresar, pero el fin de acordarse y progresar es que Dios pueda cumplir de generación en generación lo que había prometido a los padres; es decir, a nuestros antecesores. Lo maravilloso de todo esto es -les estaba diciendo- que si ellos tenían en cuenta a Dios como lo tuvieron en cuenta Abraham, 89 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Isaac, Jacob, etc., etc., podrían vivir bajo los mismos, y aún mejores resultados que sus mismos padres. Los padres entraron en un pacto con Dios, lo que significa que se relacionaron comprometidamente con lo que Dios les mostró que iba a hacer, por eso el mismo Dios les prometió cosas gloriosas. Ahora, si ellos mantenían el mismo compromiso que sus padres, vivirían bajo los hechos gloriosos que les habían sido prometidos a muchas generaciones anteriores. Para que nos quede claro: Dios demanda a cada generación vivir bajo el pacto de sus padres. Hoy en día, en pleno siglo XXI, estamos en la misma condición y deber en lo que respecta al vivir bajo el pacto de nuestros padres, y cuando digo el pacto de los padres me estoy refiriendo a dos tipos de pactos que tenemos que tener bien presentes para no desviarnos, por nada, del plan Divino. Primer tipo de pacto: es el pacto demandado por Dios a los padres. Es todo aquello que en el pacto entre Dios y el padre queda establecido como fundamento del mismo. Segundo tipo de pacto: es el ofrecido, es decir, aquello que un padre ofrece, y que no ha sido establecido por el mismo Dios, lo que ha ocurrido en algunos casos como los que se mencionan en el capítulo “El mandamiento del Padre” acerca de la condición de no beber, sobre Juan el bautista (provenía de Dios). A Jesús no se le dice nada de esto; pero sí a los Recabitas, que eligen abstenerse, no por una orden general de Dios, sino de su propio padre. Entonces, nos queda bien definido el hecho de que existen dos tipos de pactos de padres. El de Dios con el Padre (que el hijo está obligado a guardar). Y el del Padre (que el hijo se verá obligado a guardar, si el padre se lo pide). 90 | P á g i n a VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES… Esto, de igual manera en el presente, deberá regir nuestras vidas, ya que según Gálatas 3:7, los que somos de la fe, estamos bajo la paternidad de Abraham: “Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.” y debemos vivir bajo el mismo compromiso y pacto que Abraham. No podemos negar esto. Ni tampoco caer en el error de los Fariseos, quienes quedaron excluidos de la línea generacional de Abraham, por decir (honra de labios) y no vivir bajo el mismo compromiso de Abraham. Jesús se los dijo claramente: “Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.” Juan 8:39. Todo esto lo escribo para que podamos afirmar en nuestros corazones el significado que tienen los pactos de nuestros padres y que pueda quedarnos claro el deber que hoy se tiene de honrar a Dios (en este caso, del capítulo 13) con nuestro diezmo, tal cual lo hizo Abraham, nuestro padre. Debemos acordarnos de Jehová Dios, más allá del tiempo, porque de eso dependerá el que nos vaya bien y que lo que Dios empezó con Abraham, pueda llegar a su fin, de ver a todas las familias de la tierra benditas. Diezmar, una de las obras de Abraham, fue el pacto de nuestros padres. Hoy en día, los que por la fe obran como Abraham, son llamados sus hijos y a su vez son familias benditas. Debemos cuidar de no caer en el error de pensar, en el caso de estar al frente de un ministerio, que el deber de diezmar es de los “hijos” y no del “padre”. Esto parece obvio, pero más de uno se asombraría al escuchar a ministros enseñar del diezmo y no tener, ellos mismos, un padre de fe o “Melquisedec” en la tierra, a quien entregarles sus diezmos y recibir su bendición. Abraham, siendo el “padre de la fe”, no se sintió tan grande como para pensar que él no necesitaba ir al ministro de su época y entregarle los diezmos. 91 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Ser un padre de la fe, para muchos, no exime de tener que diezmar; al contrario, es lo que marca la grandeza. Si Abraham se hubiera rehusado a diezmar (que es el reconocimiento a Dios de su señorío), ¿cómo podría haber sido el padre de otros, sin torcerle generaciones completas a Dios? Justamente, pudo ser el padre elegido por vivir y transferir lo correcto a todas las generaciones. Hoy, ser un hijo de Abraham significa hacer las obras de Abraham; significa, en este particular, diezmar. “Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.” Juan 8:39. ¿Cómo es posible que gente a la que Dios le entrega multitudes, por su nivel, se crean que no tienen que diezmar? El diezmo es para todo aquel que reconoce a Dios como el soberano. No diezmar es abandonar el pacto de nuestros padres, en este caso, Abraham; y, las bendiciones del pacto vienen cuando se vive bajo el pacto, -ya lo vimos con Leví. ¿Es confiable darle diezmos a un pastor o ministro que se rehúsa a tener un padre de fe al que le diezme? ¿Cómo es posible que baje la bendición desde Abraham, por ese hombre, si no está guardando el pacto de su padre? En Melquisedec se puede ver la figura paterna de cobertura sobre aquel que honra a Dios. Abraham reconoció la necesidad de ponerse bajo esta cobertura paternal y entregarle sus diezmos. El principio del Reino, sobre Abraham, le guardó de creerse algo fuera de lo correcto, como para pensar que él era el elegido, el padre, el heredero de la promesa, etc., creyéndose no necesitar un padre o cobertura. Padre, se le puede llamar a aquel que de su misma esencia hace nacer a otro (un hijo). Es desde donde se origina el hijo. Este engendramiento puede ser biológico o de fe. Por lo tanto, el ser 92 | P á g i n a VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES… hijo de Abraham tiene que ver con poseer su misma esencia; es estar formado por lo mismo que él, es ser una continuidad de su obra; razón por la que Jesús dijo: “Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.” Juan 8:39. Toda la fe que hoy nos lleva a la salvación se origina en Abraham, por lo que se lo llama el padre de la fe. La fe que Abraham tuvo para ir a un ministro de Dios y entregarle los diezmos, entre otras cosas, es la misma que nos lleva a Cristo. No hay dos fes. Sólo una, según Efesios 4:5, que se origina en Abraham, Gálatas 3:7, y que tiene su autoría en Jesús, Hebreos 12:2, que fue el diseñador y consumador. Diezmar es una demostración permanente de dependencia y obediencia que habla del origen de nuestra fe, del padre, del autor y del consumador. Isaac fue un hijo de Abraham, no sólo biológico, sino de fe, ya que creyó lo mismo que su padre y se condujo bajo el pacto de él. Supo escuchar a Dios, obedecerle, “Y se le apareció Jehová, y le dijo: no desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré” Génesis 26:2, y eso permitió que las bendiciones prometidas a su padre le alcanzaran a él, “Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso. y tuvo hato de ovejas, y hato de vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. … Entonces dijo Abimelec a Isaac: apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros te has hecho.” Génesis 26:12. Es esto, además, lo que luego se dice en Deuteronomio 8:18: “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día”. 93 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Isaac no fue alguien que se creyó mejor que su padre para tomar decisiones propias, que excluyeran las enseñanzas de vida que Abraham le había dejado, sino que él volvió a abrir los pozos de agua, abiertos por Abraham, y a llamarlos como su padre los llamaba. Hablando figuradamente, recuperó y guardó los principios divinos por los que Abraham había vivido, y que el enemigo había tratado de hacer olvidar. Habló lo mismo que su padre y vivió por ello. "E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y habitó allí. Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado. Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas", Génesis 26:17-19. . Un padre de pacto deja pozos de agua que el enemigo tratará de segar, pero es de hijos verdaderos y sanos volverlos a abrir, porque es allí donde hay vida (agua) tanto para uno mismo como para otras generaciones. Nunca debemos entrar en la soberbia de creernos que nuestro bien viene por quitarle a Dios el reconocimiento que se merece o pensarnos que no tener un padre que nos dé su preciosa cobertura, al cual se le honre, nos hará ser un modelo o padre para las generaciones que vienen. La honra a Dios con nuestros bienes hablará de nuestra sumisión al señorío de Él; hablará de que permanecemos bajo el pacto de nuestros padres y hablará de que nuestros descendientes serán poderosos en la tierra. “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita. Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre.” Salmos 112:1-3. Puede leer para mayor amplitud sobre el diezmo bajo el orden de Melquisedec “El Diezmo, ¿para estos tiempos? Solicítelo a nuestro correo electrónico. 94 | P á g i n a CAPÍTULO 14 PATERNIDAD A AUTORIDADES José padre de Faraón. “Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.” Génesis 45:8. En la conocida historia de José podemos maravillarnos de la manera en que Dios levanta a este varón de la peor condición y lo pone a un nivel asombroso en el cual, con unas breves palabras podemos ver la dimensión de honra que Dios le da cuando Él mismo declara ser padre de Faraón. Que Faraón tuviere por padre a un varón que ni siquiera era egipcio, realmente era un milagro o un hecho para maravillarse. José era la persona de mayor confianza, era el fiel consejero, sus aciertos, frutos de la revelación de Dios, lo posicionaron como un protector de Faraón y su nación. Faraón, no sólo tenía un consejo sabio en este varón, sino que sentía el carácter paternal que le daba seguridad y protección, y fue por esa razón que Faraón se atrevió a entregarle con plena seguridad tanto poder sobre su mismo reino. Toda la historia de José contiene un gran mensaje profético acerca de los tiempos que vamos a vivir, y de qué manera Dios va a influenciar a las naciones a través de “padres” que en tiempos de gran necesidad en la tierra se levantarán con revelación y carácter paternal para saciar, proveer y dar seguridad en momentos en que nadie la da. 95 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Debemos entender que Dios desea profundamente influenciar a las naciones, y Él sabe que con sólo un hombre puede impactar naciones completas; sólo que necesita encontrar a ese hombre con el carácter paternal para Él poder poner revelación a nivel que impacte a autoridades de alto rango. El carácter paternal es determinante para lo que Dios quiere hacer porque es el más fiel reflejo de su propia imagen; el no poseer este carácter es un gran impedimento para que Dios se refleje y, por lo tanto, toda revelación que llega a tal persona, no provocará lo correcto en toda la dimensión de lo que estamos viendo. Creo firmemente, por ver el grado de necesidad en que se encuentra la tierra, y de qué manera el hombre todos los días inventa algo para tratar de saciarse, que es el gran momento para que Dios levante “padres de Faraones”. Creo con todo mi corazón que antes de que el Señor regrese, vamos a ver a hombres con corazón de padres influenciar de tal manera a autoridades, que naciones completas tendrán la posibilidad de ver con claridad la manifestación de Dios. El carácter paternal en Daniel. Por una de las cosas que se puede caracterizar a un padre es por la autoridad natural que posee. Un verdadero padre no es aquel que trata de imponer su título sino aquel que con el cumplimiento de su rol, superior al del hijo, provoca confianza, seguridad y motivación. Daniel poseía un carácter tan paternal que, naturalmente, y sin tener la intención de competir, estar primero o sobre otros, su personalidad, por supuesto, influenciada plenamente por el Espíritu de Dios, logró provocar seguridad y confianza en quienes lo trataron o fueron autoridad sobre él. Los 96 | P á g i n a PATERNIDAD A AUTORIDADES cuatro gobernantes de los tres imperios bajo los cuáles estuvo Daniel, lo honraron y lo vieron como una persona superior, de la cuál no había que temer y a la cuál se atrevían a poner responsabilidades muy grandes sin dudar de que el sabría manejarlas. Es muy marcada la diferencia entre un liderazgo carente de carácter paternal y otro con corazón de padre. El primero, en muchos de los casos, es movido por la competencia o el lugar que puede obtener; el liderazgo paternal, en cambio, es impulsado por un vivo amor y deseo de ver al otro vivir bajo los gloriosos resultados de lo que Dios enseña, es parte del mismo anhelar que al hijo le vaya bien. Vive para engrandecer al hijo en todos los aspectos. El apóstol Pablo, ejemplo en lo que es un liderazgo paternal, en pocas palabras, deja ver con mucha claridad lo que lo movía y debe mover a un padre, diciendo: “…porque no busco lo vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos. Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas…” 2 Corintios 12:14,15. Si estas palabras hubiesen sido dichas por un líder carente del corazón paternal, nos encontraríamos con alguien que trata de usar a quienes lo siguen para sacar sus propios provechos y alcanzar sus metas. Además, cuando alguien surge bajo un liderazgo carente del corazón de padre, puede provocar celos, miedos y un sentido de competencia en el líder; algo que ocurrió en la historia de Saúl y David. Si Saúl hubiera sido un líder con corazón de padre, el éxito de David hubiera sido el suyo, pero como esto no estaba en él, el éxito de David fue la amenaza más grande que él creía tener en su reino. Es la gran tendencia de los líderes que no son padres, la de usar personas, hasta que las mismas surgen, y descartarlas una vez que las mismas han crecido, ya que no las ven como hijos que han logrado crecer y 97 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS desarrollarse para ser la continuidad del propósito, sino como una amenaza a su cargo o puesto. Fue tan marcado y estable el carácter paternal en Daniel que, aun cuando pasaba el tiempo, los gobiernos, los reinos y sistemas políticos, él no cambiaba; y autoridades del más alto rango se ponían bajo su consejo o dirección, en muchas acciones, sin sentir el más mínimo miedo o amenaza. La razón de esto era que lo que surgía en Daniel, era el carácter puro del padre. No debemos perder nunca de vista que este carácter tiene su origen y esencia en el mismo Dios, y que cuando uno cumple el rol de padre, le permite a Él mismo manifestarse para hacer Su obra gloriosa en la tierra. Mientras que, cuando no se tiene este corazón, o no se cumple este rol, la imagen misma de Dios se distorsiona y confunde, sin permitir que las personas vean a través del hombre un vivo reflejo del Dios Padre. La paternidad de Joiada sobre Joás rey de Judá En todo lo que he escrito sobre paternidad, siempre he girado sobre el eje del propósito de Dios de conectar a las generaciones a través, por supuesto, de un padre, y en este caso el de Josabet y Jopada- encontramos a un matrimonio que realmente había entendido el plan y el medio de Dios para que un día todas las familias de la tierra fueran benditas. En medio de un gran caos político y religioso, en donde Atalía, la madre del rey Ocozías, ya muerto trata de exterminar a toda la familia real para así quedarse en el trono; otra mujer, Josabet, esposa del Sumo Sacerdote Joiada, rescata a uno de los niños que quedaba, Joás, simiente de David, quien debía estar en el trono y desde donde, muchos años más adelante, saldría el Mesías, y lo esconde durante seis años. 2 Crónicas 22:10-12. 98 | P á g i n a PATERNIDAD A AUTORIDADES Luego, el mismo Sumo Sacerdote Joiada arma un complot contra la reina que había usurpado el trono y que no era del linaje de David, para sacarla y entregar el reino a Joás, quien era totalmente inocente, por ser tan pequeño, de lo que estaba ocurriendo. El niño Joás se habrá preguntado el porqué de tanto odio y guerra, ya que no alcanzaba a comprender que dentro de él había algo invisible a la vista humana, pero más que visible en el mundo espiritual. Y era que su sangre contenía los genes de su Padre David y por lo tanto tenía un destino marcado por el juramento de Dios. Muchos, al igual que Joás ignoran el hecho de que su sangre contiene la marca genética del juramento, han sido engendrados, espiritualmente por Dios, biológicamente por un hombre terrenal, pero en la fe por un padre que viene de una línea generacional que está bajo el juramento de Dios (a Abraham). Por esto es tan importante la paternidad de fe, ya que es la que engendra a quienes serán la continuidad de un juramento de Dios. Joás, venía con esta genética de David y recibió la paternidad de Joiada, ya que desde muy niño le salvó la vida y lo paternizó, llevándolo al trono mismo, que era el propósito principal de Dios. Casi todo el tiempo que Joás reinó sobre Judá, lo hizo bajo la dirección de quien lo había puesto en el mismo trono y enseñado a caminar como un rey para Dios. La paternidad de Joiada fue llena de inteligencia y propósito y no sólo que sacó a una usurpadora del trono, sino que le permitió a Dios continuar con su plan transgeneracional. Lo que Joiada hizo fue hacer nacer como rey al eslabón de Dios para su plan con el Mesías, y es un ejemplo excelente para la paternidad; y es el mismo sentido de la paternidad de hoy en día: 99 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS hacer nacer al sucesor que le dará continuidad a lo que Dios ya ha empezado. Leer esta historia nos hace tomar conciencia plena de cuán significativa es la intervención de un padre en la vida de la personas, en este caso, alguien que sería el rey y conduciría el destino de miles de semejantes. Toda la vida de Joiada, en muchos aspectos es un ejemplo paternal, pero resaltamos el hecho de que su entrega al propósito de Dios lo llevó a ser el padre de un rey y, mientras él vivió, ese rey condujo a la nación a grandes cambios: “De siete años era Joás cuando comenzó a reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su madre fue Sibia, de Beerseba. E hizo Joás lo recto ante los ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote”. 2 Crónicas 24:1-2. Lamentablemente, Joás, luego del fallecimiento de Joiada, no retuvo la enseñanza para vivir en ella, lo que le llevó a la misma muerte y decadencia a toda la nación. Esta historia, con el final que tiene, deja más en claro cuán necesario es tener un padre, no sólo por lo que la paternidad nos puede ayudar a alcanzar, sino por todo de lo que nos puede librar, además de permitirnos ver a otro hombre de Dios con corazón de padre influenciar a autoridades de alto rango. Eliseo otro padre de autoridades “Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!” 2 Reyes 13:14. 100 | P á g i n a PATERNIDAD A AUTORIDADES En la historia de Eliseo con Joás, el rey de Israel -que no debemos confundir con Joás, rey de Judá- podemos encontrar dos enseñanzas muy importantes para aprender más sobre paternidad. Por el lado de Eliseo, vemos a un profeta llegando a influenciar al rey de su época, con un corazón paternal; es decir, ejerciendo el rol paternal de ser el consejero sano, de Joás. Fue tal el impacto de Eliseo sobre Joás que en los momentos finales del profeta, y ya pronto a su muerte, Joás, el rey, vino a visitarle llorando, reconociéndole como padre y cobertura sobre la nación. Joás, al igual que el mismo Eliseo para con Elías, usó la frase: "¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!", frase que surgía del reconocimiento y gran valor que tenía la paternidad sobre la nación, en este caso, de Eliseo. Y es esto lo que trae la paternidad sobre las familias, cobertura que protege y defiende al igual que lo haría el ejército de una nación por su propia tierra. Entendamos que la defensa de un padre tiene que ver con guardar al hijo de todo aquello que en el pasar de los días lo quiera desviar del propósito divino, que -repito- va más allá de la generación actual. La declaración de Eliseo a Elías, si bien es muy especial ya que con una simple frase resume la paternidad de la manera más significativa que se puede ver en la Biblia, era de esperarse ya que Eliseo había entregado la vida al propósito de Dios con Elías y lo conocía muy de cerca. Pero con el rey Joás era muy diferente, por la razón de que Joás fue un Rey que no tuvo en cuenta a Dios, hizo mal las cosas y nunca aceptó la paternidad divina sobre él; siendo este, el segundo mensaje de esta historia: el gran peligro que existe al no entender la doble paternidad, que está reflejada en toda la Biblia, como algo necesario para que lo planeado por Dios pueda cumplirse. Con David y Salomón, la doble paternidad es visible y funcionó. David, en pleno ejercicio de la paternidad, transmite y transfiere a su hijo Salomón todo lo que Dios quería y 101 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Dios declara que sería el Padre de Salomón para ayudarle a cumplir con la comisión de David. También esto es visible con Pablo y las iglesias, y en muchos lugares más de la historia bíblica. Entender la doble paternidad, es decir, la de Dios y la del hombre de Dios, es tener un cuadro completo de la voluntad de Dios; no se puede obedecer a Dios, desobedeciendo a su hombre. Ni tampoco se puede obedecer al varón de Dios, ignorando al mismo Dios que lo ha enviado, como el caso de Joás, que tenía un gran valor para él, el varón de Dios, pero era totalmente indiferente al mismo Dios. De una manera u otra, hoy, la gente cae en estos errores, muchos dicen amar a Dios y no se ponen bajo la sana cobertura de un hombre de Dios que les ministre, guíe y guarde en la verdad. Que hasta en muchos casos, cuando se les quiere corregir, responden: "que ellos obedecen a Dios y no a los hombres"; que si bien parece una buena declaración, no es bíblica y está fuera del contexto. En la Biblia encontramos una declaración similar en el libro de los hechos que dice "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres." Pero, aunque similar, es muy diferente ya que, en esta declaración se usa la palabra "antes" para marcar el orden del deber. Es decir, que se está comprometido a obedecer la palabra escrita de Dios, en primer lugar y, luego, si no contradice la palabra escrita, al hombre. Pero decir: " yo obedezco a Dios y no a los hombres" es lo que ha arruinado el plan de Dios a lo largo de la historia, ya que es el principio de Satanás gobernando el corazón de la humanidad. En cambio, en otros, existe un enamoramiento y respeto del varón de Dios, cuidando cada detalle mientras está con él y, 102 | P á g i n a PATERNIDAD A AUTORIDADES por otro lado, en la intimidad acepta el vivir corrompidamente, no cuidándose del mismo Dios. Una paternidad de Dios sin su hombre o una paternidad del hombre de Dios sin Dios, en ambos casos es una paternidad incompleta. Pero cuando el hombre se pone bajo la cobertura de de un varón de Dios, obedeciéndole y del mismo Dios, para confiar y ser guardado, entra en lo perfecto y planeado por Dios que, a su vez, está resumido en Cónicas 20:20: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados.” Es mi gran deseo que cada persona que lee estas historias pueda adquirir un corazón de hijo que entienda el poder de la doble paternidad y que se convierta en un padre que guarde y proteja a sus hijos al nivel de un ejército llegando a influenciar a autoridades en todos los estratos para que, a través de ellos, naciones completas se conviertan al Dios vivo. “Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir, Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso”. Salmo 71:18 y 19. . 103 | P á g i n a CAPÍTULO 15 UN PADRE TE DOBLEGA Si existe algo más conmovedor en la Biblia es ver la paciencia de Dios para con su pueblo: Israel. Cada vez que uno se sumerge en los detalles de esta historia, queda asombrado y, muchas veces, sin palabras, al ver la manera en que Dios soporta, espera y trata a una nación tan insignificante, comparada con muchas otras, como lo era Israel. Ahora, si tratamos de encontrar el motivo veremos uno muy sencillo, Israel era su hijo: "Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito”. Éxodo 4:22. Este era el gran motivo por la cual Dios nunca desistía, sino que seguía adelante, soportando, sufriendo y aun perdiendo. Israel era su hijo, su esencia, su reflejo, su imagen. Dios no podía desentenderse, no podía dejarlos y empezar de nuevo; para Dios no era una cuestión de poder dejarlos -está claro que él podía- era una cuestión de sentimientos, emociones, vida y propósito: "Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros". Isaías 49:14-16. Para que entendamos la dimensión del amor paternal, Dios declara que es mayor al amor que una madre puede sentir por quien ha salido de su misma humanidad. No es fácil de entender que existan madres que aun dando a luz un hijo de su mismo ser, pueden olvidarlo o abandonarlo. Pero existieron y existen. Dios dice que aunque esto ocurra entre los seres humanos, no es lo que ocurre en su caso. Cuando se trata de un hijo, se trata de Él 105 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS mismo, se trata de algo que no se puede borrar de su ser, que conmueve todas sus entrañas. “¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová.” Jeremías 31:20. Muchos se pueden confundir en el trato de Dios para con sus hijos, pareciera que hasta deja de ser justo en algunas ocasiones; pero, para no confundirnos y llegar a pensar esto deberemos tener más que claro que Dios no trata a sus hijos basándose en lo que ellos se merecen, sino en lo que ellos significan. Es imposible medir a Dios en sus hechos por justos o injustos. Dios es justo y misericordioso. Tiene piedad, compasión, se conmociona, no paga conforme a la maldad, "No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen." Salmos 103:110 y 111, todo lo espera y calla de amor. "En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos." Sofonías 3:16 y 17. Todo lo que Dios hizo, hace y hará por sus hijos será movido sólo por el profundo amor paternal que por ellos tiene. Vea sino el tan usado Salmo 103:10-13 y se dará cuenta que todo lo que impidió a Dios pagarle como se merecían por sus maldades, era el hecho de que por su amor paternal los trataba como a hijos: “No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el 106 | P á g i n a UN PADRE TE DOBLEGA oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.” Muchas cosas en la actualidad son aceptadas por nosotros por el hecho de que están en la Biblia, pero para quienes vivieron en aquellos días; por ejemplo, los de David, habría cosas casi imposibles de aceptar: ver la manera como es tratado Saúl por el profeta Samuel, cuando es desechado para ser rey por una desobediencia grave, pero no más grave, al juicio humano, que la de David. Ahora, si leemos las escrituras escudriñándolas, veremos lo que Dios era para Saúl y lo que significaba para David. Saúl fue un hombre con una gran oportunidad, no sólo por que fue rey de Israel, sino por que Dios se le reveló y él vio su obrar glorioso en un tiempo. Pero, para él, Dios nunca significó más que un Dios que lo podía ayudar a continuar en el poder político de una nación. A lo largo de su vida, no se puede ver nada más que su interés en que le vaya bien en lo que a él le convenía. Nada se dice de la relación diaria con Dios, de sus oraciones de madrugada, de sus alabanzas o adoraciones verdaderas. Mucho menos, vemos algún registro en el que Dios lo trate o declare acerca de él como su hijo. Para Saúl, Dios nunca significó un padre que le quería engendrar toda su esencia para que fuera su imagen en la tierra. Por esta razón, fue que cuando Dios tuvo a otro rey, simplemente lo cambió. Muy diferente es la cuestión con el rey David, quien lo adoró desde temprana edad, quien le creyó para enfrentar a un Goliat, sólo por la confianza y amor que le tenía. David vivió para hacer que lo que Dios quería, se cumpliera en la tierra. El corazón de David estaba formado por el de Dios. Lo que Dios amaba, David lo 107 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS amaba, lo que Dios aborrecía, David lo aborrecía. Dios podía decir que, en David, tenía a un hijo. David se había dejado engendrar, tenía su misma esencia. “Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó". 1 Samuel 13:14. Que triste para Saúl, pero que gloria para David; toda la diferencia que pueda hacer Dios, entre las personas, es marcada por el reconocerlo como Padre y comportarse como hijos. Dios es conmovido, sacudido cuando alguien le declara "mi Padre eres tú" y cuando esta declaración tiene esencia; desde el trono se desprenden sus más firmes y gloriosas misericordias y si no lo alcanzamos a comprender con estas palabras, leamos el Salmo 89:20-37: " Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad lo quebrantará; Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen. Mi verdad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su poder. Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los ríos su diestra. El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación. Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra. Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él. Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos”. Dios estaba dispuesto a todo por alguien que lo llamara Padre. Pero no sólo que estaba dispuesto a mostrarle su ayuda, 108 | P á g i n a UN PADRE TE DOBLEGA sino que estaba dispuesto a corregirlo y corregir a su descendencia con tal de no abandonar sus misericordias. Y continúa diciendo el Salmo 89: "Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios, Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos, Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades. Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David. Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí. Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo." Para nada estaba dispuesto a desistir con alguien que era su hijo. Desistió con Saúl porque éste nunca lo tuvo por Padre; pero por nada, ni aun por grandes errores, estaba dispuesto a dejar a David ni aun por errores de generaciones futuras. Dios iba a ir hasta el fin, si era necesario iba a doblegar "con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades pero no quitaría sus misericordias”. Salmo 89:32-33. Qué mejor que esta historia para encontrar la imagen y esencia de un Padre que, a su vez, deberemos reflejar a nuestros hijos. En Dios se nos revela el Padre por excelencia y su justo carácter en el que se expresa: profundo amor con propósito, una gran valoración de la relación, acciones de honra, correcciones y disciplinas en sus tres niveles; paciencia y misericordia. Desde el principio de la creación del ser humano, Dios se reveló como el Padre; cuando Jesús vino, restauró la relación del hombre con el Padre: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”. Juan 1:12. Y enseñó a relacionarse con Dios como Padre: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro…”. Mateo 6:9. La imagen del Padre en la divinidad es fundamental para que 109 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS el plan divino llegue a completarse en la tierra. Dios es un Padre, y es imposible para alguien que no es hijo en verdad, reflejar luego la paternidad o el carácter paternal para con otros. ¿Cómo podemos creer que alguien que no entiende la paternidad de Dios y del hombre pueda transmitir lo que Dios transmitió a Israel en la historia que en principio mencioné? Sólo la esencia paternal podrá hacer que se engendre y trate al hijo con todo lo necesario para provocar en él lo que Dios ha planeado. No nos olvidemos que todo el plan divino ha sido planeado desde un padre. Dios creó al hombre para que llene la tierra de su Gobierno, pero no creó un hombre en cada lugar de la tierra, dándole un líder que lo maneje, sino que hizo uno y ese hombre debería convertirse en padre y a través del engendramiento, cumplir el plan. Dios es Padre y creó a un hombre que puede tener su imagen y semejanza en lo que es la Paternidad. Un hombre, por más buena voluntad que tenga, ¿cómo podrá ser alguien que transmite lo que recibe de Dios, el Padre, si él no se convierte en padre? Lo que un padre siente por un hijo es imposible de imitar en todas sus dimensiones. En Israel hubo profetas que erraron el mensaje por el hecho de que no tenían un corazón paternal sobre la nación, algo que les hacía imposible poder hablar desde el corazón mismo de Dios. Si la Paternidad no se mete en nuestra vida, el mensaje de Dios con su esencia paternal se verá distorsionado al pasar por la persona, no provocando lo que Dios necesita que se provoque. Si Efraín no hubiera sido un hijo de Dios, a Dios no se le hubieran conmovido las entrañas sintiendo el profundo impacto de amor en lo más hondo de su ser, y seguramente lo hubiera dejado para comenzar con otros. Pero Dios era el Padre y Efraín su hijo, por lo tanto, no obraría por lo que le parecía razonable 110 | P á g i n a UN PADRE TE DOBLEGA intelectualmente, sino porque el dolor de su ser le extendería las misericordias. Pedirle a Dios ciertos sentimientos como la misericordia, el amor, la paciencia y demás frutos, sin ser un padre, es algo que no tiene sustento. Recién cuando alguien se convierte en padre (teniendo el modelo de Dios) de verdad podrá ir recibiendo y creciendo en sentimientos y emociones que reflejen al Todopoderoso, para formar hijos. En la tan conocida historia de Jonás puede verse la manera en que Dios, ante una urgencia, por la nación de Nínive, manda a su hijo a una misión, para encontrarse con que en él no estaba el mismo sentir; ya que Dios estaba desesperado por librar de la ruina a miles de personas, y su profeta sólo cuidaba de su reputación. El corazón paternal de Dios se distorsionaba en alguien que no lo sentía así. Ahora, la historia hubiese sido diferente si el padre de esa gente hubiera sido Jonás. Pero Dios podría haber elegido a otro hijo profeta para que lo hiciera, pero lo hizo con Jonás para dejarnos algunas lecciones. Una de ellas es que Dios trató de poner su corazón paternal en Jonás, este profeta no lo tenía; Dios lo disciplina, lo restaura al propósito y lo usa ahora sí para que transmita lo que Él estaba sintiendo por Nínive. Dios podría haber dejado a Jonás, podría haberlo puesto bajo juicios o haberlo cambiado por otro. Pero Dios, al ver que aun en un error, Jonás soportó la disciplina, lo trató como a un hijo, doblegándolo hasta hacer con él lo que se había propuesto. A una persona que no ha recibido la imagen y semejanza de Dios, en la paternidad, le será muy fácil desentenderse de aquel que Dios le ha puesto para que paternice, y que por no ser correspondido rápidamente, se cansa e intenta con otro; pero toda persona que tenga el corazón paternal de Dios, no se 111 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS desentenderá del hijo, sino que seguirá adelante, al igual que el apóstol Pablo, si es necesario, sufriendo dolores de parto, hasta que Cristo se forme en la gente que estaba paternizando. Este apóstol estaba dispuesto a hacer que los hijos se doblegaran y no, él, dejarlos; ¿la razón? Que no era sólo un líder de esa gente, sino el Padre. Y un Padre te doblega. 112 | P á g i n a CAPÍTULO 16 LO QUE SIGNIFICA TENER A UN HIJO Cada vez se torna más apasionante escudriñar las Escrituras con respecto a la paternidad y, a medida que profundizamos, podemos encontrarnos con gloriosas verdades que se revelan solo para quienes se atreven a nadar en las aguas profundas del río de Dios. A menudo, me toca conocer a gente que no escudriña ni profundiza en las sublimes verdades de Dios, algo que se hace muy notable en sus vidas, apenas se los escucha hablar, ya que expresan -literalmente- barbaridades, y todo aquello que es glorioso y centro de la voluntad de Dios -para ellos- es molesto y están en contra. La falta de revelación los ha cegado y desde afuera quieren opinar de lo que no han visto por revelación, sólo y en algunos casos han escuchado algo. Gente que vive sin carga y sin trabajar por el futuro de propósito de sus hijos, gente que hasta llega a decir mal de ellos, que se queja o que les parece que varios hijos son una imprudencia o una falta de cordura. Y cuando hablo de esto, me refiero tanto a los hijos biológicos como a los engendrados en la fe. Nuestra comisión es reproducir la vida de Dios en otros, multiplicándonos para que la tierra sea llena de su gloria, y va mas allá de que si son mis hijos biológicos o de fe. Pensar de esa manera, es tener el espíritu egoísta que llevó a la muerte a Onán. Dios nos mandó a reproducirnos, transfiriendo su vida, carácter y propósito, y nuestro deber es ese, ni se nos vaya a ocurrir ocuparnos sólo de nuestros hijos biológicos y no de los de fe, porque por Génesis 38:9 sabemos en lo que resulta. 113 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Jamás deberíamos tomar por poco lo que significa tener descendencia en el propósito, debe ser nuestra alegría más grande complacer a Dios en la multiplicación de gente obediente. En el capítulo anterior vimos lo que significa tener un padre y en este estamos viendo lo que significa tener un hijo, para nosotros, para el propósito y para Dios. No tener el espíritu de Onán, nos permitirá dar descendencia para Dios y perder la concentración en solo aquello que nos beneficia a nosotros mismos. La multiplicación es una comisión, una orden, es nuestro deber, nos convenga a nuestra cuenta o no, pero cualquiera que tiene su corazón para Dios, sabrá cuán bello es poder tener hijos y sentirá el profundo gozo de saber que está complaciendo a Dios. En Salmos 127:1 y 2 el salmista miraba el propósito de Dios de construir un templo y que por una razón divina, no pudo llegar a edificarlo; pero al ver a su hijo dispuesto para cumplir ese sueño, declaró: “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.” Salmos 127:3-5. Entendía plenamente que Dios le había hecho heredar un hijo de propósito que sería el que le permitiría cumplir los sueños de Dios. Los hijos se heredan de Dios para poder, a través de ellos, cumplir el propósito que empezó con nosotros. Todo lo que Dios ha empezado en nosotros debe continuar hacia la próxima generación, y ¿cómo será esto sin hijos? Por esta razón el salmista declaró: “herencia de Jehová son los hijos”. Gracias le daba a Dios por ese hijo que le permitía seguir adelante con su sueño, y fue allí, en medio de esta alta alabanza, que el Espíritu 114 | P á g i n a LO QUE SIGNIFICA TENER A UN HIJO Santo usó sus palabras para revelar lo que un hijo significa para un padre, diciendo: “Como saetas en mano del valiente”, es decir, el salmista declaraba: que de la misma manera en la que podía golpear a sus enemigos con una flecha direccionada y lanzada, la cuál llegaría hasta donde él no podría llegar, así de esta manera, iban a llegar sus hijos a golpear a los enemigos de Dios, alcanzando el propósito que él no había alcanzado a cumplir. Isaías, como hijo de Dios, también se comparó a una saeta para golpear a los enemigos del Señor “y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba;” Isaías 49:2. Nuestros hijos son nuestra proyección, son la flecha que llega adonde nosotros no. No nos olvidemos que lo que Dios planeó va mas lejos que el tiempo que nos toca vivir en la tierra y que, si en nuestra aljaba no se encuentran flechas, nos será imposible llegar. Y agrega: “Así son los hijos habidos en la juventud”; ésta es la clave de la efectividad de esas flechas, que hayan sido tenidos en la juventud, es decir, las saetas o hijos van a ser muy efectivos, cuando desde jóvenes nos dediquemos a darle la forma, visión, carácter y propósito. No es cuestión de perder el tiempo es urgente el ocuparse en preparar las saetas que traspasarán nuestros tiempos e impactarán a otras generaciones. Esta es la voluntad de Dios y esto es lo que significan los hijos: son lo que hemos heredado para lanzar hacia las generaciones que –personalmente- no podremos alcanzar, pero que ellos sí, siendo esta la razón por la que el Salmista declaró “Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos”. 115 | P á g i n a CAPÍTULO 17 TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS En las escrituras, a través de pasajes como el de Abraham, cuando mira las estrellas, para obtener una dimensión de aquello que Dios le quería decir por multitud (Gn. 15:5), o cuando le hace mirar la tierra hasta dónde más pudiera, para poseerla (Gn. 13:1417) o el de Jacob, cuando pone las varas rayadas para que, al mirarlas, las ovejas tuvieran crías rayadas o manchadas (Gn. 30:36-38), existe una enseñanza acerca del poder que las imágenes tienen para llevar a una persona hacia eso que ve. Podemos decir que uno se transforma, va tomando forma o posee aquello que contemplan sus ojos. En todo lo que el hombre se transformó tuvo que ver con una Eva que “vio” y luego se convirtió (Gn. 3:6). Sansón “se acercó a ver, el león que había matado” y todos sabemos en lo que terminó (Jue. 14:8-9). La imagen tiene el poder de entrar a nuestro ser y provocar deseos; los deseos, acciones, y las acciones, resultados. Jesús enseñó acerca del efecto del contemplar, sobre la vida humana, diciendo: “La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas”, “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz.” Lucas 11:34 y Mateo 6:22. Y enseña que lo que entra por los ojos tiene efecto sobre el cuerpo, y entendamos que para que un cuerpo tenga acción, buena o mala, necesita de un espíritu que lo impulse; por lo tanto, sacamos la conclusión de que el mirar afecta al mismo espíritu que por el efecto de la imagen actúa, llevando al cuerpo a acciones justas o injustas. Barclay, en su comentario del Nuevo Testamento(W. Barclay Comentario de 117 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Mateo – Editorial Clie), explica que a este pasaje de Mateo 6:22 lo debemos entender como que los ojos son las ventanas de una casa, que si están limpias, van a permitir que toda la casa sea iluminada, pero que si están sucias, le impedirán a la misma, tener luz o claridad. Cuando Jesús vino a la tierra, sabemos que lo hizo para redimir al hombre y para restaurar la imagen de Dios en la tierra, debido a que era necesario que el hombre redimido recuperara la imagen y semejanza de Dios perdida en el Edén. Es decir: Jesús es la imagen visible del Dios invisible entre los hombres: “Él es la imagen del Dios invisible.” Colosenses 1:15. Es la luz que el hombre debe mirar para que su espíritu sea alumbrado y sus acciones se vuelvan justas: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.”, “y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14; “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” Juan 3:19. Mientras el hombre no deje entrar la luz, la imagen de Dios, revelada en Cristo, jamás podrá convertirse en la imagen y semejanza de Dios en la tierra, ya que su espíritu, al no tener una imagen que le de forma, no podrá impulsar al cuerpo a obras buenas y justas. Hoy todos los que hemos nacido de nuevo somos conscientes de lo que es necesario para convertirse en un hijo de Dios; pero muchos ignoran de qué manera podremos vivir como hijos amados de Dios. En 2 Corintios 6:18, el apóstol Pablo cita un pasaje de las escrituras en el que, justamente, Dios le habla a su pueblo mandándoles que se aparten de lo que los contaminaba para que la relación de Padre a hijos funcionara. Ya que una cosa 118 | P á g i n a TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS es convertirse en hijo y otra cosa es que Dios pueda tratar como a hijo: “Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”. Es el gran anhelo de Dios que cada persona se convierta en su amado hijo, para eso, el tal, debe poseer su misma esencia y genética divina; pero para poseer esa esencia, primero deberá ser alumbrado o deberá ver a Dios ya que mientras no vea, no podrá poseer la imagen y semejanza. Para ver a Dios tendrá que encontrarse con Jesús, que si bien es Dios, representa la imagen del Hijo perfecto, en que Dios espera que la gente se convierta. Todos los años que Jesús caminó en la tierra fue una gran misericordia de Dios para permitirnos tener una imagen del Hijo, que nos alumbre y nos permita convertirnos en hijos. Es imposible ser hijos sin contemplar, primero, al Hijo. Cualquiera que pueda ver al Hijo, no sólo que podrá ver a Dios, el Padre, si no que se convertirá en hijo. Contemplar la imagen del Hijo nos hará poseer la forma de hijos. No fue un capricho de Dios el hecho de que su divinidad fuera representada por un Padre y un Hijo; al contrario, fue lo planeado por Dios para darle al hombre una imagen clara de aquello en lo que se debería convertir. Contemplar el carácter del Hijo, a través de sus acciones, nos permitirá ir poseyendo su carácter e imagen haciendo posible que Dios, el Padre, nos trate como tales en una fluida relación. Lo que vamos a ver a través de las escrituras, como el modelo del Hijo, no es lo que una persona debe mirar para convertirse y actuar así con Dios solamente, sino que es el carácter que debe regir su vida para que también la relación que tenga con su padre (de propósito) se convierta en una imagen que refleje a pleno la de Jesús y que alumbre a la descendencia. 119 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Muchos de los hechos de Cristo, como Hijo, fueron reflejados por otros varones escogidos en la relación con sus padres de propósito; un ejemplo rápido, el de Isaac con Abraham, cuando dócilmente se dejó llevar a la muerte o elegir quien fuera su esposa. Cristo es el modelo que debemos reflejar para ser hijos y ayudar, a quienes vienen, a tener una imagen clara del ser hijos. Por favor, lea contemplando a Jesús y su carácter en estos pasajes de las Escrituras. El hijo debe ser dócil a los planes de su padre en Dios aunque sean muy amenazantes. “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” Mateo 26:39. El hijo debe ser un imitador y reflejo de su padre. “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”, Juan 5:19; “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48. El hijo es enviado por el padre. “el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”. Juan 12:49-50. El hijo no se representa a sí mismo sino a su padre. 120 | P á g i n a TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS “las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí”. Juan 10.25. . El hijo no se complace a sí mismo. “porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”. Juan 5:30. El hijo habla lo que su padre le ha enseñado. “Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo”. Juan 8:28. El hijo se ocupa de los intereses de su padre. “Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”. Lucas 2:49. El hijo es un administrador de los capitales del padre y ambos se conocen como nadie los conoce, esto habla de la entrega e intimidad. “Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”. Lucas 10:22; “El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano”. Juan 3:35. El hijo cuida y defiende la casa de su padre. “y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado”. Juan 2:16. El hijo debe trabajar con el padre en los tiempos de su padre. 121 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. Juan 5:17. . El hijo hace lo que a su padre le agrada y por eso es acompañado y respaldado por él. “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada”. Juan 8:2930. El hijo nunca se cree mayor a su padre. “ porque el Padre mayor es que yo”. Juan 14:28. El hijo reconoce que su autoridad es delegada por el padre. . “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”. Juan 5:22-23. El hijo que está bajo autoridad del padre, puede luego delegar autoridad a otros. “Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío”. Juan 20:21. El hijo es enviado a la misión por el padre y regresa luego al padre. . “sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,”. Juan 13:3. Contemplar y guardar cada una de las cosas que Jesús, el hijo por excelencia, hizo y en la manera que se relacionó con el Padre, nos traerá gran luz a nuestros ojos, los cuales darán paso para que sea alumbrado nuestro espíritu que, a su vez, nos llevará 122 | P á g i n a TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS a las acciones justas y buenas que harán gloriosa nuestra relación con el Padre (Espiritual, Dios, de fe, quien nos paterniza en el evangelio, y aún biológico). Pensemos por un momento, ¿cuántos problemas de división, unciones auto impuestas, iglesias nacidas de rebeliones, enfrentamientos de miembros o ministros con autoridades ministeriales, hijos que se van de casa para hacer su propia obra, entre otras cosas, se resolverían si cada cristiano contemplara la imagen del Hijo en Jesús y por esa luz se dejara moldear convirtiéndose en un hijo, según lo que para Dios significa un hijo? Qué diferente sería todo si sólo hiciéramos caso a 2 de Corintios 3:15, que dice: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”. Tenlo en cuenta, posees lo que miras y te conviertes en aquello que han fijado tus ojos. Hebreos 12: 2 “puestos los ojos en Jesús”. Así será que te convertirás en el hijo que honrará al padre y que alumbrará a su misma descendencia con una imagen clara de lo que Dios espera de ellos, lo que significará dejarles una gran herencia. 123 | P á g i n a CAPITULO 18 MURIENDO PARA SER PADRES Desde el principio de la creación, el gran medio de Dios para el cumplimiento de lo planeado fue la paternidad, algo que se puede sostener por el hecho de que Dios podría haber creado hombres tal como creó ángeles; pero, en lugar de crear hombres, Él creó un hombre y una mujer, y les dio la misión de engendrar, transferir y multiplicarse. Siglos después, vino Cristo y restauró la condición del hombre, haciéndolo nacer de nuevo y transfiriéndole toda su vida. De esta manera el hombre podía engendrar y transferir esa misma vida a sus nuevos hijos en la fe. Hoy en día todos los que nacemos de nuevo debemos entender que existimos para lo mismo que existiera Adán – engendrar, transferir y multiplicarse– con la diferencia, solamente en nuestro caso, de que el proceso es espiritual. Ahora, para que la transferencia de la Vida Divina y la multiplicación puedan ocurrir, será determinante entender aquello que, en realidad, será lo que nos permita transitar por este proceso planeado por Dios. Jesús, con muy pocas palabras, ilustró esto a lo que estoy haciendo referencia: lo necesario para la correcta multiplicación. A lo largo de toda la Biblia nos encontramos con historias que tratan de marcarnos la esencia de aquello de lo que dependemos para poder engendrar, transferir y multiplicar la vida Divina; en otros, hasta llegar a ver bajo el Espíritu de Dios a todas las familias de la tierra. En el libro de Daniel cap. 3:1-30 podemos ver uno de los milagros más gloriosos de la Escrituras; milagro que, a medida que lo leemos, nos dan ganas de ponernos de pie y celebrar la tan gloriosa liberación de Dios para con esos muchachos. Lea con atención por favor: 125 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS “ El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado. Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado. Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han 126 | P á g i n a MURIENDO PARA SER PADRES respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos? Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abednego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y como la orden del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardiendo. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro 127 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pueda librar como éste. Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.” La liberación a la que hace referencia este libro de Daniel es, justamente, una de las historias en la que podemos ver la esencia de lo que va a ser la multiplicación; a tal punto, que el hecho logró desplazar al dios que habitaba en un corazón tan orgulloso como el de Nabucodonosor –y de toda Babilonia– por el Verdadero Dios del cielo. Si alguien mirara hoy a una nación como la antigua Babilonia, llena de maldad, error, falsa adoración, vanidad y miles de otros vicios, e intentara cambiar su corazón llevándolo en pos de Jesús, lo consideraría algo imposible, más allá de aplicar cualquier método, estrategia, poder económico u otro recurso. Babilonia lo tenía todo, como hoy creen tenerlo 128 | P á g i n a MURIENDO PARA SER PADRES muchas naciones: poder político, económico, religioso y cultural, ¿cómo hacerles entender, entonces, que necesitan a Cristo? Esta disyuntiva afecta hoy a muchos ministerios: tenemos buenos métodos, grandes ideas, súper estrategias y, en muchos casos, bastante dinero; sin embargo, se nos hace imposible poder cambiar naciones gobernadas por falsas religiones alejadas de toda vida Divina. ¿De qué manera se podrá engendrar la vida del Señor Todopoderoso en semejantes corazones? Necesitamos el más glorioso poder de Dios para que su maravillosa vida se plasme y vivifique reinos enteros que, actualmente, se encuentran bajo el imperio de la muerte. Sólo ese poder de la Vida Divina puede contrarrestar el poder de la muerte. No existe método humano; únicamente la misma esencia de la Divinidad es capaz de resucitar a tales naciones. Como esta historia existen otras: la de Moisés, Elías ante los profetas de Baal, Daniel en el foso de los leones, David, Juan el Bautista, Jesús, Pedro, Pablo y muchos otros que la Santa Biblia refiere. En todos ellos hubo algo en común, en cuanto a sus vidas, y algo muy similar en relación con los resultados, provocando conversiones en masas. Fueron personas que no tenían grandes virtudes, muchos de ellos no eran adinerados, algunos carecían de formación, otros se encontraban en un contexto muy difícil –como los jóvenes de la historia o como el mismo Jesús–, pero en todos ellos cimentó lo necesario para provocar que la vida del mismo Dios transformara dramáticamente a las multitudes. Todos ellos causaron tal impacto que miles y miles lloraban arrepentidos y modificaban sus vidas. Tenían la clave de la procreación, la transferencia y la multiplicación; sabían hacer algo que liberaba la potencia del creador sacudiendo naciones. Lo que sabían era una bomba para las tinieblas, un arma con la cuál ni el Faraón más encumbrado pudo resistir. 129 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS Si leemos las diferentes historias nos vamos a encontrar con que ninguno de ellos se entrenó o planificó estar en esos escenarios en los que, luego, fueron ubicados. Moisés, combatiendo al Faraón y su poder. Jóvenes que sólo querían adorar a Dios, tuvieron el coraje de enfrentarse con la máxima autoridad del mayor imperio de ese tiempo. Daniel, que amaba su comunión con el Altísimo, durmiendo en medio de leones. Un pequeño muchachito que por obedecer el mandato de su padre encara con coraje a un gigante como Goliat, y así todos los demás. Gente común que, por alguna razón, repentinamente se encontraron desafiando poderes que, ni en sueños, se hubieran atrevido a desafiar. Personas que no tenían en sus mentes ni en sus intenciones abordar el esfuerzo de pelear contra faraones, leones, gigantes; no obstante, por esas cosas que sólo Dios decide, fueron puestos en situaciones y campos de batalla extremos. Estar ante estas circunstancias no era el sueño de ninguno de ellos; aun el mismo Señor Jesús, si hubiera podido escapar de la tan temible hora de la muerte, lo hubiera hecho. Amenazar a uno de los Faraones más poderosos de la tierra no fue el deseo expreso de aquella gente. Pero hubo algo en ellos que los llevó a la gran batalla y hubo algo en ellos que los llevó a ser liberados y a salir victoriosos de tan aterradoras amenazas. Nabucodonosor dijo algo que revela la clave de lo que vengo exponiendo, y que lo podemos ver en Daniel 3:28, “Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.” Satanás es muy inteligente para destruir y arruinar métodos, planes y estrategias de quien intente meterse con él; pero sabe que no tiene armas ni poder ni grandeza alguna ante aquel varón o mujer que, por un apasionado amor a Jesús, 130 | P á g i n a MURIENDO PARA SER PADRES menosprecia su vida despojándose de la misma. Cada uno de estos hombres que no planearon semejante golpe contra el Infierno, pero que fueron puestos en tales escenarios causándole una gran derrota y vergüenza al Infierno, fueron gente, que como dije antes, no tenía ninguna virtud especial –a la vista humana–, aunque sí era gente que no dudaba a la hora de despojarse de su vida, familia, dinero o reputación para ponerse en manos del único digno de toda reverencia: Jesús. La vida que uno entrega cada día es la que Dios mismo lleva al escenario de batalla dónde habrá de mostrarse el más glorioso poder sobrenatural. La época más crítica de mi vida, en la cual debí enfrentar los feroces ataques de Satanás, en la cual me resultaba imposible seguir adelante, fue cuando debí tomar una decisión categórica: lo que sería la obra de Dios para conmigo. Hacia adelante nada se veía; tampoco podía volver atrás. Entonces fue cuando, encerrado, debí arrojarme a la vida, entregándole a Dios mi propia integridad física en un ayuno de 40 días y 40 noches. Cada uno de esos días fueron muerte, nada que yo supiera servía; no había estrategia ni plan, solamente entregarme, sin importarme ‘mi vivir’. La entrega de una persona es lo único que le facilitará ser llevado al plano de lo sobrenatural, dónde la misma Vida Divina gobierna sobre la muerte, y en donde los peores poderes de maldad quedan anulados. Dios anhela mostrar su gloria, la que aplasta la maldad de naciones enteras y las torna ovejas en su prado. Su ser Divino ansía ver transformadas en hijos e hijas a las naciones. Pero para que esto ocurra son necesarios “padres” que engendren y transfieran esta vida, de modo que la tierra sea llena de su gloria. La bendición del planeta se inició con Abraham, el cual, primeramente, debió renunciar a todo, entregando al hijo de la promesa para que Dios hiciera un padre de naciones. Las 131 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS naciones de la tierra, aun las más duras de corazón, podrán ver la gloria del Dios Todopoderoso gracias a que un hombre, por su muerte, decida convertirse en padre; es decir, libere la misma esencia Divina sobre sus generaciones provocando una multiplicación asombrosa de hijos de la Fe. Este es el tiempo, es el gran momento para que aquellos llamados por Dios se atrevan a dejarse llevar hasta la muerte y, de esta manera, convertirse en padres que permitan a Dios pasar, transformar a reyes y naciones; es el gran momento para dejar de pensar en métodos y entregarse a ser conducidos a lo que Jesús simplificó con un pequeño ejemplo: “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.” Juan 12:24-25 132 | P á g i n a CAPÍTULO 19 MINAS ANTIPERSONALES Hace un tiempo, en una noche en la cual oraba, el Señor comenzó a traerme una ministración que pude vivirla muy de cerca con mucha aflicción en mi corazón. En ella me remontaba a los días de Salomón y traía a mi mente, de qué manera alguien tan amado por Dios, entendido de su plan, sabio en cuanto a sus deseos, esforzado y disciplinado, que llegó a construir un monumental templo y a enriquecer a la nación como nunca antes había ocurrido, llegaba al fin de sus días, con su corazón torcido. La vida en esta tierra es un tiempo de oportunidad para que cada ser humano se determine en dónde pasará su eternidad. Llegar al fin de los días, tiene que ver con llegar al fin de la oportunidad, allí donde Dios dice: “hasta aquí llegan tus días”; “se ha terminado tu oportunidad”; “es la hora de rendir cuentas”. Este tiempo debería ser un tiempo de gozo y celebración, cuando la carrera se ha corrido con total determinación, pero cuando la carrera se ha dejado de correr, la cuestión es diferente. Una vez que Dios ha activado el cronómetro de la carrera en la tierra ya no lo detendrá. Pasarán los segundos, minutos, horas, días y años y en un momento se dirá basta. Quienes hayan corrido habrán sacado las ventajas correspondientes; quienes se hayan quedado o distraído o desviado del trayecto, tendrán que resignarse a la aterradora consecuencia. Los días finales no deberían ser días para ordenar, sino para repasar lo que a lo largo de la vida ya se ordenó, estos días deberían ser de mucha expectativa, ya que se está muy cerca del encuentro más glorioso con el Dios Todopoderoso. Pero cuánto dolor habrá en aquellas personas que tienen que enfrentarse al fin 133 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS de sus días, y darse cuenta allí, de su locura de no haber atendido al Gran Rey. Ahora, ¿cómo es posible que alguien que sirvió a Dios y a su propósito, y que sobre todo su ser sintió su gloria, y además que en varias ocasiones se encontró personalmente con Él, al llegar al fin de sus días, tenga que escuchar del mismo Dios, que siempre le hizo bien, las palabras más duras y dolorosas, por causa de haberse torcido del trayecto y perdido la carrera? ¿Cómo es posible que alguien como Salomón pudiera haber vivido lo que vivió y que, al final de sus días, tuviese su corazón atrapado por la mentira, la vanidad y la rebelión? Cuánto me costó recibir la ministración del Señor y aún me cuesta seguir leyendo pasajes de la Biblia como el siguiente: “Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre.” 1 Reyes 11:4-6 Nadie que empiece a leer la historia de este rey se podrá imaginar en la manera que finalizan sus días. Pero cualquier entendido en la paternidad, podrá darse cuenta de qué manera, la tragedia crece en la vida del Rey. Está claro que el problema visible y aparente raíz de los males de Salomón, fueron sus mujeres extranjeras, es verdad, que la Biblia dice que ellas inclinaron su corazón. Pero esto, no es toda la verdad. A Salomón se le había dicho, expresamente, qué cosas no debía hacer y qué cosas debía hacer. Él no era un ignorante, 134 | P á g i n a MINAS ANTIPERSONALES era conocedor de lo que le podía hacer bien o mal. Por lo tanto, algo tuvo que pasar dentro de él, para ir dejando ganar su corazón por lo que sabía que no debía hacer. Y si uno sigue leyendo, en el mismo versículo cuatro, podrá ver que el problema más profundo se hace visible saliendo a la luz, en Salomón, un corazón que se había desalineado con el de su padre David. Este es el punto principal para el fracaso ante el pecado y tiene que ver con una soberbia muy sutil, que va instalándose en el corazón de los hombres. Dejar de razonar como el padre, pensar que la razón de uno mismo es superior a la del padre. En muchos puntos de su vida, Salomón permitió que lo que a él le parecía correcto rigiera sus decisiones, empezó a ver que su padre no tenía tanta razón o que quizás su padre no estaba en tanta sabiduría como él. Pero este es el principio del fracaso. Cuando el hombre empieza a pensar en un grado superior de sí mismo y cree que lo que su padre le ha transferido es menos sabio, se engaña peligrosamente, porque Dios no se había basado, ni se basa, en la capacidad de la persona para hacerlo padre, sino que esto tiene que ver con el corazón y carácter de quien llama a que paternice. Salomón sabía que el corazón de su padre había agradado a Dios, sabía que en David estaba el respaldo de Dios; incluso, le obedeció al pie de la letra en un principio y vio, él mismo, cómo Dios lo respaldó en cada decisión que tomó conforme al corazón de su padre. Pero en el mismo instante que descuidó el corazón de su padre, con el que debía medir el suyo, toda la vida de este rey comenzó a declinar y a arruinarse. Siempre que Dios pone un padre y lo aprueba, luego usa ese corazón como la medida para el del hijo. Es decir, Dios va a comparar al corazón del hijo con el del padre de propósito. Y ese 135 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS hijo no podrá descuidar, ni permitirse sentir otra cosa que la misma de su padre. Desde el día que Salomón dejó de vivir para los propósitos de Dios, amando en la manera que David amó y aborreciendo de la misma manera que su padre, aquello que Dios aborrecía, desde ese mismo instante, todo se empezó a torcer. Salomón descuidó su corazón, permitió lo que David no permitió, amó lo que David no amó y no aborreció lo que David aborreció, ¿el resultado? decisiones torcidas, que lo alejaron más y más de Dios: “y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como David su padre” Reyes 11:4-6. En la actualidad, es penoso ver cómo hombres a los que Dios le ha entregado un pueblo, por no estar bajo una paternidad de propósito que les marque la vida, van perdiendo la autoridad paternal, y sin querer, toda su congregación pierde la identidad de “hijos” conduciéndose con oposiciones, opiniones contrarias y demás divisiones, lo que hace que el pueblo, hasta un cierto punto, obedezca, y luego, cuando algo le parece que no encaja con sus ideas, hace como quiere. Esto no es ser hijos, ni es paternidad. Para paternizar correctamente, primero se debe ser hijos amados, respetando la autoridad de un padre de propósito y, al vivir cuidando el corazón, la autoridad del rol paterno va creciendo y va transfiriéndose y cada uno va absorbiendo la genética de su padre, para que el Santo Dios pueda cumplir su propósito en cada uno. 136 | P á g i n a MINAS ANTIPERSONALES Es de suma importancia prestar atención a esta historia de Salomón y a la lección que la misma contiene, teniendo en cuenta que descuidar la línea del corazón del padre, trae pecados, ruina y el enojo de Dios. “Y se enojó Jehová contra Salomón, por cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces,…” 1 Reyes 11:9. Qué tristeza que en la edad, en la cual se debiera recibir el premio por la carrera, se tenga que recibir al Altísimo Dios enojado. ¡Cuánta gente tendrá que encontrarse con esto! No alinearon su corazón con el de su padre, hicieron como les parecía, erraron el blanco e hicieron enojar a Dios. Cada hombre debe reflexionar que cualquier desvío que le impida al Señor cumplir su plan, lo provoca y enoja. Dios ha hecho todo para que entendamos lo planeado. No entenderlo no es su responsabilidad, tiene que ver con el individuo, tiene que ver con el descuido de lo divino y esto, es de temblar, trae trágicas consecuencias. Hace unos años estaba investigando, en internet, acerca de cómo, en diferentes países, cientos de personas, hasta llegar a decenas de miles, mundialmente y por año, morían o eran mutilados por bombas de alto poder, llamadas “minas antipersonales”. Es muy conmovedor ver a tantos niños y mujeres sin sus miembros, como resultado de una explosión de estas “minas antipersonales”. Lamentablemente la mayoría de las víctimas son niños, por la razón de que, jugando, llegan a lugares que el común de la gente no, encontrándose -de repente- con la muerte o con la pérdida de uno de sus miembros. Existen organizaciones que tratan de hacer algo, para la desactivación de estos artefactos explosivos, pero es muy lento y 137 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS costoso y también riesgoso, por lo que cada año la suma de muertos y heridos sigue creciendo. Dentro de lo que leí, todo me conmovió, pero hubo algo que impactó mi atención y me hizo ver el grado de maldad que existe en quienes, sin cuidado, ponen este tipo de explosivos, ya que son conscientes de que aún, cuando la guerra termine, el artefacto seguirá activo, preparado para quitar la vida de quien haga contacto con su pie o mano. Lo sorprendente es que, en la actualidad, existen bombas o minas antipersonales, que fueron colocadas hace más de 40 años y, en el presente, siguen matando y destruyendo. Es decir, esta gente dejó una bomba para sus próximas generaciones. Para volver a Salomón y leyendo en las Escrituras, vemos que el enojo de Dios trajo un juicio muy doloroso para Salomón, el rey que llevó a su reino, que representaba al de Dios en la tierra, al máximo esplendor, a tener que escuchar como el Espíritu Santo se lo arrebataba y entregaba a otro: “Y dijo Jehová a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo entregaré a tu siervo.” 1 Reyes 11:11. Qué duro llegar a tener que escuchar estas palabras por no haber conservado el corazón de su padre. Si tan sólo hubiera prestado atención a lo que su padre vivió, y cómo reaccionó ante cada circunstancia, hubiera podido terminar con la misma victoria de él. Pero Salomón descuidó lo que nunca tendría que haber descuidado: no alineó su corazón con el de su padre y lamentablemente lo pagó muy caro. He orado a Dios, para que cada lector pueda tener la luz del cielo para entender cuánto significa para Él el cumplimiento de 138 | P á g i n a MINAS ANTIPERSONALES su plan, y cuánto tiene que ver un padre en este asunto. He orado, para que cada uno entienda que lo grave del pecado de Salomón no fue, sólo lo visible, ya que lo que se vio de él, fue sólo el resultado de lo que en lo más profundo de su corazón, había dejado de amar o de aborrecer, teniendo aún, el modelo de David su padre, con un corazón aprobado por Dios que debía ser imitado. Cualquier cosa que se acepte en el corazón, que nos desvié del plan del Señor, de poder conectar lo que hace en nosotros con la próxima generación, enojará a Dios y traerá trágicas consecuencias, siendo, lo peor de todo esto, el hecho de que este tipo de actitud es similar a una “mina antipersonal” que aún, cuando pasen los años, tendrá el poder de destruir a próximas generaciones. Salomón tuvo que escuchar lo que aterraría a cualquiera: “Sin embargo (dijo el Señor), no lo haré en tus días, por amor a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo”. 1 Reyes 10:12. ¿Qué ganas le quedaría a un padre de seguir adelante, con semejante consecuencia provocada por su responsabilidad? Me he tratado de poner en el lugar de Salomón y es indescriptible el dolor que se siente, por lo que he clamado y clamo, para que Dios nos ayude a mirar el corazón de nuestros padres de fe, y nos alineemos, guardando con profundo respeto, cada rasgo del carácter divino que se plasmó en ellos y que seamos responsables, con nuestra próxima generación, para ayudarlos a alinearse con sus padres y con sus hijos. Recién entonces, al igual que el salmista David, podremos declarar a viva voz que “Jehová cumplirá su propósito en mí;” Salmos 138:8 NO DEJES UNA BOMBA PARA TU PRÓXIMA GENERACION 139 | P á g i n a PREPARANDO EL MATERIAL PARA LA PRÓXIMA GENERACIÓN Desde el mismo momento en que conocí a Jesucristo, empecé a experimentar los determinantes beneficios de la paternidad. Día a día crecí caminando al lado de mi padre, quien nunca cesó de mostrarme a Dios con sus hechos, los cuáles me permitieron tener una imagen muy clara del carácter santísimo: guerrero y a su vez lleno de amor del Dios que está en los cielos, pero que ha planeado llenar la tierra de su gloria. Debido a tanta gracia derramada sobre mi vida, es que me nació el intenso deseo de poder poner en las manos de todo ministro, con los medio que me fuesen posibles, este libro de paternidad de fe. Por esto oré a Dios, para que me permitiera derribar al gigante de las imposibilidades económicas y conseguir una primera tirada de libros que, sin costo, llegara a cientos de varones que alrededor del mundo anhelan con todas sus fuerzas ejercer una paternidad responsable para conectar la gloria a la generación que se levantará. En pocos días, Dios de una manera milagrosa, me lo concedió. Asimismo, como deseo seguir con esta siembra, ruego a cada varón de Dios (en nombre de quien está más convencido que nadie de que su carácter paternal pueda plasmarse en cada uno de sus amados –Jesús–), que lea este libro, de manera tal que pueda unirse al gran plan de equipar a más santos con un escrito que, no sólo afirmará a quienes lo lean en este tiempo, sino que será crucial para levantar una generación de hijos que se conviertan en padres para permitirle al Todopoderoso abrazar el planeta completo con su gobierno de amor y justicia. Las formas de colaborar pueden ser las siguientes: • Presentándonos a alguien que pueda traducir la obra a otros idiomas, sin costo. 141 | P á g i n a PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS • Comprando paquetes de 50 libros que puedes distribuir entre tus hijos ministeriales, discípulos etc. U ofrendando una suma de dinero -que en todos los casos- usaremos para hacer nuevas tiradas y regalarlas a ministros. Ten en cuenta cuán importante es para la obra que Dios tiene por delante con los hijos que nacerán, y con la generación que se levantará, que estos escritos lleguen a quienes hoy son los responsables de engendrar, formar y conectar la gloriosa vida y los propósitos del Señor. Por favor, ayúdame a hacer feliz el corazón de Jesús. Desde ya muchísimas gracias. Puedes comunicarte a través del E-mail: [email protected] Por teléfono al: 54-353-4614456 / 4546757/4527754 Visítanos y descarga recursos en: www.mipora.com.ar 142 | P á g i n a