Subido por hugo.fiunam

6. Paternidad de fe

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PATERNIDAD
DE FE Mis Escritos
“Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por
mis caminos” Proverbios 23:26
JUAN ANDRES BUSSO
APOSTOL
1|Página
“PATERNIDAD DE FE, Mis Escritos” Es una producción de “Desde el Cielo
Multimedios”.
“Desde el Cielo Multimedios” Es una división de “Ministerio Poder de la Oración”
Diseño de portada: Ariel Ferradans
Coordinador: Carlos Ariel Ferradans
“DESDE EL CIELO MULTIMEDIOS”
Periodistas Argentinos 570 – Villa María – C.P.: 5900 Cba. – Argentina.
Teléfono: 54-353-4527754 / 4546757
E-Mail: [email protected]
“PATERNIDAD DE FE, Mis Escritos”
E-Mail: [email protected]
Sitio Web: www.mipora.com.ar
ISBN #
2|Página
CONTENIDO
PROLOGO del padre
PROLOGO del hijo
INTRODUCCION
1. EL DISEÑO DE LAS ESCRITURAS
2. PATERNIDAD RESTAURADA
3. CLASIFICANDO LA PATERNIDAD
4. LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA
PATERNIDAD
5. PAERNIDAD DE FE
6. HONRA A TU PADRE
7. LO QUE SIGNIFICA TENER A UN PADRE
8. EL MANDAMIENTO DE UN PADRE ESTÁ A LA
ALTURA DE UNA DOCTRINA BIBLICA, CUANDO EL
MISMO NO CONTRADICE A LA MISMA
9. UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO
10. UN PADRE TRABAJA PARA OTRAS GENERACIONES
11. UN PADRE TE POSICIONA
12. UN PADRE TE BENDICE
13. VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES NOS
ASEGURA EL RESPALDO FINANCIERO DE DIOS
14. PATERNIDAD A AUTORIDADES
15. UN PADRE TE DOBLEGA
16. LO QUE SIGNIFICA TENER A UN HIJO
17. TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS
18. MURIENDO PARA SER PADRES
19. MINAS ANTIPERSONALES
PREPARANDO EL MATERIAL PARA LA PROXIMA
GENERACION
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PROLOGO De un padre
En una época crucial de la historia de su pueblo,
Jeremías fue llamado, apartado y enviado por Dios: era el
tiempo de reformar con urgencia toda la conducta de Judá o
vendría la cautividad.
Le tocó confrontar con reyes que, aunque eran de la casa
de David, debían mejorar sus caminos; de igual manera, con
sacerdotes pasivos, engañados y acomodados; aun con
profetas a quienes Dios nunca había hablado, comisionado ni
enviado.
Esta integridad le costó tener que sufrir la cárcel, estar
dentro de una cisterna lodosa, ser calumniado; pero, "la Palabra
de Jehová" estaba en su boca... ¡y un remanente fue bendito!
Hoy tengo el honor de presentarles, amados lectores,
este libro que seguramente contribuirá a la reforma que el Señor
está haciendo en su Iglesia, para que seamos, con su
Verdad Eterna, confrontados y, si su gracia es con nosotros,
poder seguir por las sendas antiguas.
Bendigo a mi hijo, el Apóstol Juan Andrés Busso, por su
amor al Señor, a su pueblo y a la revelación Divina.
Byron R. Walter
Doctor en Divinidades
Universidad Visión International
Doctor en Teología
Latin Theologycal University
Director del Ministerio “Jesús Rey de Gloria”
5|Página
PRÓLOGO De un hijo.
En los años que he vivido, desde que conocí a Jesucristo
hasta la actualidad, he podido experimentar, en las diferentes
etapas, lo determinante que ha sido el haber entregado el
corazón a un padre. Día a día vivo agradecido por poder contar
con alguien como el apóstol Juan Andrés Busso, mi padre de fe,
quien me hizo nacer, me enseñó a caminar, a tomar decisiones
sabias y a vivir en verdad y propósito, momento a momento.
En este último tiempo he podido definir muchas vivencias
a través de la revelación y la profundidad que encontré en sus
escritos sobre “Paternidad”, como así también en los congresos
que ha realizado en diferentes naciones. Cada capítulo de sus
escritos (bien sea que lo haya leído o recibido a través de sus
conferencias en congresos) me ha impactado, ya que no sólo
contiene la revelación de Dios y su voluntad, sino que aúna en
su mismo carácter una forma de vida coherente con sus ideas y
su espíritu, y me lo ha demostrado durante estos casi 20 años.
Sé, además, en lo más profundo de mi ser, que todo aquel que
los lea con una mente abierta y dispuesta a dejarse formar por el
mismo Espíritu Santo, se encontrará con pura revelación, llena
de la gracia divina, que impulsará su vida poderosamente hacia
la entrega de su corazón a un padre, para ser hoy el “hijo
amado” que mañana se convertirá en un padre de naciones.
“He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de
muchedumbre de gentes”, Gn. 17:4.
Ariel Ferradans
Apóstol
7|Página
INTRODUCCIÓN
Muchos llaman a esta generación: “una generación sin
padres”; esto es porque, año tras año, la imagen y el rol del
padre creado por Dios se ha ido desfigurando, lo que ha traído
visibles resultados tanto en el Reino de Dios como en el mundo.
El hecho de que Dios se identificara como Padre y
estableciera que uno, desde el principio, por medio de la
procreación, propagase la raza humana, nos habla de cuánta
importancia tiene para el Señor el rol paterno como modelo a
seguir y, tal sabemos, todo lo que es centro de la voluntad y el
plan divino, seguramente será blanco de Satanás.
Desde la existencia del primer hombre, Satanás trató –con
éxito momentáneo– de sembrar en él un sentido de
independencia. Una vez que el hombre cedió, creyendo que así
obtendría grandes resultados, comenzó la transmisión de esta
rebelión, la que ha regido durante siglos, y que aún hoy, a
muchos de los llamados por el Señor les cuesta renunciar.
A partir de ese día, la tendencia del hombre es hacer lo
que él cree que es mejor; no obstante, Dios viene trabajando
para lograr un corazón dependiente de lo que Él dice que es
mejor, y de su modelo.
Con este escrito creo firmemente que el Espíritu Santo restaurará
el modelo del principio puro y sin adulteración de la paternidad
que Dios enseñó, trayendo al lector hacia una clara conciencia de
que el corazón y el rol paternal van más allá de muchos otros
temas (y que, si bien ellos pueden ser importantes, toman su
carácter correcto de la paternidad) la cuál no es una opción o
moda, sino que es un mandato, un deseo y el medio de que se
sirve Dios para permitir a las generaciones pasadas, presentes y
futuras conectarse con su plan, hasta que todas las familias sean
benditas y la tierra llena de Su Gloria, de modo tal que ya no
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tengamos que llamar a las generaciones presentes, “una
generación sin padres”.
.
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CAPÍTULO 1
EL DISEÑO DE LAS ESCRITURAS
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza...” Génesis 1:26
Cuando Dios creó al hombre, lo creó semejante a Él mismo,
es decir, parecido en muchos aspectos, y esto fue debido a que
Dios -a través de ese hombre- planeaba gobernar la tierra y que en
ella se hiciera su voluntad. Para esto, crea a un hombre a su
imagen y semejanza, ordenándole que se multiplique y gobierne:
“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar,
en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se
mueven sobre la tierra”. Génesis 1:28. Desde el momento de la
creación del hombre, la tierra empezaba a tener el gobierno y la
voluntad de Dios, lo que le impediría a Satanás hacer su propia
voluntad en ella y en los que la habitaran.
El rol del hombre era escuchar a Dios, que se paseaba a la
luz del día y le hablaba; luego debía hacer que se cumpliera lo que
se le había dicho, por lo que era esencial que este hombre
estuviera con Él, para escucharle y obedecerle. De esta forma, el
primer hombre iba a engendrar hijos y esos hijos, más hijos, hasta
llenar la tierra de gente que supiera escuchar y obedecer al Señor
y, a su vez, hiciera que todo esté sujeto a esa voluntad. De esta
forma, en cada rincón del planeta iba a existir un hombre
representante de Dios y su poder, por el cual Dios manifestaría su
voluntad sobre Satanás.
Dios, a través de estas palabras, fue totalmente específico y
claro en cuanto al “para qué” había creado a un hombre y a una
11 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
mujer: ellos existían para dar inicio al gobierno total de Dios sobre
el planeta, el hombre existía para multiplicarse y gobernar.
Así es que, si el hombre no se reproducía, es decir, si el
hombre no era padre y se multiplicaba llenando cada rincón de la
tierra, estaba dejando y arruinando el plan que Dios se había
propuesto con él y su descendencia.
Este fue el principio, el modelo y el diseño: un hombre
obediente, siendo padre y transfiriendo -en esa paternidadobediencia al Señor.
* La idea oriental de la familia es un pequeño reino en sí
mismo, sobre el que el padre es el jefe supremo. Cada compañía
de viajeros, cada tribu, cada comunidad, cada familia, debe tener
"un padre" como cabeza del grupo. Se dice que un hombre es "el
padre" de lo que el inventa. Jubal "fue padre de todos los que
manejan arpa y órgano". Jabal fue el "padre" de todos los que
habitan en tiendas y crían ganado. Génesis. 4:20, 21. Porque él
era el preservador y protector, José dijo que Dios lo hizo "padre de
Faraón" Génesis. 45:8. La mente oriental no puede concebir que
ningún grupo o cuadrilla deje de tener alguien que sea el "padre"
de ellos.
Bajo la administración patriarcal, el mando del padre es
supremo. La autoridad del padre se extiende a su mujer, sus hijos,
sus nietos, sus siervos y a toda la familia, y si él es el jefe, su
autoridad se extiende a la tribu. Muchos de los árabes beduinos de
este tiempo no tienen otro gobierno más que el patriarcal.
Cuando Abraham, Isaac y Jacob vivían en tiendas en la
Tierra Prometida, se gobernaban por el mismo sistema. Y cuando
la ley de Moisés fue dada a Israel, la autoridad de los padres y
específicamente la del padre, aún se reconocía. Uno de Diez
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EL DISEÑO DE LAS ESCRITURAS
Mandamientos es "honra a tu padre y a tu madre". Éxodo 12. En
muchos casos el padre era la corte suprema de apelación en
asuntos domésticos.
En la mayoría de los casos, la gran autoridad que el padre
tenía, la pasaba a su hijo mayor, quien tomaba el puesto de jefe a
la muerte de su padre. Así Isaac vino a ser jefe de la familia de su
padre a la muerte de éste. Él y Rebeca habían vivido en la familia
bajo la autoridad de su padre; pero la sucesión de la autoridad
pasó a él como hijo. Ismael, que era el de la sierva, no recibió
herencia, Génesis 25. En algunos casos el padre delegaba la
sucesión de autoridad en otro que no fuera el mayor, como cuando
Isaac la delegó en Jacob en lugar de Esaú. Génesis 27. (* tomado de
“Usos y Costumbres Bíblicos” del sitio Web La Gracia Soberana - http://www.graciasoberana.com/)
Si bien la cultura oriental de la que hace referencia la Biblia
es algo que puede parecer fuera de lugar en esta época, en
muchas cosas no debemos dejar de prestar atención para
comprender que, si Dios usó a este tipo de cultura y en esos
tiempos, fue porque era lo más cercano a lo que quería
transmitirnos, en lo que de principios se trata.
Escuchar con inteligencia lo que el Espíritu de Dios quiere
decirnos, nos permitirá encontrar principios y modelos que nos
dejarán edificar de acuerdo a lo que Dios tiene planeado.
13 | P á g i n a
CAPÍTULO 2
PATERNIDAD RESTAURADA
Jesús vino para restaurar lo que había sido diseñado
por Dios y expresado en la creación o en el principio.
Todo lo que Dios hizo al principio era su voluntad en su
estado máximo de pureza; por esta razón, en algunas ocasiones,
Jesús dijo: “en el principio no fue así” como para que el hombre
pudiera ver el diseño del principio, no adulterado por el pecado.
Es de suma importancia mirar al comienzo para no perder la
dirección que se tiene que seguir, de este modo es posible
entender dos cosas fundamentales para vivir de la manera
correcta: una de ellas sería la pregunta ¿para qué Dios crea al
hombre?, cuya respuesta es: para tener el gobierno de la tierra a
través de él. El plan del Señor era y sigue siendo, llenar la tierra de
gente que tenga su presencia y corazón para poder; a su vez,
tener el control de la misma. Así es que, el propósito de nuestra
existencia es el Reino de Dios.
La segunda pregunta sería ¿cómo planeó Dios hacer esto?
La respuesta es: a través de que un hombre y una mujer tuvieran
hijos, a los cuales se les transmita o transfiera su obediencia.
Dios podría haberlo hecho de otras maneras, pero Él planeó
que la transferencia de fe y visión fuese de un padre a su hijo. Este
es el medio elegido por Dios: un padre engendrando y
transmitiendo su genética de fe (obediencia) y la visión a sus
descendientes.
Ya todos sabemos del fracaso de Adán en esto, en cuanto a
lo que transfirió, pero también sabemos, que el medio de
15 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
transmisión no falló. Adán fue desobediente y transmitió
desobediencia a millones. La transferencia (paternal) no falló.
Luego de este error, que tanto costó, a Dios le llevó mucho
tiempo encontrar a alguien obediente y con la visión o
entendimiento correcto de lo que Él tenía que hacer. Hubo muchos
hombres que conocieron a Dios antes de Abraham, pero no hubo
uno que entendiera el propósito y no fracasara con sus próximas
generaciones. Por ejemplo Noé, si bien obedeció y creyó a Dios,
su fe y visión terminaron con él, ya que en sus hijos no hubo una
conciencia clara del plan de Dios y se fue disolviendo lo que había
quedado en pocas generaciones.
Pero muy diferente fue con Abraham, él creyó a Dios,
comprendió la visión de ver a todas las familias de la tierra llenas
de su presencia y entendió la manera que Dios tenía para que esto
se pudiera llevar a cabo.
Abraham no fue como muchos otros creyentes de su época
y aún de la nuestra, él no vivió solo para disfrutar su relación con
Dios y experimentar las bendiciones del Señor. El vivió para
engendrar a su hijo de la fe, vivió para ayudarlo a crecer y lo dirigió
en su misma visión hasta que estuviera listo para traspasar todo a
la próxima generación. El veía multitudes, creyendo en el mismo
Dios que se le reveló y tomó todos los recaudos para que esto así
fuese.
En el capítulo 18 del Génesis, Dios declara saber que
Abraham llegaría a ser una gran nación, porque estaba seguro de
que, con mucha responsabilidad, cuidaría las acciones de su hijo
para que no se perdiera la dirección y fe que Dios le había
revelado.
16 | P á g i n a
PATERNIDAD RESTAURADA
Tener claro el plan, en cuanto a alcanzar a todas las familias
de la tierra y entender que la manera es la transferencia, y el
medio, son los hijos; será la señal para Dios, de que ese hombre
no es uno mas, sino que es una persona que ha sido puesta en la
línea de Abraham para bendecir a todas las familias de la tierra.
Hoy en día existen congregaciones que sólo trabajan para
ganar almas, las que mejores están, y otras solo para sostenerse.
Creyéndose de que están en el pleno cumplimiento de la voluntad
del Señor trabajan año tras año, en alguno de los casos, con muy
pocos resultados en cuanto a la multiplicación, y ni hablar en lo
referente a la paternidad; las mismas tienen un idea equivocada
del plan de Dios ya que se centran en recuperar a los perdidos que si bien es a lo que nos mandó el Señor- no es mas que el
segundo plan o el B. Pero para que la obra sea completa la iglesia
no debe perder de vista el plan A , si es que quiere establecer el
Reino en toda la tierra. Y el plan A u original, del principio, es ser
padres que engendran en sus hijos toda la esencia de la fe y el
propósito, someten al diablo y establecen el Reino de Señor
Todopoderoso “Fructificad, multiplicaos, llenad la tierra y
SOJUZGADLA”, aquí está el fin de la existencia del hombre en su
estado mas puro.
Un hombre que no paterniza a sus hijos, no puede transferir
visión y propósito. A lo largo de los años muy seguramente su obra
termine con él y más que seguro que no someterá al diablo. Al no
haber paternidad para transferir, no hay genes, no se forma el
carácter. De palabras solamente no se reproduce, solo se
reproduce lo que uno es, y cuando no se hace de esta manera, las
generaciones van perdiendo las débiles enseñanzas carentes de
esencia.
17 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Está siendo común escuchar a algunos hablar de paternidad
espiritual y otros hasta la ofrecen, pero no siempre esto significará
que sean Padres. Debemos entender, discernir y percibir que un
Padre no es el que dice serlo ni el que intenta, a través de algunos
consejos, corregir conductas torcidas en los hijos, ni siquiera es el
que tiene hijos.
Existe un ejemplo muy claro en el relato de Elí: tenía hijos y
les decía lo que era correcto, pero jamás logró modificar la mala
conducta de ellos. Elí había perdido la visión y el carácter paternal
que le podría haber permitido estorbar sus malos caminos y algo
más importante aún, haber recibido la aprobación de Dios. Pero no
sólo que no modificó, sino que el modelo de su paternidad fue
totalmente desaprobado por Dios, lo que provocó el mal para todas
las generaciones siguientes. Por lo tanto, todas las generaciones
tienen una lección muy bien definida acerca del tipo de paternidad
que Dios desaprueba. “Aquel día yo cumpliré contra Elí todas
las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta
el fin. Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por
la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a
Dios, y él no los ha estorbado. Por tanto, yo he jurado a la
casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada
jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas”. 1 se Samuel 3:12-14
Cada caso que la Biblia menciona de hombres que entraron
al propósito, fue de padres transfiriendo visión, propósito, carácter
y conviviendo en cada experiencia con sus discípulos o hijos. Un
seminario puede ayudar mucho en lo que se refiere al hecho de
informar, pero no será suficiente, ni lo planeado por Dios (como
único), ya que no posee la fuerza para marcar el carácter y la
visión, como lo haría la formación de un “Padre” a través de la
experiencia práctica.
18 | P á g i n a
PATERNIDAD RESTAURADA
Querer multiplicar hombres de Dios sin paternidad, por lo
general fragmenta, en vez de ser una proyección del padre; y
hasta existen casos de ministros que una vez vueltos del
seminario, “como ya lo saben todo”, se alejan de su padre para
seguir su propio camino. En cambio, a quién se le “engendró” la
obediencia y propósito será una proyección del “Padre”, una
continuidad de lo que Dios empezó con Abraham.
Debemos saber que, de esta manera, Dios no planeó ganar
la tierra y someter al diablo, y que cualquiera que no es
paternizado está cortando una línea de conexión entre Abraham y
todas las familias de la tierra, ya que el éxito de esto está ligado a
la transferencia paternal.
Abraham vivió obediencia y visión, y transfirió obediencia y
visión; siguiendo esto hasta que llegó Cristo, quien pagó el precio y
siguió con la visión de gobernar la tierra a través del obediente.
Fue muy controversial que en los días de Elías, tiempo en
que existía la escuela de profetas, el elegido para continuar el
propósito fuera alguien paternizado por Elías con vida práctica, y
no un alumno de la escuela. Había muchos profetas, pero para el
propósito, sólo uno: el que había recibido los genes del carácter de
su padre con quien caminó hasta el último momento en la tierra.
Elías hizo lo que luego Jesús hizo: paternizó haciendo nacer y
crecer la visión en su hijo.
Eliseo fue el elegido para continuar el plan porque tenía más
que una teología correcta, él poseía la genética misma de su
padre. Cada vivencia y expresión de Elías había sido absorbida
por él, su carácter estaba formado por los hechos que vivió con el
profeta (padre).
19 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Eliseo entendió muy bien cuál era su llamado: estar bajo la
paternidad de Elías, y lo que más persiguió fue una doble porción
de su espíritu. Note por favor que no pidió una doble porción del
Espíritu de Dios, sino del de Elías, esto es entender la paternidad.
Comprender que existo y que se me da un padre para que se me
transfiera todo lo que Dios, a través de los años, puso en él.
El espíritu humano es lo que da impulso a nuestro ser, sin él
nuestros cuerpos no podrían tener acciones. El Espíritu de Dios,
cuando entra a una persona, se hace uno con su espíritu,
causando toda la influencia que la misma le permita, lo que da
como resultado acciones impulsadas por Dios.
Esto era lo que había visto Eliseo y era lo que seguía, sin
volverse por nada. Quería tener en él un doble resultado de la
influencia del Espíritu Santo en su espíritu. Y esto era posible
porque, junto a Elías, él había desarrollado una parte. Ahora, al
irse Elías y él continuar el proceso de influencia de parte de Dios,
se hacía posible alcanzar el doble.
Es verdad que debió pasar una prueba para lograrlo “si me
vieres cuando me voy”, es decir, si puedes caminar bajo mi
paternidad hasta el último momento de mi ministerio en la tierra,
entonces habrás recibido todo lo que tenía para darte, lo cual
crecerá por el poder de la influencia divina, dando como resultado
un carácter y vida doblemente influenciados.
Gente de Dios existe a millones, pero gente que sea capaz
de entrar en la línea iniciada en Abraham que se proyecta hasta
alcanzar a todas las familias de la tierra, sólo son unos pocos y
estos pocos son los que tienen a un padre y se convierten en
padre
(con
todo
lo
que
esto
significa).
20 | P á g i n a
CAPÍTULO 3
CLASIFICANDO LA PATERNIDAD
Tipos de paternidad
Si bien existen otros casos en los que se usa la palabra
padre para denominar a los que crean o inventan algo, en este
capítulo, sólo veremos los más significativos y de mayor ayuda a
la hora de poder definir el tipo de paternidad que un cristiano
debe tener sobre su discípulo.
Para empezar, definiremos la paternidad biológica, que es la
primera también en el orden natural de la vida.
Padre biológico: Es aquel que hace su aporte biológico (a
través de una relación sexual) para que se produzca el engendro
de una nueva vida física impulsada por el espíritu humano.
Si bien que en todo engendro es necesario Dios, también es
esencial para la vida física la participación del hombre ej.: “Booz,
pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y
Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo”. Rut 4:13.
“Lo que es nacido de la carne, carne es” Juan 3:6. En este tipo
de paternidad vemos que, como fruto de una relación física y por
supuesto del aporte de Dios, una nueva vida podía existir.
La segunda definición tiene que ver con lo que en realidad
estamos tratando y que, en la mayoría de las veces, se usa otro
término que no dice tanto como el que aquí estamos usando, el de
“Padre de fe”.
Padre de Fe: Es aquel que hace su aporte a través de la
predicación y el discipulado, para que otra persona pueda nacer a
una vida de Fe en Dios.
21 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Abraham es llamado el “Padre de la Fe” por el hecho de
que escuchó a Dios y le creyó, haciendo luego nacer a otros en su
misma creencia. Pablo dijo: “Sabed, por tanto, que los que son
de fe, éstos son hijos de Abraham”. Gálatas 3:7. Si bien,
hablando patriarcalmente somos hijos de Abraham por tener
nuestra fe su origen en él; también tenemos un padre de fe más
cercano, que es quien personalmente nos hizo conocer a Dios y
que -en el caso de los Corintios- era el apóstol Pablo, “pues en
Cristo Jesús yo os engendré por medio del Evangelio.”
Padre espiritual: Es aquel (Dios) que provoca el hecho de
que el ser humano pueda ser engendrado en una vida (nueva)
impulsada por el Espíritu de Dios. “El que no naciere de nuevo,
no puede ver el reino de Dios”. Nicodemo le dijo: ¿Cómo
puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar
por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es
nacido del Espíritu, espíritu es” Juan 3:3-6.
Con respecto al significado de la palabra padre, en el
diccionario expositivo Vine dice lo siguiente: * páter (pathvr, 3962),
de una raíz que significa nutridor, protector, sustentador (lat.,
páter castellano padre). Se utiliza: de uno que, como predicador
del evangelio y maestro, ocupa el puesto de un padre, tomando
cuidado de sus hijos “Porque aunque tengáis diez mil ayos en
Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo
os engendré por medio del evangelio.” 1 Corintios 4:15; no
siendo lo mismo que un mero título de honor, prohibido por el
Señor “Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque
uno es vuestro Padre, el que está en los cielos”. Mateo 23.9.*
22 | P á g i n a
CLASIFICANDO LA PATERNIDAD
Dios está totalmente en contra de quienes anhelan títulos
como el de “Padre o Maestro” para ejercer poder por encima de
otros y ser honrado por los hombres, alimentando así su propio
ego y vanidad. Pero desea con toda sus fuerzas encontrar a gente
como Pablo que no estaba orgulloso del título, sino que daba la
vida por el cargo. Dios busca gente a la cual no le importa cuanto
le cueste transmitir a otros el carácter de Cristo que ha adquirido a
través del tiempo que ha pasado con Él. “Y yo con el mayor
placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por
amor de vuestras almas”. 2 Corintios 12:15
Entendiendo al término Pater (Padre) como un nutridor,
protector, sustentador debemos descubrir, y de acuerdo a qué tipo
de paternidad nos toque ejercer, cuáles son las responsabilidades
de la misma.
En el caso de un “Padre de la Fe” la mayor responsabilidad
será transmitir el carácter de la Fe al hijo. Transmitir esto significa
actuar en cada ocasión como Cristo actuaría con sus hijos. En lo
que respecta al trabajo paternal que el apóstol Pablo llevó a cabo
podemos encontrarnos con muchos ejemplos modelos para
nuestra paternidad. No debemos limitarnos a creer que un Padre
es solo el que hace nacer, ya que el término va mucho más allá y
abarca el hacer nacer, el hacer crecer, la formación del carácter, la
dirección del propósito y el control, para que lo que se inició
continúe en la próxima generación. Pablo, un modelo de
paternidad muy especial, hizo que gente naciera a la fe, les ayudó
a dar los primeros pasos, les enseñó la nueva vida, los corrigió, los
reprendió, los estorbó, los perdonó, gastó y se gastó la vida, sólo e
íntegramente movido por el carácter de Padre que se había
desarrollado en él.
23 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Como hemos visto con el significado de padre, de igual
manera, tampoco la denominación de hijo debe ser un título para
identificarnos con alguien correcto, y ni siquiera basta con tener la
misma sangre, para ser llamado un hijo.
Jesús denominó que alguien era hijo, cuando sus obras
eran las mismas de aquel que proclamaban como Padre.
“Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús
les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham
haríais. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he
hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto
Abraham. Vosotros hacéis las obras de vuestro padre.
Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de
fornicación; un padre tenemos, que es Dios. Jesús entonces
les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais;
porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido
de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi
lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros
sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha
permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira”. Juan 8:39-44
.
24 | P á g i n a
CAPÍTULO 4
LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO
DE LA PATERNIDAD
Desde el momento en que Dios nos empezó a revelar
acerca de la paternidad, hemos podido ver más al respecto en las
escrituras de lo que nos podríamos haber imaginado. Cada día se
torna más apasionante descubrir este carácter y rol (paternal) en
los diferentes libros y pasajes de las escrituras. Dentro de todo lo
que hemos visto y tratado, podemos decir que Proverbios es el
libro de la Paternidad por excelencia, es el manual del padre y del
hijo, es lo que jamás deberíamos dejar de estudiar, ya que lo
necesitaremos, tanto para ejercer el rol paterno, como para ser
hijos amados.
Ahora, como hemos visto Proverbios de esta manera,
también existe un Salmo -al que llamo el ‘Salmo de la paternidad’que trata a la misma como un mandamiento y responsabilidad de
cada generación. El Salmo al que hago referencia es el 78; en el
mismo podemos ver al Espíritu Santo sumamente ocupado en
responsabilizar a los padres de transferir a los hijos toda la vida
divina. Y dice: “Él estableció testimonio en Jacob (se reveló), Y
puso ley en Israel (reveló su voluntad), La cual mandó a
nuestros padres que la notificasen a sus hijos; (transfirieran la
revelación a sus descendientes)”. Salmos 78:4-9. Qué más claro
que lo que este fragmento dice para entender la responsabilidad
que un padre tiene para con sus hijos. Dios se reveló a nuestras
vidas y reveló su voluntad; ahora estamos bajo el mandamiento de
transferir esa revelación a nuestros descendientes.
Esta es la manera en que Dios espera operar en las
generaciones que vienen. Recordemos que Dios no es Dios de
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PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
una sola generación, Él es un Dios que traspasa las generaciones,
su plan lo abarca todo.
La paternidad no es una moda, ni una opción para aquel
que tiene ganas de ejercerla. Cuántos cristianos hay que viven
enamorados de la revelación de Dios, pero que ni siquiera quieren
tener un discípulo. Actuar así, impide a Dios concretar su plan. La
paternidad no es una práctica para los más modernos. La
paternidad es el mandamiento de Dios a los padres, y será lo que
les permita a los hijos tener la revelación de Dios y su voluntad;
nuestros hijos o próximas generaciones comprenderán plenamente
a Dios siempre y cuando los padres no fallemos en revelárselo.
Ellos, un día, podrán declarar que han entendido acerca de Dios si
su padre cumplió el mandamiento de transferir. “Las cuales
hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las
contaron”. Salmos 78:3.
Para Dios es cosa seria que un padre no haga partícipe al
hijo de la revelación y el pacto. Estamos obligados por el deber a
poner a nuestros hijos bajo la misma revelación y pacto en el que
vivimos nosotros: “No las encubriremos a sus hijos, Contando
a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y Su
potencia, y las maravillas que hizo”. Salmos 78:4.
Para Dios es cosa seria que un padre no haga partícipe al
hijo de la revelación y el pacto. Estamos obligados por el deber a
poner a nuestros hijos bajo la misma revelación y pacto en el que
vivimos nosotros: “No las encubriremos a sus hijos, Contando a
la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y Su
potencia, y las maravillas que hizo”. Salmos 78:4.
Este Salmo también enseña que, encubrirles a los hijos la
revelación de Dios y su voluntad es dejar de transferirles la misma
vida y propósito que Dios puso y tiene con nosotros. Y, si bien en
26 | P á g i n a
LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD
este versículo está más que claro, se puede ver lo grave que es
para Dios el que no incluyamos a nuestra descendencia en el
pacto que Dios tiene con nosotros y que viene de generación en
generación. En el caso de la circuncisión, iniciada por Dios con
Abraham, como señal de su separación para Dios, fue pasando de
una generación a la otra hasta llegar a Moisés quien había sido
circuncidado por sus padres, justamente por ser un descendiente
de Abraham. Dios lo llama a la misión de libertar a los hijos de
Jacob, a lo que obedece y sale a cumplirla, pero en el camino,
cuenta la Biblia, algo pasó: “Y aconteció en el camino, que en
una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo”.
Éxodo 4:24. Pareciera un poco raro, que obedeciendo a Dios en su
salida hacia la tierra de Egipto, el mismo Señor que le manda
intente quitarle la vida, pero no debe sorprendernos ya que esto
nos deja bien claro que significativo era y es para Dios, no solo el
presente, sino el futuro. Moisés era el presente de Dios, pero su
descendencia era el futuro. Y este varón Moisés, no tuvo el
cuidado de circuncidar a sus hijo, lo que no lo separaba para Dios.
Querer hacer lo que Dios nos manda, sin transferirlo, aún
cuando lo hagamos todo bien, será una seria provocación al Dios
que nos llamó para cumplir su perfecto plan de generación en
generación. ¿La solución para calmar a Dios? Lo más urgente
posible, ocuparnos de transferir a nuestra descendencia la
voluntad de Dios. “Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y
cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A
la verdad tú me eres un esposo de sangre. Así le dejó luego ir.
Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.”.
Éxodo 4:25-26. Su hijo quedó bajo pacto.
Cuántas veces habremos leído sin comprender la seriedad
del asunto, y es que la transferencia paternal es el medio por el
cual Dios planea llenar la tierra de su gobierno. Es el gran deber de
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PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
cada hombre experimentar y transferir la vida Divina. Que alguien
no lo haga es muy frustrante para Dios y, a su vez, doloroso. No
nos olvidemos que el fin del hombre en la tierra es engendrar y
trasmitirle (revelarle a Dios) a la generación que viene. “Para que
lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; y los
que se levantarán lo cuenten a sus hijos”. Salmo 78:6.
Prestemos mucha atención a este versículo, ya que la generación
venidera deberá aprender de Dios por nosotros; pero, a su vez,
deberá aprender a paternizar también a sus hijos.
Dios nos pone, como padres, la carga de más de una
generación; cada padre es responsable por dos generaciones y
deberá vivir bajo el deber de hacer conocer a Dios, y su voluntad, a
la par de cuidar que los hijos, a quienes les enseña, lo enseñen por
igual a sus hijos. De esta manera, claro que será posible ver la
tierra llena de la gloria del Señor.
Dentro del pueblo de Dios, esto era una ordenanza divina
más que sabida; el pueblo judío vivía muy consciente, y creo que
fue una de las cosas que le permitió ver el milagro de no
desaparecer como nación, aún cuando estuvo fuera de su tierra
por casi 2000 años. En Deuteronomio 4:9 es más que clara la
responsabilidad sobre dos generaciones: “Por tanto, guárdate, y
guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las
cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón
todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos,
y a los hijos de tus hijos.”
Lamentablemente, existen quienes viven para sí mismos y
que, por no querer entender el rol paterno revelado por Dios, han
desfigurado el sentido de lo que es la vida en Dios.
28 | P á g i n a
LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD
A lo largo de la historia hubo mucha gente que creyó en
Dios, pero nunca entendió lo que significaba ser padre, ¿qué dio
esto como resultado? Liderazgos carentes del corazón del padre
que, al igual que Ezequías, sólo trabajaron para el éxito en su
presente. ¿Quién podría decirle algo a un líder como el rey
mencionado? Revolucionó al pueblo en su tiempo, restauró la
adoración, el servicio, los sacrificios, celebró la Pascua uniendo a
las tribus. Sus cultos eran excelentes, tenía todo lo que cualquier
adorador desea tener y aquello que más de un pastor anhela con
todas sus fuerzas. Iglesias con todos los detalles bíblicos -uno
entra y son preciosas, no hay nada que reprochar- están dando
honra con la más alta excelencia. Pero de repente, vino una
palabra de Dios; no por casualidad, sino para que se diera cuenta
de su condición en cuanto al plan de Dios, que va más allá de
nuestro presente y traspasa las generaciones; y le dice. “Prepara
tu casa, porque ciertamente morirás”. Isaías 38:1, que traducido
a lo que el rey entendía, significaba: “se terminan tus días en la
tierra, pon un sucesor”; dándose cuenta, Ezequías, de que todo
el éxito de su presente se terminaba con él.
Este rey, que había hecho tanto para Dios, no había
paternizado a nadie, engendrándole con esa vida de Dios, que le
había sido dada. No tenía hijos. Le ruega a Dios un tiempo más de
vida, Dios se lo concede, en ese tiempo tiene al hijo; parece que
había aprendido la lección de paternidad. Pero se concluye, por la
respuesta a Isaías en 2 Reyes 20:16-18, que el corazón de padre
para engendrar y traspasar la genética divina a otra generación
nunca había estado. “Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye
palabra de Jehová: He aquí vienen días en que todo lo que
está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta
hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. Y
de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado,
tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.”.
29 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Se puede tener un gran éxito en el presente; aun se pueden tener
hijos y, sin embargo, por otro lado, estar resistiendo el mensaje de
Dios de convertirnos en padres que engendren y traspasen a otras
generaciones la vida, visión y propósitos divinos. Lo que el profeta
le dice fue sólo lo que Ezequías tenía en su corazón, y esto era el
gran desinterés y descuido por su descendencia; nada le interesó
el “contar a los hijos que se levantarán”, estaba totalmente
desentendido de la responsabilidad con la “generación
venidera”.
Sólo basta ver lo que le contestó al profeta para darnos
cuenta de mi afirmación. Su respuesta a la palabra profética, de
ruina para su descendencia, fue: “la palabra que has hablado, ha
sido buena, al menos no venga en mis días”. ¿Se puede decir
que Ezequías tenía un corazón de padre y que cuidaba de su
descendencia para asegurar la continuidad del plan de Dios? No lo
tuvo antes de que se le anunciara su muerte y cuando no tenía
hijos sucesores; ni lo tuvo después, cuando le fueron añadidos
quince años y tuvo hijos que le sucedieran.
No tener un corazón de padre es no reflejar la imagen de
Dios, es impedirle a Dios la conexión entre una generación y la
otra, y Dios no va a llenar la tierra de gente bendita en una
generación sola. Dios lo viene haciendo desde Abraham, a quien
eligió porque justamente encontró en él a un varón que, si bien
estaba lleno de imposibilidades y aún con errores, sabía que
existía para tener un hijo. Toda su vida se enfocó en ser un padre
de acuerdo a Dios, y Dios cree y afirma que, con Abraham, la obra
iba a ser posible, por ver en él la gran responsabilidad para con
sus descendientes “…habiendo de ser Abraham una nación
grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las
naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y
a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová,
30 | P á g i n a
LA RESPONSABILIDAD Y EL MANDAMIENTO DE LA PATERNIDAD
haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre
Abraham lo que ha hablado acerca de él”. Génesis 18:18-19.
Abraham, al igual que David y Jesús, no se distrajeron con
su presente para dejar de paternizar. Vivieron su presente con
gran entrega y éxitos, sin descuidar que eran padres responsables
de engendrar y hacer nacer aquellos sucesores que conectarían
las generaciones, permitiendo la continuidad de lo que Dios había
empezado, hasta que la tierra sea llena de Su gloria.
Qué fácil hubiese sido para Jesús enamorarse del ministerio
evangélico al ver enfermos sanarse, pecadores arrepentirse,
muertos resucitar y decir: “Dios me llamó a salvar lo que se había
perdido”, descuidando de este modo el engendramiento de su
equipo de 12. Pero Jesús era el fiel reflejo de Dios con un corazón
de padre y, si bien cuidó su ministerio evangélico, por nada se
descuidó de engendrar, a través de cientos de vivencias, el equipo
que el Padre le había dado. Jesús tenía bien en claro que la obra
de Dios era paternizar para conectar las generaciones, y que esto
iba más allá de su presente.
Perder el corazón de padre, revelado en Dios, es un gran
perjuicio para el verdadero evangelio. ¿Cómo es posible que un
líder, pastor, evangelista, apóstol o lo que sea, pueda engendrar y
transmitir a su próxima generación lo puro de Dios Padre, si él
mismo no tiene un corazón de padre? ¿De qué manera Dios, con
su carácter y voluntad, no se distorsionará al pasar por un hombre
que no tiene el corazón paternal? Simplemente es imposible
mostrar la plenitud de Dios sin tener Su corazón, el del padre.
31 | P á g i n a
CAPÍTULO 5
PATERNIDAD DE FE
En 1 de Corintios 4:14 el apóstol Pablo escribió: “No
escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como
a hijos míos amados. Porque aunque tengáis diez mil ayos en
Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo
os engendré por medio del Evangelio.”
Este versículo tomado de la carta a los Corintios ha sido de
gran significancia para mí a la hora de explicar acerca del
tremendo sentido de paternidad del apóstol Pablo. Pablo sabía
diferenciar entre un pastor (Sentido que tiene la palabra ayo en
este pasaje, según el diccionario Vine) y un padre, y les declaraba
que por ser él padre de ellos en la fe, sentía el profundo amor para
tomar acción en una corrección. Un verdadero padre es alguien
que no puede dejar equivocado al hijo, es alguien que no puede
seguir la marcha sin poner en orden la vida de aquellos a quienes
paterniza y Pablo demostraba ser un padre con todas las letras.
Este apóstol estaba dispuesto a llegar hasta lo más severo
con tal de sanar a sus hijos, tenía la misma genética de Dios “Yo
reprendo y castigo a todos los que amo” Apocalipsis 3:19. Este
tema parece ser simple, pero no lo es, porque -si bien la autoridad
viene de Dios- también viene de vivir una vida al nivel de la
demanda divina; sólo cuando un hombre vive en el propósito
correcto de Dios y puede mostrarle con claridad al hijo a qué tiene
que llegar, podrá ejercer una autoridad paternal para corregir, y
que la misma resulte en hijos bien direccionados.
Existen hombres de Dios que, al no actuar como padres porque no viven para el propósito sino para parte del mismo-,
quieren transmitir lo que ellos saben, pero no lo que ellos viven y
33 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
se les hace imposible llevar al hijo hacia el cumplimiento del
propósito y que perdure en el tiempo. El hijo no encuentra la
suficiente esencia en las correcciones y, como la misma vida de su
padre carece de la esencia verdadera, no soporta ciertas
correcciones o soporta hasta cierto punto. Esto es para tener en
cuenta, ya que cuando el varón de Dios tiene la misma esencia del
propósito y todo su ser se identifica con el mismo, luego de haber
mostrado al hijo hacia qué se debe dirigir, tendrá un respaldo
sorprendente a la hora de corregir lo deficiente y nunca tendrá
miedo de que el hijo se “enoje”.
Alguien que vive la paternidad como debe ser, tendrá
libertad para corregir a su hijo en las tres dimensiones en que esto
se puede hacer. Siendo la primera, el hablar con cariño, ayudando
a que el hijo reflexione acerca de su error; y esta es una dimensión
que tanto Jesús como Pablo, entre otros, usaron. La segunda, es
la dimensión de la corrección fuerte, cuando en un tono subido y
enérgico con advertencias se habla al hijo, algo común en el trato
de Dios con su pueblo cuando se traspasaba los límites y no
reaccionaba por sí solo. Y la tercera, es la corrección con celo (la
palabra «celo», en griego, *se dice que proviene de una raíz que
nos remite a los significados de caliente, ferviente, entrar en
ebullición. Celos se traduce bien de una palabra hebrea cuya raíz
«designa el rojo que sale al rostro de un hombre apasionado»)
Según su motivo, el celo puede ser bueno (Sal 69.9; 2 Co 7.7), o
malo (Nm 5.14; Hch 5.17). (*Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la
Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.) siendo esta dimensión de
corrección la imposible de soportar para quienes no son hijos, ya
que es aquella en donde no se miden las palabras ni los modales;
diferentes hombres de fe, en alguna ocasión, actuaron de esta
manera, entre ellos Esdras, Jesús, Pablo.
34 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE
Un verdadero Padre, que vive y hace las cosas como Dios
quiere, nunca temerá a que el hijo se enoje, al contrario, deberá
llevar la corrección a fondo si la situación lo requiere. Jesús dijo
bien claro que aquel que no era hijo, nacido de Dios, ante una
corrección con celo se enojaría y la misma lo desarraigaría,
mientras que a uno, nacido de Dios, ninguna verdad, dicha de la
manera que sea, podrá desarraigarle, “Que el justo me castigue,
será un favor, Y que me reprenda será un excelente bálsamo
que no me herirá la cabeza” Salmos 141:5) al contrario, lo
podará para que lleve mas fruto.
Para ilustrar esto no hay nada más claro que lo ocurrido en
la ocasión en la que Jesús declara una palabra profética, muy dura
contra Israel, dada antes por el profeta Isaías y en medio de un
grupo de gente de dos tipos: los que se dejaban paternizar, los
discípulos; y los que no aceptaban la paternidad de Jesús, los
fariseos. Los primeros, se preocuparon por las duras palabras de
Jesús y el efecto que causó en los fariseos, pero aceptaron la
corrección y quedaron fuera del juicio; los segundos no soportaron
semejantes palabras y en vez de tomarlas como corrección,
aprovecharon para hacerse los ofendidos y seguir en la dureza de
su malvado corazón. Jesús, con plena seguridad, declaró que todo
aquél que no era un árbol de Dios, sería desarraigado por las
duras palabras, mientras que el que era nacido de Dios, en las
mismas palabras, encontraría una corrección llena de vida
“Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que
los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? Pero
respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre
celestial, será desarraigada.” Mateo 15:12 y 13.
Jesús, como es un Padre por excelencia, no estaba con
temor de decir la verdad por miedo a que alguien se ofendiera.
Hablaba con plena confianza de que aquel que era hijo, todo lo
35 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
tomaría para ser mejor. Juan el Bautista lo dijo de una manera
similar “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no
penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham
tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede
levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el
hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo
árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego”
Mateo 3:8-10
La verdad -en todas sus intensidades- al hijo, lo transforma;
a quien no es hijo, lo corta. Una persona o líder, que no tiene a un
Padre, correrá el riesgo de vivir fuera de la voluntad de Dios, en
cuanto al plan del principio. El padre está justamente para cuidar la
dirección que toma su hijo y es la manera que Dios mismo ha
elegido para corregir a su pueblo y lo hace a través de personas:
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo
deficiente” Tito 1:5 es lo que Pablo le dice a Tito, demostrando el
corazón y responsabilidad paternal del apóstol y de qué manera lo
traspasaba a Tito: no le rogó a Dios que descendiera y
personalmente corrigiera a las congregaciones, sabía que la
corrección debía ser a través de hombres. Esta paternidad
apostólica de Pablo, fue la que salvó a la iglesia de Corintios de la
ruina espiritual, por un caso de inmoralidad que los ancianos no
juzgaban.
Pensemos por un momento, qué hubiera sido de esta
congregación si no hubiese contado con la paternidad del apóstol.
Los pastores no reaccionaban al pecado, pero el “padre” desde
lejos se enteró y les escribió impulsándolos a la acción. Otro
ejemplo, fueron las siete iglesias de Asia, ¿Cuál habría sido su fin
si no hubieran estado también bajo la paternidad de Juan?
36 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE
La paternidad apostólica es determinante para una
congregación. Es muy grave lo que hoy se ve en miles y miles de
iglesias que son establecidas por ancianos que no aceptan la
paternidad de nadie y dirigen a sus congregaciones a su manera.
Dios mismo eligió corregir a través de la paternidad apostólica a
las iglesias mencionadas anteriormente. No les habló ni les dio
revelaciones a los ancianos, sino a los padres, y fueron ellos
quienes los corrigieron.
Es una era peligrosa, muchos predican el Evangelio
sueltamente sin un padre al que le rindan cuentas. Cientos de
miles de congregaciones aisladas de los ministerios apostólicos y
de su paternidad, no reconocen la capacidad que Dios le ha dado
a los tales, para corregir lo deficiente y para dar pan, vino y
bendición a aquél “Abraham” que viene de la batalla.
Un padre marca la diferencia, no es lo mismo tener a
alguien que nos ayude a guardar la dirección correcta y aconseje
en los nuevos caminos que nos toque transitar en esta vida, que
no tener a nadie, o tenerlo y que no posea las características de un
padre.
Existen quienes tratan de asociarse a otros ancianos o
pastores para encontrar contención en momentos difíciles, es
decir, forman una relación de igual a igual para acompañarse en
distintas situaciones de la vida, algo que no parece malo en sí
mismo, pero que no debería -por nada- compararse con tener a
una paternidad apostólica.
La autoridad que representa un padre no es comparada con
ningún otro tipo de rol. Es imposible suplantar la paternidad
apostólica por un compañero de oración. Un verdadero padre según la Biblia- es alguien que tiene una dimensión de revelación
que el anciano no puede tener; y no se hace referencia aquí al
37 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
valor como persona de cada uno, sino a la importancia de los
diferentes roles y unciones.
Un Padre de la fe será el único con ciertas capacidades
para corregir a los hijos, y los verdaderos hijos aprenderán esto y
soportarán todas las dimensiones de corrección, antes
mencionadas.
Muy diferente es, cuando por alguna razón, un compañero
de oración se ve en la necesidad de corregir a fondo. Aquí se
gesta un conflicto, porque por más que quiera hacer lo mejor no es
el padre. El reconocimiento del rol y el tipo de vínculo que une a
dos personas es vital para que exista paternidad. Muchas veces,
cuando una persona está en alguna actitud de pecado, por lo
general tiene un velo que le impide ver con claridad su condición,
por ejemplo, algunas de las Iglesias de Asia que aparecen en
Apocalipsis. Había pecado, Y ellos no tenían reacción hacia el
mismo; entones, Dios les envía a alguien que era reconocido como
un padre apostólico, a Juan, sólo la presencia de este varón de
Dios podía hacer que esta gente escuchara al Señor, y esto,
porque Juan era mucho más que un hombre de Dios, era un padre.
La imagen del padre está por encima de la imagen del
ministro. La imagen del padre es especial con relación a otro tipo
de imagen o vínculo y debido a este rol es que Dios le demanda
algunas cosas, sólo por ser padres.
Delante de Dios, un padre es el responsable de estorbar o
ponerse en medio del mal camino del hijo y es el único autorizado
a llegar a niveles de corrección que no puede ningún otro rol. Por
otro lado, como el hijo sabe que su padre puede llegar a ciertos
niveles de corrección únicos como nadie más, le teme o respeta,
también en otro nivel. En cualquier otro vínculo la persona puede
38 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE
elegir hasta dónde le permite llegar al otro, en el de padre no,
porque un padre no debe pedir permiso ni esperar alguna
autorización, Dios ya se la ha dado.
.
39 | P á g i n a
CAPÍTULO 6
HONRA A TU PADRE
Dios espera que los padres engendren en los hijos la
revelación divina. Si un hijo no aprende a honrar y tener en alta
estima a su padre, seguramente no honrará sus enseñanzas ni le
entregará su corazón para seguir su camino, lo que dará como
resultado la imposibilidad de Dios para pasar Su vida de una
generación a la otra. Salmo 78:3-6.
Desde los inicios de la humanidad, el diseño de Dios era
poder gobernar a través del matrimonio -en el cumplimiento cada
uno de su rol- a toda la casa, la que se debía multiplicar hasta
llenar la tierra. De esta forma, Dios, a través de la familia, tendría el
control de cada rincón de la tierra. En el mismo instante en que el
Señor creó al hombre y a la mujer, les hizo saber para qué los
creaba y cómo era que llegarían a cumplir el propósito. Una vez
que este matrimonio recibió de una autoridad, la de Dios, su
comisión, pasó a tener un deber para con Dios, que se podría
cumplir o no, según las decisiones que tomaran.
Como los hijos que iban a tener eran parte del medio que se
usaría para llenar la tierra, estos padres debían conducirlos hacia
el propósito que Dios les había revelado. Esto es justamente lo que
a un padre le da autoridad para con el o los hijos: el hecho de tener
un deber ante Dios en el que ellos están involucrados. Cuando un
hijo se rebela ante la dirección de los padres; transgrede,
quebranta y desprecia la autoridad que sus padres tienen sobre él,
se rebela, a su vez, contra el mismo Dios ya que desde allí parte o
se origina el gobierno de un matrimonio, imposibilitando a Dios el
cumplimiento del propósito.
41 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Entendiendo que un padre es la imagen y representación
divina, por un lado, y el responsable de engendrar y transferir la
gloria de Dios para que pase de una generación a la otra, es más
fácil entender la razón de que dentro de los mandamientos o
cláusulas del pacto con su pueblo Israel, existiese uno que dijera:
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen
en la tierra que Jehová tu Dios te da.” Éxodo 20:12, y que esto
se siguiera enseñando en la Iglesia miles de años después.
Efesios 6:2.
El Señor se aseguró de esta manera que quedara bien
establecido el principio de honra al padre, ya que el mismo sería
determinante para el futuro del pueblo de Dios y para que este
pueblo fuera bueno.
Lamentablemente, hoy en día la Iglesia establecida ya en
muchas naciones de la tierra, ha heredado de ellas (de las
naciones) conductas que son contrarias a la vida que Dios espera.
En muchos de estos casos se ha acostumbrado a vivir con el poco
valor que se le da al padre dentro de la familia. Muy distinto a lo
que un padre significaba para un judío -ya que ellos crecían
conscientes del deber de honrar a sus padres. Esto es algo que en
la actualidad, en países occidentales y aún europeos, directamente
no existe; desde la niñez se le permite al niño contestar mal, tener
desobediencias y rebeliones, argumentando no saber cómo
estorbar el mal accionar de los hijos; padres que eligen no meterse
en alguna de las decisiones más importantes en la vida de ellos;
hijos que hablan mal de sus padres permanentemente y que usan
un lenguaje que los rebaja a lo peor y jactándose de vivir sin
rendirles cuenta, ni hacerles caso.
La Iglesia, por ningún motivo, debería rebajarse a semejante
estado, pensando “que ahora es así porque los jóvenes han
42 | P á g i n a
HONRA A TU PADRE
evolucionado y son más liberales”, sino que debería tener bien en
claro que lo que se está viendo es la desfiguración, por el pecado,
de la imagen de Dios y del mundo que ha creado. Es la
descomposición de la raza a causa de haber estado viviendo
independiente de Dios.
La Iglesia debe entender lo que significa la función del padre
para Dios, para saber cuidar la imagen del mismo de modo de no
sufrir lo que las naciones están sufriendo. Y cuando digo esto, me
refiero no sólo a los padres biológicos, sino a cada uno de los que
son padres espirituales o de fe. No nos olvidemos que existen tres
paternidades en un creyente: la de Dios (espiritual), la de quien
nos hizo nacer en la carne (biológico) y la de quien nos hizo nacer
en la fe (paternidad de fe).
La honra a la cual me refiero la manda Dios en Éxodo 20:12;
es lo que se espera naturalmente de un hijo, Malaquías 1:6.
Porque el padre será quien nos dirija a la revelación de Dios.
Salmo 78:3; y por ser una autoridad de la casa con la
responsabilidad dada por Dios sobre los hijos, Salmo 78:5-6. Por lo
difícil de la cultura en la cual a muchos nos tocó nacer, es que
debemos tener sumo cuidado de no acostumbrarnos, por ejemplo,
a mal hablar de nuestros padres (en todos los sentidos) pensando
que porque es común en nuestra sociedad, no es tan grave. Quien
no entienda el valor de su padre, desde ya que no entenderá
nunca la dimensión de la importancia de sus enseñanzas y
direcciones; por ende, su destino será muy oscuro.
Hablar mal de un padre es fruto de haber dejado que se
forme en el corazón un mal concepto del mismo y es de extrema
gravedad delante de Dios. No se debe permitir que algo semejante
entre a nuestro corazón. Lo que mencioné de las culturas que han
degradado al padre -y muchos creen que tal generación se debe a
43 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
la modernidad-, es algo contemplado en el libro de Proverbios, que
dice: “Hay generación que maldice a su padre, y a su madre no
bendice.” Prov. 30:11. En el mismo Proverbios se hace referencia
al resultado de semejante mal, el cual desearía exponer en varias
versiones de la Biblia, ya que son muy significativas y muestran
con gran claridad cuál es el resultado de deshonrar al padre con
palabras (señal de que no se lo aprecia en el corazón), lo que le
impedirá al hijo valorar el consejo de sabiduría para seguir
adelante en todas las etapas de la vida hasta conectar la vida del
Señor con otra generación. Lea, por favor:
“Al que maldiga a su padre y a su madre, su
lámpara se le apagará en la más densa oscuridad”.
(BIBLIA AL DIA)
“¿Ha maldecido a su padre y a su
madre? Su lámpara se apagará en el lugar más oscuro”.
(BIBLIA LATINOAMERICANA 1995)
“Al que maldice a su padre y a su madre, se
le extinguirá su lámpara en medio de tinieblas”.
(BIBLIA DE JERUSALEM)
“Al que maldice a su padre o a su
madre, Se le apagará su lámpara en medio de las tinieblas”.
(NUEVA BIBLIA DE LOS HISPANOS)
“Al que maldiga a su padre y a su
madre, su lámpara se le apagará en la más densa oscuridad”.
(NUEVA VERSION INTERNACIONAL)
“Al que maldice a su padre o a su madre, Se le
apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa”.
(REINA VALERA 1960)
Todas estas versiones hacen referencia a casi lo mismo y
son más que ilustrativas de lo que puede llegar a ser la vida de una
persona, cultura o generación, que habla mal de sus padres o que
no honra al padre. Todas ellas hacen referencia al apagado de la
luz en el momento más oscuro o crítico de la vida; en todos los
44 | P á g i n a
HONRA A TU PADRE
casos vemos el valor que tenía para los sabios el hecho de que un
hijo honrara la paternidad. Los sabios eran gente más que
entendida en la necesidad de ser alumbrados por los padres y de
lo determinante que es esa luz en las etapas lúgubres de la vida, o
de lo determinante que es un padre para no quedar a oscuras en
los días en que el hijo camine sobre la tierra.
La generación de David sabía el valor de paternidad que él
tenía como rey de la nación, a tal punto que cuidaron que no
saliera a la guerra, para evitar que muriera y así se apagara la
lámpara o luz de la nación, “Entonces los hombres de David le
juraron, diciendo: Nunca más de aquí en adelante saldrás con
nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de
Israel”. 2Samuel 21:17.
Ver, a través de las versiones mencionadas, el resultado de
la deshonra a los padres es ver la oscuridad más tenebrosa en la
vida del hijo rebelde. Y si miramos, tanto en Éxodo como en otros
pasajes de Deuteronomio o la versión (DIOS HABLA HOY), el
apagado de la lámpara es un sinónimo de la peor muerte: “El que
maldice a su padre o a su madre, morirá en la más espantosa
oscuridad”.
El apóstol Pablo, en una ocasión en la que estaba pasando
un mal momento, maldijo a alguien que, aún cuando se estaba
equivocando, cumplía un rol de autoridad. Al darse cuenta, Pablo,
por lo que las escrituras decían, debió reconocer su error, y
retractarse del mismo. Hech 23:5 (BAD) “—Hermanos, no me
había dado cuenta de que es el sumo sacerdote —respondió
Pablo—; de hecho está escrito: “No hables mal del jefe de tu
pueblo.”
Honrar (según el Diccionario de la real Academia Española) significa:
45 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
1. f. Estima y respeto de la dignidad propia.
2. f. Buena opinión y fama, adquirida por la virtud y el mérito.
3. f. Demostración de aprecio que se hace de alguien por su
virtud y mérito.
El comentario de la Biblia de Matthew Henry dice lo
siguiente acerca del mandamiento de honrar a los padres: *“Honra
a tu padre y a tu madre” incluye estimarlos, lo que se demuestra en
nuestra conducta, en la obediencia a sus mandatos legítimos: ir
cuando os llamen, ir donde os envíen, hacer lo que os pidan,
refrenarse de lo que os prohíban; y esto, como hijos, hacerlo
alegremente a partir de un principio de amor. Además, la sumisión
a sus consejos y correcciones. Esforzarse en todo para dar
comodidad a los padres y hacer fácil su vejez; mantenerlos si
necesitan sostenimiento, cosa que nuestro Salvador hace que esté
particularmente comprendida en este mandamiento, Mateo xv, 4-6.
Los observadores acuciosos han notado una bendición peculiar en
cosas temporales para los hijos obedientes y lo inverso para los
hijos desobedientes.” (*Comentario de toda la Biblia, de Matthew Henry Éxodo 20 Publicado por Editorial Unilit - Miami, Fl. 33172 - Primera edición 1999. Traducido al español por:
Nellyda Pablovsky.)
En las enseñanzas de mi padre Byron Walter pude
comprender que la demostración de aprecio, el respeto,
enaltecimiento o premio por su mérito puede ser:
Con palabras
Con gestos
Con dinero
46 | P á g i n a
HONRA A TU PADRE
Con respecto al honrar con palabras fue muy representativo
de lo que había en su corazón, lo expresado por Eliseo, quien tuvo
un gran reconocimiento y honra hacia su padre ministerial, Elías.
“Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de
Israel y su gente de a caballo!” 2Reyes 2:12”. ¡Cuánto valía para
Eliseo su amado padre, y qué manera de reconocerlo!
Para la honra con gestos y dinero, no hay mayor ejemplo
que el de José, que dijo, en Génesis 45:9-11: “Daos prisa, id a mi
padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por
señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas. Habitarás en la
tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los
hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que
tienes. Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de
hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo
lo que tienes.” Génesis 45:23: “Y a su padre envió esto: diez
asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas
de trigo, y pan y comida, para su padre en el camino.” Génesis
47:7: “También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó
delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón.” Génesis 47:11:
“Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio
posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la
tierra de Ramesés, como mandó Faraón. Y alimentaba José a
su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con
pan, según el número de los hijos.”
He tratado de no cargar con muchos versículos lo que
significa honrar al padre (ya sea éste biológico o ministerial), para
que no se haga complejo aprender lo que, en verdad, debemos
aprender. Creo que con enseñanzas muy sencillas, como las que
aprendemos de las mismas Escrituras, puede quedar bien
marcado en el corazón lo que un hijo debe ser para con sus
padres. La honra a su Padre fue lo que más se destacó en nuestro
47 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
gran Padre Jesús, Isa 9:6, quien puso todo su existir al servicio de
su Padre. Y, ¿cómo no entregarnos a ser hijos amados teniendo
semejante ejemplo? Ruego a Dios y trabajo día a día para marcar
en mi generación y descendencia, el más profundo sentido de
honra a los padres, porque estoy más que seguro de que, para
pasar la gloria de Dios de una generación a la otra, será muy
necesario contar con la voz de los padres, y si la misma se deja de
honrar, sólo cabrá esperar que muchos de esta generación se
queden sin la lámpara que les de la luz para traspasar toda
oscuridad y alumbrar a los hijos que se levantarán.
48 | P á g i n a
CAPÍTULO 7
LO QUE SIGNIFICA TENER A UN PADRE
Es más que apasionante todo este tema de la paternidad, ya
que en toda la Biblia encontramos rayos de luz que nos permiten
ver con claridad el corazón y propósito de Dios. Existen muchas
maneras en las que Dios representa, con algo o alguien, el
carácter y rol paternal; pero existe una historia de las más
reveladoras en lo que respecta a lo que debe ser un padre y cómo
debe responder a él, un hijo. La historia más clara es la historia de
Elías y Eliseo.
Fueron hechos que -por supuesto- el Señor planeó, pero
que cuidó de que quedaran registrados para que fueran el modelo
y diseño que les permitiera a otras generaciones edificar
correctamente.
La paternidad de Elías es algo digno de destacar, ya que
ésta le hizo decir al Espíritu Santo, a través de Malaquías: “He
aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de
Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los
padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los
padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”.
Malaquías 4:5-6. Luego, esto se cumplió con Juan el Bautista,
en donde se vuelve a decir con que actitud haría que el
propósito se cumpliera: “E irá delante de él con el espíritu y el
poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres
a los hijos,…” San Lucas 1:17.
Pero debemos tener en cuenta que comenzó con Juan, él
era el encargado de que Dios iniciara un proceso de restauración
de aquello que llamamos “la conexión”: Juan iba a impartir este
espíritu. Dios empezaría un trabajo de conexión de los hijos
49 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
(entendamos que los hijos, eran la generación actual en ese
tiempo y las que vendrían, y los padres Abraham, Isaac, Jacob y
todos los que continuaron la línea de propósito). El Señor iba a
usar el corazón paternal de Juan, como el de Elías para conectar a
los hijos con los padres. Y no solo que esto tuvo su inicio a nivel
pueblo de Dios , sino que también a nivel personal, ya que la obra
que empieza con Juan, no se terminó con él, sino que sus hijos
(discípulos) fueron conectados a Jesús y el propósito continuó y
continúa.
Ahora, atendiendo a todo el pasaje, veremos que antes de
que el Señor haga justicia en la tierra, haciendo caer sus justos
juicios sobre los que rechazaron el precio pagado por Jesús,
contando desde Juan, iniciaría un proceso de conexión de los
corazones de padres hacia los hijos e hijos hacia los padres, es
decir, el espíritu de Elías -manifestado en Juan- iba a entrar, tanto
en padres para que pusieran la atención en la obra de Dios con
sus hijos, como en los hijos para volverse al igual que Isaac,
sumisos al propósito de Dios transmitido por su padres.
Entonces, no sólo que Elías tuvo un tremendo espíritu
paternal para conectar, sino que es de exaltar la manera en que se
había revelado para Eliseo la paternidad, y lo que llegó a significar
el tener un padre, para él.
Cuánta gente (cristiana) existe hoy que no ha recibido el
espíritu de Elías, siguiendo sin revelación, en cuanto al ser padres
y al ser hijos y que da mucho dolor, ya que en su ignorancia
imparten un espíritu contrario al que Dios transmitió a través de
Juan, y que continúa impartiéndose en la tierra hasta el día de
Jesucristo.
50 | P á g i n a
LO QUE SIGNIFICA TENER A UN PADRE
La paternidad, o tener un padre, no es algo de moda, es el
plan de Dios desde el principio, es lo que conviene al pueblo para
que Dios llegue a todas la familias de la tierra, es el corazón mismo
de Él, restaurando a la gente a su plan original. Cualquiera que
pueda tener la revelación de lo que significa la paternidad, nunca
jamás querrá vivir fuera de ella. Eliseo vivió intensamente el tener
a un padre, y no solo que lo siguió y respetó, sino que lo valoró: él
sabía lo que significaba su padre, tanto para él, como para la
nación; y creo -en lo personal- que una de las mejores
representaciones acerca de lo que significa un padre se puede
encontrar en el clamor de Eliseo cuando su padre Elías le fue
quitado, 2 Reyes 2:12 “Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío,
padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!” es
realmente conmovedor imaginarse el grito clamoroso de
Eliseo “Padre mío, padre mío” y la comparación que hizo cuando
dijo: “carro de Israel y su gente de a caballo” Eliseo clamó
declarando que la paternidad de Elías había sido comparable a un
ejército armado. Cuando es separado de su padre, sintió en lo mas
profundo de su ser, que estaba quedando como una ciudad que
pierde su ejército. Sintió la desprotección y la vulnerabilidad con la
que tendría que vivir, desde ahora en más, que no estaba su
padre.
Nada más claro para entender que un padre es cobertura, al
nivel de un ejército. Todo aquél que tiene y valora a un padre,
podrá sentir la más segura cobertura dándole seguridad a su vida
de propósito.
Sin un padre las vidas se oscurecen, porque un padre es la
lámpara. En Proverbios se hace una referencia (que ya vimos) y
que dice: “Al que maldice a su padre o a su madre, Se le
apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa” Proverbios 20:20.
En el diccionario Strong, dentro de varios sinónimos que se
51 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
usan para definir la palabra “maldice” una de ella es “tener en
poco” y es sumamente ilustrativo de lo que resulta la vida de
aquellos que tienen en poco a su padre.
Por nada de esta vida, se nos debe escapar el hecho de
ocuparnos en enseñar este tema. No nos podemos permitir que,
tanto nuestras generaciones como las que vienen, no tengan la
oportunidad de entender el diseño de Dios de paternidad, ya que
tomar con la seriedad que se merece este asunto, será hacer
brillar la lámpara que les ayude a vivir con la claridad que
necesitan para no perderse del camino de propósito.
Como también ya vimos que la tomó la generación de David
“Nunca más de aquí en adelante saldrás con nosotros a la
batalla, no sea que apagues la lámpara de Israel”.2 Samuel
21:17.
Ya sabemos lo que significa tener un padre, por supuesto,
un padre de propósito, por lo tanto abre tu corazón y cuida el estar
alineado con Abraham y Cristo, uno está al principio y otro al final,
y nosotros debemos estar en línea con ellos para que, por ninguna
razón, la conexión se corte. Por un lado, tener padre y por otro
tener hijos, ambos en el propósito. Entonces, seguramente,
podremos ver a Dios celebrar una nueva conexión entre hijos y
padres, padres e hijos, lo que le hará declarar con plena seguridad,
al igual que con Abraham, que el plan de ver a todas las familias
de la tierra llenas de su gloria, será posible con nosotros.
52 | P á g i n a
CAPÍTULO 8
EL MANDAMIENTO DE UN PADRE ESTÁ A LA
ALTURA DE UNA DOCTRINA BIBLICA,
CUANDO EL MISMO NO CONTRADICE A LA
MISMA.
En el libro de Proverbios, que es un libro de padres sabios
enseñado a sus hijos, podemos encontrar varias veces, a los
mismos, pidiéndoles a sus hijos que guarden como un tesoro lo
sabio de las enseñanzas y mandamientos que les están dando -lo
que habla de la importancia que tiene para el hijo obedecer
aquello que su padre le manda. Veamos algunos versículos tales
como:"Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis
mandamientos guardares dentro de ti" Pr. 2:1; "Hijo mío, no te
olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos;" Pr.
3:1; "Porque yo también fui hijo de mi padre, delicado y único
delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me decía: Retenga
tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos, y vivirás."
Pr. 4:3,4; "Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis
mandamientos." Pr. 7:1.
El hecho de que un padre logre, en el hijo, la capacidad de
guardar y obedecer el mandamiento, tiene que ver con el poder
encaminar al mismo en la dirección, ya revelada por Dios, que le
permita tener una vida dentro de Su propósito, el cual, a su vez, él
-el padre- ha entendido de Dios.
El problema surge cuando al pasar el tiempo, alguien trata
de hacer cambiar de idea al hijo en lo que respecta a la obediencia
a un mandamiento que su padre le ha dado, argumentando, en
algunos casos, que la enseñanza o mandamiento paternal no ha
sido una doctrina bíblica. Esto, a muchos hijos en formación, les
53 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
lleva a pensar que, tal vez, su padre se equivocó, y tal o tales
mandamientos deben dejarse de lado y no ser obedecidos.
Que alguien que quiera vivir la vida caminando con Dios y
hacia la meta divina, pueda llegar a destino, dependerá de si pudo
ser formado, dirigido y sostenido por la voz de sabiduría de su
padre (de fe, ministerial, etc.) al tiempo que mientras avanza y
pasan los años, ninguna voz extraña lo confunda y lo haga dudar
acerca de cómo seguir. Es decir: un hijo con inconmovibles
convicciones nacidas de las razones de su padre.
Algo de lo que ilustra esta enseñanza se encuentra en la
historia de los Recabitas, que se cuenta en el libro de Jeremías,
los cuales son llevados al templo por el profeta e inducidos a tomar
vino; por supuesto que Jeremías lo hacía mandado por el mismo
Dios y sabiendo que ellos eran fieles al mandamiento que habían
recibido de su padre de no beber vino, y que no iban a ceder. De
esta forma, le sería mostrado al pueblo del Señor, de qué modo
esperaba Dios que se lo honrara con la obediencia -aquella que el
pueblo, en esos momentos, no tenía.
Leamos, por favor, el pasaje con toda atención: “Palabra de
Jehová que vino a Jeremías en días de Joacim hijo de Josías,
rey de Judá, diciendo: Ve a casa de los recabitas y habla con
ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová, en uno de los
aposentos, y dales a beber vino. Tomé entonces a Jaazanías
hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos
sus hijos, y a toda la familia de los recabitas; y los llevé a la
casa de Jehová, al aposento de los hijos de Hanán hijo de
Igdalías, varón de Dios, el cual estaba junto al aposento de los
príncipes, que estaba sobre el aposento de Maasías hijo de
Salum, guarda de la puerta. Y puse delante de los hijos de la
familia de los recabitas tazas y copas llenas de vino, y les dije:
54 | P á g i n a
EL MANDAMIENTO DE UN PADRE…
Bebed vino. Mas ellos dijeron: No beberemos vino; porque
Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No
beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos; ni edificaréis
casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la
retendréis; sino que moraréis en tiendas todos vuestros días,
para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde
vosotros habitáis. Y nosotros hemos obedecido a la voz de
nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que
nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días, ni
nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras
hijas; y de no edificar casas para nuestra morada, y de no
tener viña, ni heredad, ni sementera. Moramos, pues, en
tiendas, y hemos obedecido y hecho conforme a todas las
cosas que nos mandó Jonadab nuestro padre”. Jeremías 35:110.
Es fácil entender porque esto se registra en la historia
Divina, y es digno de exaltar el hecho de que los Recabitas, aún
habiendo sido inducidos por el profeta Jeremías y llevados a la
Casa de Dios, no cedieron, poniendo por sublime el mandamiento
de su padre.
En Israel, el no beber vino, como norma general, no era una
doctrina Divina. Esto podría haber sido un argumento muy fuerte
para que los Recabitas se dejaran convencer -puesto que podrían
haber llegado a pensar que al no ser la abstinencia total una
doctrina Divina, y en la medida en que se lo estaba pidiendo un
profeta enviado por Dios, hablaba la pura verdad del Señorpensando que podría haber sido su padre el que se hubiera
equivocado al ordenarles algo que el Señor no había decretado.
Trasladando esto al presente puede pasar que, por ejemplo,
un padre les mande a sus hijos -sean estos de la fe o biológicos55 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
no tomar vino, y estos se guarden de hacerlo; pero que de repente
aparezca un profeta "Jeremías" o algún otro con un nombre muy
conocido en la actualidad, que trate de inducirlos a hacer lo
contrario al mandamiento de su padre. Muchos pensarían: si
“Jeremías” me lo está pidiendo, un profeta de semejante talla, con
una Iglesia tan grande y tanta trayectoria, ¿cómo no obedecerle?
Debemos tener mucho cuidado, ya que hay cosas que hombres
bíblicos y aun ministros contemporáneos han hecho o inducen a
hacer que, más allá de que sean o no doctrinas bíblicas, pueden
contradecir el mandamiento de un padre de fe, -como en este caso
del vino- y como hijos pensar que se tiene una nueva razón para
abandonar lo que su padre les ha mandado.
Para quienes amamos al Señor existe un compromiso de
por vida de obedecer a Sus perfectas doctrinas, pero debemos
tener definido firmemente en nuestra alma que, mientras el
mandamiento de un padre no contradiga la doctrina del Señor,
estamos obligados, en amor, a obedecerle de la misma manera,
hecho más que claro en la historia de los Recabitas.
Para un hijo que pretende llegar hasta el final del plan Divino
será determinante poder comprender con total claridad el
significado del “guardar el mandamiento de un padre”, sabiendo,
de antemano que, a lo largo de su carrera, puede llegarle a
aparecer un profeta “mayor” que conoce más de la teología, para
decirle que ese mandamiento que ha venido guardando está mal,
porque la Biblia no tiene una doctrina al respecto, sino consejos como en el caso del vino. (Entiéndase que tomo la referencia del
caso de los Recabitas y el vino como ilustración del concepto, pero
bien puede ser cualquier otra cosa lo mandado por el padre).
Siempre y cuando no contradiga lo divino, ni tampoco se haga una
doctrina “Divina” de eso, y es muy fácil en estos casos para
muchos hijos que no tienen definido el valor del mandamiento de
56 | P á g i n a
EL MANDAMIENTO DE UN PADRE…
un padre, dejarse deslumbrar por el alto cargo de quien se lo dice,
y por los “mayores” conocimientos teológicos, el llegar a pensar
que su padre, quien le había mandado la abstinencia, estaba
equivocado; lo que abre una brecha para empezar a cuestionar y
ceder, no sólo en un mandamiento, sino en muchos otros asuntos
más, lo que le va quitando la herencia misma que su padre le
había dejado. La herencia de la cual hablo tiene que ver con los
beneficios que el vivir bajo un pacto, trajo a los padres, beneficios
que los hijos que abandonan el mandamiento van perdiendo, por
no estar ya bajo el mismo pacto. Todo esto es lo que va
deformando a las generaciones, ya que las mismas sólo tienen
confusas enseñanzas que carecen de la esencia paternal.
Será necesario tener más que cuidado (si es que queremos
participar del pacto de nuestros padres) de no escuchar cualquier
voz. Para esto, deberemos tener bien claro y definido en nuestro
corazón lo que significa el mandamiento de un padre y saber que
el mismo tiene la autoridad de una doctrina bíblica (mientras dicho
mandamiento no contradiga ninguna de ellas). Van a existir,
seguramente, profetas usados por Dios para probarnos, dejando al
descubierto quién, en verdad, somos. Como también vendrán
profetas mentirosos que movidos por sus propios deseos, harán
doctrinas de lo que Dios no ha hecho doctrinas, y tratarán de
desviar a quienes vienen obedeciendo al padre para hacerlos
tomar el camino de la “voz del momento”, lo que traerá la pérdida
de la dirección correcta, con el daño que eso significa.
Desobedecer el mandamiento del padre, en muchos casos,
se tornará engañoso, ya que generalmente ocurre que el gran mal
o pérdida (como consecuencia) se hace visible luego de muchos
años, como en el caso de Sansón, quien encontró la muerte 20
años después de su desobediencia al mandamiento del padre; o
57 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
para peor, en otra generación, como ocurrió con Salomón y
Ezequías, entre otros.
ACLARACION DEL AUTOR:.
En el relato que Lucas hace de la aparición del Ángel Gabriel a Zacarías cuenta que,
dentro de todo lo que el ángel dice acerca de la obra de Dios con Juan (el bautista), se
ocupa específicamente de ordenarle el no beber vino ni sidra. “Y tendrás gozo y alegría,
y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque será grande delante de Dios. No
beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su
madre. Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de
ellos”. Lucas 1:14.
Meses más adelante, el mismo ángel, es enviado nuevamente con una nueva
misión, sólo que, en este caso, era a María, para anunciarle el milagroso nacimiento,
nada más y nada menos que del Mesías, siendo lo llamativo de esta segunda misión, el
hecho de que a alguien con semejante ministerio como el que Jesús tendría y aún siendo
el mismo Dios, nada se le dice acerca de no tomar vino ni sidra. Lucas 1:26:35. Luego,
en Lucas 7:33, se cuenta que Juan había guardado la orden del Ángel acerca de no
beber vino y que Jesús comía y bebía vino, incluso con pecadores. “Porque vino Juan
el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio tiene. Vino el Hijo del
Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre comilón y bebedor de vino,
amigo de publicanos y de pecadores”. Lucas 7:33.
Hago referencia de estos dos hechos relacionados al vino, para dejar en claro
por que menciono que no era una doctrina bíblica general la prohibición total del beber,
pero que puede haber quienes, por alguna razón, se determinen a no beber y a inducir a
sus discípulos o hijos a que no lo hagan, lo que no estaría mal. (Solo hago mención de lo
que la Biblia dice a acerca de Jesús y Juan con respecto al vino para mostrar que no era
una doctrina general. No siendo mi intención discutir el tipo de vino al cual se refiere)
Leví vivió bajo un pacto y sus beneficios
En lo que se nos cuenta acerca del pacto entre Dios y Leví puede
descubrirse la manera en que, tanto a Dios, al poder cumplir su
plan, como a Leví, por poder vivir en paz, el pacto los benefició.
“Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para que fuese
mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mi pacto
con él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que
me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de mi nombre
estuvo humillado. La ley de verdad estuvo en su boca, e
iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia
58 | P á g i n a
EL MANDAMIENTO DE UN PADRE…
anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad.
Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y
de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de
Jehová de los ejércitos”. Malaquías 2: 4-7.
Luego, muchos años más adelante, los descendientes de
Leví abandonaron el pacto y compromiso que su padre había
tenido con Dios. Este abandono del pacto del padre los llevó a
tener que vivir sin los beneficios que antes Leví había recibido y
disfrutado por guardar el pacto con su Dios. “Mas vosotros os
habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos
en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de
los ejércitos. Por tanto, yo también os he hecho viles y bajos
ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado
mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas. ¿No
tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un
mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el
uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?”
Malaquías 2: 8-10.
Muchas personas viven muy bien como resultado de que
otras generaciones vivieron bajo pacto con el Señor, pero, al pasar
el tiempo, se olvidan del origen y motivo de tales beneficios,
abandonan el mandamiento del padre haciendo cada cual como le
parece y terminan en bajeza, vileza, despropósito y mucho dolor.
Es lo que Dios justamente les recrimina a los descendientes de
Leví en el pasaje que hemos leído.
Leví vivió bajo un pacto con Dios, y a quienes engendró se
les demandaba vivir bajo el pacto de su padre, debían cuidar el
pacto de su padre y no torcerse, creyendo que ellos podían hacer
lo que querían. Un padre de fe entra bajo pacto y engendra para
transferir y hacer durar en el tiempo lo que Dios puso en él. Dejar
59 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
el pacto del padre para hacer como uno quiere, es salirse de los
beneficios y el resultado que Dios tuvo con el padre. Por esta
razón, muchos hombres de Dios van perdiendo el respaldo y la
cobertura, de una generación a la otra. No porque el anterior haya
sido mejor, sino porque vivió bajo un pacto que debía transferir, y a
quienes se los transfirió no lo amaron; antes, escucharon al “gran
profeta o teólogo” que parecía saber más, pero que no era el
padre, llevándolos, esto, a arruinar la relación con Dios y todos sus
beneficios.
En el caso de los recabitas vemos que nada se antepuso al
mandamiento del padre. En Malaquías, puede verse lo contrario en
gente que abandonó el pacto de su padre y, en 1 Reyes 21:1-16,
Nabot se hizo matar antes de negociar la herencia de su padre,
siendo esta actitud, lo que en verdad a Dios agrada. Dios espera
gente que obedezca a su padre de fe y viva bajo su pacto,
amándolo más que a su vida, dispuesto a decírselo al mismo Acab
en la cara, que lo que heredó de su padre no se negocia por
ningún precio. Lea, por favor: “Pasadas estas cosas, aconteció
que Nabot de Jezreel tenía allí una viña junto al palacio de
Acab rey de Samaria. Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu
viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi
casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor
te pareciere, te pagaré su valor en dinero. Y Nabot respondió a
Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis
padres. Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra
que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré
la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su
rostro,
y
no
comió.
Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído
tu espíritu, y no comes? El respondió: Porque hablé con
Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o
60 | P á g i n a
EL MANDAMIENTO DE UN PADRE…
que si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió:
Yo no te daré mi viña. Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú
ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te
daré
la
viña
de
Nabot
de
Jezreel.
Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló
con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales
que moraban en la ciudad con Nabot. Y las cartas que escribió
decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del
pueblo; y poned a dos hombres perversos delante de él, que
atestigüen contra él y digan: Tú has blasfemado a Dios y al
rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera. Y los
de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en
su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo
escrito en las cartas que ella les había enviado. Y promulgaron
ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo. Vinieron
entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él;
y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot
delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al
rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió.
Después enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado
y
ha
muerto.
Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y
muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de
Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no
vive, sino que ha muerto. Y oyendo Acab que Nabot era
muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de
Jezreel, para tomar posesión de ella”. 1 Reyes 21:1-16.
El plan de Dios, desde el Génesis, es la continuidad de su
vida y propósito en un hombre, transfiriéndose de generación en
generación.
61 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Dios pudo cumplir su propósito (de que lo que empezó
en una generación continúe en las que vienen) con aquellos
que guardaron el mandamiento del padre y que viven bajo su
pacto, por sobre todo.
"dijo Jeremías a la familia de los recabitas: Así ha dicho
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto
obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y
guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a
todas las cosas que os mandó; por tanto, así ha dicho Jehová
de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará de Jonadab hijo de
Recab un varón que esté en mi presencia todos los días."
Jeremías 35:18-19.
Dios mismo se encarga de honrar con una descendencia
bendita a quienes se atreven a guardar el mandamiento del padre.
Por lo tanto, sacamos como conclusión que:
Guardar el mandamiento del padre, vale tanto como
nuestra misma descendencia lo vale. Tú eliges.
62 | P á g i n a
CAPÍTULO 9
UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO
Poder tener revelación de todo esto que venimos afirmando
es esencial para darle continuidad a lo iniciado por Dios. Entender
el plan de Dios y el medio o manera de hacerlo llegar hasta el fin,
es comprender el diseño, y para poder ser el Padre que Dios
utilizará para conectar el pasado con el futuro, será más que
necesario entender dicho diseño.
La obra de Dios no es para una generación, su obra
traspasa las generaciones de la existencia del ser humano, por lo
tanto, está más que interesado en lo que llamamos la conexión a
través de la transferencia paternal. Pero ahora, ¿que transmitirá un
padre que no entendió el diseño de Dios? ¿cómo construirá, si no
tiene el plano? Un padre debe tener un diseño, debe tener el
plano, de lo contrario no tendrá nada claro para la próxima
generación y más que seguro que la obra terminará con él.
David fue un padre en lo que respecta a la continuidad del
propósito, de acuerdo con lo que Dios deseaba, él traspasó las
generaciones, ya que a lo largo de la historia de los reyes se lo
sigue llamando padre y aún en los días de Jesús, era reconocido
como tal.
David tenía un diseño, Dios se lo había hecho entender, y
no porque Dios haga acepción de personas, sino por el fuerte
compromiso que tenía con las próximas generaciones. Esta es la
clave que pone en acción a Dios, la carga por transferir lo correcto,
Dios no dejará pasar esta carga y entregará revelación del diseño
a ese varón.
63 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
“Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la
mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del
diseño.” 1 Crónicas 28:19.
David tenía algo claro para su próxima generación, poseía el
entendimiento del diseño, conocía los detalles de lo que Dios
quería y logró traspasarlo a Salomón, quien a su vez, logró hacer
lo que tenía que hacer (el templo). Alguien como Salomón -con su
sabiduría, creatividad y poder- podría haber hecho un gran templo
a su manera, era muy fácil para él mirar alguno ya terminado,
preparar los planos y hacerlo, pero se sometió a edificar lo que su
padre le transfirió de un modelo que no era de la tierra sino del
cielo.
Esto es lo que permite darle continuidad a la obra de Dios,
más allá de una generación, un Padre que asume la
responsabilidad de traspasar la obediencia a la misma, y además
posee entendimiento de lo que Dios ha diseñado; y un hijo que se
somete a hacer, no lo que le parece según sus propia imaginación,
sino conforme al diseño de su padre.
Salomón y la paternidad
.
Salomón yerra su camino por un hecho que él entendía muy
bien. Era un especialista en lo que respecta a paternidad, él fue
quien escribió la mayoría de los proverbios que contiene la Biblia y
con los cuales estamos muy familiarizados, y si miramos a los tales
con ojos paternales, seguro que encontraremos en ellos un “Libro
de Paternidad” por excelencia.
Es inexplicable cómo Salomón -entendido y maestro de
paternidad- desecha la misma en una etapa de su vida, lo que le
trajo como consecuencia lo que ya todos conocemos.
64 | P á g i n a
UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO
Todo el libro de Proverbios está repleto de palabras de
paternidad, “es el libro de paternidad”. Salomón disfrutó, valoró y
se rindió a ella, y mientras así se condujo solo vio éxitos y a Dios
favoreciéndolo.
Proverbios 23:26 es el corazón de la paternidad y a su vez
es la señal de que alguien es “hijo” y estas palabras se encuentran
justamente en el libro de Proverbios y dichas por un sabio (padre)
a su hijo. Le estaba enseñando el centro de la cuestión y le estaba
pidiendo algo, que si el hijo era capaz de dar, se puede decir del
tal, que ha aceptado el ser paternizado.
Cualquiera que hable de paternidad y no entienda esto, sólo
se está creyendo algo que en el tiempo saldrá a luz que no era
verdad. La verdadera paternidad tiene que ver con entregar el
corazón al padre y mirar por los caminos del padre, “Dame, hijo
mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” Proverbios
23:26. Tiene que ver con negarse a los propios razonamientos y
confiar en los del padre. “Oye, hijo mío, y recibe mis razones, Y
se te multiplicarán años de vida.” Proverbios 4:10.
Ahora, veamos con detalles lo que significa dar el corazón.
Existen personas que, para desligarse de la paternidad, se
excusan diciendo: “yo le entregué el corazón a Dios” y hasta leen
estos proverbios creyendo que, quien pide el corazón es Dios, pero
esto no es así, cuando existe un hombre de propósito, que ha
entrado por su obediencia y entendimiento a la línea de Abraham;
aquí, el que pide el corazón, es un padre terrenal a su hijo terrenal.
Dios encontró corazones correctos en Abraham, David,
Jesús (como modelos centrales) ahora, ¿qué significa que Dios
diga que alguien tiene “su corazón”?, como lo dijo de David.
Significa que era un hombre capaz de amar lo que Dios amaba y
aborrecer lo que Dios aborrecía, por supuesto que David cometió
65 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
errores, era un ser humano, pero reaccionó correctamente en todo
y de la manera que Dios esperaba.
David había logrado la misma pasión de Dios por el
cumplimiento del propósito, puso toda su intensidad en amar lo
que Dios amaba y todo su celo en lo que Dios reprobaba.
Vemos que, cuando Dios encuentra a “padres” como David,
luego mide el corazón de sus sucesores, ya no con el suyo propio,
sino con el del padre, o en este caso con el de David. Esto se ve
repetidamente en las escrituras cuando se comparaba a otros
reyes diciendo “no tuvo el corazón de David su padre”. (1 Reyes
15:1-4) El corazón de David era el modelo, era el padre, era la
conexión entre el propósito iniciado con Abraham, que continuaría
con Jesús. Salirse de esto era salirse de la línea trazada por Dios.
Hubo hombres como Abraham, Moisés, David, Jesús y
Pablo que unieron la línea hacia el propósito final de ver a Dios
sentado en el trono de la tierra con todas las familias benditas, es
decir, fueron padres que marcaron la línea general en una época
de la historia. Fueron el modelo a guardar del gran principio de la
paternidad, y no significa que no hubiese otros, los hubo y los hay,
solo que estos unieron la línea entre los tiempos.
Volviendo a Salomón, él había sido paternizado por David y
podía decirle a su hijo que se entregara a sus razones, porque él
primero había tenido que entregarse a las razones de David,
Proverbio 4:3-6 dice: “Porque yo también fui hijo de mi padre,
Delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y me
decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis
mandamientos, y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere
inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi
boca; No la dejes, y ella te guardará; Ámala, y te conservará.”
66 | P á g i n a
UN PADRE ENTIENDE EL DISEÑO
Si hoy en día, un niño quisiera construir un gran puente,
investigando por sus propios medios los principios de la ingeniería,
jamás lo lograría o hasta sería un fracaso, ya que debería
descubrir y probar cada concepto o idea. Pero muy diferente es
cuando ese niño o joven asiste a una universidad y escucha las
razones de un profesor de mas de 20 años en la ingeniería, que -a
su vez- se recibió aprendiendo de otro profesor con mas de 20
años de ingeniería y que a su vez también fue enseñado por otro
profesor… es decir, son miles de años de razonamiento probado,
sintetizado en solo seis años que dura la carrera. Esta es la
diferencia entre un hijo que razona a través de un padre y uno que
lo hace por si mismo. Salomón enseñó esto porque lo había
aprendido.
No deja de asombrarme la manera en que Salomón y otros
sabios en Proverbios entendieron la paternidad, se puede ver, en
los siguientes, a sabios (padres) exhortando a que el hijo guarde
sus enseñanzas, Prov. 3:1-2 “Oíd, hijos, la enseñanza de un
padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. Porque os
doy buena enseñanza.”; sus caminos, Prov. 23:26 “Dame, hijo
mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.”; sus
razones, Prov. 7:1 “Hijo mío, guarda mis razones”; sus
mandamientos, su ley (la del padre). Prov. 3:1 “Hijo mío, no te
olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos”.
Para muchos puede parecer difícil de asimilar, ya que fueron
formados sin dependencia de paternidad, pero esto es verdadera
paternidad; en todo los proverbios se la ve a través de un Salomón
que había entregado su corazón a David su padre y veía día a día
el gran progreso de lo planeado por Dios, por supuesto, hasta que
hizo lo que nunca debió haber hecho.
67 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Cuán importante fue para Salomón y el plan de Dios, el
haber tenido un padre entendido en el diseño y con un corazón
como el de Dios para transmitir a su próxima generación. Y cuán
importante, será tener y a su vez ser, el padre que puede
responder a las palabras “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus
ojos por mis caminos.” “Oye, hijo mío, y recibe mis razones”. Ya
que será determinante para que Dios pueda unir la línea de
propósito
a
través
de
nuestras
vidas.
68 | P á g i n a
CAPÍTULO 10
UN PADRE TRABAJA PARA OTRAS
GENERACIONES
El éxito de Salomón es la construcción del templo, por
supuesto, que se debió al hecho de que entregó su corazón a
David para continuar la causa, pero el origen del éxito, viene de
David, que trabajó para la próxima generación.
Este es un punto crucial en la vida de propósito y en la
paternidad; es triste ver cómo hoy en día existen cantidades de
personas con ministerios, con una vista muy corta y que sólo
trabajan para sí mismos, es duro decirlo, pero esto es una pérdida
valiosísima para Dios.
Estos hombres trabajan para todo lo que les beneficia a
ellos personalmente, les parece que dedicarse a formar hijos es
una pérdida de tiempo y un trabajo muchas veces ingrato, les
parece que, si a todo lo hacen ellos mismos, lo harán mejor y en
menos tiempo, y puede ser cierto, en cuanto a la obra que ellos
planearon, pero no a la que Dios planeó.
La obra de Dios traspasa las generaciones, no está limitada
a una sola, la obra de Dios tiene que ver con paternizar y transferir
a otros; es costoso, es pesado, es más lento, pero es la obra de
Dios y su plan.
David no sólo entendió el diseño, sino que preparó el plano
para que su hijo pudiera también entender lo que él había
comprendido que debía hacer: “Y David dio a Salomón su hijo el
plano…” 1 Crónicas 28:11 y muy arduamente trabajó para que
ese diseño se llevara a cabo, y aún cuando sabía que no iba a ser
69 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
en sus tiempos se ocupó e invirtió en dejar hasta el material para
que su hijo cumpliera el propósito.
“Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi
Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata,
bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera
para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas,
piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de
piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.
Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la casa de mi
Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que,
además de todas las cosas que he preparado para la casa del
santuario, he dado para la casa de mi Dios: tres mil talentos
de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata refinada
para cubrir las paredes de las casas; oro, pues, para las cosas
de oro, y plata para las cosas de plata, y para toda la obra de
las manos de los artífices.” 1 Crónicas 29:2-5
Es indudable que la apertura hacia Dios de este rey
(David), le permitió entender el diseño, preparar el plano e invertir
en lo que sabía que no se terminaba con él. Qué más que esto
para reaccionar y abrir el corazón al diseño, preparar el plano y
derramar nuestra inversión en aquello que nuestros hijos tendrán
que seguir.
Tener una carga correcta por la próxima generación, es lo
que le permite a Dios conectar el propósito, y es lo que más espera
él de sus llamados. Cuando Dios encuentra a alguien capaz de
preparar el material para aquellos que siguen después de él, ha
encontrado al hombre correcto y es lo que lo alegra y le asegura
de que su obra tendrá continuidad.
70 | P á g i n a
UN PADRE TRABAJA PARA OTRAS GENERACIONES
En el principio de la línea de propósito, en los días de
Abraham, podemos ver a Dios confirmando su obra por el gran
hecho de que Abraham había entendido lo de la transferencia y
propósito a su hijo. A tal punto, que Dios declara estar seguro de
que lo empezado con Abraham trascendería mas allá del tiempo,
por haber visto en él un fuerte compromiso con su próxima
generación. Esto es algo que deseo destacar, porque a muchos se
les pasa por alto y creen que la transferencia va a ocurrir
naturalmente, y no ponen la intensidad que se merece para que
pueda lograrse, por lo contrario, demanda trabajo, sacrificio y
abnegación. Y sólo surge, cuando el hombre entiende la alta
significancia de la conexión.
Si nuestro trabajo no tiene conexión con la siguiente
generación, ¿en qué queda? En mis años de ministerio he visto a
tantos siervos de Dios vivir años de gloria y poder, pero que al
partir ellos todo se disolvía y se perdía, justamente, por no haber
trabajado a conciencia para la otra generación; se falló en lo que
nunca se tendría que fallar para que el trabajo no quedara en la
mitad, se hizo mucho quizás pero faltó la conexión.
Dios sabía del éxito que tendría con Abraham, porque sabía
que Abraham no fallaría justamente en esto. Abraham conectaría
todo lo que experimentó y recibió de Dios con su próxima
generación.
Es de destacar cómo Dios exalta y declara que, por esta
razón, con Abraham no fallaría de llegar a gobernar a todas las
familias de la tierra. Él entendió el plan, más allá de lo que tenía
que ver con su tiempo, y se esforzó en trabajar para que su hijo
sea la proyección de lo que Dios ya había estado haciendo con él.
“Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer,
habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y
71 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de
sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y
juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha
hablado acerca de él.” Génesis 18:17-19. Es plenamente claro
cuánto importa para Dios la conexión y el trabajo para que la
misma ocurra.
Si es que queremos entrar en la línea de Abraham, no sólo
bastará con que nosotros hayamos sido paternizados, sino que
será necesario paternizar, trabajar sobre nuestros hijos, día a día,
en todo lo que respecta a la formación del carácter de Dios en
ellos, y -a su vez- dejar todo el material que les permita seguir, aun
cuando ya no estemos.
.
72 | P á g i n a
CAPÍTULO 11
UN PADRE TE POSICIONA
Cada persona que existe y está en la tierra es por causa de
un padre, ya sea que el mismo haya sido bueno o malo,
responsable o irresponsable, esté vivo, muerto, en el propósito o
fuera del mismo; si alguien existe, es por un padre y en lo que se
refiere a un padre biológico es imposible elegirlo. Pero esta
cuestión no es lo mismo con un padre de fe.
En este punto hay que tener mucho cuidado y evitar las
malas interpretaciones para no tomar decisiones fuera del Espíritu
de Dios. Aclaro esto, porque existe gente inmadura que anda
buscando padres a su medida y esto es degradante para Dios y
nada tiene que ver con su Santo Espíritu.
En este tiempo tan complicado que nos toca vivir, es muy
común encontrarse con personas, muchas de ellas, gente de
ministerio, que viven y ministran sin la cobertura de un padre, esto
es como ser una ciudad sin ejército, protección o defensa, que ya
lo vimos en el capítulo de “Lo que significa un Padre” . No nos
olvidemos que dentro del significado de un padre, lo que mas lo
representa es la palabra protector.
Por favor, entendamos que, al decir padre, estoy
refiriéndome a alguien al que le puedo entregar mi corazón, que
mis ojos miren por sus caminos y sus razones pasen a ser las
mías (recordemos a Salomón en Proverbios 23:26 y 4:10). No
confundamos la dependencia legal u organizacional de lo que
significa paternidad, ya que esto ha hecho un tremendo daño y ha
desfigurado el diseño del Señor, trayendo desalientos, pérdidas de
tiempo, despropósitos y confusión a generaciones completas.
73 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Es importante que quede claro que es necesaria la
organización, pero no como modelo, sino como un aporte al
modelo en sí. Cuando la organización pasa a ser el modelo, se
remplazan los roles de padre e hijo, por el de presidente y
subordinados, etc., etc., y esto nada tiene que ver con el modelo
que ha quedado establecido desde la misma creación y, al no
existir la relación de padre a hijo, la misma esencia de Dios se
disuelve. Nunca jamás, debemos perder de vista, que Dios ha
asentado todo su plan sobre la relación de padres a hijos.
Este tipo de “paternidad” (la organizacional), que no lo es,
pero que muchos así la llaman, jamás llevará a la persona al
cumplimiento del propósito, ya que se tiene por mas sublime lo
organizacional que lo relacional. También muchos confunden una
buena relación con la paternidad, tener buena relación con
autoridades ministeriales no alcanza. El modelo es la paternidad
bíblica que transfiere. Querer disfrazar cualquier otro tipo de
relación o modelo, sólo traerá resultados alejados del verdadero
propósito divino.
La paternidad bíblica es pura y preciosa y lleva al hombre al
progreso y crecimiento en el propósito y, sobre todo, tiene
continuidad en las generaciones que siguen, es la única que puede
transferir la vida y carácter de Dios, de otra manera eso es
imposible. Las imitaciones solo distorsionan y desvían del plan
original.
Ahora es el tiempo, antes de que venga el día del Señor,
para reaccionar a ser paternizados y a paternizar.
Con toda la luz que hoy se tiene no deberían existir
ministros sin paternidad, la cual es lo único que les ayudará a ir
más allá de ellos mismos, de lo contrario, se quedarán estancados
74 | P á g i n a
UN PADRE TE POSICIONA
en niveles que Dios nunca planeó, se enredarán en pecados que
hasta ni le parecerán pecados, estarán desprotegidos y quién sabe
qué transmitirán. En cambio, la paternidad bíblica, los posicionará
en niveles inimaginables que darán una altísima honra a Dios.
Jonatán, en una etapa de su vida y ante una situación
compleja que se vivía en el reino de su padre –Saúl-, se vio en la
necesidad de hacer un pacto con David, quien no era rey todavía.
El motivo del pacto, fue que David tuviera misericordia de su casa
cuando Dios le entregara a sus enemigos, sabiendo Jonatán, que
el peor enemigo de David era su propio padre (Saúl). Pero
Jonatán, había entendido la unción sobre David y eso le daba
plena seguridad de que sería quien reinase Israel. Y en ese pacto,
se comprometió a guardar la vida del hombre de unción. En
realidad, estaba más comprometido con la unción y el plan de Dios
que con su mismo padre. Y el rey no se olvida de estas cosas.
Pasan los años, el reino es sacudido y Jonatán
pierde su vida en la batalla. El tiempo continúa pasando, David
llega al trono de Israel, y un día se recuerda del pacto con Jonatán
y pregunta a sus servidores si había quedado alguien de la casa
de Saúl para hacerle misericordia por el pacto con Jonatán. Al
instante, le avisan de Mefi-boset y el rey lo hace traer. Imaginemos
el terror de este varón al ser llamado por el rey; ya que sabía que
por alguna virtud no lo estaba llamando, porque desde los cinco
años se había quedado inútil de sus piernas, entonces… ¿para
que podría serle útil al Rey? Seguramente, lo único que pensó, fue
en algún rencor del rey con quien había sido su peor enemigo,
Saúl su abuelo. Pero el rey lo llama y le dice: “No tengas temor,
porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de
Jonatán tu padre” 2 Samuel 9:7..
75 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
¡Qué sorpresa para este varón! tantos años de inutilidad, de
frustración de ser un perdedor y no poder llevar adelante como
quisiera los sueños para su hogar y, de repente, con toda su
indignidad e inutilidad, se entera de algo que lo sacudió entero: su
padre, Jonatán, había hecho un pacto con quien hoy era el rey. Y
el rey le dice: no te necesito en ninguna área de mi reino, ya tengo
a los mejores, no he encontrado ninguna habilidad, ni virtud en ti,
no tienes influencias sobre los grandes, ni poder, ni riqueza, pero
he recordado algo que me ha hecho llamarte, algo que me ha
hecho tomar la decisión de devolverte las tierras de Saúl y, que al
igual que uno de mis hijos, comas en mi mesa real y de ponerte en
marcha una empresa con treinta y seis empleados que se ocupen
de enriquecerte. He recordado que tu padre hizo y guardó, un
pacto conmigo. Sólo por el pacto de su padre Mefi-boset pasó a
ser un favorecido, en gran manera, por el rey.
Podemos encontrarnos como Mefi-boset, con una historia
de pérdidas y derrotas, con incapacidades e inhabilidades,
podemos encontrarnos en lo más bajo de nuestra autoestima, pero
si tenemos un padre de pacto con el Rey, sólo por ese hecho y
nada más, el Rey tomará la decisión, de posicionarnos como el
más digno de su reino, por lo tanto, no importa mucho qué tienes o
qué eres, como quién es tu padre. Tener un padre de pacto con el
rey, te llevará al favor del Rey. El Rey hará memoria del pacto de
tu padre y por esa razón te llamará a la mayor dignidad. De igual
manera tu pacto con el Rey llevará a tu próxima generación, a tus
hijos, a ser llamados por el Rey, a la vida de mayor dignidad.
Siempre, la paternidad de un hombre de pacto, te hará vivir
como un príncipe, siempre te beneficiará. La paternidad de un
hombre de pacto siempre funciona en posicionar a los hijos, y
cuando digo funciona, lo digo consciente de que, aún con los
incrédulos, la paternidad lleva a los más altos lugares.
76 | P á g i n a
UN PADRE TE POSICIONA
José, en Génesis 45:8 dijo: “Dios, que me ha puesto por
padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por
gobernador en toda la tierra de Egipto”. Este varón fue un
hombre de pacto con Dios, se guardó siempre para Él. Y Dios le
puso como padre de faraón, siendo lo más asombroso, que la
paternidad de José hizo que Dios favoreciera a faraón. Dios
posicionó en alta dignidad, al faraón, por la paternidad de José.
Dios es el que puede darte la paternidad sobre faraones y
naciones y a su vez, ponerte bajo la paternidad de un Jonatán,
varón de pacto. Ruega a Dios para que te dé por padre de aquél al
que quieras hacerle bien y para que te dé un padre, como lo hizo
con faraón, que sea un varón de pacto, al igual que Jonatán. Esto
te permitirá alcanzar la mas alta dignidad del Rey.
.
77 | P á g i n a
CAPÍTULO 12
UN PADRE TE BENDICE
En la apasionante historia de Isaac, Rebeca, Esaú y Jacob
podemos encontrarnos con muchos hechos dignos de imitar, pero
también, con muchos otros que deben ser un ejemplo para no
repetir. Si bien esta era una familia que estaba en el propósito de
Dios, que conocía la voluntad de Dios para con ellos y sus
descendientes, no por eso fue una familia perfecta; al contrario, fue
una familia con serios problemas de relación entre ellos, lo que les
trajo muchas dificultades, a medida que los años iban pasando.
Ahora, si prestamos atención al relato bíblico, para descubrir
cuál fue uno de los mayores problemas por los que pasó esta
familia, descubriremos que tiene que ver con el hecho de obtener
la bendición del padre. Todos, en esa familia eran conscientes de
lo que significaba recibir la bendición de su padre. Rebeca conocía
el plan de Dios para con su hijo Jacob pero, por la falta de
comunicación y el descontrol que había en la relación con su
esposo e hijos, tramó un engaño que si bien dejó a Jacob con la
bendición del padre, a ella le costó un alto precio ya que nunca
más pudo ver a su hijo preferido -además de haber traído un gran
dolor a toda la familia.
Hasta Esaú, quien vendió sus derechos de primer hijo, tenía
bien en claro lo que significaba que su padre lo bendijera, razón
por la cual se enojó y angustió tanto cuando Isaac, por engaño,
bendijo a Jacob. “Cuando Esaú oyó las palabras de su padre,
clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le
dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. Y él dijo: Vino tu
hermano con engaño, y tomó tu bendición… ¿No tienes más
79 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí,
padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.” Génesis 27:34-35 y 38.
Está claro que el medio que usaron para cada cosa no fue el
que edificó la familia, sino más bien el que la desunió y arruinó;
pero es de exaltar la tremenda importancia que tenían las palabras
de bendición que podía dar un padre. Toda una familia peleándose
para que un padre los bendijera. Vuelvo a repetir: muy mala la
forma de manejar este asunto, pero ¡qué tremendo valor tenía para
ellos una palabra del padre!
Ahora, cuando volvemos a nuestros tiempos, nos
encontramos con una casi desaparición de la imagen del padre en
los hogares, ministerios y, aún, en instituciones enteras. Y no sólo
eso de que se ha perdido o desfigurado la imagen paterna, sino
que, para la gran mayoría, de poco sirve la bendición paternal. Hay
quienes, si se les pregunta al respecto, en frío, podrán decir que
valoran mucho esto, pero basta con que algo no sea como ellos
pretenden para querer abandonar la casa, sin importarles ya el
envío o bendición paterna. Algunos piensan que era otra cultura, y
demás argumentos, pero los que hemos nacido de nuevo tenemos
una cultura que tiene que ver con el Reino de Dios y, dentro de ese
Reino, la bendición del padre es determinante para el futuro del
hijo. El querer deshonrar al padre, al no esperar el envío o la
bendición, acorta la vida en la tierra, y hace perder y malgastar
todo. En el Reino de Dios, sólo en la casa del padre o bajo el envío
y bendición del padre se irá adelante en el propósito divino. Todo
lo demás no pertenece a este Reino ni es la manera en que Dios
cumplirá su propósito.
Ya Abraham, el padre de la Fe y el amigo de Dios, tenía
bien en claro lo que significaba la bendición de un padre. Abraham
tenía todo como para creer que no necesitaba que alguien lo
80 | P á g i n a
UN PADRE TE BENDICE
bendijese, pero él era consciente de lo que esto significaba, razón
por la que tomó sus diezmos, en actitud de reconocimiento al
hombre de ministerio de esos días, y en actitud de plena humildad
hacia su padre y cobertura espiritual le entregó sus diezmos al
haber recibido la bendición de ese padre, para así continuar bajo
todo el respaldo del cielo. “Entonces Melquisedec, rey de Salem
y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo,
diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los
cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que
entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos
de todo.” Génesis 14:18-20.
Jacob mismo, aun con toda su inmadurez y el problema en
el que se había metido, no salió sin el envío y bendición de su
padre: “Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó
diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate,
ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma
allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre. Y el
Dios omnipotente te bendiga, y te haga fructificar y te
multiplique, hasta llegar a ser multitud de pueblos; y te dé la
bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que
heredes la tierra en que moras, que Dios dio a Abraham. Así
envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de
Betuel arameo, hermano de Rebeca madre de Jacob y de
Esaú”. Génesis 28:1-5. Irse de la casa del padre sin la bendición,
era fracasar, sufrir y quedar fuera del propósito.
Dios no cambia, Él es el Dios Padre y sólo cuando
encuentra un hombre con corazón paternal e hijos que honren el
rol paterno y sus bendiciones, es cuando Él mismo puede pasar
sin impedimentos y hacer efectivas todas las buenas palabras que
se encuentran en sus promesas.
81 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Con respecto a Moisés: en la tierra en la que él estaba no
había una autoridad ministerial o espiritual de acuerdo a su fe, por
lo que el mismo Dios lo tiene que enviar; pero, por otro lado,
Moisés sí tenía a alguien que estaba sobre la casa en sí, como
autoridad, y este era su suegro Jetro, y como en Moisés estaba
bien claro el principio de irse bajo bendición, luego de que Dios
habla con él, se vuelve a su suegro, le cuenta a medias, lo que
haría, recibe la bendición y el envío, y luego se marcha: “Así se
fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y
volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún
viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz.” Éxodo 4:18.
Un hijo del Reino, más con la luz que existe en estos
tiempos, jamás debería atreverse a moverse o vivir sin la bendición
del padre. Toda la gracia y cobertura del cielo se derrama, siempre
primero, desde la cabeza y va descendiendo por todo el cuerpo,
Salmo 133:1-2.
Si no fuera porque uno lo vive a diario, sería casi imposible
de creer que un llamado al Reino tenga tanta oscuridad en su
mente como para no darse cuenta de que, el irse de una casa, sin
ser enviado en paz, es desvirtuar al mismo Dios y su plan. Gente
que entiende que Dios quiere usarles, pero que al no valorar el
envío y la bendición paternal, lo hacen cuando quieren y como
quieren (hasta con divisiones), sólo para arruinarse y arruinar las
almas. Cuántas de estas personas están buscando en la Biblia a
alguien que se haya ido sin el envío paternal, para auto
respaldarse en sus propios argumentos en vez de disfrutar las
gloriosas y variadas enseñanzas que la Biblia tiene en lo que
respecta al envío y la bendición del padre.
¿Cómo puede existir gente que ejerce presión para que se
lo envíe, y si no se los envía se enojan y se van lo mismo a hacer
82 | P á g i n a
UN PADRE TE BENDICE
su propia obra, creyendo que es lo mismo ser enviado que no
serlo? ¿Qué creen que transmiten a su descendencia? ¿Cómo
podrán dejar pasar a través de ellos la imagen de Dios, el Padre, si
ellos no honraron la imagen del padre, y aun más, justifican su
deshonra?
Jesús mismo no comenzó su ministerio poderoso sin antes
someterse ministerialmente a Juan, declarándole cuando fue a
hacerse bautizar: “… Deja ahora, porque así conviene que
cumplamos toda justicia” Mateo 3:15; este cumplimiento de
“toda justicia” fue lo que agradó a su Padre, el cuál declaró o lo
bendijo con las siguientes palabras: “Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia” Mateo 3:17. Ahora sí, Jesús por
haberse sometido al ministerio que estaba funcionando en Israel
con Juan, sin saltarlo aun siendo el mismo Mesías, y con la
bendición del Padre pudo haber iniciar su propio ministerio el cual
contaba con todo el respaldo del cielo.
Existen también personas que para apaciguar su conciencia
tratan de buscar la bendición de “algún padre famoso” que ni
siquiera los conoce; en muchos casos sólo para su propia
confusión y de quienes le siguen. Un padre debe conocer a quien
bendice; el apóstol Pablo tenía bien claro esto y le aconseja a
Timoteo que no hiciera imparticiones ministeriales, que no pusiera
en acción a ministros, que no pusiera su dignidad, que no enviara
a alguien a la obra si en verdad no lo conocía, 1 Timoteo 5:22. Hoy
se hace, y parece que todo es lo mismo; pero son sólo manchas
en la pureza del evangelio de Jesucristo. También Pablo le
aconseja a su hijo Timoteo -en el pasaje ya mencionado- y finaliza
diciendo: “Consérvate puro”.
Un padre debe conocer dos cosas para bendecir a su hijo.
Primero, el propósito y plan de Dios y, segundo, al mismo hijo.
83 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Hoy existe en la tierra un avivamiento del ocultismo, por
razón de que la gente quiere que le digan que le va a ir muy bien
sin que sus acciones, en el diario vivir, se vean comprometidas. Es
decir, “hago cualquier cosa, total después alguien me dice lo
bueno, eso me ocurre y listo”, y uso el ejemplo del ocultismo
porque para Dios es lo mismo que la rebelión: “Porque como
pecado de adivinación es la rebelión” 1 Samuel 15:23, y la
rebelión a la que se hace referencia en este pasaje, justamente,
tiene que ver con querer recibir lo bueno de Dios, haciendo las
cosas como a cada uno le parece. Pero, en el reino de Dios existe
una ley muy diferente de la que creen que existe en el reino de la
rebelión; en el Reino de Dios el principio es: “No os engañéis;
Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará.” Gálatas 6:7.
¿No verá Dios a quienes actúan y viven bajo rebeliones
para, luego, respaldar las palabras de aquel que los bendice?
Nunca nos imaginemos tal cosa; su Espíritu dice: “…los ojos de
Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a
favor de los que tienen corazón perfecto para con él” 2
Crónicas 16:9. Un padre que conoce a su hijo o un hijo que se
dispone para que su padre le conozca, serán en quienes se hará
notorio el respaldo de Dios, según las palabras que se hablen o se
reciban.
La paternidad no significa imposición de ninguna de las
partes; la paternidad es entregarle voluntariamente el corazón a un
padre para que cumpla su rol como tal, y disponerse, como hijo
amado, a dar honra al padre, siendo un vivo reflejo de la imagen
de Dios en la tierra.
En los últimos años de su vida, Jacob, dándose cuenta de
que iba a abandonar la tierra, llama a sus hijos para bendecirlos.
84 | P á g i n a
UN PADRE TE BENDICE
En esa bendición, él los va mencionando a cada uno y relaciona lo
más marcado de su carácter, revelado por los hechos mismos de
cada uno, con el resultado del futuro que les esperaría. Es
realmente digna de estudiar esta bendición paternal, ya que nos
permite ver cuán significativo es conocer a quienes se bendice y
de qué manera el carácter, que marca la vida de la persona,
influirá en su futuro.
*“Rubén era el primogénito y debía haber heredado poder y
gloria, pero debido a su pecado perdió la bendición de su
nacimiento (Gn 35.22; 1 Cr 5.1–2). Simeón y Leví eran hijos de
Lea, y ambos eran crueles y egoístas como se ve en el crimen de
asesinar a los hombres de Siquem (Gn 34). Más tarde la tribu de
Judá absorbe a los descendientes de Simeón (Jos 19.1) y Leví
viene a ser la tribu sacerdotal (¡qué gracia!) no teniendo heredad
en sí misma. La declinación numérica de Simeón se ve al
comparar Números 1.23 (59.300) con Números 26.14 (22.200).
A Judá se le identifica con el león, la bestia real; porque de
Judá vendría el legislador (Cristo), como también los reyes
piadosos de Israel. Jesús es el León de la tribu de Judá (Ap 5.5).
El versículo 10 predice que Silo («el que da descanso», Cristo) no
vendría si no hasta que Judá haya perdido su reino y sin duda esto
se cumplió cuando Jesús nació. Los versículos 11–12 prometen
grandes bendiciones materiales a Judá. Zabulón se extendería
desde el mar de Galilea hasta el Mediterráneo, de aquí su
conexión con las naves. A Isacar se le pinta como un siervo
humilde para otros, dispuesto a llevar sus cargas para que
pudieran disfrutar de descanso, antes que resistir y tener libertad.
A Dan se le relaciona con la serpiente y el engaño. No sorprende
que la idolatría en Israel empezara con Dan. Gad significa «una
tropa» (30.11) y se le enlaza con la guerra; a Aser con riquezas, en
especial la clase que agradaría a un rey. A Neftalí se le compara
85 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
con un venado dejado libre y se le promete que sabrá cómo usar
lenguaje poderoso; véase la victoria y el canto de Barac y Débora
en Jueces 4–5 (nótese 4.6).
La bendición a José es la más larga. Es rama fructífera,
atacado por sus hermanos, pero al final victorioso. Jacob da a José
una variedad de bendiciones, materiales y espirituales, y le
asegura la victoria final a través del Dios de Israel. José es príncipe
«entre sus hermanos» (final del versículo 26). A Benjamín se le
compara con un lobo que captura la presa que persigue y luego
disfruta de ella por la noche. El rey Saúl vino de esta tribu y fue un
conquistador; Saulo de Tarso, que llegó a ser el apóstol Pablo,
también vino de Benjamín”. (*Wiersbe, Warren W., Bosquejos Expositivos de la Biblia,
AT y NT, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, c1995.)
Jacob vivió unos 147 años, y en sus últimos momentos, por
los años y su enfermedad, estaba bastante débil físicamente, lo
que haría parecer que ya no podría influir mucho en la vida de sus
hijos o por lo menos, aparentemente, ya no podría hacer muchos
por ellos. Esta sensación es la que a menudo tiene la gente: la de
pensar que alguien anciano, enfermo y cargado de años tiene poco
para hacer en su vida; pero, por lo visto en este y otros casos, es
sólo una sensación que nada tiene que ver con la realidad cuando
se trata de un padre. En el rol del padre que conoce a sus hijos,
existe una autoridad dada por el mismo Dios para marcar con
palabras el camino hacia el destino de Dios para los hijos. Ese
padre puede estar muy débil, enfermo y lleno de años, pero a su
vez, fluir a través de él una palabra llena de la gloria del Dios
Todopoderoso.
Está claro que nuestro accionar en la vida traerá sus
resultados, pero no debemos subestimar el poder para marcar el
camino hacia la bendición de Dios que un padre tiene.
86 | P á g i n a
UN PADRE TE BENDICE
Siempre que hablamos del padre, lo estamos haciendo de
un padre de propósito, ya que uno que no está en el propósito sólo
transmitirá error en lo que respecta vivir para el plan de Dios. Aquí,
Jacob venía heredando palabras de propósito, y transmitió esas
mismas palabras a sus hijos que, aunque con muchos errores, se
convirtieron en aquello para lo cual habían nacido: una gran nación
que daría a luz a “la simiente de Abraham” para bendecir a todas
las familias de la tierra.
.
87 | P á g i n a
CAPÍTULO 13
VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES NOS
ASEGURA EL RESPALDO FINANCIERO DE
DIOS
"sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder
para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a
tus padres, como en este día." Deuteronomio 8:18
Este pasaje de las escrituras en Deuteronomio puede ser
dividido en tres partes para entenderlo mejor, siendo la primera:
“sino acuérdate de Jehová tu Dios”. Esta advertencia tenía el
objetivo de mantener fresca la memoria, para que no se olvidaran
de lo que Dios les había enseñado en generaciones anteriores; en
realidad, no era sólo recordar que existía un Dios, sino tener
presente cada detalle de lo que Dios esperaba de ellos. El por qué
debían mantener vivo y presente lo aprendido, es lo que responde
a las otras dos divisiones que hacemos del pasaje. La segunda es:
“porque él te da el poder para hacer las riquezas”. Tenían que
tener bien presente lo que Dios les ordenó, porque de esas sabias
ordenanzas salían las enseñanzas que los capacitarían y
favorecerían para poder progresar en la tierra. Creer en el
progreso, sin obedecer u honrar a Dios, es independizarse del
Creador, tal cual lo hicieron Adán y Eva; y ya sabemos el resultado
que trajo. Tercera parte: “a fin de confirmar su pacto que juró a
tus padres, como en este día.”. Vimos que el objetivo de
acordarse era progresar, pero el fin de acordarse y progresar es
que Dios pueda cumplir de generación en generación lo que había
prometido a los padres; es decir, a nuestros antecesores.
Lo maravilloso de todo esto es -les estaba diciendo- que si
ellos tenían en cuenta a Dios como lo tuvieron en cuenta Abraham,
89 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Isaac, Jacob, etc., etc., podrían vivir bajo los mismos, y aún
mejores resultados que sus mismos padres. Los padres entraron
en un pacto con Dios, lo que significa que se relacionaron
comprometidamente con lo que Dios les mostró que iba a hacer,
por eso el mismo Dios les prometió cosas gloriosas. Ahora, si ellos
mantenían el mismo compromiso que sus padres, vivirían bajo los
hechos gloriosos que les habían sido prometidos a muchas
generaciones anteriores. Para que nos quede claro: Dios demanda
a cada generación vivir bajo el pacto de sus padres.
Hoy en día, en pleno siglo XXI, estamos en la misma
condición y deber en lo que respecta al vivir bajo el pacto de
nuestros padres, y cuando digo el pacto de los padres me estoy
refiriendo a dos tipos de pactos que tenemos que tener bien
presentes para no desviarnos, por nada, del plan Divino.
Primer tipo de pacto: es el pacto demandado por Dios a los
padres. Es todo aquello que en el pacto entre Dios y el padre
queda establecido como fundamento del mismo.
Segundo tipo de pacto: es el ofrecido, es decir, aquello que
un padre ofrece, y que no ha sido establecido por el mismo Dios, lo
que ha ocurrido en algunos casos como los que se mencionan en
el capítulo “El mandamiento del Padre” acerca de la condición de
no beber, sobre Juan el bautista (provenía de Dios). A Jesús no se
le dice nada de esto; pero sí a los Recabitas, que eligen
abstenerse, no por una orden general de Dios, sino de su propio
padre.
Entonces, nos queda bien definido el hecho de que existen
dos tipos de pactos de padres. El de Dios con el Padre (que el hijo
está obligado a guardar). Y el del Padre (que el hijo se verá
obligado a guardar, si el padre se lo pide).
90 | P á g i n a
VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES…
Esto, de igual manera en el presente, deberá regir nuestras
vidas, ya que según Gálatas 3:7, los que somos de la fe, estamos
bajo la paternidad de Abraham: “Sabed, por tanto, que los que
son de fe, éstos son hijos de Abraham.” y debemos vivir bajo el
mismo compromiso y pacto que Abraham. No podemos negar
esto. Ni tampoco caer en el error de los Fariseos, quienes
quedaron excluidos de la línea generacional de Abraham, por decir
(honra de labios) y no vivir bajo el mismo compromiso de Abraham.
Jesús se los dijo claramente: “Si fueseis hijos de Abraham, las
obras de Abraham haríais.” Juan 8:39.
Todo esto lo escribo para que podamos afirmar en nuestros
corazones el significado que tienen los pactos de nuestros padres
y que pueda quedarnos claro el deber que hoy se tiene de honrar a
Dios (en este caso, del capítulo 13) con nuestro diezmo, tal cual lo
hizo Abraham, nuestro padre. Debemos acordarnos de Jehová
Dios, más allá del tiempo, porque de eso dependerá el que nos
vaya bien y que lo que Dios empezó con Abraham, pueda llegar a
su fin, de ver a todas las familias de la tierra benditas.
Diezmar, una de las obras de Abraham, fue el pacto de
nuestros padres. Hoy en día, los que por la fe obran como
Abraham, son llamados sus hijos y a su vez son familias benditas.
Debemos cuidar de no caer en el error de pensar, en el caso
de estar al frente de un ministerio, que el deber de diezmar es de
los “hijos” y no del “padre”. Esto parece obvio, pero más de uno se
asombraría al escuchar a ministros enseñar del diezmo y no tener,
ellos mismos, un padre de fe o “Melquisedec” en la tierra, a quien
entregarles sus diezmos y recibir su bendición. Abraham, siendo el
“padre de la fe”, no se sintió tan grande como para pensar que él
no necesitaba ir al ministro de su época y entregarle los diezmos.
91 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Ser un padre de la fe, para muchos, no exime de tener que
diezmar; al contrario, es lo que marca la grandeza. Si Abraham se
hubiera rehusado a diezmar (que es el reconocimiento a Dios de
su señorío), ¿cómo podría haber sido el padre de otros, sin torcerle
generaciones completas a Dios? Justamente, pudo ser el padre
elegido por vivir y transferir lo correcto a todas las generaciones.
Hoy, ser un hijo de Abraham significa hacer las obras de
Abraham; significa, en este particular, diezmar. “Si fueseis hijos
de Abraham, las obras de Abraham haríais.” Juan 8:39.
¿Cómo es posible que gente a la que Dios le entrega
multitudes, por su nivel, se crean que no tienen que diezmar? El
diezmo es para todo aquel que reconoce a Dios como el soberano.
No diezmar es abandonar el pacto de nuestros padres, en este
caso, Abraham; y, las bendiciones del pacto vienen cuando se vive
bajo el pacto, -ya lo vimos con Leví.
¿Es confiable darle diezmos a un pastor o ministro que se
rehúsa a tener un padre de fe al que le diezme? ¿Cómo es posible
que baje la bendición desde Abraham, por ese hombre, si no está
guardando el pacto de su padre?
En Melquisedec se puede ver la figura paterna de cobertura
sobre aquel que honra a Dios. Abraham reconoció la necesidad de
ponerse bajo esta cobertura paternal y entregarle sus diezmos. El
principio del Reino, sobre Abraham, le guardó de creerse algo
fuera de lo correcto, como para pensar que él era el elegido, el
padre, el heredero de la promesa, etc., creyéndose no necesitar un
padre o cobertura.
Padre, se le puede llamar a aquel que de su misma esencia
hace nacer a otro (un hijo). Es desde donde se origina el hijo. Este
engendramiento puede ser biológico o de fe. Por lo tanto, el ser
92 | P á g i n a
VIVIR BAJO EL PACTO DE LOS PADRES…
hijo de Abraham tiene que ver con poseer su misma esencia; es
estar formado por lo mismo que él, es ser una continuidad de su
obra; razón por la que Jesús dijo: “Si fueseis hijos de Abraham,
las obras de Abraham haríais.” Juan 8:39.
Toda la fe que hoy nos lleva a la salvación se origina en
Abraham, por lo que se lo llama el padre de la fe. La fe que
Abraham tuvo para ir a un ministro de Dios y entregarle los
diezmos, entre otras cosas, es la misma que nos lleva a Cristo. No
hay dos fes. Sólo una, según Efesios 4:5, que se origina en
Abraham, Gálatas 3:7, y que tiene su autoría en Jesús, Hebreos
12:2, que fue el diseñador y consumador.
Diezmar es una demostración permanente de dependencia
y obediencia que habla del origen de nuestra fe, del padre, del
autor y del consumador.
Isaac fue un hijo de Abraham, no sólo biológico, sino de fe,
ya que creyó lo mismo que su padre y se condujo bajo el pacto de
él. Supo escuchar a Dios, obedecerle, “Y se le apareció Jehová,
y le dijo: no desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te
diré” Génesis 26:2, y eso permitió que las bendiciones prometidas
a su padre le alcanzaran a él, “Y sembró Isaac en aquella tierra,
y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. El
varón se enriqueció, y fue prosperado, y se engrandeció hasta
hacerse muy poderoso. y tuvo hato de ovejas, y hato de
vacas, y mucha labranza; y los filisteos le tuvieron envidia. …
Entonces dijo Abimelec a Isaac: apártate de nosotros, porque
mucho más poderoso que nosotros te has hecho.” Génesis
26:12. Es esto, además, lo que luego se dice en Deuteronomio
8:18: “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el
poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que
juró a tus padres, como en este día”.
93 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Isaac no fue alguien que se creyó mejor que su padre para
tomar decisiones propias, que excluyeran las enseñanzas de vida
que Abraham le había dejado, sino que él volvió a abrir los pozos
de agua, abiertos por Abraham, y a llamarlos como su padre los
llamaba. Hablando figuradamente, recuperó y guardó los principios
divinos por los que Abraham había vivido, y que el enemigo había
tratado de hacer olvidar. Habló lo mismo que su padre y vivió por
ello. "E Isaac se fue de allí, y acampó en el valle de Gerar, y
habitó allí. Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían
abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos
habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó
por los nombres que su padre los había llamado. Pero cuando
los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo
de aguas vivas", Génesis 26:17-19.
.
Un padre de pacto deja pozos de agua que el enemigo tratará de
segar, pero es de hijos verdaderos y sanos volverlos a abrir,
porque es allí donde hay vida (agua) tanto para uno mismo como
para otras generaciones.
Nunca debemos entrar en la soberbia de creernos que
nuestro bien viene por quitarle a Dios el reconocimiento que se
merece o pensarnos que no tener un padre que nos dé su preciosa
cobertura, al cual se le honre, nos hará ser un modelo o padre para
las generaciones que vienen. La honra a Dios con nuestros bienes
hablará de nuestra sumisión al señorío de Él; hablará de que
permanecemos bajo el pacto de nuestros padres y hablará de que
nuestros descendientes serán poderosos en la tierra.
“Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus
mandamientos se deleita en gran manera. Su descendencia será
poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.
Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para
siempre.”
Salmos
112:1-3.
Puede leer para mayor amplitud sobre el diezmo bajo el orden de Melquisedec “El Diezmo, ¿para estos tiempos? Solicítelo a nuestro correo
electrónico.
94 | P á g i n a
CAPÍTULO 14
PATERNIDAD A AUTORIDADES
José padre de Faraón.
“Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me
ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y
por gobernador en toda la tierra de Egipto.” Génesis 45:8.
En la conocida historia de José podemos maravillarnos de la
manera en que Dios levanta a este varón de la peor condición y lo
pone a un nivel asombroso en el cual, con unas breves palabras
podemos ver la dimensión de honra que Dios le da cuando Él
mismo declara ser padre de Faraón.
Que Faraón tuviere por padre a un varón que ni siquiera era
egipcio, realmente era un milagro o un hecho para maravillarse.
José era la persona de mayor confianza, era el fiel consejero, sus
aciertos, frutos de la revelación de Dios, lo posicionaron como un
protector de Faraón y su nación.
Faraón, no sólo tenía un consejo sabio en este varón, sino
que sentía el carácter paternal que le daba seguridad y protección,
y fue por esa razón que Faraón se atrevió a entregarle con plena
seguridad tanto poder sobre su mismo reino.
Toda la historia de José contiene un gran mensaje profético
acerca de los tiempos que vamos a vivir, y de qué manera Dios va
a influenciar a las naciones a través de “padres” que en tiempos de
gran necesidad en la tierra se levantarán con revelación y carácter
paternal para saciar, proveer y dar seguridad en momentos en que
nadie la da.
95 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Debemos entender que Dios desea profundamente
influenciar a las naciones, y Él sabe que con sólo un hombre
puede impactar naciones completas; sólo que necesita encontrar a
ese hombre con el carácter paternal para Él poder poner
revelación a nivel que impacte a autoridades de alto rango.
El carácter paternal es determinante para lo que Dios quiere
hacer porque es el más fiel reflejo de su propia imagen; el no
poseer este carácter es un gran impedimento para que Dios se
refleje y, por lo tanto, toda revelación que llega a tal persona, no
provocará lo correcto en toda la dimensión de lo que estamos
viendo.
Creo firmemente, por ver el grado de necesidad en que se
encuentra la tierra, y de qué manera el hombre todos los días
inventa algo para tratar de saciarse, que es el gran momento para
que Dios levante “padres de Faraones”. Creo con todo mi corazón
que antes de que el Señor regrese, vamos a ver a hombres con
corazón de padres influenciar de tal manera a autoridades, que
naciones completas tendrán la posibilidad de ver con claridad la
manifestación de Dios.
El carácter paternal en Daniel.
Por una de las cosas que se puede caracterizar a un padre
es por la autoridad natural que posee. Un verdadero padre no es
aquel que trata de imponer su título sino aquel que con el
cumplimiento de su rol, superior al del hijo, provoca confianza,
seguridad y motivación. Daniel poseía un carácter tan paternal
que, naturalmente, y sin tener la intención de competir, estar
primero o sobre otros, su personalidad, por supuesto, influenciada
plenamente por el Espíritu de Dios, logró provocar seguridad y
confianza en quienes lo trataron o fueron autoridad sobre él. Los
96 | P á g i n a
PATERNIDAD A AUTORIDADES
cuatro gobernantes de los tres imperios bajo los cuáles estuvo
Daniel, lo honraron y lo vieron como una persona superior, de la
cuál no había que temer y a la cuál se atrevían a poner
responsabilidades muy grandes sin dudar de que el sabría
manejarlas.
Es muy marcada la diferencia entre un liderazgo carente de
carácter paternal y otro con corazón de padre. El primero, en
muchos de los casos, es movido por la competencia o el lugar que
puede obtener; el liderazgo paternal, en cambio, es impulsado por
un vivo amor y deseo de ver al otro vivir bajo los gloriosos
resultados de lo que Dios enseña, es parte del mismo anhelar que
al hijo le vaya bien. Vive para engrandecer al hijo en todos los
aspectos. El apóstol Pablo, ejemplo en lo que es un liderazgo
paternal, en pocas palabras, deja ver con mucha claridad lo que lo
movía y debe mover a un padre, diciendo: “…porque no busco lo
vuestro, sino a vosotros, pues no deben atesorar los hijos
para los padres, sino los padres para los hijos. Y yo con el
mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del
todo por amor de vuestras almas…” 2 Corintios 12:14,15. Si
estas palabras hubiesen sido dichas por un líder carente del
corazón paternal, nos encontraríamos con alguien que trata de
usar a quienes lo siguen para sacar sus propios provechos y
alcanzar sus metas. Además, cuando alguien surge bajo un
liderazgo carente del corazón de padre, puede provocar celos,
miedos y un sentido de competencia en el líder; algo que ocurrió
en la historia de Saúl y David. Si Saúl hubiera sido un líder con
corazón de padre, el éxito de David hubiera sido el suyo, pero
como esto no estaba en él, el éxito de David fue la amenaza más
grande que él creía tener en su reino. Es la gran tendencia de los
líderes que no son padres, la de usar personas, hasta que las
mismas surgen, y descartarlas una vez que las mismas han
crecido, ya que no las ven como hijos que han logrado crecer y
97 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
desarrollarse para ser la continuidad del propósito, sino como una
amenaza a su cargo o puesto.
Fue tan marcado y estable el carácter paternal en Daniel
que, aun cuando pasaba el tiempo, los gobiernos, los reinos y
sistemas políticos, él no cambiaba; y autoridades del más alto
rango se ponían bajo su consejo o dirección, en muchas acciones,
sin sentir el más mínimo miedo o amenaza. La razón de esto era
que lo que surgía en Daniel, era el carácter puro del padre.
No debemos perder nunca de vista que este carácter tiene
su origen y esencia en el mismo Dios, y que cuando uno cumple el
rol de padre, le permite a Él mismo manifestarse para hacer Su
obra gloriosa en la tierra. Mientras que, cuando no se tiene este
corazón, o no se cumple este rol, la imagen misma de Dios se
distorsiona y confunde, sin permitir que las personas vean a través
del hombre un vivo reflejo del Dios Padre.
La paternidad de Joiada sobre Joás rey de Judá
En todo lo que he escrito sobre paternidad, siempre he
girado sobre el eje del propósito de Dios de conectar a las
generaciones a través, por supuesto, de un padre, y en este caso el de Josabet y Jopada- encontramos a un matrimonio que
realmente había entendido el plan y el medio de Dios para que un
día todas las familias de la tierra fueran benditas.
En medio de un gran caos político y religioso, en donde
Atalía, la madre del rey Ocozías, ya muerto trata de exterminar a
toda la familia real para así quedarse en el trono; otra mujer,
Josabet, esposa del Sumo Sacerdote Joiada, rescata a uno de los
niños que quedaba, Joás, simiente de David, quien debía estar en
el trono y desde donde, muchos años más adelante, saldría el
Mesías, y lo esconde durante seis años. 2 Crónicas 22:10-12.
98 | P á g i n a
PATERNIDAD A AUTORIDADES
Luego, el mismo Sumo Sacerdote Joiada arma un complot contra
la reina que había usurpado el trono y que no era del linaje de
David, para sacarla y entregar el reino a Joás, quien era totalmente
inocente, por ser tan pequeño, de lo que estaba ocurriendo. El
niño Joás se habrá preguntado el porqué de tanto odio y guerra, ya
que no alcanzaba a comprender que dentro de él había algo
invisible a la vista humana, pero más que visible en el mundo
espiritual. Y era que su sangre contenía los genes de su Padre
David y por lo tanto tenía un destino marcado por el juramento de
Dios.
Muchos, al igual que Joás ignoran el hecho de que su
sangre contiene la marca genética del juramento, han sido
engendrados, espiritualmente por Dios, biológicamente por un
hombre terrenal, pero en la fe por un padre que viene de una línea
generacional que está bajo el juramento de Dios (a Abraham). Por
esto es tan importante la paternidad de fe, ya que es la que
engendra a quienes serán la continuidad de un juramento de Dios.
Joás, venía con esta genética de David y recibió la paternidad de
Joiada, ya que desde muy niño le salvó la vida y lo paternizó,
llevándolo al trono mismo, que era el propósito principal de Dios.
Casi todo el tiempo que Joás reinó sobre Judá, lo hizo bajo
la dirección de quien lo había puesto en el mismo trono y
enseñado a caminar como un rey para Dios. La paternidad de
Joiada fue llena de inteligencia y propósito y no sólo que sacó a
una usurpadora del trono, sino que le permitió a Dios continuar con
su plan transgeneracional.
Lo que Joiada hizo fue hacer nacer como rey al eslabón de
Dios para su plan con el Mesías, y es un ejemplo excelente para la
paternidad; y es el mismo sentido de la paternidad de hoy en día:
99 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
hacer nacer al sucesor que le dará continuidad a lo que Dios ya ha
empezado.
Leer esta historia nos hace tomar conciencia plena de cuán
significativa es la intervención de un padre en la vida de la
personas, en este caso, alguien que sería el rey y conduciría el
destino de miles de semejantes. Toda la vida de Joiada, en
muchos aspectos es un ejemplo paternal, pero resaltamos el
hecho de que su entrega al propósito de Dios lo llevó a ser el
padre de un rey y, mientras él vivió, ese rey condujo a la nación a
grandes cambios: “De siete años era Joás cuando comenzó a
reinar, y cuarenta años reinó en Jerusalén. El nombre de su
madre fue Sibia, de Beerseba. E hizo Joás lo recto ante los
ojos de Jehová todos los días de Joiada el sacerdote”. 2
Crónicas 24:1-2.
Lamentablemente, Joás, luego del fallecimiento de Joiada,
no retuvo la enseñanza para vivir en ella, lo que le llevó a la misma
muerte y decadencia a toda la nación.
Esta historia, con el final que tiene, deja más en claro cuán
necesario es tener un padre, no sólo por lo que la paternidad nos
puede ayudar a alcanzar, sino por todo de lo que nos puede librar,
además de permitirnos ver a otro hombre de Dios con corazón de
padre influenciar a autoridades de alto rango.
Eliseo otro padre de autoridades
“Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y
descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo:
¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a
caballo!” 2 Reyes 13:14.
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PATERNIDAD A AUTORIDADES
En la historia de Eliseo con Joás, el rey de Israel -que no
debemos confundir con Joás, rey de Judá- podemos encontrar dos
enseñanzas muy importantes para aprender más sobre paternidad.
Por el lado de Eliseo, vemos a un profeta llegando a influenciar al
rey de su época, con un corazón paternal; es decir, ejerciendo el
rol paternal de ser el consejero sano, de Joás. Fue tal el impacto
de Eliseo sobre Joás que en los momentos finales del profeta, y ya
pronto a su muerte, Joás, el rey, vino a visitarle llorando,
reconociéndole como padre y cobertura sobre la nación. Joás, al
igual que el mismo Eliseo para con Elías, usó la frase: "¡Padre
mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo!", frase
que surgía del reconocimiento y gran valor que tenía la paternidad
sobre la nación, en este caso, de Eliseo. Y es esto lo que trae la
paternidad sobre las familias, cobertura que protege y defiende al
igual que lo haría el ejército de una nación por su propia tierra.
Entendamos que la defensa de un padre tiene que ver con guardar
al hijo de todo aquello que en el pasar de los días lo quiera desviar
del propósito divino, que -repito- va más allá de la generación
actual.
La declaración de Eliseo a Elías, si bien es muy especial ya
que con una simple frase resume la paternidad de la manera más
significativa que se puede ver en la Biblia, era de esperarse ya que
Eliseo había entregado la vida al propósito de Dios con Elías y lo
conocía muy de cerca. Pero con el rey Joás era muy diferente, por
la razón de que Joás fue un Rey que no tuvo en cuenta a Dios,
hizo mal las cosas y nunca aceptó la paternidad divina sobre él;
siendo este, el segundo mensaje de esta historia: el gran peligro
que existe al no entender la doble paternidad, que está reflejada en
toda la Biblia, como algo necesario para que lo planeado por Dios
pueda cumplirse. Con David y Salomón, la doble paternidad es
visible y funcionó. David, en pleno ejercicio de la paternidad,
transmite y transfiere a su hijo Salomón todo lo que Dios quería y
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PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Dios declara que sería el Padre de Salomón para ayudarle a
cumplir con la comisión de David. También esto es visible con
Pablo y las iglesias, y en muchos lugares más de la historia bíblica.
Entender la doble paternidad, es decir, la de Dios y la del
hombre de Dios, es tener un cuadro completo de la voluntad de
Dios; no se puede obedecer a Dios, desobedeciendo a su hombre.
Ni tampoco se puede obedecer al varón de Dios, ignorando
al mismo Dios que lo ha enviado, como el caso de Joás, que tenía
un gran valor para él, el varón de Dios, pero era totalmente
indiferente al mismo Dios.
De una manera u otra, hoy, la gente cae en estos errores,
muchos dicen amar a Dios y no se ponen bajo la sana cobertura
de un hombre de Dios que les ministre, guíe y guarde en la verdad.
Que hasta en muchos casos, cuando se les quiere corregir,
responden: "que ellos obedecen a Dios y no a los hombres"; que si
bien parece una buena declaración, no es bíblica y está fuera del
contexto. En la Biblia encontramos una declaración similar en el
libro de los hechos que dice "Es necesario obedecer a Dios antes
que a los hombres." Pero, aunque similar, es muy diferente ya que,
en esta declaración se usa la palabra "antes" para marcar el orden
del deber. Es decir, que se está comprometido a obedecer la
palabra escrita de Dios, en primer lugar y, luego, si no contradice la
palabra escrita, al hombre. Pero decir: " yo obedezco a Dios y no a
los hombres" es lo que ha arruinado el plan de Dios a lo largo de la
historia, ya que es el principio de Satanás gobernando el corazón
de la humanidad.
En cambio, en otros, existe un enamoramiento y respeto
del varón de Dios, cuidando cada detalle mientras está con él y,
102 | P á g i n a
PATERNIDAD A AUTORIDADES
por otro lado, en la intimidad acepta el vivir corrompidamente, no
cuidándose del mismo Dios.
Una paternidad de Dios sin su hombre o una paternidad del
hombre de Dios sin Dios, en ambos casos es una paternidad
incompleta. Pero cuando el hombre se pone bajo la cobertura de
de un varón de Dios, obedeciéndole y del mismo Dios, para confiar
y ser guardado, entra en lo perfecto y planeado por Dios que, a su
vez, está resumido en Cónicas 20:20: “Creed en Jehová vuestro
Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis
prosperados.”
Es mi gran deseo que cada persona que lee estas historias
pueda adquirir un corazón de hijo que entienda el poder de la
doble paternidad y que se convierta en un padre que guarde y
proteja a sus hijos al nivel de un ejército llegando a influenciar a
autoridades en todos los estratos para que, a través de ellos,
naciones completas se conviertan al Dios vivo.
“Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,
Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a
todos los que han de venir, Y tu justicia, oh Dios, hasta lo
excelso”. Salmo 71:18 y 19.
.
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CAPÍTULO 15
UN PADRE TE DOBLEGA
Si existe algo más conmovedor en la Biblia es ver la
paciencia de Dios para con su pueblo: Israel. Cada vez que uno
se sumerge en los detalles de esta historia, queda asombrado y,
muchas veces, sin palabras, al ver la manera en que Dios soporta,
espera y trata a una nación tan insignificante, comparada con
muchas otras, como lo era Israel.
Ahora, si tratamos de encontrar el motivo veremos uno muy
sencillo, Israel era su hijo: "Jehová ha dicho así: Israel es mi
hijo, mi primogénito”. Éxodo 4:22. Este era el gran motivo por la
cual Dios nunca desistía, sino que seguía adelante, soportando,
sufriendo y aun perdiendo. Israel era su hijo, su esencia, su reflejo,
su imagen. Dios no podía desentenderse, no podía dejarlos y
empezar de nuevo; para Dios no era una cuestión de poder
dejarlos -está claro que él podía- era una cuestión de sentimientos,
emociones, vida y propósito: "Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y
el Señor se olvidó de mí. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a
luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre?
Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en
las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí
están siempre tus muros". Isaías 49:14-16.
Para que entendamos la dimensión del amor paternal, Dios
declara que es mayor al amor que una madre puede sentir por
quien ha salido de su misma humanidad. No es fácil de entender
que existan madres que aun dando a luz un hijo de su mismo ser,
pueden olvidarlo o abandonarlo. Pero existieron y existen. Dios
dice que aunque esto ocurra entre los seres humanos, no es lo que
ocurre en su caso. Cuando se trata de un hijo, se trata de Él
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PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
mismo, se trata de algo que no se puede borrar de su ser, que
conmueve todas sus entrañas. “¿No es Efraín hijo precioso para
mí? ¿no es niño en quien me deleito? pues desde que hablé
de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis
entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él
misericordia, dice Jehová.” Jeremías 31:20.
Muchos se pueden confundir en el trato de Dios para con
sus hijos, pareciera que hasta deja de ser justo en algunas
ocasiones; pero, para no confundirnos y llegar a pensar esto
deberemos tener más que claro que Dios no trata a sus hijos
basándose en lo que ellos se merecen, sino en lo que ellos
significan. Es imposible medir a Dios en sus hechos por justos o
injustos. Dios es justo y misericordioso. Tiene piedad, compasión,
se conmociona, no paga conforme a la maldad, "No ha hecho con
nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado
conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los
cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre los
que le temen." Salmos 103:110 y 111, todo lo espera y calla de
amor. "En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion,
no se debiliten tus manos. Jehová está en medio de ti,
poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de
amor, se regocijará sobre ti con cánticos." Sofonías 3:16 y 17.
Todo lo que Dios hizo, hace y hará por sus hijos será
movido sólo por el profundo amor paternal que por ellos tiene. Vea
sino el tan usado Salmo 103:10-13 y se dará cuenta que todo lo
que impidió a Dios pagarle como se merecían por sus maldades,
era el hecho de que por su amor paternal los trataba como a hijos:
“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como
la altura de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su
misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el
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UN PADRE TE DOBLEGA
oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras
rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, Se
compadece Jehová de los que le temen.”
Muchas cosas en la actualidad son aceptadas por nosotros
por el hecho de que están en la Biblia, pero para quienes vivieron
en aquellos días; por ejemplo, los de David, habría cosas casi
imposibles de aceptar: ver la manera como es tratado Saúl por el
profeta Samuel, cuando es desechado para ser rey por una
desobediencia grave, pero no más grave, al juicio humano, que la
de David.
Ahora, si leemos las escrituras escudriñándolas, veremos lo
que Dios era para Saúl y lo que significaba para David.
Saúl fue un hombre con una gran oportunidad, no sólo por
que fue rey de Israel, sino por que Dios se le reveló y él vio su
obrar glorioso en un tiempo. Pero, para él, Dios nunca significó
más que un Dios que lo podía ayudar a continuar en el poder
político de una nación. A lo largo de su vida, no se puede ver nada
más que su interés en que le vaya bien en lo que a él le convenía.
Nada se dice de la relación diaria con Dios, de sus oraciones de
madrugada, de sus alabanzas o adoraciones verdaderas. Mucho
menos, vemos algún registro en el que Dios lo trate o declare
acerca de él como su hijo. Para Saúl, Dios nunca significó un
padre que le quería engendrar toda su esencia para que fuera su
imagen en la tierra. Por esta razón, fue que cuando Dios tuvo a
otro rey, simplemente lo cambió.
Muy diferente es la cuestión con el rey David, quien lo adoró
desde temprana edad, quien le creyó para enfrentar a un Goliat,
sólo por la confianza y amor que le tenía. David vivió para hacer
que lo que Dios quería, se cumpliera en la tierra. El corazón de
David estaba formado por el de Dios. Lo que Dios amaba, David lo
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PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
amaba, lo que Dios aborrecía, David lo aborrecía. Dios podía decir
que, en David, tenía a un hijo. David se había dejado engendrar,
tenía su misma esencia.
“Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado
un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado
para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has
guardado lo que Jehová te mandó". 1 Samuel 13:14.
Que triste para Saúl, pero que gloria para David; toda la
diferencia que pueda hacer Dios, entre las personas, es marcada
por el reconocerlo como Padre y comportarse como hijos.
Dios es conmovido, sacudido cuando alguien le declara "mi
Padre eres tú" y cuando esta declaración tiene esencia; desde el
trono se desprenden sus más firmes y gloriosas misericordias y si
no lo alcanzamos a comprender con estas palabras, leamos el
Salmo 89:20-37: " Hallé a David mi siervo; Lo ungí con mi santa
unción. Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo
fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad
lo quebrantará; Sino que quebrantaré delante de él a sus
enemigos, Y heriré a los que le aborrecen. Mi verdad y mi
misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su
poder. Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los
ríos su diestra. El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la
roca de mi salvación. Yo también le pondré por primogénito,
El más excelso de los reyes de la tierra. Para siempre le
conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él.
Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los
días de los cielos”.
Dios estaba dispuesto a todo por alguien que lo llamara
Padre. Pero no sólo que estaba dispuesto a mostrarle su ayuda,
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UN PADRE TE DOBLEGA
sino que estaba dispuesto a corregirlo y corregir a su
descendencia con tal de no abandonar sus misericordias. Y
continúa diciendo el Salmo 89: "Si dejaren sus hijos mi ley, Y no
anduvieren en mis juicios, Si profanaren mis estatutos, Y no
guardaren mis mandamientos, Entonces castigaré con vara su
rebelión, Y con azotes sus iniquidades. Mas no quitaré de él
mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto,
Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado
por mi santidad, Y no mentiré a David. Su descendencia será
para siempre, Y su trono como el sol delante de mí. Como la
luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el
cielo." Para nada estaba dispuesto a desistir con alguien que era
su hijo. Desistió con Saúl porque éste nunca lo tuvo por Padre;
pero por nada, ni aun por grandes errores, estaba dispuesto a
dejar a David ni aun por errores de generaciones futuras. Dios iba
a ir hasta el fin, si era necesario iba a doblegar "con vara su
rebelión, Y con azotes sus iniquidades pero no quitaría sus
misericordias”. Salmo 89:32-33.
Qué mejor que esta historia para encontrar la imagen y
esencia de un Padre que, a su vez, deberemos reflejar a nuestros
hijos. En Dios se nos revela el Padre por excelencia y su justo
carácter en el que se expresa: profundo amor con propósito, una
gran valoración de la relación, acciones de honra, correcciones y
disciplinas en sus tres niveles; paciencia y misericordia.
Desde el principio de la creación del ser humano, Dios se
reveló como el Padre; cuando Jesús vino, restauró la relación del
hombre con el Padre: “Más a todos los que le recibieron, a los
que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios”. Juan 1:12. Y enseñó a relacionarse con Dios como
Padre: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro…”. Mateo
6:9. La imagen del Padre en la divinidad es fundamental para que
109 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
el plan divino llegue a completarse en la tierra. Dios es un Padre, y
es imposible para alguien que no es hijo en verdad, reflejar luego
la paternidad o el carácter paternal para con otros. ¿Cómo
podemos creer que alguien que no entiende la paternidad de Dios
y del hombre pueda transmitir lo que Dios transmitió a Israel en la
historia que en principio mencioné? Sólo la esencia paternal podrá
hacer que se engendre y trate al hijo con todo lo necesario para
provocar en él lo que Dios ha planeado. No nos olvidemos que
todo el plan divino ha sido planeado desde un padre. Dios creó al
hombre para que llene la tierra de su Gobierno, pero no creó un
hombre en cada lugar de la tierra, dándole un líder que lo maneje,
sino que hizo uno y ese hombre debería convertirse en padre y a
través del engendramiento, cumplir el plan.
Dios es Padre y creó a un hombre que puede tener su
imagen y semejanza en lo que es la Paternidad. Un hombre, por
más buena voluntad que tenga, ¿cómo podrá ser alguien que
transmite lo que recibe de Dios, el Padre, si él no se convierte en
padre? Lo que un padre siente por un hijo es imposible de imitar en
todas sus dimensiones. En Israel hubo profetas que erraron el
mensaje por el hecho de que no tenían un corazón paternal sobre
la nación, algo que les hacía imposible poder hablar desde el
corazón mismo de Dios. Si la Paternidad no se mete en nuestra
vida, el mensaje de Dios con su esencia paternal se verá
distorsionado al pasar por la persona, no provocando lo que Dios
necesita que se provoque.
Si Efraín no hubiera sido un hijo de Dios, a Dios no se le
hubieran conmovido las entrañas sintiendo el profundo impacto de
amor en lo más hondo de su ser, y seguramente lo hubiera dejado
para comenzar con otros. Pero Dios era el Padre y Efraín su hijo,
por lo tanto, no obraría por lo que le parecía razonable
110 | P á g i n a
UN PADRE TE DOBLEGA
intelectualmente, sino porque el dolor de su ser le extendería las
misericordias.
Pedirle a Dios ciertos sentimientos como la misericordia, el
amor, la paciencia y demás frutos, sin ser un padre, es algo que no
tiene sustento. Recién cuando alguien se convierte en padre
(teniendo el modelo de Dios) de verdad podrá ir recibiendo y
creciendo en sentimientos y emociones que reflejen al
Todopoderoso, para formar hijos.
En la tan conocida historia de Jonás puede verse la manera
en que Dios, ante una urgencia, por la nación de Nínive, manda a
su hijo a una misión, para encontrarse con que en él no estaba el
mismo sentir; ya que Dios estaba desesperado por librar de la
ruina a miles de personas, y su profeta sólo cuidaba de su
reputación. El corazón paternal de Dios se distorsionaba en
alguien que no lo sentía así. Ahora, la historia hubiese sido
diferente si el padre de esa gente hubiera sido Jonás. Pero Dios
podría haber elegido a otro hijo profeta para que lo hiciera, pero lo
hizo con Jonás para dejarnos algunas lecciones. Una de ellas es
que Dios trató de poner su corazón paternal en Jonás, este profeta
no lo tenía; Dios lo disciplina, lo restaura al propósito y lo usa
ahora sí para que transmita lo que Él estaba sintiendo por Nínive.
Dios podría haber dejado a Jonás, podría haberlo puesto bajo
juicios o haberlo cambiado por otro. Pero Dios, al ver que aun en
un error, Jonás soportó la disciplina, lo trató como a un hijo,
doblegándolo hasta hacer con él lo que se había propuesto.
A una persona que no ha recibido la imagen y semejanza de
Dios, en la paternidad, le será muy fácil desentenderse de aquel
que Dios le ha puesto para que paternice, y que por no ser
correspondido rápidamente, se cansa e intenta con otro; pero toda
persona que tenga el corazón paternal de Dios, no se
111 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
desentenderá del hijo, sino que seguirá adelante, al igual que el
apóstol Pablo, si es necesario, sufriendo dolores de parto, hasta
que Cristo se forme en la gente que estaba paternizando. Este
apóstol estaba dispuesto a hacer que los hijos se doblegaran y no,
él, dejarlos; ¿la razón? Que no era sólo un líder de esa gente, sino
el Padre. Y un Padre te doblega.
112 | P á g i n a
CAPÍTULO 16
LO QUE SIGNIFICA TENER A UN HIJO
Cada vez se torna más apasionante escudriñar las
Escrituras con respecto a la paternidad y, a medida que
profundizamos, podemos encontrarnos con gloriosas verdades que
se revelan solo para quienes se atreven a nadar en las aguas
profundas del río de Dios.
A menudo, me toca conocer a gente que no escudriña ni
profundiza en las sublimes verdades de Dios, algo que se hace
muy notable en sus vidas, apenas se los escucha hablar, ya que
expresan -literalmente- barbaridades, y todo aquello que es
glorioso y centro de la voluntad de Dios -para ellos- es molesto y
están en contra. La falta de revelación los ha cegado y desde
afuera quieren opinar de lo que no han visto por revelación, sólo y
en algunos casos han escuchado algo.
Gente que vive sin carga y sin trabajar por el futuro de
propósito de sus hijos, gente que hasta llega a decir mal de ellos,
que se queja o que les parece que varios hijos son una
imprudencia o una falta de cordura. Y cuando hablo de esto, me
refiero tanto a los hijos biológicos como a los engendrados en la fe.
Nuestra comisión es reproducir la vida de Dios en otros,
multiplicándonos para que la tierra sea llena de su gloria, y va mas
allá de que si son mis hijos biológicos o de fe. Pensar de esa
manera, es tener el espíritu egoísta que llevó a la muerte a Onán.
Dios nos mandó a reproducirnos, transfiriendo su vida, carácter y
propósito, y nuestro deber es ese, ni se nos vaya a ocurrir
ocuparnos sólo de nuestros hijos biológicos y no de los de fe,
porque por Génesis 38:9 sabemos en lo que resulta.
113 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Jamás deberíamos tomar por poco lo que significa tener
descendencia en el propósito, debe ser nuestra alegría más
grande complacer a Dios en la multiplicación de gente obediente.
En el capítulo anterior vimos lo que significa tener un padre
y en este estamos viendo lo que significa tener un hijo, para
nosotros, para el propósito y para Dios.
No tener el espíritu de Onán, nos permitirá dar
descendencia para Dios y perder la concentración en solo aquello
que nos beneficia a nosotros mismos. La multiplicación es una
comisión, una orden, es nuestro deber, nos convenga a nuestra
cuenta o no, pero cualquiera que tiene su corazón para Dios, sabrá
cuán bello es poder tener hijos y sentirá el profundo gozo de saber
que está complaciendo a Dios. En Salmos 127:1 y 2 el salmista
miraba el propósito de Dios de construir un templo y que por una
razón divina, no pudo llegar a edificarlo; pero al ver a su hijo
dispuesto para cumplir ese sueño, declaró: “He aquí, herencia de
Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos
en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba
de ellos; No será avergonzado cuando hablare con los
enemigos en la puerta.” Salmos 127:3-5. Entendía plenamente
que Dios le había hecho heredar un hijo de propósito que sería el
que le permitiría cumplir los sueños de Dios.
Los hijos se heredan de Dios para poder, a través de ellos,
cumplir el propósito que empezó con nosotros. Todo lo que Dios
ha empezado en nosotros debe continuar hacia la próxima
generación, y ¿cómo será esto sin hijos? Por esta razón el
salmista declaró: “herencia de Jehová son los hijos”. Gracias le
daba a Dios por ese hijo que le permitía seguir adelante con su
sueño, y fue allí, en medio de esta alta alabanza, que el Espíritu
114 | P á g i n a
LO QUE SIGNIFICA TENER A UN HIJO
Santo usó sus palabras para revelar lo que un hijo significa para un
padre, diciendo: “Como saetas en mano del valiente”, es decir,
el salmista declaraba: que de la misma manera en la que podía
golpear a sus enemigos con una flecha direccionada y lanzada, la
cuál llegaría hasta donde él no podría llegar, así de esta manera,
iban a llegar sus hijos a golpear a los enemigos de Dios,
alcanzando el propósito que él no había alcanzado a cumplir.
Isaías, como hijo de Dios, también se comparó a una saeta
para golpear a los enemigos del Señor “y me puso por saeta
bruñida, me guardó en su aljaba;” Isaías 49:2.
Nuestros hijos son nuestra proyección, son la flecha que
llega adonde nosotros no. No nos olvidemos que lo que Dios
planeó va mas lejos que el tiempo que nos toca vivir en la tierra y
que, si en nuestra aljaba no se encuentran flechas, nos será
imposible llegar.
Y agrega: “Así son los hijos habidos en la juventud”;
ésta es la clave de la efectividad de esas flechas, que hayan sido
tenidos en la juventud, es decir, las saetas o hijos van a ser muy
efectivos, cuando desde jóvenes nos dediquemos a darle la forma,
visión, carácter y propósito. No es cuestión de perder el tiempo es
urgente el ocuparse en preparar las saetas que traspasarán
nuestros tiempos e impactarán a otras generaciones.
Esta es la voluntad de Dios y esto es lo que significan los
hijos: son lo que hemos heredado para lanzar hacia las
generaciones que –personalmente- no podremos alcanzar, pero
que ellos sí, siendo esta la razón por la que el Salmista declaró
“Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos”.
115 | P á g i n a
CAPÍTULO 17
TENEMOS LA IMAGEN PARA SER
TRANSFORMADOS
En las escrituras, a través de pasajes como el de Abraham,
cuando mira las estrellas, para obtener una dimensión de aquello
que Dios le quería decir por multitud (Gn. 15:5), o cuando le hace
mirar la tierra hasta dónde más pudiera, para poseerla (Gn. 13:1417) o el de Jacob, cuando pone las varas rayadas para que, al
mirarlas, las ovejas tuvieran crías rayadas o manchadas (Gn.
30:36-38), existe una enseñanza acerca del poder que las
imágenes tienen para llevar a una persona hacia eso que ve.
Podemos decir que uno se transforma, va tomando forma o posee
aquello que contemplan sus ojos. En todo lo que el hombre se
transformó tuvo que ver con una Eva que “vio” y luego se convirtió
(Gn. 3:6). Sansón “se acercó a ver, el león que había matado” y
todos sabemos en lo que terminó (Jue. 14:8-9). La imagen tiene el
poder de entrar a nuestro ser y provocar deseos; los deseos,
acciones, y las acciones, resultados. Jesús enseñó acerca del
efecto del contemplar, sobre la vida humana, diciendo: “La
lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también
todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es
maligno, también tu cuerpo está en tinieblas”, “La lámpara del
cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo
estará lleno de luz.” Lucas 11:34 y Mateo 6:22. Y enseña que lo
que entra por los ojos tiene efecto sobre el cuerpo, y entendamos
que para que un cuerpo tenga acción, buena o mala, necesita de
un espíritu que lo impulse; por lo tanto, sacamos la conclusión de
que el mirar afecta al mismo espíritu que por el efecto de la imagen
actúa, llevando al cuerpo a acciones justas o injustas. Barclay, en
su comentario del Nuevo Testamento(W. Barclay Comentario de
117 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Mateo – Editorial Clie), explica que a este pasaje de Mateo 6:22 lo
debemos entender como que los ojos son las ventanas de una
casa, que si están limpias, van a permitir que toda la casa sea
iluminada, pero que si están sucias, le impedirán a la misma, tener
luz o claridad.
Cuando Jesús vino a la tierra, sabemos que lo hizo para
redimir al hombre y para restaurar la imagen de Dios en la tierra,
debido a que era necesario que el hombre redimido recuperara la
imagen y semejanza de Dios perdida en el Edén.
Es decir: Jesús es la imagen visible del Dios invisible entre
los hombres: “Él es la imagen del Dios invisible.” Colosenses
1:15. Es la luz que el hombre debe mirar para que su espíritu sea
alumbrado y sus acciones se vuelvan justas: “Aquella luz
verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.”,
“y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14;
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus
obras eran malas.” Juan 3:19. Mientras el hombre no deje entrar
la luz, la imagen de Dios, revelada en Cristo, jamás podrá
convertirse en la imagen y semejanza de Dios en la tierra, ya que
su espíritu, al no tener una imagen que le de forma, no podrá
impulsar al cuerpo a obras buenas y justas.
Hoy todos los que hemos nacido de nuevo somos
conscientes de lo que es necesario para convertirse en un hijo de
Dios; pero muchos ignoran de qué manera podremos vivir como
hijos amados de Dios. En 2 Corintios 6:18, el apóstol Pablo cita un
pasaje de las escrituras en el que, justamente, Dios le habla a su
pueblo mandándoles que se aparten de lo que los contaminaba
para que la relación de Padre a hijos funcionara. Ya que una cosa
118 | P á g i n a
TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS
es convertirse en hijo y otra cosa es que Dios pueda tratar como a
hijo: “Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis
hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”.
Es el gran anhelo de Dios que cada persona se convierta en
su amado hijo, para eso, el tal, debe poseer su misma esencia y
genética divina; pero para poseer esa esencia, primero deberá ser
alumbrado o deberá ver a Dios ya que mientras no vea, no podrá
poseer la imagen y semejanza. Para ver a Dios tendrá que
encontrarse con Jesús, que si bien es Dios, representa la imagen
del Hijo perfecto, en que Dios espera que la gente se convierta.
Todos los años que Jesús caminó en la tierra fue una gran
misericordia de Dios para permitirnos tener una imagen del Hijo,
que nos alumbre y nos permita convertirnos en hijos. Es imposible
ser hijos sin contemplar, primero, al Hijo. Cualquiera que pueda ver
al Hijo, no sólo que podrá ver a Dios, el Padre, si no que se
convertirá en hijo. Contemplar la imagen del Hijo nos hará poseer
la forma de hijos. No fue un capricho de Dios el hecho de que su
divinidad fuera representada por un Padre y un Hijo; al contrario,
fue lo planeado por Dios para darle al hombre una imagen clara de
aquello en lo que se debería convertir. Contemplar el carácter del
Hijo, a través de sus acciones, nos permitirá ir poseyendo su
carácter e imagen haciendo posible que Dios, el Padre, nos trate
como tales en una fluida relación.
Lo que vamos a ver a través de las escrituras, como el
modelo del Hijo, no es lo que una persona debe mirar para
convertirse y actuar así con Dios solamente, sino que es el
carácter que debe regir su vida para que también la relación que
tenga con su padre (de propósito) se convierta en una imagen que
refleje a pleno la de Jesús y que alumbre a la descendencia.
119 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Muchos de los hechos de Cristo, como Hijo, fueron
reflejados por otros varones escogidos en la relación con sus
padres de propósito; un ejemplo rápido, el de Isaac con Abraham,
cuando dócilmente se dejó llevar a la muerte o elegir quien fuera
su esposa.
Cristo es el modelo que debemos reflejar para ser hijos y
ayudar, a quienes vienen, a tener una imagen clara del ser hijos.
Por favor, lea contemplando a Jesús y su carácter en estos
pasajes de las Escrituras.
El hijo debe ser dócil a los planes de su padre en Dios
aunque sean muy amenazantes.
“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y
diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero
no sea como yo quiero, sino como tú.” Mateo 26:39.
El hijo debe ser un imitador y reflejo de su padre.
“No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve
hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo
hace el Hijo igualmente”, Juan 5:19; “Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto”. Mateo 5:48.
El hijo es enviado por el padre.
“el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he
de decir, y de lo que he de hablar. Y sé que su mandamiento
es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el
Padre me lo ha dicho”. Juan 12:49-50.
El hijo no se representa a sí mismo sino a su padre.
120 | P á g i n a
TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS
“las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan
testimonio de mí”. Juan 10.25.
.
El hijo no se complace a sí mismo.
“porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me
envió, la del Padre”. Juan 5:30.
El hijo habla lo que su padre le ha enseñado.
“Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del
Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago
por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo”.
Juan 8:28.
El hijo se ocupa de los intereses de su padre.
“Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais
que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”.
Lucas 2:49.
El hijo es un administrador de los capitales del padre y
ambos se conocen como nadie los conoce, esto habla de la
entrega
e
intimidad.
“Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron
entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino
el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el
Hijo lo quiera revelar”. Lucas 10:22; “El Padre ama al Hijo, y
todas las cosas ha entregado en su mano”. Juan 3:35.
El hijo cuida y defiende la casa de su padre.
“y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no
hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado”. Juan 2:16.
El hijo debe trabajar con el padre en los tiempos de su
padre.
121 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
“Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo
trabajo”. Juan 5:17.
.
El hijo hace lo que a su padre le agrada y por eso es
acompañado y respaldado por él.
“Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo
el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada”. Juan 8:2930.
El hijo nunca se cree mayor a su padre.
“ porque el Padre mayor es que yo”. Juan 14:28.
El hijo reconoce que su autoridad es delegada por el
padre.
.
“Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al
Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El
que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”. Juan
5:22-23.
El hijo que está bajo autoridad del padre, puede luego
delegar autoridad a otros.
“Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me
envió el Padre, así también yo os envío”. Juan 20:21.
El hijo es enviado a la misión por el padre y regresa
luego al padre.
.
“sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas
en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,”. Juan
13:3.
Contemplar y guardar cada una de las cosas que Jesús, el
hijo por excelencia, hizo y en la manera que se relacionó con el
Padre, nos traerá gran luz a nuestros ojos, los cuales darán paso
para que sea alumbrado nuestro espíritu que, a su vez, nos llevará
122 | P á g i n a
TENEMOS LA IMAGEN PARA SER TRANSFORMADOS
a las acciones justas y buenas que harán gloriosa nuestra relación
con el Padre (Espiritual, Dios, de fe, quien nos paterniza en el
evangelio, y aún biológico).
Pensemos por un momento, ¿cuántos problemas de
división, unciones auto impuestas, iglesias nacidas de rebeliones,
enfrentamientos de miembros o ministros con autoridades
ministeriales, hijos que se van de casa para hacer su propia obra,
entre otras cosas, se resolverían si cada cristiano contemplara la
imagen del Hijo en Jesús y por esa luz se dejara moldear
convirtiéndose en un hijo, según lo que para Dios significa un hijo?
Qué diferente sería todo si sólo hiciéramos caso a 2 de Corintios
3:15, que dice: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como
por el Espíritu del Señor.”.
Tenlo en cuenta, posees lo que miras y te conviertes en
aquello que han fijado tus ojos. Hebreos 12: 2 “puestos los ojos
en Jesús”. Así será que te convertirás en el hijo que honrará al
padre y que alumbrará a su misma descendencia con una imagen
clara de lo que Dios espera de ellos, lo que significará dejarles una
gran herencia.
123 | P á g i n a
CAPITULO 18
MURIENDO PARA SER PADRES
Desde el principio de la creación, el gran medio de Dios
para el cumplimiento de lo planeado fue la paternidad, algo que
se puede sostener por el hecho de que Dios podría haber creado
hombres tal como creó ángeles; pero, en lugar de crear hombres,
Él creó un hombre y una mujer, y les dio la misión de engendrar,
transferir y multiplicarse. Siglos después, vino Cristo y restauró la
condición del hombre, haciéndolo nacer de nuevo y transfiriéndole
toda su vida. De esta manera el hombre podía engendrar y
transferir esa misma vida a sus nuevos hijos en la fe.
Hoy en día todos los que nacemos de nuevo debemos
entender que existimos para lo mismo que existiera Adán –
engendrar, transferir y multiplicarse– con la diferencia, solamente
en nuestro caso, de que el proceso es espiritual.
Ahora, para que la transferencia de la Vida Divina y la
multiplicación puedan ocurrir, será determinante entender aquello
que, en realidad, será lo que nos permita transitar por este
proceso planeado por Dios.
Jesús, con muy pocas palabras, ilustró esto a lo que estoy
haciendo referencia: lo necesario para la correcta multiplicación.
A lo largo de toda la Biblia nos encontramos con historias que
tratan de marcarnos la esencia de aquello de lo que dependemos
para poder engendrar, transferir y multiplicar la vida Divina; en
otros, hasta llegar a ver bajo el Espíritu de Dios a todas las
familias de la tierra.
En el libro de Daniel cap. 3:1-30 podemos ver uno de los
milagros más gloriosos de la Escrituras; milagro que, a medida
que lo leemos, nos dan ganas de ponernos de pie y celebrar la
tan gloriosa liberación de Dios para con esos muchachos. Lea
con atención por favor:
125 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
“ El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura
era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó
en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió el
rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los
magistrados y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros,
jueces, y todos los gobernadores de las provincias, para que
viniesen a la dedicación de la estatua que el rey
Nabucodonosor había levantado. Fueron, pues, reunidos los
sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros,
consejeros, jueces, y todos los gobernadores de las
provincias, a la dedicación de la estatua que el rey
Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de
la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. Y el
pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh
pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de
la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y
de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la
estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y
cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente será
echado dentro de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al
oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del
tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo
instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas
se postraron y adoraron la estatua de oro que el rey
Nabucodonosor había levantado.
Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y
acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al
rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, has
dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la
flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de
todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de
oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un
horno de fuego ardiendo. Hay unos varones judíos, los cuales
pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia:
Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han
126 | P á g i n a
MURIENDO PARA SER PADRES
respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro
que has levantado.
Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que
trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron
traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor y
les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que
vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que
he levantado? Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír
el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del
salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os
postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la
adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un
horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre
de mis manos?
Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey
Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te
respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien
servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu
mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no
serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua
que has levantado. Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y
se demudó el aspecto de su rostro contra Sadrac, Mesac y
Abed-nego, y ordenó que el horno se calentase siete veces
más de lo acostumbrado. Y mandó a hombres muy vigorosos
que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y Abednego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. Entonces
estos varones fueron atados con sus mantos, sus calzas, sus
turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno
de fuego ardiendo. Y como la orden del rey era apremiante, y
lo habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos
que habían alzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Y estos tres
varones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeron atados dentro
del horno de fuego ardiendo.
Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó
apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a
tres varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al
rey: Es verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro
127 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir
ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de
los dioses.
Entonces Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de
fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos
del Dios Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y
Abed-nego salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los
sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del
rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido
poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus
cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni
siquiera olor de fuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo:
Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego,
que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y
que no cumplieron el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos
antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto,
decreto que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia
contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea
descuartizado, y su casa convertida en muladar; por cuanto
no hay dios que pueda librar como éste. Entonces el rey
engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de
Babilonia.”
La liberación a la que hace referencia este libro de Daniel
es, justamente, una de las historias en la que podemos ver la
esencia de lo que va a ser la multiplicación; a tal punto, que el
hecho logró desplazar al dios que habitaba en un corazón tan
orgulloso como el de Nabucodonosor –y de toda Babilonia– por el
Verdadero Dios del cielo. Si alguien mirara hoy a una nación
como la antigua Babilonia, llena de maldad, error, falsa adoración,
vanidad y miles de otros vicios, e intentara cambiar su corazón
llevándolo en pos de Jesús, lo consideraría algo imposible, más
allá de aplicar cualquier método, estrategia, poder económico u
otro recurso. Babilonia lo tenía todo, como hoy creen tenerlo
128 | P á g i n a
MURIENDO PARA SER PADRES
muchas naciones: poder político, económico, religioso y cultural,
¿cómo hacerles entender, entonces, que necesitan a Cristo?
Esta disyuntiva afecta hoy a muchos ministerios: tenemos
buenos métodos, grandes ideas, súper estrategias y, en muchos
casos, bastante dinero; sin embargo, se nos hace imposible poder
cambiar naciones gobernadas por falsas religiones alejadas de
toda vida Divina.
¿De qué manera se podrá engendrar la vida del Señor
Todopoderoso en semejantes corazones? Necesitamos el más
glorioso poder de Dios para que su maravillosa vida se plasme y
vivifique reinos enteros que, actualmente, se encuentran bajo el
imperio de la muerte. Sólo ese poder de la Vida Divina puede
contrarrestar el poder de la muerte. No existe método humano;
únicamente la misma esencia de la Divinidad es capaz de
resucitar a tales naciones. Como esta historia existen otras: la de
Moisés, Elías ante los profetas de Baal, Daniel en el foso de los
leones, David, Juan el Bautista, Jesús, Pedro, Pablo y muchos
otros que la Santa Biblia refiere. En todos ellos hubo algo en
común, en cuanto a sus vidas, y algo muy similar en relación con
los resultados, provocando conversiones en masas.
Fueron personas que no tenían grandes virtudes, muchos
de ellos no eran adinerados, algunos carecían de formación, otros
se encontraban en un contexto muy difícil –como los jóvenes de
la historia o como el mismo Jesús–, pero en todos ellos cimentó lo
necesario para provocar que la vida del mismo Dios transformara
dramáticamente a las multitudes. Todos ellos causaron tal
impacto que miles y miles lloraban arrepentidos y modificaban sus
vidas. Tenían la clave de la procreación, la transferencia y la
multiplicación; sabían hacer algo que liberaba la potencia del
creador sacudiendo naciones. Lo que sabían era una bomba para
las tinieblas, un arma con la cuál ni el Faraón más encumbrado
pudo resistir.
129 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
Si leemos las diferentes historias nos vamos a encontrar
con que ninguno de ellos se entrenó o planificó estar en esos
escenarios en los que, luego, fueron ubicados. Moisés,
combatiendo al Faraón y su poder. Jóvenes que sólo querían
adorar a Dios, tuvieron el coraje de enfrentarse con la máxima
autoridad del mayor imperio de ese tiempo. Daniel, que amaba su
comunión con el Altísimo, durmiendo en medio de leones. Un
pequeño muchachito que por obedecer el mandato de su padre
encara con coraje a un gigante como Goliat, y así todos los
demás. Gente común que, por alguna razón, repentinamente se
encontraron desafiando poderes que, ni en sueños, se hubieran
atrevido a desafiar. Personas que no tenían en sus mentes ni en
sus intenciones abordar el esfuerzo de pelear contra faraones,
leones, gigantes; no obstante, por esas cosas que sólo Dios
decide, fueron puestos en situaciones y campos de batalla
extremos.
Estar ante estas circunstancias no era el sueño de ninguno
de ellos; aun el mismo Señor Jesús, si hubiera podido escapar de
la tan temible hora de la muerte, lo hubiera hecho. Amenazar a
uno de los Faraones más poderosos de la tierra no fue el deseo
expreso de aquella gente. Pero hubo algo en ellos que los llevó a
la gran batalla y hubo algo en ellos que los llevó a ser liberados y
a salir victoriosos de tan aterradoras amenazas.
Nabucodonosor dijo algo que revela la clave de lo que
vengo exponiendo, y que lo podemos ver en Daniel 3:28,
“Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de
Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus
siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey,
y entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios
que su Dios.”
Satanás es muy inteligente para destruir y arruinar
métodos, planes y estrategias de quien intente meterse con él;
pero sabe que no tiene armas ni poder ni grandeza alguna ante
aquel varón o mujer que, por un apasionado amor a Jesús,
130 | P á g i n a
MURIENDO PARA SER PADRES
menosprecia su vida despojándose de la misma. Cada uno de
estos hombres que no planearon semejante golpe contra el
Infierno, pero que fueron puestos en tales escenarios causándole
una gran derrota y vergüenza al Infierno, fueron gente, que como
dije antes, no tenía ninguna virtud especial –a la vista humana–,
aunque sí era gente que no dudaba a la hora de despojarse de su
vida, familia, dinero o reputación para ponerse en manos del
único digno de toda reverencia: Jesús.
La vida que uno entrega cada día es la que Dios mismo
lleva al escenario de batalla dónde habrá de mostrarse el más
glorioso poder sobrenatural.
La época más crítica de mi vida, en la cual debí enfrentar
los feroces ataques de Satanás, en la cual me resultaba
imposible seguir adelante, fue cuando debí tomar una decisión
categórica: lo que sería la obra de Dios para conmigo. Hacia
adelante nada se veía; tampoco podía volver atrás. Entonces fue
cuando, encerrado, debí arrojarme a la vida, entregándole a Dios
mi propia integridad física en un ayuno de 40 días y 40 noches.
Cada uno de esos días fueron muerte, nada que yo supiera
servía; no había estrategia ni plan, solamente entregarme, sin
importarme ‘mi vivir’.
La entrega de una persona es lo único que le facilitará ser
llevado al plano de lo sobrenatural, dónde la misma Vida Divina
gobierna sobre la muerte, y en donde los peores poderes de
maldad quedan anulados.
Dios anhela mostrar su gloria, la que aplasta la maldad de
naciones enteras y las torna ovejas en su prado. Su ser Divino
ansía ver transformadas en hijos e hijas a las naciones. Pero para
que esto ocurra son necesarios “padres” que engendren y
transfieran esta vida, de modo que la tierra sea llena de su gloria.
La bendición del planeta se inició con Abraham, el cual,
primeramente, debió renunciar a todo, entregando al hijo de la
promesa para que Dios hiciera un padre de naciones. Las
131 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
naciones de la tierra, aun las más duras de corazón, podrán ver la
gloria del Dios Todopoderoso gracias a que un hombre, por su
muerte, decida convertirse en padre; es decir, libere la misma
esencia Divina sobre sus generaciones provocando una
multiplicación asombrosa de hijos de la Fe.
Este es el tiempo, es el gran momento para que aquellos llamados
por Dios se atrevan a dejarse llevar hasta la muerte y, de esta
manera, convertirse en padres que permitan a Dios pasar,
transformar a reyes y naciones; es el gran momento para dejar de
pensar en métodos y entregarse a ser conducidos a lo que Jesús
simplificó con un pequeño ejemplo: “Si el grano de trigo no cae
en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho
fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida
en este mundo, para vida eterna la guardará.” Juan 12:24-25
132 | P á g i n a
CAPÍTULO 19
MINAS ANTIPERSONALES
Hace un tiempo, en una noche en la cual oraba, el Señor
comenzó a traerme una ministración que pude vivirla muy de cerca
con mucha aflicción en mi corazón. En ella me remontaba a los
días de Salomón y traía a mi mente, de qué manera alguien tan
amado por Dios, entendido de su plan, sabio en cuanto a sus
deseos, esforzado y disciplinado, que llegó a construir un
monumental templo y a enriquecer a la nación como nunca antes
había ocurrido, llegaba al fin de sus días, con su corazón torcido.
La vida en esta tierra es un tiempo de oportunidad para que
cada ser humano se determine en dónde pasará su eternidad.
Llegar al fin de los días, tiene que ver con llegar al fin de la
oportunidad, allí donde Dios dice: “hasta aquí llegan tus días”; “se
ha terminado tu oportunidad”; “es la hora de rendir cuentas”. Este
tiempo debería ser un tiempo de gozo y celebración, cuando la
carrera se ha corrido con total determinación, pero cuando la
carrera se ha dejado de correr, la cuestión es diferente. Una vez
que Dios ha activado el cronómetro de la carrera en la tierra ya no
lo detendrá. Pasarán los segundos, minutos, horas, días y años y
en un momento se dirá basta. Quienes hayan corrido habrán
sacado las ventajas correspondientes; quienes se hayan quedado
o distraído o desviado del trayecto, tendrán que resignarse a la
aterradora consecuencia.
Los días finales no deberían ser días para ordenar, sino
para repasar lo que a lo largo de la vida ya se ordenó, estos días
deberían ser de mucha expectativa, ya que se está muy cerca del
encuentro más glorioso con el Dios Todopoderoso. Pero cuánto
dolor habrá en aquellas personas que tienen que enfrentarse al fin
133 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
de sus días, y darse cuenta allí, de su locura de no haber atendido
al Gran Rey.
Ahora, ¿cómo es posible que alguien que sirvió a Dios y a
su propósito, y que sobre todo su ser sintió su gloria, y además
que en varias ocasiones se encontró personalmente con Él, al
llegar al fin de sus días, tenga que escuchar del mismo Dios, que
siempre le hizo bien, las palabras más duras y dolorosas, por
causa de haberse torcido del trayecto y perdido la carrera? ¿Cómo
es posible que alguien como Salomón pudiera haber vivido lo que
vivió y que, al final de sus días, tuviese su corazón atrapado por la
mentira, la vanidad y la rebelión?
Cuánto me costó recibir la ministración del Señor y aún me
cuesta seguir leyendo pasajes de la Biblia como el siguiente: “Y
cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su
corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con
Jehová su Dios, como el corazón de su padre David. Porque
Salomón siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom,
ídolo abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo
ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová
como David su padre.” 1 Reyes 11:4-6
Nadie que empiece a leer la historia de este rey se podrá
imaginar en la manera que finalizan sus días. Pero cualquier
entendido en la paternidad, podrá darse cuenta de qué manera, la
tragedia crece en la vida del Rey.
Está claro que el problema visible y aparente raíz de los
males de Salomón, fueron sus mujeres extranjeras, es verdad, que
la Biblia dice que ellas inclinaron su corazón. Pero esto, no es toda
la verdad. A Salomón se le había dicho, expresamente, qué cosas
no debía hacer y qué cosas debía hacer. Él no era un ignorante,
134 | P á g i n a
MINAS ANTIPERSONALES
era conocedor de lo que le podía hacer bien o mal. Por lo tanto,
algo tuvo que pasar dentro de él, para ir dejando ganar su corazón
por lo que sabía que no debía hacer.
Y si uno sigue leyendo, en el mismo versículo cuatro, podrá
ver que el problema más profundo se hace visible saliendo a la luz,
en Salomón, un corazón que se había desalineado con el de su
padre David. Este es el punto principal para el fracaso ante el
pecado y tiene que ver con una soberbia muy sutil, que va
instalándose en el corazón de los hombres. Dejar de razonar como
el padre, pensar que la razón de uno mismo es superior a la del
padre. En muchos puntos de su vida, Salomón permitió que lo que
a él le parecía correcto rigiera sus decisiones, empezó a ver que
su padre no tenía tanta razón o que quizás su padre no estaba en
tanta sabiduría como él. Pero este es el principio del fracaso.
Cuando el hombre empieza a pensar en un grado superior de sí
mismo y cree que lo que su padre le ha transferido es menos
sabio, se engaña peligrosamente, porque Dios no se había
basado, ni se basa, en la capacidad de la persona para hacerlo
padre, sino que esto tiene que ver con el corazón y carácter de
quien llama a que paternice.
Salomón sabía que el corazón de su padre había agradado
a Dios, sabía que en David estaba el respaldo de Dios; incluso, le
obedeció al pie de la letra en un principio y vio, él mismo, cómo
Dios lo respaldó en cada decisión que tomó conforme al corazón
de su padre. Pero en el mismo instante que descuidó el corazón de
su padre, con el que debía medir el suyo, toda la vida de este rey
comenzó a declinar y a arruinarse.
Siempre que Dios pone un padre y lo aprueba, luego usa
ese corazón como la medida para el del hijo. Es decir, Dios va a
comparar al corazón del hijo con el del padre de propósito. Y ese
135 | P á g i n a
PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
hijo no podrá descuidar, ni permitirse sentir otra cosa que la misma
de su padre. Desde el día que Salomón dejó de vivir para los
propósitos de Dios, amando en la manera que David amó y
aborreciendo de la misma manera que su padre, aquello que Dios
aborrecía, desde ese mismo instante, todo se empezó a torcer.
Salomón descuidó su corazón, permitió lo que David no
permitió, amó lo que David no amó y no aborreció lo que David
aborreció, ¿el resultado? decisiones torcidas, que lo alejaron más y
más de Dios: “y su corazón no era perfecto con Jehová su
Dios, como el corazón de su padre David. Porque Salomón
siguió a Astoret, diosa de los sidonios, y a Milcom, ídolo
abominable de los amonitas. E hizo Salomón lo malo ante los
ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como
David su padre” Reyes 11:4-6.
En la actualidad, es penoso ver cómo hombres a los que
Dios le ha entregado un pueblo, por no estar bajo una paternidad
de propósito que les marque la vida, van perdiendo la autoridad
paternal, y sin querer, toda su congregación pierde la identidad de
“hijos” conduciéndose con oposiciones, opiniones contrarias y
demás divisiones, lo que hace que el pueblo, hasta un cierto punto,
obedezca, y luego, cuando algo le parece que no encaja con sus
ideas, hace como quiere. Esto no es ser hijos, ni es paternidad.
Para paternizar correctamente, primero se debe ser hijos
amados, respetando la autoridad de un padre de propósito y, al
vivir cuidando el corazón, la autoridad del rol paterno va creciendo
y va transfiriéndose y cada uno va absorbiendo la genética de su
padre, para que el Santo Dios pueda cumplir su propósito en cada
uno.
136 | P á g i n a
MINAS ANTIPERSONALES
Es de suma importancia prestar atención a esta historia de
Salomón y a la lección que la misma contiene, teniendo en cuenta
que descuidar la línea del corazón del padre, trae pecados, ruina y
el enojo de Dios. “Y se enojó Jehová contra Salomón, por
cuanto su corazón se había apartado de Jehová Dios de Israel,
que se le había aparecido dos veces,…” 1 Reyes 11:9. Qué
tristeza que en la edad, en la cual se debiera recibir el premio por
la carrera, se tenga que recibir al Altísimo Dios enojado.
¡Cuánta gente tendrá que encontrarse con esto! No
alinearon su corazón con el de su padre, hicieron como les
parecía, erraron el blanco e hicieron enojar a Dios.
Cada hombre debe reflexionar que cualquier desvío que le
impida al Señor cumplir su plan, lo provoca y enoja. Dios ha hecho
todo para que entendamos lo planeado. No entenderlo no es su
responsabilidad, tiene que ver con el individuo, tiene que ver con el
descuido de lo divino y esto, es de temblar, trae trágicas
consecuencias.
Hace unos años estaba investigando, en internet, acerca de
cómo, en diferentes países, cientos de personas, hasta llegar a
decenas de miles, mundialmente y por año,
morían o
eran mutilados por bombas de alto poder, llamadas “minas
antipersonales”. Es muy conmovedor ver a tantos niños y mujeres
sin sus miembros, como resultado de una explosión de estas
“minas antipersonales”. Lamentablemente la mayoría de las
víctimas son niños, por la razón de que, jugando, llegan a lugares
que el común de la gente no, encontrándose -de repente- con la
muerte o con la pérdida de uno de sus miembros.
Existen organizaciones que tratan de hacer algo, para la
desactivación de estos artefactos explosivos, pero es muy lento y
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PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
costoso y también riesgoso, por lo que cada año la suma de
muertos y heridos sigue creciendo.
Dentro de lo que leí, todo me conmovió, pero hubo algo que
impactó mi atención y me hizo ver el grado de maldad que existe
en quienes, sin cuidado, ponen este tipo de explosivos, ya que son
conscientes de que aún, cuando la guerra termine, el artefacto
seguirá activo, preparado para quitar la vida de quien haga
contacto con su pie o mano.
Lo sorprendente es que, en la actualidad, existen bombas o
minas antipersonales, que fueron colocadas hace más de 40 años
y, en el presente, siguen matando y destruyendo. Es decir, esta
gente dejó una bomba para sus próximas generaciones.
Para volver a Salomón y leyendo en las Escrituras, vemos
que el enojo de Dios trajo un juicio muy doloroso para Salomón, el
rey que llevó a su reino, que representaba al de Dios en la tierra, al
máximo esplendor, a tener que escuchar como el Espíritu Santo se
lo arrebataba y entregaba a otro: “Y dijo Jehová a Salomón: Por
cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis
estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino, y lo
entregaré a tu siervo.” 1 Reyes 11:11.
Qué duro llegar a tener que escuchar estas palabras por no
haber conservado el corazón de su padre. Si tan sólo hubiera
prestado atención a lo que su padre vivió, y cómo reaccionó ante
cada circunstancia, hubiera podido terminar con la misma victoria
de él. Pero Salomón descuidó lo que nunca tendría que haber
descuidado: no alineó su corazón con el de su padre y
lamentablemente lo pagó muy caro.
He orado a Dios, para que cada lector pueda tener la luz
del cielo para entender cuánto significa para Él el cumplimiento de
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MINAS ANTIPERSONALES
su plan, y cuánto tiene que ver un padre en este asunto. He orado,
para que cada uno entienda que lo grave del pecado de Salomón
no fue, sólo lo visible, ya que lo que se vio de él, fue sólo el
resultado de lo que en lo más profundo de su corazón, había
dejado de amar o de aborrecer, teniendo aún, el modelo de David
su padre, con un corazón aprobado por Dios que debía ser
imitado.
Cualquier cosa que se acepte en el corazón, que nos desvié
del plan del Señor, de poder conectar lo que hace en nosotros con
la próxima generación, enojará a Dios y traerá trágicas
consecuencias, siendo, lo peor de todo esto, el hecho de que este
tipo de actitud es similar a una “mina antipersonal” que aún,
cuando pasen los años, tendrá el poder de destruir a próximas
generaciones.
Salomón tuvo que escuchar lo que aterraría a cualquiera:
“Sin embargo (dijo el Señor), no lo haré en tus días, por amor
a David tu padre; lo romperé de la mano de tu hijo”. 1 Reyes
10:12.
¿Qué ganas le quedaría a un padre de seguir adelante, con
semejante consecuencia provocada por su responsabilidad? Me he
tratado de poner en el lugar de Salomón y es indescriptible el dolor
que se siente, por lo que he clamado y clamo, para que Dios nos
ayude a mirar el corazón de nuestros padres de fe, y nos
alineemos, guardando con profundo respeto, cada rasgo del
carácter divino que se plasmó en ellos y que seamos
responsables, con nuestra próxima generación, para ayudarlos a
alinearse con sus padres y con sus hijos. Recién entonces, al igual
que el salmista David, podremos declarar a viva voz que “Jehová
cumplirá su propósito en mí;” Salmos 138:8
NO DEJES UNA BOMBA PARA TU PRÓXIMA
GENERACION
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PREPARANDO EL MATERIAL PARA LA PRÓXIMA
GENERACIÓN
Desde el mismo momento en que conocí a Jesucristo,
empecé a experimentar los determinantes beneficios de la
paternidad. Día a día crecí caminando al lado de mi padre, quien
nunca cesó de mostrarme a Dios con sus hechos, los cuáles me
permitieron tener una imagen muy clara del carácter santísimo:
guerrero y a su vez lleno de amor del Dios que está en los cielos,
pero que ha planeado llenar la tierra de su gloria.
Debido a tanta gracia derramada sobre mi vida, es que me
nació el intenso deseo de poder poner en las manos de todo
ministro, con los medio que me fuesen posibles, este libro de
paternidad de fe. Por esto oré a Dios, para que me permitiera
derribar al gigante de las imposibilidades económicas y conseguir
una primera tirada de libros que, sin costo, llegara a cientos de
varones que alrededor del mundo anhelan con todas sus fuerzas
ejercer una paternidad responsable para conectar la gloria a la
generación que se levantará. En pocos días, Dios de una manera
milagrosa, me lo concedió.
Asimismo, como deseo seguir con esta siembra, ruego a
cada varón de Dios (en nombre de quien está más convencido
que nadie de que su carácter paternal pueda plasmarse en cada
uno de sus amados –Jesús–), que lea este libro, de manera tal
que pueda unirse al gran plan de equipar a más santos con un
escrito que, no sólo afirmará a quienes lo lean en este tiempo,
sino que será crucial para levantar una generación de hijos que
se conviertan en padres para permitirle al Todopoderoso abrazar
el planeta completo con su gobierno de amor y justicia.
Las formas de colaborar pueden ser las siguientes:
• Presentándonos a alguien que pueda traducir la obra a otros
idiomas, sin costo.
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PATERNIDAD DE FE – MIS ESCRITOS
• Comprando paquetes de 50 libros que puedes distribuir
entre tus hijos ministeriales, discípulos etc. U ofrendando
una suma de dinero -que en todos los casos- usaremos
para hacer nuevas tiradas y regalarlas a ministros.
Ten en cuenta cuán importante es para la obra que Dios
tiene por delante con los hijos que nacerán, y con la generación
que se levantará, que estos escritos lleguen a quienes hoy son
los responsables de engendrar, formar y conectar la gloriosa vida
y los propósitos del Señor.
Por favor, ayúdame a hacer feliz el corazón de Jesús.
Desde ya muchísimas gracias.
Puedes comunicarte a través del E-mail:
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Por teléfono al: 54-353-4614456 / 4546757/4527754
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