TALLER #1 RECUPERACIÓN PRIMER PERÍODO Desarrolle cada

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TALLER #1
RECUPERACIÓN PRIMER PERÍODO
Desarrolle cada punto del siguiente procedimiento con cada una de las siguientes lecturas:
9. La "política mundial"
Fuente: Informe del embajador de Francia en Berlín, el 12 de diciembre s 1899, Documents diplomatiques francais, 1ª
serie, t. 16, lmprimerie Nationale, París, págs. 44-46. (en Pierre Guillen, Historia de Alemania, p. 260-262)
Noailles analiza un discurso pronunciado por Bülow con ocasi46n de los debates en el Reíchstag sobre el programa
naval. El secretario de Estado para los Asuntos Exteriores pronunció ayer, en el Reichstag, con ocasión del proyecto del
aumento de la flota, un importante discurso del que me creo
obligado a resumir sus puntos principales. El conde von Bülow comenzó por declarar que la necesidad de reforzar la
marina militar del Imperio era una consecuencia inmediata del actual estado de cosas en el mundo y de las exigencias de
la política en ultramar. Luego, tras haber pasado revista a los hechos más sobresalientes de la historia de la expansión
colonial universal, hizo alusión directa a los incidentes que se desarrollan actualmente en el Transvaal. Nadie, dijo, puede
prever qué consecuencias producirá la guerra que, desde hace algunas semanas, asola el sur de Africa.
El Primer Ministro inglés proclamó, hace ya algún tiempo, que los Estados fuertes, serían cada vez más fuertes y los
débiles más, y todo lo que sucede , señala la certeza de esa afirmación. No creo que estemos en vísperas de un nuevo
reparto del mundo -añadió el Sr. Biilow-, pero en todo caso, de la misma manera que no pretendemos ni queremos
perjudicar a ninguna potencia, asimismo tampoco queremos permitir que ninguna potencia nos deje al margen ya sea
desde el punto de vista político o desde el punto de vista comercial.
El secretario de Estado para los Asuntos Exteriores se refirió entonces al rápido aumento de la población de Alemania, y
al desarrollo de la industria y el comercio. Todo ello -dijo- nos obliga a una "política mundial" (Welpolitik). Cuando los
ingleses hablan de la "Greater Britain" y los franceses de la "Nouvelle France", cuando los rusos marchan hacia Asia,
debemos pretender una "mayor Alemania"... El conde von Bullow insistió a continuación sobre el actual carácter de la
política internacional de donde resulta que cada día puede formarse un nuevo problema. Hay que estar preparados,
preparados especialmente en el mar. La importancia de los intereses marítimos no necesita demostración, y para su
defensa es indispensable poseer una marina de guerra suficiente, respaldada por bases carboníferas, como la guerra
hispanoamericana lo ha evidenciado. Hay que dejar bien en claro que -añadió el Secretario de Estado- el desarrollo en
ultramar no nos debe hacer olvidar que nuestro "centro" está en Europa y que no dejaremos de lado el deber que nos
incumbe de velar por la seguridad de nuestra situación en Europa, la cual reposa sobre la Triple Alianza -la Triple Alianza
indestructible- y sobre las buenas relaciones con Rusia. La mejor garantía de una política extraeuropea, comedida y
lógica, reside en la obligación, siempre-impuesta a Alemania de mantener sus fuerzas en Europa prestas y unidas...
El discurso ha sido recibido con aplausos por casi toda la derecha, que subrayó especialmente con muestras de
aprobación el pasaje relativo a las buenas relaciones con Rusia. Pero los diputados de este grupo recibieron, por el
contrario, con interrupciones las muestras de cortesía que el Sr. von Bülow dedicó a América. La izquierda permaneció
relativamente bastante fría. Las consideraciones relativas a la “mayor Alemania” llegaron hasta a provocar, en este
partido, vivas muestras de desaprobación que motivaron la intervención del presidente.
11. Los armamentos navales y las relaciones con Inglaterra
Fuente: Acta de una conferencia mantenida en la cancillería del Reich, el 3 de junio de 1909, citada en von Einem, op.
cit., t. 11, págs, 424-430. (en Pierre Guillen, Historia de Alemania, p. 264-265)
Reunidos junto a Bülow, el almirante Tirpitz; el vicealmirante Müller; Moltke, jefe del Estado Mayor general; Bethmann
llollweg, secretario de Estado del Interior; Schoen, secretario de Estado para Asuntos Exteriores, y Metternich, embajador
en Londres, examinan la oportunidad de una negociación con Inglaterra para acabar con la tensión entre los dos países.
El canciller señala que, según todas las nuevas que le llegan, la opinión pública inglesa está seriamente opuesta a nosotros;
Inglaterra teme que la cantidad de nuestras construcciones navales se vaya acercando peligrosamente a la suya; dominada
por este temor, se muestra desde hace bastante tiempo hostil hacia nosotros en todo el mundo e intenta poner a otras
potencias en contra nuestra... Los ingleses conscientes prevén una guerra anglo-alemana; se trata de saber cuáles serían
nuestras posibilidades en caso semejante. El almirante von Tirpitz ha expuesto que en los años que siguen no podemos
enfrentarnos con tranquilidad a Inglaterra en una guerra; en estas condiciones hay que preguntarse si un entendimiento
con Inglaterra se puede llevar a cabo; declaradamente los medios diplomáticos no bastan ya para tranquilizar a Inglaterra;
una alianza sería posible sobre la base de una disminución de la velocidad del ritmo de las construcciones navales por
ambas partes; lo mejor sería la combinación de un arreglo semejante con un acuerdo en otras cuestiones, por ejemplo en
las cuestiones coloniales, o en las cuestiones de política comercial o de política general, tal vez bajo la forma de un
convenio de neutralidad. El canciller cree que nuestras relaciones con Inglaterra son el único nubarrón en el horizonte de
nuestra política exterior... Invitado a tomar la palabra, el conde de Metternich describe cómo se encuentra la opinión
pública inglesa: hace apenas veinte años, era favorable a Alemania y a la Tríplíce; luego ha variado tras el telegrama al
presidente Krüger y la actitud de los alemanes durante la guerra contra los boers; pero no se ha vuelto totalmente en contra
sino a partir del momento en que nuestras construcciones navales y la propaganda que hemos hecho sobre las mismas han
dado a los ingleses la convicción cada vez mayor de que nuestra flota constituye una amenaza real para su país, y que la
seguridad y superioridad en el mar es para ellos una cuestión vital. La competencia alemana en el mercado mundial es
con toda seguridad fastidiosa para los ingleses, pero no es ella, sino únicamente la política naval alemana lo que les ha
irritado profundamente. El Almirante Tirpitz es del parecer de que la carta de Su Majestad puede provocar
malentendidos; se ha esforzado siempre por convencer a Su Majestad de que no le convendría negarse a priori a una
discusión sobre la cuestión de los armamentos navales... Según su opinión, el peligro de un conflicto con Inglaterra no es
tan grande como lo presentaba Metternich; según sus observaciones, el mal humor de los Ingleses esta motivado por la
competencia, económica y política de Alemania, y la actual agitación se debe esencialmente a los tejemanejes de sir John
Fisher, que representa al Almirantazgo y lucha contra Alemania con todos los medios que la perfidia coloca en sus manos:
cuanto más poderosa sea nuestra flota, tanto más Inglaterra se guardará de buscar
jaleo... Estima inoportuno y hasta peligroso, tras la actitud tomada por el Gobierno inglés durante esta primavera, tornar la
iniciativa para una alianza con Iglaterra; hay que dejar que Inglaterra presente sus proposiciones.. Las escucharemos y a
nuestra vez, haremos también nuestras propuestas... A su parecer no hace falta esperar un nuevo intento de
consentimiento; pero en ningún caso podríamos prestarnos a un acuerdo con Inglaterra sin una suficiente contrapartida
militar... El ministro de Estado Bethmann estima que no deberíamos tomar la iniciativa para llegar a un acuerdo sino en el
caso en que estuviésemos preparadas para formular una proposición definida... Tal vez podría llegar a una cierta
distensión con Inglaterra en cuanto a las colonias y a la política comercial... El conde de Metternich estima que es muy
deseable un acuerdo en las cuestiones comerciales y coloniales, pero no bastaría para tranquilizar a Inglaterra, lo que sólo
se puede obtener mediante un entendimiento en la cuestión de las flotas; ¿sería posible hacer una concesión a Inglaterra
retrasando el ritmo de nuestras construcciones? El general von Moltke es de la opinión de que no hay posibilidad alguna
de...
12.- La primera guerra mundial. La tensión Europea:
Fuente: Memoria del Jefe de Estado Mayor Alemán Ludendorf (Jefe de Oficina de Operaciones del Estado Mayor
Alemán). Diciembre de 1912. Textes et document d’Historie, L’Epoque Contemporaine.
“El conflicto entre dos de las grandes potencias militares de Europa, desatará una guerra Europea general: Tal será la
consecuencia obligada, de los tratados entre las diferentes partes. En tal conflagración la Triple Entente dispone: De todas
las fuerzas francesas de mar y tierra, si es que las de tierra no son inmovilizadas, en parte, en África del norte. De la
potencia naval de Inglaterra y del cuerpo expedicionario británico.
De las fuerzas de Rusia en Europa, con excepción de algunas fracciones que deberán ser mantenidas para reprimir las
dificultades internas. Frente a la Triple Entente, la Triple Alianza dispone de todo el ejército y flota alemana, y también,
con las reservas que se señalan más adelantes, de las fuerzas de tierra y de mar de Austria, Hungría, de Italia y
posiblemente de Rumania. ... hay, pues, en nuestros dos aliados, contingencias que deben examinarse; tienen una
importancia real e la apreciación; desde el punto de vista militar, del eso que la Tríplice puede poner en la balanza en caso
de una guerra europea... en una guerra de la Tríplice con la Triple Entente, el Austria empujada por el instinto de
conservación, opondrá todas sus fuerzas a Rusia. Su acercamiento con Italia le permitirá momentáneamente
desguarnecerse, en la frontera del sudoeste, este es un hecho que en las actuales circunstancias no hay que subestimar. En
lo que respecta a Alemania, cae de su peso que ella movilizará toda su potencia militar.
...Italia no tiene ningún interés vital en una guerra que surja de un conflicto entre Rusia y Austria. Mientras Alemania y
Austria lucharán por su existencia, Italia apenas será amenazada. No será directamente atacada porque ni Francia ni
Inglaterra estarán en condiciones en el curso de una guerra con Alemania, de enviar un cuerpo expedicionario a Italia. Si
esta cubre un poco sus costas, nada serio podrá ocurrirle. Si toma parte en la guerra, lo hará no por que debe luchar por la
vida, como Alemania y Austria, sino porque ha firmado tratados. Y es casi seguro que ella no comprometerá a fondo y sin
reservas sus fuerzas armadas. Operará a la defensiva y prudentemente. Esperará estar segura sobre el curso de los
acontecimientos más allá de los Alpes, ara poder retirarse sin grandes daños, si se produce entre los aliados un viraje de la
suerte.
...Mi opinión se ha afirmado en el cursos de las conversaciones que he tenido estos últimos días, con un representante del
Estado Mayor Italiano. Todos los pretextos le parecerán buenos a Italia para no enviar ese tercer ejército cuyo transporte
por el Rhin superior hemos preparado desde tan largos años. De esta suerte Alemania le faltará parea hacer frente a
Francia, 5 cuerpos de ejército y 2 divisiones de caballería. Estaremos solos y sin ayuda directa, frente a ésta y a
Inglaterra”.
13.- El clima prebélico
Hay que habituar al pueblo alemán a pensar que una guerra ofensiva por nuestra parte es una necesidad para combatir 1as
provocaciones del adversario. Hay que llevar las cuestiones de tal manera que, bajo la penosa impresión de armamentos
poderosos, de sacrificios considerables y de una situación política tensa, se considere como una liberación el
desencadenamiento de la guerra, y hay que preparar ésta desde el punto de vista económico, pero sin despertar la
desconfianza de nuestros financieros.
Estos son los deberes que incumben a nuestro ejército, y que exigen un efectivo elevado. Si nos ataca el enemigo, o si
queremos domarle, haremos como nuestros hermanos de hace una centuria: el águila provocada emprenderá el vuelo,
apresa al en enemigo con sus apretadas garras y lo volverá inofensivo. Recordaremos entonces que las provincias del
antiguo Imperio alemán -el condado de Borgoña y buena parte de Lorena- están todavía en manos de los francos y que
millares de hermanos alemanes de las provincias bálticas gimen bajo el yugo eslavo. Devolver a Alemania lo que antaño
poseía es cuestión nacional.
(General Moltke: Memorándum del 13 de marzo de 1913).
14.- La guerra submarina
Desde hace dos años y medios abusa Inglaterra del poder de su flota, intentando obligar a Alemania a someterse a ella
mediante el hambre. En su brutal quebrantamiento del derecho internacional. El grupo de potencias acaudillado por
Inglaterra paraliza no sólo el comercio de sus adversarios, sino que con desconsiderada presión obliga también a los
neutrales a abandonar todo comercio que no les es grato, o a limitar este según sus órdenes arbitrarias...
El Gobierno inglés persiste en su guerra por hambre que si bien no afecta a la potencia armada del adversario, sí obliga a
mujeres y niños, enfermos y ancianos, a sufrir penurias por su patria, que son dolorosas y ponen en peligro las energías
del pueblo... El Gobierno imperial no podría responder ante su propia conciencia, ante su pueblo y ante la Historia, si
dejara de intentar cualquier medio para acelerar el término de la guerra. Tenía, la esperanza de alcanzar este fin por
medio de negociaciones. Después, de haber sido contestado este intento de entendimiento con el anuncio de una lucha
extremada por los adversarios, el Gobierno imperial, si no quiere pecar ante sus propios súbditos, y para servir en su
elevado sentido a la humanidad, tiene que seguir la lucha por la existencia impuesta de nuevo por sus rivales, apelando a
todas las armas. Por consiguiente, se ve obligado a prescindir de todas las limitaciones que se había impuesto hasta ahora
en el empleo de sus medios de lucha en el mar...
Los Imperios centrales y sus aliados cortarán todo tráfico marítimo de la Gran Bretaña, de Italia y de Francia, y a este
efecto impedirán a partir del 1º de febrero de 1917, toda clase de navegación y por todos los medios en una zona de
prohibición determinada.
En ejecución de este propósito se procederá sin otro aviso y por cualquier arma a la interrupción de todo tráfico marítimo
alrededor de la Gran Bretaña, de Francia y de Italia, así como en el mediterráneo oriental en las zonas de prohibición
indicadas a continuación.
1. Zona de prohibición de paso:...
2. el Mediterráneo es declarado zona de guerra...
Los buques neutrales que naveguen en las zonas de los parajes en cuestión lo hará en su propio riesgo y peligro.
(Nota alemana a los países neutrales comunicando la declaración de guerra submarina ilimitada, 1917)
24.- Pacto de la Sociedad de Naciones 1919
“Las Altas Partes Contratantes: Considerando que para fomentar la cooperación entre las naciones y para garantizarles la
paz y la seguridad, importa: Aceptar ciertos compromisos de no recurrir a la guerra; Mantener a la luz del día relaciones
internacionales, fundadas sobre la justicia y el honor; Observar rigurosamente las prescripciones del Derecho
Internacional, reconocidas de aquí en adelante como regla de conducta efectiva de los gobiernos; Hacer que reine la
justicia y respetar escrupulosamente todas las obligaciones de los Tratados en las relaciones mutuas de los pueblos
organizados; Adoptan el presente Pacto, que constituye la Sociedad de las Naciones.
Artículo 1. Serán miembros originarios de la Sociedad de las Naciones aquellos de los firmantes cuyos nombres figuren
en el anexo al presente Pacto, así como los Estados, igualmente nombrados en el anexo, que se hayan adherido al
presente (…)
Artículo 2. Las funciones de la Sociedad, tal como quedan definidas en el presente Pacto, se ejercerán por una Asamblea y
por un Consejo, asistidos por una Secretaría permanente.
Artículo 3. La Asamblea se compondrá de Representantes de los miembros de la Sociedad. La Asamblea se reunirá en
épocas determinadas, y en cualquier otro momento si las circunstancias lo exigen, en la sede de la Sociedad o en cualquier
otro lugar que se designe. La Asamblea entenderá de todas las cuestiones que entren en la esfera de actividades de la
Sociedad o que afecten a la paz del mundo. Cada miembro de la Sociedad no podrá tener más de tres representantes en
la Asamblea, y no dispondrá de más de un voto (…)
Artículo 4. El Consejo se compondrá de representantes de los Estados Unidos de América, del Imperio Británico, de
Francia, de Italia y del Japón, así como de re presentantes de otros cuatros miembros de la Sociedad. Estos cuatro
miembros serán designados libremente por la Asamblea y en las épocas que estime convenientes. Hasta la primera
designación de la Asamblea, los representantes de Bélgica, de España y de Grecia serán miembros del Consejo (…) El
Consejo entenderá de todas las cuestiones que entre dentro de la esfera de actividad de la Sociedad o que afecten a la paz
del mundo.
Artículo 5. Salvo expresa disposición contraria del presente Pacto, las decisiones de la Asamblea o del Consejo se
tomarán por unanimidad de los miembros re presentados en la reunión (…)
Artículo 6. La Secretaría permanente estará establecida en el lugar de residencia de la Sociedad. Estará compuesta de un
Secretario general y por los secretarios y per sonal que sean necesarios. (…)
Artículo 7. La sede de la Sociedad se establecerá en Ginebra (…)
Artículo 8. Los miembros de la Sociedad reconocen que el mantenimiento de la paz exige la reducción de los armamentos
nacionales al mínimo compatible con la seguridad nacional y con la ejecución de las obligaciones internacionales
impuestas por una acción común (…)
Artículo 10. Los miembros de la Sociedad se comprometen a respetar y a mantener contra toda agresión exterior la
integridad territorial y la independencia política presente de todos los miembros de la Sociedad. En caso de agresión, de
amenaza o de peligro, el Consejo determinará los medios para asegurar el cumplimiento de esta obligación.
Artículo 11. Se declara expresamente que toda guerra o amenaza de guerra, afecte o no directamente a alguno de los
miembros de la Sociedad, interesa a la Sociedad entera, la cual deberá tomar las medidas necesarias para garantizar
eficazmente la paz de las naciones. (…)
Artículo 16. Si un miembro de la Sociedad recurriese a la guerra, a pesar de los compromisos contraídos (..) se le
considerará ipso facto como si hubiese cometido un acto de guerra contra todos los demás miembros de la Sociedad (…) “
Versalles, 28 de junio de 1919
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