VERANEANDO EN HOMENAJE A LA PAZ Viejos Pecadores Arrepentidos Cuidan una Paloma en el Castillo de Caux Por VICTOR ALMAGRO EXCLUSIVO PARIS- Numerosos utopistas, con posición, rango y fortunas capaces de llevar al hombre por otro camino que no es precisamente el de los sueños celestiales, han fundado un nuevo movimiento digno del viejito Charles Fourier, que proyectó una sociedad humana ideal, a principio del siglo pasado. El templo de este resonante movimiento utópico se encuentra en Suiza. Su nombre es el de “Rearme Moral”. Criando la paloma de la paz En 1938 un clérigo de Pensilvania llamado Frank Buchman llamó al “Rearme Moral”, movimiento que se extendió por todo el mundo, aunque le faltó en ese momento la fuerza necesaria para detener la guerra mundial estallada en 1939. El clérigo Buchman tiene hoy 73 años, es tímido y recatado, y su apariencia es la de un pequeño burgués de provincia. Sus pensamientos son más osados: “Cuando el hombre escucha, Dios habla, Cuando los hombres cambian, los pueblos cambian”. Tal es la síntesis de un programa que ha vuelto al buen camino a muchas ovejas presas del mal. Una de ellas era el ingeniero suizo Robert Hahnloser, dueño de una gran fortuna y cabeza de una feliz y mundana familia. Dicho ingeniero oyó el llamado de “los hombres y mujeres de buena voluntad” que integraban el “Rearme Moral” y antes de morir ofreció parte de su fortuna para ayudar a la extensión del movimiento. El castillo de Caux se convirtió desde entonces en el refugio de los partidarios mundiales de la paz y es el obligado camino de Damasco para los pecadores intrépidos. Un hindú, terrible incendiario En una reunión internacional celebrada en Caux por el “Rearme Moral”, al mismo tiempo que las sesiones de la ONU demuestran el rearme material de los grandes estados, peregrinos y arrepentidos de todas partes han hecho declaraciones reconfortantes para la humanidad amenazada. Uno de ellos es Dhankar Hedge, joven hindú de 28 años que confesó sus pasados extravíos relatando algunos actos de su vida. Es hijo de un rico ciudadano hindú, amigo de los británicos, que arrojó del hogar a su hijo cuando este decidió a los 17 años unirse al movimiento de no-violencia encabezada por Gandhi. En 1942 Dhankar y otros jóvenes decidieron romper con Gandhi y consagrarse al terror contra los ingleses. Participó en el incendio consumado en el edificio del Reserve Bank of India, realizado con bombas especiales; posteriormente saboteó los servicios postales, y finalmente se dedico a incendiar restaurantes concurridos por soldados norteamericanos y británicos. Cuando los ingleses concedieron a la India su nuevo “status” político en 1947, transformándola de colonia a semicolonia, Dhankar organizó sindicatos y actuó para el ala izquierda del partido socialista hindú. En una reunión realizada en Bombay por el “Rearme Moral”, Dhankar hizo acto de presencia para combatir ese movimiento, peró fue milagrosamente convertido a la causa de la paz. Generales y almirantes pacifistas El antiguo comandante de la 5ª división blindada de Francia, general Vernejoul, lo mismo que los generales Touget Du Vigier, Blaizot y Priaud, participa también de las asambleas fraternales, donde se excluye todo sarcasmo, que se realizan en Caux. En Caux se encuentran asimismo varios almirantes británicos, cuyos ideales actuales no tienen relación directa con la pérdida del control imperial de los mares; el almirante sir Edward Cochrane, veterano de las dos últimas guerras mundiales (y K.B.E) y el almirante Owen W. Philips (C.B.E), especialista en submarinos. Sir Edward ha declarado, entre otras cosas: “Ustedes ven en Caux almirantes británicos que continúan la guerra, pero esta vez sobre el plano de las ideas y en la firme convicción de que si se tiene la fuerza suficiente de cambiarse a si mismo, el mundo cambiara también y la paz reinará entre los individuos como entre las naciones”. Estos distinguidos militares no han expresado sus opiniones sobre la guerra civil en Malaca, en Indochina o en el Canal de Suez, incidentes que no han perturbado el atmósfera beatifica de Caux. La señorita Margaret Barrett, nieta del famoso político liberal británico Lloyd George, ha llegado por azaroso sendero a tierra prometida. Confesó que frecuentaba las “boites” de Londres, peligroso antro donde naufragan en mares de frivolidad las más puras esencias, hasta que la guerra mundial la movilizó, llamándola a una realidad mas dura. Ahora está refugiada en el castillo de Caux. Funcionarios sindicales creen en la paz En esta auténtica Cruz Roja de las almas cabían, sin duda, antiguos funcionarios de los sindicatos ingleses y franceses, suizos y escandinavos. Ex ministros, ex altos administradores de Estado y varios otros ex, también forman parte de la comunidad del “Rearme Moral”. Mr. Ralph Boston, presidente de un sindicato laborista de la región de Gales y antiguo combatiente en la guerra de España, concurrió a Caux, seguro de encontrar lo que buscaba. Lo mismo le ocurrió a Jack Jones, antiguo miembro del partido comunista, convertido a la causa de la paz en 1947. Larga seria la lista de las personas representativas que han veraneado en Caux. La lengua del fuego que consume al planeta no llega hasta los altos picos del castillo. La paz está poseída de estos seres angélicos y el mundo sigue su curso arrastrando demasiada metafísica, unas veces ingenuas y otras veces alevosa. Artículo publicado en el Diario Democracia Edición del Martes 8 de Enero de 1952 (Pág. 1)