El papel de las mujeres en la ciencia, cosa del pasado o del presente. Karla America Salcido Herrera Palabras clave: ciencia, mujeres, desigualdad, estereotipos Introducción El rápido avance científico y tecnológico ha sido una de las mayores características del siglo pasado y uno de los principales desafíos de nuestra generación, frente ha esto nos surgen varias preguntas ¿Cuál es y ha sido el papel de las mujeres en este campo? y ¿A cuáles problemas se siguen enfrentando las mujeres que optan por el campo de la ciencia? Cuando se habla de mujeres en la ciencia lo primero que se nos viene a la mente es la baja presencia de ellas, en contraste, podemos ver de forma notoria y consistente una diferencia numérica respecto a los hombres exitosos en el campo de la ciencia. A continuación, se mostraran las mayores causas de la falta de representación de mujeres en el campo de la ciencia, asi como también un contexto histórico. Desarrollo El predominio histórico masculino ha convertido al hombre en el arquetipo del ser humano, esto se conoce como androcentrismo. La ciencia no ha sido excepción a esta visión androcéntrica del mundo. Si la ciencia es un proceso social, se deduce que la construyen las personas que trabajan en ella. La mayoría de los científicos son hombres. Las mujeres involucradas en la ciencia tienden a concentrarse desproporcionadamente en niveles inferiores y, por lo tanto, se les niega el acceso a los procesos de toma de decisiones. Según la UNESCO (2020): Menos del 30% de los investigadores del mundo en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres. Un porcentaje que, además, está peor pagado por sus investigaciones y que no avanza tanto en sus carreras en comparación con los hombres. Muchas veces se pone la excusa de que ese porcentaje no es un problema, porque las mujeres tienden a irse a campos más ¨fáciles¨ cómo los campos sociales, esto es una excusa totalmente invalida, pues esto solo es otra manifestación del machismo en nuestra sociedad, pues se asume el campo científico (que es mayormente predominado por hombres) como algo difícil, y el campo social (donde hay una mayor participación de mujeres) como algo fácil, asociando lo masculino como algo superior. Los prejuicios y los estereotipos de género que se arrastran desde hace mucho tiempo continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de los sectores relacionados con la ciencia. Las niñas y las mujeres tienen hoy cuatro veces menos de probabilidades que los hombres de adquirir las competencias digitales básicas, que serán esenciales en el futuro. Una parte importante de los primeros esfuerzos por reconsiderar el papel de las mujeres en la ciencia y la tecnología los constituye la reescritura de la historia para recuperar el olvido de las mujeres que, pese a haber hecho contribuciones destacables en el ámbito científico tecnológico, han sido silenciadas por la historia tradicional, debido ya sea a distintos tipos de sesgos o a concepciones estrechas de la historia de la ciencia que reconstruyen la diciplina sobre los nombres de grande personajes y teorías o practicas exitosas, y dejan de lado otras actividades y contribuciones consideradas colaterales al desarrollo de la ciencia. En la segunda mitad del siglo pasado, las mujeres accedieron a espacios antes vedados para ellas, son cada vez más las que trabajan fuera del hogar; las que se independizan económicamente; las que ocupan responsabilidades y encuentran legítimos espacios de realización en la vida laboral. Son muchas ya las mujeres que sienten en sí mismas la necesidad de realización social, incluso con tanta o más fuerza que la asunción de la gestión de un grupo familiar. En nuestros días, ya no se puede hablar de exclusión explicita de las mujeres en universidades y centros de investigación. Ni siquiera del peso ideológico de la convicción de que la mujer sea intelectualmente inferior al hombre, en términos generales. A su vez, se aprecia un hecho de especial intensidad: la creciente presencia de las mujeres en el ámbito de las ciencias, especialmente en las sociedades modernas y de mayor desarrollo. Esto constituye un elemento novedoso por su magnitud y uno de los sucesos más revolucionarios del siglo que finalizó. No obstante, aún existen mecanismos sutiles, implícitos que contribuyen a mantener y legitimar la segregación de la mujer. Como por ejemplo los estereotipos sexuales, presentes en nuestras vidas desde el momento que nacemos, asocian a los hombres con características tales como: competitividad, agresividad, racionalidad, dominación y objetividad, necesarias para ser exitosos en una carrera científica o tecnológica. Pero el mismo comportamiento es considerado inapropiado para una mujer. Según el estudio llamado Stereotypes About Gender and Science: Women ≠ Scientists (2016): “Los resultados son consistentes con las teorías de congruencia de roles y falta de adecuación que informan la incompatibilidad de los estereotipos de género femenino con los estereotipos sobre roles ocupacionales de alto estatus. Los resultados demuestran que se percibe que las mujeres carecen de las cualidades necesarias para ser científicas exitosas, lo que puede contribuir a la discriminación y los prejuicios contra las científicas.” Por otro lado, existe una discriminación jerárquica como Guil Bozal, Ana (2008) plantea que existe un techo de cristal en la ciencia que impide a las mujeres llegar a los puestos más altos. A la falta de modelos a seguir en los medios de comunicación y en los libros de texto desde que son pequeñas se suman los problemas de conciliación familiar y laboral, los obstáculos para que su trabajo sea reconocido y la dificultad a la hora de conseguir financiación para sus proyectos. Las mujeres salen perjudicadas frente a los hombres cuando la revisión por pares evalúa al solicitante en lugar de la calidad de sus proyectos científicos. Así lo aseguran los investigadores de un estudio publicado este jueves en la revista médica The Lancet tras analizar casi 24.000 solicitudes de becas en los Institutos Canadienses de Investigación de la Salud. (Lancet 2019) Otro gran factor por el que las mujeres no se inclinen al campo científico es la brecha salarial, de acuerdo con la OECDE “El 26 por ciento las mujeres mexicanas de entre 25 a 34 años cuentan con título en educación superior. Los varones registran un 25 por ciento.” Aunque estas cifras podrían significar que por lo tanto las mujeres tienen acceso a mejores salarios, la realidad es otra, ya que, de acuerdo con la OECDE en niveles superiores de estudios, las féminas de entre 25 a 64 años ganan menos que los varones. En el estudio Education at a Glance (2021), de la OECDE, se encontró que las mujeres con educación superior ganan un 25 por ciento menos que los hombres. El organismo indica, además, que las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de terminar estudios en educación media superior. Respecto a los salarios en este nivel educativo, las féminas ganan un 34 por ciento menos que los varones. Sobre la dinámica y el panorama de la educación en México por la pandemia de COVID-19, el estudio reveló que el 29 por ciento de los nuevos estudiantes en carreras como ingeniaría, manufactura y construcción, son mujeres. En las áreas de información y tecnologías de la información, el 24 por ciento de las personas que estudian estas carreras son mujeres. Grafica Carrera académica de mujeres y varones – México, 2002 Gracias a todas esas mujeres que lucharon para que la ciencia no distinga entre géneros hoy las científicas tienen muchas más oportunidades que antes. Cualquiera puede estudiar una carrera de ciencias, muchas llegan a ser grandes investigadoras y la cantidad de ganadoras del premio Nobel iguala en 18 años a todos los obtenidos durante el siglo XX completo. Sin embargo, queda mucho por hacer. Las carreras de la rama sanitaria tienen una proporción muy alta de mujeres, pero no ocurre lo mismo en las titulaciones tecnológicas, en las que siguen siendo muy pocas. Cualquiera puede entrar, sí, pero culturalmente se sigue considerando una profesión masculina, de modo que a veces inconscientemente muchas niñas piensan que no es una carrera hecha para ellas. Por otro lado, a pesar de la abundancia de mujeres en las titulaciones sanitarias, e incluso en los puestos más bajos de los centros de investigación, sigue siendo muy poco frecuente encontrar a científicas en los puestos de mayor responsabilidad. Esto puede deberse de nuevo a la falta de confianza, pero también a la desigualdad que existe a la hora de competir con compañeros por razones derivadas de asuntos exclusivamente femeninos, como la maternidad. Queda por lo tanto muchísimo trabajo por hacer. Ojalá pronto no sea necesario celebrar días como el de hoy, porque las niñas sepan que podrán ser lo que quieran ser, en igualdad de condiciones, y las mujeres científicas no tengan que hacerse valer el triple que los hombres para poder lograr los mismos objetivos. Hasta entonces, vale la pena echar la vista atrás y apoyarse en todas estas heroínas de la ciencia para coger el impulso necesario para seguir mirando hacia delante. Referencias: Autor: UNESCO Fecha: 20 de febrero de 2020 Título: Mujeres en la ciencia: víctimas de la desigualdad de género en pleno siglo XXI Sitio: Naciones Unidas Fuente: https://news.un.org/es/story/2020/02/1469451 Autor: OCDE Fecha:2021 Título: Education at a Glance 2021 : OECD Indicators México Sitio: OCDE: library Fuente: https://www.oecdilibrary.org/sites/2a39f90den/index.html?itemId=/content/component/2a39f90d-en Autor: Nohemí Waksman Minsky Fecha:20 Título: El papel de la mujer en la ciencia Sitio: CIENCIA UANL, enero-marzo, VIII, número 001 Página: 3 Autor: Instituto Nacional de la Mujer Instituto Nacional de la Mujer Fecha: 2016 Título: PLAN DE ACCIÓN DEIGUALDAD DEOPORTUNIDADES PARALAS MUJERES Sitio: UNESCO Página: 88 Fuente: https://siteal.iiep.unesco.org/sites/default/files/sit_accion_files/11060.pdf Autor: Guil Bozal, Ana Fecha: 2008 Título: Mujeres y cienci: Techos de cristal Sitio: EccoS Revista cientifica Página: 213-214 Vol: 10 Autor: Linda L. Charli, Laila Alawana, YoonAh Lee Fecha: 2016 Título: Stereotypes About Gender and Science: Women ≠ Scientists Sitio: psychology of women quarterly Fuente:https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0361684315622645