Subido por Julieth Katerinn Bonilla Hernandez

Sent T-329A-12 Personal Juridica

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Sentencia T-329A/12
ACCION DE TUTELA CONTRA REGISTRADURIA
MUNICIPAL-Expedición de cédula de ciudadanía para ejercer derechos
civiles y políticos
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-Alcance
PERSONA-Sujeto de derechos
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-Fundamental
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-No se circunscribe
exclusivamente a los atributos de la personalidad/DERECHOS A LA
IDENTIDAD Y LA PROPIA IMAGEN-Deben entenderse como parte
integrante de la personalidad jurídica
ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS Y DERECHO A LA
PERSONALIDAD JURIDICA-Relación directa/PERSONALIDAD
JURIDICA-Atributos
FILIACION NATURAL-Tardanza en la práctica de la prueba
antropoheredobiológica en proceso judicial
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA DE MENORES DE
EDAD-No inscripción en el registro civil
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-Cancelación de
segunda cédula de ciudadanía
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-Dilación en la
entrega de la cédula de ciudadanía
CEDULACION-Garantiza la individualidad de la persona y se obtiene
la ciudadanía y la posibilidad de ejercer derechos civiles y políticos
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-Personas en
situación de desplazamiento
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA-Cambio de nombre
como expresión de individualidad
CODIGO ELECTORAL-Acreditación para obtener la cédula de
ciudadanía
PERSONA PRIVADA DE LA LIBERTAD-Trámite de expedición de
la cédula de ciudadanía de persona no inscrita en el registro civil
PRINCIPIO DE EFICACIA DEL EJERCICIO DE LA FUNCION
ADMINISTRATIVA-Deber del funcionario de efectuar el registro civil
de persona privada de la libertad
REGISTRADURIA NACIONAL DEL ESTADO CIVIL-Norma de
excepción para garantizar el derecho a la personalidad jurídica según Ley
1142/07
REGISTRO E INSCRIPCION DEL NACIMIENTO-Disposición de
carácter general según jurisprudencia del Consejo de Estado
REGISTRADURIA NACIONAL DEL ESTADO CIVIL-Asignación
de cupo numérico para persona privada de la libertad no inscrita en el
registro civil
DERECHO A LA PERSONALIDAD JURIDICA DE PERSONA
PRIVADA DE LA LIBERTAD-Asignación de cupo numérico, trámite
de expedición y entrega de cédula de ciudadanía
Referencia: expediente T-2798527
Demandante: Javier Sierra Cortés
Demandado: Registraduría Municipal de
El Espinal, Tolima
Magistrado Ponente:
GABRIEL EDUARDO MENDOZA
MARTELO
Bogotá, D. C., cuatro (4) de mayo de dos mil doce (2012)
La Sala Cuarta de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los
Magistrados Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, Jorge Iván Palacio Palacio y
Nilson Elías Pinilla Pinilla, en ejercicio de sus competencias constitucionales
y legales, ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
En el trámite de revisión del fallo emanado del Juzgado Segundo Penal del
Circuito de El Espinal, Tolima, el 22 de julio de 2010, dentro del asunto de la
referencia.
I. ANTECEDENTES
1. La solicitud
El señor Javier Sierra Cortés, presentó acción de tutela contra la Registraduría
Municipal de El Espinal, Tolima, con el objeto de que se gestione la
expedición de su cédula de ciudadanía, y en consecuencia, pueda ejercer a
plenitud sus derechos civiles y políticos. La petición de tutela se apoya en los
siguientes
2. Hechos
2.1. Indica el accionante que nació en la ciudad de Armenia, Quindío, el 31 de
diciembre de 1982, y que sus padres no efectuaron su inscripción en el registro
civil, ni tampoco fue bautizado. Agregó que a los 10 años de edad, se ausentó
de su núcleo familiar.
2.2. Refiere que el 9 de enero de 2010, fue capturado en flagrancia por
miembros de la Policía Nacional, lo que dio lugar a la iniciación de una
investigación penal por los ilícitos de hurto calificado y agravado,
correspondiéndole su conocimiento a la Fiscalía Segunda Local de El Espinal,
Tolima.
2.3. Pone de presente, que en razón a su condición de indocumentado, tanto la
Fiscalía como la Policía, remitieron a la Registraduría Nacional del Estado
Civil, su cartilla decadactilar, a fin de descartar que se hubiera expedido algún
documento de identidad, organismo que mediante oficio N° 4204 del 3 de
mayo de 2010, informó que “al suscrito no se le ha expedido ningún
documento de identidad, ni mucho menos registro civil de nacimiento.”
2.4. Sostiene que como consecuencia de la citada respuesta, la Fiscalía ordenó
a la Policía Judicial la ubicación de sus familiares en el municipio de La
Tebaida, Quindío, siendo infructuosa la búsqueda, de lo cual da cuenta el
informe del investigador de campo N° FPJ-11 del 25 de junio de 2010.
2.5. Señala que el mismo día, la Fiscalía solicitó a la Registraduría Municipal
de El Espinal, Tolima, la expedición de la cédula de ciudadanía, con
fundamento en el artículo 128 de la Ley 906 de 2004 y la Resolución N°
0-3329 del 21 de noviembre de 2007. Para tal efecto, allegó registro
decadactilar, RH, fotografías y copia de las diligencias adelantadas.
2.6. Comenta que en oficio N° 1129 del 30 de junio de 2010, la citada
Registraduría informó al ente investigador sobre la imposibilidad de atender la
solicitud efectuada, por tratarse de un asunto que es de competencia del
mismo organismo, en el nivel central, en tanto se trata de establecer la plena
identidad. En tal sentido, precisó la misiva que “[s]i el ciudadano no se
encuentra registrado se debe proceder de conformidad con lo establecido en
el Decreto Ley 1260 de 1970 y sus reglamentarios, entre otros en lo pertinente
el Decreto 2188 del 16 de octubre de 2001.” Así mismo, puso de presente que
la Registraduría Nacional del Estado Civil, solicitó al Ministerio del Interior y
de Justicia, “elevar consulta ante la Sala de Consulta y Servicio Civil del
Honorable Consejo de Estado, respecto (sic) si es procedente la aplicación o
inaplicación del inciso 2° de la Ley 1142 y del artículo 12 de la Ley 1153 de
2007 respectivamente, hasta tanto se modifique el Decreto 1260 de 1970.” Es
de aclarar que al respecto no conocemos ningún pronunciamiento y estamos a
la espera que se defina esta situación para poder brindar apoyo y
colaboración con más efectividad ante las autoridades judiciales.”
2.7. Por último, afirma el actor que la situación en la que se encuentra, no le
ha permitido a la Fiscalía adelantar la diligencia de audiencia de
individualización de la pena, a fin de dictar sentencia, vulnerándose de esta
manera el derecho a obtener su plena identificación.
3. Pretensión
A partir de la situación fáctica expuesta, el demandante pide al juez
constitucional que ordene a la Registraduría Municipal de El Espinal, Tolima,
la asignación de un cupo numérico y, en consecuencia, sea expedida su cédula
de ciudadanía.
4. Pruebas relevantes que reposan en el expediente
- Comunicación N° 051/UBIC-SIJIN-ESPIL del 9 de febrero de 2010,
mediante la cual la Policía Nacional solicita a la Registraduría Nacional del
Estado Civil, información relacionada con la identificación del actor (Folio 5).
- Oficio N° UBIC-SIJIN del 20 de mayo de 2010, en el que la Policía
Nacional libra un exhorto comisorio a la Unidad Básica de Investigación
Criminal de La Tebaida, Quindío, para efectuar algunas diligencias dentro del
proceso penal adelantado por la Fiscalía Segunda Local de El Espinal, Tolima
(Folio 7).
- Misiva N° 29046/1129 del 30 de junio de 2010, firmada por el Registrador
Municipal de El Espinal, Tolima, en la que le informa a la Fiscalía Segunda
del mismo municipio, que el trámite de identificación plena del accionante le
corresponde adelantarlo a la Registraduría Nacional del Estado Civil (Folio 9
y 10).
- Oficio N° RNEC-DNI-547 del 28 de marzo de 2007, mediante el cual la
Registraduría Nacional del Estado Civil, en el marco del inciso 2° del artículo
11 de la Ley 1142 de 2007 y el artículo 12 de la Ley 1153 de 2007, precisa el
procedimiento que debe seguir el personal que cumple funciones de Policía
Judicial o la Policía Nacional, para individualizar al capturado (Folios 11 y
12).
- Oficio N° 513 del 25 de junio de 2010, a través del cual la Fiscalía Segunda
Local de El Espinal, Tolima, solicita a la Registraduría del mismo municipio,
“se sirva dar cumplimiento de forma INMEDIATA al inciso segundo del
artículo 128 del C.P.P. en (sic) relación a que se expida el respectivo
documento de identidad al acusado detenido JAVIER SIERRA CORTES, para
lo cual adjunto registro decadactilar, RH y FOTOS y el informe suscrito por el
PT. FERNANDO GARCÍA CORODOBA (sic) adscrito a la SIJIN de Espinal
(sic)” (Folios 13 y 14).
- Informe N° FPJ-11 del 25 de junio de 2010, rendido por el investigador de
campo en la diligencia que tenía por objetivo “[r]ealizar diligencias
necesarias con el fin (sic) lograr hallar un familiar, registro de identidad o en
caso tal si fue bautizado el indiciado JAVIER SIERRA CORTES con el fin de
obtener una plena identificación.” (Folios 15 y 16).
- Oficio N° DNRC-SIN-4204, del 3 de mayo de 2010, suscrito por la
Coordinadora del Servicio Nacional de Inscripción de la Registraduría
Delegada para el Registro Civil y la Identificación, mediante el cual informa a
la Policía Judicial SIJIN de El Espinal que (i) en el sistema de información de
la entidad no se encuentran datos sobre el registro civil de nacimiento del
accionante; y (ii) los requisitos legales previstos en el Decreto Ley 1260 de
1970 y el Decreto 2188 de 2001, para efectuar una nueva inscripción del
nacimiento de la persona en el registro del estado civil, a fin de que sea
asignado el cupo numérico (Folios 17 y 18).
- Resolución N° 0-3329 del 21 de septiembre de 2007, expedida por la Fiscalía
General de la Nación, “Por la cual se establece el procedimiento que deben
adelantar quienes cumplen funciones de policía judicial permanente, para la
individualización y/o identificación en el proceso penal.” (Folios 36 a 40 del
cuaderno de revisión).
5. Oposición de la demanda
5.1. En escrito del 12 de julio de 2010, el Registrador Municipal de El Espinal,
Tolima, señaló al juez constitucional que no está violando ningún derecho
fundamental, en tanto solo se encuentra cumpliendo su función constitucional
y legal. Las razones en las que se apoyó, fueron las siguientes:
5.2. En primer término, precisa que la expedición del documento de identidad
del demandante, está supeditada a la presentación de un documento soporte,
como sería el registro civil de nacimiento en tanto prueba principal del estado
civil, en los términos del artículo 117 del Decreto 1260 de 1970.
5.3. De otra parte, precisó que su función apenas se circunscribe a recepcionar
la documentación en los términos precisados en la ley, para enviarla
posteriormente a las oficinas centrales de la Registraduría Nacional del Estado
Civil, entidad que tiene a su cargo la expedición de las cédulas de ciudadanía,
de tal suerte que si no es acreditada la prueba del estado civil, no es viable
recepcionar la solicitud.
5.4. En tercer lugar, hizo hincapié en que la aplicación del inciso 2° del
artículo 11 de la Ley 1142 de 2007 y el artículo 12 de la Ley 1153 de 2007, ha
suscitado un vacío normativo en relación con la plena identidad de la persona
que ha sido capturada, específicamente cuando han sido agotados los
procedimientos en coordinación con la autoridad competente, teniendo en
cuenta que no existe claridad respecto de la acreditación del documento
soporte, es decir, si debe ser obviado. Esta situación, conllevó que la
Registraduría Nacional del Estado Civil, solicitara al Ministerio del Interior y
de Justicia, que por su intermedio, se elevara una consulta ante el Consejo de
Estado, Sala de Consulta y Servicio Civil, a fin de que precisara si es posible
aplicar o no las aludidas disposiciones, mientras es modificado el Decreto Ley
1260 de 1970.
5.5. Enseguida, se refirió al artículo 128 del Código de Procedimiento Penal y
al artículo 11 de la Ley 1142 de 2007, para concluir que la plena identificación
del demandante está a cargo de la Registraduría Nacional.
5.6. Finaliza su escrito, indicando que la función del empleo únicamente lo
habilita para recepcionar la documentación, y remitirla a la Registraduría
Municipal de Armenia, Quindío, teniendo en cuenta que el accionante informó
que ese era su lugar de nacimiento, pues, de conformidad con lo previsto en el
artículo 46 del Decreto Ley 1260 de 1970, los nacimientos ocurridos en el
territorio nacional se inscribirán en la oficina correspondiente a la
circunscripción territorial en la que haya tenido lugar. Obtenida la inscripción
en el registro civil, “este despacho procederá inmediatamente a tramitar la
cédula de ciudadanía y a expedir la contraseña correspondiente con el
número que asigna el sistema automáticamente.”
5.7. El 14 del mismo mes y año, allegó un segundo escrito en el que le
informó al juzgador sobre los requisitos para la inscripción del nacimiento, en
las condiciones en que se encuentra el accionante. En este contexto, indicó que
el artículo 4° del Decreto 158 de 1994 que modifica el artículo 9° del Decreto
1379 de 1972, define por expósito, el niño recién nacido no mayor de un mes
que ha sido abandonado y por hijo de padres desconocidos a la persona mayor
de un mes de quien se ignora quienes son sus padres y de cuyo registro no se
tenga noticia. Así las cosas, sostuvo que para efectuar la inscripción del
nacimiento de estas personas, el solicitante deberá presentar ante el respectivo
funcionario, el dictamen médico-legal en el que conste la edad de la persona
examinada, así como la certificación o constancia sobre la oriundez de ésta,
registro que podrá solicitarlo el defensor o juez de familia.
Con fundamento en lo anterior, consideró que el juez de familia puede omitir
la presentación del dictamen médico-legista y certificado de oriundez,
aclarando que “si la persona a inscribir fuese menor de un mes de nacido, la
competencia la tendría el Defensor de Familia, pero por tratarse de un mayor
de edad en las condiciones analizadas y sin documento de identificación, la
competencia la tiene el JUEZ DE FAMILIA por cuanto el señor JAVIER
SIERRA CORTES no reúne los requisitos para realizar la inscripción de
conformidad con todo lo expuesto por este despacho en la pasada
comunicación de fecha 12 de julio de 2010. Dicha solicitud de inscripción de
registro civil de nacimiento la debe remitir EL JUEZ DE FAMILIA por
competencia a la Registraduría de Armenia Quindío (sic) y solicitar el envío
inmediato de copia auténtica del Registro Civil. Una vez este despacho cuenta
con el documento soporte podrá inmediatamente recepcionar la solicitud de
trámite de ciudadanía.”
6. Decisión judicial objeto de revisión
El Juzgado Segundo Penal del Circuito de El Espinal, Tolima, en sentencia del
22 de julio de 2010, negó el amparo constitucional solicitado, bajo la
consideración de que el accionante no allegó el registro civil de nacimiento,
como prueba del estado civil, y presupuesto para que sea gestionada la cédula
de ciudadanía, por lo cual, no es posible exigir a la autoridad administrativa
demandada, su expedición.
La decisión de primera instancia no fue objeto de impugnación.
II. TRÁMITE EN LA CORTE CONSTITUCIONAL
1. Auto de pruebas
El asunto fue seleccionado en Auto del 22 de septiembre de 2010, y repartido
al despacho del Magistrado Sustanciador para su estudio. Posteriormente, el 4
de febrero de 2011, la Sala Cuarta de Revisión dispuso, además de suspender
los términos procesales, decretar y practicar las siguientes pruebas:
“PRIMERO.- Por Secretaría General, OFÍCIESE a la Fiscalía 2
Local del Municipio del Espinal, Tolima, para que en el término de
cuarenta y ocho (48) horas, contadas a partir de la notificación del
presente Auto, informe a esta Sala lo siguiente:
1. Señale el trámite impartido y el estado actual de la
investigación radicada con el número
732686000446201080010, la cual se adelanta en contra del
señor Javier Sierra Cortés, por la presunta comisión del
delito de hurto agravado y calificado. Precise su situación
jurídica actual.
2. Indique el trámite que se debe adelantar para obtener la
plena individualización e identificación de una persona, que
como en el caso del señor Javier Sierra Cortés, no tiene
asignado cupo numérico para que se le expida una Cédula
de Ciudadanía.
Para efectos de dar respuesta a los anteriores
requerimientos, allegar las pruebas documentales que
considere pertinentes.
SEGUNDO.- Por Secretaria General, OFÍCIESE a la
Registraduría Municipal del Espinal, Tolima, para que en el
término de cuarenta y ocho (48) horas, contadas a partir de la
notificación del presente Auto, informe a esta Sala lo siguiente:
1. Señale el trámite impartido al caso del señor Javier Sierra
Cortés y el estado actual de la solicitud realizada por la
Fiscalía 2 Local del Espinal, Tolima, en relación con la
expedición de un documento de identidad a favor de éste.
2. Indique el trámite que se debe adelantar para establecer la
plena identidad de una persona que no tiene asignado un
cupo numérico para que se le expida una Cédula de
Ciudadanía y, además, carece de un documento base como
lo son el Registro Civil de Nacimiento o la Tarjeta de
Identidad. Fundamente su respuesta con miras a solucionar
el caso particular del señor Javier Sierra Cortés.
Para los efectos de dar respuesta a los anteriores
requerimientos, allegar las pruebas documentales que
considere pertinentes.
TERCERO.- Por Secretaría General, OFÍCIESE a la
Registraduría Nacional del Estado Civil, para que en el término de
cuarenta y ocho (48) horas, contadas a partir de la notificación del
presente Auto, informe a esta Sala lo siguiente:
Indique el trámite que se debe adelantar para establecer la
plena identidad de una persona que no tiene asignado un
cupo numérico para que se le expida una Cédula de
Ciudadanía y, además, carece de un documento base como
lo son el Registro Civil de Nacimiento o la Tarjeta de
Identidad.
Para efectos de dar respuesta a los anteriores
requerimientos, allegar las pruebas documentales que
considere pertinentes.”
2. Respuesta de las diferentes entidades
2.1. Escrito de la Fiscalía Segunda Local de El Espinal, Tolima
El 10 de febrero de 2011, el Fiscal Segundo (2º) Local de El Espinal, informó
que luego de solicitar a la Registraduría del mismo municipio, la expedición
de la cédula de ciudadanía del accionante, de conformidad con lo establecido
en el artículo 128 del Código de Procedimiento Penal, fue negada bajo el
argumento de que se requería el registro civil de nacimiento.
De otra parte, sostuvo que el señor Sierra Cortés en la audiencia de
imputación, se allanó a los cargos, razón por la cual el Juzgado Tercero (3°)
Penal Municipal de El Espinal, en sentencia del 23 de agosto de 2010, dictó
sentencia condenatoria sin tener en consideración el número de identificación,
y le concedió el subrogado penal. Así mismo, refirió que la decisión quedó
ejecutoriada el mismo día, pues no interpuso recurso alguno.
Por último, refirió que en los términos del citado artículo 128, “cuando la
persona que es capturada en flagrancia [y] no tiene documento de identidad,
la registraduría expide el mismo, pero se debe acompañar el registro civil de
nacimiento.”
2.2. Escrito de la Registraduría Municipal de El Espinal, Tolima
El 14 de febrero de 2011, el Registrador Municipal de El Espinal, reiteró
íntegramente los argumentos presentados tanto en el escrito de contestación de
la acción de tutela, y el que allegó con posterioridad al juzgador de instancia el
14 de julio de 2010, para concluir que ese despacho ha respondido cabalmente
en relación con la situación del demandante, estando a la espera de que allegue
el documento soporte para la recepción del trámite, y en consecuencia, pueda
ser asignado cupo numérico de cédula de ciudadanía.
2.3. Escrito de la Registraduría Nacional del Estado Civil
El 11 de febrero de 2011, la Jefe de la Oficina Jurídica de la Registraduría
Nacional del Estado Civil, transcribió in extenso el contenido del oficio
RNEC-DNI-AT-482 del mismo día, mes y año, suscrito por el Coordinador del
Grupo Jurídico (DNI), que específicamente alude al procedimiento que debe
adelantarse para establecer la plena identidad de una persona que aún no tiene
asignado un cupo numérico de identificación o que por alguna circunstancia
no recuerda su número de cédula de ciudadanía.
Al respecto precisó, que una vez gestionado en debida forma el formato para
establecer la plena identidad, con las impresiones dactilares y la información
biográfica correspondiente, el registrador municipal, especial, auxiliar y/o
centro de acopio y delegaciones departamentales, deberán remitirlo con
destino a la coordinación de archivos de identificación DNI, para que la reseña
dactilar sea validada automáticamente en las bases de datos de esta entidad y
así poder establecer si al ciudadano le fue asignado cupo numérico y/o cédula
de ciudadanía. Si el resultado de la validación es negativo, es decir, arroja la
inexistencia de cédula de ciudadanía adjudicada, el ciudadano deberá iniciar
los procedimientos correspondientes para solicitar la expedición (por primera
vez) de su documento de identidad, para lo cual deberá allegar como
documento base de cedulación, el registro civil de nacimiento y/o la tarjeta de
identidad.
En caso de que la persona no posea registro civil de nacimiento y/o tarjeta de
identidad, deberá entonces iniciar el proceso de inscripción en el registro, lo
cual obedece exclusivamente al estado civil de una persona que únicamente
puede ser probado mediante el registro civil de nacimiento, documento por
excelencia válido para que sea expedida la cédula de ciudadanía. El citado
registro civil, deberá sentarse acreditando el nacimiento con documentos
auténticos, o con copias de las actas de las partidas parroquiales, si el
interesado fue bautizado en la religión católica, o de las anotaciones de origen
religioso, si pertenece a otro credo, o en últimas, deberá allegar declaraciones
juramentadas presentadas ante el funcionario de registro por dos (2) testigos
hábiles que hayan presenciado el hecho o hayan tenido noticia directa y
fidedigna de él, donde deberán expresarse los datos indispensables para llevar
a cabo la inscripción (Decreto Ley 1260 de 1970, Arts. 49 y 50).
En caso de que no se cuente con el registro civil de nacimiento y se
desconozcan los datos de la persona a registrar, así como la fecha de
nacimiento y lugar, el solicitante deberá presentar ante el funcionario de
registro una constancia o certificación sobre la presunta oriundez de la persona
a inscribir, la cual debe ser expedida por el Alcalde, el Personero, el Juez, el
Defensor de Familia o el Cura Párroco, pertenecientes al municipio de
domicilio de la persona cuyo nacimiento se desea registrar, y un examen
médico legal donde se determine su presunta edad, lo cual se utilizará como
marco de referencia para tramitar la inscripción en el registro civil de
nacimiento. Es deber del funcionario, conservar los nombres y apellidos con
los cuales se conozca a la persona a inscribir, asignar como fecha de
nacimiento el día 1° del mes y año que corresponda a la edad determinada en
el dictamen médico con base en su fecha de expedición. En caso de que el
inscrito no tenga nombre ni apellido, se le pueden asignar unos comunes a la
región (Decreto 1260 de 1970, Arts. 61 y 62).
Efectuada la inscripción, el ciudadano podrá proceder a solicitar el trámite de
expedición de la cédula de ciudadanía en la registraduría más cercana a su
lugar de residencia, allegando certificado del grupo sanguíneo y factor RH,
registro civil de nacimiento o tarjeta de identidad, según fuere el caso, y tres
(3) fotos a color (tamaño 4x5 cm, de frente, fondo blanco, ropa formal y
contrastar con el color de la piel). En caso de que la persona no tenga pelo o
sea de color claro, el fondo de la foto debe ser azul.
Recepcionada la información, el material será remitido al respectivo centro de
acopio a nivel departamental, para adelantar el proceso de digitalización y
envío a las oficinas centrales de la registraduría nacional del estado civil,
teniendo en cuenta que la producción de cédulas de ciudadanía se realiza de
manera centralizada.
De igual manera, los datos bibliográficos de los ciudadanos son cotejados
automáticamente en la interfase de registro civil, y luego se genera la
validación automática de impresiones dactilares. De presentarse alguna
inconsistencia con el material de cedulación, este es verificado por un técnico
dactiloscopista, quien previa verificación en los archivos físicos y magnéticos
de identificación avalará con su firma, si es del caso, el cotejo
correspondiente. Esto a fin de evitar cualquier intento de suplantación, doble
cedulación o el accionar de bandas delincuenciales existentes en el país.
También, se verifica la foto y los rasgos de la firma, así como también el
plástico es sometido a un control de calidad final antes de su envío al
ciudadano, con el fin de garantizar la confiabilidad de la cédula de ciudadanía,
asegurando que los datos contenidos en ésta correspondan a su verdadero
titular.
Con base en lo anterior, estimó haber dado cumplimiento a lo ordenado, razón
por la cual solicitó, de manera respetuosa, “el archivo definitivo de la presente
actuación.”
III. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS
1. Competencia
Esta Sala de la Corte Constitucional es competente para revisar la sentencia
dictada por el Juzgado Segundo Penal del Circuito de El Espinal, Tolima,
dentro de la acción de tutela de la referencia, de conformidad con lo
establecido en los artículos 86 y 241-9 de la Constitución Política, en
concordancia con los artículos 31 a 36 del Decreto 2591 de 1991.
2. Problema jurídico
Con fundamento en la situación fáctica expuesta, la decisión judicial de
instancia y la información allegada en el trámite de revisión, le corresponde a
la Corte Constitucional determinar, si el derecho fundamental a la
personalidad jurídica del señor Jaime Sierra Cortés, quien se encontraba
privado de la libertad para el momento de la presentación de la acción de
tutela, fue vulnerado por la Registraduría Municipal de El Espinal, Tolima, al
negarse a expedir la cédula de ciudadanía, bajo la consideración de que no fue
allegado el registro civil de nacimiento o la tarjeta de identidad, como
documento soporte, para poder efectuar el respectivo trámite.
3. Derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica (Art. 14 CP)
3.1. Alcance dado por la jurisprudencia constitucional
Esta corporación, desde sus primeros pronunciamientos, ha venido
determinando el alcance constitucional del derecho a la personalidad jurídica
consagrado en el artículo 14 de la Constitución Política, teniendo como base
sustancial del mismo, la persona humana en tanto “razón y fin de la
Constitución de 1991”, apoyándose también, en instrumentos internacionales
que aluden expresamente a esta garantía, como son, la Declaración Universal
de Derechos Humanos (Art. 6°), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (Art. 16), y la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(Arts. 1°, Nral. 2° y 3°). Del mismo modo, aunque no lo ha expresado este
tribunal, también debe incluirse la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre (Art. XVII).
Así las cosas, en Sentencia T-485 de 1992, esta Corte explicó la superación
del individualismo propio del Estado liberal burgués, para avanzar hacia la
idea de la persona en el modelo social, concepción que se materializó en la
segunda posguerra, contexto en el que cobra especial sentido el
reconocimiento del derecho a la personalidad jurídica, en virtud del cual, la
persona por su sola existencia, es sujeto de derechos. En aquella ocasión, dijo:
“Como resultado de la disminución del valor filosófico del
individualismo clásico, del pensamiento liberal contenido en la
Declaración de 1789, principalmente por la influencia del
pensamiento socialista, en los últimos cincuenta años se usa de
manera preferente la expresión ‘persona’ en vez de la de ‘individuo’
para referirse a los titulares de los derechos humanos. No se trata
simplemente de un juego de palabras. Esta variación terminológica
tiene profundo contenido de filosofía política. Una precisión previa
se impone, en el sentido de que desde los orígenes de la
consagración de los derechos humanos (finales del Siglo XVIII), se
mantiene invariable el principio según el cual toda asociación
política está organizada para servir al Hombre. Esta aseveración,
requiere una explicación sobre la concepción y trato del Hombrepersona en lugar del Hombre-individuo, en dos sentidos: El
reconocimiento de la filosofía personalista, que rechaza la idea de
las relaciones del hombre con la sociedad sobre la base de un
antagonismo radical, propio del individualismo de 1789. (…) El
segundo sentido muestra, en la óptica de 1789, el reconocimiento al
individuo de la imposición al Estado de una actitud de abstención
frente al juego de las libertades. En la perspectiva contemporánea,
se imponen al poder público acciones positivas, lo que amplía la
primacía reconocida al hombre, en la medida en que son mayores
las obligaciones impuestas al Estado. De donde se deduce que no es
el individuo sino la persona situada en la sociedad, la que resulta
sujeto de los nuevos derechos sociales y solidarios.
(…)
En efecto, surge el [d]erecho a la [p]ersonalidad [j]urídica, que
presupone toda una normatividad jurídica, según la cual todo
hombre por el hecho de serlo tiene derecho a ser reconocido como
sujeto de derechos, con dos contenidos adicionales: titularidad de
derechos asistenciales y repudio de ideologías devaluadoras de la
personalidad, que lo reduzcan a simple condición de cosa.”
En igual sentido, la Corte Constitucional ha considerado que el derecho a la
personalidad jurídica es fundamental, y que su titularidad recaba única y
exclusivamente en la persona natural, pues “[l]a regulación del proceso de
formación y reconocimiento de la personalidad jurídica de entes,
organizaciones y patrimonios, es función propia del legislador.” Sobre este
particular, en Sentencia C-486 de 1993, expresó:
“El único sujeto al cual se refiere el artículo 14 de la C.P. es a la
persona natural. Ante ella se inclina la Constitución - como de otra
parte también lo ha hecho la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (art. 6), el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (art. 16) y la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (art. 13) -, para reconocer su personalidad
jurídica. El acto de reconocimiento atestigua que la personalidad es
un atributo congénito a la persona que precede al mismo
ordenamiento que se limita a declararlo.
La personalidad jurídica indica en el caso de la persona natural su
idoneidad para ser titular de todas las posiciones jurídicas
relacionadas con sus intereses y actividad. El reconocimiento que
extiende la Constitución a la capacidad jurídica general de todas
las personas naturales, es una concreción necesaria del principio
de igualdad, que es compatible sin embargo con las formas de
incapacidad jurídica que puede consagrar la ley en aras del interés
de la persona misma o de un superior interés público.
El derecho a la personalidad jurídica reconocido a toda persona
postula, como se ha dicho, una radical reivindicación del principio
de igualdad jurídica, y se endereza a hacer de todo miembro de la
sociedad -independientemente de su raza, sexo, edad y condiciónun sujeto dotado de capacidad jurídica e inmune a la degradación
legal de su indisputada personalidad, lo que no fue así
históricamente en la sociedad esclavista y en los oprobiosos
regímenes totalitarios de este siglo. Del mismo modo el derecho
fundamental a la personalidad jurídica no se concilia con las
limitaciones generales a la capacidad general y la consagración de
incapacidades especiales que en cierta época se predicaron de la
mujer casada y de los hijos extramatrimoniales.”
Así mismo, ha precisado esta corporación que el Estado se limita a través del
ordenamiento jurídico, a su reconocimiento, sin determinar exigencias para su
ejercicio, teniendo en cuenta que la Constitución colombiana “es una de las
constituciones políticas donde la inmensa mayoría de los derechos se otorgan
sin referencia a la nacionalidad.”
Posteriormente, en Sentencia T-090 de 1996, este tribunal precisó, a partir de
una interpretación sistemática de la Constitución (Art. 1°, 14 y 16 CP), que el
derecho a la personalidad jurídica no se puede circunscribir exclusivamente a
los atributos de la personalidad, sino que la protección debe extenderse a los
intereses de la persona, cuyo desconocimiento degraden su dignidad. Bajo este
criterio hermenéutico amplio, consideró que los derechos a la identidad y a la
propia imagen, deben entenderse como parte integrante de la personalidad
jurídica. En esa ocasión, la Corte expuso:
“El reconocimiento de la personalidad jurídica, encuentra en el
artículo 14 de la C.P., una especie de cláusula general de
protección de todos los atributos y derechos que emanan
directamente de la persona y sin los cuales ésta no podría
jurídicamente estructurarse. Por consiguiente, salvo que en la
propia constitución de manera expresa se defina y ampare un
derecho indisolublemente vinculado con la personalidad jurídica, la
anotada disposición constitucional le extiende protección a los
intereses del sujeto cuyo desconocimiento degraden su dignidad. En
este sentido, no podría hablarse de pleno reconocimiento de la
personalidad jurídica, si la identificación de la persona se limitase
a considerar su sexo, edad, estado o filiación, dejando de lado las
vulneraciones y alteraciones deliberadas o culposas que
injustamente afecten la identidad cultural derivada de los hechos y
circunstancias claramente conocidos en el ambiente social en el que
se desenvuelve la persona. El reconocimiento de la personalidad
jurídica, carecería de sentido, sino aparejara también su ejercicio
legítimo, máxime si se toma en consideración el aspecto dinámico
consustancial al obrar como persona. La consecuencia de hacer
uso de la personalidad jurídica, a través de múltiples actos en los
que se patentiza la libertad del sujeto (C.P. art., 16), trasciende en
el plano individual y social mediante la adquisición y abandono de
hábitos, connotaciones, atributos, virtudes y demás elementos que
contribuyen a configurar la personalidad única e insustituible de
que goza el individuo y que como tal es merecedora de respeto por
los demás.”
De igual modo, en Sentencia C-004 de 1998, la Corte reiteró que el estado
civil de las personas tiene relación directa con el derecho a la personalidad
jurídica, y con ello a que sean titulares de unos atributos que son propios de la
persona humana, además de ser una manifestación concreta, “acaso la más
importante, del principio de igualdad consagrado en el artículo 13 de la
Constitución”. Al respecto, esta corporación dijo:
“De conformidad con el último inciso del artículo 42 de la
Constitución, ‘la ley determinará lo relativo al estado civil de las
personas y los consiguientes derechos y deberes’.
Fuera de la anterior referencia al estado civil, ¿existe otra en la
Constitución? Sin lugar a dudas hay otra, expresa: la del artículo
14: “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su
personalidad jurídica”.
(…)
Pero, la personalidad tiene unos atributos, que implican derechos y
obligaciones. Esos atributos son inseparables del ser humano, pues
no se concibe, en el presente estado de la evolución jurídica, un ser
humano carente de personalidad jurídica. Tales atributos son:
a) La capacidad de goce;
b) El patrimonio;
c) El nombre;
d) La nacionalidad;
e) El domicilio; y,
f) El estado civil, que corresponde sólo a las personas
naturales.
De lo anterior cabe deducir que cuando la Constitución reconoce a
toda persona [humana] el derecho a la personalidad jurídica, le
está reconociendo esos atributos cuya suma es igual a tal
personalidad.
No puede aceptarse, en efecto, un ser humano que no tenga aptitud
para adquirir derechos (capacidad de goce); que no tenga un
patrimonio, entendido éste como la universalidad de derechos y
obligaciones, actuales y futuros, que tienen por titular a una
persona; que carezca de un nombre, que es elemento esencial del
estado de las personas; que no tenga una nacionalidad, como
generalmente acontece, salvo casos excepcionales; que carezca de
domicilio, es decir, una persona que no tenga una sede jurídica; o
que, finalmente, no tenga el estado civil que le corresponde.
(…)
En conclusión: la personalidad jurídica (formada por todos sus
atributos), está expresamente reconocida por la Constitución como
un derecho del ser humano, como algo inherente a él, de lo cual no
puede jamás ser despojado.”
De esta manera, el derecho a la personalidad jurídica, se constituye en una
garantía individual que guarda estrecha relación con la dignidad humana (Art.
1° CP), la igualdad material (Art. 13 CP) y el libre desarrollo de la
personalidad (Art. 16 CP), preconizados por el Estado social de derecho. Por
lo tanto, su alcance no debe circunscribirse a los atributos de la personalidad,
sino que debe entenderse que todo acto que degrade o ponga en entredicho la
dignidad, puede derivar en vulneración de la personalidad jurídica, pues “[l]a
persona individual es una realidad sustantiva que si bien no puede ser
captada jurídicamente en su totalidad única e intransferible, sí demanda
consideración, respeto y reconocimiento.”
3.2. Ámbitos del derecho fundamental a la personalidad jurídica
Esta corporación, en sede del control concreto de constitucionalidad, ha
abordado y protegido el derecho fundamental a la personalidad jurídica, a
partir de distintos enfoques, los cuales es preciso identificar en la presente
oportunidad, atendiendo las particulares circunstancias del asunto materia de
revisión.
3.2.1. Tardanza en la práctica de la prueba antropoheredobiológica, en
procesos judiciales que pretenden determinar la filiación natural
En Sentencias T-966 de 2001, T-641 de 2001 y T-183 de 2001, este tribunal
tuvo oportunidad de decidir algunos casos en los que fue demandado el
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -ICBF-, por la demora en la
práctica de la prueba genética con la que se pretendía establecer la filiación
natural de menores de edad. A juicio de la Corte, “la forma como está
desarrollándose el proceso de establecimiento de citas de exámenes de
paternidad, ADN, y la indeterminación en el tiempo para que tal hecho se
produzca, está evidenciando el desconocimiento de los derechos
fundamentales a la filiación, como atributo de la personalidad jurídica, y del
derecho de toda persona de saber quiénes son sus padres, lo que adquiere
especial connotación cuando corresponde a la filiación de menores de edad.
Además, como se advirtió, dada la naturaleza de la prueba genética, su
incidencia es esencial en el resultado del proceso de paternidad, al grado tal
de que su omisión, puede convertir la sentencia respectiva en una vía de
hecho.”
En la misma línea, en Sentencias T-1342 de 2001 y T-488 de 1999, la Corte
constató la existencia de un defecto fáctico dentro de sendos procesos
judiciales de investigación de la filiación natural, los cuales fueron decididos
de fondo sin la práctica de la prueba antropoheredobiológica, desconociendo
su conducencia y obligatoriedad. Al respecto, precisó que “el reconocimiento
de la personalidad jurídica y los atributos que a ésta acompañan, como son,
entre otros, el estado civil y el nombre, de los cuales son titulares, priman en
un proceso como el de filiación natural, de manera que es desde esta
perspectiva constitucional, que debe analizarse las consecuencias de los
yerros técnicos y procedimentales en que se haya podido incurrir dentro del
respectivo trámite.”
3.2.2. No inscripción de menores de edad en el registro civil
Esta corporación, en Sentencias T-277 de 2002 y T-963 de 2001, decidió dos
acciones de tutela en las que la pretensión estaba encaminada a que las
autoridades demandadas, inscribieran a dos menores de edad, en el registro
civil.
En la primera decisión, la Corte no accedió a la tutela de los derechos
fundamentales, bajo el argumento de que le asistía razón al funcionario
administrativo para no inscribir al menor en el registro civil, solamente con los
apellidos maternos, en tanto la accionante figuraba con vínculo matrimonial
vigente. Agregó, que si la intención era definir la filiación de su hijo, “no es la
tutela el mecanismo judicial idóneo para cumplir tal objetivo”, por cuanto el
mecanismo idóneo es la acción impugnatoria del estado de hijo legítimo, ante
la jurisdicción ordinaria, para establecer la paternidad y desvirtuar la
presunción de legitimidad a que alude el artículo 213 del Código Civil. Sin
embargo, consideró “que la omisión del registro por parte de quienes tienen a
su cargo la obligación de solicitarlo y efectuarlo, implica la vulneración de
los derechos fundamentales del menor a tener un nombre y una personalidad
jurídica”, razón por la cual la Sala previno a la actora “para que proceda a
registrar a su hijo (…) con el primer apellido de su esposo, seguido del
primero de la madre, tal y como lo ordena el artículo 53 del Decreto 1260 de
1970 -modificado por el artículo 1° de la Ley 54 de 1989-”.
A su turno, el segundo pronunciamiento amparó el derecho fundamental a la
personalidad jurídica, a pesar de que el municipio de Sucre, Cauca,
recientemente creado para el momento de la ocurrencia de los hechos, no
contara con registrador en funciones, en tanto “la no inscripción en el registro
civil, carece de justificación y merece ser reprochada, pues no es razonable
que por medio de la ley se exija el cumplimiento de determinadas conductas, y
a su vez, no se proporcionen los elementos necesarios, ya que se está
desconociendo el derecho a la personalidad jurídica de los menores recién
nacidos, contemplado en el artículo 14 de la Constitución” Añadió, que
“[e]sta circunstancia, desconoce no sólo las normas constitucionales, sino
también las normas legales, pues la importancia que la ley le otorga a la
inscripción en el registro civil de nacimiento, al exigir que sea máximo dentro
del mes siguiente a su ocurrencia (artículo 48 decreto 1260 de 1970), es
precisamente, una disposición que protege los derechos fundamentales del
recién nacido, para que pueda adquirir los atributos esenciales de su
personalidad, entre otros el nombre, que servirá para identificarlo y otorgarle
ciertos derechos autónomos e inherentes a su personalidad.”
3.2.3. Cancelación de la segunda cédula de ciudadanía
De manera reciente, este tribunal, en Sentencia T-006 de 2011, estudió una
acción de tutela en la que la Registraduría Nacional del Estado Civil, canceló a
un ciudadano la segunda cédula de ciudadanía. Para la Corte, además de que
este tipo de procedimientos exige garantizar el debido proceso, en su
dimensión expresamente estatuida del derecho “a ser oído”, la actuación
desplegada por la citada autoridad de la organización electoral, afectó el
derecho a la personalidad jurídica del demandante, en tanto en el documento
que quedó vigente para él, no se registraron los verdaderos atributos de su
personalidad. Sobre este último punto, el citado pronunciamiento señaló:
“[L]a competencia con la cual cuenta la Registraduría Nacional
del Estado Civil, de proceder a cancelar cédulas de ciudadanía en
caso de múltiple cedulación, puede comprometer al menos hasta
cierto grado el reconocimiento de la personalidad jurídica del
titular de los documentos. Porque aunque esa competencia está
asignada de modo expreso por el artículo 67 del Decreto ley 2241
de 1986 (Código Electoral), y es un instrumento valioso al servicio
de la Organización Electoral para alcanzar el cometido
constitucional de organizar “lo relativo a la identidad de las
personas” (art. 120, C.P.), lo cierto es que se trata de una facultad
ejercida por humanos. Y, como en cualquier asunto humano, en la
cancelación de una o más cédulas de ciudadanía pueden cometerse
errores. La Registraduría Nacional del Estado Civil no está exenta
de equivocarse. Y nada impide que el resultado de ese error
conduzca, precisamente, a violar el derecho a la personalidad
jurídica del titular de los documentos. De hecho, es posible que así
ocurra, por ejemplo, cuando la Registraduría Nacional del Estado
Civil cancela una o más cédulas de un mismo titular, pero le deja
vigente una que, según el interesado, no refleja los atributos de su
personalidad. || Y eso fue lo que ocurrió en este caso.”
3.2.4. Afectación del derecho a la propia imagen y a la identidad
Por otra parte, la Corte, en Sentencia T-090 de 1996, accedió a la tutela de los
derechos fundamentales a la intimidad, a la propia imagen y a la identidad, en
el caso de una mujer en estado de gestación que autorizó la filmación de su
parto, siempre y cuando la transmisión fuera de buen gusto, y sirviera para
rendir homenaje a la vida. Sin embargo, el propósito inicialmente acordado
fue desviado, por cuanto el filme fue utilizado con el objeto de comparar el
parto de las madres burguesas, donde se incluía a la accionante, con el de
aquellas de escasos recursos económicos.
En sentir de esta corporación, la programadora incumplió las condiciones
contractuales inicialmente pactadas, vulnerándose de esta forma las aludidas
garantías constitucionales, resaltando en relación con el derecho a la propia
imagen, que “por ser inseparable de la persona y emanación directa de ésta,
queda dentro del ámbito de protección que determina el artículo 14 de la
C.P.”
3.2.5. Dilación en la entrega de la cédula de ciudadanía
Uno de los ámbitos más connotados en la jurisprudencia de la Corte, en
relación con la garantía del derecho a la personalidad jurídica, hace relación
con la demora en la expedición de la cédula de ciudadanía.
En efecto, en Sentencias T-721 de 2010, T-042 de 2008, T-644 de 2007,
T-497 de 2006, T-056 de 2006, T-1058 de 2002, T-1050 de 2002, T-909 de
2001 y T-532 de 2001, la Corte abordó el análisis del derecho a la
personalidad jurídica, tutelando en todos los casos, por considerar que la no
entrega oportuna de la cédula de ciudadanía por parte de la organización
electoral, no hace posible la identificación de las personas (acreditación de la
mayoría de edad y la ciudadanía), ni el ejercicio de los derechos civiles y
políticos. Por tal razón, la jurisprudencia constitucional ha indicado que es
deber del Estado garantizar su oportuno trámite, expedición, renovación y
rectificación, en tanto se trata de un documento que va más allá de la simple
identificación de los ciudadanos, pues además de la determinación de la
individualidad de cada persona, permite acreditar la mayoría de edad y, en
consecuencia, la capacidad civil, así como también refrenda la condición de
ciudadano para el ejercicio de los derechos políticos. Así lo expresó, este
tribunal, en Sentencia C-511 de 1999:
“La Constitución y la ley han asignado a la cédula de ciudadanía,
tres funciones particularmente diferentes pero unidas por una
finalidad común, cual es la de identificar a las personas, permitir el
ejercicio de sus derechos civiles y asegurar la participación de los
ciudadanos en la actividad política que propicia y estimula la
democracia.
Jurídicamente hablando, la identificación constituye la forma como
se establece la individualidad de una persona con arreglo a las
previsiones normativas. La ley le otorga a la cédula el alcance de
prueba de la identificación personal, de donde se infiere que sólo
con ella se acredita la personalidad de su titular en todos los actos
jurídicos o situaciones donde se le exija la prueba de tal calidad.
En estas condiciones, este documento se ha convertido en el medio
idóneo e irremplazable para lograr el aludido propósito.
De otra parte, la cédula juega papel importante en el proceso de
acreditación de la ciudadanía, que se ejerce por los nacionales a
partir de los 18 años y que, en los términos del artículo 99 de la
Constitución, es la ‘...condición previa e indispensable para ejercer
el derecho de sufragio, para ser elegido y para desempeñar cargos
públicos que llevan anexa autoridad o jurisdicción".
La ciudadanía es pues el presupuesto esencial para el ejercicio de
los derechos políticos y éstos, a su vez, se traducen en la facultad de
los nacionales para elegir y ser elegidos, tomar parte en elecciones,
plebiscitos, referendos, consultas populares, cabildos abiertos,
revocatorias de mandatos, constituir partidos, movimientos y
agrupaciones políticas, formar parte de ellos libremente y difundir
sus ideas y programas, promover acciones de inconstitucionalidad
en defensa de la integridad y supremacía de la Constitución y, en
fin, desempeñar cargos públicos, etc. (C.P. arts. 40, 99, 103, 107,
241).
Pero, además de lo señalado, la cédula de ciudadanía constituye
también un medio idóneo para acreditar la ‘mayoría de edad’, o
sea, el estado en que se alcanza la capacidad civil total,
circunstancia en que se asume por el legislador que la persona ha
logrado la plenitud física y mental que lo habilita para ejercitar
válidamente sus derechos y asumir o contraer obligaciones civiles.
En resumen, la cédula de ciudadanía representa en nuestra
organización jurídica, un instrumento de vastos alcances en el
orden social, en la medida en la que se considera idónea para
identificar cabalmente a las personas, acreditar la ciudadanía y
viabilizar el ejercicio de los derechos civiles y políticos.”
En tal virtud, para la Corte la cedulación no puede ser entendida como un
mero trámite de identificación que debe efectuar el Estado, sino que en
realidad se trata de un acto en el que además de garantizarse la individualidad
de la persona, se obtiene la ciudadanía y, por contera, la posibilidad de ejercer
sus derechos civiles, y de participar en la conformación, ejercicio y control del
poder político.
3.2.6. Personas en situación de desplazamiento forzado
Este tribunal, en Sentencia T-025 de 2004, mediante la cual declaró el estado
de cosas inconstitucional en materia de desplazamiento forzado en Colombia,
aludió a los derechos fundamentales que se encuentran vulnerados en ese
contexto, dentro de los que destacó, el derecho a la personalidad jurídica,
“puesto que por el hecho del desplazamiento la pérdida de los documentos de
identidad dificulta su registro como desplazados y el acceso a las distintas
ayudas, así como la identificación de los representantes legales, cuando se
trata de menores de edad que son separados de sus familias.”
3.2.7. Cambio de nombre como expresión de la individualidad
En Sentencia T-594 de 1993, este tribunal decidió favorablemente un caso, en
el que una persona de sexo masculino, pretendía modificar su nombre por uno
femenino, trámite que en sede notarial fue desestimado. La citada decisión
consideró que “es viable jurídicamente que un varón se identifique con un
nombre usualmente femenino, o viceversa: que una mujer se identifique con
un nombre usualmente masculino, o que cualquiera de los dos se identifique
con nombres neutros o con nombres de cosas. Todo lo anterior, con el
propósito de que la persona fije, en aras del derecho al libre desarrollo de la
personalidad, su identidad, de conformidad con su modo de ser, de su
pensamiento y de su convicción ante la vida.”
Así las cosas, la Corte, con fundamento en los artículos 94 y 95 del Decreto
Ley 1260 de 1970, concluyó que “todo individuo, a su libre arbitrio autonomía personal, como desarrollo de la personalidad (Art. 16 C.P.)-cuenta
con la facultad de modificar su nombre -ius adrem-, mediante escritura
pública que se deberá inscribir en el respectivo registro civil. Cualquier
individuo puede pues determinar su propio nombre, así este, para los demás
tenga una expresión distinta a la del común uso, ya que lo que está
expresando el nombre es la identidad singular de la persona frente a la
sociedad. No es un factor de homologación, sino de distinción. He ahí por qué
puede el individuo escoger el nombre que le plazca.”
Luego, en Sentencia T-1229 de 2001, la Corte conoció una acción de tutela en
la que encontró que el derecho a la personalidad jurídica de la demandante,
menor de edad, había sido vulnerado, en razón al reconocimiento que como
hija extramatrimonial efectuara su supuesto padre, lo cual implicó modificar
unilateralmente su registro civil en trámite notarial, sin haber sido informada
previamente.
Finalmente, en Sentencia T-168 de 2005, esta corporación amparó la garantía
de la personalidad jurídica del peticionario, quien por vía notarial había
solicitado el cambio de su nombre de pila, para asumir en adelante la identidad
de una corporación deportiva, trámite que fue denegado bajo el argumento de
que se trataba de un nombre que pertenecía a una persona jurídica. Por el
contrario, la Corte estimó que las personas pueden solicitar el cambio de
nombre con el fin de identificarse personalmente con el nuevo apelativo,
precisando que no puede exigirse requisitos o imponer condiciones que no
están consagradas en la ley, menos aún, cuando se traducen en consideraciones
personales.
Empero, la Corte indicó que el cambio de nombre no es una facultad ilimitada
que tiene la persona, pues en aquellos casos en los que se busca hacer apología
a la violencia o que no sea claramente individualizable, resulta improcedente
la solicitud. Así lo expresó, este tribunal:
“Los argumentos anteriores, no pueden ser interpretados como una
autorización para que nunca sea posible limitar los nombres de las
personas naturales. En efecto, el derecho al libre desarrollo de la
personalidad y el derecho a la personalidad jurídica pueden ser
limitados, cuando la utilización del nombre correspondiente
restrinja irrazonablemente o vulnere otros valores o derechos
constitucionales. Por ejemplo, la Sala considera que consiste un
abuso de los derechos mencionados el querer denominarse con
nombres que constituyan claramente una apología a la violencia.
Así, a manera de ejemplo, no es constitucionalmente exigible
denominarse ‘viva el terrorismo’. De la misma manera, puede
resultar abusivo llamarse de tal forma que se torne imposible a las
autoridades correspondientes cumplir la función de identificar a la
persona. También a manera de ejemplo, no sería defendible
constitucionalmente
querer
llamarse
“@HNYUGYTFYVUUYIUOI%&OP-¡!”, ya que dicha
denominación imposibilitaría que el nombre cumpliera su función
de distinguir al denominado del resto de la sociedad”
Del mismo modo, sostuvo que el nombre que identifica una persona natural,
no es un asunto que esté regulado por las leyes comerciales, razón por la cual
precisó que “los nombres personales pueden provenir de personajes o figuras
míticas, religiosas, políticas, o también de lugares geográficos, fenómenos
naturales, objetos, cosas o, como en el presente caso, de nombres comerciales,
marcas o denominaciones de clubes deportivos, a partir de los cuales una
persona no solo quiere distinguirse de los demás sino expresar un aspecto que
ella estima esencial de su propia identidad.”
En suma, han sido distintos e importantes los ámbitos en los que la Corte ha
garantizado el derecho fundamental a la personalidad jurídica, mención que se
torna suficiente, a fin de entrar a decidir la acción de tutela que ocupa la
atención de la Sala de Revisión.
4. Análisis y solución del caso concreto
4.1. Breve referencia a la situación fáctica que dio lugar a la presentación
de la acción de tutela, a partir del acervo probatorio
4.1.1. El señor Javier Sierra Cortés, promovió acción de tutela contra la
Registraduría Municipal de El Espinal, Tolima, con el propósito de que sea
expedida la cédula de ciudadanía, y en consecuencia, pueda contar con un
documento de identidad para ejercer a plenitud sus derechos civiles y
políticos.
4.1.2. De las pruebas allegadas al expediente, la Sala pudo constatar con cierto
grado de certeza, que (i) el demandante no se encuentra inscrito en el registro
del estado civil, de lo cual dio cuenta la autoridad demandada (folios 17); (ii)
como consecuencia de su captura en flagrancia, que tuvo lugar el 9 de enero
de 2010 en el municipio del El Espinal, Tolima, fue procesado por el delito de
hurto calificado y agravado, siendo sentenciado, luego de haberse allanado a
los cargos, a 19 meses y 8 días de prisión. Así mismo, fue beneficiado con el
subrogado de suspensión condicional de la ejecución de la pena (folio 78 del
cuaderno de revisión); (iii) a pesar de que la Fiscalía Segunda Local de la
misma municipalidad, solicitó a la autoridad accionada mediante oficio N°
513 del 25 de junio de 2010, la expedición de la cédula de ciudadanía con
apoyo en el artículo 128 de la Ley 906 de 2004, la petición fue declarada
improcedente, bajo la consideración de que (iiia) la plena identidad del actor,
le corresponde determinarla a la Registraduría Nacional del Estado Civil; (iiib)
para la asignación de un cupo numérico, se debe tener como documento base
de cedulación, el registro civil de nacimiento o la tarjeta de identidad,
haciendo precisión de que en caso de que el ciudadano no se encuentre inscrito
en el registro civil, como ocurre con el accionante, debe seguirse el
procedimiento dispuesto en el Decreto Ley 1260 de 1970; y (iiic) en razón a la
expedición de las Leyes 1142 (Art. 11) y 1153 (Arts. 12 parágrafo y 99),
ambas de 2007, se ha presentado un vacío normativo, el cual deviene de la
falta de claridad respecto de la supresión del documento soporte, a fin de que
sea expedida la cédula de ciudadanía.
4.1.3. La decisión judicial materia de revisión, emanada del Juzgado Segundo
Penal del Circuito de El Espinal, Tolima, apoyada en el Código Electoral, el
Decreto Ley 1260 de 1970 y disposiciones reglamentarias, negó el amparo
constitucional deprecado, bajo la consideración de que el actor no acreditó los
requisitos necesarios, para que la autoridad demandada accediera a la solicitud
de expedición de la cédula de ciudadanía.
4.2. La situación excepcional en la que se encontraba el demandante,
exigía de la Registraduría Municipal de El Espinal, Tolima, un grado de
diligencia mayor a fin de garantizar su derecho fundamental a la
personalidad jurídica
4.2.1. Conforme lo establece el artículo 62 del Código Electoral, “[p]ara
obtener la cédula de ciudadanía se necesita acreditar la edad de dieciocho
(18) años cumplidos y la identidad personal mediante la presentación ante el
Registrador del Estado Civil o su delegado del registro civil de nacimiento o
la tarjeta de identidad, la carta de naturaleza en el caso de los nacionalizados
y la de inscripción en el de los hispanoamericanos y brasileros por
nacimiento.”
El contenido de la citada disposición, haría pensar que le asistió razón a la
entidad demandada para no expedir la cédula de ciudadanía al demandante, y
con el mismo raciocinio, que la decisión del juez de instancia, también fue
acertada. Sin embargo, la Corte considera que la valoración efectuada por
ambos funcionarios no fue del todo afortunada, en tanto pasaron por alto que
el accionante se encontraba privado de la libertad, y que en su situación, se
imponía un mayor grado de diligencia con el fin de superar cualquier tipo de
formalismo, y así poder hacer efectiva la garantía del derecho a la
personalidad jurídica.
4.2.2. Al respecto, recuérdese que dentro de los fundamentos que soportan el
Estado constitucional de derecho, se encuentran la omnipresencia de la Carta
Fundamental y el papel protagónico que adquiere el juez, toda vez que su
labor no se limita a la de ser simple aplicador mecánico o deductivo de la
norma jurídica a casos concretos, sino que su deber debe propender por
garantizar la efectividad de los derechos consagrados en la Constitución (Art.
2° CP).
4.2.3. De esta manera, para la Corte, existen importantes razones que permiten
acceder a la tutela del derecho fundamental a la personalidad jurídica del
accionante, pues más allá de que no cuente con un documento soporte
(registro civil de nacimiento o tarjeta de identidad), como lo denominó la
autoridad accionada, para que sea efectuado el trámite de cedulación, se
imponía superar ese excesivo ritual manifiesto, teniendo en cuenta la situación
particular del demandante, quien para el 25 de junio de 2010, según lo indicó
la Fiscalía Segunda Local de El Espinal, Tolima, se encontraba “privado de la
libertad desde el mes de enero de 2.010, y no se ha podido realizar la
audiencia de individualización de pena y sentencia para definir su situación
penal por no estar Cedulado.” De igual manera, porque el artículo 11 de la
Ley 1142 de 2007, vigente para el momento de la ocurrencia de los hechos,
precisaba la forma de proceder para efectuar el respectivo trámite de
expedición de la cédula de ciudadanía, en relación con personas privadas de la
libertad que no estaban inscritas en el registro civil. El contenido de la citada
disposición, era del siguiente tenor:
“Artículo 11. El artículo 128 de la Ley 906 de 2004, tendrá un
segundo inciso que quedará así:
En los eventos en que el capturado no presente documento de
identidad, la policía judicial tomará el registro decadactilar y lo
remitirá inmediatamente a la Registraduría Nacional del Estado
Civil a efectos de que expida en forma inmediata copia de la
fotocédula. En caso de no aparecer registrada la persona en sus
archivos, la Registraduría Nacional del Estado Civil, lo registrará
con el nombre que se identificó inicialmente y procederá a
asignarle un cupo numérico.” (Subrayas y negrillas por fuera del
texto original).
Es por ello, que era deber del funcionario administrativo accionado, en virtud
del principio de eficacia que gobierna el ejercicio de la función administrativa
(Art. 209 CP), hacer uso del citado procedimiento, a fin de garantizar el
derecho a la individualidad, y por consiguiente al nombre del accionante
(Decreto 1260 de 1970, Art. 3°), pues claramente, a pesar de que contaba con
la posibilidad de denunciar el nacimiento y solicitar el registro como mayor de
edad (Decreto 1260 de 1970, Art. 45), difícilmente hubiera podido reunir las
condiciones establecidas en el Estatuto del Registro del Estado Civil de las
personas, con el objeto de efectuar el registro extemporáneo (Decreto 1260 de
1970, Art. 50), dado que estaba privado de la libertad.
Ahora bien, la Corte encuentra que la laguna normativa derivada de la
aplicación del artículo 11 de la Ley 1142 y del artículo 49 de la Ley 1153,
ambas de 2007, como argumento esgrimido por la autoridad demandada para
excusar el no trámite de cedulación del accionante, era inexistente. Por una
parte, porque la última normativa había sido declarada inexequible por este
tribunal en Sentencia C-879 de 2008, decisión con efectos pro futuro (ex
nunc), razón por la cual no era posible tenerla como marco jurídico de
referencia. En segundo lugar, porque es innegable que la finalidad del artículo
11 de la citada Ley 1142 de 2007, era justamente la de establecer una norma
de excepción, para que bajo supuestos de hecho muy específicos, la
Registraduría Nacional del Estado Civil, garantizara en términos de
efectividad, el derecho fundamental a la personalidad jurídica, pues en
condiciones normales, la generalidad es que las personas sean inscritas en el
registro de nacimiento, tal como lo prevé el Decreto Ley 1260 de 1970, y la
excepcionalidad, es que se encuentren vinculadas en un proceso penal por la
supuesta comisión de una conducta punible, sin haber sido inscritas en el
registro civil.
A similar conclusión arribó la Sala de Consulta y Servicio Civil del Consejo
de Estado, en concepto del 14 de agosto de 2008, en el que el Ministerio del
Interior y de Justicia, a solicitud del Registrador Nacional del Estado Civil,
elevó las siguientes consultas:
“1. ¿Las leyes 1142 y 1153 de 2007, derogaron los artículos 44, 46,
48, 49 y 50 del Decreto Ley 1260 de 1970, Estatuto de Registro
Civil?
2. ¿Deben iniciarse los trámites por el Congreso de la República,
para modificar el Estatuto de Registro Civil -Decreto Ley 1260 de
1970, para dar cumplimiento al inciso segundo del artículo 128 de
la Ley 906 de 2004, introducido por el art. 11 de la Ley 1142 de
2007 y el parágrafo [del artículo] 12 de la Ley 1153 de 2007? (…)”
En relación con las normas del Decreto Ley 1260 de 1970 (Arts. 44 a 50), que
aluden específicamente al registro de nacimientos, el órgano consultivo del
Gobierno, concluyó que se trata de “disposiciones de carácter general que
regulan la forma normal o corriente en que puede y debe hacerse la
inscripción del nacimiento. Para tal efecto se exige básicamente acudir a una
oficina de registro o a un funcionario autorizado para ello, adjuntar
certificado médico o declaración de dos testigos o documentos eclesiásticos
que acrediten el nacimiento y aportar por lo menos la información genérica
exigida por la ley. Se está así ante un trámite sencillo que no exige mayores
formalidades y con el cual el legislador busca facilitar antes que restringir el
acceso de todas las personas al registro civil.” Agregó, “que lo normal será el
registro de las personas a su nacimiento o en su escolaridad, bien por sus
familias o por los funcionarios que están obligados a proveer oficiosamente
dicha inscripción, o que incluso el propio interesado lo haga cuando ha
alcanzado la mayoría de edad, pues de ello depende el ejercicio de algunos de
sus derechos ciudadanos; así las cosas, para tales eventos que constituyen la
regla general, se requiere un procedimiento de registro, que en principio es el
previsto en el Decreto 1260 de 1970.”
De otra parte, observó “que lo previsto tanto en el Código de Procedimiento
Penal -adicionado en lo pertinente por la Ley 1142 de 2007-, como en la Ley
1153 de 2007 de pequeñas causas en materia penal, no se refiere a las
condiciones y requisitos generales de registro civil de las personas -como si lo
hace el Decreto 1260 de 1970-, por lo que no altera las obligaciones que en el
respectivo estatuto y en otras normas existen en esa materia; su objeto no es
otro diferente que el de establecer una oportunidad adicional para cumplir
con dicho registro, con el fin de garantizar que las medidas judiciales de
privación de la libertad y los antecedentes penales derivados de condenas en
firme se puedan hacer efectivos correctamente y en manera alguna afecten
a personas distintas de sus reales destinatarios. || En ese orden, lo dispuesto
en las leyes 1142 y 1153 de 2007 se aplica frente a supuestos de hecho que
por su naturaleza son excepcionales y que por lo mismo no constituyen la
forma general de hacer el registro de las personas.” (Subrayas y negrillas
por fuera del texto original).
En tal virtud, precisó que “las hipótesis reguladas en el Código de
Procedimiento Penal y en la Ley de Pequeñas Causas, no modifican ni dejan
sin valor los artículos 45 a 50 del Decreto Ley 1260 de 1970, pues no se
refieren a la manera en que se debe hacer el registro de nacimiento de las
personas, sino que regulan únicamente una situación especial que se puede
presentar en el contexto del juzgamiento penal”, razón por la cual, debe ser
entendida como “una regulación específica para proveer el registro de
aquellas personas capturadas o condenadas que no aparecen inscritas en la
Registraduría Nacional del Estado Civil, lo que claramente no afecta las
disposiciones generales que determinan el registro de las personas a su
nacimiento, ni las condiciones y forma de hacerlo.”
Bajo las anteriores consideraciones, concluyó (i) que lo previsto en los
artículos 11 de la Ley 1142, y 12 parágrafo y 49 de la Ley 1153, las dos de
2007, no derogaron los artículos 44 a 50 del Decreto Ley 1260 de 1970, pues
solamente establecieron un evento especial de registro y de asignación de cupo
numérico; y (ii) que su aplicación no estaba supeditada a la reforma previa del
citado decreto, siendo procedente “la armonización de ambas disposiciones y,
si se estima necesario, su reglamentación y la expedición de las directrices
que faciliten su observancia.”
Sin embargo, sea del caso indicar que la reciente Ley 1453 de 2011 (Art. 99),
disposición que derogó expresamente el citado artículo 11 de la Ley 1142 de
2007, con el fin de zanjar este tipo de situaciones, señaló de manera categórica
que la asignación de un cupo numérico para una persona privada de la libertad
que no se encuentra inscrita en el registro civil, y que ha alcanzado la mayoría
de edad, le corresponde efectuarla a la Registraduría Nacional del Estado
Civil, “de manera excepcional y por única vez, con el nombre que se
identificó inicialmente y procederá a asignarle un cupo numérico, sin tener
que agotar los procedimientos regulados en el Decreto 1260 de 1970, o demás
normas que lo modifiquen o complementen.”
Dentro de este contexto, no era cierta la supuesta existencia de un vacío
normativo, para que de manera excepcional se asignara un cupo numérico a
una persona privada de la libertad, que no se encontrara inscrita en el registro
civil, pues tal como quedó indicado, el marco normativo aplicable estaba
consagrado en el artículo 11 de la Ley 1142 de 2007, procedimiento que tenía
mucho sentido en clave constitucional, como el ahora establecido en la Ley
1453 de 2011, en tanto no es posible eclipsar la posibilidad de que se garantice
el derecho fundamental a la personalidad jurídica, solamente bajo el
argumento de que la persona no allegó cualquiera de los documentos que
exige el Código Electoral (Art. 62), pues se trata de una situación que además
de invisibilizar jurídicamente a una persona, no hace posible garantizar su
estado civil (Art. 42 CP), lo cual claramente riñe con el principio de la
dignidad humana consagrado en la Constitución (Art. 1° CP).
4.2.4. Para concluir, la Corte encuentra que el bajo grado de instrucción del
demandante, lo cual se colige del formato de individualización y arraigo
diligenciado por la Policía Nacional, el 9 de enero de 2010 (folio 70 reverso,
del cuaderno de revisión), hacía necesario que el Estado, por intermedio de la
autoridad demandada o del juez de tutela de instancia, dispensara actuaciones
positivas urgentes, a fin de garantizar la efectividad del derecho fundamental a
la personalidad jurídica. Del citado documento, se lee:
“PRENDAS QUE VISTE: PANTALON CORTO EN DRILL DE
COLOR CAQUI, NO USA ZAPATOS NI CAMISA.
DIRECCION RESIDENCIA: MANIFIESTA RESIDIR EN EL
MUNICIPIO DE GIRARDOT, BARRIO INVASION PESEBRE, NO
APORTA NOMENCLATURA.
I N M U E B L E D O N D E H A B I TA E L I N D I C I A D O :
INFORMACION verificada personalmente.
DESCRIPCIÓN: CANBUCHE (sic); PLANTAS: UNA; (…) TIPO
DE VIVIENDA: DE UN AMIGO SUYO: ESTRATO: NO;
MATERIAL: MADERA; FACHADA: MADERA; INTERIOR:
MADERA; (…) VENTANAS: NO; COLOR: NO: (…)
PROPIETARIO: UN AMIGO SUYO DE NOMBRE SANTIAGO NO
APORTA MAS DATOS, CONVIVE EN EL CANBUCHE (sic) CON
SANTIAGO, LA COMPAÑERA DE NOMBRE ROSA Y EL
INDICIADO, RESIDE EN ESA VIVIENDA DESDE HACE DOS
MESES, PAGA LA CANTIDAD DE 20.000 PESOS MENSUALES.
ACTIVIDAD LABORAL: OFICIOS VARIOS, ACTUALMENTE
LABORABA COMO COTERO EN LA PLAZA ACOPIO DE
GIRARDOT.
(…)
OBSERVACIONES: PERSONA QUE ES CAPTURA (sic) EN
FLAGRANCIA EN (sic) POR EL DELITO DE HURTO
CALIFICADO, SE DEJA LA CONSTANCIA QUE NO ES POSIBLE
VERIFICAR EL ARRAIGO DEL INDICIADO DEBIDO A QUE
ESTE NO APORTA DATOS DE SU IDENTIDA (sic) NI SITIO
DONDE RESIDE.”
4.2.5. Por lo dicho, lo que se impone es que la autoridad administrativa
demandada, en virtud de la competencia asignada por el Código Electoral
(Art. 48.1), disponga, en caso de que no lo hubiere hecho, la asignación de un
cupo numérico, y proceda a efectuar el trámite de cedulación del señor Javier
Sierra Cortés, dentro del mes siguiente a la notificación de esta decisión, con
la precisión de que dentro del aludido término, deberá entregarse al accionante
el documento de identidad. Al respecto, la Corte no puede pasar por alto que la
pena de 19 meses y 8 días, impuesta al accionante por el Juzgado Tercero
Penal Municipal de El Espinal, Tolima, en sentencia del 23 de agosto de 2010,
para el momento de la notificación de esta decisión probablemente estará
cumplida, por lo cual, la autoridad demandada, a efectos de ubicar su
paradero, podrá auxiliarse de las autoridades que estime necesarias,
particularmente del despacho judicial que dictó la sentencia condenatoria o de
la Policía Nacional.
4.2.6. En consecuencia, la Corte revocará la sentencia dictada por el Juzgado
Segundo Penal del Circuito de El Espinal, Tolima, el 22 de julio de 2010 y, en
su lugar, amparará el derecho fundamental a la personalidad jurídica.
IV. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Sala Cuarta de Revisión de la Corte
Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de
la Constitución,
RESUELVE
PRIMERO.- LEVANTAR la suspensión de los términos decretada en el
presente asunto.
SEGUNDO.- REVOCAR la sentencia dictada por el Juzgado Segundo Penal
del Circuito de El Espinal, Tolima, el 22 de julio de 2010, y en su lugar,
TUTELAR el derecho fundamental a la personalidad jurídica del señor Javier
Sierra Cortés.
TERCERO.- ORDENAR a la Registraduría Municipal de El Espinal,
Tolima, que si aún no lo ha hecho, dentro del mes siguiente a la notificación
de esta providencia, disponga, sin ninguna consideración ni requisito
adicional, la asignación de un cupo numérico, y proceda a efectuar el trámite
de expedición de la cédula de ciudadanía del señor Javier Sierra Cortés, con la
precisión de que dentro del aludido término, deberá entregarse al accionante el
documento de identidad.
En caso de que la pena impuesta al accionante se encuentre cumplida, el
funcionario demandado, a fin de ubicar su paradero, podrá auxiliarse de las
autoridades que estime necesarias, particularmente, del despacho judicial que
dictó la sentencia condenatoria o de la Policía Nacional.
CUARTO.- Para garantizar la efectividad de la decisión aquí dispuesta, el
Juzgado Segundo Penal del Circuito de El Espinal, Tolima, notificará la
sentencia dentro de los dos (2) días siguientes al recibo del expediente, y
velará por su cumplimiento, adoptando las medidas a que haya lugar.
QUINTO.- Por la Secretaría General de la Corte, LÍBRESE la comunicación
de que trata el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.
Cópiese, notifíquese, insértese en la gaceta de la Corte Constitucional y
cúmplase.
GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO
Magistrado
JORGE IVÁN PALACIO PALACIO
Magistrado
NILSON PINILLA PINILLA
Magistrado
MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ
Secretaria General
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