Subido por Alessandro Chamorro

Acuerdo de Escazú

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Es de conocimiento general que, desde el inicio de la formación de las sociedades, los
seres humanos han buscado la forma de llegar a acuerdos para convivir en paz. Este
recurso fue usado para ponerle fin a guerras interminables e incluso para desacuerdos
cotidianos. A nivel de nación, un acuerdo es una determinación que toman dos o más
estados, personas o empresas para llegar a un objetivo común. Sin embargo, a veces no
siempre ocurren rápido y siempre hay intereses particulares que dificultan su aprobación
y ejecución.
Es de esta manera que, desde el fortalecimiento de las relaciones internacionales, diversos
países se reúnen para tratar temas de diferentes ámbitos como los sociales, económicos,
políticos, entre otros; mediante cumbres o conferencias. En ellos, los organismos
internacionales toman un papel fundamental en la mediación de procesos y en el aporte
de avances de investigación sobre problemáticas sociales desde la reducción de la pobreza
hasta el cambio climático. Aunque no a muchos países o, en específico, posturas políticas;
les agrade ciertos puntos de vista.
Este es el caso del Acuerdo de Escazú. Desde que se adoptó el Acuerdo de Escazú el 4 de
marzo del 2018 en la ciudad de Escazú en Costa Rica, se han manifestado diferentes
posturas por parte de los gobiernos y de los especialistas en el tema. Este acuerdo ha sido
firmado por 24 países de la región y ratificado por 12 de estos. En el caso de nuestro país,
a pesar de que muchos expertos de las Naciones Unidas han instado al Perú a ratificar
dando buenas expectativas, el congreso peruano rechazó y archivó la propuesta en la
comisión de Relaciones Exteriores. Diversos grupos como la Confederación Nacional de
Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), la Asociación de Exportadores
(ADEX) y la Cámara de Comercio de Lima se pronunciaron y tuvieron una gran
influencia en la decisión final.
El tratado de Escazú es uno de los pocos intentos por regularizar y estandarizar las
actividades llevadas a cabo en el territorio para evitar que se continúe con la depredación
de materias primas y dota de protección a defensores ambientales que actualmente se
encuentran vulnerables. El 11 de septiembre de 2020, Roberto Carlos Pacheco
Villanueva, hijo del conocido ambientalista Demetrio Pacheco, fue asesinado. Fue un
gran protector y vigilante de la selva amazónica en Madre de Dios y tuvo grandes
enfrentamientos con invasores y taladores de árboles en las concesiones selváticas que
administraba. Él y su padre presentaron hasta siete denuncias por deforestación y
usurpación de tierras; sin embargo, la lentitud y el silencio fueron enemigos que siempre
tuvieron que enfrentar.
En el 2020, el excongresista peruano Alberto de Belaunde consideró que hubo una gran
campaña de desinformación para suprimir las voces que se inclinaban por ratificar el
acuerdo, ya que consideró que el acuerdo fortalece la institucionalidad ambiental, además
de disminuir la conflictividad y mejorar la seguridad jurídica. Además, consideró que no
daña la soberanía nacional, debido a que existe un artículo donde dice que esto no
sucederá.
Por otro lado, el ex canciller Francisco Tudela dijo que no se debería firmar el Acuerdo
de Escazú por ser tan radical, además que consideró que, con este, habría bloqueos a las
inversiones mineras y a los recursos naturales. Asimismo, también afirmó que los sectores
comunistas y algunas ONG serían los grandes beneficiados, generando así un desacuerdo
en cuanto a la viabilidad de la iniciativa.
Es a partir de lo descrito en las líneas anteriores que, el equipo de trabajo plantea la
siguiente pregunta de investigación ¿Cómo se concretizo la influencia de la ONU en la
discusión sobre la aprobación del acuerdo de Escazú en Perú durante el periodo de 2018
hasta el 2021? De esta forma, se ahondará en la descripción de las acciones tomadas y su
efectividad o no, en la expansión del verdadero significado del acuerdo de Escazú y sus
artículos contra la campaña de desinformación desatada en el Perú durante el periodo de
2018 al 2021.
Para comprender, de forma global, la problemática a tratar se ha considerado definir
algunos términos importantes dentro de la investigación. La prensa peruana produjo una
serie de información errónea para todos los ciudadanos. De esta manera López (2020),
expresa que los argumentos para el rechazo del Acuerdo de Escazú como el
debilitamiento de la soberanía son artificios para provocar confusión en la población.
Según Kaiser, soberanía es “el derecho legal y autoridad para actuar y se evidencia en
tres elementos como población, territorio e instituciones” (p.86). Además, aclara que los
derechos soberanos no se deben confundir con el poder de facto o económico que
favorezcan a acciones corruptas. Por ello, se originó el debate en el país para consolidar
una postura ante el acuerdo ambiental.
Otro término considerado importante para esta investigación es el Acuerdo de Escazú,
el cual protege a personas defensoras de los derechos humanos del medio ambiente y
pueblos indígenas. Para Coica (2018) es
La implementación plena y efectiva en América Latina y el Caribe de los
derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en los
procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos
ambientales, así como la creación y el fortalecimiento de las capacidades y la
cooperación, contribuyendo a la protección del derecho de cada persona, de las
generaciones presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al
desarrollo sostenible (p.10)
Por lo tanto, dicho acuerdo genera ciertas medidas que afectan los intereses de
poderosos grupos económicos. Los defensores ambientalistas buscan promover este
acuerdo para el respeto y protección de los territorios de pueblos indígenas y medio
ambiente. Asimismo, se impulsa un desarrollo sostenible. Por ende, ambas posturas han
generado un enfrentamiento que se demuestra en el Congreso.
Ante la tardía respuesta del Estado peruano por ratificar el acuerdo De Escazú, debido a
un debate acerca de si el Acuerdo beneficiará al Estado o simplemente es redundante ya
que, según ellos, ya existen normas que regulan la protección ambiental. Asimismo,
resulta de especial interés conocer que, dicho Acuerdo es importante para promover el
multilateralismo dado que propone soluciones simétricas, a problemas comunes en toda
la región de Latinoamérica como para ayudar a frenar los ataques contra líderes y
comunidades que defienden el ambiente, para quienes América Latina es la región más
peligrosa del mundo.
La presente investigación surge de la necesidad de conocer la situación en la que se
encuentra el Acuerdo de Escazú en nuestro país, con el propósito de identificar la cantidad
de problemas que impiden la pronta unión del Estado peruano, al grupo de países que
ratificaron el acuerdo, tales como Antigua y Barbuda, Bolivia, Ecuador, Guyana,
Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, y Uruguay.
Esta investigación busca proporcionar información que será útil a toda la comunidad
estudiantil, y como no, a personas interesadas en tema en particular, que busca la mejora
ambiental y reforzar el conocimiento sobre la importancia de los acuerdos en los centros
de estudios debido a que no se cuenta con suficientes estudios de alcance nacional sobre
el Acuerdo, y sus múltiples beneficios, el presente trabajo es conveniente para afianzar
un mayor conocimiento sobre las características de cada Acuerdo y las necesidades de
intervención
Por otra parte, la investigación contribuye a ampliar los datos sobre el Acuerdo de Escazú,
para contrastarlo con otros acuerdos similares, y analizar las posibles variaciones según
el grado o curso, el nivel socioeconómico, la gestión del Gobierno y el contexto.
De todas las fuentes consultadas seleccionamos a las más importantes, entre ellas, la
primera fuente es representada por Constance Nalegach, Abogada de la Pontificia
Universidad Católica de Chile. En segundo lugar, Michel Prieur, jurista y profesor
emérito de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Limoges (Paris). En tercer
lugar, Ricardo Guerra Periodista en Economía y Negocios del diario El Comercio Perú.
La cuarta fuente pertenece a Boris Miranda Periodista de BBC News Mundo; y por
último, nuestra quinta fuente sería el diario El Comercio Perú.
Es importante considerar la imagen que tiene la organización en el Perú, dado que sería
una variable importante para entender la magnitud de la influencia que tendría al emitir
un pronunciamiento. Es así que, según el informe de la UN75 (2020) más de un 70 por
ciento de la población latinoamericana considera importante el liderazgo de las naciones
unidas para cooperación internacional y el logro de objetivos internacionales. Sin
embargo, también se consideró que era necesaria mayor transparencia y eficacia.
De forma directa, las Naciones Unidas puso a disposición a su grupo de expertos que
forman parte del Grupo de Trabajo (especialistas en materia de derechos humanos) De
manera que, según un artículo noticiero de CooperAción (2020) “Anita Ramasastry,
envió una carta al presidente Martín Vizcarra expresando su preocupación por la no
ratificación del Acuerdo de Escazú en nuestro país” Sin embargo, esta acción vendría
siendo tardía dado que el acuerdo había sido archivado sin dejar paso a más discusiones
y debates a cerca de la norma.
Gracias a la revista Actualidad Ambiental (2020), durante su visita a Perú a inicios del
2020, el entonces Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Situación de los
Defensores y Defensoras de Derechos Humanos, Michel Forst, afirmó que la defensa de
los derechos humanos ambientales en el Perú es una de las actividades más riesgosas y
enfatizó que estos se enfrentan a estigmatizaciones y criminalización, incluso con
procesamientos falsos y detenciones ilegales.
“El poco entendimiento que existe en nuestro país sobre el rol de este grupo en
los distintos sectores, facilita su estigmatización al vincularlos con actividades delictivas
o colocarlos como opositores del desarrollo”, añadió la revista
El periodista, de El Comercio, Ricardo Guerra Vásquez (2020), añade distintas opiniones
en su nota, tales como la de Monica Nuñez, profesora de derecho ambiental de la
Universidad del Pacífico, ella explicó que este acuerdo es un “instrumento útil” porque
aborda la defensa de los temas ambientales y la transparencia, además de resumir y
enfatizar los aspectos urgentes en los que se tiene que avanzar.
El Perú reconoce el derecho a la información pública. La pregunta es si esto se
garantiza. Frente a las críticas que recibe Escazú, lo cierto es que es un gesto político para
demostrar compromiso. Se le atribuye más poder del que tiene, indicó Nuñez.
Agregando que a nivel de América Latina urge abordar el tema por la amplia brecha en
acceso a la información.
No obstante hay personas y organizaciones que no están de acuerdo con la ratificación
del Acuerdo, tales como, Pablo de la Flor, director ejecutivo de la Sociedad Nacional de
Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), ya que consideró innecesaria la ratificación del
acuerdo “porque ya se cuenta con la figura de los defensores de los derechos
humanos”. “No le vemos ninguna utilidad, pues nos sometemos a la jurisdicción
internacional”, agregó De la Flor.
Asimismo, Anthony Laub, socio principal de Laub & Quijandría, observó que con la
ratificación de Escazú se generaría “una suerte de espiral no agotable”, lo que aumentaría
el tiempo de la “tramitología” de los proyectos que hoy oscilan entre los 24 y 36 meses.
El acuerdo no solo dice que cualquier persona, tenga legitimidad o no para
hacerlo, puede exigir cualquier tipo de información, sino que las entidades públicas están
obligadas a resolver todas y cada una de las observaciones. Es una especie de bolsillo sin
fondo. Veo que Escazú va a complicar el desarrollo de los proyectos, explicó Laub.
Como siempre, en todo las ‘antesalas’ para la firma de un Acuerdo existen dos bandos y
en contraparte a los dos comentarios anteriores, Carol Mora, directora de Política y
Gobernanza Ambiental de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, rechazó que se
“atente contra la soberanía del país”, pues el documento detalla que “las controversias se
rigen en el marco de las instancias internas” y que –si bien se cuenta con normas en esta
materia– “ello no significa la existencia de brechas”.
“No entendemos de dónde surge que se atenta la soberanía. Si se parte del ‘mero’
hecho de que se firma un acuerdo está mal porque constantemente estamos haciéndolo
como país”, replicó Mora. Asimismo, añade que “Lo que busca la participación
ciudadana es legitimar los procesos. La participación no es un requisito más, es un
derecho”
Gracias al diario El Comercio (2022):
El pasado sábado 15 de enero, se vertieron 6.000 barriles de petróleo al océano
Pacífico durante la descarga de un buque, producto del fuerte oleaje registrado en la costa
peruana tras la erupción de un volcán submarino en Tonga, Oceanía, según la versión
Repsol.
Debido a este desastre, las alarmas en el Congreso se encendieron y según la información
que brindó el diario El Comercio (2022):
El congresista Roberto Sánchez (Juntos por el Perú) solicitó que el Pleno del
Parlamento ponga a debate el proyecto de ley que plantea la aprobación del Acuerdo de
Escazú, un tratado ambiental de derechos humanos, a fin de solucionar el derrame de
petróleo sucedido en la refinería La Pampilla, a cargo de la empresa española Repsol.
Asimismo, Sánchez exhortó a sus colegas legisladores que se han
manifestado en contra de la contaminación producida por el derrame de petróleo a votar
a favor de la aprobación del Acuerdo de Escazú, “con la finalidad que la población pueda
ejercer una vigilancia efectiva sobre las acciones de limpieza del mar, las sanciones a
los responsables (...) y la reparación a los afectados”. El Comercio (2022).
Si bien es cierto, que la cura para un desastre ocasionado por los humanos son las mismas
personas que aman el medio ambiente, pero desafortunadamente, en los interiores del
país, en donde se vive la verdadera lucha contra la deforestación, la tala indiscriminada,
el lavado de mineras ilegales, entre otras; las empresas privadas, por medio de terceras
personas, mandan a amenazar de muerte e incluso asesinan a las personas defensoras del
medio ambiente, ya que según la revista Actualidad Ambiental (2020), “En los últimos
5 años, al menos cinco defensores ambientales han sido asesinados, tres de ellos durante
la pandemia que vivimos actualmente”.
Además, Jair Sarmiento, periodista y editor del periódico La República, añade:
Ese acuerdo es particularmente urgente para ayudar a frenar los ataques contra
líderes y comunidades que defienden el ambiente, para quienes América Latina es la
región más peligrosa del mundo.
Un informe de la organización internacional Global Witness destaca que
212 personas defensoras de la tierra y el medio ambiente fueron asesinados durante el
2019. (Sarmiento, 2020)
La revista Actualidad Ambiental da a conocer que:
El poco entendimiento que existe en nuestro país sobre el rol de este grupo en los
distintos sectores facilita su estigmatización al vincularlos con actividades delictivas o
colocarlos como opositores del desarrollo. Basta con revisar las declaraciones actuales de
diversos actores sobre la ratificación del Acuerdo de Escazú para detectar calificativos
usados desde hace más de una década en nuestro país para desacreditar a quienes la
defienden: “antidesarrollo”, “radicales”, entre otros. Actualidad Ambiental (2020)
Luego de la revisión de fuentes seleccionadas y de las citas se puede determinar que la
ONU, a pesar de sus esfuerzos y de la influencia que ha tenido en él Perú para la
ratificación del acuerdo, no ha logrado tener éxito y se ha encontrado con grupos
opositores como el sector económico y analistas en temas internacionales que lo
consideran como amenaza a la soberanía nacional.
De las fuentes citadas se pueden identificar algunos puntos en común. Así, tenemos 2
fuentes que coinciden en la importancia de la lucha por los derechos humanos y
ambientales de los líderes indígenas en la ratificación del Acuerdo de Escazú. Además,
reconocen la relevancia de la información y transparencia pública en estos tratados para
enfatizar sus prioridades, objetivos y beneficios. Sin embargo, la influencia de la ONU
frente a la contraposición es nula. Un ejemplo de estos puntos similares de la parte en
desacuerdo es la revisión de la diversidad de trámites por entidades públicas. De esta
manera, causaría un caos en el progreso de proyectos.
Hemos notado diversos aportes particulares en las fuentes con información resaltante y
diferente. Por ejemplo, una de las investigaciones obtenidas menciona la estigmatización
y criminalización de líderes ambientales por parte de la población, ya que existe poco
entendimiento de sus roles como defensores del medio ambiente. Además, otro punto
particular es el “gesto político” para destacar el compromiso del Perú en estos convenios
ambientales. También, se resalta en una de las fuentes citadas la participación ciudadana
como un derecho fundamental, ya que legitimiza los tratados internacionales en la
población peruana.
En el proceso de la elaboración del trabajo aparecieron inconvenientes como la búsqueda
de fuentes confiables, porque en muchas ocasiones eran diarios o sitios web con
demasiada publicidad que generaba confusión con relación a la veracidad de la
información. Además, la elección de las investigaciones contenía algunos temas lejanos
a nuestra idea principal. Sin embargo, dichas dificultades nos ayudaron a ser más
exigentes y minuciosos en la indagación para obtener una buena argumentación con
respecto a la influencia de la ONU en la discusión sobre la ratificación del Acuerdo de
Escazú en el Perú desde el 2018 hasta la actualidad.
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