--- ….. Aprendí 2 cosas ese día…. --- 1… No volvería a dejar que vieran que lograron herirme… Como en la cotidianidad y en la sociedad, todos tenemos un momento en el que “tenemos obligaciones” que cumplir, pero esas cosas nos dejan marcas. --- 2... si el mundo cree que un zorro solo puede ser falso y deshonesto de nada sirve tratar de ser otra cosa…. A pesar de que “avancemos” l evando ese “problema” encima no vamos a poder avanzar, como en el caballero se quedó hay por años hasta que se dio cuenta. Porque a veces el “saltar al precipicio” puede ser la l ave a ese candado, pero para poder encontrarla casi siempre el “pedir” ayuda es difícil y junto con el miedo a avanzar nos inunda, nos rendimos o nos arriesgamos. El dejar todo “ese” peso encima, que fue nuestra culpa, siempre hay ese, pero ya sea algo o alguien que nos l eva a la duda y el remordimiento. Siempre dejamos en “prioridad” las otras cosas antes que uno mismo, creyendo que es un bien o al menos una distracción, como también el creer que no es nadie si no hace “eso” (encerrarnos en esa burbuja de duda). Aunque no siempre esa burbuja es de duda si no de miedo, ese miedo del ser juzgado, criticado etc. Por la sociedad, a pesar de que la nos afecte, esa burbuja es como nuestro escudo o armadura en la que nos refugiamos, algunas veces hasta cuando cambiamos, es cuando se dan cuenta del porque o al menos un poco de esa causa. Casi siempre nos refugiamos en la tristeza, en l orar que se puede mostrar como la depresión, siendo la forma en como nos liberamos, nos desahogamos de las represiones de la sociedad. “Aislarnos es lo mismo que la depresión” Digamos la l uvia y la noche, es algo reconfortante para los que estamos en ese aislamiento, porque son las ocasiones en que nos podemos mostrar, sin importar el que dirán. (el verdadero yo) Buscando esa salida de la realidad encarceladora, refugiándonos en la burbuja o en cosas simples, incluso buscamos ese pequeño apoyo de la familia, pero incluso nuestra propia familia nos presiona o critica dejándonos más “enterrados” que antes, porque pensamos que ellos son los que más nos entienden o conocen, pero al final nos hacen más daño que la misma sociedad. “El que sea difícil salir de ese problema, no es el problema, si no, la culpa y el miedo, porque cuando ya estamos afuera, la sociedad no obliga otra vez a entrar. Prácticamente estamos en un limbo”.