e P. Guiraud LA SEMÁNflCA La semántica, o estud¡o del sentido de las palabras, se cuenta entre las disciplinas cuyo intenso cultivo es característica peculiar de nuestra época. Sin embargo, el hecho de que se le conceda tanta atención ha conducido a no pocas confusiones y a tal mult¡pl¡cación de matices, que es d¡fíc¡l aceptar el vocablo "semántica" como portador de un concepto bien definido. Era urgente, pues, emprender una labor de deslinde para discern¡r los variados enfoques comprend¡dos bajo aquella de- signación. Es ésta la tarea principal que Pierre Guiraud se ha impuesto y cumplido con encomiable claridad en el presente libro. Su análisis de la significación, de los cambios de sentido y de los problemas estructurales ayuda a destacar los puntos en que la semántica participa de campos tan esenciales como la filosofía, la lingÜística, la psicología y hasta la sociologÍa, y precisa con ello el territorio cuya exploración le corresponde propiamente. Con esta contribución, la semántica, ciencia cuyo propio nombre se ha prestado a las mismas ambigüedades que analiza, ocupa el puesto que le corresponde en la ordenación del conocimiento y colabora decisivamente a la solución de numerosos problemas, tan importantes como diversos. FONDO DE CULTUBA ECONOMICA BREVIARIOS FoNno or d'el Cur-tun¡, EcoNóulcl 153 LA StrMANTICA LA SEMÁI\TICA por PIERRE GUIRAUD FONDO DE CULTURA ECONÓMICA MÉxIco Primera edición en francés, 1955 Séptirnu edición en francés, L972 P¡imera edición en esPañol, 1960 Primera reimpresión, 197I Scgunda reimpresión, 1974 Segunda edición en esPañol, t976 Traducción de Ju¿N A. Hesr-un Título original La O sémantique 1955 Presses Unive¡sitaires de France, París D. It. @ 1960, Fonpo DE CuLruRA Ecoxónrc¡ Av. de la Universidad, 975; México 12, D' F' Impreso en México Al Instituto de Estudios Franceses de la Universidad de Groninga ('orno recuerdo de nuestro seminario de 1954-1955 INTRODUCCIÓN I. Lls l,¡. snuÁmrrc¡. TRES SEMÁNTICAS es el estudio del sentido de las palabras. l'ero observaciones, teorías y puntos de vista recien' lcs vuelven a plantear en la actualidad este viejo pro' Irlema y, como todas las ciencias alavez muy viejas y rnuy jóvenes, la semántica adolece de una inexacta de' Iinición de su finalidad, y de poca precisión en su terrninología. Por eso, tanto eI especialista como el lego sc sienten desorientados ante los usos que de este térrnino encuentran cada día. Semantícs, a Reil Vea:pon in War on Free Enter- prisel proclama el New Yorh Tímes a tres columnas. Y si "la filosofía constituye la semántica y la sintaxis del lcnguaje científico", ¿cómo pueden ser los vagidos ttreflejo semántico"? «lcl recién nacido un ¿Y qué serán Ia "semántica del jazz", la de la lrrcha libre, la del t artelón ? Lo que pasa es que la palabra que designaba en un principio una rama especial del estudio del lenguaje, ha sido adoptada por los Iógicos y los psicólogos, y pertencce hoy a tres disciplinas distintas. EI vocablo sernántico, del griego semairw, "significrrr" (a su vez de séma, t'signo"), era originalmente tl adjetivo correspondiente a t'sentit].o". Un cambio somántico es un cambio de sentido, el valor semántico tlc una palabra es su sentido. Después de aplicarse a la ¡lalabra, esta expresión se extiende a todos Ios signos, y se habla de la función semántica de los colores del 1 "La semá¡ltica, un &r¡na de los rojos en la Iucha contra la lilrre empresa." 9 LA SEMANTICA LINGÜÍSTICA INTRODUCCIÓN 10 blasón o de los gallardates de la marina, del valor semántico de un gesto, de un grito, de un signo cualquiera mediante el cual tras¡nitimos un mensaje y nos ponemos en comunicación con otras personas. Es semántico todo lo que refiere al sentido de un signo cle comunicación, particularmente las palabras. Hay tres órdenes (principales) de problemas semánticos: problema psicológico: ¿Por qué y de qué modo nos comunicamos? ¿Qué es un signo y qué ocurre en nuestra mente y en Ia de nuestro interlocutor cuando se establece la comunicación? ¿Cuál es el sustrato y el mecanismo fisiológico y psíquico de esta ope- a) Un ración?, etcétera, b) Un problema lógíco: ¿Cuáles son las relaciones del signo con la realidad? ¿En qué condiciones es aplicable un signo a un objeto o a una situación gue el signo debe significar? ¿Cuáles son las reglas que ga. rantizan una significación verdadera?, etcétera. mejor dicho, problemas- de c) Un problema -o, pues cada siste na de signos sigue orden lingüísfico, reglas específicas en relación con su naturaleza y función. semántica por excelen' La semántica lingüística -la estudia las palaobrala presente de único objeto cia, bras en el seno del lenguaje: ¿Qué es una palabra; cuáles son las relaciones entre Ia forma y el sentido de una palabra, y entre una palabra y otra; cómo garantizan éstas su función?, etcétera. La semántica pafiicipa, pues, de tres ciencias distin' tas: la psicología, Ia lógica y la lingüística, que estu' dian, eada una por su lado, el problema de Ia signifi' 11 del sentido de los signos.- Ciertamente' no se hun presentado siempre estos problemas bajo el título ,lc se'mántica, y *o"ño, "hacen semántica sin saberlol', de lógicos. p.or I)ero en los úliimos tiempos una escuela han rervrn' por otra, una parte, y un grupo de psicólogos existen y actualmente la palabra, ,licado c¿rción y li senuúntiea (Iingüística) ur.a sem'ánina tí'l'o' ir"io u"*ir.r"*"tt" 'ri¡io,ligada a la lógica simbglic-a, y.t:'u. semántica gánerol, ' !r" .. una psicosociológica del signo' Estas tres acepcion"u d" l, palabra, correspondientes n t..s aspecto, d" ,, mismo p"o""to, están en estrecha entreinterdependencia; su campo y sus problemas se constantemente' cruzan y se confunden 2. Le srMÁNTICA LINGüÍsIICA Esta ambigüedad repercute en el interior de la lingüís' ¡"u, ¿o"A! el contüido de la semántiea está todavía lnal'definido. En un principio estudia los cambios de r".rtiJ, y coincide *á, o -tt'os con el análisis de las ;Iigr."r;' de la antigua retórica; luegri reco-ge las obser' lo uu"'iorr.u y tesis de-la lógica y de la psicología, con teoría cual extiéncle su campo por nuevos derroteros: del signo lingüístico, lunción psicosocial del lenguaje' cstruáras lelxicológicas, etc., con lo cual sólo se logra oscurecer una terminología que ya era insegura desde el principio. ios gümáticos tenían ya, desde principios tlel siglo xx]el ténnino sernasiología, o-estudio de los signi' Iicrdos (también de sema', "signo"). El lingüista francés Michel Bréal lo sustituye por -el de semiíúca para designar "la ciencia de los signifi' o'leyes que rigen la transformación de cados" y de lás 12 LA SEMANTICA INTRODUCCIÓN los sentidos"| que es "un estudio tan reciente que ni siguiera ha sido bautizado", y que proviene de la semasiología, renovándola y enriqueciéndola. Desde este momento ambas palabras se conlunden y su uso generalizado impide la aecptación de nuevos términos, como sematología, glosología, remática, rematología, etc? que surgen esporádicamente. El término semtíntica, que nosotros empleamos, está en vías de suplantar a semasiologíq por lo menos en Francia y en los países de habla inglesa, donde la obra de Bréal garantiza su difusión. Bajo este título expongo el conjunto de problemas demasiado estrecha según otros" No deberá, pues, ex- de la semántica, tal cual la definen ellos. 13 la imagen mental de las cosas, la formación de los sonidos, su disposición en un orden determinado, la au' rlición, la formación de la imagen en la mente del oyente; toda una serie de problemas que interesan a la sirs, epistemología, a la lógica, a la psicología, a la fisiolo' gía, a la acústica y a la lingüística. En este último plano es posible descomponer la ca' dena hablada en tres elementos: sonidos, palabras, cons' trucciones sintácticas, que se definen a la vez por su forma y por su función. La semántica es el estudio de la función de las paIabras; esta {unción consiste en transmitir un sentido. que plantea el estudio de las palabras consideradas en su sentido; definición demasiado amplia según algunos, trañar si en las páginas siguientes se encuentran problemas y teorías que no siempre han sido designados corno semánticos por sus autores, o que incluso han sido situados por ellos expresamente fuera del campo LINGÜfSTICA forma función sonidos palabras sernántica construccíoncs La serui.ntica es el estud,ín d,el senti.ilo d,e las palaóras.' el lenguaje es un medio de comunicación; la lengua es el instrumento de que nos valemos para trasmitir nuestras ideas. tt¡Mozo, un burdeos!", trasmite a cierta persona mi deseo de conseguir cierta cosa, y esta persona me comprende: Ia idea, es decir, la imagen del vaso de vino que tengo en la mente, se forma a su vez en Ia suya. Se trata de un proceso complejo que implica las co2 1\[. Bréal, "Les lois intellectuelles du langage, fragments de sémantique", en Anrutaire ile tassocintion pour tencouragement d,es études grecques en France, XVII (IBB3). Sobre este esquema insistiremos más adelante para aclararlo y matizarlo; destaquemos por lo pronto que la semántica definida de esta manera presenta dos pro' blemas {undamentales. J/ El problema del sentido: ¿Por qué la palabra "burdeos'i significa en nuestro idioma un vaso de vino? ¿No tiene otros significados? ¿Cómo y por qué adqui' rió el que nos ocupa? ¿Cuáles son sus relaciones con las otras palabras?, etcétera. 2) El problema de la signífícwión: ¿Q:ué e.e una 14 LA SEMANTICA INTRODUCCIÓN palabra? ¿Cuál es su función? ¿Y cómo se garantiza ésta? Signili¿ación se toma aquí, pues, en el sentido activo de sustantivo verbal: signi-ficación; es un proceso psicológico, mientras que sentíd,o tiene un valor estático, es la imagen mental que resulta del proceso. Debe evitarse la indistinción del lenguaje corriente, que confunde el senti.d,o y la sígnilicací.ón d,e la palabra.s La significación toca a la psicología, y el obleto de la semántica lingüística es esencialmente el estudio del sentido de las palabras. Pero el sentido está en estrecha relación con el mecanismo del proceso significante; de esta manera, antes de abordar el análisis, o siquiera la simple definición del sentido y de la semánticá, es indispensable presentar y considerar en zu conjunto el problema de la significaciór¡ del cual el lenguaje no es más que un caso particular. Así definida, nuestra ciencia abarca un campo am_ plísimo que, aun limitado a la lengua, invade los terre. nos de la lógica, la psicología, la teoría del conocimien. to, Ia sociologia,la historia, etcétera. En estas ramas se encuentra una bibliografía voluminosa sobre el particular, pero los límites de este librito me obligan a sacrificar cierto número de cuestiones (retórica, etimología, semántica de Bréal) en provecho de aspectos menos conocidos y más recientes, y a reducir a sus grandes líneas, forzándolos en esquemas simplificados, problemas cuya delicadeza, matiz y complejidad son esenciales. La presente obra no será, pues, otra cosa que una introducción a obras más completas, entre las cuales 8 La terminología no ha sido fijada todavía; algunos lingüis. tas designan como sentido y significación lo que llamo más ade lante (p. 34) sentido de base y sentido contextual¡ LINGÜfSTICA 15 lrrry que mencionar Meaníng and, changes ol mca.túng rk: Stern, que ofrece, sin lugar a duda, la recopilación rrrirs rica de ejemplos y la clasificaeión más coherente y sutil de que se dispone actualmente; The principles of stntantics de Ullmann, completado con un Précis ile sérnantique frangaíse, es eI manual más sistemático y uctual. Estas obras se citan repetidas veces en las páginas siguientes, y hubieran podido mencionarse más todavía, pues constanternente seguiremos sus huellas y atravesaremqs su camino. SIGNOS I. LA SIGNIFICACIÓN: EL FROCESO SEMANTICO Y SIGNITICACIÓN 17 la discusión de esta distinción eseucial hay que definir la naturaleza del sigrro considerado en su generalidad. 1. Src¡vos y srcNmrcecrórv L¿, srcxrr¡c¡.cróN es el proceso qrue asocía un objeto, un una noción, un acontecimiento, a un signo suscep- ser? tible de evocarlos: una nube es signo de lluvia, un fruncimiento de ceño es signo de perplejidad, el ladrido de un perro es signo de enojq la palabra "caballo', es el signo del animal. Un signo es por tanto un excitante, un estímdo, como dicen los psicólogos, cuya aceión provoca en el or- ganismo la imagen recordativa de otro estímulo; la nube evoca la imagen de Ia lluvia, Ia palabra la imagen de la cosa. Lo que se llama experiencia o conosimiento no es sino una o'sigrrificación" de la realidad, de la cual las técnicas, las ciencias, las artes, los lenguajes? son los modos particulares; de ahí la importancia, la universalidad del problema de Ia signi{icación así planteado; vivimos entre signos, y una ciencia general de Ia significación abarcaría el conjunto de las actividades y de los conocimientos humanos. Pero hay una categoría de signos que nos ocupa aquí de manera muy particular, se trata de los signos sociales: la nube es signo de lluvia en virtud de una relaci6n natural, y el perro puede ladrar de manera espontánea, sin Ia inte¡rci6n de informarnos de su enojo y de prevenirnos de sus ataques; cuando gime, al contrario, para que le abramos Ia p'uerta, nos comuni,ca su deseo de ealir y sabe que lo comprendemos; el signo se vuelve instrumento de comuni,cacün. Pero antes de abordar 16 Un sigrro I \D estímillo a,§ociado a otro estíruia, del cual evoca la ünngen tnaúal. La significación eq por tarto, vn proceso pfuaiet todo osurre en la mente. La naturaleea de-esta asociación constituye el probleua fundamental de la teoría de los sigrroo y de la psicología; el conductismo (behaüorismo) o poicología de la conduct¿ y la psicología experimental en general han concedido un sitio preponddrante al problema del signo, y lo han situado en el centro de sus observacie nes y de sus hipótesis: es de sobra conocido el experi. mento clásico del perro de Pavlov. Dicha psicología su¡rone que todo esúruiD deja una hwlla mnemóniq, en el organismq Ere todo nuero attíruio inenrieo o asocfudo al primero puede hacer r+ surgir. De esta manera, ver una nube evoca la imagen de otra nube ya vistq y aI mismo tiempo stcra. las il¡túgetus asociúas cou esa nube, en particular la de la lluvia; el ruido de platos, la de la comida; la vista de tma llamq d r€cuerdo de una guemadura; el ladrido de un perro, la imagen de un perro; y dd mimo modo la pa- labra t'perro", es decir, los sonidos gue forman esta palabrq evocg al llegar a nuestrm oídog la imagen ilel animal al cual están aspciados. Veremos ,níc tarde las cú. ticas a este punto de vista, algo antictado a loe ojos de la psicología moderna. En todo calro, era el prurto de vista de Saussure (compárese a continuación). Esta asociación es de naturaleza píqai¡Á, no son las cosas, sino las inágenes de las cosas y la iilea que de ellag nos formamos, los que se asocian en nuestra men- 18 te; y cosa EL PBOCESO SEMANTICO según Saussute, y un noubre, SIGNOS "el sigtto lingüístico no une una y una i-.geo sino un concepto acústica". 2. S¡cxos Y sÍ![Bor.os Todo signo es un cstímulo asociado. Pero hay dos grandes tipos de asociacioneo sig:rifica^ntec: loe signoo naturales y los sigrroe artificiales. Loc primoros están basadoo en relacio,nes de fenó. m€nol) que se localiz¿n en la naturalezq la asociación "nube-lluvia" por ejemplo; todos nuegtros conocimien. tos, nuestras técnicas, nuestrss cier¡sias, equivalgp a percatarso de modo más o menos sutil y más o menos preciso de estas relaciones naturaleq que adguieren va- lor de sigrro en la uedida etr fluo las asociamoe en nuestra mente. Loe sipoo a*ificiales son de fach¡ra humana (o auimal) y se subdividen a su vez en dos grupos: unoo dibujo, un plano, sirven para lepÍesúat lo real -un un rogistro fonográfico por ejeuplo-; otroe sinren para lemguaje articuladq un comunicarso con otro ser ¿demrin de cortesía, una se¡ial-. No hay límite taiante cntre ambas funciones, pues utilizamos frecuentemente fotograsigrros do representación para comunicar se üferencian fía, por ejerrplo-. Pero ambos grupos -una entre sí por su natu¡aleza. Loe primeroe son reproiluc" ciones do caracter€s naturales de la realitlad, son inuúgetws a bnos; los sggundos aon signos @nvencionales, sot símbolos.l Un retrato ile Pérez es un icono; el es- -el r Deag¡aci¡damcntc +o h¿ ¡ido posüle todavía llegar a un acuerdo sobre el valor do cgto vocablo; los distintos autores emplea¡ la palabra "olmbolo" co¡ las accpcionas mrí¡ diver¡as. Y STMBOLOS 19 "Éo." l¡ ao pos,tula ninguna relación natural con Pén*o con la palabra "gonsales" sc hubiera írniso quc importa ee darse a hgrado lo misuno, ontor¡der. La a¡osiación resulta ri¡icanente de un acuerrlo ontro loe que han conveuido eor quo «peres" desig. ¡rn n Pórez puede verse, en presencia de un tlmulo acústico rf n¡l¡olo. -estaaos, fintru loo signos icoaográficoe so oonsideran todos lrr modoe de representación directa de lo rea[: fotograffq fonografía, regisüros diversog así como las artes. La ¡rintura rqrroduce las üneas y los colores de las cosas, ln osultura su msaa y su vohrmem, la música repra ront& a veoes la imagen integral ilo los soaiilos, más fre or¡ontomento la de las ¡elaciones ilo altnrq cantidades y tiornpo tal como oxisten en la naturaleza. Pero hay mismo tieopo una parte msyor o menor rimprc al rlo ¡imbolización y de convención en Ias artes; tesügo er Ia evolución de los cánones estátioo§.t Loe aignoe de comunicación propiamente dichoe son orcncialnente cont¿en¿bnale¡: su sentido resulta siem. pro de un acuerdo entre quienes loa e,mplean. Por ejem. ¡rlo: cierto dibujo rcpr€s€nta de ,'ronera natural doe lriíros que salen de la oscuela, pero no es sino en vir- trrd do una @nvención que el rótulo amarillo al lailo rlo la calzada "sipifica" la presencia de una escuel¿ y la exhortacióu a la prudencia. Y aguí surge una nuerra distinci6n; ciertos símbolog ovocan loe caracteres naturales de las cosas, como suLas artcs llam¡da¡ "puras" eop estímuloc no arociadoe, no lo real, aino guc son realidad; no son signos sino objotoa . Llt rrtcs ¡bstracus sm icopogiflcas cr¡ l¿ medida en quc roproducco ciertog caracteres de Ia realid¡d. ' roprúscntar¡ EL PROCESO SEMANTTCO cedo cou las aeñales de tránsito, mieutras que otros son puramente convencionales. - H"y sínúolos rwütdos o iconográficos y hay sím- bfus arbürarbs o puro§; la asociación casos, pero son convencionales en ambo§ couvemcional no excluye (ni existensia de asosiaciones natura- taupoco postula) la les entrq el signo y la coea significada Los códigos de urbaniil¿d, las modaq los ritoq l8r @nveuciones sociales, son símboloa iconográficos o mo' tivadc; aguí se inclina la cabeza como sipo de sumi- oión, allí se eructa como signo de buena ügestión; ha¡ pue$ uns liga natural entre d eigno y su sentido, pero que ¡ro es suficiente y ni necesaris lrara, evocar el sentido, ya que de todas manerao es una convención. I.oo lenguajes son símbolos pur¡mente convencio naleg en los cual€s la qsociación natural no ha existido jaoás o ya no es s€nüda. Pero t¿mbién ahí Ios límites son imprecisoe entre loe síEbolos ¡ruros dcl álgebra o lc ioia ile las gr,áficas y de loe sist€mas de señales. Haste el tenguaje artisulailo sulpno.nna grán parte ih motivación: l,as onomatopeyag por eie'mplo, gue son ioonogrifiooe; Ia poesía, que €s un arte del len' "ign* guaje, del oral explota las yirh¡alidades de rePres€nta' ción natural: hmorías imitativas o erocadoras, rium cuyas proporcioaeq al igual gue en la música, €sán 'calcadoe del movimieoto y la duración interior de nues. tras €uocioues. La mayoía de los sistGmas son mixtos y muy Pocos son punxl; pertemeocu, sin mbargo, a uno de los cuatro graudes tipos (esguema de Ia página siguiente): a) ls signos natnrales, ¡emnooidc y clasificailoc pof nuestras t6c,Bicasr nuestras ciencias y nuestro§ coñG cimientoe. SIGNOS Y STMBOLOS 2l tr) Loc aigf¡os dd representación o iconos, que repro. rh¡r:cn los ca¡aete¡es naturales de las cosas, orrnlce figuran las artes. y eutre loo c) Lw eignoe de comunicación o símbolos asocisaloo rx»¡vencional¡nente a las cosas gue designan, y cuyo ti¡x» es el lenguaj-e articuladq eunque estén fuerteEttt-ul* ltt ' ,l'\"'"' /\ Estimulc ¡mhdos ,/i m S,Sno6 (cstlmulc rsocirdoc) /,),*,. ,.rrá\1-\ ¡r) DESCONOCIDO I I sig"* t i ,.*mL*) 'ilflF'itrffiffii ¡As^RrEs"¿i\/ \ ----il#h'Tmff I r..*cóD¡cc "n^rá I.o§ I^ENGUAIES r,/ r' ," I.o§ SIGNO§ » EL SIGNIFTCfi)O EL PROCESO SEMTNTICO IJNGüISTICO 23 mente teñidos dc asociaqiones nah¡ralGs cn algrmas de para todas las teorías y todoe loc tratadoe de semántica sus foruas. d) Loe sigrroe de comunicación icono-sinbóücos, en. tre los cuales se cuentanJoe ritos, Ios cótligos sociales, las modas, etoétera. modernos. En el plano ile Ic ripos eociales' corrcsponde una primera opodci6n entrc imagÉrh y slmbolo a represerita' ción natural y rcprcsentaci6n convcncional (una fotografía y una fórmula algsbraica); clrtrc las doc tcne' moo imágemes convonciondizailas y.sírnholos.imagen (un plano y una onomstopcy¡). t H lengrraje articulado, único olicto de nueüo eüu' dio, perteneco a la categoríi de lc ainbolos puros oon uns parte not¡blo dc elcmcntos dc rqpresentaci{n natural. Ha¡ atlemág otra opooici6n entre.signos tácnicoe y sig¡,os ccüéticos. En estos rfltimos, cstá eobrcpasada la fu¡ción prinaria de reprcsortaci6n; d aipo csti dotado ile ca¡actcrfuticas ser¡ndarias quo le permiten rcpresentar de tma cietta mancra. Dc este forma, la fotografía dc identidail se opone a la artística, do igual manera qüc lo haae d a¡tc dcl pintor a la simple técnica de reproducción aÍtesana, el disco a la interpretación, eto6tera; la literaturq y especialmentb la pocsía, son artes dd lengrraje. Sin embargo; el estr¡ilio de cstas últimas es objeto de la cstilística y noe intenem aguí. únicamente de manera accesoria. 3. Er. srcn¡r¡crDo Lilciifsrrco: sEI.{flDo Y coNcEPTo Ferilinanil de Sar¡ss¡ré tlejó eu su Curw ile üngüístba generah¡n esquema de la comunicación lingüística gue' adaptado o corregido en algunos puntos, sirve do base La comunicación supone un locutor (o sujao ha- blante), un oyentg una oosa que el locutor quiere e municar al qyente, y sipos lingüísticm mediantc los cu¿les Ia comunica. La vista o el recuerdo de un ínso¿ evoca €Ír la mente del intedocutor la imagen visual o concqlto (obot I,l, esto concepto evocs ¡x)r asociación la imagen acúr tica de la palabra (,árbol); los sa¡¡idos ("árbol") tras. portados por el airg en foma de ondas sonoras inciden en el oído del oyente, y proyocan en óu m€nte la imagen acústica (,órbol), la cual evoca pór asociaci6n la imagen eonceptual (a¡bor 2). Existe por Io t¿nto, una owircün ptíqlica bípoIcr que comprende dos tárminos: Ia forma significante y el contenido significado; y dos fases: la wocación del nombre por la co6a'y la de la cosa lxlr d nomb¡e. Ea un proceso recíprooo. La comrirnicacidn será eficaz en Ia medida €o que las imágenes sbo 7 y obor 2 coincidsn. Este esqueus ge basa en un sistema de rdaciones muy complejas: l,l Relaciones entre ol concepto y la cosa. ¿Cómo en la mente la imagen co,lrcepnral? ¿Cuálee son $ra nexos cdn la oosa? Problemaa quo coacie,nreo a la psicologíq la ciencia (o conodmiento do la cosa) y Ia epistemología (oftica de este conocimieoto). 2/ Relacioaes e¡rtre el aoncepto y la imagen acú* tica ilel signo. F,s el problema do la sigrrificación, qr¡e concierne abvez a la peioología,la lógica y la lingüís üca (s€mántica). 3,1 Relaciones entre Ia inagen ¡cí¡stica del sipo y so foma 24 EL SIGNIFICADO EL PROCESO SEMÁNTICO su forms, sonore actualizada. Problema de la fouación, gue interesa a la fisiología y a la fonétic¿. 4,) Trasmisión y reepci6n del signo, que interesa y la fisiología la audición. 5), 6), 7) Fotmaeaón de la imagem acústica y del ooncepto en la uente del oyentg y rolación del co¡r. oepto recibido con el objeto. Lo qo" en lenguaje couún llama¡nos "lmlabra" es una forma fónice (o gráfica) que €x¡oca ura cosa en virtuil do una convensión. La palabra comprende, do a la acúsücq la teoría de la inform¡ción de hecho, cuatre-elementos disüntos: ARBOL la cosa - orbo¡ I = imagenl ¡ árbol imagcn dehl - ldehforma I I fóoio "oo L r "á¡bol" LINGÜISTICO :15 Semejante esttrdio es a Ib vez psicológico, lógico y lingüístico e¡r eentido estricto: peicológico, por ser e[ rignificante y el sigrrificado dos imágenes mentales aso. ciadas; lógico, po.rque el sigaificante tiene por función itlentificar el concepto, evocaflo y trasmitirlo sin dc formarlo ni confundirlo: lingiüsticor por{ue loe signos constituyen un sistema de símbolos do naturaleza es. pecial, llamqdo lengua. Estg esguema no ha sido aceptado siempre €n €sta forma; muchos le reprochan excluir la oosa significada. Uno de los sustitutos más interesantes es el trián. gulo do Ogden y Richaids, que ha servido de base para muchos estudioe recienteg en particular el de Stern. el nombre o forma Referencia fónica o clnc€pto significado lryjylE lryifg:t-i -'gl'{itd-"=- de Saussurela palabra, según La cosa ínsoL y la forma fónica "árbol'son doo y no pertenecen al sist€ma ile la l*goa, flue e§ ttuna suma do improntas mentalee". Ánsol concierne a la botinica, a la horticulturq a la etética, etc.; "árbol" a la fisiologíq a la acústicq a Ia fon6tica; porque "el sipo lingüístico ro une una susta¡rcias concretas cosa oon uu nombrg sino un concepto con una imagen acústicat'. Según Saussure, Ios problemas de ción ü (3, 4 y la conceptualiza- y 7) y los de la fonacién y de la audición 5/ son extralingüísticc. AI lingüista interesa únicamente el estudio de las ¡elaciones entre el ficanto bM y el signiñcailo sbor. sipi. Símbolo, a la vez forma significantc y su imagcn acústica Referente o cosa nombrada EI triángulo, oomo se lq induyo d referente o oosa nonbrada; pcro se notará al mismo ti.*po- (obsérvese al pie Ia línea punteail¿) S"u no hay rel.wión ilirecta entre el referente y el "ímholo; de hecho, so welve a l¿ relación bipolar y de naturaleaa pdqri"" propu€sta por Saussure. EL PROCESO SEI\IÁNTICO SENIIDO Y NETJ\CIÓN No existe contradicción alguna entre los dos esquo Das' perc el primero quiere subrayar eI carácter psíqui' co de todo fenómeno lingüístico, y el segundo la auto' nmía de la palüra y de la coes: la palabra no es Ia cosa. Son puntos de vista de psicólogoe y de lógicos' frente a Ios cuales Saugsu¡e sostiene la autonomía de la nificar, dentro de la perspectiva de una psicología actualmente superada y que üstingue sensación, percepción, memorización, etcótera. Aquí r"-hién, el lingiiista es t¡ibuta¡io do la fisiopsicología, aungue, dado el estado actr¡al de esta cienciq continúa sieudo nás o menos prisionero de Ia terminología tradicional. lingtií*ica. El tri,ángulo de Ogdcn ücure el mérito de reintro' ducir la aoss nombrada que, extralingüística o tro, el s€Eánüco no puedo igaorar. Por otra pi.t", *iri*" *id* Saussure ciertamente pootula la tl Curso' de eemántica, pero sin q-ou jouás Ilegar a formularlq en-ouIo caso. hubiera segu' ir-uot" ánpliado las bas€s de sr¡ andi§is, Ilevándolo a la consideración de problemas prácticos' La ilefinición gue ila Saussure-del §p9 t", sin em' bargo, puest& en duda por la psicología moderna y, snte todol, ii" nociones de toc.p-to, de imagen mental, de huelL mnemónica, que soir actualmente rechazadas por la modicina y la fisiología' sin gue üghry ciencias Lyan llegaito a úna descriiA6l o a u¡a definición de te.O1*os que sean ütisfactorias y comprobadas de nuestra experiencia' Por lo "tt* por loe datos inmádiatos tanto, auoque invitan aI lingüista a leoeJ mucha pry' dcncia en la utilización de dichos términos, negaudo a éstos a la vu todo valor epistemológico, Pa¡eoe que ro les puede colurrvar en la práctica y-qué -puede se- guirse-hablando de oonce,pto, a3nque eabiendo que no la naturaleza exacta de esta no' ci6n, o hablar de imagen mertal aunflue sabemos dee de luego que no tenemos un rinúscr¡Io cine en el cere' bro. Otra-crític¿ del esquema de Saussure se rdiere a Ios diferentes niveles del progfeso en el acto de sigconooemos muy bien 4. Snnroo Y RELACIóN Al mis¡no ti.mpo que la psicología pone cn iluila la definición de un contenido mental del sigrro, la lingiüstica moderna, de i¡¡spiración estructr¡ralista, rechaza la noción misma de scnüdo, eoncebiilo oomo una im¿gen agregada al sipificante, de la cual éste sería por' tador. Las palabras no tienen sentiilos, únicamente tienen ompleos. Traté esto problema en varias ocasioneq especialmente en mi Gronátim (capítulo 3) y en mi S;r¡r¿ric (capítulo l). H scntido, tal como nos es comunicado en el discurso, depende de las relaciones de la palabra con las otras palabras del contexto y estas relaciones son deterninadas por la csEuctura del sistema lingüístico. EI sentido, o mejor, los seutidos de cada palabrq son ddinidos por el conjunto de estas relacione y no por una imagen de la cual aguélla sería portadora. La Palabra ttsentidot' vrrelve a encontra¡ así su etimologia ya gue inüca "dirección", es decir, orientación hacia otros signos. Esta idea deriva de la noción que tiene Saussu¡e de sea de Ia relación del sigrro con las otras formas del lenguaie (véase mi Cranaútiat capítulo.3). "üolo/', o Así, tomando un ejemplo simplificado, los valores y, en consecuencia, los empleoo de Ia palabra uroio" do 28 EL psnd€n do la existencia o no existencia en el idioma de palabras como na,ranjq rosa, púrptra, etoéterg y en auseneia de éstas, la wngre, la luw y runa maqtd,a! rilta gon igrr,almente ro7'as. Es el estado del idioma el que determina los valores de la palabrg que no son otros que las posibilidades de relación gue definen un eampo de empleo en el disqurso Prosiguiendo el análisis de Saussurg muchos lin$ii§ tas modernos e¡nsideran gue el idioma no es más quo un sist€ma de valores y que las palabras no tienen sentido o quq en todos los casos, ücho seritido no podría ser ilefiniilo oomo un& ttimagentt o un "conta ttportadgrt', como, nido mentaltt crryo signo sería su por cierto, lo decía el propio Saussure. Aun con riesgo de repetir Io gue he e,rrpresadq diré q.ue yo creo, al igual que Saussure, en la necesiilad de las doe nociones de valor estructural y do contenido semánüco. Lejoe do excluirse se complemeutan. En efecto, por una parte, la palabra se enq¡eritra abierta hacia posibüdades de relaci6n gue van de ao¡erdo con la estructura d¿I sistema lingüístico; pero, por otra paúe, a mediila que üchas relaciones, virtr¡ales hasta ántonceg son efectivamente ¡ealizadas en el üscurso y reconocidas por los hablanteq el efecto de sentido gue resulta de ello se fija en la memoria y se adhiere desde ese momento al sigrro, confiriéndose un contenido. 5. ARBITRARIEDAD Y PROCESO SEMANTICO AnsmnABrEDAD Y uorrvrcrór¡ El sipo a wbí*wio en Ia medida en flue no existe entre d sigaificante y el significado ninguna ¡elación f[ue no sea una pura convención entre loe hablantes; en Gas, contrario, el sigrro se dice nolúdo. MOTIVACIÓN 29 Uno de loe pctulados de la lingüstica moderna es que la lengu.a es un sistem¿ de símbolos arbitra¡ioe e inmoüvadoo; quo no hay ningún nexo natural entre el nombre y la cosa nombrada y que, por lo tanto, sólo en virtr¡d de una relación netnmenüe couvencio¡ral las palabras caballo, lwrse o Pteril desigpan tal animal. El problema de "la arbitrarietlad del sipo üngiiístico" ha suscitads desde Saussure numerosas discusiones. Parece efectivamente que Saussure tenía en mente sobre todo la teoríq e¡¡tones en boga, de un origen onomatot'yico de los sonidoe, sin excluir lo nocién moüvación en otros planoe. de Tenemos así tres nociones: arbitrariedad, moth¡oeütq conoención. A¡bi¿mria se opone a rwtiaado y tiene como corolario onaerqíotul, dado gue en auseucia de toda motivación únicameute la convensión fundamen- ta Ia sigrrificación. Perc au¡etwional no ercluye a motü¡afu. Por otra psrt€, la esencia del sigro lingüístico es la convencionalidad y no lo arbitrariq oonvencionalidad que tiende a la demotivación del sigrro y por Io Tismo a la arbitrariedad, pero que no excluye la motivación; simplementg €n este caso, la motivación constituye u¡a característica seeundarig no necesa¡ia inmediatamente y flue por lo mis¡no tiende a alterarse, B. oscur€cerse y a menudo a borrarse. La observación de Ios fenómenos lingüísticos permite añrm¡r $oo he- chm inüscutibles. Primero, una vasta gama de las palabras que empleamoo efectivamente es motivada y dicha uotivaciórL uás o rnonoa consciente, según los casog determina el mpleo de esas palabras y su qvoIución. Segundo, toda nueva creación verbal es necesari&mente motivada; toda palabra es siempre motivada en su origeo y ooru¡erva esta moüvación por más 30 ARBTTMRIEDN) Y EL PROCESO SEM¡NTICO ¡nenos tiempo, según loe casosr h¡sta el momento en qúe, acaba por'caer en Ia arbitre¡iedad, datlo Ero o la motivación ha cesado de ser percibida. He ahí Ia gran difertocia entre log cóiligos y loo lengrrajes. En u¡ código, todo nuevo Érmino es dado oo¡L sr¡ ddinición (los lenguajes cientÍficos como eI ál' gebra o ta física son cóügoo o¡¡ cierta uodida). En'el lenguaje de comunic¡ción, por d contrario, l¿ convención no es nunca expücit¿; el eontiilo del nuovo tér' mino se enct¡entra implicado cn la eitu&ción gue per- mite al interlocutor reconocrlo e interpretarlo; y eu la medida en que €§ta nueva palabra es reconocidq aoeptada y repetida se instituye r¡na convención; oouvención tácita ¿ partir de la cr¡al la motiv¿ción inicial perilie su función etimológica y tiende a osuie oerlle. Pero, al priacrpro toilas las palabras son motivadas y muchas continúan eiéndolo duranto algun tiempo. La moüvación constitu¡'g pueq, una de las ceracterísticas fundamentales del eigno lingüístico. Puede tomar dieha moiivación cuatro formag: fouética, metasémicg morfológica ] paronímigq sicnilo ef,ttraas las dos primeras e internas las última¡. f) h !fiorrvaclóN Bs uocr.órrcr cuando se bass en una relación eutre la cma sipificada y la forma sigrificante, fuera del sisem¿ üngüístico. o) Hay nothsuün ionátie, ilirectay nd.uolren'las onomatopsyas que se basan en rma analogía entre la forma fónica y la coea desipada. La onomaropeya es acústica cuando reproduce un n¡ido (ru*rín, dus' qwn). Es fonochética, cuando loo órganoe qu9 (dcsla palabra reproiluócn el movimiemto desigaailo"mip" lh, pimr, tory¿); es también fonometafórica qrando MOTIVACION 3I compara r¡n ruido. o movieiento a formaq coloreq seu. timi6¡¡1q§! ctc. . . E[ sipo onomatopéyico tiene sieupre oomo base una convencióu y tiende a desmotiva¡se, almquc no deia de eer cierto que tdas las lenguas orplotan la motivación fouética, que, bajo formas üvemas, desempeña r¡n pa. pel muy importante. Esto es partiarlarmento widarte en el leorguaje poético; ya mostré en otra psrter! ia existencia y la importaacia de los canpos onomatopéyicoo que se forman en el interior del sistepa lingiiístico. nintesémiq en el caso de loe b) Hay nwtütrcün cambios de sentido. La aignificaci6n os entonoes r€la vaila. Así e¡r la metáfora que ilesigaa a un psu son el noub¡e dg loup (bbo) tenemos un sigrificante acústico primario (la forma fónica laup) gue designa norual-ente cierto ma-ífero, y €rlte primer eig- nificado constituye un significante secundario que lleva a un segundo sipificado, el pez. Hay un doble sistema d, el sigaificado primariq que sons"igoc secundario, y entre sigaificailo tituye un sipificante y sigtrificante sesundario se vuelve a encontrar los misnxos problemas semánticos de la motivacióh y de su oscl¡recimiento subsiguiente. Este proceso es de gran'importancia en'la creación poética, mítica y simbólica; lo describo detalladamente en mi artíqulo sob¡e la semiología de Ia orpreeión poétiea (cl4 op. cü., t l). 2) LL uor¡vroóx Es ENlxrcTórrc¿ cr¡audo se ori. gina en el interior del propio sistc@a gl6tico, es decir, de la propia lengua. La relaci6n motivante ya no está I Véase P. Guiraud, Pour une séntiolosb ilc ?erpressbn poéti4ue, Universidad de Lieja, 1961, y mis ¡rtículos del letin ile b Socüté ¡le Lí¡'sufu¡tiquz de Paris. kil 32 trL PROCESO SEIT,ÍANTICO aquí entre la Cooa significada y la forma significante, sino entre la palabra y otras palabras flue ya existen en €§a lengua. a) La motfurción nwrlolrígíca o uorfemática es el üpo más general y más fecundo. Se basa en la compo.sición, por ejemplo fornando floww a partir d, & tanw, sigaiendo el antecedente de manglar, pinar, etc. b) La motbrcün pronímia,, meno's regular y m᧠accidental, se basa en la comparación o la confusión de dos formas idénticas (homónimas) o vecinas (parénimas); véase al respecto lo escrito en el cap. IV). En muchos casos, la motivación endoglótica se combina con la e,ombinasión eroglótica, por lo que ciertas ononatopeyas puedeu ser precipitadas y actualizadas debido a est¡:¡¡cturas existentes err el léxico. Ocurre lo mismo con las metáforas o cm algunos préstamos. Re+ pecto de estos problemas consúltese el capítulo V y mi li}r.o Étynwlogía. 3) MorrvecróN y DEMorrvacIóN. fodas l* Wb bros wt ainwl,ógienaú¿ mothdas, ya s€a f[ue se trate de préstemos (cuya moüvación se e¡cuentra en Ia lengua original), de onomatopeyas, de derivados o compuesto§, o de cambioe de senüdo. Aungue en teoría nada se opone a la creación de palabras de manera completa. mente arbitraria. ile hedw tales creacio'r¡es no existen.' Todas las palabras son, cn consecue.ncia, etimológicamente motivadas, perq y he aguí lo importantg esfc motiouión tw es ni ilq¿rminofu ni ileurmitw¡*. No es enteramente determinadq porque la reacsión . El mlo ejemplo, siempre citado, es la palabra "gas", pem ya ha sido aclarado que se formó a partir del vocablo "c8os". De otro tipo son las formaciones publicitarias, como lodalg ibp, ozo. ARBITRARIEDAD Y MOTIVACIÓN 33 continúa siendo siempre libre dentro de ciertos límites. lls contingenüe: cualquier modo de motivación es siempre posible; se designa al t'cuco" por onomatopeya, al "carpintero" por metáfora, al "petirrojo" por sinécdoque; en idioma francés se considera que las especies son vendidas por el especiero, pero que el tabaco lo es por el "comerciante de tabaco" a la vez que los reme. tlios son venüdos por el t'boticario". Por otra parte, Ia motivación no es determinante, pues no es necesaria para el sentido, que se acfualiza por una asociación convencional. De ello resulta que termine por ser olvidada. De esta suerte, ya no se ve la ¿rsociación etirnológica entre un "Banco" (comercial, hipotecario) y un "banco" de sentarse. ¿Y r¡rién asocia un "sánclwich" con Lord Sandwich o los "espejuelos" con un espejo? Este oscurecimiento de la motivación no es tan sólo r¡n fenórnencr general, sino a menudo imprescindible para evitar una restricción del sentido. Por ejemplo, un ttcuco" es ciertamente una ave cuyo canto es sugerido por su nom]:re onomatopéyico, pero este rasgo ro La palabra en uso, no debe rlvocar un rasgo único, sino el cnnjunto de la cosa que dc-signa. EI rasgo motivante no es siempre lo realmente esencial; tal es el caso de "tortuga", cuyo étirno no rrlude a su caparazón sino a sus patas torcidas. f)e lo anterior se concluye que en el uso cotidiano It motivación debe borrarse en provecho del sentido rrl que, en caso contrario, amenazaría con restringir, y aún con alterarEn consecuencia, lo arbitrario del signo es una conrlición de su buen funcionamiento. Son sólo los lenguaies 'opuros", cnmo el álgebra, aquellos que forjan sis" es sa única característica. 34 CONCLUSIÓN BL PROCESO SEMANTICO temas de símbolos carentes de toda asociación extracon- lcr vencional. Pero la motivación es una fuerza creadora inherente aI lenguaje social, que es un organismo vivo de origen empírico. Sólo después de creada y motivada (natural o éndoglóticamente) la palabra, las exigencias de la *'ntántíco (cambio de sentido). función semántica traen consigo un oscurecimiento de la motivación etimológica que, aI borrarse, puede causar una alteración del sentido. El estudio de este doble proceso, que se encontrará continuamente a lo largo de la presente obra, constituye uno de los problemas esenciales de la semántica' 6. Coxcr,usróx La lengua es un sistema de signos que nos sirve para comunicar nuestras ideas, evocando en la mente de otro las imágenes conceptuales de las cosas que se for' man en nuestra propia mente. La palabra no trasmite la cosa, sino la imagen de la cosa. El signo lingüístico es una asocíación de ilos imá' genes mentales, una larmn acústica signilícanle o nom' bre, y un concepto sígnifícd'o o sentido. Esla asociación es un proceso psíquico, bipola.r y recíproco, ya que el nombre evoca el sentido y el sen' tido evoca el nombre. La asociación significante es conaencbnal, resulta de un acuerdo entre los que emplean la lengua. Sin embargo la palabra siempre está originalmente motivada, sea que haya una relmí,ón na'turd' entre la forma acústica y la cosa significada (onomatopeya, ex. clamaciones), o una relación endoglótica entre las pa' labras en el interior de la lengua, relación que pueile 35 de orden morfo;l,ógíco (derivación, composición) o [)ero esta m,otiaacün etimológíca, que es una de las fr¡r:rzas creadoras del lenguaje, continúa siendo contiru ¡iente: el creador de una palabra queda siempre en lil¡crtad de eligir entre los diferentes modos de motiv¡rción creadora. Por otra parte tampoco w esencial, ¡i scmtínÍ.icamcüe deÍerminante y tiende a oscurecerse y a borrarse en provecho de la asociación convencio. rrrrl, que es la única que acredita el sentido. SENTIDOS Y EFECTOS DEL II. LA SIGNIFICACIÓN: LA FUNCIÓN Ll coltuurc¿.cIóx postula teóricamente un solo nombre para cada sentido y un solo sentido para cada nombre. Pero, de hecho, se habla indiferentemente de una operación (militar) y una operación (quirúrgica), de un cuerno (de caza) y un cuerno (de res). Para ciertas palabras, como tthacert', tthombre", ttser", los diccionarios dan hasta cincuenta o sesenta sentidos distintos. Esta polisemi,,a existencia de muchos sentidos -o para una misma palabraestá agravada además por la hom.onimb, o sea la existencia de palabras, diferentes en su origen, que terminaron por confundirse a consecuencia de su evolución fonética, por ejemplo oert, ucrs, t)er, nerre, en francés, sin hablar de los sinónímo's, que son conceptos que tienen varios nombres. ¿Cómo es posible esta situación? ¿Cuál es su origen y su frecuencia sobre el funcionamiento de la comunicación ? l. Sentid,o d,e base y Si un nom- bre puede tener varios sentidos, éstos son sentidos potenciales o virtuales; nunca se actualiza más de uno de ellos en un contexto dado. Cada palabra tiene un sentido de base y un sentido contextual;1 es el contexto el que precisa el sentido en y 1 La terminología varía; algunos autores hablan de sen¿ido electos d,e sentído; otros, de sentido y sigpíficacíín, 36 "lloldán tocó el qteÍno" o "las operae¿ones continúan el delta". En cada uno de estos casos el nombre r:rr No habrá ambigüedades, salvo en los juegos de palahras o en los retruécanos. Regirá siempre la regla de rlue para cada sentido hay un nombre, y la lengua rilimina las posibilidades de confusión que podrían pro. rlucirse durante su desarrollo; es inclusivé una de las (:irusas de los cambios de sentido (p. ?0). Toda palabra está ligada a su contexto, del que exlrae su sentido. Este sentido contextual puede confunrlirse con el sentido de base en palabras técnicas como "sulfato de sodio" o t'encefalitis", cuya área contextual cstá estrechamente delimitada, pero por lo general las rliferencias de sentido se desprenden del contexto: .,pi- r:ür carne" (para hacer albóndigas) no es la misma rrcción que "picar al toro" (el picador) o,.picar el an. zuclo" (un pez). Los matices se precisan y la palabra st: realiza en asociaciones conceptuales distintas, como r,n "operaciones" militares, aritméticas, quirúrgicas, firurncieras, etc. [inalmente, las divergencias contextuales pueden .onducir a una escisión de los sentidos de basei o.pico rle pájaro" y topico de Ia montaña, se aprecian como rl,,s pulu¡ru. diferentes y sin contacto. DEL sENTrDo sentído contexüua,l. 37 (rvoca un coneepto preciso. SEMANTICA 1. SrN:rr¡os Y EFECTos SENTIDO 2. Selttido y odnr estilíst:ico.z El sentido de base y el sr:ntido contextual no se superponen; hay siempre un -es solo sentido en una situación áada, que el sentido 2 La palabra "valor" se toma aquí con un sentido distinto nl que le da Saussure, para guien es el ¡uatiz de sentido que la ¡rulnhra deriva de sus relaciones con las demás palabras del r,i\t(rma glótico (p. 83), 38 LA FUNCIÓN SEMANTICA SENTIDOS Y EFECTOS DEL contextual. A Ia palabra en un sontexto corresponde una sola imagen conceptual. Pero al mismo tiempo se forman asocíaciones exüratwcíonalesl que, sin alterar el concepto, lo, coloran. En "le dieron un golpe en el coco", el sentido (contextual) de ttcoco" es "cúeza", pero la palabra evoca al mismo tiempo, por asociaciones bastante laxas, ideas de comicidad, intención burlesca, gente vulgar, etc.; las denominamos ualores, en oposición al sentido. Los valores son asociaciones extrasemánticas. Como son distintas del sentido, son objeto de un estudio especial, que es la estilístíca;a al mismo tiempo, quedan estreehamente Iigadas al proceso semánticq del que constituyen uno de los factores esenciales,, Estos ualores esti,lísticos son de dos tipos. Por una parte hay palabra y giros que expresan las emociones, los deseos, las intenciones, los juicios del que está hablando; de esta manera hemos apreciado una intención burlesca en "coco". Por otra parte, esta palabra evoca cierto mediq pues no todo el mundo, la emplearía; algunos la usarían únicamente en una situación determinada. Así, la palabra está asociada al grupo y al contexto social a los que de ordinario pertenece. Hay, pues, valores expresivos y valores sociales o sociocontextuales. 3 Algunos autores distinguet las connotaciozes (que corres ponden a nuestras asociaciones extranocionales) por al sentido d,enotado". oposición a Véase P. Guiraud, La stylistique, colección Que sais-ie?, París, 1954 [hay trad. esp.l; en el capítulo III, "Estilística de la expresión", se discute con mayor detalle lo aquí esbozado. Distinguimos ahí valores impresiuos de valores expresiuos; en la presente obra los consideramos bajo Ia expresión única "vaiores expresivos". u) Los ualDres expresínos SENTIDO y ln iloble funcün. 39 ileil' len' Hemos visto que el lenguaje tiene una funeión kigica o cognitiva; sirve para comunicar concePto§ evor:rndo en la mente del interlocutor las imágenes que nr: forma¡ en la nuestra propia. Pero esta comunica' «:ión nocional, que es Ia meta de la ciencia o del cono' ¡:,tru.je. r;irniento lógico, no es sino indirectamente la de la r:omunicación social, fundamentalmente volitiva: co' r¡runicamos nuestros pensamientos para obtener ciertas ttte amo" rospuestas, ciertas reacciones. No basta decir o';ataquen al reducto", es preciso comunicar el fervor rlc esta pasión o la importancia del ataque urgente. Y t'es sumamente otte amo con pasión" o cuando se diga irnportante que ataquemos", seguimos en presencia de simples conceptos, imágenes esquemáticas y a-bstractas palabra no de óosas, que habremos comunicade -61¿ es la cosa", y no la evoca sino indirectamente y com@ t través de un velo, mientras que la co§a misma es la írnica que nos puede emocionar. Por eso la comunicación conceptual se acompaña rlc gestos, de mímica, de inflexiones de voz, que la refuerzan al, expresar ndtura:l,m,ente nuestras emociones' nuestros deseos, nuestras intenciones, etcétera. Algunos de estos signos natwrale§ existen en estado latente en la lengua misma" En "estoy muy so{prendido de ver a usted" hay dos nociones bajo la forma de dos imágenes conceptuales: la presencia de usted * mi gran sorpresa' "¡Usted aquí!" signit'íca también dicha presencia, pero expresa' espontá,neam.enfe la sorpresa por un giro que reproduce naturalmente el movimiento interior de la emoción que esta presencia provoca Y {ue, hacién' «lola concreta y visible, la identifica y le con{iere fuerza n 40 LA FUNCIÓN SEMANTICA expresiva. Es una reacción natural, espontánea, inconsciente, no intencional, y que no pertenece, por Io tanto, aI sistema de la lengua. Pero desde el momento en que los poderes evocadores de la exclamación y la elipsis han sido reconocidos, pueden ser utilizados como signos nocionales. Entonces se conaiene en que tt¡usted aquí" 3 666sto| sorprendido de verlo aquí,-verdáderamente sorprendidq auténticamente sorprendido, trastornado de sorpresa.. . ." Aunque se vuelva convencionalmente asociada al concepto de la sorpresa, la expresión guarda el re{lejo de su origen natural en sus asociaciones subsidiarias: sorpresa * aliento entrecortado, sobresalto físico, etc., asociaciones que evidentemente se debilitan al entrar en el área del acuerdo lingüístico, adquiriendo un sentido convencional, es decir semantizándose. El proceso es el mismo en los cambios de sentido expresivo; una metá{ora del tipo "coco" tiene siempre origen natural y espontáneo; luego, se termina por reconocerle un sentido convencional, pero el cual consena el reflejo de la intención burlesca que tuvo originalmente. Los valores expresivos son, pues, imágenes subsidiase superponen al sentido: son asoci¡¿ciones ex- rias que trasem,á.nticas d,e or,igen natural. b) Los ualores socioconteritual¿s. Por otra parte, las palabras evocan la imagen de aquellas person¿rs qrie comúnmente Ias emplean, y de las situaciones a ]as cuales son aplieadas. Hay valores sociales que derivan del grupo econó- mico, profesional, regional, etcétera; otros participan de la naturaleza de Ia comuriicación, de las intencio- SENTIDOS Y EFECTOS DEL SENTIDO 4I nes y de la situación de los sujetos hablantes, del tono, clel estilo. A cada una de estas categorías corresponden palabras que les son propias y gue, por estar asociadas a ella-*, l¿s evocan en nuestra mente. Estas asociaciones son naturales y espontáneas. In. voluntariamente al hablar damos a conocer nuestro origen social, provincia nativa, profesión, nuestras intenciones y actitud respecto al interlocutor? etc., por asor:iaciones que realizan las palabras y que se agrega¡l siernpre al sentido de ellas. Pero desde el momento nn que su poder evocador es ¡econocido, pueden convertirse en procedimientos de estilo, medios de expre:iar un aspecto partieular del sentido. Se vuelve a en. oontrar una vez más el proceso asociativo analizado ;rrrib (pp. 35 s.). Al igual que los valores expresivos, Ios valores sociocr¡ntextuales (que constituyen valores expresivos en po- tencia) son a:sociaciones extrosenwínlicas de origen n atural. Iin las primeras tenemos asocíación por símilitud: sirnilitud del nombre y de un movimiento natural del ,rlma (elipsis, exclamación), similitud de Ia cosa con llguna otra cosa, a la que se asocia (metáfora). tin el caso de los valores sociocontextuales hay una u.sociacíón por contigüíd,ad, pues es en contacto con uñ lier-to medio, o una cleterminada situación, cómo la palrrlrra ha tomado su color. Pero en ambos casos hay una asocionión, secu,nilaría tnoti'»atha que se agrega a la asocíací,ón, primatia con,'t:ncíonal, que acredita el sentido. !-iegún esto, en cada palabra e!rcontramos cu¿ltro ti¡ir-is de asociaciones: el sentido de base, el sentido con- LA FUNCIÓN SEMANTICA LA CREACIÓN SEMANTICA te:rtual, el valor expresivo, el valor sociocontextual. Esto lo ilustramos con el siguiente cuadro: Según los individuos y las circunstancias, se produocn en el interior de Ia palabra intercambios constanIcs s¡¡r. las diversas asociaciones. La función de las tres asociaciones subsidiarias es Ia de precisar y de mat.izar el sentido de base, pero pueden, al desarrollarse, r lelormarlo, ahogarlo y hasta sustituirlo completamente. llste es el problema de los desplazamientos de sentido 42 setuíntice utilístíca sentido valor de base expresivo 43 \p. aa). 2. La cnr¡,cróN spuÁNrrc¡. ¿;De dónde vienen las palabras? ¿Cómo se establece r:l pacto semánticq el acuerdo colectivo que asocia un rrombre con un sentido y con valores subsidiarios que sentido contextual El cuadro representa una palabra, y cada uno de sus cuadrantes una asociación particular. En "la operación bistec está en marcha", la palabra "operación" evoca: t) Un sentido de base: una secuencia de actos coordinados con una finalidad determinada. 2) Un sentido contextual: una operación adminis. trativa contra un grupo económico determinado. 3) Un valor sociocontextual: Ia fórmula sugiere Ia operación y el comunicado militares. 4) De ello resulta un valor expresivo, la idea de una operación firmemente estructurada, enérgica, decidida a llegar hasta el fin; y un efecto cómico y burlesco que tiene su origen en lo inadecuado del sentido a la realidad, y en el valor hiperbólico de una operación en la cual no creemos. lo matizan? Las palabras son creaciones humanas y, al mis¡no ticmpo, co no la mayoría de las creaciones del hombre, tienen vida propia. Nosotros las creamos y ellas se crean. Al igual que en un'iardín, se escogen las especies, sc seleccionan las semillas, se plantan, se injertan, sc oruzan, etc6tera, y las plantas viven, prosperan unas y sc marchitan otras, otras más son ahogadas por ver:inos demasiado exuberantes, se realizan hibridaciones rraturales. De la misma manera hay una creación consciente y una evolución espontánea de Ia lengua. Creamos las palabras para dar nombres a las cosas, sca porque aún carezcan de ellos, sea porque el que licnen no cumpla ya eficazmente su función, [sta fun<:ión es, según hemos visto, cloble: cognitiva o semántica, expresiva o estilística. De ahí la doble función de Ia nominación: Ia pala- LA FUNCIÓN SEMANTICA 44 LA EVOLUCIÓN SEMANTiCA bra puede designar objetivamente un con_cepto: sacaclavds, televisión, psicoanálisis, etc., o puede matizar ei concepto con asociáciones expresivas: azul y puro; una cabrilla : el azur : el cielo una cabra pequeña y grácil. casos la Iengua dispone de varios medios: onomatopeyas, en las cuales la forma fónica reproduce el ruido designailo: un tintin-eo, un chapa' treo, un gorgoteo, etc.; o designa, asociándolo por conti' güiaud,1t animal o la cosa que produce el ruido: el cucú. El rendimiento de la onomatopeya, necesariamente limitado al terreno de los sonidos, es débil erl la nomi' nación nocional, y por otra parte ha sido explotado des' de hace mucho tiempo. For el contrario, el papel de los ual. res onomatopé' yicos es muy grande en el plano del estilo, del poético án particular, que intenta valorar todas las asociaciones subsidiarias latentes entre la forma fónica y el sentido, no solamente asociaciones entre dos sonidos, sino las más sutiles, entre sonidos, colores, sentirnientos. b) Los préstamos soir palabras venidas del extran' En los dos a) Las jero, geneialmente con las cosas que cl-esignan: son iuente-de valores estilísticos cuando quedan asociadas a su país o medio de origen, que continúan evocandoc/ La derivación y la composición nos permiten Ia' bricar palabras a partir de formas existentes: atómico, electricista, psicometría. Es el procedimiento por excelencia de la nominación nocional pura. Puede haber ahí, sin embargo, creación o ernpleo estilístico; tal es el caso de loe diminutivos y aumentativos de afecto o de desprecio, etcétera. d) En fin, el último procedimiento, la migración c trans-ferencia del sentido, que cousiste en designar un concepto por un nombre que ya pertenece a otro' Para lo cual mueve la similitud de fonna, de color, o de función existente entre ambos objelos: cierto martillo es llamado o'pata cle cabra", un pedazo de papel una "hoja". Se asocia pr:r contigüidad, cuando se toma el todo por la parte, o el productol por el producto: el "burdeos" por el vino de Burdeos. etcétera. Estos cambios de sentido tienen un papel particu' larmente irnportante en la nominación estilística, y son entonces el punto de partida para un desplazamiento ulterior del senticlo de base (p. a0). Onomatopeyas, pr6stamos, {ormaciones morfológicas cambios de sentido eonstituyen los medios de que la Iengua dispone para crear palabras. Totla creación aerbal, es, por lo tanto, motiaad,a siem' pre, descansa sobre asociaciones extraconvencionales, asociación natural entre el significante y el significado (onomatopeyas, tropos), asociaciones internas (endo1, glóticas: morfológicas o paronímicas). Pero --y esto es lo importante- esta motivación etimológica no es necesaria para la trasmisión detr sentido de base que descansa en una asociación convencional y es -oiernpre susceptible de pelderse (p. 30). Nos salimos aquí del marco de la ereación consciente, porque este oscurecimiento dc' la motit'ación resulta de una evolución y un desplazamiento espontáneos del sentido. 3. L.q. nvor-uctóN suuÁsuc,r La norninación semántica o estilística es un acto crea' dor y consciente. Una vez creada la palabra" sea por 46 LA EVOLUCIÓN LA FUNCIÓN SEMANTICA transferencia de sentido o de o'tra manera, su sentido puede evolucionar espontáneamente. De hecho, evoluciona en la casi totalidad de los casos. Hemos visto que toda palabra es un complejo de asociaciones (pp. 38 s.). Basta que una de ellas evolucione para que acometa al sentido y termine por alterarlo, por ahogarlo y finalmente hasta por remplazarlo. Téte es originalmente en francés una metáfora estilística que asocia la cabeza (antiguamente chef) con un recipiente de barro, un tiesto (lat. téskt). Es una metáfora vulgar de intención cómica y burlesca de un tipo que se encuentra en todas las lenguas. En la actualidad existen, para "cabeza" i "mel6n", oocalabaza" ; y en francés: aal.etiére) Wtate, y otros. Hay enseguida un desplazamiento de la relación asociativa, como queda ilustrado en el esquema siguiente: "chef" Comparación: Metáfora: Valor estilistico: Semantización: "téte" @-& @ @ @ @ @ o o o ! o o 6 N a 'C, Primero hay comparación, es decir una asociación de dos imágenes autónomas, la cabeza a un lado del tiesto, un chet' que parece un tiesto (téte). SEMANTICA 47 Luego hay metáfora o superposición de dos imáge- la cabeza en el tiesto y resulta ut chel que es un tiesto, Después hay valor estilístico; la imagen del tiesto se borra y no queda más que una asociación vaga con nes, se inscribe alguna cosa cómica y y burda, una caleza redonda tosca, Finalmente la palabra se semantiza; el reflejo expresivo se oscurece; la palabra láre designa ahora un concepto puro y remplaza a chef. Esta última palabra sobrevive, sin embargo, con un valor sociocontextual; es un arcaísmo, una palabra nolie chet' viene siendo una cabeza "encanecida en el oficio". Y a Ia siniestra de la téte (cabeza) sernantizada surgen ya las equivalentes de "coco", "mel6rr". "calabaza", que quizás terminarán algún día por desplazar a st vez a téte. Se ve que hay un desplazamiento en el ámbito de las asociaciones significantes; téte pas6 del casillero t'valor expresivo" al casillero ttsentido de base"; "chef" pas6 de "sentido de base" a "valor socio-contextual". Otro desplazamiento muy frecuente y muy natural el del sentido contextual hacia el sentido de base; en "fritas", uno de los sentidos de la palabra (papas fritas) terminó por eliminar los otros. De manera que el sentido de las palabras es el resultado de un doble proceso; la nominaci6n y la wolución es espontánea de los valores de sentido. Los dos fenóme- nos son complementarios e interdependientes, pero es necesario distinguirlos. La nominación es un acto creador y consciente de origen individual, y al mismo tiem. po discontinuo; un individuo crea una palabra que asu. me al instante su función en virtud de una convención IJ" FUNCIÓN 4B de la colectividad. El SEIVIANTICA desplazamiento, en cambio, es y progresivo, hay ciertamente acuerdo co' t'derecho de he' lectivo, pero no es explícito; por un cho" el nuevo sentido termina por iruponerse poco a inconsciente poco hasta el punto de ser aceptado por el diccionario. De manera que, por una parte, hay creación indivi' du¿I motivada, consciente, discontinua; por otra, dise' minación eolectiva inconsciente y progresiva, de donc{e resulta una pérdida de la motivación. Se ve el papel que juegan lc,s "cambios de sentido" en este doble proceso, a la vez bajo la forma de una trans{erencia semántica o estilística en el nivel de la creación individual, y de un desplazamierto en el de la diseminaeión colectiva. No es sorprendente, pues, que la ciencia del sentido de las palabras haya podido limitarse casi exclusiva' mente, en un principio, al estudio de los cambios de sentido, al grado de identificarse con é1. Los desarrollos actuales de la semántica no menguan importancia a este aspecto, pero lo sitúan Y observan bajo una luz completamente nueva. III. LOS CAMBIOS DIt SENTIDO: SIIS FORMAS 1. L¡. nrrónrca: uN rNvtrNTARro DESCRrprrvo Drsor Ia Antigüedad han sido definidos y descritos los cambios de sentido, y su estudio constituye una parte importante de la retórica. Los cambios de sentido, o tropos, son "figuras de palabrast' y constituyen con Ias otras figuras dicción, de construcción, de pensa-de ¡¡is¡¡6- procedimientos de estilo, es decir, "modos más pintorescos, más vívidos, más enérgicos de hablar". Iisto corresponde bastante bien a lo que hernos llamado hasta aquí ttvalores expresivos". La teoría de los tropos, que data de Aristóteles, recibió un considerable desarrollo durante la época ale" jandrina y latina. Los gramáticos latinos enumeran 14 especies: la metáfora, Ia sinécdoque, la metonimia, la autonomasia, la cataeresis, Ia onomatopeya, la metalepsis, el epíteto, la alegoría, el enigma, y la ironía, subdividida en perífrasis, hipérbaton e hipérbole. En toclo tiempo, hubo vacilaciones en Ia clefinición, clasi{icación y terminología que, a través de la retórica medieval y clásica, han so]¡revivido, sin embargo, hasta nuestros días. Los primeros semánticos, como Darmsteter y Bréal, ven cn Ia sinéccloque, Ia metonimia y la metáfora, los tipos básicos de Ios cambios de sentido. La metáfora en particular ha sido objeto de innír.meros estudios. Palabras como metáfora, irorría. hi¡Érbole, eufemi¡;rno. son nociones y ténninos corrientes. Análisis recientes, como el de Stcrn o el de Ullmann" 49 s0 LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FOR]\{^S FORMA SEMANTICA, CAIVIBIOS DB cuyas definiciones y clasificaciones descansan en criterios nuevos, no dejan de conservar los principales tropos en el marco de sus esquemas. rios de clasificación La distinción entre l3réal, PaulLos primeros scmánticos --l)arnstctcr, agrupan los tropos en un marco lógico, según haya restricción, extensión o transferencia del sentido. La sinécdoque y la elipsis constituyen casos de restricción o de extensión del sentido. Hay restricción cuando se toma la parte por el todo, la especie por el Este esquema, del cual se encuentra una descripción más completa en La uie des mats ¡)e tr)arinstetcr, o[rece la ventaja de la sencillez y Ia coherencia, e introduce un orden lógico en el inventario de la .rntigua retórica. Esto fue, sin duda, Io mejor que se podía hacer en una época en que los sustratos psicológicos y semiológicos del Ienguaje eran todavía mal reconocidos. Con los desarrollos de la teoría de los signos y del análisis del proceso significante, perdió todo valor heurístico, y con ello parte de su razón de ser. 1 Únicamente Ia {alta de espacio mc lleva r no tratar por ¿hora con mayor amplitud el problema, dc lo cual no dehe desprenderse que haya perdido intcrés, sino nada más que 1o con. sirl,.ro bien conocido. _.ignificante y lignificado apa- r'cce ya en la G/ossology de G. Grote ifgZf ), en la t.r¡al el autor opone el lono, o palabra como lorma foné- tr('a, y el noema, o palabra como pensamiento, de Io ('lrll extrae una terminología bastante pesada _diano_ cruatismo, perinoemltismo, sematismol noematosemalism,9* gue no parece habcr retenido la atención <Ie Ios lingüistas. género, etcétera; extensión en el caso contrario. sentido. para por una ¡rlrte bipolaridad del significante y rlel significudo; po. la.otra, naturaleza psicoasociatiuu d" sl,r. relaciánes, lr:rjo su.doble forma, similitud y contigüidad. DE sENTIDo La metonimia y la metáfora son transferencias de y una nueva terminología rlcstacar los caracteres del proceso semántico: e invocar otras clasificaciones.l 2. L¡. ronlra r,óclcr, DE Los cAMBIos 51 ll. L,r ronr[q. sEM,{.NTrcA DD Los cAMBros DE sENTrDo I'll análisis sc'mántico propone, en efecto, nuevos crite. Sin embargo, los desarroll<¡s del análisis semántico no podían sino poner en evidencia su mediocre valor epistemológico SENTIDO a principios del siglo, con W.undt, . fo ,tu",sino ,:clrurchardt y sobre todo Ferdinand de Saussure, cuanrLr se encontró una teoría de tu. sentido lrusada en criterios semiológicos "u*¡;áu-de Wundt pone el acento ei Ia naturaleza psicoasociativa del proceso y los dos grandes tipos de asociación , por similitud y por contigüidad_. I_a oposición entre Irr lorma fónica y- el sentiáo .e .lesp."nde taml¡ién de rr)lncra implícita de su clasificaci6n. Distingue Ia trans_ fr'rcncia-del nombre y Ia metáfora que es'r,n, t.nr,.["_ ¡,'neia del sentido. Schuchardt npou" _"*plícil¿rmcntr' - el estudio de los nomb."., ú o,rornrsioiogía, y el rlt: Ios sentidos, o semántica, t t'..-de Saussure .incií¡n : no poclía menos que señalar esta rlis- I-a alte¡ación en el tiempo tolna diversas formas, cada una de las cuales l¡rindaría mate¡ia part un importante }-ORi\4A SEMANTICA, CAMBIOS DE s2 LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FORNIAS capítulo lingüístico. Sin entrar en detalles, he aql í lo que es importante ol¡servar: por principio de cuentas, no nos equivocamos respecto al sentido atribuitlo a la pala' bra alteración, que podría h¡cer creer que se trata especialmente de'cambios fonéticos sulridos por el signifi cante, o de cambios de sentido que alcanzan el corrcepto significado. lste punto de vista serí¿ insuliciente' Cualesquiera que sean loi factores de alteración, ya actúen aisladamente o en conjunto, concluyen siempre et tto d'esplazamiento tle la reiación entre sígnilícante y signí'ficado' (Curso, p. 53 rle la misma manera, el vocablo "átorno" designa un concepto que ha cambiado completamente. El mecanismo de las causas en juego en es,te fenórneno será analizado más adelarrte (capítulo IV). Vernos, por el momento, que no afectan, al menos aparentemente, el sistema de la lengua. Como lo veía ya muy lrien Darmsteter, hay en este caso un "olvido". diríarncs en francés un ellacemen, o sea que la motivación ctinrológica se borra: lo que Ullman llamaría "con- st'n,adurisrno lin güístico". Los cainbios lingüísticos, al contrario, a{ectan di- 109.) Si agregamos que un capítulo entero, del C¿rso está dedicaáo á restuÚece" la nituraleza psicoasociativa de esta relación, se obtiene la primera delinición semiológica completa del cambio de sentido. Volverán a ell"a todas las teorías que merecen ser tomada§ en co¡r- lcctamente a la lengua. Constituyen un desplazamiento rlti nombre o del sentido en el interior del sistema. Stcrn, en su clasificación, distingue tres tipos princi. ¡r:r les I : ) El desplazamiento scntido. rentes. h 1. La cb.sifícacíón de Stern. El libro Memíng and clwnges of meaníng de G. Stern constituye el inverlta,io ,iás completo de los cambios de sentido conside'ra' dos destle el punto de vista cansal i¡ funciorral (cf' cap. IV), clasificados al mismo tiempo según un marco ,.*iológi"o que deriva del rriánguio de Ogclen y Ri' charcls (p.23). y cam' un cambio de bios lingüísticos. Los primeros derivantlel re{eiente o ccsa námbrada, sin cambio de nombre' Un caso de ello es el hecho rle seguir noml¡rando "pluma" un otrjeto que ya no es urla pluma (de ave) ; externos de la relación verbal o del rrornbre. sideración. Nos contentaremo§ con resumir) de manera breve, las dos más recientes y, a la vez, más completa§ .v cohe' El autor distingue entre cambio§ SENTIDO 2) El desplazamiento de la relación referencial o del 3) El desplazamiento de la relación subjetiva entre palabra y los sujetos hablantes. Cada uno comprende dos clases que admiten, a su vcz, cierto número de subdivisiones. Se obtiene el cuarlro siguiente: (lArrBros ExrERNos: Sustitución (objetiva, cognitiva, subje" tivl ). ( lArrBros r,rNcüÍstrcos I. : l)esplazamientos de la relación verbal (deJ nombre), l) A¡alogía (combinativa, correlativa, fonética). 2) Restricoión (truncamiento, elipsis). 54 II. IIORMA SEMANTICA, CAMBIOS DB LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS Desplazamiento de la relació¡ referencial (del sentido). b) 1) Nominación (composición y denvación, transferencia intencional, figuras). 2) Transferencia (no intencional). III. Desplazamiento de y los locutores. 1) 2) Ia relación subjetiva entre la palabra la ana- Iogía presenta tres tipos: combínatiua en las reformas morfológicas (derivación, composición, flexiones). Analogía correlatiaa euando da a un referente un nombre ligado por su significado a otro nombre de la lengua (sinonimia) o de una lengua extraña (calcas semánticas), por ejemplo, el barbarismo 'orealizar" calcado del inglés to realíse (t'darse cuenta"). Analogía. lonética que acarrea un cambio de nom. bre a consecuencia de la similitud fonética: contagio, etimología popular (pp. 76 s). La restriccíón a) se presenta bajo dos aspectos: Wr ttcine", t'super" Restriccíón u omisión de uno de los La nomina¿ió¡? consiste en dar un nuevo no nbre a un concepto; aquí distingue Stern la nominación, que es intencional y consciente, de la transferencia no in' a) Nominación intencbnal, (intentinna,t naming), b) trun¿amiento del fmercado]. tipo "auto", cuando se forma un nuevo término por composición o derivación. Translerencia intencíonal y no figurativa, en las metáforas meramente nocionales del tipo "pata de cabra" (instrumento), "bola de nieve" (plan- ta), c/ a) Analogía c) elipsis, términos de una expresión compuesta: "las frita§", ttla capital". (tiempos, modos, casos). Bajo su doble forma material o relacional, b) pr 55 tencioual; hay: Permutación. Adecuación. La analogía se origina en una iilen¡idad de relacin¿es entre dos referentes. Es materia.l cuando se basa en la identidad de la radical de un grupo flexional y derivacional, o del sentido de un grupo nocional. Es relacional entre palabras que tienen una función idén- tica Restrí¿ción SENTIDO etcétera. Figuras estilísticas de origen expresivo, Iítote, hipérbole y más notoriamente la metáfora estilís' tica, así como el eufemismo y la ironía. La tronslerencia llamada regular, en contraste con la transferencia intencional, se basa en la identidad de apariencia (una hoja de papel), de función (el lecho de un ¡ío) o de situación (el pie de una montaña) cxistente entre dos referentes" permatació¿ resulta de un cambio en la idea que el sujeto hülante se hace del referente, que consi' algunos de sus aspectos, sea viendo parciald"ru mente"t la materia en el objeto (un mármol, por una estatua), la parte por el todo (una vela, por un barco de vcla), el producior en el producto (el burdeos), etc.; en esta categoría caen la sinécdoque y la metonimia de la antigua retórica. La 56 LOS CAMtsIOS DE SENTIIDO: SUS FORIVIAS La adec:uncíón w un modo particular de la permutación; se produce cuando la mente capta úrL nueao carácter del referente. Así un "cuerno" (de caza) deriva su nombre por permutación (sinécdoque) del cuerno que originalmente era; luego se borra la motivación etimológica y el carácter esencial de "cuerno" parece ser su aptitud de emitir un cierto tipo de sonidos, independientemente de su materia o su forma, de doncle vienen el cuerno d,e caza, el dcl cochero de correo, el cornetín, etc. Es el proceso que Darmsteter llama co¿- FORMA SBMANTICA, CAMBIOS DE SENTIDO 57 I. La transferencia del nombre: a) Por similitud, entre los sentidos. b) Por contígüíd,ad, entre los sentidos. IL Transferencia del sentid,o: a) Por símilitud entre los nombres, b) Por contigüida¡l entre los nombres. III. Cambios compuestos, ab similaridad catenación. Contigüidad 2. La clasit'ícacíón d,e Ullmann. S. Uilmann, en The principles ol Sem.antics, reclasifica los tipos de Stern siguiendo un esquema semiológico más estrictamente I. Sentidos II, Nomb¡cs saussuriano, Un poco rígida y abstracta desde un punto de vista prácticc, la clasificación de Ullmann combina las ventajas de una elegante sencillez con las de un elevado valor heurístico. f)espués de haber separado, corno Stern, los cambios de origen histórico y los exoglóticos, que atribuye al instinto conseryador de la lengua (linguistic conaeraatísm), Ullmann eomprueba que puede haber sea transferencia del nombre, sea transferencia del sentido, y qile en cada caso esto ocurre sea por similitud, sea por contigüiclad de los nombres o de los sentidcs. Y en una última clase agrupa los cambios compuestos que se cleben a asociaciones complejas. De donde resulta el siguiente esquema: l) B) Cambios debidos Esta clasificación engloba, evidenciándolos, Ios caracteres de la significación: por una parte la bipolaridad significante (nombre)-significado (sentido) ; por otra, la naturaleza psicoasociativa del procesc) bajo su cloble forma, similitud o contigüidad de las imágenes mentales asociadas. En efecto, un t'sombrero" rne hace pensar: al conseruailurísmo língüístico. Cambios debfulos a la innoaacün língüística, I¿. En "casco", en "gorra", etc.; similitud de sentido. sB LOS CAI\BIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS Ió. En "cabeza", "chaleco", etc.; contigüidad de FORMA SEMANTICA, CAMBIOS DE sentido. II¿, En 'osombra", "somero", "hombrera"; similitud de nom- bre, IIó. En "copa",'ohongo", por expresiones hongo". contigüid¿d de nombre en las del tipo "sombre¡o de copa", "'sombrero Finalmente, pueden existir asociaciones compuestas, que englcben a la vez el nombre y el sentido, tal es el -+ hongo, donde hay a la vez conügüidad de los nombres y similitud de Ios sentidos; y caso de sombrero aun combinaciones más complejas, del tipo: sombrero -) montera -> corrida -> toros, etcétera. Los que estén familiarizados con las pruebas psicoanalíticas o con el juego de salón que llaman petí.t papier ("cartas rusas"; es el cad,aure exqu* de los surrealistas) comprobarán que el {enómeno puede en todo caso ser atribuido a una asociación por similitud o por contigüidad entre dos nombres o entre dos sentidos. SENTIDO 59 c) Afectiua: cuando se liga un sentimiento a un objeto con. creto, del cual se le atribuyen las cualidades: ..una amistad calurosa'1 "un carácter dulce,', etcétera. f .a transferencia puede ser d,irecta o escalorwd,a pot ,1r.olo-q\.. Así, en germanía de Francia (argot),..pol'ir, ("pulir") en el sentido de "robar,, da lugai a tod-a una serie sinonímicaz nettoyer ("limpiar,,), lourbir (,,brusiguiendo un proceso que ha sido Ilamado también d,eria acün sirrcnímica. La analogía puede ser el centro de todo un campo semántico. AI ser la cocina ambulante un .,tanquer, -en Ia jerga soldadesca de 1914, se volvieron shrapiells los frijoles, y desvainarlos era "ametrallar,,, etcéiera. Las calca.s (palabras formadas basándose en palabras extranjeras) se fundan frecuentemente en analogías; de esta manera el francés lorm6 ,,dada,, sobre el inglés "lnbby", en el sentido de ocupación favorita; ,,hobby,, es una elipsis de "hobby horse,,, el caballito de madeia de Ios niños. írir"), El esquema de Ullmann integra, por Io tanto, todos los tipos posibles de asociaciones y, en consecuencia, Se ve cómo en todos los casos Ia transferencia es escalonada. Una primera transferencia: la cocina rodan_ de cambios de sentido. Je TnarvsrERENCrA DEL NoMBRE poR srMrLrruD DE LoS sENTIDoS. Es el más frecuente de todos los cambios de sentido; la metáfora es el tipo más corriente. Ia. La similitud de los sentidos puede ser: a) Srcnncial: similitud de forma entre Ia hoja de un árbol y y una hoja de papel; de función, de situación (p. 63). b) Sinestésíca: asimilación de un sonido color a un olor, etcétera. e-s un- tanque (similitud de forma) ; Iuego analogía: los frijoles son a Ia rodante lo que los shrapnells al íon- a un color, de un glre, la cocina distribuye frijoles como el tanque Ios shrapne.lls (similitud de funciBn) pero esto no Éubiera ; sido suficiente para acarrear la hánsferencia del nombre, cuyo origen está en la primera metáfora. Estos peldaños analógicos no son exclusivos de Ias transferencias del nombre por similitud de los sentidos; se encuentran en todos los demás casos. 60 LOS CAI{BIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS Ió. FOR]\{A SEMAI{TICA, CAMBIOS DE TnlrssrnRENCIA DEL NoMBRE poR coNTrcürDAD DE LoS SENTIDoS. La sinécdoque y la metonimia son transferencias del nombre por contigüidad de los senticlos. Consisten, como es sabidq en tornar la parte por el todo, el contenido por el continente, el instrumento por ia acción, etc., y a la inversa. La contigüidad de los dos sentidos puede ser espacial, temporal o causal: a) b) c) Espacial en bureau, en que Ia telo, (bure, "buriel") designa el ¡nueble que cubría, y lucgo cl inucbie a la habitación en que se encuentra. Temporal en "vísperas", en que el oficio religioso tomó el nombre de l¿ hora en que se efectúa (lat, oesper,"tarde"). Causal en "fusil" en que el arma recibe el nombre por el dispositivo de encendido (francés fzsil, "eslabón"). A este grupo pertenecen las seudosinestesias en que la torma de un objeto es asociada por contigüidad a su color, olor, etcétera. IIo. Tn,r¡lsrrRENCIA DEr, sENTrDo rlon sl\'rlr,rruD DE Los NoMBREs. El contagio fonético y Ia etimología popular (pp. 76 s.) son transferencias del sentido por similitud de los nnmbres. Cuando se confunde laubourg ("arrabal"; de /orsbourg, "fuera del burgo") con Ía.u,tc, óourg ("falso bur- go"),Ia confusión de las formas acarrea una alteración del sentido que puede llegar a una verdadera transferencia. IIó. TmNsrrRENCrA DE sENTrDo poR coNTrGüIDAD DE I-os NoMBREs. La elipsis y el contagio sintáctico se SENTIDO 61 originan en una asociación entre dos nombre§ contiguos en un mismo contexto, Cuando la "ciudad capital" se vuelve "capital", se puede prescindir de "ciudad", por encontrarse tan íntimamente ligado este vocablo a "capital", que el último Io evoca automáticamente. De ia misma manera las partículas pas, point' ter' minaron por adquirir en francés un valor negativo por su constante contacto con ne. III. TnmsTnRENCIAS coMPUESTAS. la transferencia no El mecanismo de y la mayoría es siempre tan simple, una parte de las que hasta aquí nos han -incluyendo servido de ejemplos- descansan en relaciones comple' jas cuya frontera no es, pol: otra parte, siernpre fácil de definir. Se pudiera creer a primera vista que, como la (¿co- cina" es designada en ciertos dialectos franceses por h6tel,, l'a transferencia proviene de la contigüidatl espacial de los dos sentidos, y se toma el todo por la parte. En realidad, se trata de un caso de analogía es' calonada (p. aB)r por una primera transferencia de ttcocina". "casa" (maison,) por ttburdeos" es un vaso de vino de Burdeos, por Un lo tanto, hay una doble elipsis basada en la contigüidad t'vaso" y otvino", "vino" y sintáctica de los nombres "burdeos", y al rnismo tiempo hay una doble mctonimia que asocia los clos sentitlos contiguos, contenidocontinente y lugar-producto. Se encuentran de esta manera todos los tipos posibles de combinaciones rnixtas. ],as calcas seniáuticas se originan muy frecuentemente en una doble asociación, similitutl. a la vez de los nombres y de los sonidos. 62 \§ §\ LOS CANIBIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS Este es el caso de "realizar" con el sentido de "darse cuenta", calcado del inglés to realise. De esta suerte, la clasificación de lJllmann engloba el conjunto de los cambios de sentido en un marco muy sencillo que, por otra parte, tiene la ventaja de evidenciar el carácter psicoasociativo y funcional del proceso. Como lo señala el propio autor, esta'clasificación puede integrar cualquier otro esquema. Veamos, a títuló de muestra, una reproducción de The prínciples ol Seman- tics que señala la interdependencia de la clasificación de Ullmann y Ia de Stern. o á h§ B¡§ rÉ '§= B ) d '¡i ra .J ¡a 9': k :§\ aá \ \ o É r i co o N c) ó É i \d -i 6 cñ .r dHÉ q.1 q q q u? q 6! qv?.1 q q r q raf n q ca q c! c! 6Q oq q9 q q q q q O O cO q \q d?!a 9 c) o c o ú) ú? q n t ry? \ F- \O € \C g N N H É É É C) O O C)O Q < o Pr ID a rJ CJ a ¡h u S¡ [n-t'¡ A) Causas externas: sustitución B) Causas lingüísticas IJ¡-ruaN¡¡ Consewadurismo lingüístico )^ '-9 Vi ta '5d bn hD d u0 Innovación lingüística OO Similitud de los seniidos o Contigüidad de los sc-ntidos Nominación- Similitud de los nombres Trasfaencia Contigüidad de los r¡ornbres Fermutació 'i'rasferencias compuestas En este cuadro encuentran cabida todos los tropos de la retórica antigua. I-os word,.tesrs de los psicólogos han permitido clasificar las respuestas de miles de personas; el experimentador propone una palabra, a la que el sujeto debe responder con otra. Estas respuestas han aportado al lingüista tlatos interesantes sobre el carácter asociativo del proceso, sobre los tipos de asociaciones existentes o Lbo-lZ ',,E ÉE o-, o -3 o o riJ tcc o h0. o< § q § :\ o |a .a o o .Ú o i: o g !4 t-i QOI a? a.= € ú.ó ¿ .9To;i O o o É. .é ü tr< b0 iri o o F o E a Oi a b0 oo d a ¿ -5¿ h El -^ ú od oE - .^e tr b¡ .. o O ho Y r u-i úi j'; O o .a Q o d .a Zu; .a h0 o ú bn a o a ro o q) d bIJ o q o F AF ü=¿ñü t. Li r,t ú F o o <n a )l d )l il O.Q ': ó oó a o a o =o o ! o E a .!¡o ---o 6O; :-i ;o .!4 O c) o ¿' =ü;3 ¡E o i,.v o 'ii a d a' i; VH o.n É o d o o o o F» U ñ U r:l \b U la aOóC .á! :-.A ..i> a ' = .E HE *.É" :, .*:§ e.-''+ 'q.*€H eEs *:El á;.E! H ü i X I .-;5 É'E E:aE -E e'É 3 ? E :? gsEE€ 3 E §E E:uÉ.8€6 É-T; E !T É EÉ tí, i.. E b.E T':' U 6 ñ E EÉ E-g E 6*9.e rJ o a u1< > u Z Q ? o< a }.-¿> L) ri Z < o- A Frecuencias relativas de los diferentes tipo,s de asociaciones rerbales por adultos (Woodrorv sickness-illness; mountain-hill ...... Table-furniture; music-sound; house-building DeepJrole; soft-bed; house-building Tabic-eat; dark-see, music'piay 8.9 8.6 Table.dish; dark-night; sickness-doctor tr{usic-sweet; mourtain-high; house-big Sickness-death; lampJight; bath-clean TableJeg: music-notes; rnountain'rocks l,lusic-singing; eating-drinking; chair-sitting Similitud Da*-black; Causa-efecto Todo-parte Participios deep-shallorv Subordinación Parte-todo i',Iusic-song; -"ickness-fever; Imit-apple Ilateria Tal,rle-wood; needle-steel; lamp-glass Verbo-objeto Compleción lifecto-causa Noml¡re-atributo Asonanci¿ Prcnombres I)iversos Niños,/o 6.0 Dark-light; sickness-health; Contigüidad Nombre-adjetivo Frecuencilts relatiuas Adultos,/o 10.9 10.6 Teble-chair; deep-lorv; house-barn Coo¡dinación Contraste Verbos y niñc Lorvell, 1916) E jem.plos Clases Superordinación A,ij etivo-nombre y Fruit-t¡ee¡ foorliml¡; soldier-army. Eating-bread; wish-fairy; hammer-nails Table-cloth; rvish-bone; spider-web Sleep-tiled; Lungry-appetite; afraid-burgiar ... liiountain'heigth; butter'fly-beruty; eagle-flight . . . T¡Llc-ahlel clark-malk; short'sport 'll'omen-she; stomech-mine; thristy-me 1.3 7.6 ó.t 6.9 6.4 Ll.2 6.0 4.ó 2.5 l).ó 2.t 1,9 1.6 1.1 1.0 0.9 , 0.77 0.4 \i.zJ 0.07 0,05 4.7 10.2 no 1.9 3.6 0.9 2.1 0.4 0.9 1.7 1.04 0.5 0.05 0.43 0.22 5.5 64 LOS CAMBiOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS y su frecuencia relativa y estabilidad respecto a grupos sociales o triológicos determinados. Véase en la página anterior, a título de ejemplo, Ia tabla de Woodrow y Lowell' que condensa las respuestas de mil adultos y mil niños. ry. LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS Ji¿ srNrroo cambia porque se da deliberadamente un nombre a un concepto con fines cognitivos o expresivos: se no¡nbran las cosas. El sentido cambia porque una de Ias asociaciones sccundarias (sentido contextual, valor expresivo, valor social) se desliza progresivamente hacia el sentido de lrase y lo remplaza; el sentido eaolucíana. En el primer caso tenemos un cambio individual, consciente y discontinuo; en el segundo uno colectivo, inconsciente y progresivo; en ambos es consecuencia de una modificación de la estructura de las asociaciones psíquicas que constituyen el sentido y los valores de la palabra. Debemos tener presente el esquema de la p. 33 antes de abordar el análisis de las causas inrnediatas de los cambios. 1. Ll xounucróN Mediante Ia nominación Ia lengua asegura su doble función (p. 37) cognitiva y expresiva. Hay nomínación cognítioa cuando una cosa recibe un nombre, sea porque carezca de é1, sea porque el que t.iene no cumpla satisfactoriamente su función. fl.ay nomínaci,ón expresíua cuando se crea un nornbre con la finalidad de designar Ia cosa bajo cierto aspecto. 2 \üoodrorv y Lorvell, "Children's ¿ssociation frent¡rit,nc5 talrles", cn Psychological Monographs,22, n§ 97. I916. Por otra parte, se crean palabras a fin de ascgurar un mejor rendimiento de la comunicación, que será más econónl¿¿a cuando se omita parte de las palabras 65 66 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS o se Ias trunque, y más clara cua¡do se eliminan LA o coml)rr¿r con operaciones concretas. l:)n la sinécd,oque y la metonimia la cosa recibe el r¡orrrbre de otra con la cual se encuentra en contacto: l. La rumhación eogniliaa. Uno de log moilos de la aguja, el ojal, etcétera. Juega además, un papel importante en la nomina' o ción de nociones abstractas que se asocian a objetos ttpensar" viene del latín *pesar" concretos: procesos -(1 pensare); el ttespíritu" es el "soplo" (spirítus); ttcomprendert' es integrar en un sistema de relaciones, "agarrar junto" (comprehenilére), etcéter a. En todos estos casos la nominación está motivada; se trata de designar un ser o un objeto inusitado (en rrn principio) y qo. se asocia a uno mejor conocido, al que se parece. La o'pata de cabra" es un instrumen' to que tiene forma de pata de cabra, etc.; y como es 67 ,lifícil representar las nociones abstractas, se las remplacen palabras que pudieran crear confusiones. nominación cogniüva es el cambio de sentido mencio' nado ya en las pp. 42 s.; se da a una cosa un nornbre gue pertenece ya a otra, a la cual se la asocia: asociación por similitud de objetos tratándose de la metáfora, o por contigüidad en la sinécdoque y la metonimia' La meaílora constituye uno de los modos constan' tes de Ia nominación llamada popular. En los diversos idiomas las plantas, los animales, los instrumentos, intercambian particularmente sus nom' bres. El mar está lleno de caballos, de perros, de ané' monas, de estrellas; el jardín, de perritos, de espuelas de caballero, de bolas de nieve, de nubes; el taller tiene gatos, patas de cabra, pericoe, colas de milano. El cuerpo humano surte un gran número de metá' foras cognitivas: la cabeza de un puente, el pie de una montaña, el ojo de agua, los dientes de una sierra, la boca del río, los brazos de una corriente, el ojo de una NOMINACIÓN lorl«r y parte, productor y productq irrstrumento y aclión, etc.; la transferencia se origina además én h ,,1 i psis, Lu:¿aminnción expraiua. La nominación cognitiva la cosa actualizando los caracteres objetiuos ([orrna, función, relaciones, etc.) que definen su ser, '.t,.. rlcscribe l,rr ¡rominación expresiva la designa en relación con el el ualor afectivq desiderativo, es_ tótico, moral, que el locutor le atribuye. r¡rrc lrabla y,expresa No se trata tan sólo de identificar el objeto, sino al mismo tiempo Ios valores extranoeionalr.:r r¡ue matizan su sentitlo (p. 35). llrr "l¡urro" (de planchar o de carpintero) es un inslrurnt:nto de determinada forma; un ..chivo,, es un rhr cyp¡ss¿¡ irrrlividuo de determinado aspecto y carácter, y en este rrjr,rn¡rlo hay también una intención irónica y desrtctiva. l,ll cstudio de los valores expresivos, considerados en r,llos rnismos, pertenece a la estilística. Sin embargo, Ia ,u.¡nirrtica no podría ignorarlo, pues se encuentran en r,l punto de partida de cambios de senticlo a conse. , ur.r¡r:iA tle su evolución y del oscurecimiento de las moI ir rrciones originales (p. aa) . l,¿r valoración estética o moral es la fuente principal ,h. r,slt: tipo de nominación: ora por metáforá en .tmi ttun buey", ttuna gallina,,, ora por formación ¡,rrlrrrrü", rlr. rlirninutivos y aumentativos de valor a[ectivo; el pror r':,() (.s siempre psicoasociativo: Ia pequeñez evoca iáeas ¡ I 68 LA LOS CA]\IBIOS DB SENTIDOI SUS CAUSAS de delicadeza, de gracia, o aI contrario, de debilidad, mezquindad; y la grandeza evoca la fuerza o la maldad, la rnonstruosidad o la fealdad. La tendencia al desprecio, a denigrar y satirizar, tan arraigada en la mente popular, juega un papel importante en estos casos de transferencia. Conocemos el lugar que ocupan las metáforas despectivas del tipo "cabeza" ("coco") en el lenguaje fa- miliar y la germanía. Los préstarnos tom¿dos de lenguas extranjeras están frecuentemente afectados por una xenofobia casi universal, de donde las expresiones tturl judío", ttun libanés", t'un gringo" (( grigo, o sea, ttgriego"), tta lo chino"; un t'eslavo" es etimológicamente un ttesclavo", un ttpopoloca" es en el M6xico antiguo un tartamudo. Hasta las cosas conservan a menudo el reflejo de su origen: "parlar" es para el español "hablar francés" y "habler" es para el francés "hablar españoI", ull rosse para el francés un "caballo' alemán" y un Mustang es para el alemán un "caballo árabe". Por otro partg la moda o el esnobismo pueden valorar de manera determinada cieutos vocablos: lunch, tbe o'clock, surprise NOMINACIÓN l',rr todas las emociones violentas, tales. 69 la ira, el cl entusiasmo, las palabras imprevistas y las imáoriginales brotan de manera espontánea. La pa¡i,'rres :,iur y la inspiración son las grandes fuentcs de la .urrrrr', , ¡,'rrt:ión estilística. l,ll estudio de los iapsi freudianos y de los ¿có¿s vcr- l,rrlt,s psicoanaiíticos demuestra el c¿rácter sul;conscientc rlt: la emotividatl en el lenguajc. Las palabras rro r'\l)r'osan solamente nuestras errtociones, sino obsesiones la mayoría de las veces, c incons.itrrtcs y hasta reprimidas por tabúes individuales o sorlilusas, no fijadas r:iirlt:s. II. Sperberl ve en esta fuerza emotiva subcorrs- citr¡tc una fuente principal de los cambios de sentido. Iin ca¿la colectividad existen temas preferidos, "eslcr'¿rs de pensarniento", ligados al medio, a la actividad y a las circun-qtanci¿r-q, [ !¡ue, siernpre presentes en el tlrr-sfondo de la conciencia colectiva, matizan sus pensa- r,rit'ntos (pp. 95 ss.). es wrtry. 3. La t'uerza emotiaa subconsciente. Las formaciones expresivas, al poner de relieve el papel de Ia afectividad en los cambios de sentido, confirman el análisis funcional de Ia significación. El lenguaje tiene una doble {unción, es a la vez instrumento de y la comunicación medio de expresión. Todos los semánticos 'Wundt, Bréal, Erdmann, Ogden señalan este carácter: cognitiva y Richards, Bally, Esnault, Delacroix, Stern, Ullmann y otros. F. Paulhan. . 'fsbúes y art'ernisrnos. U¡ra palabra es rrn complejo rlt: r,sociaciones. I-a viruela no solamente evoca cierta lrrlcrmedad, sino el conjunto de circunstancias en que .1t:rrcralmente es contraída, y los juicios peyorativos y rlcs¡rreciativos de la opinión pública, por esto, sc busea cn lrancés un sustituto: nrul itulien.Ii.ecuérdese tarnbién ll "mal francés". Tales palabras ncutralizan (duurnte ,1 r:ierlo tiempo) la a-"ociaciírn poco grata, Le decencia nos prohíbe toda inragen obscena o re¡ru.9rrantc. Las précien.ses cxpu.lsaron de su voc¿rLulario lnsfa inculcar; la Inglatcrra vir:toriana cra igrralmente tlclicada a este respecto. Y se dice que en una 6poca 1 II. Sperber, Eínlührung ín tlie Betlcutung,slchre, Leipzig. 70 I LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS LA más cercana a nosotros gue aquéllas, un conjunto norte- amedcano de seis músicos tuvo que llamarse "quin- teto", ya que 6'sexteto" parecía demasiado sugestivo. La cortesía nos impide hacer evocaciones desagrada, bles. No se mienta la soga en casa del ahorcido, y el muerto es ttel clifunto", ttel desaparecido,, o inclusive "é1". Estos sustitutos, llamados eufemismos, se basan siempre 9n un proceso psicoasociativo? pero de naturaleza peculiar, pues lejos de motivar, lo que buscan es xom- per la asociación. Uno de Ios procedimientos más socorridos consiste en sustituir Ia palabra por una eraresión culta carente de valor expresivo, En francés oo se ttsuda", se tttrans- pirat'; se ttorina". El er:fernismo interviene en la mayoría de los cambios de sentirlo. Se dice por perífrasis "el excusado", "el gabinete"; por metonimia y sinécdoque se asocia Ia cosa prohibida a cosas contiguas: "el guardarropa", otel lavabo", ttel haño", y hasta ttel teléfono". En carnbio, rara vez se emplea Ia metáfora, que no haría más que reforzar la rnotivación. Ésta se horra por completo usando palabras extranjeras, como u)oter-closet. Finalmente, estas diferentes {iguras se combinan con la elipsis, la abreviación y el truncamiento. EI uater-closet, se reduce a t'uáter" o 'owáter". A fin de neutralizar la asociación, se crean continuamente pa- NOMINACIÓN 7L tlbúes lingüísticos prohíben los nombres de toda cosa ,ragrada o peligrosa. De esto tenemos numerosas supervivcncias en las lerrguas modernas, entre ellas la culr:brn ,rutlaluz¿ convertida en ttbicha", y eI zorro, que en al- :lunas regiones francesas jarnás es llarnado renard,, sirto, ¡ror ejemplo, la béte ("el animal"). Otro procedimiento consiste en apaciguar el ánimo r» cl ariimal peligroso dándole un seudónimo de a{ecto: l¿r "com¡rdreja" del español es una "pequeña bella" (bclette'¡ en francés, una ('darriita" (ilonnol,a) en itattjoven liano, una ttnovia" (neaastd) en rumano, una rl¡rr,a" (jun¿dru) en sueco, y así por el estilo el aleirríur, irrglés, danés. portugués.2 La econamía tle la ¡tolabra. Otra fuente de los canlrios de sentido es ia economía cle la palabra, bas¿da cu cl principio del mínirno esfuerzo. Se suprime en el discurso todo aquello que no se¿t rrecesario p;rra la comunicación. .>. Ia eli¡isis es la {orma. más frecuente de este proceso. J.a l,a "ciudad capital de D{éxico" se vuelve t'la capital de l\{éxico" y finalrrrente "la capital"; las Ietras de inrJrlenta itálicas son "itálica§", etc, l,a elipsis está ligada al contexto; Ia "capital" dc-si¡tna a la ciudad Je México en la medida en que se coin¡rrencle que se trata de una ciudad, y precisanrente de' rrua ciudad mexicana. Se trata de uno de los sentitlos r:unlextuale§; clc la palehra (p. 34), pero cuya prct:isión rlsulta innecesaria, por estar implicada en cl cnunciaclo. nombre con la cosa: el nombre del diablo es el diablo; por esto en Ias Ienguas de los prirnitivos (que se estructuran sobre Ia forma prelógica del pensamiento) los ? P¡,ra más detulles, véanse las intcrcsantes páginas tle [iamón t!r:nóndcz Pida'L (Orígenes tlcl Espafutl, t. \'Iir, ¡rp. 396-405. de ,,rrs ODr¿s Completas, Espasa C.rl¡c, 19l-¡6), ilrrstrrdas con tul rrnpa, soble "Lo-q nor¡].¡¡es de la mrtstr:Ia". [T. l labras nuevas. Distinto es el origen de los tabúes. No se trata de una simple asociaci6n, sino cle una identificación del / 72 LA EVOLUCIÓN DBL LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS La economía puede modificar las palabras mismas mediante el Euncamiento. De "vehículo automóvil" se pasa a t'automóvil" y luego a toautot'; un ttcinematógrafo" acaba en "cine", un tosupermercado" en o'super". El desarrollo de las lenguas t6cnicas ha favorecido también abreviaturas como "uNESCo", "oNU", de las cuales ya nadie recuerda con precisión el origen, y que llegan a tener el valor de nombres verdaderos. El inglés ha llevado muy lejos este g6nero de nominación, hasta el grado de designar a personajes de renombre señalando únicamente sus iniciales, costumbre que empieza a di{undirse" La elipsis, el truncamiento, la abreviatura, se originan en las "lenguas de grupo" que delimitan el contexto: "labo" no es posible sino entre individuos que frecuentan un mismo laboratorio. Posteriormente, al desenvolverse y salir el sentido socio-contextual de los límites del grupo, puede tener por consecuencia t¡n cambio del sentido de base (p. a5). 6. La claridad, lo's conllicns hornaIa lengua un mismo concepto puede tener varios nombrcs (sinónimos): ] ün nombre significar varios conceptos (homónimos) ; Ia d,e la comunícación; nímico's. Hemos visto que en comunicación se acomoda a esta polisemia porque en e) discurso se coloca siempre la palabra en determinado contexto que precisa su sentido. No hay peligro de con{undir "tocar el cuerno" y tt'clavar el cuemo", o las palabras ttsima" y "cima" en ttbaió a la sima" y o'subió a la cima", ni se confunde el "cuerpo diplomático" con el "cuerpo humano" o el t'cuerpo del delito". Sin embargo, puede ocurrir que los vaivenes de la evoluci6n fonética y sernántica engendren formaciones SENTIDO 73 cuyos sentidos pueden con{undirse en un mismo conlcxto; habrá entonces colisión y conllicto homonímtco. lin tales casos la lengua tiende a reaccionar redenominando uno de los antagonistas. Guilliéron ha señalado la importancia de este fenórlrerlo en un estudio fundamental. IIa demostrado cómo, habiendo eausado en gascón la evolución fonética Ia homonimia de "gato" y "gallo" \cattus > gat; gallus ) gaú), este último ha sido eli rninado por una formación de origen expresivo: óigey ("vicario"): la malicia popular comparó al cura con un gallo en medio de s¡s gallinas. El gato y el gallo no podían tener el mismo nomlrre sin dar lugar a ambigüedades contextuales en {rases como t'el perro mató al (gat)", "dónde está el (gnt)", ctcétera. Uno de ellos debía dcsparecer y, como se dijo ¡ror ahí con ingenio, en gascón el gato ha matado al r¡rllo, No hay que dudar que para ello tengamos -sinlos conllicns h,omt¡nímicos sicmpre las pruebas- que han dado lugar a numerosos cambios de sentido. Iil flmer francés antiguo, y por ejemplo, tenía los esffLer, respectivamente ttalnAr" y verbos t'estimar", lrrya evolución morfoiógica y fonética confundió en una l'rrrma única aimer y e(s)rner. Como l¿ estirna es rrno de los clementos clel amor, Ia similitud forrética y scrniótic¡ debía neccsariamente ccnrJucir al conflicto iromonímico, máxirne que la lidad Meclia se complacía.. cn formas al estilo de la ¡nuletilla lilcraria (il)t ume et cs¡ne. La homonirnia causó la clesaparición dcl vcr]¡o c(.s)mer ("asmar", en el c¡rso ¡rarllelo tlel cspañol lntieuo), tanto en francés corno on cspañol, en provccho de srr doblete culto, "cstimar". 74 LA EYOLUCIÓN DEL LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS De manera semejante el latín mulgére ("ordeñar") molere ("moler") habían dado lugar a una for¡na única en francés: mnud,re, por lo que uno de los dos conceptos ha recibido un nuevo nombre: traire ("ordeñar"), La colisión entre les héros ("los héroes") y les zéros y (o'los ceros") causó en francés una actuai á noaspirada", a pesar de que se sigue diciendo les héroiines, l'héroisme (otlas heroínas", ttel heroísmo"), sin "aspirar". También fue Guilliéron quien señaló el papel de la usura t'onéti,c¿ en los cambios de sentido3 con el ejem- plo del nombre francés de la abeja. Esta palabra se había reducido a é (.1. apem), forma demasiado pe- queña para no peligrar én la cadena hablada, por lo que se Ia sustituía por el provenzal abeille (1 apic'la\ <> por el diminutivo aaette, o por metáforas como "mosca de miel" (mouche d miel), 'omossa" (rnouche, mou. ch,ette). 2. I.,,t TVOT,UCIóN DEL SENTIDO La nominación por transferencia de sentido 75 pero seguimos llamando actualmente así a las armas de círpsula, de resorte, de aire comprimido. Ha cambiado [a co'sa, más ha conservado su nombre. La evolución de las técnicas, de las instituciones, ile las costumlres, conduce a innumerables cambios de scntido; en todo caso, a una rnodificación de las ¡elar:iones entre el significante y su contenido, porque uno ¡,uede preguntarse si hay cambio de sentido strtcto .scnsu., pues la esencia del {usil está en su {unción, la r:ual no ha cambiado, Hay aquí una consecuencia de la arbitrariedad del signo, resultado del oscurecimiento Je la motivación etimológica. Cuando se oscurece la rrsociación entre el arma y Ia piedra, el fusil viene siendo un arrna de una forrna dada y podemos hablar de un fusil de compresión, lo rnismo que se procede a herrar un caballo de hule o se dice que el carro del Estado navega sobre un volcán. Los antiguos llamaban catacresis, o abuso, a esta figura; de manera más acer. tada Darmsteter ve en ella un olviclo. tr,os tlesplazamientos de sentido que de ello resultan, .on cle tres tipos: un acto consciente de los sujetos hablantes, que dotan un concepto de un sentido, delil¡etadamente y con fines determinados. Completamente distintos son los desplazamientos de sentido que se efectúan motu proprio en el interior de Ia lengua (p. aa). T'ienen valias causas: es 1. Eaoluc.i,ón del relerente. El "fusil" deriva su nombre de la piedra que serr'ía para proclucir la chispa, 3 J, Gilliéron, Cénéalogie d,es mots qui désignent l'abeille, París, 1918. SENTIDO a) Cambio d,e l,a naturaleza del referente. Este es de Ia mayoría de ios pro«luctos de Ia técnica: el l'usil ya no es una arma con una piedra; la pluma ya no es una pluma de ave; el papel no es ya una hoia rle papiro; y cle Ia misma manera la realeza, el matrirnonio, el parlamento, no son ya lo que eran anti¡;ul, cl c¿rso mente. b) Cambi.o ilel conocimiento qu,e tenemos del releLa ciencia nos descubre nuevos aspectos de lo real, y cuando no crea nucvos términos, cl contenido rente. rle las ¡ralabras se modifit:a. Nuestra electricidad no es l¿ cle Franklin; nuestro átomo no es el cle f)ernócrito. r-a T 76 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS ni siquiera el de Berthelot; y seguimos diciendo que el sol se pone o s€ levanta. e) Cambío en, nuestra actitud subietiua respecto aJ re¡erente. La circunstancia, la expeúencia, la costumlrre y la propaganda hacen que cambiemos la idea que nos hacemos del comunismo, la delincuencia infantil, el divorcio, etc., y con ello no sólo el valor afectivo. sino el contenido nocional del vocablo, Esto es partieularmente importante en los niveles más elevados de Ia abstracción, donde los conce.ptos desprendidos de su sustrato relerencial (p. 110 s.) están en constante transición. Las lamentaciones sobre el valor de palabras como t'iibert¿d" son lugares comunes en Ia "democracia" o crítica semántica. De hecho, de una generación a otra, de un grupo a otro, y sobre todo de un país a otro. se trata de palabras diferentes que los traductores deberían conservar en la Iengua original, al igual que se lrace con muáik, isba, home, Clrístmas-cake, Rcalpoli- tik, Gemütlich,keit, y otras. 2. El oscureci.miento ilc lu, motiuaciín. etimológi¿a.Hemos visto rnás arriba detaliadamente (p. 44) círmo Ia imagen inicial tésta ("tiesta") se borra, dejando una nueva palabra qlre viene a remplazar a chef. Esta semantiz¿rción de los valores estilísticos es l¿ fuente rnás importante cle la evolución semíntica; alcanza la mayoría de las palabras debilitando sus sentidos. En los tiempos de Racine, el verbo géner se relacional¡a directamente con su origen (t'tortura", ttgehena"). mientras que en la actualidad significa "incomodar" y -"u evoIución dio un paso mírs al pasar al alemán como genieren,"tener vergüenza". Caso igual es ttformidahle", que LA EVOLUCIÓN DEL SENTIDO 77 llinrológicamente es tttemible"; o "her:noso" (1 ferrnoso ( lormosum), que originalmente era "de forma I bcllal". l\. La estratit'icoción soci.al. Lo que llamamos lengua cstá constituido por estados de lengua: hay lcnguas de lorro, de géneros, de medios (pp. 38 s.). Las lenguas de grupos sociales, en particular, presenlan características distintas que se relacionan a la vez con la cultura, los modos de vida, y sobre todo la acti" y técnica del grupo: según Meilleta lury estratilicación social de la lengua. Ciertas palabras, que tienen un sentido general, son r:l bien común de la colectividad; otras, que forman mayoría, tienen varios sentidos contextuales (pp. 34 s.), por los que los distintos estratcs sociales demuestran in«;linaciones preferentes; finalmente, hay otros que pertcnecen exclusivamente a un grupo, y que tienen un sentido especinl,' son los tecnicismos generalmente. Al pasar de un grupo a otro, el sentido de la palalrra se modifica. Estos "préstamos sociales" son los que según Meillet constituyen el "principio esencial del cambio de sentido". El movimiento es doble: una palabra especial es acloptada por la colectividad total, o al contrario, una palabra general es abandonada a un gmpcr, Io que da lugar a que en ese grupo cristalicc el sentido contextual especial. Hay generalízaci,ón, o especialí,zación de la palabra. "Arribar" fue originalmente un térnlino le carácter náutico, y significaba alcanzar la riba, Ia orilla, y luego se generalizó con un valor cstilístico que, al borrarse vidad económica I A. Meillet, "Comment les mots changent de sens", en Année so ciolo gique, l9f,.5-06. 78 CLASIFICACIÓN DE LAS CAUSAS LOS CAI\,IBIOS DB SENTIDO: SUS CAUSAS en francés e inglés, dio al vocablo el sentido de alcanzar un punto cualquiera, y no ya únicamente la ribera. Se ve que ala generalización, qre es un agrandamiento de la esfera social de la palabra, corresponde ia mayoría de las veces una extensión del sentido, un agrandamiento de su área referencial (pp.38 ss.). A la especialización corresponde una restricción. La serie francesa poudre, cou,ue\ muer, traire ("po- ner huevos", ttempollar", t'mudar de pelo o pluma", "ordeñar") es un ejemplo bien conociCo de espec.ialización social. Etimológicamente estas palabras tienen un sentido general: "colocar" (lat. ponére), "estar tendido en" (lat. cubare), "cambiar" (lat. mutare), y "Iirar de" (lal. traltére). El sentido contextual de "poner un huevo", tttirar de la ubre de la vaca", etc.. ha eliminado en el ambíente rural el sentido de base, por haberse hallado en una situación privilegiada que lo condujo a perderlo. 4. La contamina.ción. Cuando dos palahras se encuentran en contacto, se puede presentar el fenómeno de la contam.inación o conta gio. La contaminación puede ser de origen sintáctico cuando dos palabras se encuentran freouentemeute en ciertas constr¡rcciones. Las palabras francesas rien (1 rém), pcw (( passum), point (4 pun"turn), personne (1 persona) no son negativas etimológicamente. Personne, ¡ta:s y point, conservan, desde luego, su sentido de sustantivos ("per- sona", ttpaso", ttpunto") . Rien es ttcosa"; en francés antiguo se decía "la rien fcosal que más amo en el mundo". Pero estas palabras, a fuerza de encontrarse en contextos de negación quig¡e cosa falguna]", -16¡¡6 "no cejo [ni] un paso", "no veo [ni] un punto", t'no iray persona [alguna]"-, indujeron a la gramática a considerar que debían ser empleaclas siempre con Ia negación ne. En cambio el lenguaje popular consider¡ inrrecesario ne y estima que rien, persorune, etc., son las ruer3aciones. ser t'onética, y hay entoncruzamien¿o de dos formas, como en los ret¡uócanos. La contaminación puede ces Esto puede penetrar en la lengua, principalmente en colectividades bilingües en que fácilmente pueden ocurrir confusianes entre los dos idiomas. Por ejemplo, la á en la palabra francesa haut ("alto"), proviene de un cruce entre el latín aLtum y el germánico h,och, y en la palabra craind,re ("temer"), la c se explica por tratarse tle nn cruce entre el lalin tremere (t'temblar") y celta ltrem. "l La contaminación puede ser semántíco. Por ejemplo las palabras francesas recouurir ("recubrir") y re- coul)rer ("recobrar") son frecuentemente confundidas. El bilingüismo f,avorece en especial la contaminación semántica bajo la forma de calca:s. Innumerables an.glicismos y americanismos penetran aetualmente en las lenguas europeas a través de traducciones precipita, tlas realizadas en lu prensa, la radio y Ia novela popular; con el tiempo estos turistas del idioma terminan por adquirir carta de ciudadanía. Asi réaliser, semírnticamente contaminado por el inglés ro r¿¿¿Ji.s¿. es un ver"bo que el francés actual ha incorporado con su nueva ocepeión en ttse realiza una situación" o ttel cstado rnayor realiza las intenciones del enernigo". Estas corrtaminaciones semánticas pueden ser difíciles de descubrir cuando no alteran ni Ia Iorrna ni r:I s;entido de las palabras. Pero en una forma más dis- 82 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS ducción francesa de un texto inglés; se trata, pues, de una calca. La evolución de traire es el resultado de la especialización social de la serie pond,r,e, couaer, elc. (p. 75); pero antes de ello traire era un sustituto metafórico por nwud,re2 implicado en un conflicto homo- nímico (p. 70). En latín la palabra cirrus tavo el sentido de base "rizo", y, por contigüidad (sinécdoque), tomó el de "cresta", y llegó a desplazarse en Hispania hacia "mon- tículo", con cuyo sentido conocemos actualmente la palabra "cerro". Algunas cle las palabras desplazadas, que antes significaban "cerro", subsisten regionalmente ttotero" ( altarium; ttcueto" o en contextos arcaizantes: ( "coto" < cotto; "pry" ( 4 collís, "colina". t'coll" podium, ) "poyo"; La mayoría de los cambios de sentido son el resultado de procesos múltiples, cuya complejidad ejemplificará este último caso: El hígado es en latín iecur, pero existía en Roma un platillo particularmente apreciado de hígado con higos (a menos que se haya tratado de hígado de gansos alimentados con higos). Era el iecur licatum, y por elipsis ficatum; posteriormenfe el licatum terminó por designar todo platillo de hígado y finalmente al órgano, tal coino si en francés existiera el muy plausible caso de pasarse de "papas fritas" (d,es pommes de terre t'fritas hervidas", "la cosefrites) a "fritas" y luego a cha de las fritas" [o en español t'déme una cerveza fría" elipsado a "déme una fría" y luego semantizado en "una fría al tiempo", o el colrno: ttuna fría caliente", empleado en Puebla (México) para referirse a una tortilla de maíz recalentada]. La explicación del paso de íear a licatum y a "hígado" se complica con algo LENGUA Y ESTRUCTURA 83 rnás: tanto la forma esdrújula castellana como la forma lrancesa foüe suponen un cambio de acento, hasta ahora irrcxplicado, de licátwm a lícatum. Saltan a la vista la dificultad de un análisis de esta r:s¡rccie, su valor hipotético, y los peligros que implica ,rurndo en Ia cadena de reconstrucciones falta el menor cslabón. lin estas condiciones ¿será posible establecer leyes tle cambios semánticos? Parece dudoso, y la cuestión lra dado lugar a innumerables controversias. Como las relaciones significantes son netamente convcncionales, no puede haber leyes, a lo más habrá reglas semiológicas. Pero las palabras son siempre etimológicamente motioad,as, y su evolución ulterior proviene rlc ca¿sas identificables / definibles; resulta que la t;reación y la evolución de las palabras están d,etermínadas, lo que implica la noción de leyes. Pero hemos visto que esta determinación qued,a liltrc (p.33), y nos es tan poco posible prever el nacimiento y el destino de una palabra como los de un individuo. Sólo se puede, como en la sociología, señalar teru dencias: oscurecimiento de la motivación, eliminación de los conflictos homonímicos, metaforización cle Ias rrociones abstractas, expansión o atracción de temas ¡rsicosociales privilegiados, principio del mínimo esfuerzo, etc., son fenómenos que tienen efecto en todas las í'pocas y en todas las lenguas, pero cuyo estudio sólo cs verificable considerando el conjunto. Puedcn ser una t'xplicación después del hecho en un caso particular, l)ues son ciertamente la causa del fenómeno, pero a la vez una causa que no es necesaria: no se trata de leyes, sino de ten"d,encios estad,ísticas. MOTIVACIONES INTBRNA V. PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA l. Lr¡¡cu¡, Y ESTRUCTURa Hasrl aquí hemos considerado las relaciones del con' cepto y de la forma significante en el nivel de la palabra aislada, como cuando se hace el inventario de una casa o el recuento de una tropa. Pero una lengua es un todo, un organismo donde el va]or de cada elemento depende no solamente de su naturaleza y de su forma propia, sino también de su lugar y sus relaciones en mántica. Los diccionarios de raíces y de familias gramaticales por una parte, los diccionarios ideológicos por la otra, establecen la existencia de estructuras formales y con. ceptuales en el interior del léxico; el análisis de la sig' nificación muestra al mismo tiempo que toda creación, sea morfológica (derivados y compuestos) o,semántica B4 85 f---fr"r;-\ \__/ '. t.. . | ,' i células, las cuales {orman tejidos que constituyen órga' nos (corazón, hígado, etc.), agrupados a su vez en sis' ella penetra cada vez más en la sintaxis, y recientemente está en vías de abrir nuevas perspectivas a la se- EXTERNA (contaminación, etimología popular, cambio de sentirlrr), descansa en as,ociaciones entre pal.a,bras. Saussure mostró en su C¿¿rso que las palabras for,rran un sistema en el cual cada una extrae su oaüor rlc su posición con respecto a las otras: ttcarnero" no liene el mismo oalnr qrte en inglés sheep, ya que desiqna a la vez la noción de sheep (borrego vivo) y l¿ ¡fe mutton (borrego en la carnicería). Saussure ha subrayado en su Curso la "interinanirnación" del léxico, en donde cada palabra es el centtconstelación" I lo cle una de asociaciones. el conjunto. El cuerpo humano, por ejemplo, está constituido por temas (circulatorio, respiratorio, etc.), y el toilo integra estru,cturos coherentes en que todos los elementos y grupos de elementos dependen unos de otros. La for' ma y el funcionamiento del sistema circulatorio, por ejemplo, dependen de los del sistema respiratorio. Corresponde a la lingüística saussuriana haber señalado de manera original y revolucionaria que la lengua es una estructura. Este enfoque condujo al estudio estructural del sistema de los soniilos: la fonemática; Y cnseirar ,l ," cnseñamos ¿" ,"' ctc. i I -z'lr t\ ,pr.náir.¡e t instru'lción. ,iatarra '. ¡enrplanza \etci \ etc' .1¿. etl. Reproducimos aquí el esquema saussuriano (Curso, ¡rígina 175), en el que la palabra "enseñanza,, está lt'lacionada, por sus sonidos y su forma, con ..enseñar,r, "cnseñamos", etc., por su contcnido con ttaprendizajerr, "instrucción", ttdidáctica", etc., y por su forma foné- Iica con "matanza"r tttemplanza,,, etcétera, I)csgraciadamente, no tuvo Saussure tiempo para rlcsarrollar esta noción de la t'red de asociaciones". 86 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA LOS CAI\,IPOS LINGÜfSTICOS DE La idea se encontraba, sin embargo, en el aire, El estudio de las metáforas, por ejemplo, postula irnplí- 1910 R. 87 se origi. en el. idioma (conllictos homonímicos, contamieümología popular). pero según la semánüca :,,,,,i:1, u'uulctonal no se trata aquí sino de accidentes o de r:nsos marginales,_ y Ios principales tropos (metáfora, lrctonimia) son definidos y cóncebidos desde el exterior. Para Bréal y sus discípulos, la semánüca se orien- citamente la noción de estructura; y se las ha agrupado siempre según su origen (metáforas tomadas del vocabulario de la caza, del cuerpo humano, de elementos naturales, etc.), o según su destino (metáforas que designan el amor¡ la idea de fuerza, el dinero). Ya en TRIER ,:,,rrcebidas en Ia realidad y fuera de la lengua. Cier_ t¡unente, varios de estos cambios de se¡rtido r¡¡rn. M. Meyer comprobaba que en la nomenclatura de los grados militares cada término deriva su valor de su posición en el conjunto de la terminología que constituye un "sistema semántico" (Bed,eu- tnba ha-cia los aspectos lógicos, psicológicos e histórieos rI: Ios fenómenos, mucho más'iue h"üu I i rrgüística. "r-""rsalidad tungs-System).a L. Weisberger? por su lado, insiste en la interdepen- l,ll estructuralismo no podía dejar de criticar este ¡rrrnto de vista. Yo lo hice -i libro Étym.ologie, ('n que traté de mostrar: por "r, una parte, que Íu poro'nirrrin, h-ajo múltiples formas, lejos de ser'un accidente cs un lenómeno general, y por otra parte, gue la motivrrr:ión exoglótica, por evidente y ,.a..o.iu que sea, dencia de nuestros conceptos y de nuestras palabras. Muestra, por ejemplo, que los nombres de los colores forman un sistema arbitrario, que se podría muy bien dividir de manera distinta el espectro, y que los antiguos tenían una escala diferente a Ia nuestra, que refleja una manera de concebir la realidad distinta de la nuestra. Abre así el camino al estudio de los "campos lingüísticos" que habrá de -.er ilefinido por Thier. 2. Mouv¡.crór rurnmse y rforrvAcróN EXTERNA ls un criterio Iingüístico incompleto e insuficiente. Volvicndo.a-uno de mis ejemptros: li bécasse [cierta ave lla- ¡rrrrda "chocha"- en español] tiene ur, r) r'ccurso de- designar un animai con base en una par. t Como quedó dicho antes, los modos <Ie formación verbales pueden ser internos o externos. Los cambios de sentido se debe¡ eseneialmente a una motivación externa, Ia que, con muchas reservas, será objeto de las páginas siguientes. Pero lo que mothta el sentido es efectivamente la analogía entre dos cosas 1 R. M. Meyer, "Bedeutungssysieme", en K. 2., 368 (1910). XL[I, 352- ,roñbr", bec, que cn francés significa y que le viene por tener -"picuda,, r.l ¡ico largo (criterio externo o áxoglótico), ir"ro uderruis por existir dentro de la lengua frur".rr ál modelo ir:rrla-ridad física (comp . orej ón, cabezona, píco_caioa, rrtlto-hueso, boca.-chíco, cascabel, espoáol¡. Así es "r, ei consideración ,¡rre el hecho externo debe ser tomado rrir'.rnpre conjuntamente con Ios criterios endoglóticos. Ilespecto de esta cuestión fundamental lñe c.rrfor- rrrrrré aquí con exponer algunos estudios y criterios bánir:os para una semántica endoglótica y estructural, to- rlrrvía en pañales, pero que ya permiten yislumbrar rurn rcnovación de nuestra disciplina. BB EN TORNO A PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA 3. Los caMPos uxcüÍsrrcos ¡u Tnrrn J. Trier en sa Der d,eutsche Wortsclwtz im Sinnbezirk d,es Verstand,es (Heildelberg, 1931), estudia Ias palabras que se relacionan con el sector conceptual del entendimiento y señala qune constituyen un conjunto estructurado, en el interior del cual cada una está bajo la dependencia de las otras. La idea de Trier, como la de Weisberger, es que nuestros conceptos abarcan todo el campo de lo real, como las piezas de un rompecabezas, sin dejar huecos y sin superponerse. De ello resulta que todo cambio en los límites de un concepto acarrea una modificación de los conceptos vecinos, y, de rechazo de todas aquellas palabras que los expresan. De esta manera Trier aprecia que a principios del siglo xrrr eI vocabulario alemán del conoqimiento des- cansa en tres palabras: Visheít, ttsabiduría", Kurut, ttartilugio"; un siglo después "atte" 1 y List, "maíta", y Wissen. Pero no se debe Kunst se encuentran Wisheít, creer que hubo simple sustitución de List por Vissetu. De hecho, el sentido de los tres términos del complejo ha cambiado clesde entonces al renovarse por completo la estructura lexicológica y la visión del mundo que refleja. Ilacia 1200, Kunst se aplicaba a la esferas cortesaal conjunto de los conocimientos del (prudl'-homme) y del caballero; .Lisl probo" "hombre se aplicaba a las esferas de conocimiento del villano. Son l{ünste el conocimiento del código cortesano de honor, el modo de batirse en torneo, la actitud hacia las mujeres, y también el arte del poeta y, de una ma- nas del saber, TRIER 89 rr,'ra general, las toartes liberales". En cambio la medi,'irrl, Ia astronomía, todos los oficios, y la destreza técrrir:¿ del artesano, sorl Liste. l)ero el contraste Kuwt-List, que a falta de mejores r',,cablos traducimos pot arte y artifício, expresa en rea- lirlld una diferencia que estriba menos en la naturalirlcza y en la forma intrínseca del conocimiento que en lir clase social y su actitud hacia el saber. Así, la tcnacirlad y la destreza en el combate, el dominio de sí, son /(anst (arte) en el nobler pero Zisl (maña) en ¡,r rcblo. Y la el la vez con List y cubre a ambas. Es eI conocimiento r'''¡riritual considerado alavez desde los puntos de vista rrroral, estético y, sobre todo, religiosoo frente a las liu,rtst y Wisheie (sabiduría) contrasta a con ¡rr:titudes y habilidades prácticas que son las artes cortesiuras y las técnicas plebeyas; es sapíentia, tanto en su c¡r¡irrcnte carácter de sapientín personalis como de sa- ¡ierúia, dei. [,as tres palabras reflejan, pues, una situación y visión del mundo partieulares: un orden material del lonocimiento gue es doble y que opone una sociedad lr¡¡tcsana con su Kunst a una no cortesana eon su trrlsr. l)cro este mundo dividido por dos modos de aprehender lt realidad social y económica, recupera su unidad en el orden es¡riritual. Hay dcs actitudes espeeíficas hacia lt acción v ciencia material, pero solamente una har:ia la sabiduría y hacia el conocimiento divino que t:ubre a ambas. Cien años más tarde este esquema ha cambiado List ha sido rr:rnplazatlo por Wissen, (saber), pero el contenido y Ias relaciones de Ios tres tí.rrninos Wislteit, I(unst, Wíssen es distinto: lrrrnlrletamenle. 90 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA EN TORNO A TRIER 4. EN ¡onNo I 91 TRren L¿ noeión de campo lingüístico, de{inida por Trier, r:onstituye la gran revolución de la semántica moderna" Sin embargo, era inevitable que suscitase críticas y r I(ansl designa ahora las esferas más elevadas del conocirniento: tiende hacia el sentido moderno de arte en oposición a Vissen, que se aplica al saber en general y a Ia habilidad y la capacidad técnica en particular, pero sin connotación social. El conocimiinto y las capacidades del individuo pueden desde ahora considerarse independientemente de su clase social. Wisheit deja con esto de abarcar el dominio de y d,e Wissen; el saber material y la sabiduría espiritual difieren ahora en su esencia. Este nuevo esquema refleja Ia desintegración de esta unidad y de esta catolicidad del c.onocimiento característico de ia civilizaciín medieval. Las palabras forman de esta manera un ..campo lingüístico" que abarca un campo conceptual y expresa una visión del mundo, que permiten reconstruir. Las ideas de Trier han sido el origen de numerosos Kunst. trabajos. En el campo francész Hans Sckommodau. por ejernplo, ha señalado cómo en el curso del siglo xvrn Ia-degración de las nociones morales ha sobliado el T alcr de las palabras de la vida afectiva; el voeairulario de la sensibilidad se transforma por la asimilación de Ia sensibilidad moral a la sensibiiidad física. 2 H. A. Hatzfeld, "Linguistic investigation of old French high spirituality" (con buena bibliografia), en pMLAA, LXI, 3tI378 (1946). cajustes. La iclea misma de un campo lingüístico homogéneo, sin huecos ni superposiciones, no resiste el examen, si dominio de las nociones intelecsrrlimos del privilegiado -escogiá Trier. El vocabulario del mundo lrrales que físico y material es siempre confuso en sus linderos. Por rrtro ládo, partiendo de los conceptos, ignora Trier la irnportancia de los cambios {onéticos y semánticos que rrlcctan directamente a la lengua. Iistas críticas generaron nuevas definiciones del cam' ¡ro lingüístico, también llamado "campo semántico", I¡tsado en criterios di-terentes. Jolles e Ipsen3 definen el "campo" partiendo de cri' Icrios formales y lingüísticos. Ocurre lo mismo con los "campos asociativos" de Bally, para quien el campo ,k: la palabra "buey" induce a pensar: J/ -en toro, vaca, r'('s, cuerno, rumiar, efc.; 2) en labor, arado, yugo, etc'; y finalmente 3/ puede hacer pensar, en español o frant'í's, en fuerza, tenacidad, trabajo paciente, aunque lrrrnbién en lentitud, pereza, pasividad. EI lenguaje [i;lurado interviene como un reactivo (comparaciones, nretírloras, proverbios, expresiones estereotipaclas); r:onrpárense: un calor para ¿tsar un buey; rumi¿rr una i,kll poner un arado delante de los hueyes; {uerttr como ,,,, buey; ser un buey para el trallajo, etcétera'a :i C. Ipsen, "Der neue Sprachbcgrif{", en Zeit' tür Deutsch' /,¡rnde, XLVI, a Clr. 8a111', 1932. en Franqais Modcrne, VIII, p. 195 (1940)' PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA 92 Diliere esta definición del campo rotundamente Ia de Trier. La noción de estructura lexicológica de es ccmpleja y converge en estudios de los estilos más distintos, según el punto <le vista adoptado. El problema está todavía lejos de haber sido examinado y aclarado en su conjunto. 5. Ll r,rxlcor,ocÍA DE l\{aronÉ La lexicol,ogí¿ de Mato¡é5 es uno de los desarrollos más recientes de la semántica estructural. Es un estudio de los "campos nocionales" empa. rentado con el de Trier en la medida en que es paraglótico, ya que según el autor "el objeto de Ia lexicología es particular; es partiendo del estudio del vocabulario cómo intentaremos explicar una sociedad. Podríamos definir tarnbién la lexicología como una disciplina sociológica que cmplea el material lingüístico, que son las palabras" (La méthode, p. 50). Es sobre todo cuestión de temperamento y de visión no hablar de método-, lo que separa a Trier -por de Matoré. El primero es t'filóso{o", en le tradición de la escuela iclealista alemana; el segundo es "sociólogo" de Ia escucla francesa ilustracla por NIeillet, Brunot, Vendryes. Trier estudia ante todo Ia vida espiritual y moral con la finalidad de captar cl Geist ("espíritu") de una nacií¡n y de una época, mientras que lVlatoré se interesa principalmente por el sustrato material, económico, t6cnico, político, del léxico. Es {ácil reconocer en el último el enfoque con sus5 G. Matoré, La méthode en lexicologic. Domaíne frangak, E. Didier, ParÍs, 1950. ,, i0 . l-, ( ) i, /i t,i nJ ;;_^ l¡l E: em E{ G (Scgrin t -r§TE : Tf,.ClilC-l' ana l-ái Iz méiho¿e a lexlcologie) \lato¡é, Imaqrnlctones EL ARTE 94 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA ESFERAS DE PENSAMIENTO DI.]SI'IiIII}I.]II I titución del estudio "atómico" de palabras aisladamente consideradas por la noción de estructura. Matoré deslinda en primer término las "generaciones lingüísticas'2, que son los grandes gajos históricos dentro de los cuales estudiará la estructura lexicológica desde un punto le vista estático. Divide de esta suerte el periodo que va del Renacimiento a las postrimerías Jl EI métodor o/ Análisis: analizar (fin dcl s. xvll). ó/ Experiencia: empirismo ( I736, rurxlir.irrl ). c,) Síntesis (s. xvrr: Descartes) y sislr.rrrr. 2./ Bl modelo: Ia naturaleza: principul olrjr.t,r la ciencia; la observación. a) l. Ciencias naturales: zoología, botírnir:n, r,l xlx en once generaciones de unos 33 años. En cada uno de estos estados de lengua encuentra la presencia de palabras-testígo o neologismos correspondientes a nociones nuevas que surgen en el seno 2. Derecho natural: el "I¡uen snlvljr:" ("[rr r del siglo sauuage" ) . 3. Moral natu¡al: deísmo, ateísrno, r,hnrlrrt, nismo (1752). ü,/ La naturaleza y e7 sentimiento. 1. El Arte: el "Bello ld,eal" ("beur il.inl" 2. El gusto por. la Naturalezo: jurdín irr¡¡lr'. de la colectividad en ese particular momento de su historia. Entre estas palabras-testigo algunas tienen una importancia primordial, honnéte homme ("hombre honrado, cabal; buen hombre") en eI siglo xvll; "{ilósofo" en el xv¡rr. Son palabras-claue que rigen a las otras y son el centro de rn cam¡to nocional. La lexicología tiene por objeto establecer, deslindar y estudiar los campos nocionales que caracterizan una sociedad. De La méthod,e en lexicologie reproducimos, a título de ejemplo, el plan para el estudio del léxico de la generación de 1765, y el campo nocional de A*e y Técnica hacia Ia misma época (v. esquema, p. anterior). EL LIiXICO EN C) M¡nros: Le. razón y las luces. Razón: su carácter: ni autoridad ni tradición: tra' dioional (1772) ; eclecticismo (1755). b) Luz: etr siglo cle las Luces. a) lÍ. El sentimiento. l. En la vida: sensible, sentimental, romrintir:u, r.ru térico, apología de las pasiones (ardor, r,nt¡rril,,nl éxtasis, vapores, Iágrimas), 2. En el arte: l/ El corazón: sentimiento, patético, txrnnrovr,rl,r interesante, lindo, 2) La imaginación, el mrmen (labia, "ucr.ari'). 3) I-a originalidad: genio, mágico, plugio (r¡,'rrrl mico se vuelve peyorativo). 1765 A) Ttpo socral: nr- r¡lósoro: B) FiNrs: LA Ftrr.rciDAD: f. etcétera. 3. En h filosofía: esoté¡ico (1755), cs¡ririrrrrrlint (177s). III. l,¿s sensaciones, 1. En l¿ vida: el placer; vocabulario galarrlr': volrr¡ tuosidad, amono ("affaire"), favores, furrtrrrrírr, r.t, 2. lin el arte (papel importante de las rrto¡ ¡¡rr.r¡r "intelcctuales" que la literatura: pintunr, rrrÍrrir.rr 3. En lilosofía: Helvecio. ENCRUCIJADAS DE PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA 96 IY. La sociedatl: el esprit, Ia conversación, el gusto, la corrupción del corazón (burlar, persíÍler, 1762). co' Y. La t¡irtuil, BELIN-MILLERON 97 á/ Evolución y progresor la perfectibilidad (1750), perfectible (1767), decadencia (1770). c) Individuo y sociedad: individualidad, genio. La sociedadr vida política, libertad, patria, nación, hu. manidad. d,/ Síntesis: Ia idea de civilización (1769). D) Los Rrsurteoos: l. Nueua clasílicacíón de las ciencia.s.' psicología (psicó- Iogo, 1760), estética (1753). 2. Los progresos d,e las ci,encías: c.bandono de la menta' Iidad precientíIica. Las ciencias y el problema de Ia nomenclatura, Los progresos de las ciencias: a.) 1. Ciencias naturales. 2. Química 3. Física. 4. Matemáticas. ó,/ 1. Ciencias económicas: economistas 0767): los fisiócratas, la noción de clase social (Turgot). 2. Ciencias políticas. Este cuadro expone al análisis la estrecha interdep€ndencia de las dos nociones, tal como se encuentran en los escritos de ese tiempo, en especial en los Salones de Diderot y en la Enciclopedia. Las ideas y el método de Matoré se han concretado en algunos estudios importantes: la propia tesis del autor solrre Le uocabul,aire et, la société sous LouísPhilippe, la de A. J. Greimas sobre Za moile en lBS0. Essai de ilescription du uocabulaire aestím.entaire d'aprés les journaux d,e mode le l'époque,la de B. Quemada sobre Le comrnerce aÍwureu$ dans les roruilts mondains (1640.1670). 3. Las artes, o,l Las tendencias del gusto: academisrno, originalidad. o'genio". El D/ La nueva estética: de 1o lindo al "bello ideal". c) Las realizaciones. 1) Artes plásticas I su ¿esarrollo: la pintura. (bellas artes) I -- --- -- - 2) M{¡sica. I Pro.". Pocsía. El 3) Literatura I litelario: noble; (bellas arrcs) ) neología. 4. vocabulario neologismo, aid,a económica: los oficios (Enciclopedia); el co' mercio: capitalisrno (1759) ; importación (1748), comercial (1749), contabilidad (1753). La 5. Las nuéaas ideas. ¿) El análisis. La Enciclopedia. Las nuevas nociones, arte, técnica, ciencia. Valoración de la idea de trabamaquinismo (1742), industrial (1770), jo; Por su originalidad y por una constante preocupación metodológica, consagran estos trabajos ia importancia de la noción de "campo lingüístico,,, dándo[e el lugar que, sobre todo en Francia, no le había sido concedido, y al mismo tiempo encerrándolo entre límites, duda deseados y reconocidos por el autor, pero que 1,n deben superarse. El estudio de las "esferas do pensamiento,, de Sper- ber y Ias "encrucijadas lingüísticas" de Belin-Milleion, ponen en evidencia el aspecto psicológico y lingüístico (str,ícto sezsu) de este problema" 6. Esrrnq,s Sperber6 (p. DE pENSAMTENTo DE SprRrrn 66) ve en Ia luerza emntiuq una de las in ilie Beileutungslehre, Leipzig. 6 H. Sperber, Einführung 98 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA fuentes de la creación lingüística y de los cambios de sentido. Lo mismo en la colectividad que en el inilividuo hay esleras de pensamiento privilegiadas, suerte de temas obsesivos. Dependen del medio y ile la actividad: la tierra, las estaciones, por ejemplo, ocupan un lugar,preponde' rante en los pensamientos y preocupaciones de los cam' pesinos; al igual que el mar y la navegación preocupan al pescador. Se ligan también a las circunstancias: los temas religiosos en ciertas épocas, los temas políticos LOS CAMPOS SEMANTICOS 99 la expansíón de la terminología militar y de montería en la Edad Media, en las metáforas tomadas de la vida religiosa y de la liturgia durante las guerras de reli. gión, etétera. Las tesis de Sperber desembocan en toda una corriente de Ia estilística actual, de inspiración psicoanalítica. Encuadrado dentro de mi descripción de la metáfora, concebida como una posta semántica (cfr. sw. pro), de{iní el fenómeno de la metasemia inconsciente con el término de transualorizacíón.I Aunque estos hechos son de origen individual y de ahí ésdlí"stieo durante una ¡evolución, adquieren lugar de preferen' cia. Así, el miedo, el odio o la voluntad de poder pue' den invadir en tiempos de guerra el campo del sub' en sentido estricto, no dejan de desempeñar un papel decisivo en la for¡nación de una lengui dada. consciente. Se trata de obsesiones difusas, no fiiadas, frecuente' mente inconscientes y aun inhibidas por tabúes sociales. 7. Las nNcnucrJADAS r¡NcüÍsr¡cas Desde el escondido puesto que ocupan en la con' ciencia, coloran el pensamiento y actúan en dos direc' ciones Áobre el lenguaje: por atracciíny por expansión. Pueden atraer otÍos pensamientos y otra§ palabras a su órbita, tomando imágenes de la realidad exterior. Así, la ametralladora se vuelve para el soldado un molinillo de café, o una máquina de coser, una rega' dera, etc. El lenguaje popular (argot, caló, germanía) y el'lenguaje familiar tienen una bien conocida ri' queza metafórica para referirse al dinero, el sexo, al amor, temas obsesivos, si los hay. La fuerza emotiva puede actuar también por descompresión: el tema estalla y se vuelve fuente privile' giada de imágenes. Esto hace que en ciertas épocas y en ciertos medios el lenguaje militar, religioso o polí' tico actúe sobre el vocabulario entero. Basta pensar en nr Brr,r¡v-MTLLERoN Iil Iógico y sociólogo Belin-Milleron ha puesto de relieve la existencia de una lógica "concreto-compleja,, tlistinta de la lógica conceptual t¡adicional.s Tiene-su <irigen en el Ienguaje mismo y en asociaciones verbaIes que se crean en virtud de correlaciones lingüísticas privilegiadas, lo que Belin-Milleron llama .,encrucijadas lingüísticas del pensamiento',. Analizando el lenguaje político de la Revolueión francesa, señala el autor que las nociones de Ley y de Patria, por ejemplo, están siempre asociadas a tns-mísmas id,eas alectíoas o técnícas, "pasan por los mismos caminos", asociadas a los mismos nexos de Bienestar gcneral, Unión, Pueblo, Felicidad, Virtud, Libertad, 7 Véase mi artículo sobre la semiología de la expresión poé. lica, op. cit. 8 Belin-Milleron, La rélorme d,e la connaíssance. Ed. Arrault <:¡ Cie., 1942. IOO PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURAS Sacrificio, etc. A fuerza de encontrarse en los textos y los discursos las ideas de Ley y de Patria asociadas a las mismas palabras e implicadas en las mismas situaciones, se termina por identificarlas, y esta identificación no es implicada por la definición de las palabras y los cánones de la lógica tradicional, sino por la co'n' aergen"cia. de los nexos formados por las dos series no' cionales de Ley y Patria. Así, en el espíritu público "cada noción que abre una serie no es ya un concepto arbitrariamente aislado por el idioma, sino un agregailo de determinaciones y de alegaciones", y el conocimiento que tenemos de esas nociones es de naturaleza "concreto-compleja", descansa en determinaciones múltiples de naturaleza espiritual, afectiva, etc., no ya en definiciones lógicas abstractas. Es una crítica de Ia lógica aristotélica. Lo que nos interesa aquí es la naturaleza lingüística del fenóme' no, con las hipótesis y las vías que abre a la semántica estructural. B. Los cAMPos sEMÁNrICos Actualmente se llevan a cabo diversas investigaciones cuyo objetivo común es describir conjuntos léxicos por medio de un sistema de rasgos de significado elementales. Son sistemas cuyos modelos son los de la lin' güística moderna y, en especial, de la descripción fo' nemática. Estos estudios aspiran a superar la noción del campo y superficial-r para llegar a estructuras, -estrecha a Ia vez más profundas y más generales, que pudieran abarcar el léxico en su totalidad. LOS CAMPOS SEMANTICOS 101 El capítulo siguiente constituye un balance de dichas investigaciones poco avanzadas y a menudo decepcionantes. -todavía Se eneontrarán en ellos diversos ejem. plos de "campos semánticos" tornados de B. Pottier (p. 112), de G. Mounin (p. 1I2 s.). Esas investigaciorres se podrían mencionar ya en este capítulo toda vez que estamos tratando ahora del catnp% más que de sistem,as. La tarea es precisamente reducir estos canapos a ver. daderos sistemas y éste es el problema que se plantean las diversas semánticas y Iexicologías actuales, de ins. piración estructuralista. No se podría decir que lo ha. yan resuelto: de hecho, tenemos el derecho de pregun. tar si es posible resolverlo, al menos en los términos cn gue actualmente está planteado. EL ANALISIS DE LA VI. LA SEMANTICA ESTRUCTURAL Le srnÁ¡rrca, tal como fue concebida originalmente por Bréal, es un estudio histórico (véanse capítulos ru y rv). En cambio, las üversas teorías que reagrupamos bajo el rubro de t'campos semánticos" o "campos léxicos o lingüísticos" son los primeros esbozos de una semántica descriptiva que, según la ense. ñanza de Saussurg buscan una definición sincrónica y estructural del sentido. Sin embargo, el balance de tales tentativas es modesto e inclusive negaüvo. Todo el mundo está de acuer. do en ellq al grado de que muchos se preguntan si no es utópica la empresa. Se ha observado, efectivamente, que son muy pocas las estructuras léxicas, que siempre y en todas partes son las mismas y que cada una de ellas abarca sola- mente un csmpo conceptual reducido. De hecho, se trata de las palabras que designan: los colores, los grados militares, los grados de parentesco, u otras escalas que forman pequeños conjuntos de una docena de voces, que cubren un campo muy bien delimitado, dividido en nociones diferenciadas cuyas re. Iaciones son ttcomplementarias": los colores, lo mismo que los grados, son como los peldaños de una escala cuya cantidad se determina por el espacio que cada uno puede cubrir. Estas estructuras lingüísticas corresponden a estructuras conceptuales que resultan ser casos particulares y excepcionales. Es evidente que salvo dichas excepciones, no se podría confundir la noción de cam¡n semárrtico con la del sistema fonemático que integran los fonemas o el sistema morfemático integrado por los r02 DISTRIBUCIÓN IO3 morfemas,_en que cada uno de los elementos en juego es necesario para el funcionamiento del conjurrio, -y que es el único que merece el nombre de estructura. El campo semántico es ciertamente un conjunto de re. Iaciones del que cada término extrae su motivación, pero esas relaciones no son necesarias ni sistemáticas. Este carácter contingente de las relaciones léúcas parece borrar toda esperanza de reducir el léxico a un sistema completamente estructurado. Sin embargo, tal es la vía a la cual se ha lanzado Ia Iingüística contemporánea desde cuando fueron escritas las líneas de Ia primera edición del presente opúsculo, hace veinte años. Lo que ahora tenemos qrr" li"""r, ", el balance de esta empresa. Como era de esperarse, una vez que las dilerentes escuelas de gramática distributiva, tránsformativa, ge. nerativa, etc., hubieron ofrecido modelos para sus especulaciones, Ia semántica intentó marchir por esas mismas vías y por las rigurosas de la fonemática. I. Er. e¡¡Ár,rsrs DE LA DrsrRrBUCróN El análisis del sentido es el problema fundamental de la lexicología. ¿Cómo definii el sentido de una palabra? ¿Cómc, distinguir los diferentes sentidos de una palalra? En un punto al menos, la lingüística moderna es al considerar que "las palahras no tienen sentido, tienen solamente cmpleos', y qr" .,los sentidos unánime ya palabra no son sino Ia .r.u d-" sus empleos,,. Iis decir, que el sentido de una palabra dentro áel discurso (no habría sentido más quc en él) se define por sus relaciones con Ias otras de la cadena hablada. d-e 104 EL ANALISIS DE LA LA SEMANTICA ESTRUCTUML Consideremos, por ejemplo, los 64 sentidos o signi- ficados que el diccionario de Littré distingue respecto del verbo ürer (sacar o tirar). El autor nos lo ofrece a granel, pero de hecho el análisis inüca que dichos sentidos se pueden reducir a solamente 4 categorías. La primera y más importante es la que agrupa todos los significados que implican un movimiento impuesto por un sujeto que atrae un objeto hacia sí. Se ve entonces que los diferentes sentidos que dis- tingue Littre: §dcar (extraer) aino, ialar la pierna, tírar las reses, l,irar un uehícub, sacar o extrq,er un ingreso, ,efc., dependen de la naturaleza del objeto atraído, según que sea móvil o no, que sea sólido o líquido, etc. El sentido está ligado, por otra parte, al medio empleado para atraer o tirarl. cuerd,a, mano, pipetq etc. Así, la acción es definida por su objeto (o su sujeto, su medio, etc.). Y recíprocamente, el uehículo, el oino, el ingreso, la res, son (p,rcialm"ente) definidos por su propiedad de poder ser id.ados o atraídos. Esta definieión sintáctica del sentido es la base del análisis de la distribución (llamado "distribucional" en francés), que consiste en clasi{icar y definir las pala' bras y sus significados por sus relaciones con los otros términos del conjunto, postulando que las formas que se encuentran puestas en un contexto idéntico, tienen propiedades comunes definidas por dicho contexto. ttél saca vino (pulDe esta manera, en frases como que, cerveza, etc.) del barril", se concluirá que vino, a una misma categoría. Puede verse que un análisis de este tipo rechaza toda referencia al t'sentido", o sea, su contenido semántico, y el problema de saber si el sentido será recuperado o pulque, cervezaz pertenecen DISTRIBUCIÓN IO5 no y reintroducido al final de la operación es un aspec' to secundario del método, que continúa siendo en prin. cipio formal; el parentesco semántico de vino, ceweza) sidra, es definido únicamente por la propiedad de poder conmutarse en un mismo contexto. Se notará el carácter revolucionario del nuevo méto' do; pues si a menudo hemos subrayado la recurrencia periódica de los modelos y de los puntos de vista, se debe notar que este "antimentalismo" (rechazo de recurrir al sentido definido como contenido mental) vuelve a poner en duda una tradición que data los orígenes de gráficas. la especulación de y de la práctica lexico- L. Bloomfieldl es el jefe de la escuela de Yale en los Estados Unidos y padre del "distribucionalismo", de donde su discípulo Z. S. [Iarris sacó todas las consecuencias. En formas más o menos puras, más o menos ttdistribucionalis' ortodoxas, más o menos rigurosas, el mo" domina toda la práctica lexicográIica más reciente. Tal es el caso, concretándonos a Francia, del Dic' cionario del lrancés contemporáneo de lean Dubois, del primer volumen, recientemente aparecido, del 7e' soro de la lengua lrancesa de Paul Imbs, y si el Diccbnario il,e Robert es un poco conservador, nutre el pensamiento de un equipo que ha colocado esta problemática del sentido en el centro de sus reflexiones y en el centro de una confrontación entre Ias esperanzas de una teoría revolucionaria y de una práctica cuyas limitaciones e inercia siguen siendo considerables. Respecto a estos trabajos de lexicógrafos teóricos. 1 L. Bloomfield, Le langage, Paris, Payot, 1970 (la primera edición es de 1933); Z. S' Harris, Structural Linguístícs (19sr). 106 LA SEI\ÍANTICA ESTRUCTURAL EL ANALISIS DB LA y particularmente los de Jean Dubois, de Alain Rey y de J. Rey-Debove, léanse los artículos publicailos re'gu_ larmente en los Cahiers de Lexicolo{tc, los números colectivos de Langue lrangaíse (númJro 4 La sémantique, nirmero 2 Le lexique) y las lectura s de Lexí¿ologie de Alain Rey. Estas especulaciones, a menudo muy avanzadas y muy abstractas, son los pilares actual¡nente de Ia práática lexicográfica. Examinaremos como ejemplo el artículo abqnd,anar del Tesoro de la lengtÁ frarrcesa, cuyo primer volumen apareció en febrero de L972. Ciertamente dicho artículo es todavía muy prudente y vemos con claridad que concibe el sentido como un dato intuitivo de la experiencia. Dicho esto y una vez admitido que estos sentidos no son más que una reconducción de la herencia lexico. gráfica tradicional, el Tesoro de la lengua lrancesa los reagrupa en un marco original cuyos criterios de clasificación son completamente sintácticos. Así, el artículo abandonar distingue: I. Empleos transitivos; II. Empleos pronominales. Entre los primeros se distinguen: A) Empleos B) transitivos, en que el agente es normalmente una persona; Em-pleos con un segundo objeto siempre prece- dido por a. de A se oponen los empleos Pl "J objeto "-r:" es 1) el una cosa y persona. El caso en que en que 2) el objeto ., ,nu el objeto es una cosa, es el DISTRIBUCIÓN 107 a) ellazo anterior con el objeto era una ligadura de posesión rcal y b) eI lazo caso en el cual: con el objeto era una ligadura de posesión solamente proyectada. El sistema de los sentidos está ligado a este sistema de relaciones sintácticas: A) 1) "Romper una ligadura que unía el agente a una personaoaunacosa"; "Romper una ligadura que unía el agente a una cosa"; a) "ligadura de posesión real". Así, el ejemplo: el ltumild,e propietari,o abandonó su I. A, I, a (empleo transitivo, el agente es una persona, el objeto es una cosa, el lazo anterior con el objeto era de posesión real) lo que significa que t'una persona rompe un lazo que lo unía a una posesión real". Se ve pues, que Ia distinción de los sentidos es ope. rada con base en criterios formales (categorías gramaticales) que definen las relaciones de la palabra con Ias otras palabras del contexto. Es evidente, sin embargo, que un análisis de este tipo es limitado y que no nos dice, en particular, Ia manera como abandonar significa "romper un lazo". El análisis se limita aquí a la superficie de las palabras, pero uno se da cuenta, al mismo tiempq de Ia formidable tarea que sería, admitiendo que fuera po. sible, la reconstrucción de una estructura del léxico fraucés en su conjunto. Sin querer ir tan lejos, Jean Dubois, en una ,"erie de ca.ntpo es clasificado como 1OB LA SEMANTICA EL ANALISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESTRUCTURAL artículos y trabajos, nos ha dado el modelo de un análisis distribucional llevado hasta un cierto grado de elaboración. He aquí, a guisa de ejemplo, cómo define y compara dos sinónimos tales como agudo y pícud,o.z Estudiando la dístribucü¿ de estas palabras, distingue tres clases: La primera está constituida por los sustantivos que admiten los adjetivos redondeado o picudo; de entre estos sustantivos, una parte solamente admite agudo. Esto ha sido establecido a partir de las posibilidades de las permutaciones que definen la distribución de estas palabras. fuí, se dicel. uñas, pico, llecha, etc,, picu,ilos o agudos; pero sornbrero, cabeza, zapato, etc,, picu.ilos, pero no agudos. Por Io tanto, en esta clase, agud,o apareee como un subconjunto de pícuilo. Esta situación se invierte en la clase de sustantivos que admiten sordo o taladrante, corno.i 1)oz, gríto, thnbre, sonido, etc.; de entre éstos, solamente aoz o totlo aclmiten fen francés] pícudo, el cual es por lo tanto un subconjunto de agudo. Finalmente, una tercera clase de sustantivos que admiten crónico, graue (d,olor, enfermedai!, crisis, ncfritis, etc.), no presentan ninguna posibiliclad de combinación eon píctd,o. Eviilentemente, cuando reintroducimos el sentido, vemos que esas tres clases corresponden a tres categorías especiales: t'sólidos", ttsonidos", ttenfermesémicas dade-*"; pero el interés de este estudio está en mostrar que se pueden precisar la existencia y los límites de estas tres clases, sin tener que recurrir al sentido. 2 Jean Dubois, "Distribution, Ensemble et Marque dans Ie lexique", en Cahíers d,e lexicologie, 4, 1964, [, pp. I ss. 109 Se encontrarán, en las obras citadas, muchos ejemplos de análisis distribucional, que no podemos mencionar aquí por falta de espacio. Muestran que la teoría y la práctica del distribucionalismo son desde ahora una adquisición de Ia lexicología y uno de los instrumentos del lexicógrafo, como lo demuestran los diccionarios más recientes, por ejemploz El Diccio¡¡ario de t'rancés cantenlporáneo o el Tesoro de la lengua lrancesa (véan' se párrafos anteriores) ; muestran también los límites del distribucionalismo, que son debidos a su comple. jidadyasupesadez. Resulta claro que la aplicación del método a un con" iunto un poco extenso (o con mayor raz6n a la tota' lidad del léxico) es completamente quimérica, dado el estado actual de los medios de que disponemos. Hay que comprender bien, en efecto, cómo se plantea desde ahora el problema. De un corpu,s (conjunto de textos) se extraerán las unidades significantes y se definirá cada una por e.l conjunto de sus relaciones con cada una de las demás. En un repertorio de palabras: rtt11 rn2, trt;s ... etc,, m1 será definida como: sujeto de nt16 rIL35 '.., comple' mento de fit2¡, ffls¡s¡. etc. De esta manera, perfo, stlt'va' jeto de ttladrar", de "cazar" . . . complemento de ttcortar de la cola {', ete. cunar", Cuando, por medio de una primera operación se haya así establecido la "distribución" de cada término, estos últimos serán reagrupados en clases constituidas por el conjunto de los que tengan en común una o va' rias relaciones idénticas. De esta manera, todas las palabras quc sean sujcto de rn15 formarán una clase junto con palabras que sean ala vez sujeto' de rnr5 nr,1 ; todas las rms5, f.or' y de 110 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL EL ANALISIS DE COMPONBNTES ltr marán una segunda clase, etc. Es fácil ver que un análisis de este tipo aplicado a un corpu,s un poco extenso traería consigo miles de millones de relaciones y que esta tarea parece ser todavía (y sin duda por mucho tiempo más) inalcanzable para las computadoras más o significados" como la fonemática construye el t'sis" poderosas. ci6n"?; así, vaca estaría formado por "animal" f "hembla" f "doméstico" f etc.. . De ahí el nombre de "análisis componencial" (esto es, de componentes 2. Er. ¿NÁr,rsrs DE coMPoNENTES El análisis de distribución, como acabamos de decirlo, llega a est¡ellarse ante problemas técnicamente insolubles. Su negativa a recurrir al sentido (su antimentalismo) sustituyéndolo por r¡na definición puramente fo¡mal de Ias unidades Iéxicas postula el análisis exhaustivo de un corpus que escapa rápidamente del dominio del observador, a medida que resulta aunque sea nada más un poco extenso. La crítica del o'distribucionalismo" origina un nuevo ttgenerativo", que es, naturalmente, lo método llamado contrario de la primera. Deductiva, racionalista y mentalista en su proceso, la nueva escuela substituye por Ia construcción de modelos deductivos y a priori eL análisis exhaustivo de los corpord,; de paso, recupera la noción de sentido. De hecho, la ambición de construir un sistema se. mantico está ya en el aire y se le encuentra entre muchos investigadores que no tienen ningún lazo con el movimiento generatista, sólo que este último cristalizó sus problemas y les dio un impulso nuevo. Hay un cierto número de puntos comunes entre estos métodos, tan diversos, agrupados aquí bajo el anglicismo de o'componenciales". Esta nueva semántica tiene como objeto reconstruir el t'sistema de los sentidos tema de los sonidos". Dado que, en el plano de los significantes, la palabra es un "paquete de fonemas", ¿no podría uno imaginar que eI concepto significado sea "un paquete de unidades elementales de significa- sémicos) dado a los estudios de este tipo. He aquí un viejo problema y el primero para todo lexicógrafo que busque una definición. A este respecto se pueden leer con provecho los trabajos de J. ReyDebove y, en especial, su Estud,io lingüísti.co y seruíntico ile lo's d,icci.onaríns t'ranceses contemportíneos (Mouton, 197I) en donde se encontrará una exposición y una crítica de estas cuestiones. Es también el problema de toda taxonomía; una flora, una fauna, consisten en reducir conjuntos heteró- clitos a un sistema de contornos pertinentes. Desde luego, hay que saber en qué medida el lenguaje puede ser considerado como una taxonomía y asimilado a un sistema de este tipo. En este terreno, corrtamos con un precedente ilustre y particularmente instructivo en el conjunto de tentativas que, desde Descartes hasta Leibniz, vieron la luz bajo el nombre de lenguas filosólicas. Entre estos sistemas, uno de los más completos y sin duda de los más originales es el Ensayo de un carácter grálico real y de unalengun lílosólica (Lontlrcs, 1668) de John Wilkins. A partir de un análisis de los tliccionarios,s el autor divide todas las cosas de las que se s Es ahí en donde se estrella, pues su análisis es pertinente LA SEMANTICA tr2 ESTRUCTURAL habla en seis géneros, que divide a su vez en 40 clases según sus diferencias. Cada una de dichas clases está iepresentada por un carácter gráfico, el cual, a su vez, áá marcado abajo y a Ia izquierda con un ángulo recto, obtuso o agudo, para indicar la primera, la iegunda o la tercera diferencias; finalmente, en el otro áxtremo del carácter, se agregan líneas que indican las especies comprendidas entre cada diferencia. Wil' kins, por otra parte, traspone estos ideogramas en for' mas articuladas. Para esto, expresa cuarenta clasqs fundamentales por medio de sílabas simples del tipo: ba, be, bi, ila, de, d'i, Ba, Be, gi, etc. A estas raíces agrega una consonante que expresa la diferencia en el interior del género; después, una vocal que distingue la especie. Existen varios lenguajes tle este tipo, por ejemplo: Ia nomenclatura de tras plantas de Michel Adanson, tal como la ofrece en Los familías de plantas (1763) antes de abandonarla para provecho de la clasi{icación cle Linneo. Finalmente, entre los defensores de esta lengua filosófica universal se debe conceder un Iugar muy particular a Leibniz, quien toma las ideas de Wilkins. Se las encuentra ya en Descartes, quien dice: "5i alguno hubiera explicado bien las ideas simples que están en la imaginación de los hombres, de las cuales se compone todo lo que éstos piensan, y eso hubiera sido adoptado por todo el mundo, yo me atrevería a esperar en seguidla una lengua universal, muy fácil de aprender, pronunciar y escribir, que representara tan distintamente todas las cosas, que sería casi imposible al hombre el equivocarse". sólo en Ia medida en que lo son las definiciones de los dic' cionarios. ¿,Y 1o son ¡ealmente? (Cfr- infra, pp. 119s.) EL ANALIS§ DE COMPONENTES 113 Esto es un viejo sueño. ¿No es el de Aristóteles y sus categorías? Es proseguido actualmento por las semántícas lla' madas estructurales o d'e cont"portentes, cor. sus principales postulados de universales lógicoJingüísticos, cuyo método sistemático de combinación informaría y sos' tendría nuestros conceptos. Es curioso que la nueva es' cuela, que tan a menudo se proclama seguidora de los grarnáticos de Port-Royal, ignore totalmente Ia lengua filosófica; encontraría en ella útiles temas cle reflexión, aunque fuera sólo en las razones que acarrearon slr Iracaso y abandono. l. Las nomenclaturas. Pero comencemos por lo míis sencillo: Ias nomenclaturas. La computadora, con la definición, clasificación y memorización de inmensas colccciones de los documcntcs más diversos, exige la constntcción de nuevos "len' guajes" que en la mayoría de los casos reposa sobre un análisis componencial de los diversos documentos cla' sificados. En este terreno fecundo, citemos a guisa de ejemplo Ios trabajos de Gardin.n El propósito del autor, quien es arqueólogo, es clasificar, catalogar y poner en fichero electrónico un vasto conjunto de o cjetos, tales como utensilios, recipientes, etc. Para el e{ecto ha concebido un código con el que cada objeto puede definirse por la presencia o la ausencia de un reduciclo número Á J. C. Gardin, Le líchíer mécanogra¡thique tle toutill.ttge, Beirut, Instituto Francés de Arqueología (f956); 1d., "Four codes for tbe description of artifacts: an Bssay in Anthropolo' gical teclrnique and theory", ert Amerícan Anth.ropologíst, vol. 60, núm. 2, I96t). I 114 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL de rasgos pertinentes; por ejemplo: recipientes con o sin asa, con o sin pie, con o sin cuello, etcétera. Evidentemente, Gardin describe y clasifiea aquí las cosas y no las palabras; y queda el problerna de saber 0) X9.6Lci g€ H T !)Xo!¿ q) o k óó bo!; k(ú .H KgHOA 'dk si tal procedimiento puede ser aplicado en el plano del inventario de una treintena de ios". A pártir -(sillón,de un silla" taburete, banco, etc') el autor esientos se da cuenta de que cada uno puede ser definido a partir de un sistema de seis rasgos pertinentes binarios: ioru o sir,, respalilo, con o sin brazos, con o sin pi.es, pxla -h gcddd) o o ó lenguaje. Esto es lo que piensa B. Potier en un a¡álisis, muy pertinente y a menudo citado del sistema de los "asien' .icidd T¡ro() o .d k "a .ü q) T >É-lji 9 .- t o>O> sooL) o9 YHE! ^!d.E6d .¿- 'a .q -o -8333 6) uno) o t¡aría,s persontÉ, etc. Así tenemos un sistema PP de descripciones de los significados gue es perfecta' OsE* mente análogo a los sistemas fonológicos que describen a los significantes. La cuestión es, una 'tez más, saber en qué medida se describen aquí las palabras o sirnplemente las cosas; y por otra parte, saber si tal descripción puede ser generalizada o extendida a otro§ conjuntos. Esto constituye el objeto de dos estudios de G' Mounin, dedicados a dos carnrys semi'nticos, el de los ani- nalls domésticos y el de las habínciones. Recomiendo leerlos en su libro Clels pour la séma'ntique. Un ejemplo, una pequeña parte de este campo, tal Mornin los reconstruyó (op. cit., p.I14) aparece "r*o en la página siguiente: Huy que comentar respecto de este cuadro, del que sólo repioduzco una parte, que se trata de una'oestruc' tura dé superficie" cuyas unidades de sentido -asno, caballo, mulo, etc.- no se han definido. Además, es una estructura muy traxa, de cuyos 72 ¡rcd6)cd ; - * E a A tú Éó6!)!'; = u HHH S I ^ 8" 'cii^ücdboH qj d:Yñd C)ñsolr dJ A o!üE6)9 a) d § ..S !s -!$ E H5 i 130 ats..'§ '§-tl§u L § 8§.Ft E.< § E E d CAMPO SEMANTICO DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS nornbre especílico asno moch.o burro hembra burra cría pollino cuid,ad,or burrero cal¡allo mula cabra caballo mulo toro chivo yegua mula vaca cabra becerro cabrito vaquero cabrero etc. etc. potro caballe- mulero carnero cerdo borrego verraco etc. oveja puerca etc. cordero Iechón etc. ovejero porquero etc. rango etc. etc. etc. etc. etc. etc. i16 EL ANALISIS D]i LA SEMANTICA ESTRUCTURAL casilleros hay 33 vacíos, por lo que caben serias duclas para darle ei nombre de estructura. En el mejor de los iuror, lra conjunto así es una estructura bastante in' completa, en que algunos tér¡ninos tienen correspon' dientes morfemáticos (burro : burra; cabra puerc¿ : porquero) y : eabrrifr.'; otros no los tienen (verracc : iechón; cabra : chivo; Potro : Yegua). Es un si-qtema extrem¿rdamente anti-económico. en que el número de rasgos relevantes o pe-rtinentcs es muy elevado en relación con el núrnero de formadas generadas. En fin, corno siempre, se trata de un campo muy res- tringido, cuyos rasgos descriptivos, dada su carencia ile genera[dad, no pur""".t ser-aprovechables para la descripción de otros conjuntos. Mounin está consciente de todo esto y hay que apreciar su conclusión prudeirte y meclida: "l{os podemos preguntar legítimamente si las tenta- tivas estiucturalistas conocidas hasta ahora han produ' cido resultados tan sólidos como en los otros terrenos lingüísticos, y contestar que la estructuración del léxico, y -.nor todavía la de la semántica, no han revelado sus secretos" (Ctefs pour la sémantíque, p. 160). Sin embargo, son estos secretos los que pretende en*semántica estructural", en su anüicií¡rr dc tregarnos la rccinstruir el sistema completo del léxico basándose en ccmbinaciorres de un pequeño nírmero de unidades semánticas. Iintre estos trabajos. actualrnente mtry tle moda y cada vez más nllmcrosos,s citaremos los de Greimas en Francia y los de Katz y Fóilor en los Esta' 11? d,el len"guaje cle Katz y Fódor. Karz y discípulos de Chomsky, intentaron definir uná lexicología generativa, es decir, dentro de Ia terminología de la escuela, Ias reglas capaces de engendrar ftlosofía !.taa Fódor, todas las formas léxicas á" la ürgra y solamente 6stas. Sus puntos de vista se encuentrin resumidos en: J. A. Fódor y J. J. Katz., Tlrc structure ol language. Rgad,ings in the Philosophy ol Longuage, pienticJ-Hott, 1964, y J. J. Katz The Philosophy ol Langwge (Lg66i, título característico que lleva a los autorás ñacia Aristóteles, a quien rechazan, y hacia Leibniz, a quien pasan por alto. EI objetivo de dichos autores es la construcción de urr diccionario, en el q-ue cada artículo sea tlefinido por ¡na-rcad,ores gramaticules (nomlire, adjetivo, etc., masetc. ) dcspués por tnarcad,ores se- culino, femenino, , mtínticos (animal, humano, etc., macho, hembra, etc.), y por d,íferenciadores, que determinenlas restríccíoncs de selección Por otra parte, cada tipo obedecerá a reglas de proyecciín, que determinen la transforrnación de una categoría en otra (por ejemplo, de un sustantivo en adjetivo, etc.). aqr¡í cómo en un diccionario corno éste aparece la -He palabra bach,el.or, para Ia que el idioma inglés distingue cuatro sentidos definidos aquí medianta mnrutdores semtintí¿os: bachel,or l, (objeto físico), (ser vivo), (macho), (adulto), (nunca casado); ( RS ) 2. (objeto físico), (vivo), (joven), (caballero), (que sirve bajo Ia bandera de algun otro) j <RS> dos Unidos. 6 Yóanse bibliografíu y ejemplos en T. 'Iodorov, Rey, Guilbcrt (op. cit., Bibliografía CONIPONENTES -"ttmaria). 3. (objeto {ísico), (scr vivo), (humano), (poseedor del diploma académico despuós dc sus cuatro pri_ lIB LA SEI\ÍANTICA EL ANALISIS DE ESTRUCTURAL ; ( RS ) 4. (objeto físico), (ser vivo), (animal), meros años de bachillerato) (macho), (foca), (sin hembra durante el periodo de l¡ producción); < RS > re- Evidentemente, los marcadores semánticos del tipo: objen t'ísico, animal, etc., casi no son más que las cate- gorías lógicas de Aristóteles repensadas, pero es difícil juzgar su pertinencia en tanto no se haya construido y hecho funcionar realrnente un diccionario de este tipo, lo que no se logrará pronto. Finalmente, las "categorías" tle Aristóteles son diez, los "géneros" de Wilkins son seis y sus "clases" son cuarenta, mientras que es muy claro que 'rmarcadores semánticos" del tipo que sírue bajo la bandera d,c algún otro o sin hembra durante el periodo d,e la reprod,ucción, eslán desprovistos de valor general y por lo mis. mo de poder clasificador. 3. La seruíntica generd. Rigurosa de otra ma¡era es la semántica generd,, concebida entre otros por Algirdas Julien Greimas, discípulo de [Ijelmslev y de Br{ndal. El autor, inspirándose en el modelo fonemático, reduce las unidades léxicas a una componente de unidades sémicas binarias. La obra debe recomendarse por su real fuerza de concepción y su gran rigor de exposición, cualidades que le serían reconocidas con mayor gusto si un cierto número de nociones triviales (tenía gue haberlas) no intentaran ser reconocidas como originales bajo una terrninología tan irritante como inútil. Finalmente, y esto es común a toda la "nueva gramática", neorraeionalista y deductiva, la práctica no está a la altura de la teoría. Rechazando los criterios positivistas e inductivos, COMPONENTES 1I9 Iljelmslev nos enseñó que un modelo se justifica por su simplícid,ad, y ,u t,J ,n"Aa" que debe dar cuenta de"ihorutiuid,ad, la totalida¿ á""., "r, i*-fr."fros observados; y. aungue rara vez fruyu ,o,,"tiao'"I ,,o..r.o por sí mismo sus propias hipóíesis u tu-p*llu a" to. necnos, a[ menos tuvo el cuidado de alirmar la pri. macla y la necesidad absoluta ¿A tividad. "iit".i"'i" "*huu.En esto fue raramente seguido por sus discípulos, quie-neq confiados en Ia univJrs"Uaia ¿" üRarór, casi no dudan en desdeñar..e incluso,"".iiiá* ü realidad en pro de un modelo ,,bien hecho,,E* ;r; menudo el caso de la semítntica estructural, q,r" _J .lirculpe autor: no me refiero tanto a é1, sino "l o rnétoao iryu originalidad y fecunrtidacl pod;r;; "" ;;;;;, aunque deploremos au, "*""ror. , Pero acabemos con un ejemplo: el sistema sémico de Ia "espacialidad,,, tal como es concebido por Greimas. _l otmer(roo:rrJJ.l I '";1T:i:11\ n,,,,on[]Il--.--l^11 , . 'll:',"o:l:'"l::;i;:;' .....-lI_I._-- voru,Í,en pcfspect I rrJi v;dcd /cr¡lo llr,r,l,¡..¿ $ruoso/delgadc ..,rcl:r....r.;^..¡ En un sistema de este tipo la noción de onclrura es definida por los ."*11. ,;)ateralidad, horizontalidad, dimensionalidad, espacialidad,,. , Tal descripción nos invita a haccr un cierto número oe oDservacrones ya presentadas en páginas prcccdentes. I enemos aqui un sistema conccptual y no léxico, estc estudio nace de Ia lógica y arnque cstá plenamente 120 LA SEMANTICA EL ANALISIS ESTRUCTURAL justificado, debe quedar claro que lo que estructura son las cosas y no las palabras. Se recurre a un sistema de seis semas para la definición de ocho conceptos, lo que postula respecto al con- junto de los hechos un tipo de descripción que com' prendería casi tantos semas como conceptos se tuvieran y, por lo mismo, todo lo contrario de un "sistema"; estamos lejos de los.casi 30 fonemas y 5 6 6 rasgos pertinentes del sistema fonológico básico. Definiendo la altura por la "verticalidad", la anchura por la "lateralidad", lo úrrico que -ce haee es substituir un signo con un metasigno y se instaura así una es' pecie de discurso tautológico sobre los signos (palabras o textos), que consiste en traducir a un lenguaje en ocasiones alambicado y hermético cosas que son a menudo muy claras. Finalmente, podemos ver que Ia lexicología no ha sacado nada hasta ahora del análisis cle componentes.d Dicho esto quedo persuadido de que constituye una de las aportaciones más positivas y más decisivas de la semiología moderna. El problerna no está resuelto, pero está planteado, y un libro como el de Greimas, a pesar de las reservas que hemos creído deber hacer, ha contribuido a esta' blecer la importancia de la cuestión y las implicaciones epistemol6gicas y metodológicas. Se pueden hacer dos grandes críticas al análisis de distribución y al análisis de componentes. 6 Sobre esto véase las críticas de J. Rey-Debove, en Etud,e linguistique iles ilictínnnaires lrangais contemporaíns. I2I Este último, que es un regreso a la tradición racionalista, supera ciertamente y renueva sus límites, en la medida en que el sentido es desde ese momento concebido como una enticlad estructural que obtiene sus propiedades de un sistema de oposiciones diferenciales. l\{as a pesar de esta rnutación decisiva del método an. tiguo, la sernántica estructural no evita la trampa men. talista de una confusión entre la lógica y el lerrguaje, entre las palabras y las cosas. Como se ha dicho, oponer silla y szllJó¿ por medio de "ausencia o presencia de brazos", largu.ra y altura por "horizontalidad o verticalidad", etc., son operaciones lógicamente muy eviclentes, pero nada de las cuales verifica Ia pertinencia lingüística. Ciertamente, el diccionario define sillón como "asiento con res- paldo y con brazos para una pt-.rsona" y esto prueba que los diccionarios se hacen a partir de criterios lógicos; pero el examen de Ios diferentes nombres de asientos muestra que esos criterios, por evidentes que sean, no son los que el idioma utiliza para conceptualizar y nombrar estos objetos. Ilasta observar ciertos nomb¡es motivados del tipo d,e: quebradora, mecdnra, porqu,ero, etc., para ver que ninguno se refiere al sistema en cuestión; esto cs vcrificado por Ia etimología de otros: Chaí"se ( catlteilra ('opa.a sentarse") tabou,ret ( tabouret ("pequeño tam- { conopeum ("con cortinas"), fau,teuil faldestoel ("asiento plegadizo"), etc. Así vemos que las relaciones entre Ias palabras no corresponden a las relaciones entre las cosas; la lógica del lenguaje no es la lógica de los lógicos. Esta observación condujo, desde tiempo, a reconocer la alngic| dad de los fenómenos lingüísticos; de ahí se originó bor"), canapé 3. Er a¡ÁLlsIS ETIMoLócrco ETIMOLÓGICO 1 122 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL el formalismo antimentalista y su rechazo de toda referencia a una lógica desprovista de valor crítico. Pero al hacer esto, el análisis de la distribución se condena, como lo hemos visto, a quedarse en Ia superficie del léxico, en un nivel en que las palabras, débilmente estructuradas, estallan en una multitud de pequeños "campos" aislados. Este fracaso fue le que acarreó la reacción mentalista de la actual semántica estructural. Esta ha comprendido que las estructuras podían formularse únicamente en la profundidad de cierto nivel de abstracción y de generalidad. Pero está en vías, a 1o que opino, de cometer un error filndamental al buscar estos "universales" del lenguaje en la lógica; y en especial, en las definiciones de los diccionarios que tradicionalmente son de origen lógico y no lingüístico. Este neo-racionalisrno es solamente un regreso a la "lengua filosófica" de Wilkins y de Leibniz, aunque el fracaso de esta última debería hacernos reflexionar. Así, la polémica actual: mentalismo contra antimentalismo, parte a mi juicio de una visión inexacta de la relación lingüística. Es verdad que esta relación es específica y que por lo mismo escapa de la lógica; pero es falso que sea aJógica. Entre el formalismo de los unos y en neo-racionalismo de los otros, debería existir un tercer camino que siguiera las huellas de una lógica de las palabras, distinta de la lógica de las cosas e in. manente al sistema. En euanto a mí, pienso que se la podría encontrar por medio de la etimotrogía, qüedando bien entendido que no se trataría aquí de una de{inición y de una clasificación etimológicas de las palabras, de tipo tradicional. EL ANÁLISIS ETIMOLÓGICO I23 Partiendo de esta idea, he tratado de definir, con el título de Structures étymologíq,ues fls lesique lrangais, un método de análisis estructural del sentido' Insisto en este punto, pues el título, intencionalmente ambi' guo, ha podido hacer pensar que se trataba de un estudio histórico. De hecho, la etimología está aquí al servicio de la sincronía y lo que está en cuestión es una de{inición de las estructuras sémicas de las pa' labras. No tengo la intención de oponer o de comparar siquiera este m6todo con el análisis de la distribución ó con el de los componentes. De hecho, pienso que los tres son complementarios, que cada uno veri{ica o comprueba a los otros clos o, en ocasiones, esclarece ciertos terrenos, ciertos problemas colocados fuera del alcance de los otros dos. La idea subyacente del método es que el contenido sémico de una palabra está en relación con el de su étimo. Pero tomemos un ejemplo: ¿Cómo definir el contenido sémico del engaño? El análisis de distribuci6n confrontará el conjunto de las distribuciones de la palabra. El análisis de cornponentes imaginará un sistema sémico ail hoc, cuya manera de hacer las combinacio' nes pueda dar cuenta de esta distribución. establecer un enga' que signifiqur,n; las palabras todas de inventario El análisis etimológico comenzará por fiar, engañ,o, engañ.ad,or, y a partir de la ctimología de cada una de ellas reconstruirá el sistema de estas catcgorías etimológicas. t'ctimotrógico" Este análisis y manera de ver las cosas luelve a plantear evidentemente cierto número tle cues- 124 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL EL ANALISIS tiones en términos nuevos: relación entre diacronía y sincronía, entre estructura e historia, entre motivación y arbitrariedad, etc. Nuestro ejemplo, por otra parte, da lugar a un cierto número de objeciones que ya hemos encontrado; una vez más estamos en presencia de un campo léxico reducido (el del "engaño") y no de un sistema propicio para dar cuenta del léxico en su totalidad. A falta de tal sistema, cuya realización es seguramente lejana, en el supuesto de que sea realizable, mostraremos en un nuevo ejemplo que el método está dotado de un gran poder de abstracción y generalización. En el ejemplo precedente, partimos de una noción (el "engaño") y mostramos que las palabras que lo expresan constituyen un sistema sémico; se puetle también adoptar el procedimiento inverso, es decir, rea. grupar en una clase etimológica todas las palabras que provienen de un rnismo étimo, cualquiera que sea, por otra parte, su sentido actual. Es lo que hicimos con las palabras que obtienen su sigrrificación de la idea de "golpe", entre las que se encuentran verbos, instrumentos y cosas o seres objeto de un golpe.T Estas palabras son muy numerosas y {orman un conjunto de una extrema variedad, cuyos t6rminos no presentan ninguna relación semántica inmediata. Pues ¿cuál podría ser el nexo "lógico" entre palabras tan diferentes como togué (tocado, chiflado), taquin (tacaño, díscolo), chíc (elegante, buena o gene7 l)istribución y transformación de la noción de "golpe", en Langue frangaise, núm. 4, diciembre, 1969, La sémantíque (editado por A. Rey), pp. 67-74. ETINIOLÓGICO 125 rosa persona)..., piquer (picar), tacher (manchar), tricher (hacer trampas) . . .) couryn (desprendiblc, cup6n), tanr¡ton (sello), tapin (tamborzuelo ), etc. ? ¿ Ninguno? El análisis muestra, sin embargo, que en francés todas proceden del étimo que primitivamente signifitodar un golpe", pasando por golpes específicos caLra (estocada, golpe cortante, golpe plano, golpes repetidos etc.), así como los objetos empleados para tales golpes y los resultados de las acciones correspondien- tes. En francés, un toqué es de hecho "el objcto (persona) con un golpe en la extremidad (en la cabeza) ", un tampoD cs "el instrumento u objeto que recihió un golpe clado con algo plano", ütquiner (molestar insistentemente) signilica 'odar golpecitas", croquer (masticar con ruido, morder cosas que crujen) y chiquer (masticar) es "ejecutar (un croquis o dibujo) a grandes trazos", etc., y si bien es cierto que toqué, tarnp'n y chic se hallan bien alejados y dispersos t'suen el eje horizontal, en la extremidad superior y perficial" del árbol taxonómico, en cambio, son muy vecinos en el eje vertical, como queda atestiguado, por lo deruás, con expresiones del tipo un coup d'éclat (hazaíta o proeza: como un golpe luminoso o "apantallador"), url coup de uin (golpe de vino: chispa), un coup d,e cala,rd. (golpe de depresión: momento de depresión), y otras más. IJn coup il'éclat es una "acción brillante", siendo el golpc la {orma metafórica de toda acción transitiva, t'hacer" y, secundariamente, de todo "trabajo". de todo TJn coup de calaril es un golpe (metafóricamente) recibido en la TJn coupon cabeza. d'étolle (retazo, cosa cortatla, "cupón" de L26 LA SEMJ.NTICA EL ANALISIS ESTRUCTURAL tela) es una porción separada de la tela por un golpe cortante; de ahí viene por analogía un coup ile oin, y otras expresiones semejantes. Partiendo de estos antecedentes, el modelo ha sido tomado para la formación de buen número de verbos que expres¿rn la idea de "dar un golpe": toquet, ta,quer, píquer, chíquer, ta.Wr, toper (tocar, nivelar, picar, mascar, golpear, darse la mano). No se trata de con{undir la sincronía (descripción de cambios lingüísticos a través del tiempo) y sólo proceder a definir las palabras partiendo de su étimo originai. No habremos de poner en duda la autonomía de esos dos ejes, pero lo que es cierto "en la superficie es el único nivel en que el análisis del discurso" -que hasta ahora-, deja de serlo en la Iéxico, se ha colocado "estructura profunda". En este nivel, al que nos permite acceder la etimología, vemos que la oposición deja de imponerse, que diacronía y sincronía coinci- den y que se organizan estructuras poco numerosas, sencillas y quizá universales, que "engendran" al conjunto del léxico, a partir de un número reducido de reglas de derivación. La reconstrucción de estas estructuras etimológicas (o elementales o profundas), Ia de{inición de las reglas de transformación a través de las cuales se acfualizan las palabras en la superlicie del uso, deberían aclarar el problema del sentido de una manera decisiva. El análisis de la distribución, es un enfoque que se qucda en la superficie del discurso, proclama la "alogicidad fundamental" del léxico; mientras que el análisis de los componentes, es un procedimiento que busca en la estructura profunda un reflejo de la Iógica general. La etimología estructural tendería a mostrar que hay ESTADISTICO I27 efectivamente una lógica del lenguaje, pero que obedece a reglas específicas y difcrentes de las de la lógica y que por lo tanto, no podrían ser aplicadas a una semántica que se proclama lingüística.8 4. Er- .lNÁrrsls EsrADÍsrrco La edición original de este libro comprende algunas líneas acerca de las características estadísticas del léxico. Las investigaciones en este terreno han avanzado mientras tanto. Deseo mencionar aquí mis propios trabajose no para darles un destino privilegiado, sino porque son los írnicos, a lo que tcngo entendido, que hayan intentado dar una definición cuantitativa de "sentido". Además, el interés de esta definición está en una concepción "componencial', que alcanza y en parte confirma plenamente los postulados de la "semántiea estructural" (clr. su- pra, p. 108). Pero, antes que nada, cierto número de observaciones. Las primeras, ya antiguas, se deben al lingüista nor" teamericano G. K. Zipf,to quien establece que la fre8 No es que haya dos lógicas, sino que la lógica de las relaciones semánticas se encuentra sometida a los azarcs de la situación histórica; es la misma situación que se da en fonética histórica, en donde se ve que las reglas fracasan constantc. mente, sin que por ello sean puestas en duda. e Pierre Guiraud, "Le substrat informationnel de In séman. tisation", Bull. Soc. Ling, de París,1954, pp.120-133; "Stnrctures aléatoires de la double articulation", ibill,,1963, pp. 97-114: "Structures élémentaires de la signification", ibíd., 1964, pp. 97- 114; "Structure aléatoire de la dérivation", en Structures étymologiques ilu, lexíque frangais, pp, 180-188. 10 Entre otras Human Behauíor and, the Princíple of Least Ellort (Cambridge, Mass., 1949). I2B LA SEMANTICA ESTRUCTURAL cuencia de las palabras en un texto o en un conjunto de textos corresponde a distribuciones estables. Así, las palabras clasificadas por orden de {recuencias decrecientes se distribuyen según una curva tal que eI producto del rango por la frecue¡rcia es igual a urra eonstante: rf : ccnstante. Además, hay una estrecha correlación entre el número de palabras de una frecuencia dada (es decir, empleadas l, 2, 3, etc., veccs) y esta frecuencia, las categorías de baja frecuencia llcvan consigo la maycr cantidad de palabras; así, en un texto que comprcnde 600 palabras ernpleadas I sola vez, se encontrarán 200 palabras empleadas 2 veces, 100 palabras empieadas 3 veces, etc. y estas proporciones son constantes y uni' versales: nf' : constante. Estos índices fuero¡r precisados desde entonces 1.. la universalidad de estas relaciones fue comprobada y reconocida como una propiedad del discurso. Se notará que Ias dos ecuaciones no son más que formas diferentes de una misma relación y que se puede economizar la primera" Tarnbién, que esta relación no es una propiedad úni' camente del lenguaje, sino que se encuentra igualmente en muchos fenómenos económicos, sociales y naturales: distribución de las clases de ingresos, tle los comercios en función de su número de ventas, de las ciudades en función del número de sus habitantes, de las cabinas telelónicas en función del número de llamadas, etcétera. A estos hechos, que he estudiado yo mismo en tlna r:bra intitulad,a Les caractéres sta't*tiques d'u aacabulaire (Paris, 1954), como otros investigadores, he agregr,do después nuevas observaciones. EL ANALISIS ESTADfSTICO t29 Así, Zipf había ya notado que la frecuencia de una pe.labra está ligada a su complejidad fonética: cuanto más larga es una palabra, es menos frecuente. Yo misrno precisé esta observación mostrando que el núrnero de {onernas de una palabra es proporcional a su conteniclo de información (es decir, logaritmo de su pro- babiliclad) según la fórmula : ;':'f k+L constante.ll Una vez establecida esta distribueión, es fácil mostrar que está en relación directa con las dos ecuaciones de Zipf y to«lo ocurre, pucs, como si la frecuencia de las palabras fuera determinada por el nírmero de fonemas que las componen. Sin embargo, esta hipótesis que yo concebía en esa época está lejos de ser satislactoria. Intuitivalnente y a príori se inclina uno a imaginar que la selección de una palabra y por Io mismo el número de sus usos debería ser determinado por su significación y no por su forma fónica. ZipI había notado ya, además, que el número de seutidos que puede tomar una palabra es proporcional a la raíz cuadrada de su frecuencia, Yo mismo verifiqué y precisé esta relación, mostrando, a partir de un análisis de Ios diccionarios, que el número de palabras que tengan l, 2, 3, ctc., sentidos distintos obeCece a una distribución constante y que es además cle l¿ misma forma que Ia ecuaciírn de Zipf ; que esta misma Iey determina la distribución de los derivados morfemáticos, es decir del número de raíces rr Donde k es eI número de {oneuras y donde + I reprosents un signo suplementario que marca el fin de la palabra. Por ejemplo, lo blanco de la esc¡itura o cualquicr otra marca. 130 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL que son representadas por 1, 2, 3, etc,, palabras obtenidas por sufijación, prefijación, composición. Finalmente, esta distribución comírn a los derivados semánticos y a los derivados morfemáticos es la misma que la distribución "géneros-especies" de Willis, que *.§o': § c6\OLn\.)o F-r-@cOñl t-.) incompleto Fl §¡e determina en las taxonomías naturales el número de géneros (botánicos, entomológicos) representados por 7., 2, 3, especies. Se ve, pues, que los diferentes sentidos de urra pattgénero" labra serían como Ias ttespecies" del constituido por esta palabra; e igualmente, los dilerentes derivados morfológicos como las "especies" del "género" que scría Ia raí2. Estas observaciones reproducidas de acuerdo con mis Structures étymolngiques du lexique lrangais (p, 183), figuran en el cuadro de la página siguiente. Del conjunto de estos hechos, que no podemos anali- zar aquí, se desprende q¡re hay una relación directa entre el número de sentido de una palabra y su frecuencia y que esta relación corresponde a una dist¡ibución constante y universal. Pero, como además esta frecuencia está ligada al número de fonemas de la palabra, resulta de ello quc hay una relación entre el número de sentidos de une palabra y su número de fonemas. relación que por lo dernás es fácil de establecer y de observar. Entonces se presenta a nue,ctra mente la hipótesis de que esta frecuencia es determinada por la forma sé. mica del sigaificado y no por la forma fónica clel significante, pero que estas dos formas son homólogas. Es decir, que el significado está formado por un "paquete de semas", así como el significante lo está por un "paquete de fonemas" y que existe un "sistema sémico" qP "§bo m §§ 'F§ "tJO :§ b§ o § §.§ s oÉ §§§ EÑ tO C\¡ co -t x ao ob NXC É\ QtllQi\O-cOsfO\Oros, OOO\O!rC.lFiFr § CO q\ O\ f-1 6t O <S '-l F- @ tO Fr O\ F-r ¡ñ O cñ rO t., r-{ -i r-t aaaQ\Q¡-6\¡o.rc_r.ñ\r QOf,Or<iC{-É r+ '-rC\cO<¡lO\OC-@O\OO ._-t É + Núme¡o de I deriuilas por pdabra moilelo 1 600 2 r80 k¡iudas setruínrtcos 5?8 189 109 4 ileriodos morfológi,cos 500 205 toz 3 90 4 40 26 4t 6 .7 17 12 19 4L 28 8 9 9 7 t5 l0 t4 l0 3 6 5 17 5 5 10 +r0 5 t4 27 6 34 gAletos/ especi* 573 t76 85 36 20 (.) o 5 lú t! + a 132 LA SEI{ANTICA EL ANALISIS ESTADISTICO ESTRUCTURAL que es de la misma naturaleza (formalmente) que el Número tle'osefias" sistema fonemático. Queda ahora por imaginar una matriz matemática, ciones que poseemos. La fonemática permite imaginar un sistema de 32 o'unidacles sémicas", combinadas "disemas" (semas dobles) con Ia regla de que una misma unidad sémica no pudiera ser utilizada dos veces en una misma "palabra"; en seguida, cor¡binemos las t'palabras" así obtenidas, entre ellas, con la regla de Ias "palabras" combinadas en un mismo sintagma no pueden tener un mismo sema en común. Se obtiene entonces la matriz siguiente, que da el nírmero de "palabras" compuestas de 1. 2,3, ...,16 semas y en cada categoría el número de con..binaciones posibles con las otras "palabras" del sistema. l\{atriz de las cornbinaciones de un sistema de 16 elementos: Si se admite que estas combinaciones "sintáctieas" definen los diferentes sentidos de la ttpalabra", se obtie12 Estos contenidos son dados a modo de ejemplo, pero no se debe prejuzgar sobre la naturaleza de estos "semas"; en cfecto, todo hace pensar que se trata sin duda de elementos de código vacíos, necesarios (y universales) en cuanto a la Iorma de sus combinaciones, pero investidos de un sentido contingente. 720 64 .) ao 13 tf 550 I 850 4 300 B 000 11 400 12 000 11 400 B 000 4 300 I 850 550 120 15 16 I6 1 6 7 ó 9 Imaginemos ahora que formáramos "palabras" a partir de todas las combinaciones posibles de estos 16 Número z 5 Estas 32 unidaCes serán puestas en 16 parejas binares de oposiciones tales que en un misrno significado pueda aparecer uno solo de los miembros cle Ia pareja; por ej emplo : animado / inanímado, actor / proce so, etc.a2 t0 11 t2 i.1 ile "sentil.los" signos I OO LLO 4 según un cierto número de reglas. Número de 16 1 un modelo, que dé cuenta del conjunto de observa- t 16 o (t \ 2 I ne entonces, iripotóticamente, el moc'lelo del número de l,2,3, etc., sentidos, inodelo que corresponde estrechamente a la distribución observada a par- palabras con tir de una compilación de los diccionarios. Se notará que el sistema sémico está cerrado (16 discmas) ¡' que el número <\e sentídos está ligado no al nírmcro de semas de Ia palabra sino ¿rl númcro de scnas auscrr- tes de Ia palabra. Así una pllabra compucsta por Z semas implica 9 semas ausentcs (11¡ 7 9) y ósta es la cifr¿ que determina cl nú¡nero de relaciones sin- -- tagmáticas que puede estableccr misrno sus sentidos. - lir palalrra y por lo I34 LA SEMANTICA ESTRUCTURA.L EL ANALISIS BSTADISTICO ]35 Se comprende, pues, por qué el número de sentidos es inversamente proporcional al número de semas, y como éste últirno es inversamente proporcional a la probabilidad, resulta de ello que el número de sentidos es proporcional a la frecuencia. Esto es lo que muestran los datos inmediatos e intuitivos de la observación, los cuales nos dicen que una palabra muy general (por ejemplo hacer, animal, ete.) tiene un débil contenido sémico, pero en cambio un gran número de sentidos y una frecuencia grande. Lo inverso es verdadero para una palabra específica (por 0 veces, Ias salidas I vez, las salidas 2 veces, etc., para obtener las palalras salidas por lo menos I vez,Z, B, etc., veces. Estos cálculos arrojan resultados sorprendentemente próximos a todas las observaciores q,re hu, podido hacerse hasta ahora y comprueban tanrbién el ejemplo contornear, pequinés, etc.) . El interés de nuestro análisis está en cuantificar estas observaciones e interpretarlas. Así, si la frecuencia está detenninada por el número de se"mas que constituyen Ia palabra, se podrá calcular la probabilidad de cada sema que es condicionada por la forma de la matriz;13 en este caso 0,144, Io que corresponde una vez más, notablemerlte, a la realidad a un texto dado, no solametrte el número de palabras empleadas 1,2,3, etc., veces, sino, en cada una de estas categorías, el número de palabras que tengan 1, 2, 3, etc., {onemas, el número de palabras que tengan Ir 2,3, etc., sentidos. o]:servada. Así tenemos 16 categorías morfológicas (de 1, 2, 3, . ,., 16 semas) gue eomprenden cada una un nírmero determinado de palabra (16, 120, 550, etc.) así como una probabilidad dada (0,1M2; 0,1443; partir de la fórmula de Poisson y para un texto de una longitud determinada, calcular? en cada categoría, el número de pa" labras que deben salir 0, L, 2, 3, etc., veces. Finalmente, se sumará el conjunto de las palabras salidas 0,1441, etc.). Se puede entonces, a 13 Si se admite que la "palabra" lleva consigo lln sema suplementario de límite de "palabra", se tiene: 16 p2 * 120 pB f * 550 pa, .., + I paz = I, Io que da p = 0,144, siendo p la probabilidad de un sema. conjunto de las distribuciones que describimos anteriormente, Estos cálculos son evidentemente fastidiosos, por lo cual está en eurso un programa cuyo objetivo es el de confiarlos a una computadora. Ya desde ahora se puede esperar que tal programa generará, respecto No se poclría afirmar, en el actual estado de cosas, que este modelo corresponda a la realidad; da cuenta de la realidad, pero sin duda se podría, haciendo varia¡ los diversos parámetros (número de semas, reglas de combinación, redundancia) construir otros modelos que satisficieran esas mismas condiciones. Dicho esto, y este es el punto importante, tales modelos serían probablemente del mismo tipo del que hemos presentado aquí. Es pues muy razonable irnaginar que la conceptu¿rIización se opera a partir de las combinaciones de un pequeño número de unidades sémicas, núrnero que podría ser aproximadamente de 32, o de 16, rnodificando las exigencias de la matriz. Estos semas representan, en el nivel de los significaclos. un sistema que es análogo en el nivel del significante. al sistema fonemático 136 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL EL ANALISIS Finalmente, se puede imaginar que estos mismcs ESTADISTICO 13? que si contenidcs tan variados pue¿len adoptar la mismu semas son construidos a partir de combinaciones de un pequeño número de signos binarios que corresponderían forma, quiere decir que esta formulación a los "rasgos pertinentes" de la fonemática; el número de estos elementos de semas sería 5 en el caso r.le un sistema de 32 semas y 4, en un sistema de 16 semas.la Sin ir más adelante en el análisis de este modelo y indica que podría traLlrse de un sistema de código mental, cuya naturaleza sería determinada por Ia fisiología de la percepción. Las 4 ó 5 señales cuyas combinaciones imaginarnos en 16 (ó 32) semas podrían corresponder a canales cerebrales en relación con nuestros sentidos. Y este entrecruzamiento de cornbinaciones corlstituiría la llazón e impondría su forma única y univelsal a toria de sus implicaciones, para terminar, deseamos hacer algunas observaciones, Este modelo confirnra las tesis de la semántica de los componentes, postulando un pensamiento "discreto", cuyas formas conceptualizadas son producto de elementos de significación distintos. Pero postula, al mismo tiempo, que dicho sistema sémico debería ser muy reducido y muy abstracto y que no podría tratarse de nociones tan complejas y por tanto superficiales como ttlateralidad", ttasiento ttjoven brazos" sin o depeude de un mismo mecenismo y de una misrna {unción. Todo realidad conceptualizada, cualquiera que {uera su con. tenido. Esto explicaría Íinalmente, cutre otras cosas, la homología del sistema significado y dcl sistcma significante. Otro problema es planteado por la definición clel mac]ro senticlo. Está claro que se trata de una relación; no rle sin hembra en el momento del celo", etc. Estos semas son en realidad pocos (quizá unos 30) ; dicho esto, nuestro análisis no prejuzga respecto a su contenido, Podría tratarse de Ias "categorías" de Aristóteles o de cualquier otro sistema. Es igualmente difícil decir si tal código es universal en el nivel de las un contenido de la palabra, sino de propiedades sin. "estructuras profundas" o si varía con los lenguajes y las culturas. Otro problema queda plaateado por Ia generalidatl de estas distribuciones, las cuales, como se ha dicho, no son prcpias únicamente del Ienguaje sino también de fenómenos económicos, sociales, naturales. Parece ]a Se sabe que el código genético se basa sobre un sistema de 4 elementos. El problema, todavía no resuelto, de saber si Ia base es 5 ó 4 es muy importante, pues en el segundo caso se pueden imaginar sistemas binarios, tácticas en potencia y que definen las posibilidades de combinarlo con las otras palabras del sistema. Sin embargo, esto no significa que las palabras no tengan contenido, como lo proclama la mayor parte de los estructuralismos. Los conceptos tienen un contenirio sérnico en la medida en que son resultado de una combinación de semas, y son precisamente estos semas los que determinan las posibiliclades de relación de la pa. labra, es decir sus sentíd,os. Semas y sentid.os constituyen pues, dos entidades distintas. Se notará además, que el modelo que da cuenta de la relación entre los sentidos y Ins frccucncia.s postula que e\ núntero tle los sentidos ¡to es iletelmin¿rclo por el uúmero de semas contenidos cn la palrrl,ra (al menos directamente) sino por cl número de log 138 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL serws q.usentes de la pala.bra. Esto es lo que explica que cuanto más complejo sea el contenido sémico de una palabra, más disminuye el número de sus sentidos, al mismo tiempo gue disminuye su frecuencia. Diré finalmente una palabra sobre el contenido de estos semas. Las definiciones de los diccionarios nos remiten generalmente a términos cada vez más generales, hasta el momento en que giramos e¡r redondo. Así, golpe es definido por "mouimiento por el que un cuerpo va a chocar con otro"; m.ouimiento por tocambio de posici6n en el espacío en función del tiempo"; espacio por t'medio ideal, caracterizaclo por la exterioridad de sus partes, en el cual son localizadas nues- tras percepciones y que contiene, consecuentemente, todas las extensiones finitas" (Lalande). En este nivel encontramos nociones tales como: fier¡¿po, espacio, identidad,, negacün, relacün, stutqncia, eteétera. Y estas nociones no pueden ser definidas, son axiomas. Es muy probable que el sistema sémico imaginado por nosotros constituya una axiomática. Si este fuera el caso, se plantearía entonces el problema de saber si dicha axiomática es universal y si la semántica es una o si hay, por el contrario, varias semánticas, como o geometrías no eucli- existen lógicas no aristotélicas BIBLIOGRAFÍA SUMARIA E. Benveniste, "Nature du signe linguistique", Acta Linguístíca, I, 1939. "Les problémcs sémantiques de la reconstruclian", Word,, -, dic., 1954. M. Bréal, Essai de shnantique. Science tles signilicatíons, París, 1897. R. Carnap, Introd,uctíon to Semantics, Cambridge, Mass., A, Darmesteter, La oie d.es mots, París, 1886. G. Esnault, Imagination populaire, 19i12. métaphores occídentales, París, 1925. A,-J. Greimas, Sémantique structurale, 1966, L, Guilbert, "Le lexique", Langue Frangaíse, nírm. 2, 1969. P. Guiraud, La stylistique, <<Que sais-je?», núrn. 646, París. La sémíologie, 1971. --, Structures étymologiqucs tlu lcxiquc lranr;ais, 7967. .I.-J. -, Katz, La philosophíe tlu langage, trad. 1971. .A. Korzybski, Science and, Sanity. An Introduction to Non-Aris- totelian Systems and General Sem.antícs, Lakeville, Conn. G. Matoré, La méthod,e ea lexícologie, París, 1953. A. Meillet, Línguistíque lústorique et linguistique générale, París, 1921. G. Mounin, Clets pour la linguistique, 1972. Clr. Morris, Foundotínns of the Theory ol Signs. Kr. Nyrop, Grammaíre hístorique d,e la langue frangaise. A, dianas. I\f. Pero si las sustancias de estos sistemas pueden variar segírn las culturas, parece que su forma queda siendo condicionada por las necesidades de una razón natural. F. l{: Sémantique, Copenhague, 1913. 'lV, Read, "An account of the word Semantic§', World' IV, 1948. Sch6ne, La oie et la m.ort iles mots, Que sais-je?, nírm,270, París. de Saussure, Cours de lingui.stique génórale, París, Lausa- na, 1916. A. Rey, "La lexicologie", Lectures, París, 1970. émantique", Inngue frangaisc, núm. 4, 1969. Rey-Debove, Etude linguistique et sémiotíque des dictíonJ. -,"La tnires lrangais contetnporaín, 1971. L. Spitzer, Essays on Historical Semuntícs. 139 140 BIBLIOGRAFÍA SUMARIA G. Stern, Iúeaning anil Change of Meuning. With Specíal Re. ference to the Englísh. Language, Goteml-rurgo, 1931. T. Todorov. "Recherches sémantiques", Langages, núm. l, 1966. S. Ullmann, The Principles ol Semantícs, Glasgon, 1961. Précis de sémantique franqaíse, Berna, 1952. ÍNDICE Introducciírn l. -, Las tres semánticas 9 2. La semántica Iingüista I1 I. La significación: el proceso I6 semántico 1. Signos y significación 2. Signos y símbolos 3. El significado lingüístico: sentido y t6 18 con- 22 27 ccpto 4. Sentido y rclación 5. Arl¡itrariedacl 6. Conclusión oo y motivaciírn ,1 II. La signilicación: la función 36 semántica l. Sentidos y efecto del sentido 2. La creación semántica 3. La evolución semántica 36 43 45 . 49 III. Los cambios cIe sentido: sus formas 1. La retórica: un inventario descriptivo 4,9 2. La forma lógica de los cambios de scntido 50 3. La forma semántica dc los camJrios dtr sentido IV. 5I Los cambios de sentido: sl¡s c¿utsits 1. La nominación . 2. La cvolución del scntido 3. Clasificación de Ias cartsus 141 . (¡i> 65 1t . 80 INDICE 142 V. Puntos de vista de estructura 1. Lengua y estructura 2. Motivación interna y motivación externa 3. Los campos lingüísticos de Trier . 4. En torno a Trier 5. La Iexicología de tr{atoré 6. Esferas de pensamiento de Sperber 7. Las encrucijadas lingüísticas de BelinMilleron B. Los campos semánticos VI. La t. semántica estructural 84 B4 B6 BB 9I 92 97 99 100 102 EI análisis de Ia distribución 103 2. El análisis de componentes 3. El análisis etimológico, 4. El análisis estadístico . 110 Bibliogralía surnaría Este libro se acabó de imprimir el día 22 de abril de 1976 en los talleres de Grófica Panamericana, S. de R. L., I'arroquia 911, México 12, D. F. Se tiraron 10000 ejemplares y en su conposición se utilizaron tipos Bodoni de 6:7, B:9 y 9:10 puntos. La edición estuvo al cuidado de Tomás Acosta Mejía. 120 727 <l{ 139 m -pr n