Subido por SOCIALES ONCE B

apuntes R internacionales.

Anuncio
Apuntes.
La geografía, para Braudel, debe aterrizar en la sociedad, explicárnosla, junto con la coordenada del
tiempo; relatar y delatar razones de ser, de estados actuales; exponer detalles como el tipo de
alimentación del hombre, su manera de vestir, lo que canta, la lengua que habla, lo que piensa, lo
que cree (Braudel, 2002).
sus tres hilos conductores espacio, sociedad y tiempo, se hallan en un paralelismo y reciprocidad,
cual si fueran categorías interrelacionadas para su existencia.
La geohistoria vincula en una misma palabra, en un monomio, al espacio y al tiempo. Da vida a dos
ciencias “vecinas”, como diría el autor, a la geografía y a la historia. Aún más, plantea explicaciones
sociológicas, antropológicas y económicas a partir de ella, pues “puede y debe entablarse un diálogo
entre las diferentes ciencias humanas: sociología, historia, economía” (Braudel, 1986: 48).
La historia se combina con la geografía para la explicación de lo que sucede en el transcurso del
tiempo, de lo que resulta de la relación sociedad- naturaleza.
Por su parte, John Holloway menciona que “es esencial ver a la historia con relación no sólo al
pasado, sino al proceso continuo del desarrollo social […]. La historia no es más que el movimiento
de la lucha de clases, definiendo y redefiniendo los frentes de batalla entre clases” (Holloway, 1991:
236). Esta concepción abarca no sólo el presente y el pasado, sino que los contempla también para
la construcción de escenarios del desarrollo social y territorial y con ello permite hacer
observaciones prospectivas.
Las prácticas espaciales dan forma al espacio y, a su vez, se combinan con otros para crear regiones
nodales, homogéneas, virtuales. La práctica espacial, dice Lefebvre, “consiste en una proyección
sobre un campo (espacial) de todos los aspectos, elementos y momentos de la práctica social [el
autor argumenta que estos se encuentran separados unos de otros, pero que no significa que] el
control general sea abandonado ni por un momento” (Lefebvre, 1991: 8).
debería promoverse la realización en profundidad de historias regionales en áreas que se insertaron
en forma diferenciada dentro de los procesos dominados por los sectores primarios exportadores.
El éxito para el planteamiento de una cuestión regional, continúa el autor, está en reconocer en “la
formación económico-social su carácter de “procesador” de las causas “externas” sobre la
organización territorial nacional” (Coraggio, 2010: 30). Además, a estas fuerzas externas también es
necesario agregarles los resultados. Es decir, la reorganización que implica en el territorio cierta
acción que lleva a hechos sociales, resultantes.
La región, especialmente desde la geografía, tiene una formación histórica, “es un concepto
histórico, politético, cuyo significado se modifica por circunstancias de tiempo y lugar […] espacio
privilegiado de investigación; pero supone un planteamiento previo de problemas a partir de teorías
y conceptos ‘transregionales’; se trata de un recurso metodológico de particular importancia” (Peña,
1991: 126).
Ligar región con historia parece cosa básica, obvia, sin embargo, es necesario considerar contextos
(energías macro y microformadoras, desde la sociedad local y desde el mercado y/o Estado
respectivamente, productoras de espacio y región), tiempos y espacios específicos, es importante
investigar procesos empíricos y en particular su historia (Coraggio, 2010).
Descargar