Características del teatro en el Renacimiento español Es en el siglo XVI cuando el teatro en España inicia un periodo de auge que culminará en el siglo XVII. Características del teatro renacentista: -El teatro se desarrolla en las cortes y palacios con gran despliegue de medios y acompañado de danza y música con espectacular vestuario. -El teatro renacentista tiene como característica principal la imitación de los autores clásicos grecolatinos. -Los géneros tratados son la tragedia, el drama y la comedia. -Los preceptistas del Renacimiento seguían en todas sus obras la regla de las tres unidades, basándose en la Poética, de Aristóteles, y exigía que la obra teatral había de tener unidad de acción y debía desarrollarse en un día como máximo y en un mismo lugar. -A lo largo del siglo XVI, el teatro adoptada modalidades religiosas (representaciones en los templos y en las procesiones del Corpus), palaciegas y estudiantiles (con temas pastoriles, caballerescos, clásicos, alegóricos ..) y populares. -El teatro español renacentista comenzó sus cimientos con una serie de escritores que construyeron lo que después sería el teatro moderno de España y muchos de ellos trabajarán juntos durante ciertos períodos de su vidas. -Durante esta mitad de siglo irá surgiendo lo que denominamos como compañías profesionales influenciadas por las compañías de teatro italianas. Autores de la primera mitad del siglo XVI: Juan del Encina (1468-1529): denominado como el patriarca del teatro español o padre de la escena castellana. Gil Vicente (1465-1539): este portugués utilizó tanto la lengua española como la portuguesa en sus comedias y farsas profanas o religiosas.. Torres Naharro (murió hacia 1524): con obras como Soldadesca. Juan de la Cueva (1543-1612). Fue el mayor precursor del teatro y anticipó en parte lo que años después definiría Lope de Vega, debido a las novedades que introdujo en sus obras. Incorporó, así, en la escena temas de asunto nacional y de la época medieval exaltando el patriotismo castellano; mezcló en la misma obra momentos trágicos con momentos propios de la comedia, y también, dentro de la misma acción de la pieza, aparecieron personajes nobles con personajes plebeyos. Además, dividió su obra dramática en cuatro actos, reduciendo así la tragedia clásica de cinco actos o jornadas a cuatro. Algunas de sus obras más representativas son la tragedia de Los siete Infantes de Lara o La muerte del rey don Sancho. Lope de Rueda (1510-1565). Es sin duda el autor más representativo. En 1554 crea su primera compañía cosechando un gran éxito. Sus obras más logradas son los pasos, breves piezas que, en un principio, formaban parte de obras mayores, obras tan conocidas como Las aceitunas o La tierra de Jauja. En ellas, los protagonistas son caricaturas de personajes cotidianos del pueblo (el criado, el bobo, el amo...) con los que cualquiera de los espectadores se podía identificar. Miguel de Cervantes (1547-1616): Miguel de Cervantes. El teatro fue la gran vocación de Cervantes. Su carrera literaria comenzó cuando estaba surgiendo la gran demanda del espectáculo teatral y ya se vislumbraba claramente el cambio en las obras teatrales. Él, de educación renacentista, escribió obras de teatro según los preceptos clásicos, como Numancia o Los tratos de Argel. Cervantes escribió también ocho entremeses y con ellos se pueden definir claramente los rasgos más definitorios de este género, superando con acierto el género de los pasos inaugurado por Lope de Rueda, pues Cervantes crea, con trazos breves y certeros, una galería de tipos inolvidables, enredados en conflictos. Suponen un retrato costumbrista de las clases populares de su época. Ejemplos de estos entremeses son El retablo de las maravillas o El juez de los divorcios.