Subido por INES ALEXANDRA LOZANO CUEVA

Desarrollo del juicio oral

Anuncio
EL JUICIO ORAL
1. Sujetos procesales que intervienen en el juicio.
1.1.
El juez o el juzgado colegiado
La etapa del juicio es dirigida por el juez de juzgamiento o por los jueces que integran
el juzgado colegiado, solo que, en éste último supuesto, los jueces alternan la dirección
del debate, que en cada caso recae en uno de los miembros del colegiado y no
precisamente en el Presidente como lo establece el artículo 363 inciso 1 del NCPP, sino
como lo prescribe el numeral 2 de la misma norma.
La dirección del debate no supone que los otros integrantes del colegiado dejarán de
participar del juicio, ni que las decisiones de las incidencias que se producen en su
desarrollo o la decisión final del juicio recaigan exclusivamente en el director de debates;
sino que, por el contrario, las decisiones incidentales y la decisión final del juzgamiento
se adoptara, por los tres integrantes del juzgado colegiado; siendo además, que tales
decisiones se adoptarán por mayoría, y solo para imponer la cadena perpetua se
requerirá decisión unánime, conforme lo prescribe el artículo 392.4 del NCPP.
La dirección del debate supone: cautelar que los sujetos procesales ejercitan sus
atribuciones, impedir que las actuaciones se desvían hacia aspectos impertinentes o
inadmisibles, ceder o limitar el uso de la palabra a las partes y a sus abogados, fijando
limites igualitarios para ellos de acuerdo a la complejidad o naturaleza del caso, o
interrumpir a quien hace uso manifiestamente abusivo de sus atribuciones.
En cuanto al poder disciplinario y discrecional que ejerce el juez de juzgamiento, el
artículo 364 establece lo siguiente:
a) El poder disciplinario permite al Juez mantener el orden y el respeto en la sala de
audiencias, así como disponer la expulsión de aquél que perturbe el desarrollo del
juicio, y mandar detener hasta por veinticuatro horas a quien amenace o agreda a
los jueces o a cualquiera de las partes, sus abogados y los demás intervinientes en
la causa, o impida la continuidad del juzgamiento, sin perjuicio de las acciones
penales a que hubiere lugar. En el caso que un acusado testigo o perito se retire o
aleje de la audiencia sin permiso del juez o del juez presidente, se dispondrá que
sea traído a la misma por la fuerza pública.
b) El defensor de las partes podrá ser expulsado de la sala de audiencias, previo
apercibimiento. En este caso será reemplazado por el que designe la parte dentro
de veinticuatro horas o, en su defecto, por el de oficio.
c) Cuando la expulsión recaiga sobre el acusado, en atención a las circunstancias del
caso se dictará la decisión apropiada que garantice su derecho de defensa; y tan
pronto autorice la presencia del acusado en la sala de audiencia, se le instruirá sobre
el contenido esencial de aquello sobre lo que se haya actuado en su ausencia y se
le dará la oportunidad de pronunciarse sobre esas actuaciones.
d) Cuando se conceda al acusado el derecho de exponer lo que estime conveniente a
su defensa, limitará su exposición al tiempo que se le ha fijado. Si no cumple con
las limitaciones precedentes se le podrá llamar la atención. En caso de
incumplimiento podrá darse por terminada su exposición y, en caso grave, disponer
se le desaloje de la sala de audiencias. En este último supuesto o cuando el acusado
se muestre renuente a estar presente en la audiencia, la sentencia podrá leerse no
estando presente el acusado, pero, con la concurrencia obligatoria de su abogado
o del defensor público, sin perjuicio de notificársele posteriormente.
e) El poder discrecional permite al Juez resolver cuestiones no regladas que surjan en
el juicio, cuya resolución es necesaria para su efectiva y debida continuación.
1.2. El fiscal
La presencia del fiscal es ineludible durante todo el desarrollo del juicio, desde su
instalación hasta la conclusión de los alegatos y la autodefensa material del imputado,
pues, el artículo 359 establece la presencia ininterrumpida del fiscal, sin que se indique
alguna excepción a esta regla, y el artículo 369 también se refiere a la presencia
obligatoria del fiscal para la instalación de la audiencia del juicio oral; en tanto que, el
artículo 346 inciso 1 del NCPP, referido a la lectura de la sentencia, establece que ésta
será leída ante quienes comparezcan, de forma tal que, en la lectura de sentencia la
presencia del fiscal es facultativa.
Esta regla de la presencia obligatoria del fiscal en el juicio, se complementa con la
facultad del juzgador para excluir al fiscal en los siguientes supuestos:
- Cuando sin medir causa justificada se ausenta de la audiencia.
- Cuando no concurra a dos sesiones consecutivas o a tres sesiones no consecutivas.
En estos supuestos se le requerirá al fiscal jerárquicamente superior, para que designe
al fiscal remplazante, conforme a lo prescrito por el artículo 359 inciso 6 del NCPP.
1.3. El abogado defensor del acusado
Al igual que el fiscal, la presencia del defensor del acusado es obligatoria desde la
instalación de la audiencia hasta antes de la lectura de sentencia, conforme se
establece el artículo 359 del NCPP, y es por ello que, en el inciso 5 de esta misma
norma se establece la exclusión del abogado cuando se ausenta injustificadamente de
la audiencia.
Esta exigencia para el abogado defensor del acusado tiene por finalidad garantizar el
principio de igualdad de armas y el derecho de defensa del acusado, que requiere de
una defensa técnica para todo el debate del juicio oral; a tal punto que, incluso para
renunciar a la defensa, el abogado deberá comunicarlo al juzgador en el término de 24
horas antes de la realización de la audiencia, como lo establece el artículo 85.4 del
NCPP.
1.4. El actor civil
La concurrencia del actor civil y su defensa no es obligatoria para la instalación del juicio
oral, pues el artículo 369.1 del NCPP, establece que solo es obligatoria la presencia del
juez, el fiscal, el acusado y el defensor de éste, y el inciso 2 de la misma norma reafirma
que la inasistencia de las demás partes y órganos de prueba citados no impide la
instalación de la audiencia; sin embargo, considerando que la condición de actor civil
otorga mayores facultades a la víctima del delito (Art. 104 y 105 del NCPP) y que la
constitución de la víctima en actor civil supone un esfuerzo procesal (por mínima que
sea este esfuerzo) que se tramita conforme a los artículos 98 a 103 del NCPP; el actor
civil y su abogado deberán concurrir al juicio para sustentar y exponer su teoría del caso
resarcitoria y producir la prueba necesaria para alcanzar su pretensión de reparación
civil y de justicia, ya que de no presentarse para la instalación del juicio, o de no concurrir
a dos sesiones del juicio- consecutivas o no consecutivas- se tendrá por abandonada
su constitución en parte, tal como lo prescribe expresamente el inciso 7 del artículo 359
del NCPP.
Esta suerte de exclusión del actor civil o de su condición de parte carece de un sustento
material y reafirma aquella frase de que la víctima es la olvidada del sistema penal,
pues, lo correcto habría sido que se excluya a su abogado, para que la víctima designe
a otro abogado o en su defecto se le asigne un defensor público.
Para salvar esta deficiencia de la norma procesal, el fiscal en su calidad de
representante del Ministerio Público y defensor de la sociedad en juicio, tiene el deber
de velar por la persecución del delito y de la reparación civil; y en merito a ello, aun
cuando el artículo 11 inciso 1 del NCPP establece que si el agraviado se constituye en
actor civil, cesa la legitimidad del Ministerio Público para intervenir en el objeto civil del
proceso; el Fiscal de todos modos debe incorporar el objeto civil en su teoría el caso
(acusación), a fin de poder sustituir al actor civil cuando éste es excluido del proceso a
nivel del juicio oral.
Por otro lado, en el desarrollo del juicio el abogado del actor civil tiene prerrogativas
para realizar alegatos de apertura (artículo 104 y 371 inciso 2 del NCPP), para interrogar
y contrainterrogar órganos de prueba (Artículos 104 del NCPP que alude a la
participación del actor civil en los actos de prueba) y finalmente para realizar alegatos
finales, como lo establece el artículo 386 inciso 1 literal b) del NCPP.
1.5. El tercero civil
La comunicación del tercero civil a la instalación del juicio tampoco la obligatoria, pues,
conforme al texto del artículo 369. 2 del NCPP, su inasistencia no impide la instalación
del juicio; y así mismo, el artículo 359 inciso 7 establece que, durante el desarrollo del
juicio, si el tercero civil no concurre a las sesiones de audiencia, el juicio proseguiran sin
su concurrencia.
Al igual que el abogado del actor civil, el abogado del tercero civil también tiene
prerrogativa para participar del alegato de apertura, de la actuación probatoria y del
alegato final conforme lo establece el artículo 113 inciso 1 del NCPP, pero debe
entenderse que tal posibilidad de actuación se restringe a la defensa de sus intereses
patrimoniales, pues, en ese ámbito goza de los mismos derechos y garantías que la
norma procesal le conceda al imputado; con la salvedad de que, su rebeldía o falta de
apersonamiento, luego de haber sido incorporado al proceso, no obstaculiza el
desarrolla del proceso.
1.6. Las Personas Jurídicas
Una de las novedades que presenta la regulación del NCPP se refiere al emplazamiento
e incorporación al proceso penal de las personas jurídicas que sean pasibles de
imponentes las consecuencias jurídicas previstas en los artículos 104 y 105 del Código
Penal, tal como lo establece el artículo 90 del NCPP.
La finalidad del procedimiento de emplazamiento e incorporación de la persona jurídica
tiene dos fines:
a) El primero, que consiste en hacer viable la imposición de consecuencias para las
personas jurídicas, pues, al incorporarlas en la relación jurídica procesal ya hace posible
que el juez las comprenda en la sentencia conforme lo prescribe el artículo 399 inciso 4
del NCPP, que alude a las consecuencias accesorias del delito; y
b) El segundo, referido a la necesidad de garantizar la defensa de los intereses de la
persona jurídica en el proceso penal, en el que ya no solo se debaten los presupuestos
de la responsabilidad penal del procesado, sino también los presupuestos para imponer
consecuencias accesorias a las personas jurídicas, previstas en los artículos 104 y 105
del Código Penal.
Atendiendo a este último fin, el artículo 93 del NCPP prescribe que la persona jurídica
incorporada en el proceso penal, en lo concerniente a la defensa de sus derechos e
intereses legítimos, goza de todos los derechos y garantías que la norma procesal le
concede al imputado; y para ello, la persona jurídica contará con un apoderado judicial,
designado por su órgano social en su defecto por el juez, como lo señala el artículo 92
del mismo texto normativo; sin embargo, las normas sobre el desarrollo del juicio no
hacen alusión expresa a la intervención del apoderado judicial o al abogado designado
por el apoderado judicial de la persona jurídica, tal como se aprecia en las siguientes
normas:
a) El artículo 359 referido a la concurrencia del juez y de las partes para el juicio.
b) El artículo 371 inciso 2 del NCPP, que establece el orden para la formulación de
alegatos de apertura, y
c) El artículo 386 inciso 1 de NCPP, referido a los alegatos finales.
En todas estas normas se alude expresamente el fiscal, al defensor del acusado, al
actor civil y al tercero civil; pero no se hace alusión expresa al apoderado de la persona
jurídica o a su abogado defensor.
Esta omisión advertida en las normas del juicio oral, no significa que el apoderado
judicial de la persona jurídica por sí mismo – si tiene la calidad de abogado - , o a través
de su abogado defensor, no puede participar del juicio, sino que, por el contrario su
actuación se encuentra validada por el artículo 93.1 del NCPP, como lo ha expresado
también la corte suprema a través del acuerdo plenario N° 7-2009, que establece la
necesidad de garantizar que la persona jurídica, dentro del proceso penal puede ejercer
a plenitud el derecho al debido proceso, a la tutela jurisdiccional efectiva, y al derecho
de la defensa.
1.7. Tercero adquiriente o poseedor de bien comprendido en requerimiento de nulidad
de trasferencia.
Cuando corresponda garantizar el pago de la reparación civil o la aplicación de las
consecuencias accesorias (decomiso previsto en el artículo 102 del Código Penal) y se
advierta que se han producido transferencias o gravámenes fraudulentos de bienes; sin
prejuicio de las medidas coercitivas, el fiscal o el actor civil podrán formular un
requerimiento de nulidad de la transferencia o del gravamen recaído sobre el bien, tal
como se contempla en el inciso 1 del artículo 15 del NCPP.
De igual forma, el literal d) del inciso 2 del artículo 15 -referido al procedimiento de
nulidad de transferencia-, establece que el órgano jurisdiccional competente para dictar
sentencia –entendiéndose por ello al juez o juzgado colegiado encargado del
juzgamiento-, se pronunciara sobre la nulidad demandada, y además prescribe que todo
los legitimados para intervenir en el incidente de nulidad de trasferencia, pueden
participar en todas las actuaciones procesales que puedan afectar su derecho y,
especialmente, en el juicio oral, en el que podrán formular alegatos escritos y orales;
precisando la norma que en caso de alegatos, los terceros intervendrán luego del
tercero civil.
La intervención de los terceros adquirientes o poseedores de bienes o interesados en
los gravámenes cuya nulidad podría declararse en el proceso penal, no está regulada
en las normas del juicio oral, pero, debemos reconocer que la nulidad de transferencias
o gravámenes también constituye un aspecto comprendido en el objeto civil del proceso
penal, y en ese sentido, los terceros interesados podrán participar del juicio oral en
similar condición a la que le corresponde al actor civil y al tercero civil, atendiendo al
principio de igualdad, a la garantía de la tutela jurisdiccional efectiva, pero también al
principio de legalidad procesal, ya que el literal d) del inciso 2 del artículo 15 del NCPP
autoriza a los terceros a participar en todas las actuaciones procesales que puedan
afectar su derecho y en especial en el juicio oral, en el que se producirán las pruebas y
las alegaciones que llevaran al juzgador a la toma de decisiones.
Es verdad que la literalidad del precepto contenido en el parágrafo d) antes aludido,
restringe la intervención de los terceros legitimados a la realización de alegatos –
entiéndase de apertura y de clausura-, y no a la actuación probatoria; lo cual tiene
sentido, ya que el procedimiento establecido en el parágrafo c) del mismo artículo 15.2
establece una suerte de prueba anticipada, pues, se prescribe la actuación probatoria referida a la nulidad de transferencias y gravámenes- ante el juez de investigación
preparatoria.
En este sentido, durante el juicio los terceros legitimados podrán formular alegatos
respecto al tema que les atañe, tanto alegatos de inicio como alegatos de cierre; y
durante la actuación probatoria, tan solo intervendrán para visualizar y/o escuchar la
audiencia de actuación de pruebas del incidente de nulidad de transferencias, que como
ya se dijo, tiene una naturaleza similar a la de la prueba anticipada.
Es necesario precisar que, al igual que en el caso del actor civil, el tercero civil y la
persona jurídica; el tercero legitimado también debe actuar en el juicio representado por
un abogado defensor, y su participación en el juicio no es obligatoria, si no facultativa,
y se limita al aspecto concreto de la nulidad de transferencias o de gravámenes.
3. Preparación del debate del juicio
La etapa intermedia del proceso penal común termina con la emisión del auto de
enjuiciamiento, que es notificado de la manera más célere, al último domicilio señalado
por el Ministerio Público y los demás sujetos procesales en la audiencia de control de
acusación, y dentro de las 48 horas de la notificación del auto, el juez de investigación
preparatoria hará llegar al juez penal que corresponda, dicha resolución y los actuados
correspondientes, así como los documentos y objetos incautados, y se pondrá a su
orden a los presos preventivos.
Recibidas las actuaciones por el juzgado penal competente, éste dictará el auto de
citación a juicio con indicación de la sede del juzgamiento y la fecha de la realización
del juicio oral, salvo que todos los acusados fueran ausentes. La fecha será la más
próxima posible, con un intervalo de tiempo no menor de 10 días, con la finalidad que
los sujetos procesales y os órganos de prueba puedan organizarse para su participación
en el juicio oral.
En este auto, el juzgador ordenará el emplazamiento de todos los que deben concurrir
al juicio, además se indicará quienes es el abogado del acusado y se dispondrá todo lo
necesario para poder dar inicio al juicio.
En el caso del acusado, la notificación se hará con apercibimiento de declararlo reo
contumaz en caso de inconcurrencia injustificada.
El auto de citación a juicio no solo comprende el emplazamiento a los sujetos
procesales, sino también a los órganos de prueba (testigos y peritos), siempre que esté
previsto que declaran en la misma sesión del juicio, pues, de lo contrario el artículo 355.
3 del NCPP establece que serán citados directamente para la sesión que les
corresponda intervenir.
Muchos juzgados penales suelen omitir la notificación o emplazamiento a los órganos
de prueba, aduciendo que en el modelo procesal acusatorio la prueba es producida por
las partes y que, para ello, cada parte debe hacer concurrir a sus testigos y peritos para
el juicio; y como sustento de este actuar se recurre a la obligación señalada por el inciso
5 del artículo 355 del NCPP, que establece: “será obligación del Ministerio Público y de
los demás sujetos procesales, coadyuvar en la localización y comparecencia de los
testigos y peritos que hayan propuesto”.
Es verdad que el fiscal y los demás sujetos procesales tienen el deber de coadyuvar a
la ubicación y comparecencia de sus órganos de prueba; sin embargo, el término
coadyuvar, para la Real Academia Española, significa, contribuir o ayudar a la
consecución de algo, más no significa tener el dominio del hecho del emplazamiento,
pues, esa labor le compete al juzgado penal, como lo señala expresamente el artículo
355 que en su inciso 2 del NCPP, establece de manera imperativa, que el juzgado penal
ordenará el emplazamiento de todos los que deben concurrir al juicio, y en su inciso 3;
específicamente se refiere a la citación de los testigos y peritos.
El argumento de que frente a un sistema procesal acusatorio son las partes las que
deban hacer comparecer a los testigos y peritos al juicio, evidencia una actitud de
renuncia a resolver el caso con los elementos de prueba necesarios para aproximarse
a la verdad de los hechos, y esa actitud denota indiferencia con la justicia; pues, esta
actitud equivale a decir: el acusado puede ser inocente, pero si su defensa no trae a los
testigo o peritos lo puedo declarar culpable; o, el acusado puede ser culpable, pero, sí
el fiscal no logra la concurrencia de sus órganos de prueba, entonces lo puedo declarar
inocente. Como vemos ninguno de estos dos supuestos son una manifestación de
justicia.
Por otro lado, la obligación judicial de emplazar a los testigos y peritos, también se
evidencia en el contenido del artículo 379 del NCPP, que establece la posibilidad de
que el juzgado penal ordene la conducción compulsiva de testigos y peritos que no
concurra a juicio a pesar de haber sido citados; lo que supone una citación con
apercibimiento de conducción compulsiva, que ni el fiscal o el defensor pueden realizar,
porque se trata de una potestad exclusiva del juez.
Llegado el día y la hora para el juicio, la audiencia sólo podrá instalarse con la presencia
obligatoria del juez penal o, en su caso, de los jueces que integran el juzgado penal
colegiado, del fiscal y, con las prevenciones fijadas en el artículo 366, del acusado y su
defensor.
El juez penal verificará la correcta citación a las partes, así como la efectiva
concurrencia de los testigos y peritos emplazados. La inasistencia de las demás partes
y de los órganos de prueba citados no impide la instalación de la audiencia. El auxiliar
jurisdiccional realizará las acciones conducentes a la efectiva concurrencia de estos
últimos en la oportunidad que acuerde el juez penal.
En cuanto a la ubicación de las partes y de los órganos de prueba en la audiencia, el
artículo 370 del NCPP establece: “El juez penal tendrá a su frente al acusado; a su
derecha, al fiscal y al abogado de la parte civil; y a su izquierda al abogado defensor del
acusado”.
Los testigos y peritos ocuparán un ambiente contiguo a la sala de audiencias. El auxiliar
jurisdiccional tomará las medidas necesarias para que los testigos no puedan dialogar
entre sí. Los testigos y peritos sólo serán introducidos a la sala de audiencias a medida
que sean llamados para ser examinados.
4. Fases del juicio oral
Atendiendo a la forma en cómo se encuentra regulado el desarrollo del juicio oral en el
Decreto Legislativo. 975 (NCPP) podríamos diferenciar tres fases: fase de inicio, fase
de actuación de pruebas y fase final.
La actuación procesal que se desarrolla en cada etapa del juzgamiento se resume en
el cuadro que se presenta a continuación:
Fase inicial del juicio
Esta fase comprende la siguiente actuación:
a) Instalación de la audiencia, en la que el juzgado
penal se acredita y verifica la acreditación de cada
una de las partes y declara instalada la audiencia de
juicio;
b) Alegatos de apertura de las partes, y
c) Trámite de conformidad del acusado.
Fase probatoria o
actuación de pruebas
de Esta fase comprende la siguiente actuación:
a) Solicitud de nuevas pruebas o de admitir pruebas
inadmitidas en la audiencia de control de acusación;
b) Examen de testigos,
c) Examen de peritos
d) Examen del acusado,
e) Incorporación de pruebas materiales- que ocurrirá
durante el examen de los testigos y peritos, e incluso
del acusado;
f) Oralización o lectura de la prueba documental.
Esta fase comprende la siguiente actuación:
Fase final del juicio.
a) Formulación de alegatos finales de las partes,
b) Ejercicio de la autodefensa material del acusado, y
c) Deliberación y emisión de la sentencia.
d) Lectura de sentencia.
DESARROLLO DEL JUICIO ORAL.
1. Fase de inicio del juicio oral
Al iniciar el juzgamiento, el juez o el director de debates, si es que se trata de un
juzgado colegiado, enunciará el número del proceso, la finalidad específica del
juicio, el nombre y los demás datos completos de identidad personal del acusado,
su situación jurídica, el delito objeto de acusación y el nombre del agraviado.
A continuación, para el registro en el sistema de audio o de audio y video, se
acreditará el juez de la causa, o acreditará a los integrantes del colegiado, indicando
sus nombres completos; y finalmente procederá a pedir a cada una de las partes
que se acrediten indicando: a) Datos de identidad, b) Persona -acusado, agraviado,
actor civil o tercero civil- o institución -Ministerio Público, Procuraduría o cualquier
persona jurídica de derecho público o privado con legitimidad para intervenir en el
juicio-, a la que representan, y c) La información necesaria para una posterior
notificación (domicilio procesal, casilla electrónica, correo electrónico y número de
teléfono).
Verificada y acreditada la concurrencia de las partes se dará por instalada la
audiencia de juicio oral.
1.1.
Alegato de Apertura.
A continuación de la instalación, el juez cederá el uso de la palabra al fiscal y luego
a los abogados de los demás sujetos procesales para que procedan a formular sus
alegatos de apertura.
En primer orden, el fiscal expondrá resumidamente los hechos objeto de la
acusación, la calificación jurídica y las pruebas que ofreció y fueron admitidas.
Posteriormente, en su orden, los abogados del actor civil y del tercero civil
expondrán concisamente sus pretensiones y las pruebas ofrecidas y admitidas.
Finalmente, el defensor del acusado expondrá brevemente sus argumentos de
defensa y las pruebas de descargo ofrecidas y admitidas.
Aun cuando el texto del artículo 371 del NCPP no lo señala expresamente, es
necesario indicar, que antes del alegato de apertura de la defensa del acusado,
procederá escuchar los alegatos del abogado defensor de la persona jurídica, como
también, de algún tercero legitimado para alegar respecto a la denominada nulidad
de transferencia o de gravámenes, tal como ya lo hemos analizado anteriormente al
inicio de este capítulo.
1.2.
Comunicación de derechos al acusado.
Culminados los alegatos preliminares, el juez informará al acusado de sus derechos
y le indicará que es libre de manifestarse sobre la acusación o de no declarar sobre
los hechos. El acusado en cualquier estado del juicio podrá solicitar ser oído, con el
fin de ampliar, aclarar o complementar sus afirmaciones o declarar si anteriormente
se hubiera abstenido. Así mismo, el acusado en todo momento podrá comunicarse
con su defensor, sin que por ello se paralice la audiencia, derecho que no podrá
ejercer durante su declaración o antes de responder a las preguntas que se le
formulen.
1.3.
Trámite de conformidad.
El juez, después de haber instruido de sus derechos al acusado, le preguntará si
admite ser autor o participe del delito materia de acusación y responsable de la
reparación civil.
Si el acusado, previa consulta con su abogado defensor, responde afirmativamente,
el juez declarará la conclusión del juicio. Antes de responder, el acusado también
podrá solicitar por sí o a través de su abogado conferenciar previamente con el fiscal
para llegar a un acuerdo sobre la pena, para cuyo efecto se suspenderá por breve
término. La sentencia se dictará en esa misma sesión o en la siguiente, que no podrá
postergarse por más de cuarenta y ocho horas, bajo sanción de nulidad del juicio.
El trámite de conformidad está referido a la denominada conclusión anticipada del
juicio, porque posibilita que el juicio termine antes de realizarse la actuación
probatoria del juzgamiento, y como tal, tiene la naturaleza de mecanismo de
simplificación procesal, pues le sirve al fiscal, para ya no tener que realizar todo el
despliegue necesario que implica la actuación de pruebas y la fase final del juicio;
pero, además le sirve al acusado y a su defensa, no solo porque se evita tener que
afrontar todo el desarrollo del juicio, sino porque se posibilita una reducción de la
pena, que según el acuerdo plenario 5-2008/ CJ-116 no podrá equipararse a la
reducción de un sexto (1/6) que el imputado habría obtenido de haberse acogido a
la terminación anticipada del proceso, y en ese sentido, la Corte Suprema admite
una reducción de la pena hasta en una séptima parte (1/7) o en una proporción
menor.
El beneficio de la conformidad premiada obedece a la renuncia del acusado a la
presunción de inocencia y a su derecho a un juicio en el que se pruebe el delito y su
responsabilidad; pero, además obedece a su contribución con el sistema de justicia,
pues, una conclusión anticipada alivia el trabajo del fiscal y del juez, quienes tienen
que atender una gran cantidad de casos, por la sobrecarga procesal.
La institución de la conformidad fue incorporado por primera vez en nuestro
ordenamiento procesal, por el artículo 5 de la Ley 28122, el mismo que establecía:
Una vez que el tribunal inste al acusado si acepta ser autor o participe del delito
materia de una acusación y responsable de la reparación civil, si se produce su
confesión, luego de la formal y expresa aceptación de su abogado defensor, se
declarará la conclusión anticipada del debate oral y se emitirá, en el plazo
correspondiente, la sentencia conformada respectiva.
La denominación de conformidad obedece al hecho de que, en la conclusión
anticipada del juicio, el acusado expresa estar conforme con la acusación fiscal,
porque acepta el delito y su responsabilidad, y es por esta misma razón que la
sentencia basada en la conformidad del acusado se denomina sentencia de
conformidad o sentencia conformada.
Según lo prescrito por el artículo 372.2 del NCPP, la reducción de la pena no
procede en el delito previsto en el artículo 108-B y en los delitos previstos en el Libro
Segundo, Titulo IV, Capítulo I: artículo 153, 153-A, 153-B, 153-C, 153-D, 153-E, 153F, 153-G, 153-H, 153-I, 153-J y Capitulo IX, X y XI del Código Penal. “(Numeral
modificado por la Quinta Disposición Complementaria Modificatoria de la Ley N°
30963, publicada el 18 junio 2019)”.
El acuerdo plenario 5-2008 distingue dos tipos de conformidad atendiendo a los
objetos del proceso, pues ,denomina conformidad absoluta cuando se refiere a los
hechos, la responsabilidad, la pena y la reparación civil, y denomina conformidad
limitada o relativa, cuando la conformidad se refiere únicamente a los hechos, pero
no a la pena y a la reparación civil, en cuyo supuesto, el juez -previo traslado a todas
las partes-, siempre que en este ámbito subsista la contradicción, establecerá la
delimitación del debate a la sola aplicación de la pena y/o a la fijación de la
reparación civil, y determinará los medios de prueba que deberán actuarse.
Por otro lado, el inciso 4 del artículo 372 establece que, si son varios los acusados
y solamente admiten los cargos una parte de ellos, con respecto a estos últimos se
aplicará el trámite previsto en este artículo y se expedirá sentencia, continuando el
proceso respecto a los no confesos. A este tipo de conformidad la Corte Suprema
la denomina “conformidad parcial”, como se evidencia en el fundamento 7 del
Acuerdo Plenario 5-2008.
En el inciso 5 del artículo 372 del NCPP se establece que, la “sentencia de
conformidad” se dictará aceptando los términos del acuerdo. No obstante, si a partir
de la descripción del hecho aceptado, el juez estima que no constituye delito o
resulta manifiesta la concurrencia de cualquier causa que exima o atenúa la
responsabilidad penal, dictará sentencia en los términos en que proceda. No vincula
al juez penal la conformidad sobre el monto de la reparación civil, siempre que exista
actor civil constituido en autos y hubiera observado expresamente la cuantía fijada
por el fiscal o que ha sido objeto de conformidad. En este caso, el juez penal podrá
fijar el monto que corresponde si su imposición resultare posible o, en todo caso,
diferir su determinación con la sentencia que ponga fin al juicio.
De la prescripción normativa antes anotada, apreciamos que los fundamentos de
hecho o juicio histórico de la sentencia, en suma, no se forman como resultado de
la valoración de la prueba, sino le vienen impuestos al juez por la acusación y la
defensa, a través de un acto de allanamiento de esta última, que son vinculantes al
Tribunal.
Por ello, en el Plenario 5-2018, la Corte Suprema afirma que el relato fáctico
aceptado por las partes no necesita de actividad probatoria, ya que la conformidad
excluye toda tarea para llegar a la libre convicción sobre los hechos. Por
consiguiente, el órgano jurisdiccional no puede agregar ni reducir los hechos o
circunstancias que han sido descritos por el fiscal en su acusación escrita y
aceptados por el acusado y su defensa, pues, hacer lo contrario, implicaría revisar
y valorar actos de aportación de hechos, excluidos por la propia naturaleza de la
conformidad procesal.
En consecuencia, es inaceptable que el tribunal se pronuncie sobre insuficiencia
probatoria, pues, la conformidad del acusado supone que ha quedado fijado el
elemento fáctico, sin que se exijan pruebas de ello; pues, en tal estado del proceso
aún no se ha producido la prueba.
La vinculación de la conformidad contenida en el acuerdo entre el fiscal y el acusado
con su defensor, no impide que el juez pueda emitir sentencia absolutoria o una
sentencia condenatoria con una pena atenuada, cuando el juez estime que el hecho
no constituye delito o resulte manifiesta la consecuencia de cualquier causa que
exime o atenúa la responsabilidad penal, respectivamente.
Tampoco vincula al juez la conformidad sobre la reparación civil, cuando el
agraviado está constituido en actor civil y ha observado el monto de la reparación
civil requerida por el fiscal o que han sido objeto del acuerdo de conformidad. En tal
caso, el juez podrá fijar el monto de la reparación civil, como lo señala expresamente
el inciso 5 del artículo 372 del NCPP; sin embargo, este precepto no es compatible
con la naturaleza consensual de la conformidad y es cuestionable cuando la fijación
del monto de la reparación civil puede tener injerencia en la sanción penal, como
ocurre por ejemplo, cuando se opta por una pena privativa de libertad suspendida
en su ejecución y se impone la reparación civil y su pago como una regla de
conducir, cuyo incumplimiento puede acarrear que la pena se convierta en pena
privativa de libertad efectiva.
La norma contenida en el artículo 372 ha contemplado un supuesto de control de
legalidad del acuerdo de conformidad, en favor del acusado; ya que se permite dar
una calificación menos grave al hecho imputado contenido en el acuerdo o incluso
la absolución del acusado; sin embargo, lo que la norma analizada no ha
contemplado es el control de la legalidad en contra del acusado; es decir, cuando el
juzgado penal observe el acuerdo de conformidad, porque considera que el hecho
imputado comprendido en la acusación y en el acuerdo de conclusión anticipada,
reviste mayor gravedad que la señalada por el fiscal; por ejemplo, cuando el fiscal
acusa por el delito de extorsión simple y el Juez considera que se trata de un caso
de extorsión agravada.
En ese caso, atendiendo a lo prescrito por el artículo 374 del NCPP, que establece
la potestad de desvinculación del juez de juzgamiento y a lo prescrito por el artículo
397 del mismo texto normativo, también referido a la potestad de desvinculación del
juzgador; el juez podrá desaprobar el acuerdo atendiendo al principio de legalidad
del derecho penal sustantivo, pues, deberá procurar que en el caso se imponga la
sanción que el código penal ha prescrito para determinada conducta delictiva.
Además, si el juez de investigación preparatoria puede realizar dicho control de
legalidad en los acuerdos de terminación anticipada, porqué razón no podría el juez
juzgamiento realizar ese mismo control de legalidad.
En este último supuesto de desaprobación del acuerdo de conformidad, es
necesario indicar que la apreciación del juez respecto a la calificación jurídica del
hecho no vincula al fiscal, ya que el propio artículo 374.2 establece que las partes –
lo que también incluye al fiscal- se pronunciaran sobre la tesis de desvinculación
planteada por el juez, pero, la norma no establece que el fiscal se pronuncie a favor
de la tesis del juez, existiendo dos posibilidades: a) que el fiscal asuma la tesis del
juez, o b) que el fiscal mantenga su posición plasmada en la acusación y el acuerdo
de conformidad.
El fundamento para afirmar que el fiscal no está vinculado u obligado a adoptar la
tesis del juez, lo encontramos en el artículo 397.2, pues, cuando la norma como
excepción, autoriza al juez condenar con una calificación jurídica diferente del hecho
objeto de la acusación, tan solo se exige que el juez haya dado cumplimiento a lo
prescrito por el artículo 374.1 del NCPP, es decir, que haya comunicado a las partes
la posibilidad de una calificación jurídica diferente y que les haya dado la
oportunidad para que se pronuncie sobre tal desvinculación.
Si el fiscal estuviera obligado a cambiar la calificación jurídica, en los casos en que
el juez hace uso de la facultad de desvinculación prevista en el artículo 374.1, ya no
habría necesidad de que el artículo 397.2 -referido a la correlación entre acusación
y sentencia-, faculte al juez a cambiar la calificación jurídica contenida en la
acusación o en la acusación ampliatoria, porque en ese supuesto el fiscal ya habría
cambiado la calificación conforme a la desvinculación formulada por el juzgador.
Y en merito a ello, se concluye que la desvinculación del juez no vincula al fiscal a
modificar la calificación jurídica de la acusación a través de una acusación
ampliatoria prevista en el inciso 2 del artículo 374 del mismo Código adjetivo-; y en
consecuencia, el fiscal puede mantener su tesis en lo que a la calificación jurídica
del hecho se refiere, e incluso podría formular un recurso de apelación en el extremo
de la calificación jurídica en favor del imputado, tal como lo contempla expresamente
el artículo 405 inciso 1 literal a) del NCPP.
En el ejemplo planteado, si el fiscal acusa por el tipo básico de extorsión y el juzgado
penal se desvincula de esa calificación y plantea la calificación de extorsión
agravada y el fiscal se mantiene en su tesis inicial y formula sus alegatos de
clausura sustentada la calificación de extorsión simple, en caso de que el juzgado
haga uso de la desvinculación en la sentencia y condene al acusado por extorsión
agravada; el fiscal podría formular apelación contra la sentencia condenatoria en
favor del imputado, sustentando la impugnación en la calificación jurídica de
extorsión simple que a su entender corresponde aplicar al caso concreto atendiendo
al principio de legalidad penal.
Al igual que en el supuesto del control de legalidad de la tipicidad o calificación legal
del hecho, considero que el juez está facultado para realizar un control sobre la pena
propuesta, y al no poder modificar el acuerdo en el extremo de la pena, no tendrá
más alternativa que desaprobarlo o en su defecto proponer una pena mayor y
ponerla a consideración de las partes, pero, si las partes no acepten esos términos,
no quedará más que desaprobar el acuerdo de conclusión anticipada.
En los supuestos de desaprobación del acuerdo de conformidad, el juzgado dará
lugar a la continuación del juicio, no solo para discutir la calificación jurídica o la
pena aplicable, sino para establecer si se ha cometido el delito y si el acusado es
responsable del mismo.
En este último sentido se ha pronunciado la Corte Suprema al Acuerdo Plenario 52018 (fundamento 16), en el que se afirma:
La posibilidad de introducir jurídicamente, determinadas circunstancias no
incorporadas en la acusación - sólo desde sus perfiles jurídicos, más no fácticos –
y dictar una sentencia conformada, siempre es compatible con un control in bonam
partem, respecto del que sólo se exige audiencia a las partes. Empero, si se
advierten otros errores, tales como omisión de considerar –a partir del relato fácticouna circunstancia agravante o la posibilidad de un tipo legal distinto, más grave, que
requiere indagación, debate probatorio y discusión en sede de alegatos por todas
las partes -control in malam partem-, sólo corresponderá denegar la conformidad y
ordenar proseguir el juicio oral.
Otro problema de la conformidad se refiere a la denominada “conformidad parcial”
y a los efectos que podría generar la sentencia conformada respecto a los acusados
que se sometan al juicio contradictorio; así como también a los efectos que podría
generar la sentencia que resulta del juicio contradictorio respecto del condenado
que se acogió a la conclusión anticipada de juicio.
En el primer supuesto, la lógica nos indica que si hay acusados que no renuncian a
su derecho al juicio público y contradictorio y a su derecho a la presunción de
inocencia, en el juzgamiento que se les realice, no tendría porque influir en absoluto
la sentencia de conformidad emitida al inicio del juzgamiento; en tanto que, en el
segundo supuesto, aunque la norma procesal no ha contemplado nada al respecto,
se debe buscar soluciones que contribuyen a la justicia, que como valor fundamental
y principio general del derecho debe orientar la labor del operador jurisdiccional, en
la interpretación y aplicación del derecho.
Este último supuesto puede plantear dos situaciones para el juzgador, la primera,
que resultado del debate determine circunstancias que agravarían la
responsabilidad del condenado que se acogió a la conformidad, y la segunda, que
el debate contradictorio del juicio determine circunstancias atenuantes que habrían
favorecido al condenado, de no haberse sometido a la conformidad o conclusión
anticipada del juicio.
En la primera situación, el juzgador no tiene que hacer nada respecto a la sentencia
conformada, pues, está se mantendrá incólume en virtud a la garantía de la cosa
juzgada, en tanto que, en la segunda situación el juzgador no podrá soslayar el
hecho de que; el condenado que se acogió a la conformidad no resulte beneficiado
con circunstancias atenuantes que resulten del debate contradictorio y que
beneficiaron a los condenados que no se sometieron a la conclusión anticipada del
juicio.
En este último caso, la Corte Suprema afirma que es posible revisar in bonan partem
la primera sentencia para atenuar la pena, tal como lo señala en el fundamento 18
del Acuerdo Plenario N°5-2018; para lo cual, aplica por analogía la revisión de la
sentencia de los condenados prevista para los juicios contra reos ausentes
(contenida en el Artículo 322 del Código de procedimiento penales), en la que se
establece: “Cuando el Tribunal Correccional o la Corte Suprema en sus respectivos
casos, fallen en una causa contra reos que fueron ausentes y en la que se expidió
sentencia contra los reos presentes, podrán revisar la sentencia de los condenados,
con el fin de atenuar la pena, si hubiere lugar por lo nuevos datos que resulten”.
Esta solución sería justa, primero porque contempla una misma respuesta jurídica
ante situaciones idénticas, y además porque el condenado en la sentencia
conformada debería ser el más favorecido atendiendo a su contribución por la
admisión de cargos y la naturaleza premial que se le reconoce a la conformidad o
conclusión anticipada del juicio.
2. Fase de actuación de pruebas.
2.1.
Ofrecimiento de pruebas nuevas y de pruebas no admitidas.
Culminado el trámite de conformidad, si se dispone la continuación del juicio, las
partes pueden ofrecer nuevos medios de prueba; la norma procesal establece que
solo se admitirán aquellos que las partes han tenido conocimiento con posterioridad
a la audiencia de control de la acusación.
Excepcionalmente, las partes podrían reiterar el ofrecimiento de medios de prueba
inadmitidos en la audiencia de control, para lo cual se requiere especial
argumentación de las partes. El juez decidirá en ese mismo acto, previo traslado del
pedido a las demás partes.
Respecto a este último supuesto, algunos operadores jurídicos consideran que para
reiterar el ofrecimiento de medios de prueba se deben exponer argumentos distintos
a los que fueron sustentados en la audiencia de control de acusación, o argumentos
adicionales que los complementen, sin embargo, la norma no exige una
argumentación diferenciada a la de la audiencia de control, pues lo único que se
exige es que se realice una especial argumentación al momento de la reiteración
del ofrecimiento de la prueba; es decir, una argumentación específica y distinta a la
que se utiliza para el ofrecimiento de pruebas nuevas.
La resolución que se emite respecto a las pruebas nuevas y a las pruebas ofrecidas
por reiteración, no es recurrible de conformidad con lo prescrito expresamente por
el inciso 3 del artículo 373 del NCPP; sin embargo, atendiendo a la exigencia
contendida en el literal b) del inciso 2 del artículo 422 del NCPP, las partes deberán
formular la reserva; es decir, reservarse el derecho de ofrecer la prueba en la
instancia de apelación; ya que de no hacerlo, dicha prueba ya no podría ser ofrecida
en la fase de impugnación del proceso penal.
Respecto de esta decisión, el juzgador penal deberá observar los mismos criterios
de admisión de pruebas que se han establecido desde la etapa intermedia, es decir,
los criterios de utilidad, pertinencia y legalidad de la prueba, y resolver en la propia
audiencia de juicio, luego de propiciar un debate sobre la admisibilidad de las
pruebas entre las partes.
2.2.
Actuación probatoria
Agotado el estadio de admisión de las pruebas nuevas y de aquellas reiteradas por
las partes, corresponde realizar la actuación de las pruebas, que según el artículo
375 del NCCP, comprende: a) el examen del acusado, b) la actuación de los medios
de prueba admitidos y c) la oralización de los medios probatorios; entendiéndose
que, en el segundo momento, la actuación se refiere al examen de los testigos,
peritos y a la incorporación de las pruebas o evidencias materiales, y el tercer
momento se refiere a la oralización de pruebas documentales.
Si bien la norma establece que, en el orden de la actuación probatoria, corresponde
el primer lugar al examen del acusado, la defensa por estrategia podría reservar su
declaración para el final, ya que el inciso 3 del artículo 371 del NCPP contempla
expresamente esa posibilidad.
Según el inciso 4 del artículo 375 del NCPP, el juez durante el desarrollo de la
actividad probatoria ejerce sus poderes para conducirla regularmente; pudiendo
intervenir cuando lo considere necesario a fin de que el fiscal o los abogados de las
partes hagan los esclarecimientos que se les requiera, y excepcionalmente, para
interrogar a los órganos de prueba solo cuando hubiera quedado algún vacío.
2.2.1. Examen del Acusado
En cuanto al examen del acusado, si bien el inciso 4 del artículo 376 establece que
el último en intervenir será el abogado del acusado, la lógica del modelo procesal
con tendencia adversarial nos lleva a considerar que, más bien, es el abogado
defensor quien debería interrogar al acusado, y dejar el contra interrogatorio del
acusado para el fiscal y el defensor del actor civil: tal como se ha regulado el examen
de los testigos, pues en el inciso 2 del artículo 378 del NCPP, se prescribe que:
“corresponde, en primer lugar, el interrogatorio de la parte que ha ofrecido la prueba
y luego los restantes”.
Muchos podrían decir que estas afirmaciones no tienen sentido porque el acusado
no tiene la calidad de órgano de prueba; sin embargo, debemos reconocer que la
declaración del imputado posibilita incorporar al juicio un primer elemento para la
construcción de la teoría de la defensa, pues, cómo podría probar el defensor, que
a la hora en que produjo el hecho delictivo el acusado se encontraba en un lugar
diferente de aquel donde se produjo el mismo, si es que el propio acusado no
introduce esa información en el juicio; en tanto que, para el fiscal, la declaración del
acusado también posibilita introducir información de utilidad para su teoría del caso,
como bien podría ser una mala justificación (indicio de mala justificación).
Por los motivos antes señalados, es el defensor del acusado quien deberá realizar
el interrogatorio; porque en el supuesto contrario, si el fiscal no formulara pregunta
alguna, cerraría la posibilidad de un contrainterrogatorio a la defensa; pues, el
contrainterrogatorio es la herramienta que ha creado la litigación oral para confrontar
y verificar la verdad de lo declarado por los testigos de la parte contraria (Vial. p.
13), además que la técnica del contrainterrogatorio se realiza en base a preguntas
sugestivas (Rua, p.77), y ello no generará credibilidad a las respuestas que otorgue
el acusado en el juicio.
La argumentación anterior deja en evidencia que hay un error de regulación en el
inciso 4 del artículo 376 del NCPP, y es por ello que en la práctica los jueces
promueven que sea el abogado quien interrogue el acusado y sea el fiscal y actor
civil quienes realicen el contraexamen del acusado.
Una interpretación del inciso 4 del artículo 376, coherente en el desarrollo de las
técnicas de litigación, nos podría llevar a considerar que, si bien el interrogatorio del
acusado le corresponde a su defensor y el contrainterrogatorio al fiscal, el abogado
del acusado siempre tendrá la opción de realizar alguna o algunas preguntas finales,
luego de que se haya concluido el contraexamen del fiscal y del actor civil.
Por otro lado, el artículo 376 del NCPP establece algunas reglas adicionales sobre
el examen del acusado, dentro de las que destacan:
Si el acusado se rehúsa a declarar total o parcialmente, el juez le advierte que,
aunque no declare, el juicio continuará, y se leerán sus anteriores declaraciones
prestadas ante el fiscal.
Si el acusado acepta ser interrogado, el examen se sujetará a las siguientes reglas:
a) El acusado aportará libre y oralmente relatos, aclaraciones y explicaciones sobre
su caso;
b) El interrogatorio se orientará a aclarar las circunstancias el caso y demás
elementos necesarios para la medición de la pena y de la reparación civil;
c) El interrogatorio está sujeto a que las preguntas que se formulen sean directas,
claras, pertinentes y útiles;
d) No son admisibles preguntas repetidas sobre aquello que el acusado ya hubiera
declarado, salvo la evidente necesidad de una respuesta aclaratoria. Tampoco
están permitidas preguntas capciosas, impertinentes y las que contengan
respuestas sugeridas.
El juez ejercerá puntualmente sus poderes de dirección y declarará inadmisible las
preguntas prohibidas, ya sea de oficio o a solicitud de parte.
Hay jueces que se niegan a dar lectura a las declaraciones anteriores prestadas por
el acusado ante el fiscal, aduciendo que con ello se afecta el derecho del imputado
la no incriminación, lo cual no es cierto.
El derecho o la garantía de la prohibición de la autoincriminación se refiere al
derecho del imputado a declarar libremente o incluso a guardar silencio, sin que
exista la posibilidad de que se le obligue a declarar en su contra o a utilizar cualquier
medio coactivo, intimidatorio o contrario a su dignidad, ni ser sometido a técnicas o
métodos que induzcan o alteren su libre voluntad de declarar o de confesar el hecho
que se le imputa en el proceso penal.
En ese sentido, cuando se da lectura a una declaración previa, que el imputado ha
prestado ante el fiscal y en presencia de su abogado defensor; ese acto de lectura
no supone obligar al imputado a declarar, pues, mientras el fiscal o quien designe el
juez, da lectura de las declaraciones previas, el acusado sigue en silencio; y, por lo
tanto, no se estaría afectando el principio de no incriminación. Sería distinto si en el
juicio se utilizara cualquier medio para obligar al imputado a declarar o para aceptar
su culpabilidad.
En los casos en que exista pluralidad de acusados; éstos declararán, por su orden,
según la lista establecida por el juez penal, previa consulta a las partes; en tal caso,
el examen se realizará individualmente. El juez, de oficio o a solicitud de las partes
podrá disponer que se examine separadamente a los acusados, a cuyo efecto los
acusados restantes serán desalojados de la sala de audiencias. Culminado el
interrogatorio del último acusado y encontrados todos en la sala de audiencia, el
juez les hará conocer oralmente los puntos más importantes de la aclaración de
cada uno de ellos. Si alguno de los acusados hiciese una aclaración o rectificación
se hará constar en acta siempre que fuere pertinente y conducente.
2.2.2. Examen de testigos
El juez, después de identificar adecuadamente al testigo, dispondrá que preste
juramento o promesa a decir la verdad, lo primero si el testigo indica ser creyente
en Dios, y lo segundo cuando el testigo indique no ser creyente o agnóstico.
El examen de los testigos se sujeta –en lo pertinente- a las mismas reglas del
interrogatorio del acusado.
Corresponde, en primer lugar, el interrogatorio de la parte que ha ofrecido la prueba
y luego el contrainterrogatorio de las demás partes. Antes de declarar, los testigos
no podrán comunicarse entre sí, ni deberán ver, oír o ser informados de lo que
ocurriere en la sala de audiencia.
En el supuesto de que el testigo haga uso de su derecho a negarse a prestar el
testimonio en juicio, conforme a lo que establece el artículo 165 del NCPP, a
diferencia de lo que ocurre en el caso del imputado, el artículo 378 establece que
no se podrá dar lectura a las declaraciones previas.
Al ser aplicables las mismas reglas del interrogatorio del acusado, se entiende que
también están prohibidas las preguntas capciosas, sugestivas, impertinentes y
repetitivas; pues, de producirse alguna de estas preguntas, la otra parte deberá
formular de manera inmediata la objeción correspondiente y su fundamentación; por
ello, el artículo 378 inciso 4 del NCPP establece que: “El juez ordenará el
interrogatorio y evitará que el declarante conteste preguntas capciosas, sugestivas
o impertinentes, y procurará que el interrogatorio se conduzca sin presiones
indebidas y sin ofender la dignidad de las personas. Las partes, en ese mismo acto,
podrán solicitar la reposición de las decisiones de quien dirige el debate, cuando
limiten el interrogatorio, u objetar las preguntas que se formulen”.
El examen al testigo menor de dieciséis años de edad será conducido por el juez en
base a las preguntas presentados por el fiscal y las demás partes. En tal caso, podrá
aceptarse el auxilio de un familiar del menor y/o de un experto en psicología a fin de
brindarle acompañamiento y soporte al menor.
Si, oídas las partes, se considerase que el interrogatorio directo al menor de edad
no perjudica su serenidad, se dispondrá que el interrogatorio prosiga con las
formalidades previstas para los demás testigos. Esta decisión puede ser revocada
en el transcurso del interrogatorio.
Si un testigo declara que ya no se acuerda de un hecho, se puede leer la parte
correspondiente de su declaración previa, a fin de que haga memoria; y se dispondrá
lo mismo, si en el interrogatorio surge una contradicción con la declaración anterior,
que no se pueda constatar o superar de otra manera.
Los testigos expresarán la razón de la información que proporciona y el origen de
su conocimiento.
Aun cuando la norma procesal no lo contempla, las técnicas de litigación oral
establecen la posibilidad de que las partes realicen preguntas sugestivas en el
interrogatorio, cuando se trate de preguntas introductorias o de transición, o incluso
cuando el litigante se enfrenta a un testigo hostil, en cuyo caso, deberá hacerlo
conocer al juzgador (Rua. p. 100).
Lugo del interrogatorio efectuado por la parte que ha ofrecido la declaración del
testigo, se procederá al contrainterrogatorio, que lo realizará la otra parte, en el que
se buscará confrontar al testigo con sus propios dichos, o con otras versiones de los
hechos presentadas en el juicio; pues, como lo señalan Baytelman y Duce, los
objetivos del contrainterrogatorio o contraexamen son: a) Acreditar nuestras propias
proposiciones fácticas; b) Desacreditar al testigo; c) Desacreditar al testimonio; d)
Acreditar la prueba material propia; e) Obtener inconsistencias con otras pruebas
de la contraparte (p. 147-150).
Cuando se concluya con los exámenes de los testigos del Ministerio Público, se
procederá a realizar el examen de los testigos ofrecidos por la defensa del acusado,
aplicándose las mismas reglas tanto para el interrogatorio, las objeciones y el
contrainterrogatorio.
Es común considerar que, una vez realizado el examen de los testigos, se producirá
una suerte de preclusión procesal; es decir, ya que no volverán a ser examinados;
sin embargo, el inciso 10 del artículo 378 establece que, a solicitud de alguna de las
partes, el juez podrá autorizar un nuevo interrogatorio de los testigos que ya
hubieran declarado en la audiencia.
2.2.3. Examen de los peritos
Agotado el examen de los testigos se procede al examen de los peritos, procediendo
primero con los del Ministerio Público y luego con los peritos de la defensa.
El juez identifica al perito y le toma juramento o promesa de decir la verdad, lo
primero si el testigo indica ser creyente en Dios, y lo segundo cuando el testigo
indique no ser creyente o agnóstico.
El examen de los peritos se inicia con la exposición breve del contenido y
conclusiones del dictamen pericial. Si es necesario se ordenará la lectura del
dictamen pericial.
Luego se exhibirá y se le preguntará si corresponde al informe que ha emitido, si ha
sufrido alguna alteración y si es su firma la que aparece al final del dictamen.
A continuación, se les pedirá expliquen las operaciones periciales que han realizado,
y serán interrogados por las partes en el orden que establezca el juez, comenzando
por quien propuso la prueba y luego contrainterrogan los restantes.
Si un perito declara que ya no se acuerda de un hecho, se puede leer la parte
correspondiente del acto sobre su interrogatorio anterior para que haga memoria.
Se dispondrá lo mismo si en el interrogatorio surge una contradicción con la
declaración anterior, que no se pueda constatar o superar de otra manera.
Los peritos podrán consultar documentos, notas escritas y publicaciones durante su
interrogatorio. En caso sea necesario se realizará un debate pericial, para lo cual se
ordenará la lectura de los dictámenes periciales o informes científicos o técnicos que
se estimen convenientes.
Durante el contrainterrogatorio, las partes podrán confrontar al perito con sus
propios dichos u otras versiones de los hechos presentadas en el Juicio.
Los peritos expresarán la razón de sus informaciones y el origen de su conocimiento.
2.2.4. Reglas comunes para el examen de testigos y peritos
Cuando el testigo o perito, oportunamente citado, no haya comparecido, el juez
ordenará que sea conducido compulsivamente y ordenará a quien lo propuso
colabore con la diligencia, a fin de procurar la concurrencia de los órganos de
prueba.
Si el testigo o perito no puede ser localizado para su conducción compulsiva, el juicio
continuará con prescindencia de esa prueba; pero, en ese caso, se podrá solicitar
la lectura de la declaración previa o del informe pericial, siempre que se den los
supuestos contemplados en el artículo 383 inciso 1 literales c) y d) del NCPP.
El articulo 380 contempla una forma especial de examinar a testigos o peritos
cuando considera que la presencia del imputado pueda impedir que este u otro
imputado digan la verdad al momento de ser examinado en juicio; en tal caso, la
norma prescribe que el juez, de oficio o a solicitud de parte, puede ordenar que el
acusado no esté presente en la audiencia durante un interrogatorio de un testigo,
perito o de otro procesado.
De igual manera se procederá, si en el interrogatorio de un menor de diez y seis
años, es de temer un perjuicio relevante para él, o si, en el interrogatorio de otra
persona como testigo o perito, en presencia del acusado, existe el peligro de un
perjuicio grave para su integridad física o salud. Tan pronto como el acusado esté
presente de nuevo, debe instruírsele sobre el contenido esencial de aquello que se
ha dicho o discutido en su ausencia.
Por otro lado, el artículo 381 contempla supuestos en que el examen de los testigos
y peritos se puede realizar en un lugar en la que estos se encuentren o de
comisionar la actuación de esa prueba a otro órgano jurisdiccional; apreciándose
los siguientes supuestos:
a) Los testigos y peritos que no puedan concurrir a la sala de audiencias por un
impedimento justificado, serán examinados en el lugar donde se hallen por el
juez.
b) Si se encuentran en lugar distinto al del juicio, el juez se trasladará hasta el
mismo o empleará el sistema de video conferencia, en el primer supuesto los
defensores podrán representar a las partes.
c) En caso excepcionales, el juez comisionaría a otro órgano jurisdiccional para la
práctica de la prueba, pudiendo intervenir en la misma los abogados de las
partes; en estos casos, el acta deberá reproducir íntegramente la prueba y, si se
cuenta con los medios técnicos correspondientes, se reproducirá a través de
video, filmación o audio. En este supuesto, al igual que en el de la prueba
anticipada, la prueba se actúa ante otro juez, y por esta razón se debe transcribir
íntegramente la prueba, pero ello no será necesario, si la actuación se registra
en audio o en audio y video, porque en tal caso, se procederá a la reproducción
del audio y video en la fase que corresponde a la oralización de documentales,
tal como lo establece el artículo 384 inciso 3 del NCPP.
2.2.5. Incorporación de la prueba material
Cuando nos referimos a la incorporación de la prueba material en el juicio, no
debemos asumir que se trata de un momento distinto y posterior al del examen de
los testigos y peritos; sino, por el contrario, es durante los interrogatorios y
contrainterrogatorios que se deben introducir, de manera adecuada y estratégica,
las pruebas o evidencias materiales ofrecidas por cada uno de las partes, por ello el
artículo 382 establece lo siguiente:
Los instrumentos o efectos del delito, y los objetos o vestigios incautados o
recogidos, que obren o hayan sido incorporados con anterioridad al juicio, siempre
que sea materialmente posible, serán exhibidos en el debate y podrán, ser
examinados por las partes.
La prueba material podrá ser presentada a los acusados, testigos y peritos durante
sus declaraciones a fin de que la reconozcan o informen sobre ella.
Para la introducción de la prueba material y específicamente para su reconocimiento
en juicio, es importante introducir preguntas en el examen de los testigos, peritos y
acusados, que permitan realizar un reconocimiento espontáneo y convincente de
ellas.
Así, por ejemplo, el interrogador debe preguntar las características del arma que
empleó el sujeto agente de un robo a mano armada, y ante la descripción del
agraviado (revolver, pequeño, de color negro mate y cacha de madera de color
marrón), proceder a presentar el arma que le fue incautada al acusado durante su
intervención policía, para su correspondiente reconocimiento.
La técnica de introducción de pruebas materiales que hemos descrito le otorga
mucha credibilidad, consistencia y espontaneidad a la actuación de las pruebas
materiales en el desarrollo del juicio.
2.2.6. Oralización o lectura de la prueba documental
Concluido el examen de los testigos y peritos, y el examen del acusado, si este ha
decidido declarar; corresponde realizar la lectura de las pruebas documentales que
aún no han sido oralizadas con los interrogatorios o examen de los órganos de
prueba.
El artículo 383 inciso 1 establece los documentos que se pueden oralizar en juicio,
precisándose los siguientes:
a) Las actas conteniendo la prueba anticipada.
b) La denuncia, la prueba documental o de informes, y las certificaciones y
constataciones;
c) Los informes o dictámenes periciales, así como las actas de examen y debate
pericial actuadas con la concurrencia o el debido emplazamiento de las partes,
siempre que el perito no hubiese podido concurrir al juicio por fallecimiento,
enfermedad, ausencia del lugar de su resistencia, desconocimiento de su
paradero o por causas independientes de la voluntad de las partes. También se
darán lectura a los dictámenes producidos por comisión, exhorto o informe;
d) Las actas conteniéndola declaración de testigos actuadas mediante exhorto.
También serán leídas las declaraciones prestadas ante el fiscal con la
concurrencia o el debido emplazamiento de las partes siempre que se den las
condiciones previstas en el literal anterior; y,
e) Las actas levantadas por la policía, el fiscal o el juez de la investigación
preparatoria que contienen diligencias objetivas e irreproducibles actuadas
conforme a lo previsto en este código o la Ley, tales como las actas de detención,
reconocimiento, registro, inspección, revisión, pasaje, hallazgo, incautación y
allanamiento, entre otras.
Así mismo, en el inciso 2 del artículo 383 del NCPP se prescribe que, no son
oralizables los documentos o actas que se refieren a la prueba actuada en la
audiencia, ni a la actuación de ésta. Todo otro documento o acta que pretenda
introducirse al juicio mediante su lectura no tendrá valor.
En cuanto al trámite de la oralización, el artículo 384 del NCPP establece:
a) La oralización tendrá lugar cuando, indistintamente, lo pida el fiscal o los
defensores. La oralización se realizará por su orden, iniciándola el fiscal,
continuándola el abogado del actor civil y del tercero civil, y culminando el
abogado del acusado. Quien pida la oralización indicará el folio o documento y
destacará oralmente el significado probatorio que considere útil.
b) Cuando los documentos o informes fueren muy voluminoso, se podrá prescindir
de su lectura integra. De igual manera, se podrá prescindir de la reproducción
total de una grabación, dando a conocer su contenido esencial y ordenándose
su lectura o reproducción parcial.
c) Los registros de imágenes, sonidos o en soporte informático podrán ser
reproducidos en la audiencia, según su forma de reproducción habitual.
d) Una vez que se concluya la lectura o reproducción de los documentos, el
juzgador concederá la palabra por breve término a las partes para que, si
considera necesario, expliquen aclaren, refuten o se pronuncien sobre su
contenido.
En cuanto a la lectura de las actas de prueba anticipada, solo será necesaria si
la prueba anticipada no consta en registro de audio o de audio y video; pues, de
existir cualquier de estos tipos de registro, ya no es necesario su transcripción en
un acta, y consecuentemente, en el juicio tan solo se procederá a su reproducción,
tal como lo señala el artículo 384 inc. 3 del NCPP.
2.2.7 Otros medios de prueba y prueba de oficio
Según el numeral 1 del artículo 385 del NCPP, una vez terminada la lectura o
reproducción de los documentos, el juez penal -de oficio o a pedido de parte-, podrá
ordenar la realización de una inspección o de una reconstrucción y dispondrá las
medidas necesarias para llevarlas a cabo; siempre que ello resulte posible y no se
hayan realizado tales diligencias en la investigación preparatoria o cuando se hayan
realizado, pero, resultan manifiestamente insuficientes para el conocimiento de los
hechos.
Por otro lado, en el numeral 2 del mismo artículo del NCPP, se establece que,
excepcionalmente, una vez culminada la recepción de las pruebas, el juez penal
podrá disponer, de oficio o a pedido de parte, la actuación de nuevos medios
probatorios, si en el curso del debate resultasen indispensables o manifiestamente
útiles para esclarecer la verdad. El juez penal cuidará de no reemplazar por este
medio la actuación propia de las partes.
Finalmente, en el inciso 3 de la referida norma se precisa que la resolución que se
emita en ambos supuestos no es recurrible.
Sin duda que esta norma del articulo 385 es una de las más polémicas de las
contenidas en el NCPP, porque en un sistema acusatorio con rasgos adversativos,
se entiende que la prueba es producida por las partes; pero, si el juez dispone la
actuación de pruebas de oficio e incluso la realización de actos de investigación
(inspección o reconstrucción), de alguna manera estaría procurando la producción
de la prueba. Esta es la razón por la que algunos críticos han tildado a esta norma
como rezago del sistema inquisitivo, porque el juez estaría sustituyendo
funcionalmente a las partes y a la vez perjudicando su imparcialidad; sin embargo,
considero que al no existir sistemas procesales puros (Pérez, 2005, p.3), su
incorporación a nuestro ordenamiento procesal podría ser legitima, si existiera una
razón importante que lo justifique, como lo es, la búsqueda de la verdad en el
proceso penal como garantía para alcanzar la justicia.
Desvinculación judicial de la calificación jurídica y acusación
complementaria.
La acusación cumple un rol fundamental en la tarea de garantizar la imputación
necesaria a partir de la etapa intermedia del proceso penal, pues, permite definir el
objeto de prueba del proceso, tanto en el plano fáctico como en la calificación
jurídica de hecho. Y tan es así, de importante, que el juez se encuentra vinculado al
hecho objeto de acusación y a la calificación típica realizada por el fiscal; pero, esta
regla tiene su excepción, y la encontramos en el numeral 1 del artículo 374 del NCPP
que prescribe:
“Si en el curso del juicio, antes de la culminación de la actividad probatoria, el juez
penal observa la posibilidad de una calificación jurídica de los hechos objeto del
debate que no ha sido considerada por el Ministerio Público, deberá advertir al fiscal
y al imputado sobre esa posibilidad. Las partes se pronunciarán expresamente
sobre la tesis planteada por el juez penal y, en su caso, propondrán la prueba
necesaria que corresponda. Si alguna de las partes anuncia que no está preparada
para pronunciarse sobre ella, el juez penal suspenderá el juicio hasta por cinco días,
para dar oportunidad que exponga lo conveniente”.
Por otro lado, en el inciso 2 del mismo artículo del código, se regula la figura de la
“acusación complementaria” que supone la introducción por escrito, de un hecho
nuevo o de una circunstancia que no ha sido mencionada en su oportunidad que
modifica la calificación legal o integra un delito continuado.
Como vemos, la denominada “acusación complementaria” está referida a una
ampliación de la acusación en cualquiera de los dos supuestos que establece la
norma, pues, en el primer supuesto, introducir un hecho nuevo, amplia el ámbito
fáctico de la acusación y, en el segundo supuesto, introducir una circunstancia que
no ha sido mencionada en la acusación, también amplia en alguna medida el ámbito
fáctico e la acusación, puesto que no se trata de cualquier circunstancia, sino que
está debe significar una modificación en la calificación legal.
La norma aludida es un poco confusa, porque existe un defecto en la redacción, ya
que en el orden gramatical que presenta el precepto normativo, la referencia de que
“integra un delito continuado”, pareciera estar ligada a la inclusión de una nueva
circunstancia; sin embargo, si analizamos la naturaleza del delito continuado,
prescrito en el Artículo 49 del Código Penal, apreciaremos que ésta se refiere a
varias violaciones de la ley penal (que puede ser la misma ley penal o una de ley de
igual o semejante naturaleza) cometidos en el momento de la acción o en momentos
diversos, en actos ejecutivos de la misma resolución criminal, y como tal, no se
configura a partir de circunstancias, sino de hechos o acciones violatorias de la ley
penal.
Del análisis anterior, podemos entender que la referencia al “delito continuado” en
la acusación complementaria no está ligada al supuesto de inclusión de una nueva
circunstancia -no mencionada con la acusación primigenia-, sino que, por el
contrario, esta referencia está ligada al primer supuesto de ampliación de la
“acusación complementaria”, referida a la inclusión de un hecho nuevo.
2.3.
A partir de esta aclaración, resulta más sencillo comprender la naturaleza y el ámbito
de aplicación de la “acusación complementaria” que operaría en dos supuestos:
a) Incluir un hecho nuevo que integra un delito continuado, que se encuentra
vinculado al hecho de la acusación primigenia por tener la misma resolución
criminal.
b) Incluir una nueva circunstancia que modifica la calificación legal de la acusación
primigenia.
Cualquiera de estos supuestos de “acusación complementaria” se tienen que haber
generado como consecuencia del debate probatorio del juicio, y, para que
procesalmente sea viable su aplicación, el fiscal deberá hacer uso de ella, antes de
la culminación de la actuación probatoria, ya sea de oficio o a instancia del juez, a
consecuencia de la comunicación de la posible desvinculación respecto a la
calificación jurídica de la acusación.
Finalmente, en relación con los hechos nuevos o circunstancias atribuidas en la
acusación complementaria se recibirá nueva declaración del imputado y se
informará a las partes que tienen derecho a pedir la suspensión del juicio para
ofrecer nuevas pruebas o preparar la defensa. La suspensión no superará el plazo
de cinco días.
2. Fase final del juicio.
3.2. Alegatos finales.
Terminada la actuación de pruebas, el juez declara la conclusión del debate probatorio,
e indicará a las partes que realicen sus alegatos finales, en el orden establecido por el
artículo 386 del NCPP, es decir:
- Alegatos finales del fiscal
- Alegatos de los abogados del actor civil y tercero civil.
- Alegatos del abogado defensor del acusado.
A esta secuencia la tendríamos que agregar otro tipo de alegatos dependiendo de las
pretensiones planteadas en el proceso; así tenemos que:
a) Si el fiscal ha logrado la incorporación de una persona jurídica pasible de imponer
las consecuencias previstas en el artículo 104 y 105 del Código Penal, el abogado
de la persona jurídica podrá hacer sus alegatos finales a continuación del tercero
civil; y
b) Si en el proceso se ha planteado la posibilidad de aplicarse el decomiso o pérdida
de los efectos del delito o la pretensión de nulidad de transferencias o gravámenes,
el alegato final del abogado del tercero interesado se realizará a continuación del
abogado de las personas jurídicas, y antes de los alegatos del abogado defensor
del acusado, conforme lo establece el artículo 15 inciso 2 literal d) del NCPP que
faculta a los terceros a formular alegatos en el juicio oral.
Respecto a la realización de los alegatos, la normal procesal precisa que no podrá
leerse los alegatos; lo cual es una exigencia que impone la técnica de formulación de
alegatos y que el legislador ha decidido imponer en el inciso 2 del artículo 386 del código
adjetivo, atendiendo probablemente a nuestra cultura arraigada de litigación escrita; sin
embargo, la aludida norma contempla la posibilidad de que las partes puedan realizar
la lectura parcial de notas para ayudar a la memoria o el empleo de medios gráficos o
audio-visuales para una mejor ilustración al juez. Al finalizar el alegato, el orador
expresará sus conclusiones de un modo concreto.
Para la realización de los alegatos, el juez penal concederá un tiempo prudencial en
atención a la naturaleza y complejidad de la causa, y en caso de producirse un
manifiesto abuso del tiempo para el uso de la palabra por alguno de los abogados, el
juez penal llamará la atención al orador y, si este persiste, podrá fijarle un tiempo límite
en el que indefectiblemente dará por concluido el alegato.
Finalmente, en el inciso 3 del artículo 386 se establece que, si estuviera presente el
agraviado, se le concederá la palabra, aunque no haya intervenido en el proceso, siendo
que tal intervención la podría hacer directamente el agraviado o la podría hacer a través
de su abogado defensor.
A continuación, se resume la secuencia de los alegatos y las intervenciones finales de
las partes en el juicio oral.
ALEGATOS DEL FISCAL
ALEGATOS DEL ABOGADO DEL ACTOR CIVIL
ALEGATOS DEL ABOGADO DEL TERCERO CIVIL
ALEGATOS DEL ABOGADO DE LA PERSONA JURIDICA
ALEGATOS DEL TERCERO INTERESADO
ALEGATOS DEL ABOGADO DEL ACUSADO
INTERVENCIÓN DEL AGRAVIADO
AUTO DEFENSA DEL ACUSADO
3.2.1. Alegato final del fiscal.
El Fiscal, cuando considere que en el juicio se han probado los cargos materia de
la acusación escrita, la sustentará oralmente, expresando los hechos probados y las
pruebas en que se fundan, la calificación jurídica de los mismos, la responsabilidad
penal y civil del acusado, y de ser el caso, la responsabilidad del tercero civil. Este
alegato concluirá precisando la pena y la reparación civil que se solicita.
En el inciso 2 del artículo 387 del NCPP se establece que, si el fiscal considera que
del juicio han surgido nuevas razones para pedir aumento o disminución de la pena
o la reparación civil solicitada en la acusación escrita, destacará dichas razones y
pedirá la adecuación de la pena o reparación civil. De igual manera, en mérito a
la prueba actuada en el juicio, puede solicitar la imposición de una medida de
seguridad, siempre que sobre ese extremo se hubiera producido el debate
contradictorio correspondiente.
Esta última norma está referida a la forma que debe adoptar el alegato final del fiscal
cuando este ha hecho uso de la denominada “acusación complementaria”
prevista en el inc. 2 del artículo 374 del NCPP, evidenciándose que, la acusación
complementaria pueda referirse no solo a circunstancias que agraven la situación
del acusado, sino también a circunstancias que atenúen su responsabilidad, y la
misma lógica se aplica respecto de la reparación civil.
Al supuesto de “adecuación de la pena o reparación civil”, vinculada a la “acusación
complementaria”. Se adiciona al supuesto de la “corrección” o “integración” de la
acusación, regulado por el inciso 3 de la referida norma, la misma que establece:
El fiscal, en ese acto, podrá efectuar la corrección de simples errores materiales o
incluir alguna circunstancia, siempre que no modifique esencialmente la imputación
ni provoque indefensión y, sin que sea considerada una acusación complementaria.
Como vemos el supuesto de “integración” o “corrección de la acusación” no
requiere de una acusación complementaria, porque la corrección se refiere
únicamente a errores materiales y la integración o la inclusión de algunas
circunstancias, pero, en ninguno de los dos casos se modifica la imputación,
tampoco la pena y reparación civil y por ello tampoco genera indefensión.
Por otro lado, la norma procesal también contempla la posibilidad de que el fiscal,
luego de concluido el debate probatorio considere que se ha enervado la imputación
dirigida contra el acusado, y en ese caso, le faculta el artículo 387. 4 del Código para
formular un acto procesal denominado “retiro de acusación”.
En efecto, el texto de la norma establece expresamente que:
Si el Fiscal considera que los cargos formulados contra el acusado han sido
enervados en el juicio, retirará la acusación; siendo que, el concepto enervar, según
el diccionario de la Real Academia Española, hace alusión a debilitar la fuerza de
las razones o argumentos, lo cual, si es aplicado a la teoría del caso del fiscal sintetizada en su acusación-, supone que el debate del juicio ha traído consigo el
debilitamiento de las razones o argumentos de la tesis acusatoria, y no se restringe
entonces a los supuestos de certeza negativa, que se produce cuando en el juicio
se demuestra la inocencia del acusado; sino que abarca también los supuestos de
insuficiencia de elementos de prueba para solicitar fundadamente la condena
del acusado.
Esta conclusión no obedece tan solo a la interpretación gramatical realizada a partir
del significado del término “enervar”, sino que también es producto de la
interpretación sistemática, pues, según el literal b) del numeral 4 del artículo 388 del
NCPP, el resultado judicial que deriva de un retiro de acusación es la emisión de un
auto de sobreseimiento, y según los literales c) y d) del numeral 4 de la misma
norma, el trámite que corresponde cuando el juzgado discrepa con el retiro de
acusación, es el mismo que se sigue ante la discrepancia con un requerimiento de
sobreseimiento, pues, en tal caso, se debe elevar en consulta la incidencia del retiro
de acusación ante el fiscal superior.
A partir de estas referencias normativas podemos afirmar que el retiro de
acusación es equivalente a un requerimiento de sobreseimiento, e incluso se
puede afirmar sin problemas que el retiro de acusación es un requerimiento de
sobreseimiento en la etapa de juicio oral, y en ese sentido, los supuestos para
aplicarlo serían los mismos que se describen en el inciso 2 del artículo 344 del
Código Procesal, con la salvedad de que el fundamento ya no es consecuencia de
los elementos de convicción acopiados hasta la etapa intermedia, sino que es
consecuencia del debate probatorio del juzgamiento, que da lugar a elementos de
prueba.
Por tales razones, haciendo una interpretación sistemática del articulo 387.4 referida
al retiro de acusación y el artículo 344 inciso 2 del NCPP, referida a los supuestos
para requerir el sobreseimiento, podemos afirmar que el retiro de acusación
procederá no solo para aquellos casos en los que el debate del juicio demuestren,
la inocencia del acusado (supuestos equivalentes a los descritos de los literales a),
b) y c) del inciso del artículo 344), sino también para aquellos casos en los que el
debate produce dudas, que debilitan los fundamentos de la teoría del caso
acusatorio, de forma tal que, los elementos de prueba producidos en el juicio
resulten insuficientes para solicitar fundadamente la condena del acusado, que es
el supuesto equivalente al contemplado en el literal d) del inciso 2 del artículo 344
del NCPP.
En cuanto al trámite del retiro de acusación el inciso 4 del referido artículo 388
establece lo siguiente:
a) El juzgado, después de oír a los abogados de las demás partes, resolverá en la
mima audiencia lo que corresponda, o la suspenderá con tal fin por el término
de dos días hábiles.
b) Reabierta la audiencia, si el juzgador está de acuerdo con el requerimiento del
fiscal, dictará auto dando por retirada la acusación, ordenará la libertad del
imputado si estuviese preso y dispondrá el sobreseimiento definitivo de la causa.
c) Si el juzgador discrepa del requerimiento del fiscal, elevará los autos al fiscal
jerárquicamente superior para que decida, dentro del tercer día, si el fiscal
inferior mantiene la acusación o si debe proceder con arreglo al literal anterior.
d) La decisión del fiscal jerárquicamente superior vincula al fiscal inferior y al
juzgador. Esto quiere decir, que si el fiscal superior discrepa con el retiro de
acusación, el fiscal inferior deberá realizar alegatos de clausura afirmando
responsabilidad del acusado y solicitando las consecuencias jurídicas que
correspondan; en tanto que, si el fiscal superior muestra su conformidad con el
retiro de la acusación, esto vinculará al juzgador, en el sentido de que, el juez
sólo podrá declarar el sobreseimiento del proceso.
3.2.2. Alegato oral del actor civil
El abogado del actor civil argumentará sobre el agravio que el hecho ha ocasionado
a su patrocinado, demostrará el derecho a la reparación que tiene su defendido y
destacará la cuantía en que estima el monto de la indemnización, así como pedirá
la restitución del bien, si aún es posible, o el pago de su valor.
El abogado del actor civil podrá esclarecer con toda amplitud los hechos delictuosos
en tanto sean relevantes para la imputación de la responsabilidad civil, así como el
conjunto de circunstancias que influyan en su apreciación. Está prohibido de calificar
el delito.
3.2.3. Alegato oral del abogado del tercero civil
El abogado del tercero civil podrá negar la existencia del hecho delictuoso atribuido
al acusado, o refutar la existencia de la responsabilidad civil solidaria que le atribuye
la acusación o el actor civil, o la magnitud del daño causado y el monto de la
indemnización solicitada.
El abogado del tercero civil podrá referirse íntegramente al hecho objeto de
imputación y, sin cuestionar el ámbito penal de la misma, resaltar la inexistencia de
los presupuestos de imputación del derecho civil.
3.2.4. Alegato final del abogado de la persona jurídica
El abogado de la persona jurídica podrá negar la existencia de delito atribuido al
acusado o refutar la injerencia o utilización de la persona jurídica en el delito que se
le atribuye al acusado, tratando de deslindar las actividades de la persona jurídica
con los hechos delictivos materia del juzgamiento.
3.2.5. Alegato final del abogado de un tercero legitimado
El alegato del abogado de un tercero que podría resultar afectado por la pretensión
del decomiso o de una posible nulidad de transferencia o de gravámenes, se referirá
a la legitimidad del acto jurídico o de los actos jurídicos que han concretado el
gravamen o la transferencia, siendo el factor determinante la buena fe, o la ausencia
de conocimiento de la vinculación de los bienes o derechos que son objeto del
gravamen o transferencia, con el hecho delictivo que se le atribuye al acusado.
3.2.6. Alegato final del abogado defensor del acusado
El abogado defensor del acusado analizará los argumentos de la imputación en
cuanto a los elementos y circunstancias del delito, la responsabilidad penal y grado
de participación que se atribuye a su patrocinado, la pena y la reparación civil
solicitada, y si fuera el caso las rebatirá.
Concluirá su alegato solicitando la absolución del acusado o la atenuación de la
pena, o, de ser el caso, cualquier otro pedido que favorezca a su patrocinado.
3.2.7. Intervención del agraviado
La sección IV del libro primero del NCPP se refiere al Ministerio Público y los demás
sujetos procesales, y en esta sección, específicamente en el artículo 9 se regulan
los derechos del agraviado o víctima del delito; destacando entre ellos, el derecho a
ser escuchado antes de cada decisión que implique la extinción o suspensión de la
acción penal, siempre que lo solicite; este precepto general que opera como
principio, tienen una regla de desarrollo en las normas del juicio oral; pues el articulo
386 inciso 3 establece que si estuviera presente el agraviado y éste desea exponer,
se le concederá la palabra; entendiéndose que ese derecho lo podría ejercer
directamente o a través de su abogado, siempre que esté presente en la audiencia,
pues, si bien es cierto que la norma se refiere al agraviado y no a su abogado, se
debe reconocer que por razones de igualdad, se le debe otorgar esa posibilidad,
porque la pretensión de la víctima, referida a la reparación civil podría requerir de
argumentos jurídicos que muchas veces no se encuentran al alcance del agraviado.
En cuanto a la intervención del agraviado, el juzgado deberá orientar para que ésta
se refiere:
- Al agravio o daño causado por el delito,
- Al derecho a la reparación del daño; y
- Si fuera posible, a las razones de la cuantía de reparación civil que solicita o la
forma de restitución del bien.
3.2.8. Auto defensa del acusado
Concluidos los alegatos orales, se concederá la palabra al acusado para que
exponga lo que estime conveniente a su defensa, limitando su exposición al tiempo
que se le ha fijado y a lo que es materia del juicio.
Si no cumple con la limitación precedente se le podrá llamar la atención y será
requerido para que concrete su exposición; pero sí, aun así, el acusado incumple
con la limitación impuesta, se dará por terminada su exposición y, en caso grave, se
dispondrá se le desaloje de la sala de audiencias.
En este último supuesto, la sentencia podrá leerse no estando presente el acusado,
pero estando su defensor o el nombrado de oficio, sin perjuicio de notificarse con
arreglo a ley.
El derecho de defensa del procesado supone dos ámbitos de defensa, la defensa
instintiva que adopta el propio imputado y la defensa técnica que se garantiza con
la designación de un abogado defensor para el imputado. En este contexto la
autodefensa del acusado es una manifestación de la denominada defensa instintiva
o también denominada defensa material; sin embargo, el abogado defensor debe
orientar el ejercicio de este derecho del imputado a fin de que contribuya con su
teoría del caso, o incluso debe evaluar sobre la conveniencia de la última
intervención del acusado, ya que por las características del acusado –escaza
cultura, mínima experiencia para hablar en público, dificultad para comunicarse-,
esta intervención podría ser perjudicial para sus propios intereses.
3.3.
La deliberación
Con o sin la intervención final del acusado, el juzgado dará por concluido el debate
probatorio del juzgamiento, y los jueces pasarán, de inmediato y sin interrupción, a
deliberar en sesión secreta.
Como lo hemos señalado en el tratamiento de la prueba, el momento de liberación
se corresponde con el momento en la valoración de la prueba, pero, además de la
prueba se deberán analizar los demás componentes de la teoría del caso, como son
los hechos (proposiciones fácticas) y la teoría jurídica aplicable.
Las reglas procesales para la deliberación los encontramos en los artículos 392 y
393 del NCPP; y son las siguientes:
-
Cerrado el debate, los jueces pasarán, de inmediato y sin interrupción, a
deliberar en sesión secreta.
-
-
-
-
-
La deliberación no podrá extenderse más allá de dos días, ni podrá suspenderse
por más de tres días en caso de enfermedad del juez o de alguno de los jueces
del juzgado colegiado. En los procesos complejos los plazos antes indicados se
duplican.
Transcurrido el plazo sin que se produzca el fallo, el juicio deberá repetirse ante
otro juzgado, sin perjuicio de las acciones por responsabilidad disciplinaria que
correspondan.
Las decisiones se adoptan por mayoría. Si ésta no se produce en relación con
los montos de la pena y la reparación civil, se aplicará el término medio. Para
imponer la pena de cadena perpetua se requerirá decisión unánime.
El juez penal no podrá utilizar para la deliberación pruebas diferentes a aquellas
legítimamente incorporadas en el juicio.
Tal como señala cuando se abordó el tema de la valoración de la prueba, el juez
penal procederá primero a examinarlas individualmente y luego conjuntamente
con las demás.
La valoración probatoria respetará las reglas de la sana crítica, que faculta al
juez apreciar libremente la prueba, pero conforme a los parámetros que impone
la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicos.
En cuanto a los ámbitos o aspectos que debe comprender la deliberación y votación,
el inciso 3 del artículo 393 establece que se referirá a las siguientes cuestiones
a) Toda cuestión incidental que se haya diferido para este momento
b) La existencia del hecho imputado y sus circunstancias.
c) La responsabilidad del acusado, las circunstancias modificatorias de la misma y
su grado de participación en el hecho.
d) La calificación legal del hecho cometido
e) La individualización de la pena aplicable y, de ser el caso, de la medida de
seguridad que la sustituya o concurra con ella;
f) La reparación civil y consecuencia accesoria; y
g) Lo relativo a las costas, cuando corresponda imponerlas.
3.4.
Redacción de la Sentencia
Inmediatamente después de la deliberación, la sentencia será redactada por el juez
o el director del debate según el caso. Los párrafos se expresarán en orden
numérico correlativo y referente a cada cuestión relevante. En la redacción de las
sentencias se pueden emplear números en la mención de normas legales y
jurisprudencia, y también notas al pie de página para la cita de doctrina, bibliografía,
datos jurisprudenciales y temas adicionales que sirvan para ampliar los conceptos
o argumentos utilizados en la motivación.
En cuanto a su contendido, el artículo 394 del NCPP establece que la sentencia
contendrá:
a) La mención del juzgado penal, el lugar y fecha en la que se ha dictado, el nombre
de los jueces y las partes, y los datos personales del acusado,
b) La enunciación de los hechos y circunstancia objeto de acusación, las
pretensiones penales y civiles introducidas en el juicio, y la pretensión de la
defensa del acusado;
c) La motivación clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dan por probadas o improbadas, y la valoración de la
prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento que la justifique;
d) Los fundamentos de derecho, con precisión de las razones legales,
jurisprudenciales o doctrinales que sirvan para calificar jurídicamente los hechos
y sus circunstancias, y para fundar el fallo;
e) La parte resolutiva, con mención expresa y clara de la condena o absolución de
cada uno de los acusados por cada uno de los delitos que la acusación les haya
atribuido. Contendrá, además, cuando corresponda, el pronunciamiento relativo
a las costas y lo que proceda acerca del destino de las piezas de convicción,
instrumentos o efectos del delito.
f) La firma del juez o jueces.
3.5.
Lectura de la sentencia
El juez penal unipersonal o colegiado, según el caso, se constituirá nuevamente a
la sala de audiencias, después de ser convocadas verbalmente las partes; y la
sentencia será leída ante quienes comparezcan.
Cuando por la complejidad del asunto o lo avanzado de la hora sea necesario diferir
la redacción de la sentencia, en esa oportunidad se leerá tan solo su parte
dispositiva y uno de los jueces relatará sistemáticamente al público los fundamentos
que motivaron la decisión, anunciara el día y la hora para la lectura integral, la que
se llevara a cabo en el plazo máximo de los ocho días posteriores al
pronunciamiento de la parte dispositiva ante quienes comparezcan.
La sentencia quedará notificada con su lectura integral en audiencia pública. Las
partes inmediatamente recibirán copia de ella; y en caso de que alguna parte no
concurra, la notificación se realizará por cédula al domicilio procesal o a la casilla
electrónica, adjuntándose la sentencia correspondiente.
Finalmente, el inciso 5 del artículo 399 establece que, una vez leído el fallo
condenatorio, si el acusado está en libertad, el juez podrá disponer la prisión
preventiva cuando haya bases para estimar razonablemente que no se someterá a
la ejecución una vez firme la sentencia.
3.6.
Recurso de Apelación
Al concluir la lectura de la sentencia, el juzgador preguntará a quien corresponda si
interpone recurso de apelación, no es necesario que en ese acto fundamente el
recurso. Las partes también pueden reservarse la decisión de impugnación.
Para los acusados no concurrentes a la audiencia, el plazo para apelar empieza a
correr desde el día siguiente de la notificación en su domicilio procesal,
entendiéndose que se le deberá notificar con la sentencia.
En caso de formularse recurso de apelación, el escrito de fundamentación de la
apelación o la fundamentación oral de la apelación debe sujetarse a las exigencias
del artículo 405 del NCPP.
Si la sentencia ha sido emitida en un proceso inmediato, el recurso de interpondrá
en el mimo acto de la lectura. No es necesario su formalización por escrito. En caso
el acusado no concurra a la audiencia de lectura, rige el literal c) del inciso 1 del
artículo 414, es decir, que el plazo para interponer el recurso de apelación no será
de 5 días como en los procesos comunes, sino tan solo de 3 días.
De igual forma, en los procesos inmediatos, la sala penal superior, recibido el
cuaderno de apelación, comunicará a las partes que pueden ofrecer medios
probatorios en el plazo de tres (3) días.
3.7.
Ejecución Provisional. El artículo 402 del NCPP establece que la sentencia condenatoria, en su extremo
penal, se cumplirá provisionalmente, aunque se interponga recurso contra ella, salvo
los casos en que la pena sea de multa o limitativa de derechos.
Así mismo, se establece que, si el condenado estuviere en libertad y se impone
pena o medida de seguridad privativa de libertad de carácter efectivo, el juez penal
según su naturaleza o gravedad y el peligro de fuga, podrá optar por su inmediata
ejecución o imponer algunas de las restricciones previstas en el artículo 288
mientras se resuelve el recurso.
3.8.
Inscripción de la condena.
El artículo 403 del NCPP establece de modo imperativo que, se inscribirán en el
registro correspondiente, a cargo del Poder Judicial, todas las penas y medidas de
seguridad impuestas y que constan de sentencia firme.
La inscripción caducará automáticamente con el cumplimiento de la pena o medida
de seguridad impuesta.
Descargar