gingivitis

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Odontología
canina
Enfermedad
peridontal
- gingivitis Se llama gingivitis a cualquier
inflamación de la encía, sola o
asociada a una patología general.
Se trate o no de gingivitis, la
patología bucal en la especie
canina suele ser motivo de
consulta. Ello se explica por dos
razones: por una parte hace difícil
y dolorosa la toma de los
alimentos, y por otra, provoca
mal aliento, algo nada agradable
para los dueños.
La cavidad bucal puede ser no solo
un foco de infecciones sino también la puerta
de entrada de ciertos microbios. Su examen
es sistemático en cualquier consulta
veterinaria pues el estado general de la boca
refleja el estado general del individuo; por
otra parte, el descubrimiento de ciertas
lesiones de la cavidad bucal capaces de
provocar trastornos más o menos graves
reviste una gran importancia.
ETIOLOGÍAS DE LAS GINGIVITIS
El Sarro: el principal causante
Las gingivitis se deben a menudo
a una alimentación demasiado blanda que
favorece la aparición del sarro dental. La
utilización de huesos para roerlos,
suficientemente gruesos para que el perro
no pueda tragarlos, ayuda a mantener los
dientes limpios previniendo así la
aparición del gran causante de las
gingivitis, el sarro dental. Este se forma
por la mineralización de la “placa dental
bacteriana” por debajo y por encima de la
encía. El sarro contiene numerosos
microorganismos como: estreptococos,
estafilococos, enterobacterias, levaduras y
algunos protozoarios.
Otras causas
Las gingivitis pueden tener
también
un
origen
accidental
(quemaduras o traumatismos), un origen
infeccioso diferente del ligado a la
presencia de la placa dental, un origen
inmunológico o un origen tóxico.
Las quemaduras pueden deberse
evidentemente a agentes físicos como el
calor y la electricidad, pero también
estar provocados por agentes químicos
(productos cáusticos). Los traumatismos
relacionados con la costumbre que tienen
los perros de jugar con trozos de madera
no son raros. Algunas enfermedades
infecciosas causan lesiones bucales. Así
se observan gingivitis asociadas a la
enfermedad de Carré (Moquillo Canino)
o a las manifestaciones de insuficiencia
renal
de la piroplasmosis o de la
leptospirosis.
Pero no son estas las únicas
afecciones
generales
que
van
acompañadas de gingivitis. Lo mismo
ocurre con algunas enfermedades de las
glándulas endócrinas (Síndrome de
Cushing,
hiperplasia
tiroidiana,
insuficiencia suprarrenal iatrogénica),
afecciones
digestivas
(ictéricas,
gastroenteritis), afecciones del sistema
hematopoyético (leucemia, leucosis),
afecciones renales (insuficiencia renal
crónica). La carencia de vitamina A y
B2 también pueden provocar lesiones de
la cavidad bucal.
Por último se describen gingivitis
cuyo origen se debe a un mecanismo
autoinmunitario. Las lesiones que
producen son particularmente tenaces, y
el, diagnóstico se plantea una vez
conocidos los resultados de una biopsia
de la encía practicada porque los
tratamientos habituales no suelen dar
resultados.
Algunos productos pueden tener
un efecto tóxico. A este respecto se suelen
citar el mercurio, el plomo, el
metaldehído (formol) y el cianuro.
Por último, los tumores de la
encía no son raros, y su diagnóstico se
basa en el examen de la cavidad bucal
junto con un examen general.
El examen de las encias
En el examen se comienza por
notar el color, el volumen y la
consistencia de la encía. Posteriormente
se comprueba si existe o no sarro y se
constata el olor de la cavidad bucal.
Si hay presencia de lesiones
voluminosas, que hagan suponer la
presencia de tumores, se pasará a
practicar una biopsia. Una muestra de la
flora bucal permitirá aislar los
gérmenes causantes de la afección y
determinar el tratamiento antibiótico o
antiparasitario más adecuado.
tratamiento de las encias
Comienza por la desinfección de
la cavidad bucal; a continuación se
limpian el diente y el espacio peridontal
para eliminar el sarro acumulado.
Generalmente se continúa con la
administración
de
antibióticos
combinados con antiprotozoarios.
Si la gingivitis tiene como causa
otra enfermedad sistémica se procederá a
corregir dicha afección.
Los corticoides suelen usarse solo
en las afecciones de origen inmunitario.
Dr. Christian L. Sapia - Médico Veterinario
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