Resumen del primer tomo de El Capital

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El Capital de Carlos Marx en 8 páginas
(Síntesis de lo más relevante del primer tomo)
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LA PLUSVALÍA
Todos conocemos muchos tipos de monedas: el dólar, el euro, el peso, las del monopoly. Pues bien,
olvidémonos de todas ellas y pongamos nombre a nuestra propia moneda. La llamaremos, por ejemplo,
el «minuto». Esta va a ser nuestra moneda: el «minuto». Suena raro pero después verás por qué.
Ahora supongamos que tú trabajas en un taller de sombreros de paja y fabricas uno. ¿Cuántos minutos
gastaste de materia prima? Pongamos que al proveedor de paja le costó 10 minutos recolectarla, y por
ese precio se la vendió al dueño del taller. Gastaste entonces 10 minutos de materia prima. ¿Y cuánto
tiempo te llevó hacer tu sombrero? Digamos que 60 minutos. Entonces, el precio de venta del sombrero
será de 70 minutos.
«10 minutos de paja + 60 minutos de tu trabajo = 70 minutos»
De aquí vamos a sacar una fórmula para el precio; o mejor dicho, el «valor». Al costo de materias
primas que hemos empleado en cada sombrero lo llamaremos «capital constante»; aunque el capital
constante también incluye el uso de herramientas, máquinas, productos semi-acabados, y edificios. El
capital constante es «trabajo realizado» antes por trabajadores de otras empresas. La fórmula es:
capital constante + trabajo = valor
Ahora vamos a la venta del dichoso sombrero. Cuando el dueño del taller vende el sombrero, recupera
los 10 minutos que se gastó en paja, de aquí no gana nada, como decimos solo recupera; te paga a ti 30
minutos de salario y él se queda con 30 minutos de ganancia. ¿Qué está pasando aquí? ¿No trabajaste
60 minutos? ¿Por qué te paga entonces solo 30? Sencillamente, el patrón se está apropiando de tu
trabajo. La ganancia del empresario es el «trabajo que se apropia» de sus trabajadores y que se mide en
tiempo. Queda entonces:
«10 minutos de paja + 30 minutos de tu trabajo como salario + 30 minutos de tu trabajo que se apropia
el dueño del taller como ganancia = 70 minutos»
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Deducimos que el «trabajo» invertido en un producto se puede dividir en dos: el salario que recibe el
trabajador, que llamaremos «capital variable», y la ganancia, que llamaremos «plusvalía». Y de aquí
seguimos desarrollando la fórmula del valor.
Si
capital constante + trabajo = valor
Y
capital variable + plusvalía = trabajo
Tenemos que
capital constante + capital variable + plusvalía = valor (fórmula general del capital)
La ganancia del empresario se llama «plusvalía». Es el trabajo que se apropia de los trabajadores, y que
lo podemos medir en tiempo; minutos, horas, días, meses, años. ¿Ahora entiendes por qué elegimos el
«minuto» como nombre para nuestra moneda? Porque el tiempo es la única magnitud que puede medir
la cantidad de trabajo. Sí, ya sabemos que hay quien trabaja más rápido y quien más despacio, pero
siempre hay un promedio de tiempo para producir cualquier bien o servicio, hay un promedio de
trabajo social. El capitalista es una especie de vampiro que se alimenta de tiempo, de nuestro tiempo de
vida, del trabajo que nos chupa en forma de «plusvalía».
Esto que acabamos de ver ocurre en todas las empresas, ya fabriquen zapatos, coches, botones o
pasteles. Todas se apropian del trabajo de sus empleados. Esa es su ganancia.
¿Y por qué se pueden apropiar de nuestro trabajo? ¿No es acaso un robo? ¿Qué ley se lo permite?
Ninguna. Es una relación económica, una relación de producción. La plusvalía aparece cuando unos
son propietarios de las empresas, y otros, la mayoría, solo poseen su fuerza de trabajo, su cuerpo y su
cerebro, y que se ven obligados a vender para subsistir. Este es el poder que le permite al capitalista
apropiarse del trabajo ajeno.
Pero sigamos hablando del valor. Como sabes, la mayoría de los trabajos no son artesanos, sino que en
mayor o menor medida, en todos ellos, se usan máquinas y herramientas. Para calcular el capital
constante, lo que se hace es añadir una pequeña parte del valor que costó cada máquina o cada
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herramienta según su vida estimada, porque en cada producto gastaremos un poquito de ellas. Si el
dueño del taller compra una máquina para hacer sombreros de paja que costó 1.000 minutos y va a
servir para hacer 10.000 sombreros, dividimos los 1.000 minutos entre los 10.000 sombreros, y nos sale
que en cada sombrero gastaremos 0,1 minutos de máquina.
Otro ejemplo. Supongamos que trabajas en una fábrica de camisas. Tardas en hacer una camisa 10
minutos. Desglosemos los costos y calculemos el valor.
-Capital constante: 3 minutos de tela + 30 segundos de botones + 10 segundos de máquina + 10
segundos de electricidad + 20 segundos de alquiler de local = 4 minutos
-Trabajo: 10 minutos
-Valor de la camisa = capital constante + trabajo = 4 minutos + 10 minutos = 14 minutos
Para ti quedan 2 minutos de salario. Este es el capital variable. El patrón se queda con 8 minutos de tu
trabajo. Esta es la plusvalía.
Valor = capital constante + capital variable + plusvalía = 4 + 2 + 8 = 14 minutos
¿Dónde trabajas? ¿Serías capaz de calcular la cantidad de tu trabajo que se apropia el capitalista que te
ha tocado sufrir? Imagina que trabajas en una fábrica de muebles. ¿Cuál es el precio de una silla?
¿Cuánto se gastó el patrón en madera, herramientas, barniz, electricidad, alquiler del edificio por cada
silla? ¿Cuánto te pagó a ti por cada silla que hiciste? Por ejemplo:
-Valor de una silla: 10 euros
-Capital constante (materias primas, herramientas, máquinas, edificio, etc): 2 euros de madera + 20
céntimos de desgaste de herramientas + 20 céntimos de barniz + 5 céntimos de electricidad + 20
céntimos de alquiler del edificio = 2,65 euros
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-Trabajo = 7,35 euros
«2,65 de capital constante + 7,35 de trabajo = 10 euros»
Pero de tu trabajo de 7,35 euros, solo recibes de salario 2 euros (capital variable). Así que la plusvalía,
lo que se queda de tu trabajo el empresario, es 5,35 euros.
«capital constante + capital variable (salario) + plusvalía = valor»
2,65
+
2
+
5,35
= 10 euros por silla
Pero ten siempre en cuenta que el capital variable y la plusvalía, o sea, el salario y la plusvalía, forman
el trabajo total que invierte el trabajador.
¿CÓMO AUMENTA LA PLUSVALÍA EL CAPITALISTA?
PLAN A
Hace trabajar más horas al empleado. Si antes producía 8 sombreros de paja en jornada de 8 horas,
ahora va a trabajar 12 horas y va a producir 12 sombreros. El capitalista se va a quedar con más parte
de su trabajo. Para conseguir esto, el capitalista necesita que haya desempleo. El desempleo funciona
como método de presión. El desempleo se mantiene intencionadamente. ¿Qué trabajador va a aceptar
trabajar 12 horas si no es porque tiene miedo de quedarse sin trabajo y sin medios para vivir? Hay
trabajadores que se resisten, pero la mayoría pasa por el aro; sobre todo en periodos de crisis o en
contextos de extrema necesidad.
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PLAN B
Si el capitalista no puede aumentar la jornada de trabajo porque los trabajadores están organizados y
son fuertes, ¿qué hace entonces? Les obliga a trabajar con más intensidad. Los funde. Si antes no
querían producir los 12 sombreros en 12 horas, ahora los van a producir en 8 horas. ¿No querías caldo?.
Toma tres tazas.
La intensificación del trabajo y el extensión de la jornada conllevan un acortamiento de la vida laboral
del trabajador debido a que su salud se deteriora con más rapidez.
PLAN C
Se introducen nuevas técnicas, nuevas máquinas, se hace trabajar con más destreza a los empleados, se
fomenta el trabajo en cooperación, en serie, etc. En vez de producir 12 sombreros al día, con las nuevas
técnicas el trabajador va a sacar 24 sombreros por día, mucha más plusvalía.
El PLAN B y el PLAN C son una plusvalía temporal, y solo para el empresario que primero
mejore la productividad. En el momento que todos los empresarios adopten las mismas técnicas y la
misma intensidad el precio de los sombreros bajará debido a la competencia. Si antes un sombrero
costaba 70 minutos (10 de capital constante + 60 de trabajo) porque ese era el tiempo total que se
tardaba en hacer, ahora cuesta 40 minutos (10 de capital constante + 30 de trabajo), que es,
efectivamente, el tiempo que se emplea ahora en producir el mismo sombrero, y que es ahora su valor
real. Recuerda que nuestra moneda es el minuto, y un producto no se puede vender por más del tiempo
necesario para su producción. Si el tiempo de producción baja, el valor del trabajo baja, y en
condiciones normales la plusvalía baja en la misma proporción. Deducimos que el porcentaje de capital
constante va subiendo; hay más máquinas y menos trabajadores. Por tanto, mejorar la productividad no
trae mayor plusvalía porcentual a los capitalistas en su conjunto. Y sin embargo, es algo que todos ellos
ignoran, y de ahí su afán en llevar a los trabajadores a condiciones de trabajo infrahumanas.
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PLAN D
Se mejora la productividad de las ramas que producen los medios básicos de vida del trabajador: leche,
pan, aceite, ropa, etc, para bajar su valor. El precio total de los productos de primera necesidad que
consume un trabajador en un mes es el valor de su fuerza de trabajo de un mes, su salario mensual. Si
estos productos de primera necesidad bajan de valor, el trabajador estará dispuesto a trabajar por menos
salario. No olvidemos que la mayoría de los trabajadores son manipulados con el miedo. Volvamos al
ejemplo del sombrero. Antes era:
«10 minutos de paja + 30 minutos de tu trabajo como salario + 30 minutos de tu trabajo que se apropia
el empresario como plusvalía = 70 minutos»
Pero ahora, como los productos de primera necesidad son baratos, y tal vez estás en una situación
económica difícil, estás dispuesto a aceptar un salario de tan solo 10 minutos, ya que con esos 10
minutos podrás sobrevivir. Tenemos entonces:
«10 minutos de paja + 10 minutos de tu trabajo como salario + 50 minutos de tu trabajo que se apropia
el empresario como plusvalía = 70 minutos»
Como ves, el capitalista, como buen vampiro, se sabe todas las mañas para chupar tiempo.
¿CÓMO SE CONVIERTE LA PLUSVALÍA EN CAPITAL?
Imaginemos que un capitalista se apropia de un montón de plusvalía en un año. ¿Qué hace con ella? Si
es un vividor, se comprará un coche deportivo, un chalé; hará viajes exóticos, subirá al Everest, se
pondrá hasta las trancas de cocaína, en fin, lo que se te ocurra. Pero también es posible que invierta una
parte en ampliar la empresa, en nuevos trabajadores, en nueva maquinaria, en nuevos edificios, etc,
para que le rinda más plusvalía. De esta forma convierte la plusvalía en capital. La plusvalía se
convierte en capital cuando se invierte en nuevos medios de producción y en fuerza de trabajo.
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PROCESO DE ACUMULACIÓN DEL CAPITAL
Si el capitalista invierte la plusvalía en medios de producción y nueva fuerza de trabajo, es probable
que al año siguiente tenga otro saco de plusvalía todavía más grande. Pongamos que ahorra varios años
de plusvalía y con esta abre una nueva empresa. Con esta nueva empresa ocurrirá lo mismo: una parte
de la plusvalía será para colecciones de pintura, antigüedades, vídeos porno, viajes a los Alpes, etc, y
otra parte se volverá a invertir en ampliar o fundar nuevas empresas. Convierte la plusvalía otra vez en
capital. Es fácil entender entonces que la acumulación capitalista es una gran bola de nieve que va
creciendo con la plusvalía que los capitalistas invierten una y otra vez. Llega un momento en que todo
es plusvalía, plusvalía que rinde plusvalía, todo es trabajo que se han apropiado. De esta forma se va
acumulando el capital. Uno crece sobre otro.
Ocurre, que si a todos los capitalistas les va bien y acumulan a manos llenas, la economía se encuentra
en crecimiento, y los salarios suben porque hay más necesidad de trabajadores. Pero si los salarios
suben, por fuerza, el porcentaje de plusvalía disminuye (ver fórmula). A esto hay que sumar que el
desarrollo de la técnica y la tecnología hacen crecer el porcentaje dedicado al capital constante
(materias primas, máquinas, edificios). Hay un momento en que en la fórmula «capital constante +
capital variable + plusvalía = valor», la plusvalía tiene un porcentaje mínimo en comparación con los
otros dos términos. En otras palabras, hay más máquinas, menos trabajadores y menos plusvalía.
Entonces el capitalista se ve obligado a vender más cantidad de productos para obtener la misma
plusvalía en términos cuantitativos y compensar la caída porcentual de la plusvalía. El capital necesita
reproducirse y cada vez más rápido. Lo que se invierte hay que recuperarlo, y además con más
plusvalía. Es comprar, producir más y vender; comprar, producir más y vender. Es como una gigantesca
rueda que si se detiene se cae. Esto lleva a expandir mercados, o hacer guerras que los abran, a la
superproducción, y finalmente a la crisis de un sistema caótico. Al final no se puede vender todo lo que
se produce, las empresas cierran, los trabajadores van a la calle, bajan los salarios, llega la miseria, la
pobreza, y cuando la cosa se estabiliza, vuelve a empezar el ciclo de recuperación, crecimiento, crisis,
estancamiento. Las crisis finalmente causan que las empresas se fusionen para sobrevivir. De aquí
nacen los monopolios que conocemos actualmente.
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EL CAPITAL ORIGINARIO
Para entender el origen del capitalismo hay que recordar el mecanismo que ata y hace su esclavo al
trabajador. Este mecanismo se basa en la existencia de una mayoría de gente que solo posee su fuerza
de trabajo y está obligada a venderla como una mercancía más, y por otro lado, los poseedores de las
empresas que compran esta fuerza de trabajo para obtener plusvalía. El crear masas de fuerza de trabajo
ha sido un proceso de siglos que empezó en el tramo final de la Edad Media, cuando se descubrieron
nuevas rutas comerciales y se mejoraron las comunicaciones. El comercio se expandió y fruto de ello
los comerciantes empezaron a enriquecerse, los cuales invirtieron sus ganancias, por ejemplo, en
pequeñas manufacturas. Los pequeños artesanos fueron paulatinamente desplazados por estas
manufacturas que producían más barato. Estos primeros capitalistas convirtieron la plusvalía de sus
manufacturas en capital invirtiéndolo una y otra vez. Poco a poco se fueron adueñando de todos los
medios de producción. También comenzaron a comprar tierras a los antiguos señores feudales. Mucha
gente que vivía en estas tierras, y se mantenía de lo que cultivaba o del ganado, no tuvo otro remedio
que emigrar a las ciudades para vender su fuerza de trabajo. Pasito a pasito el capital fue ocupando
todos los espacios de la economía. Finalmente la producción se fue concentrando en pocas manos. El
resultado lo podemos ver hoy: un puñado de monopolios que controlan la economía mundial, apoyados
por gobiernos y ejércitos, y toda una mayoría de almas que solo posee su fuerza de trabajo.
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