La narrativa literaria1 En esta oportunidad nos centraremos en la narrativa literaria, un género constituido principalmente por la novela, la novela corta y el cuento o relato corto. Por extensión, la narrativa también engloba las novelas gráficas y los cómics, y ciertos subgéneros audiovisuales (como las películas y las series de televisión o radio). Asimismo, las (auto)biografías y los ensayos literarios e históricos comparten características de la narrativa literaria. Tipología textual A grandes rasgos, una obra literaria narrativa se caracteriza por la presencia de un narrador, personajes, un contexto espacial y temporal, y un argumento (acontecimientos, acciones). La gran diversidad dentro de la narrativa hace difícil establecer paradigmas de análisis que sean aplicables a todas las obras, pero en general podemos decir que en la narrativa literaria se usan principalmente textos descriptivos y textos narrativos (que pueden incluir diálogos entre los personajes). Ambos tipos de textos aparecen habitualmente combinados dentro de la obra y se caracterizan por determinados rasgos lingüísticos y estilísticos. → El texto descriptivo se caracteriza por utilizar: ● El tiempo presente o el pretérito imperfecto para presentar las características de un lugar, una persona, un animal o un objeto. ● Numerosos adjetivos para calificar sus cualidades, aspecto, funciones, etc. ● Estructuras sintácticas sin conectores (yuxtapuestas). 1 Angeles Carreres Mundos en palabras (2018) Routedge ● Figuras retóricas como la metáfora, el símil o comparación, la personificación, la enumeración y el paralelismo. También se pueden encontrar casos de sinestesia, aliteración, hipérbole e ironía. Es difícil encontrar textos extensos que sean puramente descriptivos, pues habitualmente aparecen pasajes descriptivos dentro de textos narrativos para retratar a los personajes y ambientes. → El texto narrativo tiene una serie de elementos constituyentes: ● El espacio donde tiene lugar la historia ● El tiempo ● La acción ● Los personajes que participan de la historia ● El punto de vista desde el que se narra Desde una perspectiva lingüística y retórica, el texto narrativo se caracteriza por: ● El uso frecuente de los tiempos de pasado, junto con conectores temporales y de secuencia. ● El empleo de diálogo entre personajes, así como del monólogo, del discurso indirecto y del discurso indirecto libre. ● Unos recursos literarios muy variados, que pueden incluir desde figuras retóricas como metáforas o símiles, a usos de ironía, cambios de tono o referencias intertextuales. Elementos lingüísticos y recursos característicos de la narrativa Cuando nos enfrentamos a un texto tenemos que tomar una serie de decisiones estratégicas considerando diversos aspectos: contexto histórico-cultural, género, audiencia del texto fuente y del texto meta, etc. Una vez establecida nuestra estrategia global, prestaremos atención a cuestiones de detalle como: dificultades específicas de gramática, sintaxis, vocabulario y estilo y buscaremos las estrategias más adecuadas. A continuación, se ofrece una lista de aspectos lingüísticos y estilísticos (adaptada de: Style in Fiction, Leech y Short, 1981). Se debe tener en cuenta que todos los rasgos incluidos aquí no estarán necesariamente presentes en todos los textos; tampoco será preciso que hagamos un análisis de todos ellos en cada traducción. Es simplemente una guia que nos puede ayudar a identificar los aspectos lingüísticos y estilísticos más destacados del texto fuente. Los rasgos sintácticos desde una perspectiva contrastiva La extensión y la articulación del período oracional Las distintas cláusulas de la oración se pueden articular de tres formas: ▪ YUXTAPOSICIÓN: las cláusulas están relacionadas sin palabras de enlace: Llueve mucho, no salgas. ● COORDINACIÓN: las cláusulas están vinculadas por conjunciones coordinantes: Llueve mucho pero voy a salir. ▪ SUBORDINACIÓN: las cláusulas están relacionadas por conjunciones subordinantes con valor temporal, comparativo, condicional, causal, final, etc.: No salgas porque llueve mucho. El inglés muestra una marcada preferencia por la yuxtaposición y la coordinación, mientras que el castellano hace un uso más amplio de la subordinación. En general, el inglés tiende a utilizar frases breves para facilitar la claridad expositiva, En contraste, el español suele enlazar los elementos que el inglés separa, dando como resultado un periodo más largo. Por ello, siempre que la sucesión de frases breves no cumpla un propósito retórico, a menudo puede conseguirse un estilo más natural en la traducción al español si se unen diferentes oraciones en un solo período. Con frecuencia las traducciones al castellano de prosa inglesa suelen cambiar acertadamente la yuxtaposición y la coordinación por la subordinación, pero no debemos olvidar que al manipular la sintaxis, hay que considerar y respetar el estilo del autor del texto fuente, pues se podría perder la concisión estilística utilizada con fines estilísticos. Por otra parte, es interesante señalar que mientras el inglés utiliza la repetición como forma de unir ideas, proporcionar cohesión al discurso y prevenir la ambigüedad, el español evita la repetición y favorece la variación. El orden de las palabras Tanto en inglés como el español siguen un orden SVO (sujeto-verbo- objeto/complemento). El español, sin embargo, presenta una mayor flexibilidad en el orden de las palabras. ● En inglés es necesario indicar el sujeto del verbo para saber quién realiza la acción. En español, sin embargo, el sistema verbal ha mantenido sus desinencias personales. Así pues, no es necesario que el sujeto quede explícito para quien realiza la acción verbal. La práctica habitual al traducir del inglés al español es omitir los pronombres del sujeto, a no ser que haya casos de ambigüedad o razones estilísticas para usarlos. ● Mientras que en inglés el sujeto va prácticamente siempre delante del verbo, el castellano permite colocar el sujeto detrás del verbo para expresar énfasis, contradicción o contraste: ● En inglés es posible colocar el verbo al final de la oración, posición que la traducción castellana evita normalmente: ● En inglés se puede terminar una cláusula u oración con una preposición, mientras que esto no es posible en español, donde la preposición siempre debe ir seguida por un artículo, sustantivo o pronombre: ● En el caso de las frases hechas, proverbios y refranes, el orden de palabras en ambos idiomas es muy estricto. En ciertas expresiones fijas, no hay correspondencia de orden (a black and white television = una televisión en blanco y negro). También hay que prestar atención a aquellos refranes que léxicamente son similares en ambas lenguas pero que cambian la sintaxis. ● La posición del adjetivo Otro rasgo prácticamente fijo del inglés es la anteposición del adjetivo. Mientras que en inglés la posición habitual del adjetivo es antepuesta al sustantivo (muy raras veces va detrás), en español el adjetivo puede anteponerse o posponerse al sustantivo, y su valor puede variar según su posición. En general, se considera que el adjetivo pospuesto especifica y limita el significado del sustantivo, mientras que el antepuesto lo suplementa, hace que tienda a valorarse más la cualidad expresada por el adjetivo y es más habitual en textos literarios. Por ejemplo, en «la blanca nieve» se subraya una cualidad inherente a la nieve, a saber, su blancura. En cambio, en «la pared blanca» denotamos una realidad particular opuesta a otras posibles (pared amarilla, pared azul), especificando, restringiendo así su significado. ● En construcciones en las que el adjetivo califica a varios sustantivos, hay que evitar el peligro de traducir el adjetivo calificando únicamente el primero de ellos: ● El inglés presenta gran facilidad para la adjetivación de sustantivos. Al traducirlos se puede recurrir a la modulación o a la transposición. ● En muchos casos, hay que recurrir a un sintagma preposicional con «de». ● El inglés es muy propenso a componer secuencias unidas por guiones con función adjetiva. Con frecuencia son traducidos por una unidad fraseológica o por elementos separados: ● El inglés tiene una gran facilidad para yuxtaponer adjetivos. Normalmente el adjetivo más cercano al sustantivo está ligado a él con más fuerza y se suele traducir junto a él. Cuando aparecen varios adjetivos yuxtapuestos, a menudo conviene adoptar soluciones mixtas: adjetivos apreciativos antepuestos y adjetivos objetivos pospuestos, oraciones de relativo, transposición: ● En este caso, cuando colocamos un adjetivo a uno y otro lado del sustantivo, Vázquez Ayora (1977: 124-125) aconseja posponer los adjetivos de color y nacionalidad: ● Los adjetivos que indican edad pueden anteponerse o posponerse, a en algunos casos fundirse con el sustantivo. ● Vázquez Ayora (1977: 125) también señala que cuando el inglés emplea dos adjetivos separados por una coma, el español prefiere normalmente intercalar la conjunción “y”: ▪ El artículo En el uso del artículo se producen diferencias notables en inglés y en español. Veremos a continuación las más usuales. ▪ Ante un predicado genérico o una aposición ▪ Si particulariza y califica lleva artículo ▪ ▪ Otros casos: números y expresiones fijas Los posesivos En comparación con el inglés, el español hace un uso mucho más restringido de los posesivos. Con frecuencia, los adjetivos posesivos ingleses se traducen por artículos determinados en castellano: La relación de posesión se expresa a menudo en español por medio de un dativo posesivo. En esta construcción hay una persona que padece algún sentimiento o sensación relacionada típicamente con una parte del cuerpo o con un objeto de su pertenencia: Como se observa, en inglés se emplea un adjetivo posesivo con la parte del cuerpo en función de sujeto (my neck), mientras que en español la parte del cuerpo aparece con artículo como sujeto de la oración (el cuello) y un pronombre personal (me) como complemento indirecto (dativo) del verbo. Recuerden que en este caso la estrategia que aplicamos es la transposición. De modo similar es frecuente la transposición del posesivo inglés por el pronombre reflexivo y el artículo determinado en español. Por otra parte, la indeterminación en cuanto al género y al número del posesivo español «su» frente al inglés his, her, its, your y their obliga a buscar otras soluciones para aclarar su referente: 1.3 Los pronombres personales Mientras que la presencia del pronombre personal en función de sujeto es obligatoria en inglés, en español el pronombre sujeto solo se explicita cuando se quiere deshacer una posible ambigüedad o cuando se quiere dar a la frase un valor enfático o expresivo.