Subido por alejandraandrea.gonzalez

Lectura Oseo a Nervioso

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Tejido óseo y sanguíneo
Otro de los TC de sostén es el óseo, aunque también tiene otras funciones
como la de almacén y regulador metabólico de elementos como el calcio
y el fósforo, o como productor de las células sanguíneas mediante un
proceso denominado hematopoyesis, ya que los precursores
hematopoyéticos se alojan en la medula ósea. Asimismo cumple una
función de protección de estructuras vitales como encéfalo, pulmones y
corazón. A todas estas características que lo diferencian del cartílago, hay
que agregar su gran irrigación por el sistema sanguíneo.
El componente más característico del hueso es una matriz
extracelular mineralizada que contiene cristales de hidroxiapatita. El resto
de la matriz extracelular lo forma la parte orgánica que está compuesta por una gran abundancia de fibras de
colágeno (sobre todo el tipo I, el cual puede representar hasta el 95% de dicha parte orgánica) y por
glucosaminoglicanos en menor cantidad. Esta composición confiere al tejido óseo una gran consistencia, dureza,
resistencia a la compresión y cierta elasticidad.
Tanto la densidad de la MEC, como de la orientación de las fibras de colágeno, son utilizadas para
determinar las subcategorías del tejido óseo.
Criterio
Densidad de la MEC
Orientación de las
fibras de colágeno
(observación microscópica)
Clasificación
Esponjoso o trabecular
Compacto o cortical
No laminar
Laminar
Osteónico (o laminar
concéntrico)
Características principales
La matriz se presenta como una malla de aspecto laxo.
Fácilmente identificable en la epífisis
La matriz es muy densa y sin cavidades vacías. Se encuentra
rodeando el hueso trabecular y a lo largo de la diáfisis
Las fibras se presentan en forma entrecruzada formando
trabéculas. Fácilmente identificable en la epífisis
Las fibras se presentan paralelas formando haces que
conforman las trabéculas de la epífisis.
Las fibras se presentan paralelas y concéntricas, otorgando
un aspecto compacto de la corteza ósea
El hueso esponjoso o trabecular posee grandes
espacios denominados cavidades vasculares, ocupados
por vasos sanguíneos y elementos hematopoyéticos.
Estas cavidades están limitadas por trabéculas óseas (de
ahí su denominación). Sin embargo cabe, señalar que
durante su formación (osteogénesis), las fibras de
colágeno se disponen de manera entrecruzada, dando
origen a un hueso trabecular no laminar (o primario), que
posteriormente es sustituido por un hueso secundario
denominado trabecular laminar, que se caracteriza por la
disposición paralela de las fibras de colágeno,
principalmente en el interior de la diáfisis de los huesos
largos, siempre rodeado por hueso compacto.
Por otro lado, el hueso compacto
no posee cavidades vasculares, sino que
su matriz extracelular se ordena en
laminillas
óseas,
dispuestas
paralelamente
(hueso
compacto
laminar) o de manera concéntrica (hueso
compacto de tipo osteónico). El centro
de esta organización se encuentra un
canal, denominado Canal de Havers, por
el que atraviesan vasos sanguíneos y
nervios. Estas estructuras, junto con las
laminillas óseas concéntricas (ordenadas entre 4 a 20 unidades) y los osteocitos, dispuestos entre las laminillas,
forman una osteona o sistema de Havers. Los canales de Havers de las osteonas vecinas, están conectados
mediante canales transversales denominados canales de
Volkmann.
A nivel celular, el hueso maduro está conformado por los
osteocitos que se encuentran en pequeños huecos localizados
entre las laminillas óseas. De estos huecos denominados lagunas,
salen pequeños conductos, denominados canalículos, por donde los
osteocitos emiten prolongaciones celulares orientadas hacia los
canales de Havers para obtener sus nutrientes. Esta organización
espacial de los osteocitos (como araña de patas largas), junto con su
capacidad de reabsorber y producir matriz ósea, le confiere su
principal función: Mantenimiento de la matriz ósea, aunque
también intervienen en la homeostasis del calcio mediante su
liberación desde la matriz ósea.
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Al contrario de lo que muchas personas pueden creer, el hueso está
permanente en remodelación, gracias a dos procesos ejecutados por células
especializadas: Reabsorción y formación. El primero destruye o degrada el hueso
mediante la acción de células multinucleadas llamadas
osteoclastos, cuya superficie en contacto con el hueso,
presenta una forma muy ondulada donde se localizan
numerosas enzimas encargadas de degradar la matriz ósea;
mientras que la formación se lleva a cabo por otro tipo celular
denominado osteoblasto, los cuales son células redondeadas,
sin capacidad reproductiva (no hay mitosis), cuyo núcleo es
bien visible situándose lejos de la superficie de la matriz ósea.
Por lo general, los osteoblastos se encuentran en el frente de
crecimiento del hueso y van quedando encerrados en
pequeñas cavidades de la matriz extracelular, a medida que
avanza su actividad formadora. Una vez a atrapados, se
convierten en células permanentes de la estructura ósea
madura, denominándose osteocitos. Cabe destacar que estas
células, son capaces de detectar fuerzas mecánicas y
responder fabricando hueso más resistente, durante esta
remodelación.
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Las superficies interiores o medulares del hueso compacto, así como las cavidades vasculares del hueso
esponjoso, están recubiertas por el denominado endostio, que contiene células osteogénicas, osteoblastos y
algunos osteoclastos. Recubriendo al hueso externamente se encuentra el periostio formado por dos capas
celulares: una externa, constituida por tejido conectivo fibroso y otra interna, más próxima al hueso, que
contiene material osteogénico y donde se encuentran los osteoblastos. Esta última capa está sujeta al hueso
mediante haces de colágeno que se encuentran embebidos en la matriz ósea calcificada.
El siguiente TC que abordaremos está intimamente relacionado con
el TC óseo, puesto que en la médula ósea de huesos planos, esternon,
costillas, pelvis y vertebras, se encuentran las células hematopoyéticas que
dan origen a las del TC Sanguíneo.
Este tejido corresponde a un subtipo de la categoría de TC con
propiedades especiales, integra el sistema cardiovascular, y representa
alrededor del 7% del peso corporal. Asimismo, cumple una serie de
funciones vitales, tales como la coagulación sanguínea, el transporte de
nutrientes, oxígeno, desechos metabólicos, CO2, hormonas, y células del
sistema inmune.
El TC sanguíneo que está compuesto por una matriz extracelular líquida denominada plasma sanguíneo
(90% agua) en el cual se encuentran suspendidos o disueltos células sanguíneas (eritrocitos y leucocitos),
fragmentos celulares (trombocitos), compuestos orgánicos y electrolitos
Las células sanguíneas se clasifican en dos tipos: eritrocitos o glóbulos rojos y leucocitos o glóbulos
blancos. La sangre también contiene fragmentos celulares denominados plaquetas. Los leucocitos se dividen a
su vez en granulares: neutrófilos, basófilos y eosinófilos, y en agranulares: linfocitos y monocitos.
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Los eritrocitos son los responsables del color rojo a la sangre, debido a que producen grandes
concentraciones de una proteína citosólica denominada hemoglobina, gracias al trabajo coordinado de
mitocondrias, el sistema de trasporte de vesículas y los procesos de transcripción y traducción de la información
genética de la célula. No obstante, la producción de hemoglobina está restringida a un periodo muy breve del
ciclo de vida de un eritrocito, y ocurre cuando este aún no ha madurado (entre eritroblasto y normoblasto).
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Una vez maduros, están presentes sólo en el torrente
sanguíneo, constituyendo el 45% de su volumen. Asimismo, se
presentan como células ánucleadas y carentes de mitocondrias y
otros organelos celulares, lo que está estrechamente relacionado
con una vida media de 120 días. Esta perdida de organelos le
permite adquirir la forma bicóncava, lo que le otorga una mayor
superficie de intercambio con el plasma sanguíneo, convirtiéndose
en una célula altamente especializada en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono.
El otro componente celular de la sangre, los leucocitos, se encuentran en menor concentración que los
eritrocitos (6.500 a 10.000 por mm3 de sangre). Sin embargo, cumplen funciones indispensables del sistema
inmune, caracterizándose por utilizar el sistema circulatorio sólo para desplazarse por el organismo, ya que
cuando llegan a su destino migran entre las células endoteliales de los vasos sanguíneos, mediante un
mecanismo denominado diapédesis, penetrando en el tejido conjuntivo, para llevar a cabo su función.
Estas células, en su estado natural, presentan núcleo y son
incoloras (de aquí el significado del prefijo leuco). No obstante, el
citoplasma presenta granulaciones Azurófilas (o primarias) ante la
acción de una tinción inespecífica (azul o morada), que corresponde a
la presencia de lisosomas. Si el leucocito presenta sólo este tipo de
granulación, es clasificado como agranulocito. Pero, si además de las
granulaciones azurófilas, presenta otras que se tiñen con tinciones
específicas (o secundarias), se le clasificará como granulocito
Las imágenes de ambos lados, muestran neutrófilos que son los
leucocitos más numerosos de la sangre. Son del tipo granulocitos y se
caracterizan por presentar un núcleo multilobulado (estado maduro)
y participar principalmente en la erradicación de infecciones
bacterianas. No obstante, el aumento en la concentración de
neutrófilos en el torrente no siempre es
indicativo de este tipo de infección, ya que
estos granulocitos también participan en otros
fenómenos, tales como: abscesos, septicemias,
inflamaciones, necrosis tisular, trastornos
metabólicos por intoxicación, carcinomas,
hemorragias y hemólisis, entre otros.
Otro tipo de granulocito son los eosinófilos. Estas células presentan un núcleo
bilobulado, mientras que su citoplasma presenta gránulos que contienen moléculas
ácidas con mucha afinidad por la eosina (de ahí su nombre) tiñéndose de color rojo.
Estos cuerpos corresponden a lisosomas que portan hidrolasas ácidas y otras enzimas
hidrolíticas que participan en la degradación de parásitos (Trematodos, céstodos,
nematodos) y en la neutralización de la histamina en las reacciones alérgicas. El
aumento en la concentración de eosinófilos en el torrente, también está dado por
enfermedades cutáneas y neoplasias.
El tercer tipo de granulocito son los basófilos, siendo el menos numeroso de
todos los leucocitos. Su núcleo es poco lobulado, sus granos específicos se tiñen con
hematoxilina (una sustancia básica) contienen heparina e histamina, por lo que
participan en la respuesta alérgica. Asimismo, se piensa que actúan en el tejido conjuntivo
en cooperación con los mastocitos, ya que presenta receptores para las
immunoglobulinas E en su membrana plasmática.
Los leucocitos agranulares más abundantes en la sangre
(hasta un 35%), aunque debajo de las concentraciones de los neutrófilos, son los linfocitos.
Estas células son generalmente más pequeñas que las mencionadas hasta ahora, aunque
su tamaño es variable lo que nos ha obligado clasificarlos en al menos dos subcategorías:
Grandes y pequeños, que en ningún caso está relacionado a la clasificación funcional (T y
B). No obstante, indistintamente cuál sea su tamaño, presentan un núcleo oval con
cromatina más densa que las células anteriores, y su citoplasma es azul pálido y puede contener gránulos
azurófilos inespecíficos. Estos agranulocitos participan principalmente en la regulación de la respuesta
inmunitaria adaptativa, tanto celular como humoral.
Los monocitos, son los otros leucocitos del tipo agranulocito que se caracterizan
por su gran tamaño en relación al resto de las células sanguíneas y por la forma
arriñonada de su núcleo. El citoplasma se tiñe gris con tinciones básicas y puede
presentar gránulos inespecíficos (azurófilos) que carecen de significado clínico. Una de
las características más notables de estas células es su transformación macrófagos,
cuando llegan al lugar de la infección o daño. Su concentración aumenta
considerablemente ante enfermedades tales como: tuberculosis, endocarditis
bacteriana, sarampión, rubéola, y en la aparición de neoplasias.
Finalmente, los fragmentos celulares o plaquetas, también
conocidas como trombocitos, son pequeñas porciones de citoplasma sin
núcleo que cooperan en la aglutinación y coagulación sanguínea. Se forman
mediante "desgajes" del citoplasma de unas células denominadas
megacariocitos que se encuentran en la médula ósea.
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FIGURAS COMPLEMENTARIAS
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Trabécula
Tejido Muscular
El tejido muscular es de origen mesodermico y es responsable del movimiento de órganos y organismos.
Está constituido por células denominadas miocitos o fibras musculares que se caracterizan por ser alargadas y
dispuestas en paralelo formando haces. Estas células tienen la capacidad de contraerse gracias a la asociación
entre los filamentos de actina y las proteínas motoras, miosina II, presentes en el citoesqueleto.
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El tejido muscular se clasifica en dos tipos: estriado
y liso. Donde las células del primero, bajo microscopio,
presentan bandas perpendiculares a su eje longitudinal, de
ahí su nombre. Es por ello que la ausencia de estas bandas
transversales en el músculo liso, también determina su
nombre. Cabe señalar que, el tipo estriado se subclasifíca
en músculo esquelético y en músculo cardiaco. Cada uno
con sus propias características y funciones, algunas de las
más relevantes se detallan a continuación.
Músculo
Estriado
Esquelético
Cardiaco
Liso
Ubicación
Se inserta en los
huesos del esqueleto
Célula constituyente
del miocardio
Forma las paredes de
las vísceras y vasos
sanguíneos
Características celulares
Alargada, cilíndrica, forma haces y
multinucleada
Alargada, cilíndrica, ramificada y
uninucleada
Con forma de huso y unincleada
Control nervioso
Voluntario
Involuntario
Involuntario
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MÚSCULO ESTRIADO ESQUELÉTICO:
Este tejido se encuentra asociado al esqueleto, permite
movimientos voluntarios (conscientes) y, por lo tanto, es
responsable del movimiento locomotor. Sus células son muy
alargadas y cilíndricas, las cuales se disponen en paralelo
asociándose unas con otras mediante el TC que las rodea
(endomisio). A su vez, estos haces se unen para formar un
fascículo muscular (manojo) que también está rodeado por TC
(perimisio). Finalmente el conjunto de fascículos da forma al
músculo que está rodeado externamente por TC denso
(epimisio), a través del cual penetran y se dispersan los vasos
sanguíneos y ramificaciones nerviosas que controlan la
contracción muscular.
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Las células de este tejido tienen una longitud que puede variar entre 10 - 30 mm, mientras que su
diámetro es de 0,1 - 0,5 mm. Ninguna de ellas presenta ramificaciones, pero su condición multinucleada
(sincitios), es una de sus cualidades más distintivas, junto con la disposición periférica de estos organelos, así
como también, la presencia de unas bandas microscópicas perpendiculares a su eje longitudinal. Estas bandas o
estriaciones transversales son repeticiones de unidades idénticas denominadas sarcómeros constituida por
abundantes haces cilíndricos de microfilamentos paralelos al eje longitudinal de la célula denominados
miofibrillas.
El sarcómero está flanqueado entre dos líneas Z. Posee 1 banda A (filamentos finos y gruesos) y 2
semibandas I (filamentos finos), mientras que la banda H se encuentra en el interior de la banda A
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Finalmente, cabe señalar que no todas las fibras musculares son
idénticas, ya que sus características microscópicas están
íntimamente relacionadas con su velocidad de contracción. En
consecuencia, existen fibras de contracción lenta, que son más
pequeñas y oscuras, y poseen más mitocondrias; y fibras de
contracción rápida cuyo tamaño es mayor, son más claras y
poseen menos mitocondrias. Las primeras participan en los
movimientos prolongados y posturales, mientras que las
segundas participan en aquellos que son breves e intensos.
MÚSCULO ESTRIADO CARDIACO:
Es el tejido muscular que forma las paredes del corazón, cuya frecuencia de contracción está controlada
por el sistema nervioso autónomo. Sus células son estriadas (patrón similar a las esqueléticas), alargadas y
ramificadas, cuyas dimensiones varía entre 85-100 µm de longitud y 15 µm de diámetro, con presencia de uno
o dos núcleos centrales y abundantes mitocondrias (40% del volumen citoplasmático). Los miocitos cardiacos
se encuentran unidos entre sí por uniones intercelulares complejas denominadas discos intercalares que se
encuentran en regiones de la membrana celular donde los extremos de dos células enfrentan sus superficies
transversales y longitudinales en lugar de una banda Z.
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Este tipo de unión otorga una apariencia característica del corte longitudinal del músculo cardiaco en
las preparaciones histológicas, ya que se observan bandas oscuras escaleriformes, donde las uniones
longitudinales corresponden son del tipo comunicantes (de hendidura), mientras que las uniones transversales,
corresponde a uniones estrechas y desmosomas, donde ocurre el anclaje de los filamentos de actina de los
sarcómeros terminales
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A diferencia de los tipos musculares anteriores, el
músculo liso (involuntario o plano), se encuentra en
estructuras que no requieran movimientos voluntarios tales
como el aparato digestivo y vasos sanguíneos y algunas
glándulas. Está formado por miocitos fusiformes no
ramificadas, cuya longitud puede variar según el órgano en
que se encuentren. Así, en los vasos sanguíneos miden 20 µm
aproximadamente, mientras que en las paredes uterinas
pueden alcanzar hasta los 500 µm durante el embarazo. Por
otro lado, estas células presentan un único núcleo de posición
central acompañado por ambos lados, de los demás
organelos. No obstante, el citoplasma es de aspecto
homogéneo, aunque a través de microscopía electrónica es
posible apreciar estructuras de alta densidad distribuidos en
el interior de la célula, denominados cuerpos densos (ricos en
actinina), cuya función es análoga a las líneas z de los
sarcómeros del músculo estriado esquelético.
En cuanto a la organización espacial de los
miocitos lisos hay que mencionar que no se organiza
en estructuras regulares visibles con el microscopio
óptico como en el caso del musculo estriado. Muy por
el contrario, la organización es muy diversa y está
relacionada con la función que desempeña. Es así que
encontramos desde células aisladas en el tejido
conectivo, pasando por una formación de pequeños
haces, hasta la organización láminas concéntricas,
como en el caso del aparato digestivo. En este
contexto cabe destacar que, la unión entre estas
fibras musculares es gracias a fibras reticulares y
algunas uniones comunicantes entre fibras
adyacentes
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Tejido Nervioso
El tejido nervioso es de origen ectodérmico. Su función es recibir
la información del medio externo e interno, procesarla y ejecutar
respuestas tanto voluntarias como involuntarias. Por ello, este tejido
participa en el control de diversas funciones vitales como la respiración,
digestión, frecuencia cardiaca, entre otros.
El tejido nervioso está formado por dos tipos celulares: Neuronas
y células gliales o neuroglias.
Las neuronas son células altamente diferenciadas, que se han
especializado en la conducción eléctrica a través de variaciones en el
potencial eléctrico que se produce en la membrana
plasmática. Morfológicamente, estas células presentan tres
regiones fácilmente identificables: el soma o pericarion o
cuerpo celular, prolongaciones dendríticas y el axón.
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Diversidad morfológica de
las neuronas. A neurona
pseudounipolar; B
neurona bipolar; C
neurona multipolar.
Tinción HE
Por otro lado, las células gliales son células no nerviosas que protegen y nutren a las neuronas, se
encuentran en mayor número en el tejido nervioso, presentan actividad mitótica y conforman una clasificación
constituida por varios tipos celulares tales como astrocitos, células de Schwann, oligodendrocitos y microglias.
En los vertebrados, este tejido se encuentra organizado en un
sistema nervioso central, que incluye el encéfalo y la médula espinal, y un
sistema nervioso periférico, formado por ganglios o plexos y nervios.
El SNP presenta una menor complejidad que el SNC en cuanto a la
organización del tejido nervioso. La organización básica que caracteriza a
este sistema es el nervio, ya sea de origen espinal o craneal. Los craneales
son aquellos que parten o llegan al encéfalo, mientras que los espinales,
salen o llegan a la médula espinal. Esta clasificación es complementada
con un segundo criterio: la dirección de la señal nerviosa. Si está va desde
la periferia hacia el SNC, se les denomina nervios aferentes o sensitivos, y
en sentido contrario, nervios motores.
Los nervios están conformados por axones (fibras nerviosas),
clasificados en somáticos y viscerales. Esta clasificación está relacionada
con el origen o destino de la señal nerviosa, según sea sensitiva o motora.
De esta manera, las fibras somáticas transmiten señales asociadas a la piel,
músculos, tendones y articulaciones, mientras que las viscerales
transmiten señales asociadas con las glándulas y músculos liso y cardiaco.
Las fibras nerviosas están envueltas por una vaina de mielina (vaina
de Schwann o neurilema) sintetizada por un tipo de neuroglia (células de
Schwann) y a su vez, por una pequeña capa de tejido conectivo
denominado endoneuro. Asimismo, estas fibras se encuentran agrupada
en pequeños fascículos rodeados por tejido conectivo denominado
perineuro, que finalmente, están unidos y rodeados por una tercera capa
de tejido conectivo denso, denominado epineuro.
Cabe señalar que las células de Schwann (lemnocitos o
neurolemocitos), cuando rodean a varios axones a la vez, la fibra nerviosa
se denomina amielínica (generalmente con axones de pequeño calibre);
mientras que si rodea a un único axón con múltiples envueltas de su
membrana plasmática, la fibra se denomina mielínica. Este tipo de fibra es la más frecuente en el SNP.
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Las células de Schwann no sólo cumplen una función mielinizadora, sino que además son fundamentales
en la regeneración de axones lesionados, ya que al reproducirse crean un conducto que guía el axón en
regeneración hacia las estructuras donde estaba conectado. Se ha sugerido que la ausencia de regeneración
axónica en el SNC esté relacionada con la ausencia de este tipo celular.
Núcleos de
lemnocitos
Lemnocito recubriendo
la placa neuromuscular
Perineuro
Placa
motora
Axón motor
preterminal
Mitocondrias de
la base de la
placa
Corte transversal de musculo esquelético. Se indica los distintos
componentes celulares presentes en la placa neuromuscular
Corte longitudinal de un nervio. El aspecto en ziz-zag de
axones se debe a la contracción durante el proceso
histológico. El epineuro es muy delgado. El endoneuro
no se distingue con facilidad
20
Otro tipo de neuroglias propias del SNP son las células capsulares, también llamadas satélites o
anficitos. Estas se encuentran rodeando los somas (o pericarion) y las dendritas de las neuronas presentes en
los ganglios nerviosos (también llamados ganglios cerebroespinales), están rodeadas por lámina basal y
separan a las células nerviosas del tejido conectivo y vasos sanguíneos circundantes, proporcionando nutrición,
soporte y protección a estas neuronas
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Corte transversal de ganglio cerebroespinal
Representación de la dirección de las señales sensitivas y motoras y la disposición anatómica de
las neuronas motoras y sensitiva del SNP. Observe la posición dorsal de los ganglios cerebroespinal
y su función sensitiva.
Finalmente, las células de Müller son neuroglías del SNP que se encuentran en la retina de los
vertebrados otorgando una estructura de soporte a las neuronas que ahí se encuentran. Algunos estudios
indican que estas células tiene la capacidad de actuar como colectoras de luz en el ojo de los mamíferos
activando a los fotoreceptores (conos y bastones), y también la facultad de diferenciarse en células
fotoreceptoras como respuesta a algunos tipos de lesiones en la retina.
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En cuanto a la organización
interna del SNC, está dada en términos
generales por la presencia de dos regiones
denominadas sustancia gris y sustancia
blanca, que se distribuyen de manera
diferente a lo largo del eje cefalocaudal.
La principal diferencia entre ambas
sustancias, y de estas con los ganglios y
nervios del SNP, es su composición celular.
Mientras que en la sustancia gris
se localizan la mayoría de los cuerpos
celulares de las neuronas espinales, en la
blanca se localizan los axones de neuronas que en
ningún lugar abandonan la médula espinal (axones
propioespinales), axones espino-encefálicos y
axones encéfalo-espinales. Cabe señalar, que la
mayoría de estos axones están envueltos por
células gliales denominadas oligodendrocitos que
sintetizan mielina (similar en funciones a los
lemnocitos).
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Los oligodendrocitos son células del SNC
responsables de la formación de la vaina de mielina
presente en los axones de las neuronas tanto de la
sustancia gris como de la blanca. Sus prolongaciones,
son capaces de envolver uno o más axones, formando
varios segmentos internodales de mielina (hasta 60
segmentos internodales). Por esta razón, se les
encuentra frecuentemente dispuestos en hileras a lo
largo
de
los
axones
(oligodendrocitos
interfasciculares) y rodeando los somas neuronales
(oligodendrocitos satelitales).
Otro tipo de neuroglia del SNC son los
astrocitos. Generalmente presenta una forma
estrellada (de ahí su nombre) representando entre el
20 al 25 % del volumen del encéfalo. Tienen un mayor
tamaño y mayor número de prolongaciones que los
oligodendrocitos. Sin embargo, su forma depende
principalmente de su ubicación en el SNC. Si estas
células se encuentran en la materia gris, presentan
numerosas prolongaciones citoplasmáticas de longitud
variable (astrocitos protoplasmáticos); si se encuentran
en la materia blanca, presentan prolongaciones
citoplasmáticas más largas y menos ramificadas que los
anteriores en las cuales existe una gran cantidad de
gliofibrillas (astrocitos fibrosos). Asimismo, para ambos
tipos de astrocitos, los extremos de sus ramificaciones se
denominan pies terminales los cuales recubren vasos
sanguíneos, superficie pial, sinapsis y nodos de Ranvier.
Por lo tanto, las funciones que cumplen estas células en
el tejido nervioso son variadas y dependen de su
ubicación en el SNC. Cabe señalar que estudios recientes
sugieren que los astrocitos también participan en la
señalización nerviosa.
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Astrocitos en contacto con un vaso sanguíneo
Ubicación de los astrocitos
Envolviendo los vasos
sanguíneos
Recubriendo la superficie del
encéfalo y médula espinal
Alrededor de las neuronas
Función











Transportan nutrientes hacia las neuronas
Mantienen el pH del sistema nervioso central y el equilibrio iónico extracelular.
Regulan el contenido del espacio extracelular.
Previenen el ingreso de sustancias nocivas al tejido nervioso
Están implicados en la regulación de la función vascular, acoplándola a la actividad
nerviosa
Inducen la formación de la barrera hematoencefálica
Previenen el ingreso de sustancias nocivas al tejido nervioso
Conservan la posición de las regiones neuronales.
Digieren partes de las neuronas muertas.
Participan en los procesos de regeneración de lesiones en el sistema nervioso,
aumentando su tamaño y enviando sus proyecciones para rellenar la zona dañada.
También están relacionados con los procesos de neurogénesis en el sistema nervioso
central, actuando como precursores neurales.
Siguiendo con las neuroglías del SNC, las microglías se
caracterizan por presentar una forma ovalada y proyecciones
espinosas. La función de este tipo celular es la defensa del tejido
nervioso frente a patógenos o lesiones, transformándose en
macrófagos. Cabe destacar que las microglías son producidas en
la médula ósea e invaden el tejido nervioso desde los vasos
sanguíneos.
Finalmente, las células ependimarias son células
epiteliales que recubren los ventrículos encefálicos y el canal
ependimario (de ahí su nombre). Su forma puede varía desde
cilíndrica a cuboide e incluso, en algunas regiones, presentan
cilios cuya función se ha relacionado con el movimiento del
líquido cerebroespinal (LCE). Asimismo, en los ventrículos, estas
células se encuentran modificadas formando los plexos coroideos
que secretan LCE y conservar su composición química.
Dos vistas de células ependimarias
25
A diferencia del SNP, el SNC presenta
un amplio abanico de morfologías
neuronales. Sabemos que la mayoría de las
neuronas del encéfalo y las espinales son
multipolares. Tal vez, la forma más
popularmente conocida sea la de las
motoneuronas inferiores, con un soma de
gran tamaño rodeado por multiples
dendritas que se proyectan en todas las
direcciones y que en conjunto se localizan en
las astas anteriores de la médula espinal,
mientras que su axón de longitud variable se extiende hacia
los nervios periféricos hasta sinaptizar con las fibras del
músculo esquelético. Sin embargo, en otras estructuras del
SNC, su morfología presenta diferencias notorias, ya sea en
el soma, o en sus dendritas y axón. Esta diversidad celular,
no sólo está relacionada con la estructura anatómica en
que se encuentre, sino que además, con el rol que cumple
en las sinapsis en que participa. Por ejemplo, las neuronas
espinosas presentes en el núcleo estriado (encéfalo), que
se caracterizan por la presencia de espinas en sus
dendritas, al igual que las células de Purkinje presentes en
el cerebelo, aunque estas se caracterizan principalmente
por presentar una arborización dendrítica de gran tamaño
y densidad formando dos capas planas, que acompaña a un
soma piriforme
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Una de las estructuras del SNC que mayor
diversidad morfológica presenta es la corteza cerebral, la
cual está organizada en 6 capas histológicas, a diferencia
del cerebelo que tiene 3. En esta organización se
encuentran las neuronas piramidales que presenta un
soma en forma de pirámide (de ahí su nombre) y se
encuentra ubicadas en las capas III y V, que también
llevan su nombre; las neuronas granulares o estrelladas
que poseen un soma muy pequeño acompañado de
numerosas dendritas cortas orientadas en todas las
direcciones y que se localizan en las capas II y IV, del
mismo nombre. Estas células son las principales
interneuronas de la corteza superando en número a las
piramidales.
En la capa VI se encuentran las pequeñas células
de Martinotti que presenta dendritas cortas y un axón
que se proyecta hasta la capa granulosa externa (II) con
algunas ramas colaterales cortas. En la capa piramidal
interna (V) se encuentran las células fusiformes cuya
denominación es por la forma de su soma. Estas células
se caracterizan por presentar un eje longitudinal del
soma, perpendicular a la superficie de la corteza y en
cada polo de este, se proyectan dendritas que se
ramifican en sentidos contrarios; la dendrita inferior se
ramifica dentro de la misma capa celular, mientras que la
dendrita superior asciende hasta ramificarse en las capas
superficiales, mientras que su axón se proyecta desde el
polo inferior y entra en la sustancia blanca. Finalmente,
las células horizontales de Cajal se ubican en la capa
molecular (I). Si bien su forma es similar a las fusiformes,
su eje longitudinal es paralelo a la superficie, lo mismo
que el recorrido que hace su axón, haciendo contacto con
las dendritas de células piramidales.
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Dos vistas de las capas de la corteza celular
Neuronas piramidales de la corteza
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