Subido por Jaqueline Flores

Psicologia aplicada

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PSICOLOGÍA APLICADA
EN PACIENTE EN ESTADO
CRÍTICO
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
ÍNDICE
Unidad 1. Atención al paciente grave desde una perspectiva psicológica.
Objetivo: Conocer el tipo de atención que se debe proporcionar al paciente en
estado crítico así como el manejo que se indica ante las reacciones emocionales,
producto de la enfermedad.
1.1
El paciente en situación de amenaza vital.
1.2
Personal asistencial en la atención al paciente grave.
1.3
La familia del paciente grave.
Unidad 2. El duelo en pacientes y familiares en situaciones de urgencia y
cuidados críticos.
Objetivo: Conocer los cuidados de la enfermería que se aplican al paciente en
fase terminal considerando al paciente como un ser biopsico social y espiritual y la
relación que se guarda con la familia.
2.1
Introducción a la tanatología.
2.2
La pérdida a lo largo de la vida.
2.3
La muerte y duelo.
2.4
El ser humano ante la enfermedad.
2.5
Enfermedades crónico-degenerativas.
2.6
La familia ante la muerte.
Unidad 3. Aplicaciones de la psicología al cuidado de la salud.
Objetivo: Analizar el papel del psicólogo en el apoyo a los pacientes así como las
principales técnicas empleadas en su cuidado crítico.
3.1
Participación del psicólogo en el manejo de los pacientes.
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3.2
Bases teóricas.
3.3
Principales técnicas empleadas.
3.4
El psicólogo en el cuidado de la salud.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
1.1
EL PACIENTE EN SITUACIÓN DE AMENAZA VITAL
El entorno peculiar de las unidades de cuidados intensivos (UCI) que llega a resultar habitual
para su personal de servicio, se revierte en miedo, ansiedad, depresión, trastornos del ritmo sueñovigilia y en última instancia desorientación y agitación entre el 30 y 70% de los enfermos que son
admitidos en las mismas.
Estas expresiones patológicas del estado psíquico pueden ocurrir si consideramos que, en
estas unidades, el paciente se encuentra sometido a situaciones que condicionan la pérdida de su
autonomía haciéndolo dependiente, de manera casi absoluta del equipo de salud, y por otra parte lo
limitan de la compañía de sus familiares, de su ambiente habitual debiendo intimar con personas que
le son desconocidas hasta el momento del ingreso.
Los pacientes con estas alteraciones psíquicas adicionan un nuevo problema que repercute de
forma importante en su recuperación llegándose a comprometer algunas funciones vitales, por lo que
en los retos de la medicina intensiva se hace cada vez más frecuente la atención psicológica al paciente
crítico.
La vigilancia de la esfera psíquica para la detección precoz de sus alteraciones debe ser práctica
habitual en las UCI.
La organización de la atención psicológica se dirige a tres vertientes fundamentales:
a) Paciente en situación de amenaza vital.
b) Personal asistencial
c) Acompañante y familiar del grave.
a) El paciente en situación de amenaza vital
Los pacientes admitidos en las UCI están sometidos a estrés por motivos muy diversos
considerándose entre ellos los factores intrapersonales, interpersonales y extrapersonales.
Los factores intrapersonales estan dados por la frustación ante la restricción de la actividad,
los abordajes venosos periféricos o centrales, drenajes, la toma de conciencia ante la restricción
expóntanea entre otros aspectos en el orden fisiológico, mientras que en los psicosociales y culturales
más importantes se encuentran las explicaciones insuficientes y la mala interpretación de las actuaciones
médicas así como la incapacidad para cooperar activamente en el tratamiento.
Los factores interpersonales se relacionan con el recibimiento por parte del paciente de
incoherentes explicaciones, incapacidad para comunicarse, pérdida de confianza y críticas al cuidado
de la enfermera.
El paciente crítico habla frecuentemente de sí mismo, pero difícilmente verbalice sus
preocupaciones, deseos, fracasos, amenazas y decepciones de mayor compromiso emocional
cambiando de manera radical la idea que hasta ese momento ha tenido sobre su futuro.
El estilo de enfrentamiento del enfermo a su situación depende en gran medida de cómo se
produzca la comunicación con el personal médico deduciéndose aquí la importancia de ese acto.
Varios estudios confirman el hecho de que se hace más daño callando la información que
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comunicándola. Los pacientes que sienten que no se les ha dicho lo suficiente, a menudo sufren un
sentimiento de inseguridad debido no tanto a la limitación respecto a su diagnóstico y pronóstico, como
por falta de información acerca de lo que puede suceder en un futuro inmediato.
La decisión de callarse el diagnóstico no hace desaparecer la enfermedad. Es ésta y no la
desagradable experiencia de ser informado lo que va a consternar al enfermo.Lo que resulta dilemático
es cómo brindar dicha información.
El derecho a la verdad es reivindicado como un derecho fundamental de la persona y es
expresión del respeto que se le debe. Negando la verdad al enfermo grave se le impide vivir como
protagonista de una fase trascendental de su vida.
Decir la verdad a un paciente no siempre resulta fácil. Esto no significa que sea necesario
mentir, sino que no es siempre necesario y en cualquier lugar decir la verdad, sin importar como se
diga. Se puede permanecer callado, no decir nada pero nunca mentir. La perspectiva de un fin próximo
puede constituir una etapa de crecimiento. En la conciencia de la muerte se pueden tomar decisiones
importantes (legales, económicas, humanas), establecer diálogos esenciales con el cónyuge, los hijos,
los amigos, aplazados por toda una vida y constituyen momentos de una espiritualidad particularmente
intensa.
En los jóvenes las regularidades del desarrollo de su personalidad se caracterizan por una
estructuración de su proyecto de vida y considerar entonces la posibilidad de la muerte se acompaña
regularmente de ansiedad, miedo, agitación y en ocasiones de acciones suicidas, en un segundo
momento estas crisis pueden sustituirse por la conformidad o inevitabilidad de la muerte matizada por
apatía y plena indiferencia hacia lo circundante.
Por otra parte las manifestaciones vivenciales están en íntima relación con la estructuración
personológica.
Además de estos factores existen otros a consecuencia de las características del espacio
donde se encuentran ingresados; es decir el entorno.Tanto el exceso como la monotonía de estímulos
produce una búsqueda del sujeto de estimulaciones alternativas que activan el sistema reticular. Las
alteraciones sensoperceptivas derivadas de estas situaciones pueden producir manifestaciones en
las personas tales como la desorientación en tiempo, espacio, persona, confución aguda, riesgo de
violencia hacia sí mismo o contra los demás, riesgo de traumatismos, irritabilidad y estrechamiento
perceptivo, etc.
b) Personal asistencial en la atención al paciente grave.
Las unidades de medicina intensiva han sido consideradas como un entorno de fuerte estrés
psicológico, pues el cuidado del paciente grave está a menudo relacionado con la emergencia,
decisiones difíciles, frecuentes fallecimientos, atmósfera ruidosa y dilemas éticos.
La literatura muestra trabajos relacionados con esta problemática en el personal de enfermería,
sin embargo son muy escasos los referentes a los médicos intensivistas. En los últimos tiempos se ha
descrito como el evento más comprometedor el derivado del cansancio a que están expuestos estos
profesionales que puede conducirlos a sentirse quemados, el llamado burning-out síndrome, motivado
por varias circunstancias, destacándose las siguientes:
1. Las características de los pacientes que van a ser atendidos, cuyo estado grave va unido a
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estrés o sobrecarga emocional, representativo por un lado del escaso margen de tiempo del
que se dispone para la actuación diagnóstica y terapéutica.
2. El trabajo irregular e inesperado, apenas sujeto a programación, en que se mezclan períodos
de calma con situaciones de gran tensión.
3. El ámbito donde se desarrolla su actuación con personal en el equipo no entrenado.
4. La escasa disponibilidad de medios adecuados a su alcance.
5. La falta de reconocimiento de la especialidad por parte de otros especialistas del ámbito
hospitalario.
6. Escaso reconocimiento social del quehacer profesional del intensivista.
7. La atención continuada asistencial a los pacientes graves lleva a situaciones de deprivación
de sueño y de descanso con escaso tiempo para dedicar a otras actividades docentes y de
investigación.
8. Las vivencias frecuentes ante la muerte.
9. Escasa formación en situaciones en que se deben tomar decisiones éticas.
10. Formación compleja y amplia a nivel teórico y en habilidades técnicas unido al rápido avance
de la medicina.
11. Sentimientos de responsabilidad ante los familiares de los pacientes ingresados.
12. La no existencia de armonía en el equipo sanitario con una comunicación no totalmente
fluida y organizada entre los profesionales implicados en el cuidado y tratamiento del paciente
grave.
13. La presión asistencial con mayor demanda que oferta a nivel de recursos (es decir, el
concepto de la última cama).
En la medicina de hoy muy tecnificada hay gran carencia de comunicación que también depende
de la falta de tiempo, de la insuficiente formación en técnicas de comunicación en la enseñanza de
pregrado. Sin embargo la vulnerabilidad y la inseguridad son factores que caracterizan a los enfermos
que tienen amenazada su vida y ejercen una influencia significativa en el curso de su enfermedad. Una
correcta relación médico enfermo puede atenuar el temor, la ansiedad y la incertidumbre que hacen
tan vulnerables a estos enfermos. La falta de comunicación conduce al distanciamiento doloroso y
alienación del paciente. No debe permitirse que con el aumento tecnológico de las opciones terapéuticas
del médico se deje de utilizar la palabra (comunicación verbal), sus manos (comunicación no verbal)
y su humanidad (empatía) en su relación con el enfermo, disminuyendo así su capacidad para curar o
aliviar.
Por tanto el objetivo es: no más mentiras piadosas sino formas más piadosas de decir la verdad
que permita al enfermo grave actuar con protagonismo en esta etapa de su vida.
Este proceso de comunicación es individualizado pero se hace necesario considerar algunos
elementos que nos orienten para diseñar estrategias de soporte a la hora de intercambiar con el
paciente.
1. Estructura psicológica de la personalidad premórbida del paciente. En este sentido resulta
imprescindible conocer los estilos de enfrentamiento del enfermo ante situaciones de compromiso
vital y las reacciones emotivo-afectivas que han provocado, previendo así las posibles respuestas del
paciente ante el proceso de intercambio con su médico de asistencia. Es muy importante resaltar el
valor que tiene la familia pues en alguna medida la relación del paciente dependerá también de las
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características de la dinámica en que esté insertado.
2. Gravedad de la enfermedad. Al médico le resultará más fácil establecer el proceso comunicativo
con su paciente en cuanto más posibilidades de recuperación tenga el mismo. También varía la
comunicación con el paciente en virtud de los cambios que se producen en la situación psicológica
de este en la medida en que aparecen los primeros síntomas de la enfermedad, cuando aparecen las
complicaciones o cuando se toma conciencia de que existen escasas posibilidades de recuperación.
3. Edad. Son marcadas las diferencias que existen en la comunicación que se establece con un
anciano portador de una patología grave, pues en nuestra cultura la vejez de por sí se percibe como
una enfermedad. Lo contrario sucede con pacientes jóvenes que por el hecho mismo de ser jóvenes
se intentarán tratamientos más agresivos y por lo tanto se hace necesario extendernos más en la
información pues resulta de vital importancia la participación activa del mismo en el proceso terapéutico
aprovechándose toda su potencialidad psicofísica.
4. Reacción emocional ante la parte enferma: este elemento es muy importante considerarlo
fundamentalmente en pacientes politraumatizados que requieren con mucha frecuencia de las atenciones
de las UCI. Algunas partes del cuerpo tienen un importante significado simbólico, por ejemplo: el rostro,
los genitales y considerando las características de nuestra cultura debemos presuponer que no todo
el mundo adopta una posición consecuente cuando se le da a elegir la cantidad sobre la calidad de
su vida. Muy relacionado con esto se encuentra entonces el tipo de tratamiento que se va a realizar
el cual mientras más mutilante sea nos obligará a ser más explícitos en la información que se brinde.
En similar situación nos encontramos ante los efectos secundarios en determinados tratamientos.Al
paciente si su estado lo permite se le debe explicar previamente el por qué de estas conductas, en su
mayoría desagradables.
5. Rol social: es pertinente tener en cuenta el papel que socialmente desempeña el paciente,
sus proyectos de vida, perspectivas futuras, para preguntarnos el efecto que puede tener en él no
disponer de la información necesaria que le provoque incertidumbre respecto a su futuro y el de su
familia.
c) La familia del paciente grave
Cuando la familia llega al servicio de cuidados intensivos lo hace con inestabilidad en su
dinámica emocional, primero porque uno de sus miembros ha enfermado con peligro inminente para la
vida y porque la organización de los servicios médicos con la que entra en contacto le impone respeto
y puede que en ocasiones miedo pues la atemoriza el desconocimiento de los procederes médicos que
limitan su autonomía.
Enfrenta la familia una crisis caracterizada por:
1. Estrés, ansiedad, temor, incredulidad y desasosiego.
2. Cambios en la distribución de roles en el seno familiar.
3. Trabas burocráticas existentes en el sistema de salud.
4. Desinformación.
5. Limitaciones en la comunicación con su familiar.
Es importante considerar que al perder la familia su equilibrio y funcionabilidad esto puede
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repercutir en el enfermo por tanto es tarea del personal asistencial ayudarla a conducirse con la
autonomía típica del sistema que constituye para ayudar así a su paciente.
Una frase, una palabra, incluso formas de comunicación no verbal pueden disminuir los niveles
de ansiedad de una familia.
Cuando se ignoran estas consideraciones en la familia, se puede producir reacción de cólera:
• Contra el enfermo: se consideran causas reales o imaginarias de la enfermedad; el abandono
a la familia (en caso de muerte); por los asuntos pendientes; por haber introducido con la
enfermedad la desgracia en el círculo familiar.
• Contra otros familiares: en razón de viejas heridas; sentimientos de culpa (por ejemplo en
caso de un accidente; familiares y amigos que al extenderse en el tiempo la enfermedad van
abandonando paulatinamente al paciente).
• Contra los profesionales de la salud: contra decisiones tomadas, contra la incapacidad o
limitaciones de las ciencias médicas para curar a su familiar; por anunciar malas noticias;
por tener el control de la situación; dificultades en la comunicación (escasa capacidad de
escucha, falta de sensibilidad, indiferencia).
• Contra el “mensajero” que anuncia las malas noticias.
• En razón de su pérdida de influencia sobre la situación teniendo de ahora en lo adelante el
poder los médicos y los enfermeros.
• A causa de un déficit de comunicación (falta de escucha, frialdad, falta de sensibilidad,
indiferencia).
• Contra fuerzas exteriores o el azar.
• Cólera contra el lugar del trabajo a la profesión del enfermo, justificado o no.
• Contra Dios, contra su abandono.
BIBLIOGRAFÍA
De la Torre Prados MV, AlcAntara AG, Mérida de la Torre F, Morell Ocaña M, Daga Ruíz D,
Ruíz de Fresno L. Perfil psicológico, respuesta cardiovascular y endocrinometabólica del profesional
facultativo en el área de medicina intensiva 1998; 22 (5):229-38.
Blasco J, Huet J. Es estresante la unidad de cuidados intensivos para el intensivista. Med
Intensiva 1998; 22(5):226-8.
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Actividad 1
Elabora, en dos párrafos, tu postura respecto a las siguientes preguntas:
a) ¿Cuál es tu papel, como futuro profesionista, frente a un paciente en situación
de amenaza vital?
b) ¿Cuáles son tus responsabilidades ante la situación anterior?
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Actividad 2
Elabora un tratamiento de la información, diferente a resumen, en donde expreses
lo más importante del tema revisado.
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Actividad 3
Establece tu postura ante la siguiente pregunta: ¿cuál debe ser la prioridad en tu
servicio profesional frente a una persona en situación de amenaza vital? Narra tu
postura.
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1.2
PERSONAL ASISTENCIAL EN LA ATENCIÓN AL
PACIENTE GRAVE
¿Qué es la unidad de cuidados intensivos?
Desde tiempos remotos existe la imperiosa necesidad de atender de forma prioritaria a los
pacientes en peligro de muerte, situación que se refleja desde el año 1854 durante la Guerra de Crimea,
cuando Florence Nightingale consideró que era preciso separar a los soldados en estado de gravedad
de aquéllos que sólo tenían heridas menores para cuidarlos de manera especial. Logró reducir la
tasa de mortalidad de la batalla de 40% a 2%. En 1950, el anestesiólogo Peter Safar creó un área de
cuidados intensivos en la que mantenía a los pacientes sedados y ventilados. Es considerado el primer
intensivista. Las epidemias de poliomielitis de 1947 a 1952 obligaron a concentrar a los pacientes con
parálisis respiratoria en unidades llamadas de «respiración artificial». En este periodo fue realmente
importante la labor desarrollada en Alemania por R. Aschenbrenner y A. Dónhardt, quienes en condiciones
precarias realizaron una auténtica labor de pioneros. Los primeros servicios de respiración artificial
fueron desarrollados en Dinamarca por Lassen, Dam, Ipsen y Poulsen; en Suecia por Holmdahl y en
Francia por Mollaret como respuesta a las epidemias de poliomielitis y que surgieron de la necesidad
de vigilar y ventilar constantemente a los enfermos. Las primeras unidades centrales de tratamiento y
cuidado intensivo en el sentido actual de este concepto fueron instaladas por iniciativa de P. Safar en
Baltimore en1958 y en Pittsburg en 1961. Con el paso del tiempo estas unidades fueron creándose en
hospitales de todo el mundo a la par de los avances tecnológicos y el desarrollo de la medicina. Hoy
en día existen unidades de cuidados intensivos específicas para diferentes especialidades de la salud.
Las unidades de cuidados intensivos (UCI) son servicios dentro del marco institucional hospitalario que
poseen una estructura diseñada para mantener las funciones vitales de pacientes en riesgo de perder
la vida, creadas con la finalidad de recuperación.
Paciente crítico
La medicina intensiva o medicina crítica es la rama que se ocupa del paciente en estado crítico,
que se define como aquél que presenta alteraciones fisiopatológicas que han alcanzado un nivel de
gravedad tal que representan una amenaza real o potencial para su vida y que al mismo tiempo son
susceptibles de recuperación. Por lo tanto, hay cuatro características básicas que definen al paciente
crítico:
• Enfermedad grave.
• Potencial de revertir la enfermedad.
• Necesidad de asistencia y cuidados de enfermería continuos.
• Necesidad de un área tecnificada (UCI).
En la UCI se encuentran los pacientes que requieren cuidado constante y atención especializada
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durante las 24 horas del día debido a que su estado es crítico. Es un sector en el que trabajan
profesionales especializados y educados para dar la atención debida a los pacientes. En estas áreas
laboran médicos, enfermeras y distintos técnicos y paramédicos entrenados en medicina intensiva.
Reciben el nombre de intensivistas y típicamente tienen formación previa en medicina interna, cirugía,
anestesiología o medicina de urgencias. La población de enfermos candidatos a ser atendidos en
las unidades de cuidados intensivos se selecciona de manera variable dentro de cada institución,
dependiendo de las características de la misma, pero suele incluir una valoración objetiva, reproducible
y cuantificable de la gravedad de los pacientes, la necesidad de esfuerzo terapéutico y los resultados
medidos como supervivencia y calidad de vida posterior. En general dichos métodos se clasifican en:
• Índices de gravedad en pacientes críticos (APACHE) que permite evaluar la probabilidad de
muerte.
• Puntajes dinámicos o de disfunción (MODS-SOFA) que nos permiten analizar la evolución
del paciente.
• Índices de esfuerzo terapéutico precisado (TISS) que además de establecer pronóstico, nos
cuestiona si el enfermo puede con seguridad ser egresado a otra sala.
• Escalas de valoración de la evolución, calidad de vida y productividad social post-alta
hospitalaria.
Soluciones para mejorar la eficiencia
El crecimiento y proliferación de las unidades de cuidados intensivos ha contribuido al aumento
del gasto sanitario que ha sufrido el sistema de salud en México en los últimos 20 años. En general,
los hospitales sólo ofrecen dos opciones de cuidado: la aplicable en las unidades de hospitalización
convencional y la terapia intensiva.
Las pacientes que ingresan a la UCI tienen un orden de prioridad. La primera prioridad es para
los pacientes inestables que requieren ayuda intensiva que fuera de la unidad no es posible ofrecer. La
prioridad dos es para aquéllos que precisan monitoreo intensivo y que podrían ameritar intervención
inmediata. La prioridad tres es para pacientes que pueden recibir tratamiento intensivo para mejorar
o estabilizar agudizaciones de enfermedades crónicas, pero que es posible limitar su tratamiento y
soporte. Por último, la prioridad cuatro es para los pacientes que no se beneficiarían de los cuidados
intensivos. Se incluyen personas que pueden recibir cuidados fuera de la UCI y pacientes con daños
o enfermedades irreversibles, es decir están demasiado graves o enfermos para beneficiarse de los
cuidados intensivos. Desafortunadamente el concepto de las unidades de cuidados intermedios no se
ha adoptado en el sector público de nuestro país y sólo las instituciones privadas cuentan con dicho
servicio para pacientes que requieren vigilancia estrecha, aunque no estén particularmente graves.
Así pues, muchos pacientes de la UCI son ingresados sólo con propósitos de vigilancia, debido
a que el nivel de cuidado médico y de enfermería necesario no permitiría su ingreso en un cuarto
convencional de piso general.6 El ingreso de estos pacientes, que sólo precisan observación, supone
la eventual exclusión de pacientes más graves, así como un exagerado consumo de recursos, en
particular del tiempo del personal sanitario. Deben pues, probarse métodos alternativos para tratar a los
pacientes que sólo requieren vigilancia. La información que nos proporcionan los índices de gravedad
(solos o en combinación con otros factores tales como diagnósticos, procedimientos quirúrgicos o
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estado de salud previo) nos permite estratificar a los pacientes por su riesgo de muerte, de tal manera
que diferentes programas y formas de tratamiento puedan ser evaluados y comparados entre sí, por lo
tanto se debe:
• Mejorar la selección de los pacientes que ingresan en la unidad de cuidados intensivos.
• Optimizar el uso de los recursos disponibles y limitados para el tratamiento de los pacientes
críticos.
Uso y mal uso de las unidades de cuidados intensivos
El concepto erróneo y deformado (así quisieran entenderlo los autores) que comúnmente se
tiene hoy en día en nuestro medio de lo que es la medicina crítica y la unidad de cuidados intensivos
es alarmante y verdaderamente sorprendente. Muy atrás quedaron aquellas épocas en las que
solicitar apoyo e interconsulta a la UCI era cuestión de respeto y jerarquía dentro de una organización.
Desafortunadamente hemos sido testigos de una especie de proceso gradual de mengua intramuros de
la especialidad, a veces por falta de congruencia, apoyo y sentido común de cierto personal tanto médico
como administrativo a diferentes niveles, quienes con frecuencia ordenan de manera inadecuada y en
ocasiones por razones extramédicas el ingreso de pacientes. Ante ello cabe preguntarse ¿cuántos
de los pacientes que ingresan a las UCI en México tienen en realidad una indicación técnicamente
precisa? o bien, ¿sigue siendo útil la valoración del médico intensivista? En repetidas ocasiones en las
que un paciente no es aceptado a través de una interconsulta formal por el experto, acude el médico
del servicio tratante a ejercer presión ante la autoridad para que ingrese y no pocas veces se emite la
orden de ingreso del mismo.
En este vacío de indicación médica, las prioridades suelen extraviarse, no hay metas terapéuticas
claras dentro de un ambiente hospitalario a todas luces saturado, se incrementan los costos de atención
y lo más importante, se diluyen las responsabilidades y se evade el valioso proceso de rendición de
cuentas.
Por lo anterior surge otra pregunta: ¿acaso el especialista en medicina crítica es un simple
cuidador de enfermos o debe retomar el papel previo dentro de la institución en la que su opinión era
fundamental?
Debe entenderse cabalmente que las áreas de terapia intensiva son servicios especializados
cuyo fin es disminuir la morbilidad y mortalidad del paciente en estado crítico.
BIBLIOGRAFÍA
Aguilar García, C.; Martínez Torres, C. (2017). La realidad de la unidad de cuidados
intensivos. Recuperado el 3 de noviembre de 2021 de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_
arttext&pid=S2448-89092017000300171
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Actividad 1
Explica brevemente ¿qué es una unidad de cuidados intensivos?
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Actividad 2
Explica brevemente, ¿quién es un paciente crítico? ¿Qué requisitos debe tener
para ser considerado así?
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Actividad 3
Elabora un tratamiento de la información, diferente a resumen, sobre lo más
importante del tema revisado.
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1.3
LA FAMILIA DEL PACIENTE GRAVE
Es necesario identificar a la familia del paciente crítico, como una unidad de cuidado por
parte de enfermería, en este aspecto también es fundamental nuestro conocimiento de sus necesidades
para determinar intervenciones que los ayuden a sobrellevar la situación de angustia que les toca
atravesar, al tener a un integrante de su grupo familiar internado en una UCI.
Ser ese nexo entre el paciente y su familia, que viven desesperanza, soledad e
impotencia, es nuestra función fundamental.
Existen una serie de factores del entorno de la UTI, que afectan la relación con las familias:
escaso tiempo en la visita a su familiar, informes médicos incompletos o no entendibles y
acotados, falta de respuestas por el resto del equipo profesional, y también de enfermería que sumado
a su escaso tiempo y sobrecarga de tareas, no pueden establecer una relación propicia.
Con respecto a las necesidades de las familias se han descripto las cognitivas, emocionales,
las sociales y las prácticas. Entre las necesidades que se consideran más importantes para las
familias, se destacan las de seguridad, información, proximidad y apoyo emocional.
El impacto emocional comienza cuando el paciente ingresa al hospital y se profundiza cuando
el enfermo ingresa a la UCI. La familia sufre de ansiedad, angustia, estrés, todo esto producido
por situaciones como: pérdida del contacto, inseguridad, y la inestabilidad que surge frente a
la posibilidad de muerte; sentimientos negativos de aprehensión o temor sobre el área hospitalaria.
Las experiencias que viven los familiares debido a la hospitalización de uno de sus miembros,
desencadena una serie de reacciones emocionales el cual se ve intensificado en relación a la gravedad
de la enfermedad.
Los más altos grados de estrés en la familia se evidencian, en las primeras 18 a 24 horas de
ingresado el paciente a una UCI, y es mayor cuanto más tecnología médica tiene y mayor y
estricto es el control sanitario. Este es el momento donde este grupo social, requiere de apoyo
emocional y clara comunicación sobre el estado de salud del paciente.
Según varias de las investigaciones se concluyen que es posible humanizar la UCI si se
reconoce a la familia como eje central de todas las acciones asistenciales, pues una familia
participativa es una familia más sana, y así podrá disponer de herramientas para luchar contra
la desesperanza que genera esta situación.
También es importante la valoración de la estructura y del funcionamiento familiar, enfermería
podrá realizar diagnósticos para implementar planes de ayuda. De acuerdo al orden de importancia
de las necesidades de los familiares serian: necesidad de participación en los cuidados del familiar;
necesidad de información; necesidad de seguridad y confianza y por ultimo comodidad y confort.
Para el estudio de las necesidades de las familias y su percepción sobre los cuidados se han
utilizado varios cuestionarios, instrumentos sociales que hacen a este conocimiento formal y de validez,
el más utilizado ha sido el CCFNI, Critical Care Family Need Inventory adaptado a cada lugar
donde se utiizó. Entre ellos fue adaptado en Brasil, España y varios países. También se encuentran
otros como FS-ICU (Family Satisfaction in the Intensive Care Unit), SCCMFNA (Society of Critical
Care Medicine’s Family Needs Assessment), el Family Satisfaction Survey y CCFSS (Critical Care
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Family Satisfaction Survey).
Lo recomendado por los distintos autores es, al realizar la valoración, comenzar por un método
cualitativo por medio de entrevistas, y luego utilizar un cuestionario ya que estos últimos no
cubren todos los aspectos en la valoración como es el aspecto emocional de las familias.
La información es una de las necesidades más valoradas por los familiares de pacientes
de la UCI También hay que tener en cuenta la opinión de enfermería con respecto a mayor
participación en el cuidado del enfermo, ya que en los distintos artículos expuestos también aparecen
factores que limitan este acercamiento o la continuidad de la restricción de las visitas. Algunas
piensan que la visita beneficia a los pacientes y otras en cambio, opinan que estresa al paciente
y a ellas, agotándolas psicológicamente.
Para solucionar esta situación, se deben usar indicadores de calidad que valoren la
satisfacción de los pacientes y familiares como herramienta básica en la mejora de la calidad
asistencial.
Para esto, está demostrado que el camino correcto son métodos cualitativos como la IAP
(Investigación-Acción) dentro de las UCI, para mejorar los cuidados a los familiares. Así es posible
identificar los factores condicionantes para mejorar la relación con las familias, las dificultades
desde los profesionales, desde la estructura edilicia, y otros factores externos; con el propósito de
dotar a los profesionales de herramientas de manejo del estrés y de los procesos de comunicación),
ampliación de los horarios de visita (con el fin de facilitar la cercanía familia-paciente) por ejemplo.
Esto revertiría la dificultad principal y dominante del traslado de la evidencia científica a
la práctica diaria. La enfermera tienen dificultades para la transformación de sus entornos Dos
de los factores más relevantes son: las relaciones jerárquicas en el seno de los equipos y las
dificultades para acceder y utilizar la evidencia científica.
En cuanto a la comunicación con las familias es un tema central y la obstaculizan varios
factores, entre ellos las sobrecargas laborales, la falta de estrategias y habilidades de comunicación y
la dificultad de afrontar el dolor del otro, entre otros. Pero se ha comprobado que es bien aceptado
por los familiares cuando la enfermera también puede dar un informe diario sobre los cuidados
enfermeros, y aun mas, puede aclarar los informes médicos que debe conocer en demasía para poder
ayudar a comprender los informes a los familiares. Por lo tanto es necesario que la enfermera sea parte
del informe que no debería ser médico solamente sino del equipo que atiende al enfermo.
Se podría justificar que sean las enfermeras con mayor experiencia y estabilidad laboral en
la UCI las que declaren informar y establecer una relación de ayuda a la familia más habitualmente. Se
estima que un modelo de reparto complementario de la tarea informativa entre los profesionales
se presenta como la mejor alternativa para aportar una información global a la familia.
Según este modelo el personal de enfermería aportaría información sobre cuidados, descanso,
comodidad y estado de ánimo del paciente, así como sobre el equipo tecnológico empleado y la
motivación de determinados cuidados, mientras que la información sobre el diagnóstico clínico,
estrategias de tratamiento y pronóstico son áreas de clara competencia médica.
En cuanto a las políticas de visitas y destacando el efecto positivo que tienen las
visitas en el paciente crítico, es necesario regímenes menos restrictivos., ya que la familia le provee
un apoyo emocional, lo que finalmente trasciende en la reducción del tiempo de estancia en la UCI.
La liberalización de las visitas incrementa la satisfacción de las necesidades familiares, dentro de
las cuales la de proximidad, seguridad e información son prioritarias; así mismo, se considera que
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reduce el estrés y la ansiedad en los familiares, promueve una mejor comunicación tanto con el
paciente como con el personal de salud. En cuanto a la evidencia científica cabe destacar una
publicación de revista Best Practice, quien indica que:
• Debe considerarse la posibilidad de ofrecer visitas más abiertas en la UCI de adultos.
( GRADO B recomendación moderada que se sugiere que se considere su aplicación).
• Debe considerarse la posibilidad de ofrecer a los pacientes de la UCI control sobre las
visitas, mediante contratos individuales o dispositivos controlados por los pacientes (
GRADO B )
Los efectos positivos de las visitas abiertas en el paciente crítico, expresa Achury D, una
autora colombiana, (33) que los beneficios se evidencian en aspectos como:
• -Aspecto Físico: Cambios en las constantes vitales de los pacientes críticos como,
aumento de la frecuencia cardiaca, presión arterial y disminución de la presión intracraneana
(PIC) permitiendo una reducción de las complicaciones cardiovasculares y disminuyendo
la dependencia física.
• -Aspecto emocional: Disminución de la ansiedad y temor en el paciente y los
familiares, esto se deriva de la oportunidad de información, contacto y comunicación
que se establece en la visita.
• -Aspecto Social: Se favorece una adecuada relación familia-paciente-enfermera, lo que
promueve mejor interacción y planificación de cuidados. Además de incrementar la
satisfacción laboral debido a una retroalimentación positiva.
Se define Participación Familiar en el cuidado del paciente crítico al proceso por el que
uno o varios miembros significativos de la unidad familiar se involucran de forma voluntaria, gradual
y guiada por la enfermera responsable del paciente, en el cuidado de su ser querido en función de
sus posibilidades y la situación de este. Son pocos los estudios que aborden los efectos de esta
participación y menos aún los que combinen la apertura de las visitas y la participación directa de los
familiares en los cuidados, relacionándolos con las implicaciones que pueda tener con el enfermo,
la propia familia y los profesionales sanitarios.
La participación en el cuidado será progresiva. Las enfermeras brindarán conocimientos para
brindar cuidados como: higiene general, afeitado o maquillaje, movilización, deambulación, movilización
pasiva, alimentación, administración de medicación oral, cambios posturales por ejemplo.
La implicación de la familia en la toma de decisiones incluye: modelo compartido de
toma de decisiones, en el que participan los profesionales, la familia y el propio paciente (si su
situación lo permite). Se produce mayor interacción entre la familia del paciente y los médicos.
BIBLIOGRAFÍA
Chavero, R. (2017). La familia del paciente crítico, sus necesidades y el abordaje de enfermería.
Recuperado el 3 de noviembre de 2021 de: http://lildbi.fcm.unc.edu.ar/lildbi/tesis/chavero-roxana.pdf
19
1
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora un tratamiento de la información, diferente a resumen, sobre el contenido
revisado en este apartado.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Elabora un crucigrama en donde atiendas 5 preguntas horizontales y 5 verticales.
Posteriormente resuélvelo.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Expresa tu opinión por escrito ante la siguiente pregunta: ¿Qué indicaciones se le
tiene que dar, a la familia del paciente crítico, en una situación que llevaría más de
una semana en ambiente hospitalario?
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
2.1
INTRODUCCIÓN A LA TANATOLOGÍA
La Tanatología (Thánatos: muerte, Logos: tratado) es una disciplina que tiene por objetivo
ayudar al enfermo terminal y al enfermo en fase terminal a enfrentarse con dignidad ante su propio
proceso de muerte o a la de un ser querido. También incluye el prestar ayuda a aquellos con ideación
suicida y a sus familiares.
Por lo tanto, los objetivos de la tanatología son:
• Ayudar al enfermo terminal a que siga siendo productivo todo el tiempo que pueda y a que
tenga verdadera calidad de vida.
• Ayudar a los familiares del enfermo terminal a que conserven su calidad de vida personal, y
la calidad en las relaciones interfamiliares.
• Ayudar a trabajar el duelo en el menor tiempo y con el menor dolor posible.
• Ayudar al equipo de salud a aliviar su dolor.
• Ayudar a los que tienen ideación o conducta suicida a que encuentren una esperanza real.
Empecemos por aclarar la diferencia entre un enfermo terminal y un enfermo en fase terminal.
El primero es aquella persona que padece una enfermedad por la que posiblemente (ni siquiera
probablemente) vaya a morir, en un tiempo relativamente corto (bajo el punto de vista del enfermo y de
la familia, no del médico) y que conoce su diagnóstico.
En cambio el Enfermo en Fase Terminal es al que se le conoce comúnmente como el
“moribundo”, y que por lo general es una persona desahuciada que más que tratamientos terapéuticos
lo que necesita es que se le apliquen cuidados paliativos, puesto que es una persona a la que le quedan
horas, días o si acaso semanas de vida.
Por lo tanto, un tanatólogo siempre va a apoyar a la persona que tiene un conflicto ante la
muerte, ya sea de manera directa o indirecta. Un tanatólogo ayuda a la persona en crisis por que se
le está terminando la vida. Es un papel muy delicado que tan sólo alguien especializado en dicha área
puede cubrir al 100%.
Pues recordemos que el trabajo del tanatólogo no termina trabajando terapéuticamente con la
persona que va a morir, ya que puede incluir las crisis en las que se encuentra la familia en sí o alguien
en particular. Además, con la muerte de la persona tampoco termina su trabajo, el tanatólogo puede
continuar con esa ayuda para que las personas en duelo puedan despedirse y llevar dicho proceso de
la mejor manera posible.
Además, el tanatólogo también ayuda al equipo de salud, para que doctores, trabajadores
sociales y enfermeras recuperen su equilibrio y estabilidad emocional, ya que el nivel de estrés que se
vive en los hospitales y sobretodo por muertes es de los más altos que existen.
Un poco de historia
La tanatología fue aceptada como ciencia a partir de los años 50’s. Desde su concepción y
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
hasta la actualidad, se ha tratado a la tanatología de manera interdisciplinaria e incluye la evaluación
de nuestra relación con la muerte y no tanto a las especulaciones o creencias (religiosas, culturales o
de otra índole). La meta última del tanatólogo es orientar al enfermo hacia la aceptación de su realidad,
aceptación que se traduce en esperanza sobre la situación real. Esto incluye una mejor calidad de vida,
una muerte digna y en paz.
¿Qué implica una muerte digna?
•
•
•
•
•
•
•
•
Calidad de vida durante esta etapa final.
Atención adecuada.
Ayuda para resolver problemas.
Morir rodeado de gente cariñosa.
No ser objeto de experimentación.
Respetar y darle gusto al paciente.
Presentar opciones reales para su situación actual.
No dar expectativas falsas.
Uno de los puntos más importantes dentro la tanatología es el principio de Autonomía el cual le
permite al individuo tomar sus propias decisiones relacionadas con el proceso de morir. La dignidad de
la persona se comprende sólo a través del respecto a la libertad.
Otro de los aspectos importantes dentro de la tanatología es aprender los diferentes medios
por los cuales el paciente puede tener ese principio de autonomía. Por ejemplo, pueden llevarse
ciertas acciones, desde la realización de testamentos (como testamento vital o jurídico), legados,
responsabilidades, o voluntades anticipadas (este último se refieren a la posibilidad que legalmente
se ha establecido en algunos países en cuanto a solicitar el rechazo a la prolongación de la vida por
medios innecesarios en circunstancias específicas). Uno de los grandes retos que se tiene con respecto
al estudio de la tanatología es educar a las personas desde niños y jóvenes sobre los aspectos que
involucren el respeto al proceso la muerte.
BIBLIOGRAFÍA
Benavides Rosales, A (s.f). Introducción a la tanatología. Recuperado de https://redconcreta.
com/introduccion-la-tanatologia/, el 13 de julio de 2021.
24
3
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora un esquema en donde abordes la historia del surgimiento de la tanatología.
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3
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Elabora un mapa conceptual en donde des respuesta a las siguientes preguntas:
a) ¿Qué estudia la tanatología?
b) ¿Cuáles son sus funciones?
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3
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
De acuerdo a lo leído, ¿qué significa una muerte digna? Elabora un ensayo en
donde expongas tu postura respecto a esta temática.
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
2.2
LA PÉRDIDA A LO LARGO DE LA VIDA
El ciclo vital de la especie humana está marcado por una infancia prolongada que condiciona el
desarrollo de una conducta compleja, en la que queda de manifiesto que el ser humano es un animal
sociable por necesidad, y no por elección.
Siendo tan importantes para la persona las relaciones sociales, cuando esos lazos afectivos
se rompen por fallecimiento del ser querido a la que está vinculado, lo que se produce es un estado
afectivo de gran intensidad emocional al que llamamos duelo.
La elaboración de las pérdidas es posiblemente un tema central en la existencia humana.
A lo largo de la vida, desde el nacimiento como primera dolorosa separación, bajo la influencia
de nuestra cultura, del bagaje genético, de nuestro medio social, influidos por nuestra historia personal
llena de datos biográficos, viajamos a lo largo del ciclo de nuestra existencia, en un continuo discurrir
de vínculos y de pérdidas.
Efectivamente, desde el propio nacimiento, como la primera dolorosa separación, la vida de
cada uno de nosotros, de nosotras, es un continuo de pérdidas y separaciones, hasta la última y
probablemente más temida, que es la de la propia muerte y la de nuestros seres queridos.
Todas las pequeñas o grandes separaciones que vamos viviendo, no solamente nos recuerdan
la provisionalidad de todo vínculo, sino que nos van preparando para el gran y definitivo adiós.
Cada pérdida acarreará un duelo, y la intensidad del duelo no dependerá de la naturaleza del
objeto perdido, sino del valor que se le atribuye, es decir, de la inversión afectiva invertida en la pérdida.
El dolor por la pérdida, por las pérdidas, es parte de nuestra condición humana, de nuestra
naturaleza, deuda de nuestra estirpe atada al tiempo y a lo fugaz.
Considerar la muerte de una persona querida como un tipo de pérdida, más que verla como algo
único y totalmente diferente, nos va a permitir integrarla en un modelo más amplio de las reacciones
humanas.
Podemos, pues, considerar que el duelo es producido por cualquier tipo de pérdida, y no sólo
es aplicable a la muerte de una persona. Por lo tanto el proceso de duelo se realiza siempre que tiene
lugar una pérdida significativa, siempre que se pierde algo que tiene valor, real o simbólico, consciente
o no para quien lo pierde.
El médico paliativista Gómez Sancho corrobora esta idea y señala: “la pérdida no está
forzosamente ligada a la muerte que, sin embargo, constituye el paradigma del duelo. La muerte imprime
al duelo un carácter particular en razón de su radicalidad, de su irreversibilidad, de su universalidad y
de su implacabilidad. Una separación no mortal deja siempre abierta la esperanza del reencuentro”.
Pangrazzi enumera una gran cantidad de tipos de pérdidas que he condensado en cinco bloques:
1. Pérdida de la vida. Es un tipo de pérdida total, ya sea de otra persona o de la propia vida en
casos de enfermedades terminales en el que la persona se enfrenta a su final.
2. Pérdidas de aspectos de sí mismo. Son pérdidas que tienen que ver con la salud. Aquí
pueden aparecer tanto pérdidas físicas, referidas a partes de nuestro cuerpo, incluidas las
capacidades sensoriales, cognitivas, motoras, como psicológicas, por ejemplo la autoestima,
28
2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
o valores, ideales, ilusiones, etc.
3. Pérdidas de objetos externos. Aquí aparecen pérdidas que no tienen que ver directamente
con la persona propiamente dicha, y se trata de pérdidas materiales. Incluimos en este tipo
de pérdidas al trabajo, la situación económica, pertenencias y objetos.
4. Pérdidas emocionales. Como pueden ser rupturas con la pareja o amistades.
5. Pérdidas ligadas con el desarrollo. Nos referimos a pérdidas relacionadas al propio ciclo vital
normal, como puede ser el paso por las distintas etapas o edades, infancia, adolescencia,
juventud, menopausia, vejez, etc.
El proceso de duelo se realiza siempre que tiene lugar una pérdida.
¿Qué es el duelo?
Duelo es un término que, en nuestra cultura, suele referirse al conjunto de procesos psicológicos
y psicosociales que siguen a la pérdida de una persona con la que el sujeto en duelo, el deudo estaba
psicosocialmente vinculado. El duelo, del latín dolus (dolor) es la respuesta emotiva a la pérdida de
alguien o de algo.
Duelo para la Real Academia de Lengua tiene varios significados:
1. Dolor, lástima, aflicción o sentimiento.
2. Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de
alguien.
3. Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción
del cadáver al cementerio o a los funerales.
4. Hay otro sentido de duelo, al menos en castellano, que hace referencia a desafío, combate
entre dos, que algunos autores han querido relacionarlo con la elaboración del duelo y el
desafío que supone la organización de la personalidad del deudo.
BIBLIOGRAFÍA
Cabodevilla (2007). Las pérdidas y sus duelos. Recuperado de https://scielo.isciii.es/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272007000600012, el 14 de julio de 2021.
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3
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora un orden de prioridad sobre la importancia pérdidas, de acuerdo a
Pangrazzi (página 28), desde tu perspectiva.
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3
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Elabora un cuadro sinóptico que de respuesta a las siguientes preguntas:
a) ¿Qué es un duelo?
b) ¿A partir de qué surge un duelo?
c) ¿Cuál es el objetivo del duelo?
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3
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Elabora un tratamiento de la información, diferente a resumen, sobre lo abordado
en este capítulo.
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
2.3
LA MUERTE Y EL DUELO
Duelo es un término que, en nuestra cultura, suele referirse al conjunto de procesos psicológicos
y psicosociales que siguen a la pérdida de una persona con la que el sujeto en duelo, el deudo estaba
psicosocialmente vinculado. El duelo, del latín dolus (dolor) es la respuesta emotiva a la pérdida de
alguien o de algo.
Duelo para la Real Academia de Lengua tiene varios significados:
1. Dolor, lástima, aflicción o sentimiento.
2. Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de
alguien.
3. Reunión de parientes, amigos o invitados que asisten a la casa mortuoria, a la conducción
del cadáver al cementerio o a los funerales.
4. Hay otro sentido de duelo, al menos en castellano, que hace referencia a desafío, combate
entre dos, que algunos autores han querido relacionarlo con la elaboración del duelo y el
desafío que supone la organización de la personalidad del deudo.
El experto e investigador J. Bowlby define el duelo como todos aquellos procesos psicológicos,
conscientes e inconscientes, que la pérdida de una persona amada pone en marcha, cualquiera que
sea el resultado.
En efecto, el duelo es esa experiencia de dolor, lástima, aflicción o resentimiento que se
manifiesta de diferentes maneras, con ocasión de la pérdida de algo o de alguien con valor significativo.
Por lo tanto podemos afirmar que el duelo es un proceso normal, una experiencia humana por la que
pasa toda persona que sufre la pérdida de un ser querido. Así es que no se trata de ningún suceso
patológico. Incluso hay quien sostiene que el duelo por la pérdida de un ser querido es un indicador de
amor hacia la persona fallecida. No hay amor sin duelo por la pérdida.
La forma en que comprendemos el proceso de duelo está relacionada con la forma en que
manejamos la muerte en el medio cultural en el que nos movemos y ha ido evolucionando según las
distintas épocas por las que ha atravesado la humanidad.
A lo largo de los siglos, el proceso de buena o mala muerte ha variado.
En la Edad Media, la buena muerte era la que ocurría de forma lenta y anunciada y se hacía de
forma asistida. Por el contrario, la inadecuada era la que llegaba de forma repentina.
En los siglos XIV al XVIII, el dolor y la agonía con sufrimiento adquieren un notable valor religioso
y se consideraba una muerte adecuada. En la actualidad cada vez más el duelo, como la muerte,
tienden a ser echados del mundo público y tienen que refugiarse más y más en lo privado. En efecto, la
actitud social ante la pérdida afectiva ha seguido y está siguiendo en nuestro entorno social un camino
paralelo a la actitud social ante la muerte.
La muerte ha dejado de considerarse una parte de la vida, su final, convirtiéndose en algo
molesto de lo que ya no se habla ni tan siquiera con quien la está vivenciando cercana.
La actitud social ante los duelos, en nuestro medio, es de presión hacia su ocultación y
aislamiento.
33
2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
La alteración del morir humano es, quizás, una de las novedades más llamativas de finales del
siglo pasado y como consecuencia de ella, es preciso abordar qué significa morir dignamente en una
sociedad tecnológica.
En épocas anteriores era habitual que la muerte fuera mucho más pública de lo que es ahora. La
gente solía morir en sus casas, entre la familia, amigos y vecinos, el enfermo se preparaba consciente
y lúcidamente. Hoy, sin embargo, ha cambiado la forma de morir, se prefiere en general una muerte
rápida, instantánea, sin darse cuenta uno que se muere. La muerte que se desea es la que no turba, la
que no pone en compromiso a los supervivientes.
En la mayoría de las culturas la expresión de dolor individual tiene un sitio en el marco del
ritual del duelo público, sin embargo en nuestro medio social actual aparece relativamente controlada
y poco expresiva. Apenas se viven ya aquellas explosiones y gestos apasionados de dolor, rabia y
desesperación propio de hace algunas décadas. Por hondo que sea el dolor de los deudos no está
bien visto manifestarlo de una manera pública y en la práctica no se hace. Cada día más, los familiares
prefieren realizar los funerales y/o entierro en la más estricta intimidad.
Como señala F. Torralba, en todo ser humano convive el abismo de la fragilidad y vulnerabilidad.
Afirmar que el ser humano es vulnerable significa decir que es frágil, que es finito, que está sujeto a la
enfermedad y al dolor, al envejecimiento y a la muerte. La tesis de que el ser humano es vulnerable,
constituye una evidencia fáctica, no precisamente de carácter intelectual, sino existencial. La enfermedad
constituye una de las manifestaciones más plásticas de la vulnerabilidad humana.
El ser humano es vulnerable y ello afecta a todas y cada una de las dimensiones o facetas.
La vulnerabilidad está arraigada a su ser, a su hacer y a su decir. Decir que es vulnerable, significa
afirmar que no es eterno, que no es omnipotente, que puede acabar en cualquier momento. Significa
afirmar que lo que hace puede ser indebido, que lo que dice con sus palabras o sus silencios pueden
ser equívocos.
Es el sufrimiento el que nos revela y nos pone en contacto con nuestra vulnerabilidad.
El sufrimiento causado por la pérdida constituye, en muchos casos, una experiencia penetrante
hasta el núcleo de nuestro ser, como muy pocas otras cosas pueden hacerlo. Si no aprendemos a
asimilar los sufrimientos de las pérdidas pueden degenerar en enfermedades mentales e incluso físicas
que irán desmoronando nuestro equilibrio vital.
El sufrimiento admite cierto movimiento del sufriente, puede enfrentarse a él, darle vueltas,
incluso intentar entender su significado, sus conexiones. Nadie nos puede quitar el sufrimiento, pero la
lucidez y capacidad de mirarlo cara a cara es ya el inicio de un camino para superarlo.
Poder expresar, decir el propio sufrimiento es un paso hacia su superación. Sabida es la función
terapéutica de la palabra, de la articulación de lo que a uno le pasa ante alguien que escucha.
Es cierto que la cultura actual ignora, oculta o evade la muerte. Se la considera y se la trata
como un tabú. Además muchas veces, tal vez demasiadas, la soledad, el miedo, el abandono y la
impotencia componen el último acto de la vida.
Todo esto está sucediendo a pesar de un movimiento que vuelve a interesarse por la muerte y
el duelo.
Algunos modelos para comprender el duelo
Han sido muchos los pensadores que han intentado explicar el fenómeno del duelo.
Ya los trabajos de Freud en su obra Duelo y melancolía (1917) define los objetivos de la
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
elaboración del duelo en:
1. La retirada de la libido invertida en el objeto.
2. Su sana reinversión en otro objeto.
En definitiva Freud creó un modelo de duelo muy directamente inspirado por la depresión, la
melancolía, y en el cual las relaciones con los demás, con los objetos, son el elemento fundamental de
la pérdida que se experimenta con el duelo, es decir, cuando se pierde afectivamente algo o a alguien
significativo, se pierde una parte del yo, del mundo interno, de la estructura personal.
Dentro de los modelos psicoanalíticos, Melaine Klein insistió en que cada duelo reaviva la
ambivalencia residual, nunca completamente elaborada, con respecto a nuestro objeto primigenio.
El duelo, para Melaine Klein, supone alteraciones más profundas de nuestra relación con nuestros
recuerdos, con nuestras representaciones mentales conscientes e inconscientes que nos vinculan con
la madre, el padre, la familia originales.
Otro modelo es el de la teoría del vínculo de Bowlby. Esta teoría describe el desarrollo
psicoemocional sano en el ser humano. La persona desarrolla de forma instintiva vínculos (apegos). El
mantenimiento de un vínculo se experimenta como fuente de seguridad y dicha.
La meta de la conducta de apego es mantener un vínculo afectivo. Cuando tales vínculos se ven
amenazados o rotos, se suscitan intensas reacciones emocionales.
Parkes ha sido otro estudioso del tema con su teoría de constructos personales, sugiriendo
que la experiencia de duelo da lugar a grandes cambios en el espacio vital del individuo. La persona
establece vínculos afectivos con los elementos de su espacio vital y los vivencia como propios. En el
duelo, el individuo debe renunciar a los constructos acerca del mundo que incluía al fallecido y a él
mismo en relación al fallecido, y por lo tanto, ha de desarrollar un nuevo esquema de constructor acerca
del mundo acorde a sus nuevas circunstancias vitales.
Tradicionalmente se ha entendido el duelo como un proceso que sigue unas fases, que van
desde el inicio a la resolución del mismo.
Diversos autores (Bolwy, Parkes, Engel; Sanders) han definido distintas fases o etapas que con
algunos matices se pueden apreciar elementos comunes. Estas fases son un proceso y no secuencias o
etapas fijas, de tal manera que no reproduce un corte claro entre una y otra fase, y existen fluctuaciones
entre ellas.
A continuación vamos a describirlas brevemente:
1. Fase de aturdimiento o etapa de shock. Es como un sentimiento de incredulidad; hay un
gran desconcierto. La persona puede funcionar como si nada hubiera sucedido. Otros, en
cambio, se paralizan y permanecen inmóviles e inaccesibles. En esta fase se experimenta
sobre todo pena y dolor. El shock es un mecanismo protector, da a las personas tiempo y
oportunidad de abordar la información recibida, es una especie de evitación de la realidad.
2. Fase de anhelo y búsqueda. Marcada por la urgencia de encontrar, recobrar y reunirse
con la persona difunta, en la medida en que se va tomando conciencia de la pérdida, se
va produciendo la asimilación de la nueva situación. La persona puede aparecer inquieta
e irritable. Esa agresividad a veces se puede volver hacia uno mismo en forma de
autorreproches, pérdida de la seguridad y autoestima.
3. Fase de desorganización y desesperación. En este periodo que atraviesa el deudo son
marcados los sentimientos depresivos y la falta de ilusión por la vida. El deudo va tomando
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
conciencia de que el ser querido no volverá. Se experimenta una tristeza profunda, que
puede ir acompañada de accesos de llanto incontrolado. La persona se siente vacía y con
una gran soledad. Se experimenta apatía, tristeza y desinterés.
4. Fase de reorganización. Se van adaptando nuevos patrones de vida sin el fallecido, y se
van poniendo en funcionamiento todos los recursos de la persona. El deudo comienza a
establecer nuevos vínculos.
El conocer las manifestaciones y las fases del duelo tienen una utilidad práctica, si entendemos
que las fases son un esquema orientativo y no rígido, que nos puede guiar a la hora de saber en qué
situación se encuentra la persona en su proceso de duelo.
BIBLIOGRAFÍA
Cabodevilla (2007). Las pérdidas y sus duelos. Recuperado de https://scielo.isciii.es/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272007000600012, el 14 de julio de 2021.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora tres definiciones acerca de qué es el duelo.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Completa el siguiente texto con las palabras faltantes de acuerdo a la lectura.
El experto e investigador J. Bowlby define el ______________ como todos aquellos
procesos psicológicos, conscientes e inconscientes, que la ______________ de una
persona amada pone en marcha, cualquiera que sea el resultado.
En efecto, el duelo es esa experiencia de dolor, lástima, aflicción o ______________ que
se manifiesta de diferentes ______________, con ocasión de la pérdida de algo o de
alguien con valor significativo.
Por lo tanto podemos afirmar que el duelo es un ______________ normal, una experiencia
______________ por la que pasa toda persona que sufre la pérdida de un ser querido.
Así es que no se trata de ningún suceso ______________. Incluso hay quien sostiene
que el duelo por la pérdida de un ser querido es un indicador de amor hacia la persona
fallecida. No hay ______________ sin duelo por la pérdida.
La forma en que comprendemos el proceso de duelo está relacionada con la forma en
que manejamos la ______________ en el medio cultural en el que nos movemos y ha
ido evolucionando según las distintas épocas por las que ha atravesado la humanidad.
A lo largo de los ______________, el proceso de buena o mala muerte ha variado.
En la ______________, la buena muerte era la que ocurría de forma lenta y anunciada
y se hacía de forma asistida. Por el contrario, la inadecuada era la que llegaba de forma
repentina.
Es el ______________ el que nos revela y nos pone en contacto con nuestra
______________.
El sufrimiento causado por la pérdida constituye, en muchos casos, una ______________
penetrante hasta el ______________ de nuestro ser, como muy pocas otras cosas
pueden hacerlo. Si no aprendemos a ______________ los sufrimientos de las pérdidas
pueden degenerar en enfermedades mentales e incluso físicas que irán desmoronando
nuestro ______________ vital.
El sufrimiento admite cierto movimiento del sufriente, puede enfrentarse a él, darle
vueltas, incluso intentar entender su ______________, sus conexiones. Nadie nos puede
______________ el sufrimiento, pero la lucidez y capacidad de mirarlo cara a cara es ya
el inicio de un camino para superarlo.
Poder expresar, decir el propio sufrimiento es un paso hacia su ______________. Sabida
es la función terapéutica de la ______________, de la articulación de lo que a uno le
pasa ante alguien que escucha.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Elabora un tratamiento de la información, diferente a resumen, acerca de los
contenidos revisados en este capítulo.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
2.4
EL SER HUMANO ANTE LA ENFERMEDAD
El significado de la enfermedad varía en función del paradigma y la perspectiva desde la que se
aborda. Desde el paradigma positivista, propio del ámbito de la biomedicina, se concibe la enfermedad
desde un punto de vista mecanicista o biologicista, de manera que se prioriza la alteración orgánica que
acontece en el cuerpo humano, obviando la subjetividad inherente a dicho proceso. Quijano propone
que ya desde la medicina hipocrática y hasta hoy las historias clínicas no se han preocupado por
indagar en la subjetividad del enfermo, en el modo en que afronta y enfrenta su enfermedad; en cambio
han centrado su interés sobre el diagnóstico y la terapéutica de la enfermedad. Así, por ejemplo, en
muchas ocasiones la propia organización de un hospital evidencia esta priorización hacia la alteración
orgánica, de tal forma que las personas que allí acuden son clasificadas por su patología y no por las
necesidades que presenten; pudiendo darse el caso de que coincidan en un mismo espacio físico
–habitación– dos sujetos con una misma patología que tengan necesidades y respuestas humanas
diametralmente diversas.
Frente a la doctrina positivista se encuentra la doctrina humanista o fenomenológica, que
defiende que el modo en que los sujetos perciben su enfermedad y le dan significado a través de las
necesidades que demandan está fuertemente influenciado por su contexto social y cultural. El primer
paso para entender la enfermedad desde la doctrina humanista es considerar al paciente como una
persona. El humanismo se define como el interés del profesional por curar y aliviar los problemas de
salud que se presentan en los pacientes, pero no considerándolos como cuerpos humanos sino como
personas. Persona alude a una unidad somato-psíquica-social conformada por una serie de creencias,
valores y costumbres estrechamente vinculados con la sociedad y la cultura, lo cual condiciona su
manera de interpretar y expresarse ante situaciones como la enfermedad. Esta visión propone romper
con el estigma de la pasividad de los pacientes, quienes pasan a convertirse en sujetos activos que son
escuchados y tomados en cuenta en el control y manejo de sus enfermedades.
La perspectiva fenomenológica propone pues una migración al reino de los enfermos, lo que
implica incluso redefinir alguno de los términos tradicionales utilizados para referirse a ellos, optando
por concebirlos como sujetos o personas que tienen una determinada enfermedad, sustituyendo los
términos tradicionales con connotación biomédica, como son los de enfermos, pacientes (el mismo
término de paciente asume la idea de que se trata de alguien débil, dependiente, indefenso) o aquellos
derivados de una patología al referirnos a ellos como tuberculosos, diabéticos o sidosos.
En base a lo anterior, se puede concluir que la enfermedad se vertebra en torno a una triple
dimensión:
a) Dimensión biológica: Se sustenta en la anormalidad o disfunción fisiológica o estructural
de base orgánica. En la terminología inglesa se acuña como disease y se refiere a la enfermedad
propiamente dicha o en sentido recto, avalada por un conocimiento objetivo de los signos y síntomas
manifiestos. Algunas acepciones para referirse a esta dimensión son el de enfermedad en tercera
persona, enfermedad-enfermo y otros autores la catalogan como patología o estado patológico.
b) Dimensión subjetiva: es aquella que aborda la enfermedad desde la perspectiva emic,
es decir, trata de responder a la pregunta de cómo se siente el sujeto, cuáles son sus vivencias,
40
2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
cómo afecta a su vida. Dicho de otro modo, hace referencia a la experiencia cultural y personal de la
enfermedad, lo cual, a veces, es más importante para la persona que el propio estado patológico. En
inglés se emplea el término illness; otras acepciones para definir esta dimensión son el de enfermedad
en primera persona, o padecimiento-paciente.
c) Dimensión simbólico-social: en inglés se utiliza el término sickness. Jean Benoist, considera
que sickness permite dar cuenta de las condiciones sociales e históricas de elaboración de las
representaciones sociales del enfermo y de las del profesional de la salud, cualquiera que sea la
sociedad involucrada. Este mismo autor considera que esta dimensión ha de utilizarse para designar el
proceso de socialización del disease y del illness, permitiendo analizar los discursos, comportamientos
y las prácticas sociales ante la enfermedad. Amezcua define a esta dimensión como malestar, y lo
asocia con las construcciones sociales que la sociedad elabora en torno a la enfermedad.
La disquisición paradigmática, positivismo versus fenomenología, también ha encontrado
eco en la investigación desarrollada en el campo de las ciencias de la salud, y en particular en la
disciplina enfermera. Así, el paradigma positivista se proyecta en lo que se conoce como metodología
de investigación cuantitativa, que pretende producir y verificar el conocimiento enfermero mediante
la utilización de métodos complejos de control y análisis matemático; mientras que del paradigma
fenomenológico emerge la investigación cualitativa, que pretende conocer y comprender el objeto de
estudio de la Enfermería, las respuestas humanas, desde la propia perspectiva de los sujetos. Los
valores tradicionales de la enfermería, holismo y humanismo, implican métodos de investigación y
modelos de análisis que contemplen las respuestas humanas en su contexto social y cultural. Por
lo tanto, alegar que la investigación cualitativa es ajena a la tradición científica de las Ciencias de la
Salud es una falacia; ambas metodologías y ambos paradigmas son necesarios en un contexto en
el que la persona que tiene una enfermedad se convierte en un actor social del mismo.Al hablar de
investigación en enfermería, irremediablemente se debe aludir al movimiento de la Enfermería Basada
en la Evidencia (EBE). Originariamente esta corriente surge en el campo de la medicina y nuevamente
hegemonizada por el paradigma positivista, que dictamina que el único conocimiento válido para
la toma de decisiones en la práctica asistencial es aquel que procede de métodos de investigación
cuantitativos, particularmente los de tipo experimental. Pasar de la Medicina Basada en la Evidencia a
la EBE ha implicado un ejercicio reflexivo que ha derivado, entre otros aspectos, hacia la consideración
de la investigación cualitativa como fuente útil de evidencias para la toma de decisiones en la práctica
clínica. E incluso, el movimiento de la evidencia científica ya apunta al desarrollo de métodos de síntesis
de la evidencia procedente de ambas metodologías.
Hasta ahora se ha procurado clarificar el enfoque paradigmático y conceptual que alude al
fenómeno enfermedad. El otro elemento conceptual en el que se sustenta este trabajo es el padecimiento.
La Real Academia de la Lengua Española define el padecimiento como la acción de padecer o sufrir
daño, injuria, enfermedad, etc. Tradicionalmente, sufrimiento y padecimiento han sido considerados
términos sinónimos, sin embargo, y en base a las definiciones aportadas más adelante, se van a
considerar diferentes, asumiendo, no obstante, que son dos constructos íntimamente conectados entre
sí.
En la literatura científica, una de las definiciones más aceptadas acerca del sufrimiento es
la que aporta Casell. Para este autor el sufrimiento se refiere a un estado de pena severa asociada
a acontecimientos que el sujeto percibe como una amenaza a su persona y que continúa mientras
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
permanezca esa percepción y no se restaure su integridad, en muchas ocasiones por mecanismos de
afrontamiento, entendiendo afrontamiento como una respuesta defensiva que la persona desarrolla
en un contexto o situación particular. En cambio, el padecimiento es inherente a la enfermedad, es
una experiencia vivida en su totalidad y se ampara fundamentalmente en su dimensión subjetiva, es
decir, trata de explicar cómo la persona vive con su enfermedad. Mercado-Martínez et al. coinciden
en señalar la diversidad de acepciones con la que se ha tratado el problema en la literatura científica
(experiencia del padecimiento, experiencia de la enfermedad, experiencia del proceso salud-enfermedad,
experiencia social de la enfermedad, son algunos de estos términos) y lo definen como un fenómeno
social cambiante de naturaleza subjetiva en el cual los individuos enfermos y los integrantes de su red
social cercana perciben, organizan, interpretan y expresan un conjunto de sentimientos, sensaciones,
estados de ánimo o emocionales, sensaciones corporales, cambios en la apariencia física, alteraciones
en los sentidos, y una serie de eventos ligados y/o derivados del padecimiento y de su atención, todo
ello en el marco de las estructuras, relaciones y significados sociales que lo determinan y moldean.
Por ello, desde la doctrina humanística, el sufrimiento se identifica como una respuesta emocional que
puede estar integrada como un elemento más de un fenómeno global denominado padecimiento, lo
que implica que no siempre todas las experiencias de padecimiento tengan por qué acompañarse de
sufrimiento.
Así pues, indagar en el padecimiento de la persona que tiene una enfermedad supone explorar
varios planos: el plano de las molestias físicas o sintomáticas (disease), el plano de las interpretaciones
o significados para la persona que lo está viviendo (illness); además, hay que tener en cuenta que las
interpretaciones y significados asociados a la enfermedad son vividos como una experiencia socialmente
constituida, es decir, basada en la intrasubjetividad e intersubjetividad de los sujetos inmersos en un
contexto cultural determinado (sickness). Varios estudios de investigación corroboran este hecho:
Thorne et al. en un metaestudio cualitativo acerca de la experiencia de la enfermedad crónica concluyen
resaltando la complejidad inherente a este fenómeno; en la línea del anterior, Ironside et al. destacan
que el enfoque hacia el estado funcional del sujeto no justifica adecuadamente la experiencia de la
enfermedad crónica, por lo que se sugiere descentrar el foco de atención en el tratamiento sintomático
dando igual cobertura a la influencia de los significados que los sujetos atribuyen a la enfermedad; los
trabajos de Blanca Gutiérrez et al. y Solano et al. acerca del padecimiento de los pacientes coronarios
en Unidades de Cuidados Intensivos señalan que uno de los temas más relevantes que emergen del
discurso de los informantes es el miedo que acompaña al padecimiento de esta enfermedad, el cual
no sólo afecta a dimensiones esenciales de la enfermedad-miedo al dolor, al sufrimiento, a las posible
secuelas, a no recuperarse-, sino que también afecta a esferas de la vida de los sujetos como la
relaciones familiares, el trabajo, la realización de tareas domésticas o el ocio.
BIBLIOGRAFÍA
Hueso Montoro, César (2006). El padecimiento de una enfermedad. Un enfoque desde
la teoría de la representación social. Recuperado de https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_
arttext&pid=S1132-12962006000300011, el 14 de julio de 2021.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora un cuestionario de 10 preguntas sobre el contenido abordado en este
capítulo.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Elabora un cartel en donde expliques las tres dimensiones de la enfermedad
(biológica, subjetiva y simbólico-social).
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3
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Reflexiona sobre lo siguiente y elabora un ensayo: ¿cuál es tu función, como
profesionista, frente a la enfermedad?
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
2.5
ENFERMEDADES CRÓNICO-DEGENERATIVAS
Las enfermedades crónicas constituyen un problema de salud en las sociedades contemporáneas.
Según Nobel en 1991, citado por Avellaneda y otros, el aumento sostenido de la incidencia y prevalencia
de las enfermedades crónicas a nivel mundial desde el pasado siglo, especialmente en países con altos
indicadores de salud y desarrollo, su carácter complejo y multifactorial, su impacto sobre poblaciones
vulnerables y el hecho de que producen una limitación importante en la calidad de vida y el estado
funcional de las personas que las padecen, las ha convertido en un verdadero reto desde lo económico,
lo político, lo social y lo personal.
De la misma manera que son el resultado de la integración de múltiples factores, en especial de
carácter social, que involucran cambios epidemiológicos, demográficos, medioambientales, relativos a
estilos y modos de vida y a la individualidad, sus consecuencias también tienen múltiples resonancias
sobre diferentes espacios y dimensiones.
Al decir de Roca Perara, las enfermedades crónicas rebasan los marcos institucionales
sanitarios y abarcan la vida cotidiana de la persona así como sus redes sociales. Una vez instauradas
pueden producir cambios psíquicos y corporales intensos y modificar áreas de vida significativas, lo cual
demanda de las ciencias de la salud superar el enfoque exclusivamente centrado en signos y síntomas
físicos para dirigir la atención hacia la repercusión de la enfermedad sobre los diferentes ámbitos de la
vida de la persona enferma, defendiendo un marco de comprensión y abordaje cada vez más holístico.
Es importante, en este sentido, abordar los impactos generados por las enfermedades crónicas
sobre las diferentes áreas de vida y reflexionar sobre los ejes de significación subyacentes, partiendo
de reconocer la amplitud, variedad y heterogeneidad de las experiencias de salud como experiencias
sociales, y por tanto, sin pretender generalizar, aun menos absolutizar.
El trabajo parte del reconocimiento de que cada proceso de enfermedad impone particularidades
relacionadas con sus modos de expresión, intervención, y significación, así como que los aspectos
individuales y sociales juegan un rol importante en la manera de vivenciarlo. Sin embargo, la revisión del
tema arroja luz sobre la existencia de dimensiones comunes a las diferentes experiencias de enfermar
crónicamente, las cuales son sensibles de someterse a discusión a partir de categorías psico-socioculturales como las construcciones de género, los significados del cuerpo y los sentidos construidos
respecto al proceso salud-enfermedad.
La revisión realizada incluye estudios nacionales e internacionales que abordan diferentes
aspectos sobre los procesos de vida de personas con enfermedades endocrinas, oncológicas,
cardiovasculares y renales: modos de vida, estado de salud física y psicológica, relaciones con otras
personas, y otros factores socioculturales. Dichos estudios se han dirigido especialmente a personas
adultas con enfermedades crónicas no transmisibles, insertas en procesos de atención institucionalizada
de salud, fundamentalmente de zonas urbanas. Estudios que aborden la perspectiva de otros actores
sociales que “conviven” con estas enfermedades (la pareja, la familia, los/as proveedores/as de salud
y la comunidad en general) son menos frecuentes.
Sobre estas bases, el trabajo propone reflexionar sobre la articulación entre los significados
atribuidos a los procesos de enfermedad, las construcciones sobre el cuerpo y el género, desde la
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
experiencia de vivir con enfermedades crónicas en los diferentes espacios de expresión social: las
relaciones interpersonales, las ocupaciones, la familia, la pareja y la sexualidad.
Si bien con estos temas no se pretende agotar la multiplicidad de experiencias que surge de
las respuestas de pacientes, familiares, amigos/as y la comunidad frente a estas enfermedades, en
el trabajo se consideran relevantes porque son susceptibles de expresar la integración entre factores
físico-biológicos, emocionales y sociales. Y en especial, porque permiten visualizar de forma más
integral las realidades de vida de personas con enfermedades crónicas.
Enfermedad y vida cotidiana
Una de las cualidades básicas de las enfermedades crónicas, responsable de parte importante
de sus impactos sobre las personas que con ellas viven, es justamente la cronicidad. Esta propiedad
o condición impone en primer lugar lidiar de forma permanente con ella en los espacios físico,
psíquico y simbólico de la individualidad; pero también demanda de forma obligatoria trascender dicha
individualidad, en tanto el ser humano es un ser social que se expresa y proyecta en diferentes espacios
de la vida cotidiana. Las relaciones interpersonales en general, las ocupaciones, la familia y la pareja
constituyen las dinámicas de interacción fundamentales donde los procesos de salud y enfermedad se
expresan. Por tanto, son los/as amigos/as, los/as compañeros/as de trabajo, los familiares y la pareja
quienes se convertirán en los principales actores, testigos y convivientes de dichos procesos.
Brannon y Feist, 2001, citado por Vinaccia y Orozco, afirman que las enfermedades crónicas
como el cáncer, no solo alteran al paciente por el proceso de adaptación que implican, sino que pueden
producir dificultades económicas, cambiar la visión que la persona tiene de sí misma, y afectar las
relaciones con los miembros de la familia y amigos. Contreras y otros, exponen argumentos similares
para personas con insuficiencia renal crónica, mientras Avellaneda y sus colaboradores, apoyados por
resultados de otros autores, aseveran que en España, el 88 % del cuidado que precisa un enfermo
con enfermedad crónica lo prestan las redes sociales de apoyo (profesionales de la salud, parientes o
amigos, asociaciones), fundamentalmente la familia más cercana.
En general, es posible encontrar en los sujetos referencias a un proceso de reestructuración
de dichas áreas como consecuencia de la enfermedad y de los retos que la misma impone. Veamos a
continuación algunas particularidades por área.
Relaciones interpersonales amplias
Para los fines del presente trabajo se incluyen dentro de las relaciones interpersonales amplias,
aquellas interacciones que trascienden las esferas de vida más íntimas y sistemáticas para el sujeto,
como pueden ser la familia y la pareja (que incluyen vínculos particulares, y que serán abordadas
con posterioridad). Estas relaciones pueden componer redes de relativa formalidad, sistematicidad
y profundidad emocional, entre las que cabe mencionar a los/as amigos/as, los/as vecinos/as, los/as
compañeros/as de trabajo, otras personas con las que se sostienen vínculos ocasionales, y en general
la comunidad donde el individuo se inserta.
Las interacciones con estos actores impregnan una singularidad a la vivencia de los sujetos
con la enfermedad, quizás en ningún otro tipo de interacción el sujeto ve más confrontada su imagen
personal y social, relacionado con la etiqueta diagnóstica, con los cambios vividos en el cuerpo y con
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
la modificación de roles debido a la enfermedad.
Alrededor de los diferentes procesos de enfermedad se erigen sistemas de significaciones
donde se integran elementos relacionados con su devenir histórico, información más o menos
acreditada a la que se ha tenido acceso, creencias personales, experiencias de otras personas,
incluso la propia representación de la vida. Dichos significados pueden involucrar teorías acerca de
la causalidad, evolución y pronóstico, suelen sostener una intensa connotación normativa, y pueden
expresar perspectivas acerca de la relación entre el ser humano y el mundo circundante. Y lo que es
más importante, siempre sostienen una fuerte carga valorativa.
Los juicios de valor que acompañan estas significaciones son automáticamente depositados
sobre las personas que viven con estas enfermedades, creándose una visión estereotipada y en
mucho desacreditada sobre ellas, y que se resume en etiquetas con pretensiones identitarias tales
como: “diabético/a”, “cardiópata”, “canceroso/a”, “nefrótico/a”, “enfermo/a”. Las cargas valorativas y
significados que acompañan estas etiquetas no son solamente impuestas desde lo externo sino también
asumidas internamente, en tanto el sujeto comparte la cultura que sostiene estas representaciones.
Es por ello que los procesos de estigmatización tienden a tener también una intensa connotación de
automarginación y autoexclusión. No obstante, son estos espacios de amplia interacción social donde
el sujeto refiere sentir mayormente señaladas sus “diferencias” desde lo externo, en especial aquellas
relacionadas con su apariencia física y sus roles sociales.
Respuestas de aislamiento social, encubrimiento y manejo de secretos son algunas estrategias
posibles de estructurar en el marco de estas redes sociales para lidiar con el estigma y las situaciones
de discriminación; hasta lograr un sentido de equilibrio a través de un proceso de reestructuración de
identidad que se inicia desde los primeros vínculos con la enfermedad.
Sin embargo, la señalización social puede también motivar la búsqueda de atención de salud y
con ello sentir aumentadas y fortalecidas las redes de apoyo social: a partir de la interacción con los/as
proveedores/as de salud, otras personas con enfermedades crónicas y las redes sociales tradicionales.
Las narrativas de las mujeres pueden ser especialmente ricas en este sentido.
BIBLIOGRAFÍA
Hueso Montoro, César (2006). El padecimiento de una enfermedad. Un enfoque desde
la teoría de la representación social. Recuperado de https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_
arttext&pid=S1132-12962006000300011, el 14 de julio de 2021.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Con base a las siguientes preguntas, elabora un ensayo en donde establezcas tu
postura:
a) ¿Qué es una enfermedad crónico-degenerativa?
b) ¿Cuál es el papel de tu profesión ante las enfermedades crónico-degenerativas?
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Realiza una búsqueda de las enfermedades crónico-degenerativas más comunes
y sus síntomas.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Elabora un tratamiento de la información, diferente a resumen, en donde abordes
el contenido de este capítulo.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
2.6
LA FAMILIA ANTE LA MUERTE
Cuando fallece un ser querido se altera el equilibrio del sistema familiar y la consiguiente
adaptación a la pérdida supone una reorganización, a corto y a largo plazo, en la que las etapas
de duelo familiares e individuales se influyen recíprocamente.
No todas las pérdidas entrañan una crisis y, si las condiciones son favorables, el duelo puede
realizarse normalmente sin que la familia necesite ayuda especializada. No obstante, en numerosas
ocasiones, la muerte de un ser querido provoca una importante crisis vital tanto en el plano individual
como en el familiar. Uno de los aspectos más seriamente afectados es la identidad de la familia y
la de sus integrantes. La recuperación de la crisis requiere un proceso de trasformación que incorpore
la pérdida sufrida y que sirva de puente para acceder a una nueva identidad. La estructura del sistema
familia, los roles desempeñados por el fallecido dentro de la familia, la calidad de la comunicación y del
apoyo entre las personas que la componen y el tipo de muerte en el ciclo de vida familiar van a
favorecer o entorpecer el desarrollo del duelo individual.
La finalización del proceso implica la aceptación de la ausencia del fallecido, aceptación que, en
cierto modo, encierra una despedida. Sin embargo, es preciso que, al mismo tiempo, se abra espacio
para integrar un recuerdo sereno del fallecido, la historia de experiencias compartidas y las
cualidades que los supervivientes han desarrollado gracias al contacto con aquel.
El fallecimiento de una persona suele ocasionar, en quienes mantenían un vínculo estrecho y
significativo con él, cambios importantes en el concepto que tienen de sí mismos y del mundo que
les rodea que pueden manifestarse en síntomas diversos. Con el fin de adaptarse a dichos cambios,
se necesita un proceso de transición hacia una nueva identidad, proceso que habitualmente se
denomina duelo. El duelo es un conjunto de reacciones emocionales, físicas, cognitivas y
espirituales que cada persona experimenta de un modo peculiar, con un ritmo y una intensidad propios.
Este proceso individual se produce dentro de un proceso familiar que lo circunda y con un
importante trasfondo social. Así, las reacciones individuales están influidas e influyen en las
reacciones de otros miembros de la familia, y ambas han de entenderse en relación al apoyo social
existente y a los condicionantes socio-culturales imperantes.
El entorno, generalmente, no ayuda a resolver duelos. Las soluciones y consejos intentados
por las personas cercanas suelen ser: “supera esto cuanto antes”, “tienes que distraerte”, “sal
y pásatelo bien”, “tienes otros hijos”, “te necesitan”, “tienes que cuidarlos”, “esto cuanto antes
mejor”... Y la insistencia en que se supere rápidamente favorece que no pueda realizarse el proceso,
que no se resuelva el duelo, no hay espacio ni tiempo.
El duelo es un proceso de transición, un proceso que supone una afirmación de terminación
de la vida y una afirmación de continuación de la vida. Cuando muere una persona importante y la
familia e individuo empiezan a acusar la pérdida el mundo cambia y el significado se ve alterado, la
vida se ve alterada. El proceso de duelo facilita encontrar una nueva identidad, cambiar las
coordenadas, encontrar un nuevo sentido. Y no es sólo un trabajo de emociones y sentimientos, exige
una reorganización del sistema familiar, en roles, cambios de límites...
El proceso de duelo no es gradual ni lineal, supone avances, retrocesos y fases
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
entremezcladas. En este proceso la persona puede pasar por diferentes etapas, shock (impacto
físico y psicológico),negación, depresión, culpa (autoculpa, culpa a otro, culpa al fallecido), miedo (a
que a uno le ocurra lo mismo, a que le ocurra a otra persona, a volverse loco, al futuro...), agresión
(auto-agresión, agresión a otros)...y finalmente puede llegar a una reintegración (nuevos intereses y
relaciones, sueños de futuro, rehacer la vida con otras personas...). Aunque no se han de pasar
todas las etapas, sí es necesario atravesar este proceso para poder elaborar y llegar a una integración
auténtica
Reconocimiento compartido de la realidad de la pérdida
Puede parecer evidente pero es, en realidad, un paso muy difícil. Supone enfrentarnos, por un
lado, con nuestra propia mortalidad y, por el otro, con el hecho de que el ser querido ya no está, se ha
marchado y no va a volver. Llegar a asumir la pérdida supone tiempo y esfuerzo ya que es necesario
una aceptación intelectual y, lo más difícil, emocional.
Cuando alguien muere, incluso si la muerte es esperada, la negación cobra una gran importancia.
Siempre hay cierta sensación de que no es verdad. y puede adoptar distintas formas: negación de
la realidad de la pérdida, negación del significado de la pérdida, negación de la irreversibilidad de la
muerte.
Es fundamental que en la familia se afirme la realidad de la pérdida, que la persona ha muerto,
y que cuando se comuniquen entre ellos sea reconocida esta realidad de manera clara y precisa
pues,hasta que no se haya hecho, no lograrán dominar e independizarse de ese episodio de su
vida, ni podrán recuperar la estabilidad. Es muy frecuente que no se comunique o que se
distorsione la información que se dan entre ellos. Para trabajar esto facilitaremos hablar de la pérdida
y experiencias que le siguieron, del difunto como persona y de su relación con él (es útil mirar fotos y
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2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
recuerdos), de otras pérdidas anteriores y se explorarán sentimientos de culpa y cólera. Es importante
estimularles a procesar repetidas veces y de manera completa toda la información.
Experiencia compartida de las emociones y del dolor
Es imposible perder a alguien a quien se ha estado profundamente vinculado sin
experimentar cierto nivel de dolor. El dolor por la pérdida implica tanto el dolor físico, que mucha
gente experimenta, como el dolor emocional y conductual asociado. Es necesario conocer y trabajar
este dolor o se manifestará mediante síntomas u otras formas de conducta disfuncional (idealizando
al fallecido, tomando drogas, alcohol...).
Los miembros de la familia han de expresar, compartir y admitir una gama amplia de sentimientos
que afloran, sean los que sean, y contenerlos en el ámbito familiar. Esto es muy difícil ya que implica
que otra persona de la misma familia puede tener diferentes sentimientos, o experimentar
éstos con diferente intensidad. Aceptar a otro que esté en otra fase requiere una gran flexibilidad y
tolerancia, implica comprender y aceptar mutuamente la expresión de sentimientos complejos
presentes en las relaciones familiares como ira, decepción, desamparo, alivio y culpa. Cuando
las emociones van cambiando y desarrollándose en tiempo largo y, para cada uno, diferente, puede
ser dificultosa una evolución. El lograr compartir, admitir y permitir la expresión de emoción favorece el
crecimiento.
La evolución dependerá del sistema de límites, de la estructura, y del estilo de respuesta familiar.
•
•
•
•
•
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Familia con límites flexibles. (Duelo familiar adaptativo). El sistema familiar tolera las
emociones positivas y negativas desencadenadas con la pérdida; existe intimidad entre
sus miembros, se comparte el malestar y se comparten consuelo y cuidados mutuos. En
estas familias, los roles serán flexibles, según las necesidades de cada miembro, en cada
momento.
Familia con límites rígidos. (Duelo familiar desadaptativo). Modelos de respuesta familiar
evitativos. Se mantendrá un silencio acerca del fallecimiento; se evitarán las relaciones
íntimas dentro
de la familia para impedir el malestar; se aislarán de los compromisos sociales y de las
relaciones públicas; se fomentará el “secreto familiar” (sobre todo si la muerte fue por
suicidio, SIDA...); y se potenciará la intelectualización de la experiencia emocional.
Modelos de respuesta familiar inflexibles: Serán familias que insistirán en que todo
permanezca como antes, manteniendo rígidamente los roles, sin permitir ocupar a nadie el
papel del fallecido en el grupo. Son frecuentes los desarrollos de roles inapropiados como la
parentalización del hijo/a mayor. Además, se fomentará entre sus miembros, la dependencia
rígida de rituales religiosos, o de tradiciones culturales.
Modelos de respuesta familiar distorsionados. Idealización del fallecido, bloqueando
los posibles sentimientos ambivalentes hacia él, junto al mantenimiento permanente
del difunto en el entorno familiar, conservando sus posesiones intactas (cronificación
del duelo). La respuesta familiar predominante será la culpa. Aunque también, la
identificación familiar con el fallecido podrá actualizar se, mediante la adopción de causas
sociales o presentando síntomas físicos similares a los que él tuvo en vida.
2
PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
•
•
Familia con límites porosos. (Duelo familiar desadaptativo). Presentan dificultad para tolerar
las diferencias (todos deben sentir lo mismo y con la misma inten idad). No está permitida la
vivencia individual. En esta situación hay dificultades para contener la emoción del otro
lo que puede suponer inundarse emocionalmente con facilidad y ello generar situaciones
complejas.
Modelos amplificados de respuesta familiar. Se refieren a una o varias de las respuestas
siguientes. Ruptura familiar tras el fallecimiento (divorcios), los duelos incompletos
previos (que podrán ser revividos transgeneracionalmente) amplificando el duelo actual;
prolongación del duelo mediante la dependencia del “fantasma”, o conmemoración de la
muerte de la persona como una tragedia que nunca debe ser olvidada.
La situación de mayor peligro para una resolución adaptativa del duelo dentro del ámbito familiar
es la represión de la emoción y el aislamiento. Cada uno tiene ya bastante con lo suyo como para “car
gárselo” y agobiar al otro, anulando la expresión clara de sentimientos individuales.
Es fundamental favorecer la experiencia de dolor compartido, si no se da es difícil que el sistema
se reorganice.
BIBLIOGRAFÍA
Pérez Trenado, Magdalena (s.f). El proceso de duelo y la familia. Recuperado de https://
paliativossinfronteras.org/wp-content/uploads/procesol-de-duelo-y-familia-PEREZ.pdf, el 14 de julio de
2021.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Completa el siguiente texto con las palabras faltantes.
Cuando fallece un ser querido se altera el ____________ del sistema familiar y
la consiguiente adaptación a la pérdida supone una ____________ , a corto y a largo
plazo, en la que las etapas de ____________ familiares e individuales se influyen
recíprocamente.
No todas las pérdidas entrañan una ____________ y, si las condiciones son
favorables, el duelo puede realizarse ____________ sin que la familia necesite ayuda
especializada. No obstante, en numerosas ocasiones, la muerte de un ser querido
provoca una importante crisis vital tanto en el plano individual como en el familiar. Uno
de los aspectos más seriamente afectados es la ____________ de la familia y
la de sus integrantes. La recuperación de la crisis requiere un ____________ de
trasformación que incorpore la pérdida sufrida y que sirva de puente para acceder a una
nueva identidad. La estructura del sistema familia, los ____________ desempeñados
por el fallecido dentro de la familia, la calidad de la comunicación y del apoyo entre las
personas que la componen y el tipo de muerte en el ciclo de vida familiar van a
favorecer o entorpecer el desarrollo del duelo ____________.
Cuando alguien muere, incluso si la muerte es esperada, la ____________
cobra una gran importancia. Siempre hay cierta ____________ de que no es verdad.
y puede adoptar distintas formas: negación de la realidad de la pérdida, negación del
significado de la pérdida, negación de la ____________ de la muerte.
Es fundamental que en la familia se afirme la ____________ de la pérdida, que la
persona ha muerto, y que cuando se comuniquen entre ellos sea ____________ esta
realidad de manera clara y precisa pues,hasta que no se haya hecho, no lograrán
dominar e independizarse de ese episodio de su vida, ni podrán recuperar la
____________.
Es imposible perder a alguien a quien se ha estado profundamente
____________ sin experimentar cierto nivel de ____________. El dolor por la pérdida
implica tanto el dolor físico, que mucha gente experimenta, como el dolor
____________ y conductual asociado. Es necesario conocer y trabajar este dolor o se
manifestará mediante ____________ u otras formas de conducta disfuncional.
Los ____________ de la familia han de expresar, compartir y admitir una gama
amplia de ____________ que afloran, sean los que sean, y contenerlos en el ámbito
familiar. Esto es muy difícil ya que implica que otra persona de la misma familia puede
tener diferentes sentimientos, o ____________ éstos con diferente intensidad.
Aceptar a otro que esté en otra fase requiere una gran ____________ y tolerancia,
implica comprender y aceptar mutuamente la expresión de sentimientos complejos
presentes en las relaciones familiares como ira, decepción, desamparo, alivio y
culpa.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Elabora un cuestionario sobre el apartado Experiencia compartida de las emociones
y del dolor.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Elabora un mapa conceptual en donde expliques los estilos de respuesta familiar
(página 95).
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
3.1
LA PARTICIPACIÓN DEL PSICÓLOGO EN EL
MANEJO DE LOS PACIENTES
La psicología es la ciencia que se ocupa del estudio de los aspectos biológicos, sociales y
culturales del comportamiento humano, tanto a nivel social como individual, así como también del
funcionamiento y desarrollo de la mente humana. Explora conceptos tales como la memoria, atención,
inteligencia, personalidad, conciencia y los procesos inconscientes.
Desde hace algunos años, la consulta a psicólogos o psicoterapeutas se ha convertido en una
opción para solucionar problemas personales o de entorno como son el estrés entre trabajo/familia,
problemas derivados de la vida laboral, como lo puede ser el desgaste enla relación de parejas, manejo
de emociones, entre otros.
En la actualidad la Psicología juega un papel importante ya que pretende reconocer y solventar
estos problemas que se presentan en los individuos y que afectan su día a día, teniendo como fin
mejorar su calidad de vida. No busca resolver el problema sino que la persona sea capaz de resolverlo
por sí mismo, a través del aprendizaje y desarrollo de habilidades personales en la Psicoterapia.
La psicología es un campo muy amplio por lo que se divide en distintas vertientes, especializadas
en diferentes áreas del comportamiento, por ejemplo la psicología clínica.
Se dice que el poder de la mente es fuerte, por lo que en el ser humano hay una conexión
entre la respuesta fisiológica y las emociones, cuando sentimos una emoción muy fuerte nuestro
cuerpo reacciona rápidamente. Por ejemplo, ver a un familiar que no vez hace mucho, te hace sentir
lleno de emoción por verlo haciendo que está sensación automáticamente haga reaccionar al cuerpo.
Probablemente tiembles o tu corazón empiece a palpitar más rápido o llores.
En nuestro hospital contamos con 5 psicólogos en el servicio de consultas externas que atienden
todos los problemas de salud mental y emocional de nuestros pacientes.
“Atendemos aproximadamente de 70 pacientes por día entre nuevos y continuadores,
encontrando a diario diferentes casos como los afectivos, que son los más frecuentes” señala César
Rojas, coordinador del servicio de Psicología de nuestro hospital.
También ven casos de trastornos de ansiedad en adultos y jóvenes, problemas de violencia
familiar o de género, problemas de conducta en niños, bullying, anorexia y bulimia, en menor porcentaje.
De todos ellos el 50% de casos en consulta se presenta en niños.
Para ello, César nos cuenta que el equipo busca trabajar de la mano con los padres como
complemento del soporte emocional y estrategias que ellos como especialistas le brindan al niño.
“Nosotros podemos sugerir y enseñar técnicas al niño para que desarrolle habilidades y enfrente
su mundo social pero si su entorno familiar no cambia es probable que el niño vuelva a pasar por lo
mismo, por eso es fundamental la participación de los padres”.
El equipo realiza un trabajo multidisciplinario con otros servicios como Psiquiatría, Rehabilitación
para terapias ocupacionales y trabajo social, dando un enfoque multidisciplinar a problemas complejos
que afectan al paciente.
César, nos dice: “la salud mental es muy importante, interfiere e influye directamente en la
59
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
salud física, y viceversa, es un binomio de ida y vuelta. Cuando la población no tiene salud mental
definitivamente va a hacer uso de los servicios médicos de diferentes especialidades. Busquemos
ayuda desde un inicio para solucionar los problemas a tiempo”
BIBLIOGRAFÍA
Callao Salud, SAC. El psicólogo y su papel en la atención al paciente. Recuperado el 3 de
noviembre de 2021 de: https://www.callaosalud.com.pe/noticias/el-psicologo-y-su-papel-en-la-atencional-paciente
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora un cartel en donde respondas a la siguiente pregunta: ¿Qué puede hacerl
a psicología por ti?
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Completa el siguiente texto con las palabras faltantes.
La _______________ es la _______________ que se ocupa del estudio de
los aspectos biológicos, sociales y culturales del comportamiento humano, tanto a
nivel social como individual, así como también del _______________ y desarrollo de
la _______________ humana. Explora conceptos tales como la _______________,
atención, inteligencia, personalidad, conciencia y los procesos inconscientes.
Desde hace algunos años, la consulta a psicólogos o _______________ se ha
convertido en una opción para solucionar _______________ personales o de entorno
como son el estrés entre trabajo/familia, problemas derivados de la vida laboral, como
lo puede ser el desgaste enla relación de parejas, manejo de _______________, entre
otros.
En la actualidad la Psicología juega un papel importante ya que pretende
_______________ y solventar estos problemas que se presentan en los individuos y que
afectan su día a día, teniendo como fin mejorar su calidad de vida. No busca resolver el
problema sino que la _______________ sea capaz de resolverlo por sí mismo, a través
del aprendizaje y desarrollo de habilidades personales en la Psicoterapia.
La psicología es un _______________ muy amplio por lo que se divide en
distintas vertientes, especializadas en diferentes áreas del comportamiento, por ejemplo
la psicología clínica.
Se dice que el poder de la _______________ es fuerte, por lo que en el ser
humano hay una conexión entre la respuesta fisiológica y las emociones, cuando
sentimos una emoción muy fuerte nuestro cuerpo reacciona rápidamente. Por ejemplo,
ver a un familiar que no vez hace mucho, te hace sentir lleno de emoción por verlo
haciendo que está sensación automáticamente haga reaccionar al _______________.
Probablemente tiembles o tu corazón empiece a palpitar más rápido o llores.
En nuestro hospital contamos con 5 psicólogos en el servicio de consultas
externas que atienden todos los problemas de salud mental y emocional de nuestros
pacientes.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Elabora un cuestionario de 10 preguntas sobre el tema revisado y respóndelo.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
3.2
BASES TEÓRICAS
Desde el inicio de su historia el ser humano ha elaborado hipótesis y teorías sobre el
funcionamiento psicológico y los trastornos mentales. A pesar del predominio del método científico, a
día de hoy concepciones muy antiguas, como la atribución de las enfermedades a la acción de espíritus
o la separación entre el cuerpo y el alma, siguen teniendo cierta influencia.
Para hablar de la historia de la psicología es necesario remontarse a los filósofos clásicos; no
obstante, la disciplina que hoy conocemos no se desarrolló como tal hasta que se popularizaron las
obras de autores como Emil Kraepelin, Wilhelm Wundt, Ivan Pavlov o Sigmund Freud, en los siglos XIX
y XX.
Edad Antigua: inicio de la historia de la Psicología
El término psicología proviene de las palabras griegas “psyché” y “logos”, pudiendo
traducirse como “estudio del alma”. Durante la Edad Antigua se creía que los trastornos mentales
eran consecuencia de la posesión por parte de espíritus y demonios, y los tratamientos consistían en
conjuros y encantamientos a los que se atribuían efectos curativos.
Entre el siglo V y el IV a.C. filósofos como Sócrates y Platón realizaron aportaciones que serían
claves para el desarrollo de la psicología, además del de la filosofía. Mientras que Sócrates sentó los
fundamentos del método científico, Platón concebía el cuerpo como el vehículo del alma, verdadera
responsable de la conducta humana.
En esa misma época el médico Hipócrates estudió las enfermedades físicas y psíquicas
mediante el método inductivo y las atribuyó a desequilibrios en los humores o fluidos corporales. Esta
tradición sería recogida por Roma: la obra de Galeno, que desarrolló la de Hipócrates, es una de las
mejores muestras de la influencia griega en el pensamiento romano.
Edad Media: desarrollos y retrocesos
En la Edad Media el pensamiento europeo quedó dominado por el cristianismo; esto provocó
retrocesos claros en el progreso científico. Aunque las teorías grecorromanas de los humores seguían
vigentes, se combinaban de nuevo con lo mágico y lo diabólico: los trastornos mentales se atribuían a
la comisión de pecados y se “trataban” mediante rezos y exorcismos.
En cambio en el mundo árabe, inmerso en su edad dorada, la medicina y la psicología siguieron
avanzando durante el Medievo. Se describieron “enfermedades de la mente” como la depresión, la
ansiedad, la demencia o las alucinaciones, se aplicaron tratamientos humanitarios a quienes las sufrían
y se empezó a estudiar los procesos psicológicos básicos.
También se produjeron desarrollos relevantes en la psicología asiática. La filosofía hindú analizó
el concepto del yo, mientras que en China ya se aplicaban tests en el ámbito educativo y se llevó a cabo
el primer experimento psicológico del que se tiene constancia: dibujar un círculo con una mano y un
cuadrado con la otra para valorar la resistencia a la distracción.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Renacimiento e Ilustración
Entre los siglos XVI y XVIII, en el mundo occidental convivieron la concepción demonológica
de la enfermedad mental y el humanitarismo. La recuperación de la influencia de los autores clásicos
griegos y romanos tuvo un papel fundamental en esta segunda vertiente, que relacionaba los trastornos
psicológicos con alteraciones físicas, y no morales.
La palabra “psicología” se empezó a popularizar durante este periodo histórico. En este sentido
fueron especialmente importantes las obras de los filósofos Marko Marulic, Rudolf Göckel y Christian
Wolff.
Cabe destacar la influencia de filósofos como René Descartes, que contribuyó a la concepción
dualista que separaba el cuerpo y el alma, Baruch Spinoza, que la cuestionó, o John Locke, quien
afirmó que la mente depende de influencias ambientales. Asimismo el médico Thomas Willis atribuyó
los trastornos mentales a alteraciones en el sistema nervioso.
A finales del siglo XVIII también fueron muy influyentes Franz Joseph Gall y Franz Mesmer; el
primero introdujo la frenología, según la cual las funciones mentales dependen del tamaño de áreas
concretas del cerebro, mientras que el mesmerismo atribuía las alteraciones físicas y psicológicas a la
acción de energías magnéticas sobre los fluidos corporales.
La psiquiatría fue precedida por el alienismo, representado principalmente por Philippe Pinel
y su discípulo Jean-Étienne Dominique Esquirol. Pinel promovió el tratamiento moral de los enfermos
mentales y las clasificaciones diagnósticas, mientras que Esquirol fomentó el uso de la estadística para
analizar la eficacia de las intervenciones psicológicas.
Siglo XIX: nace la “Psicología científica”
A partir de la segunda mitad del siglo XIX el aumento de los conocimientos sobre la anatomía
cerebral hicieron que los procesos mentales se entendieran en mayor medida como consecuencias
de la biología. Destacamos las aportaciones de la psicofisiología de Gustav Theodor Fechner y las de
Pierre Paul Broca y Carl Wernicke en el campo de la neuropsicología.
También fue muy importante la influencia de la teoría de la evolución de Charles Darwin. El
evolucionismo sirvió de excusa a eugenistas como Francis Galton y Bénédict Morel, que defendían
la inferioridad de las personas de clase baja y de las que tenían trastornos mentales a través de la
sobrevaloración del peso de la herencia.
En 1879 Wilhelm Wundt fundó el primer laboratorio de Psicología Experimental, donde se
combinarían los conocimientos de distintas ramas de la ciencia; es por esto que se suele llamar a
Wundt “el padre de la psicología científica”, si bien antes de Wundt investigadores de la psicofísica
como Gustav Theodor Fechner ya habían preparado el camino para el surgimiento de esta disciplina.
Granville Stanley Hall fue el creador de un laboratorio similar en Estados Unidos y fundó la American
Psychological Association.
La psiquiatría se desarrolló en gran medida gracias a la obra de Karl Ludwig Kahlbaum, que
estudió alteraciones como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, y a la de Emil Kraepelin, pionero de las
actuales clasificaciones diagnósticas basadas en los síntomas y en los signos, así como en su curso.
Entre los antecedentes de la psicología actual también es necesario mencionar el funcionalismo
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
y el estructuralismo, dos escuelas muy influyentes durante los últimos años del siglo XIX y la primera
etapa del XX. Mientras que el funcionalismo de William James estudiaba las funciones mentales,
el estructuralismo de Edward Titchener se centraba en sus contenidos, como las sensaciones o los
pensamientos.
Por otra parte, en este siglo Jean-Martin Charcot y Josef Breuer estudiaron la hipnosis y la
histeria, desarrollando investigaciones e ideas que inspiraron a Sigmund Freud durante los últimos
años de este siglo. Mientras tanto, en Rusia apareció la reflexología de la mano Iván Pávlov y Vladimir
Bekhterev. Con estas aportaciones se establecieron las bases del psicoanálisis y el conductismo, las
dos orientaciones que dominarían la psicología de la primera mitad del siglo XX.
El desarrollo en el siglo XX
Durante el siglo XX se establecieron las corrientes teóricas principales de la psicología actual.
Sigmund Freud, discípulo de Charcot y Breuer, creó el psicoanálisis y popularizó la terapia verbal y
el concepto de inconsciente bajo el prisma psicoanalítico, mientras que autores como John Watson
y Burrhus F. Skinner desarrollaron terapias conductistas centradas en el comportamiento observable.
La investigación científica promovida por el conductismo acabaría llevando a la aparición de
la psicología cognitiva, que recuperó el estudio de los procesos mentales tanto elementales como
complejos y se popularizó a partir de los años 60. Dentro del cognitivismo se engloban los tratamientos
desarrollados por autores como George Kelly, Albert Ellis o Aaron Beck.
Otra orientación teórica relevante es la psicología humanista, representada por Carl Rogers y
Abraham Maslow, entre otros. El humanismo surgió como una reacción al predominio del psicoanálisis
y el conductismo y defendió la concepción de las personas como seres libres, únicos, tendentes a la
autorrealización y con derecho a la dignidad.
Asimismo, los conocimientos sobre biología, medicina y farmacología aumentaron enormemente
durante el siglo XX, lo cual facilitó el predominio de estas ciencias por encima de la psicología e
influyó en el desarrollo de campos interdisciplinarios como la psicobiología, la neuropsicología y la
psicofarmacología.
Las últimas décadas
El desarrollo de la ciencia del comportamiento y de los procesos mentales ha estado marcado
por el desarrollo de las neurociencias y el diálogo constante con las ciencias cognitivas en general, y
con la economía conductual. Del mismo modo, las escuelas de la corriente vinculada al psicoanálisis
han perdido buena parte de su presencia y su hegemonía, si bien se mantienen con buena salud en
Argentina y Francia.
Esto ha hecho que actualmente prime una concepción de la psicología en la que las
neurociencias y la psicología cognitivista (con muchas aportaciones del conductismo) intercambian
entre ellas herramientas y conocimientos tanto en la investigación como en las intervenciones.
Sin embargo, las críticas que el conductismo realizó contra las concepciones mentalistas y
subjetivistas de la psicología (que son aquellas que tratan “la mente” como algo separado del contexto
de una persona y las que parten desde las opiniones de la persona acerca de lo que le pasa por la
cabeza, respectivamente), siguen estando vigentes.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Esto hace que tanto el cognitivismo como el psicoanálisis y todas las perspetivas pertenecientes
a la psicología humanista sean duramente criticadas, entre otras cosas, por trabajar a partir de conceptos
muy abstractos y poco definidos bajo los cuales pueden colocarse significados muy diversos y poco
relacionados entre sí.
De todos modos, el conductismo sigue siendo una filosofía minoritaria en la psicología, mientras
que el cognitivismo goza de muy buena salud. Eso sí, la gran mayoría de investigaciones en psicología
cognitiva de tipo experimental son realizadas partiendo del conductismo metodológico, lo cual lleva
a algunas contradicciones: por un lado se tratan los fenómenos mentales como elementos situados
“dentro del cerebro” de la persona (mentalismo) y por el otro se trata de estudiar este elemento creando
estímulos y midiendo respuestas objetivas.
BIBLIOGRAFÍA
Tomado de: https://psicologiaymente.com/psicologia/historia-de-la-psicologia
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora una línea del tiempo sobre los contenidos presentados
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Actividad 2
Elabora un tratamiento de la información sobre el contenido revisado
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Elabora un ensayo en donde respondas a la siguiente pregunta: ¿cuál ha sido la
historia de la psicología?
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
3.3
PRINCIPALES TÉCNICAS EMPLEADAS
Los trastornos psicológicos no son propiamente enfermedades mentales. La noción de
enfermedad, perfectamente establecida en la Medicina, no se aviene, sinembargo, a concebir los
trastornos que forman parte delcampo de la psicopatología. Ni siquiera trastornos psicopatológicos
tan graves y discapacitantes como puedanser la esquizofrenia o la depresión responden al concepto de enfermedad. Por lo pronto, no tienen una etiología biológica identificada y lo cierto es que
después de un mayor conocimiento del cerebro no se sabe más que hace un siglo sobre los
presuntos mecanismos cerebrales de la esquizofrenia y la depresión (al margen de la infi-nidad de
hipótesis en circulación). Lo que, en cambio, sí se sabe más es acerca de la complejidad de factores
im-plicados y de la importancia de los determinantes personales, familiares y sociales.
Por otro lado, estos trastornos tampoco tienen la entidadnosológica que se supone a una
enfermedad. En realidad,la esquizofrenia es más un espectro de trastornos, de sintomatología y
pronóstico variable que, ciertamente, una enfermedad, cuya etiqueta revelara una entidad
neurológica como cuando se dice, por ejemplo, ́enfermedad de Alzheimer ́. Igualmente, la
depresión es un trastorno psicológico que está más relacionado con las vicisitudes de lavida que con
las de la biología.
Todo ello, no quita que estos trastornos, y los otros, se puedan definir con objetividad.
De hecho, la Psicología Clínica y la Psiquiatría disponen de métodos, instrumentos y criterios
psicodiagnósticos que permiten su identificación. Pero lo que se define es un trastorno, no una
enfermedad. Asimismo, nada impide reconocer la utilidad de ciertos psicofármacos con eficacia
probada en determinados trastornos. Ahora bien, cosa diferente sería suponerque por ello se
trata de una enfermedad (porque sea útil un tratamiento médico). No porque sea efectiva la aspirina
para el dolor, el paciente tiene una enfermedad, póngase por caso, la ́acetilsaliciliconemia ́, en
razón de su acción farmacológica. Ni tampoco, por más que el dolorsea síntoma de muchas
enfermedades, es de por sí una enfermedad, si bien siempre es un trastorno.
Definición del trastorno psicológico o mental
Lo que se ha dicho hasta este momento en relación a lanaturaleza diversa del trastorno
frente a la enfermedad queda claramente refrendado en las clasificaciones internaciones de los
trastornos mentales patrocinadas en gran medida por las instituciones médicas oficiales y psiquiátricas
más influyentes.
El sistema oficial de clasificación de la OMS recoge en el Capítulo V los trastornos mentales
(OrganizaciónMundial de la Salud, 1992) afirmando que “el término ‘trastorno’ se usa a lo largo de la
clasificación para evitar los problemas que plantea el utilizar otros conceptostales como ‘enfermedad’
o ‘padecimiento’. Dicho térmi-no se usa para señalar la presencia de un comportamiento o
de un grupo de síntomas identificables en la práctica clínica, que en la mayoría de los casos
seacompañan de malestar e interfieren con la actividad delindividuo” (pp. 25-26). Por su lado, las
enfermedades neurológicas, malformaciones, anomalías congénitas, lesiones, intoxicaciones y otras
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
secuelas de causas externas, etc., son recogidos en otros capítulos de laclasificación internacional
de las enfermedades.
La Asociación Psiquiátrica Americana, en su más recien-te catálogo oficial de los trastornos
mentales DSM-IV, ha evitado igualmente utilizar el término “enfermedades” para los problemas
del comportamiento, por estar determi-nados por una interacción de factores causales, y define
eltrastorno mental como “... un síndrome o patrón compor-tamental o psicológico de significación
clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej., dolor), a unadiscapacidad (p. ej., deterioro en una
o más áreas de fun-cionamiento) o a un riesgo significativamente aumentadode morir o de sufrir
dolor, discapacidad o pérdida de libertad. Además, este síndrome o patrón no debe ser meramente
una respuesta culturalmente aceptada a unacontecimiento particular (p. ej., la muerte de un ser
que-rido). Cualquiera que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una
disfunción comportamental, psicológica o biológica. Ni el comporta-miento desviado (p. ej., político,
religioso o sexual) ni los conflictos entre el individuo y la sociedad son trastornosmentales, a
no ser que la desviación o el conflicto seansíntomas de una disfunción” (American Psychiatric
Asso-ciation, 1995, pág. XXI).
Las funciones profesionales de los psicólogos clínicos y de los psiquiatras
En relación con actuaciones forenses, el psicólogo clínico fue reconocido ya en 1959, en
EEUU, como se dijoantes, para dictaminar precisamente sobre la ́enfermedad mental ́, supuesto
que el trastorno psicológico tiene consecuencias análogas a la calificación de enfermedad. Por su
parte, el Psicólogo de Juzgados en el sistema Judicial español cumple funciones de este tipo.
Ahora bien, señalado este uso compartido de funciones(investigadoras, psicodiagnósticas y
psicoterapéuticas),con la salvedad de la prescripción de fármacos, cabríadecir con fundamento,
con fundamento en la historia dela Psicología Clínica y en la naturaleza de las cosas que,en general,
el psicólogo clínico está mejor formado parala función psicodiagnóstica (sobre todo cuando de
laaplicación de pruebas psicométricas se trate, lo que esprácticamente siempre) y para la
aplicación de psicoterapias o tratamientos psicológicos (no así en el supuestode los farmacológicos).
Estas afirmaciones que matizanel uso compartido de funciones con una posible, y aunprobable,
mayor competencia psicodiagnóstica y psico-terapéutica del psicólogo clínico, se sostiene al cotejar
el contenido del currículo del psicólogo clínico y del psi-quiatra, donde se observaría la amplitud
de disciplinas relevantes a los trastornos psicológicos cursadas por elpsicólogo clínico.
A este respecto, es interesante reparar en que estaconvergencia de funciones está
reconocida por la propia Psiquiatría. Así en el influyente “Tratado de Psiquiatría” de Kaplan
y Sadock se dedica un capítulo a la Psicología Clínica en el que, entre otras cuestiones,se
refiere lo siguiente: “La Psicología Clínica es aquel aspecto de la ciencia y la práctica psicológica
interesa-do en el análisis, tratamiento y prevención de las inca-pacidades psicológicas humanas y
en la mejora de la adaptación y efectividad personal. Como estos objetivos son compartidos
parcialmente por otras disciplinas,el contenido y ámbito de este campo se solapan inevi-tablemente con
otras disciplinas clínicas, sobre todo con la psiquiatríay la asistencia social clínica. La diferenciación
más estricta de estos campos radica en suuso de las técnicas y contenido de la psicología básica
y las ciencias biológicas y sociales estrechamente rela-cionadas. Comparte con las demás áreas de
la psicología el énfasis en la investigación sistemática como base empírica de sus procedimientos
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
clínicos” (Rodnick,1989, pp. 1925-1929).
La Psicología Clínica concuerda con las demás áreasde la psicología su interés por la medición
de las funciones conductuales y psicológicas, el diseño sistemático dela investigación, la comprobación
empírica de las implicaciones de los modelos e hipótesis clínicas, y la evaluación y valoración de la
efectividad de sus predicciones.El contenido empírico de este campo abarca aquellos aspectos de
la ciencia psicológica relevantes para el diagnóstico y tratamiento de los problemas de salud mental.
Los mismos intereses que manifiesta el médico, relativosa una perspectiva unitaria
(biopsicosocial) de la persona que presenta un trastorno mental, son compartidosplenamente
por los psicólogos que ejercen su funciónprofesional en este ámbito. Ello, sin embargo, no
debesignificar el exclusivo acaparamiento por ninguna de laspartes de todos los factores que
intervienen el proceso patológico o el también exclusivo control de la personaafectada sino la
cooperación de diversas especialidades en beneficio del individuo. Éste es el objetivo manifesta-do, al
margen de intereses gremialistas, por los profesionales expertos de diversos países.
BIBLIOGRAFÍA
Psicología clínica y psiquiatríaPapeles del Psicólogo, vol. 24, núm. 85, mayo-agosto, 2003, pp.
1-10Consejo General de Colegios Oficiales de PsicólogosMadrid, España. Tomado de: https://www.
redalyc.org/pdf/778/77808501.pdf
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Elabora un mapa mental sobre las funciones del psiquiatra y del psicólogo clínico.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Elabora un mapa conceptual sobre el contenido revisado en este apartado.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
3.4
EL PSICÓLOGO EN EL CUIDADO DE LA SALUD
Desde la perspectiva psicológica, especialmente desde la psicología de la salud, se ha
tratado de dar explicación y solución al tema de la salud y sus implicaciones en la calidad
de vida de los individuos, sobre todo cuando se hace referencia a las enfermedades crónicodegenerativas. Brannon y Feist (2001) definen a la enfermedad crónica como un trastorno orgánico
funcional, que obliga a una modificación del modo de vida del paciente. Estos trastornos perduran y
si son mortales tras un periodo de tiempo prolongado, en el cual los síntomas no son necesariamente
constantes, la persona que padece alguna enfermedad crónica puede llegar a sentirse relativamente
bien en ocasiones, o muy mal en otras, pero nunca está totalmente sana.
Cuando un paciente es diagnosticado o padece una enfermedad crónica se van a ver afectados
aspectos físicos, psicológicos, familiares, laborales y sociales. Esta afectación será desigual
dependiendo de la naturaleza del trastorno y de la gravedad de este, pero también de los
aspectos biográficos del sujeto, de su personalidad y de los recursos psicológicos de los que
disponga.
Si bien es cierto que una enfermedad crónica es algo con lo que el paciente tendrá
que vivir el resto de sus días, es importante recalcar que la enfermedad crónica por sí sola,
no es lo más difícil de afrontar por parte del paciente que la padece, sino la forma en que percibe
los cambios en su entorno. De forma general, en estas enfermedades existe una fase inicial crítica en
la que al igual que en las enfermedades agudas, los pacientes sufren importantes alteraciones
en sus actividades cotidianas. Posteriormente, el curso del trastorno crónico, implica en mayor
o menor medida, cambios en la actividad física, laboral y social de los pacientes. Además, estos
pacientes deberán adaptarse a las nuevas condiciones en que se van a ver implicados por un trastorno
que puede durar toda la vida y asumir psicológicamente el rol de paciente crónico (Higashida, 1995).
Cuando hablamos de enfermedades crónicas, la influencia de factores emocionales y
comportamentales que perciben tanto el paciente como su familia, no deben pasarse por alto, dado que
son estos factores, los que permiten dejar de considerar la condición de enfermedad, como algo
exclusivamente médico y valorar de esta forma el impacto que la nueva condición representa
para el paciente y su entorno.
En el caso de las enfermedades crónico-degenerativas, la intervención es casi imposible
sin una aportación conjunta de medicina y psicología, ya que se pueden abordar desde la
intervención, hasta las tres etapas de la prevención primaria, secundaria y terciaria, las cuales se
ven reflejadas en el trabajo con una enfermedad de este tipo.
Este argumento justifica la intervención de la psicología de la salud, como la disciplina de
elección, ya que dentro de ésta se hacen referencia a aspectos médicos y psicológicos de la
salud. La Psicología de la Salud no tiene una definición clara, pero algunos autores coinciden
que uno de sus objetivos principales es el estudio del comportamiento precursor de la salud y la
enfermedad, y en su rama aplicada, la intervención preventiva, área en la cual el psicólogo de
la salud encamina la mayor parte de sus esfuerzos.
La intervención de la psicología de la salud, por medio del papel del psicólogo, permite
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
al individuo entender y asumir de forma menos agresiva la condición crónica que su enfermedad
conlleva, así como las alteraciones que se ven desprendidas al convivir con una enfermedad
que requiere de cuidados especiales de por vida, con el afán de evitar un mayor desgaste
emocional y psicológico tanto en el sujeto como en su familia, la cual está directamente afectada
por el padecimiento degenerativo cuando más se involucra en el problema (Branon y Feist, 2001).
Es importante mencionar, que los psicólogos como profesionales de la salud, han
contribuido en parte, al sistema de la salud, en el contexto de la “psicología en la medicina”
(Stone, 1990). El psicólogo de la salud, es el profesional capaz de lograr:
1) La identificación precoz de personas en situación de riesgo, definido en términos
psicológicos, comportamentales y socioculturales.
2) El desarrollo de programas efectivos de promoción de conductas saludables, considerando
particularmente las cuestiones ambientales a las cuales normalmente se somete el individuo.
3) La investigación, el entendimiento y la intervención en cuanto a los factores que permitan
una buena calidad de vida para personas portadoras de enfermedades crónicas.
4) La inclusión imprescindible de la perspectiva de realizar estudios e intervenciones en el campo
comunitario y de salud pública en los esfuerzos de la psicología de la salud. 5) La necesidad
urgente de enfocar los problemas de salud desde una perspectiva global (American Psychological
Association, APA).
Lo anterior, es muestra del importante papel del psicólogo en la aportación de recursos al ámbito
de la salud, generando:
- La educación para la salud, la promoción y el saneamiento básico y el mejoramiento de
las condiciones del ambiente.
- La prevención y el control de enfermedades transmisibles de atención prioritaria, de las no
transmisibles más frecuentes y de los accidentes.
- El caso del SIDA, del cáncer, el de la hipertensión, el de la insuficiencia renal, la miopía, las
enfermedades cardiovasculares y la diabetes mellitus.
- La atención médica, que comprende actividades preventivas, curativas y de rehabilitación,
incluyendo la atención de urgencias.
- La prevención.
- El tratamiento del dolor crónico, el problema de la adherencia terapéutica, el problema de la
calidad de la atención, la atención materno-infantil, la salud mental, la promoción del mejoramiento de
la nutrición y de los trastornos alimentarios.
- Programas: contra el alcoholismo, contra el tabaquismo, contra la farmacodependencia
y para la promoción de la formación de recursos humanos para la salud.
BIBLIOGRAFÍA
Olvera Méndez, J.; Soria Trujano, M. (2008). La importancia de la psicología de la salud y
el papel del psicólogo en adherencia al tratamiento de pacientes infectados con VIH. Recuperado
el 3 de noviembre de 2021 de: https://www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/vol11num4/
Vol10No4Art9.pdf
77
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 1
Completa el siguiente texto con las palabras faltantes:
Desde
la
______________ psicológica,
especialmente
desde
la
______________ de la salud, se ha tratado de dar explicación y solución al
tema de la salud y sus ______________ en la calidad de vida de los individuos,
sobre todo cuando se hace referencia a las enfermedades crónico-degenerativas.
Brannon y Feist (2001) definen a la ______________ crónica como un trastorno
orgánico funcional, que obliga a una modificación del modo de vida del paciente. Estos
trastornos perduran y si son mortales tras un periodo de tiempo ______________, en el
cual los síntomas no son necesariamente constantes, la persona que padece alguna
enfermedad crónica puede llegar a sentirse relativamente bien en ocasiones, o muy mal
en otras, pero nunca está totalmente ______________.
Cuando un paciente es diagnosticado o padece una ______________ crónica se
van a ver afectados aspectos físicos, psicológicos, familiares, laborales y sociales. Esta
afectación será desigual dependiendo de la ______________ del trastorno y de la
gravedad de este, pero también de los aspectos ______________ del sujeto, de
su personalidad y de los recursos psicológicos de los que disponga.
Si bien es cierto que una ______________ crónica es algo con lo que el
paciente tendrá que vivir el resto de sus ______________, es importante recalcar
que la enfermedad crónica por sí sola, no es lo más difícil de afrontar por
parte del paciente que la padece, sino la forma en que percibe los ______________
en su entorno. De forma general, en estas enfermedades existe una fase inicial crítica
en la que al igual que en las enfermedades agudas, los ______________ sufren
importantes alteraciones en sus actividades cotidianas. Posteriormente, el curso
del ______________ crónico, implica en mayor o menor medida, cambios en
la actividad física, laboral y social de los ______________. Además, estos pacientes
deberán adaptarse a las nuevas condiciones en que se van a ver implicados por un
trastorno que puede durar toda la vida y asumir ______________ el rol de paciente
crónico (Higashida, 1995).
Cuando hablamos de enfermedades ______________, la influencia de
factores emocionales y comportamentales que perciben tanto el paciente como su
familia, no deben pasarse por alto, dado que son estos factores, los que permiten dejar
de considerar la condición de enfermedad, como algo ______________ médico
y valorar de esta forma el impacto que la nueva condición representa para el
paciente y su ______________.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 2
Elabora un tratamiento de la información, diferente a resumen, sobre el contenido
revisado en este tema.
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PSICOLOGÍA APLICADA EN PACIENTES EN ESTADO CRÍTICO
Actividad 3
Elabora un mapa mental sobre el contenido revisado en este tema.
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