Subido por Oscar Sarlo

JURIDICA 331

Anuncio
Nº
331
Martes 30 de noviembre de 2010 • Año 7
$.:,
3, 4, 5, 6 Y 7 /
JOSÉ F. PALOMINO
MANCHEGO
$.:,
Teoría Pura
del Derecho de
Hans Kelsen
2/ Política: libertad e
igualdad
MARIO G. CHÁVEZ RABANAL
8/ El derecho
a la educación
como derecho
fundamental
LUIS CERVANTES LIÑÁN
2
Suplemento de
análisis legal
MARTES 30 DE NOVIEMBRE DE 2010
APRECIACIÓN
Política: libertad e igualdad
polis, el sentido de lo político era que los
hombres se trataran entre ellos en libertad,
más allá de la violencia, la coacción y el
dominio, iguales con iguales, que mandaran y obedecieran sólo en momentos necesarios –en la guerra– y, si no, que regularan todos sus asuntos hablando y
persuadiéndose entre sí.
Lo político en este sentido griego se
centra, por lo tanto, en la libertad, comprendida negativamente como no ser dominado
y no dominar, y positivamente, como un espacio establecido por muchos, en que cada
cual se mueva entre iguales. Sin tales otros,
que son mis iguales, no hay libertad.
En este terreno, si bien la política se
realiza en libertad, también va de la mano la
igualdad, igualdad en el sentido de que existan hombres libres con el mismo derecho a
la actividad política. Y esta actividad era en
la polis preferentemente la de hablar los unos
con los otros. Pero no hablar en la forma de
ordenar, y escuchar en la forma de obedecer,
sino de actuar a través del diálogo.
Mario Gonzalo
CHÁVEZ RABANAL
Abogado por la UNMSM
Posgrados en derecho
$.:,
$.:,
L
a política y las condiciones que se
requieren para establecer su modus operandi, nos aproxima a la
visión original que tenían los griegos de la
política y las diferencias que existe con otras
formas de convivencia humana, diferencias
presentadas no sólo en la época clásica,
sino que, también, han sido transportadas a
la actualidad, con la salvedad de que hoy, a
diferencia del mundo griego, suele señalarse
como política a toda organización de convivencia humana. Llegando a tal punto que lo
que hoy es considerado política, viene a ser
todo lo contrario a su significación griega.
ORGANIZACIÓN HUMANA
Desde esta perspectiva, se llega a establecer que toda organización humana
encierra a la política, no requiriéndose
más que sólo la vida en común con otros
individuos, sea cual sea sus relaciones de
convivencia y las reglas que rigen su organización. La preeminencia de lo social, en
estas concepciones, es lo que al final ha
determinado para que se considere a una
organización social como política. No se
toma en cuenta otros elementos como la
libertad o la igualdad de sus integrantes,
para determinar o caracterizar a un tipo de
convivencia humana como política.
La denominación de política a toda
convivencia humana se debe a una errática
interpretación de Aristóteles, y que se ha
venido arrastrando a lo largo de historia.
Siguiendo a Hannah Arendt, Aristóteles no
se refería de ninguna manera a que todos
los hombres fueran políticos o a que en
cualquier parte donde viviesen hombres
hubiera política, es decir, polis. De su definición, quedaban excluidos no sólo los esclavos, sino también los bárbaros de reinos
asiáticos regidos despóticamente, bárbaros
jurídica
de cuya humanidad no dudaba en absoluto.
A lo que se refería Aristóteles, era, simplemente, a que es una particularidad del
hombre que pueda vivir en una polis y que
la organización de ésta representa la suprema forma humana de convivencia.
Así, lo que distingue a la política de otras
formas de convivencia humana es la libertad,
no tanto la libertad como finalidad perseguida por la política o como finalidad de la misma, sino ser libre y vivir en una polis eran en
cierto sentido, uno y lo mismo. Pero sólo en
cierto sentido; pues para poder vivir en una
polis el hombre ya debía ser libre en otro
aspecto: como esclavo, no podía estar sometido a la coacción de ningún otro, ni como
siervo, sometido a la necesidad de servir y
ganarse el pan diario. Para ser libre, el hombre debía ser liberado o liberarse él mismo, y
estar libre de la dominación o de las obligaciones necesarias para vivir.
POLÍTICA E IGUALDAD
Entendida la política en el sentido de medios
y fines, la política es un fin y no un medio.
Y el fin no era la libertad tal como se hacía
realidad en la polis, sino la liberación prepolítica para la libertad en la polis. En la
ESPACIO PÚBLICO E IGUALDAD
Otro factor por tener en cuenta en lo que
respecta a la política, es el espacio en el cual
se ejerce, al mundo común a todos los hombres libres, que es el espacio propiamente
político, que significa alejarse de la existencia privada y de la pertenencia a la familia,
donde los hombres se encuentran con otros
individuos en condiciones de igualdad y con
las mismas reglas establecidas.
En tal sentido, la igualdad, en los términos que hace viable la co-relación de
hombres distintos y singulares, permite que
éstos sean libres mientras actúan, en términos iguales, nunca antes ni después, porque
ser libre y actuar es una y la misma cosa.
Así, en política lo que está en juego no es la
vida, sino el mundo en el que actúan, como
espacio de realización. De tal modo, la participación sólo es política cuando va acompañada de la palabra (lexis), en la medida
en que esta última convierte en significativa
la práctica (praxis). ◆
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RESEÑA
MARTES 30 DE NOVIEMBRE DE 2010
Suplemento de
análisis legal
3
Profesor de Derecho
Constitucional y Filosofía del
Derecho y Director de la Escuela Académico
Profesional de Derecho de la UNMSM.
Miembro Asociado de la Academia
Internacional de Derecho Comparado.
Miembro Correspondiente de la Asociación
Argentina de Derecho Constitucional.
DATOS BIOGRÁFICOS DE
HANS KELSEN
En el terreno jurídico-intelectual Hans
Kelsen ocupa, sin duda alguna, un lugar
destacado. Dueño de un espíritu selectísimo
el autor de la Teoría Pura del Derecho ha
sido calificado con razón como “el jurista
del siglo XX”. No es el momento de discutir
por ahora dicha calificación. Echemos, ante
todo, una ojeada sinóptica a los datos
biográficos de Hans Kelsen. Nuestro autor
nació en la Ciudad Dorada o Ciudad de la
Cien Agujas: Praga, el 11-10-1881.(1) Fueron
sus padres Adolf Kelsen (1850-1907) y
Auguste Löwy (1859-1950).
En todo el decurso de su existencia
tuvo una vida agitadísima, empezando
por los viajes que emprendió, luego de
haberse educado en la Viena imperial.
Ingresó a cumplir el servicio militar desde
el 1-10-1900 hasta el 30-09-1901. El 1805-1906 obtiene el grado de Doctor Iuris.
En lo que atañe al complemento de su
formación académica, entre los semestres
de 1907-1908 y 1908-1909, Kelsen asistió
en Heidelberg a los seminarios de Derecho
Público de Gerhard Anschütz (1867-1948)
y de Georg Jellinek (1851-1911). A este
último, Kelsen le consideró como uno de
sus maestros, sin embargo, algunas de
sus ideas no las tomó en cuenta. Jellinek había enseñado en la Universidad
de Heidelberg, entre 1891 y 1911. Y en el
Hans Kelsen.
semestre de 1910-1911, acudió a Berlín. De
igual forma, Kelsen reconoció el influjo de
la Escuela neokantiana de Marburgo (en
especial, la Ética de la voluntad(2) –círculo
de cultura selecta–, representada entre
otros por Hermann Cohen (1842-1918),
Paul Natorp (1854-1924) y Ernst Cassirer
(1874-1945).
De vuelta a Viena, Kelsen se dedicó al
ejercicio de la enseñanza como profesor
privado extraordinario (Privat Dozent). Es
en estos primeros albores de su actuación
profesoral cuando se gesta la afamada
Escuela de Viena (Wiener Schule), teniendo
como primeros discípulos a Josef L. Kunz
(1890-1970), Alfred von Verdross (18901980) y Adolf Julius Merkl (1890-1970), con
quienes anudó sus lazos de amistad hasta
los últimos días de su vida, aun cuando,
como recuerda su biógrafo Rudolf Aladár
Métall (1903-1975), el primer discípulo y
seguidor de las enseñanzas de Kelsen fue
el checo filósofo y jurista Franz Weyr (18791951), dos años menor que su maestro.
En 1912, se casó con Margarethe Bondi
(1890-1973), procreando dos hijas, Anna
(Hanna) Renate (1914-2001) y Maria Beatrice (1915-1994). Como consecuencia de
la Primera Guerra Mundial, Kelsen se desempeñó en 1918 como teniente de reserva.
Fue un gran teórico del Derecho, sobresaliendo también en el campo práctico. Lo
demostró cuando, en 1919, el canciller
Karl Renner (1870-1950) le encomendó
elaborar, en compañía de Heinrich Lammasch (1853-1920), la Constitución Federal
para la República de Austria –aprobada el
1-10-1920, actualmente en vigencia– que
se acababa de independizar tras la caída
de la monarquía Austro-húngara.(3) Resaltan nítidamente en dicha Constitución
la democracia parlamentaria y el Tribunal
Constitucional, en el que fungió Kelsen
–hombre de estatura baja– de juez y ponente, desde 1921 hasta el 15-02-1930.
Ese año se fue a la ciudad alemana de
Colonia, en cuya Universidad se escuchó
la prédica kelseniana desde el ámbito del
Derecho Internacional, hasta 1933.
Entre los años 1933 y 1940, Kelsen se
dedica a enseñar, sin ningún tipo de reticencia, en la Universidad de lengua alemana
de Praga y en el Institut Universitaire de
Hautes Études Internationales de Ginebra.
En pocas palabras, la arquitectura doctrinal
de sus ideas empieza a escucharse en
América desde junio de 1940 cuando llega
$.:,
José Félix
PALOMINO MANCHEGO
$.:,
La Teoría Pura del
Derecho de Hans Kelsen.
Bio-bibliografía (1)
$.:,
$.:,
4-5
a Estados Unidos, país que le concedió la
ciudadanía, habiéndose jubilado el 25-041952, en la Universidad de California, luego
de haber dictado un ciclo de conferencias
en Harvard, el año 1941. En el país del
norte, como recuerda el jurista uruguayo
Eduardo J. Couture (1904-1956), Kelsen
estuvo tratando de formar nuevos adeptos
en medio de glacial indiferencia.
Cimentando su prestigio, con motivo
de su visita a México, el 5-04-1960, la
Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), le nombró “Profesor extraordinario.”(4) Anteriormente, merced a su valor
científico, la misma Universidad le confirió
el grado de Doctor Honoris Causa, exactamente, en 1951. Las polémicas a principios
de los años veinte del siglo anterior –y que
luego continuaron– que sostuvo Kelsen con
Eugen Ehrlich (1862-1922), Carl Schmitt
(1888-1985), Rudolf Smend (1882-1975),
Max Adler (1873-1937) y su discípulo rebelde Fritz Sander (1889-1939), añadiéndose
las críticas implacables que como nadie,
le hizo al marxismo, forman un capítulo
aparte de la briosa etapa de su vida. Bajo
esta luz, el imperativo de la doctrina abisal
de Kelsen salió, sin matices, airoso.
A efectos meramente descriptivos,
mencionemos un pasaje de la vida de
Kelsen, en el cual escribió un poema, a
raíz de la visita que le hizo el profesor
mexicano Schmill Ordóñez, el día 21-041967, en su casa ubicada en Los Angeles
Ave., Berkeley. El contenido es el siguiente:
“Carpe Diem(5): Pronto, Oh! Tú empalidecerás./ Dejarás este bello mundo./ Y serás
olvidado./ Por ello no debes preocuparte;/
Siempre es hoy, nunca mañana;/ El tiempo
es ilusión./ No ensueñes lo muy lejano,/
Puedes dar lugar a dichas cercanas./ ¡Sólo
lo que tomas es tuyo!
A la vista del tenor transcrito, resulta
con claridad suficiente que en el plano
humano, sin desmerecer el supremo esfuerzo científico que practicó Hans Kelsen,
desde los años de realización vocacional
hasta su etapa de vejez, mantuvo una línea
de principio fiel, incólume y sensible, por
encima de su expresar agnóstico. Más en
detalle, Kelsen dejó de existir en Berkeley,
Estados Unidos, el 19-04-1973. Tres meses
atrás, el 5 de enero, su esposa Margarethe
desaparecía del escenario de la vida. En
puro rigor, el pathos y el ethos de la doctrina del maestro fallecido seguirá siendo
una piedra de toque para todo aquel que
investigue los campos de la Filosofía y la
Ciencia Jurídica. En especial, el tema de
la norma fundamental (Grundnorm), o de
Suplemento de
análisis legal
MARTES 30 DE NOVIEMBRE DE 2010
la Constitución en sentido lógico-jurídico,
que han dado lugar a interpretaciones
más diversas y a objeciones más heterogéneas.(6)
LAS OBRAS DE KELSEN Y SUS RESPECTIVOS TRADUCTORES
Ahora bien, digamos algo sobre los traductores de las obras de Hans Kelsen. Fueron
Luis Recaséns Siches (1903-1977) y Justino
de Azcárate Flórez (1903-1989) los primeros
en divulgar el pensamiento kelseniano en
español, al traducir del alemán en 1928
el Compendio esquemático de una Teoría
General del Estado. Recaséns Siches había
sido discípulo de Kelsen en la afamada Escuela de Viena, y, por lo tanto, conocía en
punto de perfección los escritos y supuestos
fundamentales, siendo en castellano su
más temprano conocedor.
En línea con las anteriores consideraciones, otro español, Luis Legaz Lacambra
(1906-1980), también discípulo de Kelsen
en Viena, tradujo del manuscrito alemán
en 1933, el opúsculo La Teoría Pura del
Derecho. Método y conceptos fundamentales, y que en castellano constituye el
antecedente más remoto de un resumen
de la Teoría Pura del Derecho. El propio
Legaz, en el año 1934, en colaboración de
Luis Eugenio Tapia, tradujeron del alemán
el libro Esencia y valor de la democracia.
Prosiguiendo con su labor de traductor,
Legaz Lacambra el mismo año, 1934, tradujo del alemán el no menos importante
libro de Kelsen Teoría general del Estado
(Allgemeine Staatslehre, Berlín, 1925), que
ha alcanzado numerosas reimpresiones,
y que honra así a su traductor. De otro
lado, en Madrid, en 1935, apareció publicado en la centenaria Revista General
de Legislación y Jurisprudencia (vol. 146,
pp. 769-789), el artículo “La técnica del
Derecho Internacional y la organización
de la paz”, cuya traducción del idioma
alemán también estuvo a cargo de Legaz
Lacambra. (7)
Se desprende de lo dicho que el
iusfilósofo español abrió horizontes del
pensamiento kelseniano en castellano,
difundiendo las ideas de Kelsen, a través
de sus obras hasta entonces publicadas,
en Filosofía del Derecho, Ciencia Jurídica,
Teoría Política, Derecho Constitucional y
Derecho Internacional. En consecuencia,
fue en las orillas ibéricas, en las ciudades de Madrid y Barcelona, donde se difundió por vez primera en castellano las
obras de Kelsen, habiendo abarcado un
período corto pero fecundo, desde 1928
hasta 1935. El franquismo, en realidad,
hizo mucho daño al lector español, y la
atmósfera intelectual se apagó. Ante tales
circunstancias, diversos jóvenes y brillantes
profesores españoles tuvieron que emigrar
a América, radicando principalmente en
México y Argentina, países donde dicho
sea de paso sus lectores se beneficiaron
enormemente.
Por lo que respecta a América, en
La Habana, se publicó, por vez primera,
en 1932, el prólogo que escribió Kelsen,
encontrándose en la ciudad de Colonia al
libro de Emilio Fernández Camus: Filosofía
Jurídica contemporánea (Jesús Montero,
Editor, La Habana), cuya traducción del alemán la hizo el propio filósofo del Derecho
cubano.(8) El manojo de ideas kelsenianas
se plasmaron en Cuba debido a la visita
que realizó el maestro vienés en dos ocasiones a la Universidad de La Habana, en
1949 y 1950, gracias a la invitación que
le formuló su antiguo discípulo Antonio
Sánchez de Bustamante y Montoso.(9) Es
más, a la fecha la presencia de Kelsen en
Cuba sigue in vivo. Baste un ejemplo: el
desarrollo del “Seminario Internacional
sobre la obra de Hans Kelsen”, auspiciado
por la Fiscalía General de la República, la
Unión Nacional de Juristas de Cuba y el
Instituto Hans Kelsen de Austria, durante los días 3 al 7-02-1992, en la sede de
la Unión de Juristas, y al cual acudieron
diversos especialistas de América Latina,
como también contó con la participación
del profesor Robert Walter.
En esa misma vía explicativa, Ramón
de la Cruz Ochoa, al momento de clausurar
la velada académica, decía lo siguiente:
“Sé que muchos en Cuba y también en el
extranjero se habrán preguntado por qué
en Cuba un seminario sobre Kelsen. La
respuesta para mí es sencilla, Kelsen es uno
de los grandes exponentes del pensamiento
jurídico del siglo XX, no concibo un jurista
medianamente formado e informado que
no conozca al menos elementalmente el
pensamiento de Kelsen, como creo que no
puede haber un profesional de las cien-
cias sociales y políticas que no conozca
a Marx, o un psicólogo que no conozca
el pensamiento de otro gran austríaco
Freud. Son pensamientos vitales con los
cuales se puede estar completamente o
parcialmente de acuerdo, o totalmente en
desacuerdo, pero no se pueden ignorar a
hombres que hay que leer y releer, estudiar
e interpretar sin dogmas de ningún signo
y tomar de ellos lo que pueda ser útil para
todos aquellos que creemos y luchamos
por el progreso espiritual y material del
Hombre y de la Sociedad.” (10)
Hemos de hacer notar que en 1936
salió a luz el artículo “Dictadura de partido”, en la Revista de la Universidad de
Panamá, Nº 4, pp. 1-12, poco conocida en
el ambiente académico de la época. La
traducción del francés la realizó Graciela
Moscote de Cantorán. Lástima que este
informe que presentó Kelsen al Instituto
Internacional de Derecho Público, en la
sesión de 1934, no se ha vuelto a reeditar.
Es importante señalar que, a partir de
1941, el influjo kelseniano va a soldarse
en América Latina gracias al trabajo publicista realizado en Buenos Aires por el
Instituto Argentino de Filosofía Jurídica y
Social, que capitaneó Carlos Cossio (19031987). Ese año, 1941, se publicó el libro
La Teoría Pura del Derecho. Introducción
a la problemática científica del Derecho,
a cargo de la reconocida Editorial Losada
S.A. La traducción hecha de la primera
edición alemana, que data de 1934, estuvo
a cargo de Jorge G. Tejerina.
Así, en suma, otros autores se abocaron, en lo fundamental, a traducir artículos y ensayos de Kelsen, incluyéndose
algunos de sus libros. Ahí están presentes,
en su gran mayoría, los siguientes: Eduardo Cighlan, Constantino Ramos, Enrique
Ferrer Vieyra, Jaime Perriaux, Roberto J.
Vernengo, quien fue discípulo de Kelsen en
Estados Unidos, Luis Echavarri, Genaro R.
Carrió, Francisco Ayala, el propio Legaz ya
mencionado, Carlos Cossio, quien polemizó
con Kelsen en Buenos Aires, el año de 1949,
Ernesto Garzón Valdés, Alfredo J. Weiss,
Moisés Nilve, Napoleón Cabrera, Hugo
Caminos y Ernesto C. Hermida, los dos
discípulos de Kelsen en Estados Unidos,
Eduardo A. Vásquez, Eugenio Bulygin, R.
Inés W. de Ortíz, Jorge A. Bacque y María
Isabel Azaretto.
Conviene recordar que algunos de
ellos fueron docentes universitarios, otros,
tan sólo traductores a secas. Fueron las
ciudades de Buenos Aires y Córdoba en
donde se publicaron las obras de Kelsen,
a través de los siguientes órganos (revistas) especializados: La ley, Revista del
Colegio de Abogados de Buenos Aires,
Revista de la Universidad Nacional de Córdoba, Revista de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de Buenos Aires, Revista
del Instituto de Derecho Internacional y
Lecciones y Ensayos. Hoy en día, debido
al auge de la Filosofía Analítica en Argentina, sin desprenderse del hilo conductor
del pensamiento de Kelsen, otros autores
representativos del mundo jurídico están
en la mira del lector universitario.
En aras de la mayor proximidad, en la
misma década de los años cuarenta, y en
plena Segunda Guerra Mundial, es México
el país que abrirá sus cauces para recibir
con beneplácito las obras de Hans Kelsen.
Mucho le debemos al jusfilósofo Eduardo
García Máynez (1908-1993), gran conocedor de Kelsen, y de los idiomas extranjeros,
merced a las prolijas traducciones que hizo
en 1943 del francés de la obra El contrato y
el tratado analizado desde el punto de vista
de la Teoría Pura del Derecho y, muy en
especial del inglés, en 1949 del libro Teoría
general del Derecho y del Estado (General
Theory of law and State, Cambridge, 1945),
cuya acogida en el mundo hispánico fue
plena y satisfactoria por parte del lector
universitario, inclusive hasta la actualidad.
Gracias a ello, García Máynez supo situar
bien los meridianos y los paralelos del
pensamiento kelseniano, por el hecho de
conocer en profundidad, y que constituye
una admirable prueba de suficiencia, el
inglés, el francés y el alemán.(11)
EN MÉXICO
En ese orden de cuestiones, es menester
señalar que en México también apareció,
en 1943, la traducción del libro en inglés
que hizo Florencio Acosta, y que lleva
por título Derecho y paz en las relaciones
internacionales. A continuación, en 1960,
Emilio O. Rabasa tradujo la versión inglesa
de la Introducción a la Teoría Pura del
Derecho, que se reeditó nuevamente en
el Perú y en México. Renglón especial
$.:,
En todo el decurso de su existencia
tuvo una vida agitadísima,
empezando por los viajes que
emprendió, luego de haberse
educado en la Viena imperial. Ingresó
a cumplir el servicio militar desde el
1-10-1900 hasta el 30-09-1901.
$.:,
RESEÑA
$.:,
$.:,
6
Suplemento de
análisis legal
ocupa la traducción que efectuó el profesor
argentino Roberto J. Vernengo, en 1979,
del alemán a la segunda edición definitiva,
reelaborada y ampliada de la Teoría Pura
del Derecho (Reine Rechstlehre, Wien,
1960). El profesor mexicano Rolando Tamayo y Salmorán hizo una traducción en 1974
del francés del clásico opúsculo de Kelsen
denominado La garantía jurisdiccional de
la Constitución (La justicia constitucional),
y que fue publicado en el Anuario Jurídico
(Nº 1, México, D. F. pp. 471-515), y revisado
por el constitucionalista peruano Domingo García Belaunde, en la revista Iust et
Veritas (Nº 9, Lima, 1994, pp. 17-43). Es
más, Tamayo, agudo crítico y divulgador
de Kelsen, ha tenido a su cargo el Nº 19 del
Boletín Mexicano de Derecho Comparado,
correspondiente a 1974, en el que se rinde
un sentido homenaje a Hans Kelsen, con
ocasión de su fallecimiento y que, al igual
que el Nº 21, también de 1974, de dicho
Boletín, contienen importantes ensayos
de nuestro homenajeado.
Más pronto, en 1987, el antiguo traductor español Wenceslao Roces va a verter de
la 2ª. edición en alemán, aparecida en 1923,
del robusto y medular libro de Kelsen etiquetado
Problemas capitales de la
teoría jurídica del Estado
(Desarrollados con base
en la doctrina de la proposición jurídica). Ulises
Schmill Ordóñez tuvo a su
cargo las notas, revisión y
presentación, y la conocida
Editorial Porrúa S.A. corrió
con la edición. En 1989 se
publicaron diversos artículos de Kelsen recopilados
en el libro colectivo rotulado El otro Kelsen. Ahí, el
compilador Óscar Correas
dio a conocer, por vez primera en castellano, seis
ensayos de Kelsen, distintos a los que ya nos tenía
acostumbrados. Dicho más
sucintamente, el título de
la obra revela lo interesante de su contenido, cuyos
aportes definitivos servirán
para una mejor y correcta
interpretación de la Teoría
Pura del Derecho, de su alcance y significado, desde
otro ángulo visual.
Continuando el cami-
RESEÑA
MARTES 30 DE NOVIEMBRE DE 2010
no, el lector también encontrará en México
publicaciones diversas de Kelsen en revistas
científicas, tales como la Revista de la
Escuela Nacional de Jurisprudencia, y su sucesora, la Revista de la Facultad de Derecho
de México; la Justicia, y la Revista Jurídica
Veracruzana, amén de las ya citadas. Como
se ve, la mente prodigiosa y llena de sabiduría de Kelsen se ha plasmado en México
merced al impagable apoyo desplegado por
la UNAM, especialmente por su Instituto
de Investigaciones Jurídicas.
EN ESPAÑA
Con el advenimiento del nuevo régimen
constitucional español, respaldado por
la Constitución de 1978, el pensamiento
kelseniano ha vuelto sobre el tapete. Así,
tenemos que después de cuatro décadas
–en 1977– Esencia y valor de la democracia
(Vom Wesen und Wert der Demokratie)
reaparece en Madrid en su 2ª. edición, y
en 2006 Luis Requejo Pagés publica en
Oviedo una versión íntegra de dicho libro.
La 3ª. edición del Compendio de Teoría
General del Estado se lanza en Barcelona
en 1979. El libro ¿Qué es justicia? se publicó
en Barcelona en 1982. Si bien no están en
este libro todos los artículos de la versión
inglesa (Berkeley, 1957) la traducción hecha
por Albert Calsamiglia (1949-2000) reviste
suficientes méritos.
En 1985 se publicó en Madrid el libro
Socialismo y Estado, traducido también
del alemán por Rolf Behrman, aun cuando
en México ya se había editado la primera
versión en castellano, en 1982, traducida
también del alemán por Alfonso García
Ruiz. En 1988 es clave para los lectores
permanentes de Hans Kelsen, ya que verán
la luz dos libros, Escritos sobre la democracia y el socialismo, con algunos artículos
ya conocidos, y Normas jurídicas y análisis
lógico, que constituye la correspondencia
epistolar que tuvo Kelsen con Ulrich Klug.
En 1966, Elías Díaz tradujo del francés el
ensayo “Justicia y Derecho Natural”, que
forma parte del libro colectivo intitulado
Crítica del Derecho Natural.
EN CHILE
También se han publicado algunos estudios de Kelsen. En 1940, se imprimió en el
Boletín del Seminario de Derecho Público
(Nº 14, Santiago de Chile, Pp.
52 y ss.), el estudio “Resumen
de una teoría general del Estado”. La Revista de Ciencias
Sociales (Nº 6, Valparaíso, 1974)
contiene interesantes artículos
de Kelsen. La coordinación del
número especial en homenaje
a Kelsen estuvo dirigida por
Agustín Squella Narducci, reconocido e incansable difusor
de la Teoría Pura del Derecho,
quien, en 2005, coordinó un
colectivo con el siguiente título:
¿Qué queda de la Teoría Pura
del Derecho? Con anterioridad,
la Revista de la Universidad de
Concepción publicó en 1964 el
ensayo de Kelsen “El fundamento de la validez del Derecho”
(Año XXVII, pp. 167-179) que
tradujo del italiano Mario Cerda
Medina. Y más de pronto, en
1996 Claudio Oliva en la Universidad Valparaíso ha recopilado
en un volumen diversos ensayos
que lleva por título Estudios
sobre Hans Kelsen.
EN EL PERÚ
Ahondando precisiones, la producción bibliográfica de Kelsen
en el Perú ocupa un lugar especial, no
sólo por tener el debido permiso del Hans
Kelsen-Institut, sino porque los breves
opúsculos que se han publicado tienen el
carácter de inéditos en habla española. Al
margen de la labor desplegada por García
Belaunde con la difusión de algunos trabajos kelsenianos, el lector podrá encontrar
en la revista Iust et Praxis (Nº 14, 15 y 17)
los tres prólogos que Hans Kelsen escribió
en vida a los libros de Charles Eisenmann
(1903-1980), Emilio Fernández Camus (n.
Oviedo, 1904) y Henrich Engländer.
El interés por Kelsen en el Perú ha
sido estudiado con sumo detalle por David Sobrevilla Alcázar.(12) Y fue desde el
círculo iusinternacionalista que se publicó
en el Perú, por vez primera, un ensayo de
Kelsen, traducido del inglés por Alejandro
Aza, rotulado “Tendencias recientes en el
Derecho de las Naciones Unidas”, en la
Revista Peruana de Derecho Internacional
(Tomo XI, Ns. 36-37, Lima, 1951, pp. 3-20).
En 2005, Odar Monzón Pedroso publicó el
libro El Estado en el pensamiento de Hans
Kelsen. En realidad, se trata de su tesis,
bajo mi dirección, para optar el título de
abogado en la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos (UNMSM).
Bastará observar, para los fines del
presente ensayo, que ningún autor como
Kelsen, en el mundo jurídico, ha tenido
tantos traductores. Con todo lo expuesto,
surge la siguiente pregunta: ¿están publicadas en castellano las principales obras de
Kelsen? Creemos que sus obras primordiales se pueden consultar, sin reparos, en el
idioma de Cervantes. En 2007, en España,
Juan Luis Requejo Pagés ha traducido del
alemán La teoría del Estado de Dante Alighieri (Die Staatslehre des Dante Alighieri,
1905), que fue, justamente, el primer vuelo
bibliográfico que escribió Kelsen. Entonces se encontraba en la flor de la edad:
¡veinticuatro años! Estamos a la espera de
que se traduzcan otros trabajos de Kelsen,
tales como Das Problem der Souveränität
und die Theorie des Völkerrechts. Beitrag
zu einer reinen Rechtslehre (1920) y Die
verfassungsreform (1929).
EN ITALIA
Algunas de estas obras ya se han traducido
en Italia, lo cual significa que el ilustre
Kelsen sigue siendo foco de atención para
el lector italiano desde 1924, fecha en que
se editó el ensayo Diritto pubblico e diritto
privato.(13) En este contexto, acaba de
aparecer en 1999 el libro Diritto interna-
Hans Kelsen.
Suplemento de
análisis legal
zionale e Stato sovrano, que constituye la
correspondencia que tuvo Kelsen con su
discípulo italiano Umberto Campagnolo
(1904-1976), incluyendo la tesis escrita
en francés por este último en 1937, y presentada en el Instituto Universitario de
Altos Estudios Internacionales de Ginebra.
(14) La versión en castellano se publicó en
Valencia, España en 2007.
En estricta justicia, y sin observar por
ahora sus críticas,(15) Norberto Bobbio
(1909-2004), Renato Treves (1907-1992),
Vittorio Frosini (1992-2001), Antonio Mario
La Pergola (1931-2007) y Mario G. Losano
(n. Casale Monferrato, 1939) han sido los
difusores de Kelsen en Italia. Este punto
requiere ser enfatizado. Desde luego que,
siguiendo lo expuesto por Frosini, el primer
crítico y estudioso de Kelsen en Italia fue
Orazio Condorelli, quien publicó un artículo
en 1923 sobre nuestro autor. Después le
siguieron Giuseppe Maggiore (1882-1954),
Tommaso Antonio Castiglia, Balladore
Pallieri y Costatino Mortati, cuyo libro La
Costituzione in senso materiale ya está
traducido al castellano.(16)
A MODO DE RECAPITULACIÓN
Finalmente, cabe señalar que la bibliografía
[*] Gran parte del presente ensayo vio la luz por vez primera en
1993. Fue escrito especialmente para la 2ª. edición peruana del
libro de Hans Kelsen: Introducción a la Teoría Pura del Derecho,
Ediciones Luis Alfredo, Lima, 1993, 140 pp. Luego apareció
copiosamente aumentado, tanto en la 3ª. edición (Lima, 2001)
como en la 1ª. reimpresión (México, D. F., 2002) publicadas en
co-edición por la Asociación Peruana de Derecho Constitucional
y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM). [1] Sobre el particular,
mayores datos bio-bibliográficos de Kelsen se pueden consultar
en mis trabajos: “Dos obras póstumas de Hans Kelsen”, en el
Anuario de Filosofía Jurídica y Social, Nº 7, Valparaíso, 1989,
pp. 433-443, y “AA.VV.: El otro Kelsen”, en el Anuario citado,
Nº 11, Valparaíso, 1993, pp. 311-317. De igual forma, The
New Enciclopaedia Britannica, 15th. edition, Chicago, 1988,
voz “Kelsen, Hans”, volume 6, pp. 791-792, incluye retrato del
autor, y voz: “Pure theory of law”, volumen 25, pp. 732-792.
Finalmente, vid. el artículo de Pablo Lucas Verdú, colmado de
sugerencias: “El orden normativista puro (Supuestos culturales
y políticos en la obra de Han Kelsen)”, en la Revista de Estudios
Políticos, Nº 68, Madrid, 1990, pp. 7-93.
Puede ser útil, además, en vía de complemento, la Enciclopedia
del pensiero politico, diretta da Roberto Esposito e Carlo Galli,
Editori Laterza, Roma-Bari, 2000, voz: “Kelsen, Hans”, a cargo
de Geminello Preterossi, pp. 356-358. [2] Vid. Sobre ello,
Agustín E. Ferraro: “Kelsen y la ética universalista”, en Doxa.
Cuadernos de Filosofía del Derecho, Nº 21, vol. II, Alicante,
1998, pp. 129-144. [3] Al respecto, vid. el excelente libro de
William M. Johnston: El genio austrohúngaro. Historia social
e intelectual (1848-1938), traducción del inglés de Agustín
Coletes Blanco, Rocío Coletes Laspra, Ángel Huerga García
y Teresa Jove Sánchez, KRK, Ediciones, Oviedo, 2009. [4]
Vid. la nota publicada en el Boletín del Instituto de Derecho
Comparado de México, Año XIII, Nº 37, México, D. F., 1960.
[5] El texto ha sido tomado de Ulises Schmill Ordóñez: “Un
poema de Hans Kelsen”, Doxa, Cuadernos de Filosofía del
Derecho, Nº 19, Alicante, 1996, p. 35. Incluye el manuscrito
original de Kelsen, escrito de su puño y letra. [6] Vid., sobre el
particular, Juan Antonio García Amado: Hans Kelsen y la norma
fundamental, Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales,
S.A., Madrid, 1996. Incluye al final referencias bibliográficas,
muy copiosa, de Kelsen y sobre su obra. [7] Vid., además, la
traducción del alemán que realizó Legaz Lacambra al ensayo de
Kelsen: “Teoría Pura del Derecho y Teoría Egológica. Respuesta
al artículo de Carlos Cossio «Teoría Egológica y Teoría Pura»
(Balance provisional de la visita de Kelsen a la Argentina)”,
publicado en la Revista de Estudios Políticos, Nº 71, Madrid,
1953, pp. 3-39. Para un bosquejo iluminador, también de
Legaz, consúltese su libro: Kelsen. Estudio crítico de la Teoría
Pura del Derecho y del Estado de la Escuela de Viena, Librería
Bosch, Barcelona, 1933. Antecede Prólogo de Luis Recaséns
Siches. [8] Más que Prólogo fue una carta. Fernández Camus,
volvió a reproducirlo en su libro Filosofía Jurídica (Orientaciones
fundamentales), Universidad de la Habana, La Habana, 1948,
pp. 6-8. También fue publicado con el título: “Situación actual
de la Filosofía del Derecho”, en la Revista Iust et Praxis, Nº
15, Lima, 1990, pp. 173-175. Al final, se incluye una apostilla
nuestra. [9] Así las cosas, merece notarse de manera especial
lo expresado con fervor universitario por Antonio Sánchez de
Bustamante y Montoro: “Alentamos la esperanza de que este
enfoque de la vida, para buscar en ella la pulsación del Derecho,
nos haga comprender que, si bien la Teoría Jurídica Pura es en
sí misma un sistema cerrado y completo, no por ello resulta
menos necesario indagar la vida social en que las normas han
de realizarse, pero todo ello sin confusiones metodológicas,
en la buena senda de Kelsen. Norma y vida, si bien distintas
gnoseológicamente, deben enfocarse como complementarias”.
Cfr. Sociología Jurídica, Cultural, S.A., La Habana, 1953, pp.
7-8. Del mismo autor: Textos para el estudio de la Escuela de
Viena, Cultural, S.A., La Habana, 1946. [10] Cfr. Ramón de la
Cruz Ochoa: “Consideraciones sobre Hans Kelsen”, en Revista
Cubana de Derecho, Nº 6, La Habana, 1992, pp. 34-35. Más en
detalle, se pueden consultar en la misma revista los artículos
de Fernando Cañizas Abeledo: “Sobre el pensamiento de Hans
Kelsen”, pp. 20-23, y Miguel A. D’Estéfano Pisani: “Hans Kelsen
y el Derecho Internacional”, pp. 24-32. [11] En cuanto al tema,
7
de Hans Kelsen, mejor dicho su actividad científica, ha sido clasificada por su
discípulo vienés Rudolf Aladár Métall de
la siguiente manera: A) Teoría general
del Derecho (Teoría Pura del Derecho). B)
Exposición crítica de fenómenos jurídicospositivos (Derecho Constitucional, Derecho
Internacional). C) Filosofía del Derecho
(Doctrina de la Justicia, Doctrina del Derecho Natural). D) Sociología (Retribución
y causalidad. Creencias anímicas). E) Teoría
Política (Democracia, Socialismo, Bolchevismo) y F) Crítica de la ideología.(17)
Preciso es terminar estas cuartillas
diciendo lo siguiente: el lector comprenderá
que, por razones de espacio, aquí no se
aplica dicha clasificación, que es válida
y estimable, reto pendiente que dejaremos para más adelante. Mientras tanto,
reconozco que carezco de autoridad para
empresa de tan subido vuelo. Solamente el
repertorio bibliográfico de Kelsen y sobre
el pensamiento de Kelsen puede salir un
libro. Por ahora, se ha citado gran parte
de la bibliografía concerniente a los libros
y folletos que han sido traducidos al castellano. El grueso de essays y artículos no se
mencionan. La tarea para poder culminar
dicha empresa está en marcha. ◆
vid., por ejemplo, Eduardo García Máynez: Algunos aspectos
de la doctrina kelseniana (Exposición y crítica), Editorial Porrúa,
S.A., México, D. F., 1978. Del mismo autor, entre muchos de sus
trabajos, consúltese “Importancia de la Teoría Jurídica Pura”,
en Dianoia, Año VII, Nº 7, México, D. F., 1961, pp. 3-21. [12]
Vid. a este respecto, su artículo: “La influencia de Kelsen en el
Perú (Un revisión crítica)”, en Derecho, Nº 31, Lima, 1973, pp.
154-162; ahora recogido en su libro La filosofía contemporánea
en el Perú, C. Matta editor, Lima, 1996. [13] Vid. en este
sentido, Han Kelsen: La Dottrina Pura del Diritto, Giulio Einaudi
editore, Torino, 1966, introducción y traducción del alemán
de Mario G. Losano. Incluye las obras de Kelsen publicadas
en la versión original, como también los trabajos dados a luz
en italiano ordenados hasta esa fecha. Más reciente, Losano
ha publicado Teoría Pura del Derecho (Evolución y puntos
cruciales), traducción del italiano de Jorge Guerrero R., Editorial
Temis S.A., Santa Fe de Bogotá, 1992. [14] Cfr. Diritto
internazionale e Stato sovrano, con un inedito di Hans Kelsen
e un saggio di Norberto Bobbio. A cura di Mario G. Losano,
Giuffrè editore, Milano, 1999. [15] Téngase presente, a este
respecto, Mario Patrono: Hans Kelsen. Storia di tre strorie,
Giuffrè editore, Milano, 2000. Vid. también, la recopilación de
ensayos de Vittorio Frosini, relativos al pensamiento kelseniano,
ahora recogidos en su libro Saggi su kelsen e Capograssi. Due
interpretazioni del Diritto, seconda edizione ampliata, Giuffrè
editore, Milano, 1998, pp. 7-87. [16] Más allá de toda disputa
gremial, Mortati sostiene que el pensamiento de Kelsen “no
está siempre claramente formulado”. Y añade que la hipótesis
de una Grundnorm (norma fundamental) había sido planteado
ya por Walter Jellinek, hijo de Georg Jellinek, en 1913. Cfr. La
Constitución en sentido material, estudio preliminar y traducción
del italiano de Almudena Bergareche Gros y Epílogo de Gustavo
Zagrebelsky, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,
2000, p. 28, incluyendo la nota 15. [17] Sobre el particular,
cfr. Rudof Aladár Métall: Hans Kelsen. Vida y obra, traducción
del alemán por Javier Esquivel, UNAM, México, D. F., 1976, II
parte. Se trata de la biografía más completa y confiable sobre
Kelsen, con datos y testimonios, de lejos, muy interesantes.
$.:,
MARTES 30 DE NOVIEMBRE DE 2010
$.:,
RESEÑA
8
Suplemento de
análisis legal
MARTES 30 DE NOVIEMBRE DE 2010
OPINIÓN
El derecho a la educación
como derecho fundamental
como propósito ampliar significativamente
el tejido institucional de los centros educacionales, creándolos o convirtiéndolos en
entidades con roles centrales para un mejor
desarrollo en la formación de las futuras
generaciones de jóvenes estudiantes, sin
ningún tipo de distingo.
¿Y, a nivel universitario, qué decir del
derecho a la educación? Al respecto, el
Tribunal Constitucional ha puntualizado
lo siguiente: “El derecho fundamental a la
educación universitaria, no solo garantiza, entre otros, el derecho de acceso a la
Universidad en condiciones de igualdad
(previo cumplimiento de los requisitos que
razonablemente se impongan al respecto),
sino también el derecho a permanecer en
ella libre de limitaciones arbitrarias, mientras se desarrolle el estudio y la actividad
de investigación, e incluso el derecho a la
obtención del respectivo título universitario
una vez cumplidos los requisitos académicos y administrativos correspondientes”.
(Exp. Nº 10034-2005-PA/TC, de fecha 20 de
mayo de 2007, FJ. 15).
Luis Claudio
CERVANTES LIÑÁN
$.:,
$.:,
Rector de la Universidad Inca Garcilaso de
la Vega (Lima-Perú). Doctor Honoris Causa
por el Bloomfield College de New Jersey
(Estados Unidos). Ha sido distinguido con la
medalla “José León Barandiarán”, otorgada
por vez primera por el Ilustre Colegio
de Abogados de Lima y con las Palmas
Magisteriales en el Grado de “Amauta”.
L
o primero que hay que señalar acerca
del derecho a la educación es que
en las actuales circunstancias nadie
puede negar que la educación es básica
y fundamental para el desarrollo integral
del hombre. Tenemos que procurar que
esta actividad tan noble tenga por finalidad formar, dirigir o desarrollar la vida de
todo ser humano, para que llegue a la plenitud de la misma. ¡Sin educación no puede existir el hombre, menos la sociedad!
Para lo cual, existe un reconocimiento y
protección desde la perspectiva constitucional. En tal sentido, la educación es un
proceso de aprendizaje que se cultiva día
a día y a todo instante. Debe destinarse
para forjar a los seres humanos, cuyo fin
es la verdad, la fraternidad, el progreso y
el amor a nuestra Patria.
NO HAY ESTADO SIN EDUCACIÓN
Lo segundo que hay que señalar es que
sin una educación adecuada, no existe ni
pueblo ni Estado posible. Sin una axiología o ética funcional, la sociedad civil cae
en el desprestigio o en la tentación. La
primera obligación del Estado, es y debe
ser la atención urgente a la educación.
Y para ello, hay que combatir y superar
los problemas de pobreza, miseria, hambre y falta de trabajo que tanto agobian
a la sociedad contemporánea. No puede
haber educación sin libertad, ambos son
sinónimos, ya que tanto el maestro, como
el educando, viven en estrecha relación,
produciendo de manera libre, una serie
de actividades, desarrollo de actitudes,
de conductas transparentes y un alum-
Luis Cervantes
Liñán.
bramiento de nuevas y fértiles ideas en
el educando. ¡Qué mejor momento para
decirlo!
A este respecto, conviene recordar
que la educación es el reflejo de la sociedad, con sus carencias, deficiencias, exclusiones, injusticias, violencia a todo nivel,
y la descomposición moral de las instituciones tutelares y/o familiares. Por consiguiente, las políticas educativas deben
tener continuidad, superando los planes
quinquenales. Deben estar más allá de los
intereses coyunturales de una administración de gobierno, y poner a la educación
al servicio del hombre y de la sociedad, en
una atmósfera cargada de principios y valores superiores, sin distingo alguno, tales
como la justicia y la libertad.
EDUCACIÓN, TAREA CONJUNTA
Como tercer flanco, es digno de resaltar
que la educación es una tarea conjunta,
donde deben converger, el Estado, la sociedad, la escuela y la familia. Debemos buscar soluciones para superar las deficiencias
y obtener la calidad educativa. Pero, sobre
todo, debemos trabajar, sin desmayo, para
lograr la inclusión real en el sistema educativo de todos los niños de las comunidades
rurales, y urbano marginales, venciendo de
manera definitiva al analfabetismo.
En cuanto tal, debemos apostar por
políticas públicas firmes y realistas, que
sirvan de apoyo y sostén en la marcha de
la educación que se ha propuesto el Estado
peruano. Por citar un ejemplo, tenemos a
la educación básica alternativa que tiene
ALIANZAS ESTRATÉGICAS
PARA LA EDUACIÓN
De otro lado, es muy importante establecer
alianzas estratégicas o convenios de cooperación recíproca con entidades públicas
y privadas para el uso temporal de ambientes y equipos en el desarrollo productivo de
diversas opciones ocupacionales, tal como
lo viene practicando de manera firme mi
alma máter, la Universidad Inca Garcilaso
de la Vega, que viene celebrando su 45 aniversario.
Por todo lo expuesto, el presente siglo
XXI constituye un reto para la Universidad
en su conjunto. Para lo cual, la Universidad
debe asumir su responsabilidad, y proyectarse socialmente con su acreditación científica a fin de ayudar a solucionar los graves
problemas sociales, educativos y económicos que atraviesa nuestro país, como son
por ejemplo, la desocupación masiva, la
deficiencia de la calidad educativa y la desigualdad social. ◆
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