En esta ponencia usted mencionó que la salida de los

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Entrevista con José Comblin, 28-8-08
Necesitamos una iglesia que se atreve de experimentar, 2ª parte
OCLACC:
En sus ponencia usted menciona que la salida de los católicos para juntarse a
las iglesias evangélicas y pentecostales constituía un importante tema de
debate dentro de la Conferencia de Aparecida.
¿No se preocuparon los obispos que la clase media pensante esté saliendo de
la iglesia?
C: No creo que le preocupe de forma suficiente a la iglesia institucional. La
jerarquía eclesial ha puesto su confianza en los nuevos movimientos como son
el Opus Dei, la Renovación Carismática, el de Schönstatt y los Focolari. Y todo
ello produce una impresión de que sí estamos bien representados como iglesia.
Es algo parecido a cuando llega el papa en Europa. Uno tiene la impresión que
hay mucha juventud, pero toda la juventud que asiste, proviene de estos
movimientos. Los nuevos movimientos nacieron en Europa y allá adquirieron
otro aspecto, pero cuando llegan en América Latina se encuentran con otra
realidad; aquí solo son atractivos para la clase media y alta y el problema es
que no se preocupan por las clases populares, que ignoran al mundo popular.
Pero para el clero la presencia de estos movimientos da la impresión que
todavía hay gente que está con nuestra iglesia.
En el último censo en Brasil 7% de la población declaró que no está
confesando ninguna religión. Allí estará la clase media que ya no quiere
pertenecer a ninguna iglesia, aunque tampoco podemos decir que sean ateas,
porque si están experimentando con otras religiones. Vamos a ver lo que pasa.
Lo que escuché del papa no da mucha esperanza. El dice que el futuro de la
iglesia depende de los pequeños grupos, de pequeñas minorías. ¿Pero esto
grupos que serán: grupos que viven una espiritualidad medieval y que celebran
en latín? Entonces ya no tendrán ninguna influencia en la sociedad.
Perfectamente pueden ser minorías, pero habrá que preguntarse que tipo de
minorías.
O: También la tradición de la religión popular es muy fuerte todavía. Y hay un
verdadero renacimiento en este momento de la religión indígena y afroamericana.
C: Tengo la idea que este fenómeno puede explicarse como una forma de
afirmación cultural. Lo que conozco de la religión afro-americana en Brasil, es
que su interés para la gente se concentra sobre todo en las consultas. Y las
consultas no son tan solo un espacio de la población negra porque allí también
participan los blancos, o los que se consideran como blancos. Este interés de
la población ‘blanca’ por la religión afro- americana no es nada nuevo, más bien
es algo tradicional, siempre había esta fascinación en la historia de Brasil.
Cuando yo llegué en Brasil pregunté al párroco, con quién estaba ubicado para
trabajar, si aquí existían religiones africanas y el me respondió: no esto no hay
aquí, para esto habrá que visitar a Bahía y a Salvador. Después lo pregunté a
la cocinera negra del párroco y ella me respondió: si claro que hay estas
celebraciones; yo voy cada sábado, pero el párroco no debe saberlo. Lo que si
es verdad es que en la actualidad está más visible la religión afro- americana.
Hasta los años treinta estaba prohibido y fue reprimido por la policía. La clase
dirigente del Brasil, por su parte, no le tiene miedo a esta presencia religiosa de
los afro-americanos; no cree que un movimiento negro pueda ser peligroso.
Hay una afirmación del culto del Candomblé por parte de mucha gente. Pero no
es tanto que cree en ello, sino se explica más bien como una afirmación
cultural, como una afirmación de la cultura negra, de la negritud. Los antiguos
cultos africanos existen y siguen siendo practicados en las regiones donde
había muchos esclavos, como en Recife y Salvador. No me atrevo responder si
están más presentes que antes porque el caso es que antes no podían
manifestarse. Por el número de negros con relación a la población total habrá
que decir que se trata de una minoría. No creo que pueda tener mucha fuerza.
De los jóvenes en Brasil más o menos 10 % están estudiando. No parece que
ellos adhieren a estas creencias, aunque si asimilan algunos símbolos,
símbolos, más bien, de afirmación de la africanidad.
O: En Ecuador la creencia en el embrujo es todavía muy fuerte, no sólo en el
campo pero también en la ciudad, no solo entre los indígenas pero también
entre los mestizos, y por fin, no solo entre los ancianos pero también entre los
jóvenes.
C: Si, pero aquello es un fenómeno normal, es algo que es como un lugar
común en toda la humanidad. En Europa esta creencia en el embrujo ha
permanecido hasta el siglo XIX; después había el fuerte impacto de la
secularización, y aún así hasta el día de hoy hay gente, en la misma ciudad de
París, que consulta a los hechiceros o personas parecidos. Yo he vivido en
Recife muy cerca de un ‘Padre Santo’. Los padres santos son los consejeros,
los chamanes; no los que hacen sacrificios, sino los que dan orientación en la
vida y consultas. Y para estas consultas vinieron en las noches diputados,
senadores, médicos, y hasta el mismo gobernador. No querían aparecer
públicamente pero ahí estaban. Yo creo que este tipo de religión continuará
toda la historia porque la gente necesita de respuestas para todo ello que se
refiere al inconsciente, para todos los problemas que no conoce y que no sabe
manejar.
O: La teología de la liberación de los inicios ha sido muy crítica a lo que ha sido
la religión popular, como también hacia la religión indígena y afro- americana.
¿Cómo podemos como cristianos estar en contacto con estas otras religiones?
C: En estos tiempos existía una fuerte influencia de la revolución cubana.
Hablaron de marxismo y, aunque no creo que entendían verdaderamente lo
que implicaba el marxismo, era un símbolo muy fuerte hablar de ello. En todos
los países latinoamericanas había grupos así que se vieron influidas por el
ejemplo de Cuba. En la UNAM, la universidad estatal de México Ciudad, había
muchos estudiantes así, entregados a la revolución y al marxismo, algo que
convenía al partido oficial la PRI en México. Porque cuando terminaban sus
estudios el gobierno les ofrecía un empleo, y con este gesto acabó con lo que
era supuestamente el marxismo.
Los primeros teólogos de la liberación estaban en contacto con estas
corrientes, con los cristianos por el socialismo en Chile, con otros cristianos
comprometidos con la revolución, y se sentían presionados por competir con
ellas y por entrar en lo que fue el movimiento global en aquel tiempo. En el
movimiento cubano no se quiso saber nada de la religión, todos que entraron
en la guerrilla tenían que combatir la religión, porque consideraron la religión
como un, sino el, obstáculo principal para la revolución.
Esta ideología que se derivó del marxismo perduró en América del Sur hasta
1980 y en América Central hasta 90. Pero a partir de este momento bajo
mucho la influencia de la ideología marxista, y el espectro cambió
completamente con el ocaso de los partidos comunistas. En la teología, de la
misma forma ya casi ni se habla del marxismo, y al mismo tiempo se originó un
interés para las tradiciones populares y las religiones tradicionales. Hubo una
fase inicial que provocó la instrucción sobre la teología de la liberación por
parte de la Congregación de la Fe, por parte de su prefecto, el entonces
cardenal Ratzinger en 1984. Pero la influencia del marxismo en esta teología
era mucho menos que lo que él pensaba. En el fondo no se podía aceptar el
tema de la lucha de clases dentro de la concepción cristiana de la fe, pero se
demostró que todo lo demás de la teología de la liberación era perfectamente
compatible con la religión cristiana. Con ello se terminó la controversia
alrededor el marxismo y también se incentivó el dialogo con otras teologías
como la teología feminista.
O: Usted señala que la iglesia ha respondido en forma negativa frente los
nuevos gobiernos latinoamericanos que surgieron como respuesta a la época
del neoliberalismo como el de Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia,
Correa en Ecuador. Tanto en Bolivia como Ecuador la iglesia asumió una
actitud crítica en base de un limitado juicio de la realidad, basado en la moral
sexual, en Ecuador, por ejemplo. El presidente Correa decía que se sentía
traicionada por la iglesia católica porque siempre había buscado su cercanía.
C. En Aparecida hay tan solo una frase negativa para criticar a estos gobiernos
que dice que hay movimientos populistas que no defienden la democracia,
como si la iglesia es el gran campeón de la democracia. No es una
condenación formal pero si es significativa. Bueno los obispos venezolanos
hacen la guerra al gobierno de Chávez y los obispos de Bolivia a Evo Morales.
En Ecuador los obispos no se han pronunciado directamente, pero se sabía ya
que no había mucha simpatía. Vamos a ver como será en Paraguay, pero
tampoco creo que habrá mucha simpatía. El movimiento de resistencia en
Venezuela es incomprensible, sino por una jerarquía de alta clero que se
encuentra muy ligada a la clase dominante. Se puede hacer muchas críticas a
Hugo Chávez, pero quiere ser cristiano. En los famosos discursos en Puerto
Alegre en Brasil primera hace la cruz y después dice: ‘quiero continuar la
historia revolucionaria en la humanidad. Y el primer y más grande
revolucionario fue Jesucristo’. Su actitud no tiene nada de anticristiana. Es una
persona muy espontánea, debe tener un sentimiento religioso fuerte.
O: El programa de Aparecida hace mucho énfasis en la opción por los pobres,
en que los cristianos tienen que estar en los foros de la discusión y de la
decisión política, que tienen que fomentar la ciudadanía y la participación
política desde la doctrina social de la iglesia. Todo este programa está en
abierto contraste con la actual actitud de la iglesia institucional en descalificar
los actuales gobiernos de países como Venezuela, Bolivia y Ecuador.
C: Había, claro, todavía un grupo de obispos en la conferencia de Aparecida
fieles a la tradición de Medellín. Y antes de la conferencia había un fuerte
movimiento en rescatar y volver a Medellín. Entonces en Aparecida se buscaba
la unanimidad. Por ello se abrió espacio para los que defendían a Medellín.
Pero el conjunto del documento no integra esta perspectiva. Porque no se
indica cómo debe implementarse este programa y la mencionada opción por
los pobres.
O: Pero, aunque tiene sus antecedentes, es la primera vez que se defendió en
un documento del magisterio de la iglesia de forma tan tajante a la opción
preferencial por los pobres, y que se resalta que esta opción debe estar
anclada en la teología, que es un elemento de la cristología, de lo que es la
verdad alrededor Jesucristo.
C: Si, eso sí. Pero donde están los pobres ahora: están con Chávez, están con
Lugo y están con Correa. Entonces nos quedamos en pronunciamientos
teóricos. ¿Cuando es que se entra en la práctica? Los obispos de la generación
de Medellín vivían eso, habían dejado sus palacios, vivían modestamente,
preocupados con los pobres, y eran perseguidos por esta razón. Pero
actualmente no hay, no tenemos obispos ni sacerdotes perseguidos por estar
con los pobres. Entonces el programa de Aparecida es un “saludo” a Medellín,
pero no es una práctica vivida. Medellín fue el fruto de movimiento de personas
y obispos que ya tenía diez años viviendo estas opciones por los pobres. Quien
sabe si Aparecida puede provocar un movimiento así pero es algo que debe
evidenciarse en una práctica.
O:¿Cómo ve usted el futuro; que va a ser de nuestra iglesia?
C: No lo sé. Yo cuando era joven he vivido eso en el pontificado de Pío XII. En
este tiempo leí a un autor que me influyó mucho un historiador austriaco
llamado Friedrich Heer que enfocó la historia europea desde la perspectiva de
los oprimidos, los pobres. Y conté en mi exposición ayer alrededor del biógrafo
de Pío XXII escrito por su confesor, el padre Leiber. Con un papa así que
estaba encerrado en su particular visión del mundo, no había salida para la
iglesia. Y allí apareció el papa Juan XXIII, una sorpresa total. Y en América
Latina ya asumó esta generación de obispos que se fortalecieron con la
conferencia de Medellín.
Yo he venido a América Latina por desesperación. Estuve en una parroquia en
Bruselas, en Bélgica, en los años 50 a 58 y cada año se podía ver que la
vitalidad cristiana estaba disminuyendo. Y después vinieron todas las
condenaciones, todos los teólogos pensantes condenados, los sacerdotes
obreros, todos los movimientos sociales católicos condenados. Entonces
cuando Pío XXII pidió sacerdotes para América Latina aproveché para ver si
allá hubo algo diferente. Era muy imprevista lo que resultó de toda esta
confluencia de sacerdotes europeos. Pío XII no sabía que estaba preparando.
El quería enviar sacerdotes para contrarrestar al comunismo y de hecho todos
que se enviaron se volvieron comunistas, al menos en el lenguaje que se
manejaba en estos tiempos. Desde el año 58-60 hubo una visibilidad más
grande de este nuevo movimiento. Aquí en Ecuador ya estaba trabajando
monseñor Proaño, por ejemplo. Entonces en 1962 vino el concilio que abrió
espacios con que varios de estos obispos, sacerdotes también, se sintieron
más libres para actuar según sus convicciones.
O: ¿Después de este tiempo de riqueza, en el sentido cristiano de la palabra,
de la generación de Medellín, necesitamos prepararnos para tiempos más
difíciles, tiempos de más aislamiento?
Yo no sé. Yo espero que aparezca una nueva generación. Normalmente en la
historia después de una generación viene otra que se opone al anterior. Y
ahora con todos los movimientos políticos y sociales que estamos
evidenciando, y con la decadencia de la democracia de tipo tradicional y la
decadencia del Imperio, es decir de Estados Unidos, puede también aparecer
una nueva generación en el mundo.
O: Yo no he visto que usted estaba muy positivo en sus pronunciamientos
sobre el impacto de la globalización y la nueva cultura global. ¿No es que
también trae cambios y nuevas posibilidades?
C: Pero ahora produce resistencia, siempre más. El que encaminó la
globalización en Brasil fue el anterior presidente Fernando Enrique Cardoso.
Vendió la inmensa mayoría de las empresas del estado, por nada. Vendió la
compañía del "Vale do Rio Doce" que disponía de todas las minas en Brasil, y
toda una infraestructura, le vendió por tres millones de dólares. Ahora lo que
dan de intereses a las accionistas es mucho más que eso, cada año más.
Ahora la empresa está valorada 125 mil millones de dólares. Vendió la
telefonía, vendió la distribución de electricidad, un montón de cosas. No logró
vender a Petrobrás; la resistencia de los obreros Petrobrás es un símbolo muy
fuerte en Brasil. Entonces no se atrevió a venderlo; y con ello algo al menos se
quedó en manos de la nación, para el pueblo. Después abrió las fronteras y allí
entraron los grandes capitales para la agricultura. Actualmente las grandes
compañías agrícolas del mundo como son Bunche, Cargill, Bayer compraron
grandes cantidades de terrenos, millones de hectáreas para plantar soya y
caña de azúcar. La consecuencia es que la producción de alimentos ha bajado.
El precio del pan y de los fréjoles en Brasil ha cuadruplicado en estos últimos
dos años.
Entonces esto es la globalización. Hay que producir para exportar, no se
necesita producir para el pueblo. Pero hay una reacción siempre más fuerte al
nivel mundial. Los pronunciamientos de la conferencia de Aparecida, sin
embargo, no son muy fuertes, al respecto. Se ve la resistencia en Brasil, en
Argentina, hasta en Chile, aunque son muy fuertes allá las defensas a favor de
la globalización.
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